DIOS ES JUSTO

El significado de «justo» La palabra «justo» traduce el vocablo hebreo /tsaddik/ y su equivalente griego
/dikaíos/. Ambos términos denotan la justicia, rectitud o excelencia moral de Dios. Según las Escrituras,
Dios es un Ser absolutamente justo y siempre actúa de una manera que es perfectamente consistente
con quien Él es. No hay nada malo o incorrecto en la naturaleza de Dios o Sus obras. Él nunca «será» o
«hará» nada que justifique una acusación de fechoría. Sus obras, decretos y juicios son absolutamente
perfectos. ¡En aquel día, cuando Dios juzgue a todos los hombres según sus obras, aun los condenados
inclinarán la cabeza y declararán que Dios es justo!

La Justicia de Dios
Es importante entender que la justicia de Dios es intrínseca o inherente (i. e., interna, esencial, que
pertenece a Su naturaleza). La justicia no es simplemente algo que Dios decide ser o hacer, sino que es
esencial a Su misma naturaleza; Él es justo. Para ser injusto, Dios tendría que dejar de ser Dios.
Tendría que negar Su propia naturaleza para hacer algo que no es correcto. Esta es una maravillosa
verdad que inspira gran confianza en Dios. 1. En las Escrituras, un nombre tiene gran importancia y
regularmente comunica algo acerca de la persona que lo lleva.
¿Cuál es el nombre dado a Dios en Salmos 7:9?
a. El Dios J______________ (Sal. 7:9).

b. ¿Qué nos comunica este nombre acerca del Ser de Dios y Sus obras?
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NOTA: A riesgo de ser redundante, la importante verdad comunicada aquí es que Dios es justo; por lo
tanto, todos Sus decretos, palabras y hechos [u obras] son perfectamente justos y dignos de absoluta
confianza.

2. En los siguientes versículos se encuentran algunas de las declaraciones más importantes en las
Escrituras acerca de la justicia de Dios y Sus obras. Resume cada versículo o pasaje con tus propias
palabras. Recuerda que hay una relación directa entre la naturaleza justa de Dios y la justicia de Sus
actos y juicios. Dios hace justicia y juzga con justicia porque Dios es justo.
a. Deuteronomio 32:4
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b. Job 36:22-24
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c. Salmos 36:6
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NOTA: Las metáforas son claras. La justicia de Dios es más grande que la montaña más alta y más
profunda que el mar más hondo.
d.Salmos 89:14; 97:2
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e. Salmos 119:142
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NOTA: Aquí vemos dos grandes verdades. En primer lugar, la inmutabilidad de la justicia de Dios es
eterna y no cambia. Él siempre será justo y absolutamente confiable. En segundo lugar, la veracidad de
la Palabra de Dios está fundada en la justicia de Su carácter. Sabemos que la Palabra es verdad porque
sabemos que su Autor es justo.

f. Jeremías 9:24
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3. Es importante entender que la justicia de Dios sobrepasa infinitamente la de todos los demás. No hay
nadie que sea justo como el Señor. ¿Qué nos enseñan los siguientes versículos acerca de esta verdad?
a. Isaías 5:16
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NOTA: Este versículo demuestra que el Dios santo se muestra distinto o separado de todos los demás
por medio de Su justicia. La santidad de Dios (i. e., separación, distinción de la creación) es demostrada
clarísimamente por medio de Sus obras justas. No hay nadie que sea santo o justo como el Señor.
b. Isaías 45:21
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4. Es importante entender que la justicia de Dios, así como Su santidad, se refleja en Su actitud hacia
las obras de los hombres y ángeles. Dios no es moralmente neutral ni apático, sino que ama la justicia y
aborrece toda injusticia. ¿Qué nos enseñan los siguientes versículos acerca de esta verdad?
a. Salmos 7:11-12
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b. Salmos 11:7
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NOTA: Los dos textos anteriores demuestran la gran necesidad que tiene todo hombre de Cristo y Su
obra en el Calvario. Dios es perfectamente justo, y juzgará a todos los que no alcancen Su estándar.
Solo Cristo vivió la vida perfecta que nosotros no pudimos vivir, y después llevó nuestro pecado y sufrió
la ira de Dios que es descrita en Salmos 7:11-12. Salmos 11:7 declara que solo el hombre recto
contemplará el rostro de Dios. Tal justicia es solo posible por medio de la fe en la Persona y obra de
Cristo. En II Corintios 5:21, el apóstol Pablo escribe: «Al que no conoció pecado, le hizo pecado por
nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en El».

5. La justicia de Dios garantiza que Él no hará nada que sea malo. Reinará sobre Su creación sin
capricho, parcialidad o injusticia. Esto es un gran consuelo para el creyente, quien ha hecho de Dios su
esperanza. ¿Qué nos enseñan los siguientes versículos acerca de esta verdad?
a. II Crónicas 19:7
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b. Job 8:3; 36:23

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c. Salmos 9:7-8
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 NUESTRA RESPUESTA A LA JUSTICIA DE DIOS

Dios es justo y todas Sus obras son perfectas. ¿Cómo debemos vivir entonces en respuesta a esta gran
verdad? Deberíamos temer al Señor y vivir justamente delante de Él; deberíamos vivir con la mayor
confianza en Su providencia; deberíamos consagrarnos a la adoración y la oración; y finalmente,
deberíamos proclamar Su justicia entre las naciones.

Deberíamos vivir justamente delante de Dios

1. En I Juan 2:29 y 3:7 se encuentra una verdad fundamental de la vida cristiana. Según estos textos,
¿cuál es una de las evidencias más grandes de que verdaderamente somos hijos de Dios?
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NOTA: «[Practicar] la justicia» es vivir conforme al estándar de justicia de Dios, es decir, vivir de una
manera que se conforma a Su naturaleza y voluntad. Es importante entender que nosotros no ganamos
un estatus de justicia delante de Dios al practicar la justicia, sino que nuestra práctica de la justicia es
evidencia de que verdaderamente hemos nacido de nuevo. Un cristiano genuino no es aquel que no
tiene pecado, sino aquel que no vive todos los días de su vida en pecado o rebelión. Si alguien profesa
ser cristiano y, aun así, su vida se caracteriza por una desobediencia continua a la Palabra de Dios, sin
arrepentimiento o disciplina divina, es seguro que su profesión no es genuina.
2. En Efesios 4:22-24, las Escrituras nos presentan el camino por el cual podemos vivir una vida justa
delante de Dios. Lee el texto hasta que estés familiarizado con su contenido y después completa los
siguientes ejercicios:
a. Hemos de d___________________ del viejo hombre (v. 22). En este contexto, el «viejo hombre» se
refiere a la persona que fuimos y al estilo de vida pecaminoso que nos acompañaba antes de nuestra
conversión. Puesto que realmente hemos venido a ser nuevas criaturas en Cristo (II Cor. 5:17),
podemos despojarnos y deberíamos despojarnos de las obras pecaminosas de la persona que solíamos
ser.
b. Hemos de ser r__________________ en el espíritu de nuestra m__________ (v. 23). Esta renovación
de nuestras mentes es lograda por el poder del Espíritu Santo obrando a través de la Palabra. En
Romanos 12:2 encontramos una amonestación similar: «No os conforméis a este siglo, sino
transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento». Cuanto más renovamos nuestras
mentes en las Escrituras y más cultivamos la mente de Cristo, más probablemente nos despojaremos
del viejo hombre con sus hábitos pecaminosos y nos vestiremos del nuevo hombre que refleja la justicia
y la santidad de Dios.
c. Debemos v___________ del nuevo hombre (v. 24). Habiéndonos despojado del viejo hombre con sus
obras pecaminosas, ahora debemos vestirnos de, cultivar y adornarnos con, aquellas obras que son
apropiadas para nuestra nueva vida como hijos de Dios.
d. Según el versículo 24, ¿qué semejanza refleja este nuevo hombre? Describe esta semejanza.
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NOTA: El carácter de Dios es ahora el patrón conforme al cual debemos vivir, una vida caracterizada por
la justicia y la santidad, la cual está fundada en, y fluye de, nuestro conocimiento de la verdad y nuestra
sumisión a esta.

Deberíamos vivir con gran confianza en Dios

1. La absoluta justicia de Dios es uno de los mayores incentivos para depender de [o descansar en] Él,
incluso en medio de las pruebas. Porque Él es justo, podemos confiar nuestras vidas a cada palabra y
obra Suya. ¿Qué nos enseñan los siguientes pasajes acerca de esta verdad?
a. Salmos 92:15
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NOTA: En las Escrituras, la palabra «fortaleza» [también «roca»] se usa con frecuencia en referencia a
Dios (Deu. 32:4; Sal. 18:2; 94:22). En tales casos, denota confiabilidad, firmeza y fuerza. Dios es todas
estas cosas para Su pueblo porque Él es un «Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él; Es justo y
recto» (Deu. 32:4).
b. Isaías 41:10
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2. La justicia de Dios que nos conduce a confiar en Él es también el fundamento e incentivo para orar.
¿Qué nos enseñan los siguientes textos del Antiguo y el Nuevo Testamento acerca de esta verdad?
a. Salmos 145:17-19
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b. Lucas 18:7-8
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NOTA: La frase «...cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?» es importante. Prueba
que la fe y la oración perseverantes son necesarias para la apropiación de Sus promesas.

Deberíamos vivir una vida de adoración a Dios

1. En Salmos 96:11-13 encontramos una de las exhortaciones bíblicas más poderosas a adorar al
Señor. Según este texto, ¿cuál debería ser nuestra respuesta a la justicia de Dios?
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2. En Apocalipsis 15:3-4 se encuentra una exhortación muy similar a la de Salmos 96:11-13. Según este
texto, ¿cuál debería ser nuestra respuesta a la justicia de Dios?

Deberíamos proclamar la justicia de Dios a otros

1. Según las Escrituras, no solo debemos vivir justamente delante de Dios, confiar en Su justicia y
adorarlo por Sus obras justas, sino también proclamar Su justicia a todas las naciones tanto cercanas
como lejanas. ¿Qué nos enseñan los siguientes textos acerca de esta verdad? ¿Cómo deberíamos
aplicar estas verdades a nuestras vidas?
a. Salmos 40:10
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b. Salmos 71:15-16
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NOTA: Dos grandes verdades son presentadas ante nosotros: En primer lugar, aunque no
comprendemos completamente la totalidad de las obras justas de Dios, esto no debería impedirnos
decir a otros lo que sí sabemos. En segundo lugar, deberíamos hablar mucho de las obras justas de
Dios y no de nuestras obras. Como dice el salmista: «No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros, Sino a tu
nombre da gloria...» (Sal. 115:1).
c. Salmos 145:6-7
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d. Jeremías 9:23-24
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NOTA: Como aprendimos en Salmos 71:15-16, no debemos jactarnos de nuestra propia justicia o de las
cosas que hemos hecho, sino de la justicia de Dios y Sus obras justas en la Tierra.

2. Según I Pedro 2:9-10, ¿cuál es uno de los grandes propósitos de la Iglesia del Nuevo Testamento y
de cada uno de los creyentes? ¿Cómo deberíamos vivir a la luz de esta verdad?

NOTA: Fuimos puestos en esta Tierra para proclamar las excelencias morales de Dios a todos los
hombres. Hacemos esto con nuestro testimonio, al enseñar Su Palabra y al vivir una vida que
demuestra Su poder. Esto no es solo una obligación; también es un gran privilegio.
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