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Marx, nuestro contemporaneo* Lewis Coser Jean Charlot: Pasora antes dea danza, 1981 ‘oy a sostener que Carlos Marx \ y nos leg6 un conjunto de teorfas que siguen siendo indispensa- bles para la prosecucién de varias in- vestigaciones sociol6gicas importantes. Para estimar cl valor de las tcorias de Marx, he elegido seguir la guia de Sir Karl Popper, quien ha propuesto tres requerimientos esenciales que una teo- ria debe cumplir para contribuir al de- sarrollo del conocimiento, Entonces, voy a argumentar que muchas de las * Ese artculo fue orginalmente publicado en la revista Disent, Nueva York, EU. teorias de Marx cumplen los requisitos de Popper. Paradéjicamente, aun cuando Popper ha negado el estatuto Cientifico de las contribuciones de Marx, ocurre que ése puede ser esta- blecido sobre la base de lus criterios propucstos por el mismo Popper. El primer requerimiento para una teoria, de acuerdo con Pooper, es que “debe partir de alguna idea ‘simple, nucva, poderosa y unificadora acerca de alguna conexién o relacién... entre cosas previamente no conectadas... 0 c) hechos 0 nuevas entidades te6- RE LT TELL TT TTT, El segundo requerimiento postula {que “aparte de explicar todos los expi ‘canda para explicar los cuales se disefi la nueva teoria, debe tener consecuen- cias nuevas y verificables.., debe con- ducir a la prediccién de fendmenos. que hasta entonces no habian sido oh- servados”. Este segundo requerimiento segura que la teorfa sera fructifera co- ‘mo instrumento de explicacién. Sugeri- +4 nuevas investigaciones, “aun si”, en sus propias palabras, “éstas conduzcan de inmediato ala refutacion alla teoria, nuestro conocimiento real habré au- mentado a través de los resultados ines- pperados de nuevos experimentos”. Eltercer requerimiento de Popper, aque considera no tan indispensable co. ‘mo los dos primeros, es que una teoria debe pasar por alguna nueva y severa prueba empirica. Este requerimiento no ¢s tan esencial como los otros dos, porque, sein sostiene, “aun una teoria ‘que no llegue a cumplirse puede hacer ‘una importante contribucién a la cien- cia”, El tercer criterio de Popper, un tanto diferente a los otros dos, que se ‘ocupan de los requerimientos formales do una teoria, implica unrequerimiento material, es decir, el éxito empirico. La comprobacién de una teorfa, segin Popper, implica el intento de refutarla, pero, aun si una teorfa ha sido exitosa- mente refutada, no se puede jugar que su autor haya fracasado, Por el contra- rio, “cada refutacién debe ser conside- rada un gran éxito, no solamente un éxito del cientifico que refuts la teoria, sino del autor que creé la teorfa refuta- da y (que) asf sugirié en primer lugat, aun indirectamente, el experimento de refutacién”. Sin embargo, también es cierto que el progreso ulterior de la ciencia requiere, como lo afirma Pop- per, “no s6lo de refutaciones exitosas sino también éxitos positivos”.! ‘Voy a sostener que Marx cumple los dos criterios formales de Popper y que satisface en parte desu obra, aunque no en su totalidad, el tercer requerimiento de Popper. Argumentaré, mas an, que aun aquellas partes de su obra que han sido exitosamente refutadas siguen siendo de la mayor importancia en tan- to que, para citar de nuevo a Popper, “.. una teorfa alsa puede ser una real TERR Popper Conenresond Rett ihe Grow Scone Roca aes Toren 20196) pp 2a 45 zaci6n tan grande como una verdadera, Muchas teorfas falsas han sido de mas ayuda en la bisqueda de la verdad que algunas teorfas menos interesantes que atin son aceptadas. Puesto que las teo- ras falsas.. pueden... sugerit modifica- cionesméso menosadicales, ypueden estimular la critica”? El esquema te6rico global de Marx esté construido, como dice Popper, s0- bre algunas ideas simples, nuevas, uni ficadoras y poderosas sobre alguna re~ laci6n 0 conexién entre cosas o hechos, (© nuevas entidades teGricas, no previa- mente conectadas. Mare dirige nuestra visi6n hacia las consecuencias sistemati- cas de la distribucién desigual de recur- 303 eseasos dentro de los sistemas socia- les, y tna de estas consecuencias es la distribuci6n desigual del poder escaso. Ms atin, especifica que todas las socie- dades hist6ricas estan compuestas por clases sociales que tienen sus raices en la distribucion desigual de recursos y poder. Los conflictos entre estas clases, argumenta Mare, son componentes n cesarios de todas las socicdades hist6- ricas. Cualquier sociedad historica pre~ senta un equilibrio cambiamte de fuerzasde clase antitéticas que generan el cambio por su tensién y lucha. Marxcentra sti esquema en la mane~ ran que las relaciones entre personas estén moldeadas por sus posiciones re~ Iativas en relacién a los medios de pro- duccién, es decir, para repetirlo, por su acceso diferenciado a los recursos y el poder escaso. Fue consciente de que este acceso desigual no siempre condu- ce a la lucha activa entre clases, como Jo muestra su descripcién del cardcter estético durante siglos de las socieda- des asiéticas. Afirmé que el potencial ppara conflictos entre clases es inheren- te a cualquier sociedad diferenciada, desde cl momento en que cualqui sociedad de este tipo genera sistem camente conflictos de interés entre ‘grupos localizados en forma diferente dentro de la estructura social La nocién de la inevitabilidad de los conflictos de clase yde su funcién como agentes transformadores del cambio social se encuentra, con seguridad, en formulaciones de personajes como Winstanley 0 Guizot, que se parecen a Jas que se encuentran en Marx. Pero, como dijo alguna vez. Alfred North 2.1, p24. 46 Whithead, “son dos cosas muy diferen- tes acercarse mucho a una teorfa verda, deraycaptar sus Hay una diferencia considerable en- tre afirmaciones respecto ala lucha en- tre pobres y ricos, entre herederos y desheredados, o entre poderosos y aquellos sin poder, y afirmar, como hi- 70 Marx, que las luchas de clase toman su forma y cardcter especificos de los modos de produccién que prevalecen en una época historica particular. La vida social, de acuerdo con Marx, solo puede ser Comprendidaen términos de especificidad hist6rica. Este acento en la especificidad historica es de hecho una caracteristica central de su enfor- que hacia los datos de la existencia hu- mana, Marx estudi las formas en que posiciones particulares dentro de es tructuras sociales especificas, que sur- gen de modos de produecin particula- res, tienden a moldear la experiencia social de sus individuos y los predispo- nen a acciones orientadas a defender 0 atacar una determinada distribucién de los recursos econémicos y del poder. Y supongo que ésta fue una idea podero- say unificadoraen las ciencias sox Alenfocarla atencién analitica sobre la importancia del poder, del conflicto y de las relaciones asimétricas en los asuntos humanos, y el romper con ello con la tradicién de armonta, integra- cin y simetria, Marxabrié campos has ta entonces inexplorados. Hay, por supuesto, otrasteorias mais especificas propuestas por Marx que satisfacen el primer requerimiento de Popper, pero voy a considerar su se- ‘gundo requerimiento que, como recor- ddamos, exige que una teoria debe llevar hacia la prediccin de fenémenos no previamente observados, de modo que pueda funcionar como instrumento de exploracién. ‘Lo que pensaba Popper puede muy bien ejemplificarse en a obra de Freud, aunque paradéjicamente Popper nic- gue el estatuto cientifico a la obra de Freud como se lo niega Marx. Cuando Freud desarrollé su teoria del complejo de Edipo y de la sexualidad infantil, sensibilizé a los investigadores hacia reas de la conducta humana que hasta 3. Alfted North Whitehead: The Organization of Thougu,ctado en Robert K. Merton: Soci! Theory and Social Srucaure (Free Press, ed 11968). pI ese momento habfan escapado al exa- ‘men, Se erefa previamente que la se- «d s6lo afloraba en la pubertad, por lo que los investigadores no habian percibido la posibilidad de actividades ceroticas yexpresién de descos libidina- lesen ninosy adoleseentes. ¥ aun cuan- do tratamientos literarios e investiga- ciones filos6ficas se habjan centrado por mucho tiempo en la evidencia de rnsiones en la relacién entre padres © hijos, fue después de las observeiones sistemiticas de Freud acerca de lasten- mes edipicas cuando surgié la obser- vacién sistemética. La teoria es refuta- ble; puede ser solo parcialmente correcta, pero lo que realmente impor- ta aqui ¢s que abrié un nuevo y {ert campo de investigacién, y que se ajusta asi al segundo criterio de Popper. I trabajo de Marx abunda en explo- raciones similares del nuevo territorio o. Tomemos por ejemplo la teo- de Marx acerca de la conciencia de clase. Las nociones de clase y lucha de clases no fueron, por supuesto, desco- nocidas en la época de Marx. Los eco- nomistas clisicos, por ejemplo, propor- ionaron una clasificacién funcional de las clases, distinguiendo entre propic- tarios de tierras, propietarios de accio- nes y trabajadores. Algunos de ellos, Malthus en particular, sefialaron las posibles fuentes de conificto de intere- ses entre las clases. Pero Marx, aunque gencralmente hizo una distincién fun- ional al definir clase en términos de la posicién de las personas dentro del proceso productivo —una nocién que fue derivada de los economistas clasi- cos— también explor6 otras dimensio- nes de la nocién de clase, esto es, la conciencia de clase. En particular, y a tono con la otra gran tradici6n intelectual con la cual estaba en deuda, la del idealismo ale- én, en la conceptualizacion de Marx de las funciones de las clases, la con- ciencia de clase lleg6aser central. Aqui los factores econémicos o sociales fue- ron suplementados por factores socio- psicolgicos. En la tradicion idealista alemana, el autoconocimiento humano la autoconciencia fueron un requisito esencial dela autonoma individual que permitia a los individuos legar a ser actores morales efectivos en el drama humano, Marxtransfirié estas nociones del dominio de los individuos al domi- nio de las colectividades. Marx argument6 que, puesto que una congrega- cién de personas podrfa ccupar posiciones simila- res en el proceso de pro- duecién y, en consecuen- cia, tener oportunidades de vida objetivamente si- milares, llegarfa a ser una clase como un cuerpo con autoconciencia y forjador de la historia s6lo si se vol via consciente de la simila- ridad de susintereses. Una clase econémica objetiva, una Klasse ansich (clase en sf), se transforma en una Kiuse fuer sich (Clase para sf), sisus miembros, a tra- vés de repetidos contflictos con las clases antagénicas, han adquirido el conoi rmiento dela comunidad de sus intereses. S6lo tales clases autoconscientes son capaces de cambiar el cur- so de la historia; las clases que carecen de tales unio- nes entre sus miembros permanecen impotentes. Entanto que distinto de las teorias sociales que conciben a las clases como personificacién de facto- res de produccién o como capas en un pastel, en el que los estratos se super- ponen simplemente uno sobre otro, el punto de vista de Marxes que las clases son esencialmente grupos de conflicto. Mas importante es que adquieren su identidad y se dan cuenta de la comu- nnidad de sus intereses a través de la confrontacién y enfrentamiento con otras, con las clases antagénicas. Cuan- do las clases no se desarrollan en auto- conciencia a través de la lucha, son his- icamente no efectivas, ya que sus ‘miembros no pueden llegar a ser acto- res sociales aut6nomos. Entre las condiciones que Marx de- line6 para el crecimiento de la autocon- ciencia de las clases sociales estuvo la facilidad de comunicacién entre los ‘miembros de una clase, la cual a su vez depende de la localizacién estructural de los miembros de la clase. Marx ar- gument6 en El dieciocho brumario que los pequefios campesinos france- ses que estaban dispersos en sus pose- siones individuales en el campo no pu- y Gabriel Férmandez Ledesma: DiseRo para Ya viene Gorgonio Esparza! dicron desarrollar una conciencia co- man por la falta de comunicacién, Ellos eran como “papas en un costal”, una coleecién de individuos sin lazos que los unieran, incapaces de accién social auténoma y presas faciles de demago- gos como Napoleén IIL? En contraste, Marx establece, en Mi- seria de la flosofia y otras obras,” que la conciencia de clase y la solidaridad de clase podrian desarrollarse entre los trabajadores cuando las luchas labor les para obtener beneficios econémi cos, la concentracién fisica entre las masas de personas en los lugares de trabajo y una comunicacién fécil entre ellos podrian conducir ala solidaridad 4. Kal Mane: The Eighteenth Brumaire (Intern tional Publishers, BU, s.),p. 109 5. Katl Mans: The Povery of Philosophy (Inter: ‘national Publishers. EU, spp. 145-4. Ver, ‘simsmo: Reinhard Bendixy Seymour Martin Lipset: “Man’s Theory of Social Class, en Glass, Siatus and Power. Bendix and Lipset (ree Press. BU, 1966). 19. nidad de interés entre los trabajadorcs, segtin esta- blecid Mars, podria ab initio unir a los trabaja- dores como “una clase contra el capital, no para ellamisma”. Pero, duran- te el devenir de los con- flictos de clase, “estas ‘masas llegan a unirse y cconstituirse a sf mismas tuna clase para ella mis- mas”. La teoria de Marx de la conciencia de clase proporciona un instru- mento para la investiga- cién de una serie comple- ta de problemas que ain no se conocfan en stiépo- ca. En particular, pusoen claro que las clases auto- conscientes no solamen- te existen, sino que son producto de procesos historicos, el resultado de relaciones determi- nantes y patrones de co- municacién entre actores "hs humanos estructural- mente interrelacionados. La adquisicién dela con- ciencia de clase es una ta- rea histérica que debe conseguirse y no una condicién dada. ‘Algunas clases pueden no llegar a ob- tener su autoconciencia y otras si. Actualmente el investigador puede utilizar este concepto de Marx para ex- plorarlas condiciones especfficas en las cuales puede surgir tal conciencia, Cuando el historiador briténico D. P. Thompson escribié su obra clasica so- bre el auge de la clase trabajadora in- lesa, le dio el titulo significativo de The ‘Making of the English Working Class. Tomé de Marx la nocién de que las clases no son dadas, sino que se crean a si mismas bajo condiciones apropia- das, y procedié ailustrarlo con instruc- tivo detalle en el caso inglés. Este libro yootros semejantes a él pero escritos en este pais (Estados Unidos) no hubieran sido producidos sin el trabajo explora- torio de Karl Marx. Asi como Freud hizo accesible a la investigaci6n empi 6.14 LE. P. Thompson: The Making of the English ‘Working Cass (Vintage Books. EU, 1966). 47 LT LTT rica el érea de la sexualidad infantil yet conflicto de Edipo, Marx abrié un te- rritorio completo hasta entonces no ex- plorado. ‘Voy a considerar, aunque de modo mésbreve, otra de las nociones de Marx que satisfaco el segundo requerimionto de Popper, en que la teoria se enfoca hacia fenémenos o relaciones hasta en- tonces no observados y proporciona las herramientas para explorarlas: la teo- ria de las rafces sociales de las ideas. Dando por hecho que hubo muchos pensadores, desde Francis Bacon, que escribieron acerca de las. conexiones entre las condiciones existenciales de las personas y su manera de pensar, Marx fue el primero en explorar siste ‘maticamente y con cierta profundidad analitica las conexiones entre conjun- tos de ideas y la estructura social con- creta de las cuales surgieron. Marx sos- tuvo que debe buscarse el origen de las ideas en las condiciones de vida y la situacién hist6rica y social de aquellos ‘que las apoyan. Marx daba por hecho que individuos particulares pudicron ‘no haber pensado en términos de inte- reses de clase, pero sostenia que las categorias de personas estaban forza- das a hacerlo. Frecuentemente us6 su descubrimiento de las relaciones entre las ideas y posiciones sociales de sus proponentes como medio para desen- mascarar a su oponentes, pero su pro- pésito era més amplio. Como Karl Manheim establecié: “Su empresa (de Mara)... aleanzara Jos objetivos finales s6lo cuando la na- turalera de las ideas moldeadas por intereses, a dependencia del ‘pensa- miento’ respecto ala ‘existencia’ quede claro, yno solamente en relaciona cier- tas ideas seleccionadas de la clase do- minante, sino de tal modo que la‘supe- restructura ideol6gica’ aparezca como en su totalidad dependiente de la reali- dad sociol6gica. Lo que habia que ha- cer era demostrar la naturaleza exist- encialmente determinada de un stema completo de Weltanschauung, en lugar de tal o cual idea individual’ El hecho de que la teorfa de Marx sobre la interrelaciOn entre pensamien- toy existencia social, entre ideas y po- sicién ena estructura social “haya con- '& Karl Manheim: Essajs on the Sociology of ‘Knosledge (Oxford Univesity Press. Ingat srayEU, 1952). pW. 4 ducido a la prediccién de fenémenos que no habjan sido observados con an- terioridad” es incuestionable. Fue una exploracién pionera de campos hasta enionces no explorados que en forma subsccuente condujo a investigaciones sistométicasy fructiforas, y la investiga idm en toda el érea sociolégica que fue amada posteriormente sociologia del conocimiento resulta dificil de conce- bir sin el estimulo proporcionado por la nocién pioncra de Marx. Cuando dejamos los dos requeri- mientos formales de Popper para una teorfa valida y consideramos su tercer requerimiento (material) de que una teoria debe pasar por severas pruebas cempfricas para que pucda ser acepta- da, reconocemosal instante que de nin- guna manera todas las tcorias de Marx, hasta donde han sido puestas a prueba, han cumplido con este requisito. Debe- ‘mos, sin embargo, hacer notar que este tercer requerimiento no ¢s tan indis- pensable para Popper como los otros dos; él esta dispuesto a aceptar que aun teorias que han sido refutadas pueden hacer contribuciones positivas al cono- imicato, estinuland la investigacion ‘ sugiriendo modificaciones mas 0 me- nos radicales. Bastard con algunos ejemplos. Marx sostuvo que el desarrollo ininterrumpi- do del capitalismo conducirfa a un au- mento del empobrecimiento de la clase obrera. Muchos comentaristas hostiles encontraron, con alegria, que nada de 650 tuvo lugar y que los esténdares de vida de la clase obrera en todas las naciones industrializadas son hoy con- siderablemente més altos comparados con los de la época de Marx. La teoria rng ha pasado la prueba, estamos segu- ros, pero vale la pena considerar que la refutacion de la teoria no se debe, por lo menos en parte, a lo que Robert K. Merton Ilam6 una profecfa autodes- tructiva o profecia suicida.’ No sélo en respuesta a sus propias deplorables predicciones, sino también a aquellas de otros pensadores socialistas, desde el inicio del siglo XIX en adelante, de que el conjunto de trabajadores veria deteriorado su nivel de vida con el de- sarrollo del modo capitalista de pro- duccién, éstos empezaron a organizar- se para su autodefensa y crearon sociedades de ayuda mutua, sindicatos 9, Robert K. Merton: 0. en nota 3. pp. 182-83, y partidos de trabajadores. Conforme ‘estas instituciones de la clase obrera gradualmente se insertaron en las s0- ciedades industriales y el peso especi ‘co de estas instituciones aument6 y co- menzaron a afectar el equilibrio del poder, las clases gobernantes, bien fue ra por temor al estallido de revolu nies 0 por otros motivos, empezaron a hacer concesiones a la clase obrera, lo que entre otras cosas condujo al au- mento gradual de los ulteriores esté dares de vida. Entre las consecuencias no anticipadas de las predicciones de Marx acerca del empobrecimiento de la clase obrera esté la falsificacion de esta ley del aumento de la pobreza a través de la accién concertada de los obreros. Podemos estar seguros de que ei ten otros aspectos de la obra de Marx que no pasaron ninguna prueba empi- rica, Las clases que consideraba llega- rian a ser sociolégicamente insigni cantes entre las historicamente dos mas grandes picdras de moler, capital ytra- bajo, han ido aumentando sostenid: mente en todas las naciones industri Tizadas en cada conse decenal del siglo XX, La clase trabajadora industrial, le- jos de aumentar numéricamente su pe- so especifico, segiin las expectativas de ‘Marx, durante varios decenios ha dis- minuido como fraccién del total de la fucrza laboral en todas las naciones in- dustrializadas. El aumento fenomenal del estrato prestador de servicios y administrativo, es decir, lo que Marx liam6 “trabajo no Productivo", fue vagamente previsto por Marx y Engels. Mas atin, la con- Ciencia revolucionaria del proletariado occidental, en el cual Marx bas6 sus predicciones de la inminencia de una revoluci6n en los paises industrializa- dos, ha ido decayendo constantemente, pues los trabajadores han Megado a la ‘conclusién de que en el moderno Es do de bienestar tienen consider- ablemente més que perder que sus cadenas, Los mas importantes acontect- tosrevolucionariosdel siglo XX han tenidolugar no en|as sociedades indus- triales, como lo suponia Marx, sino en las sociedades campesinas periféricas, exactamente en algunas sociedades que Marx caracteriz6 como dominios retrogrados de la necedad de la vida campesina. Resultaria fécil continuar en este sentido, Parece innecesario, ya ‘Usenet que existen catélogos completos sobre los defectos enlla obra de Marx que son de fécil acceso gracias a un grupo de escritores que han hecho del listado de todos estos defectos una préspera in- dustria. Pero los defectos o errores de Marx han tenido, como lo sugiere Popper, consecuencias benéficas en que la refu- tacién de sus hallazgos ha conducido a “modificaciones mas 0 menos radic es” que resultarfan inconcebibles sin este impetu nical. Para citar ejemplos recientes, dos de los més importantes trabajos en sociologia historica del dt ‘mo decenio y medio, los de Barrington Moore, Social Origins of Dictatorship and Democracy." y Theda Skoepol, States and Social Revolutions,” aun cuando se apartan en aspectos mayor de la tcoria clasica marxista, han dado importantes resultados mediante la modificacién de esta teoria para poder quitarlafalsa cdscara del atin utlizable sgrano. En resumen, el tercer criterio de Popper solo se cumple en forma imper- fecta en la teoria de Marx, yen muchos casosna to hace del todo, Pero como el mismo Popper parece sugerir, ese es robablemente cl caso para la mayor de las otras teorfas en las ciencias natu- rales, y atin mAs en las sociales. ‘Aun cuando todavia existen creyen- tes ortodoxos del marxismo, estoy con- vencido de que estén condenados en ‘ltima instancia a la esterilidad. A juz- Bar por sus recientes. contribuciones, muchos de ellos parccen estar compro. metidos con el intento de salvar todos los hallazgos de Marx, por ast decirlo, afiadiendo algunos epiciclos, como acostumbraron hacer los discipulos de Ptolomeo por muchos siglos. Con sus recientes “descubrimientos” de que el Estado tiene en titima instancia rel Ya autonomfa o que la superestructura, después de todo, no s6lo simplemente reflejalainfraestructura, estan reinven- tando la rueda. Todos ellos pudieron haber aprendido todo esto de los gran- des sociolégos no marxistas del pasado. El futuro de la ortodoxia marxista yace primordialmente enel pasado. Pe- 10, Barrington Moore: Socal Origins of Dict ‘orship and Democracy (Beacon Pres 1966), 1. Theda Skocpot: Stats and Social Revolutions (Cambridge Univesity Press. Inglatera y EU, 199). ron lugar del embalsamado Marx que podemos encontrar en los escritas de los ortodoxos, el pensamiento vigente de Marx, sometido perpetuamente alas prucbas y requerimientos de Popper, estoy convencido, continuara ayudan- do a dar vigor a las ciencias sociales, Leszek Kolakowski, quiz4 el mas sofis- ticado de los comentaristas actuales del Pensamiento marxista, proporciona la siguiente caracterizacion del lugar que ‘ocupa Marx en las ciencias sociales: “vn. €l concepto de marxismo como tuna escuela separada de pensamiento legaré con el tiempo a borrarse y final- mente desaparccerd por completo, como hoy ya no hay "newtonianismo en fisica, “linncoismo” en botanica, “harveyismo” cn fisiologta ni “gaussis. ticas. Lo que resulte permanente de la obra de Marx sera asimilado en cl curso natural del desa- ‘Angel Zamarripa: Autorerato rrollo cientifico".!? Si, como los filisteos pretenden, Marx ¢s parcial. Pero cualquier otro pensador también lo es. Como alguna vez expuso Allred North Whithead, “cada modo de cconsideracin es una especie de faro que aclara algunosde los hechosyque deja al resto en un fondo omitido”.? Lo que distingue a Marx de pensadores menores cen las ciencias sociales no es que sea parcial, sino que, al igual que Freud, y para citar nnevamente a Whitehead, tenia el genio de poder asombrarse”.!* No hay necesidad de enterrar a Marx. El vive, yes nuestro contempordneo. Traduceion: Mauricio Shoji y Rasaura Ancag 12, Leszek Kolakowski: Marton and Beyond (Pail Mal Press. Inglaterra, 1969), p. 204 13, Alfred North Whitehead: Advenures of ‘eas ( Macmillan. EU, 1933). p. $4 14. Merton’ 0: ©, p 153,

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