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Educacion Especial Inclusi6én educativa Nuevas formas de exclusion Algunas reflexiones sobre el contrato fundacional y el mandato social de la escuela especial Maruitp Liniana CortTese* MARCELA FERRARI** Introduccién genes a situaciones histéricas, cultura- les, politicas y sociales que propiciaron Las diferentes instituciones que forman sus inicios. La creacién de las institu- parte de la sociedad remontan sus ori- _ ciones educativas también obedece a una necesidad de la sociedad en un momento determinado de su devenir histérico. Distintos autores (Contreras, Domingo, 1994; Frigerio, Poggi y Tiramonti,1999; Filmus, 1999) coinciden en sefalar que los inicios de la escuela ocurren a partir de dos impor- tantes momentos histéricos. Uno estd relacionado con la revolucién francesa, cuyos ideales de igualdad, fraterni- dad y libertad propugnaban el camino hacia un nuevo régi- men politico, tras el cual se abandonaba la forma monér- quica de gobierno para pasar a constituirse en el gobierno del pueblo. Esto significaba el nacimiento de una nueva identidad politica y so- cial de los hombres, ya que dejaban de ser stibditos del rey para transfor- marse en los ciudadanos de una re- publica. Para el sostenimiento de este nuevo orden politico y social se necesitaba de una institucién capaz de transmitir y controlar aquellos valores y princi- pios que permitirian transformar la sociedad. De este modo, la instruccién publica, como un paso precursor de la escuela, pasaba a constituirse en una herra- mienta primordial para el vehiculo de los intereses de la sociedad que se ini- ciaba. El segundo momento histérico, consi- derado de gran importancia en el ori- gen de la escuela, fue el advenimiento de la primera revolucion industrial y con ella el apogeo del capitalismo. Pa- ra el sostenimiento de esta forma de produccién se hacia necesaria una ins- titucién que garantizara la formacin de un alto numero de trabajadores en diferentes especialidades, en donde pudiera lograrse la transmision de aquellos conocimientos que permitie- ran mantener la especializacion y la division del trabajo. Dentro de este marco, la escuela pasd @ constituirse en la institucién que aparecia como la més apta para el de- safio de llevar a cabo los objetivos Propuestos por las nuevas demandas de la sociedad. Es asi como las relaciones entre la so- ciedad y la institucién escolar comen- zaron a asumir los compromisos de un contrato que se establecié entre ellas bajo la forma de leyes y normas que Pasaron a regular los vinculos entre los miembros de la sociedad y entre éstos yel Estado. Para los autores citados, este acuerdo entre las instituciones escolares y la sociedad se denomina primer contrato © contrato fundacional. Como corresponde a las relaciones contractuales que se establecen entre dos partes, este contrato presuponia el cumplimiento de ciertas funciones y su desempefio sobre un determinado campo de accién, tanto de las institu- ciones escolares como del Estado. Es decir, estas instituciones debian cum- plir con un mandato que la sociedad les habia encomendado, mientras que el Estado, por su parte, cumpliria con las obligaciones que le correspondian, ademas de exigir el cumplimiento de lo pactado a través de las leyes y las normas. En otras palabras, el Estado seria el encargado de controlar el cum- plimiento del mandato social del que se hacian portadoras las instituciones educativas y tendria, a su vez, el deber de cumplir con las obligaciones acor- dadas en el contrato fundacional. Estos dos conceptos, el de contrato fundacional y el de mandato social, re- sultan, para la historia de las diferentes instituciones, una pieza fundamental que otorga sentido y significacién a la realidad actual de muchas de ellas. NOIDVPNA) OLVUINOD 2 3uqOS SINOIKA]JI SvUNNDTY, 74g y Expeniencias Ensayos inte de las instituciones edu- ele ser contradictorio y con- onde las posibilidades de luciones se obstaculizan. Es El prese! cativas 5 flictivo, 4 ofrecer sol posible que algunas de esas situacio- nes conflictivas estén vinculadas a sus propios origenes, a determinados acuerdos incumplidos 0 a mandatos desoidos. Dentro de este marco, en el presente articulo se pretende reflexionar acerca del surgimiento de la escuela especial, indagar y analizar el contrato fundacio- nal y el mandato social de la escuela especial, una institucién educativa sin- gular con una historia particular. Contratos fundacionales y mandatos sociales Frigerio et al. (1999) sostienen que ca- da institucién se construye a partir de Jo que puede llamarse un primer con- trato 0 contrato fundacional, donde quedan establecidos los derechos y obligaciones de cada una de las partes sociales que intervienen en él. En el primer contrato 0 contrato fun- dacional establecido entre la escuela y la sociedad, los aspectos explicitados permiten distinguir tres logicas diferen- tes, ellas son: la légica civica, la logica econémica y la logica doméstica. A es- tas tres se agrega una cuarta, la légica de las ciencias. La logica civica hace referencia a los intereses generales e igualdad de oportunidades; la Vogica econdmica se halla vinculada a la nes yel trabajo; la logica doméstica esta relacionada con lo: familias y los individuos y, final- mente, la légica de las ciencias se rela- n las fuentes del conocimiento produccién de bie- s intereses de las ciona Col erudito (ob. cit: 21). En el marco del contrato fundacional, la sociedad es la encargada de sefialar el tipo de conocimientos que la escue- la transmitird, ademas de decidir a quiénes estaran destinados dichos co- nocimientos. Esto permitiré a la socie- dad asegurarse de que su mandato sea cumplido en tanto se transmita lo que ella espera transmitir a las futuras generaciones. La escuela, por su parte, también cuenta con la posibilidad de participar en la definicion del contrato fundacio- nal a través de su organizacién, gestion y practicas pedagégicas. Es decir, cada escuela en particular puede otorgarle un cardcter propio al acuerdo que rea- liz6 con la sociedad. De hecho, hay instituciones que se caracterizan por apegarse fuertemente a determinadas tradiciones sociales instituidas, mien- tras que otras se identifican por sus tendencias innovadoras. Lo comin en todas las instituciones escolares es la presencia de un curti- culo prescripto, por medio del cual se hace explicito el acuerdo que existe entre la escuela y la sociedad. El curti- culo prescripto contiene la forma en que se realiza la transmision y la distr bucién de conocimientos, transforman- dose en un organizador institucional en la medida en que organiza las pro- puestas pedagogicas, las actividades Sulicas, los materiales de trabajo, la distribucién de los espacios, etc.; ade- més de contar con la posibilidad de que cada institucién pueda actualizar los términos establecidos en el contra- to fundacional. Para las autoras, la forma en que se tealice la reactualizacién de los térmi- nos del contrato en cada institucién puede evidenciar, por ejemplo, la pre- sencia de un curriculo que explicita- mente manifieste una tendencia a di- ferenciar la distribucién del conoci- miento, de acuerdo con la ubicacién de los diferentes grupos sociales, he- cho que traduce la prioridad de la 16- gica econdémica sobre las ldgicas civi- cas y domésticas. Mientras que, si sélo se atiende a las légicas civicas y do- mésticas a través de una distribucion equitativa del conocimiento, sin aten- der a los requerimientos y el avance de la ciencia, puede que no sea tenida en cuenta la légica econémica. Seguin las autoras citadas, la presencia de estas ldgicas esta fuertemente cuestionada en la actualidad, ya que tanto la escuela como el Estado pare- cen haber incumplido los acuerdos es- tablecidos en el pacto fundacional. Asi para el Estado es la escuela quien ha desobedecido el mandato encomen- dado, alejandose de las necesidades que plantean los avances de la socie- dad y el mercado, mientras que la es- cuela sostiene que el Estado abando- 1n6 muchas de sus obligaciones, recar- La obra de Binet inicia Ia instala- cién de un nuevo modelo en edu- cacién especial, ef modelo estadis- tico, que dard lugar a la pedago- gia diferencial. El modelo estadis- tico reemplaza al modelo médico patolégico y pasa a tener vigencia casi universal, Pero, a pesar de desplazarlo, sigue nutriéndose del modelo médico patolégico cuando trata de explicar algunas cuestio- nes, como por ejemplo los motivos de los desvios por debajo de la media de Ia inteligencia. gandola de funciones y responsabili- dades que no siempre le correspon- den desde su lugar de institucién educé El contrato fundacional o primer con- trato establecido entre la sociedad y la escuela contiene un mandato social; Fernandez (2001), para referirse a este mandato social, afirma que en sus as- pectos explicitos y formales, el manda- to social se expresa en fines y objetivos formales, en tanto que en sus aspectos ocultos, alude a un imperativo implicito relacionado con el lugar que los egre- sados tienen reservado en la estructura yr syvnabyy socioecondmica y en Ia distribucién del poder politico (ob. cit., 108). Fernandez (2001) sostiene que el mandato social se halla vinculado con ssyyworswpyny o1vuinos ]2 3uqOs sano} 20 y Expeniencias /49 Ensayos concepciones referidas al aprendiza- je, a la ensefianza, a la sociedad, a la escuela, etc.; dichas concepciones cumplen la funcién de otorgarle legi- timidad al mandato social, aunque en ocasiones también sirven para encubrirlo. Es decir, existiria un mandato social oculto que se encontraria subyacien- do al funcionamiento general de las instituciones, a través de sus nor- mas, de su organizacién, de su curri- culo y hasta incluso de los recursos econémicos que se le asignan a la instituci6n. Los aspectos ocultos del mandato social operan a veces con mayor fuerza que el curriculo formal, a tal punto que tienen una permanente presencia en la vida diaria de la es- cuela, impregnando las acciones y las practicas de los diferentes actores sociales. La influencia de este man- dato social oculto tiene tal alcance que se lo equipara con un curriculo paralelo. Segin la autora, el mandato social de la escuela, considerando tanto sus aspectos explicitos como implici- tos, seria un doble mandato, un mandato cuya naturaleza se define por medio de una paradoja. Es decir, el mandato social de la escuela se halla atravesado desde su contrato fundacional por una doble tenden- cia: por una parte, la de garantizar la existencia de una forma de vida y, por la otra, la de inaugurar una nue- va dinamica social. Frigerio et. al (1999) sostienen que si se vincula este dable mandato con los origenes de la escuela, es posible ha- llar este doble imperativo de la socie- dad hacia las instituciones educativas. Donde, si bien se refleja la exigencia de servir como base de una sociedad més justa, donde los hombres sean considerados en igualdad de derechos para acceder a los bienes sociales, al mismo tiempo, el sostenimiento de es- te estado de derecho significa mante- ner un sistema de produccién con una distribucién diferenciada de puestos laborales y posiciones sociales. En palabras de las autoras, es posible afirmar que, como huella y marca de su paradoja de origen, la escuela es una institucién atravesada permanen- temente por dos tendencias, una re- productivista, conservadora, que tien- de a perpetuar un orden; y una ten- dencia innovadora, transformadora, que se propone modificar ese orden (ob. cit, 22). En sintesis, desde su vertiente repro- ductivista, conservadora, la escuela no sélo es la institucion a través de fa cual la sociedad se asegura la formacién de la mano de obra necesaria y la distri- bucién de lugares a ocupar en la piré- mide laboral, sino que es también el lugar en donde las diferencias indivi- duales son puestas al descubierto bajo la presiOn de las recompensas y las mejores calificaciones, o la descalifica- cidn y el fracaso. Desde su vertiente innovadora, trans- formadora, la escuela apuesta a cami- nar por el sendero de la utopia, reci- biendo en sus espacios a los indivi- duos més diversas, con el tinico fin de hacer justicia a los ideales que la fun- daron. Una institucién educativa con una historia la escuela especial gular En los inicios de la educacién especial El inicio de la escuela especial puede ser rastreado a través de la historia que registra, con el correr de los si- glos, la educacién especial en la civil zacin occidental. De acuerdo con Muntaner (1998), la historia de la educacién espe- cial puede abordarse desde dos perspectivas: una se refiere a los co- nocimientos e in- vestigaciones acer- ca de la tematica; y la otra a las actitu- des e intereses so- ciales de la proble- ‘matica, aunque am- bos enfoque se com- plementan Diversos autores (Braslavsky, 1984; : lus, 1995; Garcla Gar- iy Cla, 1988; Muntaner, \ 1998; Rins, 2000) coinci- ' den en sefalar que, antes de 1800, el problema desde el punto de vista cientifico no existe, este perio- do estuvo dominado por el pesimismo y el negativismo. Antiguamente se Practicaba el infanticidio y en la Edad Media y Moderna las actitudes mas co- Munes eran las de expulsién y el re- chazo, tratando de mantener a las per- sonas “indeseables” lejos de la socie- dad y, al decir de Lus (1995), de la conciencia publica. Existian instituciones que albergaban personas con diferentes alteraciones: dementes, sordos, ciegos, deficientes mentales, etc.; se suponia que debian permanecer en esos asilos hasta su cu- racién, que, continuando con los plan- teos que realiza Lus (1995), era lo mis- mo que decir hasta su muerte, porque la curacién en numerosos casos no ocurtia nunca. Estos asilos estaban bajo atencién mé- dica, y es por ello que la educacién especial nace de la mano de la medicina, Sin embargo, al final de es- te extenso periodo surgen algunos trabajos tendientes a remediar 0 mejorar la si- tuacion de este grupo so- cial, es asi como el Fray Ponce de Leén trabaja con personas sordas. Para Garcla Garcia (1988), el perlodo comprendido en- F tre el siglo Xvi y el xvi, conocido para la humani- dad como de la Razén y las 4G Luces, no demostré ser > [yworovpway o1vuinod [3 3uqos sano! muy diferente a los anteriores en el trato con las personas discapacitadas, ya que las practicas aberrantes a las que fueron sometidas muchas de ellas, sobre todo los nifios, parecen propias de un periodo en los que reind la 0s- curidad y el espanto. Por ejemplo, los nifios con deficiencia mental eran abandonados en los orfanatos, donde mendigos profesionales los compraban por unas pocas monedas y se encarga- ban de mutilarlos o romperles piernas y brazos, con el fin de que esta imagen spirara mas lastima y asi recaudar més limosnas. Otro ejemplo citado por el autor describe la situacién que ocu- rria en el Centro de Bethlem (Lon- dres), donde se pagaba por entrar a contemplar el espectéculo. De acuerdo con el autor, este periodo puede ser denominado como ef gran encierro, porque todo aquel que no segula los dictamenes impuestos por la Raz6n no era considerado digno de vivir junto a los que gozaban de esta Se desarrollo, en los diferentes pai- ses (aunque no siempre simulténea- mente en el tiempo), un sistema educativo paralelo y separado del ordinario, con el fin de conducir a la persona discapacitada al logro de una vida adulta lo mds indepen- diente posible y con reconocimiento social, siempre teniendo en cuenta las posibilidades del sujeto. condicién necesaria, prescrita por los cénones dados por la Hustracién. En consecuencia, los locos, los deficien- tes mentales, los delincuentes, los pobres, las prostitutas, los ancianos los asesinos, eran hacinados en asilos y manicomios, dado que estaban per- didos para la sociedad por no demos- trar la presencia de /a luz con que la Raz6n iluminaba sus vidas y sus pen- samientos. La educacién especial y el modelo médico Muntaner (1998) sefiala que, a comien- z05 del siglo XIX, se inicia un movimien- to encabezado fundamentalmente por médicos que comienzan a trabajar con el propésito de encontrar altemativas de intervencién en relacién con la dis- capacidad en general. El trabajo de este reducido grupo era aislado y en mu- chas ocasiones mal interpretado, pero abre un camino que dejara profundas huellas en la educacién especial. Un aporte importante enmarcado en este movimiento es el de Gaspar Itard (1774-1836), quien encontré un nifio en estado semisalvaje, en el bosque de Aveyron (Francia), al que llamo Vic- tor, lo llevé a vivir a Paris y obtuvo su custodia. Comenz6 a trabajar en un in- tenso programa educativo y al cabo de cinco afios pudo lograr que Victor co- nociera los rudimentos del lenguaje ¥ manejara algunas habilidades sociales, logrando adiestrar sus sentidos y SU memoria. A través de este hecho, Itard demostré la importancia de la aten- cién a las personas deficientes menta- les y las posibilidades que éstas tienen para ser educadas. Esta obra iniciada por Itard es llevada a una verdadera técnica pedagégica por su sucesor Edouard Seguin (1812-1880). Prudhommeau (en Lus, 1995) sefiala que se construye asi el primer sistema pedagégico basado en una teoria cientifica, el sensualismo. EI sensualismo, elaborado por Etienne Bonnot de Condillac (1714-1780), fue descripto en su Tratado de las sensa- ciones. El objetivo de Condillac era mostrar cémo las sensaciones deter- minan las actitudes espirituales del hombre. Pretendia reconstruir el desa- rrollo del espiritu humano desde la sensacién mas simple hasta los cono- cimientos mas complejos (Abbagnano y Visalbergui, 1995). Dentro de esta orientacién, y segiin lo entendieron los hombres de la €poca, era esencial aprender a discriminar, porque en la base del conocimiento estan las sensaciones. La pedagogia que de este modo desarrollan Itard y su sucesor Séguin, al igual que otros precursores de esta época, conserva de la medicina la idea de curaci6n y la ejercitacién sensorial como camino de acceso a la cura. Merecen destacarse también los apor- tes de Guggenbuhl, quien en 1844 funda un centro que tenfa como pro- pésito la ensefianza y el tratamiento médico de nifios deficientes menta- les. Muntaner (1998) destaca la im- Portancia de su obra, ya que tuvo mucha difusién en todo el mundo ci- vilizado, hasta que dos razones provo- caron su descrédito. Una de estas ra- zones se explicaba por el fracaso de la cura de los sujetos tratados; yla otra razén obedecié a la desorganiza- cién del centro. También merecen destacarse los aportes de S. Howe (en Muntaner, 1998), quien fundé un asilo para cie- g0s, la “Institucién Perkins” y abogé por la educacién publica para los dis- capacitados. Muntaner (1998) sefiala que estos mé- dicos, pioneros de la educacién espe- cial, demostraron que se podia educar a las personas discapacitadas con in- tervenciones adecuadas y teniendo ha- cia ellos un trato humano, lo que re- percutid para mejorar el trato social hacia estas personas. Sin embargo, es- tos intentos de dar educacién, en gran medida por los propésitos ambiciosos que se propusieron, terminaron fraca- sando, lo que aumenté la idea de irre- cuperabilidad del discapacitado. El autor citado sefiala que, durante el ultimo tercio del siglo XIX, la creacion de escuelas para deficientes, promovi- das por el movimiento y las ideas que surgen a partir de este grupo de médi- cos, fue degenerando en asilos 0 cen- tros, donde a las personas discapacita- das se les brindaba un cuidado asis- tencial, proteccionista y aislante de la sociedad, que reforzaba la imagen de ‘amenaza social y de peligro que de hr s]yNOID¥pNay OLYUINOD ]2 3UqOS SINOIX3]]IN sv¥RAD]Y 749 Exsayos y Experiencias ellas Se tenia. Conjuntamente con esta evolucién institucional, surgen descu- brimientos e informaciones que favo- recen las ideas negativas hacia los dis- capacitados; Muntaner sefiala funda- Mentalmente tres fuentes que marcan el cambio social y que todavia hoy re- percuten en la opinién y actitudes de muchas personas. Una de ellas es la aparicion de la genética como ciencia y el conocimiento de la teoria de la evo- lucién de Darwin, que sostenia la ex- tincién de las especies mas débiles y menos preparadas. Otra fuente que sefiala es la relacién que se hace entre pobreza, crimen y deficiencia, suponiendo que esta ulti- ma es un problema hereditario. Surgen entonces diferentes movimientos so- ciales que fomentan la marginacién, fundando instituciones donde se alber- gaba a los internos con una peligrosa deshumanizacion. El tercer factor que sefiala el autor es la aparicion del test de Inteligencia de Binet, que posibilitaba la deteccién de los deficientes mentales; se descubrid que un 2 0 3% de la poblacién se en- contraba dentro de esta categoria. Para Garcia Garcia (1988), no obstante los progresos que se realizaron en este periodo, sobre todo en lo que respecta a los trabajos pioneros de los médicos mencionados; las ideologias que se- guian subyaciendo en la sociedad, en cuanto al trato de las personas con de- ficiencia mental, demostraban que los prejuicios y las tendencias segregacio- nistas estaban lejos de desterrarse. Para este autor, el siglo XIX y la prime- ra mitad del siglo Xx representan lo que él denomina /a era de Jas Institu- ciones. Este momento se caracteriza por la creacién de una gran cantidad de instituciones de importantes pro- porciones, ubicadas generalmente le- jos de los centros poblados, protegi- dos con altos enrejados; que se encar- gaban de la atencin de una numero- sa poblacion de pacientes de muy di- ferentes patologias y caracteristicas, como por ejemplo: dementes seniles, psicéticos, deficientes mentales, delin- cuentes, etcétera. Bajo el pretexto de la tranquilidad que proporcionaba el ambiente del campo y con la preten- sién de que a mayor niimero de inter nados menor seria el costo de los ser- vicios, se condenaba a todas estas personas a vivir en condiciones de ha- cinamiento e insalubridad, ademas de alejarlos del contacto del resto de la sociedad. La educacién especial y el modelo estadistico Debido a la importancia que tuvieron en la historia de la educacién especial los aportes de Binet, se cree impor- tante desarrollarlos. Durante sus pri- meros trabajos en el campo de la dis- capacidad, este médico se dedicé a estudiar las intervenciones sensoriales, pero posteriormente inicié una etapa cualitativamente distinta. Lus (1995) sefiala que, cuando la es- cuela primaria toma caracter de obli- gatoria y gratuita, mucha gente que no habia recibido ninguna educacién in. gresa al sistema educativo, al que has- ta ese momento habia tenido acceso s6lo la nobleza, a través de algunos preceptores, y parte de la poblacién urbana de alguna parroquia. Binet fue llamado entonces a estudiar el nuevo problema que surgia en ese contexto: algunos niftos no aprendian como es- peraba la institucién escolar, La autora citada sefiala que comenzé estudiando el desajuste entre los con- tenidos que la escuela consideraba que debian aprender y el rendimiento de los nifios a través de lo que llamé “retardo pedagdgico’. Explicé ese des- fase por el déficit de Ia inteligencia; sin considerar que la escuela es una institucién de caracter social. De ese modo, creé las primeras pruebas psi- coescolares. En 1905, Alfred Binet y Th. Sim6n (su colaborador) crearon la es- cala métrica de la inteligencia de cuya aplicacién nace el concepto de nivel ‘mental. Sugirieron que el grado que alcanzaba la deficiencia mental podia ser traducido en términos de edad mental y clasificaron la deficiencia en: idiocia, imbecilidad, debilidad mental. La obra de Binet inicia la instalacién de un nuevo modelo en educacién es- Pecial, ef modelo estadistico, que dara lugar a la pedagogia diferencial. Al de- cir de Lus (1995), el modelo estadisti- Co reemplaza al modelo médico pato- légico y pasa a tener vigencia casi uni- versal. Pero, a pesar de desplazarlo, si- gue nutriéndose del modelo médico Patolégico cuando trata de explicar al- ly f gunas cuestiones, como por ejemplo los motivos de los desvios por debajo de la media de la inteligencia. Pronto se advirtié la falta de constan- cia del retardo mental y se comenza- fon a buscar pruebas de medicién més exactas. Como respuesta, surge la nocién de cociente intelectual (Cl), creado por W. Stern en 1915, cuya ci- fra se obtiene de dividir la edad men- tal por la edad cronolégica y multipli- carla por 100. Diversos autores realizaron numerosos estudios para demostrar la invariabili- dad del Cl; ademas, la aplicacién de estas pruebas, especialmente la revi- sién Stanford realizada por Terman - Merril, es generalizada a las diferentes En el Informe Mary Warnock (pu- blicado en 1978) se introducen una serie de conceptos que cam- bian el eje de la educacién espe- cial, permiten no centrar la aten- cidn sobre las personas discapaci- tadas y sus dificultades, sino so- bre los elementos con que cuenta el medio para su educacién y apoyo. Del sefialado informe sur- gen los términos: necesidades educativas, necesidades educati- vas especiales, recursos educati- vos, centros de apoyo, adaptacio- nes curriculares, 74g y Expeniencias Ewnsayos discapacidades y se realizan adapta nes para emplear con nifios paraliticos cerebrales, con nifios ciegos, con nifios sordos, etcétera. ptacio- Como consecuencia de la nocién de Ci, se realizé una nueva clasificacion de los deficientes mentales en: custo- diables, entrenables y educables. Ademas, se diversificé la oferta educa- tiva teniendo en cuehta el nivel de dis- capacidad del sujeto y su influencia también llego a la escuela comun, donde reforzé la aspiracion a trabajar con grupos homogéneos. Este periodo de la educacién especial fue denominado por Berta Braslavsky (1983) periodo estatico, en el cual la condicién de sujetos deficientes, que se conocia a través del resultado de los test, predeterminaba el destino educativo de los nifios. El periodo comprendido a partir de 1940 quizds es el que més dificultades presenta para su organizacion logica, se pueden distinguir dentro de él di- versos movimientos Muntaner (1998) sefiala que se obser- v6 un cambio en las actitudes de la sociedad debido a nuevos avances en las investigaciones, pero lo que mas fuerza tuvo fueron ciertos aconteci- mmientos politicos. Al finalizar la segun- da guerra mundial, se incorporaron a la sociedad numerosos minusvalidos de guerra, principalmente en Europa, que no podian ser marginados, sino que debian y reclamaban vivir en la comunidad. De este modo surge la necesidad de distintos servicios de apoyo y de programas de beneficen. cia y de seguridad social, los cuates beneficiaron tambien a los discapaci. tados. Por otra parte, las aportaciones realiza. das desde diferentes estudios e inves. tigaciones, tanto en el campo de la medicina como en ef psicolégico y en el pedagdgico, trabajo con las personas discapacita- das, a través de nuevas teorias y resul- tados en las practicas. inden a ampliar el Lus (1995) sefiala diferentes estudios que permiten desmitificar el concepto de Cl, entre ellos se pueden citar los realizados por Samuel Kirk (1962), Ro- senthal (1966), las experiencias reali- zadas por Skodak y Skeel (1978). Estos y otros trabajos demostraron que el Cl sufre variaciones a través del tiempo y que éstas muchas veces son conse- cuencia del ambiente en el que el su- jeto interactua. También merecen destacarse una Se rie de aportes realizados por diversos investigadores que permiten nuevos abordajes educativos en la educacion especial; entre ellos puede citarse @ Barbel Inhelder en su tesis doctoral de 1947, Los aportes de Zazz6, quien aplicé una bateria de test destinad® medir distintos aspectos de la inteli- gencia, arribé al concepto de whetero- cronia’, que caracteriza a la debiidad mental y que definid como el deficit de integracién entre la edad mental ¥ la edad cronologica. ¥ los de Vigos"Y cuyas opiniones sobre la educacion especial, 0 la defectologia practica, co- mo aparecen en sus trabajos, se cono- cieron tardiamente -aunque desarro- llara su teorla tempranamente-, Aeste periodo se lo puede subdividir en dos etapas: la primera, marcada principalmente por la influencia en el ambito educativo de la nocién de cl, que se caracteriza por la fundacién de instituciones y centros especificos pa- ra la atencién de diferentes tipos de discapacidad. Se desarrollé en los di- ferentes paises (aunque no siempre simultaneamente en el tiempo) un sistema educativo paralelo y separado del ordinario con el fin de conducir a la persona discapacitada al logro de una vida adulta lo mas independiente posible y con reconocimiento social, siempre teniendo en cuenta las posi- bilidades del sujeto. Es de este modo como se afianza la escuela especial, la cual cuenta con un curriculo similar al de la educacién comtin, pero cuyos contenidos se dictan en periodos mas extensos. La educacién especial y los movimientos integracionistas La segunda etapa, que corresponde al periodo del modelo estadistico, se ini- cia alrededor de 1960 y se caracteriza por el surgimiento de trabajos con re- lacién a la atencién temprana de la persona con discapacidad. Se comien- za a hablar de estimulacién temprana, justificandola en la necesidad de aten- der a los nifios en su mas temprana edad debido a la plasticidad de su sis- tema nervioso, pero también el objeti- vo de esta atencidn se centré en la necesidad de mejorar los malos resul- tados de la escuela especial; se pensé que, si los nifios entraban al sistema educativo habiendo sido atendidos previamente, los resultados de las es- cuelas especiales serian mejores. Es importante destacar la influencia que tuvieron, durante esta segunda etapa, los movimientos realizados des- de diferentes asociaciones de padres y asociaciones formadas por los mismos discapacitados, a lo que se le han uni- do movimientos gubernamentales y no gubernamentales. La preocupacién de estas organizacio- nes tenia como objetivo lograr un ma- yor aprovechamiento y enriquecimien- “-]yo!D¥pNny otv¥INOD |3 JUGOS saNOIXI]]IH suYNAD]Y vag Expeniencias y Exsayos to en pro de la educacién de los disca- pacitados. La mayoria de ellos surgie- ron como respuesta a la educacién que estaban recibiendo estas personas. En los paises del Norte de Europa, a fi- nales de la década del °50, N. E. Bank- Mikkelsen definié el principio de "nor- malizacién’, que indica la necesidad de que la persona discapacitada desarrolle una vida tan normal como le sea posi- ble. Dicho concepto esta totalmente unido y promueve al de “integracién’. El surgimiento de estos conceptos lugar a una serie de movimientos que se oponian principalmente a la educa- cién del discapacitado en las escuelas especiales y pedian para ellos interven- ciones educativas menos segregadoras; este movimiento estuvo apoyado por distintos grupos sociales y fundamen- talmente por maestros de escuelas es- peciales y padres. Durante la década del ‘70 tiene lugar en Inglaterra la elaboracién de un in- forme, hoy conocido como Informe Mary Warnock (publicado en 1978). Es- te documento se origina debido a una serie de consultas que realiza el Depar- tamento de Educacién y Ciencia en respuesta a un debate parlamentario de la época. En él se introducen una serie de conceptos que cambian el eje de la educacién especial, que permiten ya no centrar la atencién sobre las per- sonas discapacitadas y sus dificultades, sino sobre los elementos con que cuenta el medio para su educacién y apoyo. Del sefialado informe surgen los términos: necesidades educativas, necesidades educativas especiales, re- cursos educativos, centros de apoyo, adaptaciones curriculares, tan usados en las actuales bibliografias. Es también el Informe Warnock el antecedente mas proximo al "Pro- yecto marco de accién sobre necesi- dades educativas especiales’, elabo- rado en Salamanca en 1994, docu- mento que ha servido de base a dis- tintos paises que han intentado mo- dificar el sistema educativo con el espiritu de aunar los sistemas educa- tivos especial y comun (Espafia, Ar- gentina, entre otros). Recién a partir de 1960 comienzan a manifestarse cambios de mayor im- portancia en el trato de las personas mental, sobre todo luego de las propuestas basadas en os principios de integracién y norma- lizaci6n. Este es un momento en el que quedan al descubierto las defi- ciencias de los servicios destinados a las personas institucionalizadas en los centros de reclusién mencionados. Estos acontecimientos, sumados a la declaracién de los Derechos Huma- nos y de los Derechos del nifio pro- clamados por las Naciones Unidas, despiertan en la sociedad la concien- cia de brindar un trato mas adecuado a las personas con deficiencia mental. Asi es como, en 1966, durante el 1V Congreso Internacional de Asociacio- nes Protectores de Deficientes Menta- les, llevado a cabo en Jerusalén, se realiza la Declaracién de los Derechos Generales y Especiales del Deficiente Mental. con deficienci El contrato fundacional y el mandato social de las escuelas espe: les Los anormales y Ia educacién especial Ala luz de la historia de la educacion especial, es posible reflexionar acerca del contrato fundacional y el mandato social de las escuelas especiales, ha- ciendo referencia al andlisis de Fou- cault (1975) acerca de la consideracién social de las personas que no respon- dian al comin denominador esperado por la sociedad en diferentes momen- tos de la historia occidental. Para el citado autor, el concepto de aquellos individuos considerados anor- males fue sufriendo cambios con el correr del tiempo y se encontraba inti- mamente unido al saber médico. De esta manera, distingue la secuencia de tres figuras que constituyen el ambito de la anormalidad: el monstruo huma- no, el individuo a corregir y el nifio masturbador, que coinciden con dife- rentes momentos en la evolucién del saber médico, sobre todo en lo que hace al campo de la psiquiatria; podria decirse que estas tres figuras se consti- tuyen en los antecesores del sujeto anormal que aparece como tal en el siglo XIX. Es necesario sefialar que no nos de- tendremos en el extenso desarrollo que sobre el tema de las tres figuras realiza el autor, sin embargo, se sefia- lard cémo la sociedad se sittia frente a los individuos anormales en una posi- Quedan al descubierto las defi- ciencias de los servicios destina- dos a las personas institucionali- zadas en los centros de reclusion mencionados. Estos acontecimien- tos, sumados a Ia declaracién de los Derechos Humanos y de los Derechos del Nifio proclamados por las Naciones Unidas, despier- tan en Ia sociedad fa conciencia de brindar un trato mds adecuado a las personas con deficiencia mental. cién de defensa frente al peligro que éstos representan y la manera en que van creando mecanismos y técnicas de control de ese peligro. Foucault (1975) sefiala cémo el poder médico y el poder legal se van unien- do para lograr ampliar sus marcos de control social. Asi, el citado autor ex- plica que en el periodo comprendido entre fines de los siglos XVIII y media- dos del siglo XIX, la psiquiatria no se constituyé como parte del campo mé- dico sino como una rama de la higie- ne publica. En palabras del autor: “Antes de ser una especialidad de la medicina, la psiquiatria se institucionalizd como dominio particular de la proteccién social, contra todos los peligros que puedan venir de la sociedad, debido a la enfermedad 0 a todo lo que se puede asimilar directa o indirecta- |yNoloypwny OLvuiNOD ]2 3uqos $3NO1X3]]3u SYYNADTY 30 sag y Experiencias Exsayos mente a ésta. La psiquiatria se institu- cionalizé como precaucién social, co- mo higiene del cuerpo social en su to- talidad” (ob. cit. 115). Este hecho estaria indicando una rela- cién posible entre lo que se sefiala més arriba con respecto a la historia de la educacién especial y el trato que re- cibian, en este mismo petiodo, las per- sonas consideradas anormales. Es de- cir, en la historia de la educacién espe- ial se indica cémo el tema de las per- sonas anormales pasa a ser una preo- cupacién de un grupo de médicos; la pedagogia, el aprendizaje, la educacién y cualquier tipo de intervencién esta- ban tefiidos en esta época por la idea de “curacién” que remitia al saber del médico. Se ve reflejada aqui esa idea de la enfermedad vivida como una amenaza en cualquier estrato de la vi- da del hombre, no sélo en el ambito de lo biolégico u organico, sino afec- tendo lo social, lo afectivo, lo indivi- dual, lo colectivo, a lo que se agrega la necesidad de protegerse de ese signo patolégico a través de la curacién, en cualquier orden de la vida. Es en este periodo donde se encuentran los tra- bajos ya nombrados de Itard, Seguin, Guggenbuhl, Howe, entre otros. A pesar del trabajo pionero que reali- zaron estos médicos en lo que podria considerarse el campo de la educacién especial, uno de los mecanismos de control social mas extendido en esta misma época fue justamente la exi tencia de asilos y grandes centros des- tinados a separar a los “enfermos” del resto de la sociedad. Con el avance del saber médico y la aparicién del instinto, el deseo o la pulsién, el contexto de anormalidad va descentrindose del niicleo de la enfer- medad, transitando el camino desde el monstruo humano y el individuo a co- rregit hacia el pequefio perverso, es decir, los limites de la anormalidad se amplian y con ello todos los mecanis- mos de control de lo peligroso y de lo que no entra dentro del orden y la norma prevista. Para Foucault (1975), es en este mo- mento donde aparece una nueva for- ma de poder, de control sobre lo social que no se dirige a delincuentes o inocentes, ni a enfermos en confronta- cién con no enfermos, sino a la catego- ria de los anormales 0, si lo prefieren, es en ese campo no de oposicién sino de gradacién de lo normal a lo anor- mal... (ob. cit, 49). A esta nueva forma de control la denomina normalizacién. De esta manera, el control social ya no se vera limitado al poder ejercido por os asilos y manicomios sino que se extenderd a otras instituciones socia- les, como son la familia y la escuela. En este periodo, que corresponde al inicio de la escuela puiblica y con ella la gratuidad y la obligatoriedad de la ensefianza primaria, es donde hara su aparicién aquel nifio que no responde al aprendizaje de los contenidos esco- lares tal como se espera, de acuerdo con su edad cronolégica. En relacién con el desarrollo de la his toria de la educacién especial, este pe- riodo, que abarca desde el ultimo ter- cio del siglo XIX hasta la segunda mi- tad del siglo XX aproximadamente, juega un papel muy importante, dado que en él tienen lugar los trabajos de Binet, Simon, Stern, Treman - Merril y la influencia que éstos tuvieron en la creacién masiva de las escuelas espe- ciales, ya que aqui es donde aparece “una norma, una medida, un cociente” que sirven como pardmetros para me- dirla “normalidad". La creacién de instituciones escolares que atiendan diferentes tipos de dis- capacidad llevé a que los paises orga- nizaran un sistema educativo paralelo, separado, distinto al ordinario para ni fios que no respondian a los criterios de una “inteligencia normal". Posibilidades para el andlisis Luego de lo expuesto, a partir de la mirada hist6rica realizada sobre la educacién especial, unida al analisis que hace Foucault (1975) de los po- deres y mecanismos de control social en relacién con las personas conside- radas anormales, es posible encontrar un punto de partida para el andlisis del contrato fundacional y el mandato social de las escuelas especiales. La escuela publica, que en sus inicios Se encontraba cumpliendo con los ideales que la fundaron, esto es, acer- car la educacién a todos los hombres Por igual como un derecho basico al que debian tener acceso, no conté con la posibilidad de que “no todos los hombres son iguales'. Asi, frente a un mandato social explicito, comien- zan a operar los mecanismos de un mandato social oculto que le permitiré cumplir lo pactado con la sociedad. El papel de la escuela comin en la aparicién de la escuela especial es central, ya que estos sujetos anorma- les, diferentes, aparecen justamente en sus aulas. Cémo responde, entonces, la escuela comin al mandato social que recae sobre ella; cémo garantizaré la formacién de una mano de obra ca- lificada con sujetos que se resisten a los estandares establecidos por el sis- tema educativo; cémo responders a la légica econémica o a la logica de las ciencias que se explicitan en el contra- to fundacional. El mandato social de la escuela co- miin, que se manifiesta a través del curticulo prescripto, no tiene alcance en aquellos individuos que no pueden aprehenderlo. Frente al fracaso de sus mecanismos de “normalizacién” (en el sentido que Foucault le da al término), la escuela comtin responde con otro mecanismo que se refleja en el fracaso escolar, es decir, que operaria una suerte de castigo encubierto por me- dio de la atribucién que se le hace al alumno de su propia incapacidad. Es posible pensar, tal vez, que el fraca- so escolar, en este caso, estaria ope- rando bajo la influencia de un manda- to social oculto, no explicito, pero si con la suficiente fuerza y el suficiente poder para lograr un movimiento cen- \ vNolovpwn] o1vuinod ]2 3uqos s3¥o}xa])10 svUNAb]Y y Expeniencias /49 Ensayos trifugo que le permitiera a la escuela comun poner fuera de ella los elemen- tos que obstaculizaban la homogenei- dad de su poblacién. En este marco, se podria decir, que el Primer contrato 0 contrato fundacional entre la escuela especial y la sociedad responde a una necesidad de ésta ulti- ma de ejercer el control sobre ciertos individuos que no responden a la “nor- ma’, sujetos considerados anormales. Esta necesidad social provoca, pues, la aparicién de las escuelas especiales que se organizan en la mayoria de los paises bajo un sistema educativo para- lelo al ordinario, con lo cual se respon- de a la legitimacién de un nuevo man- dato social, el de la escuela especial. La aparicién de las escuelas especia- les también obedece a la tendencia conservadora, reproductivista, que tiende a perpetuar el orden estableci do y que se encuentra estampado en la paradoja de origen de la escuela comtn. Esto se refleja en el periodo histérico que coincide con el auge del modelo estadistico en la educacin especial, a partir del cual comienza le- gitimamente la clasificacién y etique- tamiento sobre la base de la medida del cociente intelectual. sin embargo, y a pesar de que el naci- miento de la escuela especial ocurre de la mano de una tendencia repro- ductivista, se hace heredera, también, de una tendencia innovadora, transfor- madora que se pone de manifiesto en los movimientos tendientes @ la inte- gracidn que ocurren a partir de la se- gunda mitad del siglo xx. La historia de la educacién especial, en su singularidad, muestra el acuerdo que establecié la sociedad con dife- rentes instituciones para poder resol- ver sus conflictos, a lo largo del tiem- Po. Este acuerdo, en muchas ocasio- nes, se encontré tefiido por la cruel- dad y el afin de dominio de algunos hombres sobre otros. Por su lado, la escuela especial man- tiene con la sociedad un acuerdo que la obliga a responder por el mandato social establecido en su contrato fun- dacional. Pero, muchas veces, la fuerza de la tendencia innovadora le recuerda que sus aulas no se encuentran pobla- das de anormales, sino de personas diversas, diferentes, como lo son todos los hombres en su singularidad, para los que serd posible trabajar pensando en [a transformacién y la inauguracién de un nuevo periodo histérico de la educacién, seguramente signado por los ideales de fraternidad y libertad. Al iniciar este articulo, se creyd necesa- tio tratar el tema de los origenes de la escuela comin, porque es a partir de su existencia, de su historia y de los acuerdos y mandatos sociales que se establecieron entre ella y la sociedad que la escuela especial, en el marco de la educacién especial, tiene su pro- pia génesis. La conformacién de la es- cuela especial de la mano de la escue- la comun hace que ambas se mimeti- cen en cuanto a su funcionamiento y organizacién, a la distribuci6n de los espacios en sus edificios y hasta inclu- so en lo que se refiere a los aspectos curriculares. Sélo que la existencia de la escuela especial se justifica, desde una perspectiva reproductivista, en tanto la escuela comtin necesite man- tener fuera de sus aulas a los alumnos que muestren determinadas diferen- cias. Si cambia la perspectiva, la posicion de la escuela comin tiende a eviden- ciar sus aspectos transformadores y comienza a manifestarse como una escuela que no diferencia a sus alum- nos sobre la base de arbitrarios crite- rios clasificatorios, sino que los retina en sus aulas bajo aquellas consignas que le permitan volver a pensar en “la escuela’, resignificando y redefiniendo su contrato fundacional, haciéndose portadora de un nuevo mandato so- cial, el de una sociedad abierta y plu- ralista. Si prevaleciera esa postura innovadora, tanto en la escuela comuin como en la escuela especial, no tendria sentido ya hablar de “escuela comin y escuela especial’, de dos instituciones escola- res paralelas, de dos sistemas educati- vos paralelos, con un unico fin: lograr en el hombre los mas altos niveles de autodeterminacién y emancipacién; en otras palabras, permitirle acceder al ni- vel més alto de dignidad y libertad por el solo hecho de revelar su condicién humana. ‘Mustracién: Clorindo Testa, Encrucijadas, UBA, 1995. BiowiocRarin Abbagnano, N. y A. Visalberghi, Historia de fo pe- dagogia, México, Fondo de Cultura Econémi- «a, 1995, Braslavsky, B., “2Hay una pedagogia especial?”, ‘en Revista Argentina de Educacién, afio Mi, N° 5, 1984, pags. 27-43, Contreras, 1D, Ensefianza, curriculum y profeso- ado, Madrid, Akal, 1994. us, M.A, De la integracién escolar a fa escuela integradora, Buenos Aires, Paidés, 1995. Feménder, L, Instituciones educativas. 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Estudio de casos en tun barrio de la ciudad de Rio Cuarto" y “And- lisis de las variables que configuran la condi-

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