CARACTEROLOGIA
Jacques-Alain Miller
Emmanuel Lévinas
German L. Garcia
Jorge Aleman
Georges Bataille
Michel Foucault
Paul Guiraud
José Slimobich
Ernesto Domenech
_ Allan Sekula
José Ingenieros
Gina Lombroso Ferrero
ht
Enserianza, tratamiento ¢ investigacion de las enfermedades mentales a Fundacién EtiemEt procedtmtento de ta
deble escuadra, permite
medir el anguio facil,
puesta @ punto en 1865
por Paul Broce, uno de
vires de laEl homicidio inmotivado
Reacci6n liberadora de la enfermedad en los bebefrénicos
Paul Guiraud y Berard Cailleux
ica
El enfermo que presentaremos es un hebefrénico que cometié una tentativa de homicidio. Su historia cl
nos servird para exponer nuestra concepcién de la psicogénesis en las reacciones bruscas anti-sociales que se
observan a menudo al comienzo de la hebefrenia,
Paul L.naciéel4de febrerode 1904. Nose encontré ningiinantecedentepsicopsticoensu familia, ysuintancia
parece haber sido normal.
En laescuela primaria fue un alumno asiduo y comprensivo, porlo que se lo Hev6 ala escuela Dideroty luego
ala Arago en la que aprendié el oficio de disefiador industrial.
Vivia solo con su madre y frecuentaba pocos amigos. Las informaciones que da sobre este periodo de su vida
y los suministrados por la investigacién judicial concuerdan: era un chico tranquilo, ordenado, silencioso y muy
trabajador.
A los 18 afios comenz6 a manifestarse un cambio en su actitud. Se volvié cada vez més taciturno: parecia
absorberse mucho més por su trabajo y se desinteresaba de todo el resto.
Precisa que pensaba principalmente en brillantes pero vagas invenciones de hornos eléctricos w otros aparatos
relacionados con su oficio.
“Bra vago y estaba mal explicado, pero pensaba en ello sin cesar y tomaba un lépiz para trazar los planos”
Aunque esta actividad cerebral resultabaestéril, lo cansabaa Paul, quien sefiala que comenz6 entonces abeber
“paca distraerse y reconfortarse”.
Al comienzo sus ingestas de alcohol no sobrepasaban algunos vasos de vino blanco fuera del horario de las
comidas pero progresivamente pas6 a dos 0 tres litros por dia.
Durante los tres meses que precedieron a su tentativa de homicidio bebié cotidianamente 4 litros de vino.
Aunque se trate de una exageracién manifiesta, podemos pensar que se encontraba ebrio todas las noches.
Durante su ebriedad jamés se peles con nadie, y a pesar de que volvéa a su casa entre la una y las cinco de la
mafana nunea tuvo problemas con la policia.
Nos confié que “tenfa el vino triste y se sentia mds bien abrumado”,
Perdié su empleo y tuvo que buscar otro trabajo. La busqueda fue laboriosa dada su ebriedad habitual y el
desinterés hacia el mundo que manifestaba cada vez més.
Etiem /Caracterologia», 1995, El homicidio inmotivado, P. Guiraud y B.Cailleux; Pags. 73-7774
Etiem
gust6 principalmente por su aspecto mistico y la redujoa un odio vago hacia los tiranos y los explotadores y
una esperanza imprecisa de que todo cambiard.
Una consecuencia inesperada de sus opiniones politicas fue que se volvié extremadamente religioso y que
pasabamuchashorasen lasiglesias. Nos explicaque “asqueadode los hombresse volvi6hacia Dios”. Sumetafi
se detenia alli ¢ ignoraba todo acerca de la religi¢n,
Debemos se‘ialar que a los 20 afios, edad en la que cometié su tentativa de homicidio, Paul no tenfa ninguna
preocupacién sexual. Dice “que las mujeres lo dejaban frfoy que era un verdadero hielo”. Esta frigidez nocambié
yparece extraer de ello cierta vanidad, Nose masturbaba y las dos o tres experiencias sexuales que habia intentado
le dejafon un recuerdo “nada agradable, sino todo lo contrario”
La opinién de los vecinos acerca de este muchacho sombrio, taciturno, que volvia todas las noches en horas
tardias visiblemente borracho pero siempre mudo, era que “el joven era loco” 0 por lo menos que “era muy
extravagant
En medio deestos hechos el 21 de diciembre de 1924 Paul detuvo al conductor K. enla gare de!’Esty te pidis
que lo condujera a la Ferté-sous-Jonarre. El acept6. En el curso del trayecto Paul le explicé al conductor que era
estudiante en medicina y que se dirigfa al castillo de su padre, el conde Figeac, K. le respondic algunas palabras
y dijo que era un antiguo oficial de la marina imperial rusa. Cuando llegaron a Ferté Paul invit6 al conductor a
entrar en el parcue, y luego de un trayecto dé 40 minutos a pie, en el que conversaron tranguilamente, sacé un
revolver y disparé 5 balas en la espalda de K., hiriéndolo en el brazo y en el torso.
Abandoné entonces al desdichado y volvi6 al auto que intent6 poner en marcha. No logr6 hacerlo y le pidi6
a.un conductor que pasaba que lo condujera a Choisy. Este lo llev6 directamente a la comisarfa de la Ferté en la
que Paul confess haber robado un auto y lucgo el haberle disparado a K.
Las razones que dio para motivar su acto parecfan tan extravagantes que fue enviado a la enfermeria del
Depésito.
‘Segtin él, formaba parte de una sociedad secreta poderosaen la que el jefe, coronel de la armada rusa, Jo haba
encontrado 5 cfas antes en la plaza de I’Etoile y lo llev6 al s6tano de un inmueble de la calle Vaugirard en la
que doscientos o trecientos rusos estaban reunidos. Luego le dio 27.000 francos, Las reuniones se sucedieron dos
veces por semanas hastael dfa anteriora la entativa de homicidioen el quese ledesigné parasuprimirauntraidor
—pagdndole ura gran suma de dinero,
El informe médico-legal firmado por Rogues de Fursac, Marie y Truelle nos ayudé para esta observacién.
Sefiala el caricter novelesco, increible, ta variabitidad y la imprecisidn de los discursos de Paul.
De los 27.000 francos que pretendié haber recibido, lleg6 a dar 800.000 francos como cifra exacta luego de
haber afirmado I 19,000 francos. Primero dijo que dispar6 por dinero, y termin6 afirmando que su acto habia:
cumplido por la “Idea”.
Formuls un gran proyecto de revolucisn paeffica y sin derrame de sangre, mencionando que deberé matar
a 1 personas, “no homicidios
El informe, fundiindose en este delirio y en la actitud fija de Paul cuando lo contaba, elimina la simulacién
y concluye en la irresponsabilidad del detenido, con un diagndstico presuntivo de demencia precoz hebefreno-
catatonica. penne
El enfermo entré en el Asilo clinico en abril de 1925 y fue transferido a la seccién de los alienados dificiles
de Villejuif el 24 de noviembre de 192«El homicidio inmotivado »
El primer examen revels la indiferencia y la bradipsiquia de Paul. Obedecia pasivamente a algunas érdenes
absurdas y no manifestaba ninguna emocién al hablar desu gesto homicida. Cuando se le pidié que dieraalgunas
precisiones Sobre eso, encontré algunos retazos de su antiguo delirio; este esfuerzo parecfa més diticil que
desagradable.
Repetia a menudo una frase: “Ya no me hablen de eso. Fue hace dos afios. Est demasiado lejos. Se acabs”
Pas6 rapidamente en el servicio al sector de los trabajadores; fabrica chinelas desde hace un afi, indiferente
‘alas preocupaciones de sus camaradas, habla a penas, y pasa sus dias fumando pipa y resolviendo problemas de
palabras cruzadas
Cuando sc lo volvié a interrogar en junio se completé el borramiento de la historia que habia contado. Sélo
respondié vagamente a las preguntas, frecuentemente con un “Yano lo sé” que parecia sinceros. Alpedirsele que
a sut acto explicé que fue por el alcohol
a.en el delitio. Piensa que su enfermedad fue provocada por el
alcohol; en lo que respecta.a su gesto, da una explicacién que habia suministrado yaen Sainte-Anne, sobre laque
insistiremos especialmente.
El fondo mental de Paul es apenas normal. Razona bien, es capaz de discernimiento, efectia calculos simples
y da soluciones inteligentes a los problemas que se le plantean.
Pero toda su actividad intelectual es estorbada por una bradipsiquia acentuada y persistente, Su aspecto es
reticente, Surnimicainexpresiva. A menudo tieneunasonrisa fija, Suindiferenciaes muy evidente, nose preocup
por su salida ni por su victima. En definitiva, estamos frente a una hebefrenia débil en la que la sintomatolo;
se limita, en la actualidad, a un cierto grado de indiferencia, inercia y apatia. Pero este desinterés general
permanece para nosotros como lo esencial de la enfermedad.
Las circunstancias de la reaccién anti-social de nuestro enfermo nos recordaron un informe médico-legal
publicado en 1918 por Egger, Ladame y Neuville en relacién a un caso cuya similitud con el nuestro es
verdaderamente sorprendente.
Se trataba de un joven turco, de 21 afios, que vivia en Ginebra, conocido desde hacia mucho tiempo por sus
extravagancias, que se habia ido de la casa de los padres. En el transcurso de un paseo nocturno este muchacho
detuvo un taxi y se hizo conducir sin ninguna finalidad a un lugar de los suburbios de la ciudad en la queantes
habjan vivido sus padres.
‘Maté al conductor de un disparo en la nuca y huy6. Al dia siguiente fue detenido e invent6 una novela
complicada pero pueril para alejarse de los cargos que pesaban sobre él, Luego contes6, sin manifestar ning
remordimiento, inventando nuevas justificaciones, mezckindolas con concepciones francamente delirantes, y
‘manifestando una indiferencia completa en cuanto al resultado de su proceso.
Nose trata de una simple semejanza de forma, Sin dudael enfermo de Ginebra mosteé menos inquictudantes
del crimeny se reveléacontinuacién menos amoral quee! nuestro. Peroes | a violenciainmotivadaditigida.
acia.un.desconocido, asi como esta fabulacién novelesca y mal armada que sigue inmediatamente al drama, y
el abatimiento indiferente en el que se sumerge el enfermo.
Estos rasgos esenciales caracterizan nuestro caso.
Todo el interés de estos enfermos reside para nosotros en la extrafieza de sus violencias, en la aparente
incoherencia de sus reacciones anti-sociales. Se trata de un homicidio o de una tentativa de homicidio
75Etiem
los Noes comparable con el homicidio premeditado de un perseguido, con el homicidio
‘demente, ni tampoco con el homicidio realizado bruscamente por un aicohdlico.
aparentementeinmotiv
impulsivo de un verdad
Estos casos son muy bien conocidos y fueron aislados por numerosos autores. Un sujeto sobre todo presentaba
una analogia muy grande con los que hemos presentado la observacién.
Laopinién habitual sobre estas reacciones anti-sociales es que loshebefrénicos al comienzo desu enfermedad
son capaces de las més increfbles violencias sin sombra de premeditacién e incluso sin una raz6n apatente, son
entonces peligrosos y se puede hablar de un periodo médico-legal de la hebefrenia.
No obstante, frente a sus reacciones violentas tan frecentemente observadas, nos tienta buscar una causa
general, un por qué que respondiera —aunque no sea a todos Tos casos— por lo menos a muchos.
Esta cuestiGn nofue resuelta y no creemos que haya sido plantéada, Habitualmente nos contentamos con decir
que son homicidios extrafios y que no tienen causa,
Dado que observamos siempre estas reacciones en la hebeftenia debemos buscar fa causa en la propia
enfermedad. Este desinterés general, esta impresiGn de extrafieza que interviene, esta indiferencia frente a las
cosas de afuera, este repliegue improductivo sobre sf mismo que llevan a una sensacidn dolorosa a la vez fisica
-y mental que Paul se quejaba justamente al hablar de “Tristeza, tedio, neurastenia’ diciendo que “Era anormal,
eso empeoraba y hcbia que hacer algo —
Estamos persuatidos de que byscaba en el alcohol una defensa contra la enfermedad bajo Ia foma de un
estinnulante yun ii olvido.
diferentes a Ia idea del tal general y a la deduccién que comporta que es necesario suprimilo.
No resulta extrzordinario que haya fusionado la noci6n de su enfermedad con la del mal social o que haya
simbolizado la primera con la segunda.
La reacci6n violenta aparece asf a la vez como el iltimo sobresalto de energia de un organismo que cae en
laindiferencia y lainaccién, y como el resultado de una transferencia del deseo de “curar a la enfermedad” sobre
el de“suprimir el mal social” (por un paralogismo verbal y simbélico frecuente en los hebefrénicos: Matar el mal
= matar la enfermedad), -
tendido de esarianera, lareaccién anti-social puede producirse yaseadeterminadaporunacausaccasional,
0 incluso —como ¢s el caso— sin tener ninguna determinacién exterior
Loesencial de esta argumentacién que se aplicarfa primero en el caso de Paul tiene un alcance més general
Endefinitiva, es hacer de la violencia una reacci6n de laenerg}
Aue tiende a aniquilar toda su actividad psiquica.
del individuo para liberarse de laenfermedad
Sin duda esta
-splieacién comporta una gran parte de hipétesis, pero algunos argumentos lo apoyan,
Primero las pruebas reiteradas de asociaciones de ideas a través del método de Jung nos mostraron que todas
Jas palabras que pe-tenecen al complejo-enfermedad provocan inhibiciones muy prolongadas.
76«El homicidio inmotivado »
Cuando suministramosal enfermo nuestrahipstesisexplicativanosrespondis inmediatamente:“Encontraron
Ja verdadera razén de mi acto: me di cuenta y le di la misma explicaci6n a los médicos que me examinaron en
Sainte-Anne”.
Elconocimiento que tenemos de nuestroenfermo nos permite afirmar que lasugestibitidadoel deseo desernos
agradables no pueden ser tenidos en cuenta.
Una objecién podré ser planteada en este caso particular. Pero ella puede ser respondida:
En este enfermo cuyo etilismo es patente, jel alcohol no alcanza para explicar Ia tentativa de homicidio?
Sin embargo parece que este noes el gesto de un alcohdlico. La victima, que pudo dar todas las informaciones
sobre Francia, nosefial6lamenor irritaciGnenPaul, Lacéleraparece ser eliminadacomomotivo. Losdos hombres
hhablaban tranquilamente y nada pudo atemorizar a nuestro enfermo, Se buscaria.en vano el onirismo tervorifico
habitual en los alcohélicos homicidas. Toda la conducta de Paul, antes como después de su acto, difiere de lade
unalcohélico. Se puede admitir —como lo mostraron ciertos autores — que el alcoholismo junto a la hebelrenia
favoriza la eclosién de reacciones anti-soviales y que en su psicogénesis éT'aICohol jugaria a lo mejor un rol
ifthibidor dé las barreras éticas habituales. Esta opinién no nos parece muy bien fundada y la hebefrenia puede
alcanzar.
En tiltimo andlisis pensamos que se deben ver enestas violencias inmotivadas de los hebetténicos al comienzo
de su enfermedad no una reacci6n sin causa sino un esfuerzo de liberaci6n contra la enfermedad transpuesta
patolégicamente en el mundo exterior.
Discusién:
El enfermo, al ser presentado, da algunas indicaciones sobre su estado anterior al homicidio, pero elude toda
respuesta con respecto a éste, del que pretende no haber conservado ningiin recuerdo.
M. Mallet: Yo aproximarfa verosimilmente este caso, a pesar de la diferencia de reaccién, al de un enfermo
que observé, quien se libré a una automutilacién, Esté actualmente en el servicio del Dr Leroy, y podrfa darnos
sobre este tema indicaciones interesantes.
La sesi6n se levant6 a las cinco.
Traduccién Silvia Tendlarz.
Ethomicidlo inmotivade, reaccién iberadorade laenfermedad
en los hebefrénicos, es una ponencia presentada en la
sesién del 25 de octubre de 1928 de la Sociéte Méaico-
Psychologique, Paris. Publicado en el Ann, Méd. Psych.,
12° serie, ll, noviembre de 1928,Guiraud:
la inmotivacion del homicidio en la psicosis
Silvia Elena Tendlarz
En su tesis de 1932, Lacan participa en el debate contempordneo de la psiquiatria francesa de los afios
°20 con respecto al peligto social y la responsabilidad de los acusados de un crimen.
Parte de distinciones nosogréficas. Diferencia la paranoia de autopunicién del delirio reivindicatorio,
y laaproxima al delirio de interpretacién donde las energias autopunitivas del superyé se dirigen contra
las pulsiones agresivas surgidas del insconsciente del sujeto, y retardan, atentian o desvian su ejecucién'
Para Lacan, ¢! querulante es mucho mas peligroso que las psicosis autopunitivas puesto que recibe el
peso energético del Ideal del yo que avala y justifica la impulsién homicida, Por ello, concuerda con Sérieux
y Capgras en que en los delirios de interpretacién el peligro es menor, menos inmediato y dirigido, que en
los delirios querulantes* gps rc 34 de lon paqests cla
también subraya la importancia de la evaluaci6n del peligro en cada caso particular. Distingue los
s de interpretacién donde la instancia autopunitiva est ausente.y aumentan la brutalidad y
Isividad. Su cjemploes un paciente que tras diez afios de persecucién delirante se acerca yan
de su propia nacionalidad y lo mata de improviso.
la
aun banquero
Se desplazan entonces los limites de la paranoia hacia los estados paranoides en los que la inmotivacién
va en aumento. En este punto son de gran importancia los trabajos de Guiraud sobre los homicidios
inmotivados.
I. Lo liberador en el homicidio inmotivado
Dos articulos aparecen como referencias. Fl primero, “El homicidio inmotivado, reaccién liberadora
en los hebetrénicos” (1928), escrito en colaboracién con Cailleux, presenta ef tema que alcanzard su mas
amplio desarrollo en 1931 con “Los homicidios inmotivados”.
El primero se basa sobre el caso Paul. El episodio criminal se desarrolla de la siguiente manera: Paul
tomauntaxi y le pide al conductor que lo lleve aun lugar determinado. Durante el trayecto se presenta como
un estudiante de medicina, hijo de un conde. El taxista, por su parte, dice ser un antiguo oficial de la marina
Etiem /Caracterologian, 1995, Guiraud: Ia inmotivacién..., S. E. Tendlarz; Pags. 79-8680
Etiem
imperial rusa. Cuando Megan al punto de destino, bajan del auto, y luego de una caminata de unos 40
minutos, Paul saca un revélver y le dispara, hiriéndolo. Intenta huir con el auto, que no sabe conducir. Las
incoherencias de su arguinentacién sobre el episodio criminal lo conducen a un hospital psiquidtrico.
Entre los antecedentes del enfermo figuran el etilismo y una religiosidad intempestiva que le hace pasar
muchas horas en la iglesia, aunque sea absolutamente ignorante en materia de religion
A pattirde lacomparaci6n de este caso—diagnosticado como hebeftenia por el estado posterior al pasaje
alacto, donde dominan una apatia y una indiferencia totales— con dos ejemplos de pacientes suministrados
por otros autores (tales como Egger, Ladame y Neuville en 1918), aislan un tipo caracterfstico de conducta:
violencia inmoiivada contra un desconocido, fabulacidn novelesca luego del crimen (sin ser sostenida por
mucho tiempo), y estado de indiferencia total. =
La incoherencia aparente de estos crimenes, en la medida en que se distinguen de la premeditacién del
perseguido o dz la impulsiGn del demente, despierta el interés de los autores. Dado que siempre hemos
observado estas reacciones en la hebefrentia, buscamos la causa en la misma enfermedad". Estoconstituye
el punto de partida del andlisis det kakon.
Retomemosel andlisis de Paul, Guiratid y Cailleux consideran que frente auna sensacién dolorosa, fisica
ymental, que experimental enfermo—decfa que no se sentfa normal, que su estado empeoraba y que “tenia
que hacer algo”— comienza a buscar antes que nada una salida en el alcohol, luego en la politica y en la
religién. Sus rumiaciones lo conducen ala idea de la necesidad de suprimit el mal social, Paul mezcla esta
Ultima nocién con la de enfermedad, lo que produce Ia violencia de su reaccién que tiende a liberarlo de
la enfermedad que destruye su actividad psiquica.
Para Guiravd y Cailleux: La reaccién violenta aparece entonces ala vez como el iitimo sobresalto de
energta de un organismo que se hunde en la indiferencia y la inaccién, y como el resultado de una
transferencia del deseo de ‘curar la enfermedad’ en ‘suprimir el mal social’ (a través de un paralogismo
verbal y simbdlico frecuente en los hebefrénicos: matar el mal = matar a la enfermedad)®
Estas violencias inmotivadas no carecen de causa: el esfuerzo de liberacién contra la enfermedad
transpuesta patolégicamente en el mundo exterior.
Aunque el término kakon es utilizado particularmente en el segundo_articulo de Guiraud, su
significacién ya esta presente en el primero a través del postulado de una/accién liberadora del mal
En 1931, Guiraud retoma el caso Paul y precisa que fo que se queria eliminar era el kakon, y anota que
esta expresién es de V. Monakow (neurdlogo suizo que junto a Dubois se oponia al grupo de Jung y
ow y Mourgue e:
Mourgue). Mon
y la psicopatologia
iben en 1928 La introduccién bioldgica al estudio de la neurologia
[Los *crimenesdekakon” (palabra griega que significamal) representancrisis ocomplejos neurovegetativos
que se producen en la psiconeurosis, condicionadas por traumatismos de orden sexual. Retoman a Briquet
(1859) en la descripcidn de la crisis: el paciente palidece de golpe y comienza a transpirar, un sentimiento
doloroso de peligro inminente lo invade (por ejemplo, una crisis cardiaca), seguido por una violenta
agitacin motriz. El episodio dura apenas algunos minutos, pero el sujeto queda aterrorizado frente a la
eventualidad de la reaparici6n de estos fendmenos. El individuo cree en un gran peligro, lo siente, ¢ intenta
entonces defenderse a través de su aparato reflejo,« Guiraud: la inmotivacién del homicidio en la psicosis »
Lo que domina en el momento de la crisis —més alla de su motivacién— es el esfuerzo por liberarse
de un estado doloroso a través de todos los medios de sus fuerzas psfquicas (que resultan insuficientes). Esta
crisis de kakon se establece como la liberacién de un complejo aparentemente bulbar de naturaleza
automatica. Es por ello que s6lo el aparato reflejo logra ofrecerle una salida. .
De manera sorprendente, Monakow y Mourgue comparan los trastornos cardiacos (palpitaciones) y
respiratorios que se producen durante la crisis, alos que generalmente acompaiian al orgasmo sexual. Citan
aFidoux, quien compara el ataque histérico a las modificaciones que se producen en el organismo durante
el coito. Estos autores plantean, a través de su terminologia médica, que algo del goce se relaciona con el
kakon.
Laaplicacién del kakon pasaaccontinuaci6n de la psiconeurosis ala psicosis. Paraellos el kakon origina
por proyeccién el sentimiento de persecucién. La fuente de los sentimientos ‘TSrporales dolorosos
ubicada én el exterior. Este sentimiento desagradable lo atormenta y lo empuja continuamente, a veces
‘en forma latente, otras‘en forma manifiesta, a liberarse'®. De alli que pueda producirse ms 0 menos
violéntamente una reacci6n inadaptada de defensa del organismo contra el kakon: desde una produccion
delirante hasta el suicidio.
Estas tiltimas consideraciones son retomadas por Guiraud. La encrucijada es un sentimiento doloroso
de extraiieza interior.
En el caso Edouard, el kakon representa una cenestesia dolorosa, una inquietud y una desconfianza
patol6gica. El resultado de su pasaje al acto liberador es un muerto y un herido grave entre los iniembros
de su familia
Eltelato del paciente es extraordinario puesto que detalla las 6rdenes que lo impulsan “maquinalment=”
a tirar, sin entender lo que sucede, y sin reconocer a quiénes agrede. Este paciente, cuyo diagndstico es el
de una psicosis alucinatoria cr6nica, logra describir no s6lo que actuaba sin finalidad alguna, sino también
elestado de “bienestar” que lo embriagaba.
No obstante, el estudio de Guiraud sobre los delitios crdnicos concuerda con el de Clérambault en lo
que respecta a considerar que el delirio es una superestructura. Las conceptualizaciones de automatismo
mental, sindrome de accién exterior, sentimientos de influencia, eic., incluyen pensai
Feconocidas por él como propios”. Se trata de fenémenos mentales parasitos indep
ofifial det pensamiiento, no sentidos como personales, y desagradables por su naturaleza y por ¢l misterio
de su aparici6n.
Segiin Guiraud, estos fendmenos no respresentan el desencadenamiento de los delirios erénicos. En
primer lugar, aparece una fase de inquietud pre-alucinatoria asociada a una cenestesia dolorosa. El caso
contrario también puede producirse: una tranquilidad mental que guarda la caracteristica deexperimentarse
como no personal (como en el caso de B.) “ meee
7 coy odo de sersacivres YE PO b
‘Atribuye la etiologfa a los trastornos vegetitivos y cenestésicos. Guiraud aproxima esta cenestesia
dolorosa a los trastornos hipocondrfacos habitualmente presentes en la psicosis
a noes Ree or seres 7K
Por su lado, Lacan se opone a esta argumentacién de Guiraud, puesto que al ser puramente neurol6gica
no incluye la accién de los factores sociales en la personalidad.
8182
Etiem
Seacomo fuere, es importante conservaralgunos aspectos pertinentes de estas hiptesis. Laorganicidad
no explica la psicosis, pero los fenémenos que Guiraud aisla pueden ser pensados nuevamente a partir de
los conceptos cesarrollados por Lacati.~ ~ =
Guiraud presenta la invasién de una sensacién —que lama cenestesia— de la que el sujeto intenta
liberarse a través de su pasaje al acto: experimenta un kakon insoportable, De esta manera, el fenomeno
aislado por Guiraud puede ser calificado como la im joce que se produ icosis..
Paralelamente a los homicidios que no parecen estar motivados por una idea delirante, encontramos
aquellos que tienen como origen un delirio, En la segunda parte de su articulo “Los homicidios
inmotivados”, Guiraud se ocupa de otros dos casos en los que el acto violento no parece estar destinado a
“matar a la enfermedad”
Enel primerejemplo, el de Enrique, std claramente indicado que el pasaje al acto responde a una orden
alucinatoria. El paciente, que sufte de un delirio mistico manifiesto, practica cl espiritismo. Identifica al
Espiritu-guia que lo posee con su padre. Un dia, el Espiritu fe revela que el sacerdote que habia sido su
antiguo director de consciencia habia violado a su hermana: ...e! Espiritu me decta: ;Hay que matarlo!
Soy yo, tu padre, que te lo dice. El sacerdote va a venir. Viene". En ese momento llega su novia, y lamata
en lugar del sacerdote, aunque la reconoce. Pero era necesario que hiciera un acto de fe. El Esptritu me
poseia. Con el mds grande pesar la estrangulé™.
EI segundo ejemplo muestra cémo un padre mata a su hija para salvarla de los pretendidos
perseguidores, E] mévil del crimen, segtin Guiraud, son los celos inconscientes.
Detengdmonos en el asunto de la motivaci6n. En el andlisis presentado hasta ahora, los crimenes que
poseen un motivo que responde al delirio (como en el caso Aimée) son claramente distinguidos de los que
no lo tienen (Paul, Edouard). gPero esa motivacién existe verdaderamente?
Guiraud quiso mostrar que el delirio es posterior al pasaje al acto homicida, pero la causalidad, como
por ejemplo en el caso Paul, puede encontrarse en el propio delirio del paciente.
IL El kakon
Lacan se interesa particularmente por Ia distincién de Guiraud entre crimenes del yo, en los que el
individuo se comporta segtin su voluntad, con la ifusién de plena libertad, y crimenes del ello, tipicos de
Ja demencia precoz, en los que el organismo le obedece directamente, micniras que el yo permanece como
espectador pas.vo y sorprendido.
‘Subraya también el modo con que Guiraud pone en evidencia la ageesi6n simbélica en los homici
inmotivados o erimenes del ello, lo que el suieto quiere matar, aqui no.es su y9.0,su-supery6 sino st
enfermedad, 0, de manera més geiteral,"el'mal, el kakon de Von Monakow y Mourgue”!
Entre estos dos tipos de erfmenes Lacan incluye los crfmenes del supery6 propios de los del
querulancia y de los delirios de autopunicién.
$s de
El pasaje al acto de Aimée se aproxima al mecanismo liberador, lleva a cabo el acto fatal de violencia
levaa cabo el acts
contra una persona inocente, enel cual hay que ver el simbolo del ‘enemigo interior. dé la en}
misma de la personalidad”. _« Guiraud: la inmotivacién del homicidio en ta psicosis »
Para ejemplificarlo podemos establecer la siguiente distincién:
1) Crimenes del yo: incluyen los crimenes pasionales como el de Mile Charlotte Corday (en el que Lévy-
Valensi acentia el caracter pasional)".
2) Crimenes del ello: incluyen el caso de los pacientes esquizofrénicos analizados por Guiraud (Paul
y Edoward).
3) Crimenes del superyé: incluyen el caso Aimée, como lo indica Lacan, y también el caso de Mme.
Lefel ie. por su delitio de reivindica én, Adyvdicacion de fa autorsa
an hehe pea gor ;
Ge RBM cM
: V3 25 cnr
Enalgunos pasajes os Lacan rotor fa cuestién del kakon. Por ejemplo, en La agresividad
en psicoandlisis, al referirse a las reacciones agresivas en las psicosis habla del kakon oscuro al que el
paranoide refiere su discordancia de todo contacto vital
Por otra parte, cuando comenta la primordialidad de la posicién depresiva en Melanie Klein, subraya
el extremo arcaismo de la subjetivacién de un kakon, ‘enlazandolo’ a la primera formacién del
superyé''®!
Aborda nuevamente este tema cuando, en Acerca de la causalidad psiquica, opone Guiraud a Henry
Ey: ¥ atin mds lejos va Guiraud, mecanicista, cuando en suartéculo acerca de los komicidios inmotivados
se afana en reconacer que lo que el alienado trata de alcanzar en el objeto al que golpea no es otra cosa
que el kakon de su propio ser".
En una intervencién en la S.P-P., al comentar la presentaci6n de Shiff, Lacan declara que el kakon a
veces es comprensible, pero no siempre. Enlapsicosis, laagresién adquiere la significacién de un esfuerzo
para romper el circulo mégico, la opresién del mundo externo™.
Ahora bien, habitualmente el sentido més difundido del kakon es su comparacién con el objeto malo
de Melanie Klein, precursor del supery6.
Jacques Alain Miller brind6 una mayor precisién sobre este punto en su seminatio de D.E.A. de 1987
al indicar que el kakon es el objeto éxtimo. El ser que golpea en el “exterior” es su ser mas intimo.
No se trata entonces de una proyeccién, La inclusi6n de los desarrollos topolégicos permite romper con
el viejo mito adentro-afueraal situarel exterior como lo mas intimo. El simbolo del “enemigo exterior” que
Aimée golpea [a representa a ella misma, a “la misma enfermedad’ dice Lacan. El kakon es su propio ser
idéntificado al objeto a como plus-de-goce,
Como lo hemos sefiaiado en otro lugar", el kakon, como objeto éxtimo logra develar esta misteriosa
liberacién homicida,
En los dos primeros casos indicados por Guiraud, el psicético intenta liberarse de la invasién del goce
a través del pasaje al acto homicida. Su indiferencia posterior hace aparecer el fracaso de sus tentat:vas,
En el caso Edouard, el estado de “bienestar” es el goce por el cual ataca “maquinalmente”. Se identifica
entonces a una “maquina” de agresi6n que a través de una serie (agrede uno tras otro) intenta sacarse de
cima el goce con el que confunde su ser. Aimée, por el contrario, logra cierta tranquilidad con una
‘etraccién posterior de su delirio, lo que distingue entre la reaccién liberadora de la esquizofrenia y de la
paranoia de autopunicién.
8384
Etiem
Elempleo del término kakon es diferente por parte de Guiraud y de Lacan. El punto de interseceiénentre
estos dos autores se sittia en el goce de lo que estos pacientes intentan liberatse, Pero mientras que Guiraud
hay una cierta vaguedad por lo que respecta a la l6gica interna del pasaje al acto en algunos pacientes
esquizofrénices, Lacan indica que el enemigo interior en Aimeée es puramente especular y permanece en
‘mMpo que intervienen tendencias autopunitivas.
Ahora bien, podemos preguntarnos por qué Lacan retoma este término griego. Tal vez sea por la
necesidad de nombrar de alguna manera lo que quedaba fuera de su eorizacién (que integraba principalmente
lo simbélico y lo imaginario).
IIL - El pasaje al acto en Aimée (Anzi ev, Hecguerite, n. Poca ne.
Bn este andlisistropezamos con Ia dificultad ee grocisae f° bPrlonhento en el que se desencadena. Entre
los casos presentados en este apartado, s6lo e! de Edouard precisa con nitidez las voces alucinatorias alas,
que responde a través del asesinato de su novia, Incluso en el caso Aimée, cuyos motivos son claros, los,
resortes que la impulsan a elegir el momento de Ja agtesién permanecen desconocidos.
Enel perfodo que precede alaagresién, Aimée se comporta como una verdadera pasional. Un mes antes
compra un gran cuchillo de caza. Como lo indica Lacan, mientras tanto, en su estado de emocién extrema,
Aimée se forja verdaderos razonamientos pasionales®. di
Hogoedtt Dvelos
Aimée averigua la direccién del teatro donde trabajaba Z. Uae hora después, empujada por suobsesién
delirante, Aimée se encuentra en la puerta del teatro y hiere a su victima”. Sélo la obsesiGn delirante
aparece como el motor puntual de la agresiGn. Actiia bajo el efecto de una pasi6n que la hubiera impulsado
a atacar a cualquiera de los perseguidores encontrados por azar (como lo confiesa ella misma).
Esta tltima afirmacién pone en evidencia el estado pasional en el que se encuentra Aimée durante la
agresi6n. Perola victimaes elegida entre 1os objetos que forman parte de su delirio, lo que integra su pasaje
al acto en la trama particular de sus ideas delirantes
Pero lo imaginario no alcanza a explicar en la psicos
otros elemenies. ~
s el pasaje al acto, Es necesario incluir entonces
En Aimée encontramos cierta progresi6n. A partir de determinado momento suestabilizacién delirante
‘comienza a vazilar y aparece la necesidad de hacer algo. Primero este sentimiento inefable, este malestar
que da cuenta de la emergencia de un goce innombrable, se traduce en el sentimiento doloroso de una falta
frente a deberes desconocidos que ella relacionaa los mandamientos de su misién delirante. De allfquesurja
Ja idea de que si publica sus novelas sus enemigos retrocederdn aterrorizados.
Asf se presenta una secuencia querulante antes de su pasaje al acto homicida. Un afio y medio antes del
atentado es apercebida en la policfa por haber molestado a un periodista comunista. Lo acorralaba en su
oficina para obtener la publicacién de sus artfculos en los que exponfa sus quejas contra un escritor eélebre.
El segundo episodio es un poco més grave (cinco meses antes del atentado). Después de varios meses
de espera, unacditorial le rechaza un manuscrito. Le saltaal cuelloalaempleada que le transmite la noticia
y tratade ahorcarla. El comisario que lainterroga depués se muestra indulgente frente ala supuestaemocion
de una vanidad literaria decepcionada; la devuelve a su casa tras una fuerte amonesta« Guiraud: la inmotivacién de! homicidio en la psicosis »
Luego se dirige a P-B. para reclamarle explicaciones.
Durante los ocho meses que preceden al atentado va creciendo lo que Lacan llama “ansiedad”. Dice:
siente cada vez mds la necesidad de una accién directa,
Comienza a proferir amenazas de muerte contra su marido. Pretende divorciarse e irse de Francia junto
2 su hijo, por quien teme: lo piensa victima de un atentado inminente; la familia interviene y le pide que
deje de molestarlo.
A partir de entonces, la enferma se siente cada vez més perdida. Un mes antes del atentado compra el
gran cuchillo con el que Hlevaré a cabo su tentativa de homicidio,
en que atacaes una representacién de ella misma—y por elloes posible conceptualizarla
como autopunici de que-no se.trata de una exclusiva agresién narcisista. Lo que esté
en juego es el esfuerzo por establecer una diferencia simbdlica en lo real. Con su acto atraviesa el espejo;
la subjetivacidn de ese acto trae como consecuencia la reduccién inmediata del délirio y qué ella se
wanquilice~ -
IV - El psicotico frente a su acto
La influencia del medio psiquidtrico le impide a Lacan tomar una posicién clara en la cuestin de 1a
responsabilidad. Pero logra seiialar su cardcter polémico.
Después de la Segunda Guerra Mundial, en su articulo de 1950, su posicién se perfila con mayor
precisiGn: no se le puede privar al enfermo criminal de la posibilidad de subjetivar su crimen. Por otra parte,
no deja de Tado Ta indicacién det tratamiento a seguir para atender al enfermo sin que por ello pierda su
“humanidad”.
El acento sobre el medio social que prevalecfa en la tesis se acentéa en 1950, por lo que subraya la
relacién entre crimen y castigo en una sociedad determinada,
En cuanto al mecanismo del pasaje al acto en la psicosis, segiin lo sefialé Jacques Alain Miller en Causa
y consentimiento™, al analizar el pasaje al acto agresivo contra el analista, se trata siempre por parte del
enfermo de establecer una diferencia simbélica en lo real. El paciente considerado en ese curso golpea a
suanalistaen lacara, y luego, al mirarlo, estallaen risas diciendo “Ahora tienes un ojo diferente al otro"
Jacques Alain Miller sefiala que se establece asi en Ja mirada una diferencia significante —un ojo diferente
al otro— en el lugar en que se alojaba un goce desconocido e indiferenciado.
El otroaspecto que debemos sefialar son los diferentes efectos que produce el pasaje al actoen lapsicesis
El desarrollo ulterior no es uniforme: depende de cada caso particular.
En ciertos casos, el pasaje al acto funciona como el cierre del delirio, el paciente presenta una especie
de “curacién” como en el caso Aimée. De hecho, el paciente detiene su trabajo delirante y encuentra cierta
compensacién.
En otros casos, el pasaje al acto enfrenta al enfermo con lo que Lacan llama “la muerte del sujeto”:
después del acto sdlo resta el silencio. Este es el caso de una de las hermanas Papin: ya no puede devir nada——
mas. No ogra salir del vacio de significacién que produce la catastrofe, la cafda significante.
85Etiem
Para que el paciente no quede fuera de su acto no se trata s6lo de juzgarlo. Existen diferentes maneras
de producir esta reintegracién del acto en el interior del delirio, y en cada oportunidad es necesario
determinar el medio adecuado para llegar a este fin.
Reolaboracién de ui capitulo del libro El Caso Aimée.
Estudio historico y estructural, de préxima publicacién.
Tesis de Doctorade defendida en el Depariamento de
Psicoandlisis de la Universidad de Paris Vill (octubre de
Notas y referencias bibliograficas:
(1) J. Lacan, De Ja psicosis paranolca en su relacién a la
personalidad, Siglo Veintiuno, México, 1976, p. 272.
(2) P. Guiraud y B. Cailleux, “Le meurtre immotivé, réaction
libératrice de lamaladie, chez leshébéphréniques”, Annales
médico-psychologiques, 1928, pp. 352-360,
(3) P. Guiraud, “Les meurtres immotivés’, Evolution
Psychiatrique, marzo de 1931, N82, pp. 25-34.
(4)P.Guiraudy 8. Cailleux, “Le meurtreimmotive..
p. 357.
(6) Idem, p. 358.
(6) Idem, p. 359.
(7)Monakowy Mourgue, Introduction biologique a étude de
la neurologie et dela psychopathologie, Alcan, Paris, 1928.
(8) Idem, p. 306,
(8) P. Guiraud, “Les détires chroniques (hypotheses
pathogéniques contemporaines)”, Encéphale, 1925, pp.
663-673, p. 663.
(10) P. Guiraud, "Les meurtres immotivs”, op. cit, p. 92
(11) Idem, p. 32-33.
(12) J. Lacan, op. cit, p. 275.
(13) Idem, p. 216.
(14) J, Levy-Valensi, “Les magnicides..", op. cit.
(15) J. Lacan, "La agresividad en psicoandlisls" (1948),
Escritos t.), op. cit, pp. 94-116, p. 105.
(16) Idem, p. 108,
(17) J. Lacan, “Acerca de la causalidad psiquica’
165.
(18) J. Lacan, “Intervenciones de Lacan en la Sociedad
Psicoanalltica de Paris’, Intervenciones y Textos N°,
Manantial, Buenos Aires, 1985, pp. 5-31
(19) 8. Tendlarz, “Acerca del kakon", Malentendido N°,
Catéiogos, Buenos Aires, 1988.
(20) J. Lacan, De la psicosis.... op. cit., p. 156.
(21) Idem.
(22) Idem, p. 155.
(23) J.-A. Miller, Cause et Consentement’, curso del 20 de
abril de 1988, Pars.
(24)C. Lima, "Du délire al'acte”, Papéis do Simposio, Brasil
op.cit..p.