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-Cuando era niña mi madre siempre me

preguntaba qué es lo que yo desearía


para desayunar, almorzar y merendar; y
de esa manera me enseñó que mi
opinión importa.
- Cuando yo era niña y estaba en la escuela, me llevé
un borrador de una compañera a la casa, cuando mi
papá llego del trabajo me vio haciendo deberes y se
dio cuenta del borrador. Me preguntó quién me lo
había dado, yo le dije que me lo regalaron; entonces
mirándome fijamente a los ojos, me pidió que le
dijera la verdad y me exigió que lo devolviera.
Aprendía a no mentir y a no coger lo que no me
pertenece.
-Cuando era niña mis padres siempre
saludaban a donde iban o entraban,
decían que siempre hay que saludar
cuando se entra a un lugar. De mi
maestro recuerdo que él era muy
respetuoso y cariñoso.
- Nunca nuestros padres
nos explicaron sólo nos
ordenaron lo que había
que hacer. Ellos no
hablaban con nosotros.
-Cuando yo era niña tenía una muñeca
que me regaló mi abuela; un día vino mi
prima a visitarnos en mi casa y se puso
a llorar porque quería llevarse mi
muñeca, yo no se la quería prestar,
pero todos me decían “préstale a tu
prima para que no llore”. No le
importaron los sentimientos de tristeza
que tenía por mi muñeca.
- En mi casa mis padres a
veces decían una cosa y
según les convenía
cambiaban de orientación.

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