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El masoquismo de escuchar la W en Europa, Julio Sánchez el coqueto del

San Bartolomé

Por: Daniel Fernando Mejía Lozano


Periodista Internacional en Francia
@DanielMejiaLoz2

Son las once de la mañana y aún estamos en invierno, estoy en la Rue Folie
Mericourt de París, tomando un café mientras adelanto un proyecto publicitario
para el lanzamiento de un libro en la ciudad luz, en el piso 4 de un antiguo
edifico junto a la emblemática place de la République, una plaza que es el
centro de las manifestaciones de los movimientos de Izquierda en Francia, en
ella se encuentra un monumento de Marianne, personificación de la República
Francesa, en bronce, justo al frente me encuentro escribiendo y escuchando la
radio.
El café es colombiano, por estos días se encuentra con facilidad en las tiendas
de Lidl, al fondo la voz de Julio Sánchez Cristo me traslada al año 2000, por
aquellos días estudiaba comunicación social en la Universidad Jorge Tadeo
Lozano, días de radio, Julito ya era un referente para la escuela de
comunicación dirigida por Margot Ricci, esposa de Juan Gossain.
Muchos oyentes que participan del programa de la W radio quedan atónitos
cuando en medio de su intervención al aire les cuelgan el teléfono, algunos
invitados del nivel ministerial deben defenderse como si estuvieran en un
tribunal.
En medio del sarcasmo y la ignorancia permanente de las respuestas de Lucas
Pombo, el periodista político que semióticamente no sabe dónde está parado,
pero que por supuesto si es de apellido Pombo debe ser un muchacho decente
para cubrir una fuente tan importante, Julito regala flores mientras alimenta el
morbo con la voz de Ana y recrea una escena de infieles en un carro
parqueado en una avenida de Bogotá.
Luego saluda al ministro de Justicia Néstor Iván Osuna Patiño, acusándolo
directamente, a el y su gobierno de promover los disturbios generados en una
marcha contra la Corte Suprema de Justicia, ojo una movilización legitima ante
el completo desprestigio de una rama judicial corrupta y un Fiscal mafioso,
tema que por supuesto no es relevante para el padre de la Radio en Colombia,
nada raro que los disturbios del Palacio fueran orquestados por la ultra derecha
acostumbrada a estos espectáculos con Trump y Jair Bolsonaro.
Ya en ese punto, la cafeína esta en mi cabeza y he perdido toda la
concentración del escrito en el que estaba enfocado antes de sintonizar la W,
indignado de escuchar al que se ufana de ser un periodista poderoso, acusar a
un Gobierno de un nuevo intento de secuestrar el palacio de justicia
alimentando con morbo y recreando una situación histórica que se presento en
Colombia muy distante a la realidad que actualmente vive el país, la cual fue
conocida como “la toma del palacio de Justicia”, denominada operación Antonio
Nariño por los Derechos del Hombre, un asalto perpetrado en Bogotá el
miércoles 6 de noviembre de 1985 por un comando de guerrilleros del
Movimiento 19 de abril, no por unos sujetos con pinta de paramilitares que
empujaron unas rejas para que los Magistrados salieran fuertemente
escoltados como paso en días anteriores.
Oyentes de España, Canadá, Francia, Inglaterra y Alemania participan del
programa incendiario, la mayoría tienen la cafeína en la cabeza, en sus voces
se escuchan los recuerdos de 1985 y del M-19, la tarea ya está hecha, la W
nos llevó a la supuesta retoma del Palacio de Justicia promovida por Petro para
olvidarnos del Fiscal Barbosa y la denuncia del Reporte Coronel que implica a
la cuestionada Martha Mancera hoy Fiscal General de la Nación con grupos de
Narcos y en el delito de tráfico de armas, estos temas son irrelevantes para la
W, y quedan solo en la voz de la conciencia, perdón de Coronel.
Después, minutos más tarde pasa a Lucas Pombo, Julio con su tono de voz
agudo le pregunta cualquier sandez al aprendiz para que el responda
numerosas sandeces, y luego le envía una felicitación especial a Vicky Dávila
por su premio de periodismo otorgado por el CPB. Vuelve la sexy voz de Ana y
regala unas flores para quienes lo aplauden ante su propósito de generar
inestabilidad institucional demostrándole al presidente Petro que tan fuerte es
el poder de la comunicación y de los medios, el cuarto poder ahora es el
primero.
Esta misma narrativa se repite todos los días, con distintos actores y el mismo
libreto. Aprovechándose de un sistema estatal de medios muy débil, con poca
producción, baja audiencia, tecnología retrograda, pocos jóvenes innovadores,
poca cobertura internacional. Debilitar los medios estatales fue la principal
herramienta de los grupos económicos y de la ultra derecha para mantener su
poder y dominar al Estado.
Mientras acá en Francia los medios de Gobierno como RFI y France24 ambos
estatales se fortalecen cada día más y emiten en distintos idiomas para todos
los continentes, con una planta de periodistas de primer nivel, con antenas en
todos los lugares del mundo. En Colombia, todos los recursos del Estado para
medios los han absorbido los grupos económicos que tienen al país sumergido
en la pobreza, violencia y desigualdad y los últimos gobiernos han mantenido
marginados los medios públicos incluso asignando contratos muy jugosos y
muchos más recursos a los medios privados de Ardila Lule y transnacionales
españolas.
La calidad de contenidos periodísticos en Colombia esta en un muy bajo nivel,
la confianza y credibilidad de las audiencias ya no es la misma, las escuelas de
comunicación social no se reinventan y por el contrario siguen en la misma
narrativa con los mismos referentes que hoy tienen al país en un colapso.
Quien intenta hacer un periodismo ético, verídico y riguroso termina como el
mundo según Pirry, sin trabajo y marginado.
La biografía de Julio Sánchez Cristo publicada por el portal La Silla Vacía,
resalta que “tras haber estudiado en el José Max León y el San Bartolomé La
Merced. Del San Bartolo fue expulsado a escasas semanas de obtener su título
de bachiller por haber escrito más de la cuenta en El Coqueto, un periódico que
fundó con compañeros suyos” coje fama y échate a la cama.
Un antecedente no tan bueno para el hombre más poderoso de la radio hoy en
Colombia. Su mentor fue Yamid Amat quien también tenía como discípulo a
Néstor Morales, pero a el dejémoslo en Blu y hoy concentrémonos en la W.
Para el Reino Unido la BBC de Londres es su principal medio de comunicación,
abreviada British Broadcasting Corporation es hoy la empresa de radiodifusión
más grande del mundo por ingresos brutos y espectadores. Mientras tanto,
RTVC, apenas esta iniciando labores porque el Ex Presidente Iván Duque
había dejado contratada una planta de burocracia que estuvo calentando silla y
cobrando sueldo hasta diciembre del 2023.
Ante el bajo nivel de formación de las escuelas de comunicación social de
Colombia, resulta importante que el gobierno del cambio realice una inversión
en periodistas y comunicadores internacionales, también que refuerce la
inversión en medios alternativos donde la línea ética supera los intereses
económicos y por supuesto se pueda proyectar el talento colombiano para
crear nuevos referentes de la comunicación que contribuyan a la democracia.
Las universidades públicas deben tener como prioridad las escuelas de
comunicación social y de periodismo digital para proteger los intereses del
Estado. Y resulta fundamental invertir en innovación tecnológica y bilingüismo
para lograr tener un RTVC del nivel de la BBC de Londres o de Radio Francia
Internacional.
No es únicamente con pauta publicitaria que se pueden enfrentar los
monstruos de la comunicación que trabajan para los grupos económicos
transnacionales, se requiere conocimiento, educación, estrategia y por
supuesto fortaleciendo RTVC como eje fundamental de la transformación social
para proteger los intereses de la nación.
Lo reconozco, soy un masoquista porque sigo escuchando la W, de vez en
cuando participo para enviar unas flores y el café se hace mas fuerte cuando
Julito hace sus entrevistas desenfrenadas. El Coqueto del San Bartolomé,
conquisto las audiencias de colombianos en el exterior, sin embargo, nuestra
visión antes que funcional es estructural, comprendemos la realidad del país,
no comemos entero, tal vez si algún día no esta el coqueto en la radio, lo
vamos a extrañar por su legado de periodista empresario medido en cifras para
los conglomerados económicos que han alimentado la violencia, corrupción y
desigualdad en las últimas décadas en Colombia.

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