Está en la página 1de 4

¿QUÉ SIGNIFICA SER RECHAZADOS?...

Significa, claro está, no ser elegidos… La clave está en


COMPRENDER que el rechazo de los otros hacia nuestra persona, no habla de nosotros, sino
de ellos… habla de sus gustos y preferencias, no de nuestra capacidad para ocupar ese lugar
que pretendemos y que, SEGURAMENTE, alguien más tiene la convicción y hasta el deseo de
aceptarnos, tal como somos, porque no tiene ninguna duda de que somos la persona idónea
para tal fin.
.
El rechazo, necesariamente, implica, que no vamos a poder vivir ESO que deseábamos vivir…
cuando menos NO en ese momento, no en esas circunstancias, no con esa persona que
pretendemos… y lo “EMOCIONAL Y SENTIMENTALMENTE DOLOROSO” del rechazo, es la
interpretación de que no vamos a vivir eso que deseamos, porque hay ALGUIEN ahí que no nos
eligió para permitirnos vivirlo… Aunque, pudiera ser, que muchas veces estamos pensando
que somos los “mejores” candidatos para estar con, o hacer algo que NO ES PARA NOSOTROS,
porque no somos la persona idónea para ello. Lo deseable es que seamos conscientes de que
NO PODEMOS ser los indicados para todo y para todos... O sea que, en realidad, lo que
experimentamos como rechazos pasarían a ser una experiencia “saludable” si la vivimos como
un episodio de orientación, de ubicación, de valoración. El Rechazo es, nada más, que
enfrentarse con que no se cumple la expectativa que nosotros teníamos, dependiendo de la
opinión de otros.
.
De todos los seres vivos que existen en la tierra, el bebé humano, cuando recién nacido es el
más vulnerable, dado que NO PUEDE SOBREVIVIR si no tiene quien le asista, quien le cuide,
quien le alimente y quien LE DE AFECTO… cuando bebés, tenemos 3 necesidades
indispensables:
1) La necesidad de alimento…
2) La necesidad de cuidado – abrigo, y
3) LA NECESIDAD AFECTIVA…
.
El bebé, como bien lo saben los médicos y los neonatólogos, si no recibe afecto, si no recibe
cuidados maternales, aunque no sean de la madre, si no recibe la cuota de vínculo emocional
que tiene que recibir del afuera, contrae una patología que se llama MARASMO, que le lleva a
la muerte por causa de la privación afectiva… Pudiera ser que en nuestro “programa de
supervivencia” esté grabado que si no se nos proporciona atención afectiva cuando bebés, ello
equivale al rechazo y, por lo tanto, a la muerte… de ahí pudiera explicarse el por qué el
sentirnos rechazados es una de las causas que mayor daño emocional – sentimental nos causa,
pues cualquier rechazo evoca en nosotros aquel temor a la aniquilación.
.
El rechazo, “per se”, es aquel que no se debe a ninguna cosa que el protagonista haya hecho o
dejado de hacer… ¿quién no nos hemos sentido alguna vez rechazados porque sí?, ¿quién no
nos hemos sentido alguna vez discriminados?, ¿quién no nos hemos sentido excluidos por
alguna cualidad física o manera de sentir, pensar o actuar?… es muy difícil no pensar, cuando
vivimos un rechazo, sea por la razón que sea, que algo en nosotros está mal, que “eso” por lo
que hemos sido rechazados es un déficit nuestro, que, quizás, deberíamos cambiar algo de
nuestro físico, manera de pensar, sentir o actuar y ello nos puede conducir, peligrosa y
nocivamente, a dejar de ser nosotros mismos, con la vana ilusión de dejar de ser rechazados…
.
Es deseable que entendamos que, las más de las veces, muchos de los rechazos que vivimos a
lo largo de nuestra vida no se deben a un déficit nuestro, sino, más bien, a una marcada
manera personal de ser diferentes a las mayorías… y todo lo diferente a las mayorías suele
interpretarse por esas mayorías como “feo o indeseable”, o, en el mejor de los casos, como
intolerable, pues lo diferente tiende a ser rechazado... Comprendamos entonces, que, en tales
casos, no se nos rechaza por ser inapropiados o no aptos, sino por ser diferentes… No nos
rechazan por no ser como los demás quieren que seamos, sino por atrevernos a ser nosotros
mismos... Es importante e indispensable para nuestra salud emocional y sentimental el
APRENDER a convivir y a superar el rechazo del que eventualmente seremos objeto, pues es
iluso creer que a lo largo de nuestra vida nunca seremos rechazados... Es importante que
aprendamos a vivir o sobrevivir sin la constante búsqueda de la total aceptación, del aplauso,
de la popularidad, de la APROBACIÓN DE LA MIRADA AJENA, de la necesidad de pertenecer.
.
Podremos trascender la tendencia a sentirnos afectados negativamente ante el rechazo,
cuando podamos aprender a desanudar nuestra propia valoración, nuestra propia idea de
nosotros mismos, desanudarla de determinados rechazos… que entendamos que tales
rechazos no nos vuelven inelegibles para la realización de determinadas cosas –salvo en la
opinión de quienes nos rechazan, pero no nos vuelve indeseables UNIVERSALMENTE a
nosotros como tales, y ello nos conduzca a evitar sentirnos “avergonzados” por pretender ser
elegidos para tal actividad, cosa o persona… Es importante que aprendamos a atrevernos a
aclarar a quien nos rechace usando un argumento como: “te confundiste, tú no eres o no estás
preparado para eso que pretendes”, decirle con total convicción y mirándole fijamente a los
ojos: “Disculpa, yo no estoy confundido, estoy plenamente consciente de lo que deseo, y el
hecho de que tú me consideres no idóneo o indigno de ello no significa que esté confundido o
no capacitado, sino, simplemente, que eres tú quien así lo considera.”
.
Seamos conscientes y pensemos con sensatez, que ES INEVITABLE que a algunos no les guste
como somos, como actuamos, como pensamos… pero pensar que TODOS nuestros afectos no
le gusten a nadie, es TAN ESTÚPIDO como pensar que TODOS nuestros afectos les gusten a
todos... Pero no nos desatendamos de que SIEMPRE hay áreas de oportunidad que podemos
mejorar en nosotros mismos para trascender hacia ser mejores personas… y es innegable que
aquello por lo que algunos nos rechazarán de manera contundente, habrá otros que nos
admirarán por ello mismo.
.
Para concluir… es sano que NOSOTROS MISMOS nos entrenemos y preparemos para algo que
nuestra cultura NO enseña… que nos preparemos para aceptar ser rechazados. Al respecto
hay una historia que narra que cierta noche, en la antigua Roma, pasa una persona por el
cementerio y ve al filósofo Diógenes dentro del cementerio actuando de manera rara: ante
cada estatua del cementerio Diógenes se para y le hace una solicitud; “necesito que me
escuches”, le decía a una… “podrías prestarme dinero para salir de este apuro”, le decía a
otra… “quisiera que me dieras tu opinión sobre este asunto”, decía a otra más… y así actúa con
cada estatua del cementerio, hasta que la persona que le observaba le recrimina: “Diógenes,
¿qué te pasa? ¿te has vuelto loco? ¿Por qué platicas con las estatuas del cementerio que no te
pueden responder, aunque así lo quisieran?... El sabio Diógenes voltea a ver a su interlocutor y
le contesta: “No, no estoy loco. Verás, lo que estoy haciendo es prepararme para aprender a
ser rechazado”.
.
.
Fuente: vídeo de YuTub de una charla entre Jorge Bucay y su hijo Demián Bucay sobre el tema
del Rechazo.
.
Saludos y bendiciones… Juan E.

También podría gustarte