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CRASH, CONEMBERG Y BALLARD:

TRANSPOSICION

El film de David Cronemberg "Crash" como transposición de la novela de J.Ballard.

“Crash” no es solo una novela, ni tampoco es solo una película. Son ambas cosas. Pero
cómo. ¿Que ha ocurrido aquí? La respuesta es simple, una transposición.
La transposición es un intercambio discursivo, es el cambio de soporte o lenguaje de un
texto. Esto supone al menos dos lenguajes distintos. Donde cada lenguaje tiene
posibilidades propias, potencialidades, distintas entre si.
En este paso de un lenguaje a otro, de un soporte a otro, surgen cambios, y también hay
cosas que se mantienen. Se le puede dar mas interés a la forma propia de cada discurso
que al contenido en si. Así deberíamos analizar los textos. Viendo que es lo que se
mantiene en ambos, que cambia, que surge, que es propio de cada lenguaje y que no. De
eso nos vamos a ocupar en este trabajo.
Es claro que el film y la novela no son lo mismo. En el film se le ha dado una
importancia a la forma muy evidente y se ha obtenido otra significación. Hay reflexión
de Cronenberg sobre el texto de Ballard.

LA PELICULA

Que es lo primero que podemos analizar de un film. Lo primero a lo que accedemos, el


primer contacto: el titulo; “Crash”
A nivel lingüístico, qué es “crash”. El sonido de un choque, si. Una onomatopeya, la
parte icónica del lenguaje que vendría a semejar lo real; Al choque real.
La secuencia de títulos empieza, la melodía musical muy monótona acompaña, un fondo
azul oscuro, una luz que podría ser de algún automóvil y los títulos que en transito se
acercan. Todos cromados, metálicos, pero no perfectos sino abollados, con marcas,
cicatrices, pruebas que atestiguan pasados choques o anticipan los que van a suceder. La
tipografía no solo se homologa con los autos sino también con los cuerpos humanos que
van dentro de los autos y que a lo largo del film se homologan también con las heridas y
las cicatrices. Siempre se maneja esta relación entre humano orgánico y mecánico
tecnológico y el deseo de uno por el otro. Como es común en el estilo también de
Cronenberg que siempre maneja esa dualidad orgánico/maquina. Si vemos “El festín
desnudo” veremos una maquina de escribir transformada en un ser viviente que se
arrastra o en un insecto o si vemos “Existenz” también de David Cronemberg juega con
esa ambigüedad y se muestras consolas de videojuegos orgánicas.
La cámara con movimientos precisos, mecánicos, nos empieza por mostrar un garaje de
aviones, entre su “vuelo” descubrimos a Catherine posando su cuerpo sobre el frío metal
de un avión. Se ve el deseo de la carne por el metal. Por la maquina. Y el placer sexual
ligado a ello.
En la secuencia siguiente se presenta al personaje protagónico, dentro de un set de
filiación que justamente se llama “Ballard” como el autor de la novela He aquí un guiño
de Cronemberg, de metalenguaje. Él esta en un principio teniendo sexo con alguien del
equipo técnico. (la sexualidad es un eje muy importante. Muestra la superficialidad de
los personajes que solo pretender saciar ese tipo de deseos).
La secuencia siguiente los muestra juntos, teniendo sexo en un balcón y hablando de lo
que vimos en las secuencias anteriores, con la autopista de fondo. Guiños de lo que
vendrá.
Y lo que siguen son los accidentes. Muchos accidentes, representaciones en presente de
antiguos accidentes famosos, satisfacción sexual en automóviles, choques, choques y
más choques. La adrenalina de estar al borde de la muerte y postergarla. Placer de
impacto, destructor, como generador de placer sexual.
La secuencia de la masturbación conjunta mientras ven pruebas de seguridad es muy
interesante en la configuración de los personajes. Solo buscan satisfacer su perversión.
Solo el presente. Son posmodernos.

“Crash” de J.G Ballard

En el prologo de la novela, luego de resaltar algunos aspectos en el desarrollo del siglo


XX como el avance -siniestro- de la tecnología, el culto al dinero, la ciencia y la
pornografía. Ballard Afirma que: “el hecho capital del siglo XX es la aparición del
concepto de posibilidad ilimitada. Este predicado de la ciencia y la tecnología implica la
nocion de una moratoria del pasado – el pasado ya no es pertinente, y tal vez este muerto-
y las ilimitadas alternativas accesibles en el presente”. Y que la mejor forma de
representar este mundo de “posibilidad ilimitada” es por medio de la ciencia ficción.

Unos años mas tarde, a partir de un ralato belico donde se resalta la posible
homologación entre humano y maquina en la acción belica, Jameson decía que : “En esta
nueva maquina que ya no representa el movimiento, como la antigua maquinaria
modernista simbolizada por la locomotora o el aeroplano, sino que solo puede ser
representada en movimiento, se concentra algo del misterio del nuevo espacio
posmodernista”

De esta manera Ballard se atribuye la primera persona del relato para mostrar un mundo
donde la tecnología, encarnada en el automóvil, puede ser un elemento para explorar
“todas las verónicas de nuestras perversiones”, donde un grupo de personajes limitan sus
acciones a multiples encuentros de sexo y violencia. De esta manera el espacio se vera
limitado en gran medida al automóvil y la carretera como ese constante “en movimiento”,
el cual pondrá en evidencia la unión - causa también del despertar de las fantasias de
poder y violencia-, entre organismo y mecanismo – maquina y hombre. Como puede
verse en las exustivas descripciones del acto sexual y el vioento, los fluidos corporales y
el liquido para frenos, las cicatrices y las piezas metalicas retorcidas.
Por otra parte, el relato filtrado a través de la mirada exploradora de Ballard construirá un
sistema propio de la escritura sobre la perversión1. Se inicia el relato con la muerte de
Vaughan que: “había ensayado su propia muerte en numerosos choques”, lo cual
establece “su propia muerte” como cierre del sistema y “numerosos choques” como un
camino organizado que será seguido hasta la consumación del acto final que a su vez es
aquel que da sentido a todos los anteriores -choques, relaciones sexuales-, el cual es
relatado en el ultimo capitulo. Entre estos dos capítulos, lo que conforma el desarrollo de
la novela, podemos seguir el personaje de Ballard que a partir de un accidente
automovilístico se inserta en el mundo de la perversión surgida a partir del choque, y por
medio del cual conoce a Vaughan, quien marcara el camino de esta “nueva sexualidad”.

“después de haber sido bombardeado implacablemente por la propaganda de seguridad en


las cerreteras, haber tenido un accidente real era casi un alivio” (Crash, pag.51). Por
medio de esta frase puede verse como la novela construirá un sistema perverso en la
capacidad de quebrar la norma que permite distinguir en bien y el mal, eje de la sociedad
neurótica, hacia la búsqueda del placer originado en el dolor. A partir de esto y por medio
de la relación entre los otros personajes conscientes también del sistema, los multiples
encuentros serán los pasos a seguir hasta llegar a visualizar el acto final que cierra con la
muerte. Por lo tanto cada encuentro no tendrá sentido en tanto la consumación del acto
final se lo otorgue. Lo cual solo es logrado por Vaughan, a quien se le atribuye el lugar
del filosofo perverso.

Crash y el posmodernismo .

En ambas versiones de Crash encontramos bien representados los conceptos enunciados


por Jameson como los rasgos constitutivos del posmodernismo. En primer lugar vale
resaltar la superficialidad con la que están caracterizadas ambas obras, tomando por
ejemplo los personajes que nos presenta Cronenberg: desde el casting nos encontramos
con sujetos que responden a una “cultura de la imagen”; y esta superficialidad se acentúa
aún mas mediante la actuación tan fría de los personajes, que parecen llevar la misma
expresión a lo largo de todo el film, lo que no nos permite acceder a una lectura del
personaje en otros niveles mas que el de su mera presencia, el estar ahi en ese momento.

Esto nos da una suma de ‘superficialidades’ representadas tanto por los personajes como
por las situaciones en las que se encuentran; que se relacionan y ubican a un mismo nivel
a pesar de no parecer, en principio, relacionables. Pertenecen a lo que Jameson define
como “un mundo convertido en mera imagen de sí mismo, así como de pseudo
acontecimientos y espectáculos, o sea, "simulacros" [la copia idéntica de la que jamás ha
1
1- Tomando como referencia el texto “Sade, fiolosofo de la perversión” de Klosowski,
Sollers, Barthes.
existido el original]”; éstas son las recreaciones de los choques por parte de Vaughan, las
sesiones masturbatorias frente a videos de choques, y mismo los encuentros sexuales, que
se van sucediendo al tiempo que se maquinizan y despojan lo humano de las relaciones,
es como si los personajes no sintieran.

Se configuran asi a las "profundas relaciones constitutivas de todo lo anterior con una
nueva tecnología" que Jameson define y que en Crash está representada por los
automóviles, erotizados mediante los choques, que dejarán en los personajes marcas, ya
sea el cinturon de seguridad, el logo del auto, su interior, o mismo forzando la necesidad
de aplicar una prótesis, maquinizando e interviniendo el cuerpo [dando lugar a esa
dualidad orgánico-tecnológica tan presente en la filmografía de Cronenberg].

“Vivimos en un mundo casi infantil donde todo deseo, cualquier posibilidad, trátese de
estilos de vida, viajes, identidades sexuales, pueden ser satisfechos enseguida” afirma
Ballard en su prólogo, y estas satisfacciónes, inscriptas en el ámbito sexual/maquínico de
los personajes de Crash, representan justamente lo que Jameson denomina ‘intensidades’
y define como "un subsuelo emocional totalmente nuevo". Y justamente lo que hacen es
buscar ese placer a base de percersiones que inscriben dentro de ellos a lo largo de cada
choque y encuentro sexual, sin importar donde, cuando o con quien, siempre que el
fetiche tecnológico este presente y a la orden en esta costrucción posmoderna, que
siempre les ofrece satisfacción.

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