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| ee ee cme a Ce ee Mario Satz poe Po nerren uc ener rence entregaban los judios, como falsamente Fhggje | C2 slirmar Jos Diccionarios de if a | Lengua castellana. Bs un arte: ¢l de leer EL FRUTO MAS ESPLENDIDO DEL te | entre lineas el codigo hebreo apoyando Do ceeme emia ener velar mee Ke am ec eo Estey RR rm mere eee n enone ecrce ARBOL DE LA KABALA remeceic tari terae PM ivan Com here CUM me cane tn oslo) nacional ¢ incluso fantastico one ec rv eD ery teeter Coreen Ce mn aeOneTU Tc RIOR eO Cnet erste Meee ects OrCen Coca lo que, ademas, nos ayuda a comprender la cyolu: esuim cidn psicologica de Occidente a Ja luz de sus construccio: Prem e ieee Tecan mese Cre mnt ements arte ) utopia. En este contexto, a Espatia le cabe el honor de haber dado a luz al kabalistico Zobar o Libro del esplen: dor en los dia eee ie heen ene Mera: Porritt men Nig Pecretrnr trie E at rarecnm Mater meee mecorTest caldo de cultivo cuyo aroma impregna, qttiza, las grandes aventuras espirituales de Santa Teresa y San Juan de ta Cruz Peri tererer acer tea ter oer ema? Draven CAM nc rte reer tam tr mn recunie la PL Are eee Cee ee Rec ee Ta ae nee aed Mere reece ey ene mere! misma coleccion “Los Alumbrados en que COMME Tn Comets omen Ce) rae A ALE. bes oe Te Pie eee] Ti DSL < MARIO SATZ EL FRUTO MAS ESPLENDIDO DEL ARBOL DE LA KABALA ‘wsnuién de portada: Fragmento del Tacuinum Sanita, manusctito italiano del siglo XV. Biblioteca Casanarense, Roma diveio de portada: Pepa Arteaga wed Figuesamente prokibia ina aria. aria dels (ae del "Copyright ajo las sancone etabeidar nla eyes reprcin olf de eta obra por cule meio o rocndimient, eomprendis la rpeoducién y atmiento Md, a danbucin de Gempares della mediante gue pram pablo. > 2005 Mario Sarz 9 2005 Miraguano, S. A. Ediciones ‘Hermosll, 104. 28009 Madrid. Espaia “Tels 91 401 46 45 - Fax: 91 402 18 43 E-mail: miraguano@miraguano-sa.es Internet: heepe/ rw. micaguano-s.e5 ISBN: 84-7813-291-0 Depésito legal: M. 38.644-2005 Imprime Closas-Oreoyen, S. L. Pollgono Igarsa aracuellos de Jarama (Madrid) Para la meva adorable moreneta ‘Tamar, ara y sempre. Para Montse Soldevila y sus hijos Marian, Kalin, Alberto y Javier, y pata el mekubal Jaime Villarrubia Todas esas santas formas ban sido ofrecidas a las naciones, pero el Santo, bendito sea, se ha reservado para st el cuerpo del érbol ast como su corazén. Del mismo modo que el corazén constitye el fruto mds epléndido del cuerpo, casi ba tomado Israel el fruto del drbol del esplendor. E] Libro de la Claridad, Provenza, siglo XI DE LA RAIZ AL ARBOL LOS VEINTIDOS SENDEROS EEMOS en el Libro del esplendor o Zohar, texto fundamen- tal de la K4bala espafiola del siglo XII, el siguiente pasaje: “Rabi Isaac dijo: la Tord (0 ensefianza) se manifest en fuego negro sobre fuego blanco, lo cual indica que la mano derecha golped la mano izquierda para que ambas pudieran fusio- narse tal y como esté escrito: «De su mano derecha una ley de fuego ‘TABLA DE LAS LETRAS HEBREAS Y CALDEAS. 1 | @ trespiracion suave) | ye 1 (Los illazes eine rR 2 |b bh iy) 3 2° ican por una fe B ; 3 3 mérnsora |G 4 4 4 mato: pore | D. 5 |b (verte aspiracon) | oy ‘5 plo un Aleph mas H lime y & fandequelade | ae } 4 misletrssentre |Z © | / (guturaly n las que se encuen- 3 8 | 1 ten) 3 9 iamnosgnitica | T oferta F 10 Ie sino 1000), 1 UD Akh 5 Fi 20 K aft iS 36 L 8 | dF w M ea ca 50 N is | > a 5 16 |e. an ng (gna |B 70 6 {7 |p. ph B Fir mB) 80 i wh [tate 3 nai pf] 90 Fini=900 te 19° |g. gh (guturaly Pp 100 (Las finales no Q a |; 4 200 Sempre inplcn | R dU fens v 300 un valor numéri- Sb a fhe Rt 00 Th 20 mayor. (shdat, HIVE) para ellos, Dewteronomio 33:2, a lo que Rabi Jiys comenté: «Las letras, cuando fueron grabadas sobre las dos tablas de pirdra, eran visibles por delante y por detras, A su vez, las tablas eran dle zafiro y las letras estaban formadas por fuego blanco y cubiertas luego por fuego negro». Por su parte, Rabi Abba comentd que las letras flotaban sobre ellas (las tablas), siendo visibles en dos colores le fuego, blanco y negro, para demostrar la unién de lo izquierdo con lo derecho”, Zohar, I, Jetré. De este modo, entonces, la KAbala o Tradicién oral judeocristiana ve en la Biblia un texto polifénico y polisémico cuyas dimensiones mis profundas exceden el tiempo y atraviesan el espacio de punta a punta, Continuo, el fuego blanco que, segin el Zohar, precede al oscu- -o, representa la energfa primordial sin principio ni fin, en tanto que ontinuas— las letras son las muescas que, como los elementos quimicos, emergen de él para diferenciar los seres y las cosas, establecer os contrastes y los cuerpos, los bordes y los Imites. En un grabado astronémico del siglo XVI europeo observamos una imagen aproxi- nada de algo semejante a lo que sostiene y postula la Kébala: el bus- -ador o peregrino parece, en su camino por la vida, haber excedtido los ‘imites del fuego negro, de lo establecido y consolidado por su ciudad + su saisaje, pero también por el sol y la luna, el mes y el aito, con lo cual, sabiendo elevado su mirada por encima de las estrellas, es capaz de per- «bir cémo se gestan los mundos, qué espontanea libertad hay en el cos- nios en los momentos previos a su consolidacién formal. De manera oarecida, pues, el kabalista, apoyado por la tradicién oral, abando- raré el orden explicito y atravesara la malla del texto para llegar hasta a nube de electrones que lo engendrd, Regresaré del fuego negro al slanco leyendo entre lineas la evolucién de su propia psique y pudiendo rercibir, en ese acto, tal'y como sostenta Rabi Abba, a las veintidds letras 1n flotacién constante metamorfosedndose unas en otras, invirtiendo su rrden, equiparando sus valores numéricos ‘y deidndose leer, ya en las valabras, de adelante para atrés y de atrds para adelante, La Kabala —que »pera a través de 32 senderos de sabiduria, 22 de los’ cuales corres- vonden a las letras del alfabeto hebreo y 10 a los llamados sefirots 0 Los llamados anshei ghinat ha-egoz 0 Compaferos del Jardin del Nogal fue la deno- minacién con que los kabulistas del siglo KIII eran conocidos en Espafia, basindo- se, para ello, en un pasaje de Cantares que el Zobar lee en clave hermética, Para a medicina medieval la nuez era el modelo de la cabeza humana, con su calota cri- neana y sus dos hemisferios cerebrales. (shat, NWR) para ellos», Denteronomin 33:2, a lo que Rabi Jiyd comenté: «Las letras, cuando fueron grabadas sobre las dos tablas de pirdra, eran visibles por delante y por detris. A su vez, las tablas eran le zaliro y las letras estaban formadas por fuego blanco y cubiertas luego por fuego negro». Por su parte, Rabi Abba comentd que las letras flotaban sobre ellas (las tablas), siendo visibles en dos colores dle fuego, blanco y negro, para demostrar la unidn de lo izquierdo con lo derecho”, Zohar, Il, Jetré. De este modo, entonces, la KAbala o Tradicién oral judeocristiana ve en la Biblia un texto polifénico y polisémico cuyas dimensiones mis profundas exceden el tiempo y atraviesan el espacio de punta a ounta, Continuo, el fuego blanco que, segin el Zohar, precede al oscu- ro, reptesenta la energia primordial sin principio ai fin, en tanto que dliscontinuas— las letras son las muescas que, como los elementos quimicos, emergen de él para diferenciar los seres y las cosas, establecer os contrastes y los cuerpos, los bordes y los limites. En un grabado astronémico del siglo XVI europeo observamos una imagen aproxi nada de algo semejante a lo que sostiene y postula la Kabala: el bus- -ador o peregrino parece, en su camino por la vida, haber excedido los ‘imites del fuego negro, de lo establecido y consolidado por su ciudad y su >aisaje, pero también por el sol y la luna, el mes y el atio, con lo cual, sabiendo elevado su mirada por encima de las estrellas, es capaz de per- “ibir cémo se gestan los mundos, qué espontdnea libertad hay en el cos- nos en los momentos previos a su consolidacién formal. De manera sarecida, pues, el kabalista, apoyado por la tradicién oral, abando- rari el orden explicito y atravesara la malla del texto para llegar hasta a nube de electrones que lo engendré. Regresara del fuego negro al slanco leyendo entre lineas la evolucién de su propia psique y pudiendo vercibir, en ese acto, tal y como sostenia Rabi Abba, a las veintidés letras on flotacién constante metamorfosedndase unas en otras, invirtiendo su arden, equiparando sus valores numéricos y dejdndose leer, ya en las ralabras, de adelante para atrds y de atrés para adelante. La Kébala —que pera a través de 32 senderos de sabiduria, 22 de los cuales corres- yonden a las letras del alfabeto hebreo y 10 a los llamados sefirots 0 Los lamados anshei ghinat ha-egoz 0 Compaferos del Jardin del Nogal fue la deno- minaciéa con que los kabalistas del siglo XIII eran conocidos en Espaita, basinco- se, para ello, en un pasaje de Cantares que el Zohar lee en clave hermética. Para la medicina medieval la nuez era el modelo de la eabeza humana, con su calota cra- neania y sus dos hemisferios cerebrales. A ELYRUTO MAS ESPLENDIDO DEL ARBOL DE TA KABALA sirtudes— la Kébala sostiene que el paso del no-Ser al Ser, del reik {9) vaclo al iesh (W*) 0 lo existente, a aquello que es, se produjo por ana suerte de colisién entre la antimateria y la materia de la cual sur- 126 por un lado Aesher (102), el nudo o la onda espacio—temporal, y bor cl otro la doble yod () de las particulas elementales que danzan de modo constante en el corazén de la Creacién. Pero como, y a su ver, la doble yod alude a Dios, éste ligarfa como un tejedor lo no exis- ente a lo existente a través de nudos o paquetes atémicos que nues- ros ojos perciben como objetos sélidos. Las palabras —especialmente las palabras biblicas— serian, por su oarte, cristalizaciones de las ideas o los nuémenos que preceden a las, cosas que nombran y, puesto que en hebreo cosa y palabra se dicen gual, dabar (127), sucede que aquel que conozca las palabras que pre- seden a los actos y a las cosas podria, eventualmente, al estudiar el modo en que aquéllas estan escritas, prever el curso y gitar el destino de lo que van a nombrar. No otra cosa, sostienen los maestros, bus- carfa la sabidurfa: anticiparse al desastre de los hechos y fortificar el inimo ante lo imprevisto y lo ineluctable. Pulsando cada letra, cote- ando cada ntimero, explorando cada raiz entonces, el estudiante de Kabala o mekubal (72%): aquel que es recibido en el Huerto del Nogal de las ensefianzas secretas, a més de comunicarse por lo oral con la shesheret ha-dorot o cadena de las generaciones que le prece- fieron, puede, poco a poco, dilatar su alma y aclarar su mente en ontacto con ese juego singular cuyas diversas partes son los versicu- (os biblicos y los mensajes contenidos en ellos, Se dice que las ensefianzas secretas contenidas en la Biblia son reve- ladas a los Compafieros del Jardin del Nogal, anshei girinat ha~egoz, por- que ellos tienen en sus manos la triple lave de apertura del desarro- llo espiritual que propone la Kabala. En efecto, en la palabra guinat, jardin, se dan cita las tres letras iniciales de las palabras que sefialan los procedimientos habituales de lectura y anilisis: Guematria~niimeros a3 Notarikén-sighas Temuré-permutaci6n~ ‘Come un peregrino en su camino hacia Santiago de Compostela, el kabalista se asoma al subtexto de la ‘Tord para ver, tras el fuego negro de las letras escritas, el fuego blanco de la tradicibn oral. Grabado astronémico alemin del siglo XVI. El ya citado Zohar comenta, al respecto, que: “...EI rey Salomén penetré en las profundidades del Huerto del Nogal tal como est escri- to —en el Cantar de los cantares 6:11— y tomando una nuez con cisca- ra (Wlipd), extrajo una analogia de sus diferentes partes... El Santo, Bendito Sea (apn, ha-kadosh bari hii) encontr6 necesario crear todas estas cosas en el mundo para asegurar su permanencia, de tal modo que hubiera un cerebro con muchas membranas que lo envuelven, pues el mundo entero esta construido sobre ese principio, superior e inferior, del primer punto mistico (encarnado en la letra yod, ) hasta las més ale- jadas de todas las etapas, pues todas se cubren unas a otras, cerebro en cerebro, espiritu en espicitu, como una cfscara en otra.” Zohar, Beresit. FISIOLOGIA MISTICA DE LAS LETRAS SEGUN EL LIBRO DE LA FORMACION O SEFER YETZIRA EGUN establece este primer gran texto de la Kibala (circa siglo V), a cada parte del cuerpo humano le corresponderia una letra que, aunque nunca esté fija en el mismo sitio, sentirla predileccibn, segin los maestros, por morar en determinado ingano, Por ello, quien desease penetrur en una parte de su cuerpo {eberfa meditar en Ia letra correspondiente, o bien quien experimenta- © jtna molestia determinada podria recurrir a la pronunciacién man- rica de la letra situada en la zona sensible con el fin de dinamizarla, ali serar su peso y aliviar su carga. La letra alef: 8 :1 EL INFINITO, LA ENERGIA ESTO que, desde tiempo inmemorial, los Kabalistas han estudiado en parejas 0 zugot (del verbo zug, 181 par, dos, copla), la recurrencia del modelo del fruto indehiscente, es decir de aquel que no se abre por si mismo, y desde que fuera contemplado por el rey Salomén en el Huerto del Nogal, no ha dejado de intrigar a los exploradores espirituales, ya que, semejante 2 un cerebro la nuez o egoz (Ti28) alude doblemente a la pareja que estudia, zug (1), y al infinito de la letra X que ambos miembros per- siguen, Nuestro cerebro, al igual que la nuez, tiene dos hemisferios y una dura calota craneana que lo protege. A semejanza de la nuez, que alberga ese iquido don de la memoria frutal que es la nogalina, aues- tro cerebro encierra la memoria humana, al menos en gran parte. Acerca de la primera letra alfabétiea leemos en el Libro de la cla ridad o Babir que “condiciona la existencia de las dems”, pues su pul sidn original, su caudal sonoro la convierte en el primer fonema audi- ble en casi todas las lenguas, Idea que el Zohar refuerza al comentaz que la alof es la letra mediante la cual el Creador quiso ver simboli- zada doblemente su invisibilidad y su navuraleza infinita, Algunas escuelas de Kabala remiten ese hecho al ideograma mismo de la alef que, como puede verse, se compone de dos yods y de una vav: wot yod Vi > yod Si, por otra parte, se suman los valores numéricos de cada una de las letras que la articulan (° > =10+10= 20 + 1= 6= 26= 717), se’alcanza la cifra del Nombre Inefable de cuatro letras o Vetragrama, la palabra més importante de toda la Biblia, el ep{teto divino por excelencia. Por otra parte, y dado que se trata de una tra- icidn oral, Ja citada pareja habra recibido su ensefianza de boca a ofdo, ozen (11), respecto del cual el Libro de la claridad nos dice que lleva una alef inscrita en su interior: § y dado que el ofdo es, en el ‘enguaje, el revés de la boca, constatamos dos datos reveladores. El pri- mero, que mientras la boca o pé (19 = 85) no es consciente de la gra- © jen (IK) = 58) que transmite, si parece serlo el ofdo u ozen (TR = 58) que atentamente escucha. Y, al mismo tiempo, que si se suman ambos mimeros, el 8 y el 5, se llega al 13. El nimero del amor o thabé (1398 = 13), pero también el del principio de todas las cosas > bereshit (WRIA = 13). La letra bet: 2:2 LA MORADA, LA CASA ABIDA cuenta que el principio es un principio de amor, ¥ que, sumados uno y otro, el amor y el principio, lle- gamos al mimero del Tetragrama otra vez (bereshit, WRIA = 13 + ababd, NZIS = 13 = 26 = 717), es posible inferir que, durante la génesis del universo, el infinito sin principio ni fin, no dual y eterno, entré mediante el amor en el tiem- po de la dualidad hallando una morada, dicen los kabalistas, en la segunda letra alfabética, la bet (2). A su vez, esa morada no es divisi- ble de los 22 signos de la escritura con los que, segin la misma Biblia, Abraham, el primer patriarca, fue bendecido para que pudiera trans- mitir esta ensefianza, los misterios y secretos de la Tord, a sus innu- merables descendientes. Leyendo con atencién el pasaje del Génesis 12:3 que lo menciona los estudiosos descubren que la letra bet forma alli parte, efectivamente, del soporte receptor. “Y en ti (bejé, 12 = 22) seran benditas todas las familias de la tierra.” Cada ser humano, establece el Zohar, lleva impresas en su alma estas veintidés letras que, si sabe cémo y cuando modificar, pueden transformar su cuerpo que, a su vez, y por ese cambio, modifica su destino. Esa gran transformacién comienza, para el kabalista, por lo que el mismo amor u ababé deja entrever: amor-ahabé Tae “Al desdoblarse, el infinito (8) sopla (7) una morada (Q) pata el halito (7).” La unidad exhala ast la dualidad, y cuando esa exhakici6n se detie- ne un instante en medio de la maravilla de dos seres que se aman, al encarnar, el amor se descubre, interjeccién y suspiros mediante, como la argamasa original capaz de hacer de las partes un todo, de los fragmentos una misma cosa, Entonces, la primera letra (R), al derra- mar su geacia infinita sobre el mundo, manifiesta a la segunda (3), la cual se deja atravesar por el soplo (7) que la formé. Tal es el mundo del Padre/Espfritu 0 ab (a8), que procede de lo inconmensurable pero se refleja y mide por los seres vivos, sus especies y familias. La letra guimel: 4:3 LA OLA, LA REVELACION stro relémpago de oscuro entendimiento, el amor humano es la huella del amor césmico, la réplica de esa danza de par- ticién y sintesis constante que es la creacién estelar. Tras la aparicién de las dos primeras letras era preciso que se prods- jera, sostienen los kabalistas, una revelacién maytiscula: la de saber que la sabiduria vital procede en nosotros por ondas electromagnéti- cas, por oleadas de corriente sanguinea. A eso parece, aguda, aludir Ja letra guimel (3). Mientras que, palpitante y salado, el mar se revela Por sus olas, sale de si y vuelve sobre s{ con ef ritmo lunar de las mareas, cada una de las revelaciones que se solicitan —como en el Salmo 119: 17— y se aleanzan, conduce a una nueva alegria, pues comprender es transformar materia en energia. Lemos, en el citado pasaje biblico, la siguiente exhortacién: “Abre @Gal, %8) mis ojos 3 riraré las maravillas de tu Ley.” Lo que indica que aquello que esta ba impreso por el Padre/Espiritu o ab (2%) en la Tors, y que el estur diante habla comenzado a indagar con dnimo devocional y sincero, no sera ofrecido a cualquiera y espontineamente, pues se necesita, siempre y en cada caso, del concurso de la gracia divina para pode: leer més allé de las apariencias. En ese sentido es maravilloso que un texto fundamental como el Libro de la claridad o Babir, nacido entre los kabalistas provenzales en el siglo XII, llame “mar” a la Tors. De hecho, mi (), que signifi ca quien y alude el sujeto supremo que se oculta en Ia Biblia, mi puede, dada vuelta, leerse como iam, (0%), mar. Un mar —incons- ciente de profundidad ilimitada, dirfa Jung— de cuyo movimiento dan cuenta —a la conciencia que lo indaga— los rollos 0 meguilot (nip) de la Tord. De tal manera que cada uno de ellos, cada uno de los rollos con que se envuelve la ensefianza original, llamado en hebreo meguild (n'74p), implica una alegria o guil (73) que es preciso ira buscar, que es necesario convocar para que, por su sla aparicién, actie revelindonos més cerca de nosotros mismos y més abiertos al mundo exterior. Incluso en un pasaje del Evangelio, en concreto en Lucas 8:17, y en su version hebrea, es posible ver cumplida esa alegria. Dice asi: “No hay cosa oculta que no haya de ser manifestada (igalé, 132)”. Apelando al método Iamado temuré o permutacién que, recor- demos, era uno de los tres empleados por los compafieros del Jardin del Nogal, igalé puede convertirse en la palabra guild (12), goce, alegria, éxtasis, en cuyo caso el objetivo de toda revelacién, de la mano de la guémel, es abrirnos la puerta de cada palabra. Felizmente, La letra dalet: 1 : 4 EL VERBO, LA PUERTA Linfinito, que buscaba una morada para hacer consciente el amor, quiso revelarse, y al hacerlo escogié el verbo, la pala- bra, que la Biblia denomina dabar (127). A su vez, cada palabra es una puerta o delet que se abre hacia un sentido cada vez mas amplio de lo real y al mismo tiempo més hondo de lo imaginario. “Las palabras —escribid el poeta— suefian que se las nom- bra.” Mientras que la letra anterior, la guimel, detona en la garganta © garon revelando el sonido del sentido, la dalet parece situarse a la altura del plexo, en correspondencia con lo que en el Templo de Salomén se llamaba el sancta—sanctorum o debir (1"33), con el fin de sefialar el punto de implantacidn espacial donde sus tiempos se renuevan. Articulado en tres partes, el famoso santuario de Jerusalén tenfa su parte més importante reservada slo al sumo sacerdote, cue una (nica vez al afio, el Dfa del Perdén, entraba en ella para pro- nunciar el Nombre de los Nombres 0 Tetragrama (717), el cual, de ese modo, se limpiaba de las escorias de la Historia ya vivida y se pre- paraba para abrir el horizonte del nuevo ciclo. Para que la conexién con la fuente de toda inspiracién el desier- to~ se mantuviera viva, los profetas bajaban desde Jerusalén hacia el Mar Muerto interndndose en los valles recénditos y aguardando, junto a los ojos de agua, a que el cielo abriera los suyos y pusiera pala- bras en sus bocas, pues ese lugar aparentemente vacio, el desierto o midbar (13°79), era el sitio donde el verbo 0 dabar pulia sus significa- dos para después regresar al sagrario més intimo del templo o debir con el fin de transformarse, mis tarde, en la palabra del pueblos dabar 2D. 327) Midbar-desierto VII debir-sancta sanctorum 2] dabar-palabra de uso cotidiano Ya en los primeros versiculos del Evangelio segin Juan 1:1 halla- mos el siguiente pasaje en el que el més granda de los profetas, Jess, cncarna la palabra sagrada y testimonial: “En el principio era el verbo (1290), y el verbo era con Dios, y el verbo era Dios.” Eco, hed (12) del Hijo, bar (13), su palabra recontruye, atin, para nosotros, a expe- riencia medular del lenguaje articulado, La letra hei: 71:5 EL SOPLO, EL ALMA, EL ASPECTO FEMENINO DEL EsP{R1TU 1 Libro de la claridad o Bahir sostiene que existen dos bei dile- rentes y complementarias, la primera positiva (1 +) y la segunda negativa (7 -), en correspondencia con la doble hei del Nombre Inefable 0 Tetragrama (717). Adscrita tradicio- nalmente al Espiritu Santo o raj ha-kodesh, Ia quinta letra alfabética alude a la Tors misma, al hilito sobrenatural contenido entre sus pigi- nas, capaz de evar el conocimiento de lo macrocésmico, representado por la letra yod (), a lo microcdsmico sintetizado en la wav (),signo que, como veremos, apunta al hombre, al ser humano, columna entre el cielo y ka tierra, Por algin motivo dificil de precisar pero sin duda capital en la historia de las mutaciones seménticas que nos propone la Biblia, esa doble hei iré a parar, en el Génesis 17:5, al interior de Abram, quien, tres su pacto con el Creador, pasard a llamarse Abraham (O77 3%); y después a Saray, que pasaré a llamarse Sarah (77), los dos primeros iniciades —podrlamos decir— en la cadena de iniciacién monoteista. Sefialando la importancia de ese hecho el Libro de la laridad agrega: “Gor qué el Santo Bendito Sea, agreg6 Ja letra hei al nombre de Abraham, por qué esa letra y ninguna otra? Con el fin de que todos les miembros del hombre merecieran Ja vida en el mundo por venir, la vida futura... Es como si esa fuese Ja manera en que la creacién (del hombre) estuviese verdaderamente acabada, tal y como dice el Génesis 9:6: cs imagen de Elohim, Elohim ha hecho al hombre», y también porque Abraham, en guematria (adicién numérica de los valores de les letras), da la cifra doscientos cuarenta y ocho, niimero que corresponde al de las articulaciones del cuerpo humano.” (BL MKUTE SAS USPLENDIOO DEL ARBOL DE LA KABALA Que la bei (7) tenga que ver con las articulaciones no parece :xtrailo, por cuanto devuelto, en el momento de expirar, el soplo al Ureador que lo dio, nuestro cuerpo queda inmévil, rigido, inerte. En ana palabra como hed 0 eco, entonces (17), y sabiendo que Ja letra alee (1) representaba el verbo, cuando esté junto a la hei (7) nos rablaré del “espfritu de la palabra”, cosa que, efectivamente, es su eco 1 Jo largo de los siglos y los seres que la expresan, pues una palabra ain resonancia carece, en cierto modo, de vitalidad, de retorno signi- icativo, Por otra parte, si consideréramos lo que en hebreo se deno- nina el tiempo presente de los verbos, hove (117) que se escribe con adoble hei y la vav, expresin que puede leerse, también, como el ser sumano presente entre su inspiracién y espivacién, abarcado y contenido vor el soplo, descubririamos que con sélo agregarle una simple letra, ayod () puede, milagrosamente, reconstruirse el Tetragrama (117). ‘TerRAGRAMA Lo o El Eterno m7 Futuro Pasado mp my ihié-serd batd-era mn hové-es Presente Asi como en lo Eterno no esd el hombre porque no lo es, tampaco esé nn su pasado o su futuro, pues silo el presente es para él el inico tiempo real. Jnicamente el misterioso Tetragrama retine en su seno todas las combi- taciones posibles, razén por la cual es llamado, por eso, el Nombre de os Nombres. Dice el himno matutino de la liturgia hebrea llamado Adén olam, iefior del Mundo o Ser del Universo: Hu haid ve-hu hové ve-bu ihié HYP NWT] AT NWT] PT NAY El Eterno era, es y seguira siendo La letra vav: 1 :6 LA COLUMNA, EL HOME! STA letra, la sexta del alfabeto, se asocia a la columna ver- tebral tal y como puede verse en la figura del Tetragrama (mm) 0 Nombre Inefable en posicién vertical: § dibujo en el cual se destaca, expresamente, que si por enci- ma la adv culmina en las vértebras cervicales, por debajo engarza con el sacto, tendiendo as{ un puente recto entre los “ascendientes” y los “descendientes”. Si la quinta letra o hei (7) aludfa al halito, al espiricu que entra —por la primera hei del ‘Tetragrama— en nosotros, salien- do luego por mediacidn de la segunda, la sexta letra o wav (1) sera su sostén y rozar4, con harta frecuencia, la alegria de nuestra condicién erecta, pues tal como dijo el rabi de Rizhyn: “Es sabido que cada «y fue», va-ibi (TM) de las Escrituras se refiere a la alegria”. Felicidad que, dicen los maestros, es ascensional, como el decurso musical de Jos salmos, pues es la criatura humana la que debe guardar la rectitud vertical, quien debe elevarse por su propio esfuerzo y tender asi al cielo de donde procede el hilito que la anima. ; El premio no es de ficil acceso, pero los Ikabalistas han descubier- to que es siempre el mismo y subyace bajo el versiculo del Salmo 104:2 : “El se cubre de luz como vestidura”. Oxé or que shalmd ADPW? TR TWP Por tanto, mientras el Creador se envuelve en luz, por esa misma ‘uaz, redescubierta, el ser bumano se desenvuctve. Una simple compara- cidn verbal nos permite entender estar suerte de ley psiquica de manera més explicita. Al confrontar las palabras espejo, ret, con luz, or, observamos que una de ellas tiene la marca del Padre y otra la del Hijo, yod y vav respectivamente: Espejo, rei, °89 Luz, of, 1% Y, puesto que sabemos que el espejo refleja y devuelve Ja luz que recibe, es posible pensar que cuanto més cerca esti Ja criatura del Creador, cuanto més estelar se hace lo humano, més irradia y espar- ce el esplendor que lo toca. Tal es, por lo demis, la causa por la cual los santos —budistas o cristianos—, emanan a través de sus auras la luminiscencia divina, En el instrumental lituitgico catélico, la custo- dia, que transporta y alberga la sagrada forma, suele incluir un luna, sefialando asi que si ef Padre estd en el espejo, es el hijo quien esté en la Juz, Bl texto kabalistico llamado el Libro de la claridad lo ve de este modo: cuando el estudiante quiere acercarse al espejo donde esti su Creador, tiene, necesariamente, que contemplar y asumir la natura: leza vaca de ese Ser; y, reciprocamente, cada que vez. que el Eterno quiera encarnar, saldré del espejo prolongando la yod hasta conver- tirla en vav (1). La idea que sostiene que la Tord o Ensefianza (771n) alberga liber- tad para el ser humano que la estudie la hallamos en a explicaciba que la Kébala nos da acerca de esa palabra, relaciondndola con otras y extrayendo su significado profundo: Tord myn Heter, desatar, "i Wn tw, explorar uav, el hombre 1 Finalmente, los maestros sostienen que —al igual que la budeidad en la tradicién oriental, beativud luminosa que esta presente en ser o entidad—, la ensefianza o sabiduria contenida en la ‘Tor’ ya esta implicita en nosotros, de manera que solo es necesario desatarla, libe- rarla, extraerla de las profundidades de nuestra psique para gozar dle sus beneficios. Por eso llaman hitorer (W117) al despertar espiritual, vocablo que, en la intimidad de su estructura, nos da la clave de aque- Ilo que ocurre cuando tal conmocién se produce: al mero pero sos- tenido contacto con la Tora (1J1n), el sujeto acaba por develarse a si mismo, por estar mas y més despierto, er (13). “La paz (shalom, DOW) —escribid alguna vez el Rab{ Desconocido, Lo Iadvia— constituye la mis grande pardbola (mashal 2p) del acon- tecer césmico a la que el ser humano (representado por la v2v, *), pueda tener acceso. Y radica en su propio nombre (shem, DW) consi. grado al Suyo, (lo, #9).” ‘ada La letra zain:1 :7 LA SIMIENTE, EL RESPLANDOR: IENTRAS que la letra anterior aparecia como una colum- na entre el cielo y la tierra, un nexo espacial entre el arri- ba y el abajo, la séptima o zain (1) emana de la parte baje de la cv y viene a situar en el tiempo todo desarrollo, todo crecimiento. Si, por otra parte, nos preguntéramos qué relacién hay entze el crecimiento y el tiempo, afloraria la idea de identidad 0 zebut (D971) pues gcbmo entender, de otto modo, que la continuidad en el desarrollo de cualquier organismo vivo siga una pauta trazada de antemano para ser éey no otro sino a través de lo que la misma identi- dad implica? Cristalizacién del 4rbol integro, la semilla es la identidad profunda que sélo espera el esplendor, el brillo cilido de la luz para revelar aquello que contiene. Los maestros de la K4bala castellana del siglo XII, por su parte, lefan en la expresién zebu (int), que quiere decir eso es, una curiosa secuencia de progresiva comprensién: puesto que la hei (1) 0 el aliento esté en la cabeza, la uav (1) cruza la zona media © del corazén y la letra zain (f) nos remite a la genitalidad, de la correc. ta alineacién de las tres dependerd nuestro equilibrio vital y emocional, es decir la permanencia de nuestra identidad, a 1 1 Para el Bahir o Libro de la claridad la letra zain (1) es doblemente {a letra de la memoria, zéjer (931) y la del ofdo —y equé es la memo- ria sino un semillero de sucesos vividos que, al ser resucitados, se dejan, por arte de invocacién, identificar otra vez? ” Que ese gesto aparezca ligado a la alegrfa tiene una doble causa: la primera es lade la generosidad espontinea del dador ola dadora, y 'n segunda se apoya en el Salmo 68x, cuya insistencia sobre la yod pare- ce més que explicit: “Yah es su nombre, alegrados delante de El- Be-yah shiné va-ilizu lefanav 87 29) Soy ma Ta expresién be-yah (23) puede leerse, también, como en o por el espiritu (7) presente en la letra yod (). En los libros de oraciones hallamos a la doble yod () en repre- sentacién de uno de los Nombres del Supremo, y hay quien piensa que, observado con detenimiento el texto, esas letras parecen las pupi- las del Creador viéndonos lerlas pata que se cumpla esa frase magis- tral de Maister Eckhart, el mistico alemén, que dice: “Los ojos con que vemos a Dios son los mismos con que El nos ve a nosotros,” Asi, por ejemplo, el Salmo 146, anota: Haleli nafsh{ et adonai ” ny Wp *777 “Alaba, alma mfa, al Creador.” aim Vida on hei Espiritu Santo a w ys uae yod Hijo Padre La letra caf? 4: 20 LA PALMA DE LA MANO, EL VASO N tanto que la yod o décima letra podia interpretarse, en una de sus muchas acepciones, como yd, la mano, la mano activa, determinante, aquella que le sigue, la caf (2) alude a Ia palma de esa misma mano pero en actitud receptiva. Por ello se la liga al vaso ritual o cad (13) tanto como al sacerdote o coben (173) que lo sostiene. El diezmo, el cual y a través del simbolo de la rod fuera entregado por el devoto en el umbral del templo, era, sin duda, recogido por los profesionales del espiritu 0 sacerdotes, y eso en toda el 4rea mediterrinea: desde los cultos ugariticos de Ras Shamra, pasando por Egipto y Iegando a Grecia, en donde el arque- tipo de sacerdote—shamén actiia como un intermedio entre los dioses 0 Dios y los hombres. Quiz4s por ello su mano sea tan importarte “despegada de la accién meramente utilitaria”, pues en tanto entidad ritual es capaz de invocar, sefialar y esbozar la mimesis de las cere- monias que ligan el cielo a la tierra. Su trabajo es aéreo, 0 en todo caso fgneo, pocas veces acudtico y casi nunca terrenal, pues las manos del sacerdote bendicen o solicitan, actualizan 0 invocan; ésa es, de hecho, su misién, Hei, el Espiritu 7 Coben, 71>, Sacerdote Ken, i121 Kan, Aqui C6, Asi, de este modo nD En los dias en que el Templo de Jerusalén existia se Ievaban a él uunas ofrendas o tortas hechas con las primicias y cuyo nombre eva, precisamente, kaven (12), palabra que, por una simple variacién diacritica 0 vocdlica, se transforma en kiven, (13), diteceién, sentids oriemtacibn, De tal modo que, en ead ritual, ala par que, gracias al diem, se reistrbyen los alimentos, los sacerdotes son los encargedos de orientar al alma del ereyenteen la diveccin mds apropiada pare su desarrollo espiritual, Cuentan, para ello, con la graci ia_y destreza de sus s llo, con la gra 8 La letra lémed: 9 : 30 EL ESTUDIO, LA ASCENSION ROBABLEMENTE no exista tradicin religiosa sobre Ia tierra —a excepcién de la confuciana—, que enfatice tanto el estu- dio como la hebrea. De ella surge el Talmud (1309) —enci- clopedia normativa que en mis de veinte tomos comenta, 2 lo largo de cinco siglos, los que tardé en consolidarse—, los conteni- dos mis profundos y secretos de la Tord o Pentateuco, la porcidn més importante, con mucho, de toda la Biblia, El Talmud es, enton- ces, estudiado por el talmid (1™a%H) 0 esvudiante perpewuo, quien ser4, en cierto modo y en lo que a su actitud inocente y curiosa se refiera, siempre, ¢amid (178) un nifio, ieled (177). Mientras que el sacerdote actita, desplegando el ritual, en el espacio, y debe, por lo tanto, situarse geogrificamente, el estudiante —el cual ocasionalmen- te también puede ser sacerdote o rabino—, el estudiante consume su tiempo en Ia exploracién de los textos o la mera inquisiciéa filoséfi- ca acerca de los seres y las cosas. Absorto en su mundo fntimo, para 41 Ia geografia es menos importante que las parébolas que emite. Su ambicién maxima es, si puede, devenir un maskil (7272), un enten- dido o sabio en Ja més acendrada tradicién mosaica, tal y como lo recuerda el mismo San Pablo o quien fuera que escribié el pasaje de Hechos de los apéstoles 7: 22, en donde podemos leer: “Y fue ensefiado (272) Moisés en toda la sabiduria de los egipcios”, Va—ihi maskil Moshé be—col—jokmat mitzrim Onyp nip Ya Awa Papo NN own YD Mashal, Pardbola Kili, Instrument éEn qué consistiria, cabe interrogarse, esa ensefianza sin duda secre- 2? May probablemente —y puesto que asi Ilegé hasta Jests—, en el are de leer, pronunciar e interpretar paribolas, mishlei (Oia). Aserto que afirma, una y otra vez, la Kébala basindose para ello en la frase de Daniel 12:3; “Los entendidos (0 inteligentes, maskilim) brillarin como ¢l tesplandor del firmamento.” Por otra parte, y dado que, asu vez, en maskil (*2b) se encuentra la ratz col (93) que sefala la parte tanto como el todo, lo miero a la vez.que lo macrocésmico, se supone que wun iniciado es aquel que, como una panibola de su experiencia interior ve releiado en el universo el camino recto de su evolucién, equivocéndose cadla‘vex menos y viéndose a si mismo como un instrumento (9) a travts del cual se manifesta el poder de Su Nombre (av). 4 Finalmente, por el vuelo aleliryico de la letra démed el talmid 0 cstudiante puede despertar en su interior la joya mis preciosa del mundo jasidico, el entusiasmo o hithababnt: Hitlababut, Entusiasmo maq77 202 22 Labab, Llama Leb, Corazin La letra mem: 9 : 40 LA MEDITACION, EL PUNTO DE PARTIDA, EL ORIGEN ON el fin de inducir al entusiasmo, de abrir el corazdn del estudiante de Kabala a percepciones cada vez mas inten- sas y reveladoras, la Biblia empled desde antiguo un método al que podrfamos llamar parabélico, deslizando entre la mente del emisor y el receptor un mashal (22) 0 ensefianza tan oblicua como para que tinicamente pueda ser enderezada —la paribola— por el alma atenta del oyente. La mashal es, en efecto, wna movilidad ubicua (2) en el arte de emplear el nombre (QW), un artiesga- do juego de palabras, con frecuencia un retruécano, un giro inespe- rado en el lenguaje de todos los dias. Un arte que aspira a que el disci- pulo complete el enigma y pueda, por fin, més tarde o més tempra- no, sentirse shalem (Q%Y), entero, sereno gracias a los esfuerzos de su propia comprensién, ‘Antes que nada, la paribola, en tanto ensefianza aguda, apunts a modificar el pensamiento 0 majshabd (730i) de su oyente. Busca, una y otra vez, reducir su raciocinio a cero para que, como una flor de las profundidades, brote de su propio inconsciente la respuesta que ha de tener, casi siempre, una utilidad practica, enfocada hacia la accién o la inaccién segiin determinen las circunstancias. En todo caso portadora de una solucién a determinado problema de cardcter moral, es decir ligado a la conducta. Cuando ocurre que una parabo- Ja es certera, lleva el pensamiento del discfpulo —exactamente como uun koan zen en la tradicién budista japonesa— a la fuente del origen, ya que el mismo pensamiento 0 majshabé (12WI9) parece contener el sol o jamé (77h) de la propia mente o cerebro, mda; (1), asi como también cada una de sus vueltas y cada regreso reflexive o shabé (72), pues equé es pensar sino discurvir entre las circunvoluciones del Cerebro, viajar entre sus cisuras hasta dar con la informacién que se ajus tea nuestra capacidad de expresarla? Cerebro, méaj me 30 ny ny Jamé, sol Majsbabé, pensamiento Shabé, vuelta, regreso wan Jibesh, atar, ligar, envolver, unir Ese-es el motivo, tal vez, por el cual y desde épocas muy temprac nas —siglos II y III de nuestra era—, los kabalistas oscilan, mediante 'a actividad mediatriz de la letra mem (@ 2), entre el qué y el quién de las cosas como una derivacién directa de aquello que Elohim (@77'7) supone, siendo éste uno de los nombres de Dios: Elohim, Dios-en-tanto-poderes-estelares DR m9 "2 Mé Mi Qué Quién DR Eleh Ellas, ellos Las estrellas El qué es lo visible y mesurable y el quién el sujeto que realiza esa operacion. El qué es el fendmeno y el quién el nudmemo que lo Fl Hombre Arquetpico segin un dibujo de Leonardo da Vinci siglo XVI. Su rela cién con el euadrado y el efrculo recuerda la cuadratura del efrculo que es toda la sabidurfa, Por su parte, la Kabala sostiene que en el universo de las letras las voca- les son circularesy las consonantes cnddradas. Las primeras representan el alma y las segundas el cuerpo. observa. El qué es material y el quién espiritual. El qué responde mejor a la primera parte de la vida y el quign a la segunda. Mem a n xX Tau Alef {1a verdad —dijo el Desconocido, Rabi Lo ladéa—, es principio (8), medio (2) y fin (0), y no algo exclusivo de la izquierda o de la dere cha. Ni siquiera cuando apunta al centro puede mantenerse demasia. do tiempo en él. La verdad o emet (RX), que como dijo Jestis-— nos hace libres, es tres fases en una, tres aspectos de la realidad dnica: sa manifestacién, evidencia y fin. Quien la vive a fondo llega al estado de toem (OX) o armonfa.” La letra nun: ] 1:50 LA PERCEPCION, LO PASIVO, AQUELLO QUE SE RECIBE EEMOS en el Midrash, coleccién de relatos y apélogos de la tradicién hebrea, que a letra nun (9) alude al creyente 0 neemdn (JBN3), en tanto ser-que-se-afirma, criatura que permite que las cosas sean, amén (VX). Aquél que medita (®), constantemente, sobre la recepcién (2) del infinito (®). En cuan- toa qué significa la fe 0 emund (RYN), quiz la mejor definicién al respecto la haya dado San Pablo: “Pues la fe es la substancia de las cosas que se esperan, la demostracién de las cosas que no se ven.” Nebreos XI. Alli donde la versién latina pone argumentum non appa- ventium, es decir algo que no pertenece al mero mundo de las apa- riencias, la versién hebrea escribe ve-lo teshurenss ain, un don que no se obsequia —as{ como asl—al ojo, Razén por la cual, y en otro pas je, el mismo San Pablo diré que “la fe es por el ofdo”. La Kébala, el conocimiento secreto del contenido de las Escrituras es, pues, un mensaje oral que concierne a la palabra hablada y escrita antes que a Ia imagen o la demostracién idgica. Asi como el cuerpo se alimenta de productos naturales —pan, agua, fruta, sal—, el alma se alimenta de la realidad sobrenatural e ini nita Tal es el motivo de que hallemos la voz mand (139) en emund o fe (ny¥Dx). Pero, para que esa alimentacién sea posible se requiere cier- to grado de pasividad, de abandono, de aquello que los alumbrados de! siglo XVI espafiol Hamaban, hablando de su propia actitud, dexados. Dejarse, ni més ni menos, conducir por la mano invisible del Creador de manera bastante parecida a lo que el taoismo chino denomina wn

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