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HOMBRES AL SOL

Obra registrada

Autor: Carlos Cazila

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Ayacucho 670, 8° “A”

(1026) CABA, República Argentina

mensaje70@yahoo.com.ar

Mensaje70@hotmail.com

PERSONAJES:

FRANCO
LINO

Franco y Lino llegan provistos de bolsos hasta un sitio natural donde


se encuentran dos asientos.

FRANCO: (Busca en los bolsos) ¡Apurate, dale, traé más cosas!....


¿Por dónde andás?
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LINO: (Entra con cosas) ¡Acá estoy!


FRANCO: ¡Apurate que se hace tarde!
LINO: ¿Tarde para qué?
FRANCO: (Extrae un frasco cuyo líquido se aplica) ¿Y para qué va a
ser? ¿Trajiste todo?
LINO: Todavía falta. Podrías ayudar.
FRANCO: Se impone una pausa.
LINO: (Le arrebata el frasco) ¿Para maquillarse?
FRANCO: Dame eso. ¿Cómo se te ocurre?... (Se refiere al frasco)
Protección solar.
LINO: ¿No hay maquillaje en las filmaciones?
FRANCO: Protección solar. Andá a buscar más cosas.
LINO: Voy, pero...¿sin cámaras?
FRANCO: ¿Qué pasa con las cámaras?
LINO: ¿No vienen?
FRANCO: ¿Las cámaras? Recién son las siete de la mañana.
LINO: ¿Y con eso?
FRANCO: ¿No entendés? Al que madruga, dios lo ayuda.
LINO: Habrá que seguir madrugando, entonces, pero...las siete, y ya
este sol...(Por el protector) Dame un poco.
FRANCO: Después, ¿no ves que estoy usando?
LINO: Tenés razón, me parecía.
FRANCO: Anda, traé todo.
LINO: Sí, pero...
FRANCO: ¿Pero qué?... Andá, haceme caso.
LINO: Franco, ¡las sillas!
FRANCO: ¿Qué tienen las sillas?
LINO: Si vamos a hacer de cuenta que llegamos a la luna, ¿me oís?, si
vamos a hacer de cuenta que llegamos a la luna, ¿cómo se explica que
haya sillas?
FRANCO: Tenés que entender, no son sillas.
LINO: ¿No son sillas?
FRANCO: Son sillas pero no son sillas.
LINO: ¡Ah, bueno...!
FRANCO: La diferencia radica en que una silla es un elemento que
suele tener cuatro patas, que tiene un respaldo, etc, etc, etc, y que por
sobre todas las cosas, se fabrica en una fábrica de sillas, algo así como
una sillería...en cambio esto...
LINO: ¿Esto qué?
FRANCO: Mirá, Lino: la naturaleza es sabia y ha sabido trabajar la
materia prima. La erosión del tiempo produce milagros. Pensá en
cuántas corrientes cósmicas pueden haber moldeado estos elementos
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primarios para que hoy, nos sirvan de sillas. Y de aquí, no me pienso


mover...¿Entendiste el mensaje?
LINO: ¡Bueno, voy! (Sale a buscar más cosas)
FRANCO: (Mira con largavistas) Todo esto, un paisaje lunar, un
remanso de paz... ¡Ah, no te olvides del apoyo logístico!
LINO: (Entra) Me olvidé. Me olvidé los cascos.
FRANCO: ¡Pero! ¡Justo eso te fuiste a olvidar! ¿Cómo se te ocurrió
olvidarte?
LINO: Y sí…Me olvidé…
FRANCO: ¿Pero qué pensaste, que veníamos a un picadito?¿Dónde
viste un alunizaje sin escafandras?
LINO: Franco, no sé como explicarte...
FRANCO: ¿Qué es lo que no sabés explicar?
LINO: Te lo digo si no lo tomás a mal...
FRANCO: No, estoy acostumbrado.
LINO: La verdad es… que no había fondos.
FRANCO: ¿Cómo que no había?
LINO: Con lo que me pasaste, apenas si alcanzó para el viaje y los
sanguches.
FRANCO: ¿Y ahora me lo decís?
LINO: Hace rato que te lo vengo diciendo.
FRANCO: Está bien, te perdón tu mediocridad, habrá que resignarse a
un alunizaje más económico, una producción de clase B.
LINO: ¿Y te parece que igual va a convencer?
FRANCO: ¿Convencer?
LINO: Digo, si irá a gustar…
FRANCO: ¿Cómo no va a gustar si estoy yo, quiero decir, nosotros?
LINO: ¿Pero estás seguro de que las cámaras van a venir?
FRANCO: ¡Ya te lo dije! ¡No sé por qué seguís preguntando!
LINO: Quisiera estar tan seguro.
FRANCO: Te expliqué mil veces que en esta vida hay que tener
convicciones. ¡Con-vic-ciones! Estoy cansado de tantas dudas. ¡Si no
fuera por mí...!
LINO: Está bien. Si no te sirvo, yo planto.
FRANCO: No, ¿qué decís?
LINO: Está visto que no te sirvo para nada. Para nada.
FRANCO: Pero no, Lino, escuchame...
LINO: ¿Alguna vez me vas a tener en cuenta?
FRANCO: ¿Pero qué duda te cabe? Por supuesto que te tengo en
cuenta.
LINO: Para cargar bultos… ¿Sabés una cosa?, te digo chau y buena
suerte.
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FRANCO: No, Lino, esperá, vení, sentate. Sentate, haceme caso. Trata
de cambiar de onda. Mirá, hasta me acordé del agua tónica. ¿Qué me
decís?
LINO: Que siempre me repugnó.
FRANCO: Cambiá. Cambiá de onda, pausita para vos también.
Después, si te parece, seguís trayendo cosas.
LINO: ¿Y encima, me tengo que tomar esto?
FRANCO: Pero sí, tomá. Tenés que entender. Todo muy natural.
Virtudes del agua tónica.
LINO: Qué porquería. No sé qué virtudes.
FRANCO: ¿No sabés?...El agua tónica, la energía vital, la seguridad
que vos necesitás...
LINO: Pero igual me repugna.
FRANCO: Respirá hondo. Energía vital...¿A propósito, sabías de la
leyenda?
LINO: ¿Qué leyenda?
FRANCO: ¿Cuál va a ser? Del agua tóxica.
LINO: ¿De qué?
FRANCO. Del agua tónica, ¿qué dije? Resulta que el que la inventó, el
que logró el mejor sabor, se instaló en un pueblito, no muy lejos de
acá, y esa industria floreció...Porque le dio su propio sabor ¿entendés?
Cada uno tiene que darle su propio gusto a las cosas. La cuestión es
que cuando todo iba de mil maravillas, ya que creció la industria,
creció el pueblo; todos felices, ¡virtudes del agua tónica!... hasta que la
competencia tuvo la ocurrencia de conseguir la mayoría de las
acciones que el hombre tenía, pusieron una gran planta al lado, y lo
fundieron...Qué se le va a hacer...virtudes del agua tóxica.
LINO: ¿Y para qué me contás esto?
FRANCO: Por que vos sabes cómo te aprecio y quiero que te aprendas
la lección. La lección de que siempre hay que pensar dos veces.
LINO: ¿Y en qué me equivoco, yo?
FRANCO: Amigo, no es que yo quiera ofenderte, al contrario, pero de
vez en cuando, te haría bien pensar.
LINO: Decís eso, pero si a vos te hubiera pasado todo lo que me pasó
a mí, en la vida...
FRANCO: Bueno, no empecemos ... Ya lo dijiste muchas veces, pero
si vos hubieras querido...
LINO: Eso mismo, si yo hubiera querido, no tendría un amigo así,
¡qué joder!
FRANCO: ¿Estás menospreciando mi presencia humana? Lino, eso es
una herejía, pecado mortal. Te puede volver la urticaria, por otros siete
años.
LINO: ¿Siete años?
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FRANCO: Castigo bíblico.


LINO: Siete años, ¿a partir de cuándo?
FRANCO: No importa. Tenemos tiempo.
LINO: Quiero saber cuándo van a venir, te dije...Quiero sentirme de
una vez por todas, como si estuviera en la Luna.
FRANCO: Lino, vos siempre estuviste en la luna.
LINO: ¿Te parece?.
FRANCO: Aterrizá, Lino, aterrizá.
LINO: ¿Qué aterrice? ¿Y toda esa historia de la Luna? ¿Un verso más?
Y encima de todo, encima de todo… me volvió la picazón.
FRANCO: Y, ya te dije, castigo bíblico.
LINO: Está bien. Voy a buscar más cosas.
FRANCO: No. Escuchame, Lino, ¿me perdonás?
LINO: ¿Qué te perdone qué?
FRANCO: Tomá, el protector. Te va a servir para la urticaria. Yo voy
a buscar lo que falta.
LINO: Franco, esperá. ¿No me vas a contestar si es verso?
FRANCO: ¿Qué verso?
LINO: Eso, de que van a venir las cámaras.
FRANCO: ¿Y todavía dudás?
LINO: (No puede destapar el protector) ¿De veras que el hombre
nunca llegó a la Luna?
FRANCO (Evasivo) Ya te dije, hay que filmar de nuevo.
LINO: ¿Pero llegó, o no llegó?
FRANCO: ¡Lino! ¡Seguís rompiendo con preguntas!
LINO: ¿Pero llegó o no llegó?
FRANCO: Está bien. Llegó, pero no llegó.
LINO: Franco... ¿Sos Franco conmigo?
FRANCO: Sí, Lino, soy Franco con vos y con el mundo entero.
LINO: Sí, Franco, pero nadie te cree.
FRANCO: ¿Vos no me creés?
LINO: Ya quisiera, Franco.
FRANCO: Bueno, si hubieran llegado, como dicen tantos, explicame
entonces por qué no volvieron a la Luna.
LINO: ¡Justo a mí me venís a preguntar!
FRANCO: ¡Lino, hay que volver a filmar!
LINO: ¿Y ya no van a quedar dudas?
FRANCO: Cuando vean que somos argentinos, nos van a creer. Esto
va a ser totalmente diferente.
LINO: Si vos lo decís….
FRANCO: Se sabe muy bien que la otra llegada se filmó en un estudio
de cine que se alquilaba para prácticas de astronautas.
LINO: Pero nosotros no practicamos.
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FRANCO: Por eso mismo. No hay nada que valga más que lo
espontáneo, ¿para qué un estudio? Lo que vale es el espacio, eso es lo
que necesitamos, un espacio distinto.
LINO: ¿Vos también pensás que aquella huella de la zapatilla, no fue
cierta?
FRANCO: En la Luna no puede haber huellas porque sólo hay
piedras… ¡Ojo! Tenemos que cuidar el detalle. No hay que dejar
huellas.
LINO: No sé caminar con las manos. No sé para qué te escucho.
FRANCO: ¿No sabés?
LINO: (Le reprocha) Porque me lavás, Franco.
FRANCO: ¡Lino! Pensá que aquella vez se juntó toda la Humanidad
alrededor de los televisores, y tanto así, que se declaró “día del amigo”
en este bendito mundo terráqueo. Si hoy por hoy, filmamos de nuevo,
vamos a terminar siendo amigos de todo el Universo.
LINO: Tenés razón. El amigo televisor. Pero la cuestión de la amistad
no es cualquier cosa. Con eso no se juega.
FRANCO: ¿Y a mí me lo decís?
LINO: Por eso, tan firme nuestra amistad, ¿no es cierto?...con eso no
se juega.
FRANCO: Ya te dije que no.
LINO: Pero entonces, ¿por qué engañar a tanta gente?
FRANCO: El mundo necesita amigos. Es filantropía. No es más que
eso.
LINO: ¿Y si se dan cuenta de la estafa?
FRANCO: Lino, no tenemos que cometer errores técnicos. En la
película que mostraron en mil novecientos sesenta y nueve,
aparecieron sombras en dos direcciones distintas. Se nota que se hizo
con luz artificial.
LINO: ¿Y esta va a salir mejor?
FRANCO: Eso que vimos todos, salió equivocado. Si la Luna está
iluminada por el Sol, ¿por qué tendría que haber sombras en distintas
direcciones?
LINO: ¿No será que ese día había varios Soles?
FRANCO: ¿Qué decís? Ni con uno alcanza.
LINO: Sí, pero la estafa...
FRANCO: Bueno, a ver, entonces ¿para qué viniste?
LINO: Por que me lavás, Franco, me lavás.
FRANCO: ¿Que te lavo qué?
LINO: El cerebro, me lavás el cerebro.
FRANCO: Hace rato que venís así.
LINO: No sé a qué te referís.
FRANCO: Es la verdad, Lino.
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LINO: Te aprovechás porque quiero ver las cámaras. Alguna vez en


mi vida, quiero ver las cámaras.
FRANCO: Y vas a ver las cámaras.
LINO: ¿Sí? ¿Me jurás que sí?
FRANCO: No te juro, pero vas a ver las cámaras. ¡Eso te lo juro!
LINO: (Acciona el frasco, pero no hay líquido) Franco, ¡no sale nada!
FRANCO: Es lo que te decía.
LINO: Hasta esto...
FRANCO: ¿Todavía, la urticaria?
LINO: ¿Qué decís? ¡Con este sol!
FRANCO: No te preocupes. Ya te vas a acostumbrar.
LINO: ¿Acostumbrar?
FRANCO: Lleva su tiempo.
LINO: ¿Y cuánto pensás que vamos a estar?
FRANCO: ¿Pero por qué seguís preguntando?
LINO: Sí, Franco, yo necesito saber cuánto tiempo.
FRANCO: ¿Y también tengo que contestarte? Tomá. (Le alcanza otro
envase)
LINO: ¡Franco, necesito saber!
FRANCO: ¿Saber qué?
LINO: Allá dejé cosas.
FRANCO: ¿Cómo?
LINO: Y...sí. Dejé cosas.
FRANCO: ¿Cosas...?
LINO: Nada, nada, es asunto mío.
FRANCO: ¡Ah, no secretos, no! A mí me tenés que contar todo.
LINO: Y vos ni siquiera me decís cuánto tiempo.
FRANCO: ¡Si apenas llevamos doce horas al sol!
LINO: ¿Ya doce horas? Y va a seguir subiendo.
FRANCO: ¿Subiendo?
LINO: El sol, sigue subiendo.
FRANCO: Pero, ¿de dónde sacaste eso?
LINO: ¿Qué?
FRANCO: Eso, de que el sol sube.
LINO: ¿No sube?
FRANCO: El sol nunca sube.
LINO: No entiendo.
FRANCO: Mirá, te lo explico: Acá, todo es igual. Esta es la región
del equisol. El sol da siempre igual
LINO: Siempre igual, ¿entonces, cuándo se hace de noche?
FRANCO: ¡No! Acá nunca se hace de noche. Eso es para la otra cara
de la Luna.
LINO: ¿La otra?
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FRANCO: Vos sabés que la luna tiene dos caras...


LINO: Como vos.
FRANCO: ¡Sin ironías! Estamos en la faceta donde siempre da el sol.
El equisol. La otra es la equinoche.
LINO: ¿Cómo dijiste que se llamaba?
FRANCO: Equisol.
LINO: ¡Puta con el equisol!... (Por el recipiente) ¡Esto tampoco tiene
nada!
FRANCO: Justamente.
LINO: Pero, ¿estamos o no estamos en la Luna?
FRANCO: ¿Otra vez con eso?
LINO: Disculpame, sabés que se me confunden las ideas....
FRANCO: Sí, Lino, te comprendo, ya lo sé, pobrecito, quedaste así
después que se rompió eso...
LINO: Después que se rompió la maceta... Flor de trauma.
FRANCO: Ya lo creo. Justo en la cabeza.
LINO: No quedó nada. No puedo explicarme por qué se me ocurrió
pasar por debajo.
FRANCO: Maceta de colección, piezas así no se consiguen.
LINO: No, y parece que eso es lo más trágico. Al menos para los
demás. No hacen más que decir: “Lino está necesitado” “Hay que
salvarle la maceta a Lino”
FRANCO: La maceta….
LINO: La de colección. Todos dicen “¡Hay que ayudar a Lino!”
FRANCO: ¿Y yo no te ayudo? Vos sabes que te quiero como al
hermano que no tuve, que nunca tendré, que mejor que no tenga.
LINO: Sí, lo sé Franco, me salvaste de muchas. Nunca dejaste de
tenerme en cuenta…y de pasarme la cuenta.
FRANCO: ¿Qué decís? ¿No me agradecés lo de la luna, y todo lo
demás?
LINO: Franco: ¿La luna queda en la Argentina?
FRANCO: La luna queda en todos lados.
LINO: Yo creía...
FRANCO: (Lo interrumpe) Si supieras de cine, verías que todo está
muy claro.
LINO: Lo que quiero que me quede claro es cuántas horas al sol.
FRANCO: ¿Cuántas horas? No sé. La que sabe es nuestra Luna.
LINO: ¿La que sabe?
FRANCO: Por supuesto, ¡La luna!, eterna fuente de inspiración de
cuanto inspirado anduvo y de los que se andan inspirando por ahí.
LINO: Nada, nada. Yo vine por las cámaras... ¡Si por lo menos
corriera un poco de viento...!
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FRANCO: ¿Pero qué decís? ¿Viento en filmación? Eso nunca, en la


Luna no hay viento, eso hizo aún más dudosa a la otra película. Hay
que aprovechar el Sol.
LINO: ¿Pero, al final, vinimos por la luna o por el Sol?
FRANCO: Vos sabés que no alcanzo a responder preguntas
filosóficas. No me hagas planteos existenciales. Me cuesta seguirlos y
mucho más, contestarte. Para filmar hay que aprovechar el sol. A
propósito, ¿nunca escuchaste que algún día se va a apagar?
LINO: Sí, si, que se apague de una vez.
FRANCO: ¡Qué decís, si se apaga, sonamos!
LINO: Tenés razón. ¡Que no se apague! La luz eléctrica es una
desgracia...¡Y estos mosquitos que parecen eléctricos!
FRANCO: ¿Qué mosquitos?
LINO: Como se ve que no te pican.
FRANCO: ¿Mosquitos? ¿Te das cuenta? Si hay mosquitos, quiere
decir que por acá cerca hay agua.
LINO: ¡Qué novedad! Milagros del agua tóxica.
FRANCO: Es lo que yo digo: Milagros del agua tónica… ¿qué
buscás?
LINO: El maldito repelente.
FRANCO: (Busca en un bolso) Esperá…Taje algo...
LINO: ¿Otro frasco vacío?
FRANCO: Mirá...(Extrae un par de boleadoras) Mirá. Astucia de un
maestro.
LINO: ¿Y eso?
FRANCO: Recurso autóctono. Elimina toda plaga. Todas, en general.
No sería nada bueno que en la Luna aparezcan alimañas.
LINO: ¿Te estás refiriendo a mí?
FRANCO: ¿Cómo?
LINO: Sí, sí, lo dijiste por mí.
FRANCO: Pero, ¿qué te pasa?
LINO: Soy tarado, pero no tanto.
FRANCO: ¡Nada que ver! Te estoy hablando de economía de
recursos. ¡La fuerza del hombre astuto, en función de la ecología
lunática!
LINO: Si, pero como no aparezca el repelente, ¿con esas boleadoras,
sabés dónde te voy a dar…?
FRANCO: ¡Momentito! Moderación. Acordate de lo que hablamos.
LINO: ¿Que hablamos qué?
FRANCO: Nada de tiranteces entre nosotros.
LINO: Tenés razón, Franco, sos el ser que más odio y sé que vos
también me odiás más que a nadie en el mundo, por eso...
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FRANCO: Por eso, tengo que reconocer que estás equivocado.


Aunque...acepto mi falta, yo debí haber leído antes, el decálogo de
convivencia.
LINO: ¿Qué…?
FRANCO: ¡El decálogo de convivencia!
LINO: ¿Convivencia? ¿Convivencia, nosotros?
FRANCO: ¡Claro! Nada es imposible
LINO: Pero las cámaras no vienen y yo me voy… (Intenta marcharse)
FRANCO: Esperá, esperá, elaboremos... (Extrae un papel)
LINO: ¿Elaboremos, qué?
FRANCO: Escuchá. Escuchá: Artículo primero...
LINO: ¿Artículo qué?
FRANCO: Entendeme. Hay que ordenarse.
LINO: ¿Ordenarse qué?
FRANCO: Ya te dije. La convivencia.
LINO: ¿Y te viniste con la convivencia escrita?
FRANCO: Hombre prevenido vale por dos.
LINO: ¡Dos! ¿Nosotros? Entre los dos no hacemos ni la mitad de uno.
FRANCO: Articulo segundo: Se hará la voluntad del líder.
LINO: ¿Y ahora hay líder?
FRANCO: (Por sí mismo) Por supuesto: Papá.
LINO: ¿Qué...?
FRANCO: A ver... ¿Quién te conduce a la gloria?
LINO: ¿Adónde...?
FRANCO: Artículo cuarto: No desearás la mujer del prójimo.
LINO: ¿Mujeres? ¿Mujeres por acá?
FRANCO: Alguna que se perdió en los páramos.
LINO: ¡Hubieras empezado por ahí! ¡Dame el largavistas!
FRANCO: ¡Esperá, Lino, pensá un poco!
LINO: ¡Veinte horas al sol!
FRANCO: ¡Un momento! A esta altura de la epopeya no podés perder
el tiempo en aventuras menores.
LINO: ¡Menores, mayores, las que vengan!
FRANCO: Lino, aceptá las sagradas escrituras, en todos los
mandamientos dice que tiene que haber contención de cualquier
calentura. No se debe desear a la mujer del prójimo.
LINO: ¡Ah, no!, ¡A esa no! ¡A la del prójimo, no!
FRANCO: Muy bien. ¿Y el prójimo quien es?: ¡El líder!
LINO: ¡Ah!, ¿Y ese sí, tiene derecho?
FRANCO: Por supuesto, está en todos los preceptos.
LINO: ¿Preceptos, dijiste?
FRANCO: Preceptos, castigos bíblicos.
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LINO: (Convencido) ¡Claro, sí, tenés razón! ¡Castigos bíblicos!¡Me


hiciste acordar de la culpa! ¡No sé cómo pude...! ¡Padre Sol no me
castigues!
FRANCO: Bueno, no es para tanto.
LINO: ¡Sí que es para tanto! ¡La culpa! ¡La culpa por haber pensado
en ciertas cosas!
FRANCO: Ya pasó. Ya pasó
LINO: No pasó. No pasó. No puedo ser ingrato con quien dejé allá.
FRANCO: ¡Ah! ¿Sí?
LINO: No. No dije nada. No dije nada.
FRANCO: Lo confesaste, Lino, lo confesaste.
LINO: Lo confesé, sí, sí, pero no, no...
FRANCO: Y parece que va en serio, sí. Contá. Contá.
LINO: Ni muerto ni dormido lo vas a saber. Antes vas a tener que
pasar sobre tu cadáver.
FRANCO: ¿Yo…?
LINO: Por sobre tu cadáver. ¡Una y mil veces, sí!
FRANCO: (Continúa) Artículo séptimo...
LINO: Son mis decisiones…
FRANCO: ¡Artículo séptimo! ¿Oís? El líder dispondrá de la mayor
parte del apoyo logístico, ya sea espontáneo, o proveniente del exterior
¿Escuchaste el séptimo?
LINO: La mayor parte, ¿cuánto sería?
FRANCO: Entiéndase las tres cuartas partes.
LINO: ¡Pero el que está a régimen sos vos!
FRANCO: Artículo siguiente: Registro de fotos, declaraciones de
prensa, etc, etc… El primero que baje de la nave, tiene derecho a
saludar con la mano a la audiencia y besar a la chica que va a estar
esperando con laureles.
LINO: ¿Una chica esperando?
FRANCO: La selenita. Se está demorando. Por el maquillaje. Vos
sabés cómo son las mujeres. Va a caer cuando estén las cámaras
puestas...Entre nosotros, es un gato, se entiende con el director.
LINO: Director... ¿Hay director?
FRANCO: ¿Nunca me viste cara de director?
LINO: ¿Te digo la verdad…?
FRANCO: Mejor no hables. (Continúa) Cachet y derechos
internacionales....(Comienza a pasar las hojas) Regístrese lo que se
dijo, y... bla, bla, bla.
LINO: Bla, bla, bla, ¿qué?
FRANCO: Artículo vigésimo: Así sea.
LINO: Así sea, ¿cómo?
FRANCO: Así, así, ¡¿cómo va a ser?! (Sale)
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LINO: ¿Pero así, cómo?... ¿dónde fuiste?


FRANCO: (Entra con un periódico) Somera recorrida del entorno.
Ningún enemigo a la vista.
LINO: ¿Enemigos? ¿También eso?
FRANCO: Shh…Mejor callarse. No sea cosa que escuchen.
LINO: ¿Pero cuáles enemigos?
FRANCO: Ya te dije. Ni hablar.
LINO: ¿Ni hablar? ¿Sabés qué? Me parece que a vos también te dio el
sol.
FRANCO: ¿Cómo te permitís hablarle así al líder?. El líder sabe… Sin
ir más lejos, fijate en el periódico. (Muestra uno)
LINO: ¡Ja! Periódico tremendista.
FRANCO: ¿Y cuándo los periódicos no fueron tremendistas?
LINO: Antes, no.
FRANCO: ¿Antes no? Fijate: Noticias del ayer: Tsunami en Japón. De
más atrás: Tsunami en Tsunami. Más del ayer: guerra de guerras,
guerra mundial, Tsunami del Tsunami.
LINO: Basta, basta, no hables de cosas pasadas.
FRANCO: Tenés razón. Todo pasado fue peor. Noticias de hoy:
¡Ultimo momento! ¡Ejercicios de bombardeo en la atmósfera! ¡Nos
fumigan, Lino, nos fumigan!
LINO: ¿Nos fumigan? ¿Pero, en qué atmósfera?
FRANCO: ¡Nos fumigan! Adiós filmación. ¡Dice que vienen en
aviones negros!
LINO: ¿Aviones negros?, ¿dónde, dónde…?
FRANCO: ¿No escuchás? ¡Ya vienen, nos bombardean! ¡A la
trinchera, Lino!... ¡Las armas, Lino, las armas!
LINO: ¡Esperá que busque! (Toma las boleadoras) ¿Alcanza con esto?
FRANCO: ¡Dale, no hay tiempo que perder!
LINO: ¡Ahora, ahora…!
FRANCO: ¡Dale, te digo!
LINO: ¡Esperá, van ligero!
FRANCO: ¡Pero dale, vamos, dale, dale!
LINO: Franco... pasaron de largo.
FRANCO: ¡Cobardes! ¡Ni se quisieron jugar! ¿Qué te dije de la
imagen autóctona? (Por las boleadoras). Ahora dame.
LINO: Un momento. Repactemos la cláusula.
FRANCO: ¿Qué cláusula?
LINO: La del apoyo logístico.
FRANCO: ¿Pero vos sólo pensás en comer?
LINO: Tenés razón. Convivencia. Virtudes del agua tónica.
FRANCO: ¿Sabés una cosa?, traje el último best seller de acción.
Mientras esperamos cámaras, será bueno que me leyeras un poco.
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LINO: Ah, ¿encima eso?


FRANCO: Convivencia, Lino, me olvidé los anteojos. Si te ponés para
allá te da mejor el sol.
LINO: (Se coloca de espaldas) ¿No había equisol?
FRANCO: Eso mismo, lee dale. Es importante. (Abre un paquete, y
extrae un alimento)
LINO: (Con el libro) Hay una marca en el primer capítulo. ¿Empiezo
por ahí?...(Sin volverse) Si no contestás es porque debés tener la boca
llena.
FRANCO: Mgggg.
LINO: Mejor que lea. A un amigo no se le niega nada.
FRANCO: No sé por qué lo decís.
LINO. Está escrito. Fijate.
FRANCO: Vos leés lo que te conviene.
LINO: Si te hubiera pasado lo que a mí me pasó en la vida...
FRANCO: Sí, ya hablamos de la maceta. ¿O hay algo más?
LINO: Nada, nada más.
FRANCO: No. Te estoy pidiendo que me cuentes.
LINO: ¿Y si necesitara dinero?... (Suena su celular de Franco)
FRANCO: ¡El celular…!
LINO: Atendé, atendé, que te salvó el gong.
FRANCO: (A Lino) ¿Qué? (Al teléfono) Hola. (Lino extrae un
sánguche de Franco) ¿Hola? De parte de quién? ¡De parte del abuelo!
LINO: Preguntale de qué abuelo.
FRANCO: (Al teléfono) Pregunta de parte de qué abuelo... ¿Abuelo
Marcelino? ¡Pero, abuelo Marcelino!
LINO: Preguntale cuál abuelo Marcelino.
FRANCO: (A Lino) ¿Qué?
LINO: Que le preguntes de parte de cuál abuelo Marcelino.
FRANCO: Pregunta cuál abuelo Marcelino. (A Lino) ¡No comas!...Sí,
sí, diga (Más asombrado) ¡No me diga! ¡¿Ese abuelo?!
LINO: ¿Mi abuelo o tu abuelo?
FRANCO: ¿Qué?
LINO: Si es mi abuelo o es tu abuelo.
FRANCO: (Al teléfono) Pregunta si es mí abuelo Marcelino o su
abuelo. ¡¿Quién?! ¿¡Marcelino?! ¡Ay! ¡abuelo Marcelino!
LINO: ¿Entonces?
FRANCO: Entonces, ¿qué?
LINO: ¿Cuál abuelo?
FRANCO: ¡Marcelino! ¿cuál va a ser?
LINO: Mandales saludos a los dos.
FRANCO: ¿Cómo?
LINO: Que les mandes saludos a los dos o a los abuelos que sean.
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FRANCO: (Al teléfono) ¡Hola! Acá tengo una interferencia que me


pide que les mande…. Y que…. ¡manden sánguches!
LINO: Preguntales cómo están.
FRANCO: Pregunta cómo están... ¡¿Cómo?! ¡¿cuándo, dónde,
cuánto?!
LINO: Sinceros abrazos.
FRANCO: ¡¿Cómo?! ¡No lo puedo creer!
LINO: ¿A cuál de los dos?
FRANCO: (A Lino) ¿Qué?
LINO: ¿A cuál de los dos no le podés creer?
FRANCO: ¡Ya te dije!...(Al telefono) ¡No! ¡No dije nada!... ¿Entonces,
fue así, nomás?... (Corta, alelado) Y, fue así, nomás...
LINO: ¿Con cuál?...Decime con cuál.
FRANCO: (Pensativo) Fue así, así...
LINO: Así, ¿como?
FRANCO: La noticia, así, de repente ¡Abuelo Marcelino!, de chiquito
siempre me decía hola...
LINO: Y de grande, chau. ¿pero, cual?
FRANCO: ¡Nunca lo hubiera imaginado!
LINO: Cuál, te pregunto.
FRANCO: ¿Cuál que?
LINO: ¿Cuál fue, tu abuelo o mi abuelo?
FRANCO: ¡Ese, el abuelo!
LINO: Ah…Ahora me queda más claro.
FRANCO: Abuelo Marcelino, siempre presente, no he dejado de
recordarlo siquiera un día... y ahora, ¡la infausta noticia!
LINO: Cierto, yo también lo he olvidado día por medio, porque deben
ser por lo menos dos...Y quisiera saber ahora, a partir de la infausta
noticia si tendré que evocar a los dos, a uno sólo o a ninguno.
FRANCO: Yo nunca lo hubiera imaginado...Abuelo Marce… desde
estos ignotos parajes queremos que te llegue nuestro reconocimiento,
reconocimiento incipiente, reconocimiento sin final, reconocimiento
infinito… aunque no tanto, porque no sé si vale la pena seguir con
todo esto. Y para terminar, queremos comunicarte que no creo que
tendremos la templanza necesaria como para acercarnos a ese amargo
encuentro, y entonces, por eso, y por si acaso...lo dejamos acá.
LINO: ¿Pero qué decís?, tenemos que ir.
FRANCO: No, no vamos nada, y vos, abuelo Marcelino conformate al
menos con este improvisado discurso y el deseo de que tu viaje sea
placentero.
LINO: ¿Placentero?
FRANCO: Tenés razón, yo sé que todo esto es muy doloroso. Sentido
pésame, abuelo Marce.
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LINO: Sentido pésame y ojalá lleguemos a saber qué abuelo.


FRANCO: ¿Pero no escuchaste?: Nuestro abuelo.
LINO: ¿Nuestro abuelo?, ¿entonces hay uno solo? ¿Entonces es el
mismo? Eso quiere decir que... (Se dispone a abrazarlo)...¡Somos
primos!
FRANCO: ¡Si, lamentable!
LINO: ¿Lamentable?
FRANCO: Hablo del abuelo Marce.
LINO: Por supuesto, pero, ¿cuál fue la causa?
FRANCO: ¿Qué causa?
LINO: Digo, ¿de qué murió?
FRANCO: ¿Y quién murió?
LINO: Alguno de los abuelos Marcelino, que ahora pareciera que son
uno sólo.
FRANCO: ¡No!, ¿qué murió? ¡Se casó!
LINO: ¡Ah, sí!. Eso es más trágico.
FRANCO: Pero de viaje a las Bahamas.
LINO: ¡Bueno! Así vale la pena. Y ya no me importa qué abuelo. A mí
me pican los bichos y ellos, ¡quién sabe con qué bicho van a picar...!
(Comienza amoverse) ¡Yuuuchuuu!
FRANCO: ¿Qué hacés?
LINO: Para ahuyentar los mosquitos. Un poco de gimnasia, no viene
mal.
FRANCO: Cierto, en mente sana....(Encuentra un papel) ¿Y esto?
¿cuándo llegó?
LINO: Si no sabés vos...
FRANCO: Carta de la selenita.
LINO: ¿La sirenita? ¿Y qué dice?
FRANCO: Salí, que es para mí...¡Pero! Mirá, mensaje de despedida.
LINO: (Lee) “No me esperes en ningún lado. Boludo. Te falta
romanticismo.”
FRANCO: ¿Ves?... ¡Romanticismo! ¡Mirá con lo que fue a salir!
¡Todas iguales! ¿Y cuál es la consecuencia? ¡No hay selenita en la
producción!
LINO: Y... ofrecele romanticismo, nomás.
FRANCO: ¿Qué romanticismo? Le prometí hasta la Luna, y me viene
con despedidas.
LINO: Disculpame, pero me parece que hay algo que todavía te falta
aprender.
FRANCO: ¿Aprender qué?
LINO: Y...que a cierta altura de la vida, también hay otras cosas... si lo
sabré yo.
FRANCO: Vos, porque se te cayó la maceta.
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LINO: No me tratés como un flojo. Hay que ser muy fuerte para
enfrentar amores.
FRANCO: De eso no te salvan ni los aviones negros.
LINO: No, qué va a salvar...toda una vida de desengaños...
FRANCO: Entonces, ¿quién tiene razón?
LINO: Bueno, peor cuando no quedan ni desengaños.
FRANCO: Pero… ¿quién habla de desengaños?, ya van a venir las
cámaras.
LINO: Franco, ¿te acordás de aquella chica?
FRANCO: ¿Qué chica?
LINO: Aquella, mi primer amor, mi primera ilusión...
FRANCO: Que se yo. No sé de qué hablás.
LINO: Aquella. La chica de la librería.
FRANCO: ¿Librería? ¿Qué librería?
LINO: ¿No te acordás que no nos dejaban ver? Ni a ella ni a mí. Y
entonces le mandé un mensaje que vos le llevaste.
FRANCO: No, no me acuerdo.
LINO: Y yo esperaba la respuesta, la cartita de ella, pero nunca llegó,
¿de veras, no te acordás? ¿cómo puede ser que no te acuerdes? ¿O me
estás mintiendo?
FRANCO: Está bien, me acuerdo.
LINO: ¿De veras? ¿te acordás?
FRANCO: Si. Milena, se llamaba. Pero no te preocupes. Como
amante, era un desastre.
LINO: ¿Te la transaste vos?
FRANCO: Pero ya te dije. No sabía hacer nada.
LINO: ¡Franco! ¡Tantos años para enterarme! ¿por qué me hiciste una
cosa así?
FRANCO: Bueno, bueno, también hubo otras.
LINO: Si, claro que hubo otras, las mellicitas del Once, la morocha
Rubiales, y así toda una sucesión de ilusiones...
FRANCO: No te preocupes. Tampoco sabían hacer nada… ¡No! No te
enojes...Pensá, Lino: los amores van y vienen...
LINO: Por eso hay que agradecerle a los amigos…
FRANCO: ¿Pero quiénes vinieron después?, ¿eh?...July, Florencia,
Vanesa... acordate...
LINO: Vanesa, Rita, Malena, Luciana, Amarena...
FRANCO: Y etcétera...
LINO: Etcétera, esa también… se fue. Una sucesión de idilios…
fugaces. Más que fugaces, se fugaron.
FRANCO: No te preocupes.
LINO: ¿Qué...?
FRANCO: Tampoco sabían hacer nada.
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LINO: ¿Tampoco? ¿También...? ¿Y esperás que pueda perdonarte


tantos años?
FRANCO: Convivencia Lino, que están por venir las cámaras,
además, ¿te olvidás de que al menos, pudiste concretar con Silvana?
LINO: ¿Silvana?... ¿Es lo que estoy pensando?
FRANCO: Esa sí que sabía hacer.
LINO: ¡Ah, no, ya basta! ¡Te devuelvo el traje espacial!
FRANCO: No, Lino, recapacitá, no vas a desperdiciar por una pavada
así.
LINO: ¿Desperdiciar qué?
FRANCO: Toda esta semana al sol...Nos une, además del sol, la luz
de nuestra amistad...y como te decía, al fin y al cabo, Silvana te eligió.
LINO: Pero lo que más me indigna...lo que más me indigna...
FRANCO: Si, ya lo dijiste, el desengaño.
LINO: No, lo que más me indigna es que conmigo no sabía hacer
nada, ¡Franco, contame el secreto!
FRANCO: ¿Qué secreto?
LINO: ¿Y cuál va a ser?
FRANCO: Ah, es un secreto. Lo que sí te puedo decir, en confidencia,
es que hice todo lo posible para ayudarlos.
LINO: ¡Con razón que me pidió el divorcio, la muy desalmada!
FRANCO: Pero Lino, pensá que todo tiene su costado bueno. Que no
hay mal que por bien no venga. Ella sabría hacer muchas cosas, pero
era demasiado para vos...
LINO: ...Y cuando volví a verla, después de mucho tiempo, me dijo
que jamás iba a poder olvidar ese divorcio, que fue el divorcio más
feliz de su vida...No sé por qué lo diría...Y después, no hubo ninguna
más que valga la pena recordar.
FRANCO: ¿Ninguna más?
LINO: No. Ninguna, ninguna más.
FRANCO: Vamos, antes de que vengan las cámaras, acordate de
aquella que te iba a visitar cuando se te cayó la maceta...
LINO: Cierto, Pandora, la pasé por alto.
FRANCO: Pandora, esa misma, qué raro que te hayas olvidado de una
mujer como Pandora.
LINO: ¡No me digas que esa también!
FRANCO: Pero, ¿por quién me tomaste?
LINO: Entonces, ¿con Pandora no?
FRANCO: Es una mina imbancable. Nunca me dio bola. Nunca se dio
cuenta de todo lo que yo valgo.
LINO: ¡Bueno...!
FRANCO: Sinceridad de amigo. A un amigo no se le oculta nada, por
eso te pregunto: ¿nunca, nunca más?
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LINO: ¿Nunca más qué?


FRANCO: Digo, si nunca más se vieron.
LINO: No. Hace mucho. Hace meses que no nos vemos.
FRANCO: ¿Hace mucho o hace meses?
LINO: Muchos meses, seis ocho, quizá diez, una eternidad.
FRANCO: ¿Qué sabrás vos de la eternidad? Bueno, yo tampoco, pero,
antes de que venga la nave, decime: ¿nada?, no se escriben ni siquiera
un mensajito?
LINO: Nada de nada.
FRANCO: Hacés bien. No sabés lo insoportable que está.
LINO: ¿Entonces...?
FRANCO: ¿Entonces, qué?
LINO: ¡Entonces, la ves!
FRANCO: ¡Pero no, qué decís! Son datos que me llegan, Internet y
esas cosas...
LINO: ¿Te conectás con ella por Internet?
FRANCO: ¡Y no sabés como se zarpa!
LINO: ¡Bueno, basta, basta! ¡Había decidido no saber nada más de
ella! ¡Me dejó peor que la maceta!
FRANCO: ¡Está bien.! ¡Mejor no hablar! ¡No sé para qué te presto la
oreja!
LINO: ¿Pero qué? ¿Ahora el ofendido sos vos?
FRANCO: Traté ayudarte. Te dije que está cada vez peor y no sos
capaz de agradecérme.
LINO: No, no te lo agradezo. Sólo me traés malos recuerdos.
FRANCO: ¿Yo?
LINO: ¿Y quién si no?
FRANCO: Disculpá. No fue mi intención. Parece que con tantos años
de amistad, nunca llegué a entenderte. Por eso sería bueno que me
entiendas vos a mí.
LINO: ¡Ah, también eso!
FRANCO: ¿También qué?
LINO: Nada. Nada.
FRANCO: ¡Lino, tengo un único amigo, y ese amigo, sos vos...! De
veras, creeme.
LINO: Pero a veces hay que pensar en el otro.
FRANCO: ¡Cierto, por eso mismo, pensá en mí!
LINO: Si yo te dijera todo lo que me pasó en la vida...
FRANCO: Algún día me lo vas a contar. Ahora hay que pensar en lo
bueno, Lino.
LINO: Lo bueno, sí, tenés razón...Nadie sabe que tengo una casita.
FRANCO: ¿Una casita?
LINO: Ni Pandora lo sabe. La compré con mis ahorros.
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FRANCO: ¿Una casita?, ¿dónde?


LINO: ¿Qué importa dónde?
FRANCO: ¡A tu amigo le contás todo!
LINO: Bueno, te lo voy a decir... ¿Te acordás cuando viajábamos a
Temperley?...Temperley sí, La casa vieja, al lado del baldío donde
jugábamos, ahí.
FRANCO: Mirá, vos…. ¿y esa porquería fuiste a comprar?
LINO: Sí, justamente, los recuerdos...
FRANCO: Y bueno, no es hora de lamentarse.
LINO: No. Me encontré un tesoro.
FRANCO: ¿Que?
LINO: Pasó que quise hacer un pozo en el jardincito. Un pocito, nada
más, después, un poco más hondo, más, hondo, un poquito más, y así...
FRANCO: ¿Así, que?
LINO: Tres metros más o menos.
FRANCO: Sí, sí, ¿y qué más?
LINO: Aparecieron.
FRANCO: Aparecieron, aparecieron, ¿quiénes?
LINO: Alhajas, Franco.
FRANCO: ¿Alhajas, Lino? ¿Es cierto eso?
LINO: No solamente.
FRANCO: ¿No?
LINO: También algunos lingotes.
FRANCO: ¿Qué decís? (Lo cree febril) Debe ser el sol.
LINO: No Franco.Una fortuna.
FRANCO: ¿Estás seguro?
LINO: Una fortuna, lingotes más, lingotes menos.
FRANCO: ¿Un tesoro en la casa vieja?
LINO: Sí, je je, pero el tesoro es otro.
FRANCO: ¿Qué?
LINO: Otro, otro más…
FRANCO: ¿Otro más? No, no puede ser.
LINO: No, claro. Había decidido no contarlo.
FRANCO: No, no lo cuentes, hablá sólo de lo que tengas ganas, dale
hablá.
LINO: El tesoro se llama Melody. Es el ser que amo, dócil, tierna,
bella, una muñeca...
FRANCO: ¿Conociste alguien así?
LINO: Claro, vive en la casita.
FRANCO: ¿Y la dejaste allá?
LINO: Me prometió que me iba a esperar. Como a Ulises cuando salió
por la odisea.
FRANCO: ¿Cómo a Ulises?... ¿Y estás seguro que te va a esperar?
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LINO: Ella tiene una sola palabra…Prolija, calladita, obediente... La


dejé con todas las alhajitas, para que las mire y se sienta plena.
FRANCO: ¿Y son auténticas? Digo, ¿estás seguro de que ella va a
cumplir su palabra?
LINO: Sí, porque nuestro amor es solamente espiritual. Por eso sé que
no me va a fallar. Al amor espiritual no se le falla.
FRANCO: ¿Y encima es linda?
LINO: Una muñeca. ¿No me creés?
FRANCO: Sí, si, te creo.
LINO: La compré en un sex shop.
FRANCO: Ah, pero...
LINO: Pero la rescaté de ese pasado malsano. Y nunca la toqué.
FRANCO: Mirá vos...Así que tenés una casita, una muñeca...
LINO: Alhajas. Son los premios que me dio la vida. Cuando vuelva de
la Luna, me voy a encontrar de nuevo con todo lo que amo.
FRANCO: Sí, cuando vuelvas, claro. Aunque, no sé cómo decírtelo...
LINO: ¿Que…? Decilo, nomás, decilo.
FRANCO: No quisiera que lo tomes a mal, pero si lo pienso un poco,
quisiera darte un consejo, Lino.
LINO: ¿Cuál consejo?
FRANCO: Te noto un poco extraño, Lino. En realidad, no sé si estás
apto para viajar.
LINO: ¿Cómo...?
FRANCO: No sé, me parece que no...No entiendo cómo pudiste dejar
tus cosas.
LINO: Ya te lo expliqué. Tengo que hacer una hazaña. Alguna hazaña
para ella. Ella se lo merece.
FRANCO: Sí, Lino, sí. Tenés razón. Pero, ¿sabés qué pasa? Te
olvidaste muchas cosas...
LINO: ¿Los cascos, el repelente…?
FRANCO: Por ejemplo. Habría que repensar el viaje.
LINO: No, eso nunca. Voy a esperar las cámaras.
FRANCO: Entonces, permitime que consulte.
LINO: ¿Con quién?
FRANCO: Tenés razón. Con nadie. Vos esperame acá.
LINO: ¿Adónde vas?
FRANCO: ¿Adónde voy a ir? ¡A buscar el cepillo para la caspa! (Sale)
LINO: ¿Y por eso te vas? Tenés razón. ¡Justo yo, olvidarme el cepillo
para la caspa! (Cambio de iluminación. Suena el celular) ¿Hola?
¿Quién? ¿Pandora? ¿Y te atreviste a llamarme? ¿Cómo? No te hagas la
idiota. Yo sé que te entendés con Franco. Pero no importa, ya no te
necesito. Ahora mi vida es otra, y no va a haber más urticaria. Sé muy
bien que hay alguien que me espera y que al fin voy a poder contarle
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todo lo que me pasó. ¡Y a él, decile que venga más seguido, que
necesito carga para el celular!... ¡Hola! ¿Quién habla? ¿Abuelo Marce?
No puede ser. Yo sé que está de viaje. ¡Franco, me lo dijo!... ¿Quién
es? ¿El hermano del abuelo?¿Pero hermano del abuelo de ambos o del
que no es abuelo? ¿Ah, el único, pero que hay muchos más? Ahora sí,
disculpe que no lo reconocí. Tres meses al sol. El sol me cambió la
vida. Virtudes del sol. Virtudes del agua tónica ¡Como pasa el tiempo,
gran padre!, si cumplió años, ya debe ser centenario.... ¿Cómo que
equivoco? ¡No, no lo tome así! Quería contarle que tengo que hacer
una hazaña para ella. ¡Para ella, sí para ella....¡Hola! ¿Pandora, otra
vez? ¿Ahora, ¿qué? ¡No, para vos, no, hazaña para ella! ¡Qué me
importa que no la conozcas...! Digo que tres meses al sol… ¡Dame con
Franco! ¿Cómo que no está?...¡Hola!... ¡Franco, sé que estás ahí,
¡Franco…!
FRANCO: (Entra con una bolsa) ¡Sí, acá estoy!
LINO: ¡Qué rápido!
FRANCO: ¡Alimaña, alimañita, te traje lo necesario, alimañón!
LINO: ¡Pero contame! ¡Contame cómo va la nave!
FRANCO: ¿Qué nave?
LINO: ¡La nave!, cuál va a ser?
FRANCO: Después, ahora mirá lo que te traje... (Extrae un par de
tachitos unidos por un hilo) ¡Fijate! Sirve para conectarse.
LINO: ¿Conectarse?
FRQNCO: Pero claro… Ahora dame (Le quita el celular)
LINO: (Por los tachitos) ¿Y con esto...?
FRANCO: ¿Esto, qué?
LINO: ¿Nada más que esto?
FRANCO: ¿Qué tiene? Tecnología de antes, la mejor.
LINO: ¿Y qué más?
FRANCO: ¿Qué más? Adivine. Adivine.
LINO: ¡Viniste con la nave!
FRANCO: Vine con una red. Te aclaro. No regalo pescado, pero
enseño a pescar.
LINO: Bueno, gracias, en realidad, me estoy adaptando a la vida
silvestre.
FRANCO: Me imaginaba, ¡y qué bien te está cayendo! Te veo mucho
mejor.
LINO: ¿De veras?
FRANCO: Y saltando en lianas.
LINO: Sí, claro, la vida de Tarzán, quién iba a decirlo..Aunque, tengo
que reconocerlo, te lo debo a vos...¿Qué, no te vas a sentar?
FRANCO: Tengo apuro.
LINO: ¡Pero sentate, con lo que te esperé...!
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FRANCO: Un minuto, la civilización apura.


LINO: Por eso, es momento de compartir. Brindemos por la amistad
(Le ofrece)
FRANCO: ¿Qué es?
LINO: Agua tónica. ¿Ya te olvidaste?
FRANCO: Nunca me gustó el agua tónica.
LINO: No importa, brindemos...Por la amistad.
FRANCO: ¿Sólo por la amistad?
LINO: ¿Y por qué otra cosa? ¡Dale, brindemos! (Lo hacen)
FRANCO: (Por la bebida) Bueno, no está tan mala, ahora te cuento
yo.
LINO: Si yo no te conté nada.
FRANCO: Ni falta que hace. Acá traje unos papeles.
LINO: ¿Tus memorias? ¿Al final te decidiste?
FRANCO: Más o menos....A ver cómo te explico...Es una labor
solidaria...Pasé por la casita...
LINO: ¿Qué casita?
FRANCO: La que me dijiste, al lado del potrerito...
LINO: ¿Te permitiste a ir a la casita?
FRANCO: Sí, Lino, tuve que ir.
LINO: Pero, ¿cómo te atreviste?
FRANCO: Esperá, escuchá. Alguien tiene que hacerse cargo. Hay
gastos, cosas que resolver, en tanto no vuelvas.
LINO: Estoy esperando la hazaña.
FRANCO: Por eso mismo, mientras tanto. Además, el abuelo Marce
está muy viejito. Pobrecito, gastó todo su dinero en viajes y ahora
necesita una ayuda.
LINO: ¿Entraste o no entraste a la casita?
FRANCO: Se ve desde afuera, Lino, se ve desde afuera. Además,
había que podar la higuera.
LINO: Entraste. No lo podés negar.
FRANCO: La puerta estaba abierta. No habré sido el primero...
LINO: ¡Entraste...!
FRANCO: Pero golpeé las manos. No soy ningún mal educado, no lo
vayas a pensar, y además, Melody me pidió que te dijera todas estas
cosas.
LINO: ¡Melody! ¿te metiste con Melody?
FRANCO: En absoluto. Casi ni hablamos. Sólo me pidió que te lo
dijera.
LINO: ¿Qué?
FRANCO: Eso, que lo mejor es que yo me haga cargo. Mientras tanto,
claro. Y ella también está muy preocupada por el abuelito…Toda la
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familia está pendiente. Por eso traje unos papeles para firmar. Si
querés, te los dejo para que leas, pero yo creo...
LINO: (Impulsivo) Está bien, firmo...Y ahora...
FRANCO: Ahora querido, me voy… los apuros que te dije, pero antes
probemos el comunicador... dale, ¿me oís?... ¿me oís?
LINO: Sí, sí, te oigo.
FRANCO: ¡Joya! Estamos conectados. Entonces, ya me despido,
¡Lino! ¡Nos vemos pronto! (Sale).
LINO: ¡Eh!... ¡Cuánto se debe haber apurado la vida en estos tres
meses! Al menos me trajiste...(Abre la bolsa. Extrae una muñeca
esperpéntica, de trapo) ¡Melody! Yo sabía que ibas a venir. ¡Melody,
qué alegría de verte, esperaba poder contarte una hazaña, pero viniste
antes!... ¿es cierto que la casita no da para más?... ¡Qué lastima,
lastima que perdiste tus alhajitas!, pero no importa, seguro que siempre
pensaste en mí. Sí, ya sé, necesitás vestidito nuevo. Contame, Melody,
¿te trataron bien? ¿Te trataron bien, Melody? ¿Por qué no me
contestás? ¿No te trataron bien?...¿Qué? ¿Pasó algo?... Melody, ¿por
qué tenés olor extraño?, ¿no pudiste defenderte? ¿No? ¿No pudiste?
¿De veras que no?... (Se dirige al comunicador)¡Hola! ¿Otra vez sos
vos? Tengo que hablar con Franco o con el abuelo, con cualquiera de
esos. ¿Qué murió y se desmayó?... ¿Quién…? ¿El abuelo murió hace
un mes?, ¿y cuándo se desmayó? ¿Qué? ¿El que se desmayó fue
Franco? ¿Primero se desmayó y después se cayó en el pozo?...Y
bueno, doblete, qué se le va a hacer, tragedias, hay en todos lados, la
gente a veces se muere. Virtudes del agua tóxica. ¡Hola! ¡Hola! (A la
muñeca) No sé qué habrá sido ese grito. Para mí que también se cayó
en el pozo. No importa, quiero decirte que aunque los dos perdimos
muchas cosas, lo importantes es que estamos juntos...Y los otros,
mejor que no vuelvan. Al fin y al cabo, mirá como nos
pagaron...Ahora, ¿sabés? quiero decirte las cosas que me pasaron en la
vida. A vos te puedo contar. Me pasó que la gente que me rodeaba,
una a una, fue cayendo. ¿Qué le vamos a hacer si todos fueron
cayendo? Eso no importa. Acá, con la bendición del sol, aprendí
muchas cosas...y cuando venga la nave, ya vas a ver, vamos a alzar
vuelo, juntos, muy juntos y felices...¡ Melody, mirá, allá, allá viene la
nave, mirá!

FINAL
2011
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