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‘Alan Watts, Joseph Campbell, Ira Progoff, Rollo May, Amos Wilder y otros MITOS, SUENOS Y RELIGION Edicion a cargo de Joseph Campbell ‘Tradueci6n de Alicia Sénchez Millet editorial K airés Numancia, 117-121 (08029 Barcelona Disefo porta: A, Pasir Tio origin: MYTHS, DREAMS AND RELIGION ‘sited by Joseph Capel. © 1910 by Society forthe Arts, Religion and Contemporary Cltre Ine All sights reserved. Published by atangement with atton Signet 8 division of Penguin Book, USA, In © denen epic 1885 by Eitral Kas, S.A Primera dic: Febrero 1997 Segunda eign: Mayo 2006 ISBN: BA-7245-364.2 Dep Legal B-21.1322006 Foocomposiin: Beluga y Mieka sp. Cércegs, 267, 08008 Barcelona Ipeesin yencuademaca: Romany-Vali, Verdaguer, 108786 Capella PROLOGO well are ol Tagen cqueprmen nnn Serre a eto Ciaran meee omres mr Te sic a Chace tt LOS TEMAS MITOLOGICOS EN LA LITERATURA Y EL ARTE por Joseph Campbell 1. Las cuatro funciones de la mitologia Las mitologias tradicionales normalmente gjercen evatro Tunciones, la primera de las cuales podria describirse como la reconciliacién de la conciencia con las condiciones previas de su propia existencia, En el largo transeurso de nuestra prehis toria biol6gica, los seres vivos han estado devorindose mutus ‘mente durante cientos de millones de afios antes de que abriern Jos ojos a la terible escena, y otros muchos millones de erat ras desaparecieron antes de que se alcanzara el nivel de con ciencia humana, Andlogamente, nacemos, vivimos y crecemos ‘como individuos bajo el impulso de Srganos que se mueven independientemente de la raz6n hacia metas anteriores sl per samiento, como bestia, hasta que un dia acontece la crisis que Jha separado a la humanidad de los animales: la realizacién de In ‘monstruosa naturaleza de este terrible juego que es la vida, ¥ ‘entonces es cuando nuestra conciencia reacciona, En términos 14 - Los temas mitolégicos en la literatura yel arte sitoldgicos: hemos probado el fruto del sorprendente écbol del FEnocimiento del bien y del mal y hemos perdido nuestra ino- teocia animal. La candent frase de Schopenhauer representa el jena de este estado cafdo: «jla vida es algo que no deberfaha- fersido!»- El estado de indecisién de Hamlet es consecuencia gla melancolta: «;ser 0 no set!» De hecho, en el largo y va- spore loin eat loi ea mnie, ido muchas que se han enfocado en la meta de la nega- Yin absoluta del mundo, ia condena de la vide y el echase fds. A étas las he denominado las mitologias de la «Gran Jiversin». Han florecido principalmente en la Indi, especial- sentc desde los tiempos del Buddha (siglo vi a.C.),cuya Pri- {era Noble Verdad, «la vida es suftimiento», procede de la frisma introspeccién que Ia desoladora maxima de Schopen- fuer. Sin embargo, a un nivel més general, y sin lugar a duds, ‘nacho antes, en el gran curso de la historia de la humanidad, bunexistido mitologtas de laredencign através de la afimacién jiatoa sus ritos asociados. En todo el mundo primitivo, donde lasconfrontaciones directas con los brutales hechos sangrientos dela vida eran inevitables y sin tregua, las ceremonias de ini Giacién a las que se sometian los jovenes solian ser horrendas, ‘afeaténdose en los términos més reales y atraces -tanto ani ve visual como de cualquier otro modo a esta cosa mons- tuosa que es la vida: siempre con el requerimiento de un «siv, sinsentido alguno de culpa personal o colectiva, sino con gra indy euforia ‘Al final, en las grandes tradiciones ha habido tres actitudes rapecto del formidable misterio: la primera, la de un «stv; la segunda, la de un «no» y la sltima, la de un «no» pero con un ‘sh contingente, como en el gran complejo de cultos mesiéni- {osdel Levante tardfo: zoroastrismo, judatsmo, eristianismo e ‘shmismo. En estas dltimas, el mito bésico papular ha sido el ‘euna creacién original buena, corrompida por una cafda, com Alsubsiguiente establecimiento de una sociedad dotada de for- ‘na sobrenatural a través del dominio del otro mundo, por el ns Mites, sueosy religion cual se aleanzars la restauracién del estado pristino de la ces cién buena, De este modo, no sen la naturaleza, sino en el oe den social, ni en todas las sociedades, sino en ésta, nea ein mitable, donde hay salud, verdad, luz, integridad y esperanza de perfeccién. Aquf el «sf» es contingente, dependiendo de la vie ‘oria del ovo mundo sobre este orden, La segunda de las cuatro funciones a las que sirven las mi tologias tradicionales ~aparte de ésta de la redencién de la cov ciencia humana del sentido de culpabilidad acerca de la vide Ja de formulary presentar una imagen del universo, una images cosmolégica a tenor de la ciencia del momento y de tal modo que dentro de su esfera se puedan reconocer todas Ias cos ‘como partes de un tnico gran reirato sagrado, un icano comolo eran los érboles, las rocas, 10s animales, el sol, la luna y Ia e+ ‘wellas, todos ellos refiriéndose al misterio y sirviendo por asi ‘como agentes de la primera funci6n, como vehiculos y mens Jeros de la ensefanza tercera funciGn tradicional ha sido lade validar y mani- ner algin orden social espectfico, Ia de autorizar su c6digo m>- ral como una construccién mis alld de Ia eritica ota enmienib ‘humana. En la Biblia, por ejemplo, donde el concepto de 9 dios personal através de euya accién se ha creado el mundo. contempla a este mismo dios como al autor de las Tabla det Ley, y en la India, donde la idea bisica de Ia creacién n0e8# de la acci6n de un dios personal, sino lade un universo que cexistido y existird siempre (an s6lo resurpiendo y decreciead® apareciendo y despareciendo, en ciclos que siempre se rx vvan), el orden social de las casts se ha considerado traci rnalmente como una pieza en el orden de la naturaleza. Sea ninguno de estos puntos de vista miticos, el sex humano no es bre de establecer por s{ mismo las metas sociales de su vidt de trabajar hacia éstas a través de instituciones diseRadas por sino que, el orden moral, asf como el natural, més bien est jado para siempre, y silos tempos cambian (como ya ha sot ‘ido en los dlkimos seiscientos afi) como para que el viv 126 Los temas mitoldgicos em la literatura y el arte si las antiguas leyesy crer en la antigua fe sea igualmente Ingosile, tanto peor para estos tiempos, ‘Ami entender, a primera funcién que jerce uns mitologia talicional seria la misticao la meafsica; la segunda, la cos- noligica, y Ia tercera, In sociolégica. La cvarta, quo se en- casa en la aig de las tes como su base y apoyo final, es la isicolgica: es decir, la de dar forma alos individos para que scancen las metas ¢ideales de sus distintos grupos sociales, condacigndoles desde el nacimiento hasta Ia muerte a través deLcuso de la vida humana. Mientras que los Grdenes costno- \gicosy sociales han variado mucho a o largo de los silos y ls dstntas parts del globo, en cambio han existidociettos oblemas psicoldgicos, ireducibese inberentes en la propia Dogia de nuestra especie, que han permanecido constantes y {2 consecuentemente, han tendido @contzolary estructura el “visio de Ios mitosy 1s ritos que, a pesar de todas las dife- ‘vas rorganizadas, nalizadasy subrayadss por los socslo !Psehistonadores, hacen baila Tos mitos de tod la uma Sad Ios compases comunes de una dnica melodta del alma ‘anos «hacer una pause para revisr breve y secuenciamente Alerden de esos ireducibes problemas psicologicos. primero al que nos hemos de eafrentar procede del hecho 4 que fos seres humans nacen unos eatoree afos demasiado onto, Ningin otro animal atraviesa un perfodo tan largo de ‘epeadenca de los progenitores. Luego, de pronto, en cierto omento de la vida, que varia seg ls cultura, desde podra- {0 dec, los doce hasta Tos vents aos, se espera que el joven ‘convert en adult y se pide a todo su sistema prcoldgico, ‘eeha sido ajstado y entrenado para la dependencia, qu res. fonda los reios dela vida con responsabilidad, Los estimulos ‘Ate estén para producir respuestas de pedir ayuda ode sum ‘eae discplina de los padres, sino de accin social fespon- ‘propiada al rol que cada uno desempefia en st entorno "85 sciedades primitvas, la funcién de Tos crles tos dela ‘tera ha sido siempre y en todas parts la de efectaary con wa Mios, swehory rligin firmar esta transformacién. Cuando observamos ahora nuestro mundo moderno, despojado de tales iniciaciones y cada ver mas intimidado por sus propios j6venes intransigentes, podri. famos diagnosticar un adulto neur6tico que a0 ha sido capaz de Cruzar este umbral hacia la responsabilidad: alguien cuya res. puesta cada situaciGn de reto lo primero que dive es «que di- Ha papa? ,dénde esté mama?» y s6lo entonces pasa 2 darse cuenta de «por qué, Dios mio?, iyo soy pap, tengo cvarenta sigs! {Mamé es ahora mi esposal ;Soy yo quien ha de hacer esto!» Tampoco antes ninguna sociedad tradicional habia de- ‘mostrado tanta tolerancia hacia aquéllos que no eran capaces 0 ‘no querfan asumir los papeles requeridos. Ente los aborigenes faustralianos, siun muchacho se comporta muy mal en el tars- ‘curso de su iniciacién, se le mata y luego es devorado por sus ompateros' (lo que, por supuesto, es una forma eficsz de des. hacerse de los delincuentes juveniles, per, por otce parte, pri- ‘va la comunidad de los dones del pensamiento original) A R. Radeliffe-Brown, antiguo catedritico del Trinity College, (Cambridge, en su importante estudio sobre los pigmeos de las islas Andamén observ; «una sociedad depende para su exis, tencia de Ia presencia en las mentes de sus miembros de un cierto sistema de sentimientos por los que se regula la conduc- ta del individuo segin las necesidades de la misma (...] Los Sentimientos en cuestién no son inmatos pero se desarrollan fen el individvo por la accidn que ejerce la sociedad sobre él? En otras palabras: la entrada ala etapa adlulta desde La larga ca rrera de Ia infancia no es, como 1a apertura del capullo de una flor, pasar a un estado de potencialidades que se desplicgan de forma natural, sino asumir un rol social, una méscara 0 «per- 1. ta notin, The al Ones fh Drea eee Ys in ren 0 Be tna Pr. a aren A. Comane RC peg 1-73 (one Rufio, Te Saar Hands (Combe The Uses eo 98) ps 8 128 Lor temas mitoldgicos en a lteratura ye arte sona» con la que uno se ha de identifica. En las famosas Iine- as del poeta Wordsworth ‘Las sombras de la prisin-hogar se empiezan a cerar sobre ef muchacho que empieza a crecer»” Se realiza un segundo nacimiento, ast es como se le Hama, ‘un nacimiento social, y como el primero habia sido de la madre aaturaleza, éste es el de los padres, la sociedad, y el nuevo cuerpo, la nueva mente, no pertenecen a la humanidad sino ala tribu, # una casta, a una ciera escuela o a una nacién, Mientras que, inevitablemente, asu debido tiempo llega un dia en que los decretos de la naturaleza vuelven a irrumpir, fatidico momento en el ocaso de la vida cuando, como Car Jung nos recuerda, los poderes que en Ia juventud iban en au- mento, han legado a su apogeo y vuelven a sus orfgenes en la tierra. Las reivindicaciones, las metas, incluso los intereses de la sociedad, empiezan a desvanecerse, y una vez més segtn las pa- labras de Wordsworth: Nuestros ais bulliciosos parecen momentos en Inexistencia de etemo silencio; verdades que despiertan ara nunca perecer ‘que nila apati, nla locus sil hombre ni el michacho, 1 todo lo que es enemigo de la dicha, pueden legar a aboliro destruc! De ai que en una estaci6n de tiempo calmado, ‘sungue estemos muy lejos, tera adeno, 3, lag Were ima of ero Reece ay ng Mitos, suehos y religion Los temas mitoldgicosen ta lieraturay el arte estas lls tend a isn dese mar imoral yoderes dela tera y la naturaleza se alteran, las antigua cos «que no ha aid agus, wologas pierden su puesto y aparecen otras nuevas. Para que ave puede en un moment Hevamas alk na mitologi sea efeetiva (para exponer el aunto sin rodeos) 1 ver os nis jugando enol, ‘nde estar actualizada cientficamente, basada en un concepto Yeseucar eterament el sonido deias del universo actual, acepiadoy convincente. En este aspect, es poderosas aguas evidente de inmediato que naestras propia tradiciones se en- cvenran en grave peligro; puesto que ls principales reivindi- Tanto ls grandes como las pequefias mitlogias de lah arones del Antiguo y del Nuevo Testamento ae fandan en manidad han servido siempre simulténeamente hasta el mo- una imagen cosmol6gica del segundo milenio .@, cue ne cre ‘mento presente, para conducir a los jOvenes desde sv estado obsceta cuando se recoplé la Biblia en los ltimos dglos =. cen lanatualeza a sobrellevar la vejez, para volver ala prime yenel primero dC. Los gricgos alejandrinos ya hablan dejeco al atravesarla ima yoscura puerta, Mientras han hecho es, de lado silos aris os antguos tes nivelessumero-babloeicos hhanservido también para oftecer una imagen de Ia naturale eae cielo arriba a errs ajo y las aguas debajo e Inte, el mundo, una imagen cosmoldgica, como la he denominale, my, yen el 1543 dc, Copéenio nos lev alin dv lee. oo ‘que parece apoyar las eivindicacionesy las metas del grupo madetnouniverso de los millones millones de palaias, sepa, cial local; de modo que a través de cada caratertstica del ms> as entre si por ais luz, fuee del aleance de ladimension Gel

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