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Resumen Temas Nuevos - Aspectos Discursivos
Resumen Temas Nuevos - Aspectos Discursivos
LINGÜÍSTICA
TEMA 1. EL ANÁLISIS DEL DISCURSO COMO DISCIPLINA TEÓRICA
El objetivo del Análisis del discurso como disciplina es el estudio del uso
contextualizado de la lengua en todos los ámbitos de la actividad humana.
- Enfoques multidisciplinares:
o Lingüística: la Semiología es la ciencia que estudia los signos en el
interior de la vida social, afirmando que la lengua es la parte social del
lenguaje y una institución social (Saussure). Esta visión idealizada del
lenguaje es limitada por no tener en cuenta el uso de la lengua y la
variabilidad lingüística.
o Sociología. Tiene como objeto los usos y funciones sociales de la
comunicación. Sociología del lenguaje: uso de la lengua como realidad
social, se ocupan de las variaciones del habla según el uso de la lengua y
la organización social de la conducta humana. Y Sociolingüística: lo
esencial en el lenguaje es la comunicación social (Labov: la lengua solo
puede estudarse dentro del contexto social).
Etnometodología (función del lenguaje a partir de las prácticas
sociales de comunidades en situaciones de interacción).
Análisis conversacional (el habla es la actividad central de la vida
social).
o Filosofía (autores: Wittgenstein, Austin, Searle, Grice). Nociones
centrales para el desarrollo de la Pragmática.
o Antropología. Relación entre lengua, pensamiento y cultura.
(Etnolingüística: la cultura determina la acción social de los individuos +
Etnografía de la comunicación: se focaliza en la competencia
comunicativa).
o Psicolingüística: pregunta cómo los sujetos adquieren y utilizan el
lenguaje a través de una serie de procesos mentales.
- La disciplinariedad en el Análisis del discurso: evolución desde lo multidisciplinar
(visiones aisladas) a lo interdisciplinar (cooperación entre disciplinas). Seña de
identidad del Análisis del Discurso.
- Disciplina teórica frente a prolongación de la retórica: estudio del uso real del
lenguaje por locutores reales en situaciones reales (van Dijk)
- Carácter interdisciplinar + función comunicacional de los textos: la lingüística como
base para el estudio de la comunicación (Brown y Yule)
- Una de las áreas más amplias y menos definidas de la Lingüística (Schiffrin)
- 8 características específicas del discurso (Maingueneau):
1. Supone una organización transfrástica
2. Está orientado en función de una finalidad
3. Es una forma de acción
4. Es interactivo: toda enunciación, incluso sin destinatario, refleja una
interactividad con otros locutores
5. Está contextualizado y no es posible asignar significado fuera de contexto
6. Está asumido por una instancia enunciativa con sus marcas personales,
temporales y espaciales, e indica la actitud sobre lo que dice (modalización)
7. Está regido por normas sociales generales y específicas
8. Forma parte de un interdiscurso: adquiere su sentido en relación con otros
- Es una disciplina científica porque cumple la condición de ofrecer una reflexión
teórica sobre la noción de “discurso” que se justifica desde tres criterios (C. López
Alonso): Criterio histórico (uso del lenguaje como práctica social), criterio temático
(finalidad otorgada por su propia identidad), criterio institucional (se imparte en
sistemas educat).
El discurso:
2.1 La comunicación
Para entablecer una comunicación, el interlocutor hace una hipótesis sobre lo que el
locutor ha querido decir, su intencionalidad, y para ello se comparten y respetan
ciertas normas, reglas o leyes del discurso, que forman parte de la competencia
comunicativa del sujeto. O. Ducrot postula que los actos de habla se desarrollan para
hacer un cálculo interpretativo de las significaciones implícitas que se derivan de las
literales:
2.2.2 La intersubjetividad
- Deixis personal: yo, tú, nosotros… No se trata de hablar a alguien, sino con alguien
simultáneamente: no hay subjetividad sin intersubjetividad. La tercera persona no.
- Deixis temporal: desde el ahora de la enunciación hasta un entonces.
- Deixis espacial: desde la posición del enunciador.
- Construcción deíctica de la referencia: relaciones entre enunciador y coenunciador,
coenunciadores entre sí, enunciador y enunciado, enunciador y contexto.
Parámetros: enunciación (acto de producción), enunciado (unidad de enuncación),
enunciador (sujeto que produce), coenunciadores, situación de enunciación
(momento de la enunciación), deixis (localización directa del enunciador y el
momento de enunciación), situación de enunciado (hechos referidos).
2.2.3 El sujeto como actor social: la función social del sujeto está relacionada con la
competencia de comunicación y la manera en la que los sujetos comparten normas
sociales.
Condiciones que se dan en todo texto: diálogo interno entre la voz del locutor y otras
voces implícitas (dialogismo interdiscursivo), un diálogo con el interlocutor, y el
hablante puede dialogar con su propio discurso.
Permite respetar las voces de otros sin mezclarse con ellas y mostrar coincidencia con
sus opiniones. También puede estar modalizado como un segundo discurso, indicando
que no es responsable de la vez y para ello recurre a un sintagma preposicional que
señala el cambio de punto de vista (según). En el discurso literario y narrativa se utiliza
con frecuencia los verba dicendi o en estilo narrativizado, confundiendo la voz de
narrador y personajes.
El DI recrea dos estrategias: tener la libertad de elegir con sus propias palabras el
contenido de otro enunciador y centrarse en el contenido más que en las palabras
exactas, aunque con menos garantías de fidelidad literaria.
1. El contexto
- El enfoque lingüístico (que, a grandes rasgos, se ocupa de analizar cómo una parte
de un texto se relaciona con las demás).
- El enfoque pragmático (que, en general, se centra en el papel de la interacción
entre las personas que participan en un intercambio comunicativo).
- El enfoque cognitivo (del que, de forma muy resumida, podemos afirmar que se
ocupa de los procesos psicológicos que contribuyen a construir las
representaciones mentales de las personas que participan en un intercambio
comunicativo).
En las primeras décadas del siglo XX, con la corriente llamada estructuralismo, se inicia
a reconocer que una lengua no es solo un conjunto abstracto de elementos y reglas,
sino que es un hecho social. Sin embargo, en esa fase de la historia del pensamiento no
se da más importancia a esa innovadora idea.
Es a partir de los años sesenta cuando varios lingüistas empiezan a integrar de manera
evidente en sus modelos del lenguaje algún elemento que va más allá del enfoque
meramente formal de las gramáticas tradicionales. Un caso ejemplar es el de
Jakobson, que mediante la introducción de la función referencial del lenguaje
reconoce un papel lingüístico/comunicativo a elementos que, stricto sensu, no forman
parte de la lengua en sí misma. J. Lyons distingue entre contexto situacional
(condiciones en las que se localiza el enunciado) y verbal (se sitúa en el texto).
Los estudios del contexto en pragmática se han centrado en sus diferentes niveles de
estructuración: contexto circunstancial (localización física e inmediata de los
protagonistas de la comunicación), situacional (entorno cultural del discurso),
interaccional y presuposicional (creencias y valores que comparten los sujetos).
Uno de los conceptos más útiles para el Análisis del Discurso que se han propuesto
desde el enfoque cognitivo es el que se conoce como esquema mental (y que autores
diferentes han matizado y renombrado marco, guion, etc.). Un esquema mental o
marco es un conjunto de ideas (o, mejor dicho, de representaciones mentales) que un
hablante tiene almacenadas en su memoria y que le permiten mantener un
intercambio comunicativo adecuado a un determinado contexto externo. Una vez
activado el esquema, se crean una expectativa en forma de guion que nos indican
cómo proceder. Los esquemas y guiones movilizan un modelo mental para alcanzar la
finalidad de la comunicación.
2. Intención o interpretación
El sentido de un texto no está fijado, sino que el sujeto lo construye desde su contexto,
con sus esquemas, modelos y competencias discursivas. Entender una comunicación
es interpretar su intención de manera explícita e implícita. Ppara resolver lo implícito
se recurre a la inferencia, proceso mental que completa o interpreta una información
utilizando sus conocimientos extralingüísticos y competencias.
Austin: sus contribuciones son: actos de habla, contenido proposicional (lo que se dice)
vs. fuerza ilocutiva (modalidad), actos de habla directos e indirectos, actos locutivos,
ilocutivos (finalidad comunicativa y relaciones) y perlocutivos (efectos en el receptor).
Grice: principio de cooperación (lo que el hablante quiere enunciar y cuyo sentido
depende del contexto, para lo que los sujetos deben participar de manera
cooperativa), cuatro máximas de calidad, cantidad, relación y modalidad. Si se rompe
una, no se deja de cooperar sino que se desencadena una implicatura conversacional,
una inferencia para sobreentender que un acto no convencional no está expresado
pero se puede entender en el contexto (p.ej. ironía, malentendidos, chiste).
La noción de competencia remite a los conocimientos que tienen los sujetos y que
movilizan ante determinadas tareas según el tipo de contexto. Si queremos resumir la
idea de fondo del enfoque cognitivo, podemos afirmar que para que un sujeto pueda
comunicar no es suficiente que conozca las reglas de una lengua y el significado de los
elementos que la componen, sino que tiene que disponer de competencias.
Las competencias son de tipos y niveles distintos. En el Análisis del Discurso los dos
tipos de competencia que se consideran más importantes son:
1. Situación de enunciación
Para poder interpretar un discurso oral tenemos que tener en cuenta de manera
analítica y sistemática el contexto en el que se produce. El contexto incluye toda una
serie de elementos, dos de los cuales contribuyen a determinar la situación de
enunciación: el espacio y el tiempo. Las dos situaciones clásicas de enunciación son:
Además de las dos situaciones prototípicas, en las últimas décadas se han ido
definiendo formas híbridas de situación de enunciación, como Internet y web
(emisiones pregrabadas).
2. Las características del discurso oral
1. Interacción.
Tal y como hemos visto, en el siglo XX los científicos toman consciencia de que la
lengua no es solo un conjunto de estructuras y significados, sino un hecho social. A
partir de esa idea, se desarrollan varios enfoques distintos que intentan destacar que
la comunicación entre seres humanos es una forma de interacción social.
En este punto no tenemos que caer en el error de preguntarnos ‘¿cuál de los enfoques
es el correcto’? Todos ellos, de formas distintas, contribuyen a explicar la idea de
interacción. Se alejan de las propuestas centradas en los intercambios verbales y la
conciencia individual. Analizan los discursos orales como una interacción y como una
construcción colectiva. Las principales escuelas que se han ocupado de la interacción
social son:
La sociolingüística, surgida a mediados del siglo XX, descubrió que diferencias sociales
se pueden traducir en diferencias lingüísticas. En otros términos, en una lengua hay
variación: el mismo objeto lingüístico se puede expresar de formas diferentes
dependiendo de las características sociales de quien lo exprese y del contexto en que
lo exprese. (P. ej. ‘he llegado a la conclusión de que…’ vs. ‘he llegao a la conclusión
que…). Labov analiza las relaciones entre las realizaciones de la lengua y clases
sociales. Se observan las variacinoes sociales y estilísticas y los conocimientos sobre lo
que se considera bueno o mano. El variacionismo que se observa en una lengua puede
ser de varios tipos:
- Variación situacional. Una misma persona, dependiendo del contexto, habla de forma
distinta. Una variedad que se utiliza en una determinada situación es un registro y
responde al estatus sociolingüístico, en una situación con pertenencia a una clase.
La variación afecta a todos los niveles de una lengua. Entre dos registros, por ejemplo,
puede haber diferencias fonéticas, sintácticas, léxicas, etc. Podemos sistematizar la
variación lingüística en tres niveles:
- Variación de tipo fonético. Hay los cuatro tipos de variedades anteriores. Un ismo
locutor puede utilizar distintos registros en tanto que sujeto social que asume
roles. También intervienen rasgos suprasegmentales, que son valiosos porque
revelan significados sobre sus características personales, su carácter, su grupo.
- Variación de tipo léxico. Permite identificar la pertenencia a un grupo y sus
variaciones entran en relación con el resgistro, indicando la identidad y diversidad
de los interlocutores o características de grupo que cambian según estatus
sociales, contexto y estilo.
- Variación de tipo morfosintáctico. Factores que marcan el tipo de oralidad y el
grado de informal a formal.
3. Tematización
4. Tiempo operativo
5. Multimodalidad
Las dos modalidades principales del discurso oral son el diálogo (dos o más
interlocutores construyen activamente el intercambio comunicativo, forma básica del
intercambio en el turno de habla) y el monólogo (solo uno transmite un mensaje,
mientras los demás actúan como receptores).
Todos somos conscientes de que existe una gran diversidad de discursos orales: desde
una charla con la vecina hasta el discurso de un académico de la RAE. En la actualidad,
hay numerosas propuestas de clasificación de los distintos géneros de discurso. Sin
embargo, no hay consenso entre los lingüistas y “no es posible establecer una única
tipología de discursos orales”.
Quizás la única idea sobre la que existe cierto consenso es que la clasificación es
jerárquica: un texto concreto se enmarca en un género, que a su vez pertenece a un
tipo de discurso. Para concretar este esquema, también se propone una serie de
ámbitos sociales (que corresponden con los tipos de discurso), que se articulan en
géneros orales (que corresponden a los géneros). Por ejemplo, dentro del ámbito
social académico encontramos géneros orales como el examen oral, la clase, la tutoría,
la conferencia…
Otra clasificación posible de los textos orales se fundamenta en la distinción entre las
dos modalidades del discurso (monólogo vs. Diálogo). En ese sentido, se distingue
entre géneros monologales (la lengua oral es formal, pero combinada con
espontaneidad) y géneros dialogales (géneros conversacionales e instituidos, que
pueden ser autoriales y rutinarios). Entre los últimos, el más representativo es la
conversación: un género discursivo oral donde los participantes participan en una
interacción y construyen/negocian, intervención a intervención, el desarrollo del texto
oral.
5. La conversación
Los tres tipos de reglas que rigen una conversación según Orecchioni (“el objetivo del
análisis conversacional es explicitar las reglas en todos los géneros de los intercambios
comnicativos”) son:
- Normas culturales. Por ejemplo, en las culturas europeas tenemos que esperar a que
una persona nos indique que ha acabado su intervención antes de empezar a hablar,
aunque en contextos informales no está mal visto solaparnos con los interlocutores.
Las reglas que intervienen en la relación interpersonal entre los hablantes son
básicamente las reglas de cortesía, de Brown y Levinson. Es una relación social que
presupone un comportamiento cortés, y la interacción es la influencia recíproca que
los participantes presentes cara a cara ejercen en sus acciones respectivas. Los
individuos manifiestan el rol de sí mismo o construcción social de su imagen,
construida por los otros en las actuaciones comunicativas para mantener su imagen.
Dos caras: imagen negativa (se refiere a su intimidad) y positiva (fachada social). El
hablante calcula el riesgo de sus actos y elige los procedimientos más adecuados. Tres
estrategias: abiertas y directas, abiertas e indirectas (positiva y negativa) y encubiertas.
Orígenes de la escritura: protoescritura (muestras con las que los sujetos dejaban
huellas de su tipo de existencia) > escrituras jeroglíficas (entre la representación
icónica y el objeto mismo) > escritura cuneiforme (escritura caracterizada por
elementos en forma de cuña sobre tabletas de barro que escenificaban). Los primeros
alfabetos son fenicios, 1200 a.C., y empleaban solo consonantes, a las que los griegos
añadieron vocales.
La dimensión lingüística del texto escrito está determinada por las condiciones del
discursos y del género al que pertenece. La mayor parte de los estudios postulan que
el texto escrito es una unidad verbal autónoma, con sus propios procedimientos de
producción y reconocimiento que no responden a una suma de partes.
Según Genette: Hay paratexto autorial (responsabilidad del autor) y editorial (marcas
de la editorial). En ambos paratextos = peritexto + epitexto. Distingue cuatro
características paratextuales o marcas formales en las que el lector puede apoyarse
para una primera interpretación: marcas espaciales (dónde se encuentra), temporales
(momento de aparición del paratexto, p.ej. publicaciones diarias, semanales),
características sustanciales (posible multimodalidad, marcas significantes que
impactan en el lector, p.ej. imágenes en el discurso publicitario) y marcas pragmáticas
y funcionales (de quién, para quién, con qué finalidad).
Monólogo (reproducción directa del pensamiento a través de una sola voz) y diálogo
(forma de reproducción de voces en estilo directo). El diálogo es un modo de escritura
en primera persona, en el que se potencia el papel de los personajes que asumen las
voces eliminándose otras como la del narrador. En narrativa se recurre con frecuencia
al diálogo, aunque no se trate de un discurso directo sino de una convención literaria.
El monólogo es una reproducción en primera persona y se recurre a procedimientos:
autobiográfico, autorreflexivo, reproducción directa en la que se prescinde del
narrador, monólogo interior.
En dos fases: adquisición del código gráfico, mediatizado por la lengua oral, y
reproducción del código, para lo que se requieren operaciones mentales de selección
del tema, planificación de la escritura y redacción.
5. La comprensión lectora
- Percepción (todos los niveles del texto y va de la zona global –tipo de discurso y
género- hasta la local –enunciado y palabra; forma externa)
- Activación del sentido (en la lengua materna, proceso casi simultáneo a la
percepción, que selecciona las unidades cognitivas de la memoria y trata de
establecer los esquemas de conocimiento)
- Construcción del sentido. La psicolingüística textual se ocupa de la construcción
del sentido en 3 niveles de organización y tratamiento:
1. Superestructura (nivel cognitivo del tipo de discurso). Esquemas o
modelos mentales sobre el tipo de discurso y de género.
2. Microestructura (sentido local del texto). Palabras y enunciados para
construir la cohesión local.
3. Macroestructura (sentido global). Ideas a las que se llega por un proceso
de abstracción. Se va elaborando desde la microestructura y solo se recuerdan
las ideas principales o macroproposiciones.
- Memorización: dos factores: mantenimiento de las informaciones en la
memoria y recuperación de los conocimientos rescatados.
- Reproducción. Responde a tareas de resumen, se eliminan los detalles menos
relevantes e innecesarios.
Van Djik postula que el sentido general del texto es el resultado de la capacidad que
tiene el sujeto de resumir y recordar. Establece cuatro macrorreglas de reducción y de
organización de la información, que sirven para condensar la información: supresión
(local y global), integración, construcción y generalización.
Los modelos de lectura pueden ser autónomos (que defienden procesos distintos en la
comprensión y producción) e interactivos (paralelo, ya que no se trata de etapas
ordenadas, sino de interacción entre los procesos).
La comprensión de la lectura depende de: lector y texto. Por eso, doble vertiente:
lector como receptor y productor de la interpretación.
1. Situación de enunciación
El discurso digital, al igual que oral y escrito, está marcado por el medio, por las
prácticas discursivas en las que se actualiza, por su finalidad y por un número de
normas sociales y leyes del discurso.
4. Interdiscursividad
5. Modalidades discursivas
Al igual que los orales y los escritos, los géneros digitales responden a dos tipos de
modalidades: monogestión y plurigesión. 4 funciones específicas de estas
modalidades:
3 propuestas bajtinianas:
1. Cada esfera del uso de la lengua elabora sus tipos relativamente estables de
enunciados
2. La composición y estructuración en los géneros discursivos tiene gran
importancia
3. Todo texto dialoga con textos anteriores –intertexto-.
Clasificar los géneros no es tarea sencilla, debido al gran número de propuestas. Una
tipología debe responder a principios de homogeneidad, rigor y exhaustividad,
sabiendo que no es fácil encontrar textos en estado puro. A. Petitjean plantea 4
tipologías: enunciativa (diferencia entre discurso e historia), funcional o
comunicacional (intención de comunicación, según el tipo de comunicación y la
situación), situacional o institucional (orientación sociolingüística, en el dominio de la
actividad social en la que se realiza el discurso) y psicológica (estructuras cognitivas
que se ponen en funcionamiento para reconocer los textos).
Se distinguen 4 parámetros:
Dos premisas como marchas constitutivas de los discursos: por un lado, la ideología es
consustancial al discurso como sistema global de interpretación del mundo; por otro,
las condiciones histórico-sociales permiten explicar los discursos y observar sus modos
de circulación y de representación. El discurso es el reflejo de una materialidad
ideológica y no se puede obtener el sentido de un texto si no se tiene en cuenta la
formación ideológica. Se recurre a modelos mentales para confirmar actitudes e
ideologías sociales.
Análisis crítico del discurso > estudios críticos del discurso: analizan cómo las formas de
poder se instauran a través de los discursos entre las clases sociales. Los trabajos
iniciales (años 90) se centran en cómo la ideología influye en los diferentes discursos
sociales, especialmente relacionados con la exclusión de determinados grupos (ej.
racismo). Hoy se habla de Estudios Críticos del Discurso (p. ej. discurso feminista).
El análisis del texto sólo adquiere su valor como objeto científico si se tienen en cuenta
el tipo de discurso y género al que pertenece, el contexto social en el que se crea y bjo
los condicionantes ideológicos que lo han concebido. Se propone un modelo de
análisis de carácter modular que contiene tres etapas de organización y demarcación
relativamente autónomas, pero relacionadas unas con otras.
Modalización intersubjetiva: indica la relación que establece con otro sujeto sobre el
contenido proposicional, ya sea con órdenes, consejos, sugerencias, peticiones.
Cada texto particular detenta su identidad que varía de un texto a otro según el
contexto, canal de producción y medio, voces, plan general, contenidos, tipo de
composición, mecanismos de textualidad y tamaño.
Retórica clásica partes del discurso: inventio, dispositio, elocutio, memoria, acto.
Es el género elegido lo que preestablece los tipos de oraciones y las relaciones entre
estas (Bajtin). Marca las condiciones de los niveles locales y guía el proceso discursivo.
5. La proposición
6. El periodo
7. La secuencia y prototipos
7.1 La narración
8. Operaciones de textualidad
La cohesión se establece entre las secuencias sabiendo que el nivel global del discurso
y del género determina al local y la coherencia responde a la pertinencia de reconocer
la intención y motivación del texto. La integración de unas unidades en otras es dos
tipos: cohesión y conectividad, ambos son transversales pues una misma función
puede encontrarse en una oración, periodo, secuencia o estructuración.
- Segmentación: al nivel del texto, responde a las articulaciones del plan general
del texto y delimita los tipos lingüísticos o secuencias.
- Demarcación: articular las fases de la secuencia.
- Empaquetado: modos de integración de las proposiciones en
macroproposiciones, periodos o secuencias, mediante unión (coordinación,
yuxtaposición) o encadenamiento (subordinación).
9. Coherencia
Además los significados requieren un sentido que los fundamente. No bastan por sí
solos para formar un discurso coherente (se comprueba cuando hablamos un idioma
que no dominamos del todo). Por ejemplo aquel pino solo se puede usar si sabemos de
antemano de qué pino hablamos, porque los demostrativos hacen referencia al
contexto enunciativo.
2. La lingüística de corpus
Los textos están organizados en corpus. Un corpus es, de hecho, ni más ni menos que
un conjunto de textos organizados (es decir, amontonar textos de manera
desorganizada no equivale a construir un corpus). Pueden ser de textos escritos o de
textos orales.
Dentro de la lingüística de corpus, existen dos maneras de relacionarse con los corpus.
Tognini-Bonelli introdujo la distinción entre el estudio del lenguaje basado en corpus y
dirigido por corpus. Los primeros suelen utilizar datos de corpus para explorar una
teoría o hipótesis, con el objetivo de validarla, refutarla o refinarla. La lingüística
impulsada por corpus rechaza la caracterización de la lingüística de corpus como un
método y afirma, en cambio, que el corpus mismo debería ser la única fuente de
nuestras hipótesis sobre el lenguaje. Por ejemplo,
Para que un corpus se pueda analizar, tiene que estar organizado y anotado. Anotar un
corpus quiere decir añadir información a cada unidad lingüística. Por ejemplo, si
queremos construir un corpus anotado que permita buscar todas las veces que
aparece el verbo ‘hacer’, tenemos que decirle al motor de búsqueda que nos interesa
no solo la forma ‘hacer’, sino también ‘hago’, ‘hice’, ‘hazlo’, etc. Para conseguirlo,
tenemos que añadir una etiqueta a esas palabras.