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El Gran Dios Pan No ha Muerto

Alfred N. Whitehead y el modo psicodélico de percepción (2021)

Peter Sjöstedt- Hughes

Filósofo de la Mente (Philosopher of Mind) y la metafísica, especializado en el pensamiento de Whitehead,


Nietzsche y Spinoza, así como en campos relacionados con el panpsiquismo y los estados alterados de la
conciencia. Es investigador y profesor en la Universidad de Exeter. Este ensayo es parte de su libro Modes of
Sentience: Psychedelics, Metaphysics, Panpsychism (2021)

Traducción realizada por Felipe Kong Aránguiz1 , Grupo Proceso para Colectivo
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Porque la corriente de mi alma ha roto


Las amarras de la vida sensual,
Y me he vuelto un dios, un signo nervioso
De la lucha más ardiente de Pan:
Yo soy suyo; me parezco
A la sombra de su sueño,
Mientras él hilvana ideas de forma y sentido
Desde el vacío informe, rígido, frío y denso2.

1
Puedes contactar al traductor en caso de modificación, comentario u otro interés al mail
felipekaranguiz@gmail.com
2
Neuburg, V. B. The Triumph of Pan, §VI
- Victor B. Neuburg

Preámbulo

A través de la metafísica de Alfred North Whitehead, la Filosofía del Organismo, se


argumentará que la experiencia psicodélica es una integración vertical, lateral y temporal de
la sintiencia:

I. Integración Vertical:
a. Superordinada – hacia arriba - apoteosis parcial (postulado panenteísta)
b. Subordinada - hacia abajo - enmerosis parcial (postulado panexperiencialista)

II. Integración Lateral - hacia los lados:


-- Aumento de la percepción en el modo de la eficacia causal
-- Antítesis del solipsismo

III. Integración temporal - hacia atrás


-- Aumento mnemónico

I.a.
Apoteosis parcial

La apoteosis, o elevación a la divinidad, está condicionada por el ser de aquella entidad


divina. El Dios de Whitehead es tanto inmanente como trascedente, en los sentidos
tradicionales; pero no es el Dios de la tradición judeocristiana. El ser de este dios no se basa
en la fe sino, en parte, en la necesidad lógica de los objetos eternos que constituyen su
naturaleza trascendente.
Los objetos eternos de Whitehead son una variante de las formas de Platón, los universales
de Russell y las esencias de Santayana. Son cualquier forma potencial de mentalidad: ideas
(números, clases, etc.), emociones (miedo, alegría, etc.), sensaciones (colores, sabores, etc.)
y otras formas humanas e inhumanas. Hay que tener cuidado en distinguir estas formas
potenciales de mentalidad de las formas actuales de mentalidad. Estas últimas existen en el
tiempo como las fases subjetivas de un organismo, por ejemplo, los pensamientos que
albergamos durante el día. Los primeros, los objetos eternos, pueden existir en el tiempo
cuando ingresan en la actualidad; pero principalmente subsisten fuera del tiempo,
eternamente, en su totalidad no aprehendida.
Vistos así, los objetos de nuestra mentalidad son eternos, aunque nuestra mentalidad es
temporal. Como la realidad de tales objetos metafísicos puede parecer dudosa para muchos,
tomemos un ejemplo para demostrar el razonamiento. Consideremos la sensación blancura
como un objeto eterno, o un universal, como Bertrand Russell (estudiante, colaborador y
amigo de Whitehead) llama a estos objetos. Russell escribe:

En un sentido estricto, no es la blancura lo que está en nuestra mente, sino el acto de


pensar en la blancura… [Si] la blancura fuera el pensamiento en tanto opuesto a su
objeto, dos personas diferentes no podrían pensar en ella, y nadie podría pensarla dos
veces. […] Así, los universales no son pensamientos, aunque cuando se conocen, se
vuelven objetos de pensamientos. […] [Los universales] subsisten o tienen ser,
considerando que el "ser" se opone a la "existencia" en que éste es intemporal [eterno]3.

De manera más sucinta pero más poética, Whitehead arguye el mismo punto:

La montaña dura. Pero cuando después de edades enteras se ha desgastado, deja de


ser. Si aparece una réplica, es todavía una montaña nueva. Un color es eterno. Acecha
al tiempo como un espíritu. Va y viene. Pero venga donde venga, es el mismo color. Ni
sobrevive ni vive4.

Así, la blancura, los colores y todos los demás objetos de mentalidad se consideran
metafísicos. Ahondemos en lo físico para examinar el punto. Alguien ve una mancha blanca.
¿dónde está su blancura?

(1) No podemos decir que está en el objeto como tal, por ejemplo, una nube. Están las
moléculas que constituyen a la nube, que por sí mismas no son blancas (parecido al énfasis
de Berkeley5).

(2) Además, no podemos decir que la blancura está en cierta onda electromagnética
reflejada, porque
(a) la onda sin un perceptor no sería blanca,

3
Russell, B. The Problems of Philosophy, ch. 9
4
Whitehead, A. N. Science and the Modern World, ch. V, pp. 86–87
5
Consideremos las palabras de George Berkeley: “todos los colores que vemos con nuestros ojos desnudos
son solo aparentes –como los de las nubes--, ya que se desvanecen cuando uno los mira más cerca y
precisamente, como con el microscopio” (Three Dialogues between Hylas and Philonous, in opposition to
Sceptics and Atheists, Primer diálogo)
(b) la misma onda puede percibirse como diferentes colores (espectro invertido,
sinestesia), y
(c) el mismo color percibido tiene ondas distintas (metamerismo)

(3) La blancura no está realmente en la anatomía del perceptor ni en su funcionamiento. No


está en los ojos, nervios ni cerebro; dentro del cráneo reina la oscuridad. El cerebro no se
vuelve blanco cuando intuye la blancura, así como no se vuelve triangular cuando intuye un
triángulo.

(4) Aunque la blancura como objeto está correlacionada con actividad en el cerebro, con la
onda electromagnética luminosa y con la nube, esta correlación no se determina como
idéntica para ninguno de los casos. La blancura no es tampoco una propiedad emergente del
cerebro, ya que tal noción comete el Error de Categoría Emergente6, presuponiendo
erróneamente una emergencia bruta y una analogía entre los actos emergentes de lo físico
a lo físico (como la liquidez de las moléculas) y una supuesta emergencia de lo físico a lo
mental. La emergencia es la magia con la que el materialismo está encantado.

(5) La blancura, entonces, no es idéntica (1-3) a sus diversos correlatos, no es una propiedad
emergente (4) de esos correlatos, pero tampoco es simplemente la cualidad común abstraída
de los objetos blancos, porque esto implicaría que esos objetos tengan la blancura que uno
podría abstraer. Como lo dice Santayana,

Si nunca han sido parte de ningún objeto percibido, es imposible que las esencias dadas
se abstraigan de ellos7.

Así, el objeto de un pensamiento, sentir o sensación no está, como concluye Russell, "ni en
el espacio ni en el tiempo, ni [es] material ni mental; pero sí es algo"8. Los objetos eternos
son reales y trascendentes, y son la condición de experiencias compartidas: así, son una
condición del lenguaje, del conocimiento, y —para Whitehead— condición para el avance
creativo del universo. Como Russell dijo en Misticismo y Lógica:

Una imagen más verdadera del mundo […] se obtiene figurándose las cosas como
entrando en el flujo de tiempo desde un mundo eterno que está afuera […]. Tanto en

6
Cf. Griffin, D. R. Unsnarling the World-Knot, ch. 6, §III, p. 65
7
Santayana, G. Scepticism and Animal Faith, ch. X, p. 94
8
Russell, B. The Problems of Philosophy, ch. 9
el pensamiento como en el sentimiento, aunque el tiempo sea real, percatarse de la
poca importancia del tiempo es la puerta de la sabiduría9.

El dominio en el que todos los objetos eternos subsisten es llamado por Whitehead la
Naturaleza Primordial de Dios. Este es el aspecto trascendente de la deidad de Whitehead,
una dimensión no sintiente, ya que la sintiencia requiere la ingresión de los objetos eternos
en la actualidad física temporal, para que sean objetos de prehensión. Como organismos
físicos, la selección incesante de objetos eternos está condicionada por nuestras necesidades
físicas, y así solo una fracción de ellos resulta prehendida positivamente; el resto se rechaza
a través de prehensiones negativas, para usar la terminología de Whitehead. Mi argumento
señala que esas prehensiones negativas pueden ser eliminadas gradualmente por la
disminución del funcionamiento fisiológico práctico que se consigue mediante la ingesta de
químicos psicodélicos. Tal eliminación conlleva la integración, o elevación, de la conciencia
propia en la naturaleza primordial de este dios: apoteosis. Este es un misticismo sin
fundamentos místicos. Como Russell anticipó:

En una iluminación mística, podemos esperar ver las ideas [eternas] como vemos
objetos de los sentidos; y podemos imaginar que las ideas existen en el cielo. Estos
sucesos místicos son muy naturales, pero la base de la teoría está en la lógica, y está
tan basada en la lógica que tenemos que considerarla10.

George Santayana consideró el mismo espectáculo, con horror:

Si yo aspirase a ser un espíritu desencarnado, debería enfrentar a todas las esencias


por igual y de una sola vez: un requisito monstruoso11.

Tal integración ascendente en la naturaleza primordial de la deidad bien puede no ser


gozosa, puede evocar un intenso espanto empíreo del tipo que Rudolph Otto llamó el
mysterium tremendum, entre cuyos aspectos se incluyen el "espanto demoníaco" (cf. El
horror de Pan)12, culminando en el literal terror que está en el sentido original de la idea de
lo sagrado. Como algunos objetos eternos tienen un ser que debería usualmente ingresar
en épocas que existen más allá de nuestra época espaciotemporal y electromagnética (como

9
Russell, B. Mysticism and Logic, §III
10
Ibid. En otra parte he propuesto que las teorías platónicas de las formas y del dualismo fueron
probablemente inspiradas por una visión divina inducida por sustancias psicoactivas ingeridas en los
misterios eleusinos, una inspiración que a su vez inspiró a la filosofía occidental. Véase mi conferencia
pública ofrecida en la Universidad de Exeter (10 de marzo de 2016): youtu.be/X2eY4n37FC0
11
Santayana, G. Scepticism and Animal Faith, ch XIV, p.132
12
Otto, R. The Idea of the Holy, ch. IV, p. 14
Whitehead dice), la extrañeza de tales objetos podría fomentar el sentido de un sublime
aterrorizante. Tales experiencias no pueden, por lo tanto, categorizarse como recreación sino
más bien como "la intención más íntima y el más alto logro de la cognición"13, como llama
Santayana a la entrada en este reino de Esencia ab aeterno.

—————

El otro aspecto de la deidad de Whitehead se llama la Naturaleza Consecuente de Dios. Es el


lado inmanente y sintiente. La función de Dios es atraer a las entidades inicialmente a la
autoformación, para luego participar en las intensas experiencias sintientes de ellas, lo que
—en el panexperiencialismo— incluye, como veremos, lo "inorgánico" autopoiético: el todo
de la naturaleza. Como escribe Whitehead:

El propósito de Dios en el avance creativo es la evocación de intensidades. La evocación


de sociedades [organismos superiores] es puramente subsidiaria a este fin absoluto14.

Así, a través de la ingesta de psicodélicos satisfacemos el propósito del dios en un nivel más
allá del modo normal de la humanidad. Incluso más, al permitir la integración ascendente
en el reino de los objetos eternos, aún no actualizado y por lo tanto no sintiente, los
actualizamos y activamos como aspectos sintientes del dios para el dios. Así, a través del
consumo de psicodélicos, aumentamos la autoconciencia del dios. No podemos perseguir
actividad divina más grandiosa que viajar por el paisaje mental psicodélico: el psiconauta es
el peregrino por excelencia. Por otro lado, la prohibición de los psicodélicos es el más
cardinal de los pecados.
Digo "el dios". Whitehead llegó supuestamente a arrepentirse de su uso de la palabra "Dios"
para designar a su deidad15. Su metafísica es en parte un panenteísmo: ese dios es actualidad
(como la Naturaleza Consecuente de Dios) y más (la Naturaleza Primordial de Dios
trascendiendo la actualidad). Esto está ya bien lejos del teísmo del linaje judeocristiano, el
dios abrahámico. Además, como examinaremos, la metafísica de Whitehead es también un
panpsiquismo, o panexperiencialismo (como su versión se designa ahora16): que todas las
entidades autopoiéticas, desde el hombre a la molécula y más allá, tienen sintiencia (aunque
no necesariamente conciencia). Whitehead incluso escribe que la

13
Santayana, G. Scepticism and Animal Faith, ch XIV, p.128
14
Process and Reality, Part V, ch. III, §X, p. 105
15
Cf. Griffin, D. R. Unsnarling the World-Knot, ch. 9, §IV, p. 204
16
‘Panexperiencialismo’ fue acuñado para referirse a la versión whiteadiana del panpsiquismo por David Ray
Griffin en Mind in Nature: Essays on the Interface of Science and Philosophy (co-edited with John B. Cobb),
97–98 (1978)
Función de Dios es análoga al trabajo implacable de las cosas en el pensamiento griego
y budista… la crueldad de Dios puede personificarse como Até, la diosa de la malicia17.

Whitehead más adelante identificaría a su Dios con Eros, el "Universo como uno"18, e incluso,
al oponer el dios semítico al de Platón, lo llamaría Satán19. Así, con su panenteísmo,
panexperiencialismo, malicia divina e intenso hedonismo, afín al animismo pagano y a su
culto romántico de la naturaleza, estamos en mejor posición para renombrar al dios de la
filosofía del organismo de Whitehead como Pan. Por lo tanto, estamos paganizando a
Whitehead bajo el símbolo de este dios-chivo seductor, un dios cuyo deseo para la
evocación de experiencias intensas se instancia en su alarde de copular con cada una de las
intoxicadas ménades de Dionisos20. La atracción de Pan se ajusta mejor a la filosofía del
organismo que los cánones de Cristo; con ello me refiero al intento de secuestro cristiano
de la metafísica whiteheadiana que lleva el nombre de teología del proceso.
Plutarco cuenta la historia de un marinero que, durante el reino de Tiberio, contemporáneo
a la vida de Jesucristo, recibe de los mares una arcana declaración vocal para propagar las
noticias de que "el gran dios Pan está muerto"21. Siguiendo una línea nietzscheana,
invertimos ahora el pronunciamiento de G. K. Chesterton de que "se dice con verdad que en
algún sentido Pan murió porque Cristo nació"22. El declive de la fe cristiana y su
descendencia, la cosmología moderna, permite la resurrección de una verdadera ontología
naturalista. Dios ha muerto; Pan regresa.

I. b.
Enmerosis parcial

Enmerosis deriva del prefijo en-: adentro, y de méros: parte o componente. El término denota
una fusión descendente de la sintiencia en las entidades subordinadas del cuerpo humano.
Antes de examinar la posibilidad de enmerosis amplificada a través del modo psicodélico de
percepción, debemos examinar la condición para su posibilidad: el panexperiencialismo.
El panexperiencialismo es la noción de que toda entidad autoorganizada tiene sintiencia: el
ser humano, el topo, la molécula, etc. Hay abundantes razones en la literatura para adoptar
esta visión23, que es sostenida por tan eminentes pensadores como Bruno, Spinoza, Leibniz,
Schopenhauer, Fechner, Nietzsche, William James y más tarde científicos como el biólogo

17
Process and Reality, Part III, ch. III, §I, p. 244
18
Whitehead, A. N. Adventures of Ideas, 11, 295
19
Process and Reality, Part II, ch. III, §III, p. 96
20
Cf. Robert Graves, The Greek Myths, Vol. 1, ch. 2, p.102
21
Plutarch. De Defectu Oraculorum, §17
22
The Everlasting Man (1925), Part I, ch. VIII.
23
Accédase a www.philosopher.eu/panpsychism para una lista de textos vivos.
whiteheadiano C. H. Waddington, quien fundó la nueva ciencia de la epigenética. Pero
apelemos a la razón más que a estas autoridades.
El así llamado "problema duro de la conciencia"24 señala el antiguo problema de comprender
cómo la mente puede emerger de la "materia" o ser idéntica a ella. Sin contar la complejidad
de la actividad neural, queda sin explicar por qué esta debería correlacionarse con la
actividad mental. Esto se debe a que es inexplicable dentro del paradigma que reduce la
explicación a la materia no sintiente, que se mueve según fuerzas conocidas de la naturaleza:
esto es, el materialismo. Explicar suficientemente la mente por la materia es tan eficaz como
explicar suficientemente un calamar por los surcos correlacionados en la superficie del mar
sobre él. ¿Por qué?
La respuesta de Whitehead a este problema es afirmar que nuestra idea de "materia" es una
abstracción más que una realidad concreta. En realidad, lo que llamamos "materia" ya incluye
la sintiencia, el sentir. Así, en vano intentamos reconstituir la mente de una abstracción que
la omite, tal como sería vano intentar reconstituir el sabor de los calamares por la totalidad
de colores que hemos abstraído de las criaturas. Una realidad omitida no puede ser recreada
por las abstracciones que la omitieron. Esta es la causa del problema duro de la conciencia,
que no es un problema para el panpsiquista.
Si concedemos que toda la naturaleza, en sus entidades organizadas, tiene sintiencia,
entonces la mente emerge en grados de complejidad, y no como la problemática emergencia
en naturaleza [in kind] que requiere el materialismo. El cerebro es necesario para la compleja
existencia humana, pero las células de las que está compuesto son también sintientes, como
lo son sus componentes. Para Whitehead, los componentes finales se llaman entidades
actuales o gotas de experiencia. De estas gotas sintientes se constituyen todas las cosas
actuales.
Los objetos de esas gotas de experiencia son, por supuesto, los objetos eternos, pero la
actualización de estas formas eternas potenciales es el aspecto sintiente intrínseco de todo
lo que llamamos materia. Cada entidad actual se vuelve concrescente al prehender otras
entidades actuales que se vuelven parte de ella; la percepción se vuelve parte del perceptor.
Como las entidades actuales evolucionan en estructuras más complejas denominadas
sociedades, como una molécula, las entidades actuales prehendidas y los objetos eternos
que determinaron su forma se combinan para crear formas más complejas de mentalidad
que les correspondan: las emociones pueden aumentarse por los qualia visuales, por
ejemplo. El sentir, o la sintiencia, es sin embargo el fundamento de toda la percepción. La
percepción siempre incluye los sentires internalizados transferidos de la entidad percibida.
Esta transferencia, vista objetivamente, desde afuera, es causalidad eficiente. Así que la
percepción es causalidad. La transferencia, vista subjetivamente, desde el interior, incluye

24
Acuñado por David Chalmers en 1995 en ‘Facing Up to the Problem of Consciousness’. Journal of
Consciousness Studies 2 (3): 200–219.
causalidad final: cada entidad actual tiene un propósito subjetivo para alcanzar la satisfacción
de una concrescencia uniendo entidades actuales anteriores para crearse a sí misma. Así, el
determinismo que observamos es la cáscara de la teleología de la naturaleza: un
determinismo informado por el error de considerar regularidades pasadas observadas como
constantes universales. Para Whitehead el primer principio que prevalece en el universo,
sobre Pan, es la creatividad. El futuro no puede nunca determinarse.
Para el tipo altamente complejo de actualidad que es el humano, Whitehead tiene dos
formas principales de percepción, que están fusionadas en la actualidad. Está la clásica y
comúnmente aceptada percepción en el modo de la inmediatez presentacional, que es
esencialmente la sensación proveniente de los cinco sentidos. David Hume dijo que todas
nuestras ideas son copias de estas impresiones. Hume luego argumentaría que con esas
sensaciones nunca podremos percibir la causalidad en sí misma, solo la conjunción
constante de eventos. Whitehead, al contrario, asevera que los humanos percibimos la
causalidad (ya que la percepción es causalidad). Además de esta percepción en el modo de
la inmediatez presentacional, Whitehead propone que tenemos una percepción en el modo
de la eficacia causal. Esa es la forma más primitiva de percepción, compartida por todos los
organismos —lo que para él implicaba a todas las entidades naturales, como se describió
antes—, y es un modo más amplio y vago que el otro, pero igual de existente. Una entidad
no necesita "órganos sensoriales" para sentir: toda acción sobre algo involucra una
percepción interna al menos en el modo primitivo de la eficacia causal. Los órganos
sensoriales le convienen a los organismos más grandes, dotándolos con mayores medios
para incorporar sus ambientes. Un ojo captura la luz, una hoja también captura la luz sin las
distinciones finas que el ojo hace posibles, una molécula también captura la luz, pero en un
modo sintiente causal, más primitivo, y reacciona de acuerdo con él, tal como hacen la planta
y el animal. La conciencia es un aspecto de los organismos más complejos, la sintiencia ciega
abunda en el micromundo. Pero esta ceguera no es la nada que plantean los que no son
panpsiquistas.
Nunca estamos totalmente conscientes de las incesantes actividades de nuestros cuerpos:
la mantención de nuestros hígados, las batallas de nuestros leucocitos, etc. Pero las
inmanencias de esas células corporales son sentidas vagamente por la persona,
contribuyendo a un sentido de salud, alegría, melancolía o lo que sea. El cerebro, órgano
dominante del control, canaliza la sintiencia para el beneficio general del organismo,
rehuyendo de enfocarse en la relativamente inesencial actividad celular. Las moléculas
psicodélicas, que traspasan la barrera de la sangre y el cerebro, llevan el caos al cerebro y
dejan pasar la anarquía en su canal habitualmente ordenado. Igual que la integración
ascendente en los alienígenas y exógenos objetos eternos, también se permite la integración
descendente en las subjetividades endógenas de las entidades subordinadas del cuerpo
propio: enmerosis.
Como se dijo, Whitehead ya permite la enmerosis por medio de la percepción en el modo
de la eficacia causal. Como esta percepción es en gran parte suprimida por nuestra forma
superior de percepción (inmediatez presentacional) gracias al funcionamiento cerebral
normal, el colapso físico psicodélico de ese funcionamiento permitirá la emancipación de
esas percepciones causalmente eficaces. Por supuesto, los sentires de estas entidades
subordinadas serán extraños al amplificarse, tal vez explicando en parte la inefabilidad que
William James pone como criterio para el estado místico25. Naturalmente, el tipo de químico
psicodélico y la dosis afectarán enormemente el nivel del colapso cerebral. Una pequeña
dosis no dejará salir a los perros de la guerra.

II.
Integración Lateral

Para el observador externo, los aspectos de la forma y los objetos sensibles son
dominantes… Pero también debemos abrir la posibilidad de que podamos detectar en
nosotros mismos aspectos directos de las mentalidades de organismos superiores. La
afirmación de que la cognición de mentalidades extrañas debe ser necesariamente por
medio de inferencias indirectas a partir de aspectos de forma y objetos sensibles está
completamente desacreditada por esta filosofía del organismo. El principio fundamental
es que todo lo que pase a la actualidad implanta sus aspectos en cada evento individual26.
- A. N. Whitehead

El “problema de las otras mentes” se refiere al problema de saber cómo otras personas y
criaturas tienen sintiencia, dado que solo podemos percibir su comportamiento físico.
Normalmente se responde apelando a la inferencia: sé que me veo y me comporto de cierta
forma, y sé que otros humanos se ven y se comportan similarmente, así que infiero que
aquellos otros tienen también mentes similares. Podemos inferirlo de otras criaturas de
calaña similar a la nuestra: chimpancés, perros, cabras. Pero ¿qué hay de los insectos y las
plantas? No podemos inferirlo por analogía, pero tampoco podemos simplemente asumir
que esos organismos menos parecidos no tienen mente. Para remarcar el punto,
consideremos el caso de Thomas Nagel:

[Si] unas cosas emergieran de una nave espacial sin que sepamos si son máquinas o
seres conscientes, lo que nos preguntamos [si ellos tienen sintiencia] tendría una
respuesta incluso si las cosas fueran tan diferentes de todo lo que conocemos, que

25
The Varieties of Religious Experience, ch. XVIII
26
Science and the Modern World, ch. IX
nunca podríamos descubrirlo. Dependería de si hay algo que sea ser como ellos, no de
si las similitudes conductuales nos garantizan el decirlo27.

Responder afirmando que podríamos saber si una entidad tiene sintiencia revisando si tiene
cerebro sería simplemente posponer la pregunta: ¿cómo sabemos que un cerebro es
requisito para la conciencia? ¿No es esto un antropomorfismo rampante? Gustav Fechner,
fundador de la psicofísica, ilustra el punto con elegancia cuando argumenta sobre la
sintiencia de las plantas:

Si remuevo o destruyo todas las cuerdas de un piano, un violín o un laúd, entonces no


habrá tono en el instrumento… así que obviamente las cuerdas son el medio esencial
para producir los tonos; Son, por decirlo así, los nervios de esos instrumentos… Pero
ahora cuando escucho que la flauta después de todo también produce tonos, a pesar
de mi bello argumento, no puedo ver por qué las plantas no podrían ser capaces de
producir sensaciones subjetivas sin tener nervios. Los animales pueden ser los
instrumentos de cuerda de la sensación, y las plantas los instrumentos de viento28.

Aunque un análisis así del problema de las otras mentes conduce a una sustanciación
posterior del panexperiencialismo requerida para la integración descendente, ¿vamos a
quedar contentos con esta respuesta meramente lógica e inferencial al problema?
Whitehead sostiene en la cita de arriba que la cognición de mentalidades extrañas no
descansa solo en esa inferencia indirecta. La creencia de que esta inferencia es el
entendimiento más alto que podemos adquirir se basa en la asunción de que toda la
percepción es percepción en el modo de la inmediatez presentacional. Cuando aumentamos
esa capacidad con percepción en el modo de la eficacia causal, nuestro entendimiento
conocido se expande.
La prehensión de otra entidad no existe meramente en la relación representación-objeto sino
más bien en la relación parte-todo. La prehensión de otro es la inclusión de ese otro como
parte constituyente de uno mismo. La percepción, como la ingestión, es asimilación. Eres lo
que comes y eres lo que percibes. Como escribe Whitehead, "ningún sujeto individual puede
tener realidad independiente, dado que es una prehensión de aspectos limitados de sujetos
distintos a sí mismo"29.
En nuestro funcionamiento fisiológico estándar, la mezcla de percepción en el modo de
eficacia causal se simboliza por el modo presentacional. Los rayos del sol llegan a nuestros
ojos causalmente, y la línea causal continúa en nuestros nervios, totalmente percibidos; el

27
Nagel, T. Mortal Questions, ch. 13 (Panpsychism)
28
Fechner, G. (1848) Nanna oder Über das Seelenleben der Pflanzen
29
Science and the Modern World, ch. IX
objeto eterno del amarillo y otros ingresan por el modo presentacional, también percibidos.
De aquí que incluso la concepción clásica de la percepción involucra eficacia causal, así que
el sentir está siempre imbuido en todos los qualia sensibles, y como tal la forma común de
la percepción humana es actualmente esta forma mixta de Percepción en el Modo de la
Referencia Simbólica. Las ilusiones ocurren cuando esta mezcla no coincide.
Ahora, si el funcionamiento fisiológico estándar se ve dañado durante la transgresión de
sustancias psicodélicas, el modo simbólico de referencia se arruina. La integración
ascendente ocurre, como se dijo más arriba, especialmente cuando el ambiente es escaso en
datos del sentido común: en ubicaciones oscuras y tranquilas. La integración lateral, al
contrario, ocurre en ambientes brillantes y claros donde los datos entrantes abundan. Ahora,
en vez de abstraer inmediatamente un objeto debido a exigencias prácticas humanas
mediante transmutación —como en el área evolucionada del cerebro y el cuerpo—, esto es,
en vez de referirnos simbólicamente al objeto, el modo de eficacia causal está liberado de
tal atadura simbólica. Ahora el ‘objeto’ es prehendido más física que conceptualmente, por
lo que más del objeto, que tiene una inmanencia sintiente, entra en la constitución del
‘sujeto’, fusionando así la bifurcación sujeto-objeto.
Hay reportes psicodélicos que incluyen esa integración lateral, la forma avanzada de la
vectorización general, como Whitehead llama a la infusión de objetos prehendidos en el
sujeto. Henri Bergson, influencia para Whitehead, llama a esa fusión ‘simpatía’, el aspecto de
la intuición que Bergson contrasta con el intelecto conceptual30. Aldous Huxley hizo uso de
Bergson para explicar su experiencia con mezcalina, y el reporte de Huxley de volverse uno
con las patas de la mesa frente a él es bien conocido31. Las patas de la mesa son agregados
de subjetividades, en tanto no son sistemas autoorganizativos. Tal vez de más interés sea la
integración lateral de subjetividades singulares y más complejas. El autor Paul Devereux
ofrece esta experiencia en LSD:

Encontré a mi consciencia deslizándose adentro de la del narciso. ¡Mientras seguía


estando consciente de estar sentado en una silla, también podía sentir mis pétalos!
Luego, una sensación exquisita cayó sobre mí, y supe que estaba experimentando la
luz que caía en esos pétalos. Era virtualmente orgásmica, el equivalente háptico de un
coro angélico… Una atmósfera mítica colgada en el aire como la más delicada gasa32.

Para la Filosofía del Organismo, toda percepción involucra la integración actual del objeto
en el sujeto, aunque esto siempre está limitado por las consideraciones prácticas del sujeto,

30
Bergson, H. Creative Evolution, ch. Ch. II , p. 176. William James se extiende sobre esta noción en Un
universo pluralista.
31
Huxley, A. The Doors of Perception.
32
Devereaux, P. The Long Trip: A Prehistory of Psychedelia, Introduction, p.27.
consideraciones abstractas que llevaron al supuesto solipsismo del sujeto respecto al objeto.
Pero un análisis whiteheadiano vuelve obsoleto al solipsismo al destacar su premisa
equivocada: que una percepción es distinta de lo percibido. En el modo psicodélico de la
percepción, podemos movernos tan lejos del solipsismo que entramos en el sujeto del objeto.

III.
Integración temporal

Por tanto, en el modo psicodélico de percepción impulsamos nuestra identidad con Pan a
través de nuestro panenteísmo y panexperiencialismo integrado. De este modo tocamos lo
eterno y lo presente, pero ¿qué hay del pasado? El pasado no es actual ni potencial, pero
tampoco es nada. Para Whitehead, todas las actualidades pasan hacia la inmortalidad
objetiva: no son ya subjetividades, pero sus formas mentales y físicas entran en la
composición de entidades actuales y sus nexos, formas de conjunción.
Toda percepción involucra una percepción del pasado, memoria. Pero nuevamente, esos
aspectos habitualmente seleccionados son los que conducen a las practicidades del
organismo. Además, una memoria se inmortaliza como un objeto eterno en el reino empíreo
que es Pan. Así, esos objetos nunca están absolutamente perdidos. Análogo a la
emancipación de la transmutación ofrecida en la integración lateral, el modo psicodélico de
la percepción puede permitir una integración hacia atrás. Esto es parte de la base para los
estudios contemporáneos sobre el valor de la terapia psicodélica33. Así, el consumo de
psicodélicos mejora el acceso a recuerdos distantes, a la inmortalidad objetiva, enfatizando
las palabras de Whitehead:

Lo que se hace en el mundo se transforma en una realidad en el cielo, y la realidad en


el cielo pasa de vuelta al mundo34.

Este cielo es a menudo un infierno, que es la perdición del sufriente y el objeto del terapeuta.
Pan no es omnibenevolente. Así que no es "moralmente necesario asumir la existencia de
Dios", como postuló Kant35, pero es lógicamente necesario asumir objetos eternos que
puedan ser nombrados a partir de un dios menos cristiano. A través de este dios puede
ocurrir la integración retrógrada --también en una extensión inversamente relacionada a la

33
Ver, por ejemplo, Carhart-Harris, R. L. et al. “Psilocybin with psychological support for treatment-resistant
depression: an open-label feasibility study”, The Lancet Psychiatry (Publicado en línea May 17, 2016
http://dx.doi.org/10.1016/S2215- 0366(16)30065-7), o Sessa, B. (2016) “Towards and Integration of
Psychopharmacology and Psychotherapy: Using Psychedelic Drug-Assisted Psychotherapy”. Psychedelic
Press Journal. Volumen 15. Psychedelic Press, UK.
34
Whitehead, A. N. Process and Reality, Pt. V, ch. II, §VII, p. 351 [532]
35
Critique of Practical Reason, book 2,§1-2
practicidad-- como uno de los primeros comentadores ingleses de Kant, Thomas de
Quincey, relató sobre una experiencia inducida por opio:

Los más mínimos incidentes de la infancia, o escenas olvidadas de los últimos años, se
revivían a menudo… ubicadas como si estuvieran frente a mí, en sueños como
intuiciones, y vestidas por todas sus circunstancias evanescentes y sentimientos
acompañantes, las reconocí instantáneamente. … Me sentí seguro de que no hay algo
así como olvidar; los rastros una vez impresos en la memoria son indestructibles36.

Tenemos entonces integración vertical, horizontal y retrógrada en la experiencia psicodélica.


La pregunta concerniente a la integración anticipante queda pendiente: previsión actual. En
la Filosofía del Organismo esto no es posible, en tanto el futuro no está determinado y
entonces no existe enteramente. La creatividad prepara el avance del universo, con su libre
teleología de entidades: de este modo, el futuro no existe aún, no está creado aún. Por lo
tanto, no puede preverse. Sin embargo, en la integración ascendente, pueden
experimentarse objetos eternos que de otro modo harían su ingresión normal en épocas
futuras, incluyendo épocas no electromagnéticas. Entonces, puede hacerse manifiesta una
leve anticipación de mentalidades potenciales, aunque no una anticipación de eventos
actuales.

Resumen

El modo psicodélico de percepción permite una integración tridimensional de la experiencia:


la dimensión vertical ascendente hacia el Pan primordial y descendente a las piezas primitivas
endógenas de percepción, entendidas a través del panexperiencialismo. La dimensión lateral
es aquella mediante la cual podemos integrarnos lateralmente en las otras entidades
exógenas que constituyen nuestro ambiente. La dimensión temporal puede empujarnos de
forma retrógrada a recuerdos que de otro modo se hubieran perdido, y fragmentariamente
de forma anticipante como atisbos de tipos futuro de sintiencia. Estas dimensiones ofrecen
un panóptico de Pan, siendo Él mismo la naturaleza: experiencias de la naturaleza de otro
modo enmascaradas por nuestras necesidades prácticas. La percepción psicodélica es la
esencia de la gran experiencia, el objeto final de la filosofía misma:

La esencia de la gran experiencia es la penetración en lo desconocido, en lo no


experimentado […] Si quieres ponerlo así, la filosofía es mística. Pues el misticismo es
visión directa en las profundidades aún inauditas. Pero el propósito de la filosofía es

36
de Quincey, T. Confessions of an English Opium Eater, pp.236–238.
racionalizar el misticismo: no con una explicación, sino mediante la introducción de
nuevas caracterizaciones verbales racionalmente coordinadas37.

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resistant

depression: an open-label feasibility study, The Lancet Psychiatry (published online May 17,

37
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2016 http://dx.doi.org/10.1016/S2215-0366(16)30065-7).

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