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Loca de Poder
Loca de Poder
Poder
Dolores A Cuestas
Copyright © 2022
Todos los derechos
reservados.
ISBN:
Dedicada con el más inmenso
amor y el mayor de los
respetos
a las grandes víctimas del
actual regimen terrorista en
Nicaragua:
¡Las madres de los centenares de asesinados!
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
PREFACIO
EL MANDATO
LA MALDAD NO TIENE GÉNERO
“LIBRE” ADMISIÓN DE HECHOS Y ABJURACIÓN”
ACROSTICO
LA DIOSA CAÍDA
AMARGAS NUEVAS
ACTOR DE
PACOTILLA DOLCE
VITA INDIECITO
JUAN VIAJE A
NICARAGUA
NARCOPARAÍSO BELICEÑO
¿FÁBRICA DE
FANÁTICOS? UNA
SUBLIME UCRANIANA
VIAJE A PUEBLA
DE GIGOLO A
TESTAFERRO BUENOS
MUCHACHOS
EL GORDO ALCIBIADES
BOCHORNO EN LA
SALA
UNA CHAVALA ALBOROTADA
(TESTIMONIO) CARNE CELESTE
NICARAGUA EN BANDEJA
AMOR ILEGAL
DINERO Y
REVUELTAS
MENSAJERA APOCALIPTICA
MALA HIERBA
PSICOPATA A TODOS LOS EFECTOS
GAVIOTA DE ALAS TRUNCADAS
¡LA BESTIA! (Tekuani Iliukatl)
EL SELLO DE LA BESTIA
«666» DHARMA,
MISTICISMO LIGHT
SECRETOS PERVERSOS
EL «PARA» ARREPENTIDO
LA MALDICIÓN DEL
“MANDADO” NICARAGUA EN
DUELO
ANEXOS: CUENTOS, PURITOS CUENTOS…
ANEXO 01: JULIO CESAR, GENERAL DE PASARELA
ANEXO 02: LOS LARGOS CUCHILLOS DEL
ORTEGUISMO ANEXO 03: ELEA Y SU CALVARIO
ANEXO 04: LIQUIDAR A LA IGLESIA
ANEXO 05: El verdugo
ANEXO 06: UN DANTESCO MECENAS
ANEXO 07: SONIA CASTRO, LA
MALQUERIDA. ANEXO 08: LA CONEXIÓN
RUSA
ANEXO 09: «CHAPAMON», UN VAGO CON SUERTE.
ANEXO 10: CASUS BELLI
ANEXO 11: «W.N.M» –
VOMITIVO ANEXO 12:
DESPECHO
ANEXO 13: DE MEHMET A J.C.
ANEXO 14: HIENA Y CHACAL
ANEXO 15: ASALTANTE Y
ACOSADOR ANEXO 16:
NARCODOLARES
ANEXO 17: NEGROS AUGURIOS
ANEXO 18: PASMOSA MALDAD
ANEXO 19: MANUAL DEL FANÁTICO
ORTEGUISTA ANEXO 20: SOLDADOS DE LA
“PAZ” ORTEGUISTA ANEXO 21: TERNURA
POLICIAL
ANEXO 22: TOMA DE 100 % NOTICIAS Y PERFIDA TRAICIÓN
ANEXO 23: INFAMIA
ANEXO 24: ALEXIS ¿ALCALDE HONORARIO?aquí
ANEXO 25: LAS PIOJAS
ANEXO 26: MORBO Y
COMPASIÓN ANEXO 27: PODER
Y PASION GLOSARIO
“¿Cuando finalizará la injusticia?
Cuando aquellos que no son víctimas,
sientan tanta indignación como quienes lo
son”
Solón, filósofo griego.
INTRODUCCIÓN
Confundido entre los variopintos calificativos que elrepudio popular
impone a la despiadada usurpadora del poder en Nicaragua, está el
de bruja o sacerdotisa del mal.
Aunque tomado con hilaridad o como parte de una pintoresca
expresión de sarcasmo hacia el despótico personaje, resulta que la
decidida aplicación a nivel de política de estado de diversas doctrinas
pseudo místicas, sobrepasa cualquier antecedente conocido, por lo
que, tomando en cuenta el aplastante poder y criminal actuar de los
personeros que las profesan, sus consecuencias resultan ser trágicas.
Admiradora declarada de Hitler - para quien asesinar judíos era
más importante que ganar la guerra – y con evidentes
manifestaciones psicopatológicas, esta precursora de una
desquiciada realeza teocrática tiene como objetivo supremo de vida,
complacer a sus múltiples dioses con la sangre y el dolor de sus
fabricados enemigos, sin importarle para nada los insondables
abismos de miseria y desesperanza a los que lanza a un pueblo
entero.
PREFACIO
Aunque el carnaval de su ya dilatada existencia ha estado lleno de
farsas y mascaradas, Coatlicue es quizás el másdestacado de los
personajes que habitan en el delirante y sórdido mundo de la mujer
que, látigo en mano, se ha hecho un espacio, un negro, trágico,
sanguinolento, pero indiscutible espacio en la enrevesada historia
nicaragüense.
Más que una exposición de sus reconocidos desmanes, su célebre
despotismo, extremo cinismo, apabullante crueldad y demencial
obsesión por el poder, el presente es un esfuerzo por desentrañar
parte de su sórdida naturaleza desde una perspectiva un tanto
privilegiada: la de alguien que literalmente, conoció las tortuosas
entrañas del monstruo a la vez que, tal y como honradamente
admite, disfrutó largamentede sus mieles.
Tamaña osadía resulta pretender escribir sobre un país prodigo en
poetas y escritores. No obstante, al humano temor al ridículo, se
superpone el instintivo afán de, bien, mal omediocremente, dar
palabras al dolor.
Lejos está este escrito de ser un dechado de brillantes expresiones
literarias o el de distinguirse por su pulcra redacción y coherencia
cronológica de los acontecimientos.
Considérese nomás, como el sincero esfuerzo de alguien que sin
mayores luces ni pretensiones y bajo la norma de decir poco ysugerir
mucho, trata de describir lo más fidedignamente posible, una serie
de hechos que le tocó vivir, directamente relacionados con un
deplorable personaje, cuya afición evolucionó, desde lo que era una
patética mezcla de desbordadas noches de bohemia con delirante
misticismo de oropel, a lo que es hoy, una mesiánica y letal obsesión
por elpoder.
Su concepción de Diosa Reptiliana, su antisemitismo
fundamentalista así como un visceral odio al cristianismo, sus
semiocultas inclinaciones (cuya auto represión podría ser causa de su
psicopatía y comportamiento antisocial extremo), el posicionamiento
de un chamanismo de rasgos vuduistas con rango institucional, el
continuo terror a la furia de sus dioses, su riesgosa
«putinofilia», la masiva implantación de tlachihiuas en centenares
de iglesias además de reveladores diálogos, subrepticiamente
captados y que ponen de manifiesto la increíble bajeza moral de los
operadores del poder en Nicaragua, resultan aquí expuestos por
alguien que, hondamente consternado por las masacres y el
terrorismo estatal ahí acaeciendo, sintió la imperiosa necesidad
moral de escribir lo mucho o poco que sabe, sobre esta exponente del
sadismo militante.
Definida como la obtención de placer ante el sufrimiento ajeno, la
crueldad forma parte de esa larga historia de inhumanidad del
hombre.
Desde Falaris, tirano de Sicilia en el siglo VI a. c. quien,
acomodado en su asedada poltrona, deleitaba sus atardeceres oyendo
los bramidos de dolor que salían de la boca de un toro de bronce
sometido a una inmensa hoguera y en cuyo interior asaba hasta la
muerte a sus desventuradas víctimas, hasta Vlad el Empalador de
Rumania, por mencionardos de mil, la humanidad ha sabido de toda
una siniestra caterva de hombres y mujeres, liados en una verdadera
competencia por llevarse el infame título del más cruel.
Aunque el personaje que nos trae, “Coatlicue”, arrastra
documentadas psicopatologías que van, desde esquizofrenia
paranoíde aguda, hasta una marcada disfunción del sistema límbico
y del lóbulo frontal cerebral, sin dejar de mencionar su evidente
sindrome de Procusto (diagnostico clínico, septiembre 1995,
sanatorio El Carmen, Tlahuac, CDMX), la verdad es que las
explicaciones sobre la más íntima naturaleza psíquica de estos
desquiciados personajes, conforman toda una maraña de conjeturas
psicoanalíticas que van, desde una imperiosa necesidad de venganza
y máxima humillación haciaquien los contrarió, hasta pulsiones
sexuales extremas que, refrenadas, encuentran su expresión de
placer en el dolor experimentado por aquellos que juzga, atentan
contra su esencia vital: ego y poder.
Casi siempre, quien blande el látigo de la crueldad encontrará
sesudos argumentos para justificar sus atrocidades, creará sus
propias y elaboradas fantasías, siendoa la vez, implacable contra
todo aquel que intente romper su burbuja de irrealidad. En esta
aberrante empresa contará siempre con el entusiasta apoyo de sus
aplicados sirvientes. Todos ellos, en feroz lucha por acceder al magno
estatus de Primer Servil y, por supuesto, cuidando siempre de no
caer bajo el funesto foco de la paranoia de sus crueles amos a
quienes,
con decidida y perruna fidelidad, ceden el control férreo y absoluto
de todos sus ámbitos de vida, pensamiento ypalabra incluidos.
Cual Jiang Qing o Madame Mao versión tropical, los métodos de
expresar y proteger su cuasi divino derecho al trono de esta corrupta
y despiadada versión femenina de Calígula, oscilan sin escrúpulo
alguno entre el sutil oportunismo y lo sangriento, brutal.
Poseedora de un cinismo extremo e inédito, así como de un
rampante autoritarismo, Coatlicue ha demostrado ser capaz de crear,
en perfecta sintonía, lo mismo un conmovedor poema que una
pulcramente organizada masacre para luego, como colofón y
perverso presente a los que logran sobrevivir, inventar los más
infames libelos acusatorios que llenarán de inocentes las cárceles del
país.
Todo lo anterior, aunado a esa su alucinante capacidad de
transmutar de una imagen de horrenda bruja atiborrada de anillos,
vociferando conjuros y prometiendo horca cuando no cuchillos a sus
odiados enemigos, a una cuasi virginal mensajera de paz y amor, la
lleva a ser considerada sin duda alguna, como uno de los más
nefastos personajes de la historia nicaragüense. Posición esta, nadie
puede negar, ganada a punta de una fría, eficiente y por si cabe duda,
bien documentada crueldad.
Es el presente relato pues, una desencarnada exposición de
vilezas, pero también, de conmovedoras muestras de nobleza y
heroísmo por parte de quienes lo dieron todo en la ingenua y
quijotesca empresa de creer que únicamente armados de consignas
clamando justicia y libertad, iban a poder enfrentar al venenoso
aguijón de un furioso y experimentado escorpión.
Por un lado, están los que osaron gritar contra lamediocridad, la
alienación y el despotismo. Por el otro, la criminal reacción de una
bestia decadente y herida, resistiéndose a morir
EL MANDATO
“Oh Coatlicue, diosa de dioses, hija de Quetzalcoatl, mantén su fuego
siempre encendido y blande sin piedad el mazo de tu hijo
Huitzilopochtli.
Oh Coatlicue, aplasta, has llorar, cruje sin piedad los huesos de los
Yaotls Okuili (gusanos enemigos) que profanaron a tus 21 hijos
serpientes, los sagrados Coatls”.
Chamán Maximiliano Chiquilistá // Ritual de desagravio a los
21 Dioses Coatls. Laguna de Nejapa, Managua, domingo 27 de
mayo del 2018.
Los 21 Dioses serpientes (Coatls), están representados en los 21 semicírculos de las
decenas de arbolatas o Chayopalos, erigidos en Managua, (Nicaragua) como culto público al
miembro fálico de Tlacatecolotl (Demonio en Nahualt)
ABJURACIÓN”
Rosario de
virtudes 0gullo de
la nación Sencilla
mujer amable
Audaz y amigable
Radiante luz del
sol Incansable
luchadora
Orquídea linda y vencedora
UN ENCANTADOR PUTIN
Le estreché la mano en el 2010
¡Es la viva encarnación del vikingo Vladimiro !
En el convive armoniosamente Pedro el Grande y el maestro Rasputín; el guerrero y el místico.
Posee la misma energía telúrica de Chavez.
Hoy no hace más que darle una lección a Ucrania, la hija descarriada, azuzada por la corrupta
Europa. Coatlicue, 17 de marzo 2022 // Msj a Delcy R . /Venezuela.
EMIGRANTES
¡Por favor! ¡Por favor!
Estoy cansada de oírlo y de leerlo.
“Mil, cien mil y más que se irán... ¿Y qué?, ¿cual es el problema?
Son la basura, la pus, las ratas traidoras, la gusanera la llamaba Fidel… ¡Adelante! ¡Adelante!
Seremos menos, pero mejores. Y más limpia la patria, nuestra Nicaragüa bendita y siempre
libre.
Coatlicue, reunión partidaria, 04 de diciembre 2021 Secretaría
FSLN, El Carmen, Managua
LA DOCTRINA DEL TERROR
“La existencia, en su sentido más profundo, es una eterna lucha, un
permanente, triunfar o caer, matar o morir.
La historia demuestra que no hay evolución espiritual ni social
espontanea. Las masas son volubles, ignorantes y reacias al
cambio, por lo que el autentico líder debe ser firme y decidido a la
hora de blandir la espada contra los enemigos de la luz.
El “verdadero iniciado”, con sus miras siempre más allá, no debe temer
infundir terror. En la naturaleza el terror es disuasivo y un esencial
mecanismo de defensa. El león ruge para advertir a las hienas.
Hans Lee Santos - Gurú de Coatlicue / México 1985
¿Pateando el
closet?
“Regrésame Laura tus pechos firmes, garridos, dispuestos, al placer
salvaje, a la ternura siempre dispuestos.
Regrésame Laura tu risa burlona y tus caricias, esas que
estremecían hasta mis huesos.
La ausencia de tus besos, tu carne, tu ser todo, que un día tuve y
ahora ya no tengo, llenan de amargura mis días y mis noches”.
Laura, mi gitana, ven y llevame lejos de esta miseria, esta miseria
que es mi vida si tí”.
Diario de Coatlicue, Managua / junio 1969
“Gypsy mía, fuiste mi abrigo en Nantes, mi sol en el invierno de
Brujas y mi brisa fresca y alegre en Malaga.
Hoy eres mi desolada sombra arrastrándose con desgano, bajo el
ardiente sol de Managua.
Diario de Coatlicue,
agosto 1969 Gypsy: Gitana
en lengua catalana.
Laura: Gitana que una adolescente Coatlicue conoció durante su
estancia en Europa a mediados de los años 60s. Según algunos
psiquiatras, esta relación y su traumática separación, al regreso de
Coatlicue a Nicaragua, podrían sumar a las causas de su desvaríos.
“Las emociones inexpresadas, los deseos atados, nunca mueren, son
enterrados vivos, pudiendo resurgir luego, de la peor manera”.
Sigmund Freud – Padre del psicoanalisis.
LA DIOSA
CAÍDA
Cierta noche de mayo o quizás junio de 1994, Sofía, mi querida
amiga nicaragüense, me llamó anunciándome queCoatlicue se
encontraba al borde del colapso y que urgía de atención médica
inmediata. Supuse de inmediato que, tal y como en otras ocasiones,
la crisis se debía a una sobredosis de drogas.
Motivado más por mi aprecio a Sofía que por las circunstancias
que su despótica y adicta «compañera,» atravesaba, salí presuroso
hacia un domicilio ubicado en la delegación Álvaro Obregón del
Distrito Federal, CDMX. En al trayecto, no podía dejar de pensar en
que aquel repudiable personaje, cuya suerte me era indiferente,
había sido, para bien o para mal, de enorme relevancia en mi vida.
Recordé cómo, de su mano, cumpliendo mi papel de efímero amante,
remonté mi estatus de timador de poca monta y «gigolo» en
decadencia, a mafioso de alta gama y con ribetes internacionales.
Hecho que también me daría la invaluable oportunidad de conocer a
los más disímiles personajes: desdediáfanos y honestos idealistas,
hasta siniestros y despreciables
«revolucionarios de pantomima», como ella.
Una tarde, a finales de febrero de 1987, durante una reunión con Zorrillo y
el abogado Bodego en la oficina de las ONGs de maletín (la misma tarde
que supe la noticia de la captura e inmediata extradición a USA de Carlos
Lehder), aparece imprevistamente Sofía, quien me pide unos minutos para
que hablemos.
Alterada y con los ojos llorosos, me pregunta si conozco donde queda
Tehuacán.
—¿Tehuacán? Claro que sé, ¿qué pasa? —le pregunté.
Me dijo que una amiga de ella, en compañía de dos jóvenes mujeres más
que venían desde Nicaragua e iban hacia Estados Unidos, habían entrado
ilegalmente a México por Tapachula, frontera sur y que luego, habían sido
robadas por policías mexicanos. Se encontraban presas, sin dinero y sin
documentos en la delegación policial de Tehuacán, Estado de Puebla.
En breves minutos concluí con Zorrillo, quien amablemente accedió a mi
solicitud de facilitarme su amplio y veloz Ford Mustang 84 con el que
inmediatamente, partí con Sofía hacia Tehuacán, la llamada cuna del maíz
mexicano.
Dos o tres horas después, estabamos estacionandonos frente a la
delegación policial donde un panzón y empistolado policía de oscuros
anteojos, custodiaba la puerta. Al vernos, rápidamente intuyó lo que nos
traía a ese lugar, pasando a ensayar en su desconfiado rostro, una mueca de
sonrisa que dejaba ver varias ventanas en su dentadura.
—Andan por lo de las chamacas, ¿verdad? —preguntó.
De inmediato y sin esperar respuesta de nuestra parte, empezó a gritar:
—¡Gonzaleees, hey Gonzaleees…!
Con un sonoro «¿Qué pasó?» por respuesta, el susodicho Gonzales,
apareció: Altas botas de cuero, pantalón vaquero, sombrero, camisa a
cuadros y una innegable cara de aguardentoso y malhumorado mafioso. Era
el «comandante»
encargado de la delegación quien parecía tener prisa por salir. Al cuestionar
y enterarse a gritos de la razón de nuestra presencia ahí, llamó al panzón
agente aparte y cuchicheó brevemente con él. Luego, este último nos
conminó a entrar a la delegación.
Ahí, en una pequeña sala estaban las tres mujeres: demacradas, agotadas
y detenidas por indocumentadas. Haciendo un ridículo alarde de
formalismo, Santiago, que así se llamaba el policía de marras, nos impidió
acercarnos o siquiera hablar con las detenidas.
—No le gusta al jefe— Fue su escueta justificación.
Seguidamente, nos llevó a una oficina donde había un plato con restos de
comida sobre el escritorio, evidencia de la prisa que tenía por salir, el
mentado comandante Gonzales.
Después de acomodarse en la silla del jefe, clarear la garganta y tratar de
inventarse una seriedad que no le quedaba ni a leguas, comenzó con el
mismo guión policial de siempre: hacer ver la supuesta gravedad del delito,
lo largo y tedioso que resultan los trámites oficiales para finalmente
concluir, que lo mejor era una negociación justa para todos. Negociación
cuyo punto toral fue por supuesto, la jugosa mordida y la consabida
advertencia:
—«Boca de cera manito».
Después de pagar, las tres mujeres fueron liberadas sin mayor trámite.
Emocionadas y llorando se abrazaron, pidiendo salir de inmediato de aquel
lúgubre lugar. Habían sido asaltadas y amenazadas por policías de Oaxaca
quienes, por fortuna, las abandonaron con sólo lo que llevaban puesto, pero
sin mayor daño, en una carretera rural donde un camionero de buen
corazón, que iba rumbo a Tehuacán, las auxilió y las dejó frente a la
delegación policial local, donde fueron retenidas. A las malas, habían
aprendido, que en México, los delincuentes también usan uniforme y placas
en el pecho.
La mayor se llamaba Verónica Castillo, médica pediatra de 32 años y dos
jovencitas, Rocío y Argentina, de 17 y 18 años respectivamente. Las tres
habían salido doce días antes de Nicaragua, con escaso dinero y muchas
esperanzas de dejar atrás la guerra y la escasez de su país, en bus, camión y
a ratos a pie. Su destino era Miami. Más relajadas y confiando de que lo
malo ya había pasado,
ante mi insistencia, aceptarían parar en una tienda, comprar un poco de ropa
y luego comer, después de días de apenas hacerlo.
Era casi media noche cuando llegamos a Ciudad de México, por lo que
decidimos buscar un hotel para pasar la noche. Las cuatro mujeres se
acomodaron en una sola gran habitación de la cual, por cierto, fui echado
sin mayores miramientos.
A la mañana siguiente, las pasé a recoger para llevarlas al apartamento
de Sofía, donde se acomodarían. No tenían ningún tipo de documento de
identidad, lo cual, les representaba un gran inconveniente. Ahora bien, el
tener continuos contactos con la embajada nicaragüense en México, debería
haber supuesto para Sofía, las mayores facilidades a fin de asistir a sus
compatriotas en la recuperación de sus documentos oficiales.
¡Nada más alejado de la realidad!
En el autoritario pensamiento de la dirigencia política nicaragüense de
entonces, abandonar el país en búsqueda del denominado sueño americano,
era una deleznable traición. No importaba el hambre, el miedo, las penurias
y los sueños de un futuro mejor, el que se iba del país a buscar el
«decadente y vicioso mundo capitalista» era un traidor y debía ser tratado
como tal. Así que ni pensar en ir a buscar ayuda a la embajada de marras.
La contradicción era, por decirlo con educación, indignante.
Coatlicue, por doquier que iba, se daba una vida de excéntrica celebridad
y sus amantes, yo incluido, de acaudalados señoritos. En varias ocasiones
acompañé a Sofía a hacer grandes pagos a empresas que semanalmente
suministraban desde uvas californianas hasta jamones serranos traídos de
España, pasando por decenas de botellas de las francesas Eau Naturel et
Gazeuse Perrier, desde shampoo para perros, hasta electrodomésticos de
los más modernos y lujosos. Todo eso salía directamente desde México a la
residencia presidencial en Managua.
En Nicaragua, la cúpula política sandinista, tenía tiendas exclusivas y
vehículos de lujo, fuera de su país derrochaban sin límites. Eran dos
mundos que no podían ser más contrastantes: por un lado, lujos y bacanales,
por el otro, guerra, muerte, dolor, hambre y separaciones forzadas. Con todo
eso, ¿qué autoridad moral tendrían para condenar a personas que no hacían
más que
ejercer su derecho a buscar la felicidad donde, equivocadamente o no,
creían poder encontrarla?
Con la inestimable ayuda de Alcibíades, mi talentoso amigo falsificador,
en menos de 24 horas ya contábamos con tres identificaciones chuecas,
pero de gran calidad litográfica que comprobaban, que nuestras lindas
migrantes, eran más mexicanas que el mismo Cantinflas.
Todo estaba listo, solo faltaba que re emprendieran su camino hacia el
norte, por lo que me encaminé a entregarles sus documentos y despedirme
de ellas.
Llegando al apartamento de Sofía, encuentro a las cuatro mujeres
acompañadas de una quinta fémina, delgada, tez blanca, mirar amable, de
lentes y de unos 30 años. Sofía se adelantó a presentármela:
—Se llama Ernesta Nieves Gómez es medico pediatra en un hospital
infantil.
—¿De dónde eres? —le pregunté.
—De Mérida, Yucatán —respondió.
Queriendo terminar pronto el cometido, procedí a entregar rápidamente
los carnés respectivos y a desearles, el mejor de los viajes. Al oír aquello,
todas saltaron en el acto:
—Qué, ¿cómo piensas que llegaremos solas hasta la frontera?
—¿Serías capaz de dejarnos ir solas Jorge? ¡Qué barbaridad!
—¡Tienen razón ellas, eres un bárbaro Jorge! —agregó oficiosamente
Sofía. Comprendí que era un tamaño lío en el que me había metido.
Partir de ciudad de México hacia la frontera y luego volver, yendo solo,
era cosa de dos días, pero ir con cinco mujeres, por favor, eso era cosa de al
menos tres o cuatro días, ¡imposible!
No sabría decir específicamente si fue la cara de desamparo y los ojos
llorosos de las tres mujeres o la desaprobación tajante de Sofía lo que me
doblegó para que finalmente accediera a trasladarlas a la frontera,
específicamente a Matamoros (Tamaulipas), de donde cruzarían
directamente a Brownsville (Texas). Ahí sus familiares las estarían
esperando. Era viernes por la tarde, así que quedamos en salir el domingo
por la mañana.
Así fue, el domingo a las siete de la mañana, estaba estacionando al pie
del edificio de los apartamentos donde vivía Sofía, una amplia Dodge
Caravan 84.
Subí rápidamente los escalones, encontrándolas a todas, listas para partir.
Pronto me di cuenta de que Verónica, médica igual que Ernesta, no cruzaría
la frontera, ya que había decidido atender la sugerencia de esta, de
introducir una solicitud de trabajo en una clínica adscrita a una parroquia
católica local, donde no eran tan estrictos con los requisitos de índole
migratoria.
Por fin partimos. Adelante de copiloto, se sentó Verónica, las dos
jóvenes, Rocío y Argentina iban detrás de nosotros, mientras que Sofía y
Ernesta, se ubicaron en los últimos asientos. Verónica, de poco hablar al
inicio, empezó a inquirir sobre los admirables monumentos y antiguos
edificios que encontrábamos a medida que atravesábamos la inmensa urbe,
la antigua Tenochtitlan. Luego, al tomar la autopista y enfrentándome un
tanto a la monotonía del paisaje, le pregunté por su vida en Nicaragua. Me
dijo que provenía de Ocotal, un pueblo al norte de su país, que había
estudiado medicina en la Universidad de San Carlos (Guatemala), donde se
graduó en 1979, a los 24 años, regresando a su casa, en la entonces,
políticamente agitada Nicaragua.
La madre de Verónica, Juanita López Ortez, era una conocida costurera y
su padre, Jacobo Castillo Zeledón, un próspero cafetalero y ganadero,
hermano de un abogado y juez del gobierno de Somoza, derrocado en julio
de 1979 por la revolución sandinista. Tal parentesco, implicó la desgracia
del laborioso Jacobo, quien fue totalmente despojado de sus bienes, por el
auto denominado gobierno revolucionario a inicios de 1980, situación esa,
que no solo lo llevaría a la ruina económica sino también, a un profundo
deterioro físico y mental que desembocaría en su muerte a finales de 1984.
Verónica por su parte, se casó en 1982, con el también médico Felipe
Gonzales Portillo, guatemalteco, quien pereciera en un accidente de tránsito
el 14 de agosto de 1984 en Tegucigalpa, Honduras, donde ambos planeaban
instalar una modesta clínica. Certificando que las desgracias no vienen
solas, exactamente un mes después de la muerte de su esposo, fallece don
Jacobo, el padre de Verónica.
Esas dramáticas cadenas de tragedias habían sumido a Doña Juanita,
Verónica y a su hermana menor, Hortensia, en un hondo abatimiento. Con
resignación y remarcable estoicismo, aquellas mujeres luchaban por salir
adelante en un medio injustamente hostil y plagado de vicisitudes
económicas. Mercedes, la hija de Verónica, nacida en octubre de 1983, era
su única alegría, el pilar donde apoyaba sus ilusiones y esperanzas. Al
emigrar Verónica, la niña de apenas 3 años, se había quedado al cuidado de
su madre y hermana. Precisamente, una de las razones que terminó de
convencerla para quedarse en México, era porque percibía más factible y
rápido, reunirse con su hija en este país, que hacerlo en Miami.
Poco a poco devorábamos kilómetros; Perales, Emmanuel, Napoleón o
los Bee Gees, se sucedían en la radio del vehículo provocando algún
emocionado tarareo de mi parte mientras atrás, las dos chamaquillas, Rocío
y Argentina, movían la cabeza de un lado a otro, desaprobando mi
desafinada voz y preguntando con sarcasmo si por algún lugar de México,
«habría música buena, música que no fuera para ancianos…»
más atrás del vehículo, Sofía y Ernesta, siempre ajenas, conversaban en
voz baja.
Verónica me comentaba que en su familia, había existido toda una
tradición musical, que su padre tocaba el violín, su tío el ex juez, era un
virtuoso con el acordeón y en su adolescencia, ella misma, guitarra en mano
y acompañada de una prima, que era una reconocida cantante nicaragüense,
tocaban en veladas colegiales.
—¿Tocás en verdad la guitarra? —pregunté.
—Algo así — Me respondió, con una modestia que decía mucho.
—Oye mano, ¿es que en México no se desayuna los domingos? —
preguntó en voz alta y simulando la voz, con un artificial deje mexicano
una de las chiquillas.
Mientras la otra le respondía:
—No sé pinche güey, no sé…
Hecho que provocó una sonora carcajada de mi parte y una severa
mirada de reprensión de Verónica hacia ellas. Poco después, nos desviamos
un poco y paramos en una fonda de Santiago de Querétaro para desayunar.
Terminando de comer, las mujeres se quedaron viendo algunas artesanías
y comprando golosinas, mientras yo me dirigí al vehículo al cual llegó
después Verónica. A lo largo, se veía Ernesta, tomando fotos a unos árboles
mientras
Sofía, caminando sigilosamente la sorprende por la espalda, la abraza y le
comparte un chocolate.
—¡Qué felices son! —comentó Verónica—, espero que esta vez le vaya
bien a mi amiga —agregó.
—,¿Esta vez? ¿Cómo es eso? —pregunté intrigado.
—Ernesta es su nueva pareja, ¿no lo sabes?
Me dijo sin mayor preambulo, dejándome sorprendido.
¿No me digas que son lesbianas? —respondí.
—¡Pues lo son!, ¿algún problema? —Fue su escueta y retadora respuesta.
¡No lo creo!, ¿cómo es posible? —pregunté.
Viéndolas a lo largo, todavía incrédulo, movía mi cabeza de un lado a
otro.
Percibiendo mi cara de estupefacción, Verónica me dijo irónicamente:
—Oh disculpa, no sabía que eso te afectaría tanto.
No sabía nada, ¿no entiendo por qué no me lo dijo antes? Le respondí.
—¿Tenía acaso obligación de hacerlo? —añadió—. Además, quizás
pensó que eras un troglodita. —¿Troglo qué? —le pregunté extrañado.
Ella, siguiendo su inclemente carga continuó:
—Se deletrea así: Te, erre, o, ge, ele, o, de, i, te, a…Tro… glo… di… ta
— Simulando mientras lo decía, una curiosa mueca simiesca en su cara, a la
vez que con la boca emitía el gutural sonido de nuestros ancestrales
parientes primates…
Un tanto incómodo por todo, puse cara de pocos amigos y las apuré a
todas, para retomar la carretera. Conducía en silencio y ensimismado.
Al poco tiempo, de pronto y sin razón alguna, se me vino a la mente la
figura de aquella provocadora mujer y sus muecas simiescas, las cuales,
esta vez, me causaban alguna gracia. La verdad, además de cierto brillo en
sus ojos cuando rió, burlándose y provocando, pude ver unos llamativos
camanances en sus mejillas. Eso sin mencionar su melodiosa voz y nívea
piel, que contrastaba con su largo y negro pelo.
Después de todo, me dije, la situación no era tan mala, así que volví
nuevamente a poner la radio, dejando que la magia de la música, animara
nuevamente el largo viaje.
Por fin, alrededor de las cuatro de la tarde, llegamos a Ciudad Victoria.
Ya estábamos en Tamaulipas, habían sido hasta ahora, casi nueve horas de
viaje y toda la tripulación femenina, dormía.
Junto a un parador o restaurante donde nos detuvimos a comer, logré ver
una pequeña tienda con el rótulo “Instrumentos Musicales”, por lo que
recordando la guitarrera afición de Verónica, en el interín entre pedir y que
llevaran la comida, decidí salir para ir a la mencionada tienda. Entre
acordeones, trompetas y guitarrones de mariachis, destacaba una pequeña
guitarra. De hecho, era la única que había en el lugar. La compré y me fui a
entregársela como presente a Verónica.
En medio de la algarabía de las chicas animándola a tocar y después de
tomarse unos breves minutos para afinarla, en un acto inolvidable, Verónica
cantó y tocó en aquel restaurante el tema, “La guerra de los niños” del
brasileño Roberto Carlos y a continuación, “Imagine” de John Lennon.
Esta última, con una impecable dicción inglesa, seguiría, según recuerdo
“Julián el organillero” de Carlos Mejía Godoy y finalmente, a petición de
unos comensales ahí presentes, “La Malagueña”.
Aquello fue todo un espectáculo, Verónica era realmente, una virtuosa
del canto y la guitarra y más aún, las melodías escogidas, decían mucho de
sus motivaciones humanas.
Debíamos reanudar el viaje el cual, a partir de ahí, se convertiría en una
exquisita degustación de música, anécdotas personales, despedidas de las
chicas en la frontera y por mi parte, un personal deseo de inmiscuirme en
los planes de vida de aquella preciosa mujer nicaragüense.
Poco a poco sentía que un viejo conocido, un travieso gusanito, capaz de
brindar las más grandes dichas pero también, los mayores dolores,
empezaba a tocar algunas puertas de mi pecho, puertas que al parecer,
hostigoso como pocos, también empezó a tocar en el pecho de mi recién
descubierta guitarrista quien, después de meses de flores y serenatas de mi
parte así como de una docena de desplantes por parte de ella, terminaría
para mi dicha, casándose conmigo ell miércoles 6 de enero de 1988, mero
día de Reyes, en la pequeña
parroquia del Santo Niño de la Paz, en la Calle Praga de la Colonia Juárez,
en el Distrito Federal.
Con ayuda de Ernesta y una que otra mordida para apurar la cosa en
Cancillería, Verónica logró la homologación de sus títulos universitarios,
pudiendo colocarse como médica asistente en una conocida clínica para
niños, ubicada en la delegación Miguel Hidalgo.
Unos meses después (mayo 1988), viajamos a Tegucigalpa (Honduras), a
buscar a su pequeña Mercedes, quien había sido llevada hasta ahí por
Hortensia, la hermana de Verónica.
Yo que había sido testigo de su diario penar por la hija dejada atrás, no
podía sino admirar solazado, su inmensa felicidad al poder abrazar por
primera vez en casi dos años, a aquella, adorada y hermosa niña, de ricitos
de oro. Esa misma tarde partimos los tres hacia Ciudad de México.
DINERO Y REVUELTAS
TENEBROSA OBSESIÓN
Volviendo al hilo, en relación al tratamiento regresivo a Coatlicue,
Bartolomé empieza a describirme aspectos relevantes del mismo,
específicamente, la supuesta encarnación en ella de singulares personajes de
la historia, desconocidos en ese momento para el activador del proceso
hipnótico, en este caso, Bartolomé mismo, por lo que se descartaba,
cualquier indicio de inducción telepática.
Al respecto, describe:—Una de las sesiones más llamativas que
recuerdo, fue el de una mujer rusa cuyo nombre ahora te lo digo…
Se levantó de su asiento y buscó en el archivo de Coatlicue el dato.
—Se llamaba Daria Saltykova, una acaudalada mujer rusa del siglo
XVIII, condesa y viuda a temprana edad. Una decepción amorosa fue el
detonante emocional que la llevó a convertirse en la más reconocida asesina
serial rusa. Sus víctimas, más de un centenar, eran mayoritariamente
mujeres jóvenes en edad de casarse y de baja condición social, a quienes
descuartizaba. De personalidad sádica, se regocijaba torturando con azotes
o agua hirviendo a sus sirvientes, a algunos de los cuales, dejaba morir de
frío. Al describir esa vivencia, intermitentemente Coatlicue hablaba en lo
que yo estimé era una versión de ruso antiguo, totalmente desconocido para
mí. Más tarde comprobé la veraz existencia de Daria en el tiempo y el lugar
relatado. De igual manera, te podría hablar de otros personajes similares a
este de Daria, a los que Coatlicue revivía en trances de profunda hipnosis,
entre ellos, Erzsebet Bathory una asesina húngara del siglo XVI que
obsesionada por la belleza, se bañaba con la sangre de jóvenes doncellas a
quienes asesinaba. Te repito, todos los personajes encarnados tenían una
extrema afinidad por la violencia, la intriga y una obsesiva sed de mando.
Debo señalarte aquí, que los personajes anteriores eran exteriorizados
únicamente en estados hipnóticos, sin jamas referirse a ellos fuera de dicho
trance. No obstante, hubo uno en particular de quien ella hablaba de manera
insistente estando totalmente consciente, me refiero a Ranavalona I, quien
reinó tiránica y sangrientamente Madagascar, por más de 30 años en el siglo
XIX. Sus víctimas se cuentan por más de 150 mil torturados y asesinados.
Coatlicue decía haber heredado de ella sus rasgos morenos, su odio al
cristianismo y su inclinación por el ocultismo oriental. Poco documentado
en lo tocante a la historia, yo supe por primera vez de la reina malgache de
la boca de Coatlicue, quien manejaba al dedillo los pormenores de la vida
de la misma, entre ellos curiosamente, el encarnizado y casi fatal conflicto
con su único hijo que, en Coatlicue, se repite con su primera hija.
—Sea que en realidad ha vivido como tales personajes o que, de alguna
manera, por lectura o por relato de alguien, los haya fijado en su
subconsciente, la verdad es que ella los hace suyos, identificándose con
ellos a la perfección.
— Es de hacer notar que nunca afloró en ella una sola personificación
con rasgos de humildad, simpatía o piedad. Nunca una Juana de Arco, una
Santa Teresa, o una Ana Frank.
— Quizás, el más digerible de los personajes encarnados es el de una
inmigrante portuguesa llegada a México, específicamente a Veracruz en
1895, en pleno porfiriato. En este caso, tal fecha la concluí, no por el
personaje que encarna: una prestamista cuarentona, avara, viuda y bisexual
llamada Regina, sino, por el personaje del que ella se enamora: la poeta
veracruzana María Enriqueta Camarillo y Roa de Pereira, poeta, novelista,
traductora, promotora cultural y estupenda pianista. La misma tendría unos
23 años cuando Regina la conoce, siendo entonces María Enriqueta, una
joven inquieta, simpática y extrovertida en el entonces cosmopolita puerto
de entrada de Europa a México, tal y como era, Veracruz.
— Aparentemente, se produce una cierta interacción entre ambas, a
partir de un interés de María Enriqueta por la cultura portuguesa, en este
punto tenemos una laguna histórica ya que de pronto, en el relato de
Coatlicue, aparece Pavela, una joven judía seguramente culta, de la que
Coatlicue no manifiesta mayores referencias pero que sí, aparentemente
ensombrece a la rústica Regane, ante los ojos de María Enriqueta.
— Coatlicue, maldice y despotrica durante todo el trance hipnótico
contra Pavela y el judaísmo.
— Por último, la tenemos encarnando a Gertrudis Apocarro, una
dominicana de raza blanca nacida en 1917 que a sus 23 años (1940), se
convirtió en amante del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo.
— Es en ese contexto que Coatlicue vuelve a vivir una situación
similar, a la supuestamente vivida con la poeta mexicana antes descrita y la
judía Pavela.
— A sus 24 años (1942), Aída Cartagena Parlatín, poeta y ensayista
dominicana, es una escritora novel, de atractivos rasgos mulatos, quien
rompe tabúes respecto al tradicional rol de la mujer en la conservadora
sociedad dominicana, logrando captar de inmediato, la atención del dictador
Trujillo.
— La actitud firme de rechazo a los halagos y avances románticos del
temible hombre fuerte dominicano por parte de la joven intelectual, generó
más admiración que molestia en aquel quien, seguramente, no habría dejado
de comparar tal actitud con la muy ligera y poco recatada Apocarro.
— En los trances regresivos Coatlicue se refería a Cartagena con
fuertes epítetos raciales , debido a la ascendencia negra de la poeta.
— Esta fue la más detallada y colorida de las supuestas encarnaciones
de Coatlicue. A menos que haya estado ahí, o estudiado mucho al respecto,
la descripción del ambiente de esa época, (años 30 y 40) refiriéndose a
calles, edificios, trajes, personajes, así como sus apasionadas vivencias con
el entonces sanguinario tirano dominicano, son sorprendentes.
— Aunque con mucho cuidado, como escogiendo las palabras, en
momentos de extraña confidencia, con plena lucidez y pupilas dilatadas por
la emoción, hablaba (no encarnaba) de una gitana española que conoció y
de quién se habría perdidamente enamorado en su adolescencia. Esto
último, aunado a lo descrito en sus supuestas encarnaciones, reflejan claros
indicios de una crisis de identidad sexual y seguramente, una fuente de
frustraciones que podrían exacerbar su ya trastocada, condición psíquica.
— Volviendo al caso actual, su misión como Coatlicue la concibe
como una oportunidad para escalar en una especie de escalafón místico,
complaciendo a sus dioses, imaginarios o no, con sangre y perpetuando su
estirpe a través de una especie de pacto diabólico con su marido oficial a
quien llama «La Bestia Cósmica» (Iluikatl Tecuani), una bestia según dice,
profetizada y esencial para sus planes vitales que, según externaba,
consistían en preparar las condiciones para la llegada de unos supuestos
dioses de origen cósmico denominados reptilianos.
— Mi personal y falible opinión es que Coatlicue, jamás ha encarnado
realmente tales personajes y si los hace suyos, es por su total identificación
a ellos. Todos siguen un patrón: asesinas, dictadoras o amantes de alguno y
siempre atraídas por alguna mujer ilustre.
DEMONIO DE 9 DEDOS
— Una de las características más destacadas de Coatlicue, es la de ser
una anticlerical acérrima, afirmaba que Cristo era un fraude, creado para
engañar y someter a las masas por parte de los jerarcas de la iglesia. Al
respecto, en una ocasión me mostró la fotografía de una pintura realizada en
la pared de una
iglesia en Nicaragua, (San Rafael del Norte) en la cual aparece quien ella
llama príncipe Luzbel, (un demonio de 9 dedos) tentando a Cristo en el
desierto con una cara asombrosamente idéntica a la de Tekuani, su marido.
— Lo interesante es que tal cuadro fue pintado en años en los que este
último, era desconocido. Situación que ella utiliza para reafirmar su carácter
de líder profetizado.
— A propósito, te cuento que esa imagen me la trajo en una postal, un
gordito periodista nicaragüense que andaba, así como vos, husmeando en
los vericuetos de Coatlicue aquí en México. Eso fue hace algunos años,
creo que su nombre está en la postal esa que me regaló.
Bartolomé se levantó, buscó entre sus archivos y me mostró la postal.
Era la imagen de un hombre de rasgos vulgares y claro perfil de sátiro en
representación del diablo. Al reverso de la postal, ¡vaya sorpresa!, se leía el
nombre del remitente: Moisés Ab. Pra.
Bartolomé continuó:
—El gordito este, se llama o llamaba, no sé si ya habrá muerto, Moisés.
Me pareció un hombre culto, de hablar un tanto meloso. Me dijo que
andaba en una investigación periodística y puedo decirte que, aunque
rebuscaba las palabras y sacaba citas bíblicas, se le salía por los poros el
desprecio y odio hacia Coatlicue. Educadamente me negué a darle
información alguna. Evidentemente molesto, antes de irse me dijo: —“Debe
saber que está tapando a una carroña del infierno”.
A los pocos días, el gordito aquel volvió sin tener cita, por lo que no
pude recibirle. Esa fue la ocasión en que me dejó con mi secretaria la postal
esa.
—Unos dos o tres meses después, junio o julio del 2002, se me
aparecieron tres señores que decían ser diputados o políticos de algún nivel
en Nicaragua. Elegantemente vestidos, con traje y corbata, traían el mismo
objetivo que el gordito periodista antes señalado; conocer la vida y milagros
de Coatlicue aquí en México. Dos de los tipos, usaban anteojos oscuros y
notables prendas de oro. Ambos destilando petulancia, observando todo con
malicia, susurrándose entre ellos y soltando vulgares carcajadas,
transmitiendome de inmediato la sensación de estar ante dos verdaderos
truhanes. Se referían a Coatlicue de forma soez e intolerable.
—Creo que independientemente de todo el resentimiento que tengas
hacia alguien, no puedes caer en la procacidad, en la vulgaridad desmedida.
A punto de levantarme de mi escritorio y echarlos, habló el tercer señor ahí
presente, el cual se había mantenido callado, cabizbajo y después supe,
avergonzado del par de bichos que lo acompañaban.
— Educado, de hablar suave, mostrando gran respeto me explicaría el
motivo de su visita, a lo cual, yo le respondería de igual manera que al
gordito periodista. Se levantó, me dio una tarjeta de presentación y me
solicitó una cita médica personal y formal antes de los próximos dos días ya
que pronto, tendría que partir de regreso a Nicaragua. Se llamaba René
Herrera, un hombre decente y culto con quien después me uniría desde la
lejanía, una cálida amistad. Luego sabría que había estudiado y trabajado
muchos años aquí en México. Murió súbitamente hace como seis años. Los
otros desagradables señores, diputados o congresistas, según las tarjetas que
me dejaron se llamaban Dr. Wilfredo N. M. y Lic. Enrique Q. T.
—A propósito de ellos, te cuento una anécdota: acá detrás mío, había un
gran cuadro con una pintura inspirada en la Batalla de Guadalete en España,
entre los árabes del Califato Omeya y el rey godo Rodrigo. El cuadro tenía
una leyenda que rezaba el nombre de la batalla y la fecha de la misma «711
DC». Pues bien, uno de ellos, no te podría decir cual, se pone a sacar
cuentas con los dedos y extrañado me dijo:
—¿711 después de Colón?, ¿cómo es eso?, ¿No van 500 y piquito de
años apenas de que vino Colón o me equivoco?
—Te juro Jorge, que creí que estaba bromeando. Al ver su cara de
extrañeza me quité la pena y le dije que eso significaba 711 años después de
Cristo, no de Colón. Finalmente añadió: — Ah, ¿en verdad? — ¿Así
cuentan las fechas aquí en México?
—No dije más nada, no me interesaba ponerlo en ridículo.
—Aún creo que se trataba de una broma. El otro sujeto, probablemente
igual de ignorante, apurado viendo el reloj, creo que ni entendió de que se
trataba tamaño dislate. Saca cuenta por ahí de qué clase de profesionales o
políticos ignorantes estamos hablando. Nunca más, afortunadamente, supe
de ellos.
—También, por allá del 2003/2004 me visitaron dos señores, que se
identificaron como destacados pastores de la iglesia evangélica en
Nicaragua. Por ahí deben andar sus nombres en el libro de citas, uno era de
apellido Casco, le entendí que era algo así como senador o diputado, el otro
era de apellido Duarte, no recuerdo el nombre, un tipo bajo y bigotón con
cierto parecido al Chapo Guzman. El apellido de este último lo recuerdo
bien porque mi yerno salvadoreño, también es de apellido Duarte. Los
acompañaba una guapa joven y decían estar programando una campaña
evangelizadora en Nicaragua y que para combatir a las «huestes
demoníacas», debían conocer, refiriéndose a Coatlicue, con quien estaban
tratando.
—No me parecieron muy honestos y de alguna manera logré entender
que lo que hacían estaba relacionado a tramoyas electoreras y no me nació
el ayudarles. Les respondí negativamente, algo apurado por mis citas con
otros pacientes y se marcharon. Por cierto, uno de ellos, quizás sin querer,
se me llevó un libro que empezó a ojear mientras esperaban que los
atendiera, un libro de Alexis Carrel, muy estimado por mí.
—Creo que la mayoría de ellos, han venido motivados por algunas
escandalosas especulaciones lanzadas hace unos años por la Sra. Maritza
C., en esa relación de amor y odio que siempre ha mantenido con Coatlicue.
La Sra. Maritza, fue paciente mía, siendo precisamente ella quien trajo por
primera vez a Coatlicue, acá a mi consulta. Es importante que sepas, que el
interés de ambas jamás fue el de someterse a una terapia profesional a partir
de admitir humildemente una necesidad de ayuda ante sus evidentes
desvaríos, sino que su motivo era una errónea y fantasiosa concepción de la
hipnosis regresiva, desvirtuándola de su papel como herramienta
psicoterapéutica.
—La conclusión, querido Jorge, es simple: Narcisista, sexualmente
indefinida, megalómana, autoritaria y malvada Hará todo y pasará sobre
todos en su frenético afán de que sea reconocida su grandeza y divinidad.
—Al igual que una adolescente enamorada, cautivada por su amado,
Coatlicue tiene una fijación absoluta por el poder y es perfectamente capaz
sin que le tiemble el pulso, hasta de asesinar por él.
—Sabe bien que este, el poder absoluto, es el mecanismo único de
satisfacción de sus bajos y en su caso, vitales instintos. En su mundo psico
emocional, su existencia misma no tiene sentido sin el poder. En esta etapa
de
vida, con millones de dólares a su disposición, su obsesión es la de un
personaje sádico: el poder de dañar, el poder de causar dolor y el de difundir
terror.
—En este sentido, para un psicópata, un sádico, el dinero no se compara
con el poder. Carlos Slim aquí en México o Bill Gates en EE. UU, tienen
todo el dinero imaginable pero no la capacidad de matar, violar o torturar
impunemente, tal y como una psicópata como Coatlicue lo hace libremente
en Nicaragua. Aquí entra también en juego, su absoluto desprecio por
cualquier ser fuera de su círculo interactivo de poder.
—Al igual que muchos psicópatas que han llegado al poder, la suerte de
sus guardias y matones no les interesa en lo más mínimo. Son escalones,
burdos escalones en el camino a la cúspide de su poder. Celosa en extremo
del talento ajeno, odia al intelectual, al líder natural y crítico, en fin, a todo
aquello que su tortuosa imaginación defina como un potencial peligro
contra su pretendida supremacía o la de su estirpe. En el caso de la mujer
atractiva o destacada se da en ella, una contrastante dualidad de amor y odio
por su reprimida tendencia lésbica, aunada a su celo, ante alguien que la
opaque.
PATETICA NECESIDAD DE ATENCION
—En Coatlicue, su desprecio hacia los demás es una manera de hacer
pagar el no ser reconocida como asume que debería ser, a partir de sus
supuestos y grandiosos méritos. Por otra parte, el destacarse como malvada,
es una manera de desprenderse de lo común, de ser considerada fuerte, de
ser temida por la masa, la plebe vulgar e ignorante que en realidad
desprecia, pero que en el fondo, desesperadamente necesita, en su
extremista afán de llamar la atención, algo que probablemente jamás tendría
a partir de sus propios, nada descollantes talentos naturales y maltrecha
imagen.
Esto último, una patetica imagen, tan lesivo a su monumental
narcisismo, lo pretende resolver con un vestuario extravagante, llamativo
por su exclusividad y descomunal coste, con el que constantemente deja
patente su pertenencia a una élite ubicada a años luz del vulgo. Es a este
mismo vulgo a quien a diario se ocupa de dejarle suficientemente claro,
quién es el que manda, quién es el líder fuerte, el que todo lo sabe, ve y oye,
sin dejar escapar oportunidad alguna para hacerse ver como la iluminada,
aquella que – en un acto de conmiseración infinita, del cual se le debería
estar eternamente agradecido – se rebaja, desde su
encumbrado nivel a uno entendible por las multitudes, para transmitir las
directrices del “buen vivir”.
—Aunque peligrosa por su total falta de escrúpulos, Coatlicue es un
personaje digno de la mayor lástima. Encerrada en un círculo de mentiras,
desconfianza y poses públicas de fingida felicidad, su final será uno de
amargura y desolación.
—Esto es en síntesis, Jorge, lo que te puedo decir.
—Ahora cuéntame, ¿a qué se debe tu interés al respecto? Desde que
hablamos por teléfono, luego al verte entrar y más ahora al interactuar, he
percibido tu abatimiento. Eso me ha dado la confianza y motivación para
hablarte sin tanto preámbulo ni tapujos.
—Pues, ando en una investigación motivada por los acontecimientos
ocurridos, por allá en Nicaragua —le respondí.
—Sí, deplorable todo, Coatlicue es alguien que, por elemental juicio,
jamás debió haber accedido a un puesto de poder, nunca. Apartando todo
sesgo político y ubicándonos en una perspectiva objetiva, clínica y
científica, ella es para todo efecto, un sujeto con personalidad psicópata.
—En muchos países, para comprar un arma se debe pasar por un
aceptable análisis psicológico y de madurez emocional. Imagínate ahora
dirigir un país y tener todo un ejército a disposición. ¡Qué locura!
literalmente ¿cómo los nicaragüenses permitieron eso? ¿estarían dormidos?
—Ahora quiero darte un consejo, ya que veo que lo tuyo es muy
personal, honesto y que seguramente tus razones tendrás pero, debes
aprender a manejar todos esos sentimientos o los mismos, te podrían llevar
a una debacle emocional que podría tener graves consecuencias. Haz lo que
tu conciencia te dicte hacer, pero trata de buscar algún apoyo psicológico
profesional.
—Volviendo a Nicaragua, y a propósito del libro hurtado que te dije que
era de un autor llamado Alexis Carrel, ¿recuerdas al boxeador nicaragüense
aquel que le quitó el campeonato al Púas Olivares allá por 1974? Se
llamaba Alexis Argüello y tuve la oportunidad de atenderlo aquí, en esta
misma sala en varias ocasiones, a finales de los 90. Me lo refirió Enrique
Tarso, un ex- entrenador de Julio César Chávez. Un gran tipo Alexis,
humilde, humano, ejemplar. Me dijo andar en unos proyectos de
rehabilitación de alcohólicos y
drogadictos, allá en Nicaragua. Supe de su suicidio y me apesaró mucho.
No dejo de ver las ironías de la vida, lo odié cuando le ganó al Púas y luego,
me sacó las lágrimas cuando murió.
—Mira, una cosa lleva a la otra, si tienes tiempo y aún mantienes interés
en investigar, trata de ver a una mujer sesentona que está residiendo en un
asilo que regentan las Hermanas de la Divina Misericordia, en la delegación
de Iztapalapa. Es arqueóloga y por algunos años anduvo en diversas
correrías bacanaleras con Coatlicue cada vez que esta venía a México. Es
una mujer muy lúcida y está postrada desde hace varios años en una silla de
ruedas. Te daré el nombre, pero por favor, sé discreto ya que ella depende
de ayudas y hay gente tonta, que puede discriminarla por sus antecedentes
de alcohólica y drogadicta.
Le aseguré mi absoluta confidencialidad al respecto, agradeciéndole su
amable gesto de recibirme y su valiosa cooperación.
Saliendo de su despacho, me doy cuenta de que traigo una curiosa y
antigua pluma fuente que Bartolomé me había mostrado y que «sin querer»,
había colocado en la bolsa de mi camisa. Al regresar a entregársela,
riéndose me comentó:
—Ya estaba por agregarte al expediente que les tengo a los pastorcillos
nicas por lo de mi libro.
Lo abracé y me despedí finalmente de él.
GAVIOTA DE ALAS
TRUNCADAS
Animado, esa misma tarde estaba en el amplio y acogedor asilo de
Iztapalapa, donde pregunté por quién llamaremos, Margaret.
Después de identificarme y llenar algunas formas, una de las
monjas me condujo hasta un salón donde, en compañía de otros
ancianos, se encontraba una mujer de rasgos finos, tez blanca, pelo
rubio, postrada en una silla de ruedas a partir de un trágico accidente
años atrás.
Me presenté expresándole el motivo de mi visita.
Observándome de pies a cabeza, tardó un momento para pedirme
que nos moviéramos hacia un lugar menos bullicioso.
Mujer agradable, de versar franco y con un agudo sentido del
humor. Sin ahondar mucho, me dijo que un accidente 14 años atrás,
le salvó la vida al sacarla definitivamente de las calles, donde mal
vivía como drogadicta.
Oriunda de Pénjamo, estado de Guanajuato, desde su temprana
adolescencia, se habían despertado en ella intensas inquietudes
espirituales. Atraída por las exóticas doctrinas orientales se inició en
prácticas del yoga, la meditación, el vegetarianismo y los estudios
védicos hindúes. Los brumosos caminos de la sierra, cercana al
hermoso municipio guanajuatense, serían testigos de sus múltiples
jornadas de caminatas y contemplación.
Entusiasta de la historia, pero vacilante en cuanto a qué profesión
estudiar, sería su padre, reconocido profesor local, quien la animaría
a decidirse por la arqueología, por lo que en 1977 a sus 19 años,
ingresó en la prestigiosa Facultad de Arqueología de la UNAM en
Ciudad de México.
Para 1983, apenas recién graduada, Margaret concursó y ganó una
de las dos vacantes que la UNESCO ofertaba, para que arqueólogos
noveles participasen en operaciones alrededor del famoso y recién
descubierto conjunto de Guerreros de Terracota, en la provincia de
Shaanxi, China continental. Una extraordinaria experiencia que se
extendería por 22 meses.
De vuelta a México, Margaret se integró como investigadora del
Instituto Nacional de Antropología e Historia, lo que le permitió
conocer de primera mano el monumental inventario arqueológico
mexicano. Es ahí donde conoce a Miguel, un destacado antropólogo
con quien estableció una relación sentimental.
Miguel, acucioso investigador de la historia, costumbres, rituales y
creencias de los precolombinos pueblos mexica y demás, era también
afecto a las setas de Teonnacatl, así como al Peyote, milenarios
componentes de la tradición alucinógena maya. Afición esta, a la que
luego se adhirió, Margaret.
Algunos meses después, ambos visitaron el centro ceremonial
ubicado en Coyoacán dirigido por el anteriormente nombrado
chamán de la etnia Tarahumara, Maximiliano Chiquilistá. Ahí
Margaret atestiguaría por primera vez una recreación del ritual
Tarahumara del Peyote.
En realidad, los rituales estaban lejos de ser una fidedigna
demostración de la antiquísima tradición espiritual precolombina y
más bien, parecían corresponder a un chabacano exhibicionismo,
utilizando para ese fin, llamativos símbolos de vestuario y poses.
Los objetivos del centro estaban más dirigidos a cautivar a una
amplia gama de personas, mayormente jóvenes, quienes por razones
de índole cultural, espiritual o simple curiosidad, estaban dispuestos
a pagar apreciables sumas de dinero para participar en los
denominados ritos iniciáticos que incluían un intenso consumo de
peyote, setas alucinógenas y marihuana.
Incompatibilidades diversas, hicieron que Margaret diera por
terminada su relación sentimental con Miguel. No obstante,
continuó siendo una asidua visitante del centro ceremonial.
Sobre eso, Margaret me relató:
“Era toda una experiencia mística, tus sentidos se ensanchaban al
infinito. Te embargaba una increíble sensación de disfrute, un abrir de
puertas a ese mundo donde todo, absolutamente todo, es posible; en
síntesis, una sensación de máxima plenitud. Sola o en grupo, dos o tres
veces a la semana, amanecía danzando y drogándome. La motivación
inicial de una búsqueda de entendimiento e iluminación espiritual a través
del ritual, se había transformado en una búsqueda exclusiva del éxtasis,
una búsqueda del placer por sí mismo”.
Las continuas y psicodélicas veladas se empezaron a reflejar
pronto en el ánimo, el semblante y en el desempeño profesional de
Margaret, lo cual, motivó inicialmente notas de amonestación y
luego, su inevitable despido de la importante institución estatal
donde laboraba.
Con más tiempo libre y el soporte de algunos recursos ahorrados,
Margaret se daba cada vez más, por entero a diarias prácticas
ritualistas, en una de las cuales, conoció a Coatlicue quien, con su
peculiar labia, simulada humildad y palabrería mística, despertó el
interés de la mexicana, a quien invita a su recién estrenada y
hermosa residencia en Coyoacán, no muy lejos del centro ceremonial
del chamán Tarahumara. Tomando en cuenta la abultada billetera de
Coatlicue, el frenesí bacanalero era imparable, inclusive, cuando esta
se ausentaba por semanas de México.
Ubicando la fecha alrededor del año 1995, Margaret relató:
—Había de todo, drogas, sexo libre y rituales que ahora incluían
brujería cubana o caribeña con sacrificios de animales. En medio de
todos, recuerdo a Coatlicue danzando y exclamando:
«¡En libertad total, sin ataduras ni restricción alguna, el espíritu vive
y se expande!
¡Don`t worry, be happy, don`t worry, be happy…!».
—Para ese entonces, el discurso místico de Coatlicue, era una
mezcla de rebuscadas palabras exóticas sin coherencia alguna que
súbitamente daban paso a estadios de ira incontrolable, maldiciendo
y gritando nombres de personas desconocidas para los ahí presentes,
lo que ponía en evidencia su estado de desequilibrio
psico-emocional. Por otra parte, la droga la desinhibía y mostraba
sus escondidas tendencias sexuales. No entraré en detalles, pero sí te
aseguro, que Coatlicue es una mujer, además de frustrada, cobarde,
horrorizada de mostrarse como un ser humano de carne y hueso,
lejos de su ficticia imagen de
«machota fuerte, infalible y segura».
CUESTA ABAJO
Con el pasar de los meses, mientras Coatlicue, lucía inalterable,
sin mucho que perder en cuanto a su ya establecida y esperpéntica
figura, Margaret empezaba a parecer más una caricatura de lo que
había sido un par de años atrás.
En varias ocasiones, a punto del colapso, tomaba aliento y salía
hacia la casa de sus alborozados padres en Pénjamo donde el
amoroso cuido de los ancianos, hacía su eficaz papel rehabilitador en
ella.
Lamentablemente, para congoja de los que la amaban, tal
situación no duraba mucho. Algunas llamadas o misivas de cualquier
miembro del grupo de pseudomísticos en Coyoacán, eran como
fascinantes cantos de sirenas, ante los cuales terminaba rindiéndose.
Tal situación se repitió en múltiples ocasiones.
Al final y como es común en estos casos, ante su sostenido
deterioro, Margaret empezó a experimentar el rechazo del resto de
viejos y nuevos integrantes del grupo, incluyendo a Coatlicue.
Por vergüenza quizás, su refugio ya no era la casa de sus padres
sino una efímera estancia en una casa amiga, algún centro de
rehabilitación y por último, la vulgar calle. Aleros de iglesias y
estaciones terminaron siendo su único recurso ante la lluvia y el frío.
La prostitución fue su opción ante el hambre y la permanente ansia
de más y más droga.
Una madrugada, un despertar abrupto a partir de los pitazos y
sacudidas de un guarda del almacén frente al cual dormía, la hizo
levantarse y caminar somnolienta, sin rumbo fijo. Fue entonces
cuando una cartera caída a la orilla de una acera detrás de un camión
de entregas de mercaderías, llamó su atención. Al recogerla, decidió
revisar ahí mismo su contenido, no percatándose de que la
plataforma hidráulica del camión antes mencionado, se venía hacia
abajo… fue la aciaga madrugada del 2 de mayo del 2004, en una
esquina de la avenida Insurgentes Sur.
Horas después, Margaret se despertaba en una cama de la unidad
de emergencias del Hospital General, donde se sucedieron múltiples
y dolorosas intervenciones. Agregando al caos, experimentó un
previsible y agonizante síndrome de abstinencia. Todo su ser se
agitaba reclamando droga.
Días después, el mismo 10 de mayo día de las madres en México,
llegó el dictamen médico: lesión traumática en la médula espinal, no
volvería a caminar nunca más.
Fue la infausta conclusión de un largo capítulo en la vida de
aquella agraciada mujer. La entusiasta arqueóloga que no supo
advertir que esos gratos deslices, esa aventura de arrojarnos por
entero y sin control al vacío de
sensaciones ignotas pero con definitivo sabor a gloria, pueden
terminar, de a poco y sin darnos cuenta, convirtiéndose en una
infernal obsesión que liquida la voluntad y nos convierte en
miserables guiñapos, candidatos privilegiados para una pronta y
anónima tumba, a menos que una fuerte voluntad o “un golpe de
camión” como apuntó con singular humor Margaret, nos devuelva el
timón de nuestra propia vida.
Después de algunos meses en el hospital, recibiendo las frecuentes
y refrescantes visitas de sus padres, alejada totalmente de las drogas
y dedicada a su rehabilitación, la recuperación física y sobre todo
mental de Margaret, era sorprendente.
Empezó primero a dibujar y a leer revistas ligeras; más tarde
solicitaría libros de su especialización, a la vez que reflexionaba y
escribía sobre los casi once años en los que, las drogas y un
desvirtuado chamanismo, fue su eje de vida.
Al preguntarle sobre su experiencia personal con Coatlicue,
exclamó:
— ¡Una estafa total, una decepción absoluta!
—Está a años luz de la imagen que le encanta proyectar. Jamás le
percibí el más mínimo indicio de querer emprender la senda hacia una
verdadera espiritualidad.
— Maestra indiscutible de la hipocresía, por un lado, descargaba la
más rimbombante retórica mística, pero por otro, daba muestras de un
corazón totalmente ayuno de amor y compasión, virtudes esenciales en un
honesto y perseverante buscador de la verdad y la pureza espiritual. Lo
suyo era, un descomunal egocentrismo y un vulgar exhibicionismo.
— Puedo decir que su único y permanente norte ha sido y es, su
hedonismo, su arrebatada búsqueda del placer al costo que sea y por el
medio que sea. En esta búsqueda, concebía la práctica sexual como una
importante, pero a la vez limitada forma de obtener placer, lo que le ha
hecho desarrollar opciones que ella describe como mucho más potentes y
extensas que la pasión sexual: el sadismo.
— Sádica y a la vez, diabólicamente inteligente y tenaz, planifica y
disfruta con el dolor ajeno con una frialdad y cinismo increíble.
— Quizás no haya sido más que un exabrupto dicho en sus delirios
de droga, pero en más de una ocasión la oí aseverar que junto a ese
maligno chamán Chiquilistá, había participado en sacrificios que incluían
sangre humana en una aldea de la selva Lacandona en Chiapas.
— Eficaz estratega del mal, no hay impulsividad en sus decisiones, al
contrario, primero analiza y calcula muy bien sus posibilidades,
seguidamente planifica y llegado el momento preciso, como cobra
endemoniada, ejecuta.
— Su actitud pedante, autoritaria y destructiva la evidencié en la
forma que trataba a sus asistentes inmediatas, haciendo énfasis en la
extrema denigración, cuando la persona era de origen nicaragüense.
Curioso pero real. Yo misma lo atestigüé: Pudiendo contratar empleadas o
asistentes de cierto nivel educativo aquí en México, gustaba de traer desde
Nicaragua, personas humildes y sin mayor formación en quienes
descargaba públicamente su ira. Era un trato rudo y humillante, que a la
vista contrastaba con la espléndida atención que brindaba si la persona era
mexicana. Puede parecerte absurdo o exagerado de mi parte decírtelo,
pero, esa mujer odia a ese país. Penitencia kármica decía haberla obligado
a nacer ahí.
— Narcisista hasta lo absurdo, te bendecirá si la halagas, pero no
dudará en destruirte si la opacas. No muestra escrúpulo alguno para
aplicar y llevar a límites descabellados sus creencias entre ellas, el total
convencimiento de su origen divino, calificación que incluía a miembros
selectos de su estir pe, esto es, a aquellos que nacieron a partir de 1976,
año que ella aduce, como el de su supuesto y definitivo despertar místico o
cósmico.
— Esto último es importante por lo siguiente: Yo me doy cuenta de la
existencia de su hija mayor, después de años de tratar con ella, hasta en el
año 1998 con la denuncia de esta muchacha por el abuso de su padrastro.
Nunca antes supe de ella, los hijos que mencionaba en sus delirios de tener
una estir pe de escogidos y reencarnados personajes de la historia, eran
varones nacidos de su relación con quien ella denominaba Iluikatl Tecuani
o sea, Bestia Cósmica en Nahualt. Y vaya, cosas de la vida… al final y por
lo que veo, el único fruto dulce y de valor en toda la más que tortuosa vida
de Coatlicue ha sido esta hermosa, sensible y muy culta joven. Me
emociona verla hablar con una lucidez, gallardía y dignidad envidiable.
Habla con dolor reflejado, pero sin amargura.
— Es en verdad desquiciante cómo se ensañó con su propia hija. Si
quieres juzgar por sus muertes y daños a Coatlicue, tan sólo esta canallada
bastaría para condenarla en su presente y futuras existencias.
— Ahora bien, cuando te hablo de una Coatlicue fantoche es
refiriéndome a su falaz imagen de pureza espiritual y practicante del amor
y la bondad. En lo que no es para nada fantoche, es en su entrega y
dedicación al mal. Ahí no te equivoques; astuta y calculadora, no deja
nada al azar, nada ni nadie está fuera de su control.
— Maestra de la conspiración, sus actividades están encaminadas a
la manipulación de los individuos con un fin en concreto: saciar sus
inmediatas o futuras necesidades tomando en cuenta sus circunstanciales
intereses. Es en definitiva, una eficiente y tenaz operadora de la maldad y
la perversión.
La educada voz de una de las monjas anunciando la conclusión del
horario de visitas, me hizo despedirme prontamente de Margaret,
quien antes de alejarme me dio un mensaje:
«A los nicaragüenses diles que no se desalienten, que luchen y
perseveren. Aunque a muchos les cueste creer, tienen ciertamente que
convencerse que están ante una astuta y maligna posesión demoníaca,
fuerte y despiadada, pero no imbatible.
La historia enseña que al final, sin rabo ni lengua y con la amargura por
toda compañía terminará siendo lo que siempre ha sido: ¡una pobre
diabla!».
¡LA BESTIA! (Tekuani
Iliukatl)
“A menudo, el dictador lejos de ser un Hércules o un Sansón, es un
hombrecito sin personalidad desbordante, usualmente el más
cobarde de la nación, desconoce el ardor de la batalla igual que
desconoce la lealtad, igual que desconoce la vergüenza”.
Etienne de la Boetie, filósofo francés siglo XVI
Aun de lejos y maquillado le es imposible esconder lo que es, un
arbusto reseco y retorcido cuyos maltrechos fruticos, entre amargos y
simplones, huelen a incógnita. La incógnita de cómo alguien de tan
pálido verbo, mísera imaginación y desbordante de malicia, haya
podido establecer un tiránico reinado de facto por más de 40 años
(entre “desde arriba” y “desde abajo”), en un país con notables
muestras de talento, valor y amor por la libertad.
Si algo debe reconocérsele a Tekuani, es el hecho de que aún
siendo la viva imagen de la mediocridad con gorra y dueño de una
vacía, burda oratoria, pueda ser capaz de arrancar estruendosos
aplausos de una delirante multitud, a partir de divagar una hora
entera sobre temas tan orientadores y trascendentales para la nación,
como el que describe su método personal de distinguir entre lo que
es, un coco seco y lo que es, excremento de elefante.
Hombre de oscura personalidad, un caminar entre bamboleante y
arrastrado, estudiado saludo de candidato pueblerino y una media
sonrisa de la cual los especialistas, todavía no logran ponerse de
acuerdo sobre si es producto del síndrome «<Taradus quartorum
cínicum» o un ensayo facial para su más que retardado y por muchos
anhelado, «rictus mortis».
Por esas malas pasadas de la vida, Tekuani ha sido pieza clave en
la historia nicaragüense de los últimos 40 años. Después de una no
muy clara estancia en la cárcel «curiosamente, en todas sus fotos de
preso por asaltabancos, aparece como una especie de sonriente y
bien alimentado Boy Scout, nada que ver con los demacrados presos
políticos de hoy», pasó a un dorado exilio que lo llevaría desde La
Habana a San José, Costa Rica y desde ahí, enyuntado ya con una
rockera y estrafalaria Coatlicue, a numerosos países. Todo eso,
financiado con fondos conseguidos bajo la máscara de ser
sacrificados luchadores por la
libertad de su pueblo, oprimido por un derechista tirano que, vaya
ironía, reprimía protestas, encarcelaba librepensadores y mataba con
impunidad. Sus luchas decían, era para que nunca más la injusticia
campeara en ciudades y montañas, por no tener instituciones llenas
de delincuentes por donde veas o una mafia por policía.
Casualmente, las mismas causas por las que han luchado aquellos
que hoy llenan los cementerios y las ergástulas de su tiranía.
HEMBRAS PARA EL MACHO CABRÍO
Tekuani es de pocas palabras y menos amigos. Fuera de su
sórdido círculo de íntimos compinches, la mayoría ex convictos, su
afinidad social a lo interno del país se limita a algún cavernario
boxeador, su pandilla de fugitivos internacionales, uno que otro
pastor orteguista, adorador del becerro de oro y a la continua
comunicación con su oficioso proxeneta oficial, el infame Nestor, el
“Laurent Beria de El Carmen”, quien en mesa de tragos se ufana de
las casi 220 «hembronas, hembronas de verdad» según dice,
conseguidas por él, a lo largo de los años, para gratificación de su
lascivo Comandante.
Como buen dictador, la lealtad o el respeto no son parte del léxico
de Tekuani. En un ejemplo de la mayor vileza posible, recientemente
encarceló, torturó y mató al hombre que décadas atrás, lo liberó de la
cárcel. Un hombre noble que optó por la dignidad y el heroísmo
antes que por las prebendas y el halago del tirano sanguinario.
Años atrás, un par de días después de que un díscolo periodista e
íntimo amigo de su infancia fuese asesinado frente a la radio donde
trabajaba, el martes 10 de enero del 2004, Tekuani, como ilustrado
orador que es, hizo la siguiente y muy memorable cita:
«Así como a todo chancho le llega su sábado, a todo traidor le llega su
martes»…
Es de destacar que en este asesinato, el criminal gatillero resultó
ser un ofuscado compañero militante, quien calificando las
virulentas alocuciones radiales del otrora camarada como una
traición a su amado partido, tomó, – él solo por supuesto – la
decisión de propinarle varios balazos con una pistola que, vaya a
saber cuánto sacrificio le habría costado conseguir.
El infame aparato judicial nicaragüense se encargaría de
demostrar documentada y fehacientemente, que el referido pistolero
(dramáticamente
capturado en el acto por el adolescente hijo de su víctima), tenía las
más inimaginables dolencias físicas, psicológicas y espirituales que le
impedían seguir en la amplia, lujosa y bien aprovisionada alcoba, que
brevemente le sirvió de cárcel. Ignominiosamente fue liberado.
Algunos periódicos lo expondrían días después, en francachelas, con
licor y damiselas de por medio, celebrando su gloriosa gesta.
A sus conocidas cualidades de inmoral y sombrío, debemos
reconocerle hoy a Tekuani las de su estelar cinismo cuando, expuesto
(siempre bajo el avizor ojo de Coatlicue) ante medios
internacionales, sin vergüenza alguna, va desmintiendo o
tergiversando lo que apenas un par de días antes, aseguraba con
denuedo.
Antes de terminar dándome por vencido, al tratar inútilmente de
llenar líneas en torno a un inflado hombre hueco, (algo así como
pretender hallar coloridas novedades en una inmunda y oscura
celda) no me queda más alternativa que recurrir aquí, a las
inverosímiles palabras sobre Tekuani, dichas por un personaje cuya
indignidad toca lo repulsivo:
“Ciertamente ubicado a la par de Bolívar y a la par del más
selecto grupo de próceres latinoamericanos, nuestro presidente
vencerá al tiempo, vencerá al olvido. Su sapiencia, paciencia y
tolerancia a sus adversarios, sus admirables dotes de estadista y en
fin, sus grandiosas cualidades de humanista, quedarán para la
posteridad escritas con letras de oro y serán como látigo en las
espaldas de sus miserables detractores quienes, jamás podrán
enlodar su nombre y su gesta como gran adalid de la paz en
Nicaragua”.
Moisés Absalón Pastora
Canal 6 de televisión/ 31 de diciembre 2018.
EL SELLO DE LA BESTIA
«666»
“Coatlicue, en el libro de tu vida, escrito
está, que justo cuando cumplas 666
Metzlis de vida, serás reina.
Llanto, cenizas y olvido será
tu legado.
Amargura para tu
descendencia”.
Encuentro de brujos mesoamericanos.
Plaza Mayor de Colima, México
/Noviembre 1996
La unión mística de Coatlicue con quien ella denomina Tekuani (La bestia),
el 20 de agosto de 1978 (Paso de la Vaca, San Jose, C.R.) se da exactamente
666 días después de haber sido ella, supuestamente, abducida por
extraterrestres en el centro mismo de Managua, (23 de octubre de 1976).
Así mismo, tomando en cuenta que en los años 80 Coatlicue, no fue más
que un estrafalario y protocolar apéndice, (de muy mal gusto por cierto), su
toma de PODER REAL en Nicaragua se da el 10 de enero del 2007, a
exactos
666.6 meses de su nacimiento (del 22/06/51 al 10/01/2007).
Ambas circunstancias, son dos de los varios intrigantes vínculos del
llamado número de la Bestia 666 con acontecimientos trascendentales en la
vida de Coatlicue y Tekuani y que aquella destaca como pruebas – con base
en la llamada «numerología mística» - de su carácter de seres escogidos o
profetizados.
En base a esta teoría númerologica se describen a continuación los
vínculos de Tekuani (La Bestia) con el numero «6», el mismo que, en
triada, compone el mítico «666», también llamado, «numero de la Bestia».
Según Coatlicue, quien le agrega cantos de lechuzas a tan desgraciado
evento, (tomando como base al testimonio de la anciana partera Josefa Díaz
Gonzales, oriunda de Juigalpa, Chontales y quien vivió en La Libertad para
la fecha) Tekuani nació realmente la madrugada del lunes 12 de noviembre
de 1945, por tanto, su relación mística resulta ser la siguiente:
* Número de nacimiento:
12/11/1945: 1+2+1+1+1+9+4+5= 24 = 2+4 = 6
Número de letras de su nombre oficial:
6 Numero de letras de su apellido: 6
Número de letras de sus dos nombres y dos apellidos
oficiales: 24 = 2 + 4 = 6
*Captura por asaltabancos: 17/11/1967:
(1+7+1+1+1+9+6+7)= 33 = 3+3 = 6
*Acción por la cual salió de la cárcel:
27/12/1974: (2+7+1+2+1+9+7+4)= 33 = 3+3 =
6
De igual manera Coatlicue destacaba el carácter de “escogido” de
Mehmet Alí Agca, (el turco que atentó contra el papa Juan Pablo segundo):
* Número de letras de su nombre (Mehmet): 6
* Fecha de nacimiento:
01/09/1958 (1+9+1+9+5+8) = 33
= 3+3 = 6
* Fecha de «iniciación mística» al pie del monte Ararat
(6 letras): (13/02/1980)= 1+3+2+1+9+8= 24 = 2+4 = 6
Siempre según la llamada «númerología» el número 9 , precisamente, el
6 invertido, es un número de excepcionales poderes.
Llamado el número eterno o número de la muerte por su inmutabilidad
ante los cambios: cualquier múltiplo de él vuelve a ser él.
Ej: (9 x 5) = 45 = 4 + 5 = 9 (9x20) = 180 = 1 + 8 = 9
Para Coatlicue, la representación del horrendo demonio con 9 dedos
(Luz bella según lo denomina) pintado hace ya 55 años en las paredes de
una iglesia de San Rafael del Norte, Jinotega, Nicaragua y que es una clara
imagen de Tekuani tentando al Cristo, resulta ser (según ella) una innegable
visión profética de un artista iluminado que patentiza el carácter eterno del
dominio de la Realeza ORMU en Nicaragua.
Casualidad o no, lo cierto es que todo lo anterior ha sido hábilmente
explotado por el Chamán mexicano Maximiliano Chiquilistá, para
patentizar el estatus de seres sobrenaturales de ambos tiranos.
Con su curiosa concepción del espiritualismo a modo de una lotería con
varios números a disposición, en la que, si no pega uno, seguramente pegará
el otro, Coatlicue se dio a la tarea de abrazar las más diversas doctrinas
ocultistas que la oportunidad y también, su vasta disponibilidad de recursos,
le ha permitido.
No obstante, a pesar de su babaísmo, sus prácticas de brujería yoruba y
su plena identificación con las creencias reptilianas, (aduciendo que
Quetzalcóatl fue el primero de ellos), Coatlicue no rompió nunca su
relación con el chamán Tarahumara, Maximiliano Chiquilistá, relación que
se intensificó a partir del ajetreo electorero del 2006 y luego, con mayor
fuerza, a partir de finales del 2011 tras la impactante noticia sobre el
padecimiento de cáncer de Hugo Chávez y su acelerado deterioro. Es
entonces, que Chiquilistá, bajo el poderoso alero financiero de Coatlicue,
fijó su residencia en Nicaragua.
Desde la perspectiva de Coatlicue, para quien espiritualidad es sinónimo
de poder constante y sonante, lo mismo que de eterna salud, la cada vez
más grave condición clínica de Chávez, ponía en entredicho los aducidas
poderes del ejército de santones. gurúes, sacerdotisas, novicios y brujos de
toda laya, al servicio del poder chavista y de paso, aplicados devotos de los
petrodólares.
Viéndose en el espejo de Chávez y sabiendo muy bien que su futuro
estaba ligado al de Tekuani, Coatlicue temía que la maltrecha salud de este,
derivara en su desaparición física, algo para lo cual, aún no estaba
preparada.
En vista de ello, a la par de los recurrentes viajes del decrépito dictador a
La Habana y también, de los exclusivos cuidados médicos que al mismo se
le brindaban en la tercermundista Nicaragua, Coatlicue, mantenía una activa
práctica ritualista con la presencia casi permanente del chamán Chiquilistá,
varios astrólogos y una corte de asistentes nicaragüenses, entre ellos,
alguien a quien, por razones entendibles, llamaremos “Antonieta”, vieja
amiga y confidente de Sofía y quién actualmente (marzo 2022) sigue
laborando en las estructuras del criminal régimen orteguista.
El centro de operaciones de estos personeros del demonio era una amplia
y discretamente aislada propiedad cercana a “Residencial Las Cumbres”,
al sur de
Managua, lugar que Coatlicue visitaba esporádicamente.
ARBOLES DE LA MUERTE
La ascendencia del chamán Tarahumara sobre Coatlicue, ha sido
enorme. Cual Rasputín criollo, sus oráculos han influido en no pocas de las
decisiones y acciones de la todopoderosa Compañera con quien ha
mantenido por años, un despacho virtual, prácticamente a diario.
Elección de operadores políticos para cargos públicos, purga de
supuestos traidores dentro del mismo régimen a partir de perfiles
astrológicos, decisiones políticas como la destitución de los 28 diputados
opositores de la asamblea nacional en julio 2016, relaciones con personeros
como el cardenal Obando y Bravo a quien Coatlicue le llamaba «mon
diffícile de mourir cheval négre», (mi duro de morir Macho Negro), lo
mismo que relaciones con líderes evangélicos locales a quienes ella misma,
tras bastidores define como costosas lacras necesarias, pasando por los
puntos y fechas exactas para erigir los enigmáticos Chayopalos, en todo eso
han tenido gran influencia los oráculos del chamán.
Los llamados Chayopalos, son un tributo, una muestra de adoración a los
21 dioses serpientes y al miembro viril de Satán.
Cada semicírculo simboliza a una deidad serpiente y cada Chayopalo,
antes de erigirse era conjurado, depositándose en la fosa donde sería
asentado, una ofrenda consistente en piedra volcánica triturada y ceniza de
huesos mezclados con la sangre de algún animal sacrificado.
El diseño original de los Chayopalos, era claramente tétrico. Inspirado en
los Coatcuahuitles o árboles serpientes representados en el templo
ceremonial satánico del chamán Chiquilistá de Coyoacan, por cuatro postes
de madera con forma fálica o de pene, de cuyo prepucio colgaban 21
serpientes y en el centro de los cuales, Coatlicue semidesnuda, recibía los
conjuros del chamán.
En afán de reducir el impacto visual y alguna posible reacción negativa
de sus aliados, dizques evangélicos, Coatlicue optó por fusionar la
representación de las 21 víboras plagiando una conocida obra artística.
Por otra parte, definir el perfil astrológico de decenas de funcionarios de
gobierno, militares, policías, embajadores y otros, ha constituído también,
parte de la labor del chamán Chiquilistá. Muchas de las decisiones de
gobierno se
han tomado y aún siguen tomándose, en dependencia de las fluctuantes
influencias astrales del momento.
Una grave y poco conocida recaída de salud por parte de Tekuani el día
quince de septiembre del 2012, alarmó sobremanera a Coatlicue, al punto
de presionar a Chiquilistá, a fin de dar una efectiva respuesta al respecto.
— ¡Costara lo que costara! —le recalcó .
De inmediato, el chamán se dispuso a viajar a México de donde ocho
días después volvería con hierbas y artilugios, siendo esta vez acompañado
de un curandero Yaqui de Sonora y una chamana Nahualá llamada, Rosa
Chinche. Esta última, según palabras de Antonieta, – quien es escéptica a
estas artes – , ni bien llegada a Nicaragua, decía percibir una mala vibra e
incomodidad.
Tal perturbación se incrementó al ver y reconocer que los llamados
Chayopalos eran un desmedido y maligno culto por parte de Coatlicue.
Finalmente, el clímax del malestar llegó al entrar en contacto la
Chamana, con lo que había y se hacía en el centro ceremonial al sur de
Managua.
Inquieto y un tanto molesto, Chiquilistá le recomendó concentrarse en su
trabajo y más nada, a lo cual, la indígena le respondió agriamente:
«¡No sé!, veremos si me acomodo, no me gusta, esto está pesado,
no te prometo nada, está pesado, está, feo, feo». Luego, haría una
especie de oración en un desconocido dialecto.
La animadversión de la chamana a todo lo que ahí decía percibir y los
subsecuentes reclamos del taimado y experimentado chamán Tarahumara,
escalaron al punto de que, a menos de 72 horas de su llegada, Rosa Chinche
partió de regreso a México.
El curandero Yaqui, probablemente compartiendo con Chiquilistá, su
muy rentable costumbre de no prestar atención a malas vibras o minucias
morales, permaneció impasible todo el tiempo. Poco después dieron inicio
las preparaciones de lo que llamaron «ceremonias de compromiso y
convocación de legiones» para avivar el ritual mayor de sanación, que,
según los acuciosos brujos y astrólogos encargados de definir las fechas
más propicias, debería ser a las 11 y 47 minutos de la noche del día 10 de
noviembre de ese 2012, esto es, 1 día y 13 minutos antes del inicio del día
del cumpleaños 67 (6 + 7 = 13) de Tekuani, que (según Coatlicue) resulta
ser, el 12 del 11 de ese 2012, terminando
los ceremoniales, también 13 minutos antes de la media noche del día
siguiente, ya que simbólicamente Tekuani, debía llegar saneado a su nuevo
nacimiento (Tlacatilistli).
Finalmente, en el lugar, fecha y hora planeada, (13 minutos antes de las
00 horas del 12 de noviembre del año 2012), y con la presencia de
Coatlicue, se comenzaron los ritos ceremoniales, los que no dejaron de ser
insistentemente acompañados por las intimidantes advertencias hechas por
el parco curandero yaqui, tanto al séquito de Coatlicue como a esta misma,
respecto a los compromisos a ser adquiridos y que comprendían: rituales
chamánicos cada 13 días, sacrificios y disposición de los restos de animales
en determinados puntos energéticos de la ciudad y, enfáticamente, la
obligación de mantener permanentemente encendida la llama a las
diferentes deidades chamánicas clamadas y ahí simbolizadas por unos
ídolos, todos orientados al este, «atentos como debían estar, al flanco
de entrada del aborrecido primer rayo de luz, deidad que rompía el
dominio del príncipe de las tinieblas..». Los establecidos rituales y
resto de compromisos fueron estrictamente cumplidos en tiempo y forma
durante unos tres o cuatro meses. Posteriormente, las intensas ocupaciones
propias de una personalidad controladora de todo y de todos, como la de
Coatlicue, sumado a la negligencia del personal asistente y sobre todo, los
intensos celos existentes entre el chamán mexicano y los influyentes brujos
yorubas que operaban (y operan aún), en otro sector de la capital
nicaragüense, hizo que las jornadas ceremoniales empezaran poco a poco a
incumplirse, hasta finalmente, ser olvidadas por completo a mediados del
año 2013.
Con sarcasmo, algunos expresarían que probablemente la Compañera ya
no estaba muy interesada qué se dijera en la salud de Tekuani sino, más
bien, en buscar vías de acelerar su ostensible senectud, así como su pronto,
muy merecido y por tantos ansiado, descanso...
EL METEORAZO
¿Deidades iracundas o místico oportunismo?
A minutos más o minutos menos de concluir la media noche del sábado
6 de septiembre del año 2014, una potente explosión sacudió el extremo
este de Managua.
Aún sin una investigación científica creíble, tal fenómeno fue
oficialmente catalogado como producto del impacto de un meteorito siendo,
abordado personalmente con suma suspicacia por una intrigada Coatlicue,
para quien, la explosión y su amplio cráter, siguió siendo un verdadero
enigma hasta que casi una semana después del suceso, más precisamente, el
sábado 13 de septiembre, recibió una llamada de parte del chamán
Chiquilistá, quien, comisionado para una interpretación sobre el fenómeno,
le llegó a asegurar que, en un extasiado trance, producto de días de ayuno y
peyote, había sido objeto de una revelación que según él, le indicaba que la
explosión era un mensaje de los dioses, ofendidos y furiosos por no haber
sido honrados como era debido y acordado en el ceremonial de sanación
antes referido, utilizando para ello, como prueba contundente, que el
enigmático acontecimiento (la explosión), se dio a los 666 días exactos, a su
hora también exacta, del inicio de los anteriormente descritos rituales en pro
de la sanación de Tekuani que, tal y como fue descrito, comenzaron, a las
12 de la noche del 09 de noviembre del año 2012, justamente 666 días antes
del explosivo fenómeno.
Verdad, mentira, sorprendente casualidad o barata superchería,
cualquiera que sea el caso, lo cierto es que la llamada del chamán, quien
desde el terremoto de Nagarote en abril de ese año, 5 meses atrás, habría
advertido que aquello eran señales de molestias de lo alto, encendió las
alarmas de Coatlicue, quien a lo inmediato, dio comienzo a un intenso
esfuerzo por satisfacer las supuestas demandas de honra y muestras de
respeto, hacia las iracundas deidades.
Como un primer paso, se retomaron los rituales chamánicos
preestablecidos, esta vez, en una quinta cercana al volcán Santiago o
Masaya, rituales que incluían decenas de animales sacrificados
(Tlamanaquis). Todo eso se dio en los meses posteriores a la relatada
explosión (octubre 2014 a mayo 2015).
Una de las supuestas demandas transmitidas por las deidades,
continuamente actualizadas por el solícito médium Chiquilistá, - quien ya se
ufanaba de contar con un perfil más elevado que el de sus celosos rivales,
los brujos yorubas- consistía en incrementar devotos, voluntarios o
involuntarios.
Para esto último desarrolló una estrategia que, según sus cálculos,
restaría masivamente fieles a lo que daba en llamar: «malditos templos de
adoración a
Jesucristo, el principal enemigo de Luzbel o Satán», refiriéndose en este
caso, por igual, a iglesias evangélicas y católicas.
Para esto, se requeriría, según las revelaciones supuestamente dadas por
los dioses exclusivamente a él, de la implantación inmediata en tales
lugares de hechizos (Tlachihuias), consistentes estos en sangre y partes de
animales sacrificados, previamente conjuradas y dispuestas discretamente a
la entrada de los templos. Tal ubicación permitiría la máxima cercanía del
artilugio ocultista con la mayor cantidad de fieles asistentes. Igualmente se
renovaron conjuros a todos y cada uno de los «chayopalos», en Managua y
otras ciudades.
Esa operación hecha según Antonieta (la informante amiga de Sofía), de
manera masiva, no muy discreta y a menudo, hasta un tanto burda, se
ejecutó de manera sostenida, entre los meses de noviembre del 2014 y
agosto del 2015, en centenares de grandes y pequeños templos del país.
Actualmente, no contamos con información fidedigna como para poder
precisar si en algún momento, los auto llamados pastores líderes, - truhanes
y verdaderos mercaderes de la fe y complacientes con el orteguismo -
tuvieron algún conocimiento o si de alguna manera, apoyaron tal hecho
sobre el cual se volverá más adelante de este relato.
Finalmente, a medida que se acercaban las mal llamadas elecciones del
año 2016, se exacerbarían los delirios y paranoias coatlicuenses y con ello,
la intensificación de rituales de corte satánico.
DHARMA, MISTICISMO LIGHT
GENERALES DE EXHIBICIÓN
—En lo que toca a armas cubiertas de supuestas banderas de dignidad y
tradición de decoro, déjame decirte que el criminal y cómplice silencio del
ejército, el cual tuvo toda la capacidad, los medios, así como la obligación
moral y constitucional de parar la masacre de esos jóvenes en Nicaragua y
no lo hizo, tiene mucho que ver con lo aquí expuesto, con el chantaje, con
el horror a ver públicamente exhibidas sus miserias morales más que, al
contrario de lo que el común de la gente cree, con el miedo a perder sus
bien aseguradas y siempre crecientes fortunas.
— Un significativo porcentaje de la cúpula militar, el generalato y
otros altos grados, tienen un gris perfil público, pero un escandaloso,
multicolor y delicado, perfil privado. El indigno e inmoral servilismo a
Ortega por parte de estos, tiene que ver más con el horror a que tales
secretos de su vida privada (que saben bien que los servicios de inteligencia
del régimen manejan), salgan a luz. Lo anterior es absolutamente válido
también, para comisionados y renombrados operadores políticos, que de día
proyectan una cultivada imagen de machos alfa y de noche, otra, propia de
pasarelas.
— Esta invaluable capacidad de intimidación es, entre otros, el más
preciado activo del régimen para disuadir, cualquier amago de crítica o
rebeldía. Me estremece la reacción de hijos, esposas o madres de estos al
revelarse esa información, la cual, es manejada al dedillo por la inteligencia
norteamericana, la cual, por cierto, tiene más que infiltrados a los
«chapiollos» y corruptos servicios secretos nicas.
— Te preguntarás, si por mucho tiempo supe de esto, ¿por qué no me
aparté o denuncié?
— La verdad, no tengo una justificación satisfactoria ni para mí.
— Con un salario formal hasta el 2017, superior a los 80 mil dólares
anuales, prebendas por aquí y por allá, el vínculo familiar con el padre de
Tamara y además, hoy abuelo de mis dos hijos. Con la percepción de que
todo aquello, no era más que pleito de perros entre políticos ambiciosos,
pastores corruptos y contradicciones por intereses económicos, pues, la
verdad, no me
vi motivado a hacer algo que me traería inmediatas consecuencias y a la
larga, no serviría para nada.
— Admito que me dediqué a disfrutar mi privilegiada vida. Recuerda
que yo vuelvo a Nicaragua, 19 años después de haber salido tras la muerte
de mi padre y me encuentro con mis amigos de infancia, casi todos ligados
a uno u otro personaje de poder en Nicaragua, indiferentes a la política y
forrados de dinero, invitándome a descomunales fiestas dentro y fuera del
país. Me movía en verdad, en un ambiente desbordado, en permanente
derroche de plata y en bacanales donde no faltaba nada.
— Solo entre 2012 y 2013 salí como 4 veces a Isla Margarita en
Venezuela, todo pagado; de igual modo fui a una boda digna de la realeza
en Punta Cana en República Dominicana y a otra en Playa Panamá en Costa
Rica en 2015. Te podría enumerar más: Cancún, Curazao, Cartagena y no te
estoy exagerando nada, pero creo que basta eso, para tener una idea de mi
mundo en esos años. Luego, del lado de mi suegro, directivo de una de las
ramas del proyecto Alba, me encuentro que él mismo está en millonarios
proyectos mineros y madereros en la costa caribe nicaragüense, así como en
medio de grandes contratos farmacéuticos–estatales. Todo eso en un círculo
que incluía diputados, ministros, comisionados, así como secretarios
políticos del partido del gobierno.
—En pocas palabras, todo a mi alrededor giraba en torno a dinero y
poder. Que me avergüence o no de todo eso hoy en día, no cambiará en
nada la realidad de lo que fue: un mundo de inconsciencia y desinterés por
todo aquello, fuera de mi hedonista círculo.
—Abril del 2018 lo cambió todo, fue un terremoto para mí. Un periodo
de shock, profunda reflexión y vergüenza. Te sonará raro, pero fue como
que si el espíritu de mi padre, de quien ni me acordaba, se apareció a
recriminarme:
«¿Dónde están los valores? ¿Dónde la dignidad, la nobleza y el amor por lo
justo?».
—Hoy está de moda atacar todo lo viejo. Repudiar a todos aquellos
jóvenes de los 60s o 70s que abrazaron y hasta murieron por nobles ideales
de justicia social y solidaridad. Los vinculamos automáticamente a la
basura del orteguismo, sin comprender que ahí hubo gente preciosa y
heroica. Gente que
luchaba precisamente contra lo que el orteguismo representa hoy: vileza,
crimen y el más repugnante servilismo.
—Aquellos primeros muchachos acribillados a balazos mientras
protestaban en abril del 2018, me sacaron de mi nicho de lujo, aromas y
flores. Me recordaron a mi padre, huyendo de los esbirros de Pinochet, con
una generación de sus compañeros estudiantes torturados y masacrados.
Luego también, su profunda decepción que lo llevó hasta el suicidio, ante la
traición a los ideales revolucionarios por parte de los mismos desquiciados
que hoy, masacran estudiantes.
—Me revisé a conciencia, sentí impotencia y tristeza, muchísima
tristeza. Me pregunté lo mismo que miles y miles en Nicaragua: ¿qué podía
hacer? Eran armas de guerra en manos de carniceros despiadados
paseándose en las narices de un ejército dizque nacional que, cual buey
plácidamente echado, veía impasible pasar las filas de asesinos y detrás, las
filas de asesinados, mientras todo su indigno estado mayor, se babeaba y
regodeaba aplaudiendo al tirano.
—Aquellos autoconvocados, definitivamente pusieron bajo presión mi
adormilada conciencia, igual que la de miles y miles que, si bien criticaban
su insensatez de enfrentarse, sin nada, a criminales armados, también
apreciaban en ellos, una nobleza y valor que los situaba, moralmente
hablando, a años luz de los ruines cobardes a quienes se enfrentaban.
—En mi caso, el estupor era mayor por el hecho de tener conmigo
información privilegiada que develaba muchas miserias humanas detrás de
aquellos pulcros uniformes, forrados de vistosas medallas. No tienes idea de
lo repugnante que resulta observar poses de solemnidad y apariencias de
decoro por parte de personajes, más llamados a usar un perpetuo traje a
rayas de presidiario que un impoluto verde o un suave azul celeste.
—¿Cómo se puede tolerar tanta hipocresía, cuando conoces la más
íntima y siniestra naturaleza de casi todos esos canallas uniformados?
—Debo decirte que tuve largas e intensas discusiones con la familia de
mi esposa, quienes apoyaron ciegamente las acciones criminales de los
esbirros del régimen. Te hablo no de gente iletrada, sino de personas
sumamente informadas, pero incapaces de explicar con argumentos
mínimamente racionales, su connivencia con aquella injusta y sangrienta
represión a derechos ciudadanos elementales. Igualmente hablé con
personeros del régimen a los
que, por los vínculos con mi suegro y relaciones con algunos amigos,
conocía: comisionados de policía, militares, y sobre todo, intercambié
impresiones con un par de diputados a quienes consideré, que podrían ser
más sensibles ante las atrocidades debido a su particular opción sexual. Para
mi desconsuelo, ambos argüían la misma ciega y absurda tesis del falaz
“golpe de estado” y peor aún, justificaban las matanzas. Uno de ellos,
extremadamente lúcido y muy coherente en cuanto a datos tecno
económicos, es a su vez, dueño de una odiosa pedantería, arrogancia y total
indiferencia al crimen y dolor en las calles. El segundo, un sujeto de
delicadas maneras, apocada presencia, pero a la vez, de una gigante
arrogancia, no tuvo reparo alguno para lanzar, con toda la fuerza que su
patética vocecilla le permitió, todas las ofensas imaginables hacia quienes él
denominaba, como terroristas y golpistas. Ingenuamente quizás, tuve la
esperanza de que esta última persona, quien hace algunos años, pasó por el
terrible trauma de una hermana atrozmente asesinada, mostraría una actitud
más compasiva hacia quienes ahora, pasaban por un drama similar: las
madres de los asesinados. ¡Craso error! Me convencí de que no era en
absoluto ausencia de información, sino de escrúpulos, lo que los empujaba a
pretender justificar lo injustificable y que su ceguera, igual que la de
muchos de los serviles del régimen, era y sigue siendo, una clara
manifestación de un pre cavernario instinto de conservación que hace que,
ante algún súbito peligro (real o supuesto) a su status de privilegiados esto
es, a su vida de abundancia e impunidad, eliminen tajantemente de sí
mismos, cualquier vestigio de humanidad, empatía, nobleza o intolerancia
ante la injusticia.
MUERTE ANUNCIADA
—A principios de julio de ese fatídico 2018, las acciones de los grupos
paracriminales del régimen, eran más descaradas y arteras en su tarea de
cosechar sangre y muerte. Para esos días, la casa de mi suegro, una mansión
ubicada a medio camino del Club Terraza y la rotonda Jean Paul Genie, y
luego hacia el sur (no lejos de la mansión de un reconocido alcohólico, ex
DN y hoy opulento asesor económico presidencial), empezó a ser punto de
encuentro de sombríos personajes. Uno de ellos era un obeso gigantón
llamado Jorge Eduardo, hijo de un corrupto ex funcionario de la Alcaldía de
Managua, y hoy acaudalado desarrollador de residenciales exclusivos para
la alta élite. Paramilitar declarado, Jorgito exhibía con desparpajo sus armas
de guerra
mientras sin recato alguno y ante la cómplice aprobación de los ahí
presentes, se vanagloriaba de sus sangrientas proezas y sus botines de
guerra:
– «Oe prix, qué rico es pegar en carne mae, ni cuío hizo el hijueputa,
con los tres chuzasos que le metí. Ey mierda, mostrales el Iphone que le
recuperamos al perro ese golpista, dale mae, enséñalo. Me dijo el Tuerto
que entre hoy y mañana le caemos a los tranqueros de la UNAN, vamos a
entrar por el estadio de futbol… Uuuuuh mae, vas a ver...».
—Aquel grasiento esperpento aullaba excitado ante lo que prometía ser
otra sangrienta orgía; al verlo y oírlo, imaginaba con mucha pena la
estrujada humanidad de alguna de sus víctimas. Entre la audiencia que
aquel sádico matón amenizaba, constituida por un revoltijo de psicópatas
que incluía a su propio padre, se destacaba un tipejo elegantemente vestido,
pero con definitivo rostro de malandro a quien mi envilecido suegro llama
Wilfredito. Más que tránsfuga, prostituto político, Wilfredito es la viva
representación del oportunismo y el descaro. Un despreciable ejemplo de
como el horror a enfrentarse dignamente a la dura calle, saca a relucir los
más abyectos valores.
—Al final reconocí que Jorgito, aquel elefantiásico matón, era hombre
de palabra. Un día después de su funesto anuncio de ataque a los tranques
de la UNAN, este, finalmente ocurrió. Sin piedad alguna, decenas de
paracriminales con fusiles de guerra, asolaron a balazos las barricadas
universitarias. Fueron horas indecibles de inmisericorde metralla contra
chavalas y chavalos, armados únicamente de piedras, uno que otro mortero
de pólvora, consignas y sueños de cambio.
—Al final, los muertos, heridos y adoloridos rostros de los
sobrevivientes que, ni refugiados en una cercana iglesia obtuvieron
clemencia alguna, fueron el modesto pero dedicado presente de las huestes
orteguistas para el par de complacidos déspotas de El Carmen.
—Por esos días, circulaban profusamente unas conmovedoras e
indignantes escenas de madres arrodilladas y suplicantes ante las puertas
mismas del centro de torturas El Chipote, frente a energúmenos disfrazados
de policías que, al otro lado de la malla, se regodeaban del abatimiento de
las decenas y decenas de aquellas madres de quienes ellos
llamaban,«terroristas golpistas». Las mismas puertas atestiguarían entonces
también, las lágrimas de dolor e impotencia del compositor Carlos Mejía
Godoy, gloria nacional de ese país y cuyas
extraordinarias canciones, verdaderos hitos en la historia reciente de
Nicaragua, son mancilladas hoy por esos bandidos.
—Fue inaudito el desprecio por los asesinados. Los canales de la
dictadura se solazaban mostrando una y otra vez, la sorna, la burla de los
sicarios uniformados bailando al lado de cadáveres de pobladores
acribillados en Masaya, Managua, León, Estelí, Jinotega, Matagalpa,
Jinotepe… Aquel inmenso dolor de madres, viudas, hijos, hermanos, no
importó un ápice.
— Recuerdo una asquerosa escena vista aquel lunes 18 de junio del
2018, aproximadamente a las ocho de la mañana, menos de 48 horas
después del asesinato de 6 personas, incluyendo 3 niños quemados vivos al
ser incendiada por sicarios orteguistas, su casa en el barrio Carlos Marx de
Managua.
— El espectáculo era sencillamente repugnante: un alegre varón de
afeminados modales, bufón cotidiano de un mañanero programa del canal
13, perteneciente a uno de los príncipes de la realeza nicaragüense, se
ajustaba, pública y ufanamente, unos pechos y caderas artificiales, que
aseguraba, a gritos y entre baile a ritmo de rumba, le hacían ver más sensual
y atractivo que la actriz portorriqueña Jennifer López mientras, el resto de
sus despreciables pares en aquel iluminado set, aplaudían entusiastamente,
alabando entre risotadas las femeninas dotes de aquel insensato e insensible
presentador.
—Inaudito, horroroso, pero real, asquerosamente real.
—Por un lado, un país conmocionado y en luto, por el otro, las hienas
bailando, riendo, solazándose.
¿Fehaciente muestra de cristianismo y solidaridad madrina Aminta?
¿Le motivó eso alguna oración o iracunda censura capellán Carballo?
Con su vista siempre puesta en lo alto y divino, seguro que no tiene
tiempo para estas nimiedades humanas ¿verdad obispo Sándigo?
Mereció eso una prédica de pastor preocupado por sus ovejas, pastores
Duarte, Casco, Reyes, Ulloa o quizás de usted, eterno y prosperado
diputado Osorno…?
—Dejando un poco la podredumbre atrás, luego también serían vistas las
soberbias imágenes con las dignas y altivas caras de aquellas valientes
mujeres: Irlanda, Amaya, Olesia, Berta… ultrajadas por una brutal
soldadesca y
enfrentándose a toda una pandilla de jueces corruptos y perversos, sin
doblegarse.
—Inspirador e impresionante también, fue el valiente y consecuente
actuar de aquellos defensores de los Derechos Humanos: Leiva, Carrión,
Núñez, Carmona, Cuevas, Montenegro, Darce, entre otros que se me
escapan. Verdaderos héroes, capeando las balas de los Herodes por
salvaguardar vidas o brindar aliento a los dolientes.
— ¡Fue demasiado! Ni con la muerte de mi padre a mis 11 años, lloré
tanto como en esos fatídicos días. Dolor intenso igual que admiración
inmensa por aquellos valientes, pero ingenuos chavalos, enfrentándose a
pecho abierto y con las manos, a aquella jauría armada y sedienta de sangre.
—A como pude, me calmé, fingí que no pasaba nada y finalmente, en el
transcurso de unos 12 días, hice lo único que pude y creí apropiado: extraje
y transferí toda la información de la mal llamada UCLA que me fue
posible, y salí de Nicaragua el 6 de agosto del 2018.
—Son miles y miles de expedientes, grabaciones sonoras y videos.
—Es increíble, brutal, toda la evidencia de la barbarie que hay ahí.
Desde órdenes ministeriales de no atender terroristas heridos en los
hospitales, pasando por diálogos de coordinación interinstitucional en torno
a la logística para los paramilitares, hasta el desesperado intento por
inventar un absurdo diagnóstico forense sobre el criminal incendio del
Carlos Marx, por parte del cancillerucho Moncada, el diputado Castro y el
resto de participantes del gobierno en el diálogo nacional, esa misma
mañana.
— Con un equipo de personas voluntarias y honorables, hemos estado
en un arduo proceso de clasificación de información, datos y evidencias
relevantes que como entenderás, por asuntos legales y también éticos, no
puedo dar detalles ni alimentar morbos.
— En medio de esto, nos preocupa sobre manera no lesionar a una
cantidad de gente inocente cuya privacidad fue violentada. Vamos sobre los
delincuentes, contra los autores intelectuales, materiales y cómplices de los
crímenes. Nuestro objetivo, además del escarnio histórico de todos los
delincuentes, es la justicia, que el crimen no quede impune.
—Aunque, como bien sabe todo aquel vinculado al derecho penal, la
información aquí recopilada, legalmente no puede ser aceptada como
evidencia de delitos, pero sí, tal y como nos explican nuestros asesores
legales, formará una importante base de presunciones que motiven la
apertura de una investigación formal e inmediata.
— Nos estamos esforzando para que lo más pronto posible, esta
operación cuyos resultados estamos continuamente compartiendo con
diferentes organismos de derechos humanos y activistas en diversos países,
sirva de sustento para que el gigante tecnológico que brindó su estructura
informática al proyecto UCLA, y que mantiene memoria puntual de hasta el
último, de todos los datos generados, sea oficialmente conminado por un
ente de la talla de la Corte Penal Internacional o cualquier otra agencia
nacional o internacional apropiada, si es el caso, a que proporcione la
totalidad de la información acumulada en la nube. Incluyendo los que están
siendo procesados y generados en este instante por las diferentes redes que
usan los terroristas orteguistas (marzo 2022), ya que la tal empresa rusa
contratada al final, es una ramificación, una fachada que usa estructuras de
la primera con base en Norteamérica. Toda la comunicación de los
criminales ORMU, ministros, narco comisionados, narco oficiales del
ejercito, jueces, etcetera, está y seguirá siendo registrada. Nuestro equipo de
asesores legales, todos ellos voluntarios y brillantes, han hecho avances al
respecto.
Estoy convencido, que finalmente, cuando todo esto se devele, con todos
los datos de sus execrables protagonistas, será calificado como una de las
peores ignominias de las que se tenga memoria en Nicaragua.
Me despedí de Orlando impresionado y convencido de que, aunque su
historia de joven dedicado a sus estudios, trabajo y ahora, activista por la
verdad y la justicia, era, moralmente hablando, muy diferente a la mía, su
reacción ante la infamia finalmente, nos identificaba.
////San José, Costa Rica, marzo 2022.
EL «PARA» ARREPENTIDO
CUENTOS…
Gracias al esfuerzo de un grupo de «activistas de la verdad y la
memoria», tanto dentro, como fuera del aparato represivo
orteguista, se exponen aquí una serie de testimonios y mensajes que,
debido a frías y tajantes normas editoriales, se deben declarar como
“cuentos”, o sea, una invención absoluta o más coloridamente,
digamos, como una visualización de «médiums de afiebrada
imaginación», con la salvedad de que estos modernos médiums, a
diferencia de las bolas de cristal de los adivinos de antaño, utilizan
estilizadas pantallas planas desde donde, sin más interés que
documentar siquiera, algunas gotas del mar de crímenes, pretenden
acceder a escrutar lo pasado e intentar prever lo por venir.
Queda pues aquí formal y <<forzosamente>> aclarado, que
todo acá, hechos y personajes, son puritos y falsos inventos...
Tan falso como asegurar que Nicaragua está regida por la crueldad
de una pandilla de criminales.
Tan falso como decir que decenas de presos políticos,
absolutamente inocente, languidecen injustamente en las ergástulas
de la dictadura.
Tan falso como asegurar que el atropello a los derechos humanos,
la tortura, la impunidad y la barbarie, campea a sus anchas hoy en
Nicaragua.
Finalmente, tan falso, como falsos seguramente son, los ríos de
lagrimas de las madres de los más de 300 asesinados por los sicarios
del orteguismo.
Al final, quedará en quienes esto lean, juzgar con su propia mente y
conciencia, qué tanto de ficción tiene este «cuento».
ANEXO 01: JULIO CESAR,
GENERAL DE
PASARELA
“Aquellos quienes, por lujos, figuraciones y privilegios se ciegan y
enmudecen ante las abominaciones de los malvados, ante la sangre
del hermano derramada y ante la injusticia, a Dios también se
ciegan”
Pastor evangelico, Eddy Montes Praslin, prisionero
político asesinado en su propia celda por esbirros de la
dictadura orteguista, el 16 de mayo del 2019.
CANALLA CON TODAS LAS LETRAS
Aunque tan solo el nombrarlo, me resulta nauseabundo, es imposible no
analizar la malvada actitud de un personaje que pudo haber sido clave para
evitar el actual drama nicaragüense, como es el llamado General de
Ejército, Julio Cesar Avilés, de quien asumiremos, que es un guerrero
llegado al olimpo bélico, el cual se supone que es el generalato y más aún,
la comandancia, por su valor, decoro y genialidad militar demostrada y no,
por alelado, ignorante y servil, como demuestran ser los personajes
predilectos de Ortega.
En este sentido, resulta inevitable cuestionarse, cómo pudo alguien con
sus vistosos galones y endilgados méritos, decidir postrarse de manera tan
vergonzosa a un declarado tirano y a su vez, mirar de soslayo la
oportunidad de incidir decisiva e históricamente en el entonces naciente y
perfectamente evitable, conflicto que devino (en grandísima parte por su
canallesca indiferencia), en un drama de muerte, dolor, exilio, cárcel y
miseria para un pueblo a quien nuestro inútil General de exhibición, se
suponía deberle absoluta lealtad y protección.
Lealtad, no solo por elementales motivaciones morales, sino que
también, por una lógica con$tante y $onante, que pareciera que el General,
en medio de sus arduas ocupaciones diarias olvida, por lo que no podemos
menos que ayudar a aclararle:
Debe saber usted General que quien lealtad le demanda es precisamente,
el mismo que le mantiene los salarios, uniformes y sacando bien las
cuentas, 48,000 servicios de comida diarias a los 16,000 parasitarios
efectivos bajo su
deplorable mando. Quien le demanda protección y apego al principio de no
permitir el actuar criminal de delincuentes armados es también quien a
diario mantiene a una institución tradicionalmente con sabor a derroche y
cuya utilidad, si es que existe, váyase a saber quién diablos la conoce.
Por último, permiso para decirlo mi General, de ese incómodo
demandante, también sale el presupuesto para sus diarios atracones, sus
lustrosas botas o el acondicionado aire de su exclusivo palacete.
Ser militar mi General, no equivale a ser una sorda y eventualmente,
sórdida máquina de muerte al servicio de un desquiciado que llega
transitoriamente al poder.
Aunque a menudo los ejércitos han sido instrumentos de masivas
atrocidades, la historia tiene muchos ejemplos de guerreros de honor,
militares pensantes que con demostrada hidalguía, antepusieron justicia y
razón frente a la barbarie, volteando sus armas hacia la tiranía.
Sabido de ello y como previsor sagaz que era, Stalin (otro delincuente
juvenil devenido en Gran Líder), asesinó en sus temidas purgas ideológicas
a decenas de miles de destacados oficiales del propio ejército ruso, en los
años 30 previos, a la Segunda Guerra Mundial.
Pinochet, igual, no dudó en torturar y liquidar a militares que por su
honorable posición ante los desmanes, podrían representar un peligro; uno
de esos militares fue el General de Brigada, Alberto Bachelet, padre de la
ex presidenta chilena y hoy comisionada de los derechos humanos en la
ONU, Michelle Bachelet.
En un país con una larga h1istoria de guerreros dignos como; Diriangén,
militares de honor y valor como Benjamín Zeledón o Adolfo Báez Bone, así
como de muchos hombres que fueron magníficos exponentes del decoro y
la condena a la injusticia, ¿será posible que nuestro generalísimo de marras,
no tenga siquiera una pizca de vergüenza y actúe de una buena vez, no
como un mísero pelele, sino como el honor militar exige?».
La respuesta ha sido obvia, desvergonzadamente obvia.
A como diría ya hace 2070 años aquel líder militar y político romano
cuyo nombre, por lo visto, es lo único que nuestro generalucho, literal y
ufanamente carga:
— ¡La suerte está echada!
Así mismo, mi General, su suerte está echada.
Ni poses simulando rectitud, ni peroratas inventando fantasiosos golpes
o queriendo puerilmente justificar manos constitucionalmente amarradas,
nada de eso, le quitará jamás la justa calificación de infame servil y de
cooperador necesario en el criminal esquema, de la tiranía.
Ausente de carácter y liderazgo, sus actitudes han sido las de un sujeto
pérfido, ambicioso, de poquísimas luces y nula humanidad.
Estese bien seguro General, que el fantasma de todos esos muertos que
usted bien supo inocentes, ese llanto de madres que usted también supo
injusto, los horrendos alaridos de los torturados por sus sádicos protegidos,
sin olvidar por supuesto, los asesinatos y descuartizamientos que montaña
adentro y por el ejército bajo su mando se produjeron y documentaron
durante años, todo eso, mi engomado General, le acompañará hasta su
indecoroso final.
Un día, ya en sus últimos estertores mi General, seguramente con el
terror de los cobardes reflejado en su rechoncho y repugnante rostro, el
fantasma de toda esa monstruosidad, a modo de vómito del infierno, será lo
que un día fue Bruto a Julio Cesar: la última imagen a ver antes de partir
hacia donde galones, cargos, dólares y demás, sépalo bien, estarán de más.
ANEXO 02: LOS LARGOS
CUCHILLOS DEL
ORTEGUISMO
“Les juro que ni todo el lago de Managua será suficiente para tirar
ahí la sangre de todos esos hijuemilputas golpistas”.
General del Ejercito de Nicaragua G. Robelo. ( Chele Glauco)
Casa departamental FSLN León, 07 de junio (2018)
LAS “MARAS” ORMU
MALQUERIDA.
CANTINFLESCO
La pobre testa del canciller no daba para más. Parecía que esta vez, sus
sendos títulos de postgrado de la prestigiosa universidad catalana, no le
estaban sirviendo de mucho. Su desconsuelo era evidente. En su blanco y
negro entender, que Sonia Castro, la izquierdista candidata hondureña
ganara la presidencia en las elecciones que se avecinaban, era lo mejor que
se podía esperar, o ¿no?
Puesto en pijamas en la propia frontera nicaragüense, el mismo día del
golpe de estado propinado por los militares el 28 de junio del 2009, Mel
Zelaya, marido de Sonia, fue recibido por el dictador Ortega y luego, más
que usado, convenientemente ALBAutilizado, como claro ejemplo del «vil
actuar del imperialismo gringo, en Latinoamérica».
Eran los tiempos de Chávez y de la descomunal euforia por los
petrodólares, que este tiraba más a siniestra que a diestra.
Volviendo a nuestro perpicaz canciller, era lógico concluir entonces, que
el triunfo electoral de la mujer de un agradecido Mel, era lo mejor que
podía pasar para los intereses de un orteguismo aislado y repudiado
internacionalmente.
Es así que el titular del Ministerio de Relaciones Exteriores de
Nicaragua, supuesto a conocer todos los entresijos de la diplomacia del
país, inauditamente, no tenía ni idea acerca de las causas de la feroz diatriba
que la vice dictadora nicaragüense, había proferido contra la antedicha
candidata presidencial en la reunión partidaria sostenida, en las oficinas de
El Carmen la tarde de ese día, miércoles 24 de noviembre del 2021. A solo
cuatro días de las elecciones en el país vecino, cuando definitivamente, ya
todo olía a victoria para la candidata y rival política del candidato
oficialista, Nasry Asfura, ungido del entonces, presidente Juan Orlando
Hernández, quien por cierto, fue sujeto de elogios y sentidos
reconocimientos por parte de algunos participantes de la
referida reunión, la cual, había sido originalmente convocada para tratar la
posición de Nicaragua, ante la nefanda acción del recién electo presidente
chileno Boric, quién horas antes, no solo había ofendido al gobierno
nicaragüense al no invitarlo a su toma de posesión sino que, arteramente, se
había atrevido a invitar a la misma al peligroso dúo de delincuentes
«golpistas» conformado por los escritores nicaragúenses, Gioconda Belli y
Sergio Ramírez. Un acto intolerable e imperdonable, que ciertamente, ponía
en grave peligro la seguridad hemisférica...
Para colmo, se rumoraba ya, que Antonia Urrejola, expresidenta de la
CIDH y (por lógica y por decencia) crítica acérrima del gobierno de
Nicaragua, sería la nueva canciller chilena.
¡Un bochorno absoluto!
A pesar del objetivo inicial ya relatado, con el correr de los minutos, la
atención de los presentes se fue centrando en algo fuera de agenda, pero al
parecer, más cercano, más inmediato y preocupante: la casi segura elección
de Sonia Castro.
«Iletrada, zopenca, mal agradecida, con más perfil de ama de casa que de
presidenta, títere vendida a los gringos…» fueron, entre otros, algunos de
los más moderados epítetos ahí vertidos contra la hoy presidenta hondureña.
En un momento dado, aduciendo que los detalles serían abordados por
una “comisión específica”, (un eufemismo referido a los «capos di capi»
del orteguismo) el canciller, bien sabido de ser nomás que un ridículo
figurón de la tiranía, fue rápidamente despachado a sus menesteres.
Después de toda una vida de bien posicionado burócrata, nuestro ex
General de Brigada (¿?) y hoy canciller, es poco dado a razonamientos que
vayan más allá de los elementales y caseros, sin embargo, esta vez se sentía
desorientado y urgido de respuestas.
Sabía que consultar al respecto a su amigo de tragos y poco aventajado
vice canciller (el voluminoso costeño de enredado apellido) sería,
educadamente dicho, una miserable pérdida de tiempo.
Por otra parte, sus bien pagados asesores no eran, para nada, confiables.
Finalmente, sus amigotes del ejército (ligados a turbios negocios hacia y
desde el revuelto norte) eran una opción de consulta, sumamente riesgosa.
Siendo así, no le tocó más que especular para sus adentros.
Entendía perfectamente el odio del par de tiranos contra el salvadoreño
Bukele. Brillante, locuaz, irreverente y de remate, ultra popular y enemigo
acérrimo de los hiper corruptos FMLN y ARENA, Bukele es,
definitivamente, la antítesis del decrépito dictador nicaragüense y por tanto,
como buen conocedor de la ruindad orteguista, el canciller comprendía la
inquina de estos a aquel.
En el caso de la entonces candidata hondureña, lo único que alcanzó a
concluir nuestro brillante canciller, es que seguramente, los órganos de
inteligencia nicaragüenses, habrían descubierto que la misma, pertenecía a
la “izquierda mala y traidora”, la izquierda del colombiano ese,
Petro, quien declaró que en Nicaragua, la dictadura usa la retórica
izquierdista nomás para enriquecerse, matar con impunidad y violentar
todos los derechos.
Esos, entre otros, eran los pensamientos que ofuscaban la mente de aquel
cantinflesco cómplice de la dictadura, hasta que finalmente, sopesando que
sus US$2,673 mensuales que como milico retirado recibe, más los US$
4,524 y resto largo de beneficios que por paga obtiene mensualmente por su
perverso papel de embajador de la mentira y la mediocridad, eran más
importante que tratar de entender lo que no le incumbía, cortó de tajo todo
pensamiento al respecto.
Dos semanas después del triunfo de Sonia Castro, la tiranía sacó
intempestivamente, al entonces embajador de Nicaragua en Honduras Juan
Ramón Gámez, ex comisionado de policía, hombre de confianza de Ortega
y ciertamente, conocedor al dedillo de todo lo tocante al actuar ilícito de
personeros de ambos gobiernos.
Tres meses más tarde, la noche del 15 de febrero del 2022, todo el
aparato gansteril del orteguismo se sacudía: Después de una frustrada fuga
hacia Nicaragua, Juan Orlando Hernández el expresidente hondureño, había
sido capturado con orden pendiente de extradición por parte del gobierno
norteamericano.
Aunque no hubo una sola declaración pública, en medio del secretismo
se conoció de decenas de urgentes reuniones de parte de connotados
personeros de la tiranía orteguista, así como del clandestino ingreso a
Nicaragua de al menos, cuatro altos ex funcionarios del gobierno de
Hernández.
ANEXO 08: LA CONEXIÓN
RUSA
«Rusia es la heredera espiritual de los grandes maestros, el centro
energético por excelencia del planeta. Desde ahí, aquellos llamados
a regir el nuevo orden mundial verán el final del Kali Yuga.
Enfrentada a un occidente decadente y materialista, Rusia podrá
contar siempre con Nicaragua.
Si es necesario, la inmolación de Nicaragua será nuestra ofrenda
en la batalla mundial y cósmica que ya está a las puertas. La batalla
necesaria para el establecimiento del nuevo orden mundial, un orden
lógico para establecer un reinado donde cada quien, ocupe el sitial
que le corresponde bajo una estructura jerárquica definida y una
autoridad garantizada por un gran imperio. En esta lucha cósmica
sobrevivirán los mejores, los escogidos».
Coatlicue, 21 de marzo del 2022 / Conferencia mística
mundial (virtual) conmemorando el equinoccio de
primavera.
Clamar ser aliado de una Rusia aislada, desprestigiada y peor aún,
bajo un liderazgo mesiánico y decididamente sanguinario, sin más
norte que restituir trasnochadas glorias imperiales, sin importar los
costes en vidas, destrucción y miseria, es un acto de monumental
inhumanidad.
Clamar ser aliado de una Rusia luchando hoy contra el aparato
militar y económico más poderoso de la tierra es, cuando menos, una
temeridad de imprevisibles consecuencias.
Adepta desde siempre al selecto y secreto grupo de reptilianos que
integran el llamado Círculo Fucsia (el mismo que muchos afirman
estar integrado entre otros por Putin y Bashar al Assad) Coatlicue no
esconde sus loas a Rusia, pero si sus vínculos místicos y económicos
con allegados a Alexander Dugin, el llamado Rasputín de Putin.
Dharma, un personaje que por casi 17 años integró el auto llamado
equipo de acción esotérica, dirigido por Coatlicue nos refiere:
—Desde aproximadamente el 2012, Coatlicue ha venido
profundizando vínculos personales con pseudo místicos rusos que
pregonan el establecimiento de un imperio mundial cuya sede será
una futura mega metrópoli a establecerse
en Sochi, Rusia en las costas del Mar Negro, donde Coatlicue en 2015
adquirió una propiedad cercana a la de los multimillonarios
hermanos Rotemberg, amigos personales de Putin y no lejos de
donde este último, posee una espectacular, mil millonaria mansión.
La apertura de multimillonarias cuentas personales en el banco ruso
“Sbersbank”, así como de inversiones diversas, como por ejemplo
compra de acciones de la petrolera Rosneft, directamente por parte
de familiares del clan de Coatlicue (no por testaferros) se empezó a
dar en el año 2012, con gran parte de los miles de millones de dolares
que venían de Venezuela, supuestamente, para los ALBA proyectos y
coincidiendo a la vez, con el establecimiento del proyecto de
fabricación de vacunas rusas en Nicaragua, “Melinchkov”. Este
último, fácilmente transformable en un laboratorio para la
fabricación de agentes bioquímicos, con fines bélicos o de cualquier
tipo.
En lo que corresponde a Nicaragua, las llamadas «Profecías de
Igor» apuntan a la desaparición de esta como nación debido a una
concatenación de 5 catástrofes que Coatlicue denomina PESTE:
Plagas. Epidemias. Sequías. Terremotos. Erupciones volcánicas.
Todo eso está supuesto a iniciar con ímpetu, a partir del primer
eclipse solar del 2025 (29 de marzo) terminando 7 años después, con
el ascenso del nivel del mar que cubriría todo el pacífico y atlántico
nicaragüense, anegando y destruyendo más de la mitad de la nación.
De manera íntima, en sus espacios privados, Coatlicue ubica cada
inicial de la referida expresión (PESTE) en los vacíos intercalados de
la estrella invertida de cinco puntas, que promueve y configura en
ornamentaciones y grabados públicos. En el centro de los mismos,
agrega la palabra Agua, la cual, según la tenebrosa predicción, será el
agente de destrucción final.
Coatlicue diseña, apuesta y promueve secreta, pero
dinámicamente, la destrucción de Nicaragua como un tributo final a
sus dioses. En ningún momento ella ubica sus intereses de vida o los
de su clan en una Nicaragua, más allá del 2024, ya que considera
inminente el inicio de las catástrofes. La obsesión de que sus nietos
aprendan ruso y alemán (tiene hasta 22 nietos estudiando en el ultra
elitista Colegio Alemán en las afueras de Managua), así como que
adopten costumbres y actitudes europeas está vinculado a lo
anterior.
Dharma, ex integrante de la corte mística de
Coatlicue 08 / 04 / 2022
ANEXO 09: «CHAPAMON», UN
VAGO CON SUERTE.
«El FSLN del delincuente Ortega, ha montado toda una estructura corrupta
en la Corte Suprema de Justicia, para obtener dinero de los narcos o de
donde sea. Hay que hacer que den cuenta de inmediato de los 609 mil
dólares decomisados hace dos meses y ahora desaparecidos de la Corte.
Tenemos que llegar hasta las últimas consecuencias con esto. Ni todos los
conjuros y sahumerios de la bruja Murillo, los salvarán»
Declaraciones al canal 2 de televisión de Nicaragua (TV
Noticias) del diputado Wilfredo Navarro Moreira / 10 de
diciembre / 2005
¿Presos políticos? ¿Cuales? Lo he dicho una y otra vez. Son
políticos presos y bien presos por la comisión de delitos comunes.
«Compañero» diputado Wilfredo Navarro Moreira.
Declaraciones a los medios, toma de posesión
presidencial de Daniel Ortega, enero 11 / 2022
«Si los gringos me sancionan, eso para mí es una condecoración y
una demostración del fuerte golpe que junto al comandante Daniel,
le estamos dando al imperio».
Diputado, Wilfredo Navarro M. – Marzo 10 / 2022
BUEN AMIGO
“Visualizaciones”, lunes 10 de agosto 2015 / 11:31
A.M. WNM: —Mirá pipi, te voy a decír algo, Byron
es Byron y yo soy Wilfredo. Si estás incómodo o con
desconfianza dejamos esto así y amigos como
siempre.
Espinoza: —No hombre, solo te hacía ver las vainas que me
han pasado, tranquilo.
WNM: — «Tate» claro de que yo no me estoy echando
ni un peso a la bolsa, pero esa gente es feroz hermano.
Yo
más lo hago por hacerte el volado...
Espinoza: —Yo estoy claro, de eso mi «líbero», se lo agradezco.
WNM: — Ahora mirá, en el banco de arena del
nueve y medio, ellos dicen que perfectamente
sacas las 700
«camionadas», calidad Motastepe, pero
vos decís que no las hay. Vete a ver eso
bien.
Espinoza: —Ni modo, vamos a ver como salgo. Lo que
necesito saber es qué te dijeron de los billetes…¿cuanto?
WNM: —Quieren «ocho palos», por lo de la arena y lo
del estadio.
Espinoza: —¡Choocho!, esos son doscientos y pico de
mil de los verdes. Demasiado, no jodás, están locos.
WNM: —Es que como son varios, «no sé, ahí no me
meto...» Espinoza: —Sí, pero es demasiado. Deciles
que se pongan en otro plan.
WNM: — Quién sabe, no lo creo. Estos jodidos son
duros, además, los buitres de ECONS también le andan
ganas al proyecto y los taiwaneses están jodiendo.
definitiva, aquello
ORTEGUISTA
Primero que nada, la cantera de aspirantes está formada en su
mayoría por sujetos de pobre nivel cultural, moralmente deplorables
y en no pocos casos, con amplio historial criminal.
Son los que huyendo de la dura calle han podido atestiguar la
forma en que se enriquecen aquellos que se acercan a la oportuna
sombra de algún encumbrado padrino político, adicto al tirano
mayor.
Segundo, van descartando por ahí escrúpulos, vergüenzas,
amistades pobres (peor si son honradas y analíticas) en fin, todo
aquello que en su criterio sea un inútil lastre, para su nueva y
prometedora empresa.
Tercero, al saberse desconocidos, se convencen de que lo que
ahora cabe, es asunto de mercadeo clásico, por lo que la imagen es
clave. Ante esto, recurren al disfraz clásico: boina roja, camiseta del
Che, Ortega u otro miembro de «La Familia» y alguna banderita.
Ahora bien, por aquello de que los iguales se atraen, el buen
aspirante a servil debe saber dar una imagen de estupidez, ya que ese
es el estereotipo que de su base política tienen los caciques. Tal
hecho les inspira confianza a estos últimos, a la vez que descarta
celos, al no sentirse amenazados.
Estrategia del éxito:
Primero que nada, acércate e identifica a los caciques mayores.
Camina con torpeza, da una imagen desgraciada y ridícula que
genere lástima. Míralos con simpatía, ríete de sus chistes y
vulgaridades, aplaude sus estupideces. Gánate su confianza, no
critiques, no contradigas.
Recuerda siempre:
Ellos deben ser para vos, los personajes más sabios y simpáticos
que hayas conocido. Te lo repito; ufánate en todo momento de tu
cualidad de torpe, servil
y vulgar, nunca muestres cultura alguna. Eso te permitirá ser
clasificado como inocuo a sus intereses y ser aceptado.
Sigamos entonces: escoge el momento y el escenario, asegúrate
que haya cámaras y medios. Ahora bien, si uno de los Grandes
Hermanos está presente, perfecto y, si es el Líder Supremo, mucho
mejor.
Grita catro peroratas anti gringas, maldice, demostrando la mayor
indignación hacia la iglesia y la derecha golpista, sin importar que
sepas o no lo que tal término significa, vuelve tu mirada hacia el gran
líder ahí presente, muéstrate emocionado ante su majestuosa
presencia y entornando tiernamente, tus ya lacrimosos ojos, lo
colmas de agradecidas loas por sus grandes méritos y sacrificios, con
voz emocionada y gestos grandilocuentes, no lo olvides.
Luego de eso y a grito partido, echa una media docena de vivas a
La Compañera y otras tanto a Ortega.
Siguiendo al pie de la letra lo anterior, estate seguro que ya la
hiciste, en verdad la hiciste, ¡ganaste la lotería!
Puedes ser narco, violador declarado, lo que sea, no importa, ya
has sido sanado, el Gran Hermano ahí presente te ungirá y zas, de
sopetón ya eres todo un revolucionario y ¡ay de aquel que lo ponga
en duda!
A partir de ahí, tus vacíos, sosos discursos, serán objeto de
eruditos análisis y editados para el consumo de las fieles masas.
Ahora escucha, no basta con serlo nominalmente y ya, no, no,
debes aprender lo que hacen los revolucionar@$ de éxito:
Si tienen que «virginizar» su demoníaco rostro o bien, cambiar
sus trajes de carnaval por el hábito de la madre Teresa de Calcuta, lo
harán, sin duda ni pudor alguno. Si deben transformar sus
autoritarios y amenazantes ladridos por una voz dulce, diariamente
expresada en maternales letanías, ponle sello que también lo harán.
Pueden estar ya decrépitos, con una pata en la tumba y aún así, su
única obsesión será siempre el poder absoluto, poniendo especial
énfasis en demostrar quién es el que manda, infligiendo las peores
atrocidades y humillaciones a quienes se atrevan a contradecirlos y
pongan en duda que de ellos y solo de ellos emana la verdad y
también, por supuesto, el poder.
ANEXO 20: SOLDADOS DE LA
“PAZ” ORTEGUISTA
Paramilitar “Chayán”
Miembro destacado de las caravanas de la muerte ORMU.
Declaraciones hechas durante una de las operaciones limpieza en
Nagarote y dadas a Iris, una joven reportera 25/06/2018.
P Chayán: Ajá chavala, decime, te voy a atender.
Periodista: Usted es un civil participando en una operación armada,
¿qué lo motiva a tomar las armas contra protestantes desarmados?
P Chayán: ¡Qué van a estar desarmados estos hijuemilputas!
Tienen armas escondidas, lo que pasa es que no se empujan porque
no tienen huevos como nosotros.
Periodista: Dígame, ¿por qué usan capuchas?
P Chayán: Mirá chavala, te veo media rara… te voy hablar
claro y ponelo, así como te lo digo: No vamos a permitir nunca que
el imperialismo se adueñe de Nicaragua. Leé las noticias, los
gringos les deben un platal a los chinos, saben que tenemos petróleo
y quieren adueñarse de todos los países para dárselos en pago, ese
es todo el cuento.
Acomodándose el fusil AK que colgaba de su hombro continuó:
—Los gringos están palmados y van de retro, ya Puerto Rico se
les voltió, ya no es gringo, ¿lo sabias? También los europeos se
están “pegosteando” a los rusos. Como aquí el comandante se les ha
parado duro y Nicaragua es un ejemplo para el mundo (¿?) les
mandan dólares a estos hijueputas obispos y tranqueros para joder.
Están locos, pero aquí están estos «akitas amansalocos» (risas del
grupo). Desde hace años, les ando ganas a todos estos perros.
Al decir aquello, Chayán levanta el fusil alentando a los presentes, todos
armados, a hacerlo al grito de la consigna «el comandante se queda». Muy
cerca, sobre la tina de una reluciente camioneta sin placas, unas cajetillas de
Marlboro al lado de una hielera, posiblemente llena de frías e
“imperialistas” Coca Colas o Budweisser, aguardaban a ser repartidas entre
los intimidantes enmascarados.
Paramilitar «Tatún» (PT)
Ejemplo de gran cultura y caballerosidad.
Barrio María Auxiliadora, Managua 12 / 06 / 2018
Periodista: ¿Podés decirme por qué apoyas al gobierno y atacan a los
estudiantes?
PT: Para que tengamos comida y hagan más carreteras. La derecha
quiere que seamos esclavos y que sea todo como antes, que no había
hospitales ni escuelas y solo los ricos, tenían carros (automóviles), ni
televisión había.
Periodista: ¿Qué edad tienes?
PT: 24 años, nací el 12 de julio de 1994, puro Managua, ¿y vos? Tenés
como 22 ¿verdad?
Periodista: Y, cuando vos naciste, ¿no había escuelas, ni hospitales,
ni televisión?
PT: Como no, pero más antes es que dicen que no había.
Periodista: Pero el comandante nació en 1945 y llegó a bachiller, el
canciller Moncada nació en 1948 y ahora es todo un Doctor. ¿Cómo habrán
hecho si no habían escuelas?
PT: Sabrán ellos, yo solo te digo lo que me han dicho.
Periodista: ¿Te pagan por andar aquí en estas operaciones?
Tatún vuelve a ver maliciosamente a ambos lados antes de responder:
PT: Negras, a mí nadie me paga nada.
Periodista: ¿No tienes miedo de perder la vida en esto?
PT: ¡Qué va! Un poco de chavalos agüitas son esos tranqueros
hijueputas, a los dos turcazos que oyen, salen disparados. Los de la UPOLI
y la UNI sí son más paraditos, pero qué van a poder con una “animala” de
estas.
Mientras responde, Tatún acaricia su escopeta.
Periodista: ¿Y no te parece que podría andar algún amigo o familiar
tuyo en esas protestas, y que vos mismo podrías herirlo o matarlo?
PT: Simón, puede ser, pero nadie los manda a que anden de vergas ahí.
No agarran ni mierda y andan de pendejos.
Periodista: Entonces, si agarraran algo, es que valdría la pena que
anduvieran de tranqueros ¿verdad?
Tatún: Simón. Yo por lo menos de aquí voy a sacar mi caponera
(motocicleta triciclo).
Periodista: Pero, si no pagan nada como decís, ¿cómo lo harás?
Tatún: Sos muy curiosa vos, ¿cómo crees que tengo este Samsung?
(muestra un teléfono 4G SAMSUNG). Hasta te puedo conseguir uno si te
portas bien conmigo. ¿Tenés novio?
ANEXO 21: TERNURA POLICIAL
TRAICIÓN
(Madrugada del 22 de diciembre del
2018) Conversación entre “Homero”
y “Cali”:
Homero: Dice el jefe que es una SONY HDC 1700 y una GY HM
650 SC, cada una en su maletín, eso es el dato que le acaba de mandar
el gordo.
Cali: Ojetivo limpio, solo lo k t mande en los camiones es lo que
abiya.
Homero: El gordo está cerrado que ahí quedaron, que esas no las
han sacado de ahí por no se que verga que busques arriba en una
especie de closets.
Cali: Nada maje, solo un cachmbo de papeles questa recogiendo la
gente de solis.
Homero: El gordo insiste que ahí quedaron la última vez que
estuvo ahí. Cali: Pues que benga ese ijueputa a buscarlos, aquí
ya no ay mas niberga. Homero: Calmate maje, que por aquí
anda JC.
Cali: Preguntale entonces ala gente de lo camiones maje, cuidado
se las batiaron.
Homero: Dejame ver, ay te llamo cualquier cosa.
Cali: Dale.
«EL Gordo»: Ex comentarista de 100% noticias (MAP).
ANEXO 23: INFAMIA
Caso del tergiversado reporte del incendio en el barrio Carlos Marx,
ocurrido el 16 de junio del 2018 y donde murieron carbonizadas 6
personas.
Mensajes entre Jacinto (diente) y Moraga (27/07/2018), miembros
menores
de
la Dirección General de Bomberos. Managua.
Jacinto:idiay maje no jodas nos cortaron los d
wiscogmsin
(WISCONSIN).
Jacinto: no va ver viaje.
Moraga: k mala onda diente.
Jacinto: que si eramos polisías o bomberos dicen.
Moraga: fue caballada esa mierda.
Jacinto: de ustedes.
Moraga: cual ustedes hijueputaa, no jodas delapuro del viejo
chaparro ese
del canciller y de castro acordate
queese sábado taban enlo del
dialogo.
Moraga: ellos lo escribieron a
todo mamón con el ijueput@ de
guerrero
que
anduvo allí en esa berga, landero andaba por chinandega creo.
Jacinto: ¿y mojica?
Moraga: mojica taba bolo en su casa y don salvador no quiso
meterse en eso.
Jacinto: viejo pendejo solo era un reporte loquiba aser.
Moraga: no ombre, es bombero viejo que se iba a ensuciar asi por
asi, uno porke es chancho y mierda de biaje bos sabes que eso fue
balurde
maje mala onda d plano una salvajada esa mierda.
Jacinto: solo berga sos bos también.
La Asociación de Bomberos de Wisconsin cortó relaciones con su
par nicaragüense a partir de la infame complicidad de estos, en la
falsificación del reporte tecno forense, sobre el incendio provocado
por paramilitares orteguistas en una casa del barrio Carlos Marx.
Tal y como puede comprobarse, viendo los videos de ese fatídico
día, el falaz y concluyente “informe forense, bomberil y policíaco”
determinando causas y sobre todo, culpables y demás, fue elaborado
a menos de DOS HORAS de ocurrida la tragedia, sin inspección
alguna del aún humeante sitio y difundido como verdad irrebatible,
por el Canciller Denis Moncada y el diputado orteguista Edwin
Castro durante el llamado, Diálogo Nacional que esa misma mañana
se llevaba a cabo.
Consultando información pública del departamento de bomberos
de Los Angeles (LAFD) así como datos de otras fuentes, se determina
que un informe tecno – forense profesional, en un caso de esa
naturaleza, en cualquier país del mundo, toma, al menos 48 horas
antes de ser emitido.
ANEXO 24: ALEXIS ¿ALCALDE
HONORARIO?aquí
Los sicarios de toga, los bien llamados, “jueces del orteguismo”, son la
infame contraparte de los despiadados paramilitares.
Corruptos a más no poder, manipulan de forma vil, la «justicia» para
reprimir a todo aquel que ose plantarle cara a la tiranía, que amenace sus
intereses económicos o, tal y como se relata a continuación, contradiga sus
intereses pasionales.
UN DESBOCADO OCTAVITO
— «Mirá muchacho, tragarse el orgullo, perder el miedo y arriesgarse, es
mejor a que sigás aquí, consumiendote en esta cárcel. Allá afuera, todo se
resuelve mijo, pero, aquí, ¿qué? »
Tal era el consejo que Fabián, un veterano recluso de la cárcel «Modelo»
(Tipitapa, Managua), daba a Jairo, su joven y atribulado compañero de
celda quien ahora tenía en sus manos, ni más ni menos, que su libertad.
No era fácil. A diario, durante 22 meses y 21 días, desde aquel infausto
17 de julio del 2017, en que fue capturado, había maldecido al infame
personaje que tramó su encierro, precisamente, el mismo que ahora le ponía
la libertad en bandeja a cambio de un indigno acuerdo. No hacerlo,
significaría, perpetuar su tragedia.
Aunque había aprendido a ahuyentar tristezas, tarareando canciones del
Buki o a los Tigres del Norte, jugando al naipe o hablando de lo que sea, el
espanto de tener encima una condena de 16 años y, peor aún, saber de que
tal situación era producto de una malévola trama, amargaba su existencia.
Oriundo de Terrabona, Matagalpa, donde vivía con su madre, Teresa
Loreto y su padrastro Esteban, Jairo, nacido en 1989 y cuyo apellido
materno y rostro, refleja un lejano parentesco con los migrantes italianos
que a finales del siglo XIX se asentaron por esas tierras, es hijo «natural» de
un alto oficial del mal llamado Ejército de Nicaragua, quien nunca lo ha
reconocido como tal.
Su vida, entre ordeño de vacas o siembros de tomate y cebolla, empezó a
dar un giro, cuando, a sus 17 años, salió «por primerita vez de su lugar»
como ayudante de un camión verdulero rumbo hacía la ciudad de Estelí.
Hoy confiesa haber sido deslumbrado entonces, por el bullicio, las
tiendas, las luces, el estadio y sobre todo, las lindas estilíanas.
Semanas después, otro viaje, esta vez a Managua, terminó
convenciendolo de que ahí estaba «la jugada» y que, definitivamente, «la
capital, era lo mejor pa’ salir de pobre...».
Es así que un día de tantos empezó a cargar sacos, canastos, barrer,
acomodar verduras o lo que fuera necesario, en el tramo de verduras de un
conocido, en el corazón del enorme mercado Oriental de Managua.
Poco a poco, explorando alrededores, Jairo descubre las canchas de
Basket Ball del parque Luis Alfonso, las que comienza a frecuentar y donde
se destaca por su altura y resistencia física aunque no por su habilidad con
el balón.
Es en esta nocturna actividad donde Jairo llama la atención de un
ventrudo y bien trajeado sujeto que, según le refirieron, entre risas e ironías,
era «algo raro, pero buena onda y regalón» y que, al igual que otros,
habituaba medrar por las canchas para observar el juego y también, con
mayor detenimiento, a los jugadores mismos.
Discretos saludos, con el correr de los días dieron paso a sugerentes
indirectas por parte de aquel obeso cincuentón que se hacía llamar “Ricky”,
hacia un huidizo y ruborizado Jairo.
Fue entonces que un par de costosas zapatillas - Adidas PRO 2.0 – y un
telefono - Huawei Enjoy 6S – obsequiados como muestra de «amistad y
admiración» y que dejarían boquiabierto al terraboneño Jairo, allanaron el
camino para más insistentes y agresivos acercamientos que, no obstante
tener sólidos dólares por caballería, no hicieron sucumbir las defensas de
nuestro norteño varón.
Astuto, inescrupuloso y para variar, funcionario con mucha cola e
influencia en el corrupto sistema judicial de la tiranía orteguista, Ricky
acostumbra a conseguir lo que quiere, cuando lo quiere. Es así que,
aparentando naturalidad e indiferencia ante los desaires de Jairo, le propone
a este, un bien pagado
puesto de guarda de seguridad de una lujosa residencia que, según decía,
recién acababa de adquirir en una exclusiva zona de Managua.
Un tanto suspicaz, pero también, tentado por una oferta de salario que
además de un adelanto en efectivo inmediato, triplicaba lo que ganaba en el
mercado, Jairo terminó aceptando la propuesta de Ricky.
Al respecto, Jairo, con su singular deje campesino nos describe:
«Viera amigo, parecía el mismito cielo esa casa, las luces se enciendían
solitas, solitas, cuando uno pasa. La cocina se enciende sin fosforos, con un
«chunchón» que parece telefono, un televisor más alto que yo y unos
asientones que como que tiemblan…ahh, y una gran “piscinona desde onde
se vide Managua allaaa abajisimo”…, comida había lo que quisiera. Lo
único arrecho ahí, es estar solo. El guarda del vecíno, me dijo que la casa
donde yo estaba, la policía se la había quitado a unos narcos, hacía poco»
Una vez asentado Jairo en la referida propiedad, Ricky, quien entonces
exigió terminantemente ser llamado Octavio, reanudó, de manera mas
agresiva el acoso hacia el primero, quién amenazó con renunciar de
inmediato, apaciguando los lascivos impulsos de quien pronto supo Jairo,
que también era influyente juez.
Al pasar de los días, las visitas de Octavio eran cada vez más esporádicas
y casi siempre, acompañado de policías o funcionarios de la alta
nomenclatura orteguista.
“Ahí llegaba una mujer que es alta jueza que parece que es “preparada”
para nada, porque una vez pidió una comida de esas que “les llaman
pizzas” y como el muchacho de la moto preguntó por “X. Rivera”, yo le
dije “endespues” a ella que si eramos familia, porque mi padrastro es
Rivera y también es de Matagalpa, la mujer esa se puso ardida y me trató,
me preguntó que por qué le dirigía la palabra, ese día hasta lloré de la
vergüenza. Ella se veía ahí con varón “futbolero”, como de mi edad, que
viera que parejo el hombre, una vez me mandó a comprar unas latas de
cerveza con un bllete de 20 dólar y me dejó que agarrara “toditito” el
vuelto... “
Una noche, como a las seis semanas de estar Jairo cuidando la
propiedad, un borracho y agresivo Octavio se aparece exigiendo “singulares
favores” que aquel, nervioso pero decidido, rechaza con cierta brusquedad,
haciendo que el alcoholizado juez pierda pie y caiga al piso.
Enfurecido ante la afrenta, Octavio vuelve a su vehículo, saca un arma y
entre gritos, amenaza a un aterrado Jairo, expulsandolo finalmente de la
propiedad.
“Creí que me iba a matar ese hombre, se puso como endemoniado y me
corrió de la casa en la pura noche. Caminé y caminé hacia al lado donde
se veían las luces, solo bajada y bajada, hasta llegar a un hospital que se
llama Monte España, donde pasé la noche. En solo la mañanita agarré
viaje y preguntando llegué hasta el Oriental. Con hambre y sin reales ya
que de los nervios, hasta olvidé la cartera como con 400 pesos que tenía,
por lo que me decidí a empeñar el teléfono”.
Después de dar algunas explicaciones y sobre todo, sabiendo de su
excelente desempeño y confiabilidad en su labor, Jairo fue readmitido en el
tramo verdulero de su pariente.
Cinco días exactos después del incidente con Octavio, Jairo es
violentamente capturado por la policía a un par de cuadras del tramo. Es
acusado de robo, agresión, amenaza con arma blanca y no recuerda que
otros cargos más.
La insistencia de la policía para que entregara su teléfono así como una
infidencia de parte del llamado «jefe de sector», amigo del del pariente de
Jairo, dejó clara la razón de todo aquello.
Poco dado al manejo de teléfonos, Jairo, al empeñar el suyo, no tuvo la
precaución de dejar inaccesible toda la información que el mismo portaba,
entre ellas, escandalosas fotos del juez acosador, lo mismo que mensajes
lascivos con los que a diario bombardeaba al semi analfabeto Jairo.
Mensajes que este último jamás leería.
La adolescente hija del prestamista, habría tomado furtivamente el
teléfono y al revisarlo y tomar con hilaridad las imágenes (el juez vistiendo
lencería femenina y colorido maquillaje) así como las docenas de mensajes,
algunos verdaderamente obscenos, cometió la terrible imprudencia de
reenviarlos con coletillas burlescas a todos los escasos contactos de Jairo,
entre ellos, ¡horror!, el mismo juez Octavio.
La furia del juez fue incontenible. Aunque Jairo no sabe responder si
realmente las escabrosas imágenes y mensajes saltaron o no a las redes, lo
cierto es que un escarnecido Octavio, revolvió toda la podredumbre que
debía
revolver, para, junto con otros corruptos operadores de “justicia” de su
ralea, hundir injustamente en la cárcel al desventurado Jairo.
En menos de un mes, - todo un record – Jairo fue condenado a poco más
de 16 años de prisión,
Tal y como previamente se indicó, el padre biológico de Jairo, un
coronelucho retirado pero fuertemente vinculado a las estructuras corruptas
de la mafia orteguista, nunca lo reconoció como tal. A pesar de eso, Teresa,
la campesina madre de Jairo, al enterarse de la situación, moviendo cielo y
tierra por su vástago, tomó la iniciativa de buscar ayuda en él nada ejemplar
padre de Jairo.
Sin saber por donde empezar, con el corazón en vilo, Teresa,
ingenuamente se acercó a los alrededores de la explanada de Tiscapa
preguntando infructuosamente a cada hosco uniformado que por ahí
encontraba acerca el hoy vetusto milico retirado. Pretender entrar y que la
atendieran en las oficinas de la comandancia, el palacio de los Herodes y
los Nerones, era un sueño.
Desconsolada, después de casi dos semanas dando, inútilmente, vueltas
por Managua, sin dinero y posando en casa de una piadosa amiga del barrio
Las Torres, Teresa empezó a resignarse ante aquella inamovible realidad y
aunque le aterraba la idea de volver derrotada a su casa en Terrabona, no
encontró otra alternativa.
Fue en ese pretendido viaje de regreso, cuando, sentada en una banca de
la estación de buses y mientras compartía con alguien su pena, esta llegó a
los siempre atentos oídos de un gritón y entrometido «vende agua helada»
quien, sin nadie pedírselo, regaló aquel certero consejo: “no sea sencilla
señora, usted sabe su nombre y apellido, pues búsquelo en las redes, ahí
encuentra hasta maldiciones”.
Aquellas palabras – obvias hoy día para la mayoría pero no para una
cincuentona campesina como Teresa - tuvieron un inmediato y
esperanzador efecto en ella, al punto de hacerla descartar el viaje y regresar
de inmediato a casa de su amiga, con cuyo auxilio, comenzó la búsqueda
del tal coronel en retiro.
No fue nada difícil encontrarlo. Fotos recientes, en francachelas y poses
exhibicionistas mostraban a un obeso sesentón de rostro maltrecho y sonrisa
fingida. Fotos antiguas y actuales, mostraban su nostalgia y afecto por las
armas. Nada raro en los ruines, sosos, vacíos e hiper corruptos milicos
orteguistas.
Entusiasmada,Teresa envió el primer mensaje, pasando el día entero a la
expectativa y sin obtener ninguna respuesta.
Tres o cuatro días más con igual número de mensajes, incluso por otras
vías y los mismos resultados: ¡mutis total! El ex coronel, ratificaba su vil
naturaleza.
Compungida, Teresa buscó su rancho.
Pronto, la mensual visita, con su carga de aliños para su vástago en
prisión, se convirtió en su único consuelo.
No era la primera vez que Teresa conocía el quebranto.
En 1991, un conocido piñatero y hoy acaudalado empresario ferretero de
Sebaco quien por cierto, comparte el mismo nombre y apellido del
personaje cómico que hace de Cantinflas, se apareció, documento en mano,
aduciendo ser el dueño de 71 manzanas de terreno que por más de 100 años
habían sido propiedad de los abuelos y antes, de los bisabuelos italianos de
Teresa.
No hubieron razones legales, morales ni de ningún tipo que justificaran o
revirtieran el despojo. Empresario, jueces y policías, coludidos, consumaron
la acción.
Un robo descarado e infame que empujó a Teresa y a sus hermanas a la
miseria.
Mario, que es el nombre del sinvergüenza empresario sebaqueño aquí
referido, es hoy el principal coordinador del paramilitarismo en esa zona.
Su voluminosa figura se destacaba, fusil en mano, liderando mortales
ataques a los protestantes y a la iglesia Niño Jesus de Praga y al templo de
los desamparados en Sebaco durante los acontecimientos del 2018.
UN BENJAMIN
— Fue un propio 24 de diciembre que llegó.
Un hombrón alto, gato de unos 50 y pico de años. Todo «aguevado» el
hombre aquel. No hablaba, solo le faltaba llorar. Se acostó de espalda en la
loza de la celda poniendo las manos como almohada. Fue al rato que nos
«semblantió» y preguntó si teníamos café.
Nos contó que era mecánico de barcos en Corinto y que estaba ahí,
preso, por un enredo con un terreno que había comprado.
Cuando le «palabrié» mi caso, no podía creerlo. Nos hicimos grandes
amigos. Me empezó a enseñar a escribír y a sumar, porque yo «medio leo»,
pero me cuesta escribir. «Parejo, parejo el hombre, para qué».
Ni al mes de estar ahí le llegaron a decir que iba libre en dos días. Viera
que pesar me dio. Sentí como que se iba mi padre o un hermano.
Fue la noche antes de irse que dijo que me quería sacar de ahí, que
aquello era injusto, que tenía un plan, pero que necesitaba que yo me
portara «guevón», preguntándome que si el hombre este, Octavio, sabía que
yo no podía escribir muy bien y yo le dije que nunca le había comentado
nada de eso.
Cuando me explicó lo del jodido plan, que era buscar como mandarle
unos poemas y cosas así de mi parte al tal Octavio, ahí nomás le dije que
no. Que nunca lo haría. Me acuerdo que me dijo que no fuera pendejo, que
a veces mentir era asunto de vida o muerte.
Yo me le cerré, ¡que no! y ¡que no!
Me dijo que lo pensara y me pidió el número de mi mama»”.
Conmovido por aquel campesino de mirada limpia, ingenuo y de
«trozado» hablar, Benjamín, quien por lo visto, además de mecánico tiene
vocación novelera, partiendo de que «los zorros vuelven siempre al mismo
gallinero», se dio a la tarea de buscar contacto «casual» con el juez Octavio
a través de un avispado y joven sobrino.
Dos semanas después se dio aquel «inesperado» encuentro entre Mauro,
nombre del sobrino de Benjamín y (nuevamente) “Ricky”.
Fingiendo asombro, ante la «increíble casualidad» Mauro se hace pasar
ante el juez como un prisionero recién indultado, que conoció a Jairo,
diciendole que este último «no cesaba de hablarle de un tal «Ricky», de
alabarlo y que vive frustrado por la “oportunidad perdida”...además de
aclararle que lo del trágico incidente con las imágenes difundidas desde
aquel bendito teléfono no fue otra cosa sino que la insensatez de una
adolescente que lo había tomado abusivamente.».
La indiferencia inicial de «Ricky» a lo relatado por Mauro, preocupó a
este último. Posteriormente, los cuestionamientos del juez sobre la salud y
situación
general de Jairo, le brindó un hálito de esperanza. Días después, algunos
picantes mensajes supuestamente enviados desde la prisión por Jairo, hacia
un desconfiado Ricky, terminaron por ablandar a este, creandole
expectativas y finalmente, lo más importante: ansiedad por liberar a Jairo.
Este último nos relata:
Fue para la visita, un 12 de mayo, que se apareció mi mama con un
abogado negrito, flaco, mandado por Benjamín. El hombre me platicó todo
y me dijo que seguramente alguien me buscaría y que debía confirmar todo.
Al ver la cara alegre de mi mama «no me di en valor de decir que no».
A los días, un custodio me llevó unos jugos y un medio pollo. No dijo
nada, solo me buscó y me los dio. Me acuerdo que eso fue exactamente un
día antes de que mataran a don Eddy, (PastorEddy Montes 16/05/2019) en
la galería de los políticos.
Como a los 15 días de eso, empezaron a llevarme al juzgado a firmar
papeles y en una de esas fue que «vide» al hombre ese Octavio. Se me
acercó y bien amable me dijo que se iba a arreglar todo, agradeciendome
por todo lo que le había escrito…
Yo estaba «enchachado», con un policía al lado y solo le bajé la cabeza.
No le dije nada, nada.
Para los primeros días de julio, un jueves, me llegan a traer a la celda y
me llevan al área de visita, puesto ahí un hombre de camisa blanca me dijo
que ya estaba lista mi orden de libertad, que a más tardar el lunes saldría,
me dio 500 pesos, un servicio de comida y un número de teléfono,
indicandome que en cuanto nomás saliera llamara a ese número para que
me fueran a recoger.
Me temblaban las piernas, no podía creerlo. Hasta regalé la comida.
Le mandé todas las bendiciones del mundo al jodido Benjamín. Me salvó
la vida, fue mi ángel de la guarda ese hombre, jamás podré pagarle.
El martes 9 de julio a eso de las 11 de la mañana salí de la carcel
«Modelo», disparado a agarrar un bus que me llevara al empalme de
Terrabona y de ahí,
«hacer viaje» a pié o a como sea, a abrazar a mi mama.
Del número de teléfono del hombre ese, ni me acordé.
Salí para Costa Rica, el 15 de enero del 2020, cuando empezaba el
asunto este del Covid.
Oriundo de Chontales y vinculado a una honorable familia de
intelectuales, el juez Octavio es un ejemplo del malvado aparato de
in-justicia orteguista.
Decenas de reos políticos y miembros de la iglesia han conocido su
implacable y canalla actuar.
¿Puede alguien explicarme mejor lo que es el
amor? Para mí es sentir el dolor del otro.
En la cárcel, si un compañero lloraba, yo
lloraba, si uno estaba feliz me contagiaba
su felicidad.
Tener esa cercanía, esa empatía por el otro, eso es el amor.