inalimbrico de tarjetas de crédito; los tres ocupantes de otra mesa
hablaban al mismo tempo porsusteléfonos cellars sin prestar
El mundo habla cambiados el hombre habia cambiado, Las
predicciones de Poppers habian realizado y el inmenso imperio
sovitico, que no habia podido crear una sociedad abierta, habia
muerto de anorexia espiitual: don dinero era un cabsllero més
ppoderoso que nunca; el fururo habia invadido el presente con
infinidad de invenciones més o menos ities. Harry Potter tenfa
més admiradores que Nelson Mandela. La violencia del fitbol
remplazaba poco a poco el fervor de las ideologlas Los proltatios
hablan desaparecido de la far de a tierra y un nuevo nihilismo
con promesas de piadosas cadenas ofrecia a golpe de amenazas y
de explosivos la ineransigencia integrista como una ator alterna-
tivade a liberad.
‘Ain teniamos mucho de qué hablar pero habia legado la
hora de decimos ads. Nos dimos un silencioso apretn de ma-
nos. Jacques Gilad se dirgi hacia la puerta y mientras os expejos
de la pared repevian su partida me pareci6 ver, junto a su reflejo,
cen una sibia revelacin intemporal, los vestigios de un mundo
de ayer que se aljaba, que se aljaba..
Vida, aborto y constitucién
El poder, como todo en el mundo de os hombres tiene limi-
tes que no se deberfan rebasar. Quienes tienen el privilepio de
‘epresentar al pucblo soberano no pueden olvidar que su poder
«es prestado, temporal yrepresentativo; que la replica esalérgi-
caalasintolerancas; que el contrato social supone, en su magat-
fica ingenuidad, la cleccién de hombres y de mujeres bios, sen-
satos, azonables, dignos, comprensives, protectoresy honestosa
Jacabeza de las insticuciones; ue a ley es el ilkimo recurso delos
Pobres, dels ignorantes, de los débiles, de los oprimidos, de ls
'marginados, de los desheredados de la foreuna, del talento dela
vireuds que es vocacién dela Carta Magna proteger el equilibrio
socal, permitir la convivencia de las cotrentes opuestas, as con-
cepciones éticas diferentes, ls creencias espitituale distinas y
‘sarancizar la realizacin de los suefios individuales y colectivos;
ue no es saludable imponer el prejuicio de unos al comporta-
‘miento de la mayora, ni es sensato desprecar la diversidad del
ppensamiento ola iqueza delos corazones; que la consttucién nos
debe proteger del fanatismo de as ideologtasyde la iniquidad de
todo maniquelsmo politico; que ningsin eredoideoligico deberia
obligar a una ciudadana a llevar a su cérmino un embarazo quetanto puede er producto dela ignorancia como dela dscrimina-
cin, del desprecio 0 de I ingenuidad, del instinto 0 de flso
amor, dela presién odel deseo, del engafioo dea violaciéa, de ls
manipulaciin o de a violencia, del descuido o del abandono, de
Iafalea de gua o de previsién, en fin, de todas las circunstancias
‘que pueden llevara una mujer a quedar embarazada sin realmen-
ve desearl,
‘Argumentar la defensa de la vida puede lucir admirable,
pero es una declaracin de principios que puede ser engafiosa.
La vida, esa ola de came dolorosay breve que nos empuja desde
Ja carrfia hasta las estellas,existia ya antes del embarazo y
continuard existiendo en sus manera diversas, incansables, mis-
teriosasyprefiadas de infinivos sorprendentes como lo ha hecho
siempre
Si uno desea realmente defender la vida, no una bella abs-
‘raccin sino la cotidian, la sudorosa, la que tiene cedulay sere,
laque votay suf areal la dura, la martirizada, lade aqut y la
de ahora, no abusa de una hermosa expresién para obviar la
responsabilidad de organizara en términos sensacos yjurfdicos,
ytampoco se deja intimidar por lo
twsvocablos con sus desoladorasconnotaciones, su solapada car-
sadesangre, de culpabilidad, de clandestinidad, de silencio, de
mentira obligada, de pecado, de desesperacién, de mala con-
Giencao dedesolacién.
‘Comprendo que quienes piensan, con sus sincerosjuramen-
tos de buenas intenciones y de amoral préjimo, que un dvulo
fecundado tiene exactamente las mismas prerrogativas qué Gia-
aqier udadano, se apoyan en una insignejurisprudencia el em-
bartao de una joven virgen en una lejana ade de Isac.Esaes una
‘cuesn de fe. El problema consisteen que el congreso no sesiona
como concilo ecuménico sino como asamblea constituyente, Los
ces pecaminosos de cier-
prelados tienen el derecho de pensar en términos teolégicos los
representantes de una republicarenen el deber de pensar sein
crittiosrepublicanos.
Agila sola epresentativdad para jstfcar una decisis,
aun soberana, es caer en una falacia de autoridad y sosayar la
‘xistencia de losartificios elecrorals, las mafia de los gremiospar-
tidarios, las manipulaciones de la opinién piiblica, los engafos|
sistemiticosa os ingemuos (que somos la mayorfa) ya fragiidad
de as conciencias en una sociedad donde tanta gente depende o
cree depender de la buena voluntad de los funcionaris de tno
yy del omanipresente poder del Estado.
La democracia no s6lo es un asunto de mandato, sino de
cordura, de prudencia y de compasién. Una buena intencién no
garantza un buen resultado, Ain ls religiones mds implacabes
offecen el recuso de la redencién de los pecadores; un artculo
constitucional no deberiaatreversealaimpiedad de negate! por-
venir de una mujer.
Recordemos que el camino del inferno también etd empe-
drado de iniquidadesy de trpeeas, no sélo de buenas intenciones.