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Disfrutando

la sobriedad
GONZÁLEZ, Rodríguez José Manuel
INSIGNARES, Abello César Augusto
Disfrutando la sobriedad, José Manuel González Rodríguez y César Augusto
Insignares Abello
1ra. Edición. Colombia: SantaBárbara Editores EU.
142 páginas.: il.:24 cm.
Incluye bibliografía e indice
ISBN 978-958-8905-XX-X

Ensayo. Medicina. Terapia de las adicciones.


Ciencias médicas. Medicina psicosomática.

Disfrutando la sobriedad
© SantaBárbara Editores, 2024
© José Manuel González Rodríguez
© César Augusto Insignares Abello, 2024

Primera edición, 2024

José Manuel González Rodríguez


e-mail: terapia.gonzalez@outlook.es

Alfonso Avila Pérez, editor literario.


Alejandra Herrera, coordinador editorial
Camilo Ávila Bustos, diseño
Carlos Merchán Céspedes, maquetación

SantaBárbara Editores E.U.


Carrera 65 No.84/25, Oficina
Móviles (035) (57+) 3107226137 - 3004679741
e-mail: santabarbaraediciones@gmail.com
www.santabarbaraeditores.com
Barranquilla, Atlántico, Colombia

Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley, cualquier forma de


reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta
obra sin contar con autorización de los titulares de la propiedad intelectual.
Queda hecho el depósito que previene la ley.

Impreso en Colombia.
Prólogo

Este libro realmente comenzó a escribirse en 1989, como un resu-


men del entrenamiento que recibió el primer autor bajo la direc-
ción de Omar Mejía, PhD, en el programa de tratamiento del al-
coholismo y la drogadicción del hospital Mount Sinai de Miami
Beach (USA). Este programa está fundamentado en el Modelo
Minnesota que utiliza los 12 pasos originalmente planteados por
la comunidad Alcohólicos Anónimos.

Esos apuntes fueron complementados a través del tiempo y uti-


lizados en mis labores académicas y terapéuticas durante mu-
chos años, con la idea de convertirlo en una obra útil para tera-
peutas, adictos y sus familiares.

Este libro se publicó por primera vez en 2002, con el nombre “Sa-
lud Familiar y Drogadicción” (Editorial Antillas). Se dieron su-
cesivamente cuatro ediciones de esta obra, la última en 2014. Des-
pués de 9 años, y 4 ediciones agotadas, había que dedicarle
tiempo a preparar una nueva edición actualizada de ese material,
solicitado por muchas personas que desean cambiar el curso de
su vida.

En esta ocasión se decidió modificar el nombre y llamarlo “Dis-


frutando la sobriedad” porque los autores somos conscientes de
que uno de los elementos claves para alejarse del consumo es
aprender a disfrutar la sobriedad. Cuando una persona adicta no
aprende a vivir felizmente sin consumir termina por aburrirse y
vuelve a consumir para evitar la monotonía y la falta diversión.
La vida sin drogas puede ser una experiencia feliz cuando la per-
sona adicta aprende a disfrutar la sobriedad.

Disfrutando la sobriedad | 3
También se decidió hacer la publicación con la coautoría de César
Augusto Insignares Abello, una persona con formación en el área
y amplia experiencia en la recuperación de personas adictas.
Nuestra relación es interesante, hace más de 30 años César Au-
gusto ingreso como paciente en el programa de la adicción en la
Clínica González. Luego fue líder y facilitador terapéutico de
esta misma institución e inicio su formación en el área de la re-
cuperación. La Clínica González cerró sus puertas en el año 2000,
después de una crisis financiera.

En 2012, cuando César y Patricia, su esposa, conformaron la Fun-


dación Shalom para el tratamiento de las adicciones le dieron a
José Manuel la oportunidad de colaborar con ellos, en calidad de
subdirector. Se cambiaron los roles, ahora César es el jefe.

Anteriormente los consumidores de cocaína y marihuana eran


los pacientes más comunes, hoy los adictos a la pornografía, al
sexo y a los juegos de azar han ganado mucha relevancia, quizás
debido a las facilidades que proporciona internet para acceder a
la pornografía y a la proliferación de casinos en nuestro medio.
Por eso la Fundación Shalom ha ido adaptándose a las nuevas
necesidades de la comunidad.

César y Jose Manuel han estado muy ligados al desarrollo de las


comunidades anónimas en nuestro medio. En 1989 fundamos el
primer grupo de Alcohólicos Anónimos en una clínica de la Re-
gión Caribe Colombiana. Este grupo funcionó por un par de años
en la Clínica Villa 76, donde José Manuel era el director del pro-
grama de alcoholismo y drogadicción. En 1990 fundamos el pri-
mer grupo de Narcóticos Anónimos en la Región Caribe Colom-
biana. Este grupo se llamó “Gratitud” y funciono en la Clínica
González hasta el año 2000. En el año 2010 José Manuel fundó el
primer grupo de Sexólicos Anónimos en la Región Caribe Co-
lombiana.

4 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Como podrás ver más adelante, apreciado lector, la Fundación
Shalom está realizando una importante labor en el Caribe colom-
biano. Es aquí importante resaltar la labor de Patricia Bejarano,
esposa de César, que ya no nos acompaña en este mundo, cuya
labor fue (¡y sigue siendo!) fundamental para el desarrollo coti-
diano de las actividades administrativas y terapéuticas en Sha-
lom. Bajo la dirección de César, Alejandro Insignares y Karen
Fuentes han asumido las labores administrativas y José Manuel
la coordinación de las actividades psicológicas.

Este libro es importante porque brinda información y ayuda a


crear conciencia sobre los efectos, riesgos y consecuencias del
consumo de drogas. Además, puede ayudar a educar a las per-
sonas sobre cómo prevenir y tratar las adicciones, así como a ge-
nerar empatía y comprensión hacia aquellos que luchan contra
esta enfermedad.

También puede ser una herramienta útil para profesionales de la


salud, educadores y familias que buscan recursos para abordar
este tema de manera efectiva.

José Manuel González Rodríguez


César Augusto Insignares Abello
Barranquilla, diciembre 2023

Disfrutando la sobriedad | 5
CAPÍTULO I
Introducción

Antes de la década de los años cincuenta, del siglo pasado, las


personas con problemas de alcoholismo recibían un breve pe-
riodo de desintoxicación hospitalaria o eran recluidas por mucho
tiempo en una institución psiquiátrica, con otros pacientes con
trastornos mentales.

En esa época había pocos recursos materiales y solo un pequeño


número de profesionales deseaban trabajar con estas personas
que tenían en general un muy mal pronóstico de recuperación.
El entrenamiento específico para trabajar con personas alcohóli-
cas también era muy deficiente,

Entre 1948 y 1950, tres instituciones (Willmar State Hospital, Pio-


neer House y Hazelden), en Minnesota, USA, descontentas de la
inefectividad de las estrategias terapéuticas utilizadas en ese mo-
mento, iniciaron una nueva forma de trabajar la recuperación de
las personas alcohólicas.

Un elemento importante para explorar esta nueva forma de aten-


ción en la salud mental fue el evidente éxito que estaba mos-
trando los grupos de Alcohólicos Anónimos y los 12 pasos de la
recuperación planteados por ellos.

La nueva experiencia generó lo que se llamó el Modelo Minne-


sota, que hoy es utilizado en muchas instituciones dedicadas al
trabajo de recuperación de personas con problemas de adicción
al alcohol y otras drogas. También es ampliamente utilizado por
otros programas de recuperación, como Jugadores Anónimos y
Sexólicos Anónimos.

Disfrutando la sobriedad | 7
El Modelo Minnesota partió de conceptos nuevos y revoluciona-
rios, en ese tiempo, creando una verdadera filosofía de la inter-
vención, radical, controvertida en aquella época y cuestionada en
muchos de sus aspectos, basada en los 12 pasos de Alcohólicos
Anónimos y en técnicas similares a las empleadas en las terapias
cognitivo-conductuales.

El Modelo Minnesota y las terapias cognitivo-conductuales en-


tienden que el proceso de recuperación va más allá de suspender
el consumo y requiere también la reorganización global del estilo
de vida de la persona adicta1.

Existen varios estudios comparando estos dos modelos. En


Humphreys2 puede verse la comparación de dos grupos: uno de
887 pacientes tratados bajo un modelo basado en los 12 Pasos y
otro con 887 pacientes tratados bajo un modelo cognitivo-con-
ductual. La abstinencia a los dos años de comenzar el tratamiento
fue significativamente superior en el primer grupo (49,5 % vs. 37
%). Además, los costos para el primer grupo fue un 30 % menor.
En un estudio longitudinal a 50 años, de una muestra comunita-
ria de hombres, se encontró que las personas con un consumo
abusivo de alcohol tenían más posibilidades de mantenerse abs-
tinentes en Alcohólicos Anónimos que en tratamientos profesio-
nales3.

Para los interesados en profundizar más en el estudio de la efica-


cia del Modelo Minnesota y de las comunidades basadas en los
-----------------
1 Moos, R.H. (2008). How and why Twelve-Step self-help groups are effective. En:

Galanter, M., Kaskutas, A.L. (comp.). Recent Developments in Alcoholism.


Volume 18. Research on Alcoholics Anonymous and Spirituality in Addiction
Recovery. Springer.
2 Humphreys K., Moos R.H. (2007). Encouraging post-treatment self-help

group involvement to reduce demand for continuing care services: two-year


clinical and utilization outcomes. Alcoholism, clinical and experimental research.
31(1), 64-8.
3 Vaillant, G.E. (1995). The Natural History of Alcoholism Revisited. Harvard Uni-

versity Press

8 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


12 Pasos, se recomiendo la lectura de Research on Alcoholics
Anonymous and Spirituality in Addiction Recovery4.

En la época en que el Modelo Minnesota se inició, a pesar de no


poder establecer una relación entre la adicción y alguna condi-
ción física o psiquiátrica, se planteó que debería haber congruen-
cia entre considerar el alcoholismo una enfermedad y no respon-
sabilizar a la persona de esta.

La implicación, de que el enfermo no es culpable, y su consecuen-


cia terapéutica ha sido fundamental para el Modelo Minnesota.

Para los precursores del Modelo Minnesota, es fundamental tra-


bajar primero con la adicción. Si no, se pierde la recuperación de
trastornos psiquiátricos o la modificación lograda de problemas
psicológicos, sociales y/o físicos. Y a la inversa, ayudar a alguien
a aceptar y afrontar realista y honestamente la enfermedad de la
adicción y no ayudarle a manejar otros problemas vitales ago-
biantes, resultaría en un fracaso.

En el Modelo Minnesota, las consecuencias asociadas con la adic-


ción se agruparon como multifacéticas, de índole físico, psicoló-
gico (cognitivo y emocional), social y espiritual.

El tratamiento sugerido por este modelo es la intervención di-


recta sobre el proceso primario: la enfermedad de la adicción.
Esta fue una idea radicalmente nueva, sobre todo para los profe-
sionales que aprendieron en su formación que la adicción siem-
pre era un síntoma de alguna otra enfermedad psiquiátrica. Lo
cual no niega que existan pacientes con doble diagnóstico, por
ejemplo: depresión y adicción.

El Modelo Minnesota se focaliza en el crecimiento espiritual, la


dignidad de la persona y aboga por el concepto de enfermedad
-----------------
4 Galanter, M., Kaskutas, A. L. (2008). Recent Developments in Alcoholism.

Volume 18. Research on Alcoholics Anonymous and Spirituality in Addiction Re-


covery. Springer.

Disfrutando la sobriedad | 9
crónica, sin cura, con un cuidado continuo en su recuperación.
Alcohólicos anónimos define la adicción como una enfermedad
crónica que no puede curarse, pero si detenerse. Es decir, no
existe un exadicto.

Los objetivos que se proponen lograr son: 1) recuperar al adicto


y 2) reinsertarlo en la sociedad, en lugar de encerrarlos en una
institución psiquiátrica.

Para el Modelo Minnesota, el concepto de enfermedad es defen-


dible desde la lógica, y útil a nivel terapéutico. La químico-de-
pendencia debe ser tratada como una enfermedad primaria. Pri-
maria se refiere a la naturaleza de la adicción como entidad pa-
tológica separada de otros estados patofisiológicos que pueden
estar asociados. Primaria se refiere a que la químico-dependencia
no es un síntoma de otro proceso patológico subyacente, sino que
es una enfermedad.

El Modelo Minnesota pretende alcanzar dos metas a largo plazo:

1) la abstinencia del consumo de las drogas y 2) una mejor cali-


dad de vida para la persona adicta y los que le rodean.

Para lograr las metas a largo plazo se trabaja con las metas a corto
plazo, que son:

1) ayudar a la persona adicta y su familia a reconocer la enferme-


dad y las consecuencias que esta trae,
2) ayudar a la persona a admitir que está enferma y que necesita
ayuda, y
3) llegar a convencerse de que podrá vivir una vida constructiva,
con la realidad de una enfermedad que no tiene cura.

También es importante ayudar a la persona a identificar cuáles


son las conductas y/o defectos de carácter que tiene que modifi-
car para tener una mejor calidad de vida.

10 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Carta 1
Deseo saber si mi hijo está metido en las drogas

Apreciado Dr. José Manuel González:

Desde hace un tiempo me vienen diciendo mis amigas y vecinas que mi


hijo está metido en las drogas. Yo no sé qué creer y quisiera que Ud. me
dijera que debo hacer para saber si eso es verdad.

Mi hijo es tan conflictivo que yo no quisiera equivocarme porque sé que


nos armaría un gran lío si yo digo algo sin tener la razón.
Atentamente, Madre Preocupada

Respuesta:

Apreciada Madre Preocupada:

La única forma de saber realmente si una persona consume dro-


gas (sustancias psicoactivas) es por medio de un examen de la-
boratorio. La orina, la sangre o el cabello pueden ser estudiados
en un laboratorio y el bacteriólogo puede saber si la persona está
o no usando drogas.

Hay varias modificaciones en el diario vivir que pueden mostrar-


nos que un hijo (o cualquier otra persona) está usando drogas.
Los principales cambios son:

Emocionales. El hijo se muestra irritable, hostil, huraño, huidizo,


desconfiado, irrespetuoso y con vocabulario insolente.

Mentales. El hijo muestra pérdida de memoria, perdida de ila-


ción en sus pensamientos y conversaciones, cambios bruscos de
temas de conversación, pensamientos ilógicos y percepción des-
ajustada a la realidad.

Conceptuales. El hijo pone en tela de juicio los valores y princi-

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pios, la autoridad y el rechazo social a las drogas. Físicos. El hijo
presenta aumento o pérdida del apetito, insomnio o somnolen-
cia, sudor, taquicardia, mirada vaga y cambios en sus hábitos de
aseo.

Académicos o laborales. El hijo tiene bajo rendimiento en los es-


tudios o en el trabajo, problemas de atención, esfuerzo, cumpli-
miento y asistencia.

Familiares. El hijo presenta problemas para participar en las ac-


tividades familiares y en el cumplimiento de las obligaciones con
la familia.

Éticos. El hijo presenta mentiras, chantajes, hurto, violencia hacia


otros y hacia si mismo (intentos de suicidio).

Ninguna de estas características por si solas es signo de adicción


a las drogas, pero varias de ellas si son indicio de que puede ha-
ber consumo de drogas. Cuando eso ocurre, lo mejor es salir de
dudas haciendo un examen de orina o de sangre. Para una mejor
información al respecto te aconsejo que te acerques a un labora-
torio bacteriológico.

12 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Carta 2
Ella dice que no es alcohólica

Doctor José Manuel González:

Estoy muy apesadumbrado porque mi compañera toma todo el tiempo.


Yo la quiero mucho. Creo que la quiero más que a mi propia vida. Desde
que la conocí no he hecho más que complacerla darle todo lo que ella ha
querido y necesitado.

Yo soy un hombre bueno, fiel, trabajador. Ella ya ha perdido su trabajo, su


dignidad y la autoridad sobre nuestros 3 hijos. Cuando toma se me pone
agresiva y después no se acuerda de nada. Ella dice que no es alcohólica,
pero toma todos los días, hasta me saca plata de la cartera para irse a
tomar. ¿Qué hago doctor?

Joaquín.

Respuesta:

Apreciado Joaquín:

El Hospital de la Universidad de John Hopkins, en la ciudad de


Baltimore (USA) utiliza el siguiente cuestionario de 20 preguntas
para determinar si un paciente es alcohólico o no:

1. ¿Es la bebida causa de la ausencia en su trabajo?


2. ¿Hace desgraciada a su familia el hecho de beber?
3. ¿Bebe Ud. porque se sienta disgustado con la gente?
4. ¿Bebe hasta el punto de afectar su reputación?
5. ¿Ha experimentado alguna vez remordimiento por su forma de beber?
6. ¿Ha experimentado dificultades económicas por el hecho de beber?
7. Cuando bebe, ¿frecuenta malas compañías o ambientes de condición
inferior al suyo?
8. ¿Se olvida del bienestar de su familia cuando bebe?
9. Desde que bebe, ¿ha perdido Ud. el deseo de mejorar, de superarse?
10. ¿Se siente obsesionado por el deseo de beber en ciertos momentos del

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día?
11. ¿Desea Ud. tomarse un trago en la mañana siguiente a haber bebido?
12. ¿Tiene dificultad para dormir después de haber bebido?
13. ¿Han disminuido sus aptitudes desde que bebe?
14. ¿Compromete la bebida su posición o su negocio?
15. ¿Bebe Ud. para evadir las preocupaciones o las molestias?
16. ¿Bebe Ud. Solo?
17. ¿Ha olvidado lo que ocurrió mientras bebía (“lagunas mentales”)?
18. ¿Ha recibido tratamiento para el alcoholismo por su médico?
19. ¿Bebe Ud. para reafirmar su confianza en sí mismo?
20. ¿Ha estado internado en un hospital o en una clínica a causa del
alcoholismo?

La persona es un alcohólico si contesta SI a tres (3) o más pregun-


tas de este cuestionario. Por lo que cuentas, parece que tu compa-
ñera respondería SI a más de 3 de estas 20 preguntas, lo que
podría ser interpretado como un indicio serio de problemas con el
alcohol.

A mí me parece adecuado que leas este cuestionario con ella, para


ver que piensa al respecto. Si luego de leerlo, ella reconoce que
existe un problema, lo recomendable seria buscar ayuda para solu-
cionarlo. Una buena asesoría te la pueden prestar en Alcohólicos
Anónimos, quienes tienen grupos de ayuda en casi todas las ciu-
dades colombianas.

Su oficina principal queda en Medellín - teléfonos 6042517887,


3147922703, Calle 50 No. 46-36. Of. 310, Medellín, Web:
h ps://aacolombia.org/ - donde gustosamente te asesoraran
gratuitamente.

Tu estas metido en una situación que requiere que actúes con tran-
quilidad y serenidad, para que las cosas anden bien. Conversar
con un familiar, con un amigo de experiencia y madurez o con un
psicólogo, psiquiatra, sacerdote, pastor o rabino puede ayudarte
a sentirte más tranquilo y sereno. Creo que de esta vas a salir ade-
lante. ¡Buena suerte!

14 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


CAPÍTULO II
Adicción al alcohol y otras drogas

La palabra adicción deriva del latín y significa “esclavo de”. Las


adicciones más comunes son: a la comida, a otra persona, al al-
cohol y a otras drogas, al juego, al trabajo y al sexo.

Estos seis trastornos están íntimamente relacionados y se distin-


guen por las mismas características compulsivas: la persona en-
ferma hace o consume algo que le trae consecuencias negativas,
pero no puede dejar de actuar de esa manera.

Según Narcóticos Anónimos, en los trastornos adictivos hay dos


aspectos importantes:

El primero, la persona enferma sufre porque su adicción le pro-


duce problemas (físicos, familiares, mentales, laborales o acadé-
micos, éticos y espirituales); y el segundo, la persona enferma no
puede dejar de hacer lo que le trae problemas. No puede parar,
no puede suspender su actividad compulsiva.

En la persona adicta al alcohol y a otras drogas hay trastornos


físicos, mentales, emocionales, sociales, laborales o académicos,
éticos y espirituales, que son producidos fundamentalmente por
el daño en el sistema nervioso que el consumo de las drogas (SPA
- sustancias psicoactivas) producen en la persona enferma.

La persona adicta tiene un sistema nervioso diferente al de la per-


sona no adicta, el trastorno esta principalmente localizada en las
sinapsis (unión entre cada una de las neuronas del sistema ner-
vioso) en donde los mecanismos para producir y recibir las sus-
tancias neurotransmisoras funcionan en forma diferente a la de
los seres normales.
Disfrutando la sobriedad | 15
Características de la adicción
El Dr. Anatolio E. Muñoz Jofré5 señala que la adicción al alcohol
y a otras drogas es un trastorno mortal, progresivo, familiar y
crónico.

La adicción al alcohol y a otras drogas termina generalmente en


la muerte, la cárcel o la psicosis.

La muerte en el adicto se puede producir por suicidio, por acci-


dente, por cirrosis hepática, por pancreatitis hemorrágica, por in-
farto del miocardio, por cáncer de pulmón o por cualquiera de
las otras muchas enfermedades que produce el abuso de Drogas.
Las investigaciones científicas muestran que los adictos mueren
en promedio quince años antes que la gente normal no adicta.

La adicción al alcohol y a otras drogas es un trastorno progresivo.


Al principio el individuo no consume ningún tipo de drogas. El
uso se inicia generalmente por curiosidad, con el tiempo la per-
sona se vuelve un consumidor social que solo utiliza drogas
cuando le brindan en reuniones o fiestas.

A medida que el sistema nervioso del enfermo va cambiando (y


se trastorna) la persona va sintiendo la necesidad de consumir
drogas con más frecuencia y , en un momento dado, el individuo
comienza a tener problemas con el uso de las drogas. La vida so-
cial y emocional se altera, se presentan problemas familiares, la-
borales o académicos y la persona pasa de ser consumidor social
a drogadicto. Algunas personas necesitan mucho tiempo para
pasar de consumidores sociales a ser adictos, otras recorren en
muy poco tiempo este camino.

La experiencia muestra que hay una ruta general de deterioro de


35 escalones descendientes en la mayoría de las personas adictas.
Estos escalones son caminados con diferentes velocidades,
-----------------
5 Muñoz, A. (1987). Farmacodependencia: La enfermedad. Amazon.

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algunos, a veces en semanas, otros, a veces en años, pero siempre
llevan hacia la cárcel por algún delito, o a la hospitalización por
una enfermedad grave o al cementerio. Algunos drogadictos se
saltan algunos pasos, pero todos llegan, tarde o temprano al
mismo fin.

Veamos los escalones:

1) Primer consumo de la droga.


2) Solo la utiliza en eventos sociales.
3) Solo la usa cuando otras personas le brindan.
4) Se le incrementa la popularidad entre las personas que
consumen.
5) Se incrementa de forma artificial la capacidad laboral o
académica.
6) Mejora la vida sexual por la desinhibición que el consumo
produce en las etapas iniciales.
7) Se siente con más capacidades mentales, aunque esto no
ocurre realmente.
8) Compra la droga que consume y cada vez compra más
cantidad.
9) Miente con respecto a su consumo de drogas.
10) Aumenta la cantidad y el tiempo que demora consu-
miendo la droga.
11) Inician las fallas en la concentración y la memoria.
12) No deja de consumir hasta que la droga que compró se
acaba. Generalmente en ese momento va a comprar más.
13) Pierde el interés por otras actividades (familiares, acadé-
micas, laborales o recreativas) diferentes a consumir la
droga.
14) Se le altera el sueño y el apetito. Aumentan o disminuyen
significativamente.
15) Se presentan faltas injustificadas al trabajo o al estudio.
16) Asume actitudes agresivas, orgullosas y egoístas. Mues-
tra claramente una actitud egocentrista.

Disfrutando la sobriedad | 17
17) Cambia de amistades. Solo comparte con personas que
también consumen drogas.
18) Comercia con drogas para financiar su consumo.
19) Tiene serios problemas familiares o conyugales.
20) Cuando la conversación se refiere a las drogas que con-
sume se comporta agresivamente o se resiente exagerada-
mente.
21) Su vida sexual tiende a variar y aparecen la promiscui-
dad, la prostitución, el sexo en grupo y los abortos.
22) Siente culpa y remordimiento por sus acciones bajo el
efecto de la droga.
23) Muestra resentimientos injustificados y absurdos.
24) Incumple las promesas de dejar de consumir y “pierde la
fuerza de voluntad” al respecto.
25) Aparecen problemas económicos para consumir que se
solucionan con robos y estafas, muchas veces a los familiares.
26) Se siente amenazado y perseguido, cuando esto no está
realmente ocurriendo.
27) Temblores, dolores, taquicardias y otros trastornos de su
salud.
28) Depresión, llanto, desespero y deseos de suicidarse.
29) Aumento significativo del egocentrismo, la agresividad,
el egoísmo y el orgullo.
30) Se incrementan significativamente los problemas econó-
micos.
31) Desaparece el deseo sexual y aparecen los problemas de
erección, lubricación y orgasmo.
32) Terminan de desaparecer los valores éticos y morales.
33) Abandona el estudio o el trabajo.
34) Permanece en parrandas prolongadas de varios días.
35) Ingresa al Hospital, o a la cárcel o al cementerio (destino
final del consumo).

Para conocer el grado de deterioro de una persona que consume


drogas basta contar cuantos de estos escalones ya ha caminado.

18 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Disfrutando la sobriedad | 19
Los hechos muestran que la persona nunca puede echar para
atrás en el proceso mientras consuma drogas, sino que siempre
se avanza en el problema.

Un individuo que abusa de drogas durante un período de tiempo


puede dejar de consumirlas por 5, 10, 15 o 20 años, pero cuando
vuelve a usar se meterá en mayores problemas que los que tuvo
cuando inicialmente consumía, ya que el tiempo que dejo de usar
no elimina el grado de enfermedad que el paciente tiene. Es por
eso por lo que los adictos no pueden aprender a consumir en una
forma social, como lo hacían al principio del proceso patológico.
La solución real implica no volver a consumir (nunca), como lo
ha señalado Alcohólicos Anónimos desde 1935.

La adicción es una enfermedad familiar. Se transmite en parte a


través de la familia, de una forma u otra la familia influye en que
se mantenga y la recuperación debería realizarse con la partici-
pación de la familia. Los adictos tienen generalmente hijos con
características típicas. Las investigaciones muestran que los adic-
tos tienen cuatro grandes tipos de hijos: “El héroe familiar”, “El
rebelde”, “El retraído”, y “El payaso”. Mas adelante se profundi-
zará sobre este punto.

El alcoholismo y la adicción a otras drogas es un trastorno cró-


nico. Al igual que la diabetes, es una enfermedad que no se
puede curar.

El adicto va a tener la enfermedad hasta el último de sus días. El


enfermo puede recuperarse y esto significa detener el avance de
la enfermedad, pero esta nunca va a desaparecer.

Un adicto puede detener el avance de su enfermedad si hace dos


cosas:

Suspender el consumo de todas las drogas. Un adicto que quiere


detener su enfermedad debe dejar de consumir cafeína, gaseosas

20 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


negras, chocolate, nicotina, alcohol, cocaína y sus derivados,
marihuana, opio y sus derivados, tranquilizantes, alucinógenos,
etc...

Modificar su estilo de vida. Un adicto que quiere parar su enfer-


medad debe modificar sus creencias, ideas, emociones, hábitos y
costumbres. Mientras el adicto siga viviendo su vida cotidiana
lleno de egocentrismo, indisciplina, deshonestidad, intolerancia,
autosuficiencia, ira, resentimiento, ansiedad, culpabilidad, pere-
za, miedo, inseguridad, prepotencia, etc., será un “adicto seco”.

No está consumiendo, pero piensa, reacciona emocionalmente y


se comporta como si lo hiciera.

Causas de la adicción
La adicción es un fenómeno complejo, multifactorial. Son muchas
las causas que intervienen en su desarrollo.

Hay factores que predisponen a que la persona adquiera o desa-


rrolle la enfermedad, hay factores que precipitan el inicio de la
enfermedad y por último hay factores que mantienen a la persona
enferma.

El cuadro 1 muestra un resumen de los principales factores o cau-


sas de la adicción a las drogas. Como puede verse entre los facto-
res que predisponen a la enfermedad está la herencia, esto es algo
que ya no se discute en el mundo científico, ya que las investiga-
ciones muestran sistemáticamente que las personas adictas nacen
con la predisposición a volverse adictas.

Las personas adictas son hijos(as), nietos(as), bisnietos(as), pri-


mos(as) o sobrinos(as) de personas adictas.

Disfrutando la sobriedad | 21
Cuadro No.1
Resumen de los principales factores que causan
la enfermedad de la adicción

PREDISPONEN PRECIPITAN MANTIENEN

· Herencia · Consumo de SPA · Facilitadores


· Abuso sexual infantil · Familia · Coadictos
· Ambiente laboral y/o
Académico
· Amistades
· Publicidad

También se ha encontrado que el abuso sexual infantil es otro


factor que predispone.

Entre las causas que precipitan la enfermedad es importante des-


tacar la familia. Las familias que manejan mal la autoridad (por
exceso o por falta de ella) y las familias que no expresan adecua-
damente el afecto (por ser excesivamente amorosas o por no dar
ningún tipo de afecto) son las que más frecuentemente disparan
la enfermedad. Mas adelante se profundiza sobre este aspecto.

El ambiente laboral o académico es supremamente importante


para disparar la enfermedad. Una persona que se mueve en un
ambiente laboral o académico, en donde es común el uso y el
abuso de las drogas (legales o ilegales) desarrolla frecuentemente
esta enfermedad.

Las amistades son otro factor importante en el inicio de la enfer-


medad, por esto una de las sugerencias importantes a todo pa-
ciente, es el iniciar el contacto con otros círculos sociales y apar-
tarse de los antiguos amigos consumidores de alcohol y otras
drogas.

22 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


CAPÍTULO III
Fundación Terapéutica Shalom

César Augusto Insignares Abello


Director Shalom

Shalom nace de la experiencia acumulada de su director a través


de más 30 años de trabajo en diferentes instituciones, así como
en procesos de recuperación individuales, además de su propia
historia de 22 años de adicción activa.

Desde 1990, en su primer año de recuperación, en la Clínica Gon-


zález, el autor comenzó su trabajo por vocación, en la misma ins-
titución, ocupando diferentes cargos desde coordinador de la
disciplina hasta consejerías y tutorías, pasando por el manejo de
terapias de grupos.

En 2004, el autor se vinculó a la Fundación Morphos, en Barran-


quilla, dedicada a la recuperación de personas adictas, dirigida
por el Dr. Jairo Medina y comenzó a prestar un servicio de hogar
de paso en su residencia. Esta experiencia le permitió acumular
una serie de conocimientos invaluables del comportamiento dia-
rio y en familia del adicto. Este hogar de paso reporto excelentes
resultados, por lo que le nace la inquietud de acondicionar un
sitio con más capacidad y con un excelente equipo de colabora-
dores, profesionales y operadores adictos en recuperación, im-
plementando el Método Minnesota en el proceso de recupera-
ción de los adictos, sin perder la esencia de este.

Es así como nace lo que es hoy es la Fundación Terapéutica Sha-


lom, el 15 de enero del 2012, prestando un servicio personalizado
y a la vez capacitando y llenando un espacio necesario en la re-
gión Caribe y con proyección nacional.

Disfrutando la sobriedad | 23
Desde el inicio de sus actividades terapéuticas, la Fundación Te-
rapéutica Shalom ha seguido las mismas directrices que regían
la Clínica González, sitio donde el autor inicio el desarrollo de su
trabajo con personas adictas.

Misión de la Fundación Terapéutica Shalom


La Fundación Terapéutica Shalom, es una Institución creada sin
ánimo de lucro, dedicada a trabajar en rehabilitación, prevención
e información en el campo del uso, abuso y dependencia de sus-
tancias psicoactivas (drogas); así como en otras adicciones no
químicas (juego, sexo, internet, comida, etc.) y comportamientos
asociados (violencia intrafamiliar, desórdenes alimenticios, de-
presión, convictos emocionales, entre otros). Durante su aten-
ción, es importante resaltar que son respetados los derechos y
deberes del paciente.

Visión de la Fundación Terapéutica Shalom


Ser reconocida como la Fundación Terapéutica para adicciones
número uno a nivel Nacional para ofrecer un servicio calificado
y eficaz a nivel preventivo y terapéutico.

Tratamientos en la Fundación Terapéutica Shalom


En el Centro de atención a la Drogadicción, la Fundación Tera-
péutica Shalom, comprometidos con la prevención y tratamiento
del consumo de sustancias psicoactivas, ofrecemos tres tipos de
tratamiento:

Tratamiento con hospitalización: La hospitalización se da nor-


malmente como comienzo del proceso en el cual el paciente está
completamente concentrado en su recuperación recibiendo acti-
vidades todo el día, como terapias individuales o de grupo infor-
mación y trabajo personal sobre los 12 pasos, yoga, terapia ocu-
pacional, etc.
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Tratamiento por Hospital Día: Es la modalidad de atención in-
termedia entre la hospitalización y el tratamiento ambulatorio
donde el paciente debe acudir a la institución durante el día y
cumplir con el cronograma de actividades establecido para los
pacientes internos y las consultas psiquiátricas y psicológicas es-
tablecidas en el tratamiento.

Tratamiento por Hospital Día - Telemedicina: Proceso desarro-


llado a la medida de los usuarios, quienes, por dificultades y
complicaciones para movilizarse a diario, se lograron a adaptar
a este tipo de proceso durante el año 2020 (en pandemia). Una
tasa de adherencia al programa del 87% se encontró en esta va-
riedad. En la actualidad se proporciona a personas que no resi-
den en Barranquilla.

Tratamiento Ambulatorio: En esta fase el paciente recibe aten-


ción psiquiátrica, psicológica y terapias familiares a un nivel de
consulta individual y grupal.

Este programa de tratamiento se diseña de acuerdo con las nece-


sidades del paciente y su entorno familiar, cuyo fin es mejorar la
funcionalidad individual, social y ocupacional, desarrollando
nuevas habilidades o recuperando las habilidades perdidas de-
bido a la enfermedad. Este programa incluye exámenes de con-
trol de orina y consulta médica.

Orígenes del Modelo Minnesota


La Fundación Terapéutica Shalom fundamenta sus procesos te-
rapéuticos en el Modelo Minnesota, complementado por terapias
psicológicas (de orientación principalmente cognitivo-conduc-
tuales).

Este modelo surge de la llamada “Experiencia Minnesota” alrede-


dor del año 1950, en tres centros pioneros del tratamiento del

Disfrutando la sobriedad | 29
alcoholismo en el estado de Minnesota: Pioneer House, Hazel-
den y Willmar State Hospital.

Desde sus principios, este modelo no establece una relación entre


la adicción y alguna condición física o psiquiátrica y plantea que
el alcoholismo es una enfermedad de la que no se debe respon-
sabilizar a la persona.

Este modelo rompe con la creencia que existía hasta el momento,


de que la adicción era un síntoma de otra enfermedad y co-
mienza a plantearse como núcleo del problema, pasando a ser
considerada una enfermedad primaria (que no tiene cura y pre-
cisa de una recuperación continua) y no solamente una conse-
cuencia de otro trastorno mental. Además, para el Modelo Min-
nesota las consecuencias de la adicción son de ámbito físico,
mental, emocional, social y espiritual.

El modelo Minnesota se basa en estos supuestos:

1. La adicción es una enfermedad crónica, progresiva y mor-


tal.
2. Es una enfermedad primaria, no un síntoma de otro tras-
torno.
3. La adicción es uno de los síntomas de esta enfermedad.
4. El adicto tiende a negar esta enfermedad.
5. El adicto no es responsable de padecer esta enfermedad.
6. La meta es la recuperación del adicto a través de un cui-
dado continuado, no la cura de su enfermedad.
7. La adicción debe abordarse de manera multidisciplinaria.
8. Se sugiere trazar un plan de rehabilitación individuali-
zado para cada paciente.
9. La recuperación se facilita con el apoyo del entorno del
adicto estableciendo una red que mantenga esta recupera-
ción.
10. Se persigue el bienestar integral del paciente: físico, men-
tal, emocional y espiritual.

30 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Historia de los 12 pasos de Narcóticos Anónimos
El primero de este tipo de programas fue el utilizado por un
grupo de Alcohólicos Anónimos en Akron, Ohio, USA, iniciado
en 1935 por William Griffth Wilson y Bob Smith, MD, conocidos
por los miembros de Alcohólicos Anónimos como Bill W y Dr.
Bob. Fueron ellos los que crearon la tradición de utilizar solo el
nombre de pila para identificarse unos con otros durante las
reuniones de AA y mantener de esta forma el anonimato.

Los 12 pasos fueron diseñados originalmente por Wilson, junto


a otros miembros de AA, como un camino sugerido para la recu-
peración de la adicción al alcohol.

Estos 12 pasos tienen a su vez origen en los 6 pasos del llamado


Grupo Oxford, creado por el misionero cristiano Frank Buch-
man. Los grupos de Oxford practicaban lo que ellos llamaban los
cuatro absolutos: Pureza, Honestidad. Amor y ausencia de Ego-
centrismo.

Tras un breve periodo de tiempo asociados en los grupos de Ox-


ford, los fundadores de AA pensaron que la rigidez y el funda-
mentalismo religioso de este tipo de grupos no tenía cabida en
su programa espiritual. De hecho, una de las 12 Tradiciones que
regulan el funcionamiento de AA señala que “no está afiliada a
ninguna secta, religión, partido político, organización o institución al-
guna”.

Además de la necesidad de alcanzar un despertar espiritual, en


el llamado Libro Grande (texto básico del programa de recupe-
ración de AA), Bill dio una gran relevancia a las ideas sobre el
alcoholismo del Dr. William D. Silkwork y del Dr. Carl G. Jung.
Bill y Bob se apoyaron en su experiencia personal y en la expe-
riencia de los primeros 100 miembros de la comunidad AA6 para
-----------------
6 Actualmente existe una presencia de AA en aproximadamente 180 naciones

y se calcula que tiene 2.000.000 miembros activos. Hay más de 123.000 grupos

Disfrutando la sobriedad | 31
redactar la primera edición del Libro Grande de AA que describe
el programa.

Más tarde, constatada la eficacia de los 12 pasos, el programa fue


extendido y adaptado prácticamente a todos los tipos de depen-
dencia. Este es hoy la estrategia central de la mayoría de los gru-
pos para el tratamiento de adicciones químicas, emocionales, se-
xuales y otras, como la ludopatía.

¿Qué es un programa de 12 pasos?


Es un programa de ayuda mutua, basado en pares para el alcoho-
lismo, el abuso de drogas y otros comportamientos adictivos y
disfuncionales. Los pasos son principios rectores que describen
cómo superar la adicción, evitar los desencadenantes y vivir una
vida saludable y productiva.

Los grupos de 12 pasos (AA, NA, SA, JA, etc...) proporcionan un


entorno anónimo, seguro y de apoyo para compartir conocimien-
tos, crear vínculos y mantener la sobriedad con otras personas en
situaciones similares. Está dirigido por un miembro del pro-
grama, a menudo alguien que ha estado en recuperación durante
un tiempo significativo.

Los miembros de grupo de 12 pasos se animan unos a otros a


compartir sus sentimientos y experiencias con la adicción, a me-
dida que avanzan en cada paso del programa. El objetivo es ayu-
dar a los miembros a experimentar un "despertar espiritual" o ha-
cer el cambio personal necesario para superar la adicción.

Los programas pueden diferir, según el tipo de adicción, pero


algunos elementos comunes en el proceso de 12 pasos incluyen
los siguientes elementos:
-----------------
de AA en todo el mundo y la literatura de AA ha sido traducida a más de 100
idiomas.

32 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Hay que admitir que no tienes el control sobre tu adicción. Reco-
nocer la impotencia.

Reconocer un poder superior que puede darte fuerza para vencer


la adicción. Tener esperanza.

Colocar nuestra voluntad y nuestras acciones en manos de un


poder superior. Rendirse ante un poder superior.

Examinar los errores cometidos en el pasado y admitirlos. Hacer


y compartir un inventario moral.

Hacer las paces con los que le rodean, pidiendo perdón cuando
esto es posible. Haga una lista de enmiendas necesarias y llevar-
las a cabo.

Vivir una nueva forma de vida. Emplear la meditación y la ora-


ción en la cotidianidad.
Ayudar a otros adictos a conocer el camino de la recuperación.
Compartir y apoyar la recuperación por medio de estos pasos.

Si bien los programas de 12 pasos se basan en principios espiri-


tuales, el lenguaje de Dios como un "poder superior" enfatiza
cómo cada miembro lo reconoce, lo que permite diferentes inter-
pretaciones y creencias. Mientras que algunos miembros creen
en un Dios tradicional, otros creen en el karma, la tierra, la cien-
cia, la madre naturaleza, el universo, la humanidad en general o
incluso en su comunidad de recuperación como un poder cura-
tivo superior.

Cualquier persona motivada para recuperar y mantener la so-


briedad puede beneficiarse de un programa de 12 pasos. Si asiste
y participa regularmente en las reuniones, es más probable que
experimente el éxito con el programa.

Mantenerse involucrado con un grupo de 12 pasos a largo plazo


ayuda a garantizar que el programa funcione para usted.
Disfrutando la sobriedad | 33
El programa de 12 pasos de Narcóticos Anónimos

1. Admitimos que éramos impotentes ante nuestra adicción, que nues-


tra vida se había vuelto ingobernable.

2. Llegamos a creer que un Poder superior a nosotros mismos podía de-


volvernos el sano juicio.

3. Decidimos poner nuestra voluntad y nuestra vida al cuidado de Dios,


tal como lo concebimos.

4. Sin miedo hicimos un detallado inventario moral de nosotros mismos.

5. Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano
la naturaleza exacta de nuestras faltas.

6. Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios eliminase todos


estos defectos de carácter.

7. Humildemente le pedimos que nos quitase nuestros defectos.

8. Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habíamos he-


cho daño y estuvimos dispuestos a enmendarlo.

9. Enmendamos directamente el daño causado a aquellas personas siem-


pre que nos fuera posible, excepto cuando el hacerlo perjudicaría a ellas
o a otras.

10. Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos


equivocábamos lo admitíamos rápidamente.

11. Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro


contacto consciente con Dios, tal como lo concebimos, pidiéndole sola-
mente conocer su voluntad para con nosotros y la fortaleza para cum-
plirla.

12. Habiendo obtenido un despertar espiritual como resultado de estos


pasos, tratamos de llevar este mensaje a los adictos y de practicar estos
principios en todos los aspectos de nuestra vida.

34 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Resultados terapéuticos de la Fundación Terapéutica Shalom
La Fundación Terapéutica Shalom ha logrado un conjunto nota-
ble de casos exitosos durante el periodo comprendido entre 2022
y 2023, revelando un prometedor índice de rehabilitación del
45%.

Gráfica No.2

Este estudio abarcó un amplio espectro demográfico, destacando


que la tasa de recuperación en adultos alcanzó un alentador 43%,
superando las expectativas internacionales.

Disfrutando la sobriedad | 35
No obstante, lo más impresionante fue el éxito obtenido en mu-
jeres, con una tasa de rehabilitación extraordinaria del 63%, así
como en menores de edad, donde el 57% experimentó una recu-
peración exitosa.

Estos resultados positivos reflejan el compromiso excepcional de


la FUNDACIÓN TERAPÉUTICA SHALOM en la implementa-
ción de enfoques personalizados y estrategias innovadoras en su
programa de rehabilitación.

La destacada tasa de recuperación, especialmente entre mujeres


y menores de edad, sugiere que la fundación ha logrado abordar
de manera efectiva las necesidades específicas de estos grupos
demográficos.

Estos datos alentadores indican un impacto significativo en la


mejora de la calidad de vida de quienes participan en los progra-
mas de la fundación, consolidando su posición como un refe-
rente en el ámbito de la rehabilitación y destacando su contribu-
ción positiva a nivel internacional.

36 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Una carta abierta a mi familia

Yo soy un drogadicto. Necesito ayuda.

No trates de solucionar mis problemas. Esto me hace solamente


perderles el respeto a ustedes y a mí.

No me sermonees, moralices, regañes, culpes o discutan si ando


bien loco o sobrio.

Puede hacerles sentirse mejor pero solamente hace que la situa-


ción se empeore.

No acepten mis promesas. La naturaleza de mi enfermedad no


me permite cumplirlas, aunque al hacerlas crea en ellas. Las pro-
mesas son mi único modo de diferir el dolor.

No sigan cambiando de condiciones; si se hace un acuerdo per-


sistan en él.

No se enojen conmigo. Les destruirá cualquier posibilidad de


ayudarme.

No permitan que su preocupación por mí los lleve a hacer lo que


yo debiera hacer por mí mismo.

No crean todo lo que yo les digo. Muchas veces ni yo sé lo que es


la verdad, mucho menos decirla.

No tapen ni me traten de evitar las consecuencias de mi adicción.

Podrá reducir la crisis, pero hará que mi enfermedad se empeore.


Sobre todo, no huyan de la realidad como lo hago yo.

La drogadicción, mi enfermedad, se empeora si el consumo con-


tinúa. Comiencen hoy mismo a aprender, a comprender, a

Disfrutando la sobriedad | 37
planear mi recuperación. Busquen a Familias Anónimas, cuyos
grupos existen para ayudar a familias en la situación en que us-
tedes se encuentran.

Yo necesito ayuda de un doctor, de un psicólogo, de un conse-


jero, de algunas personas que están en un programa de auto-
ayuda que se han recuperado de un problema de drogas y de un
Poder Superior.

Su "Drogadicto”.

38 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Ayudando al drogadicto

Nuestra experiencia terapéutica muestra que los siguientes doce


consejos son muy útiles para ayudar un ser querido que abusa
del alcohol y/o las drogas:

1. No considere el abuso del alcohol o drogas como una des-


honra para la familia. Las posibilidades de recuperación no
son muy distintas de las que se dan en las otras enfermedades
crónicas.

2. No pierda su tiempo en sermonear o regañar al que abusa del


alcohol o drogas. Es posible que él ya haya oído todo lo que
usted le va a decir. Puede ser que acepte una parte, pero el
resto no lo va a tomar en cuenta. Y se corre el peligro de que
aumente en él la tendencia a mentir, o que le haga promesas
que de ninguna manera va a cumplir.

3. Trate de no tomar actitudes de mártir o posturas de superio-


ridad. A veces es posible dar estas impresiones, aunque no se
usen palabras. Las personas que se entregan al consumo de
alcohol y otras drogas, con frecuencia perciben estas actitudes
en sus familias, aunque no se expresen verbalmente.

4. No apele a la idea de “si tú me quisieras no seguirías hacién-


dolo”, porque el abuso del alcohol y otras drogas es un acto
compulsivo y no puede ser controlado simplemente por una
decisión de la voluntad. Tales apelaciones aumentan innece-
sariamente el sentido de culpabilidad del paciente, que, por
otra parte, las considera tan absurdas como si se le dijera: “si
me quisieras no tendrías diabetes (o cualquier otra enferme-
dad)”.

5. Trate de no usar amenazas a no ser que haya pensado bien en


las consecuencias y esté decidido a cumplirlas. Habrá

Disfrutando la sobriedad | 39
ocasiones en que éstas sean necesarias, como, por ejemplo,
cuando peligra la seguridad de los niños. Pero, en general,
deben evitarse. Si hace una amenaza y luego no la cumple, el
familiar que abusa del alcohol y otras drogas llegará a la con-
clusión de que usted no estaba hablando en serio.

6. No le esconda las bebidas alcohólicas o las drogas. No trate


tampoco de deshacerse de ellas. Usualmente esto le crea un
estado de desesperación que lleva al adicto a buscar nuevas
maneras de obtener más alcohol o más pastillas.

7. No permita que el paciente logre convencerlo de que, si toma,


fuma, huele o se inyecta junto con él, el abuso del alcohol y
otras drogas va a ser menor que si él lo hiciera solo. Si usted
acepta esta idea, lo único que va a lograr es que el paciente
posponga la búsqueda de una ayuda efectiva.

8. No sienta celos o frustraciones porque la persona que abusa


del alcohol y otras drogas tenga que ir a buscar ayuda fuera
de la relación familiar. Existe la tendencia a pensar que el
amor de la familia y el calor del hogar son suficientes motivos
para lograr la curación de esta enfermedad. A veces el amor
propio es más fuerte en el individuo que abusa del alcohol y
otras drogas, que sus vínculos familiares. Si se siente margi-
nado cuando el paciente se dirige a otras personas en busca
de ayuda, recuerde que, en el caso de otras enfermedades,
nunca siente celos del médico.

9. No espera nunca un 100% de recuperación inmediata. En


cualquier enfermedad hay un período de convalecencia, y a
veces hay que contar con períodos de exacerbación y de re-
caídas. El tratamiento de un adicto demora por lo menos dos
años y medio. A veces la familia cree que todo está bien a los
2 o 3 meses de tratamiento y comete el error de suspenderlo,
con lo que se produce otra recaída en muy poco tiempo.

40 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


10. No haga por la persona que abusa del alcohol y otras drogas
lo que ella debe hacer por sí misma. No puede pasar los malos
ratos por él, o quitarle los problemas antes de que él pueda
comprender su gravedad y sus consecuencias, y así animarse
a solucionarlos. Los problemas ayudan al adicto a entender
que él está enfermo. Cuando la familia le soluciona los pro-
blemas está impidiendo que el adicto tome conciencia de la
gravedad de su enfermedad.

11. Lo que sí es acertado es procurar que el abusa del alcohol y


otras drogas encuentre en los momentos de abstinencia,
apoyo, comprensión y cariño.

12. Busque una ayuda externa (profesionales de la salud, sacer-


dote, pastor, rabino, Alcohólicos anónimos o Narcóticos Anó-
nimos). Si la situación se le sale de las manos, no dude en bus-
car personas entrenadas para ayudarle a solucionar el caso.

Disfrutando la sobriedad | 41
CAPÍTULO IV
Las drogas de más frecuente uso

César Augusto Insignares Abello


Director Shalom

Es importante entender que hay muchas de estas drogas que tra-


dicionalmente se han venido consumiendo en nuestro país. De
algunas de ellas no se conocen las estadísticas de consumo real,
pero la experiencia clínica en las instituciones dedicadas a la re-
cuperación de personas adictas muestra que son consumidas con
bastante frecuencia. También hemos incluido aquí las drogas de
uso más reciente.

Para una mejor comprensión las hemos clasificado así:

Estimulantes:

Cocaína: El clorhidrato de cocaína, o cocaína en polvo, es


una sal acida hidrosoluble de la coca. Es un estimulante del
Sistema Nervioso Central que se consume normalmente en
polvo aspirado por la nariz, que genera usualmente una sen-
sación de grandeza en el individuo. Es altamente adictiva.

Según datos del Informe Mundial sobre Drogas de las Nacio-


nes Unidas, Colombia es uno de los principales productores
y exportadores de cocaína a nivel mundial.

La cocaína ocupa el segundo lugar entre las sustancias ilíci-


tas de mayor consumo en Colombia, según un reciente in-
forme. El 3.2% de los encuestados manifestó haber consu-
mido cocaína alguna vez en la vida, siendo muy superior el
consumo en los hombres que en las mujeres (5.5% frente a
1.1%).

42 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Crack: Es la misma cocaína, pero sometida a un proceso que
crea una piedra, ya sea con amoniaco o con bicarbonato de
soda. Se consume generalmente fumada en pipa y es también
fuertemente adictiva, dado que su efecto se siente muy rápi-
damente (en 10 segundos aproximadamente).

Base: Esta es la base de la cocaína antes de su último proceso


y se consume fumada ya sea con cigarrillo o con marihuana.
Es también fuertemente adictiva.

Bazuco: Este es el desecho, o lo que queda después del pro-


ceso de elaborar la cocaína y el menos costoso. También se
fuma y produce mucha angustia y paranoia. Es también fuer-
temente adictiva.

En el país, según el Observatorio de Drogas de Colombia, la


prevalencia anual del consumo de basuco en el 2013 fue del
0,21 % en la población entre 12 y 65 años. De unas 49.000 per-
sonas consumidoras, 45.000 eran varones. Además, repre-
senta la cuarta droga ilícita de mayor consumo.

Anfetaminas: Existen varias en el mercado colombiano. En


un tiempo se usaron con varios objetivos, incluso para dietas,
y muchas personas quedaron adictas por usarlas para adel-
gazar. También se usaron con mucha frecuencia de manera
recreativa.

Un estudio de 2016 encontró un 5,4% de consumidores de


anfetaminas entre los estudiantes universitarios encuesta-
dos.

Éxtasis: Es más o menos nueva en el uso recreativo, pero fue


creada en 1912, originalmente como un compuesto para sin-
tetizar medicamentos que controlan hemorragias y se conoce
como MDMA.

Disfrutando la sobriedad | 43
Hoy esta droga se usa mucho en las rumbas electrónicas y se
le agregan una combinación de varias otras drogas (lo que la
hace muy peligrosa) entre ellas anfetaminas, MDA, MDEA,
MDB, LSD, cafeína, cocaína, codeína, fenciclidina, estricnina,
ketamina o efedrina y últimamente la combinan con fenta-
nilo, lo que la convierte en una droga mortal.

Aunque algunas de estas sustancias sintéticas también se co-


mercializan individualmente y se podrían clasificar en otros
grupos, combinadas las podríamos ubicar entre los estimu-
lantes.

Un estudio de 2016 encontró un 4,8% de consumidores de


éxtasis entre los encuestados.

Cristal: Clorhidrato de metanfetamina, consiste en pedazos


de cristales transparentes parecidos al hielo, que se pueden
inhalar fumándolos. En esta forma se conoce como "hielo",
"cristal" o "vidrio". Aunque la estructura química de la me-
tanfetamina es similar a la de la anfetamina, sus efectos sobre
el sistema nervioso central son más pronunciados. Esta in-
crementa la actividad, reduce el apetito y produce una sen-
sación general de bienestar. Excita receptores neuronales
vinculados a las señales de recompensa y gratificación: pro-
duce euforia, alivia la fatiga y mejora el rendimiento en ta-
reas simples.
Los efectos pueden durar hasta 8 horas. Los adictos a esta
sustancia pueden permanecer despiertos por varios días.
Esto genera un creciente agotamiento físico, psicológico y
cognitivo. Sin embargo, la droga bloquea las señales somáti-
cas (como fatiga, sueño, hambre) que advierten sobre el de-
terioro funcional progresivo.

En estos casos, una vez que la droga abandona el organismo,


estos sujetos pueden experimentar estados de gran agitación
psicomotriz, a veces asociados con comportamientos

44 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


violentos y delirios persecutorios, llegando a cuadros de di-
sociación psíquica similares a los que caracterizan a una es-
quizofrenia de tipo paranoide.

Cafeína: La cafeína es un estimulante del sistema nervioso


central, lo que puede hacer que la persona se sienta más des-
pierta y generalmente le dará un impulso de energía. Es un
diurético, lo que significa que ayuda al cuerpo a deshacerse
de agua y sal extra al orinar más.

El café también produce adicción y tomado en grandes can-


tidades es perjudicial para la salud.

Nicotina: La nicotina es altamente adictiva. Una reciente en-


cuesta mostro que el 33,3% de la población consumía nico-
tina en sus diferentes versiones (cigarrillos, pipas, tabacos,
etc.). Por sexo, se observa que los hombres informan un ma-
yor consumo de nicotina, con 43,0% frente a 24,3% de las mu-
jeres. En 2019, el 5% de las personas encuestadas reportó ha-
ber consumido alguna vez en su vida cigarrillos electrónicos
o vapeadores con nicotina. Por sexo, el 7,1% de los hombres
y el 3,1% de las mujeres afirmaron haberlos consumido.

Depresores:

Alcohol: El alcohol es la droga más usada en nuestro medio,


aunque muchos no la consideran como tal, es además la que
más hace daño a la población colombiana generando gran-
des conflictos familiares, sociales y situaciones de violencia
de todo tipo. Una reciente encuesta mostró que el 54,5% ha-
bía consumido alcohol durante el último año (63,1% de los
hombres y 46,6% de las mujeres).

Barbitúricos: Aunque ya muchos desaparecieron del mer-


cado colombiano eran de común uso en el siglo pasado el

Disfrutando la sobriedad | 45
Seconal (secobarbital, un medicamento utilizado para tratar
el insomnio. También se puede administrar antes de una ci-
rugía para aliviar la ansiedad), Mandrax (metacualona, un
depresor del sistema nervioso central que provoca euforia y
somnolencia, similar al diazepam. También puede reducir el
ritmo cardíaco y la respiración y aumentar la excitación se-
xual), y Quaalude (metacualona, una clase de sedante hipnó-
tico con gran potencial de abuso).

Benzodiacepinas: Son calmantes o sedantes que actúan ele-


vando el nivel del neurotransmisor inhibitorio GABA en el
cerebro. Entre las benzodiacepinas más comunes se cuentan
el diazepam (Valium), el alprazolam (Xanax) y el clo-
nazepam (Klonopin). Estas drogas son de gran aceptación
entre las mujeres y los jóvenes. Un estudio reciente mostro
que el 6% de las personas que respondieron la encuesta con-
sumían algún tipo de benzodiacepinas.

Inhalables: Los más comunes son el popper y los pegantes.


Específicamente, el popper corresponde a un tipo preciso de
inhalante, llamados nitritos.

El popper genera una estimulación sensorial placentera, eu-


foria y aumento del deseo sexual. También produce un
efecto de relajación muscular que, al tener relaciones sexua-
les, facilita la penetración anal, por lo que su consumo ha
sido reportado con mayor frecuencia por hombres que tienen
sexo con otros hombres. Es muy adictiva.

Opiáceos: Estas drogas son altamente adictivas y presentan


el más fuertes síndrome de abstinencia, con sensaciones de
dolor muy intensas, siendo por esto, muy difícil de abando-
narlas.

Las más usadas son la heroína y la morfina, ambas derivadas


de la amapola, hoy cultivada y comercializada en Colombia.
46 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello
Un reciente estudio señala que el 1% de la población univer-
sitaria en las principales ciudades colombianas se inyecta es-
tas drogas.

Opioides: Los efectos y las consecuencias son prácticamente


los mismos de los opiáceos solo que son producidos sintéti-
camente y están entre estas la oxicodona (un analgésico nar-
cótico semisintético), el tramadol (usado para aliviar el dolor
de moderado a moderadamente intenso en adultos y niños
mayores de 12 años), la codeína (analgésico opioide pertene-
ciente a una clase de medicamentos que se llaman antitusi-
vos. Funciona cambiando la manera en que el cerebro y el
sistema nervioso responden al dolor ) y lo que últimamente
está causando estragos en el mundo: el fentanilo (qué es 100
veces más fuerte que la morfina) y le llaman la droga zombi
por como quedan los que las usan.

Fentanilo: Es un potente opioide sintético hasta 50 veces más


fuerte que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina.
Su nombre químico es N-(1-(2-fenetil)-4-piperidinil-N-fenil-
propanamida. Se utiliza como analgésico (alivio del dolor ) y
anestésico. Puede consumirse en pastillas, inyectarse, inha-
larse o fumarse. Es muy peligroso, una dosis de solo 2 mili-
gramos puede ser letal.

Solventes volátiles: Hidrocarburos aromáticos (Pintura, ga-


solina, benceno, etc.).

Aerosoles: Aerosoles anestésicos, desodorantes en aerosol y


aromatizantes de hogar.

Alucinógenos o psicodélicos naturales:

Hongos alucinógenos: Los hongos psilocibios contienen


sustancias psicoactivas como la psilocibina (que el
Disfrutando la sobriedad | 47
organismo la metaboliza en psilocina, que se une a los recep-
tores de serotonina en el cerebro y provoca alteraciones en la
percepción, el pensamiento y el estado de ánimo; de ahí sus
propiedades psicodélicas y alucinógenas) y la baeocistina
(un alcaloide triptamínico con propiedades psicodélicas y
alucinógenas). Estos hongos posiblemente fueron una de las
primeras drogas empleadas por la humanidad. Hallazgos ar-
queológicos muestran que ya en 1600 a. C. se consumían en
la India.

Cacao Sabanero: Fruto del cual se extrae la escopolamina o


burundanga. Se puede encontrar en estado natural en árbo-
les silvestres que se cultivan en zonas frías o páramos. Tiene
una apariencia similar a la del cacao normal. Ingerido direc-
tamente produce alucinaciones y es muy riesgoso para la sa-
lud.

La escopolamina al ser consumida produce alteraciones en el


sistema nervioso central que ocasiona un estado de pasivi-
dad completa de la persona, con actitud de "automatismo".
La persona recibe y ejecuta órdenes sin oposición, desapare-
ciendo los actos inteligentes de la voluntad, lo que se deno-
mina “sumisión química” y presenta amnesia anterógrada (in-
capacidad de almacenar nueva información en la memoria
después de pasado el consumo).

Peyote: Es una especie endémica de cactus de México de la


cual se extrae la mescalina que se comercializa en polvo, o en
pastillas, es también alucinógena y de gran tradición ritual
en la cultura aborigen centroamericana.

Yagé: Es la raíz de una planta que tiene su origen en el Putu-


mayo (Ayahuasca) que se prepara como una sopa y se usa
para purgar la mente y el cuerpo, (según la cultura de los
aborígenes de esa zona: Inga, Kamentsá, Kofán, Siona y
Koreguaje). Produce vómitos y alucinaciones.

48 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Hachís: Es un producto obtenido del cannabis a partir de la
resina y sus efectos, aunque son parecidos a la marihuana es
mucho más potente por ser concentrada.

Marihuana: Las hojas secas, flores, tallos y semillas de la


planta Cannabis sativa o Cannabis indica. Esta planta contiene
tetrahidrocannabinol (THC), una sustancia química que pro-
voca alteraciones mentales. Generalmente se fuma, pero
también puede consumirse de otras maneras, por ejemplo,
en biscochos o tortas con marihuana.

En una reciente encuesta, el 8,30% de las personas entre 12 y


65 años del país reportaron haber consumido marihuana.

Alucinógenos o psicodélicos sintéticos:

LSD: Es la dietelamina del ácido lisérgico, también conocida


como “acido”. Es una sustancia semisintética que se obtiene
de la ergolina, un compuesto químico heterocíclico. Está dis-
ponible en forma de polvo, líquido, tableta o cápsula. El LSD
normalmente se ingiere por vía oral. Algunas personas lo in-
halan o lo inyectan en una vena. Para aumentar su poder
adictivo, generalmente se mezcla con anfetaminas.

Un reciente estudio mostró que LSD es la segunda droga de


mayor consumo entre los universitarios colombianos y su
uso de ha cuadriplicado entre el 2009 y 2016.

STP: es una droga psicodélica de la familia de las fenetilami-


nas. La dimetoxianfetamina fue un clásico del mundo de la
droga en la década de 1960, en la que se comparó con el LSD
y fue apodada "STP" por "Serenidad, Tranquilidad y Paz"
porque actúa tal y como su nombre lo indica. La dimetoxian-
fetamina no es muy popular hoy en Colombia, pero anterior-
mente si circuló en algunas ciudades colombianas.

Disfrutando la sobriedad | 49
2C-B: Tuci o tusi es una bromo-mezcalina psicodélica tam-
bién llamada cocaína rosada, actualmente es la droga de
moda en Colombia, con una alta incidencia en los estratos
más altos por su costo, que es elevado.

Su nombre químico es 4-Bromo-2,5-dimetoxifeniletilamina.


Sus efectos pueden ser paranoia con alucinaciones y sensa-
ciones corporales. Es altamente adictiva.

Kokodril: También conocida como Desmorfina o la “droga


caníbal”, es un alucinógeno casero elaborado con base en
opiáceos, que resulta hasta diez veces más fuerte que la he-
roína y muchas veces más barata y tóxica. Se utiliza normal-
mente como sustituto de la heroína en las zonas pobres. Al-
gunas veces es una mezcla de codeína, gasolina o petróleo.

Esta droga provoca lesiones en el cuerpo poniendo la piel de


tono verdoso y aspecto escamoso que se asemejan a la piel
de un cocodrilo, de ahí su nombre.

Aunque no es todavía muy conocida en Colombia, ya se está


usando en algunas ciudades.

Ketamina: El hidrocloruro de ketamina es un anestésico de


efecto rápido que se utiliza tanto con seres humanos (como
sedante en operaciones menores) como con animales (como
tranquilizante). A dosis altas, causa intoxicación y alucina-
ciones similares a las del LSD.

Es usualmente combinada con otras sustancias, para crear


drogas muy potentes y peligrosas, puede llegar a ser mortal
con un solo uso.

50 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Testimonio 1

... “cuando me enteré de que mi esposo consumía cocaína quise morirme.


Yo sabía que a él le gustaban los tragos, pero yo creía que era solamente
eso... La bolsa que encontré en sus bolsillos fue la prueba que me con-
venció luego de todas las mentiras que me dijo...

Cuando lo voté de la casa me quise morir, había llegado a un punto en


el cual no podía vivir con él, pero tampoco podía vivir sin él... hoy me
doy cuenta de que yo también estaba muy enferma, pero si mi familia
no me obliga a apartarme de él, hoy estaría muerta.

La primera semana de separados fue terrible, llore todos los días y mis
hijos estaban desesperados, pero después él reflexiono y con mucho dolor
fue a prometerme que se metería en un tratamiento si volvía con él.

Yo realmente ya no creía que fuera posible hacer algo, pero la clínica fue
algo milagroso... el Dr. González era estricto, pero él reacciono positi-
vamente ante la disciplina. Por primera vez en la vida lo vi respetando
a alguien.

Mi esposo hoy es una persona diferente... cuando yo le ayude a tocar


fondo, cuando nos perdió, fue cuando él pudo entender que su vida lle-
vaba un camino errado.

Con la recuperación volvió el sano juicio a la familia. Yo pude ver como


estábamos de enfermos, como era de absurda la vida que llevábamos.

Mis hijos estuvieron muy afectados, uno era un terrible rebelde sin
causa y la niña era una amargada que solo lloraba, como yo.

En la celebración de 6 meses sin consumir drogas, el Dr. González nos


dijo que él era un accidente en nuestras vidas, que realmente el esfuerzo
que cada paciente hacia era lo fundamental para la recuperación, pero

Disfrutando la sobriedad | 51
hoy yo pienso que él es el accidente más hermoso que ha tenido nuestra
familia.

¡Gracias Dr. González!

Esposa de un adicto al alcohol y a la cocaína, 48 años, adminis-


tradora de empresas

52 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Testimonio 2

... “la primera vez que fume bazuco quede enganchado. Yo había usado
muchas drogas, pero el bazuco fue algo espectacular... desde el principio
consumía todos los días... me levantaba tarde, me iba para la fábrica a
las 11 de la mañana y trabajaba intensamente hasta las 6 o 7 de la noche.
Comía poco, y apenas se dormía mi familia yo me encerraba en el baño
a consumir, casi siempre hasta el amanecer. Luego de un tiempo deje de
trabajar, de bañarme, de comer... ¡solo me dedicaba a consumir!

Mi mamá y mi esposa se dieron cuenta y no sabían cómo ayudarme.


Luego de muchas peleas, mi mujer se fue y me dejo con mi mamá que
solo me cantaleteaba desesperada.

La primera vez que me hospitalizaron me escape de noche por la puerta


de la emergencia. Como a las 12 de la noche me quite el suero y me fui
a consumir... cuando regrese llame a la enfermera para que me pusiera
otra vez el suero, pero ella no se tragó el cuento de que se me había caído.
Ella llamo al Dr. González y todos se dieron cuenta de mi escapada a
consumir.

Hoy, sobrio, me doy cuenta de que había perdido el juicio, el sano juicio,
como decimos en Narcóticos Anónimos, y que el bazuco tenía el control
de todos mis actos...

Adicto al bazuco, 47 años, comerciante.

Disfrutando la sobriedad | 53
Testimonio 3

… “mi hermano Roberto siempre fue el pechiche de mi papá. Él le al-


cahueteaba todo, aunque con nosotras era muy estricto y rabioso...

Mi hermano fue muy indisciplinado en el colegio y mi papa siempre le


daba la razón cuando había problemas, siempre decía que los profesores
no servían o no entendían a mi hermano.

Cuando Roberto dejo de ir al colegio, mi papá le compro un taxi y la


cosa fue peor. Tomaba y parrandeaba todos los días, hasta que se chocó
y mato a una persona... Mi papá les dio plata para solucionar el pro-
blema y lo mandaron a Bogotá, donde unas tías.

Allá fue peor, mis tías no lo aguantaron y apenas pasó la vaina del
muerto lo regresaron.

Aquí todo fue peor hasta que mi papá se murió... todos sentíamos rabia,
dolor odio, indignación...pero también lo queríamos, a fin de cuentas,
era nuestro hermano mayor...

Cuando nos desesperamos, lo apartamos de nuestras vidas... cuando es-


taba en la calle toco fondo, reacciono... pero ninguno de nosotros quiso
ayudarlo para meterse en un tratamiento, hasta que las tías mandaron
la plata para pagar el primer mes, entonces parece que todo cambio...
hoy él ya no está en las drogas, todavía no trabaja, pero nuestra vida ha
cambiado.

Yo espero que siga en terapia hasta el final de su proceso y que vuelva a


ser una persona decente, como ha ocurrido con otros compañeros de su
tratamiento en la Clínica González.

Hermana de drogadicto, 38 años, ama de casa.

54 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Testimonio 4

… “mi marido también consumía conmigo. Nos trabábamos y hacíamos


el amor, pero él nada más quería metérmelo por detrás y yo lloraba por-
que me dolía mucho, así que me emborrachaba también para poderlo
complacer... Cuando conocimos a Fabiola, él quiso que lo hiciéramos los
tres y yo no quería, pero volvía emborracharme para complacerlo.

Era horrible... pero yo no podía vivir sin él... me sentía amarrada a él...
Cuando no estábamos ebrios o trabados yo me sentía muy mal y no que-
ría vivir con él, pero realmente yo creía que no tenía otro camino.

El día que lo vi tocando a mi hija de 6 años me horroricé, casi lo mato a


palos y me largue para siempre.

A él lo mataron dos tipos que fueron sus compañeros de farra por mu-
chos años... no me consta, pero dicen que fue porque quiso abusar de la
hija de uno de ellos... sí fue así, se lo merece... todavía lo odio, es duro
decirlo, pero eso es lo que todavía siento...

Mi hija todavía está en tratamiento y yo le ruego todos los días a Dios


que me permita llegar a perdonarlo...”

Exesposa de adicto a la cocaína, 41 años, empresaria indepen-


diente.

Disfrutando la sobriedad | 55
Testimonio 5

… “cuando me vine a dar cuenta, estaba consumiendo todos los días...


entonces dejaba a mis hijos solos y me acostaba con todo el mundo.

Mi esposo no se daba cuenta al principio porque él también se la pasaba


trabado... él prefería la marihuana, pero me encanta la cocaína, todavía
me encanta, pero ya no soy una esclava de mis deseos, ya aprendí, como
dice el Dr. González, a hacer lo que me conviene y no lo que me gusta...

Nosotros creíamos que todo andaba bien, como estaríamos de enfermos,


hasta que un día unos amigos se burlaron de él diciéndole cachón, en-
tonces me puso la perseguidora y se dio cuenta...

Me botó de la casa por puta. Me hacía escándalos en todas partes y me


pego. Ahí fue donde toque fondo. Cuando no pude ver a mis hijos,
cuando me quedé en la calle, fue que me llegó la reflexión... a los tres
días decidí pedir ayuda y gracias a Dios mi familia me trajo a este pro-
grama de recuperación...

Hoy vivo feliz con mi esposo y mis 3 hijos... gracias a Dios pude aban-
donar la vida del consumo y recuperar mi familia”.

Adicta al alcohol y la cocaína, 38 años, arquitecta.

56 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Testimonio 6

… “probé la marihuana a los 11 años, en el colegio, pero mi debilidad


era el bazuco, cuando lo conocí, a los 13 años no pude volver a vivir si
él... el bazuco era mi novio, era todo para mí... cuando tenía 14 años ya
me había acostado con varios amigos. También lo hacía con unas mu-
chachas y una vez también lo hice con mi hermano...

Mi papá nos votó a los de la casa en una de sus borracheras, entonces


yo me fui a vivir con unos amigos que vendían “bareta” y me puse a
vender con ellos... definitivamente mi vida fue una locura...”.

Adicta al bazuco, 18 años, abandono los estudios a los 14 años.

Disfrutando la sobriedad | 57
Testimonio 7

…“cuando llevaba dos meses de tratamiento no soportaba las ganas de


trabarme. Entonces surgió un problema con la clínica por un atraso en
los pagos de mi padre y yo aproveche para decirle que ya no era necesario
que yo continuara en tratamiento. Al principio él no me creía porque mi
madre nos recordó que en la clínica nos habían dicho que mi tratamiento
duraría por lo menos 8 meses...pero yo insistí y les jure varias veces que
ya yo había aprendido la lección y que más nunca volvería a las drogas.
Por fin los convencí y dejaron de exigirme que fuera a las terapias.... a
la semana ya estaba fumando marihuana a escondidas, pero al poco rato
me descaré y comencé a usar de todo y a todas horas” ...

Adicto a la marihuana, 17 años, abandono los estudios a los 15


años.

58 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


CAPÍTULO V
Familia y drogadicción

La adicción al alcohol y a otras drogas, como la nicotina, la ca-


feína o la cocaína, es un trastorno que implica al grupo familiar.
Lo mismo ocurre con las otras adicciones, como la adicción al
juego, a la comida, al trabajo o a la sexualidad.

Esta enfermedad es trasmitida a través de la familia, es mante-


nida generalmente por miembros de la familia, afecta a toda la
familia y su recuperación debe hacerse trabajando con toda la fa-
milia.

La adicción al alcohol y otras drogas es una enfermedad heredi-


taria. En este momento ya no existen dudas de la predisposición
genética para ser adicto7.

El manejo familiar de la autoridad y del afecto es muy impor-


tante en el inicio y el mantenimiento del consumo de drogas.

En la familia donde no hay autoridad, o en donde hay exceso de


autoridad, es muy probable que se fomente el uso del alcohol y
de otras drogas. Lo mismo ocurre con los otros tipos de adicción,
como la ludopatía o el sexolismo.

En la familia donde no hay expresiones de afecto, o donde hay


excesiva expresión del afecto. Esto último es importante, el ex-
ceso de “amor” (como en el caso de los padres sobreprotectores)
también puede inducir y mantener el consumo de alcohol y otras
drogas. Lo mismo ocurre con los otros tipos de adicción.
-----------------
7 Muñoz, A. (1987). Farmacodependencia: La enfermedad. Amazon.

Disfrutando la sobriedad | 59
La familia donde hay un adicto también se enferma.

Tanto los padres, como los cónyuges, los hermanos y otros fami-
liares del adicto, presentan problemas físicos (dolores de cabeza,
infartos, úlcera, asma, etc.), problemas mentales (trastornos de la
memoria, de la concentración, de la percepción, etc.), problemas
emocionales (ira, miedo, angustia, resentimiento, etc.), proble-
mas sociales (intolerancia, pérdida de las amistades, desmembra-
miento de la familia, pérdida de la capacidad de compartir el fin
de semana en familia, miedo del “qué dirán” o pensarán los veci-
nos, etc.) y problemas éticos y espirituales (chantajes, injusticias,
alejamiento del “ser superior”, mentiras, violaciones, robos, etc.).
Lo mismo ocurre con los otros tipos de adicción, como la ludo-
patía o el sexolismo.

La familia es también uno de los elementos que permite mante-


ner la enfermedad y su recuperación debe hacerse trabajando
con toda la familia.

Generalmente el adicto se las ingenia para obtener que algunos


miembros de la familia (generalmente por amor, temor, ver-
güenza o ira) le permitan continuar usando drogas, esto se llama
facilitar.

Frecuentemente el adicto tiene una o varias personas facilitado-


ras.

Una persona facilitadora (usualmente la madre, padre, el esposo


o la esposa de la persona adicta) es quien, sin darse cuenta o sin
desearlo, de buena fe, permite el consumo de drogas por parte
de la persona adicta. Lo mismo ocurre con los otros tipos de adic-
ción, como la ludopatía o el sexolismo.

La persona facilitadora generalmente siente mucho amor, mucho


temor, mucha vergüenza o mucha ira, y estas emociones no le
permiten actuar en una forma adecuada y saludable.

60 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Personas coadictas
Algunas personas facilitadoras son también coadictas. Se llama
coadicta a la persona que crea dependencia del adicto. Así como
el alcohólico necesita el alcohol, así la persona coadicta necesita
del adicto.

Las personas coadictas han sido generalmente criadas en hoga-


res donde experimentaron situaciones muy desagradables, tales
como peleas, golpes, humillaciones, discusiones, adicciones, in-
fidelidades, divorcio y demás trastornos de los padres, es decir
hogares tóxicos y disfuncionales.

La persona coadicta generalmente tiene mucho miedo de ser re-


chazada y usualmente ama en una forma obsesiva, con un apego
ansioso, lo que lleva a una relación enferma, patológica, entre la
persona adicta y la persona coadicta. Esta relación es por lo ge-
neral irrespetuosa, humilladora, abusiva y perseguidora.

La persona con la enfermedad de la coadicción tiende a asumir


la responsabilidad del adicto. Si, por ejemplo, el adicto pierde su
empleo (a causa del consumo de alcohol y otras drogas), la per-
sona coadicta se consigue un empleo y comienza a producir di-
nero para responder por las obligaciones del adicto. Lo mismo
ocurre con los otros tipos de adicción, como la ludopatía o el se-
xolismo.

Las personas coadictas prefieren racionalizar o minimizar el uso


de drogas en vez de aceptar que su padre, madre, hermano(a),
hijo(a) o cónyuge es adicto al alcohol o a otras drogas. General-
mente la persona coadicta se busca excusas para explicarse por-
que su adicto consume drogas. Las más comunes son:

“El problema son los amigos, que lo inducen a tomar trago y usar dro-
gas, si él no tuviese esos amigos, seguro que no lo haría”.

“El problema es que su mujer no lo comprende, si no se hubiera casado


con ella, él no sería así.”

Disfrutando la sobriedad | 61
“El problema es que él tiene mucho trabajo, si no fuera por eso, él no
consumiría alcohol y/o drogas”.

El hecho real es que la persona adicta consume drogas porque


tiene una enfermedad, pero para la persona coadicta es muy di-
fícil aceptar que la persona adicta tiene una enfermedad llamada
adicción.

La persona coadicta generalmente elimina o mitiga las conse-


cuencias negativas que el consumo de drogas debería producir
en el adicto. Esto permite que las acciones autodestructivas de la
persona adicta continúen por mucho más tiempo del que dura-
rían si el enfermo no contara con el apoyo de la persona coadicta.

La persona adicta sola, sin que la ayuden, se vive metiendo en


problemas. Si cada vez que la persona adicta se mete en proble-
mas, sufre las consecuencias negativas de consumir drogas, es
muy probable que pare el consumo con más rapidez.

Pero si cada vez que la persona adicta se mete en problemas, apa-


rece la persona coadicta y le resuelve los problemas, entonces lo
que ocurre es que el enfermo va a continuar consumiendo drogas
por mucho más tiempo. Es más, ni siquiera se dará cuenta de su
condición de persona adicta.

Generalmente la persona coadicta se desespera y entonces en-


frenta a la persona adicta en una forma agresiva, cuando intenta
que suspenda el consumo de drogas, esto despierta la ira de la
persona adicta e impide que reciba el mensaje correctamente.

No es lo mismo decirle a la persona adicta:

“Eres un desgraciado que está destruyendo nuestras vidas cada vez que
usas drogas, cada vez que llegas borracho te odio más”.

Que decirle:
62 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello
“Siento que estas destruyendo nuestras vidas cada vez que usas drogas,
cada vez que llegas borracho, siento que mi amor por ti disminuye”.

Cuando se critica a una persona adicta, es muy importante no


agredirla, es mejor decirle tranquila y claramente lo que nosotros
sentimos cuando usa drogas, sin insultarla.

Hijos de los adictos


Las personas adictas tienen generalmente hijas e hijos con carac-
terísticas típicas.

Las investigaciones muestran que las personas adictas tienen


cuatro grandes tipos de hijos: “El héroe familiar”, “El rebelde”,
“El retraído”, y “El payaso”. Cada uno de estos tipos de personas
ha sido estudiado detenidamente, veamos las principales carac-
terísticas de cada uno de estos:

El héroe familiar. Este es generalmente el hijo o la hija mayor del


adicto. Es el que más ayuda a la familia a solucionar las crisis.
Recordamos el caso de una hija de alcohólico que a los 11 años
conducía el carro del papá borracho para que no tuviera un acci-
dente. Ella iba y lo buscaba en el bar donde los amigos del papá
le decían que estaba y lo regresaba a la casa manejando ella el
vehículo.

Usualmente el héroe familiar cree que no tiene problemas, y esto


es apoyado por el gran éxito económico que estas personas lo-
gran, con base en el ser supremamente responsables y trabajado-
res.

Disfrutando la sobriedad | 63
Cuadro No.2

El Hijo Héroe
NOMBRE SIN AYUDA NECESIDADES CON AYUDA
PROFESIONAL ESPECIALES PROFESIONAL
HÉROE, · Se convierte en adicto · Necesita aprender a no · Puede ser un buen
HIJO al trabajo; busca la hacerse responsable de líder, un buen
alabanza, premios, los sentimientos de ejecutivo.
MODELO. promociones y otros.
reconocimiento.

· “Nunca se equivoca”. · A verse a sí mismo · Es seguro y


Tiene dificultadde como ser humano con confiable.
admitir y aceptar sus debilidades, defectos y
errores. sentimientos.

· Se hace responsable · Aprender a tomar


de las cosas de la riesgos y aceptar
casa y el trabajo. errores.

· Frecuentemente se · Dejar a un lado el


casa con una pareja perfeccionismo y
pasiva, dependiente aceptar algunas
de SPA, para cuidarla. deficiencias.

· Frecuentemente se
convierte en
dependiente después
de los 30 años.

64 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Cuadro No.3

El Hijo Rebelde

NOMBRE SIN AYUDA NECESIDADES CON AYUDA


PROFESIONAL ESPECIALES PROFESIONAL
REBELDE, · Como adolescente, a · Sentir, aceptar y hablar · Es valiente,
OVEJA menudo se escapará acerca de lo que le afirmativo y toma
NEGRA. de la escuela o casa. hiere, de su culpabilidad riesgos.
e ira en lugar de
echarse la culpa.

· Embarazos no · Aprender caminos · Tiene valor para


deseados y tendrá positivos de llamar la hablar claro.
problemas con la ley. atención.

· Como adulto, tiende a · Aprender a ser · Tiene capacidad


tener problemas con responsable. para ver la realidad
los sistemas en forma simple y
establecidos. clara.

· No cumple los · Aprender a vivir dentro · Puede ser un buen


compromisos, no de límites o normas. consejero.
coopera, es negativo y
destructivo.
· Expresar su ira en
forma positiva o
constructiva.

Disfrutando la sobriedad | 65
Cuadro No.4

El Hijo Retraído

NOMBRE SIN AYUDA NECESIDADES CON AYUDA


PROFESIONAL ESPECIALES PROFESIONAL
RETRAÍDO, · Se vuelve cada vez · Ponerse en contacto · Creativo.
HIJO más aislado y con su soledad.
INSEGURO. solitario.

· Tiene poco · Aprender a compartir · Auto-realizado.


entusiasmo por la y a establecer
vida. relaciones
interpersonales.
· Empático, cálido y
· A menudo se · Tomar riesgos, buen oyente.
suicida. arriesgarse al rechazo.

· Problemas de · Mirar la situaciones


identidad sexual. dolorosas tomando
una posición.
· Dificultad en sus · Tomar decisiones y
relaciones hablar por sí mismo.
interpersonales.

66 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Cuadro No.5

El Hijo Payaso

NOMBRE SIN AYUDA NECESIDADES CON AYUDA


PROFESIONAL ESPECIALES PROFESIONAL
PAYASO,
· Hace el payaso cada · Aprender a solucionar · Tranquilo.
MASCOTA.
vez que se presenta las situaciones de
una situación difícil. Estrés.

· Busca reconocimiento. · Aprender formas · Creativo.


positivas de llamar la
atención.

· Emocionalmente · Aprender a tratar con · Atento.


cerrado. Propenso a el miedo.
enfermedades
relacionas con el
Estrés.

· Usa químicos para · Le gustan las


lidiar con las bromas.
tensiones.

Disfrutando la sobriedad | 67
Da la apariencia de tener éxito en la vida, pero internamente su-
fre de soledad, ira, perfeccionismo, depresión y ansiedad.

Algunos especialistas los llaman “alcohólicos del trabajo” (adicción


al trabajo). La gran mayoría trabajan en la ciencia de la salud o el
comercio.

Estas personas tienen tendencia a tener dolor de cabeza, úlceras


y enfermedades del corazón. Necesitan tratamiento profesional.

El rebelde. Generalmente no es el hijo, o hija, mayor y no


puede competir con su hermano el héroe, ya que éste se roba la
atención de la familia.

El rebelde se convierte en la “oveja negra” de la familia para lla-


mar la atención. Busca apoyo fuera del núcleo familiar, lo que lo
lleva a salir de la casa desde muy temprana edad.

Consume desde muy joven alcohol y otras drogas, tiene proble-


mas escolares, sociales y legales.

Su vida sexual es promiscua y si es mujer tiene embarazos no


planificados desde muy joven.

El rebelde es una persona que siente mucha soledad, ira, miedo


y rechazo. Generalmente es la primera persona que es llevado a
un terapeuta profesional en la familia.

El retraído. Generalmente es una persona tranquila, apa-


rentemente sin problemas, con tendencia a engordar y que se
aparta de la familia y de los amigos.

El retraído siente soledad, pena, baja autoestima, ira (que no se


atreve a expresar), inseguridad y sentimiento de culpa. No exige
mucho de la familia y pide muy poca ayuda a los que le rodean.

68 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Pueden presentarse intentos de suicidio (muchas veces descono-
cidos por los demás), que generalmente lo ven como un ser ma-
ravilloso, que nunca causa problemas.

El retraído tiene problemas para tener relaciones sociales y se-


xuales. La obesidad es típica de estas personas, que al igual que
sus hermanos, necesita asesoría profesional.

El payaso. Por lo general es una persona que dice cosas sim-


páticas, sin importancia, entretenidas y tiene muy buen humor.
Tiene problemas para resolver problemas familiares por la ten-
dencia que tiene a reírse de ellos y no darles importancia a las
preocupaciones.

Le es difícil tomar la vida en serio. Sus verdaderos sentimientos


son inseguridad, miedo, confusión y soledad.

Puede volverse drogadicto, pero no tan joven como su hermano


rebelde. También están propensos al suicidio.

El programa de recuperación familiar


Este programa se estructura como una experiencia educativa y
vivencial.

La familia del adicto recibe generalmente la misma información


que el paciente, además se le ayuda a:

1) prepararse para cuando el familiar adicto regrese al núcleo familiar.


2) lograr que su vida no gire alrededor del adicto.
3) aprender cómo desprenderse de la droga y no de la persona.
4) ayudar a que la familia deje que el adicto resuelva sus problemas y
5) facilitar que los demás empiecen a vivir su propia vida.

El programa familiar generalmente es de corta duración y se


puede dar dentro o fuera del centro de tratamiento.

Disfrutando la sobriedad | 69
Hay conferencias didácticas y sesiones de terapia de grupo
donde los participantes comparten sus experiencias con otros fa-
miliares. Además, se fomenta que la familia acuda a los grupos
de autoayuda, como AL-ANON, JUG-ANON, S-ANON o NAR-
ANOM.

Se da en este proceso mucha importancia a los conceptos coadic-


ción y codependencia. Es decir, aquellas personas que, de algún
modo, ya sea desde lo familiar o desde lo social, se ven involu-
cradas emocionalmente en la adicción a una sustancia tóxica de
la que es víctima un ser querido.

El término codependencia es el que más se ha usado para descri-


bir a aquellas personas que se ven afectadas de manera significa-
tiva, sea en el presente o en el pasado, por su relación con una
persona alcohólica o adicta, o por haber vivido un ambiente fa-
miliar altamente estresante y tóxico por causa de la adicción o de
alguna enfermedad crónica, física o mental.

En 1979 da inicio el uso del término codependencia, debido a la


influencia de ciertos autores y textos que trataban de enfocar no
sólo al adicto, sino también a su pareja en el conflicto familiar.

El término de codependencia dio la pauta para interesarnos en


poder observar al cónyuge o pareja, los padres o los descendien-
tes de una persona adicta. Se observó que estas personas code-
pendientes desarrollaban una forma de ajuste poco sana como
reacción al consumo de su familiar adicto.

Generalmente se define como coadicta a la persona, de cualquier


sexo o edad, cuyas relaciones interpersonales rebasan su capaci-
dad para preservar su identidad, sobre involucrándose más allá
de sus deseos y posibilidades, creando así un vínculo patológico
con una persona adicta. Es decir, el adicto es la sustancia de elec-
ción de la persona coadicta o codependiente.

70 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Se puede decir, una de las características principales de la per-
sona coadicta es el deseo de arreglar las vidas ajenas, para no de-
tenerse a ver la propia.

La evasión no se hace esperar en un grupo para coadictos. Lo más


familiar para sus integrantes es la práctica del consejo, que ha
sido el estilo más conocido en su vida. Como es natural, los con-
sejos no son la mejor forma de enfrentar los comportamientos
egocéntricos de las personas adictas.

Otro rasgo que prevalece en la persona coadicta es su capacidad


para tolerar y hacer de la culpa la mejor arma para enfrentar su
propia vida.

La persona coadicta es generalmente la superviviente de una fa-


milia en que alguno de sus miembros sufre en forma activa de
alguna adicción. La persona coadicta sufre la misma adicción
desde lo pasivo, su sustancia tóxica es el adicto y por lo tanto la
abstinencia de su sustancia de elección resulta de difícil manejo.

Asimismo, desprenderse de la culpa implica perder toda una se-


rie de ganancias secundarias que obtienen desde el ejercicio del
rol de víctima.

En la experiencia producto del manejo de grupos terapéuticos


para personas coadictas, aparece como resistencia inicial, y de-
masiado usada, el hablar más de las dificultades que el adicto
tiene en su vida y no de las dificultades que la persona coadicta
vive en su relación con el adicto. Así, está negándose a sí misma
un motivo interno para existir, su motivo está puesto en el adicto.
De la misma forma en que la persona adicta pierde su identidad
a través del uso de alguna droga, la persona coadicta la pierde a
través del uso adictivo que hace de sus objetos de amor.

Esta característica dificulta que el grupo adquiera una identidad


propia, la posibilidad de pertenencia y de cohesión grupal. Así la

Disfrutando la sobriedad | 71
adquisición de una identidad como grupo despierta en los
coadictos temores relacionados con la pérdida del objeto de
amor, de tal modo que se muestran complacientes e intentan ser
obedientes con los terapeutas viviendo las interpretaciones como
si fueran órdenes que deben seguir al pie de la letra. La conse-
cuencia inmediata es la frustración.

El modelo más conocido de su vida es la consejería y su intención


inicial al entrar en el grupo es dar y recibir consejos. Se podría
hablar de que la coadicción es una enfermedad en sí misma y
como tal, debería de ser tratada, requiriendo su particular trata-
miento, con todas sus fases y sus consecuentes terapias de grupo
al margen de las también necesarias terapias de familia.

72 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Características de las familias
donde NO se presenta la adicción

Una investigación del Dr. Augusto Pérez, exdirector del Pro-


grama Nacional de Prevención de la Drogadicción en Colombia,
muestra que en nuestro medio las familias donde no se presentan
problemas de drogadicción tienen las siguientes características:

1. Una buena relación de pareja, con respeto, afecto, capacidad


mutua de escuchar y solución de los conflictos sin violencia
física o psicológica.
2. Ausencia o bajo consumo de bebidas alcohólicas por parte de
los padres y otros familiares cercanos.
3. Ausencia de consumo, por parte de los padres y otros fami-
liares cercanos, de otras drogas, como el tabaco, la ma-
rihuana, la cocaína, las pastillas para los nervios o el bazuco.
4. Creencias religiosas o espirituales de los padres en un ser su-
perior.
5. Actividades conjuntas de padres e hijos, como comidas, pa-
seos, visitas sociales, eventos escolares y juegos en forma re-
gular.
6. La expresión abierta y cotidiana de cariño y afecto entre los
diferentes miembros de la familia mediante abrazos, caricias,
palabras o gestos.
7. El reconocer, señalar y hablar en forma explícita, y con regu-
laridad, de las habilidades, capacidades, cualidades y creati-
vidad de cada uno de los integrantes de la familia, mante-
niendo una actitud de atención sobre sus cambios y desarro-
llo.
8. El contar con reglas claras y coherentes que sean el fruto de
la concertación y el consenso, donde los roles y las relaciones
están bien definidos y los límites entre generaciones posibili-
tan a la vez la diferencia y la armonía.
9. La ausencia de castigos humillantes y juicios degradantes.

Disfrutando la sobriedad | 73
10. El diálogo abierto, cariñoso, oportuno y atento sobre los dife-
rentes temas que interesan o preocupan a cualquier miembro
de la familia.
11. La presencia de rituales que acerca o unen a la familia tanto
en momentos de alegría como de tristeza. Ceremonias para
momentos tristes y celebraciones para horas de alegría, que
le permiten crear una red de apoyo, solidaridad y sentido de
pertenencia.
12. El contar con historias compartidas y recuerdos sobre sus an-
tepasados, su lugar de origen, hechos extraordinarios realiza-
dos con personas de su grupo y acciones familiares que han
recibido reconocimiento del grupo social.
13. Ausencia de desautorización de uno de los padres hacia el
otro. Las naturales discrepancias que se presentan entre los
padres durante el diario vivir son conversadas y resueltas por
la pareja en ausencia de los hijos.
14. En el marco del respeto a los valores familiares, tanto los hijos
como los padres pueden escoger con libertad sus creencias
religiosas, la manera de vestir, los gustos, el trabajo y otras
cosas.

Cada una de estas características puede servir de guía para aque-


llos padres que desean que sus hijos tengan la menor probabili-
dad de involucrarse en el consumo de drogas.

74 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Cuestionario Familiar (APGAR)

1.Me satisface la ayuda que recibo de mi familia cuando tengo


algún problema o necesidad.

Nunca (0 puntos)
Casi nunca (1 punto)
Algunas veces (2 puntos)
Casi siempre (3 puntos)
Siempre (4 puntos)

2. Me satisface la participación que mi familia brinda y permite.

Nunca (0 puntos)
Casi nunca (1 punto)
Algunas veces (2 puntos)
Casi siempre (3 puntos)
Siempre (4 puntos)

3.Me satisface como mi familia acepta y apoya mis deseos de em-


prender nuevas actividades.

Nunca (0 puntos)
Casi nunca (1 punto)
Algunas veces (2 puntos)
Casi siempre (3 puntos)
Siempre (4 puntos)

4.Me satisface cómo mi familia expresa afectos y responde a mis


emociones como rabia, tristeza y amor.

Nunca (0 puntos)
Casi nunca (1 punto)
Algunas veces (2 puntos)

Disfrutando la sobriedad | 75
Casi siempre (3 puntos)
Siempre (4 puntos)

5.Me satisface cómo compartimos en mi familia: a) el tiempo para


estar juntos b) los espacios de la casa y c) el dinero.

Nunca (0 puntos)
Casi nunca (1 punto)
Algunas veces (2 puntos)
Casi siempre (3 puntos)
Siempre (4 puntos)

Interpretación: el puntaje mínimo= 0, puntaje máximo= 20.

18 o más puntos significa que se trata de una familia saludable,


que funciona muy bien.

Un puntaje entre 14 y 17 significa que se trata de una familia con


una leve disfunción, que deberían conversar entre ellos mismos
sobre cómo mejorar el funcionamiento familiar.

Un puntaje entre 10 y 13 significa que se trata de una familia con


una moderada disfunción, que puede traer consecuencias nega-
tivas en el futuro. Sería conveniente para estas familias el asistir
a conferencias y cursos sobre este tema para mejorar la salud fa-
miliar.

Un puntaje inferior a 10 muestra una severa disfunción familiar


que por lo general amerita buscar ayuda profesional especiali-
zada.

¿Cómo está tu familia?

¿Responder este cuestionario te lleva a pensar que deberías hacer algo


para mejorar el funcionamiento de tu familia?

76 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Test para hijo de alcohólico

Esta prueba fue preparada para facilitar la identificación de “hijos


de alcohólico” por Johns, en el año 1981. Es un inventario de 30
preguntas, que evalúa los sentimientos, actitudes, percepción y
las experiencias de los niños relacionados con el problema de al-
cohol o de farmacodependencia de sus padres.

Las preguntas de este cuestionario fueron tomadas de experien-


cias de la vida real, compartidas por hijos de alcohólicos o de far-
macodependientes. Esta prueba mide:

La angustia emocional del niño, asociado con el uso de drogas


por uno de sus padres.
La percepción del niño, de la discordia marital relacionada
con la bebida o el uso de drogas de sus padres.
Los intentos para controlar el uso del alcohol o de otra droga
en uno de sus padres o en ambos.
Los esfuerzos para escapar del alcoholismo o drogadicción.
La exposición a violencia familiar, causada por el uso de dro-
gas.
La percepción de sus padres como farmacodependientes.
El deseo de pedir ayuda.

Las 30 Preguntas

1. ¿Ha pensado alguna vez que uno de sus padres tenía problemas con
el alcohol?

2. ¿Ha tenido problemas para dormir debido al alcoholismo de sus pa-


dres?

3. ¿Trato de ayudar a uno de sus padres para que dejara de beber?

Disfrutando la sobriedad | 77
4. ¿Se sintió a veces solo, asustado, nervioso, enojado o frustrado porque
uno de sus padres no podía dejar de beber?

5. ¿Discutió o peleo con uno de sus padres alguna vez, cuando él o ella
estaba bebiendo?

6. ¿Los amenazo alguna vez con irse de la casa, porque uno de ellos
bebía?

7. ¿Le ha gritado o pegado a usted (o a un miembro de la familia) uno


de sus padres cuando bebía?

8. ¿Ha oído alguna vez a sus padres pelear, cuando uno de ellos estaba
borracho?

9. ¿Protegió alguna vez a otro miembro de la familia de uno de sus pa-


dres mientras bebía?

10. ¿Sintió alguna vez deseo de esconder o vaciar una botella de licor de
sus padres?

11. ¿Giran sus pensamientos alrededor de uno de los padres que bebe,
o los problemas que surgen debido a la bebida?

12. ¿Deseo alguna vez que uno de sus padres dejara de beber?

13. ¿Se sintió a veces responsable o culpable por el alcoholismo de uno


de sus padres?

14. ¿Temió alguna vez que sus padres se divorciara debido al abuso del
alcohol?

15. ¿Se ha retraído o evitado actividades fuera de la casa, o con amigos,


por sentir molestia y vergüenza por el problema de uno de sus padres
con la bebida?

78 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


16. ¿Se sintió alguna vez en el medio de una discusión o pelea entre el
padre y la madre, por problema con la bebida?

17. ¿Sintió alguna vez que usted hacía que uno de sus padres bebiera?

18. ¿Sintió alguna vez que el padre con problema de bebida no lo quería
realmente?

19. ¿Sintió resentimiento alguna vez, con el problema de bebida de uno


de sus padres?

20. ¿Se ha preocupado por la salud de sus padres, debido al uso de al-
cohol de él o ella?

21. ¿Lo han culpado a usted del alcoholismo de uno de sus padres?

22. ¿Pensó alguna vez que su papá era un alcohólico?

23. ¿Deseo alguna vez que su casa fuera como la casa de uno de sus
amigos que no tenía padres con problemas de bebida?

24. ¿Le hizo a usted promesas (él o ella) que no cumplió, debido a la
bebida?

25. ¿Pensó alguna vez que su madre era una alcohólica?

26. ¿Deseo alguna vez hablar con alguien que pudiera comprender y
ayudar con los problemas relacionados con el alcohol de su familia?

27. ¿Peleo alguna vez con sus hermanos y hermanas por la bebida de
uno de sus padres?

28. ¿Se mantuvo alejado de la casa alguna vez para eludir al padre (o
madre) que bebía o la reacción del otro hacia la bebida?

Disfrutando la sobriedad | 79
29. ¿Se ha sentido alguna vez enfermo, ha llorado, o tenido un “nudo”
en el estómago, después de preocuparse por el padre o la madre que bebe?

30. ¿Se hizo cargo alguna vez de los trabajos de la casa, que eran gene-
ralmente hechos por uno de sus padres, antes de que él o ella desarrolla-
ran un problema de bebida?

Con estas 30 preguntas, ¿has logrado identificarte como “hijo de


alcohólico”?

Si es así, pide ayuda a alguien que conozca esta enfermedad.

Sería importante también recordar, que los hijos de alcohólicos


también son codependientes o coadictos. A estos los definimos
como personas que dejan que alguien, a través de su conducta
les afecte su comportamiento; personas que están obsesionadas
por controlar la conducta de otra.

Algunas de las características que se ven en las personas code-


pendientes o coadictas (y que también se presentan en los hijos
adultos de alcohólicos) son:

1. Deshonestidad (negación, proyección, pérdida de contacto con la


realidad).

2. No lidia con los sentimientos de una manera normal; tiene sus senti-
mientos congelados o embotellados; no está en contacto con la realidad,
tiene un resentimiento tan grande, que no logra ni siquiera entenderse
a sí mismo.

3. Un afán de controlar cualquier situación.

4. Confusión.

5. Desorden del pensamiento, ya sea este confuso, obsesivo, ilógico o


analítico.

80 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


6. Perfeccionismo.

7. Un casi inexistente amor propio. Baja autoestima.

8. Temor, miedo.

9. Rigidez en su modo de actuar y pensar.

10. Depresión.

11. Sentido de inferioridad.

12.Prepotente.

13.Egocéntrico.

14. Perdida de los valores normales, perdida de la espiritualidad.

15. Negativismo.

Generalmente los “hijos de alcohólicos”, codependientes o coadic-


tos, tienen un gran porcentaje de estos sentimientos y van a tra-
vés de la vida, sin poder lograr lo que quieren.

Odian a ese padre y llegan a ser igual que él; odiaban a la madre
porque era codependiente y llegaron a ser igual que ella.

No querían escuchar de alcoholismo en sus vidas, pero se casa-


ron con un alcohólico, creyendo que era normal.

Es común ver muchachas que dicen: “Odie a mi padre por darme la


vergüenza de ser un alcohólico; yo salía con muchachos de 16 o 17 años,
formales, correctos, serios, pero nunca me gustaron; me gustaba la ex-
citación, me gustaba el hecho de que fueran impredecibles y quería en-
contrar algo inesperado. Incluso me molestaba cuando alguien me decía:

Disfrutando la sobriedad | 81
te paso a buscar mañana a las 9:00 de la mañana, y eran las 9:00 de la
mañana y pasaba a buscarme; esa constancia me molestaba, esa seguri-
dad me molestaba; yo estaba adicta a la excitación y encontré un novio
que, aunque en ese momento nunca pensé que era igual a mi padre, llego
a ser igual a él, farmacodependiente, y de las cosas que no quería de mi
padre, como estar regañándolo porque tomaba, comencé a hacer lo
mismo y llegue a ser igual que mi madre y mi novio igual que mi padre”.

Esto se puede evitar. Si podemos reprogramar la mente enseñán-


dole muchas veces lo que es normal y a luchar con los sentimien-
tos en forma efectiva, esa persona se puede recuperar y volver a
una vida normal.

Todo esto obviamente, requiere esfuerzo, dedicación y sacrificio.


Nuestra niñez se diseñó para aprender, y si en esa niñez apren-
dimos cosas equivocadas, es difícil volver a reprogramar la
mente para pensar en forma normal, especialmente cuando esta-
mos hablando de sentimientos. Pero se puede hacer y por eso es
que la enfermedad de “hijos de alcohólicos” necesita trata-
miento.

El tratamiento ideal es terapia individual, terapia de grupo y


asistencia a grupos de apoyo.

82 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


CAPÍTULO VI
Las recaídas

La recaída es un fenómeno normal en varias enfermedades. Es


muy común ver recaer a personas con trastornos renales o car-
diovasculares, lo mismo ocurre con los adictos.

Las recaídas se presentan con alguna frecuencia. Hemos visto re-


caer a enfermos con 5, 10, 15 y hasta 20 años de sobriedad.

Hay diferentes tipos de recaídas. Algunas son simplemente parte


del proceso normal de aprender a vivir sobrios. No olvidemos
que con frecuencia el éxito implica una serie de fracasos, por
ejemplo, para aprender a manejar una bicicleta hay que caerse
varias veces al suelo. Aprender a conducir un automóvil implica
muchas veces el subirse en los sardineles o raspar el carro contra
otros objetos. Aprender a escribir, algo que hoy nos parece muy
sencillo, implico varios años cometiendo errores. Los niños
aprenden a caminar en medio de un proceso con varias caídas, y
por eso no pensamos que no podrá caminar algún día.

Aprender a vivir sobrios implica con frecuencia una serie de fra-


casos, entre otros, una que otra recaída. Generalmente las recaí-
das se inician con los recuerdos de los aspectos agradables de los
momentos de consumo. Luego aparece el restarles importancia a
los elementos claves del proceso de recuperación. Después vie-
nen las recaídas mentales (o sea, disfrutar los pensamientos sobre
posibles consumos) y por último llevar a cabo el consumo.

Otras veces la recaída es el principio del fin. Esto ocurre cuando


no se toman medidas adecuadas para reducir el daño producido
por la recaída. Algunas veces el adicto (o la familia) piensan que
se perdió la última oportunidad y lo que ocurre es que todo se va

Disfrutando la sobriedad | 83
al suelo. En estos casos solo le queda al adicto seguir consu-
miendo hasta llegar a la cárcel, la locura o el cementerio.

La experiencia nos ha enseñado que lo importante es aprender


de la recaída y emprender las acciones inmediatas para reducir
las consecuencias negativas de la recaída, Una recaída bien ma-
nejada es un paso importante para aprender a vivir en sobriedad.
Una familia, que ha sufrido la vida activa de un adicto, no está
generalmente preparada para manejar adecuadamente la re-
caída. Una familia llena de resentimiento, miedo, ansiedad, do-
lor, estrés, decepción, frustración y demás emociones negativas
no posee la serenidad necesaria para resolver la situación. Por
esto la primera acción importante ante una recaída es llamar a la
persona especialista en adicción. Esa es la persona capacitada
para sugerir las acciones inmediatas que hay que tomar para re-
ducir las consecuencias negativas de la recaída.

La recaída no se da por casualidad, tiene causas concretas y ge-


neralmente avisa con una serie de señales. El Dr. Anatolio E. Mu-
ñoz Jofré hace un recuento amplio de estas señales. Con base en
sus conferencias y en nuestra experiencia clínica se ha desarro-
llado una lista de las 50 principales causas que se presentan a
continuación. Tanto el paciente como su familia deben estar pen-
dientes de estos signos que avisan la proximidad de una recaída,
ya que así podrán evitarlas.

84 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


50 SEÑALES QUE ANUNCIAN LA
PROXIMIDAD DE UNA RECAÍDA

ÁREA FÍSICA
1. Deterioro del aseo personal. El paciente comienza a descuidar
su presentación personal: pelo descuidado, poco uso de desodo-
rantes, deja de bañarse y de afeitarse, ropa sucia y arrugada, uñas
descuidadas, etc…

2. Desorden para comer, come poco o come mucho. Se alimenta


sin balancear los componentes: proteínas, vegetales, carbohidra-
tos, por ejemplo, solo come pan y gaseosa. Come en desorden y
sin un horario estable.

3. Desorden para dormir. Duerme poco o duerme mucho,


duerme a cualquier hora sin respetar un horario.

ÁREA EMOCIONAL
4. Frustración. Se amarga la vida por los hechos que no son como
él lo desea.

5.Resentimiento. Se amarga la vida rumiando sentimientos nega-


tivos hacia otras personas, instituciones o hechos.

6. Ira. Siente continuamente rabia por los hechos o situaciones


que le ocurren en la vida cotidiana.

7. Depresión. Permanece triste, apático y con ganas de llorar. Se


encierra en su cuarto.

8. Impulsividad. No piensa antes de actuar. No ve las consecuen-


cias negativas o positivas de sus posibles acciones. Se concentra
solamente en sus deseos y quiere conseguir lo que desea ense-
guida.

Disfrutando la sobriedad | 85
9. Confusión. No sabe qué hacer ante diversas situaciones. Tiene
dificultad para tomar decisiones adecuadas a las circunstancias.

10. Intranquilidad. Está nervioso, ansioso o estresado frecuente-


mente.

11. Se ennovia o se va a vivir con otra persona adicta (que conti-


núa usando alcohol y otras drogas, o que no está en tratamiento
por su consumo).

12. No comunica su estado de ánimo. No dice lo que realmente


está sintiendo, solo habla de los hechos, no de los sentimientos o
las emociones que está experimentando.

13. Presenta la imagen de que todo está bien, no muestra sus


emociones negativas (miedo, intolerancia, resentimiento, etc.).

ÁREA COGNITIVA
14. Problemas de atención y concentración. Presenta dificultades
para leer, escribir, conversar, estudiar y otras actividades menta-
les que implican atención y concentración. Por esto no es reco-
mendable precipitarse a reiniciar los estudios si tuvo que suspen-
derlos por culpa del consumo.

15.Visión de “caballo de carrera”. Solo ve lo malo o lo bueno de las


situaciones o personas. Se engaña creyendo que todo iba muy
bien o muy mal.

16. Piensa: “yo estoy bien, no tengo una enfermedad crónica”. Piensa
que ya se curó de la adicción.

17. Piensa: “Yo ya puedo usar alcohol y otras drogas socialmente”.


Piensa que ya se curó de la adicción.

86 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


18. Piensa: “Yo no puedo vivir sin alcohol o drogas”. Cree que la vida
será muy aburrida sin consumir, por eso es importante aprender
a divertirse sin alcohol y otras drogas.

19. Piensa: “Pobrecito yo”. Continua conmiseración.

20. Piensa: “Debo ser amado y aprobado por todas las personas impor-
tantes para mí”. Es terrible que alguien me rechace.

21. Piensa: “Es horrible y tremendo cuando las cosas no son de la forma
en que a mí me gustaría que fueran”.

22. Piensa: “Es mejor evitar las dificultades en la vida y no afrontar-


las”.

23. Piensa: “Puedo leer el pensamiento de los demás”. Y actúa en con-


secuencia suponiendo lo que piensan los que le rodean.

24. Piensa: “Siempre debo hacer las cosas bien, perfectas”.

25. Piensa: “Debo criticar severamente al que actúa mal”. No aplica


“Vive y deja vivir” sugerido por los grupos de apoyo.

26. Piensa. “Yo soy diferente a los demás, mejor o peor”.

ÁREA SOCIAL
27. Frecuenta amigos y sitios de consumo. Vuelve donde los ami-
gos y los sitios donde consumía drogas. A veces se vuelve consu-
midor pasivo en los sitios donde otras personas están fumando
(“consumo de pajarito”).

28. Soledad. Se aísla, se encierra en su habitación o se aparta de


las otras personas.

29. Conversaciones vagas y superficiales que no tocan aspectos


personales. Solo habla de los demás o de aspectos poco impor-
tantes.

Disfrutando la sobriedad | 87
30. Se aleja de actividades recreativas que no implican alcohol y
las drogas. Deja de participar en reuniones, actividades deporti-
vas o culturales que se llevan a cabo sin el consumo de sustancias
psicoactivas.

ÁREA ESPIRITUAL
31. Deshonestidad y mentiras. No dice lo que debe decir, altera
la información que comunica o miente.

32.Hurtos y robos. Toma sin permiso lo que no le pertenece.

33. Se aleja de su ser superior, de su Dios.

ÁREA FAMILIAR
34. Deja de cumplir con sus obligaciones familiares.

35. Tiene en desorden su cuarto.

36. Se aísla de la familia.

37. Tiene frecuentes peleas y discusiones con la familia.

38. La familia piensa: “El problema no era tan grave”.

39. La familia piensa: “El paciente ya se curó”. “Él puede consumir


socialmente”.

ÁREA ACADÉMICA / LABORAL


40. Pierde interés por las metas académicas o laborales.

41. Baja su nivel de rendimiento académico o laboral.

42. Indisciplina académica o laboral.

88 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


43. Ausencias frecuentes, justificadas o injustificadas, del sitio de
estudio o trabajo.

44. Excesivo tiempo dedicado al estudio o trabajo.

45. Abandono del estudio o el trabajo.

ÁREA CLÍNICA
46. Pierde interés por el tratamiento. Actúa como si no necesitara
terapia.

47. No asiste a las reuniones de Alcohólicos Anónimos, Narcóti-


cos Anónimos o de su grupo de apoyo.

48. Ausencias injustificadas a la clínica o al consultorio donde re-


cibe tratamiento.

49. Pierde las esperanzas de recuperarse.

50. Suspende o abandona el tratamiento antes del tiempo acor-


dado con los terapeutas.

Para terminar, es muy importante no olvidar que: “Es más fácil


recaer que estar sobrio”.

Disfrutando la sobriedad | 89
Desiderata

Oración anónima del siglo V

Camina plácido entre el ruido y la prisa y piensa en la paz que se puede


encontrar en el silencio.

En cuanto te sea posible y sin rendirte, mantén buenas relaciones con


todas las personas.

Enuncia tu verdad de una manera serena y clara, escucha a los demás


incluso al torpe e ignorante, también ellos tienen su propia historia.

Esquiva a las personas ruidosas y agresivas, que son un fastidio para el


espíritu.

Si te comparas con los demás, te volverás vano y amargado pues siempre


habrá personas más grandes y más pequeñas que tú.

Disfruta de tus éxitos lo mismo que de tus planes.

Mantén el interés en tu propia carrera por humilde que sea, ella es un


verdadero tesoro en el fortuito cambiar de los tiempos.

Sé cauto en tus negocios, pues el mundo está lleno de engaño más no


dejes que esto te vuelva ciego para la virtud que existe.

Hay muchas personas que se esfuerzan por alcanzar nobles ideales, la


vida está llena de heroísmo.

Sé sincero contigo mismo, en especial no finjas el afecto y no seas cínico


en el amor, pues en medio de todos las arideces y desengaños, es perenne
como la piedra.

90 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Acata dócilmente el consejo de los años, abandona con donaire las cosas
de la juventud.

Cultiva la firmeza del espíritu, para que te proteja en las adversidades


repentinas, muchos temores nacen de la fatiga y la soledad.

Sobre una sana disciplina, se benigno contigo mismo. Tú eres una cria-
tura del universo no menos que las plantas y las estrellas y tienes dere-
cho a existir.

Sea que te resulte claro o no, indudablemente el universo marcha como


debiera por eso, debes estar en paz cualquiera que tengas la ideal de ÉL
y sean cuales fueran tus trabajos y aspiraciones.

Conserva la paz con tu alma en la bulliciosa confusión de la vida aún


con todas sus falsas, penalidades y sueños fallidos, el mundo es todavía
hermoso.

Se cauto, esfuérzate por ser feliz.

Disfrutando la sobriedad | 91
CAPÍTULO VII
Sexualidad y adicciones

La relación entre las adicciones y la sexualidad puede ser com-


pleja y multifacética. Algunas adicciones, como la adicción al
sexo o la pornografía, están directamente relacionadas con la se-
xualidad. Estas adicciones pueden afectar negativamente la vida
sexual de una persona, sus relaciones y su bienestar emocional.

Además, las adicciones en general, como las adicciones al alcohol


y otras drogas, la ludopatía o el trabajo compulsivo, pueden te-
ner un impacto negativo en la función sexual y la intimidad. Es
muy importante buscar ayuda profesional si se siente que se está
lidiando con una adicción que afecta la vida sexual y conyugal.

La sexualidad y las adicciones frecuentemente se relacionan por-


que la vida erótica también tiene una fuerte relación con la salud
mental.

Sexo, sexualidad y salud sexual


La palabra Sexo proviene del latín “Sacare”, que significa separar.
Según esto, sexo es lo que diferencia al hombre de la mujer, ge-
neralmente desde la perspectiva física. Los especialistas distin-
guen varias clases de sexo, por ejemplo, sexo cromosómico, sexo
gonadal o sexo genital.

El Sexo cromosómico se conforma en el momento de la concep-


ción, cuando se unen los genes del padre y la madre. Por lo ge-
neral es XX (que determina la conformación de un cuerpo feme-
nino y anuncia una estructura psicológica o mental femenina), o
XY (que anuncia, pero no determina, un cuerpo y una estructura

92 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


mental masculina). A veces se presentan trastornos, como los sín-
dromes XXY o YXX. Este tipo de sexo sólo se puede conocer
cuando se hace un examen genético de la persona.

El sexo gonadal se forma por la influencia de un proceso, princi-


palmente genético y neuroendocrino, que debe presentarse en la
madre aproximadamente a la 6 semana del embarazo. Si este
proceso se produce en forma adecuada, al feto XY se le desarro-
llan testículos y si no está presente se le desarrollan ovarios. El
feto XX desarrolla ovarios en esta etapa. Algunas investigaciones
recientes muestran que en esa etapa el cerebro se masculiniza o
se feminiza (ambos tipos de cerebros son diferentes, tanto en su
estructura como en su funcionamiento). El abuso de alcohol y
otras drogas, el estrés y la violencia intrafamiliar pueden alterar
dicho proceso, llevando a casos en que el sexo cromosómico no
coincida con el sexo gonadal.

El sexo genital se conforma a continuación del sexo gonadal y


también puede coincidir o no con el sexo cromosómico original.
Si los testículos del feto producen las cantidades necesarias de
hormonas (como la testosterona y la dihidrotestosterona) se for-
man los genitales masculinos. Aunque el feto sea XY y haya for-
mados testículos, si la calidad y cantidad de dichas hormonas no
es la adecuada, en el nuevo ser se forman genitales femeninos.
Por otro lado, la sexualidad humana es un fenómeno complejo y
bastante difícil de describir.

La Organización Mundial de la Salud8 la define así: “la sexuali-


dad es una parte integral de la personalidad de todos: hombre, mujer y
niño. Es una necesidad básica y un aspecto del ser humano que no
puede ser separado de otros aspectos de la vida humana. La sexualidad
no es sinónimo de coito, no es acerca de si se tienen orgasmos o no, y no
es la suma total de nuestras vidas eróticas; esto es parte de nuestra se-
xualidad, pero puede igualmente no serlo. Sexualidad puede ser mucho
-----------------
8 PAHO/WHO (2000) Promoción de la salud sexual. Guatemala: WAS.

h p://www1.paho.org/spanish/hcp/hca/salud_sexual.pdf?ua=1

Disfrutando la sobriedad | 93
más: está en la energía que nos motiva a buscar amor, contacto, a sentir
calor e intimidad; se expresa en la manera que nos sentimos, nos move-
mos, tocamos y somos tocados; es sobre ser sensual y sexual. La sexua-
lidad influye en los pensamientos, sentimientos, acciones e interaccio-
nes y, de este modo, en nuestra salud mental y física. Porque la salud
es un derecho humano fundamental, la salud sexual también debe
serlo… (e incluir ) la liberación del temor, la pena, la culpa, las creencias
falsas y otros factores psicológicos”.

La sexualidad tiene varias funciones en la especie humana. Las


principales se relacionan con la trascendencia del ser humano, la
reproducción de la especie, la comunicación íntima del amor y la
gratificación de la pareja. El placer sexual es importante para la
felicidad personal y la estabilidad de la pareja. Es un derecho de
los seres humanos.

La sexualidad está íntimamente ligada con la visión religiosa que


tenemos del ser humano, del amor, de la convivencia y de la
vida. La Fe (y todos creemos en algo, inclusive los agnósticos,
que creen en la no existencia de un ser superior) afecta la forma
de comunicarnos con el otro, de sentir, de expresar y de vivir el
amor y la sexualidad.

La vivencia sexual no es igual para un católico, que cree que el


matrimonio es para toda la vida, que para un musulmán que cree
que puede tener varias esposas, que para un presbiteriano que
cree en el uso adecuado de anticonceptivos o para un judío que
cree que no debe tener relaciones sexuales durante la menstrua-
ción. La religión (o la ausencia de ella) es muy importante en la
forma como el ser humano vive su sexualidad. Casi todas las re-
ligiones ven el placer sexual conyugal como algo positivo. La
Iglesia Católica (creencia predominante en nuestro medio), sobre
todo a partir del Concilio Vaticano II, lo plantea así. Esto es im-
portante de recalcar, porque el considerar que el placer sexual es
siempre malo, pecado, es la causa de muchos trastornos sexuales.

94 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


He tenido muchos pacientes que sienten vergüenza de gozar sus
relaciones sexuales conyugales. Son personas que piensan que el
placer sexual es siempre malo, en cualquier circunstancia, inclu-
sive entre los esposos.

Trastornos sexuales y consumo de drogas


Existe relación entre el uso de drogas y el comportamiento se-
xual. Cuando se inicia el uso del alcohol y otras drogas (primera
etapa), la consecuencia más común es el incremento de la activi-
dad sexual9. Solamente la Morfina y la Heroína se asocian desde
su consumo inicial con el decremento del comportamiento se-
xual10.

El cuadro No.6 muestra los principales factores que incrementan


el comportamiento sexual de los consumidores iniciales de dro-
gas. Luego de esto, si el consumo de alcohol y otras drogas conti-
nua, la actividad sexual comienza a variar. Se observan en esta
segunda etapa experiencias nuevas, que antes no formaban parte
de la vida sexual del consumidor de drogas, como sexo en grupo,
promiscuidad y prostitución (entre otros).

Cuadro No. 6
Principales factores que incrementan el comportamiento
sexual de los consumidores iniciales de drogas
· Activación del Sistema Nervioso.
1. Factores Biológicos · Inhibición de la ansiedad.
· Alteración de la percepción.

· Desinhibición social.
· Desinhibición sexual.
2. Factores Psicológicos · Alteración de las sensaciones.
· Exploración de nuevas experiencias.

· Presión del grupo de consumidores de SPA.


3. Factores Sociales · Actitud de rechazo a los valores de la
comunidad.

-----------------
9 González, J. M. (1989) Farmacodependencia y comportamiento sexual. Po-

nencia IV Congreso Colombiano de Psicología. Barranquilla: 17 - 19 agosto.


10 González, J. M.; Cepeda, J.; Fonseca, L.; Burgos, N. & Pinto, I. (1993) Sexua-

lidad y Farmacodependencia. Ponencia VI Congreso Colombiano de Psicolo-


gía. Bogotá: 30 abril - 2 de mayo.

Disfrutando la sobriedad | 95
Con el uso crónico de alcohol y otras drogas (tercera etapa), el
comportamiento sexual comienza a decrecer y tiende a desapare-
cer 11 . El cuadro No.7 muestra los principales factores que alteran
la actividad sexual de los consumidores crónicos de alcohol y
otras drogas. El deterioro se manifiesta a través de varias situacio-
nes, entre ellas las disfunciones sexuales.

Trastornos sexuales reportados por adictos en tratamiento


En una investigación se estudiaron 113 (82 hombres y 31 muje-
res) pacientes de los programas de tratamiento de la adicción al
alcohol y otras drogas de dos clínicas privadas de la ciudad de
Barranquilla (Colombia).

Se encontró que solo el 17,6% (16 hombres y 4 mujeres) consu-


mían una sola droga, los demás eran poliadictos. Las drogas más
consumidas por las mujeres eran tranquilizantes (90%), alcohol
(87%), cocaína (67%), marihuana (55%) y bazuco (35%). Las dro-
gas más consumidas por los hombres eran alcohol (88%), cocaína
(66%), marihuana (62%) y bazuco (39%).

En los hombres se encontró que el tiempo de consumo de alcohol


y otras drogas tenía un promedio de 17 años.

En las mujeres era de 12 años. Esto parece mostrar que, al usar


alcohol y otras drogas, las mujeres entran en crisis (y solicitan
tratamiento) mucho más rápidamente que los hombres.

Solo 17 hombres no reportaron trastornos en su vida sexual. To-


das las mujeres informaron algún problema sexual. La mayoría
de las pacientes informo más de un trastorno sexual lo que no se
observó en los hombres.
-----------------
11 González, J. M.; Alonso, M. & Pinto, I. (1991) Sexualidad y Farmacodepen-

dencia en pacientes de dos clínicas de Barranquilla, Colombia. Revista Latinoa-


mericana de Sexología, 6(3), 235-246.

96 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Cuadro No.7
Principales factores que alteran la actividad sexual de los
consumidores crónicos de alcohol y otras drogas12 .
· Alteraciones hormonales.
1. Factores · Alteraciones neurológicas.
Biológicos · Alteraciones vasculares.

· Ansiedad.
· Baja autoestima.
· Deficiente capacidad de expresar
emociones y sentimientos.
2. Factores · Expectativas sexuales inadecuadas e
irreales.
Psicológicos · Inadecuada toma de decisiones sexuales:
Que?, Con quien?, Cuando?, Donde? y
Como?
· Vergüenza, resentimiento y culpa.

· Pobre comunicación de la pareja.


· Deficiente estimulación sexual de la
3. Factores pareja.
Sociales · Poca atracción de la pareja.
· Infidelidad y celos
· Resentimiento e ira de la pareja.
· Incesto.

Los hombres reportaron disfunción eréctil o impotencia (43%).


Eyaculación rápida o prematura (39%), promiscuidad sexual
(35%) y bajo deseo sexual (12%). El 16% reportó haber partici-
pado en actividades sexuales grupales.

Las mujeres reportaron disfunción orgásmica (87%), bajo deseo


sexual (71%), dificultad para lubricar (48%), promiscuidad se-
xual (39%), prostitución (35%), sexo en grupo (29%), dispareunia
o dolor durante el coito (29%), violación (13%) y relaciones inces-
tuosas (6%).
Estos porcentajes son mucho más altos que los de la población
que no consume alcohol y otras drogas.

Es clara la relación entre los trastornos del comportamiento se-


xual y la adicción al alcohol y a otras drogas. Es evidente que las
-----------------
12 González, J. M.; Alonso, M. & Pinto, I. (1991) Sexualidad y Farmacodepen-

dencia en pacientes de dos clínicas de Barranquilla, Colombia. Revista Latinoa-


mericana de Sexología, 6(3), 235-246.

Disfrutando la sobriedad | 97
mujeres adictas muestran un mayor deterioro en su comporta-
miento sexual que los hombres.

Sexualidad en la mujer drogadicta


Las investigaciones específicas sobre la sexualidad en la mujer
adicta al alcohol y a otras drogas son escasas. En su mayoría estos
estudios han encontrado trastornos sexuales, violencia conyugal,
padres o madres con problemas de alcohol y/o drogas, abuso se-
xual infantil, diferentes problemas reproductivos: desórdenes
menstruales, abortos frecuentes, síndrome alcohólico fetal, este-
rilidad y dificultades en el parto.

En Barranquilla, se estudiaron las principales características de


la sexualidad de 30 mujeres adictas al alcohol y a otras drogas en
un programa ambulatorio de una clínica privada13.

La edad de las pacientes oscilaba entre 17 y 38 años, con un pro-


medio de 29 años. La mayoría inicio sus estudios de secundaria,
pero no los completo.

El 43% eran solteras, el 37% separadas, el 10% estaban casadas y


el resto vivían en unión libre o habían enviudado. 17 pacientes
eran madres (la mayoría tenía 2 hijos). 4 pacientes eran hijas
adoptadas.

Al momento de ingresar al programa de tratamiento 11 pacientes


no tenían ninguna ocupación, 9 ejercían actividades profesiona-
les o técnicas (administradora de empresas, fisioterapeuta, co-
municadora social, modelos, pintora, decoradora, modista y pre-
fecta de disciplina en un colegio de secundaria), 4 eran estudian-
tes de bachillerato, 3 no dieron información al respecto y 3 eran
amas de casa.
-----------------
13 González, J. M.; Cepeda, J.; Fonseca, L.; Burgos, N. & Pinto, I. & Sánchez, L.

(1996) Estudio descriptivo de la sexualidad en 30 mujeres farmacodependien-


tes de Barranquilla, Colombia. Archivos Hispanoamericanos de Sexología, 3(1),
79-91.

98 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Las drogas más consumidas por estas pacientes eran: alcohol
(87%), Cocaína (80%), Marihuana (50%), Tranquilizantes (43%) y
Bazuco o Crack (27%). 4 pacientes eran adictas solamente al al-
cohol, el 87% restantes eran poliadictas. El tiempo promedio de
consumo era de 15 años.

Se encontró que la formación de vínculos interpersonales afecti-


vos era inadecuada, inmadura y deficiente. Por lo general estas
pacientes presentaban dificultades para establecer relaciones
afectivas estables a todos los niveles. Cambiaban de pareja con
frecuencia. El 43% de las pacientes reportaron haber sido promis-
cuas y el 67% de las casadas tenían (o habían tenido) un amante
durante su relación matrimonial.

El test MMPI aplicado a estas adictas las muestra en general


como “pacientes con una carencia afectiva que las lleva a tener relacio-
nes insatisfechas y las pocas que logran mantener relaciones interper-
sonales las tienen superficiales e insatisfactorias”.

Estas pacientes tenían muchas dificultades para expresar sus sen-


timientos. Eran mujeres con una gran necesidad de afecto, de ter-
nura, de aprecio y de aceptación que tratan de llenar con la pri-
mera persona que se les acerca, sin mirar las ventajas o desven-
tajas de dicha relación afectiva. Parecían buscar placer sensorial
y sentirse queridas, admiradas y apreciadas.

Su amor se presentaba como primitivo, inmaduro y circunstan-


cial, en donde se compartían satisfacciones primarias, pero
donde no se llegó a compartir un proyecto de vida que les per-
mitiera un adecuado desarrollo humano.

Sus relaciones amorosas eran extremistas, en donde deseaban


entregarlo todo y recibirlo todo. Como esto en general no ocurría,
frecuentemente estaban insatisfechas y frustradas con sus rela-
ciones afectivas.

Disfrutando la sobriedad | 99
Parecía que estas adictas creían que el amor es sinónimo de reci-
bir siempre complacencias y halagos. Así como amaban, odia-
ban, sentimientos que mezclaban frecuentemente en sus relacio-
nes sentimentales.

La fertilidad era baja en esas pacientes. Aunque tenían relaciones


sexuales más frecuentemente (y utilizaban con menor frecuencia
métodos anticonceptivos) que las mujeres colombianas de su
edad, el numero promedio de hijos de estas adictas era inferior
al promedio de hijos de las mujeres de su edad en nuestro medio.

Estas adictas se mostraban demasiado permisivas o extremada-


mente autoritarias con sus hijos. La mayoría no sabían colocarse
en una adecuada posición intermedia. También mostraban la ten-
dencia a ser madres indolentes, irresponsables, que descuidaban
a sus hijos y que no les interesaban las necesidades de apoyo de
los niños. Estas adictas venían de hogares caóticos y disfuncio-
nales. El 30% de las pacientes reportaron padres separados y el
10% informaron separaciones temporales de sus progenitores.

El 73% de estas pacientes reportaron padre con problemas de al-


cohol y/o drogas, el 40% reportaron padre con problemas de pro-
miscuidad sexual, el 20% reportaron padre comedores compul-
sivos y 10% reportaron padre con problemas de juego compul-
sivo.

El 10% de las pacientes reportaron madre con problemas de al-


cohol y/o drogas. Se encontró en la mayoría de los hogares de
origen de estas adictas unos padres ausentes y periféricos.

Por lo general la madre de la adicta estaba resentida con el padre


de la adicta y tenía una mala relación con su hija (la adicta).

Se encontró que el 60% de las pacientes reportaron abuso emo-


cional infantil y el 37% reportaron abuso sexual infantil (el 80%
recibieron abuso emocional y/o sexual).
100 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello
Los matrimonios de estas adictas también tendían a ser caóticos
y disfuncionales. Se encontró que el 76% de las pacientes no sol-
teras reportaron violencia física en sus matrimonios o uniones
libres. El 88% informaron violencia verbal en sus relaciones de
pareja. El 71% de las pacientes casadas, viudas, separadas o di-
vorciadas reportaron infidelidad de sus compañeros y el 59% re-
portaron problemas por celos en sus relaciones de pareja.

El 93% de las pacientes reportaron haber tenido experiencia de


coito vaginal, generalmente “de 2 a 4 veces por semana”, casi siem-
pre sin ningún método anticonceptivo. Una paciente reporto te-
ner relaciones coitales “una o varias veces al día”. El 39% reporta-
ron frecuente coito anal, “siempre” y “casi siempre” sin condón, lo
que implicaba un alto riesgo de contraer SIDA.

El 46% informaron que sus relaciones sexuales eran “moderada-


mente satisfactorias” y el 54% restante hablaron de “moderada-
mente” a “extremadamente insatisfactorias”.

El 67% reportó trastorno orgásmico femenino, el 54% deseo se-


xual hipoactivo, el 54% trastorno de la excitación sexual feme-
nina y el 40% dispareunia. El 37% reporto haber tenido sexo a
cambio de drogas y/o dinero. El 27% informó haber participado
en actividades sexuales en grupo. El 27% reportaron haber te-
nido alguna ETS (principalmente gonorrea y sífilis).

Con respecto a la identidad de género, todas se sentían “mujeres”


y ninguna reportó deseos de cambiar quirúrgicamente sus geni-
tales. Con respecto al rol sexual, en la mayoría se observó que era
similar al considerado femenino en su medio. Por lo general estas
pacientes se vestían en una forma provocativa, mostrando la ma-
yor área posible de su cuerpo. Su actitud era seductora.

Cuando tenían ira o se irritaban, por lo general su vocabulario


era agresivo y vulgar, más parecido al lenguaje de los miembros
del género masculino en su medio ambiente.

Disfrutando la sobriedad | 101


Su comportamiento con los hombres estaba marcado por las pau-
tas machistas de nuestra cultura. Por ejemplo, en las relaciones
conyugales o amorosas la mayoría tendían a tener actitudes de
sumisión y servilismo con el esposo o compañero. En sus parejas
era extraño encontrar que el hombre colaborara con ellas en las
labores domésticas.

En el fondo sus valores sexuales eran bastante conservadores y


chocaban con su propio comportamiento sexual durante el con-
sumo de drogas, lo que le producía culpa con respecto a su vida
sexual.

Adicción sexual
Una adicción puede concebirse como la pérdida de control o la
incapacidad que tiene una persona para frenarse de hacer algo
que le trae consecuencias negativas. Una persona es adicta al
sexo, o a la pornografía, o a la masturbación, o a las trabajadoras
sexuales, etc. cuando pierde el control o la capacidad regular su
vida sexual y esta se vuelve caótica y desbocada. Estas personas
reciben el nombre de sexólicas.

Es fácil confundir el deseo sexual normal y la conducta compul-


siva, adictiva, Una persona puede tener un apetito sexual más
fuerte de lo común y corriente y no ser un adicto sexual. Estas
son algunas características del sexo adictivo que ayudan distin-
guir entre los dos:

1. El sexo adictivo es hecho aislado. Esto no siempre quiere decir


que es realizado mientras la persona adicta está físicamente sola.
Más bien quiere decir que está separada mental y emocional-
mente, es decir alejada de una relación humana. El momento per-
sonal más íntimo de los comportamientos humanos se vuelve
completamente impersonal.

2. El sexo adictivo es reservado. En efecto, las personas sexólicas


desarrollan una doble vida, viendo pornografía, o practicando la

102 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


masturbación, o visitando prostíbulos, todo el tiempo escon-
diendo lo que están haciendo.

3. El sexo adictivo es carente de intimidad. Las personas adictas


sexuales están completamente enfocadas en sí mismas, son ego-
centristas. No pueden conseguir intimidad genuina porque su
propia obsesión no les deja espacio para estar con otros.

4. El sexo adictivo es carente de relación. El sexo adictivo es “solo


sexo”, sexo para sí mismo, sexo divorciado de interacción autén-
tica con personas. Esto es más claro con respecto a fantasías, por-
nografía, y masturbación. Pero incluso con respecto a relaciones
sexuales que involucran a una pareja, la pareja no es realmente
una “persona” sino una parte intercambiable en un proceso me-
cánico, casi impersonal para la persona sexólica.

5. El sexo adictivo tiene víctimas. La obsesión abrumadora con


su propia satisfacción impide ver a las personas adictas sexuales
los efectos perjudiciales que su comportamiento está teniendo
con otros, e incluso consigo mismo.

6. El sexo adictivo termina en desesperación. Cuando parejas de


personas casadas hacen el amor, ellos se sienten más realizadas
para haber tenido esa experiencia. El sexo adictivo deja a las per-
sonas participantes con un sentimiento de culpa, lamentando la
experiencia. En lugar de hacerlas sentir realizadas, los deja a las
personas más vacías.

7. El sexo adictivo es usado generalmente para escapar del dolor


o los problemas. La naturaleza escapista de la persona sexólica
es a menudo uno de los indicadores más claros de que está pre-
sente una adicción sexual.

La adicción sexual es un trastorno similar a la adicción a la co-


mida o la adicción al trabajo. Al igual que en la adicción a las
drogas, o la adicción al juego, la persona adicta pierde el control
Disfrutando la sobriedad | 103
sobre sus acciones y termina haciendo cosas que le producen
problemas. Este es un trastorno que afecta a la persona, a su pa-
reja y a toda su familia. Hablamos de adicción sexual cuando los
deseos o necesidades eróticas de la persona se vuelven como un
dictador que controla la vida del adicto. La persona sexólica o
sexodependiente no puede resistir las tentaciones eróticas y ter-
mina involucrándose en relaciones sexuales problemáticas, aun-
que es consciente que no le conviene involucrarse en dichas acti-
vidades.

Uno de los casos más comunes es el de una persona que sabe que
le hace daño ser infiel a su pareja, que se compromete a perma-
necer fiel, pero que ante la primera oportunidad no puede vencer
la tentación y cae otra vez en la infidelidad. Algo así como el co-
melón compulsivo que se compromete a no abusar de la comida
y después no puede resistir el deseo de comerse un postre de
chocolate, y ¡rompe la dieta!

La adicción sexual es más frecuente en los hombres, pero tam-


bién se presenta en las mujeres. El vínculo de pareja se deteriora
terriblemente porque la persona sexólica, sin darse cuenta, gene-
ralmente comienza a tratar a su pareja como un objeto. Esto lleva
a resentimientos, frustraciones y problemas de comunicación.

La mayoría de los expertos señalan que estas 10 situaciones pue-


den ayudar a detectar a las personas adictas al sexo:

1. ¿Te preocupa, te sientes culpable o te avergüenzas de lo que ha sido


tu vida sexual?
2. ¿Piensa que tus tendencias sexuales son tan desenfrenadas, que a ve-
ces no las puedes controlar?
3. ¿Te metes en problemas por dejarte llevar de tus impulsos y deseos
sexuales?
4. ¿La necesidad de pornografía o de relaciones sexuales hace que des-
cuides y desatiendas a tus seres queridos?
5. ¿Tu mente se mantiene pensando en sexo la mayoría del tiempo?

104 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


6. ¿Estas frecuentemente cambiando de pareja sexual?
7. ¿Buscas relaciones sexuales con personas de un nivel socioeconómico
más bajo que el tuyo?
8. ¿A pesar de que te agrada hacer el amor con tu pareja, frecuentemente
ves pornografía, te masturbas o tienes relaciones sexuales con otras per-
sonas?
9. ¿Dedicas a la pornografía y el sexo gran parte del tiempo que deberías
dedicar a tus responsabilidades familiares, laborales o académicas?
10. ¿Alguna vez has pensado que necesitas ayuda profesional para or-
ganizar tu vida sexual?

Prostitufilia
El termino parafilia (del griego para: “al margen de” y filia:
“amor”) se refiere a la presencia de repetidas e intensas fantasías,
impulsos o comportamientos “atípicos”, que se convierten en el
foco principal (y a veces exclusivos) de la vida de las personas.

Las parafilias a veces provocan malestar o deterioro personal, so-


cial, laboral o en otras áreas importantes en la vida de la persona.
Algunas de ellas son catalogadas como delitos sexuales, por
ejemplo, la paidofilia o pedofilia.

La prostitufilia se refiere a la presencia de repetidas e intensas


fantasías sexuales, impulsos o comportamientos sexuales relacio-
nados con las prácticas sexuales obtenidas a través del dinero o
de “regalos”. La prostitufilia se encuentra muchas veces asociada
a la adicción al alcohol y otras drogas.

La prostitufilia lleva muchas veces a que la vida de la persona


gire fundamentalmente alrededor de las prostitutas, las trabaja-
doras sexuales, las “call girl”, las masajistas, las damas de com-
pañía y otras personas que ofrecen sexo a cambio de dinero, o su
equivalente en “regalos” o “ayudas”.

Existen varias teorías con respecto al origen de las parafilias. Al-


gunas de ellas hablan de los problemas para establecer
Disfrutando la sobriedad | 105
relaciones, por poca habilidad social o por baja autoestima. Es
común el caso del hombre que no sabe cómo seducir a una mujer
y aprende a utilizar los servicios sexuales de una prostituta para
ahorrarse el esfuerzo de tener que enamorar a una chica, o para
evitar el temor a ser rechazado en sus intentos de atraerla. Tam-
bién las investigaciones muestran que las experiencias traumáti-
cas o de abuso sexual infantil pueden causar la prostitufilia. El
mal ejemplo de los padres y figuras importantes para el niño, por
razones culturales, como el machismo, también puede influir en
el desarrollo de la prostitufilia.

En terapia de pareja es común recibir casos de pacientes cuyas


parejas se quejan de baja frecuencia de las relaciones sexuales y
que de pronto descubren que su esposo mantiene una activa vida
sexual a cambio de dinero. Recordamos el caso de un ejecutivo,
muy exitoso en su vida laboral, dueño de su propio negocio, que
sostenía relaciones sexuales con su esposa cada 5 o 6 meses, pero
que tenía encuentros sexuales cada 2 o 3 días en diferentes sitios
de masajes eróticos y trabajadoras sexuales.

Él pasaba gran parte del tiempo pensando en su próximo masaje


erótico. Era como una obsesión, decía él. Llegaba a los sitios y
elegía la masajista que más le agradaba, y con ella, a quien le es-
taba pagando, se atrevía a explorar muchas variantes durante el
encuentro sexual. Con su esposa era muy recatado, y su escasa
vida erótica conyugal era muy conservadora.

Revisando los últimos 18 casos atendidos en consulta para tera-


pia sexual y de pareja, por el primer autor, puede verse que se
trata de hombres cuya edad oscila entre 24 y 63 años. La primera
consulta fue motivada por una crisis conyugal producida porque
la compañera lo abandonó (o lo amenaza seriamente con aban-
donarlo) porque sostienen muy pocas relaciones sexuales y/o
porque descubrió la vida oculta de relaciones sexuales con traba-
jadoras sexuales, prostitutas, call girls, escorts, masajistas, etc…

106 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Generalmente el teléfono celular y las redes sociales tienen que
ver con el descubrimiento de la vida oculta. Estos pacientes tie-
nen una baja autoestima, aunque muchos de ellos tienen un área
profesional/laboral exitosa, con ingresos económicos que les per-
miten llevar una doble vida escondiendo sus frecuentes encuen-
tros con trabajadoras sexuales. Algunos de estos pacientes repor-
tan tener más de 3 encuentros semanales con prostitutas.

Para modificar un comportamiento parafílico se necesita, según


los expertos14, que se reconozca el comportamiento problemá-
tico, creer que el desarrollo de comportamientos alternativos será
placentero para el paciente y su pareja, participación de la pareja
(si existe), reconocer los pensamientos parafílicos como pensa-
mientos perturbadores y compulsivos, reconocer que pensa-
mientos están asociadas con el comportamiento parafílicos y la
decisión de cambiar. La intervención terapéutica para esta pro-
blemática en nuestra institución se realiza con base en 3 elemen-
tos:

Terapia de sexual y de pareja. Se utiliza el Modelo APA (Amigos-


Padres-Amantes) y los ejercicios terapéuticos del Método Gon-
zález desarrollados por el primer autor15. Entre otros aspectos,
esto permite trabajar con la pareja en la resolución de conflictos,
la superación de sentimientos negativos (como los resentimien-
tos y frustraciones), las carencias en el área del asertividad y la
baja autoestima que la infidelidad del cónyuge con trabajadoras
sexuales les produce a las esposas.

Psicoterapia cognitiva-comportamental individual. Se enfatiza


en la identificación y modificación de las cogniciones
-----------------
14 Rodrígues, O. (2012). Parafilias: Das perversões as variações sexuais. Instituto

Paulista de Sexualidade.
15 González, J. M. (2019). Método González: un instrumento útil en la terapia sexual

y de pareja. En: Rodrigues, O. & González, J. M. (Ed.). Manual Latinoamericano


de Terapia de Pareja. Volumen 2 - Técnicas de terapia. Instituto Paulista de
Sexualidade. pp. 121-128.

Disfrutando la sobriedad | 107


disfuncionales. Luego de que el paciente entiende y acepta los
pensamientos irracionales se emplean estrategias para refutarlos
y remplazarlos con ideas que corresponden más a la realidad.
Algunas de las distorsiones más comunes son: “Yo no tendría que
buscar prostitutas si mi mujer me complaciera en la cama”, “Yo no le
hago mal a nadie gastando mi dinero en los salones de masaje”, “Las
prostitutas me persiguen a todos lados, en todos los sitios me encuentro
con ellas”.

Asistencia reuniones de Sexológicos Anónimos, una agrupación


de hombres y mujeres que comparten su mutua experiencia, for-
taleza y esperanza para resolver su problema común y ayudar a
otros a recuperarse de la adicción al sexo.

108 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Evaluación de la satisfacción con la
comunicación en su vida de pareja
De forma general, ¿cómo describiría la comunicación con su pareja?
1. Muy mala 2 3 4 5 6 7 8 9. Muy buena

1. Muy poco placentera 2 3 4 5 6 7 8 9. Muy placentera

1. Muy negativa 2 3 4 5 6 7 8 9. Muy positiva

1. Muy insatisfactoria 2 3 4 5 6 7 8 9. Muy satisfactoria

1. Muy poco valiosa 2 3 4 5 6 7 8 9. Muy valiosa

Interpretación: sume el puntaje en los cinco aspectos. Puntaje míni-


mo= 5. Puntaje máximo= 45. Puntajes menores a 23 significan insatis-
facción con la comunicación actual con la pareja, siendo más intensa la
insatisfacción en la medida que más se acercan al puntaje mínimo, 5.
Puntajes superiores a 22 significan satisfacción con la comunicación
actual con la pareja, siendo más intensa la satisfacción en la medida que
más se acercan al puntaje máximo, 45.

Este cuestionario es la Medida Global de Satisfacción con la comu-


nicación con la pareja – GMCOM (González, 2020, 2021), un ins-
trumento diseñado para evaluar la satisfacción con la comunica-
ción en la vida de pareja, conceptualizada como la valoración sub-
jetiva de la experiencia con la comunicación en una relación de
pareja (González, 2020). Está conformado por 5 ítems tipo Likert
con las parejas: “Muy mala-Muy buena”, “Poco placentera-Muy pla-
centera”, “Muy negativa-Muy positiva”, “Muy insatisfactoria-Muy
satisfactoria” y “Poco valiosa-Muy valiosa”. Estas 5 parejas son las
mismas utilizadas en las versiones en español del GMREL y
GMSEX (Sánchez-Fuentes, Santos-Iglesias, Byers y Sierra, 2015),
pero empleando 9 opciones de respuesta (y no 7) para cada ítem.
Este instrumento ha demostrado una buena consistencia, alfa de
Cronbach superior a 0,95 y el análisis factorial ha mostrado un
solo factor que explica cerca del 86% de la varianza (Bolívar, De la
Rosa, González, Moreno, Reyes y Rodríguez, 2021; González,
2020, 2021).
Disfrutando la sobriedad | 109
CAPÍTULO VIII
La recuperación

El proceso de la recuperación es un camino de crecimiento hu-


mano complejo que requiere para la persona adicta un compro-
miso personal y una serie de apoyos (médicos, psicológicos, co-
munitarios y espirituales).

En el libro “Alcohólicos Anónimos llega a su mayoría de edad” 16 es-


crito por Bill (William Grill Wilson, 1895 -1971), plantea que la
recuperación de un adicto se basa fundamentalmente en dos pi-
lares: las ciencias de la salud y el grupo de apoyo. Con respecto
a las ciencias de la salud hace énfasis en la medicina y en las te-
rapias familiares y conyugales. Los 12 pasos son el principal
aporte del grupo de apoyo (AA, NA, JA, SA, etc.).

Escalones de la recuperación de la drogadicción


En el proceso de la recuperación, la persona adicta al alcohol y
otras drogas generalmente recorre una serie de escalones en el
camino de su crecimiento personal. No siempre estos escalones
para salir del hueco se suben en el mismo orden. A veces la per-
sona adicta modifica un poco el orden, otras veces no se pasa por
los mismos escalones generales. Cada persona adicta es dife-
rente, pero en general, los principales escalones son:

1. Admite su derrota ante las drogas. Toca fondo.


2. Desea honestamente recibir ayuda profesional.
3. Disminuye o deja de consumir alcohol y otras drogas.
4. Inicia un proceso de desintoxicación.
-----------------
Alcohólicos Anónimos. (1957). Alcohólicos Anónimos llega a su mayoría de edad.
16

Alcohólicos Anónimos.

110 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


5. Se entera que está enfermo y comienza a aprender sobre su enferme-
dad.
6. Conoce a otros adictos en recuperación que viven bien.
7. Ingresa a terapias individuales y/o de grupo. Asiste a reuniones de
grupos de apoyo (AA, NA, JA, SA, etc.).
8. Surge la necesidad de explorar sus cualidades y defectos.
9. Disminuyen los miedos y la depresión.
10. Mejora la salud física.
11. Se incrementa la autoestima.
12. Se restablece el sueño natural.
13. Familia y amistades reconocen sus esfuerzos y logros.
14. Nuevo círculo estable de amistades que no consumen.
15. Desarrolla nuevos intereses. Aprende a disfrutar sin consumir.
16. Enfrenta los problemas sin ira o miedo.
17. Renacen y se fortalecen los valores éticos y morales.
18. Mejora la atención, la memoria y el sano juicio para tomar decisio-
nes.
19. Mejora la vida sexual (y conyugal si tiene pareja).
20. Incremento de la estabilidad emocional.
21. Progreso académico o laboral.
22. Continúa practicando las enseñanzas de su programa de recupera-
ción.
23. Disfruta la sobriedad.
24. Elabora un listado de personas a quienes le hizo daño con su com-
portamiento y trata de enmendar esas equivocaciones, cuando es ade-
cuado hacerlo.
25. Disfruta su pertenencia al grupo de apoyo (AA, NA, JA, SA, etc.)
y colabora con otros adictos en recuperación aportándoles ejemplo y
adecuadas sugerencias.
26. Sigue aumentando su tolerancia y paciencia.
27. Continuamente revisa su comportamiento y actitudes, admitiendo
sus errores y equivocaciones.
28. Estabilidad laboral/académica.
29. Estabilidad económica. Buena vida financiera.

Disfrutando la sobriedad | 111


30. Nueva manera de vivir con amplios horizontes que nunca se pensa-
ron.

Revisando estos 30 escalones puedes tener una visión más clara


de cómo va el proceso de la recuperación de una persona.

Intervención integral
La intervención médica de la adiccionología y la psiquiatría son
importantes, sobre todo en los pacientes que requieren medica-
ción. La salud mental y la salud física están íntimamente relacio-
nadas y son importantes en todo el proceso de la recuperación17.

Trabajo social es otra disciplina de las ciencias de la salud que


tiene un papel importante. En la Fundación Shalom, la trabaja-
dora social, se encarga fundamentalmente con todos los aspectos
que involucran a la familia.

Uno de los elementos importantes de la ayuda psicológica se re-


laciona con las diferentes técnicas de las terapias comportamen-
tales, entre las cuales se destacan el Mindfulness. También es
muy útil la entrevista motivacional.

Entrevista motivacional
La entrevista motivacional es una técnica de comunicación y con-
sejería utilizada en el ámbito de la salud y la psicología para ayu-
dar a las personas a explorar y resolver ambivalencias sobre el
cambio de comportamiento18. Se basa en el respeto, la empatía y
la colaboración, y tiene como objetivo principal motivar y guiar
-----------------
17 García Galarza, B. (2011). Modelo Minnesota. Un Método para el trata-

miento de adicciones [Tesis Máster en Drogodependencias, Universidad de


Deusto]. h ps://silo.tips/download/el-modelo-minnesota-un-metodo-de-tra-
tamiento-para-las-adicciones
18 DiClemente, C. C. & Prochaska, J. O. (1982). Self-change and therapy change

of smoking behavior: A comparison of processes of change in cessation and


maintenance. Addictive Behaviors, 7(2), 133-142.

112 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


a las personas hacia el cambio positivo. Durante una entrevista
motivacional, se utilizan estrategias como la escucha reflexiva, el
desarrollo de la discrepancia y el fomento de la autoeficacia para
ayudar a las personas a encontrar su propia motivación in-
terna para cambiar.

Los expertos afirman que es imprescindible adecuar las interven-


ciones terapéuticas en el estadio de cambio en que se encuentre
el paciente, convirtiéndolas en estrictamente individuales y per-
sonalizadas19.

Etapas o estadios del proceso del cambio en la entrevista moti-


vacional
En la Entrevista Motivacional la persona adicta pasa por diferen-
tes etapas o estadios20:

1. Etapa o estadio de precontemplación: en este estadio no hay con-


ciencia del problema, y, por tanto, la persona no se plantea la po-
sibilidad de modificar su comportamiento adictivo, en cuanto
éste no representa un problema para ella. En este estadio, los as-
pectos gratificantes obtenidos por medio de la adicción resultan
superiores a los aversivos, generalmente porque las personas fa-
cilitadoras (o coadictas) le evitan las consecuencias negativas de
su comportamiento aditivo.

En la precontemplación el enfoque principal es crear conciencia


y explorar la ambivalencia del individuo hacia el cambio. El ob-
jetivo es ayudar a la persona a reconocer las posibles consecuen-
cias negativas de su comportamiento adictivo y a considerar la
posibilidad de cambio.
-----------------
19 Rollnick, S. & Miller, W. R. (1995). What is motivational interviewing? Be-

havior Cognitive Psychotherapy, 23(4), 325-34.


20 DiClemente, C. C. & Prochaska, J. O. (1982). Self-change and therapy change

of smoking behavior: A comparison of processes of change in cessation and


maintenance. Addictive Behaviors, 7(2), 133-142.

Disfrutando la sobriedad | 113


Durante esta etapa, es importante mostrar empatía y compren-
sión hacia las razones por las que la persona no está conside-
rando el cambio. Se pueden utilizar estrategias como la escucha
reflexiva, haciendo preguntas abiertas y proporcionar informa-
ción objetiva sobre los riesgos generados por su comportamiento
aditivo y los beneficios del cambio.

Por el contrario, es fundamental evitar el juicio o la confrontación


directa, ya que esto puede generar resistencia y alejar aún más a
la persona del cambio. Se busca fomentar la autoexploración y la
toma de conciencia gradual, brindando apoyo y respe-
tando la autonomía de la persona.

2. Etapa o estadio de contemplación: se da en el momento en que


aparece la conciencia del problema y , en consecuencia, la per-
sona se plantea la posibilidad de abandonar su comportamiento
adictivo. En este momento comienzan a ser similares las conse-
cuencias positivas y negativas del comportamiento aditivo. En
este momento la persona se está acercando a lo que Alcohólicos
Anónimos llama “tocar fondo”.

En la contemplación el enfoque principal es ayudar a la persona


a explorar las razones para cambiar y las posibles barreras que
podrían surgir. El objetivo es fortalecer la motivación interna y la
confianza en la capacidad de cambio.

Durante esta etapa, es importante fomentar la autoexploración y


la toma de decisiones informadas. Se pueden utilizar estrategias
como la escucha reflexiva, el desarrollo de la discrepancia y la
exploración de las ventajas y desventajas del cambio.

Es fundamental brindar apoyo y validar las ambivalencias y


preocupaciones de la persona. Se puede ayudar a identificar los
recursos y las estrategias de afrontamiento que podrían facilitar
el cambio. Además, se pueden explorar las experiencias previas

114 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


de cambio exitoso para fortalecer la confianza en la capacidad de
cambio.

Es importante recordar que la persona está en control de su pro-


pio proceso de cambio y respetar su autonomía.

3. Etapa o estadio de preparación: en este estadio la persona se com-


promete consigo misma a abandonar su comportamiento adic-
tivo y generalmente comienza a reducirlo progresivamente.

En el estadio de preparación el enfoque principal es ayudar a la


persona a planificar y tomar acciones concretas hacia el cambio.
El objetivo es fortalecer la motivación y la confianza en la capaci-
dad de lograr el cambio deseado.

Es importante colaborar con la persona para establecer metas


realistas y desarrollar un plan de acción específico. Se pueden
utilizar estrategias como la exploración de las habilidades y re-
cursos necesarios, la identificación de posibles obstáculos y la ge-
neración de estrategias de afrontamiento.

Es fundamental brindar apoyo y reforzar la confianza en la capa-


cidad de cambio. Se pueden utilizar técnicas de resolución de
problemas y establecer un seguimiento regular para evaluar el
progreso y realizar ajustes si es necesario.

Es importante recordar que la persona es la protagonista de su


propio cambio y respetar su autonomía en la toma de decisiones
y acciones. El rol del entrevistador es brindar apoyo, motivación
y guía durante este proceso de preparación para el cambio.

4. Etapa o estadio de acción: aquí se presentan los cambios compor-


tamentales más relevantes (proceso de abstinencia, sobriedad y
reevaluación personal), dirigidos a superar la adicción. Implica
un compromiso firme hacia el tratamiento, a la vez que requiere
una inversión clara de tiempo y energía.

Disfrutando la sobriedad | 115


El enfoque principal en esta etapa es apoyar y fortalecer la im-
plementación del cambio deseado. El objetivo es ayudar a la per-
sona a mantener la motivación y superar posibles obstáculos du-
rante el proceso de cambio.

Durante esta etapa, es importante reconocer y celebrar los logros


alcanzados, así como también abordar cualquier desafío o re-
caída que pueda surgir.

Se pueden utilizar estrategias como el refuerzo positivo, la reso-


lución de problemas y el desarrollo de estrategias de afronta-
miento para mantener la motivación y superar las dificultades.

Es fundamental brindar apoyo continuo y mantener una comu-


nicación abierta y empática. Se puede establecer un seguimiento
regular para evaluar el progreso y realizar ajustes si es necesario.
Además, se pueden explorar y reforzar los beneficios y las re-
compensas del cambio para mantener la motivación a largo
plazo.

Es importante recordar que cada persona tiene su propio ritmo


de cambio y respetar su autonomía en la toma de decisiones y
acciones. El rol del entrevistador es el ser un apoyo constante y
facilitar el proceso de cambio hacia una vida más saludable y sa-
tisfactoria.

5. Estadio de mantenimiento: el enfoque principal es ayudar a la


persona a mantener el cambio logrado a largo plazo. El objetivo
es fortalecer la motivación y las estrategias de afrontamiento
para prevenir recaídas y consolidar el nuevo comportamiento.

Durante esta etapa, es importante reforzar los logros alcanzados


y reconocer los beneficios del cambio. Se pueden utilizar estrate-
gias como la exploración de las estrategias de afrontamiento exi-
tosas utilizadas hasta ahora, el refuerzo positivo y la identifica-
ción de posibles desencadenantes de recaída. Es fundamental

116 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


brindar apoyo continuo y mantener una comunicación abierta y
empática. Se puede establecer un seguimiento regular para eva-
luar el mantenimiento del cambio y abordar cualquier desafío o
dificultad que pueda surgir.

Es importante recordar que el mantenimiento del cambio es un


proceso continuo y que pueden surgir altibajos. El rol del entre-
vistador es ser un apoyo constante y facilitar la identificación y
aplicación de estrategias de afrontamiento efectivas para mante-
ner el cambio.

Durante esta etapa, es importante reforzar los logros alcanzados


y reconocer los beneficios del cambio.

Principios de la Entrevista Motivacional


1. Expresar empatía. Es el principio de aceptación. Paradójica-
mente, cuando se acepta al paciente tal y como es, se encuentra
más libre para decidir cambiar.

2. Crear la discrepancia. Hay que conseguir enfrentar al paciente


con una realidad no placentera, crear una disonancia cognitiva
entre lo que es y lo que querría ser.

3. Evitar la discusión. La discusión posiciona al paciente al otro


lado de la balanza, crea resistencias, conductas defensivas; la
aparición de resistencias, nos indica que debemos cambiar de es-
trategia.

4. Darles un giro a las resistencias. Cuando aparecen las resis-


tencias, debemos pensar que esas percepciones se pueden cam-
biar, y se pueden sugerir otros puntos de vista. Generalmente es
el propio paciente el que puede contestar a las mismas y encon-
trar las soluciones a lo que plantea. Si rebatimos las resistencias,
provocamos discusión.

Disfrutando la sobriedad | 117


5. Fomentar la autoeficacia. Si enfrentamos al paciente a una
realidad desagradable pero no se siente capaz de cambiarla, no
iniciará ningún camino. El mensaje para trasmitir es el de que él
puede hacerlo. No solo puede, sino que debe, está en su mano y
nadie lo hará por él. Nosotros le ayudaremos en ese camino que
él irá trazando.

118 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Cuestionario Barranquilla

1. Nombre:

2. Edad (en años cumplidos):

3. Sexualidad. Indique su sexo y orientación sexual (recuerde


que las personas heterosexuales son las que sienten una atrac-
ción afectiva/sexual por personas del sexo opuesto, por ejem-
plo, si eres una mujer te atraen los hombres):
( ) Hombre heterosexual
( ) Hombre LGBTIQ+
( ) Mujer heterosexual
( ) Mujer LGBTIQ+

4. Nivel de estudios completados o en curso:


( ) Primaria
( ) Secundaria
( ) Universitaria
( ) Posgrado universitario

5. ¿Cuántas veces, si es que lo has hecho, has fumado CIGARRI-


LLOS EN TODA TU VIDA?
( ) 0 veces
( ) 1 – 5 veces
( ) 6 – 20 veces
( ) 21 o más veces

6. ¿Cuántas veces, si es que lo has hecho, has fumado CIGARRI-


LLOS EN LOS ÚLTIMOS 30 DÍAS?
( ) 0 veces
( ) 1 – 5 veces
( ) 6 – 20 veces
( ) 21 o más veces

Disfrutando la sobriedad | 119


7. ¿Cuántas veces, si es que ha ocurrido, has consumido BEBI-
DAS ALCOHÓLICAS EN TODA TU VIDA?
( ) 0 veces
( ) 1 – 5 veces
( ) 6 – 20 veces
( ) 21 o más veces

8. ¿Cuantas veces, si es que ha ocurrido, has consumido BEBI-


DAS ALCOHÓLICAS EN LOS ÚLTIMOS 30 DÍAS?
( ) 0 veces
( ) 1 – 5 veces
( ) 6 – 20 veces
( ) 21 o más veces

9. ¿Cuántas veces, si es que ha ocurrido, te has EMBORRA-


CHADO por tomar bebidas alcohólicas EN LOS ÚLTIMOS 30
DÍAS?
( ) 0 veces
( ) 1 – 5 veces
( ) 6 – 20 veces
( ) 21 o más veces

10. ¿Cuántas veces, si es que lo has hecho, has consumido MA-


RIHUANA EN TODA TU VIDA?
( ) 0 veces
( ) 1 – 5 veces
( ) 6 – 20 veces
( ) 21 o más veces

11. ¿Cuántas veces, si es que lo has hecho, has consumido MA-


RIHUANA EN LOS ÚLTIMOS 30 DÍAS?
( ) 0 veces
( ) 1 – 5 veces
( ) 6 – 20 veces
( ) 21 o más veces

120 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


12. ¿Cuántas veces, si es que lo has hecho, has consumido TRAN-
QUILIZANTES O SEDANTES (SIN RECETA MÉDICA) EN LOS
ÚLTIMOS 30 DÍAS?
( ) 0 veces
( ) 1 – 5 veces
( ) 6 – 20 veces
( ) 21 o más veces

13. ¿Cuántas veces, si es que lo has hecho, has consumido LSD U


OTROS ALUCINÓGENOS EN LOS ÚLTIMOS 30 DÍAS?
( ) 0 veces
( ) 1 – 5 veces
( ) 6 – 20 veces
( ) 21 o más veces

14. ¿Cuántas veces, si es que lo has hecho, has consumido ANFE-


TAMINAS EN LOS ÚLTIMOS 30 DÍAS?
( ) 0 veces
( ) 1 – 5 veces
( ) 6 – 20 veces
( ) 21 o más veces

15. ¿Cuántas veces, si es que lo has hecho, has consumido CO-


CAÍNA EN LOS ÚLTIMOS 30 DÍAS?
( ) 0 veces
( ) 1 – 5 veces
( ) 6 – 20 veces
( ) 21 o más veces

16. ¿Cuántas veces, si es que lo has hecho, has consumido HE-


ROÍNA EN LOS ÚLTIMOS 30 DÍAS?
( ) 0 veces
( ) 1 – 5 veces
( ) 6 – 20 veces
( ) 21 o más veces

Disfrutando la sobriedad | 121


17. ¿Cuántas veces, si es que lo has hecho, has consumido ÉXTA-
SIS EN LOS ÚLTIMOS 30 DÍAS?
( ) 0 veces
( ) 1 – 5 veces
( ) 6 – 20 veces
( ) 21 o más veces

18. ¿Cuántas veces, si es que lo has hecho, has consumido OTRAS


DROGAS EN LOS ÚLTIMOS 30 DÍAS?
( ) 0 veces
( ) 1 – 5 veces
( ) 6 – 20 veces
( ) 21 o más veces

19. ¿Cuáles otras drogas?

20. ¿Qué probabilidad hay de que te ocurran las siguientes cosas


si tomas ALCOHOL durante el mes que viene?

a) Que me vaya mal en mis responsabilidades académicas o la-


borales
( ) Muy de acuerdo
( ) De acuerdo
( ) En desacuerdo
( ) Muy en desacuerdo

b) Meterme en problemas con mis familiares


( ) Muy de acuerdo
( ) De acuerdo
( ) En desacuerdo
( ) Muy en desacuerdo

c) Tener problemas con mis amistades


( ) Muy de acuerdo
( ) De acuerdo

122 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


( ) En desacuerdo
( ) Muy en desacuerdo

d) Volverme adicto/a
( ) Muy de acuerdo
( ) De acuerdo
( ) En desacuerdo
( ) Muy en desacuerdo

e) Tener problemas de dinero


( ) Muy de acuerdo
( ) De acuerdo
( ) En desacuerdo
( ) Muy en desacuerdo

f) Sentirme más relajado/a


( ) Muy de acuerdo
( ) De acuerdo
( ) En desacuerdo
( ) Muy en desacuerdo

g) Divertirme más
( ) Muy de acuerdo
( ) De acuerdo
( ) En desacuerdo
( ) Muy en desacuerdo

h) Ser más popular


( ) Muy de acuerdo
( ) De acuerdo
( ) En desacuerdo
( ) Muy en desacuerdo

i) Olvidar mis problemas


( ) Muy de acuerdo

Disfrutando la sobriedad | 123


( ) De acuerdo
( ) En desacuerdo
( ) Muy en desacuerdo

j) Sentirme más seguro/a de ti mismo/a


( ) Muy de acuerdo
( ) De acuerdo
( ) En desacuerdo
( ) Muy en desacuerdo

21. ¿Qué probabilidad hay que te ocurran estas cosas si consumes


MARIHUANA O CUALQUIER OTRA DROGA el mes que
viene?

a) Meterme en problemas con la policía


( ) Muy de acuerdo
( ) De acuerdo
( ) En desacuerdo
( ) Muy en desacuerdo

b) Que me vaya mal en mis responsabilidades académicas o la-


borales
( ) Muy de acuerdo
( ) De acuerdo
( ) En desacuerdo
( ) Muy en desacuerdo

c) Meterme en problemas con mis familiares


( ) Muy de acuerdo
( ) De acuerdo
( ) En desacuerdo
( ) Muy en desacuerdo

d) Tener problemas con mis amistades


( ) Muy de acuerdo

124 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


( ) De acuerdo
( ) En desacuerdo
( ) Muy en desacuerdo

e) Volverme adicto/a
( ) Muy de acuerdo
( ) De acuerdo
( ) En desacuerdo
( ) Muy en desacuerdo

f) Tener problemas de dinero


( ) Muy de acuerdo
( ) De acuerdo
( ) En desacuerdo
( ) Muy en desacuerdo

g) Sentirme más relajado/a


( ) Muy de acuerdo
( ) De acuerdo
( ) En desacuerdo
( ) Muy en desacuerdo

h) Divertirme más
( ) Muy de acuerdo
( ) De acuerdo
( ) En desacuerdo
( ) Muy en desacuerdo

i) Ser más popular


( ) Muy de acuerdo
( ) De acuerdo
( ) En desacuerdo
( ) Muy en desacuerdo

j) Sentirme más seguro/a de mí mismo/a


( ) Muy de acuerdo
( ) De acuerdo
Disfrutando la sobriedad | 125
( ) En desacuerdo
( ) Muy en desacuerdo

22. ¿Has tenido alguno de los siguientes problemas en los ÚLTI-


MOS 12 MESES?

a) Discusiones
( ) Nunca
( ) Sí, por tomar alcohol
( ) Sí, por consumir drogas
( ) Sí, por razones distintas a tomar alcohol o consumir drogas

b) Peleas
( ) Nunca
( ) Sí, por tomar alcohol
( ) Sí, por consumir drogas
( ) Sí, por razones distintas a tomar alcohol o consumir drogas

c) Accidentes o heridas
( ) Nunca
( ) Sí, por tomar alcohol
( ) Sí, por consumir drogas
( ) Sí, por razones distintas a tomar alcohol o consumir drogas

d) Pérdida de dinero o de objetos valiosos


( ) Nunca
( ) Sí, por tomar alcohol
( ) Sí, por consumir drogas
( ) Sí, por razones distintas a tomar alcohol o consumir drogas

e) Daños a objetos o ropa que te pertenecía


( ) Nunca
( ) Sí, por tomar alcohol
( ) Sí, por consumir drogas
( ) Sí, por razones distintas a tomar alcohol o consumir drogas

126 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


f) Problemas en la relación con (tus) familiares
( ) Nunca
( ) Sí, por tomar alcohol
( ) Sí, por consumir drogas
( ) Sí, por razones distintas a tomar alcohol o consumir drogas

g) Problemas en la relación con (tus) amigos/as


( ) Nunca
( ) Sí, por tomar alcohol
( ) Sí, por consumir drogas
( ) Sí, por razones distintas a tomar alcohol o consumir drogas

h) Problemas en la relación con (tus) jefes/profesores


( ) Nunca
( ) Sí, por tomar alcohol
( ) Sí, por consumir drogas
( ) Sí, por razones distintas a tomar alcohol o consumir drogas

i) Mal rendimiento académico o faltas en el trabajo


( ) Nunca
( ) Sí, por tomar alcohol
( ) Sí, por consumir drogas
( ) Sí, por razones distintas a tomar alcohol o consumir drogas

j) Víctima de robo o hurto


( ) Nunca
( ) Sí, por tomar alcohol
( ) Sí, por consumir drogas
( ) Sí, por razones distintas a tomar alcohol o consumir drogas

k) Hospitalizado o ser llevado a urgencias


( ) Nunca
( ) Sí, por tomar alcohol
( ) Sí, por consumir drogas
( ) Sí, por razones distintas a tomar alcohol o consumir drogas

Comentarios:

Disfrutando la sobriedad | 127


Cuestionario Crafft

CRAFFT son las siglas en inglés de "Car, Relax, Alone, Forget,


Friends, Trouble" (Coche, Relajarse, Solo, Olvidarse, Amigos, Pro-
blemas).

Esta prueba incluye las siguientes 6 preguntas, que deben res-


ponderse SI o NO, sobre el uso de drogas y alcohol:

1- ¿Ha estado alguna vez en un coche que conducía una persona


(o tú) que estaba drogada o que había estado bebiendo alcohol o
usando drogas?

2- ¿Alguna vez usas alcohol o drogas para relajarte, para sentirte


mejor contigo mismo o para ser aceptado por los demás?

3- ¿Alguna vez usas alcohol o drogas cuando estás solo?

4- ¿Alguna vez te olvidaste de lo que habías hecho después de


beber alcohol o usar drogas?

5- ¿Tu familia o tus amigos te dicen a veces que deberías beber


menos alcohol o usar menos drogas?

6- ¿Te has metido en problemas mientras bebías alcohol o usabas


drogas?

Interpretación: Dos o más respuestas afirmativas a estas preguntas


tal vez indiquen que tienes un problema con las drogas.

128 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Cuestionario Cage

CAGE son las siglas en inglés de "Cut down Annoyed, Guilty, Eye-
opener" ("Usar menos, sentirse molesto, culpable y usar al desper-
tarse"). Esta prueba incluye las siguientes 4 preguntas, que deben
responderse SI o NO, sobre el uso de drogas y alcohol:

1. ¿Sintió alguna vez que tenía que reducir su uso de drogas?


2. ¿Le ha molestado que otras personas lo criticaran por su uso
de drogas?
3. ¿Alguna vez se ha sentido avergonzado o culpable por su uso
de drogas?
4. ¿Alguna vez has usado drogas a primeras horas de la ma-
ñana?

Interpretación: Si contesta que SI a más de dos de estas cuatro pre-


guntas, puede tener un problema con las drogas.

Disfrutando la sobriedad | 129


Referencias

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Disfrutando la sobriedad | 133


134 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello
Índice

Prólogo 3

Capítulo I. Introducción 7
Carta 1. Deseo saber si mi hijo está metido en las drogas 11
Carta 2. Ella dice que no es alcohólica 13

Capítulo II. Adicción al alcohol y otras drogas 15


Características de la adicción 16
Causas de la adicción 21

Capítulo III. Fundación Terapéutica Shalom 23


Misión de la Fundación Terapéutica Shalom 24
Visión de la Fundación Terapéutica Shalom 24
Tratamientos en la Fundación Terapéutica Shalom 24
Tratamiento por Hospital Día 29
Tratamiento por Hospital Día – Telemedicina 29
Tratamiento Ambulatorio 29
Orígenes del Modelo Minnesota 29
Historia de los 12 pasos de Narcóticos Anónimos 31
¿Qué es un programa de 12 pasos? 32
El programa de 12 pasos de Narcóticos Anónimos 34
Resultados terapéuticos de la Fundación Terapéutica
Shalom 35
Una carta abierta a mi familia 37
Ayudando al drogadicto 39

Capítulo IV. Las drogas de más frecuente uso 42


Estimulantes 42
Cocaína 42
Crack 43
Base 43
Bazuco 43

Disfrutando la sobriedad | 135


Anfetaminas 43
Éxtasis 43
Cristal 44
Cafeína 45
Nicotina 45
Depresores 45
Alcohol 45
Barbitúricos 45
Benzodiacepinas 46
Inhalables 46
Opiáceos 46
Opioides 47
Fentanilo 47
Solventes volátiles 47
Aerosoles 47
Alucinógenos o psicodélicos naturales 47
Hongos alucinógenos 47
Cacao Sabanero 48
Peyote 48
Yagé 48
Hachís 49
Marihuana 49
Alucinógenos o psicodélicos sintéticos 49
LSD 49
STP 49
2C-B 50
Kokodril 50
Ketamina 50
Testimonio 1 51
Testimonio 2 53
Testimonio 3 54
Testimonio 4 55
Testimonio 5 56
Testimonio 6 57
Testimonio 7 58

136 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Capítulo V. Familia y drogadicción 59
Personas coadictas 61
Hijos de los adictos 63
El rebelde 68
El retraído 68
El payaso 69
El programa de recuperación familiar 69
Características de las familias donde NO se presenta
la adicción 73
Cuestionario Familiar (APGAR) 75
Test para hijo de alcohólico 77
Las 30 Preguntas 77

Capítulo VI. Las recaídas 83


50 Señales que anuncian la proximidad de una recaída 85
Área Física 85
Área Emocional 85
Área Cognitiva 86
Área Social 87
Área Espiritual 88
Área Familiar 88
Área Académica / Laboral 88
Área Clínica 89
Desiderata 90

Capítulo VII. Sexualidad y adicciones 92


Sexo, sexualidad y salud sexual 92
Trastornos sexuales y consumo de drogas 95
Trastornos sexuales reportados por adictos en tratamiento 96
Sexualidad en la mujer drogadicta 98
Adicción sexual 102
Prostitufilia 105
Evaluación de la satisfacción con la comunicación en su
vida de pareja 109

Disfrutando la sobriedad | 137


Capítulo VIII. La recuperación 110
Escalones de la recuperación de la drogadicción 110
Intervención integral 112
Entrevista motivacional 112
Etapas o estadios del proceso del cambio en la entrevista
motivacional 113
Cuestionario Barranquilla 119
Cuestionario Crafft 128
Cuestionario Cage 129

Referencias 130

138 | José Manuel González Rodríguez / César Augusto Insignares Abello


Notas y apuntes del lector

Disfrutando la sobriedad | 139

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