Está en la página 1de 72

REPÚBLICA DE COLOMBIA

CORTE CONSTITUCIONAL
Sala Plena

AUTO 2397 DE 2023

Referencia: Solicitud de nulidad de la


Sentencia T-158 de 2023.

Expediente T-8.857.733. Acción de tutela


presentada por Emma en contra de la
EPS Asociación Indígena del Cauca, un
Cabildo Indígena en el departamento del
Cauca y una IPS indígena1.

Magistrado Sustanciador:
JOSÉ FERNANDO REYES CUARTAS

Bogotá, D. C., once (11) de octubre de dos mil veintitrés (2023).

En ejercicio de sus competencias constitucionales y legales, específicamente


las previstas en los artículos 86 y 241.9 de la Constitución Política, el artículo
49 del Decreto 2067 de 1991 y el artículo 106 del Reglamento Interno de esta
corporación2, procede la Sala Plena de la Corte Constitucional a resolver la
solicitud de nulidad presentada en contra de la Sentencia T-158 de 2023.

Aclaración preliminar

En este caso, la Corte estudia cuatro solicitudes de nulidad presentadas en


contra de una sentencia de tutela que involucra materias sensibles relacionadas
con los derechos sexuales y reproductivos y la intimidad de la accionante3. Por
este motivo, como medida de protección, la Sala no publicará los datos que
permitan su identificación. En lugar de hacer referencia a su nombre y al de
las demás personas que han sido mencionadas en el proceso, se utilizarán
nombres ficticios4.

1 Como se explica en la aclaración preliminar, la Corte no publicará los datos que permitan
la identificación de la accionante. Por ello, no precisa el nombre del Cabildo accionado ni
de la IPS que atendió a la accionante.
2 Acuerdo 02 de 2015.
3 El artículo 62 del Reglamento Interno de la Corte Constitucional permite que en la
publicación de las providencias se omita el nombre o las circunstancias con las que se
pueda identificar a las partes. De igual manera, la Circular No 10 de 2022 prevé las reglas
para la anonimización de las providencias de la Corte.
4 Esta determinación se apoya en el precedente establecido por esta Corporación. En
efecto, en la sentencia Sentencia T-636 de 2011 señaló que la reserva de identidad
constituye un instrumento para la protección de la IVE de las personas gestantes dado que
“[p]or los reproches morales y religiosos a los que se pueden ver expuestas, ante una
negativa por parte del sistema de salud algunas mujeres no recurren a la justicia y, en vez de
ello, se realizan el procedimiento en lugares no autorizados arriesgando su salud e incluso
Expediente T-8.857.733

I. ANTECEDENTES

La Sentencia T-158 de 2023

1. Emma presentó una acción de tutela en contra de la EPS-I Asociación


Indígena del Cauca (AIC), un Cabildo Indígena en el departamento del Cauca
-en adelante el Cabildo- y una institución prestadora del servicio de salud
indígena del Cauca -en adelante la IPS-I-. Con su reclamo buscó la protección
de su derecho a la interrupción voluntaria del embarazo (en adelante IVE).

2. La accionante explicó que el 7 de marzo de 2022, luego de acudir a una


consulta médica en la IPS-I, constató que se encontraba en estado de
embarazo. De igual modo, indicó que como consecuencia de ello solicitó la
práctica de la IVE. Sin embargo, precisó que la EPS-I AIC no autorizó la
práctica de ese procedimiento después de que el Cabildo Indígena no otorgó
su permiso para ello, al no evidenciar que su situación se enmarcara dentro de
alguna de las tres causales que previó la Corte en la Sentencia C-355 de 2006
para interrumpir el embarazo.

3. Por esta razón, a través de la acción de tutela la señora Emma pidió ordenar
tanto a la EPS-I como la IPS-I realizar el procedimiento de IVE en el menor
tiempo posible.

4. En primera instancia, el Juzgado Segundo Penal para Adolescentes de


Popayán negó la acción de tutela en razón del respeto de la autonomía de la
que gozan los grupos indígenas. Sin embargo, al resolver la impugnación de la
accionante, la Sala Sexta de Responsabilidad Penal para Adolescentes del
Tribunal Superior del Distrito Judicial de Popayán revocó la sentencia de
primera instancia y, en su lugar, concedió el amparo reclamado. En
consecuencia, ordenó a la EPS-I AIC que comunicara a la accionante la
posibilidad con la que cuenta para ejercer su derecho a la IVE y que
garantizara la práctica de ese procedimiento, en caso de que la peticionaria
optara por él.

5. Luego de que la Sala de Selección Número Ocho de 2022 seleccionó este


asunto para su revisión, el expediente se repartió a la Sala Cuarta de Revisión
de la Corte Constitucional.

6. Por medio de la Sentencia T-158 de 2023, esa Sala revocó lo decidido tanto
por el Juzgado Segundo Penal para Adolescentes de Popayán como por la Sala
Sexta de Responsabilidad Penal para Adolescentes del Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Popayán. La Sala consideró que se había configurado la
carencia actual de objeto por hecho sobreviniente porque la accionante optó
por continuar su embarazo y dio a luz a su hijo. Pese a ello, previno a la EPS-I
Asociación Indígena del Cauca, al Cabildo Indígena y a la IPS-I para que al

su vida, peligro que se incrementa en el caso de aquellas que son menores de edad o de
escasos recursos quienes por su condición terminan acudiendo a los lugares más inseguros
(…)”. De este modo, sostuvo la citada sentencia, “la reserva de la identidad de las mujeres
que solicitan la IVE por medio de tutela, al crear condiciones favorables para el acceso a la
justicia, también contribuirá a estimular el acceso al sistema de salud y así disminuir el
número de mujeres que, a pesar de tener el derecho a la IVE, arriesgan su vida y su salud en
sitios no autorizados”.
2
Expediente T-8.857.733

tramitar las solicitudes de interrupción voluntaria del embarazo

“(i) valoren de manera completa, cierta y exhaustiva las razones que


justificarían su realización, en atención a las particularidades de la
situación, y (ii) de ser el caso, con el consentimiento previo e
informado de la solicitante, exploren alternativas a la IVE dirigidas a
garantizar la protección de la vida en gestación como finalidad
constitucional imperiosa y valor trascendental para la armonía de los
pueblos indígenas afiliados a la AIC, sin afectar intensamente el
derecho a la salud y los derechos reproductivos de sus comuneras”.

7. De igual modo, le ordenó a la EPS-I AIC adecuar la Resolución 50 de 2020


con el propósito de que las comunidades indígenas (i) no desconozcan el
componente básico de ese procedimiento, relacionado con las tres causales
previstas en la Sentencia C-355 de 2006; (ii) ponderen las razones que
presenten las comuneras indígenas para solicitar la IVE hasta la semana
veinticuatro de gestación; y (iii) justifiquen de manera razonada y suficiente la
aprobación o negación de esa solicitud, sin perjuicio de que se exploren y
adopten medidas alternativas a ese procedimiento con el consentimiento de la
solicitante.

8. Como sustento de lo ordenado, la Sala explicó que la Sala Sexta de


Responsabilidad Penal para Adolescentes del Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Popayán realizó una inadecuada interpretación de la Sentencia C-
055 de 2023. En su criterio, las razones, la oportunidad y las condiciones para
la práctica de la IVE hasta la semana 24, inclusive, por fuera de los supuestos
previstos en la Sentencia C-355 de 2006 no se encuentran aún definidas por el
legislador, a quien corresponde adoptar una política pública integral en la
materia, razón por la que se le exhortó a adoptarla en el resolutivo segundo de
la Sentencia C-055 de 2022.

9. De igual manera, la Sentencia T-158 de 2023 explicó que en la actualidad


existe un vacío normativo y no es posible deducir de la Sentencia C-055 de
2022, de un lado, un supuesto derecho fundamental al aborto, ni la
legalización de su práctica, ni la obligación del sistema de seguridad social en
salud de practicarlo, pero, tampoco, de otro lado, que se encuentre prohibida,
ni que en determinadas circunstancias existan razones constitucionales para su
práctica. Por ende, para la Sala Cuarta de Revisión, en el actual contexto
normativo en el que se inserta el artículo 122 del Código Penal y mientras el
legislador no regule la materia, las instituciones y médicos ante quienes se
solicite la autorización de la IVE antes de la semana 24 de gestación y por
causas diferentes a las tres permitidas, deben considerar y ponderar las razones
aducidas, el estado de avance del embarazo y las implicaciones para la salud
de la gestante. De allí que les corresponda valorar, en concreto, si tales razones
son o no compatibles con la Constitución, lo cual requiere ponderar el deber
de protección gradual e incremental del bien jurídico de la vida en gestación
frente a la dignidad y los derechos de las mujeres gestantes.

10. De otro lado, al evaluar la tensión existente entre el derecho a la salud y


los derechos reproductivos de la accionante, y el derecho a la autonomía de los
pueblos indígenas, la Sentencia T-158 de 2023 señaló que en el fallo de tutela
de segunda instancia no se consideró adecuadamente el principio de
maximización de la autonomía de las comunidades indígenas y los límites o
3
Expediente T-8.857.733

restricciones aplicables a este. Por ende, constató que, pese a que la vida en
gestación es un valor importante para el Cabildo, negar la IVE sin ponderar las
razones expuestas por la accionante generaba una afectación a sus derechos
fundamentales mucho mayor al beneficio que dicha negativa reportaba para la
autonomía de esa comunidad. Por ello, concluyó que la negativa de las
entidades accionadas a autorizar y llevar a cabo la IVE sin haber valorado y
ponderado las específicas razones alegadas por ella, afectó de manera
desproporcionada el derecho a la salud y los derechos reproductivos de la
accionante, que se corresponde con su derecho a la libertad de conciencia,
garantías que están estrechamente ligadas al principio de dignidad humana.

Las solicitudes de nulidad presentadas en contra de la Sentencia T-158 de


2023

- Solicitud de nulidad presentada por la señora Emma

11. Por medio de un escrito del 13 de junio de 2023, la accionante solicitó la


nulidad de la Sentencia T-158 de 2023. A continuación, se resumen los
argumentos en los que se soporta esta solicitud.

12. En primer lugar, la actora explicó por qué se encuentran satisfechos los
requisitos formales para solicitar la nulidad. Señaló, por lo tanto, que se
cumple el requisito de legitimación, pues acude a la Corte como parte del
trámite de tutela5. También afirmó que como consecuencia de las
implicaciones que tiene la Sentencia T-158 de 2023 para todas las mujeres y
personas gestantes del país, especialmente para aquellas que hacen parte de
comunidades indígenas, la Corte debería reconocer una legitimación más
amplia que le permita a todas ellas actuar en el proceso. Con respecto al
requisito de oportunidad la accionante precisó que presentó su solicitud de
nulidad dentro de los tres días siguientes a la comunicación de la Sentencia T-
158 de 2023, pues ese trámite se realizó el 7 de junio de este año y la solicitud
se presentó el 13 de junio 6. Por consiguiente, consideró cumplido este
presupuesto. En lo relativo a la carga argumentativa, el último de los
requisitos formales, la accionante indicó que no persigue reabrir un debate,
traer nuevos argumentos o mostrar su desacuerdo con la parte motiva de la
providencia que cuestiona. Por el contrario, explicó que su propósito es
evidenciar de manera seria, coherente, suficiente y clara 7 por qué a través de la
Sentencia T-158 de 2023 se incurrió en dos supuestos de nulidad.

13. Por esta razón, al ocuparse de los requisitos materiales para que se declare
la nulidad de esa providencia, la accionante centró su acusación en dos
cuestionamientos. En primer lugar, señaló que la Sentencia T-158 de 2023
desconoce la cosa juzgada constitucional originada en la Sentencia C-055 de
2022, así como el precedente constitucional que ha establecido esta Corte en
relación con los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. En su
criterio, la Sentencia T-158 de 2023 crea requisitos y procedimientos
adicionales que la Sala Plena no previó en la Sentencia C-055 de 2022. Por el
contrario, anotó que en esa providencia de constitucionalidad la Corte no
condicionó la posibilidad de acudir a la IVE dentro de las primeras
veinticuatro semanas de gestación, por lo que esa decisión no puede estar
5 Autos 548 de 2018 y 088 de 2017.
6 Es importante señalar que el lunes 12 de junio de 2023 fue día festivo.
7 Autos 108 de 2020, 188 de 014 y 051 de 2012.
4
Expediente T-8.857.733

sometida a otro tipo de consideraciones o al cuestionamiento de terceros. Dada


esta contradicción, la accionante consideró que la Sala Cuarta de Revisión
desconoció “la cosa juzgada y (…) los artículos 243 y 29 de la Constitución
Política”8 al exceder su competencia.

14. Como segundo cargo de nulidad, la accionante indicó que la Sala Cuarta
de Revisión no estudió cuestiones de relevancia constitucional 9. En su criterio,
a través de la Sentencia T-158 de 2023 la Corte no consideró la importancia de
incorporar la perspectiva de género en las providencias judiciales,
particularmente en lo que respecta a “la dimensión del derecho a la igualdad
sustantiva de las mujeres indígenas”10. En este sentido, argumentó que permitir
la intromisión de las comunidades indígenas en la decisión sobre la práctica de
la IVE “es inaceptable a la luz de los derechos a la autonomía reproductiva y a
la igualdad de las mujeres indígenas” 11, pues con este se crean dos grupos de
mujeres en Colombia: unas a las que “se les reconoce su pleno ejercicio de la
autonomía reproductiva y otras, discriminadas en razón de su condición
indígena, que dependen de terceros para adoptar las decisiones más
importantes sobre su vida”12. De igual manera, la accionante consideró que en
la Sentencia T-158 de 2023 la Corte debió considerar su “condición
interseccional de discriminación en el goce de [sus] derechos como mujer e
indígena” al plantear el problema jurídico por resolver.

- Solicitud de nulidad presentada por las ciudadanas Ana Cristina


González, Laura Castro, Valeria Pedraza Benavides, Beatriz
Quintero, Sandra Mazo, Cristina Rosero y María de los Ángeles
Ríos

15. El 13 de junio de 2023, las ciudadanas Ana Cristina González, Laura


Castro, Valeria Pedraza Benavides, Beatriz Quintero, Sandra Mazo, Cristina
Rosero y María de los Ángeles Ríos, actuando en nombre del movimiento
Causa Justa, pidieron a la Corte declarar de oficio la nulidad de la Sentencia T-
158 de 2023. En primer lugar, presentaron las razones por las cuales se
encuentran satisfechos los requisitos formales para solicitar la nulidad.
Precisaron, por lo tanto, que pese a que el movimiento Causa Justa no hizo
parte del trámite de tutela, la Corte ha reconocido la posibilidad de que se
decrete de oficio la nulidad de sus providencias 13. Con respecto al requisito de
oportunidad señalaron que presentaron su solicitud dentro de los tres días
siguientes a la comunicación de la Sentencia T-158 de 2023, pues ese trámite
se realizó el 7 de junio de este año. Asimismo, aclararon que la providencia
cuestionada incurrió en irregularidades ostensibles que inciden en el debido
proceso. Por un lado, porque esa decisión desconoce el precedente
constitucional relacionado con la IVE. Por el otro, porque con su
determinación la Sala Cuarta de Revisión planteó la existencia de un vacío
normativo en relación con la prestación de los servicios necesarios para
acceder a la IVE sin considerar lo establecido en la Resolución 51 de 2023 que
8 Expediente digital, archivo “15.-SOLICITUD DE NULIDAD DE LA SENTENCIA T -
158 DEL 2023..pdf”, p. 11.
9Con respecto a este cargo la accionante cita los autos 338 de 2020, 152 de 2020, 282 de
2019, 486 de 2015 y 031A de 2002.
10 Expediente digital, archivo “15.-SOLICITUD DE NULIDAD DE LA SENTENCIA T -
158 DEL 2023..pdf”, p. 19.
11 Id.
12 Id.
13 Con respecto a esta posibilidad citaron el Auto 178 de 2021.
5
Expediente T-8.857.733

expidió el Ministerio de Salud.

16. Ahora bien, en cuanto a los requisitos materiales las solicitantes plantearon
dos cargos de nulidad. En primer lugar, indicaron que la sentencia cuestionada
desconoce el precedente constitucional relacionado con la interrupción
voluntaria del embarazo, “en particular lo dispuesto en la Sentencia C-055 de
2022”14. En su opinión, la Sala Cuarta de Revisión desconoció lo establecido
en esa sentencia de control abstracto de constitucionalidad, pues creó una
condición adicional, relacionada con la evaluación médica de la situación,
para poder acceder a la interrupción voluntaria del embarazo dentro de las
primeras veinticuatro semanas de gestación15. De igual manera, cuestionaron
que a través de la Sentencia T-158 de 2023 se otorgó un alcance diferente al
exhorto que emitió la Sala Plena en la Sentencia C-055 de 2022. Por
consiguiente, explicaron que, contrario a lo señalado en esa sentencia de
tutela, la Corte no “estableció que el legislador debía determinar las
condiciones de acceso a la IVE”16, pues tan solo buscó que el Congreso de la
República y el Gobierno nacional crearan una política pública que evitara los
amplios márgenes de desprotección para los derechos de las mujeres gestantes
y que, a su vez, protegiera el bien jurídico de la vida en gestación sin
desconocer esas garantías. También argumentaron que la Sentencia T-158 de
2023 desconoce que uno de los propósitos de la Sentencia C-055 de 2022 se
relaciona precisamente con la eliminación de barreras para acceder a la IVE.

17. Como segundo cargo de nulidad las solicitantes cuestionaron que la


Sentencia T-158 de 2023 no estudió un asunto de relevancia constitucional. En
su criterio, la Sala Cuarta de Revisión planteó la existencia de un vacío
normativo en relación con la prestación de los servicios necesarios para
acceder a la IVE, sin considerar lo establecido en la Resolución 51 de 2023
que expidió el Ministerio de Salud. Esto pese a que a través de ese acto
administrativo se creó “una regulación única […] en la cual se establece
claramente que los prestadores de servicios de salud no pueden negarles la
IVE, ni exigirles requisitos adicionales, a las mujeres y personas gestantes que
se encuentren dentro de las primeras 24 semanas del embarazo, o dentro de
alguna de las tres causales después de este plazo”17.

- Solicitud de nulidad presentada por las ciudadanas Viviana


Bohórquez Monsalve, Juliana Aristizábal Franco, María Carolina
Melo y Laura Camila Bernate Ramos

18. Por medio de un escrito del 13 de junio del 2023, las ciudadanas Viviana
Bohórquez Monsalve, Juliana Aristizábal Franco, María Carolina Melo y
Laura Camila Bernate Ramos, actuando en nombre propio y en representación
de la Fundación Jacarandas, solicitaron a la Corte que declare la nulidad de la
Sentencia T-158 de 2023. En primer lugar, argumentaron que se encuentran
cumplidos los requisitos formales para solicitar la nulidad. En su criterio, se
14 Expediente digital, archivo “15.-Nulidad de oficio Sentencia T-158 de 2023.pdf”, p. 3.
15 Para las solicitantes, “si la Corte Constitucional deseaba fijar como un requisito para
acceder a la IVE, en el plazo de las 24 semanas de gestación, la valoración por parte de los
profesionales de la salud de cada caso con la Constitución Política, debió establecerlo en
los considerandos y en el condicionante de la Sentencia C-055 de 2022, y no de forma
posterior en una sentencia de revisión de tutela” (expediente digital, archivo “15.-Nulidad
de oficio Sentencia T-158 de 2023.pdf”, p. 3).
16 Expediente digital, archivo “15.-Nulidad de oficio Sentencia T-158 de 2023.pdf”, p. 5.
17 Ib., p. 7.
6
Expediente T-8.857.733

cumple el requisito de legitimación, pues tienen un interés directo en lo


decidido. Por un lado, “porque [son] mujeres en edad reproductiva y cualquier
retroceso o barrera que tenga efecto general en el acceso y la calidad del
servicio de aborto impacta en [sus] derechos fundamentales” 18. Por el otro, por
su preocupación colectiva por “la protección de los derechos de todas las
mujeres que se vean afectadas por las decisiones de la Corte Constitucional,
en sede de revisión o en su función de control de constitucionalidad”19.

19. Luego explicaron que su solicitud cumple el requisito de oportunidad,


pues la Sentencia T-158 de 2023 se comunicó el 7 de junio de 2023, por lo que
los tres días para formular la petición de nulidad vencieron el 13 de junio del
mismo año20, es decir, el día en el que presentaron su requerimiento. Con
respecto a la carga argumentativa de su escrito, señalaron que no pretenden
reabrir el debate jurídico, traer nuevos argumentos o mostrar su desacuerdo
con la parte motiva de la decisión. Por el contrario, tan solo persiguen
evidenciar que la Sala Cuarta de Revisión incurrió en dos causales que
permiten declarar su nulidad.

20. Inicialmente argumentaron que la Sentencia T-158 de 2023 contraría lo


establecido por la Sala Plena en la Sentencia C-055 de 2022, pues impuso una
barrera adicional para acceder a la interrupción voluntaria del embarazo 21.
Para las peticionarias esto implica desconocer no solo la cosa juzgada que se
origina con la expedición de ese fallo de constitucionalidad, sino también el
precedente que en general reconoce el carácter fundamental a los derechos
reproductivos. En su criterio, esto termina por crear una barrera para acceder a
la interrupción voluntaria del embarazo22, en tanto condiciona su práctica al
escrutinio que realicen las personas que hacen parte del sistema de salud, pese
a que un elemento esencial de la Sentencia C-055 de 2022 se relaciona
precisamente con la protección de los derechos de las mujeres y de las
personas gestantes.

21. Posteriormente, las solicitantes indicaron que en la Sentencia T-158 de


2023 no se estudiaron cuestiones de relevancia constitucional 23.
Particularmente, consideraron que la Sala Cuarta de Revisión no tuvo en
cuenta los derechos de las mujeres indígenas. Evidenciaron, por consiguiente,
que a través de esa providencia se crearon dos grupos de mujeres en
Colombia, “en donde uno de ellos está siendo discriminado en razón de su
condición indígena ya que ellas dependen de terceros para tomar decisiones
sobre su propio cuerpo”24. De igual manera, consideraron que al resolver el
caso la Sentencia T-158 de 2023 no consideró la “condición interseccional de
18 Expediente digital, archivo “15.-Solicitud de nulidad Sentencia T-158 de 2023
JACARANDAS.pdf”, p. 2.
19 Id. Las solicitantes explicaron que “Jacarandas es una fundación de mujeres que lucha
por el derecho al aborto libre en Colombia”. De igual manera, explicaron que ese colectivo
nació en 2022 y que buscan convertirse “en un referente en Colombia sobre aborto en el
sistema de salud”.
20Con respecto al término para solicitar la nulidad de las providencias emitidas por esta
corporación, las solicitantes citaron los autos 547 de 2018, 155 de 2013 y 280 de 2010.
21 Las solicitantes argumentaron que la despenalización de la IVE hasta la semana
veinticuatro de gestación se dio, según la Sentencia C-055 de 2022, de manera inmediata,
por lo que no está condicionada a ningún requisito adicional.
22 Las peticionarias explicaron que para la Sentencia C-055 de 2022 la imposición de este
tipo de barreras constituye una forma de violencia basada en el género.
23Con respecto a este cargo las solicitantes citan los autos152 de 2020, 338 de 2020, 075
de 2019, 486 de 2015 y 031A de 2002.
7
Expediente T-8.857.733

discriminación en el goce de los derechos de las mujeres indígenas” 25 o la


importancia de garantizar su intimidad en los aspectos relacionados con su
salud.

- Solicitud de nulidad presentada por el Ministerio de Salud y


Protección Social

22. Por medio de un escrito presentado el 21 de junio de 2023, el señor


Rodolfo Enrique Salas Figueroa, director técnico de la Dirección Jurídica del
Ministerio de Salud y Protección Social, pidió que la Corte declare la nulidad
de la Sentencia T-158 de 2023 o que, en su defecto, aclare que:

“i) Se debe garantizar la atención integral en salud del aborto en el


país en las condiciones de no punibilidad que define la Sentencia C-
055 de 2023, de acuerdo con lo establecido por el Gobierno Nacional
a través del Ministerio de Salud y Protección Social como ente rector
del Sistema General de Seguridad Social en Salud. ii) Aun cuando
existe un exhorto al Congreso de la República para que formule e
implemente una política pública integral en materia de IVE, la
atención en salud integral de la IVE —o aborto legal— se debe
continuar garantizando en atención a la protección de los derechos a la
salud y a los derechos reproductivos, la igualdad de mujeres en
situación de vulnerabilidad, la libertad de conciencia y la finalidad
constitucional de prevención general de la pena y el carácter de ultima
ratio del derecho penal, protegidos en la Sentencia C-055 de 2023”.

23. Como sustento de su solicitud recordó, en primer lugar, que en el trámite


de instancia de la acción de tutela se vinculó al ministerio, por lo que se
encuentra satisfecho el requisito de legitimación. De igual manera, consideró
cumplido el requisito de oportunidad, pues lo decidido por la Sala Cuarta de
Revisión se le comunicó tan solo hasta el 15 de junio de 2023. Por ende,
argumentó que los tres días con los que contaba para presentar su petición se
cumplieron el 21 de junio, es decir, el día en el que remitió su escrito. Con
respecto al requisito de carga argumentativa explicó que no pretende reabrir el
debate dado por la Corte, sino demostrar que la Sentencia T-158 de 2023
desconoce la posición asumida por la Sala Plena, pues introduce cambios en
su precedente; presenta incongruencias entre su parte motiva y resolutiva, lo
que genera un déficit de protección constitucional, y desconoce asuntos de
relevancia constitucional.

24. Estos cuestionamientos los amplió al ocuparse de los requisitos materiales


de la solicitud de nulidad. Por consiguiente, el representante del Ministerio de
Salud planteó que la providencia cuestionada es contraria a lo establecido por
la Sala Plena en la Sentencia C-055 de 2022, pues “introduce criterios nuevos
de interpretación para el acceso a los servicios de IVE antes de la semana 24
de gestación, que no son mencionados en la ratio decidendi o del resuelve de
la C-055 de 2022”26. De igual manera cuestionó que la Sentencia T-158 de

24 Expediente digital, archivo “15.-Solicitud de nulidad Sentencia T-158 de 2023


JACARANDAS.pdf”, p. 14.
25 Ib., p. 15.
26 Expediente digital, archivo “15.-2023_1150_docs_1202311501176641_00001_1.pdf”,
p. 5. El solicitante también planteó que la Sala Cuarta de Revisión no evaluó la relevancia
de la Sentencia C-355 de 2006 de cara a lo decidido en la Sentencia C-055 de 2022.
8
Expediente T-8.857.733

2023 niega el carácter personalísimo de los derechos reproductivos, al permitir


el escrutinio de terceros sobre la decisión de ser, o no, madre; avala las
barreras que la Sentencia C-055 de 2022 buscó erradicar, y termina por
reproducir el contenido material de la norma declarada condicionalmente
exequible por la Corte “en la medida que niega la legalización de la práctica
del aborto y no se opone a medidas penales que puedan ser parte del exhorto
hecho tanto al Legislador como al Gobierno Nacional y que el Ministerio de
Salud y Protección Social ya desarrolló” 27. Asimismo, argumentó que por
medio de la providencia que cuestiona se desconoce el carácter fundamental
que esta Corte ha reconocido al derecho a la interrupción voluntaria del
embarazo28.

25. De otro lado, en cuanto al no estudio de asuntos de relevancia


constitucional, el representante del Ministerio argumentó que la Sentencia T-
158 de 2023 desconoce la jurisprudencia en vigor sobre los estándares de
atención de la interrupción voluntaria del embarazo 29. De igual manera,
explicó cuáles son las medidas administrativas que ha implementado el
Ministerio de Salud y Protección Social en respuesta al exhorto emitido por la
Corte en la Sentencia C-055 de 202230. Igualmente, cuestionó que la Sala
Cuarta de Revisión no hubiese tenido en cuenta la Resolución 51 de 2023,
pues ello “no solo significa sujetar la operatividad de la Sentencia C-055
exclusivamente a la adopción de medidas legislativas por parte del Congreso,
sino reducir el estándar de protección de los derechos fundamentales
protegidos mediante la sentencia de constitucionalidad de la Sala Plena”31.

Actuaciones adelantadas por la Corte Constitucional

26. Por medio del Oficio B-285/2023, la Secretaría General de esta


corporación solicitó al Juzgado Segundo Penal para Adolescentes de Popayán
certificar el día en el que notificó la Sentencia T-158 de 2023. En respuesta a
esa solicitud, ese despacho le indicó a la Corte que el 15 de junio notificó esa
providencia. De igual manera, la Secretaría General señaló que a través de los
oficios B-286/2023, B-290/2023, B-291/2023 y B-325/2023, comunicó a las
partes e intervinientes el inicio del incidente de nulidad.

27. El 11 de octubre de este año, la Sala Plena decidió no aprobar la ponencia


presentada en el asunto de la referencia y declarar la nulidad de la Sentencia T-
158 de 2023. Por esta razón, el expediente se remitió al despacho del
magistrado José Fernando Reyes Cuartas a efectos de elaborar la providencia
correspondiente.

27 Expediente digital, archivo “15.-2023_1150_docs_1202311501176641_00001_1.pdf”,


p. 12.
28 Sentencia SU-096 de 2018.
29 Sentencias SU-096 de 2018, T-931 de 2016, T-731 de 2016, T-697 de 2016, C-327 de
2016, T-301 de 2016, C-754 de 2015, T-532 de 2014, T-627 de 2012, T-959 de 2011, T-841
de 2011, T-636 de 2011, T-585 de 2010, T-388 de 2009, T-946 de 2008, T-209 de 2008, T-
988 de 2007 y T-171 de 2007.
30 Circular 044 de 2022, Resolución 051 de 2023 y el Plan de Aceleración para la
Reducción de la Mortalidad Materna.
31 Expediente digital, archivo “15.-2023_1150_docs_1202311501176641_00001_1.pdf”,
pp. 25 y 26. Para el representan del ministerio la Corte debe tener presente que han
transcurrido diecisiete años desde que se expidió la Sentencia C-355 de 2006 sin que el
Congreso de la República hubiese regulado la materia.
9
Expediente T-8.857.733

II. CONSIDERACIONES DE LA CORTE CONSTITUCIONAL

A. Competencia

28. De conformidad con lo establecido en los artículos 49 del Decreto Ley


2067 de 1991 y 106 de su Reglamento Interno 32, la Sala Plena de esta
corporación es competente para pronunciarse sobre las solicitudes de nulidad
presentadas en contra de la Sentencia T-158 de 2023.

B. Procedencia excepcional de la nulidad de sentencias dictadas por la


Corte Constitucional. Reiteración de jurisprudencia33

29. El artículo 243 de la Constitución señala que las sentencias que emite esta
corporación hacen tránsito a cosa juzgada. Esto implica que no es posible
reabrir la controversia que examinó la Corte 34 dado que lo decidido es
definitivo, inmutable y vinculante35. Por su parte, el artículo 49 del Decreto
Ley 2067 de 1991 establece que contra las sentencias de esta Corte no procede
ningún recurso. Asimismo, prescribe que la nulidad de los procesos que
conoce esta corporación solo podrá decretarse por irregularidades que
desconocen el debido proceso, así como que esto debe alegarse antes de que se
emita sentencia.

30. Pese a ello, la Corte ha reconocido la posibilidad de que incluso luego de


culminado el proceso se decrete la nulidad de lo decidido. Esto puede ocurrir a
solicitud de parte o de oficio36 y no implica que exista un recurso contra lo
resuelto por la Corte. Según lo ha establecido la Sala Plena, la procedencia de
la nulidad es excepcional, por lo que su prosperidad está restringida a los
casos en los que se acredite la existencia de situaciones jurídicas
extraordinarias37. Por esta razón, la Corte ha señalado cuáles son los requisitos
formales y materiales que se requieren para decretar la nulidad de lo actuado.

31. Dentro de los requisitos formales se encuentran la legitimación, la


oportunidad y la carga argumentativa. Según el primero, las solicitudes de
nulidad de las sentencias de tutela 38 que emite la Corte pueden ser presentadas
por las partes, quienes hayan participado en el trámite o por los terceros
afectados con las órdenes proferidas. El requisito de oportunidad, por su parte,
impone que la solicitud de nulidad sea presentada durante los tres días
siguientes a la notificación de la sentencia. Finalmente, el requisito de carga
argumentativa exige que quien pretenda la nulidad de una sentencia de la

32Acuerdo 02 de 2015.
33 A continuación, se reiteran las consideraciones que presentó la Corte en el auto 2386 de 2023. Esa
providencia reitera lo dicho por la Sala Plena en los autos 654 de 2023, 116 de 2023, 055 de 2019, 654 de
2018, 285 de 2018, 030 de 2018, 015A de 2018, 024 de 2017, 538 de 2015, 045 de 2014, 155 de 2013 y 218
de 2009, entre otros.
34 En la Sentencia C-100 de 2019 la Sala Plena explicó que “la cosa juzgada tiene como
función negativa, prohibir a los funcionarios judiciales conocer, tramitar y fallar sobre lo
resuelto”. De manera reciente la Corte reiteró este criterio en el Auto 1863 de 2022.
35 Autos 244 de 2016, 229 de 2014 y 245 de 2012. También se puede consultar la
Sentencia C-774 de 2001.
36 Autos 208 de 2018, 332 de 2015, 071 de 2015, 070 de 2015, 211 de 2011, 015 de 2007,
305 de 2006, 151 de 2003, 062 de 2000, 050 de 2000 y 061 de 1999.
37Autos 2386 de 2023, 654 de 2023, 1598 de 2022, 024 de 2017, 180 de 2016, 538 de
2015, 045 de 2014, 155 de 2013 y 218 de 2009.
38 En el caso de las sentencias de control abstracto de constitucionalidad la legitimidad
recae en quién inició el proceso y en los sujetos que intervienen en él (Auto 485 de 2018).
10
Expediente T-8.857.733

Corte debe aportar razones con aptitud para demostrar con base en
“fundamentos claros, ciertos, serios y coherentes la causal de nulidad
invocada, la incidencia en la decisión adoptada y la evidente violación del
debido proceso”39. No son, por lo tanto, admisibles razones o interpretaciones
que obedezcan al disgusto o inconformidad del solicitante con la sentencia
proferida.

32. Con relación a los requisitos materiales la jurisprudencia ha identificado


algunas situaciones -no taxativas- que pueden dar lugar a la declaración de
nulidad, en razón a que materializan una vulneración del debido proceso
“ostensible, probada, significativa y trascendental, es decir, que tenga
repercusiones sustanciales y directas en la decisión o en sus efectos” 40, a saber:
(i) cambio de jurisprudencia sin la carga argumentativa que ello implica; (ii)
desconocimiento de las mayorías legalmente establecidas; (iii) incongruencia
entre la parte considerativa y resolutiva; (iv) órdenes a particulares no
vinculados; (v) elusión arbitraria del análisis de asuntos de relevancia
constitucional; y (vi) desconocimiento de la cosa juzgada constitucional.

33. En suma, la declaratoria de nulidad de una sentencia proferida por la Corte


Constitucional solo prospera si se acreditan los requisitos formales y se
demuestra la ocurrencia de una situación que afecte gravemente el debido
proceso. De no ser así, la naturaleza excepcional de esta clase de incidentes
obliga a rechazar (por requisitos formales) o a negar (por requisitos
materiales) la solicitud de nulidad.

C. Cumplimiento de los requisitos formales de procedencia de la


solicitud de nulidad

34. En contra de la Sentencia T-158 de 2023 se presentaron cuatro solicitudes


de nulidad. A continuación, se examinará si estas superan los requisitos
formales que ha establecido la Corte para este tipo de peticiones 41. De ser así,
la Sala Plena estudiará su prosperidad material.

35. Sobre el cumplimiento del requisito de legitimación. El 13 de junio de


este año, Emma presentó su solicitud de nulidad. Ella actuó como accionante
dentro del trámite de tutela que culminó con la expedición de la Sentencia T-
158 de 2023. Por esta razón se encuentra legitimada para solicitar su nulidad.
Lo mismo ocurre con la solicitud de nulidad presentada por el Ministerio de
Salud y Protección Social, pues esa entidad hizo parte del trámite de tutela
luego de haber sido vinculada por el Juzgado Segundo Penal para
Adolescentes de Popayán.

36. En contraste, la Corte encuentra que las ciudadanas Viviana Bohórquez


Monsalve, Juliana Aristizábal Franco, María Carolina Melo y Laura Camila
Bernate Ramos, quienes actúan en nombre propio y en representación de la
Fundación Jacarandas, no cuentan con legitimación para pedir la nulidad de
la Sentencia T-158 de 2023. En criterio de esta corporación, las solicitantes no
fueron parte del trámite de tutela, no fueron vinculadas a ese proceso y no
tienen un interés procesal en lo decidido.
39 Auto 036 de 2017.
40 Auto 055 de 2005.
41 A continuación se retoman, en este aspecto específico, varias de las consideraciones que
originalmente presentó la ponencia no aprobada por la Sala Plena el 11 de octubre de 2023.
11
Expediente T-8.857.733

37. En lo que respecta particularmente con su eventual interés en lo resuelto


por la Sala Cuarta de Revisión, la Corte no evidencia que la solicitud de
copias que presentaron en sede de revisión las habilite para iniciar el incidente
de nulidad. Esta corporación tampoco considera que el concepto que
brindaron les permita actuar como terceras con interés en lo decidido, pues,
como lo explicó esta Corte en el Auto 542 de 2018, pese al interés que en
general pueden suscitar los procesos de tutela, esto no implica que se trate de
trámites públicos. Ello es además relevante en la medida en la que la
Sentencia T-158 de 2023 no consideró el concepto emitido por la Fundación
Jacarandas, pues este se remitió el 20 de enero de 2023, es decir, con
posterioridad al registro inicial del proyecto de sentencia42.

38. De igual manera, la Corte no encuentra razonable concluir que como


consecuencia de la edad de las peticionarias o de su trabajo en la promoción
del derecho a la interrupción voluntaria del embarazo puedan tener un interés
cierto, actual y directo43 en lo decidido por la Corte en la Sentencia T-158 de
2018. Para esta Sala, ninguna de las órdenes que emitió la Sala Cuarta de
Revisión se relaciona con las peticionarias o con el trabajo que realiza la
Fundación Jacarandas. Esto es así porque no está acreditado que (i) como
mujeres en edad reproductiva hubiesen solicitado ese procedimiento ni que (ii)
las consideraciones de la Sentencia T-158 de 2023 les impidan desarrollar su
labor en la protección de los derechos de las mujeres y personas gestantes.
Para la Sala, por lo tanto, es claro que las solicitantes pueden ejercer
libremente esta labor, con independencia de su conformidad o inconformidad
con la decisión que cuestionan.

39. Finalmente, la Corte constata que la solicitud presentada por las


ciudadanas Ana Cristina González, Laura Castro, Valeria Pedraza Benavides,
Beatriz Quintero, Sandra Mazo, Cristina Rosero y María de los Ángeles Ríos,
que actúan en nombre del movimiento Causa Justa, está encaminada a que la
Corte declare de oficio la nulidad de la Sentencia T-158 de 2023. Debido a que
no se trata de una solicitud de nulidad de parte, la Corte no encuentra
procedente examinar los requisitos formales para este tipo de peticiones.

40. Sobre la oportunidad de las solicitudes de nulidad. Según la


certificación remitida por el juez de tutela de primera instancia, la Sentencia T-
158 de 2023 “se notificó mediante mensaje electrónico el día 15 de junio de
2023”44. Por esta razón, la Sala Plena constata que la solicitud de nulidad
presentada por Emma cumple el requisito de oportunidad, pues se remitió a la
Corte el 13 de junio de 2023, es decir, incluso dos días antes del momento en
el que se notificó la sentencia cuestionada45.

42 19 de diciembre de 2022.
43 La jurisprudencia constitucional ha señalado que el carácter actual consiste en la
afectación cierta de un derecho o una situación jurídica preexistente a la expedición de la
sentencia. Por ello, se contrapone a afectaciones hipotéticas en las cuales la afectación no
solo depende de la sentencia, sino de la comprobación de otros hechos o decisiones
diferentes al fallo cuestionado. Por su parte, el carácter directo o inmediato se refiere al
vínculo cierto entre la afectación de un derecho o posición jurídica de la que el tercero es
titular y lo decidido en la sentencia cuestionada. Auto 105 de 2020.
44 Expediente digital, archivo: 15.-Certificacion del 15 de Junio 2023 – Corte
Constitucional – Notif Sentencia T 158 del 2023.pdf
45 La Corte infiere que la accionante se notificó de la Sentencia T-158 de 2023 por
conducta concluyente.
12
Expediente T-8.857.733

41. La Sala Plena también evidencia que la solicitud de nulidad presentada por
el Ministerio de Salud y Protección Social cumple el requisito de oportunidad.
Esto en la medida en la que esta se envió a la Corte el 21 de junio de 2023, es
decir, dentro de los tres días siguientes a la notificación de la Sentencia T-158
de 2023.

42. Sobre el cumplimiento de la carga argumentativa de las solicitudes de


nulidad. Al abordar este requisito la Sala debe estudiar si (i) los solicitantes
presentan razones que, a partir de fundamentos claros, ciertos, serios y
coherentes relativos al supuesto de nulidad invocado, se dirijan a demostrar
(ii) la incidencia que esta tiene en lo decidido y (iii) cómo tiene la
potencialidad de desconocer el debido proceso.

43. En el caso de la solicitud presentada por la accionante, la Corte constata


que se cumple la carga argumentativa de los dos cargos propuestos. En el
primer caso porque los argumentos siguen un hilo conductor para señalar en
qué consiste el desconocimiento de la cosa juzgada constitucional originada en
la Sentencia C-055 de 2022, así como el precedente constitucional que ha
establecido esta Corte en relación con los derechos sexuales y reproductivos
de las mujeres. En cuanto al segundo cargo de nulidad, relacionado con la
elusión de cuestiones de relevancia constitucional, la Corte considera que las
razones planteadas por la accionante no persiguen reabrir el debate dado por la
Sala Cuarta de Revisión. Por el contrario, esta Sala evidencia que los
cuestionamientos relacionados con la no utilización de la perspectiva de
género y con la igualdad de las mujeres indígenas tienen la potencialidad de
incidir en el debido proceso.

44. De igual manera, la Sala constata que la solicitud de nulidad presentada


por el representante del Ministerio de Salud y Protección Social cumple con la
exigencia de carga argumentativa. En cuanto a la primera razón, la Sala
observa que los argumentos siguen un hilo conductor que permite entender en
qué consiste la presunta vulneración del derecho al debido proceso. De manera
similar a lo argumentado por la accionante, el representante del Ministerio
considera que la Sentencia T-158 de 2023 es contraria a lo establecido en la
Sentencia C-055 de 2022, pues “introduce criterios nuevos de interpretación
para el acceso a los servicios de IVE antes de la semana 24 de gestación, que
no son mencionados en la ratio decidendi o en el resolutivo de la C-055 de
2022”46.

45. La Corte también constata que el segundo cargo de nulidad sigue un hilo
conductor que permite entender de manera clara, cierta, seria y coherente cuál
es el sentido del cuestionamiento planteado. Según este, la Sentencia T-158 de
2023 desconoce tanto los estándares que esta corporación ha establecido a
través de su jurisprudencia en relación con el derecho fundamental a la
interrupción voluntaria del embarazo como las medidas administrativas que ha
emitido el Ministerio en respuesta al exhorto adoptado por la Corte en la
Sentencia C-055 de 2022.

D. Cuestión preliminar y estructura de la decisión


46 Expediente digital, archivo “15.-2023_1150_docs_1202311501176641_00001_1.pdf”,
p. 5. El solicitante también planteó que la Sala Cuarta de Revisión no evaluó la relevancia
de la Sentencia C-355 de 2006 de cara a lo decidido en la Sentencia C-055 de 2022.
13
Expediente T-8.857.733

46. Según ha quedado indicado las solicitudes de nulidad presentadas por la


accionante y el Ministerio han cumplido los requisitos formales. En ellas se
presentan diferentes razones encaminadas a que se declare la nulidad de la
Sentencia T-158 de 2023 por la violación del debido proceso. No obstante, la
Sala Plena ha decidido que, por resultar suficiente para justificar la decisión de
anularla, únicamente abordará el cargo relativo a la violación de la cosa juzgada
constitucional derivada de la Sentencia C-055 de 2022.

47. Con el objeto de resolver la cuestión planteada la Corte seguirá el siguiente


orden. Inicialmente se referirá al alcance general del desconocimiento de la cosa
juzgada constitucional como supuesto de violación del debido proceso al que
alude el artículo 49 del Decreto 2067 de 1991 (Sección E). A continuación, la
Corte sintetizará e indicará el alcance de lo decidido en Sentencia C-055 de
2022 y, en cuanto resulte relevante, el modo en que se relaciona con la
jurisprudencia previa de la Corte sobre el derecho de las mujeres a acceder a la
IVE y las normas en las que encuentra apoyo (Sección F). Luego de ello
explicará las razones por las cuales la Sentencia T-158 de 2023 debe ser anulada
(Sección G).

E. El desconocimiento de la cosa juzgada constitucional como supuesto


de violación del debido proceso

48. La cosa juzgada es una institución jurídico procesal que busca garantizar la
incontestabilidad de las situaciones jurídicas que han sido definidas en virtud de
una decisión judicial ejecutoriada. Esto implica que lo resuelto en las sentencias
que deciden de fondo un asunto es inmutable, vinculante y definitivo 47. Esta
institución tiene, por lo tanto, dos dimensiones 48. Una negativa, en virtud de la
cual se prohíbe a los funcionarios judiciales conocer, tramitar y decidir sobre los
casos resueltos49, y otra positiva, por la que se confiere estabilidad a las
relaciones jurídicas y al ordenamiento en general50.

49. Pese a que las consecuencias de la cosa juzgada en principio se limitan a


quienes hicieron parte del proceso que la genera, excepcionalmente el
ordenamiento jurídico también les otorga efectos generales a las decisiones
judiciales. En estos casos, “el valor de cosa juzgada de una providencia obliga
en general a la comunidad”51, como ocurre en el caso de las sentencias que emite
esta corporación en sede de control abstracto de constitucionalidad 52.

50. El reconocimiento de la cosa juzgada constitucional en el artículo 243 de la


Carta Política refleja la inequívoca determinación del constituyente acerca de
que las decisiones adoptadas en sede de control abstracto de constitucionalidad
deben ser respetadas por todas las autoridades, incluyendo a la propia Corte. Se
trata de un mandato que no solo refleja los rasgos concentrados del sistema de
control constitucional. También se erige en una garantía institucional que
resguarda la posición de la Corte como guardiana de la integridad y supremacía
47 Sentencias C-055 de 2022, C-519 de 2019, C-100 de 2019, C-532 de 2013, C-334 de
2013, C-197 de 2013, C-468 de 2011 C-393 de 2011, C-211 de 2007, C-533 de 2005, C-
990 de 2004, C-1122 de 2004, C-030 de 2003 y C-774 de 2001.
48 Sentencia C-774 de 2001.
49 Id.
50 Id.
51 Id.
52 Id.
14
Expediente T-8.857.733

de la Constitución. Es por ello que, sin perjuicio de los eventos excepcionales


que justifican el debilitamiento de la cosa juzgada, existe un deber de sujeción a
las decisiones adoptadas por la Sala Plena.

51. Por esta razón, cuando se constata la existencia de cosa juzgada ninguna
autoridad puede, entre otras cosas, reproducir el contenido normativo que este
tribunal ha declarado inexequible o contrario a la Constitución 53. Tampoco es
posible, salvo el cumplimiento de precisas condiciones, que se inicie un nuevo
juicio de constitucionalidad54. Dadas estas implicaciones, la Corte ha reconocido
que el respeto de la cosa juzgada garantiza la seguridad jurídica 55 y hace parte
del derecho fundamental al debido proceso56. Es precisamente esta última
característica la que permite que se decrete la nulidad de lo decidido por esta
corporación cuando se desatiende la cosa juzgada. Dos decisiones de este
tribunal pueden ilustrar lo indicado.

52. En el Auto 008 de 1993 la Corte estudió una solicitud de nulidad presentada
en contra de la Sentencia T-120 de 1993. En esa ocasión, la Sala Plena encontró
que a través de la providencia cuestionada se había desconocido lo establecido
por la misma Corte en la Sentencia C-592 de 1992. Concretamente, evidenció
que a pesar de que en esa sentencia de constitucionalidad se declaró la
exequibilidad de la competencia otorgada al superintendente de sociedades para
resolver sobre las objeciones a los créditos en el concordato preventivo
obligatorio, en la Sentencia T-120 de 1993 se presentó una conclusión
completamente distinta, en tanto no reconocía esa potestad. Al constatar dicha
situación, la Corte señaló que “el desconocimiento de la cosa juzgada
constitucional implica una violación del debido proceso consagrado en el
artículo 29 de la Constitución, como consecuencia del olvido del mandato del
artículo 243 de la Constitución”57. De igual modo, esta corporación precisó que
“si nadie puede desconocer los efectos de la cosa juzgada constitucional, es
claro que no puede hacerlo una Sala de Revisión de la misma Corte
Constitucional”58.

53. Más adelante la Sala Plena llegó a una conclusión similar en el Auto 049 de
1995. En ese caso, la Corte estudió una solicitud de nulidad en contra de la
Sentencia T-348 de 1995, pues según los peticionarios a través de esa decisión la
Sala Primera de Revisión desconoció lo que había establecido la Corte en la
Sentencia C-472 de 1994 sobre la competencia del fiscal general de la nación
para declarar la preclusión de los procesos penales adelantados en contra de
altos funcionarios del Estado que gozan de fuero constitucional. En el Auto 049
de 1995 la Corte consideró que, en efecto, la sentencia cuestionada desconocía
lo decidido en la sentencia de constitucionalidad, por lo que se había vulnerado
el debido proceso. Por ello declaró la nulidad de lo decidido.

54. Estas decisiones evidencian que la vulneración del debido proceso en los
casos en los que se desconoce la cosa juzgada está dada por el desconocimiento
de un límite a la competencia de la autoridad que decide. Ampliar o reducir el
alcance de las decisiones adoptadas por este tribunal en ejercicio del control

53 Sentencias C-055 de 2022 y C-233 de 2021.


54 Sentencia C-007 de 2016.
55 Sentencia SU-027 de 2021.
56 Sentencia C-233 de 2021 y SU-027 de 2021.
57 Auto 008 de 1993.
58 Id. Negrillas del texto.
15
Expediente T-8.857.733

abstracto constituye un desconocimiento del artículo 243 que implica, en


realidad, omitir el Derecho aplicable a la disputa que se decide. El juicio
abstracto de validez que realiza la Corte en desarrollo de las atribuciones
conferidas por el artículo 241 tiene como resultado establecer aquellas
disposiciones y normas que, por cumplir los requisitos formales y materiales de
validez pertenecen al ordenamiento jurídico. Por ello, al margen del acuerdo o
desacuerdo que las decisiones de este tribunal susciten, todas ellas deben ser
acatadas en virtud de un expreso mandato constituyente.

F. Síntesis y alcance de la Sentencia C-055 de 2022

55. Las solicitudes de nulidad presentadas ante la Corte indican que la Sentencia
T-158 de 2023 desconoció lo decidido en la Sentencia C-055 de 2022. El núcleo
de su planteamiento señala que ese desconocimiento resulta (i) de negar la
existencia del derecho de acceder a la interrupción voluntaria del embarazo
hasta la semana 24 de gestación, inclusive, y, consecuencialmente, (ii) de
admitir restricciones para su ejercicio que resultan incompatibles con su
condición de derecho.

56. A fin de establecer lo decidido por la referida Sentencia C-055 de 2022, la


Sala Plena presentará una síntesis amplia de su contenido (fundamentos 57 a
108) y a continuación indicará su sentido y alcance (fundamentos 109 a 127).

- Síntesis de la Sentencia C-055 de 2022

57. La Sentencia C-055 de 2022 se encuentra compuesta por cinco secciones


que permiten precisar el alcance de lo decidido por la Sala Plena en esa
oportunidad. La primera se refiere a la aptitud de los cargos formulados (a); la
segunda alude a dos circunstancias específicas que concurrían para justificar una
decisión de la Corte (b); la tercera establece los problemas jurídicos y precisa las
tensiones a las que conducen (c); la cuarta identifica la fórmula de optimización
de los intereses constitucionales en tensión (d); y la quinta corresponde a la parte
resolutiva (e). A continuación, se describen de modo general tales secciones sin
perjuicio de las precisiones que, al resolver las solicitudes de nulidad, sea
procedente realizar.

a) Primera sección: la aptitud de los cargos

58. La sentencia señaló, inicialmente, aquellos cargos que serían objeto de


consideración dado que satisfacían las condiciones de aptitud requeridas.
Identificó cuatro cargos: (i) por desconocimiento de la obligación de respeto al
derecho a la salud y los derechos reproductivos de las mujeres, las niñas y las
personas gestantes (artículos 49, 42 y 16 de la Constitución); (ii) por violación
del derecho a la igualdad de las mujeres en situación de vulnerabilidad y en
situación migratoria irregular (artículos 13 y 93 de la Constitución, 1 de la
CADH y 9 de la Convención de Belém do Pará); (iii) por vulneración de la
libertad de conciencia de las mujeres, las niñas y las personas gestantes, en
especial, frente a la posibilidad de actuar conforme a sus convicciones en
relación con su autonomía reproductiva (artículo 18 de la Constitución); y (iv)
por incompatibilidad con la finalidad preventiva de la pena y no satisfacción de
las exigencias constitucionales adscritas al carácter de ultima ratio del derecho
penal (preámbulo y artículos 1 y 2 de la Constitución).

16
Expediente T-8.857.733

59. El alcance general de cada uno de los cargos y las razones por las cuales la
Corte consideró que no estaban comprendidos por la cosa juzgada derivada de la
Sentencia C-355 de 2006 fue establecido por la Corte del modo en que se
describe a continuación.

 Cargo por desconocimiento de la obligación de respeto al derecho a la


salud y los derechos reproductivos de las mujeres, las niñas y las
personas gestantes (artículos 49, 42 y 16 de la Constitución)

60. Al precisar su alcance indicó que la acusación advertía “que la penalización


del aborto consentido constituye la barrera más importante para la
materialización del derecho fundamental a la salud de las mujeres, en particular,
de sus derechos sexuales y reproductivos y, a su vez, para el acceso al
procedimiento de IVE como componente esencial de estos”. De este modo “al
mantener la norma demandada en el ordenamiento se incumple con obligaciones
tanto negativas como positivas que se derivan de las mencionadas garantías
constitucionales y que las autoridades estatales deben cumplir”.

61. Seguidamente, al explicar que dicho cargo cumplía el requisito de


especificidad señaló que “[l]as demandantes sostienen que, con la penalización
del aborto, el Estado colombiano incumple una serie de deberes, dentro de los
que resaltan, por una parte, unas obligaciones de no hacer, consistentes en
abstenerse de imponer obstáculos y dilaciones ilegítimas e injustificadas a la
práctica del procedimiento de IVE y de discriminar a las mujeres que opten por
este (…) [y] por otra, un conjunto de obligaciones positivas o de hacer, como,
por ejemplo, de respeto o garantía, que implican desarrollar todas aquellas
actividades que sean necesarias para que las mujeres que solicitan el
procedimiento de IVE accedan a este en condiciones adecuadas, incluyendo la
remoción de barreras normativas; el deber de información oportuna, suficiente,
veraz y adecuada en materia reproductiva; la garantía de disponibilidad del
procedimiento de IVE en todo el territorio nacional, en cualquier etapa del
embarazo, en todos los niveles de complejidad y en circunstancias libres de
violencia obstétrica y la garantía del derecho a decidir libremente sobre la IVE,
entre otras”.

62. Advirtió además que el cargo sostenía “de manera precisa la forma en que la
disposición desconoce las diferentes obligaciones que se derivan del derecho a
la salud establecido en el artículo 49 superior”. En ese sentido, según la
demanda “la disposición (…) vulnera tres obligaciones contenidas en la Ley
Estatutaria 1751 de 2015 (artículo 5), en la jurisprudencia constitucional
(sentencia SU-096 de 2018, entre otras) y en la Observación General No. 14 del
Comité DESC, a saber: (i) cumplir con el derecho a la salud sexual y
reproductiva en sus niveles mínimos o esenciales en materia de disponibilidad,
accesibilidad, calidad, idoneidad del profesional de la salud y sin
discriminación; (ii) proteger el derecho a la salud, así como (iii) respetarlo, lo
que deriva en una obligación negativa inmediata, no sujeta a progresividad y que
no constituye una carga desproporcionada para los Estados en términos de
recursos”.

63. A continuación, al referirse a la pertinencia del cargo la sentencia advierte


“que los planteamientos expuestos se dirigen a demostrar, según las
demandantes, la vulneración del derecho a la IVE, que estiman protegido por la
Corte desde el año 2006 (sentencias C-355 de 2006, C-754 de 2015 y SU-096 de
17
Expediente T-8.857.733

2018, entre otras)”. De acuerdo con la sentencia, la acusación señala “que las
principales barreras para acceder al procedimiento son impuestas por el Estado y
que estas se profundizan al mantener la norma demandada en el ordenamiento
jurídico”. Bajo esa perspectiva, refiere la sentencia, “sostienen que se desconoce
el derecho fundamental a la salud establecido en el artículo 49 de la
Constitución y se incumplen obligaciones que se derivan de este y que han sido
reconocidas no solo por esta Corte, sino por instrumentos internacionales sobre
la materia”.

64. La Corte consideró que respecto de tal acusación no se configuraba la cosa


juzgada constitucional. Indicó que no se evidenciaba que ella fuera análoga al
cargo estudiado en la Sentencia C-355 al menos por tres razones que enunció
así:

“(…) en primer lugar, en el año 2006 la Corte no se pronunció acerca


de las obligaciones de cumplimiento y protección del Estado, de
carácter positivo, para la garantía del derecho a la salud y los derechos
reproductivos de las mujeres, las niñas y las personas gestantes –según
se deriva de los artículos 42 y 16 de la Constitución–, en particular,
como consecuencia de la expedición de la Ley 1751 de 2015,
estatutaria de Salud. En segundo lugar, para dicho año no era posible
que la Corte se pronunciara en cuanto a la obligación de respeto
adscrita al derecho a la salud, con base en las recomendaciones de
descriminalización de la práctica del aborto emitidas por múltiples
organismos de protección de derechos humanos –con independencia
de su valor normativo–, ya que estas fueron posteriores a la
expedición de la Sentencia C-355. En tercer lugar, a diferencia del año
2006, para la fecha, la dualidad de la norma acusada –delito / no
delito– impide valorar la condición de la IVE como un procedimiento
adscrito a la salud en los términos de la jurisprudencia constitucional,
que ha considerado a los derechos sexuales y reproductivos como
integrantes de este derecho fundamental –a la salud–, autónomo y
justiciable de manera directa”.

65. Con el objeto de sustentar esta conclusión señaló que “de acuerdo con las
demandantes, la jurisprudencia constitucional y el Comité DESC han sostenido
que los derechos sexuales y reproductivos hacen parte del derecho a la salud, el
cual se encuentra contemplado en el artículo 49 superior, en la Ley Estatutaria
1751 de 2015 y en varios tratados internacionales de derechos humanos que
forman parte del bloque de constitucionalidad”. De este modo “dichos derechos
–los sexuales y reproductivos– tienen una particular importancia, en la medida
en que de su garantía depende también el goce de los otros derechos humanos de
las mujeres”. A su juicio “al Estado le corresponde, respecto a la IVE, el
cumplimiento de las mismas obligaciones que frente al derecho a la salud” de
modo que “dichas obligaciones se desconocen con la actual tipificación del
delito de aborto voluntario –en las conductas que siguen calificándose como
típicas–, al constituirse en el mayor obstáculo de acceso a los procedimientos
para la terminación de la gestación y vulnerar los elementos del derecho
fundamental a la salud –reproductiva– de disponibilidad, accesibilidad, y calidad
e idoneidad profesional”59.

59 En el fundamento jurídico 207 sostuvo: “Como se observa, respecto de la vulneración del derecho a la salud,
la demanda actual se dirige principalmente a probar que el tipo penal de aborto con consentimiento impide a las
mujeres incursas en las tres circunstancias previstas por el fallo de esta corporación de hace quince años, llevar a
18
Expediente T-8.857.733

 Cargo por violación del derecho a la igualdad de las mujeres en


situación de vulnerabilidad y en situación migratoria irregular
(artículos 13 y 93 de la Constitución, 1 de la CADH y 9 de la
Convención de Belém do Pará)

66. Al establecer la aptitud del cargo la Corte señaló que las acusaciones
indicaban “que el artículo 122 del Código Penal, aunque se muestra neutral en
su texto, genera una discriminación indirecta a tales grupos de personas, pues las
impacta de una manera diferente, evidentemente más desproporcionada, que a la
generalidad de las mujeres a las que identifica como sujetos activos de la
conducta de aborto consentido”. Ello ocurriría dado que “la situación particular
de estas mujeres las expone en mayor medida a la práctica de abortos inseguros
que ponen en grave riesgo sus derechos a la salud y a la vida, así como a
múltiples barreras de acceso al procedimiento de IVE”.

67. A continuación, al referirse al cumplimiento del requisito de especificidad


indicó que “las demandantes exponen argumentos concretos con base en los
cuales es posible constatar de qué manera la disposición demandada se opone al
principio de igualdad”. Refirió que la demanda afirma que “la penalización del
aborto consentido genera una discriminación indirecta que viola el derecho a la
igualdad de las mujeres vulnerables y en situación migratoria irregular porque
las afecta de una manera evidentemente desproporcionada, más que a la
generalidad de las mujeres”.

68. Ello tendría entre sus causas “que las mujeres más vulnerables, de un lado,
están mayormente expuestas a la práctica de abortos inseguros que ponen en
riesgo sus derechos a la salud y a la vida y, de otro lado, enfrentan barreras
diferenciales para acceder a la IVE, derivadas de factores geográficos,
económicos, sociales y culturales”. Refirió la sentencia que según las
demandantes el trato diferente que se desprendía de la disposición demandada
estaba desprovisto de justificación dado que “si bien el artículo 122 del Código
Penal persigue finalidades imperiosas, esto es, proteger la vida en gestación y, al
mismo tiempo, permitir la IVE en las tres circunstancias previstas en la
Sentencia C-355 de 2006, la penalización categórica del aborto (a) no es una
medida necesaria, pues existen otras formas de proteger la vida prenatal que
garantizan en mayor medida los derechos sexuales y reproductivos de las
mujeres, como mejorar el acceso a los servicios de salud materna, a los controles
prenatales, a la anticoncepción y a la propia IVE en las circunstancias
permitidas” al tiempo que “(b) es una medida desproporcionada, pues no tiene
en cuenta los obstáculos concretos que la situación particular de las mujeres
vulnerables y en situación migratoria irregular les impone para acceder al
procedimiento de IVE y que ponen en grave riesgo sus derechos a la salud y a la
vida, al incrementar las probabilidades de que acudan a un aborto inseguro”.
cabo el procedimiento de IVE. Es decir, que está centrada en determinadas obligaciones de cumplimiento y
protección a cargo del Estado, de carácter positivo, para la garantía del derecho a la salud en los tres supuestos
mencionados. Por su parte, frente a la obligación de respeto, se fundamenta en el déficit de protección que
persiste luego de la expedición de la Sentencia C-355 de 2006 para las mujeres que no están incursas en las
causales que ella contempla y, por tanto, no pueden acceder a servicios indispensables para el goce de su salud
reproductiva, pese a los múltiples pronunciamientos de organismos de derechos humanos posteriores a esa
providencia, que propenden por la descriminalización de esta práctica como una medida fundamental para el
goce de la salud de las mujeres y niñas. Para la Sala, a partir de lo expuesto, en la Sentencia C-355 de 2006 no se
abordó el estudio de un cargo relativo a la garantía del derecho fundamental a la salud, concretamente, a la salud
reproductiva, en los términos propuestos por las demandantes, pues tal como ellas lo ponen de presente es a
partir de esa decisión que se han identificado las vulneraciones alegadas”.

19
Expediente T-8.857.733

69. La Corte consideró que respecto de tal acusación no se configuraba la cosa


juzgada constitucional. Destacó que “en la Sentencia C-355 de 2006, la Corte no
analizó ningún reparo relacionado con el presunto desconocimiento del principio
de igualdad, ni mucho menos con el desconocimiento de esta garantía respecto
de las mujeres en situación de vulnerabilidad y en situación migratoria
irregular”. En esa dirección “[s]egún precisaron las demandantes, las barreras
estructurales de acceso al procedimiento de IVE que provienen de la norma
demandada no afectan a todas las mujeres por igual” y, por ello, “se trata de una
afectación desproporcionada en lo que respecta a mujeres y niñas en situación de
vulnerabilidad, como es el caso de las mujeres rurales, las mujeres de escasos
recursos, las adolescentes, las mujeres que viven en situaciones de conflicto
armado y las mujeres que sufren otros tipos de violencias basadas en el género”.

 Cargo por vulneración de la libertad de conciencia de las mujeres, las


niñas y las personas gestantes, en especial, frente a la posibilidad de
actuar conforme a sus convicciones en relación con su autonomía
reproductiva (artículo 18 de la Constitución)

70. Al examinar la aptitud del cargo por la posible infracción de la libertad de


conciencia la Corte indicó que “la demanda suministra elementos que generan
una duda razonable sobre la constitucionalidad de la norma que se acusa,
porque, además de lo expuesto, señalan que: (i) el delito de aborto consentido
obliga a las mujeres a actuar conforme a consideraciones que no necesariamente
coinciden con su conciencia; (ii) este delito persigue a la mujer por tomar
decisiones sobre su propia existencia con base en su autodeterminación, y (iii)
debe ser la mujer la que, a partir de sus convicciones religiosas, morales, éticas,
espirituales y de conciencia, tome la decisión sobre continuar o no con un
embarazo”. De este modo, concluyó, “los argumentos planteados son suficientes
para que la Corte pueda asumir el estudio de constitucionalidad de la norma
demandada en virtud de este cargo”.

71. La Sala Plena consideró que respecto de tal acusación no se configuraba la


cosa juzgada constitucional. Al contrastar el examen realizado en la Sentencia
C-355 de 2006 sostuvo que “la demanda actual incluye el artículo 18 de la
Constitución explícitamente como una de las disposiciones desconocidas por la
norma demandada (…), frente a la posición jurídica de las mujeres como
titulares del derecho fundamental a la libertad de conciencia”. Conforme a ello
“en el proceso actual, las demandantes sostienen que el artículo 122 del Código
Penal viola la libertad de conciencia por transgredir la regla subjetiva de moral
de las mujeres, la cual, respecto de la autonomía reproductiva, debería servir
para reconocer que ‘la mujer goza de plena facultad para adoptar una decisión
encaminada a ejercerla, sustentada en un sistema de valores producto de sus
convicciones ideológicas construidas sobre la base de la experiencia moral,
como parte de su interacción con su contexto social, político y económico, pero
especialmente porque la gestación es un proceso que solamente ella está en
situación de afrontar (…)’”.

 Cargo por incompatibilidad con la finalidad preventiva de la pena y


no satisfacción de las exigencias constitucionales adscritas al carácter
de ultima ratio del derecho penal (preámbulo y artículos 1 y 2 de la
Constitución).

20
Expediente T-8.857.733

72. Al determinar la aptitud del cargo, la Sala Plena destacó que las
demandantes sostenían que la disposición acusada “desconoce las finalidades
retributiva –correspondencia entre la lesión y la sanción– y preventiva de la pena
–reducción del índice de lesiones al bien jurídico tutelado con el tipo penal,
prevención general y especial–” al tiempo que “contraviene el carácter de ultima
ratio del derecho penal al omitir considerar otras vías distintas a la imposición
de una sanción penal para tutelar el interés jurídico que envuelve la vida en
gestación”. Ello implicaba, según la acusación una oposición abierta con “los
fines del Estado y a la materialización de un orden justo, principios fundantes de
la Constitución Política”. Según mencionó la sentencia, aludiendo a la
acusación, “el Estado dispone de infinidad de herramientas de política pública
(por ejemplo, adoptar una perspectiva de salud pública con campañas educativas
en derechos sexuales y reproductivos y acceso a servicios médicos de calidad),
para asegurar la expectativa de vida, sin necesidad de anular los derechos
fundamentales de las mujeres, acuda al derecho penal para regular esta
problemática social (…)”.

73. En adición a ello, refirió la sentencia, “las demandantes señalan que la


decisión de mantener vigente el delito de aborto voluntario no se fundamenta en
datos empíricos, ni valora los costos de la criminalización, pues la penalización
del aborto ha resultado ser altamente onerosa para la vida, libertad, integridad,
salud e igualdad de las mujeres, además de generadora de costos económicos
elevados para los sistemas de salud”. A juicio de las demandantes se han
adoptado medidas de criminalización “aun cuando ‘[t]ales valores podrían
reducirse en forma significativa, al proveer servicios de manera oportuna en
instituciones de primer nivel y mediante el uso de métodos de aborto seguro, no
invasivos y menos costosos (…)’”.

74. La Corte consideró que respecto de tal acusación no se configuraba la cosa


juzgada constitucional. Señaló en esa dirección que “a pesar de que en la
Sentencia C-355 de 2006 se hace referencia, en general, a la competencia
legislativa en materia penal, en ella no se valora el fin de prevención general de
la pena –relacionado, en particular, con la falta de idoneidad de la disposición
para proteger de manera eficaz la vida en gestación–”. En adición a ello sostuvo
que “salvo algunas intervenciones en el citado proceso de constitucionalidad, la
Sentencia C-355 de 2006 solo se refiere en una ocasión a la expresión ultima
ratio –como se indicó supra–, y únicamente para brindar una contextualización
general acerca de esta exigencia, sin que tenga el alcance que en esta ocasión le
asignan las demandantes, asociado al carácter subsidiario de las sanciones
penales que exige, antes de acudir al poder punitivo del Estado, recurrir a otros
controles menos lesivos para lograr un estándar análogo de amparo que aquel
que brinda el ejercicio del derecho penal, y más respetuosos con los derechos de
las mujeres”.

b) Segunda sección: la configuración de dos circunstancias que


justificaban el examen de los cargos planteados

75. A pesar de que la Corte concluyó que respecto de ninguno de los cargos
debidamente formulados se configuraba la cosa juzgada constitucional, advirtió
que existían dos razones adicionales que concurrían para justificar un
pronunciamiento de fondo. Señaló que, de una parte “se acredita una
modificación en el significado material de la Constitución en cuanto a la
comprensión de la problemática constitucional que supone el delito del aborto
21
Expediente T-8.857.733

consentido” y, de otra, “se evidencia un cambio en el contexto normativo en el


que se inserta el artículo 122 del Código Penal”.

 La modificación en el significado material de la Constitución en


cuanto a la comprensión de la problemática de relevancia
constitucional que supone el delito del aborto consentido

76. Con el propósito de justificar la variación del significado material de la


Constitución la Corte identificó cuatro razones: (i) la transformación del derecho
a la salud como derecho fundamental; (ii) la constatación de límites en el
ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos no valorados en la Sentencia
C-355 de 2006; (iii) la variación en el enfoque de instrumentos internacionales
y, en particular, el interés de despenalización más allá de las tres causales
definidas en la Sentencia C-355 de 2006; y (iv) el desarrollo de la jurisprudencia
constitucional relativa a la violencia de genero.

77. Al referirse a la primera razón la Corte indicó que “se aprecia una profunda
transformación jurisprudencial acerca de la consideración del derecho a la salud
como un derecho fundamental autónomo, en particular, en los términos de las
sentencias T-760 de 2008, C-313 de 2014 y T-361 de 2014”. Sostuvo entonces
que “[p]ara la época en que se profirió la Sentencia C-355 de 2006, el carácter
de derecho fundamental de la salud se reconocía en los eventos en los que la
vida dependía de su protección” indicando que “durante las últimas décadas, la
jurisprudencia constitucional ha avanzado para dar cuenta de que “la salud
adquiere una connotación fundamental como derecho esencial para garantizar a
las personas una vida digna y de calidad que permita su pleno desarrollo en la
sociedad. Esto luego de comprender que los derechos económicos, sociales y
culturales, no serán un mero complemento de los derechos de libertad, sino que
serán en sí mismos verdaderos derechos fundamentales (...)”. Indicó entonces
que “en la actualidad, el derecho a la salud ‘se configura como un derecho
fundamental autónomo e irrenunciable que debe garantizarse de conformidad
con los principios rectores de accesibilidad, solidaridad, continuidad e
integralidad, entre otros, los cuales caracterizan el Sistema de Salud y están
contemplados en los artículos 48 y 49 de la Constitución Política, los artículos
153 y 156 de la Ley 100 de 1993 y el artículo 6 de la Ley 1751 de 2015 (…)”.

78. Sobre la segunda razón indicó la Sala Plena que a partir del examen de
sentencias de tutela “la jurisprudencia constitucional ha ampliado su
comprensión acerca de la problemática de relevancia constitucional que supone
el aborto consentido, a partir de la estrecha relación que se presenta entre las
conductas que siguen constituyendo un supuesto delictivo y aquellas que no”.
De acuerdo con la Corte “la decisión del año 2006 se produjo en un momento en
el que no era posible constatar las múltiples barreras que enfrentan las mujeres
para acceder a la IVE en las causales autorizadas –reconocidas como parte de la
salud reproductiva–, a partir de las cuales la jurisprudencia constitucional ha
precisado durante quince años los deberes del Estado y de los particulares para
su garantía”.

79. A partir de ello sostuvo que “[c]omo se evidencia de la línea jurisprudencial


constituida por las sentencias T-171 de 2007, T-988 de 2007, T-209 de 2008, T-
946 de 2008, T-388 de 2009, T-585 de 2010, T-636 de 2011, T-959 de 2011, T-
841 de 2011, T-627 de 2012, T-532 de 2014, T-301 de 2016, T-731 de 2016, T-
697 de 2016, T-931 de 2016 y SU-096 de 2018 –al igual que en las sentencias C-
22
Expediente T-8.857.733

754 de 2015 y C-327 de 2016–, la Corte Constitucional ha constatado un déficit


de protección constitucional de los derechos fundamentales de las niñas y
mujeres accionantes, que ha tornado en inoperantes las excepciones mínimas
destinadas a salvaguardar su dignidad y demás derechos, de que trata la
Sentencia C-355 de 2006”. Conforme a lo anterior señaló que la Corte “ha
evidenciado que estas restricciones también afectan, en abstracto, el bien
jurídico que pretende proteger la disposición demandada, ya que la dilación en
la práctica del procedimiento de la IVE, en los supuestos que no constituyen
delito, permite que la edad gestacional avance y sea mucho más cara a los
intereses que pretende proteger la realización oportuna del citado
procedimiento”.

80. Sobre la tercera razón la Corte indicó que “existen documentos


internacionales, de distinto valor normativo, que, a diferencia del año 2006, han
propugnado por la despenalización del aborto más allá de las tres causales
definidas en la Sentencia C-355 de 2006 y, por tanto, inciden en una nueva
comprensión constitucional del fenómeno”60. Precisó que “[s]i bien, este tipo de
documentos no tienen un carácter vinculante per se, constituyen criterios
hermenéuticos internacionales que pueden facilitar la interpretación
constitucional interna, tal como se deriva de lo dispuesto por el artículo 93,
inciso 2°, de la Constitución”.

81. Al aludir a la cuarta razón sostuvo que después del año 2006 “se ha perfilado
con mayor precisión una jurisprudencia constitucional para valorar la violencia
de género contra la mujer, de la que son especialmente relevantes las sentencias
C-297 de 2016, C-539 de 2016, C-117 de 2018, C-519 de 2019 y C-038 de
2021”.

 El cambio en el contexto normativo en el que se inserta el artículo 122


del Código Penal

82. Al identificar la existencia del cambio en el contexto normativo que


justificaba un nuevo pronunciamiento la Corte identificó cinco razones para ello:
(i) la expedición de la Ley Estatutaria de Salud y la calificación legal de la
autonomía del derecho fundamental a la salud; (ii) la existencia de nuevos

60Señaló que, “[e]ntre tales documentos, las demandantes hacen referencia al informe
especial de 2011 sobre la interacción entre las leyes penales y otras restricciones jurídicas
relativas a la salud sexual y reproductiva y el derecho a la salud, del Relator Especial sobre
el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud; las observaciones
finales sobre los informes periódicos cuarto y quinto combinados de Chile de 2015, del
Comité de Derechos del Niño; la Observación General No. 22 de 2016, sobre el derecho a
la salud sexual y reproductiva, del Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales
(…); la Observación General No. 36 de 2017, sobre el derecho a la vida, del Comité de
Derechos Humanos; la Recomendación General No. 35 de 2017, mediante la cual se
actualizó la Recomendación General No. 19 de 1992, sobre la violencia contra la mujer, del
Comité para la Eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (…); la
Indagación sobre Reino Unido e Irlanda del Norte (Artículo 8 del Protocolo Facultativo de
la Convención para la Eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer)
del año 2018, del Comité para la Eliminación de todas las formas de discriminación contra
la mujer; las Observaciones finales sobre el sexto informe periódico de México de 2019 del
Comité de Derechos Humanos y la Declaración conjunta del Comité de los derechos de las
personas con discapacidad y del Comité para la Eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer, sobre la garantía de la salud y los derechos sexuales y
reproductivos de todas las mujeres, en particular de las mujeres en condición de
discapacidad, del año 2018”.
23
Expediente T-8.857.733

pronunciamientos internacionales sobre la despenalización del aborto; (iii) la


revaloración del sentido de la proporcionalidad y los fines de la pena; (iv) la
expedición de una nueva regulación en materia de la libertad, la autonomía y la
salud sexual y reproductiva; y (v) el desarrollo de los contenidos de los derechos
de las mujeres a la salud sexual y reproductiva.

83. Sobre la primera razón la Corte señaló que en virtud de la Ley Estatutaria de
Salud “la salud se presenta como un derecho fundamental autónomo e
irrenunciable, en lo individual y en lo colectivo (…), mientras que en el examen
desarrollado en la Sentencia C-355 de 2006 la salud se consideró como un
derecho ‘fundamental por conexidad con la vida (…)’”. Sostuvo entonces que
“de acuerdo con el nuevo alcance dispuesto por la Ley 1751 de 2015 la salud es
una prerrogativa que genera para el Estado deberes de respeto, protección y
cumplimiento, así como la obligación de adoptar políticas para asegurar la
igualdad de trato y oportunidades en cuanto a las actividades de promoción,
prevención, diagnóstico, tratamiento, rehabilitación y paliación de todas las
personas”. Tales dimensiones del derecho “generan un nuevo contexto
constitucional, legal y reglamentario en el que se inserta la disposición acusada”.
En esa dirección “[l]a iusfundamentalidad autónoma del derecho a la salud
exige que las instituciones, normas, procedimientos, participantes y actores del
sistema, se enfoquen en la dignidad de las personas como eje axial para la
realización plena de los fines del Estado Social de Derecho”.

84. Sobre la segunda razón la Corte señaló que “con posterioridad a la Sentencia
C-355 de 2006, múltiples organismos internacionales –entre los que se
encuentran el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; el Relator
Especial sobre el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible
de salud; y el Comité CEDAW– han planteado la necesidad de despenalizar el
aborto como una medida en favor de la salud y los derechos sexuales y
reproductivos de esta población, así como una forma de actuar en contra de la
violencia hacia las mujeres”. Advirtió la Corte que “como lo pusieron de
presente las demandantes, existen documentos internacionales de distinto valor
normativo que han propugnado por la despenalización del aborto más allá de las
tres causales definidas en la Sentencia C-355 de 2006 y, por tanto, inciden en
una nueva comprensión constitucional del fenómeno”.

85. Al referirse a la tercera razón la Corte señaló que “la política criminal ha
visto una revaloración del sentido de la proporcionalidad y los fines de la pena”.
Advirtió que “distintos referentes normativos y técnicos, nacionales e
internacionales, dan cuenta de la necesidad de replantear los términos en que se
encuentra prevista la penalización del aborto voluntario en atención a los
diversos impactos que esta norma genera para los derechos de las mujeres”.

86. Sobre la cuarta razón que reflejaba el cambio del contexto normativo destacó
“la expedición de la Ley 1257 de 2008, con el fin, entre otros, de cumplir los
compromisos internacionales del Estado respecto de la libertad, la autonomía y
la salud sexual y reproductiva”. Sostuvo entonces que, “[d]ado que el objeto de
esta disposición es adoptar normas que permitan garantizar a todas las mujeres
una vida libre de violencia, tanto en el ámbito privado como público, el ejercicio
de los derechos reconocidos en el ordenamiento jurídico interno e internacional,
el acceso a los procedimientos administrativos para su protección y adopción, y
la fijación de políticas públicas orientadas a su realización, no es posible valorar

24
Expediente T-8.857.733

el texto del artículo 122 del Código Penal sin considerar estos fines relevantes
perseguidos por el Legislador”.

87. Por último, en quinto lugar, sostuvo que “no puede desconocerse el proceso
de evolución jurisprudencial progresiva y constante que se ha desarrollado con
posterioridad a la expedición de la Sentencia C-355 de 2006, orientado al
desarrollo de los contenidos de los derechos de las mujeres a la salud sexual y
reproductiva, así como a definir el alcance de las obligaciones del Estado para
enfrentar las barreras estructurales de acceso de esta población a las garantías
superiores referidas. Admitir lo contrario supondría negar el carácter dinámico
de la Constitución del que ciertamente hizo parte la disposición acusada (…)”.

c) Tercera sección: los problemas jurídicos y las tensiones identificadas

88. Delimitados los cargos admitidos y las condiciones relevantes para


emprender el examen de constitucionalidad, la sentencia identificó cuatro
problemas jurídicos y, a continuación, emprendió el examen a efectos de
identificar las tensiones constitucionales que se suscitaban.

 Primer problema jurídico: ¿a pesar del condicionamiento de la


Sentencia C-355 de 2006, la tipificación del delito de aborto con
consentimiento, en los términos del artículo 122 del Código Penal, es
contraria a la obligación de respeto al derecho a la salud y a los derechos
reproductivos de las mujeres, las niñas y las personas gestantes (artículos
49, 42 y 16 de la Constitución)?

89. La Corte estableció que “[e]l derecho a la salud, que incluye la interrupción
voluntaria del embarazo en las causales previstas en la Sentencia C-355 de 2006,
es indispensable para la garantía de la vida digna de las mujeres, niñas y
personas gestantes”. Advirtió, a continuación, que “[l]a criminalización del
aborto, en los términos categóricos de la norma objeto de control, las empuja a
la práctica de abortos inseguros y clandestinos (…), lo que se traduce en un
grave problema de salud pública que tiene incidencia en las tasas de mortalidad
y morbilidad maternas, como se constata a partir de las cifras aportadas, entre
otros, por el Ministerio de Salud y Protección Social”.

90. Teniendo como punto de partida esa consideración la Sala Plena señaló que
“a pesar de pretender realizar una finalidad constitucional imperiosa, como es la
protección de la vida en gestación, la disposición demandada, como única
medida, afecta intensamente el derecho a la salud contemplado en el artículo 49
superior y los derechos reproductivos, cuyo reconocimiento se encuentra en los
artículos 42 y 16 de la Constitución, pese a existir medios alternativos que, en su
conjunto, resultarían más efectivos para proteger, respetar y garantizar aquella
finalidad constitucional sin afectar intensamente estos derechos, como sería la
adopción de una política pública integral orientada a proteger la vida en
gestación por diversos medios que brinden verdaderas alternativas a la
interrupción del embarazo, así como para la realización de este procedimiento en
el marco de los servicios de salud reproductiva, en las condiciones que señale el
legislador”. De este modo “el Legislador, ante una realidad fáctica que afecta
intensamente derechos fundamentales, cuenta con otras alternativas jurídicas,
distintas a la penal –sin excluirla en determinados casos (…)61, en ejercicio de su
61La nota 221 de la sentencia ubicada en este lugar indica: “Como actualmente se
contempla. Inter alia, la práctica de abortos sin el consentimiento de la persona gestante o
25
Expediente T-8.857.733

libertad de configuración del ordenamiento, siempre que se trate de un ejercicio


idóneo, necesario y proporcional–, menos lesivas para esos derechos y que, por
tanto, resulten proporcionales”.

91. Y más adelante destacó que “el deber de respeto al derecho a la salud a cargo
del Estado implica, entre otras cosas, el deber de remover los obstáculos
normativos que impidan el acceso a los servicios necesarios para que mujeres y
niñas gocen de salud reproductiva”. Resaltó la Corte que “[u]na de dichas
barreras la constituye la actual forma de penalización categórica y como única
medida de regulación social de la compleja problemática social y de salud
pública que supone el aborto con consentimiento”. En esa dirección “como lo
han precisado los organismos internacionales de derechos humanos a los que se
ha hecho referencia, tiene incidencia en la práctica de abortos inseguros en los
que peligra la salud, integridad y vida de las mujeres, las niñas y las personas
gestantes”.

92. Señaló entonces la Sala Plena que “[s]ancionar en forma categórica y sin
alternativas a quienes acceden a la interrupción voluntaria del embarazo, incluso
en las primeras semanas, representa una seria injerencia del Estado en el disfrute
del derecho a la salud de esta población, la cual incrementa el riesgo de abortos
inseguros que ponen en peligro aquellas garantías”. Precisó la Corte que
“[d]icha práctica constituye un grave problema de salubridad pública, cuyos
elevados índices en Colombia y en el mundo tiene serias consecuencias sobre
los derechos de las mujeres, lo que ha motivado a que múltiples organismos de
protección de derechos humanos recomienden a los Estados adoptar medidas
para desincentivarla, entre las que se destacan la despenalización del aborto
consentido y la adopción de políticas públicas que incluyan disposiciones
administrativas y sanitarias para la realización de este procedimiento en el
marco de los servicios de salud reproductiva”.

93. A partir de tales consideraciones encontró la Corte “que la penalización del


aborto con consentimiento, en los términos del artículo 122 del Código Penal y
en el actual contexto normativo, caracterizado por la ausencia de una política
pública integral orientada a la protección de la vida en gestación y, al mismo
tiempo, de los derechos y garantías de las mujeres, las niñas y las personas
gestantes, entra en fuerte tensión con su derecho a la salud y con sus derechos
reproductivos”.

 Segundo problema jurídico: ¿a pesar del condicionamiento de la


Sentencia C-355 de 2006, la tipificación del delito de aborto con
consentimiento, en los términos del artículo 122 del Código Penal,
desconoce el derecho a la igualdad de las mujeres en situación de
vulnerabilidad y en situación migratoria irregular (artículos 13 y 93 de la
Constitución, 1 de la CADH y 9 de la Convención de Belem do Pará)?

94. Al abordar el segundo de los problemas identificados la Corte señaló que “es
posible sostener –a partir de la experiencia y la observación– que la población
femenina más vulnerable es la más afectada por la sanción penal”. Ello es así
“porque son las mujeres rurales, las de los estratos socioeconómicos más bajos,
las mujeres migrantes, las refugiadas, las desescolarizadas y otras, seguidas por
ese largo etcétera que ya fue enlistado en esta sentencia, las que menores
las lesiones que se infrinjan al feto. En la actualidad, la primera conducta se encuentra
tipificada en el artículo 123 del Código Penal y la segunda en sus artículos 125 y 126”.
26
Expediente T-8.857.733

recursos y alternativas tendrían para dar por terminado un embarazo no deseado


sin que el hecho llegue al conocimiento de las autoridades penales”. A diferencia
de lo que ocurre con esa población “las condiciones socioeconómicas favorables
pueden incidir en la impunidad de la conducta, pues gracias a aquellas es posible
acceder a servicios médicos de calidad e información calificada sobre métodos
abortivos o viajar al exterior para interrumpir la gestación donde la práctica no
es penalizada”.

95. Más adelante la Corte advirtió que los problemas de interseccionalidad


implicaban que “la prohibición categórica del aborto consentido, prevista en el
contenido normativo objeto de control, afecta de manera particularmente grave y
evidente a esta población, cuya penalización, como única medida de política
pública, agudiza más su situación de vulnerabilidad”. De este modo, sostuvo que
“[l]a anterior consideración es especialmente relevante, si se tiene en cuenta que
son estas niñas y mujeres las que menores probabilidades de acceso tienen a los
servicios estatales asociados a su salud sexual y reproductiva, bien sea
educativos, relacionados con la planificación familiar o de interrupción
voluntaria del embarazo en los casos previstos por la Sentencia C-355 de 2006”.
En adición a ello “son quienes están mayormente expuestas a la práctica de
abortos clandestinos en deplorables condiciones de salubridad, lo cual las
expone a una mayor degradación de su dignidad”.

96. Concluyó la Corte que “mantener la actual tipificación del aborto consentido
y, por tanto, utilizar el derecho penal como prima ratio, expone a las mujeres a
una de las principales causas de muerte materna, esto es, a la práctica de abortos
inseguros, que pueden lesionar su integridad personal, salud y vida (…) y que
afectan de una manera más evidentemente desproporcionada a aquellas en
situación de vulnerabilidad socioeconómica”. Así las cosas, este tribunal
constató “que el artículo 122 del Código Penal en el actual contexto normativo
en que se inserta entra en fuerte tensión con el derecho a la igualdad de las
mujeres en situación de vulnerabilidad y en situación migratoria irregular”.

 Tercer problema jurídico: ¿a pesar del condicionamiento de la Sentencia


C-355 de 2006, la tipificación del delito de aborto con consentimiento, en
los términos del artículo 122 del Código Penal, vulnera la libertad de
conciencia de las mujeres, las niñas y las personas gestantes, en especial,
frente a la posibilidad de actuar conforme a sus convicciones en relación
con su autonomía reproductiva (artículo 18 de la Constitución)?

97. Para la Corte “que el Estado coaccione de manera categórica a una mujer,
niña, adolescente o persona gestante, para que lleve un embarazo a término so
pena de incurrir en un delito y, eventualmente, aplicarle una sanción, da lugar a
una evidente tensión constitucional con la finalidad imperiosa que pretende
proteger la norma demandada”. Sostuvo que, “más allá de los tres eventos en los
que la Corte Constitucional, de manera general y abstracta, estableció que su
sanción es inconstitucional, se observa que existen casos adicionales en los que
la tipificación genérica y absoluta del aborto consentido, contenida en el artículo
122 del Código Penal, sin alternativas para el ejercicio de la libertad de
conciencia, resulta excesiva y supraincluyente, por la intensidad de la afectación
a dicha libertad protegida por el artículo 18 de la Constitución”.

98. Consideró entonces que “[e]sta tensión es evidente, ya que la norma que se
demanda implica una imposición estatal de una decisión no necesariamente
27
Expediente T-8.857.733

compartida y que puede atentar contra las íntimas y profundas convicciones de


la mujer, niña, adolescente o persona gestante, incluso de las parejas, y sustituye
en parte su derecho a elegir cómo quieren vivir y definir su plan de vida”. Dicho
de otra forma “restringe, con aquellos caracteres –exceso y suprainclusión–, la
potestad de estas personas para discernir entre lo que resulta ser el bien o el mal
moral en o frente a la decisión de continuar o no con el embarazo, a partir de una
imposición estatal que no pondera el conocimiento de la mujer acerca de su
estado ni el avance del proceso gestacional ni, mucho menos, que la protección
de la vida en gestación es un deber de cumplimiento gradual e incremental”.

 Cuarto problema jurídico: ¿a pesar del condicionamiento de la


Sentencia C-355 de 2006, la tipificación del delito de aborto con
consentimiento, en los términos del artículo 122 del Código Penal es
compatible con la finalidad preventiva de la pena y satisface las
exigencias constitucionales adscritas al carácter de ultima ratio del
derecho penal (preámbulo y artículos 1 y 2 de la Constitución)?

99. Al enfrentar el último problema jurídico precisó la Corte que “no es claro
que la actual forma de tipificación de la conducta proteja de manera eficaz la
vida en gestación y, por tanto, incida en su función preventiva –como lo
evidencian los datos anteriores–, pero sí es claro que genera intensas
afectaciones a otros bienes constitucionales relevantes y da lugar a graves
problemas de salud pública porque la penalización indiscriminada y las barreras
que de ella se derivan obligan a las mujeres a acudir a procedimientos
clandestinos e inseguros para la interrupción de sus embarazos”. Precisamente
“[e]sta situación tiene un mayor impacto respecto de aquellas en situación de
vulnerabilidad que, por tener escasos recursos, residir en el sector rural o
encontrarse en situación migratoria, acuden preferentemente a estos
procedimientos riesgosos (…)”. La Corte indicó que “[e]stas inferencias
justifican las recomendaciones del Comité CEDAW que, desde el año de 1992,
ha señalado que los Estados parte de la Convención deben ‘asegurar que las
mujeres no se vean obligadas a buscar procedimientos médicos riesgosos, tales
como los abortos ilegales, por falta de servicios apropiados en materia de control
de la natalidad’ (…), recomendación que reiteró en 1999 al señalar que ‘En la
medida de lo posible, debería enmendarse la legislación que castigue el aborto
(…)’”.

100. La Corte señaló finalmente que existían varias razones que evidenciaban
que el legislador había desconocido que el Derecho penal debe considerarse
como la última ratio. En efecto (i) el Legislador había omitido regular de
manera positiva e integral la compleja problemática social, de relevancia
constitucional, que supone el aborto consentido, y no únicamente mediante el
recurso al derecho penal; (ii) existía una mayor exigencia de regulación a cargo
del Legislador con posterioridad a la expedición de la Sentencia C-355 de 2006,
cuya sistemática omisión había sido evidenciada de manera trágica por la
jurisprudencia constitucional en la revisión de casos concretos; (iii) se requería
una regulación integral compatible con la dignidad humana, como criterio
material que explica el carácter de ultima ratio del derecho penal y desprovista
del uso de un fundamento sospechoso como es el sexo; y (iv) existían
mecanismos alternativos menos lesivos para garantizar la protección gradual e
incremental de la vida en gestación.

d) Cuarta sección. La fórmula de optimización de los intereses


28
Expediente T-8.857.733

constitucionales en tensión

101. Conforme se desprende de lo expuesto, al resolver cada uno de los


problemas identificados, la Corte destacó la existencia de una tensión
significativa que requería de la adopción de una fórmula de optimización. Con
ese objetivo estableció el siguiente punto de partida para el proceso de
armonización:

“Por las razones citadas, la Sala propondrá una fórmula que, a


diferencia de restar protección constitucional –por el resultado que se
seguiría de otorgar preferencia a alguno de los extremos en tensión a
que se ha hecho referencia–, logre una mayor realización de la
totalidad de valores que se involucran, a partir de la idea regulativa de
evitar los amplios márgenes de desprotección para las garantías de que
tratan los cargos que decide la Corte en esta oportunidad y, a su vez,
proteja en forma gradual e incremental la vida en gestación. Esta
fórmula u óptimo constitucional, en el actual contexto normativo en
que se inserta la disposición demandada, se integra de tres elementos:

(…) El primero, constituido por las tres “hipótesis extremas de


afectación de [la] dignidad”62 de la mujer evidenciadas por la Corte en
la Sentencia C-355 de 2006.

(…) El segundo, constituido por el concepto de “autonomía”, que


permite la maximización abstracta de los bienes en tensión, pues se
refiere al momento en el que es posible evidenciar que se rompe la
dependencia de la vida en formación de la persona gestante, lo que
justifica su protección reforzada por el derecho penal en el actual
contexto normativo.

(…) El tercero, que promueve el diálogo en las instancias de


representación democrática63, para que, en atención al
condicionamiento de la disposición examinada, formulen e
implementen una política pública integral que evite los amplios
márgenes de desprotección para la dignidad y los derechos de las
mujeres gestantes, profusamente descritos en esta providencia, y, a su
vez, proteja en forma gradual e incremental la vida en gestación.

(…) La decisión de la Corte parte del supuesto de la competencia del


Legislador para adoptar una regulación integral orientada a proteger
de manera eficaz los bienes jurídicos en tensión, pues esta decisión se
adopta teniendo en cuenta el actual contexto normativo en que se
inserta la disposición demandada, el cual resultaría modificado por el
Legislador al adoptar la política integral a la que lo exhorta la Corte”.

102. Al referirse al primero de tales elementos la Corte encontró que lo decidido


en la Sentencia C-355 de 2006 se integraba al óptimo. Destacó además que

62 Sentencia C-355 de 2006.


63 Corresponde a la nota No. 602 de la sentencia: Como lo precisa Emilio Lledó, en la
introducción general a los Diálogos de Platón, de la Editorial Gredos: “Porque un diálogo
es, en principio, el puente que une a dos o más hombres [y mujeres] para, a través de él,
exponer unas determinadas informaciones e interpretaciones sobre el mundo de las cosas y
de los significados”.
29
Expediente T-8.857.733

“dado este punto de partida en el contexto normativo del que forma parte la
disposición demandada, pueden ser dos los elementos que complementen el
óptimo constitucional, mediante una intervención adicional de la Corte en dicha
disposición: (i) la definición de un sistema de plazos para que la práctica del
aborto consentido no sea considerada una conducta típica, o (ii) una regulación
de política pública que contemple medidas relacionadas, entre otras, con la salud
y la educación sexual y reproductivas; la prevención de embarazos no deseados;
la planificación familiar y la definición responsable del momento para procrear
y el número de hijos deseado; la maternidad sin riesgos, la asistencia prenatal y
las distintas alternativas para mujeres, niñas y personas gestantes que se
encuentren en conflicto con el embarazo, ampliamente referidas a lo largo de
esta providencia y muchas de ellas contempladas en decenas de proyectos
legislativos sobre la materia presentados desde 1975”.

103. Señaló la Corte, de una parte, que “[l]a primera alternativa permite resolver
de una manera más adecuada la tensión constitucional abstracta que se presenta
en el actual contexto normativo en el que se inserta la disposición demandada,
como se precisa seguidamente, y que fundamenta la declaratoria de
exequibilidad condicionada de la disposición demandada”. A su vez, “[l]a
segunda alternativa permite justificar el exhorto que se hace en la parte
resolutiva al Legislativo y al Gobierno nacional, teniendo en cuenta, como lo
precisó la Corte en la Sentencia C-355 de 2006, que la definición de este tipo de
medios le corresponde en primer lugar al Legislador, de allí que sea este el que
deba ‘decidir entre el universo de medidas posibles aquellas más adecuadas para
proteger los bienes jurídicos de relevancia constitucional y su decisión, en
principio, sólo podrá ser objeto de control cuando resulte manifiestamente
desproporcionada o irrazonable”64. Advirtió la Corte que, de cualquier forma, “el
punto de partida lo constituye el supuesto de que ‘la vida del nasciturus es un
bien protegido por el ordenamiento constitucional y por lo tanto las decisiones
que adopte la mujer embarazada sobre la interrupción de la vida en gestación
trascienden de la esfera de su autonomía privada e interesan al Estado y al
legislador’”.

104. Luego de examinar el segundo elemento de la optimización, relacionado


con la justificación constitucional de la prohibición penal después de la semana
24 de embarazo, la Corte concluyó:

“Para la Sala, la declaratoria de exequibilidad condicionada de la


disposición en los términos previamente citados no genera un vacío o
laguna normativa. De un lado, la conducta que regula continúa siendo
punible cuando se realice después de la vigésimo cuarta (24) semana de

64 En este punto la sentencia realiza una cita de la Sentencia C-355 de 2006: “si el legislador decide adoptar
disposiciones de carácter penal para proteger determinados bienes constitucionalmente relevantes, debido a la
gravedad de este tipo de medidas y a su potencialidad restrictiva de la dignidad humana y de la libertad
individual, su margen de configuración es más limitado. En el caso del aborto se trata sin duda de una decisión
en extremo compleja porque este tipo penal enfrenta diversos derechos, principios y valores constitucionales,
todos los cuales tienen relevancia constitucional, por lo que definir cuál debe prevalecer y en qué medida, supone
una decisión de hondas repercusiones sociales, que puede variar a medida que la sociedad avanza y que las
políticas públicas cambian, por lo que el legislador puede modificar sus decisiones al respecto y es el organismo
constitucional llamado a configurar la respuesta del Estado ante la tensión de derechos, principios y valores
constitucionales. || Por una parte están diversos derechos, principios y valores constitucionales en cabeza de la
mujer gestante, a los cuales se hizo extensa alusión en acápites anteriores, tales como la dignidad humana, el
libre desarrollo de la personalidad y el derecho a la salud, e incluso su integridad y su propia vida, cada uno con
sus contenidos específicos; por el otro, la vida en gestación como un bien de relevancia constitucional que debe
ser protegido por el legislador”.

30
Expediente T-8.857.733

gestación. Esto es así, porque a partir de dicho momento se evidencia la


necesidad de mantener, en el actual contexto normativo, la protección
penal de la vida en gestación. De otro lado, el Legislador conserva un
importante margen de configuración para determinar cuál debe ser el
tratamiento legal de esta problemática de relevancia constitucional en
cada una de las etapas del embarazo, atendiendo el carácter gradual e
incremental de la protección de la vida en gestación. De hecho, es este
reconocimiento el que fundamenta el tercer elemento que integra el
óptimo constitucional a que se hizo referencia, como se explica
seguidamente”.

105. Al referirse al tercer elemento la Corte inició señalando que este “tiene que
ver con la adopción de una política pública integral, que no únicamente penal,
respecto de la problemática de relevancia constitucional que supone el aborto
voluntario, para lo cual se exhortan al Congreso de la República y al Gobierno
nacional”. Precisó que “[l]a Corte no puede obviar la ausencia de políticas
específicamente dirigidas a garantizar la protección de la vida en gestación que,
en contraste con la sanción penal que se declara condicionalmente exequible en
esta sentencia, sean respetuosas de los derechos de mujeres, niñas y personas
gestantes, y brinden verdaderas alternativas a la interrupción voluntaria del
embarazo y, al mismo tiempo, protejan la vida en gestación”. En ese sentido
afirmó que “[a]nte la grave omisión del Legislador en regular la materia, pese a
los exhortos realizados por este Tribunal (…), la Corte reitera su llamado y lo
extiende al Gobierno nacional para que, sin perjuicio del cumplimiento
inmediato de esta sentencia y en el menor tiempo posible, formulen e
implementen una política pública integral en la materia”.

106. Luego de esa advertencia señaló que, en adición a ello, “la Sala no puede
pasar por alto –porque así quedó acreditado en el proceso– que mujeres, niñas y
personas gestantes, sufren actualmente un déficit de protección respecto de sus
derechos a la salud sexual y reproductiva, que va más allá de las barreras para
acceder a la IVE en las tres hipótesis previstas en la Sentencia C-355 de 2006, y
que han sido identificadas por esta corporación en sentencias de revisión de
tutela (…)”. Por ello, “[a]nte esta realidad las instituciones públicas no pueden
ser meras espectadoras del fenómeno y, por el contrario, exige su acción, de
manera ‘armónica’, como lo dispone el artículo 113 de la Carta, para lograr la
superación de aquel estado de cosas (…)”. Sostuvo la Corte “que una garantía
efectiva de los derechos impone un entendimiento que integre a los diferentes
órganos del Estado” de manera que se desarrolle “una concepción dialógica de
la relación entre el juez constitucional y los demás poderes públicos e
instituciones sociales, intrínseca al funcionamiento de nuestro modelo
democrático”.

107. Concluyó entonces indicando que “dentro de los límites que le impone la
Constitución, el Legislador tiene una amplia facultad de configuración para
diseñar medidas de protección de la vida del que está por nacer, atendiendo al
carácter gradual e incremental de dicha protección, y, al mismo tiempo, medidas
para garantizar la realización de los derechos de mujeres, niñas y personas
gestantes, incluidas alternativas a la interrupción voluntaria del embarazo según
la etapa de su desarrollo”.

e) La decisión de la Corte

31
Expediente T-8.857.733

108. En consideración a los argumentos expuestos la sentencia de la Corte


adoptó las siguientes decisiones:

PRIMERO: Declarar la EXEQUIBILIDAD CONDICIONADA


del artículo 122 de la Ley 599 de 2000 “por medio de la cual, se
expide el Código Penal”, en el sentido de que la conducta de abortar
allí prevista solo será punible cuando se realice después de la
vigésimo cuarta (24) semana de gestación y, en todo caso, este límite
temporal no será aplicable a los tres supuestos en los que la Sentencia
C-355 de 2006 dispuso que no se incurre en delito de aborto (…).

SEGUNDO. EXHORTAR al Congreso de la República y al


Gobierno nacional, para que, sin perjuicio del cumplimiento inmediato
de esta sentencia y, en el menor tiempo posible, formulen e
implementen una política pública integral –incluidas las medidas
legislativas y administrativas que se requieran, según el caso–, que
evite los amplios márgenes de desprotección para la dignidad y los
derechos de las mujeres gestantes, descritos en esta providencia y, a su
vez, proteja el bien jurídico de la vida en gestación sin afectar tales
garantías, a partir del condicionamiento de que trata el resolutivo
anterior. Esta política debe contener, como mínimo, (i) la divulgación
clara de las opciones disponibles para la mujer gestante durante y
después del embarazo, (ii) la eliminación de cualquier obstáculo para
el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos que se reconocen
en esta sentencia, (iii) la existencia de instrumentos de prevención del
embarazo y planificación, (iv) el desarrollo de programas de
educación en materia de educación sexual y reproductiva para todas
las personas, (v) medidas de acompañamiento a las madres gestantes
que incluyan opciones de adopción, entre otras, y (vi) medidas que
garanticen los derechos de los nacidos en circunstancias de gestantes
que desearon abortar.

- El sentido y alcance de la Sentencia C-055 de 2022

109. Como se ha dejado indicado y dada su relevancia para resolver las


nulidades planteadas, la Corte considera necesario indicar el sentido y alcance
de la Sentencia C-055 de 2022, en lo que resulta relevante, para definir si se
configura la nulidad de la Sentencia T-158 de 2023.

a) Dado que la Sentencia C-055 de 2022 sustentó su decisión en


normas de derecho fundamental que imponen deberes de
abstención y actuación del Estado, es claro que la práctica de la
IVE esta comprendida por esas dos facetas

110. La Sentencia C-055 de 2022 juzgó la constitucionalidad del artículo 122


del Código Penal. Su pronunciamiento resolvió cuatro problemas jurídicos que
exigían establecer si la prohibición penal de la interrupción voluntaria del
embarazo, más allá de los supuestos excluidos en la Sentencia C-355 de 2006,
constituía una infracción del derecho a la salud (primer problema), del derecho a
la igualdad (segundo problema), de la libertad de conciencia (tercer problema) y
del carácter de última ratio del derecho penal (cuarto problema).

32
Expediente T-8.857.733

111. El primer problema, relativo a la infracción de la obligación de respetar el


derecho a la salud y los derechos reproductivos de las mujeres, las niñas y las
personas gestantes exigía considerar, como lo dijo la Corte, si la medida
afectaba “el deber de remover los obstáculos normativos que impidan el acceso
a los servicios necesarios para que mujeres y niñas gocen de salud
reproductiva”. En atención a que la prohibición penal tiene una “incidencia en la
práctica de abortos inseguros” la Corte declaró que se producía una tensión
significativa con los derechos fundamentales señalados.

112. El segundo problema referido al desconocimiento del derecho fundamental


a la igualdad de las mujeres en situación de vulnerabilidad y en situación
migratoria irregular (artículos 13 y 93 de la Constitución, 1 de la CADH y 9 de
la Convención de Belem do Pará) requería determinar si con la prohibición
penal prevista en el artículo 122 del Código Penal se producía la afectación
diferenciada de un específico grupo de mujeres. De esta manera la Sala Plena
concluyó que “mantener la actual tipificación del aborto consentido y, por tanto,
utilizar el derecho penal como prima ratio, expone a las mujeres a una de las
principales causas de muerte materna, esto es, a la práctica de abortos inseguros,
que pueden lesionar su integridad personal, salud y vida (…) y que afectan de
una manera más evidentemente desproporcionada a aquellas en situación de
vulnerabilidad socioeconómica”. Así las cosas, este tribunal constató la
existencia de una fuerte tensión con el derecho fundamental a la igualdad de las
mujeres en situación de vulnerabilidad y en situación migratoria irregular.

113. El tercer problema relativo a la violación del derecho fundamental a la


libertad de conciencia exigió establecer si se vulneraba su dimensión negativa,
esto es, el derecho de defensa frente a una intervención desproporcionada en la
facultad para actuar de conformidad con las propias convicciones. La Corte
constató que se trataba de una interferencia significativa, debido a su carácter
excesivo y supra-incluyente, que originaba una tensión con el propósito
constitucional de proteger la vida en gestación.

114. El cuarto problema referido al desconocimiento del carácter de última ratio


del derecho penal exigía establecer si la protección de la vida en gestación a
través de la prohibición penal resultaba justificada teniendo en cuenta, de una
parte, (i) la afectación de los derechos sexuales y reproductivos, así como de la
libertad de conciencia y, de otra, (ii) los graves problemas de salud pública que
genera la penalización indiscriminada y que obligan a las mujeres a acudir a
procedimientos clandestinos e inseguros para la interrupción de sus embarazos.
Se trataba entonces de juzgar el impacto en tales derechos fundamentales.

115. La Sentencia C-055 de 2022 valoró la constitucionalidad del artículo 122


del Código Penal a partir de normas de derecho fundamental a las que se
adscriben (i) no solo derechos de contenido negativo, esto es, derechos de
defensa que aseguran un ámbito de actuación inmune a la interferencia
injustificada, (ii) sino también derechos de contenido positivo, esto es, derechos
que exigen al Estado y a algunos particulares asegurar determinado tipo de
prestaciones -fácticas y normativas-.

116. Atendiendo las normas constitucionales en las cuales la Corte fundamentó


su decisión, puede concluirse que la declaratoria de constitucionalidad
condicionada del artículo 122, implicó el reconocimiento de un derecho al que
se adscribe (i) una faceta de defensa que excluye la posibilidad de establecer una
33
Expediente T-8.857.733

prohibición frente a la práctica de la interrupción voluntaria del embarazo hasta


la semana 24, inclusive, y durante cualquier tiempo cuando se presente alguno
de los eventos establecidos en la Sentencia C-355 de 2006. Igualmente (ii) una
faceta de protección que exige garantizar las condiciones de acceso al sistema de
salud para su práctica y la correspondiente eliminación de los obstáculos que
impidan el ejercicio de los derechos de las mujeres gestantes.

117. El derecho de acceder a la IVE encuentra apoyo directo en normas de


derecho fundamental que justificaron la decisión adoptada por la Corte en la
Sentencia C-055 de 2022. Ello constituye el reflejo de una extendida práctica
interpretativa de la Corte después de que se produjo la Sentencia C-355 de 2006.

117.1. Las primeras decisiones de la Corte no afirmaron la existencia de un


derecho fundamental a la IVE. Sin embargo, sí ampararon sus dimensiones
negativas y prestacionales a partir de referencias (i) al derecho fundamental a la
integridad (T-171 de 2007 y T-946 de 2008), (ii) a los derechos de las personas
en situación de discapacidad (T-988 de 2007), al derecho a la dignidad humana
(T-988 de 2007 y T-388 de 2009), al derecho a la salud (T-209 de 2008 y T-388
de 2009) así como (iv) a los derechos sexuales y reproductivos (T-946 de 2008)
y al derecho a la libertad (T-388 de 2009 y T-946 de 2008).

117.2. Luego de estas primeras providencias la Corte reconoció expresamente


que la interrupción voluntaria del embarazo constituía el objeto de protección de
un derecho fundamental autónomo. En la Sentencia T-585 de 2010 la Corte
afirmó que “[r]esulta innegable que, a partir de la Sentencia C-355 de 2006,
surgió en Colombia un verdadero derecho a la interrupción voluntaria del
embarazo en cabeza de las mujeres que se encuentran incursas en las tres
hipótesis despenalizadas”. Indicó, refiriéndose al contenido de la Sentencia C-
355 de 2006 “que la protección de los derechos fundamentales de la mujer a la
dignidad humana, al libre desarrollo de la personalidad, a la vida y a la salud
física y mental –contenidos en la Constitución de 1991 y en el bloque de
constitucionalidad- implican reconocerle la autonomía para decidir libremente si
interrumpir o continuar la gestación en las tres precisas circunstancias ya
señaladas, de modo tal que la sanción penal resultaba desproporcionada”. Por
ello “[e]n otras palabras, del contenido de los derechos fundamentales
mencionados la Corte derivó el derecho a la IVE de las mujeres gestantes que se
encuentran en los eventos antes indicados”.

117.3. De allí en adelante la Corte continuó ocupándose de disputas alrededor de


los obstáculos impuestos para la práctica de la interrupción voluntaria del
embarazo. En esa dirección, por ejemplo, la Sentencia SU-096 de 2018 afirmó
que el derecho a la IVE “pertenece a la categoría de derechos reproductivos y,
por tanto, comparte su orientación, fundamento y contenido obligacional”. De
este modo “al tratarse de una garantía ius fundamental, compromete en su
respeto y realización a todos los servidores y órganos del Estado, a los
prestadores públicos y privados de seguridad social y a los particulares”.

118. La Sentencia C-055 de 2022 tuvo por objeto erradicar los abortos
clandestinos e inseguros que podían afectar la vida de las mujeres, esto es,
derribar las barreras cuya imposición genera una lesión intensa en sus derechos
y que, en el caso de las personas gestantes en condición de vulnerabilidad o
debilidad manifiesta resulta aún más grave.

34
Expediente T-8.857.733

119. En efecto, en esa sentencia la Sala Plena -luego de referir el modo en que la
prohibición penal afecta de forma especial algunos grupos de mujeres debido
por ejemplo a su debilidad económica- indicó que “[s]i, en atención a estas
realidades, que no hace falta contrastar con estadísticas, pues, como se dijo, son
evidentes a partir de la observación y la experiencia, la única respuesta del
Estado es la penal, podría resultar contraria al régimen constitucional en cuanto
desprotege la dignidad de las mujeres que han sido discriminadas o marginadas
por la adversidad de las circunstancias”. De esta forma “la prohibición
categórica del aborto consentido, prevista en el contenido normativo objeto de
control, afecta de manera particularmente grave y evidente a esta población,
cuya penalización, como única medida de política pública, agudiza más su
situación de vulnerabilidad”. Según la Corte, “[l]a anterior consideración es
especialmente relevante, si se tiene en cuenta que son estas niñas y mujeres las
que menores probabilidades de acceso tienen a los servicios estatales asociados
a su salud sexual y reproductiva, bien sea educativos, relacionados con la
planificación familiar o de interrupción voluntaria del embarazo en los casos
previstos por la Sentencia C-355 de 2006” al tiempo que “son quienes están
mayormente expuestas a la práctica de abortos clandestinos en deplorables
condiciones de salubridad, lo cual las expone a una mayor degradación de su
dignidad”.

120. Conforme a lo indicado es claro que en la actualidad el derecho a no


interferir la IVE así como a garantizar el acceso a los servicios para su práctica,
encuentra su fundamento en las disposiciones constitucionales e internacionales
que reconocen el derecho a la igualdad, la libertad personal, la libertad de
conciencia, así como los derechos sexuales y reproductivos. Ello fue
expresamente reconocido en la Sentencia C-055 de 2022.

121. La decisión de la Corte implica, desde la perspectiva del alcance de los


derechos de las personas gestantes, el tránsito del régimen de tres causales
excepcionales a uno mixto. En esa medida, conjuga un sistema de plazo único
hasta la semana 24, inclusive, durante el cual el servicio debe garantizarse para
todas las personas gestantes y un sistema de causales luego de ese plazo que
permite la práctica de la interrupción cuando ellas ocurren.

b) Al adoptar el exhorto del numeral segundo de la parte resolutiva


la Corte no decidió habilitar a ninguna autoridad para contraer el
grado de protección del derecho de acceder a la IVE ni de las
disposiciones constitucionales a partir de las cuales se ha definido
su alcance

122. El derecho a la IVE y su fundamento en normas constitucionales que


reconocen libertades y derechos básicos constituye el presupuesto para la
comprensión del exhorto -contenido en el numeral segundo de la parte resolutiva
de la Sentencia C-055 de 2022- que requiere a las autoridades para que adopten
e implementen una política integral en la materia. Dicho exhorto (i) identifica
sus destinatarios, (ii) señala los objetivos generales de la política pública, así
como los límites específicos a los que se sujeta y (iii) enuncia sus contenidos.

123. Los destinatarios del exhorto son el Congreso de la República y el


Gobierno Nacional. Se trata de los titulares de la competencia para formular e
implementar la política pública integral mediante la adopción de medidas
legislativas y administrativas.
35
Expediente T-8.857.733

124. Un doble objetivo persigue la política pública. De una parte, pretende evitar
los amplios márgenes de desprotección para la dignidad y los derechos de las
mujeres gestantes identificados en la sentencia (libertad de conciencia, derecho a
la igualdad, derechos sexuales y reproductivos y derecho a la salud) y, al mismo
tiempo, proteger el bien jurídico de la vida en gestación.

125. La búsqueda de ese doble objetivo se encuentra limitado por la prohibición


expresa de afectar las garantías-derechos de las personas gestantes a partir del
condicionamiento del artículo 122 del Código Penal-. Si, como se indicó, la
Sentencia C-055 de 2022 reiteró la existencia de un derecho constitucional
integrado por dos facetas, ello quiere decir que no se puede adoptar ninguna
decisión que pueda incidir negativamente -afectar- las posiciones jurídicas que
se derivan de tal derecho.

126. La política pública debe establecer unos contenidos mínimos a efectos de


asegurar su compatibilidad con la Constitución. En esa dirección debe (i)
establecer un sistema que asegure la divulgación clara de las opciones
disponibles para la mujer gestante durante y después del embarazo; (ii) asegurar
la eliminación de cualquier obstáculo para el ejercicio de los derechos sexuales y
reproductivos que se reconocen en esa sentencia, esto es, las posiciones jurídicas
que se adscriban a las facetas de defensa y protección de la IVE; (iii) definir
instrumentos de prevención del embarazo y planificación; (iv) contemplar el
desarrollo de programas de educación en materia de educación sexual y
reproductiva para todas las personas, (v) prever medidas de acompañamiento a
las mujeres gestantes que incluyan opciones de adopción, entre otras, e (vi)
incorporar medidas que garanticen los derechos de los nacidos en circunstancias
de gestantes que desearon abortar.

127. La jurisprudencia constitucional no surge. Ella se construye con el objetivo


de alcanzar la mejor y máxima comprensión de los derechos constitucionales, de
acuerdo con las pautas previstas en la Carta Política y en los instrumentos de
derechos humanos que se integran al bloque de constitucionalidad. Las ideas se
van elaborando, los principios subyacentes que la definen se van asentando. La
historia que transcurre entre la Sentencia C-355 de 2006 y la Sentencia C-055 de
2022 muestra el proceso de identificación y delimitación de un haz de derechos
constitucionales de extraordinaria importancia para las personas gestantes. Los
casos, las tensiones y las disputas han permitido identificar, en la Constitución
de 1991, ese grupo de derechos a cuyo fundamento se anudan tensiones y
disputas. Ellos se fundan en el compromiso constituyente de asegurar los
derechos más básicos de niñas, adolescentes, mujeres y personas gestantes. Bajo
esa perspectiva debe interpretarse lo decidido en la Sentencia C-055 de 2022 y
el alcance de las posiciones jurídicas allí reconocidas.

G. LA SENTENCIA T-158 DE 2023 DEBE ANULARSE DADO QUE


DESCONOCIÓ LA COSA JUZGADA CONSTITUCIONAL
DERIVADA DE LA SENTENCIA C-055 DE 2022

128. La Sala Plena de la Corte ha constatado que la Sentencia T-158 de 2023


desconoció el debido proceso y, en consecuencia, se impone su anulación de
conformidad con lo establecido en el artículo 49 del Decreto 2067 de 1991. Para
fundamentar esta conclusión la Sala, primero, indicará los defectos
interpretativos de la sentencia que evidencian de manera clara, ostensible y
36
Expediente T-8.857.733

directa el desconocimiento de la cosa juzgada constitucional derivada de la


Sentencia C-055 de 2022 (fundamentos 129 a 159) y, segundo, explicará las
razones por las cuales esos defectos son trascendentes (fundamentos 160 a 176).

- Los errores de la Sentencia T-158 de 2023 que evidencian de manera


clara, ostensible y directa el desconocimiento de la cosa juzgada y la
violación del debido proceso

129. Tres son los defectos interpretativos de la Sentencia T-158 de 2023 que
evidencian el desconocimiento de la cosa juzgada constitucional que se
desprende de la Sentencia C-055 de 2022. A continuación, la Corte los identifica
y caracteriza.

a) Primer defecto interpretativo. La Sentencia T-158 de 2023


concluyó, de forma evidentemente incorrecta, que la resolución
adoptada en la Sentencia C-055 de 2022 solo implicaba la
eliminación de una prohibición jurídico penal respecto de la
interrupción voluntaria del embarazo antes de la semana 24,
inclusive. Dicha conclusión desconoce la cosa juzgada
constitucional.

130. Con el propósito de mostrar la existencia de este grave defecto


interpretativo la Corte precisará el sentido que la Sentencia T-158 de 2023 le
atribuyó a la Sentencia C-055 de 2022 y, a continuación, indicará las razones por
las cuales dicha comprensión desconoció la cosa juzgada que de ella se
desprende.

 El sentido que a la Sentencia C-055 de 2022 le atribuyó la Sentencia


T-158 de 2023

131. La Sentencia T-158 de 2023 afirma que la Sentencia C-055 de 2022 decidió
una demanda contra la tipificación del aborto consentido como delito en los
términos del artículo 122 del Código Penal y, por tanto, la exequibilidad
condicionada “no constituye una regulación sobre la práctica de la interrupción
voluntaria del embarazo” antes de la semana 24. Indica, entonces, que ello
“corresponde al Legislador y al Gobierno nacional de conformidad con sus
competencias, como lo entendió la Corte al exhortarlos para que formulen e
implementen una política pública integral”.

132. En los fundamentos 71, 72 y 73 la sentencia cuestionada afirma que


después de la Sentencia C-055 de 2022 se plantean los siguientes tres
escenarios:

Primer escenario
Corresponde a los tres supuestos despenalizados en la Sentencia C-355 de
2006. Dado su carácter definitivo siempre que el supuesto aducido se acredite
efectivamente debe practicarse. En esas condiciones la práctica de la IVE
corresponde a una prestación positiva adscrita al derecho fundamental a la
salud.
Segundo escenario.
Salvo los tres supuestos de que trata el primer escenario, la práctica de la IVE
después de la semana 24 de gestación, en el actual contexto normativo, debe
considerarse prohibida, pues, siempre que la conducta se realice será
37
Expediente T-8.857.733

constitutiva del tipo penal de aborto consentido que regula el artículo 122 del
Código Penal. En este periodo gestacional y mientras el legislador no disponga
lo contrario, no es posible aducir ninguna otra razón constitucionalmente
admisible para la práctica de la IVE ya que constituye una conducta típica
penal.
Tercer escenario.
Las razones, la oportunidad y las condiciones para la práctica de la IVE hasta
la semana 24, inclusive, por fuera de los supuestos previstos en la Sentencia
C-355 de 2006 no se encuentran aún definidas por el legislador, a quien
corresponde adoptar una política pública integral en la materia, razón por la
que se le exhortó a adoptarla en el resolutivo segundo de la Sentencia C-055
de 2022.

En la actualidad existe un vacío normativo y no es posible deducir de la


Sentencia C-055 de 2022, de un lado, un supuesto derecho fundamental al
aborto, ni la legalización de su práctica, ni la obligación del sistema de
seguridad social en salud de practicarlo, pero, tampoco, de otro lado, que se
encuentre prohibida, ni que en determinadas circunstancias existan razones
constitucionales para su práctica.

En el actual contexto normativo en el que se inserta el artículo 122 del Código


Penal y mientras el legislador no regule la materia, las instituciones y médicos
ante quienes se solicite la autorización de la IVE antes de la semana 24 de
gestación y por causas diferentes a las 3 permitidas, deben valorar y ponderar
las razones aducidas, el estado de avance del embarazo y las implicaciones
para la salud de la gestante (…). De allí que les corresponda valorar, en
concreto, si tales razones son o no compatibles con la Constitución, lo cual
requiere ponderar el deber de protección gradual e incremental del bien
jurídico de la vida en gestación frente a la dignidad y los derechos de las
mujeres gestantes.

133. La Sentencia T-158 de 2023 indica que “no es posible predicar un derecho
fundamental a la IVE, como inadecuadamente lo consideró el juez de segunda
instancia en el trámite de la tutela”. Sostiene que “la Sentencia C-055 de 2022
reconoció la amplia facultad de configuración que tiene el legislador para
diseñar tanto medidas de protección de la vida del que está por nacer, incluso
mediante el uso del derecho penal, como medidas para garantizar la realización
de los derechos de las mujeres, las niñas y las personas gestantes, teniendo en
cuenta que la protección de la vida en gestación es gradual e incremental”. De
esta manera “es al legislador al que le corresponde, en primera medida,
determinar las condiciones de acceso a la IVE cuando es requerida antes de la
semana 24 de gestación, en el marco de la política pública que junto con el
Gobierno Nacional adopten en el ámbito de sus competencias, sin perjuicio de
que su práctica, a partir de la precitada sentencia, no constituya delito”.

 La Sentencia T-158 de 2023 propone una interpretación de la


Sentencia C-055 de 2022 que resulta evidentemente equivocada y
conduce a resultados contradictorios que desconocen lo decidido por
la Sala Plena

134. La Sentencia T-158 de 2023 interpreta equivocadamente el alcance de la


decisión de la Corte en la que declaró que el artículo 122 era exequible en el
“sentido de que la conducta de abortar allí prevista solo será punible cuando se
38
Expediente T-8.857.733

realice después de la vigésimo cuarta (24) semana de gestación y, en todo caso,


este límite temporal no será aplicable a los tres supuestos en los que la Sentencia
C-355 de 2006 dispuso que no se incurre en delito de aborto (…)”.

135. Es contradictorio limitar el alcance de la Sentencia C-055 de 2022 a un


asunto exclusivamente penal a pesar de que dicha decisión se fundamentó, tal y
como se indicó anteriormente, en la afectación (i) del derecho a la igualdad de
las mujeres en situación de vulnerabilidad y en situación migratoria irregular, (ii)
del derecho a la salud, (iii) de los derechos reproductivos de la mujer, (iv) de la
libertad de conciencia y (v) de la finalidad constitucional de la prevención
general de la pena, del carácter de último recurso –ultima ratio– del derecho
penal.

136. A diferencia de lo indicado por la Sentencia T-158 de 2023 es claro que la


Sentencia C-055 de 2022 ratifica la existencia de los derechos de las personas
gestantes de acceder a la práctica de la IVE. Ello se fundamenta en dos razones.

137. Primero, la decisión de la Corte se apoya, de una parte, en argumentos


relacionados con la inconstitucionalidad de la intervención del Estado en una
esfera de decisión inmune de la que es titular la persona gestante durante un
periodo de tiempo que se extiende hasta la semana 24, inclusive. Dicha esfera se
fundamentó en la libertad de conciencia y en el carácter excepcional de la
intervención penal a fin de proteger la libertad personal. Si ello es así la faceta
de defensa respecto de la práctica de la IVE y la correlativa obligación de
respeto tienen naturaleza constitucional.

138. Segundo, la decisión de la Corte se fundamentó en las normas


constitucionales que reconocen derechos fundamentales -derecho a la igualdad,
derecho a la salud y derechos reproductivos- a partir de las cuales se deriva el
derecho a la protección del Estado a efectos de garantizar las condiciones de
acceso al sistema de salud para la práctica de la IVE y la correspondiente
eliminación de los obstáculos que impidan su ejercicio. De este modo es claro
que la faceta de protección respecto de la práctica de la IVE y la correlativa
obligación de garantía ostentan estatus constitucional.

139. En esa dirección, la Sentencia (C-055 de 2022) indicó que la jurisprudencia


ha reconocido el carácter fundamental de los derechos reproductivos y ha
precisado que estos se concretan especialmente en dos garantías. La primera,
relacionada con la autodeterminación reproductiva, al tiempo que la segunda
comprende el derecho de acceso a servicios de salud reproductiva, el cual
“incluye tratamientos médicos para enfermedades del aparato reproductivo,
embarazos libres de riesgos y el acceso a información y métodos de
anticoncepción”.

140. Para la Corte, si la decisión adoptada en la Sentencia C-055 de 2022 no


implicase la garantía de la doble faceta de defensa y protección, no podría
alcanzarse el objetivo de remover las prácticas inseguras que afectan a las
mujeres que se enfrentan a esa decisión. La exclusión de la sanción penal sin
prever un acceso efectivo y universal al sistema de prestadores del sistema de
seguridad social en salud sujeto a la inspección, vigilancia y control del Estado,
exigiría de las personas que han decidido poner fin a la gestación al amparo de
su autonomía, enfrentar un dilema contrario a su dignidad: o renunciar al

39
Expediente T-8.857.733

ejercicio de esa libertad o transitar por prácticas inseguras incompatibles con su


vida y dignidad. No es esto lo que se decidió en la Sentencia C-055 de 2022.

141. En suma, la Sentencia T-158 de 2023 pretende contraer el alcance de la


Sentencia C-055 de 2022 a un asunto estrictamente penal incompatible no solo
con las premisas en las que esta se apoya sino también con una consolidada
práctica interpretativa de la Corte que inicia en la Sentencia C-355 de 2006 hasta
consolidarse en la Sentencia C-055 de 2022. El alcance de la parte resolutiva de
la sentencia, que debe ser comprendido a partir de los fundamentos de la
decisión, termina sometido a una restricción inaceptable. Ello se opone
abiertamente al artículo 243 de la Constitución.

b) Segundo defecto interpretativo. La Sentencia T-158 de 2023 le


otorgó al exhorto contenido en el numeral segundo de la parte
resolutiva de la Sentencia C-055 de 2022 un significado
incompatible con su texto y con el contenido de la Sentencia C-055
de 2022. Ese significado desconoce la cosa juzgada constitucional

142. A efectos de acreditar la existencia de este grave defecto interpretativo la


Corte identificará el significado que la Sentencia T-158 de 2023 le atribuyó al
exhorto del numeral segundo de la Sentencia C-055 de 2022 y, a continuación,
indicará las razones por las cuales dicho significado desconoció la cosa juzgada
que de ella se desprende.

 El sentido que al exhorto contenido en el numeral segundo de la parte


resolutiva de la Sentencia C-055 de 2022 le atribuyó la Sentencia T-
158 de 2023

143. El numeral segundo de la parte resolutiva de la Sentencia C-055 de 2022


dispuso exhortar al Congreso de la República y al Gobierno nacional, para que,
sin perjuicio del cumplimiento inmediato de esta sentencia y, en el menor
tiempo posible, formularan e implementaran una política pública integral –
incluidas las medidas legislativas y administrativas que se requieran, según el
caso–, que evite los amplios márgenes de desprotección para la dignidad y los
derechos de las mujeres gestantes, y, a su vez, proteja el bien jurídico de la vida
en gestación sin afectar tales garantías, a partir del condicionamiento de que
trata el resolutivo primero de la sentencia. Esta política debe contener, como
mínimo, (i) la divulgación clara de las opciones disponibles para la mujer
gestante durante y después del embarazo, (ii) la eliminación de cualquier
obstáculo para el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos que se
reconocen en esta sentencia, (iii) la existencia de instrumentos de prevención del
embarazo y planificación, (iv) el desarrollo de programas de educación en
materia de educación sexual y reproductiva para todas las personas, (v) medidas
de acompañamiento a las madres gestantes que incluyan opciones de adopción,
entre otras, y (vi) medidas que garanticen los derechos de los nacidos en
circunstancias de gestantes que desearon abortar.

144. Según se mencionó antes, la Sentencia T-158 de 2023 sostiene que “la
Sentencia C-055 de 2022 reconoció la amplia facultad de configuración que
tiene el legislador para diseñar tanto medidas de protección de la vida del que
está por nacer, incluso mediante el uso del derecho penal, como medidas para
garantizar la realización de los derechos de las mujeres, las niñas y las personas
gestantes, teniendo en cuenta que la protección de la vida en gestación es
40
Expediente T-8.857.733

gradual e incremental”. De esta manera “es al legislador al que le corresponde,


en primera medida, determinar las condiciones de acceso a la IVE cuando es
requerida antes de la semana 24 de gestación, en el marco de la política pública
que junto con el Gobierno Nacional adopten en el ámbito de sus competencias,
sin perjuicio de que su práctica, a partir de la precitada sentencia, no constituya
delito”.

 La Sentencia T-158 de 2023 le atribuyó al exhorto dirigido al


legislador y al Gobierno un significado que no tiene y, en
consecuencia, desconoce el numeral segundo de la Sentencia C-055 de
2022

145. La Sentencia T-158 de 2023 le asigna al exhorto un alcance que no puede


tener. Ello ocurre no solo porque le atribuye efectos que de sus palabras no se
desprenden sino porque también termina por hacerlo incompatible con los
fundamentos y el alcance de la Sentencia C-055 de 2022. Esta conclusión se
apoya en las siguientes razones.

146. En el fundamento jurídico 645 de la Sentencia C-055 de 2022 la Corte


indicó que “no puede pasar por alto –porque así quedó acreditado en el proceso–
que mujeres, niñas y personas gestantes, sufren actualmente un déficit de
protección respecto de sus derechos a la salud sexual y reproductiva, que va más
allá de las barreras para acceder a la IVE en las tres hipótesis previstas en la
Sentencia C-355 de 2006, y que han sido identificadas por esta corporación en
sentencias de revisión de tutela, como da cuenta su extensa línea jurisprudencial
en la materia, ampliamente referida en esta providencia”. En consideración a
ello destacó que “las instituciones públicas no pueden ser meras espectadoras
del fenómeno y, por el contrario, exige su acción, de manera ‘armónica’, como
lo dispone el artículo 113 de la Carta, para lograr la superación de aquel estado
de cosas (…)”. Ello según la Corte “exige considerar que una garantía efectiva
de los derechos impone un entendimiento que integre a los diferentes órganos
del Estado” de modo que se impulse “una concepción dialógica de la relación
entre el juez constitucional y los demás poderes públicos e instituciones sociales,
intrínseca al funcionamiento de nuestro modelo democrático”.

147. La política pública, entonces, puede incluir medidas legislativas y


administrativas que eviten los amplios márgenes de desprotección para la
dignidad y los derechos de las mujeres gestantes, descritos en esa providencia,
protegiendo el bien jurídico de la vida en gestación sin afectar tales garantías,
a partir del condicionamiento de que trata el numeral primero de la parte
resolutiva. El exhorto indica entonces que (i) la regulación está dirigida a
eliminar obstáculos no a implementar otros adicionales; (ii) la protección del
bien jurídico de la vida en gestación no puede afectar la dignidad y los derechos
de las mujeres reconocidos en la decisión; y (iii) no puede desconocer la
exclusión de la prohibición penal hasta la semana 24, inclusive.

148. Como se puede advertir, ninguno de los elementos cuya regulación le


corresponde al legislador y al Gobierno prevé límites a la práctica de la IVE. La
alusión a las “otras opciones” contenida en el literal (i) del exhorto se refiere a
un mandato de divulgación consistente en indicar a la mujer cuáles son sus
opciones. En ningún caso se impuso una condición para la práctica de la IVE
antes de la semana 24, inclusive, ni una autorización para restringir el acceso a

41
Expediente T-8.857.733

las prestaciones que se derivan de los derechos sexuales y reproductivos de la


mujer, del derecho a la igualdad y del derecho a la salud.

149. Conforme a lo anterior, en la Sentencia T-158 de 2023 se consideró que sin


la política pública que allí se ordena existía un vacío normativo para el ejercicio
de la interrupción voluntaria del embarazo en el régimen de plazo, el cual debía
ser colmado por los profesionales de la salud, las IPS y las EPS, quienes, en
cada caso, debían hacer una ponderación para estimar si, dentro de este
régimen, era válido acceder a la interrupción voluntaria del embarazo. Esta
interpretación, afecta la fuerza normativa de la Constitución; desconoce que ya
existe una ponderación constitucional en este escenario, que toma en cuenta el
valor de la vida en gestación, así como los derechos de las mujeres; trunca la
finalidad primordial de erradicar los abortos clandestinos e inseguros para la
vida de las mujeres y, por esa vía, modifica el sentido del exhorto dirigido al
Gobierno nacional y el Congreso de la República para contar con un sistema de
salud que garantice, en plano de igualdad, el bienestar integral de todas las
mujeres y la protección gradual e incremental de quien está por nacer.

150. Suponer que del exhorto se desprende una competencia extendida para el
legislador a efectos de regular la interrupción voluntaria del embarazo implicaría
aceptar que los derechos fundamentales de las personas gestantes -en su doble
faceta de defensa y protección- quedan por completo en manos del legislador.
Ello se opone a la naturaleza misma de los derechos constitucionales. Es cierto
que el legislador puede ocuparse de regular tales derechos. Sin embargo, su
propia naturaleza excluye una habilitación para imponer límites o restricciones
que conduzcan a que el derecho pierda todo su sentido. Unos y otras encuentran
su fuente, exclusivamente, en lo que dispone la Constitución y las normas del
bloque de constitucionalidad que resulten relevantes. La interpretación que la
sentencia hizo del exhorto anuló el derecho de las mujeres de acceder a la IVE
hasta la semana 24, inclusive, dado que lo privó de fuerza jurídica. Lo deja en
manos de otros, no de su titular.

c) Tercer defecto interpretativo. La Sentencia T-158 de 2023 le otorgó


al incumplimiento del legislador del exhorto contenido en el
numeral segundo de la parte resolutiva de la Sentencia C-055 de
2022 un efecto que no tiene y que es además incompatible con su
texto y contenido. Este efecto desconoce la cosa juzgada
constitucional

151. Con el objetivo de acreditar la existencia de este grave defecto


interpretativo la Corte identificará el significado que la Sentencia T-158 de 2023
le atribuyó al incumplimiento del exhorto previsto en el numeral segundo de la
Sentencia C-055 de 2022 y, a continuación, indicará las razones por las cuales
dicho significado desconoció la cosa juzgada que de ella se desprende.

 El significado que la Sentencia T-158 de 2023 le atribuyó al


incumplimiento del exhorto del numeral segundo de la Sentencia C-
055 de 2022

152. La Sentencia T-158 de 2023 indicó, luego de referir la competencia del


legislador para adoptar medidas legislativas “que, en el actual contexto
normativo en el que se inserta el artículo 122 del Código Penal y mientras el
legislador no regule la materia, las instituciones y médicos ante quienes se
42
Expediente T-8.857.733

solicite la autorización de la IVE antes de la semana 24 de gestación y por


causas diferentes a las 3 permitidas, deben valorar y ponderar las razones
aducidas, el estado de avance del embarazo y las implicaciones para la salud de
la gestante”. Por lo tanto, les corresponderá “valorar, en concreto, si tales
razones son o no compatibles con la Constitución, lo cual requiere ponderar el
deber de protección gradual e incremental del bien jurídico de la vida en
gestación frente a la dignidad y los derechos de las mujeres gestantes”. En
atención a ello se explica “la urgencia de que el legislador llene el vacío
normativo y de política pública en estas materias”.

 La Sentencia T-158 de 2023 le asigna al incumplimiento del exhorto


dirigido al legislador un alcance que no tiene y, en consecuencia,
desconoce el numeral segundo de la Sentencia C-055 de 2022

153. La Sentencia T-158 de 2023 le asigna al incumplimiento del exhorto por


parte del legislador un alcance que no puede tener. Ello ocurre dado que (i)
desnaturaliza el derecho constitucional de las mujeres de acceder a la práctica de
la IVE y (ii) contribuye a la activación de prácticas institucionales que la
Sentencia C-055 de 2022 tuvo por objeto eliminar. Esta conclusión se apoya en
las siguientes razones.

154. No es admisible sostener, como lo hace la sentencia, que a partir de la


Sentencia C-055 de 2022 puede habilitarse a las instituciones y a los médicos
para que definan los eventos en los cuales la persona gestante puede acceder a
la IVE. Ello implica atribuir una facultad de realizar una ponderación
constitucional no solamente no autorizada por la Sentencia C-055 de 2022, sino
incompatible con la dignidad humana.

155. Tal y como se explicó, la Sentencia C-055 de 2022 pretendió enfrentar los
obstáculos que imponen las instituciones y los profesionales de la salud para que
las mujeres gestantes accedan a la IVE en condiciones seguras. En efecto, dicha
sentencia, luego de recapitular la jurisprudencia de este tribunal resaltó las
diferentes barreras que limitaban o impedían el ejercicio de los derechos
reproductivos de la mujer.

156. La Sentencia T-158 de 2023 desconoció que la ponderación de la Sala


Plena que la llevó a fijar como plazo para la práctica de la IVE las 24 semanas,
inclusive, fue consecuencia de la valoración de los obstáculos que las IPS, EPS
o los médicos imponían a las mujeres65. En esa dirección establecer que a las
instituciones de salud y al personal médico les correspondía definir la
posibilidad de practicar la IVE, implica no solo atribuirles una competencia que

65 En el fundamento jurídico 485 la Sentencia C-055 de 2022 indicó que en el sector salud se constatan
dificultades relacionadas con la negación de certificaciones y autorizaciones médicas; la desacreditación de
certificados médicos externos o emitidos por psicólogos; la objeción de conciencia indebidamente tramitada y
la falta de remisión a otro profesional de la salud o la objeción de conciencia de una persona jurídica; personal
médico insuficiente o no capacitado para realizar el procedimiento; ausencia, deficiencia o falla en los
protocolos; desacreditación de una denuncia por un acto sexual no consentido; desestimación del daño a la
salud mental; imposición de requisitos improcedentes; estigmatización por parte del personal médico y de los
prestadores del servicio de salud. A la par, se presentan circunstancias de acoso y estigmatización a los
prestadores del servicio de salud que realizan el procedimiento. Para esa sentencia, “[l]as barreras que se
acaban de mencionar no se presentan de manera independiente; por lo general, se evidencian de manera
simultánea y se traducen, en muchas ocasiones, en la falta de realización oportuna del procedimiento, que,
como se ha precisado, tiene un efecto lesivo potencialmente elevado para la dignidad y derechos de las
mujeres y las niñas, al igual que para la protección gradual e incremental que debe otorgarse a la vida en
gestación.
43
Expediente T-8.857.733

no tienen sino, adicionalmente, promover el surgimiento de los obstáculos que


han puesto en riesgo los derechos de las personas gestantes.

157. En el fundamento jurídico 394 de la Sentencia C-055 de 2022, la Sala


Plena afirmó que la decisión de asumir la maternidad es “(i) personalísima,
porque impacta el proyecto de vida de la mujer, niña, adolescente o persona
gestante que decide continuar y llevar a término un embarazo, no solo durante el
periodo de gestación, sino más allá de él; (ii) individual, por el impacto físico y
emocional que supone el desarrollo de la gestación en su experiencia vital y su
propia existencia, e (iii) intransferible, porque la autonomía de la decisión de
asumir la maternidad no puede ser trasladada a un tercero, salvo casos
excepcionales en los que se haya previsto un previo consentimiento o existan
razones sólidas para inferirlo”. Es, entonces, una decisión íntima y
estrechamente vinculada al sistema de valores de quien puede gestar y
constituye una de las principales expresiones de la naturaleza humana, y tanto
quienes deciden asumir la maternidad como quienes optan por no hacerlo
ejercen su libertad y ponen en práctica su sistema individual de creencias y
valores.

158. A partir de la Sentencia C-055 de 2022, la decisión de interrumpir el


embarazo antes de la semana 24, inclusive, corresponde únicamente a la mujer.
Es de carácter intransferible. Dejar en manos de las instituciones de salud una
nueva ponderación para autorizar o negar la IVE -tal y como se desprende de los
numerales 3 y 4 de la parte resolutiva de la sentencia- desconoce de forma
directa la mencionada providencia que, como se insiste, no estableció
condiciones para la práctica de la IVE en el plazo y supuestos allí previstos.

- La infracción del debido proceso resultó trascendente dado que incide


en las razones de la decisión de la Sentencia T-158 de 2023 así como
en las órdenes contenidas en la parte resolutiva

159. Precisados los graves defectos interpretativos de la Sentencia T-158 de


2023 respecto de lo decidido en la Sentencia C-055 de 2022, la Sala precisará en
qué sentido resultan trascendentes y, en esa medida, determinan la anulación de
la referida sentencia.

a) Debido a que la Sentencia T-158 de 2023 desconoció lo decidido en


la Sentencia C-055 de 2022 se abstuvo de reconocer la vulneración
de los derechos constitucionales fundamentales de la accionante,
causada por la imposición de un obstáculo para acceder
oportunamente a la IVE

160. El acceso a la IVE está protegido por la autonomía y la libertad de decisión


de la mujer66. Igualmente, encuentra apoyo en el derecho de acceder al sistema
de salud y en el correspondiente deber de eliminar los obstáculos que impidan su
práctica. Bajo esa perspectiva, y como lo ha destacado la Sala Plena, entre
muchas otras, en las sentencias SU-096 de 2018 y C-055 de 2022 67, a ese
derecho se vincula la prohibición de dilaciones; el deber de suministrar
información oportuna, suficiente y adecuada en materia reproductiva a las
mujeres; la garantía de accesibilidad a los servicios médicos, psicológicos y de
66Sentencia SU-096 de 2018.
67La Sentencia SU-096 de 2018 presenta una exposición precisa sobre los componentes del
derecho fundamental a la interrupción voluntaria del embarazo.
44
Expediente T-8.857.733

trabajo social necesarios para su materialización; y el derecho a disponer de los


medios necesarios para la práctica del procedimiento de interrupción voluntaria
del embarazo68.

161. A pesar de esa protección, la Sentencia C-055 de 2022 evidenció que


existían múltiples obstáculos para acceder a la interrupción voluntaria del
embarazo en los tres escenarios previstos en la Sentencia C-355 de 2006.
Asimismo, indicó que estos “han terminado frustrando la protección
constitucional y han tornado inoperantes las excepciones destinadas a
salvaguardar la dignidad de las mujeres, niñas y personas gestantes y sus demás
derechos”.

162. A partir de lo indicado en las sentencias T-627 de 2012, T-301 de 2016 y


SU-096 de 2018, la Sala Plena estableció que los obstáculos para acceder a la
interrupción voluntaria del embarazo inician con el desconocimiento de esa
sentencia de constitucionalidad, así como de las providencias que
posteriormente emitió esta corporación en torno a los escenarios en los que se
despenalizó el aborto. Igualmente, tomó nota sobre lo dicho en las sentencias T-
585 de 2010, T-388 de 2009 y T-532 de 2014 acerca de las barreras relacionadas
con la falta de capacidad económica para acceder a la IVE. En criterio de la
Corte, estos obstáculos son consecuencia de problemas de acceso físico y
oportuno al sistema de salud, así como de la estigmatización que existe sobre la
materia, lo que genera presiones indebidas sobre las mujeres.

163. La decisión de la Sentencia T-158 de 2023 consistente en desconocer que


la solicitud de la accionante no podía obstaculizarse indebidamente, la condujo
a un resultado opuesto al exigido por los derechos de la accionante. Por un lado,
porque la Corte habría debido considerar y concluir la existencia de un daño
consumado como consecuencia de los obstáculos indebidos a los que se enfrentó
luego de solicitar la práctica de la IVE. Por el otro, debido a que la constatación
de ese daño imponía considerar medidas de reparación frente a las entidades
involucradas en el procedimiento. Esta conclusión se apoya en varias razones.

164. Por medio de la acción de tutela todas las personas pueden reclamar, a
través de un procedimiento preferente y sumario, por sí mismas o por quienes
actúen a su nombre la protección inmediata de sus derechos fundamentales 69.
Esta herramienta, por consiguiente, pierde su razón de ser cuando desaparece la
situación que originó la presunta vulneración de los derechos fundamentales 70 o
cuando se materializa el daño o la afectación que se pretendía evitar con la
presentación de la acción de tutela 71. Cuando ocurre esto último, se presenta una
carencia actual de objeto por daño consumado, dado que no sería posible dar
una orden con el propósito de retrotraer la situación 72. Por este motivo la Corte
ha reconocido un efecto simbólico más grave al daño consumado, en tanto se
“lleva la situación a un límite extremo en que el restablecimiento del derecho es
imposible”73. Esto es precisamente lo que ha ocurrido en algunos casos en los
que se reclama la protección de los derechos constitucionales a fin de acceder a
la IVE y se ha declarado la carencia actual de objeto por daño consumado.

68 Sentencia SU-096 de 2018.


69 Constitución Política, artículo 86.
70 Sentencias SU-522 de 2019, SU-655 de 217, SU-255 de 2013 y SU-540 de 2007.
71 Sentencias SU-522 de 2019 y T-038 de 2019.
72 Sentencias SU-522 de 2019 y T-481 de 2016.
73 Sentencia T-213 de 2018.
45
Expediente T-8.857.733

165. En la Sentencia T-209 de 2008 la Corte estudió la acción de tutela que


presentó una ciudadana como representante legal de su hija de trece años, quien
había sido víctima de acceso carnal violento. La accionante señaló que, a pesar
de solicitar la práctica de la IVE, los médicos que conocieron esa petición se
opusieron al procedimiento luego de alegar su objeción de conciencia, por lo
que este no se pudo realizar. Luego de recalcar que la acción de tutela habría
podido prosperar, la Corte constató que no era posible ordenar que las cosas
volvieran al estado anterior a la vulneración, particularmente porque el
embarazo habría concluido. Pese a ello, sí consideró procedente pronunciarse
sobre los perjuicios causados a la menor de edad. Por ende, condenó en
abstracto tanto a la EPS involucrada en el caso, como a la IPS de su red y a los
profesionales de la salud que conocieron la solicitud.

166. De igual manera, en la Sentencia T-301 de 2016 la Corte constató la


configuración de la carencia actual de objeto por daño consumado. En ese caso,
en el que también se estudió un reclamo relacionado con la práctica de una
interrupción voluntaria del embarazo, la Corte recordó que el derecho
fundamental a la IVE no se agota con la realización de un procedimiento
médico, pues también se integran otros componentes relacionados con el acceso
a información adecuada; la accesibilidad a servicios médicos, psicológicos y de
trabajo social, y la disponibilidad de los servicios en caso de encontrarse en
alguno de los escenarios de despenalización del aborto. Por consiguiente,
determinó que en caso de que alguno de esos aspectos sea desconocido y no sea
procedente retrotraer lo ocurrido, es necesario declarar la carencia actual de
objeto y condenar en abstracto a la EPS involucrada con el propósito de reparar
los perjuicios padecidos por la accionante como consecuencia de la vulneración
de su derecho fundamental.

167. Estos criterios son precisamente los que desatiende la Sentencia T-158 de
2023, pues pese a que se desconocieron las reglas que de manera consistente ha
establecido la Corte en relación con los derechos fundamentales de las personas
gestantes, con lo cual se limitó el acceso de la accionante a cada uno de los
componentes de esa garantía, terminó por declarar la carencia actual de objeto
por hecho sobreviniente. Esto es inaceptable no solo porque sustrae la gravedad
de las actuaciones censuradas en la acción de tutela, sino porque no tiene en
cuenta que la decisión de continuar con el embarazo por la cual optó finalmente
la accionante no fue producto de su autonomía y libertad en materia
reproductiva, sino de la tardanza en la realización de la IVE. Como ha advertido
la Corte en el pasado “en estos casos el daño vendría dado por la circunstancia
de que la mujer no tuvo la posibilidad de acceder a un servicio que debía serle
prestado en un espacio de tiempo determinado, agotado el cual, éste resulta de
imposible satisfacción”74.

168. De igual manera, la Sentencia T-158 de 2023 desatendió los criterios que ha
tenido en cuenta la Corte para condenar en abstracto a las entidades que han
limitado el acceso a la práctica de la IVE 75. En lugar de evaluar esos
presupuestos, la Sala optó por guardar silencio.

b) Debido a que la Sentencia T-158 de 2023 le asignó al exhorto


contenido en el numeral segundo de la parte resolutiva un
74 Sentencia T-532 de 2014.
75 Sentencias T-301 de 2016, T-841 de 2011, T-946 de 2008 y T-209 de 2008.
46
Expediente T-8.857.733

significado y unos efectos que no tenía, terminó por reconocer a las


autoridades indígenas una competencia inexistente para interferir
en las decisiones de la accionante

169. Como ha quedado dicho, en el numeral segundo de la parte resolutiva de la


Sentencia C-055 de 2022 la Corte exhortó al Congreso de la República y al
Gobierno nacional, para que, sin perjuicio del cumplimiento inmediato de esta
sentencia y, en el menor tiempo posible, formularan e implementaran una
política pública integral –incluidas las medidas legislativas y administrativas que
se requieran, según el caso–, que evite los amplios márgenes de desprotección
para la dignidad y los derechos de las mujeres gestantes, y, a su vez, proteja el
bien jurídico de la vida en gestación sin afectar tales garantías, a partir del
condicionamiento contenido en el numeral primero de la resolución. Allí mismo
se describieron los principales componentes de la política.

170. Sin embargo, como se mencionó anteriormente, la Sentencia T-158 de 2023


le asignó a ese exhorto así como a su incumplimiento un alcance equivocado.
Esto terminó por hacerlo incompatible con los fundamentos y el alcance de la
Sentencia C-055 de 2022, e implicó que se emitieran órdenes que desconocen lo
dicho por la Sala Plena en esa sentencia de constitucionalidad. En particular
porque a través de la advertencia contenida en los numerales tercero y cuarto de
la parte resolutiva de la Sentencia T-158 de 2023 se termina por reconocer una
competencia inexistente a las autoridades indígenas. En efecto, en el primero de
ellos se previene a la

“Asociación Indígena del Cauca EPSI, al Cabildo Indígena […] y la


IPSI […], para que, en adelante, al tramitar las solicitudes de
interrupción voluntaria del embarazo (IVE) elevadas por las asociadas
a esa EPSI (i) valoren de manera completa, cierta y exhaustiva las
razones que justificarían su realización, en atención a las
particularidades de la situación, y (ii) de ser el caso, con el
consentimiento previo e informado de la solicitante, exploren
alternativas a la IVE dirigidas a garantizar la protección de la vida en
gestación como finalidad constitucional imperiosa y valor
trascendental para la armonía de los pueblos indígenas afiliados a la
AIC, sin afectar intensamente el derecho a la salud y los derechos
reproductivos de sus comuneras”.

171. A su vez en el numeral cuarto, al ordenar la adecuación de la Resolución 50


de 2020, se señala que allí debe preverse que la decisión de la autoridad
ancestral indígena deberá, entre otras cosas, “valorar y ponderar las razones que
expongan las comuneras indígenas para solicitar la IVE hasta la semana 24 de
gestación en ejercicio de su autonomía reproductiva, teniendo en cuenta los
deberes constitucionales de protección de la dignidad y los derechos de las
mujeres gestantes y, a su vez, de protección gradual e incremental del bien
jurídico de la vida en gestación, como se indicó en la Sentencia C-055 de 2022
(…)”.

172. Como bien lo reconoce la Sentencia C-055 de 2022, la libertad de


conciencia, en lo que respecta a la decisión de asumir la maternidad, “es un
asunto personalísimo, individual e intransferible que se corresponde con una
de las dimensiones de los derechos reproductivos, concretamente, la
autonomía reproductiva, respecto de la cual le está prohibido prima facie
47
Expediente T-8.857.733

intervenir al Estado y a los particulares haciendo uso de la coacción o de la


violencia”. Por consiguiente, este tipo de decisiones no podría trasladarse de
manera incondicionada a terceros, pues se trata de una cuestión íntima que se
relaciona con el sistema de valores de quien puede gestar76.

173. Este carácter personalísimo, individual e intransferible es, en principio,


compatible con las limitaciones que esta Corte ha reconocido a la autonomía de
las comunidades indígenas, pues este tipo de restricciones se han considerado
admisibles cuando “estén dirigidas a evitar la realización o consumación de
actos arbitrarios que lesionen gravemente la dignidad humana al afectar el
núcleo esencial de los derechos fundamentales de los miembros de la
comunidad”77.

174. Por esta razón, es posible constatar la transcendencia del desconocimiento


del debido proceso en el que incurrió la Sentencia T-158 de 2023, pues a partir
del alcance incorrecto que dio al exhorto formulado por la Corte en la Sentencia
C-055 de 2022, así como a su incumplimiento por parte del legislador, dedujo
que existía una competencia de las comunidades indígenas para interferir en la
decisión de la mujer acerca de su decisión de continuar o no su embarazo. La
providencia cuestionada imponía condiciones generales para el ejercicio de los
derechos fundamentales de la accionante, desconociendo por esa vía los efectos
de cosa juzgada de una sentencia de constitucionalidad.

175. La Sentencia T-158 de 2023 debe entonces ser anulada. Los errores
interpretativos respecto de lo decidido en la Sentencia C-055 de 2022 implicaron
un desconocimiento de la cosa juzgada. De no haberse presentado dicho
desconocimiento la decisión de la Corte hubiera sido diferente dado que (i)
declararía la existencia de un daño consumado por la violación de los derechos
de la accionante en atención a los obstáculos impuestos para la práctica de la
IVE, (ii) valoraría la eventual imposición de una condena en abstracto y (iii) se
abstendría de reconocer la competencia otorgada a las autoridades e
instituciones indígenas en los numerales 3º y 4º de la parte resolutiva de la
sentencia.

III. DECISIÓN

176. Con fundamento en las consideraciones precedentes, la Sala Plena de la


Corte Constitucional,

RESUELVE

Primero: DECLARAR la nulidad de la Sentencia T-158 de 2023, proferida


por la Sala Cuarta de Revisión de la Corte Constitucional. En consecuencia, la
Sala Plena deberá adoptar una nueva providencia que reemplace a la anterior.

Segundo: Por Secretaría General, LÍBRENSE las comunicaciones de que


trata el artículo 36 del Decreto 2591 de 1991.

Tercero: Contra esta providencia no procede recurso alguno.

Comuníquese y cúmplase,
76Sentencia C-055 de 2022.
77Sentencia SU-510 de 1998.
48
Expediente T-8.857.733

DIANA FAJARDO RIVERA


Presidenta

NATALIA ÁNGEL CABO


Magistrada

JUAN CARLOS CORTÉS GONZÁLEZ


Magistrado

JORGE ENRIQUE IBÁÑEZ NAJAR


Magistrado
Con salvamento de voto

ALEJANDRO LINARES CANTILLO


Magistrado

ANTONIO JOSÉ LIZARAZO OCAMPO


Magistrado
Con salvamento de voto

PAOLA ANDREA MENESES MOSQUERA


Magistrada
Con salvamento de voto

CRISTINA PARDO SCHLESINGER


Magistrada
Con salvamento de voto

JOSE FERNANDO REYES CUARTAS


Magistrado

49
Expediente T-8.857.733

ANDREA LILIANA ROMERO LOPEZ


Secretaria General

50
Expediente T-8.857.733

SALVAMENTO DE VOTO DEL MAGISTRADO


ANTONIO JOSÉ LIZARAZO OCAMPO
AL AUTO 2397/23

Referencia: expediente T-8.857.733

Con mi acostumbrado respeto por las decisiones de la mayoría, expreso a


continuación las razones de mi salvamento de voto en el presente asunto en el
que la Corte (1) anuló la Sentencia T-158 de 2023 con fundamento en una
falsa motivación, y con ello (2) desconoció el alcance de la decisión adoptada
en la Sentencia C-055 de 2022, como lo explico en seguida.

1. La mayoría de la Sala desconoció el alcance de la decisión adoptada en la


Sentencia C-055 de 2022. En el auto del que me aparto, la mayoría de la
Corte sostiene que la Sentencia T-158 de 2023 desconoció la cosa juzgada
constitucional derivada de la Sentencia C-055 de 2022 al incurrir en tres
supuestos graves defectos interpretativos: (i) concluir que la decisión adoptada
en la Sentencia C-055 de 2022 solo eliminó una prohibición jurídico-penal
respecto de la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) hasta la semana 24
de gestación; (ii) otorgar al exhorto que se le hizo al Congreso de la República
y al Gobierno nacional un significado incompatible con su texto y con el
contenido de esa sentencia de constitucionalidad, y (iii) otorgar al
incumplimiento del exhorto por parte del legislador un efecto que no tiene y
que es incompatible con su texto y contenido.

La sentencia anulada no incurrió en ninguno de los supuestos defectos


interpretativos que le atribuye la mayoría y, por el contrario, es el auto que
declaró la nulidad de la Sentencia T-158 de 2023 el que interpretó de manera
equivocada la decisión adoptada en la Sentencia C-055 de 2022.

En efecto, esa decisión extendió las razones que justificaron la


despenalización de la conducta de abortar antes de la semana 24 de gestación
a un escenario distinto a aquel en el que se enmarcó la decisión de
constitucionalidad. Dicho de otra manera, en el auto del que me aparto, la
mayoría de la Sala Plena desconoce que el contexto normativo en el que se
insertaba el artículo 122 del Código Penal antes de la Sentencia C-055 de
2022 era distinto al que surgió luego de dicha providencia.

La sentencia anulada se pronunció en el contexto normativo surgido luego de


la Sentencia C-055 de 2022, por lo que las razones que en dicha providencia
sirvieron de fundamento al examen de constitucionalidad, en abstracto, del
artículo 122 del Código Penal, no podían ni pueden trasladarse a la resolución
en concreto del caso estudiado ni de casos posteriores a la Sentencia C-055 de
2022, pues, se reitera, el contexto normativo es ahora diferente.

Aceptar lo contrario sería sostener que la decisión adoptada en la Sentencia C-


055 de 2022 no produce efecto alguno.

Cosa distinta es que, con ocasión de dicha despenalización, surjan nuevas


discusiones constitucionales, que deben ser abordadas bajo el nuevo contexto
51
Expediente T-8.857.733

normativo que surgió con ocasión de dicha sentencia de constitucionalidad.


Esa fue, justamente, la tarea que, de manera unánime, la Sala Cuarta de
Revisión llevó a cabo en la Sentencia T-158 de 2023, y que, como se precisa
en el segundo apartado de este salvamento de voto, fue evidentemente
desconocida por la mayoría de la Sala Plena, sin una razón válida ni
suficiente.

Ahora bien, con respecto a cada uno de los supuestos defectos interpretativos
que la mayoría de la Corte le atribuye a la sentencia anulada, cabe decir lo
siguiente:

En primer lugar, la Sentencia T-158 de 2023 no incurrió en error ni


contradicción alguna al considerar que los efectos de la decisión adoptada en
la Sentencia C-055 de 2022 se restringían al ámbito punitivo, pues,
ciertamente, recayeron sobre una norma de esa naturaleza, esto es, el artículo
122 del Código Penal. Aducir una razón contraria supone desconocer un
elemento básico y fundamental del control de constitucionalidad de las leyes.
Como lo advirtió la Corte en la Sentencia C-055 de 2022, la decisión que en
ella se adoptó “no constituye un juicio de valor sobre el aborto, pues lo que se
decide es acerca de la constitucionalidad de su penalización en el actual
contexto normativo, con fundamento en los cargos de inconstitucionalidad
formulados por las demandantes”.

El hecho de que la despenalización del aborto consentido hasta la semana 24


de gestación se hubiera fundamentado en razones de índole constitucional
relacionadas con los derechos fundamentales involucrados en la práctica de la
IVE, no implica que esa sentencia de constitucionalidad hubiera reconocido
un derecho a abortar hasta ese límite gestacional, como equivocadamente lo
infiere la mayoría en el auto del que me aparto. Sin duda, un lugar común en
la interpretación constitucional es entender que los derechos subjetivos, tanto
los fundamentales como los que no lo son, tienen facetas de abstención (o
negativas) y de prestación (o positivas), pero de esta circunstancia no se sigue
que todos ellos pertenezcan a la especie de los “fundamentales”, como
erróneamente lo interpreta la mayoría, al inferir, de estas circunstancias, que la
Sentencia C-055 de 2022 reconoció un derecho fundamental a la interrupción
del embarazo, ilimitado, en las primeras 24 semanas de gestación. Mucho
menos reconoció un derecho absoluto a la IVE. Por el contrario, la Corte
reiteró en la Sentencia C-055 de 2022 lo dicho en la Sentencia C-355 de 2006,
en el sentido de que “la vida del nasciturus es un bien protegido por el
ordenamiento constitucional y por lo tanto las decisiones que adopte la mujer
embarazada sobre la interrupción de la vida en gestación trascienden de la
esfera de su autonomía privada e interesan al Estado y al legislador”.

En otras palabras, del hecho de que la Sentencia C-055 de 2022 hubiera


valorado normas de derechos fundamentales sobre los cuales no pueden
existir, en principio, injerencias injustificadas y deben asegurarse
determinadas prestaciones, no se sigue el reconocimiento, en sede de control
abstracto de constitucionalidad, de un derecho autónomo y absoluto (el
supuesto derecho a la IVE hasta la semana 24 de gestación, inclusive) al que
también se adscriban esas garantías de abstención y de acción por parte del
Estado y de los particulares. Esto es así por la simple razón de que el control
abstracto de constitucionalidad, por esta especial condición, no valora las
circunstancias fácticas y concretas de una persona determinada, esto es, la
52
Expediente T-8.857.733

vulneración de un derecho fundamental específico, ya que tal competencia es


propia del control concreto, en sede de tutela.

De otra parte, el análisis abstracto de constitucionalidad que llevó a cabo la


Corte tampoco implica que la Sentencia C-055 de 2022 hubiera regulado la
prestación del procedimiento de IVE, como se sugiere en el auto objeto de este
salvamento de voto, no solo porque excedía el ámbito de competencia de la
Corte, sino porque su regulación supone la valoración de una multiplicidad de
factores, entre ellos, de carácter técnico y presupuestal, propios de las
competencias del legislador y de la administración. Esta fue la razón que
justificó el resolutivo segundo de la sentencia, por medio del cual se exhortó
“al Congreso de la República y al Gobierno nacional, para que, sin perjuicio
del cumplimiento inmediato de esta sentencia y, en el menor tiempo posible,
formulen e implementen una política pública integral –incluidas las medidas
legislativas y administrativas que se requieran, según el caso–, que evite los
amplios márgenes de desprotección para la dignidad y los derechos de las
mujeres gestantes, descritos en esta providencia y, a su vez, proteja el bien
jurídico de la vida en gestación sin afectar tales garantías, a partir del
condicionamiento de que trata el resolutivo anterior”.

La sentencia de constitucionalidad únicamente eliminó la sanción penal que


recaía sobre la conducta de abortar hasta la semana 24 de gestación, sin
determinar de qué manera y en qué condiciones se debe acceder al
procedimiento médico de interrupción del embarazo. Precisamente, con este
último fin, como se acaba de indicar, se realizó el exhorto al Congreso de la
República y al Gobierno nacional, a quienes les corresponde reglamentar la
materia, en el marco de la política pública que se les instó a adoptar.

Sobre el particular, es importante recordar que en la Sentencia C-055 de 2022,


la Corte reconoció la competencia del Legislador para señalar, como
componente de la política pública integral a la que lo exhortó, las condiciones
para la práctica del procedimiento de interrupción voluntaria del embarazo en
el marco de los servicios de salud reproductiva 78. Como se indicó en la
Sentencia C-355 de 2006, y lo reiteró en la C-055 de 2022:

“la vida del nasciturus es un bien constitucionalmente protegido y


por esa razón el legislador está obligado a adoptar medidas para su
protección […] se podría discutir si la naturaleza de estas medidas
de protección de la vida en gestación han de ser de carácter penal o
si serían más efectivas previsiones de otro tipo como políticas
sociales o de índole prestacional que aseguren la vida que está en
proceso de gestación mediante la garantía de cuidados médicos,
alimentación o de ingresos de la mujer embarazada. Al respecto
cabe anotar, que corresponde en primer lugar al legislador decidir

78 Al respecto, en el fj. 289 de la sentencia en cita se señala: “289. Por tanto, a pesar de pretender realizar una finalidad
constitucional imperiosa, como es la protección de la vida en gestación, la disposición demandada, como única medida,
afecta intensamente el derecho a la salud contemplado en el artículo 49 superior y los derechos reproductivos, cuyo
reconocimiento se encuentra en los artículos 42 y 16 de la Constitución, pese a existir medios alternativos que, en su
conjunto, resultarían más efectivos para proteger, respetar y garantizar aquella finalidad constitucional sin afectar
intensamente estos derechos, como sería la adopción de una política pública integral orientada a proteger la vida en
gestación por diversos medios que brinden verdaderas alternativas a la interrupción del embarazo, así como para la
realización de este procedimiento en el marco de los servicios de salud reproductiva, en las condiciones que señale el
legislador. Es decir, el Legislador, ante una realidad fáctica que afecta intensamente derechos fundamentales, cuenta con
otras alternativas jurídicas, distintas a la penal –sin excluirla en determinados casos, en ejercicio de su libertad de
configuración del ordenamiento, siempre que se trate de un ejercicio idóneo, necesario y proporcional–, menos lesivas
para esos derechos y que, por tanto, resulten proporcionales”.
53
Expediente T-8.857.733

entre el universo de medidas posibles aquellas más adecuadas para


proteger los bienes jurídicos de relevancia constitucional y su
decisión, en principio, sólo podrá ser objeto de control cuando
resulte manifiestamente desproporcionada o irrazonable”.

Así las cosas, sostener que los efectos de la Sentencia C-055 de 2022 son
estrictamente penales, de ninguna manera desconoce los derechos
fundamentales de los que son titulares las niñas, las mujeres y las personas
gestantes. Precisamente, para garantizar la protección de esos derechos, la
Corte decidió despenalizar el aborto consentido hasta la semana 24 de
gestación, con el argumento precisamente de que el legislador no había
ponderado esos derechos frente a la obligación constitucional de proteger la
vida del nasciturus.

Además, no es cierto que esa sentencia de constitucionalidad hubiera


reconocido expresamente un derecho a la IVE, ni siquiera un derecho a no
interferir en su práctica. Por el contrario, reconoció, como competencia del
legislador, la posibilidad de regular las condiciones de acceso a ese
procedimiento médico en cada una de las etapas del embarazo sin afectar la
dignidad y los derechos fundamentales de aquellas personas, entre otras, para
garantizar que, en la realidad, en la práctica, no se presentaran todas aquellas
restricciones que siguieron a la expedición de la Sentencia C-355 de 2006. Si
la intención de la Corte hubiera sido adoptar un régimen de acceso
completamente libre a la IVE hasta la semana 24 de gestación, el llamado a
que el Congreso de la República y el Gobierno nacional ejercieran su potestad
regulatoria sobre la materia no habría sido necesario, además de que habría
sido contrario a la obligación constitucional de proteger la vida en gestación.

(i) En segundo lugar, el significado y alcance que la Sentencia T-158 de


2023 le dio al exhorto dirigido al Congreso de la República y al Gobierno
nacional es el único que tiene, esto es, que, a partir del condicionamiento del
artículo 122 del Código Penal (es decir, del nuevo contexto normativo
generado por esa decisión de constitucionalidad) expidan una política pública
en materia de aborto, con dos objetivos concretos: evitar la desprotección de la
dignidad y los derechos de las gestantes y proteger el bien jurídico de la vida
en gestación.

Esto de ninguna manera implica que el legislador no pueda imponer límites a


la IVE. Todo lo contrario: la Corte reconoció esa potestad tanto en la
Sentencia C-055 de 2022 como en la Sentencia C-355 de 2006. En efecto, la
Corte precisó en la Sentencia C-055 de 2022, como fundamento de la decisión
de exequibilidad condicionada lo siguiente:

“289. Por tanto, a pesar de pretender realizar una finalidad


constitucional imperiosa, como es la protección de la vida en
gestación, la disposición demandada, como única medida, afecta
intensamente el derecho a la salud contemplado en el artículo 49
superior y los derechos reproductivos, cuyo reconocimiento se
encuentra en los artículos 42 y 16 de la Constitución, pese a existir
medios alternativos que, en su conjunto, resultarían más efectivos
para proteger, respetar y garantizar aquella finalidad constitucional
sin afectar intensamente estos derechos, como sería la adopción de
una política pública integral orientada a proteger la vida en
54
Expediente T-8.857.733

gestación por diversos medios que brinden verdaderas alternativas a


la interrupción del embarazo, así como para la realización de este
procedimiento en el marco de los servicios de salud reproductiva,
en las condiciones que señale el legislador. Es decir, el Legislador,
ante una realidad fáctica que afecta intensamente derechos
fundamentales, cuenta con otras alternativas jurídicas, distintas a la
penal –sin excluirla en determinados casos, en ejercicio de su
libertad de configuración del ordenamiento, siempre que se trate de
un ejercicio idóneo, necesario y proporcional–, menos lesivas para
esos derechos y que, por tanto, resulten proporcionales”.

En ese sentido, reconoció la competencia del legislador para adoptar una


regulación integral orientada a proteger de manera eficaz los bienes jurídicos
en tensión (dignidad y derechos de las gestantes, por un lado, y vida en
gestación, por el otro), pues, como se indicó, la declaratoria de exequibilidad
condicionada de la penalización del aborto consentido hecha en la Sentencia
C-055 de 2022 se adoptó teniendo en cuenta el contexto normativo en que se
insertaba el artículo 122 del Código Penal para ese momento. En efecto, en
dicha sentencia se advirtió que “La decisión de la Corte parte del supuesto de
la competencia del Legislador para adoptar una regulación integral orientada a
proteger de manera eficaz los bienes jurídicos en tensión, pues esta decisión se
adopta teniendo en cuenta el actual contexto normativo en que se inserta la
disposición demandada, el cual resultaría modificado por el Legislador al
adoptar la política integral a la que lo exhorta la Corte”.

Ahora, el hecho de que, mientras se expide esa regulación, los prestadores de


servicios de salud deban ponderar las razones para acceder a la IVE hasta la
semana 24 de gestación no significa, como lo entendió la mayoría de la Corte,
que no sea posible acudir efectivamente a ese procedimiento médico. Mucho
menos supone que las niñas, las mujeres y las personas gestantes deban acudir
a prácticas inseguras para interrumpir el embarazo.

Como lo indicó la propia Sentencia T-158 de 2023, ante la ausencia de


regulación no es posible concluir que la IVE esté prohibida. De manera que no
existen razones para tener que acudir a ese procedimiento de forma
clandestina dentro de las primeras 24 semanas de gestación, como lo sugiere
el auto del que me aparto. Por el contrario, tal como se señaló en la sentencia
anulada, existen razones constitucionales para acudir a su práctica, “con el
objeto de proteger la dignidad y los derechos fundamentales de las mujeres,
las niñas y las personas gestantes, sin que ello implique desconocer el deber
constitucional de proteger en forma gradual e incremental la vida en
gestación”.

Finalmente, carece de fundamento afirmar, como lo hizo la mayoría de la Sala


Plena, que el último numeral del exhorto advierte que la decisión de acudir a
la IVE antes de la semana 24 de gestación, “puede corresponder al exclusivo
‘deseo’ de la mujer”.

Ninguno de los numerales en los que se hace alusión al contenido mínimo de


la política pública que les corresponde expedir al Congreso de la República y
al Gobierno nacional señala algo semejante.

De hecho, el último numeral del exhorto indica textualmente que esa política
55
Expediente T-8.857.733

pública debe incluir “medidas que garanticen los derechos de los nacidos en
circunstancias de gestantes que desearon abortar”. Simplemente, se prevé la
protección de los niños que nazcan a pesar de que se hubiera deseado
interrumpir el embarazo, con independencia de las razones que, en un
principio, motivaron acudir a la IVE. Ahora, si bien cabe admitir que la
interrupción del embarazo a solicitud, esto es, por el “exclusivo deseo” de la
persona gestante, sea uno de los contenidos de política pública que se exhortó
expedir al legislador, de ello no se desprende que el legislador no pueda
señalar las condiciones para su práctica, entre ellas un límite temporal para
dicha decisión.

En suma, es claro que el legislador debe regular la IVE, en el nuevo contexto


de despenalización posterior a la Sentencia C-055 de 2022. Interpretar lo
contrario sería desconocer la necesidad del exhorto realizado por la Corte 79.

Esto no implica que los derechos fundamentales de las personas gestantes que
acuden a ese procedimiento médico queden totalmente en manos del
legislador. Tanto en las razones de la decisión adoptada en esa sentencia de
constitucionalidad como en el exhorto mismo, se trazó el límite que se debe
respetar, esto es, que las medidas que adopte el legislador para proteger el bien
jurídico de la vida en gestación sean idóneas, necesarias y proporcionales.
Esta ponderación, además, fue la que Sala Cuarta de Revisión realizó en
concreto en la Sentencia T-158 de 2023, con fundamento en la C-055 de 2022
en la que sobre el particular se dijo:

“[…] el Legislador, ante una realidad fáctica que afecta


intensamente derechos fundamentales, cuenta con otras alternativas
jurídicas, distintas a la penal –sin excluirla en determinados casos,
en ejercicio de su libertad de configuración del ordenamiento,
siempre que se trate de un ejercicio idóneo, necesario y
proporcional–, menos lesivas para esos derechos y que, por tanto,
resulten proporcionales”.

(ii) En tercer lugar, la Sentencia T-158 de 2023 no sostuvo en ninguno de


sus apartados que la Sentencia C-055 de 2022 hubiera habilitado a las
instituciones prestadoras de salud y a los médicos para definir cuándo es
posible acceder a la IVE. Cosa distinta es que, ante la falta de una política
pública que, en el nuevo contexto normativo, evite la desprotección de la
dignidad y los derechos de las gestantes y, a su vez, proteja la vida en
gestación sin afectar esas garantías, la sentencia anulada hubiera considerado
necesaria la valoración de dichas personas, como presupuesto para la solución
de la tensión planteada en el caso concreto entre los derechos de la accionante,
mujer indígena, y la autonomía de la comunidad indígena a la que pertenece,
ante la falta de regulación legal e incluso de la propia comunidad.

Es cierto que la Sentencia C-055 de 2022 quiso enfrentar los obstáculos


impuestos para acceder a la IVE en condiciones seguras, ampliamente
identificados en la jurisprudencia constitucional. Sin embargo, dichos
obstáculos obedecían a un contexto normativo distinto al examinado en la
Sentencia T-158 de 2023: el de la despenalización del aborto en las tres
79De hecho, el auto del cual me aparto, de manera amplia, en sus párrafos 102, 103 y 105 a 107, señala las razones que
valoró la Sala para justificar el exhorto contenido en el resolutivo segundo de la Sentencia C-055 de 2022. Este último,
resalto, fue uno de los tres elementos integrantes de la fórmula que sirvió de fundamento para adoptar la sentencia de
constitucionalidad, como se indica en el párrafo 101 del auto del cual me separo.
56
Expediente T-8.857.733

circunstancias excepcionales a las que se refirió la Sentencia C-355 de 2006 y,


al mismo tiempo, la tipificación del aborto consentido como delito por fuera
de dichas causales.

Estos fueron, precisamente, los obstáculos que la Corte quiso eliminar con la
despenalización del aborto consentido hasta la semana 24 de gestación.

Ahora, esto no significa que, a juicio de la Corte, la falta de protección de la


dignidad y los derechos de las niñas, las mujeres y las personas gestantes
dejara de ser una posibilidad, en el nuevo contexto normativo. De allí que la
política pública que se exhortó a expedir al Congreso de la República y al
Gobierno nacional tenga como uno de sus objetivos evitar dicha
desprotección.

Mientras eso no ocurra, es decir, mientras esa política pública no se expida,


nada obsta para que el juez constitucional adopte medidas dirigidas a evitar los
amplios márgenes de desprotección para la dignidad y los derechos de las
gestantes y, a su vez, proteger el bien jurídico de la vida en gestación, en los
casos concretos que sean sometidos a su consideración. Eso fue, justamente, lo
que la Sala Cuarta de Revisión hizo en la Sentencia T-158 de 2023, con lo que
de ninguna manera desconoció el precedente de la Sentencia C-055 de 2022.
Por el contrario, lo aplicó de manera válida y adecuada, circunstancia que de
manera evidente desconoció la mayoría de la Sala, sin razones válidas ni
suficientes, bajo supuestos propios de un juicio de valor sobre el aborto, pero
ajenos totalmente al marco constitucional de la decisión adoptada en la C-055
de 2022.

2. La Corte anuló la Sentencia T-158 de 2023 con fundamento en una falsa


motivación. La mayoría de la Corte sostuvo que la Sentencia T-158 de 2023
incurrió en una vulneración trascendental del derecho al debido proceso
porque se abstuvo de reconocer la vulneración de los derechos fundamentales
de la accionante y terminó por reconocerles a las autoridades indígenas una
competencia inexistente para interferir en sus decisiones.

Estas afirmaciones de la mayoría no solo faltan a la verdad, sino que revelan


un profundo desconocimiento de la sentencia que decidió anular, en particular,
de las circunstancias de hecho y las razones de derecho en las que se
fundamentó la decisión adoptada por la Sala Cuarta de Revisión. Por lo tanto,
el auto del que me aparto incurrió en una falsa motivación, como paso a
explicar.

(i) En primer lugar, cabe advertir que la sala de revisión no podía adoptar
medidas específicamente dirigidas a garantizar la protección de los derechos
de la accionante y, en consecuencia, acceder a su solicitud de IVE, porque en
el asunto examinado se configuró una carencia de objeto.

Lo anterior, pues, a pesar de que la sentencia de tutela de segunda instancia


dispuso amparar sus derechos y ordenó la práctica de la IVE, la accionante
decidió continuar con el embarazo y dar a luz a su hijo.

Precisamente, de lo descrito se deriva el primer error en el que incurrió la


mayoría: en el asunto examinado no se configuró un daño consumado, pues no
resultó imposible impartir una orden con el fin de retrotraer la situación que
57
Expediente T-8.857.733

generó la vulneración de derechos fundamentales que se pretendía evitar con


la solicitud tutela. Todo lo contrario: como se indicó, el juez de tutela de
segunda instancia amparó los derechos de la accionante y tomó medidas
encaminadas a que se practicara la IVE.

Lo anterior quiere decir que el daño ocasionado con la negativa de las


entidades accionadas a autorizar dicho procedimiento médico sí era reversible.

Cosa distinta es que, como la propia accionante lo afirmó, el tiempo que tardó
la resolución del asunto ante los jueces de tutela de instancia la hubiera
llevado a tomar la decisión de continuar con el embarazo, debido al estado de
avance que presentaba para la época en la que se ampararon sus derechos. Así
lo indicó explícitamente la tutelante, y lo resaltó la Sala Cuarta de Revisión en
la Sentencia T-158 de 2023: “tomé la decisión de no seguir con ello [se refiere
a practicarse el procedimiento de IVE, ordenado por el juez de segunda
instancia], ya que suponía para mí un tema más moral al ver lo desarrollado
que estaba mi embarazo […], además que al pasar tanto tiempo, al volverse un
hecho tan notorio mi embarazo, también debía cargar con la presión de mi
familia y de mi comunidad sobre el reproche que me harían al haber
interrumpido en esta etapa el embarazo […], pensar en todas estas cosas, con
la carga emocional que supone, me llevaron a tener que asumir el embarazo y
convertirme en mamá” (fundamento jurídico n.º 53). Esta fue la razón por la
cual la Sala adoptó el resolutivo quinto de la providencia, en el que llamó “la
atención a los jueces de tutela para que, en casos como el presente, tramiten y
adopten las decisiones que tengan a su cargo en el menor tiempo posible y,
siempre, dentro de los términos legalmente previstos para ello por el artículo
32 del Decreto 2591 de 1991, en atención a la urgencia de protección asociada
a este tipo de asuntos”.

Así, en la medida en que la continuación del embarazo obedeció a la decisión


de la accionante, pese a contar con una orden judicial que la protegía y
autorizaba la IVE, la carencia de objeto identificada en sede de revisión no
podía corresponder a un daño consumado derivado de la actuación de las
autoridades indígenas accionadas, sino a un hecho que sobrevino durante el
trámite de la acción constitucional, en virtud del cual la accionante perdió su
interés en el resultado de la litis.

Ahora bien, lo expuesto revela que la decisión de la mayoría, al menos en lo


que a este punto respecta, no buscó acreditar una vulneración del derecho al
debido proceso, sino revivir una controversia jurídica surtida y resuelta en
sede de revisión, lo que escapa completamente al control que le corresponde
ejercer a la Corte en materia de nulidad de sus providencias.

(ii) En segundo lugar, es totalmente falso que la Sentencia T-158 de 2023


hubiera desconocido que la solicitud de IVE de la accionante no podía
obstaculizarse indebidamente y, en consecuencia, se hubiera abstenido de
reconocer la vulneración de los derechos fundamentales de la accionante.

Nada más contrario a la evidencia y apartado de la realidad.

Pese a que se constató la configuración de una carencia actual de objeto por


una situación sobreviniente, la Sala Cuarta de Revisión consideró necesario
emitir un pronunciamiento de fondo, con el fin de “corregir las decisiones
58
Expediente T-8.857.733

judiciales de instancia y fijar el alcance de los derechos fundamentales


vulnerados o amenazados, independientemente de que resulte procedente o
no adoptar medidas de protección” (negrillas por fuera del texto original).

En atención a esto, y tras evidenciar que en el asunto examinado existía una


tensión entre los derechos a la salud y reproductivos de la mujer y a la
autodeterminación de las comunidades indígenas, la sala de revisión concluyó
que la decisión de negar la realización del procedimiento de IVE sin valorar y
ponderar las específicas razones alegadas por la accionante afectó de manera
desproporcionada sus derechos fundamentales, en particular, el ejercicio de
“su autonomía reproductiva, como componente de sus derechos reproductivos,
que se corresponde con su derecho a la libertad de conciencia, garantías que
están estrechamente ligadas al principio de dignidad humana”.

Tal como se indicó en el fundamento jurídico n.º 107 de la sentencia anulada,


“(i) el hecho de que la decisión final sobre la práctica de la IVE recaiga
únicamente en la autoridad indígena de la comunidad a la que pertenece la
solicitante, (ii) que la citada autoridad prohíba la práctica de este
procedimiento de manera categórica, y (iii) que exista una prohibición tácita
para valorar y ponderar, en concreto, las razones que se alegan por la persona
gestante que solicita el procedimiento son razones que interfieren de manera
desproporcionada en el ejercicio de la autonomía reproductiva de las
comuneras indígenas”. Precisamente, por esa razón, la Sala Cuarta de
Revisión advirtió lo siguiente:

“109. La Sala advierte que este mandato de las autoridades


ancestrales de los pueblos afiliados a la AIC, dirigido a impedir el
aborto voluntario en sus comunidades, desconoce: (i) que la
autonomía de los pueblos indígenas para regirse por sus propias
normas, usos y costumbres se ejerce en el marco de un Estado
Social y Democrático de Derecho, en el que existen otras garantías
fundamentales que el Estado y los particulares, incluidas las
comunidades indígenas, deben respetar y cumplir; (ii) el
componente básico de la IVE, constituido por las tres circunstancias
excepcionales reconocidas en la Sentencia C-355 de 2006 para
llevar a cabo ese procedimiento, y (iii) las distintas razones que
válidamente pueden exponer las comuneras indígenas para solicitar
la realización del procedimiento de IVE hasta la semana 24 de
gestación, en ejercicio de su autonomía reproductiva y con pleno
conocimiento de su estado, del avance de su proceso gestacional y
del deber de protección gradual e incremental de la vida en
gestación. De manera que, al aplicarse a casos concretos, dicho
mandato de la comunidad indígena interfiere de manera
desproporcionada en el ejercicio de los derechos de sus comuneras,
por cuanto no pondera la finalidad constitucional de evitar “los
amplios márgenes de desprotección para la dignidad y los derechos
de las mujeres gestantes” con el deber constitucional de proteger en
forma gradual e incremental el bien jurídico de la vida en
gestación, conforme a las consideraciones y fundamentos de la
Sentencia C-055 de 2022”.

Tal como se indicó en la sentencia anulada, “eso fue, precisamente lo


que ocurrió en el asunto bajo examen”. En consecuencia, se insiste, es
59
Expediente T-8.857.733

falso sostener que la Sentencia T-158 de 2023 no reconoció la


vulneración de los derechos fundamentales de la accionante causada por
la imposición de obstáculos para acceder a la IVE por parte de las
autoridades indígenas.

(iii) En tercer lugar, tampoco es cierto que la sentencia anulada les


hubiera reconocido a las autoridades indígenas una competencia
inexistente. Esta afirmación ignora que la Constitución Política les
reconoce a los pueblos indígenas la titularidad de derechos dirigidos a
asegurar su supervivencia como grupo social y la permanencia de su
cultura. Esto implica reconocerles su capacidad para darse su propia
organización social, económica y política, lo que incluye su derecho a
decidir sobre los asuntos culturales, espirituales, políticos y jurídicos de
la comunidad, de conformidad con sus referentes culturales y su
cosmovisión, como de manera reiterada lo ha sostenido la jurisprudencia
constitucional.

Precisamente, con el fin de resolver la fuerte tensión que existía en el


caso concreto entre, de un lado, la autonomía de un pueblo indígena para
regir la vida de su comunidad y de sus miembros por sus propias normas,
usos y costumbres y, de otro lado, los derechos a la salud y reproductivos
de una mujer perteneciente a una comunidad indígena, la sala de revisión
aplicó los criterios de interpretación que, sobre el particular, ha
desarrollado la jurisprudencia constitucional. En consecuencia, ponderó
los derechos en conflicto, teniendo en cuenta el principio
de maximización de la autonomía de las comunidades indígenas y los
límites o restricciones aplicables a esta.

Dicha ponderación tuvo en cuenta, además, el alcance de la Sentencia C-


055 de 2022 sobre una situación concreta en la que se solicitó la IVE
antes de la semana 24 de gestación. De allí que, en línea con lo indicado
en esa sentencia de constitucionalidad, se hubieran adoptado medidas
específicamente dirigidas a las autoridades indígenas (en particular a la
EPS indígena accionada), para que, en adelante, la regulación interna
referida a las solicitudes de IVE evitara la desprotección de la dignidad y
los derechos de las gestantes y, al mismo tiempo, protegiera el bien
jurídico de la vida en gestación, como finalidad constitucional imperiosa
y valor trascendental para la armonía de los pueblos indígenas, sin
afectar intensamente el derecho a la salud y los derechos reproductivos
de las comuneras.

Así las cosas, es incomprensible por qué, para la mayoría de la Corte, el


hecho de que en la sentencia anulada se hubiera hecho un ejercicio de
ponderación entre la autonomía indígena y los derechos de las mujeres
indígenas que solicitan la IVE constituye una vulneración del derecho al
debido proceso. Sobre todo cuando la sentencia anulada no afirmaba una
prelación de la jurisdicción indígena ni una sujeción general de la mujer
indígena a lo dispuesto por su resguardo o comunidad.

Tomarse en serio el principio constitucional de la diversidad y el derecho


a la autonomía indígena implica que no es posible imponer, como
termina haciéndolo la mayoría de la Corte, la cosmovisión de la cultura
mayoritaria a las minorías étnicas.
60
Expediente T-8.857.733

El mandato de respeto por la diversidad implica reconocer, como lo ha


hecho nuestra jurisprudencia, que bajo nuestra Constitución caben
visiones y formas de vida colectivistas en las que no sólo la propiedad,
sino también otro tipo de decisiones, como algunas personales o de
gobierno propio, se tramiten mediante procesos colectivos, ancestrales y
comunitarios, como ocurre en general en los pueblos étnicos.

La decisión de la mayoría, sin embargo, abre el camino para que la


concepción individualista occidental, que hasta ahora se había podido
mantener al margen en los pueblos indígenas, se imponga en casos de
solicitud de IVE.

Ahora bien, otra cosa es que la autonomía indígena no pueda llegar hasta
la afectación de los derechos fundamentales de las mujeres indígenas.
Sin embargo, como se evidenció, ese límite fue reconocido en la
sentencia anulada, razón por la que, para resolver la tensión frente a los
derechos a la salud sexual y reproductiva de las mujeres indígenas,
desarrolló un razonable esfuerzo de ponderación constitucional, tal y
como exige nuestro ordenamiento. Por ello, la Sentencia T-158 de 2023
no permitía que el colectivismo dominara el fuero individual de las
mujeres, pues reconocía la necesidad de proteger simultáneamente,
mediante un ejercicio de ponderación, la diversidad y los derechos
fundamentales de las indígenas, concretamente, su autonomía
reproductiva.

La decisión de la mayoría, sin embargo, desconoce esa tensión y parte de


un supuesto derecho fundamental al aborto, con lo cual no sólo
malinterpreta la Sentencia C-055 de 2022, que dejó claro que la IVE es
una prestación de salud relacionada con los derechos, esos sí
fundamentales, a la salud y autonomía de las mujeres, sino que lo
convierte, en la práctica, en un derecho absoluto que no puede ser
ponderado frente a otros. Nada más alejado del reconocimiento pacífico,
reiterado y acertado de la relatividad de los derechos, de todos los
derechos, fundamento sustantivo específico de la Sentencia C-055 de
2022. ¿Es acaso procedente modificar el alcance de una sentencia de
constitucionalidad a través de un auto de nulidad de una sentencia de
sala de revisión? La decisión mayoritaria no sólo anuló la Sentencia T-
158 de 2023, sino que parece anular también tanto la autonomía indígena
como la libertad de configuración del legislador, desconociendo de esa
manera la Sentencia C-055 de 2022.

ANTONIO JOSÉ LIZARAZO OCAMPO


Magistrado

61
Expediente T-8.857.733

SALVAMENTO DE VOTO DE LA MAGISTRADA


PAOLA ANDREA MENESES MOSQUERA
AL AUTO 2397 DE 2023

Referencia: Expediente T-8.857.733

Solicitud de nulidad de la Sentencia T-158


de 2023

Acción de tutela presentada por Luz


Adriana Muñoz Sánchez en contra de la
EPS Asociación Indígena del Cauca, el
Cabildo Indígena Polindara y la IPS-I
Totoguampa

Magistrado ponente:
JOSÉ FERNANDO REYES CUARTAS

Con el acostumbrado respeto por las decisiones de la Corte, a continuación


presento las razones por las que me aparto de la decisión de la Sala Plena
sobre la nulidad de la Sentencia T-158 de 2023, adoptada en el Auto 2397 de
2023.

1. En la Sentencia T-158 de 2023, la Sala Cuarta de Revisión estudió la acción


de tutela presentada por una mujer indígena, quien había solicitado ante las
autoridades de su comunidad la interrupción voluntaria del embarazo (IVE).
La Sala de Revisión encontró configurada la carencia actual de objeto por
hecho sobreviniente debido a que, en el trámite surtido ante esta corporación,
la accionante manifestó su intención de continuar con su embarazo. A pesar de
tal determinación, la sentencia estudió de fondo el caso concreto y concluyó
que la negativa de las autoridades indígenas accionadas para llevar a cabo la
IVE afectó de manera desproporcionada la autonomía reproductiva de la
demandante y vulneró el derecho a la libertad de conciencia, garantías que
están estrechamente ligadas al principio de dignidad humana 80.

2. Para llegar a esta conclusión, la Sala de Revisión indicó que, en este asunto,
existía una tensión entre el derecho a la autonomía de las comunidades
indígenas y los derechos sexuales y reproductivos de una de las mujeres que
conforman una de estas comunidades. Por lo tanto, señaló que, en estos
eventos, las autoridades indígenas deben tener en cuenta los siguientes
aspectos: (i) que aquellas ejercen sus derechos en el marco del Estado social y
democrático de derecho, en el que confluyen otras garantías iusfundamentales
que deben respetar y cumplir; (ii) que deben respetar el componente básico de
la IVE, constituido por las tres circunstancias excepcionales reconocidas en la
Sentencia C-355 de 2006 para llevar a cabo este procedimiento; y (iii) que han
de valorar y ponderar las distintas razones que válidamente pueden exponer
las mujeres indígenas para solicitar la realización de la IVE hasta la semana 24
de gestación, en ejercicio de su autonomía reproductiva. En el caso de la
referencia, afirmó que las circunstancias particulares de la accionante,
sumadas a la etapa temprana de su proceso de gestación al momento de
solicitar la IVE (10,6 semanas), constituían argumentos razonables para
80 Fundamento jurídico 119.
62
Expediente T-8.857.733

solicitar este procedimiento.

3. Por lo anterior, la Sala Cuarta de Revisión previno a la autoridad indígena


accionada para que, al tramitar las solicitudes de IVE valorara de manera
completa, cierta y exhaustiva las razones que justificarían su realización, en
atención a las particularidades de cada situación. Además, requirió que, de ser
el caso, con el consentimiento previo e informado de la solicitante, explorara
alternativas a la IVE, dirigidas a garantizar la protección de la vida en
gestación como finalidad constitucional imperiosa y valor trascendental, sin
afectar intensamente el derecho a la salud y los derechos reproductivos de sus
comuneras. Al mismo tiempo, advirtió a la demandada que no era posible
desconocer el componente básico de la IVE, constituido por las tres
circunstancias excepcionales previstas por la Sentencia C-355 de 2006. Por
ende, dispuso que la autoridad indígena «deberá valorar y ponderar las razones
que expongan las comuneras indígenas para solicitar la IVE hasta la semana
24 de gestación en ejercicio de su autonomía reproductiva, teniendo en cuenta
los deberes constitucionales de protección de la dignidad y los derechos de las
mujeres gestantes y, a su vez, de protección gradual e incremental del bien
jurídico de la vida en gestación, como se indicó en la Sentencia C-055 de
2022». La Sala de Revisión adoptó estos remedios, tras concluir que
constituían el mejor modo de ponderar los principios y derechos
constitucionales que se encontraban en tensión.

4. En el Auto 2397 de 2023, la mayoría de la Sala Plena decidió declarar la


nulidad de la Sentencia T-158 de 2023, como consecuencia de la solicitud
presentada por la accionante y el Ministerio de Salud y Protección Social. La
Sala concluyó que la referida sentencia incurrió en tres defectos interpretativos
que evidenciarían el desconocimiento de la cosa juzgada derivada de la
Sentencia C-055 de 2022, a saber: (i) concluyó que la decisión del año 2022
solo implicaba la eliminación de una prohibición penal respecto de la IVE
antes de la semana 24; (ii) confirió al exhorto contenido en la referida
sentencia de constitucionalidad un significado incompatible con su texto y con
el contenido de dicha providencia; y (iii) otorgó al incumplimiento del
Legislador respecto del exhorto contenido en la Sentencia C-055 de 2022 un
efecto que no tiene. Por lo anterior, concluyó que existía un error grave y
trascendente que incidió en las razones de la decisión de la Sentencia T-158 de
2023, así como en las órdenes contenidas en la parte resolutiva. Esto último,
porque de no haber desconocido la sentencia de constitucionalidad, la
sentencia anulada habría adoptado decisiones distintas81.

5. Considero que las decisiones dictadas en la Sentencia T-158 de 2023 no


desconocieron la cosa juzgada constitucional derivada de la Sentencia C-055
de 2022 ni estuvieron fundamentadas en un error grave o trascendental que
haya vulnerado el derecho fundamental al debido proceso de la accionante. A
mi juicio, las órdenes de la sentencia cuestionada estuvieron fundamentadas
en las pruebas recaudadas, así como en una ponderación razonable y
proporcionada entre los derechos sexuales y reproductivos de la accionante y
la autonomía y diversidad étnica y cultural. Además, advierto que la Sentencia
C-055 de 2022 no abordó la tensión entre los referidos principios
81 Para la mayoría de la Sala Plena, la sentencia anulada debió haber adoptado las
siguientes determinaciones: (i) declarado la carencia actual de objeto por daño consumado;
(ii) valorado la eventual imposición de una condena en abstracto y (iii) omitido exhortar a
las autoridades indígenas.
63
Expediente T-8.857.733

constitucionales. Habida cuenta de lo anterior, no era posible anular la


Sentencia T-158 de 2023 a partir de un presunto desconocimiento de la cosa
juzgada constitucional derivada de la referida sentencia de constitucionalidad,
puesto que se trataba de decisiones sobre asuntos que, aunque relacionados,
son distintos. A continuación, explicaré las razones que sustentan mi postura.

1. La Sentencia T-158 de 2023 no desconoció el precedente fijado en la


Sentencia C-055 de 2022

6. A diferencia de lo que resolvió la Sala Plena en el Auto 2397 de 2023,


considero que, si bien la Sentencia C-055 de 2022 constituye una decisión
pertinente para fundamentar la resolución del caso concreto estudiado en el
fallo T-158 de 2023, su aplicación exigía un análisis diferenciado que tuviera
en cuenta un enfoque étnico y cultural. Lo anterior, en la medida en que el
asunto de la referencia involucraba la tensión constitucional entre los derechos
sexuales y reproductivos de la accionante y el principio de autonomía indígena
de la comunidad a la que pertenecía la actora. Tal tensión exigía, entonces, un
análisis especial y diferenciado, distinto al que empleó la Corte en la
Sentencia C-055 de 2022.

7. En la Sentencia C-055 de 2022, la Sala Plena analizó, en sede de control


abstracto de constitucionalidad, la conducta penal de aborto prevista por el
artículo 122 de la Ley 599 de 2000. Al respecto, concluyó que «solo será
punible cuando se realice después de la vigésimo cuarta (24) semana de
gestación y, en todo caso, este límite temporal no será aplicable a los tres
supuestos en los que la Sentencia C-355 de 2006 dispuso que no se incurre en
delito de aborto». En mi criterio, de esta decisión no es posible concluir que la
Corte haya reconocido un derecho fundamental autónomo a la IVE, habida
cuenta de que ese asunto en particular no era el objeto de decisión, pues,
insisto, la materia analizada en esa oportunidad fue la constitucionalidad de la
penalización de la conducta de aborto en los supuestos distintos a los
decididos en la Sentencia C-355 de 2006.

8. Por lo tanto, considero que esa sentencia habría sido desconocida


solamente si la decisión adoptada hubiera contrariado los efectos respecto de
la despenalización del tipo penal. Además, en dicha providencia, la Sala Plena
no abordó las tensiones entre la autonomía indígena y los derechos sexuales y
reproductivos. Dadas las particularidades del caso objeto de análisis por la
Sentencia T-158 de 2023, considero que la Sala Cuarta de Revisión no
desconoció la cosa juzgada constitucional y, en esa medida, el derecho
fundamental al debido proceso de la accionante.

9. Habida cuenta de la referida tensión constitucional, la Sentencia T-158 de


2023 dio algunas órdenes a las autoridades indígenas para armonizar los
principios y derechos constitucionales en colisión, en los términos expuestos
en los párrafos 2 y 3. A mi modo de ver, estos remedios optimizan en mejor
medida los principios constitucionales en tensión, porque permiten el diálogo
interno e intercultural entre las comunidades étnicamente diferenciadas y la
sociedad mayoritaria, que enriquece a la sociedad colombiana en su conjunto.
Se trata de materializar el simple reconocimiento de la diversidad cultural en
abstracto, y no de imponer la cosmovisión de la cultura mayoritaria a las
minorías étnicas, como lo entendió la Sala Plena. El artículo 7° de la
Constitución reconoce de modo expreso el reconocimiento estatal de la
64
Expediente T-8.857.733

diversidad étnica y cultural de la Nación e indica la necesidad de proteger y


garantizar dicho principio. Por su parte, la jurisprudencia ha señalado que la
identidad acogida por la Constitución es pluralista, por lo que no exige ni
presupone coincidencias u homogeneidad. La Constitución ofrece un espacio
para la convivencia de distintos puntos de vista y de diferentes matices y
cosmovisiones82.

10. Reconozco que las costumbres indígenas deben ser compatibles con los
derechos fundamentales definidos en el sistema jurídico nacional 83. Esto
significa que la pertenencia a una comunidad indígena no puede generar un
ámbito acotado de eficacia de los derechos fundamentales de las mujeres, ni
menos la posibilidad de que las autoridades tradicionales establezcan, de
manera unilateral, limitaciones a esos derechos y que no respondan a las
necesidades propias de la permanencia de la identidad diferenciada de la
comunidad84. El análisis ponderado de tales circunstancias llevó a que, como
lo mencioné, la Sala Cuarta de Revisión dictara órdenes adicionales a las
autoridades indígenas, con la finalidad de que continuaran con los diálogos
internos e interculturales en materia de derechos sexuales y reproductivos.

11. Debido al desconocimiento de la tensión constitucional que exigía el


análisis del caso concreto, así como de la lectura de la Sentencia C-055 de
2022, la Sala Plena convirtió, en la práctica, la IVE en un derecho
fundamental absoluto, el cual no puede ser ponderado frente a otros. Como lo
manifesté en mi aclaración de voto a la Sentencia T-158 de 2023, considero
que la Sala Cuarta acertó al concluir que no existe un derecho fundamental
autónomo a la IVE, precisamente porque la jurisprudencia constitucional no
ha considerado la obligatoriedad para el Estado de suministrar ese
procedimiento en casos diferentes a las circunstancias excepcionales
identificadas en la Sentencia C-355 de 2006, asunto que no fue variado por la
decisión C-055 de 2022. Por lo demás, insisto en que, en estos casos, el
diálogo plural es la vía adecuada para lograr la armonización entre el derecho
propio, las prácticas culturales diferenciadas y los derechos sexuales y
reproductivos de las mujeres. No obstante, la mayoría de la Sala Plena
desconoció el razonable esfuerzo de ponderación constitucional que empleó la
sentencia anulada.

2. La declaratoria de la carencia actual de objeto por hecho


sobreviniente no configuró un error grave ni trascendente que
afectara el derecho al debido proceso

12. Considero desacertadas las conclusiones a las que arribó la mayoría de la


Sala Plena en el Auto 2397 de 2023, según las cuales en la Sentencia T-158 de
2023, la Sala Cuarta de Revisión debió declarar la carencia actual de objeto
por daño consumado al valorar e imponer «medidas de reparación frente a las
entidades involucradas en el procedimiento». Primero, porque en sede de
82 Corte Constitucional. Sentencia T-1105 de 2008.
83 El artículo 8.2 del Convenio 169 de la OIT establece que: «2. Dichos pueblos deberán
tener el derecho de conservar sus costumbres e instituciones propias, siempre que éstas no
sean incompatibles con los derechos fundamentales definidos por el sistema jurídico
nacional ni con los derechos humanos internacionalmente reconocidos. Siempre que sea
necesario, deberán establecerse procedimientos para solucionar los conflictos que puedan
surgir en la aplicación de este principio».
84 Aclaración de voto del magistrado Hernán Correa Cardozo (e) a la Sentencia T-430 de
2022.
65
Expediente T-8.857.733

revisión la accionante manifestó su voluntad de continuar con su embarazo. A


partir de esta información, la Sala concluyó que para el momento de dictar la
sentencia, era inane dictar una orden que protegiera los derechos
fundamentales, en los términos pretendidos por la demandante.

13. Segundo, debido a que la declaratoria de la carencia actual de objeto por


hecho sobreviniente no tuvo repercusiones sustanciales y directas en la
decisión adoptada o en sus efectos85. La aplicación de la figura del hecho
sobreviniente o del daño consumado, como subcategorías de la carencia actual
de objeto, conducen igualmente a la imposibilidad de proteger, al momento de
dictar sentencia, las garantías fundamentales pretendidas por la accionante
como lo encontró la Sala Cuarta de Revisión. En esa medida, la declaratoria
de carencia actual de objeto por hecho sobreviniente no configuró un error
grave ni trascendente86 que afectara el derecho al debido proceso de la actora.
Tercero, la conclusión de la Sala Plena, según la cual la Sala Cuarta debió
considerar medidas de reparación respecto de las autoridades involucradas,
como lo ha hecho en algunas ocasiones la jurisprudencia constitucional 87, no
da cuenta de un error ostensible, significativo o trascendental de la decisión a
la que arribó la Sala Cuarta de Revisión.

14. En tal sentido, encuentro que los argumentos expuestos en el Auto 2397 de
2023 en relación con este punto, tienen como fundamento la corrección
jurídica de la decisión, en la medida en que parten de lo que, a juicio de la
mayoría de la Sala Plena, debió adoptarse en la decisión judicial que resolvió
el asunto de la referencia. Al respecto, considero pertinente reiterar que «le
está vedado a la Sala Plena entrar a establecer, por vía del incidente de
nulidad, como si se tratase de una segunda instancia, si una determinada sala
de revisión acertó al momento de deducir un determinado postulado
interpretativo del texto constitucional porque estaría violando el principio de
autonomía judicial»88.

15. En este asunto, la mayoría de la Sala Plena no demostró una afectación


grave al debido proceso que conduzca a invalidar lo actuado por la Sala
Cuarta de Revisión, sino apenas una disconformidad de criterio que, en modo
alguno, puede servir de base para concluir un asunto particularmente grave y
trascendente, como es la vulneración del derecho al debido proceso por parte
de una sentencia de la Corte. A mi modo de ver, este tipo de razonamientos
desnaturaliza el incidente de nulidad, ya que su objeto se limita a determinar si
en el trámite del proceso o en la sentencia misma ocurrieron violaciones al
referido derecho89.

16. En consecuencia, la Sala incurrió en una indebida flexibilización de los


supuestos para declarar la nulidad de las sentencias de la Corte, lo cual genera
importantes riesgos respecto del valor de la cosa juzgada y la preservación de
la seguridad jurídica, representada en el respeto y la estabilidad del precedente
85 Corte Constitucional, autos 034 de 2013, 813 de 2021 y 530 de 2022.
86 Corte Constitucional, autos 031A de 2002, 360 de 2006, 217 de 2018, 067 de 2019, 096
de 2019, 552 de 2021, 955 de 2021 y 1068 de 2021, 225 de 2021, 126 de 2022, 530 de
2022, entre otros.
87 El Auto 2397 de 2023 citó a las Sentencias T-209 de 2008 y T-301 de 2016, en las
cuales, la Corte condenó en abstracto a la EPS e IPS involucrada en los asuntos analizados
en aquella oportunidad.
88 Auto 149 de 2008.
89 Cfr. Corte Constitucional. Auto 021 de 1998.
66
Expediente T-8.857.733

constitucional sobre la procedencia excepcional de la nulidad contra los fallos


que adopta esta corporación.

3. Razones por las que me aparté de la Sentencia C-055 de 2022

17. Por lo demás, como la providencia de la que me aparto está fundada en lo


decidido en la Sentencia C-055 de 2022, encuentro necesario reiterar la
posición que expuse en el salvamento de voto a dicha providencia judicial. En
concreto, reiteraré el análisis relativo a los siguientes puntos: (i) la
aproximación al cargo por violación de los principios constitucionales sobre
los fines de la pena; (ii) los límites a la IVE establecidos en la Sentencia C-
355 de 2006, a la luz de los derechos a la salud y a la libertad de conciencia
y (iii) la ausencia de cambios sociales y normativos que justifiquen el
argumento de modificación en el significado material de la Constitución.

18. Considero relevante resaltar que en el salvamento en comento, me aparté


de las consideraciones que la mayoría de la Sala Plena expuso respecto del
cargo por violación de los principios constitucionales sobre los fines de la
pena y de los estándares constitucionales mínimos de la política criminal. Al
respecto, conviene anotar que dicho análisis es muy similar al que esta
corporación hizo en la Sentencia C-355 de 2006. En aquella oportunidad, esta
corporación también «hizo una exposición acerca de la proporcionalidad y [la]
razonabilidad como límites a la libertad de configuración del Legislador en
materia penal». Al respecto, concluyó que «la penalización del aborto en todas
las circunstancias implica la completa preeminencia de […] la vida
del nasciturus, y el consiguiente sacrificio absoluto de los derechos
fundamentales de la mujer embarazada».

19. Reitero que a mi juicio, la Sala Plena debía estarse a lo resuelto en la


Sentencia C-355 de 2006 respecto de los cargos sobre violación a los derechos
a la salud y a la libertad de conciencia. En dicha providencia, la Corte expuso
que «los únicos eventos en los que era razonable permitir el aborto para
garantizar, entre otros, el derecho a la salud de las mujeres gestantes, era en
los tres eventos establecidos en las causales descritas». Esto, atendiendo entre
otras, las «obligaciones en cabeza del Estado en relación con el derecho a la
salud». Además, la Corte ya había abordado el análisis sobre la libertad de
conciencia a la luz de los «derechos a la libertad, a la autonomía, al libre
desarrollo de la personalidad y a la intimidad». Específicamente, analizó «si la
penalización del aborto afecta la facultad de la mujer gestante de decidir, de
acuerdo con su propio criterio, si ello está bien o mal». Por ende, en mi
criterio, la Sala Plena se encontraba llamada a declarar la configuración del
fenómeno de la cosa juzgada respecto de la Sentencia C-355 de 2006, pues los
cargos que dieron lugar a la expedición de la Sentencia C-055 de 2022 ya
habían sido analizados.

20. Por otra parte, encuentro necesario reiterar que en el fallo C-055 de 2022,
«no se evidencia[ba] una modificación en el significado material de la
Constitución Política que [hubiera] transformado los presupuestos que
sirvieron de sustento para declarar la exequibilidad condicionada del artículo
122 del Código Penal en la Sentencia C-355 de 2006». En particular, es
preciso insistir en que no era «posible extraer que en el país ahora existe una
forma diferente de concebir los derechos de las mujeres en relación con el
derecho o no al aborto» a partir de sentencias de tutela que han sido dictadas
67
Expediente T-8.857.733

en casos concretos, como es el caso de las sentencias T-760 de 2008 y T-361


de 2014, citadas por la Sala Plena. Con todo, este análisis se circunscribió, en
su momento, al «contexto de las tres causales previstas en la sentencia C-355
de 2006, no en un contexto más amplio». En tales términos, reafirmo que las
sentencias dictadas en Salas de Revisión no configuran, per se, un indicador
de cambio social que pueda ser entendido como cambio en el significado
material de la Constitución.

21. Asimismo, conviene recordar que «el contexto normativo vigente de 2006
y de 2022 e[ra] el mismo o muy similar», por lo que no era posible hablar de
un cambio de significado material de la Constitución. De un lado, es cierto
que en 2006 la Corte fundamentó su decisión en diversas normas de derecho
internacional, tal como lo hizo la Sala Plena en 2022. No obstante, advierto
que las normas de derecho blando, tales como la Observación General n.º 14
del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, «no pueden
representar per se un cambio en el parámetro de control de
constitucionalidad». Lo anterior, por cuanto «no son vinculantes de
conformidad con el inciso segundo del artículo 93 de la Constitución
Política».

22. Por último, encuentro necesario recalcar que tampoco era cierto que la
expedición de las leyes 1751 de 2015 y 1257 de 2008 hubiera dado lugar a un
cambio en el contexto normativo en el que se inserta el artículo 122 del
Código Penal. Esto, comoquiera que «no suponen un contexto novedoso para
el delito de aborto», aunque «establecieron disposiciones novedosas en
relación con la violencia de género y el derecho a la salud». Dichas normas no
son cosa distinta a la materialización del marco normativo internacional
invocado por la Corte en la Sentencia C-355 de 2006, como la Convención
para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer de 1994 y la
Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación
contra la Mujer de 1979.

En estos términos dejo expuestas las razones que me llevaron a salvar el voto
en el Auto 2397 de 2023.

Fecha ut supra

PAOLA ANDREA MENESES MOSQUERA


Magistrada

68
Expediente T-8.857.733

SALVAMENTO DE VOTO DE LA MAGISTRADA


CRISTINA PARDO SCHLESINGER
A LOS AUTOS 2397 Y 2396 de 2023

Con el debido respeto por las decisiones de la mayoría, salvo mi voto respecto
de las decisiones adoptadas en los dos autos de la referencia, por las razones
que paso a exponer:

Los autos respecto de los cuales discrepo anularon las sentencias T-430 de
2022 y T-158 de 2023, al constatar una supuesta violación del debido proceso
por desconocimiento de la jurisprudencia contenida en la Sentencia C-055 de
2022. A juicio de la mayoría, dicha sentencia no solo habría despenalizado el
aborto antes de la semana veinticuatro de gestación, sino que habría
consagrado un verdadero derecho a esta práctica mediante el acceso a los
servicios del sistema de seguridad social en salud.

A mi parecer, la sentencia C-055 de 2022 no determinó la existencia de un


derecho fundamental al aborto. En efecto, en los propios autos de los cuales
me aparto, la mayoría de la Sala Plena señaló que «la Sentencia C-055 de
2022 tuvo por objeto erradicar los abortos clandestinos e inseguros que podían
afectar la vida de las mujeres». Es decir, allí no se estableció la existencia un
derecho al aborto en sí mismo considerado, sino que la Corte adoptó una
decisión que, en criterio de la mayoría, era la idónea para garantizar el derecho
a la salud, amenazado por la existencia de abortos clandestinos. Tan es así, que
la propia Sentencia de constitucionalidad señaló que esa decisión no constituía
“un juicio de valor sobre el aborto, pues lo que se decide es acerca de la
constitucionalidad de su penalización en el actual contexto normativo…” 90

La intervención en Sala Plena del propio magistrado ponente de la sentencia


C-055 de 2022, durante el debate de los autos de nulidad respecto de los
cuales salvo mi voto, fue diáfana al explicar que la Sentencia de
constitucionalidad mencionada se restringía al ámbito punitivo porque recayó
sobre una disposición de esa naturaleza.

Ahora bien, no solo la sentencia C-055 de 2022 no consagró un derecho


general al aborto antes de la semana veinticuatro de gestación, sino que la
jurisprudencia anterior a esta decisión tampoco lo hizo ni podía hacerlo, toda
vez que antes de la expedición de la Sentencia C-055 de 2022 el aborto estaba
totalmente penalizado, salvo en las tres excepciones señaladas por la sentencia
de 2006. Entonces, no es posible lógicamente sostener que una conducta que
como regla general estaba penalizada, salvo en los tres casos excepcionales,
hubiera sido considerada por la Corte Constitucional como un derecho
fundamental.

A mi juicio, un caso que permite ilustrar la situación originada por la sentencia


C-055 de 2022 es la siguiente: en algunos países del mundo existió la llamada
Ley Seca o prohibición general del consumo de alcohol, como fue el caso de
Finlandia y Estados Unidos.91 En Finlandia, por ejemplo, se penalizaba dicho
90 Sentencia C-055 de 2022. CJ 647.
91 Universidad de Texas, Cuestionando similitudes: prohibición en Estados Unidos y
Finlandia: «Sólo dos repúblicas han adoptado alguna vez una prohibición nacional de
alcohol en tiempos de paz, y lo hicieron casi exactamente al mismo tiempo». (Traducción
69
Expediente T-8.857.733

consumo hasta que dicha ley fue derogada en 1932, pero aun hoy en día
siguen explorando política públicas para contrarrestar los efectos nocivos del
consumo excesivo de alcohol.92 Entonces, si en una sociedad se despenaliza el
consumo de alcohol, la correlativa consecuencia jurídica es que las personas
ya no serán criminalizadas por consumirlo; pero esto no significa que a partir
de dicha despenalización nazca, automáticamente, el derecho fundamental a
consumir alcohol.

Por todo lo anterior, las sentencias T-430 de 2022 y T-158 de 2023 no podían
ser anuladas con base en la supuesta violación de una jurisprudencia que,
como ya se señaló, es inexistente. En las las sentencias anuladas se sostenía
que no era posible deducir de la Sentencia C-055 de 2022 un supuesto derecho
fundamental al aborto. Considero que esta posición era acertada y respetuosa
de la jurisprudencia constitucional.

Así, teniendo en cuenta las mismas razones que expuse en mi salvamento


de voto a la Sentencia C-055 de 2022, estoy de acuerdo con la postura de las
sentencias anuladas, en lo relativo a la inexistencia de un derecho fundamental
al aborto. En aquella ocasión señalé que la decisión adoptada significaba una
banalización del derecho a la vida, pues a partir de ella su protección durante
la gestación es inferior a la reconocida a seres no humanos, como los
animales. El valor de la vida queda vacío, porque la Corte reconoció una
mayor jerarquía a ciertas formas de vida no humanas, como ocurrió con los
peces en el caso de la pesca deportiva.

En el salvamento de voto a la Sentencia C-055 de 2002, también indiqué que


la ponderación del derecho a la vida no se trata sólo de una discusión
intelectual, sino que tiene efectos en la vida o muerte de un ser humano. De
modo que con el lenguaje usado en dicha sentencia se oculta la subjetividad
jurídica del embrión y se desconoce que una cosa es la condición humana y
otra la manifestación de esa condición. Esa condición se manifiesta de manera
distinta en la gestación, la niñez, la vejez, la vigilia y el sueño. Si aceptamos lo
contrario, entonces, ¿el derecho a la vida de un enfermo terminal es menor que
el de una persona sana?

Entre otras cosas, en dicho salvamento también sostuve que no es el cuerpo de


la mujer el único involucrado, porque finalmente la vida termina para el
nasciturus, es su cuerpo el que está siendo afectado; si bien ocurre en el
cuerpo de la madre, no es sobre su cuerpo. Esto lleva a aceptar una idea de
libertad que desconoce la otredad, incapaz de fundar la convivencia social,
porque no lleva consigo la idea de con-vivir con el otro, es decir, vivir con el
otro.

De otro lado, la decisión de anulación disloca la política pública integral para


la protección de la vida en gestación. La Sentencia C-055 de 2022, que no
comparto, definió la importancia de una política pública que proteja a las

libre). Documento disponible en: file:///J:/Perfil/Cortec/Downloads/daniela,


+ass_2017_nr.1_3-18%20(1).pdf
92 Universidad de Victoria. Finnish alcohol policy at the crossroads: The health, safety and
economic consequences of alternative systems to manage the retail sale of alcohol., pág. 14.
Documento disponible en: https://www.uvic.ca/research/centres/cisur/assets/docs/report-
alko.pdf
70
Expediente T-8.857.733

mujeres gestantes y que, al mismo tiempo, proteja la vida del que está por
nacer. En este sentido, en la orden segunda de la parte resolutiva de esa
providencia se exhortó al Congreso de la República y al Gobierno Nacional,
para que formulen e implementen una política pública integral «que evite los
amplios márgenes de desprotección para la dignidad y los derechos de las
mujeres gestantes, descritos en esta providencia y, a su vez, proteja el bien
jurídico de la vida en gestación sin afectar tales garantías, a partir del
condicionamiento de que trata el resolutivo anterior. Esta política debe
contener, como mínimo, (i) la divulgación clara de las opciones disponibles
para la mujer gestante durante y después del embarazo, (ii) la eliminación de
cualquier obstáculo para el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos
que se reconocen en esta sentencia, (iii) la existencia de instrumentos de
prevención del embarazo y planificación, (iv) el desarrollo de programas de
educación en materia de educación sexual y reproductiva para todas las
personas, (v) medidas de acompañamiento a las madres gestantes que incluyan
opciones de adopción, entre otras, y (vi) medidas que garanticen los derechos
de los nacidos en circunstancias de gestantes que desearon abortar». (Negrilla
fuera del texto)

Es más, en la Sentencia C-355 de 2006, expresamente reiterada en la


Sentencia C-055 de 2022, se sostuvo que:

«La vida del nasciturus es un bien constitucionalmente protegido y por


esa razón el legislador está obligado a adoptar medidas para su
protección […] se podría discutir si la naturaleza de estas medidas de
protección de la vida en gestación han de ser de carácter penal o si
serían más efectivas previsiones de otro tipo como políticas sociales o
de índole prestacional que aseguren la vida que está en proceso de
gestación mediante la garantía de cuidados médicos, alimentación o de
ingresos de la mujer embarazada. Al respecto cabe anotar, que
corresponde en primer lugar al legislador decidir entre el universo de
medidas posibles aquellas más adecuadas para proteger los bienes
jurídicos de relevancia constitucional y su decisión, en principio, sólo
podrá ser objeto de control cuando resulte manifiestamente
desproporcionada o irrazonable».

Entonces, sostener la fundamentalidad del derecho al aborto disuena con el


deber que tiene el Estado de proteger el bien jurídico de la vida en gestación y,
en consecuencia, con la obligación gubernamental de brindar alternativas a las
mujeres. Con claridad, en la Sentencia C-055 de 2022 se enunció como una
alternativa la adopción, además de que dejó abierta la posibilidad de ofrecer
otros caminos para que la vida en gestación sea protegida. Sin embargo, con la
anulación de estas sentencias, las consideraciones sobre la política pública
integral quedaron excluidas y, por tanto, fuera del lugar que realmente les fue
dado en la Sentencia C-055 de 2022.

Por último, las decisiones de las cuales me aparto ignoraron completamente


que existe una cosmovisión indígena. Los Autos 2396 y 2397 de 2023
olvidaron que la sociedad mayoritaria no puede imponer sus creencias a las
comunidades indígenas, porque la Constitución les reconoce la capacidad de
tener su propia organización fundada en su propia cosmovisón. Las sentencias
anuladas por la Sala Plena tuvieron en cuenta la posición de las comunidades
indígenas. Coincido con lo expuesto por el Magistrado Lizarazo en Sala plena
sobre la necesidad dogmática de ponderar los derechos de la comunidad
71
Expediente T-8.857.733

indígena con los de la mujer en embarazo. Sin embargo, la mayoría de la Sala


Plena decidió imponer su visión, aun cuando en ambas sentencias anuladas
tanto las comunidades indígenas como las accionantes tenían otra concepción.

En los términos anteriores dejo expuestas las razones de mi desacuerdo.

Fecha ut supra,

CRISTINA PARDO SCHLESINGER


Magistrada

72

También podría gustarte