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Wey lib POSITIVISMO Pa Sp BIe. UND EXTERNO REAL Max Planck POSITIVISMO Y MUNDO EXTERNO REAL Prélogo y traduccién de José Luis Caballero Bono ENCUENTRO © Erbengemeinschaft Prof. Dr. Max Planck © 2015 Ediciones Encuentro, S. A. Titulo original: Positivismus und reale Aufienwelt. Akade- mische Verlagsgesellschaft, Leipzig, 1931. Queda prohibida, salvo excepcién prevista en la ley, cual- quier forma de reproduccién, distribucién, comunicacién pt- blica y transformacion de esta obra sin contar con la autoriza- cién de los titulares de la propiedad intelectual. La infraccién de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y ss. del Cédigo Pe- nal). El Centro Espafiol de Derechos Reprograficos (www. cedro.org) vela por el respeto de los citados derechos. 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Este positivismo, que Planck somete a critica, es ademds una forma de fenomenismo: pres- cindir de las manifestaciones sensibles de una cosa haria pura y simplemente que la cosa desapareciera. Es lo que habia sosteni- do el sensismo dieciochesco del abate Condillac, que facilmente acude a la memoria al leer la conferencia de Planck. Ahora bien, si quitados los fenémenos no hallamos cosa en st -mesa en si, dice Planck con inequivoco ejemplo magisterial-, entonces esta ultima se convierte en una hipotesis innecesaria. El positivismo resulta ser, contra las apariencias, inherente- mente idealista, una forma de idealismo filoséfico. Ya Lenin 5 habia denunciado el cardcter idealista del positivismo de Ernst Mach y Richard Avenarius, que falsamente se pretendian rea- listas. Y Edmund Husserl senalard, en su obra sobre la crisis de las ciencias europeas, otra vertiente de la envergadura idealista del positivismo que ha alentado a la ciencia moderna y ha sido canonizado por ella. El problema de este idealismo es que tomarlo en serio hace inviable la intersubjetividad del saber y, por ende, la ciencia. Una solucién de compromiso -sugiere Planck— seria aceptar algo no dado primariamente, el testimonio de otros. Mas en- tonces parece que todos los relatos sobre la realidad fisica esta- rian en pie de igualdad, serian fiables sin mds. Cémo discernir entre lo verdadero y lo no verdadero? 3Como es que determi- nadas vivencias que han expresado algunos cientificos han al- canzado resonancia mundial y otras no? Max Planck considera que la tinica respuesta posible es el «paso a la metafisica». Por tal entiende el aceptar el cardcter mediato de las sensaciones, las cuales en realidad nos transmiten la noticia de un mundo independiente, el mundo externo real. Como dira el célebre fisico en su autobiografia cientifica, lo que origin6 y sostuvo su vocacion investigadora fue siempre la busqueda de un absolu- to, de una verdad que no depende de nosotros. En la conferen- cia que prologamos lo expresa diciendo que el objeto de la fisica no es describir vivencias, sino conocer el mundo externo real. Como quiera que todo nuestro conocimiento es deudor de la sensacion y pertenece asi al orbe del sujeto, esto mar- ca la limitacion de la fisica y de cualquier otra forma de conocimiento. Pero al mismo tiempo abre el espacio de jue- go de esa busqueda sin fin que hace feliz al investigador cuando consigue algun resultado por modesto que parezca. En las palabras de Lessing sobreentendidas fugazmente por 6 Planck: «Si Dios tuviera encerrada en su mano derecha la ver- dad entera, y en su mano izquierda la aspiracion eterna hacia la verdad... y si me dijera: “jelige!”, yo elegiria humildemente la mano izquierda y divia: “j Dame, Padre, pues la verdad pura solo es para ti!”». nag Reflexiones metodoldgicas y etiolégicas Entre el mundo externo real y el mundo de las vivencias sensibles se yergue, segtin Planck, la imagen fisica del mundo. Su mision es servir de medio simbolico de conexidn entre el mundo externo real y el mundo de las vivencias sensibles. De esta manera, Planck no quiere dejar ninguna duda de su posi- cién realista. Las sensaciones 0 vivencias sensibles pueden estar afectadas por la condicién de los érganos humanos o de los aparatos arti- ficiales de medicion. Toda medicién lleva una dosis de subjeti- vidad y ademas solo es interpretable en un marco te6rico. Esto da pie a una reflexién metodol6gica de Planck en la segunda parte de la conferencia. Cabe hallar ahi desde sugerencias que suelen vincularse al método hipotético deductivo hasta una concepcién del progreso de la ciencia «como por explosiones» que recuerda mucho a la visién de Thomas Samuel Kuhn, en la década de 1960, sobre las revoluciones cientificas. Inclusive en su coeficiente de irracionalidad, pues una teoria nueva es para Planck «un salto logicamente inexplicable en la oscuridad>. Si las mediciones resultan favorables a la hipétesis —pues una teoria es una hipotesis-, ésta gana autoridad y «el desarro- Ilo de la teoria arrastra siempre a nuevos circulos» (la «comu- nidad cientifica» de Kuhn). La misma tesitura de anomalias y 7 situacin critica que describird Kuhn, asi como la de «ciencia extraordinaria» ejercida ya fuera de los moldes del paradigma, es reconocible en las lineas de Planck. Aunque un detalle es relativamente extratio al modelo kuhniano, y es que la nueva hipotesis es acumulativa con lo mejor de la antigua. Laimagen del mundo de la que habla Planck es una imagen autoformada del mundo real. Su aptitud se cala por vivencias de medici6n. Pero el ojo espiritual del fisico tedrico es el que da sentido iiltimo, dice el autor, al ojo corporal del fisico que mide. No son las sensaciones las que tienen la iiltima palabra. En la tercera parte de la ponencia aborda el conferenciante la relacion entre causalidad y libertad. La pregunta de partida es la siguiente: svale la ley causal dindmica para todo proceso fisico 0 tiene un significado solo estadistico cuando se aplica a los procesos mds finos en los dtomos? Ambos tipos de causali- dad son modelos cuya idoneidad se valora desde los resulta- dos. Pero Planck prefiere la causalidad estricta, pues dice que la fisica estadistica renuncia de antemano al valor del cono- cimiento de lo singular: spor qué una causa tinica no va a ser causa? Ademas, hay realidades que no admiten una conexion de causalidad eficiente, como las vivencias. Los fenomendlogos ~permitasenos aqui la alusién— dirian que las vivencias guar- dan una relacion de motivacion, no de causalidad. Planck dice que cabe aplicar al caso una causalidad estadistica, que es pura fijacion de tendencias, pero que una misma vivencia puede dar lugar a «vivencias consecutivas completamente distintas». Esta observacion abre paso a la consideracion de la libertad. La libertad no se deja interpretar adecuadamente ni por la fisica causal ni por la fisica estadistica. Pero el punto de vista divino seria capaz de ver la armonia de la libertad humana con la determinacion inherente a ella. Como se ve, hasta el 8 cldsico concepto de la «ciencia media», de nuestro Luis de Mo- lina, parece hallar resonancia en estas reflexiones de Planck. Ul El escenario de la conferencia La conferencia «Positivismo y mundo externo real» fue pro- nunciada el 12 de noviembre de 1930 como la primera del ciclo programado para el invierno de 1930-1931 por la Harnack- Haus, en Berlin. Mas precisamente, comenzé a las ocho de la tarde en la llamada Sala Helmholtz de la Harnack-Haus, dandose la casualidad de que el propio conferenciante mencio- né el nombre de este fisico aleman del siglo XIX en el curso de su alocucion. La Harnack-Haus habia sido fundada un ano antes en el distrito de Dahlem, dentro del complejo de institutos de inves- tigacion de la Sociedad Kaiser Guillermo para la Promocion de las Ciencias. La casa cumplia la doble funcién de ser un club de ocio y restauracion y, al mismo tiempo, residencia de profesores y huéspedes venidos del extranjero. Se la llegé a llamar «Hotel de los sabios» («Hotel der Gelehrten») y sus dos salas de con- ferencias servian también para acoger las ponencias previstas y anunciadas por la casa, ast como otras sugeridas por los propios huéspedes u otros académicos. Miembros cientificos de la So- ciedad que tuvieron ala Harnack-Haus como un punto de en- cuentro social o usaron su comedor durante los primeros atios treinta fueron, entre otros, el botanico Carl Erich Correns, los quimicos Otto Hahn y Michael Polanyi, el bidlogo Richard Goldschmidt y los fisicos Albert Einstein, Werner Heisenberg y Lise Meitner. Casi todos ellos trabajaban a pocos pasos de aquella agradable residencia ajardinada. 2) La relevancia institucional del ponente de aquella tarde de noviembre es evidente. Max Planck era no solo el beneméri- to fisico que habia dado origen a la mecdnica cudntica y que contaba en la némina de los premios Nobel. Desde enero de 1930 eva también el Presidente de la Sociedad Kaiser Guiller- mo para la Promocion de las Ciencias. Habia sucedido asi al tedlogo Adolf von Harnack -de quien la residencia de Dablem tomaba el nombre- al frente de la mayor institucién alemana de investigacién. Anos después seria toda la Sociedad la que levaria el nombre de Max Planck por el que hoy es conocida. Uno de los probables oyentes de la conferencia de Planck fue Xavier Zubiri. El joven profesor de la Universidad Cen- tral se hallaba en Berlin desde finales de septiembre, alojado en una pension junto con su amigo Eugenio Imaz. Frecuentaba algunas lecciones universitarias sin matricularse como alumno ni como oyente. Quizd acudio al curso sobre Mecanica Gene- ral que impartia el profesor Planck en el Instituto de Fisica de la Universidad durante ese semestre de invierno. Por este u otros conductos pudo saber de la conferencia y adquirir la en- trada para asistir. Lo cierto es que los documentos de archivo dejan percibir una llamativa inmediatez entre la conferencia de Planck y la decisién de Zubiri de alojarse en la Harnack- Haus. La conferencia fue un miércoles y el lunes siguiente ya tiene Zubiri una carta de recomendacion firmada por Ernst Gamillscheg, el profesor de roménicas anfitrién de Américo Castro. La carta fue presentada ese mismo lunes en la adminis- tracién general de la Sociedad Kdiser Guillermo, en el Palacio de Berlin hoy desaparecido. Alli fue tramitada y el registro de huéspedes de la Harnack-Haus recoge la entrada de Zubiri al dia siguiente, el martes 18 de noviembre de 1930. Si tenemos en cuenta que entre octubre y noviembre el profesor espariol 10 debié recibir la confirmacién de la consideracion de pensiona- do en Berlin, la conferencia de Planck -0 como minimo su no- ticia~ parece haber servido de trampolin para que se decidiera a residir los meses siguientes en aquel entorno intelectual pri- vilegiado que era la Harnack-Haus. IV Ecos del acto Algunas antologias de textos de Planck accesibles al gran publico, como la de John L. Heilbron, desconocen la conferen- cia «Positivismo y mundo externo real». Pero constatamos que tuvo alguna repercusion en su época. Del acto dio noticia el castizo periddico Berliner Zeitung un dia después. Pero mds prolija es una columna periodistica pu- blicada por el mismo rotativo berlinés varios meses mds tarde, el 1 de abril de 1931. La firma el ingeniero y doctor en filosofia Hans Israel y se titula «;El profesor Planck filosofa!». Posible- mente un eco tan tardio se explica por la reciente publicacion del texto de la conferencia. El pintoresco articulo recuerda que los métodos de la fisi- ca, segtin Planck, arrojan una imagen légica del mundo que, sin embargo, es insuficiente: se requiere una suposici6n «me- tafisica» que abraza el obrar libre. En tono displicente, Israel reprocha a Planck tres cosas: que esto ya lo habia dicho Kant, que asimismo lo habia dicho él hacia veinte atios y que un fi- sico deberia consultar a los fildsofos cuando se dedica a escribir sobre temas filosdficos. Muy enojado se queja de que Planck no le ha citado y de que, en comunicacion con él, tan solo ha obtenido como respuesta del fisico que en ningin momento ha tenido a gala reclamar una prioridad temporal sobre los pen- samientos expresados en la conferencia. La ocasién le da pie al 11 articulista para criticar a otro fisico, Erwin Schrédinger, por haber dicho que «el medir es siempre una relacién reciproca entre objeto y sujeto». De nuevo protesta diciendo que eso ya lo habia él demostrado sistemdticamente muchos afos antes. El espiritu recaleitrante de Hans Israel se confirma, en fin, si tenemos en cuenta que ese mismo afio coedita en Leipzig un libro cuyo titulo ya es suficientemente expresivo: Cien autores contra Einstein. El sinico contenido asertivo de su columna, el solo mensaje que suscita la curiosidad, es la idea que dice ha- ber ya desarrollado- de la conveniencia de sustituir el concepto de causalidad por el de funcién diferencial. Ya que este ultimo dejaria «sitio a la libertad moral». Con todo, ha habido lectores no polémicos de la conferencia de Max Planck. El pensamiento de que es precisamente la me- tafisica la que hace avanzar a la fisica es recogido por Karl Rai- mund Popper con expresa alusién al fisico de Kiel en la prime- ra edicion de su obra mds caracteristica, Logik der Forschung, de 1934 (en espanol, Légica de la investigacién cientifica). En efecto, este senalado fildsofo de la ciencia del siglo XX men- ciona en el primer capitulo a Planck y cita expresamente la conferencia «Positivismo y mundo externo real», que habia te- nido lugar poco mds de cuatro afos antes en el extrarradio de Berlin. Y, después de todo, no conviene olvidar que a despecho del escandalizado Hans Israel, la fisica en la capital germana se ensenaba en la Facultad de Filosofia. Como recordaba Mar- tin Heidegger en su conferencia «La Universidad alemana» (1934), la institucion universitaria se estructuré en estudios de derecho, medicina, filosofia y teologia. Manuel Garcia Mo- vente sacaba la consecuencia en sus Lecciones preliminares de filosofia: en la Facultad de Filosofia se estudia... todo aquello que no es teologia, pero tampoco derecho ni medicina. 12 Vv Desarrollos La distincién entre el plano de las vivencias sensibles y el plano de la imagen fisica del mundo es uno de los puntales de la argumentacién de Max Planck contra el indeterminismo, la postura que sostiene la existencia de una causalidad solo esta- distica en el mundo. «El concepto de causalidad en Fisica» es una conferencia muy préxima en el tiempo a la que nos ocu- pay editada el aho 1932. Alli constata Planck cémo su propio descubrimiento, el cuanto elemental de accion, habia dado al traste con la esperanza de afinar en los métodos de medicion y reducir asi las incertidumbres propias de la traduccion de uno al otro plano. La mecdnica cudntica no habla en términos de puntos materiales, sino de funciones de onda. Pero éstas no per- miten ninguna interpretacion que guarde relacion directa con nuestro mundo sensorial y el espacio de tres dimensiones, dado que se refiere al espacio de configuraciones que tiene tantas dimensiones como coordenadas independientes existan en el sistema fisico. Esto habria sido aprovechado por los indetermi- nistas para considerar la causalidad estricta como definitiva- mente refutada. Observemos que desde aqut se entiende la conocida evo- cacion de Zubiri en sus lecciones sobre la estructura dindmica de la realidad: «Me acuerdo de la impresién que me produjo, cuando a mi, personalmente, me dijo Planck que moriria con la tristeza de ver que no podia aceptar la Fisica que se ha hecho a base de su descubrimiento. Esto se lo he oido yo a Planck». Ello no obstante, Planck declara resueltamente, en la suso- dicha conferencia, que la imagen del mundo que propone la fisica cudntica ha surgido a partir de la necesidad de reconciliar 13 el determinismo estricto con el cuanto de accidn. El cardcter probabilistico de la funcién de onda solo es tal cuando el fisico se decide a prescindir del aparato de medida con el que analiza Ia onda. Pero tanto el dispositivo experimental empleado para producir ondas de materia como el aparato de medida perte- necen a una determinada imagen fisica del mundo, constitu- yendo una variable que afecta al valor de la medicién. Con un margen inevitable de imprecision, si que es posible una traduc- cién de ida y vuelta entre las vivencias sensibles y la imagen fisica del mundo. En cuanto al tema de la libertad, aqui si que acepta Planck la indeterminaci6n como caracteristica crucial, pero conjugada con una causalidad estricta segin cierto punto de vista. Esta dualidad la presenta en la conferencia «Sobre la esencia de la libertad de albedrio», publicada en 1936. Se trata de uno de esos textos que atestiguan que el talento de Planck no solo se empleo en la fisica y en la musica, sino también en la resolucion de problemas de naturaleza filos6fica. Una tesis central de esa conferencia es que la prediccién de las acciones propias es impo- sible, porque la formulacion de dicha prediccién puede influir ya en las decisiones de la persona. A esta posicién la han deno- minado algunos «indeterminismo epistémico». Por lo demas, Planck afirma con acierto que la libertad del hombre nunca se deja dominar totalmente por el entendimiento. En punto a Ia decision es soberana y puede fallar esta ultima de manera enteramente independiente de cualquier motivacién externa o interna. Pero eso no quita que haya una determinacién causal. De nuevo argumenta el fisico que esa determinacion quedaria clara a los ojos de alguien que pudiera calar la totalidad de nuestra situacion corporal y animica, consciente e inconsciente. Se refiere asi una vez mds al punto de vista divino mencionado 14 en 1930. De esta suerte, contemplada desde dentro la voluntad esta indeterminada. Mi libertad solo acepta ser relativamente comprendida como causalmente determinada en consideracion de las acciones pasadas, pero aparece inequivocamente libre y abierta en relacién con los motivos actuales de accion y las ac- ciones futuras. Por el contrario, contemplada desde fuera la li- bertad -considerada objetivamente-— tiene un entramado cau- sal cuyo conocimiento en detalle solo depende de la perfeccion de la inteligencia que la haga su objeto, en viltimo extremo de la omnisciencia divina. Esta tiltima conoce incluso la causali- dad sobre la que discurre la libertad que se ejercerd en el futu- ro. Tales ideas, que el fisico venia expresando desde hacia anos, confirman que un determinismo bien entendido es también, a su modo, una «constante de Planck». José Luis Caballero Bono Colmenar Viejo, 21 de julio de 2015. 15)

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