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Caleb.

Buenas noches a todos, que Dios les bendiga.

En las noches antes de ir a dormir, a veces tenemos nuestra mentalidad de ánimo y entusiasmo de
campeones para hacer nuestras labores del día siguiente.

Muchas veces decimos:

1. Mañana al levantarme, ahora sí voy a hacer esto.

2. Voy a ir al culto en la tarde.

3. Le voy a echar ganas al trabajo.

4. Ahora sí voy a hacer ejercicio.

Y muchas cosas más.

Pero al día siguiente, cuando suena nuestra alarma o vemos la claridad del día o la hora en el reloj,
ya no queremos levantar de la cama.

Todos esos ánimos de un día anterior se van por causa de la flojera o por seguir durmiendo.

Y no me van a dejar mentir, pero en esos momentos decimos en nuestra mente:

1. Mmm hay mañana voy. (Bostezar).

2. Hay lo hago mañana.

O simplemente levantarnos pero ya no hacer nada de lo que habíamos dicho que haríamos.

Y lo que no hicimos hoy, pensamos que lo vamos a hacer mañana o pasado mañana, o dentro de
una semana.
Y así se nos van haciendo difíciles nuestras labores día tras día, y vamos dejando para después lo
que podemos o podíamos haber hecho hoy.

Pero la Biblia dice:

1. Aprovecha bien el tiempo porque los días son malos.

Es decir que no dejemos para mañana lo que podemos hacer hoy.

Busquemos Josué 14:11

11 Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió; cual era mi fuerza entonces, tal es
ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar. Orar.

Este hombre que dijo estas palabras se llama Caleb, y Dios le había prometido darle una tierra
grande o una nación por heredad.

Pero ese lugar que se le había de dar estaba llena de personas malas, y ellos tenían que ir y pelear
para ganar ese territorio.

No fue nada más así.

Hoy en día creemos que toda en la vida es fácil, generalmente pasa en la juventud.

1. Tengo mi novia, me caso, construyo mi casa y listo, así de fácil, dice la juventud.

Pero no es así, por eso muchos jóvenes arruinan sus vidas a temprana edad por no pensar
sabiamente.

O porque muchas veces los padres no los supieron instruir.

No tuvieron esa autoridad de hablarles.


O muchas veces se les habla como es, pero los jóvenes son también mal aconsejados allá afuera
por amistades infructuosas.

1. Vete de tu casa, yo así lo hice.

2. No me pasó nada.

Y lo creen.

O lo ven todo fácil.

1. Me voy y hago mi vida como quiero y no pasa nada.

La Biblia dice que hay caminos que al hombre, incluyendo también a la juventud, que le parece
derecho, pero su fin es camino de muerte.

También vemos que Caleb, a pesar de su edad, no dijo:

1. Hay va a caer del cielo.

2. Aquí lo voy a esperar.

3. Ahí un lugarcito que Dios quiera darme.

Como la mayoría de las personas creen y piensan:

1. No voy a la iglesia, no leo la Biblia, pero cuando me muera ahí que vea Diosito qué lugarcito me
quiera dar en el cielo.

No es así, sino qué lugar nos estamos ganando aquí en vida.

Porque solamente tenemos dos opciones, y Dios nos ha dejado la libertad o el libre albedrío para
que le busquemos por voluntad propia.

Busquemos qué dijo Dios en Deuteronomio 30:19

19 A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida
y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia.
Dios nos ha dado la vida y la bendición que es Cristo, pero no todos lo elijen.

Cristo dijo:

13 Es muy fácil andar por el camino que lleva a la perdición, porque es un camino ancho. ¡Y mucha
gente va por ese camino!

14 Pero es muy difícil andar por el camino que lleva a la vida, porque es un camino muy angosto.
Por eso, son muy pocos los que lo encuentran. Mat 7:13-14

He aquí, solamente esto he hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas
perversiones. Eclesiastés7:29

Nos vamos más por la apariencia de que todo es más fácil en el mundo.

Nos inclinamos más por las cosas materiales o pasajeras.

Caleb tenía que luchar en contra de los enemigos que habitaban en el lugar que quería por
herencia.

Así como también nosotros tenemos que luchar aquí en la tierra para alcanzar nuestra heredad en
el cielo y la salvación en Cristo.

Nadie dice que es fácil, ni Cristo lo dijo.

Una persona hace unos meses nos dijo:

1. Yo creí que todo esto era fácil, pero ya veo que no.

2. Pensé que el ir a la iglesia solo era de ir y ya.

Así lo miran, pero esto no es para flojos, tenemos que ser constantes en todo.

La Biblia dice que tampoco es para miedosos, sino para los valientes, esforzarnos.
Hay requisitos y condiciones que Dios nos da que debemos de obedecer, pero a muchos no les
agrada.

Hay requisitos también para servirle a Dios dentro de la congregación o dentro de un grupo que
debemos de aceptar, pero a muchos tampoco no les agrada.

Aquí vemos que Caleb no era un miedoso, él tenía valentía, y sobre todo había perseverado.

Creía en la promesa de Dios.

Ya había tardado mucho tiempo desde que se hizo la promesa de tener una heredad, para ser
exactos, 45 años.

Pero él seguía firme esperando y creyendo en Dios.

Miremos qué dice el versículo 10 de Josué 14

10 Ahora bien, Jehová me ha hecho vivir, como él dijo, estos cuarenta y cinco años, desde el
tiempo que Jehová habló estas palabras a Moisés, cuando Israel andaba por el desierto; y ahora,
he aquí, hoy soy de edad de ochenta y cinco años.

Para poderlo aplicar a nuestras vidas, surge esta pregunta:

1. ¿Por qué tardaría mucho tiempo Caleb en buscar la heredad de su territorio?

2. ¿Por qué no había hablado antes?

Y ahora, ¿por qué tardaríamos nosotros en buscar a Dios como nuestra herencia? ¿Qué cosas
ponemos de excusas?

1. ¿Por vergüenza?

2. ¿Porque qué iban a decir sus vecinos o sus amigos?

3. ¿Qué iban a decir sus compañeros de trabajo o de la escuela?

4. No me va a dejar mi familia.
La realidad es que muchos están lejos de Dios por el qué dirán de los demás.

Porque por esas razones que mencioné, muchos no van a recibir de las bendiciones de Dios.

Muchos no van a recibir el perdón de Dios.

No porque Dios no quiera darlo, sino porque no se atreven o no nos atrevemos a buscarlos.

No nos atrevemos a dar ese paso de fe y buscar aquella promesa tan grande.

Cristo no rechaza a nadie, porque todo al que a Él viene, no le echará fuera.

Alguien dijo:

1. ¿Será que estoy haciendo lo correcto en seguir a Cristo?

2. ¿En venir a este lugar?

Ah pero no se preguntó o no nos preguntamos si lo que hacemos en el mundo es bueno o es


correcto.

Ni cuando tienen en la mano un cigarro o una cahuma tampco se preguntan si les hará daño o si es
correcto o no.

Ahí creemos que estamos bien.

El profeta Isaías escribe:

20 ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las
tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!

Leamos el versículo 12
12 Dame, pues, ahora este monte, del cual habló Jehová aquel día; porque tú oíste en aquel día
que los anaceos están allí, y que hay ciudades grandes y fortificadas. Quizá Jehová estará conmigo,
y los echaré, como Jehová ha dicho.

Caleb dice:

1. Dame ahora ese monte.

2. Lo quiero pa mí solito.

3. Va a ser mío porque Jehová lo dijo.

Se ve y se nota rápidamente que Caleb era un hombre de fe en su manera de actuar y de hablar.

Así nosotros, cuando somos hombres y mujeres de fe, se debe de notar.

¿Cómo? En nuestra manera de hablar, de expresarnos; se nota en su casa, en su trabajo, en donde


estemos.

En las pruebas, en luchas o dificultades.

Una joven o un joven de fe, un hombre o una mujer de fe recuerda las promesas de Dios y sus
palabras, y los pone por obras y lo hace saber a los demás.

Alguien así como Caleb se expresaba y vivía, se nota rápidamente que es cristiano.

Pero también debemos de tener cuidado, a veces decimos que somos cristianos, pero nuestros
hechos lo niegan.

Podemos decir que somos pentecostales, presbiterianos, bautistas, adventistas o evangélicos y


hasta católicos.

Pero como dice un hermano, no es la etiqueta lo que determina el contenido de la botella.


Me pongo la etiqueta que dice que soy cristiano, yo soy adventista, soy católico, soy de la iglesia
verdadera, soy evangélico por fuera, pero por dentro de nuestras vidas, ¿existirá una relación con
Jesús?

¿Existirá una relación con la palabra de Dios?

O solamente de labios para afuera.

Tal como Dios le dijo al profeta Isaías:

Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está
lejos de mí.

A veces somos de tan poca fe que decimos:

1. Ay, si Dios quiere, más adelante voy a ir a la iglesia.

2. Si Dios quiere más adelante voy a congregarme otra vez como antes.

Pero eso es claro, por supuesto que Dios quiere que nos congreguemos, no es que "haber si Dios
quiere", si no, este texto en hebreos 10:25 no de hubiera escrito:

Hebreos 10:25

25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto
más, cuanto veis que aquel día se acerca.

El congregarnos, es otro de los puntos claves para alcanzar y llegar a ese monte.

Cristo va a venir por aquellos que le conozcan, por los que han lavado sus ropas con su sangre.

Por aquellos que han perseverado y tienen fe en Él y creen en su palabra.

Pero, ¿cómo se produce la fe?

La fe viene por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.


En este lugar venimos a oir palabra de Dios, a instruirnos mediante la palabra de Dios. A
alimentarnos.

Yo planté, dijo el apóstol Pablo, Apolos regó; pero el crecimiento ¿quién lo da? Dios es el que da el
crecimiento.

Somo también como un edificio construido por Dios, del cual Dios es el único dueño.

Así que aprovechemos y retengamos lo bueno.

Porque la fe viene como resultado de oír el mensaje, y el mensaje que se oye es la palabra de
Cristo.

Todos sabemos que Cristo es el autor y consumador de la fe.

Por esa razón, esa fe viene de escuchar de Él.

¿Dónde vamos a oír de él y aprender de Él?

¿El congregarnos es una opción o es un deber para el cristiano?

¿Por qué debo de congregarme y no dejar de hacerlo?

¿Podemos obligarles a que estén aquí todos y todos lo días?

Por supuesto que no podemos obligarnos o tenerlos a la fuerza cuando se demuestra lo contrario,
pero es necesario hacerles saber las obligaciones del cristiano.

Porque la Biblia asegura que Jesucristo aprueba el que nos congreguemos, y no solo eso, sino que
Él está presente en las reuniones de los que le aman y lo hacen en su nombre.

En San Mateo 18:20 dice"

Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
La voluntad de Cristo es que nos congreguemos en su nombre, que le busquemos a Él en cada
servicio.

Y que el único propósito de estar aquí sea Él, nadie más.

Ah pero los cristianos chiapanecotes y arrechos dicen:

1. Voy a ir porque me gusta esa hermanita.

2. Me gusta ese hermanito.

3. A ver si así se fija en mí que mire que soy constante.

Y convierten a una persona en el propósito de estar congregados.

Eso también es una idolatría, hay que tener cuidado.

Ahora vayamos a Hechos 11:26

Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se
les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.

En este versículo hay 4 puntos importantes, el primero es:

1. El ser constantes: Se congregaron allí todo un año.

"Entonces solo un año me voy a congregar y ya". No se refiere a eso, sino que solamente bastó un
año para que la gente del pueblo se dieran cuenta de las obras de aquellos hombres y mujeres
como cristianos.

Fueron constantes.

En tan solo un año ya daban testimonios con su manera de hablar, con su manera de actuar, o con
sus comportamientos de que eran cristianos.
2. Se sometieron a la iglesia: Porque dice que se congregaron "con la iglesia".

Estaban juntos, oraban juntos, entonaban cantos todos juntos.

Pero nosotros a veces ya no queremos ir porque no me agrada el hno o la hna.

O muchas veces no queremos someternos a los líderes, a los pastores o hasta nuestros padres.

Y todavía decimos:

1. Es que a mí nadie me va a decir cómo servirle a Dios.

Pero para servirle a Dios también existen reglamentos, también debe de haber orden, pero a
muchos no les gustan esos reglamentos.

Hay requisitos, y a muchos no les parece.

Tenemos que someternos a la iglesia y a los líderes de la congregación.

Vamos a leer Hebreos 13:17

17 Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como
quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es
provechoso.

Ahora escuchemos esta TLA:

17 Obedezcan a sus líderes, porque ellos cuidan de ustedes sin descanso, y saben que son
responsables ante Dios de lo que a ustedes les pase. Traten de no causar problemas, para que el
trabajo que ellos hacen sea agradable y ustedes puedan servirles de ayuda.

Realmente lo que este texto quiere decir es que prestemos atención a los líderes o a los pastores,
también que seamos dóciles, y que seamos humildes.
A Dios le agrada que seamos humildes entre hermanos/as, que seamos humildes a nuestros
pastores, que les prestemos atención.

Esto es un consejo sabio recibido de Dios porque ellos velan por nuestras almas, se preocupan del
bien espiritual de la congregación.

Trabajan con amor, nos enseñan, nos instruyen en cada mensaje que Dios inspira.

Por lo tanto nos conviene prestar atención.

Dijo también el profeta Samuel:

Ciertamente el bobedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los
carneros.

Pero este texto de Hebreos no significa que vamos a tener preferencia dentro de la congregación,
que algunos vamos a otorgar respeto y a otros no.

Por supuesto que no, en la congregación todos merecen respeto, desde el niño hasta el adulto
mayor.

Porque Dios no hace acepción de personas.

Pero pastores o líderes actuales o de la prosperidad, utilizan textos como éste para conseguir la
obediencia incondicional de los miembros de su iglesia.

1. Solo ellos, solo ellos, solo ellos.

Así consiguen crear una orden en la que todos en una congregación deben someterse o sujetarse
ciegamente a ellos.

Que si el predicador o el líder les pide dinero para que sanen, para que prosperen, o para que
salgan de sus problemas lo deben de hacer.
¿Por qué? Porque aquí yo soy el pastor, yo soy el profeta, yo soy el apóstol.

¿Será correcto esa interpretación de este texto? No.

¿Pero cómo lo voy a saber? Mediante la misma palabra de Dios, mediante la sabiduría de su
Espíritu.

Porque su palabra es como el agua que limpia a un recipiente.

Por eso muchas veces Dios permite a esas personas para poner a prueba nuestra fe y nuestra
constancia.

Están ahí para que Dios vea y conozca lo que hay en nuestros corazones.

Dios lo ha permitido para que se hagan manifiestos entre nosotros los que son aprobados.

3. El propósito claro de congregarnos, lo dice en Hechos 11:26: y enseñaron a mucha gente.

Nuestra gran comisión es predicar el evangelio de Cristo, como los hermanos de Antioquía lo
hicieron.

"Enseñaron a mucha gente", no solamente a..

4. Ser testimonios vivos de Cristo: y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez.

El mundo no va a saber que somos cristianos si no nos congregamos, o si estamos un ratito dentro
y otro ratito fuera.
¿Así cómo?

Por eso debo de asistir por obediencia y no por obligación, debo asistir para edificarme

Ser testimonios vivos de Cristo.

El edificio o el lugar donde nos congregamos no hace a la iglesia, eso no es la iglesia; sino que son
los creyentes en Cristo los que hacen la iglesia.

Usted y yo.

Regresemos otra vez a Josué 14:11

11 Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió; cual era mi fuerza entonces, tal es
ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar.

Se nota también que Caleb era un hombre valiente, y que a demás de ser valiente, y tener cierta
edad avanzada, tenía una gran autoestima.

Los varones somos de alta autoestima:

1. Soy bien guapo. (Aunque estemos trompuditos y feos).

O decimos:

1. Estoy bien musculoso, aunque tengamos un cuerpo tropical como el mío, o todo lo contrario.

Pero nuestra autoestima es grande.

A veces las mujeres son más difíciles en ese aspecto.

Dígale a una mujer que se ve delgada y no lo va a creer.


O dígale a su esposa:

1. Mi amor que hermosa te ves.

2. Te queda bien ese vestido o esos zapato.

Y ella qué dice:

1. ¿Será?

Y se lo va a cambiar porque no lo va a creer.

Ah pero dígale que algo le queda mal y se lo va a creer de inmediato.

Ya está pegando el grito al cielo y ya es que le va a tirar toda su ropa a la calle.

Caleb dijo:

1. Todavía estoy fuerte.

2. Todavía tengo fuerzas.

3. Puedo pelear.

4. Yo lo puedo hacer.

¿Qué hubiéramos respondido nosotros a eso si hubiéramos estado ahí?

1. Todavía estoy fuerte: pero a sudor.

Y prácticamente eso hacemos.

Y ese es el problema de los cristianos, nos burlamos de aquel que está comenzando a trabajar o de
aquel que quiere trabajar dentro de la iglesia y no los dejamos.
Y decimos:

1. ¿Tú?

2. Para eso mejor lo hago yo.

3. Si yo he estado aquí de hace años.

4. Si yo también lo puedo hacer.

5. Yo lo hago mejor.

Y nosotros mismos causamos desánimos en ellos.

Nosotros que estamos parados en la entrada, no dejamos pasar.

Muchas veces parecemos los de seguridad de una tienda que revisamos hasta las bolsas para ver
que traen. (Los escaneamos).

Y solo dejamos pasar a los que creemos que son aptos.

Lo mismo pasa y hacemos en la congregación o la iglesia.

Pero se nos olvida que es Dios el que añade y el que quita.

Él decide quién se queda y quién no.

Porque Cristo no tiene necesidad de que le den testimonio de cada persona nueva de la
congregación, de cada hombre o mujer, sino que Él nos conoce a todos.

La primer parte del versículo 11 dice:

Josué 14:11

11 Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió.

Moisés ya no vivía cuando Caleb dijo estas palabras, ya habían pasado muchos años, pero Caleb
seguía estando firme en su fe aunque su Moisés ya no viviera.
Caleb seguía estando en la congregación y no se había apartado aunque su líder o su pastor Moisés
ya no volviera a llegar jamás.

Porque a pesar de que el ser humano Moisés ya no estaba entre ellos, Caleb sabía que el
verdadero Líder y el verdadero Pastor Jehová seguía y seguiría estando con él.

Y el gran enigma o el gran problema del cristiano, es que si tal día no llega el pastor o que si no
predica el pastor, no pongo atención al mensaje o ya no vuelvo a llegar.

Es que si no me saluda el pastor y si no me reconoce lo que hago y he hecho, me voy del templo.

Es que si predicó y me ofendí, ya no vuelvo a llegar.

Y eso pasa porque dejan de confiar en Dios y ponen su fe en el ser humano.

Quieren vivir agradándole al hombre.

1. Voy a hacer esto frente al pastor para que me vea que soy cristiano.

2. Voy a trabajar en todo para que el pastor me felicite.

Y eso no debe de ser así.

Esta fe de Caleb, hace que no diga ni piense todas esas cosas que nosotros a veces pensamos.

Él pudo haber dicho:

1. Pero allá hay gigantes.

2. Pero son más ellos y son más gigantes que nosotros.

Vamos a ver qué sucedió.

Busquemos Números 13:30-31


30 Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos
posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos.

31 Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque
es más fuerte que nosotros.

¿Cuántos pesimistas o amargados conocemos dentro de la congregación como esto hombres? No


lo señale, y ni piense en su nombre porque podemos ser nosotros mismos y no nos hemos dado
cuenta.

1. Vamos a predicar a tal lugar: pero es que va a llover.

2. Vamos al culto de ayuno y oración: pero es que no voy a poder.

3. Es que esto es más fuerte que yo.

4. Ya no tengo esperanzas.

O peor, dentro de la propia casa nos encontrarnos con este tipo de casos como Caleb le sucedió.

Vamos, subamos luego y tomemos esa tierra.

1. Mmm de vicio vas a ir.

2. Ya no vayas.

3. Ya no vas a cambiar.

4. De vicio llegas al templo.

Y muchos han creído en esas palabras o pensamientos propios de desánimos y han dejado de
buscar a Dios.

Pero usted no les crea, aunque aquí no esté el pastor, aunque en su casa o en su trabajo no esté el
pastor o su líder, pero Dios estará y seguirá estando por siempre en donde quiera que estemos.

Seamos como Caleb.

A pesar de sus 85 años, no se desanimó y siguió en busca de esa promesa de Dios.


Leamos los versículo 13 y 14 pra terminar:

13 Josué entonces le bendijo, y dio a Caleb hijo de Jefone a Hebrón por heredad. 14 Por tanto,
Hebrón vino a ser heredad de Caleb hijo de Jefone cenezeo, hasta hoy, por cuanto había seguido
cumplidamente a Jehová Dios de Israel.

Esa tierra fue de Caleb y de su descendencia porque había seguido y obedecido estrictamente a
Jehová Dios de Israel.

No se desanime hno/a, aunque su pueblo no quiera ir con usted, y aunque su propio pueblo lo
desanime o la desanime, sepamos que es mejor obedecer a Dios antes que al ser humano.

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