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Parte práctica de las Instituciones de Gayo.

Comentario SEGUNDO.

2.18. Hay mucha diferencia entre las cosas


mancipables y las inmancipables.

2.19. En efecto, las cosas immancipables


se transmiten en propiedad plena por la
simple tradición o entrega, siempre que
sean corporales, y por ello, susceptibles de
entrega.

2.20. Así, si yo te entrego, a causa de


venta, de donación o por otra causa
cualquiera, un vestido o una cantidad de
oro o plata, la cosa se hace
inmediatamente tuya, con tal de que yo sea
dueño de ella.

2.41. Pues si no te transmito por


mancipación o cesión ante el pretor una
cosa mancipable, sino que te la entrego
simplemente, aquella se hace de tu
propiedad bonitaria (pretoria), pero sigue
siendo mía por derecho de los quirites
hasta que tú, poseyéndola, la adquieras
por usucapión, pues, una vez se haya
cumplido la usucapión, se hace tuya de
pleno derecho, es decir, en propiedad
bonitaria y civil a la vez, como si te hubiera
sido transmitida por mancipación o por
cesión ante el pretor.

2.42. La usucapión de los bienes muebles


se cumple al año, la de un fundo o de una
casa en dos años (immuebles). Así está
dispuesto en la ley de las XII Tablas.

2.43. Por lo demás, también podemos


usucapir las cosas que nos fueron
entregadas por el que no era su dueño,
sean mancipables o inmancipables,
siempre que las hayamos recibido con
buena fe, creyendo que el que hacía la
entrega era su dueño.
2.49. Cuando se dice que la usucapión de
las cosas robadas y poseídas por la fuerza
está prohibida por la ley de las XII Tablas,
esto no quiere decir que solamente el
mismo ladrón o el que posee por la fuerza
no pueda usucapir, sino que tampoco
ningún otro, aunque sea comprador de
buena fe, tiene derecho a usucapirlas.

2.50. Por eso no es fácil que en las cosas


muebles competa la usucapión a un
poseedor de buena fe, porque el que vende
una cosa ajena y la entrega, comete hurto;
y lo mismo ocurre si la entrega por otra
causa. Sin embargo, a veces no ocurre así,
pues si un heredero vende o regala una
cosa entregada al difundo en comodato,
arrendamiento o depósito, creyendo que
pertenece a la herencia, no comete hurto;
del mismo modo, el que tiene el usufructo
de una esclava y vende o regala el parto,
creyendo que le pertenece, no comete
hurto, pues no hay hurto sin intención de
robar. También de otros modos puede
ocurrir que uno transmita a alguien una
cosa ajena sin cometer hurto, de forma que
ésta puede ser usucapida por el poseedor.

2.51. Igualmente, se puede entrar en


posesión de un fundo ajeno sin cometer
violencia, cuando está deshabitado por
abandono, muerte sin sucesor o larga
ausencia del dueño. Y si se transmite este
fundo a un tercero, de buena fe, éste,
poseyéndolo, puede usucapir, y aunque el
mismo que ha tomado la posesión del
inmueble deshabitado sepa que el fundo es
ajeno, sin embargo, esto no impide en
absoluto la usucapión del poseedor de
buena fe, ya que no es admisible la opinión
de los que creyeron que un fundo era
susceptible de hurto.

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