Está en la página 1de 7

Un cuello largo no tan largo.

Seudónimo: Jugo de limón.

El sol comenzaba a despertar con sus primeros bostezos, tallándose los ojos y estirando
las piernas para así iniciar un nuevo día. Al mismo tiempo todas las plantas y flores de
alrededor se portan solidarias con este. Las flores abren de nuevo sus pétalos y se ponen
más bellas de lo normal para recibir a su fiel amigo. El agua de los ríos de alrededor se
muestra brillante y como si fuera magia, se comienzan a generar pequeños arcoíris al
interior de esta.

Algunos ruidos de dinosaurios madrugadores interrumpieron el sueño de Yun; Yun es


un dinosaurio de apenas 6 años que vive con su madre Ali, su padre Guba y su hermano
menor Nico, todos ellos son Diplodocus -o como los llamaban los otros dinosaurios;
“cuellos largos”-.

Ese día el pequeño Nico cumplía 2 años. Ya estaba planeado un gran festejo que
iniciaría desde temprano, sin embargo, esa mañana él no estaba tan animado como
siempre. Nico se sentía triste porque su cuello, a diferencia de los demás, era el más
pequeño en la aldea.

Yun despertó y rápidamente fue a buscar a su hermano, se sentía emocionado y quería


disfrutar con él cada momento de su día especial.

Lo encontró aun acostado, esto le resultó extraño y lo animo a despertarse.

-Déjame Yun, no tengo ganas despertarme para la fiesta.

-Pero todos los cuellos largos asistirán, habrá mucha comida y podremos jugar todo el
día, ¡levántate ya!

-Todos se burlarán de mi por mi pequeño cuello. No quiero que eso pase y menos en mi
cumpleaños.

- ¿Es tu cumpleaños cierto?, y los que cumplen años reciben muchos regalos, ¿verdad?
– en ese momento Nico volteo a ver a su hermano con mucho interés pues siempre le
habían gustado los regalos.

-Si te levantas yo te conseguiré el regalo más grandioso y espectacular que alguna vez
haya visto esta aldea.
En ese momento Nico se llenó de emoción, se levantó del montón de hojas donde
duerme y comenzó a dar saltos alrededor de su hermano preguntándole que era aquel
regalo tan maravilloso.

-Si me prometes disfrutar tu fiesta hasta el final, en la noche te aseguro tendrás tu regalo
y podrás jugar todo el tiempo que quieras con él.

Así ambos hermanos pactaron y Yun comenzaría su encomienda. Corrió en dirección a


su madre y después de que esta le diera un beso de buenos días, le dijo:

-Mamá, debo de ir a conseguir el regalo más grandioso y extraordinario para Nico. Se


siente triste porque su cuello aún es pequeño, pero podemos ayudarle a que crezca,
¿verdad? Pude hacer que se levantara para que pueda asistir a la fiesta.

Su madre frunció el entrecejo y después soltó una pequeña risa -Tu hermano se
preocupa por cosas sin importancia, en el momento indicado su cuello crecerá y será
igual de lindo que el tuyo o el de tu padre.

Guba se encontraba leyendo las ultimas inscripciones en piedra para enterarse de las
ultimas noticias en la aldea, cuando de repente fue distraído de su lectura por el
comentario de Ali, miro a Yun y le dijo:

-Hazle caso a tu madre. Ella tiene toda la razón, recuerdo lo mucho que a mí también
me preocupaba el tamaño de mi cuello hasta que con el tiempo creció y dejé de
preocuparme.

-Le prometí que haría algo maravilloso para que se sintiera mejor y no puedo fallarle,
como su hermano mayor tengo que cuidarlo.

-Está bien Yun… pero no quiero que llegues tarde a la fiesta o tu hermano se pondrá
muy triste. Ve con mucho cuidado. Podrías preguntarle al viejo Flaay, de seguro tendrá
cosas muy interesantes, es el cuello largo que lleva más tiempo en este sitio y podrá
darte un buen consejo.

Además de ser el dinosaurio más viejo entre todos los de la aldea, el viejo Flaay
también era conocido por tener el cuello más largo de todos y ser el más sabio, se decía
que podía alcanzar los árboles más grandes sin necesidad de esforzarse y en algún
tiempo se dedicó a aconsejar y ayudar a todos en la aldea. Yun se sentía convencido de
ir con él ya que si alguien sabia de cuellos largos, debía ser él, él sería el indicado para
ayudar a que creciera el cuello de Nico, sin embargo, su plan no era tan fácil. El viejo
Flaay se encontraba casi a las afueras de la aldea, se decía que cuando empezaron a
llegar más familias este tuvo que irse a vivir a un bosque cerca de ahí para poder vivir
en un sitio tranquilo.

Yun llego al centro de la aldea, se acercó a una madre que recogía el desayuno para sus
bebes y comenzó su investigación.

-Buenos días, señora, hoy es el cumpleaños de mi hermano menor Nico y debo de llegar
a la casa del señor Flaay para poder descubrir el secreto de su cuello tan…largo, ¿Sabe
cómo puedo llegar?

-Claro que si pequeño, tienes que caminar por el sendero que se ve pasando aquel rio.
Te recomiendo que pases por una piedra de rio antes de llegar a la casa del señor Flaay,
no sé porque al viejo le encantan tanto y te aseguro que te ayudara si le consigues una
como obsequio.

Después de agradecerle por la información, Yun emprendió la aventura en busca de la


casa del señor Flaay. Al llegar al rio Yun comenzó a mirar por encima de este para
poder observar la piedra más bonita que pudiera alcanzar sin mojarse tanto.

Tardo un poco, pero por fin la encontró, una bella piedra azulosa con una perfecta forma
redonda; era hermosa y de seguro le encantaría al señor Flaay. El único inconveniente
era que la piedra se encontraba al otro extremo del rio, y el terreno se sentía algo
resbaladizo por toda la humedad del agua. Dando pequeños pasos sobre algunas piedras
grandes que sobresalían del rio, Yun logro acercarse sin haber caído al agua. Cuando
Yun se agacho para recoger el obsequio, una corriente de agua lo hizo tambalearse.
Afortunadamente logro recuperar el equilibrio y al enderezarse otra corriente lo hizo
tropezar y así quedar empapado en medio del rio.

Se levanto completamente mojado, se sentía molesto por haberse mojado pero


victorioso por haber logrado recoger aquel presente, rápidamente se sacudió y comenzó
a caminar con la piedra equilibrada sobre su cabeza en dirección a la casa del señor
Flaay.
Se acercaba a la casa del viejo Flaay, era una linda floresta llena de árboles de varios
tipos, algunos más grandes que otros de diversos colores café que retrataban un paisaje
delicioso para la panza. Yun no pudo aguantar y le dio algunas mordidas a el follaje de
algún árbol que se cruzó en su camino para mitigar el cansancio que sentía. Caminar por
tanto tiempo con el obsequio en su cabeza era algo agotador, hasta que, con la panza
llena y emocionado, dio con el lugar. El viejo Flay se encontraba sentado dándole la
espalda.

- ¡Buenos días, señor Flaay!

El grande y pesado dinosaurio dio un salto como si se hubiera sentado en una gran
astilla. - ¡Hola Yun!, vaya susto me pusiste…no es porque sea un miedoso, pero ya
sabes, no puedes ir por ahí espantando a los demás, pequeño… ¿Cómo puede ayudarte
este grande y pesado dinosaurio?

-Hoy es el cumpleaños de mi hermano y…

-Cumple 2 años, ¿cierto?

-Así es, ya nos estamos volviendo todos unos fortachones.

-Espero no tan fuertes como yo. Aun sigo con la misma fuerza de antes y sigo siendo el
cuello largo más valiente de esta aldea.

-Claro señor Flaay…apuesto a que usted sabe cómo hacer que el cuello de mi hermanito
crezca, él se siente muy triste por tener el cuello tan pequeño. Le prometí que le llevaría
un regalo maravilloso para su fiesta y quiero poder regalarle un cuello más largo.

- ¡La fiesta…!, gracias por recordarme, sabía que tenía algo importante que hacer, pero
no lograba recordarlo. Hay que arreglarse para poder bailar con las chicas…hoy habrá
mucho baile y este anciano aún conserva los mejores pasos de baile de toda la aldea.

-Señor Flaay... ¿me ayudara?

- ¿Con qué cosa?

- ¡El regalo para Nico!, mi hermanito.

- ¡Cierto!, puedo llevarte cerca de un riachuelo y buscaremos una bella piedra para
regalársela.
En ese momento, Yun miro hacia arriba señalando con los ojos el obsequio que le había
llevado.

-Es para usted esta piedra señor Flaay, sé que a usted le gustan mucho. Pero lo que en
verdad haría feliz a mi hermano es un cuello más largo, así como el suyo, ¡por favor
ayúdeme!

- ¿Estás seguro de que no quieres obsequiársela a tu hermano?, ¡es un bello obsequio!,


de seguro le encantará.

-Señor Flaay…ya a nadie le gustan las piedras de rio, necesita un regalo mejor, él se
encuentra muy triste porque su cuello es pequeñito, por favor ayúdeme.

-Ya crecerá su cuello. Los cuellos no pueden crecer dándonos gusto, ellos crecen a su
tiempo. Lo importante es disfrutar de lo que tienes, sin importar si es un cuello
pequeñito o uno grande, ambos son igual de bonitos.

Al escuchar esto, Yun se sentía decepcionado, cansado y triste por no haber encontrado
nada para ayudar a su hermano, comenzó a llorar y el señor Flaay lo levanto para
llevarlo de vuelta a casa y no se perdiera de la fiesta de su hermano.

Mientras iban camino a casa el viejo Flaay comenzó a hablarle a Yun para tratar de
animarlo y explicarle algunas cosas:

- ¡Es muy bonita la piedra que recogiste de aquel rio! ¿Ya le pusiste algún nombre? Yo
le veo forma de… ¡Pancha!

- ¡No me gusta y no quiero ponerle ningún nombre!, por su culpa me duele el cuello y
termine empapado. Además, creí que regalándosela podría conseguir algo para ayudar a
Nico, pero todo fue en vano.

Un gran silencio se creó entre ambos, y antes de que Yun comenzara a llorar de nuevo
el viejo Flaay se adelantó.

- ¿Sabes porque me gustan tanto las piedras de rio, Yun?

-No, no lo sé…

-Me gustan las piedras de rio porque su forma es perfecta, durante toda su vida el paso
del agua va moldeándolas, ellas no deciden como crecer ni de qué manera lo harán, es el
agua quien decide por ellas y ellas sólo se encargan de lucir sus preciosas figuras como
un lindo obsequio. Además, deberías de sentirte orgulloso de él espécimen tan lindo que
lograste sacar, aunque a veces no logres conseguir lo que deseas, debes de sentirte
orgulloso de ser tan valiente y haberte esforzado. Muchos cuellos largos pasan toda su
vida preocupados por la longitud de sus cuellos, buscan remedios o herramientas que
puedan ayudarles y olvidan lo más importante, disfrutar como poco a poco el agua nos
moldea y nos hace a todos diferentes, pero no menos bellos.

-Está diciendo que somos como piedras de rio, señor Flaay.

-Tal vez no somos tan lindos, pero nos parecemos un poco. Te llevare de vuelta a la
fiesta tu hermano para que puedas estar con él y divertirse juntos, puedo apostarte que
ya muchos te dijeron que su cuello crecerá con el paso del tiempo, y tienen razón.
¿Sabes cuál es mi secreto para ser tan grande y sabio?

El corazón de Yun se llenó de entusiasmo por obtener por fin una respuesta a sus
suplicas.

-Mi secreto es disfrutar el momento, divertirme, comer, bailar, jugar y no preocuparme


por las cosas que siguen su propio rumbo. Hoy aprendiste una valiosa lección, Yun.

De vuelta en casa, cuando Yun le conto de su travesía a su madre, de lo cansado que


había terminado, de cuando se cayó en el rio, de lo pesado que había sido llevar la roca
arriba de su cabeza y de la respuesta del señor Flaay a la pregunta que tanto esperaba
responder. Ali, al escuchar todo eso le dijo:

-Ese viejo es todo un sabio y yo lo soy aún más, yo te lo dije desde un principio, no
debes preocuparte por cosas que no importan. El cuello de tu hermano ya crecerá en su
momento y será igual de bello que el de los demás, algunos tardan más y otros tardan
menos; pero eso no quiere decir que tu hermano se vaya a quedar con un cuello cortito
toda su vida. Ahora ve y disfruta de su compañía, él te necesita más que tener un nuevo
cuello.

Pasaron toda la tarde jugando y comiendo arboles deliciosos, todos los diplodocus de la
aldea se reunieron y todo alrededor se transformó en un gran festejo, risas, bailes,
diversión y, sobre todo, una gran familia. Todos se sentían orgullosos de Nico, se
divertían y lo apoyaban.
Cada uno de los integrantes de la aladea es un miembro importante para todos, y es un
gusto ver como una de todas las pequeñas partes que forman una familia crece.

También fue un gran día para Yun, a pesar de todos los problemas que pasó se sentían
feliz de ver a su hermano crecer y poder divertirse con él. Conoció al viejo Flaay, que a
pesar de su rara forma de ser le enseño mucho, además pudo notar que le empezaban a
gustar aquellas piedras azules, ya podía entender porque le gustaban tanto a su nuevo
amigo.

Nico si recibió el regalo esperado, su hermano le obsequio la pierda de rio que había
conseguido y, sobre todo, Yun había entendido que su hermano no necesitaba piedras
bonitas o un cuello enorme como regalo, necesitaba el apoyo de su familia. Y ese sigue
siendo para Nico, Yun, Ali, Guba y todos los demás dinosaurios, el mejor regalo del
mundo.

También podría gustarte