bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo» (Mateo 28.19-20).
Cuando Jesús primero llamó a los
discípulos de sus ocupaciones regulares para hacerlos «pescadores de hombres», cada uno llegó con sus experiencias de vida y sus habilidades para esta nueva tarea pero sin conocimiento práctico sobre cómo cumplir esta nueva función. Después de pasar tres años bajo el liderazgo de Jesús, los discípulos fueron transformados de novatos sin experiencia en líderes completamente preparados, inspirados y espiritualmente fundamentados, capaces de cumplir la Gran Comisión de ir a todas las naciones con las buenas nuevas. ¿Cómo logró Jesús la transición desde el Llamado a la Comisión? Aunque hubo el elemento milagros, el proceso no fue tan milagroso. Implicó una ejecución perfecta de un proceso familiar por un guía personalmente comprometido a alcanzar una meta a través del crecimiento y desarrollo de aquellos que le seguían. Creemos que la experiencia que Jesús tuvo como aprendiz bajo instrucción como carpintero le proveyó con un modelo práctico para ayudar a la gente a crecer y a desarrollarse que pudo usar en la experiencia de aprendizaje de sus discípulos desde el Llamado a la Comisión. Habiendo presumiblemente sido guiado a través de cuatro etapas normales de aprendizaje de una nueva tarea: desde el noviciado (alguien que comienza) a aprendi z (alguien en entrenamiento) a obrero calificado (alguien capaz de trabajar en forma independiente) y finalmente a maestro/instructor (alguien altamente calificado y capaz de enseñar a otros) del oficio de carpintero, Jesús trajo a su tiempo de liderazgo un claro entendimiento del trayecto entre la dependencia y la independencia.
Para que alguien progrese desde ser un
novato hasta ser un maestro en cualquier rol o habilidad, se requiere de un guía que dirija a lo largo del camino y que dé lo necesario para avanzar a través del proceso de aprendizaje.
Los novatos entran en el proceso de
aprendizaje a través de una fase de orientación y luego avanzan a una fase de entrenamiento como aprendices hasta que obtienen suficiente dominio del trabajo como para proceder por sí mismos. Con el tiempo, los obreros calificados desarrollan la experiencia y el conocimiento avanzado requerido para ser acreditados y comisionados como maestros/instructores.
Las necesidades de un novato
Los novatos son personas que comienzan a realizar una tarea en particular para lograr una meta asignada. Necesitan saber qué, cuándo, dónde, por qué y cómo hacer algo. Un novato necesita que el líder le provea información básica. Phil recuerda el primer día que asistió a una nueva escuela en otro pueblo. Al pasar por la puerta, se dio cuenta que la información que había recibido anticipadamente en un libro de geometría no le serviría de mucho. Lo que él necesitaba era alguien que le dijera dónde estaba su armario y cómo encontrar los baños y la cafetería. Treinta años después, el día que comenzó a trabajar en una oficina ubicada en un edificio muy alto como nuevo jefe del departamento de personal, la cosa más importante que necesitaba saber era la ubicación de su oficina y cómo encontrar los baños y la cafetería. Los novatos necesitan información básica antes de que puedan progresar. También necesitan a alguien comprometido con su desarrollo para integrarlos en el proceso de aprendizaje. Necesitan sentir que alguien que sabe piensa que su trabajo es suficientemente importante como para invertir tiempo y energía para enseñarle correctamente. La forma más rápida para desanimar a un novato es delegar su orientaci ón a alguien que no le interesa mucho el éxito del estudiante. ¿No le ha pasado que en el proceso de registrarse para algo se ha encontrado con que la persona encargada le ha manifestado un interés casi nulo lo que lo ha llevado al borde de sucumbir por aburrimiento? Si ha tenido esta experiencia, entonces sabe cómo se siente un novato cuando se le deja en manos de una persona desinteresada. Cuando alguien comienza una nueva tarea o meta como novato, puede sentirse entusiasmado por la oportunidad o vacilante porque ha sido apremiado en el proceso de aprendizaje. Por ejemplo, vamos a ver dos experiencias paralelas: una joven de quince años aprendiendo a conducir y un hombre de cincuenta y ocho aprendiendo a usar un bastón de tres piernas después de haber sufrido un ataque de corazón. El día que la muchachita obtiene su permiso para aprender a conducir se siente excitadísima pero tiene muy poco conocimiento sobre cómo conducir un automóvil. Su padre necesita decirle la exacta secuencia de las cosas que tiene que hacer antes de arrancar el motor en la primera prueba de manejo. El día que la víctima del ataque de corazón comienza su proceso de rehabilitación para aprender a caminar con un bastón, se siente furioso y confundido por tener que aprender a hacer algo que ha hecho durante toda su vida pero ahora en una forma nueva y nada de atractiva. Ambos novatos tienen que seguir instrucciones que pueden ser nuevas o complicadas. En el caso de la adolescente, una atractiva visión en la que lleva a sus amigos a la playa después de una o dos lecciones pueden hacer que desarrolle demasiada confianza y se ponga impaciente con el proceso de aprendizaje. En el caso de la víctima de ataque de corazón, el «por qué» puede hacerlo renuente a encontrarse y aceptar los términos con la nueva realidad de su vida.
Pausa y reflexión
Piense cuando usted era un novato sin
experiencia y empezaba a aprender una nueva tarea o función. ¿Qué fue lo que más necesitó que alguien le diera para ayudarle a comenzar? ¿Lo logró? Si no, ¿cuál fue el resultado?
Jesús y los discípulos novatos
Sin duda que los discípulos eran unos novatos cuando Jesús los encontró. Andando Jesús junto al mar de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano, que echaban la red en el mar; porque eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres. Ellos, entonces, dejando al instante las redes, le siguieron (Mateo 4.18-20).
Jesús vio en estos rudos pescadores
la materia prima para los futuros líderes de su ministerio, que dejaría bajo su responsabilidad cuando llegara el fin de su tiempo de liderazgo terrenal. En su entusiasmo, Pedro y Andrés literalmente dejaron lo que estaban haciendo cuando Jesús los llamó al más alto propósito de ser «pescadores de hombres». Aunque estaban entusiasmados, no tenían idea sobre cómo emprender su nueva tarea. La tarea ahora era ser «pescadores de hombres», y no tan sólo pescadores. Se encontraban en el nivel de novatos. Y en ese nivel dependían de que Jesús les enseñara cómo hacerlo. Por lo tanto, para satisfacer sus necesidades de aprendizaje, Jesús se dedicó a decirles qué hacer y cómo hacerlo. Eso es lo que Jesús hizo cuando envió a los doce discípulos por primera vez a predicar las buenas nuevas. Les dio instrucciones básicas amplias sobre a dónde ir, qué decir, qué hacer y cómo hacerlo: Por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia. No os proveáis de oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos; ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno de su alimento. Mas en cualquier ciudad o aldea donde entréis, informaos quién en ella sea digno, y posad allí hasta que salgáis. Y al entrar en la casa, saludadla. Y si la casa fuere digna, vuestra paz vendrá sobre ella; mas si no fuere digna, vuestra paz se volverá a vosotros... He aquí yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas (Mateo 10.5-13, 16).
Creemos que a menudo, los líderes
en las iglesias y en el mundo de los negocios forman gente para que fracase porque no aceptan la responsabilidad para reconocer y responder efectivamente a esta etapa de orientación.