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Jean-Pierre Changeux EL HOMBRE DE VERDAD Primera edicidn en francés, 2002 Primera edicidn en espaol, 2005 Changeux, Jean-Pierre El ho Virginia Aguirre. — México : FCB, 2005 S11 po 238 1 em (Colec Seceién de Ob bre de verdad / Jean-Pierre Changeu ; trad, bras de ¢ y Tecnologia) iencia Viculo original: Homme de vérité ISBN 968-16-7534. 1. Neurociencias 2. Genémica 3. Filosofia I. Aguitre, Virginia, er. 11. Ser IL ¢ LC QP360 C455 Dewey 612.82 Ch328h —_— Titulo original LHomme de vérité © 2002 by the President and Fellows of Harvard College © Editions Odile Jacob, 2002 Disefio de portada: Laura Exponda Se prohibe la reproduccién total o parcial de esta obra —incluido el disefio tipogréfico y de portada— sea cual fuere el medio, electrénico 0 mecénico, sin el consentimiento por escrito del editor Agradecemos sus comentarios y sugerencias al correo electrénico laciencia@fondodeculturaeconomica.com Conozca nuestro catélogo en http://www. fondodecul turaeconomica.com D.R. © 2005, Fonvo pe Cuttrura EconéMIca Carretera Picacho-Ajusco, 227; 14200 México, D.F. http://www. fce.com.mx ISBN 968-16-7534-7 Impreso en México/ Printed in Mexico LfS ZA ‘Le SUBS SER ERE a 2 aM FAG « IV. CONOCIMIENTO y VIDA SOCIAL LA ADQUISICION DE CONOCIMIENTOS por p; : arte del nifio pequen incervencidn —es nuestra hipdtesis niho pequefio supone la de juegos cogniti: i vos entre 2 ed mundo exterior. Durante el desarrollo del ser ie entre el organismo y Jano, estos juegos se amplian privada del espacio consciente. La prueba a @ en estas condiciones por la produccién de representa- ciones previas 0 “modelos internos” y su permanente actualizacién en funcién positivas o negativas procedentes del mundo exterior, asi como de autoevaluaciones internas que ocurren dentro del espacio de trabajo. A lo largo? | — { paulatinamente hasta invadir la esfera priv: de realidad se manifi de sancione | del desarrollo del nifio, el procesamiento consciente de los conocimientos se vol-\ vera cada vez mds “reflexivo” (véase capftulo III). Las acciones externas seran acciones autométicas por t reemplazadas poco a poco por célculos internos y simulaciones diferidas. La adquisicién de conocimientos y su procesamiento se operara entonces por medio de cilculos tacitos realizados en el nivel de los cere- bros individuales. Entonces, ;cémo decidimos si lo que percibimos y lo que nos representamos\. de manera interna y en primera persona s{ constituye una descripcién adecuada | del mundo? Incluso cuando se trata simplemente de la naturaleza y de la signi- ficacién de los objetos o sucesos ordinarios de la vida comiin, las opiniones pue- den ser divergentes. Por ejemplo, la tierra es plana o gira sobre su propio eje? Qué decir dela resurreccidn de los muerraso dela reencarnacién? zQué pen- sar de un posible efecto de los astros en nuestra conducta? ;Son verdaderas estas creencias tan extendidas? Ya mencioné el caso de las zofrénicos, aun en ausencia d alucinaciones 0 los delirios que viven los esqui- le estimulos externos. Estos pacientes escuchan i i is restres 0 sobrena~ de ellos, como instancias superiores extratert sobs fale Se no ponen en duda. También pueden tener eae visuales de seres quiméricos © ee Ae oe pe anid fas ie reales yresan. |: gcomo eee te eed sisten toda tentativa de un andli- was ae eS pete sui ee El paciente no sélo or e : i Fe ape i oces sar por loco. ; 12 EL HOMBRE DE VERDAD 122 re, existe un medio eficaz de lograr avang £5 ey bj al. La comunicacidn entre gy) lenguaje conttibuye em Aunque sigue siendo insu! “onsiste en f cuanto a lo verdadero. Consiste «7 en ebate interperson’ a olver el problema. roa teba la veracidad de nuestros conocimientos ing ind. star estas experiencias interiores, 6 Koes euane,Y88 @ terceros y abrir un d se etc conscientes puede ayudar ares em mee i manera decisiva a poner a pr he a ae aestosconocimientos con leva ora dtc a or aan nen eeiiferente. Ya mencioné —y lo abordaré con mayor detenimjen ecbiesal atdmica del cerebro que pucde exits ‘o en el capi |— la variabilidad an: to en el capitulo VI— la yariabil ; ee incluso entre individuos genéticamente idéntic: . Sugerf que en lugar di incluso entre individuos genéti te idénticos. gar de con. cebir a “codificaciin neuronal’ en xérminos de conectividad precisa y reprodugi. ble, era prefrible verla como “distribuciones de relaciones funcionales” comungs Gepnsric®~ entre poblaciones de células nerviosas dispersas en el conjunto de la corteza cere bral. El problema reaparece. ¢Cémo, en estas condiciones, pueden comprenderse Bian \nyet- BML Jer pentreers pen tn dtronciaesigifcativas, de une vibe { tante en su configuracién cerebral? ¢Cémo individuos diferentes, que han vivido Con\eniclo C experiencias diferentes, pueden aplicar las mismas distribuciones de relaciones: Meniel. } funcionales o incluso producir qualia similares, de suerte que efectiva Qoenporo| establezca una comprensién mutua? En el contexto de la evolucién biol precio a pagar por el desarrollo epigenético de las redes neuronales parece el do. Por otra parte, el uso del lenguaje hablado para comunicar representac significados 0 pensamientos, y para poner a prueba su verdad en el nivel. acarrea otro problema: el de la diversidad de las lenguas. Si bien el uso vestigaciones filoséficas, ca lo que determina el si ificadoslo esto es suficiente? ;Nos ay hia esenciales de la ieau cipelpcéhlilne Gok ae que [el hablante] dice y oath ee CONOCIMIENTO Y VIDA SOCIAL EL TRIANGULO DEL SIGNO A finales del siglo xx, dos personalidades originales marcaron nuestra ¢ sidn de la manera en que los seres hum: a Anos Comunican los conocimientos pe medio del lenguaje hablado: el fildsofo estadounid ; dense Charles Sanders Pe ellingiiista suizo Ferdinand de Saussure, Am bos reexaminaron la distineidn cla acta ‘s entre el objeto externo, la imagen mental que evoca y su comunicacién a través de las palabras, P, sica que hacia Aristéte s ms ara cl fildsofo griego, el vinculo entre cosa y concepto era “natural” y basado en la imitacién, mientras que la relacion entre el sonido y el concepto era “arbitraria” y resultado de la tradicién Peirce fue mucho mis ‘: 3 ; lejos al fundar una teoria general de los signos, la semi¢ tica, que trata directamente sobre la adquisicién y la comunicacién de los cono- cimientos. El problema neial, para él, era comprender cémo una persona re otra algo equivalente o incluso mas desarrollado de. ( To queseencu ya, tratese de una una relacidn triadica entre un objeto del mundo exterior, el “pens interpretativo” del sujeto 0 interpretante (hoy dirfamos el referente) y la imagen actistica (0 visual), 0 representamen que forma en su cabeza. Saussure, en su célebre Curso de lingitistica general de 1915, concuerda con Peirce (aunque no haya tenido conocimiento sobre su obra) en lo que respecta ala definicién del signo lingiifstico. De acuerdo con él, el signo es una representa- cién mental que vincula no una cosa y una palabra, sino un concepto y una ima- gen actistica. En los términos de Peitce, el signo corresponde a la base de su tridngulo y vincula al incerpretante con el representamen. Saussure lleva mis lejos su interpretacién; para él, el signo es una entidad psiquica de dos caras com- parable con una hoja de papel: el pensamiento —el significado— es el recto y dl sonido —el significante— el verso. Yo diria que el stan ate al conoci- miento que el sujeto tiene de un objeto: la dis ribucién neural de los 8 He le corresponder® La tinica funcién del significante serfa entonces permitir I correspon igmo de transmisién de los conocimientos entre los indi- aplicacién de un mecanismo i i ‘on, la unién del significante y el signi- viduos, Saussure pensaba que la eaters ae i etaeeibtant de un aprendizaj rebro, i eno sa i Ss resulta de la estabilizaci6n ¢| de redes ‘culos I y VI). ype : neuronales comunes (véanse APIO. medio del significant Petce ia de la icacion por ™ Bice ae Ca dat a ding we grande sen inerprtanes fea, “enim” que demuestra qu compen to propio del signos cae que ee real o no, Peirce postulaba que amiento tl

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