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Finalidad Tuitiva o Compensadora en Garantía de La Promoción de Una Igualdad Real, Que en El
Finalidad Tuitiva o Compensadora en Garantía de La Promoción de Una Igualdad Real, Que en El
SUMARIO.
1. Los principios del Derecho del Trabajo.
a. Aspectos generales.
b. Los principios tradicionales.
- Principio protector y sus reglas.
- Irrenunciabilidad de los derechos laborales.
- Principio de continuidad.
- Supremacía de la realidad.
- Principio de Libertad Sindical.
2. Concurrencia de normas laborales: aplicación de los principios de jerarquía normativa y de la
norma más favorable.
3. La interpretación de las normas laborales.
a. La interpretación de la ley.
b. La interpretación de los instrumentos colectivos.
4. Ámbito de aplicación del Código del Trabajo.
5. La prescripción y la caducidad de los derechos laborales.
6. La infracción laboral.
- Que las condiciones laborales sean más beneficiosas para el trabajador, lo cual
importa compararlas con otra regulación, nacida bajo el imperio de una norma
antigua, sea legal o convencional.
- Que las condiciones laborales hayan sido efectivamente reconocidas al trabajador, a
nivel individual.
Cabe señalar que esta regla también tiene aplicación en nuestro ordenamiento jurídico
laboral, pese a que los fundamentos que permiten afirmar su vigencia no son tan fuertes como la
declaración expresa del legislador dada para la regla anterior.
b.2. Principio de la irrenunciabilidad de los derechos laborales. El carácter tutelar del
Derecho del Trabajo se manifiesta, también, en el principio de irrenunciabilidad de los derechos
laborales. Este principio plantea la imposibilidad jurídica de privarse voluntariamente de una o
más ventajas concedidas por el Derecho del Trabajo. El ordenamiento jurídico laboral se aleja
nuevamente de los criterios civilistas, que recogen los principios contrarios, de la
renunciabilidad de los derechos y de la autonomía de la voluntad. Ello con justa razón, toda vez
que, como se ha señalado, no existe paridad entre las partes de la relación laboral. Así, la
autonomía de la voluntad, como tal, no está en juego, sino que se trata de evitar su abuso.
Ahora bien, pese a que la importancia de este principio no está en discusión, no existe
siempre la misma precisión respecto del alcance de la irrenunciabilidad. ¿Qué normas son
irrenunciables?, ¿todas las normas laborales, cualquiera sea su fuente?, ¿sólo las normas
contenidas en la ley laboral?, ¿sólo se prohíbe la renuncia mientras rige el contrato de trabajo o
también se prohíbe con posterioridad?. La cuestión presenta matices en los diferentes
ordenamientos jurídicos, pero el nuestro recoge este principio en el inciso segundo del artículo 5
del Código del Trabajo, que establece que “los derechos establecidos por las leyes laborales son
irrenunciables, mientras subsista el contrato de trabajo”. La norma se refiere sólo a los
derechos laborales de carácter individual, por lo que los derechos de carácter colectivo serían
renunciables al no estar considerados en el citado artículo 5. Además, la irrenunciabilidad sólo
se plantea mientras subsista el contrato de trabajo, pudiendo renunciarse a los derechos
laborales una vez terminado el contrato. Y queda una tercera perspectiva en discusión: ¿qué
derechos laborales son irrenunciables?, ¿sólo los establecidos expresamente por la ley laboral o
también los que fluyen del ordenamiento jurídico en general?. La cuestión se discute.
b.3. Principio de la continuidad de la relación laboral. El contrato de trabajo es un
contrato de tracto sucesivo, o sea, la relación laboral no se agota mediante la realización
instantánea de un acto, sino que dura en el tiempo. Esa duración y estabilidad es la que pretende
proteger el principio de la continuidad.
Este principio ha sido recepcionado por nuestro ordenamiento jurídico laboral, por
ejemplo, en las siguientes manifestaciones:
b.3.1. EL LEGISLADOR HA MANIFESTADO SU OPCIÓN POR LOS
CONTRATOS DE TRABAJO DE DURACIÓN INDEFINIDA. Según su duración, los
contratos de trabajo se clasifican en contratos de duración indefinida, contratos a plazo fijo y
contratos por obra o faena. Por mandato legal, los contratos a plazo fijo se transforman en
indefinidos en los siguientes casos:
- Por el hecho de continuar el trabajador prestando servicios con conocimiento del
empleador después de expirado el plazo fijado en el contrato (artículo 159 Nº 4
inciso cuarto del Código del Trabajo).
- Por el hecho de renovar por segunda vez un contrato de plazo fijo (artículo 159 Nº 4
inciso cuarto del Código del Trabajo).
Además, el legislador contempló una presunción de contrato de duración indefinida, en
el inciso segundo del mismo artículo 159 Nº 4 del Código del Trabajo: “el trabajador que
hubiere prestado servicios discontinuos en virtud de más de dos contratos a plazo, durante doce
meses o más en un período de quince meses, contados desde la primera contratación, se
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presumirá que ha sido contratado por una duración indefinida”. Comparto lo planteado por la
profesora Irene Rojas cuando señala que esta presunción tiene una eficacia limitada, toda vez
que opera sobre una especie de “fórmula matemática”, que es posible eludir mediante el no
cumplimiento de los períodos señalados.
La aplicación por analogía de estos mismos criterios respecto de los contratos por obra
o faena es discutida por la doctrina.
De otra parte, el legislador ha limitado la duración máxima de los contratos a plazo fijo,
de la siguiente manera:
- Regla general: la duración de un contrato a plazo fijo no puede exceder de un año.
- Excepción: la duración de los contratos a plazo fijo de gerentes o personas que tengan
un título profesional o técnico otorgado por una institución de educación superior del Estado o
reconocida por el Estado no podrá exceder de dos años.
b.3.2. LOS CONTRATOS DE TRABAJO SÓLO PUEDEN TERMINAR
LIBREMENTE POR VOLUNTAD DEL TRABAJADOR, PERO NO POR VOLUNTAD
UNILATERAL DEL EMPLEADOR, SALVO QUE INVOQUE ALGUNA DE LAS
CAUSALES QUE ESTABLECE LA LEY. El establecimiento de un sistema causado de
terminación del contrato de trabajo por iniciativa del empleador permite afirmar que
actualmente el ordenamiento jurídico laboral otorga una estabilidad laboral relativa. No existe
una completa estabilidad laboral, toda vez que el sistema de terminación del contrato de trabajo
depende, en definitiva, de la capacidad económica de las empresas para hacerse cargo de las
indemnizaciones. Además, subsiste el desahucio respecto de ciertas categorías de trabajadores.
b.3.3. EL CONTRATO DE TRABAJO PERMANECE CUANDO CAMBIA LA
DIRECCIÓN DE LA EMPRESA. Así lo señala el artículo 4 inciso segundo del Código del
Trabajo, cuando establece que “las modificaciones totales o parciales relativas al dominio,
posesión o mera tenencia de la empresa no alterarán los derechos y obligaciones de los
trabajadores emanados de sus contratos individuales o de los instrumentos colectivos de trabajo,
que mantendrán su vigencia y continuidad con el o los nuevos empleadores”.
b.3.4. PROCEDENCIA DE LA SUSPENSIÓN DEL CONTRATO DE TRABAJO. En
la actualidad nadie discute que los efectos del contrato de trabajo pueden suspenderse
transitoriamente, sin que ello signifique la terminación del contrato, produciéndose lo que
comúnmente se denomina “suspensión del contrato de trabajo”. El efecto que plantea dicha
suspensión es la cesación justificada y temporal de la obligación de trabajar o de pagar la
remuneración en su caso, o de ambas a la vez, subsistiendo el vínculo contractual.
La institución en comento, pese a no tener un tratamiento sistemático en nuestro
ordenamiento jurídico, fluye del contenido general de la legislación y de los criterios doctrinales
y jurisprudenciales que la han tratado.
b.4. Principio de supremacía de la realidad. Puede definirse este principio señalando que
en caso de discordancia entre lo que ocurre en la práctica y lo que surge de documentos o
acuerdos, debe darse preferencia a lo primero, es decir, a lo que sucede en el terreno de los
hechos. De esta forma han surgido las nociones de “contrato-realidad” y “efectiva relación de
trabajo”, entendiendo que la aplicación del Derecho del Trabajo depende cada vez más de una
relación jurídica objetiva, cuya existencia es independiente del acto que condiciona su
nacimiento. En todo caso, téngase presente que esta primacía de la realidad se manifiesta en
todas las fases y etapas de la relación de trabajo.
Pues bien, este principio ha sido recepcionado por nuestro ordenamiento jurídico laboral
en el artículo 8 del Código del Trabajo, respecto de una situación específica (presunción de
laboralidad), señalando que “toda prestación de servicios en los términos señalados en el
artículo anterior, hace presumir la existencia de un contrato de trabajo”. El artículo 7, por su
parte, entrega la definición de contrato individual de trabajo, estableciendo tres elementos:
- Prestación de servicios.
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- Remuneración.
- Subordinación y dependencia.
La jurisprudencia, por su parte, ha extendido la aplicación de este principio a todo el
Derecho del Trabajo. De otra parte, la aceptación de las denominadas “cláusulas tácitas” y la
procedencia de la modificación de los contratos por esa vía ratifican la vigencia de este
principio.
b.5. Principio de Libertad Sindical. Este es un principio referido a la génesis, aplicación
e interpretación del Derecho Colectivo del Trabajo. Su contenido ha sido dado principalmente
por los Convenios 87 y 98 de la OIT.
El profesor uruguayo Américo Plá define este principio indicando que es el conjunto de
derechos que tienen los trabajadores y sus organizaciones para organizarse sindicalmente y para
desarrollar actividades sindicales, entre ellas, la negociación colectiva y la huelga. De esta
definición se desprende que la libertad sindical tiene dos dimensiones:
- Dimensión individual. Corresponde a cada trabajador. Puede subclasificarse en
dimensión individual:
Positiva: Es el derecho de los trabajadores a constituir organizaciones sindicales o
afiliarse a ellas.
Negativa: Es el derecho de los trabajadores a no concurrir a la formación de
organizaciones sindicales ni afiliarse a ellas. Se discute si esta dimensión forma parte
del contenido del principio en comento.
- Dimensión colectiva. Corresponde a las organizaciones sindicales.
Cabe señalar que se discute la vigencia efectiva de este principio en nuestro
ordenamiento jurídico laboral, como se estudiará a lo largo del curso.
“Los derechos establecidos por las leyes laborales son irrenunciables, mientras subsista
el contrato de trabajo.
Los contratos individuales y colectivos de trabajo podrán ser modificados, por mutuo
consentimiento, en aquellas materias en que las partes hayan podido convenir libremente”.
De esta forma, el instrumento colectivo y el contrato de trabajo sólo pueden mejorar los
mínimos fijados por la ley.
b) La relación entre el instrumento colectivo y el contrato individual de trabajo está
regulada en el artículo 311 del Código del Trabajo (imperatividad de los instrumentos
colectivos). El citado artículo establece que “las estipulaciones de un contrato individual de
trabajo no podrán significar disminución de las remuneraciones, beneficios y derechos que
correspondan al trabajador por aplicación del contrato, convenio colectivo o del fallo arbitral
por el que esté regido”. De esta manera, las partes sólo podrán modificar - por la vía individual -
las cláusulas de un instrumento colectivo cuando ello vaya en beneficio del trabajador.
c) Por último, respecto del Reglamento Interno de la Empresa, en cuanto regulación que
emana de la potestad jurídica de mando del empleador, hemos señalado que tiene dos límites
principales. En primer lugar, este reglamento no puede contradecir in peius lo pactado
individual o colectivamente con los trabajadores.
De otra parte, el reglamento interno tampoco no puede contradecir in peius lo
establecido por la ley laboral. Si ello ocurriere, el delegado del personal, cualquier trabajador o
las organizaciones sindicales de la empresa podrán impugnar las disposiciones del reglamento
interno o sus modificaciones que estimaren ilegales, mediante una presentación ante la
autoridad competente.
c. Estatutos especiales.
También existen estatutos especiales que excluyen del ámbito de aplicación del Código
del Trabajo a determinadas categorías de personas:
- El Estatuto de Salud, aplicable a los profesionales y trabajadores que se desempeñan
en los establecimientos municipales de atención primaria (Ley Nº 19.378).
- El Estatuto Docente, aplicable a los profesionales de la educación que prestan
servicios en los establecimientos de educación básica y media, de administración
municipal o particular reconocida oficialmente, en los establecimientos de
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6. LA INFRACCIÓN LABORAL.
a. Aspectos generales.
La realidad de las relaciones laborales muestra que el trabajador rara vez acciona
individualmente para exigir el cumplimiento de sus derechos laborales, toda vez que
generalmente ve amenazada su estabilidad laboral. Es necesaria, entonces, la actuación de otro
actor en la tarea de fiscalización. La propia OIT prescribe que en cada Estado miembro debe
encomendarse esta tarea a un órgano estatal especializado en temas laborales.
En nuestro ordenamiento jurídico laboral, la fiscalización de los derechos laborales está
entregada principalmente a la Dirección del Trabajo. En efecto, el estatuto orgánico de esta
entidad administrativa y el propio Código del Trabajo, en su artículo 476 (nuevo 505), establece
que una de sus funciones más relevantes es la fiscalización del cumplimiento de la legislación
laboral. Esta función que cumple la Dirección del Trabajo, a través de sus inspecciones,
adquiere gran relevancia en Chile, toda vez que no existen sindicatos fuertes que colaboren en
esta tarea. Sin embargo, esta fiscalización tiene algunas debilidades:
- Se realiza a posteriori, cuando ya se ha cometido la infracción.
- Por lo general, las sanciones son pecuniarias, por lo que poco afectan a las grandes
empresas, que prefieren incumplir ciertas normas y pagar las eventuales multas
administrativas.
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b. Infracción general.
El artículo 477 (nuevo 506) del Código del Trabajo se refiere a la infracción laboral
general, es decir, a aquellas infracciones al Código del Trabajo y a sus leyes complementarias,
que no tienen señalada una sanción especial. La sanción asignada a estas infracciones siempre
es pecuniaria (multa expresada en UTM), y su cuantía depende de dos elementos:
- Gravedad de la infracción.
- Número de trabajadores contratados por el empleador.
c. Infracciones especiales.
Las infracciones laborales especiales están establecidas por todo el Código del Trabajo
y se caracterizan porque el legislador ha definido expresa y especialmente el tipo (acción u
omisión) que las constituye. Además, la sanción no siempre será pecuniaria, y cuando lo es,
normalmente tienen señalada una multa especial, pese a que puede suceder que se apliquen las
multas generales. Revisemos dos ejemplos de infracciones especiales:
Tipo Sanción
Simular la contratación de trabajadores a - Multa de 5 a 100 UTM.
través de terceros.
- Responsabilidad solidaria del empleador y de
los terceros respecto de los derechos laborales y
previsionales que correspondan al trabajador.
Utilizar cualquier subterfugio para ocultar, - Multa de 10 a 150 UTM, aumentándose en
disfrazar o alterar la individualización o media UTM por cada trabajador afectado por la
patrimonio del empleador, para eludir el infracción.
cumplimiento de las obligaciones laborales
- El empleador queda obligado al pago de todas
y previsionales, de origen legal o
las prestaciones laborales que correspondieren a
convencional.
los trabajadores.
El legislador estableció, además, un plazo de prescripción especial para los derechos y
acciones que emanan de estas infracciones especiales: 5 años desde que las obligaciones se
hicieron exigibles.