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EL SINODO DE LOS OBISPOS Y LA

COLEGIALIDAD EPISCOPAL

AURELIO FERNANDEZ

En el discurso a la Curia Romana, el 23 de diciembre del pasado


año, Pablo VI señalaba como un acontecimiento de gran relieve
que marcaría la vida de la Iglesia en el año actual, la celebración
en octubre de la primera "Asamblea Extraordinaria" del Sínodo de
los Obispos. El Papa resaltó una vez más la importancia del Sínodo
Episcopal: "L'importanza che Noi annettiamo a questa possibilità
di mutuo aiuto, basato su un principio di collegiale collaborazione
e di commune responsabilità dal Concilio Ecumenico Vaticano II
approvato ed incoraggiato, Ci ha indotto a questa deliberazione, che
confidiamo con l'aiuto di Dio coronata di risultati di non poca uti-
lità per la Chiesa" ( 1 ) .
Esta segunda asamblea sinodal, denominada en el Motu Proprio
Apostolica Sollicitudo '^Coetum extraordinarium", se caracteriza por
su relación m á s estrecha con las Conferencias Episcopales. A su
vez, el reglamento del Sínodo, publicado el 8 de diciembre de 1966,
tipifica la "Asamblea Extraordinaria" por la importancia del tema,
el cual debe constituir interés para la Iglesia universal y porque
su trascendencia exige una rápida definición ( 2 ) . Pero en realidad
este tipo de asamblea se caracteriza fundamentalmente más por la
importancia del tema que por la urgencia en su tratamiento ( 3 ) .

(1) AAS 61 (1969) 39.


(2) "Synodus Episcopo-rum congregatur... in coetum extraordinarium si res,
ad bonum quidem Ecclesiae universae spectantes, expeditam deflnitionem
requirant" Ordo Synodi celebrandi Pars I, cap. III, n.° 2 — A A S 59 (1967) 93.
Cf. Mons. V. FAGIOLO, en L'Osservatore della Domenica, 5-1-69, p. 2, en donde
precisa estas tres notas que caracterizan la Asamblea extraordinaria del Sínodo.
(3) Así lo manifestó a los periodistas el Secretario general del Sínodo,
Mons. Rubin: " I n realtà, questo tipo di Assemblea, cioè il carattere straordi-
nario dell'Assemblea, prende la sua nota caratteristica dalla considerazione
non tanto dell'urgenza e di una rapida definizione dell'argomento, quanto
dalla sua particolare importanza e dallo stesso carattere straordinario dell'
argomento ed anche della composizione della Assemblea".
" I l fattore essenziale che decide sul carattere straordinario dell'Assemblea
è constituito dell'argomento stesso e dalla sua straordinaria importanza".
L'Osservatore Romano 11-1-1969, p. 2.

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La celebración de esta primera Asamblea Extraordinaria ayuda-


rá, con las observaciones que aporten las Conferencias Episcopales,
" a una mejor organización del Sínodo y de su estructura" ( 4 ) . Asi-
mismo el tema de estudio de la próxima asamblea: Colaboración
de las Conferencias Episcopales con la Santa Sede, puede llevar a un
avance en la concepción teológica de la participación de los Obispos
en la sollicitudo del Papa en relación con la Iglesia universal.
El Synodus Episcoporum es una de las realizaciones m á s impor-
tantes del Vaticano I I y ha de ponerse en íntima relación con la
doctrina sobre la colegialidad episcopal, que supone una común
responsabilidad de los Obispos con el Romano Pontífice en el g o -
bierno de la Iglesia. Pero su estructuración teológica está todavía
en el hacerse. De aquí, su interés para el estudio en la Teología y el
Derecho. El Synodus tiene ya su estatuto jurídico, aunque su p r o -
visionalidad —puesta de relieve en la letra del Motu Proprio " A p o s -
tólica Sollicitudo"— exige una mayor elaboración en conformidad
con ciertos conceptos nuevos del derecho constitucional de la Igle-
sia y de las exigencias teológicas de la Colegialidad Episcopal.
Pero antes de adentrarse en las posibilidades teológicas del f u -
turo se precisa un análisis de los principios normativos que lo rigen
en la actualidad, y de las vicisitudes históricas que le dieron origen
y estimularon su aparición.

I. EL SINODO D E LOS OBISPOS EN EL AULA CONCILIAR

Y a en la etapa antepreparatoria algunos Padres habían deman-


dado que el Concilio debía resolver que el régimen universal de la

(4) "Tale esperienza gioverà ad una sempre migliore organizzazione del


Sinodo e della sua struttura". Möns. Rubin, ib.
(*) Los diversos esquemas y documentos del Decreto Christus Dominus se
citarán conforme a las siguientes siglas:
SDED, 1962: Schema Decreti de Episcopis ac de Dioeceseon regimine.
DCA, 1962: Schema Decreti de cura animarum.
SDE, 1963: Schema Decreti de Episcopis ac de Dioeceseon Regimine.
RDE, 1963: Relatio super Schema Decreti de Episcopis ac de Dioeceseon r e -
gimine
EDE, 1963: Emendationes a Concilii Patribus scripto exhibitae super sche-
ma Decreti de Episcopis ac de Dioeceseon Regimine.
RCR, 1964: Relatio circa rationem qua schema elaboratum est.
DPM, 1964: Decretum de pastorali Episcoporum muñere in Ecclesia.
RDPE, 1964: Relatio super schema Decreti de Pastorali Episcoporum m u -
ñere in Ecclesia.
ADPE, 1964: Animadversiones a Concilii Patribus exhibitae super Schema
de Pastorali Episcoporum muñere in Ecclesia.
TER, 1964: Textus emendatus et Relationes.
ADPEM, 1964: Animadversiones a Concilii Patribus exhibitae super schema D e -
creti de Pastorali Episcoporum muñere in Ecclesia, Series
Secunda.
T R M , 1965: Textus Recognitus et Modi a Commissione conciliari de Epis-
copis et Dioecesium Regimine examinati.

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LA COLEGIALIDAD EPISCOPAL

Iglesia fuese ejercitado por el Colegio de los Obispos junto con el


S u m o Pontífice y b a j o su autoridad ( 5 ) . Pero en esta época los d e -
seos de reforma en el gobierno de la Iglesia se centraron sobre la
general aspiración de la internacionalización de la Curia por la p r e -
sencia en Roma de los representantes de todas las naciones. Fue
a lo largo de las diversas redacciones del texto, en el capítulo p r i -
mero del Decreto "Christus D o m i n u s " , cuando se fue delineando,
al paso que se clareaba la doctrina sobre la colegialidad en la " L u -
men Gentium", la conveniencia de un organismo representativo del
Episcopado y con sede habitual en R o m a que asistiese al Romano
Pontífice en la sotlicitudo por toda la Iglesia.

El tema del episcopado en su oficio pastoral se propuso en la e t a -


pa preparatoria del Concilio en dos esquemas: " S c h e m a Decreti de
Episcopis ac de Dioeceseon regimine" (6) y " S c h e m a Decreti de cura
animarum" ( 7 ) . A m b o s esquemas reflejan en su m i s m o enunciado
las dos preocupaciones que les animan: el poder de régimen y la
misión de pastoreo en el territorio intradiocesano. Sólo circunstan-

(5) Las Actas resumen así esta petición: "Claris verbis a Concilio pro-
clamatur universalis Ecclesiae regimen iure exerceri ab Episcoporum Collegio
praeeunte Summo Pontífice, ita ut in Ecclesia universali regenda Episcopi
omnes iure suo partes exercere possint". Acta et Documenta Concilio Oecume-
nico Vaticano II apparando. Series I (Antepraeparatoria). Appendix volumi-
nis, Pars I, Typis Polyglotis Vaticanis 1961, p. 57. Esta petición fue hecha
por el Cardenal Alfrink. He aquí sus palabras: "Claris verbis a Concilio pro-
clametur, universalis Ecclesiae regimen iure exerceri ab Episcoporum collegio,
praeeunte Summo Pontífice. Ex quo sequitur, ut ab una parte universalis Ec-
clesiae salutis periculum in singulorum etiam Episcoporum capita decidat,
utque ab altera parte in Ecclesia universali regenda. Episcopi omnes suo iure
partes suas exercere possint. Hoc autem fieri potest non solum Concilio Oecu-
(menico convocando, verum etiam aliis institutis creandis. Consilia forsan
nonnulla perpetua Episcoporum rei peritorum ex tota Ecclesia eligendorum
una cum Summo Pontífice ut Curiae Cardenalibus muñere legislativo pro tota
Ecclesia fungi possint. Congregationes autem Romanae potestatem tunc con-
siliariam tantum atque exsecutivam retinerent". Acta et Documenta Concilio
Oecumenico Vaticano II apparando. Series I (Antepraeparatoria) Volumen I I :
Consilia et vota Episcoporum ac Praelatorum, Pars I I : Europa-Typis Poly-
glotis Vaticanis, 1960, p. 511. La misma petición hicieron los obispos de I n -
donesia, cfr. nota 23.
Möns. Olaechea, arzobispo de Valencia, fue aún más explícito y pedía
incluso la desaparición de los Cardenales: " C u m dogmaticam Ecclesiae struc-
turam Romanus Pontifex, Episcopi, Sacerdotes et fideles constituant, censetur
admodum oportere ut "Corpus Cardenalium" non esset, aut, si perduraret,
nec incremento nec pondere, quibus nunc pollet, deinceps frueretur. Ecclesiae
Senatus solis Episcopis una cum Romano Pontífice esset constituendus. Cum
autem haud cuncti in tali Senatu partem capere Episcopi possent, huiusmodi
Senatus esse constituendus solummodo ex illis qui ab Episcopis uniuscuisque
nationls aut Patriarchatus fuissent electi, quique caeterorum gererent vices".
Ib. p. 366. Esta es, sin duda, la petición más clara, en la etapa anteprepara-
toria en pro del Sínodo.
(6) Sacrosanctum Oecumenicum Concilium Vaticanum Secundum. Schema-
ta Constitutionum et Decretorum ex quibus argumenta in Concilio disceptan-
da seligentur. Series Tertia, Typis Polyg. Vat. 1962, pp. 69-90.
(7) Ib., pp. 91-180.

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A . FERNANDEZ

cialmente se proponía el problema del Obispo en relación con la


Iglesia universal.
El "Schema Decreti de Episcopis ac de Dioeceseon regimine"
dedicaba el capítulo primero "De rationibus ínter Episcopos et Sa-
cras Romanae Curiae Congregationes" a enumerar las facultades
de que disfrutan los Obispos ("De Episcoporum facultatibus") y a
recordar la praxis en las relaciones de los Obispos con la Curia R o -
mana ("De praxis sacrarum Congregationum relate ad Episcopos").
El número 5 de este segundo apartado del primer capítulo p r o -
ponía la presencia en la Curia Romana de algunos obispos llegados
de diversas naciones: "Nonnulli Episcopi diversarum nationum, a
Coetu Episcopali Nationali designandi, ab Apostolica Sede n o m i -
nentur Membra vel Consultores Sacrarum Romanae Curiae Congre-
gationum a quibus statis temporibus, convocentur ad maius c o m -
mune bonum promovedum, ad communia pericula avertenda" ( 8 ) .
La presencia en la Curia de obispos elegidos por las diversas Con-
ferencias Episcopales respondía al deseo tan reiterado de la inter-
nacionalización de la Curia ( 9 ) .
Tampoco el Decreto " D e cura animarum" añadía nada sustan-
tivo. En el Proemium se expresaba esta afirmación de hondo sentido
teológico: "Episcopi insuper, cum collegialiter Apostolorum collegio
succedant, " e x Dei institutione et praecepto apostolici muneris" adiu-
trieem operam Petri sucessori praestare tenentur in sollicitudine
omnium ecclesiarum" (10). Pero esta doctrina que va tener un
feliz título en el último apartado del capítulo primero — " D e epis-
copo collaboratore Romani Pontificis in regimine Ecclesiae univer-
salis"— se agota en urgir a los obispos la obligación de prestar ayu-
da sacerdotal y económica a las naciones m á s necesitadas (11). El
esquema resalta la novedad de esta doctrina (12), pero nada tiene
que ver con el Sínodo de los Obispos, sino con el contenido de los
números 6-7 del texto definitivo del Decreto. El primer esquema

(8) SDED, 1962, n.° 5, p. 75.


(9) Una nota que acompaña al texto indica la finalidad de esta petición:
"Schema Decreti per propositionem 5. quodammodo satisfacere intendit pluribus
Sacris Pastoribus petentibus ut Romana Curia magis internationalis, ut dicitur,
evadat" SDED, 1962, p. 76.
(10) DCA 1962, p. 93.
(11) Este es el enunciado de los cinco números que constituyen el apartado
I V del capítulo I : N.° 31: Collaborate pro Ecclesia persecutione afflicta et
pro operibus internationalibus atque cooperatio oeconomica praestanda. N.° 32:
Collaboratio in evangelizandis gentibus vel acatholicis. N.° 33: Collaboratio
inter dioeceses et peculiaris sacerdotum et clericorum institutio ut ad alias
dioeceses se conferant. N.° 34: Commissiones Episcopales Internationales fo-
vendas. N.° 35: Centrum Pastorale in Curia Romana. D C A 1962, pp. 103-104.
Este Centro de Pastoral era innovación de algo ya existente: "nunc exstat
apud Sacram Congregationem Concilii", Ib., p. 108.
(12) "Omnia quae in hoc articulo continentur sunt omnino nova in iure",
lb., p. 107, nota (29).

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LA COLEGIALIDAD EPISCOPAL

enviado a los Padres para el diálogo conciliar dedicaba también el


capítulo primero a la relación de los Obispos con la Curia Romana
en un plano casi exclusivamente jurídico (13), y bajo el mismo títu-
l o : " D e Rationibus inter Episcopos et Sacras Romanae Curiae Con-
gregationes" (14).
En este primer esquema, discutido en el aula conciliar del 5 al
15 de noviembre de 1963, no aparece la expresión "Sínodo de los
Obispos", ni siquiera los principios doctrinales que lo fundamentan.
El esquema exhorta a que los organismos de la Curia se renueven
en un "servicio eficaz y múltiple" y que, si es preciso, los diversos
Dicasterios de la Curia Romana creen comisiones especiales, cons-
tituidas por peritos, que ayuden a la Curia en el estudio de los gra-
ves problemas con que tropieza la administración ordinaria de los
Obispos en las diversas naciones (15).
Lo que va a motivar la petición de la creación del Sínodo es el
número 5, con que concluye el primer capítulo, en que se repite
casi literalmente el mismo número 5 del esquema anterior y en el
que se expresa el deseo de que algunos obispos, elegidos por sus
respectivas Conferencias Episcopales, sean nombrados miembros
o consultores de la Curia Romana y que periódicamente se reúnan
"para promover con eficacia el bien común de la Iglesia y evitar efi-
cazmente los peligros m á s generales" (16).
Pero estas palabras no explicitaban, de por sí, más que el propó-
sito de complacer a la petición unánime sobre la internacionali-
zación de la Curia, como consta por la nota explicativa de este

(13) El Card. Marella señalaba esta única finalidad en la Relatio, ya que


el aspecto doctrinal y esquemático, afirmó, era objeto de estudio en la Cons-
titución dogmática sobre la Iglesia. Cfr. RDE, 1963, p. 5.
(14) Todo este primer esquema refleja en sus siete capítulos la orientación
jurídica que intentaba delimitar la misión pastoral de los obispos. Cap. I : De
Rationibus inter Episcopos et SS. Romanae Curiae Congregationes. Cap. I I : De
Episcoporum Coadiutoribus et Auxiliaribus. Cap. I I I : De National Episco-
porum Coetu seu Conferentia. Cap. I V : De Dioecesium ac provinciarum Eccle-
siasticarum congruenti circumscriptione. Cap. V : De paroeciarum erectione
deque earumdem congruenti circumscriptione... Appendix Prior: De ratio-
nibus inter Episcopos et Sacras Romanae Curiae Congregationes. Appendix
altera: De praxis Sacrarum Congregationum relate ad Episcopos.
(15) " I a m vero Sacris Pastores, ob auctas in regendis diocesibus difficul-
tates, exoptant ut Romanae Curiae Dicasteria magis in dies augeant suum,
quod praestant, efficax atque multiplex erga Episcopos auxilium, qua Consilio
qua ope scilicet sive Episcoporum auctoritatem roborando eorumque digni-
tatem vindicando sive Apostolicae Sedis mentem illis disserte pandendo, sive
peculiaria officia vel Commissiones, quatenus opus erit, constituendo quae,
viris peritis undequaque adscitis, in studium incumbant difficillimarum et gra-
vissimarum quaestionum hodierni ministerii pastoralis in diversis Nationibus"
SDE, 1963, n.» 4, p. 7.
(16) "Nonnulli Episcopi diversarum Nationum, a Conferentia Episcopa-
li Nationali designandi, ab Apostolica Sede nominentur Membra vel Consul-
tores Sacrarum Romanae Curiae Congregationum a quibus, statis temporibus,
convocentur ad commune bonum magis promovendum et ad communia pe-
ricula efficacius avertenda" SDE, 1963, n.° 5, p. 7.

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número ( 1 7 ) , ya que, c o m o afirmó Mons. Carli en su Relatio, el


Concilio no quiere excluir la responsabilidad común de todos los
obispos en el gobierno de la Iglesia, conforme habían pedido reite-
rativamente los Padres en sus comunicaciones por escrito, envia-
das a las Comisiones del Concilio ( 1 8 ) .

Este adelanto en la responsabilidad de los obispos en el go-


bierno de la Iglesia pareció insuficiente a los Padres conciliares, los
cuales manifestaron abiertamente su desacuerdo.

El obispo canadiense Baudoux pide la creación de un "Consejo


apostólico", el cual, constituido por el Papa, Patriarcas, Cardenales
residentes en diócesis, los Primados y algunos obispos designados
por las Conferencias Episcopales, gobierne a la Iglesia c o m o signo
de colegialidad y con m á s eficacia para el bien común ( 1 9 ) . Este
Consejo Apostólico debería en ocasiones legislar para toda la Igle-
sia y, con el auxilio de peritos, dar solución a los graves problemas
que se presenten en la acción pastoral. Las congregaciones r o m a n a s
deben mantenerse en un plano de ejecución ( 2 0 ) . El Papa podría
convocar este Consejo Apostólico, al menos una vez al año ( 2 1 ) .

( 1 7 ) Esta nota mitiga el alcance del núm. 5 y decía así: " I a m diuturna
est praxis Sacrarum Congregationum utendi, sive stabiliter sive ad actum,
Consilio et doctrina peritorum ecclesiasticorum undique adscitorum. Nihilo-
minus per nn. 4 et 5 , vi decreti conciliaris, satis fit plurium sacrorum Pasto-
rum petitionibus ut Romana Curia magis in dies "internationalis", ut dicitur,
evadat". SDE, 1 9 6 3 , nota 5 , p. 8. Sobre las peticiones de los Padres pidiendo
la reforma de la Curia, cf. I . GORDON, De Curia Ramana renovata. Renovatio
"desiderata" et renovatio "facta", en "Periodica" 5 8 ( 1 9 6 6 ) 5 9 - 1 1 6 .
( 1 8 ) " H a c luce suffulta, quae in art. 5 textus et quae in Appendice Altera
(pp. 3 7 - 3 8 ) ad instar exempli leguntur, accipi possunt tamquam anticipatio
quaedam (a Patribus profecto scripto complenda) illorum votorum, quae Epis-
copi in Concilio Vaticano II coadunati, animarum unice inspecto et sine ullo
ecclesiasticae unitatis praeiudicio, reverenter ac fiducialiter Romano Pontifici
proponunt ad reformandam, simplificandam, "decentralizandam" ut aiunt,
Curiam Romanam et ad ampliandam cooperationem Episcoporum in respon-
sabilitate gubernii Ecclesiae universae". R D E 1 9 6 3 , pp. 1 3 - 1 4 . Cfr. Acta et Do-
cumenta Concilio Oecumenico Vaticano II apparando. Series I (Antepraepara-
toria). Appendix vol. I I . Pars I. Typ. Polyg. Vat. 1 9 6 9 , pp. 5 6 - 5 8 . Sobre la
reforma de la Curia, ib., p. 3 5 4 ss.
( 1 9 ) "Unum constituatur Consilium Apostolicum constans ex Summo Pon-
tífice aliisque Pentarchiae Patriarchis, Cardinalibus dioecesium Ordinariis, r e -
liquis Patriarchis Orientalibus, Primatibus occidentalibus et aliquibus Episcopis
a Conferentiis Nationalibus Episcopalibus designatis. ut signum perfectius affi-
ciatur regiminis collegialis totius Ecclesiae utque communae bonum magis pro-
moveatur". EDE, 1963, p. 1 1 .
( 2 0 ) "Huic Consilio Apostolico ius competit in casibus particularibus pro
Ecclesia universa legiferandi, peculiaribus officiis vel Commissionibus ad adiu-
vandum institutis, viris etiam peritis undequaque adscitis in studium quaes-
tionum hodierni ministerii pastoralium et problematum urgentiorum in di-
versis Nationibus vigentium, ita ut Sacris Congregationibus in suum proprium
munus ducendi et moderandi adiumento sint". EDE 1 9 6 3 , p. 1 1 . Cfr. tam-
bién, p. 1 2 .
( 2 1 ) "Hoc Consilium Apostolicum ab ipso Summo Pontífice statis tempori-
bus, ad minus semel in anno, convocetur" EDE 1 9 6 3 , p. 1 1 .

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LA COLEGÍ ALIDAD EPISCOPAL

La Conferencia Episcopal del África Meridional pide que se cree


un cuerpo consultivo que ayude a la Curia y al Papa (22). Los
obispos de Indonesia proponen que, en lugar de la Curia Romana,
s e cree un "Colegio S u p r e m o " de obispos provenientes de todas las
partes y que, bajo la dirección inmediata del Papa y juntamente con
él, gobiernen colegialmente la Iglesia ( 2 3 ) . Mons. Kramer, obispo
de Lugano, propone una nueva redacción, en la que simplemente se
expresa el deseo de que se constituya en R o m a un colegio p e r m a -
nente, formado por obispos designados por las conferencias epis-
copales para que faciliten al Santo Padre el gobierno en toda la
Iglesia ( 2 4 ) .

La aportación de los obispos holandeses entrevé, sin nombrar-


lo ( 2 5 ) , el Sínodo de los Obispos, c o m o un signo d e Colegialidad
que debía añadirse al número 5 del Decreto ( 2 6 ) . La Iglesia de H o -
landa había tenido en los últimos años una especial intercomuni-
cación con la Curia Romana que le había llevado a madurar un
proyecto de reforma que fuese m á s allá de la reclamada "interna-
cionalización" de la Curia.
Todos estos proyectos de enmienda habían sido propuestos por
escrito y enviados a la Comisión del Decreto. Pero donde verdade-

(22) "Proponitur corpus consultivum Episcoporum totius mundi, quod se-


mel saltern in anno Romam conveniat ut cum Summo Pontífice et Romana
Curia potiores res de universa Ecclesiae tractet" EDE 1963, p. 12.
(23) "Oritur quaestio an forsan aptius non esset et huius temporis cir-
cunstantiis magis conveniens, si Episcopi de quibus in num. 5 non laborent
separatim in varus Romanae Curiae Sacris Congregationibus, sed e contra
coniunctim efficerent aliquod Supremum Collegium, quod universalis Eccle-
siae partes gereret et in quo, sub inmediata directione Summi Pontificis et
una cum Eo, Episcopi collegialiter exercèrent ordinario modo suam in U n i -
versam Ecclesiam potestatem" EDE 1963, pp. 13-14. Y a en las peticiones en-
viadas a Roma en la etapa preparatoria la Conferencia Episcopal pedía:
"Efformetur aliquod Concilium, constitutum ex personis qui eliguntur a pro-
vinciis ecclesiasticis easque repraesentent". Acta et Documenta... Series I (An-
tepraeparatoria, vol. II, Pars I, p. 272.
(24) Nova redactio proponitur: "Apud Sanctam Sedem formetur Colle-
gium permanens Episcoporum, ab Episcopalibus Conferentiis Nationalibus de-
signandorum et a Summo Pontífice approbandorum, quod ad minus semel in
anno Romam conveniat, ut de quaestionibus, quae pastores animarum in toto
mundo laborantes occupant, S. Patrem certiorem faciat de communi bono m a -
gis promovendo ac de communibus periculis efficacius avertendis cum Eo deli-
beret, normas opportunas suggérât, earumdemque executionem coordinet" EDE
1963, p. 14.
(25) Según el P. Schillebeeckx el primero en proponer el Sínodo fue el
Card. Alfrink, cuando era miembro de la Comisión Central preconciliar. El
primado holandés hablaba de un "concilium in forma contracta", E. SCHILLE-
BEECKX, "El Sínodo de los Obispos", en D O - C , 12-3-67, fol. 5.
(26) "Addatur n. 5, 5 bis, de collegiali tate Episcoporum, ita: " C u m Eccle-
siae regimine iuris divini collegiali regatur sub capite eius, Romano Pontifice,
expedit ut etiam tempore extra concilium oecumenicum quoddam Organum ins-
tituatur, cuius membra sint electa ex collegio Episcoporum in mundo disper-
sorum, qui statutis temporibus cum Romano Pontifice tractent de quaestio-
nibus principalionibus Ecclesiae. Per tale Organum regimen centrale Ecclesiae
eiusque regimen collegiale harmonice componi possunt" EDE 1963, p. 13.

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A. FERNANDEZ

ramente maduró la idea fue en los debates conciliares, en torno al


cap. I de este primer Esquema. Los Padres hablaron con una gran
libertad, alentados quizás por el primer discurso de Pablo V I a la
Curia Romana, apenas diez días antes de iniciarse la segunda etapa
conciliar, en que el Papa invitó a la Curia a que recibiese con fa-
vorable acogida la creación de un nuevo órgano de gobierno, si así
era el deseo del Concilio (27). Y el mismo Pontífice parecía invitar
a los Padres a alguna proposición en este sentido en el discurso
de apertura de la segunda sesión, al pedirles una colaboración efi-
caz y responsable para su oficio y ministerio (28).
Las intervenciones de los Padres mostraron una especial sensi-
bilidad a este problema que tenía una estrecha relación con el
cap. III de la "Lumen Gentium" y cuya viva discusión había ocupa-
do los m á s largos debates en el mes anterior, dedicado todo él al
estudio de la Constitución Dogmática sobre la Iglesia, hasta el punto
de que cuatro intervenciones del primer día de debate pedían la
sustitución del esquema propuesto por otro, el cual debía tener
en cuenta las aportaciones aún no definitivas sobre la sacramenta-
lidad del episcopado y la colegialidad. Una votación, presidida por
el Card. Suenens el día 6 de noviembre, dio el resultado de 1.610
placet contra 477 non placet a favor del esquema como base de dis-
cusión, pero a condición de someterlo a profundas y decisivas trans-
formaciones.
El debate comenzó con la intervención del Card. Lienart, que r e -
cordó la reciente insinuación del Papa de asociar algunos obispos
a las responsabilidades de la Iglesia universal. Lo mismo afirmaron
los cardenales Ricchaud, Afrink, Leran y Ruffini y los obispos F l o -
rit de Florencia, Mons. Gouyon de Rennes, Mons. Me. Cann, arzobis-
po de Ciudad del Cabo y Mons. de Soyza, arzobispo de Nagour ( 2 9 ) .
El Card. Alfrink, en nombre de la Conferencia Episcopal de H o -
landa, pedía llevar a cabo la sugerencia de Pablo VI, de constituir
un consejo central de Obispos en el gobierno de la Iglesia, de f o r -

(27) "Quando il concilio Ecumenico mostrasse desiderio di vedere associato


in un certo modo e per certi questioni, in conformità alla doctrina della Chiesa
e alla legge canonica, qualche rappresentante dell'Episcopato, particolarmente
fra i Presuli che dirigono una diocesi, al Capo supremo della Chiesa stessa,
nello studio e nella responsabilità del goberno ecclesiastico, no sarà sicura-
mente la Curia Romana a farsi opposizione, che anzi essa sentirà accresciuto
l'onore e l'onere del suo sublime e indispensabile servizio". Allocutio ad E. mas
Patres Cardinales, Excmos. Praesules, Rev. mos Praelatos ceterosque Romanae
Curiae Offciales. A.AS. 55 (1963) 799.
(28) "Hoc namque universale munus, quamvis a Christo instructum sit
plenitudine et insta virtute potestatis, quam quidem scitis, poterit tamen auxi-
lii et praesidii maiores vires sibi adiungere, si dilecti et venerabiles Pratres in
Episcopato, modis et rationibus opportune statuendis, Nobis validiorem et sus-
cepti oneris magis consciam praestabunt adiutricem operam". Concilium Oecu-
menìcum Vaticanum II. Summi Pontificis Allocutio. ASS 55 (1963), 849-850.
(29) Cfr. La Documentation Catholique, 1963, col. 1671, 1674, 1682.

410
LA COLEGIALIDAD EPISCOPAL

ma que la estructura actual Papa, Curia, Obispos, se traspusiese


en este orden: Papa, Obispos, Curia. Semejante petición fue hecha
también por el Cardenal Bea y los Obispos Mons. Olalla, en nombre
de algunos obispos filipinos, Mons. Hodges representando a un buen
grupo de obispos norteamericanos, Mons. Plorit en nombre de
numerosos obispos italianos y no italianos, Mons. Van der Burgt
en el de 30 obispos indonesios, el obispo brasileño Mons. de Cárter
y el Card. Rugamwa en representación de todos los obispos de
África (30).
De especial interés fueron las intervenciones de los cardenales
De Barros Cámara y Lercaro y más aún la de Máximos IV por la
dura claridad que caracterizaba al viejo Patriarca de los Melquitas.
El Cardenal Cámara, en nombre de 110 obispos brasileños, afir-
m ó que la creación de este Consejo General no debía considerarse
como un deseo de los Obispos de invadir la esfera de competencia
pontificia, sino una aceptación a la llamada del Papa, apremiante
por las dificultades en que se mueve hoy la vida de la Iglesia (31).
El Arzobispo de Bolonia, Card. Lercaro, hizo un análisis histó-
rico e intentó demostrar que la creación de este nuevo organismo
de gobierno no importaría innovación esencial alguna: era una for-
ma habitual que existía desde el siglo iv, confirmada en el Conci-
lio de Trento y que subsistió en el Consistorio Cardenalicio, hasta
que éste por razones prácticas — n o teológicas— se fraccionó. El
nuevo organismo no hará más que unificar y coordinar el gobierno
fraccionado de la Curia. No se trataría de una nueva Concepción,
sino de un nuevo consejo central, como parecía haber indicado el
mismo Pablo VI (32).
La intervención de Máximos IV fue crítica para el esquema y ,
al mismo tiempo, para la Curia Romana. El Patriarca afirmó que el
Decreto era insuficiente porque sólo preveía una internacionaliza-
ción de la Curia con la presencia de obispos residenciales de diver-
sas naciones. Esto, afirmó, es defectuoso, y propuso la creación de
un colegio de la Iglesia universal constituido por los Patriarcas
Orientales, los Cardenales y obispos residenciales, elegidos por las
respectivas Conferencias Episcopales. Este Colegio se reuniría con
alguna periodicidad junto al Papa y algunos de sus miembros r e -
sidirían habitualmente en Roma (33).
El día 10 de noviembre concluyeron las discusiones sobre el p r i -
mer capítulo que no habla sido capaz de resistir las censuras de los
Padres Conciliares. El nuevo esquema recogería estas peticiones

(30) Cfr. La Documentation Catholique, 1963, col. 1682, 1723-1726.


(31) G. CAPRILE, II Concilio Vaticano II. Roma: La Civ. Catt. 1967, vol. m,
p. 212.
(32) G. CAPRILE, ib., p. 213.
(33) Vid. texto completo publicado en Docm. Cath. 1963, col. 1723-1726.

411
A. FERNANDEZ

dando origen a un capítulo totalmente nuevo en que se reflejaba


la doctrina de la Colegialidad, la cual iba en camino de ser apro-
bada después de la memorable votación sondeo del 30 de octubre
de 1963 y que habla de ser promulgada a finales de la tercera
etapa conciliar.

El nuevo esquema, fechado en el Vaticano el 27 de abril de 1964,


había sufrido una profunda transformación. Había perdido el ca-
rácter prevalentemente jurídico y se había acomodado a la general
orientación pastoral del Concilio ( 3 4 ) . Con este fin se refundieron
en uno los dos proyectos de esquema " D e Episcopis ac de Dioece-
seon regimine" y " D e cura animarum" ( 3 5 ) , pero en cambio había
afectado al título mismo, que habría de permanecer hasta la vota-
ción definitiva y oficial; "De pastorali Episcoporum muñere in Ec-
clesia" ( 3 6 ) . Asimismo la división general reflejaba un tratado c o m -
pleto sobre el episcopado (37) y en la introducción se resumía la
teología de la colegialidad y del orden episcopal ( 3 8 ) , conforme a
las reiteradas sugerencias de los Padres de exponer toda la d o c -

(34) La Comisión Central envía una carta, con fecha 29 de noviembre de


1963, a la Comisión del Decreto en la que pedía se acomodase al carácter pas-
toral del Concilio. Decía así: "ridurre la materia dei propri schemi, in con-
formità delle finalità preminentemente pastorali del presente Concilio, rin-
viando alla prossima riforma del Codice di Diritto Canonico, gli argomenti a
carattere prevalentemente giuridico". R C R 1964, p. 33.
(35) Una nueva carta, con fecha 23 de enero de 1964, pedía esta fusión:
"Nello schema " D e Episcopis ad dioecesium regimine" siano incluse le norme
più rilevanti e gli indirizzi fondamentali dello schema " d e cura animarum", che
viene perciò eliminato come tale dall'elenco degli schemi". R C R 1964, p. 33.
(36) A este respecto fue importante la intervención de Mons. Marty, el
dia 5 de noviembre, que pedía la sustitución del título por este otro: " L a m i -
sión pastoral de los obispos" por expresar con mayor vigor la misión epis-
copal, liberado de un contorno excesivamente jurídico que reflejaba el esque-
ma en discusión. Esto mismo afirma la Relatio que acompaña al esquema:
"Eiusmodi titulus plañe responderé videtur nedum materiae, de qua in sche-
mate pertractatur, sed etiam peculiari Concilii Vaticani I I indoli pastorali", D P M
1964, p. 35.
(37) "Quapropter, ut synthetice integrum Episcoporum munus pastorale con-
sideretur, quod hucusque in nullo umquam Concilio factum est, per tria ca-
pita de Episcoporum muñere tractatur. In capite primo de Episcoporum m i -
nisterio quoad universam Ecclesiam agitur. quia iidem sunt Membra Collegii
Episcopalis, et quidem iuxta ea quae exponuntur in doctrina de collegialitate
ac sacramentalitate Ordinis Episcopalis, a Conciliari Commissione " D e doc-
trina fidei et morum" elaborata. In capite I I de Episcoporum muñere in pro-
pria dioecesi tractatur. In capite I I I de muñere quod aliqui coniuncti quoad
plures dioecesis eiusdem regionls exercent quaestio est". D P M 1964, p. 34. Y
Mons. Veuillot decía en la Relatio, con ocasión de la presentación del Esque-
ma, "Maximi quidem momenti est ut synthetice integrum Episcoporum pasto-
rale munus consideretur, quod hucusque a nullo unquam Concilio factum est
quodque ut complementum doctrinae in Concilio Vaticano I definitae omnino
requiri apparet". RDPE 1964, p. 5.
(38) " I n proemio breviter enuntiatur materia in schemate pertractanda et
connexio ostenditur eiusdem schematis, cum schemate constitutionis " D e E c -
clesia" RDPE 1964 p. 33. Y en la pàgina 35, cap. I, art. 1

412
LA COLEGÍALIDAD EPISCOPAL

trina sobre la misión pastoral de los Obispos, a la luz de la teo-


logía sobre el episcopado elaborada en la " L u m e n Gentium" (39).
También en el número 5, a pesar de su breve contenido, similar
aún en su redacción al esquema anterior, se dejan sentir las inter-
venciones públicas de los Padres. Manifiesta el "deseo vehemente"
de que algunos obispos de diversa nacionalidad compartan la c o -
mún responsabilidad con el Papa, pero añade como novedosa "la
participación de todos los Obispos por la solicitud de la Iglesia
universal".
Una amplia nota que acompaña al texto remite a los dos conoci-
dos discursos del Papa, citados en páginas anteriores. En la nota
se recogen los párrafos más expresivos de Pablo V I . Y la Relatio
hace destacar la propuesta de la creación de este Consejo (40).
Las "Animadversiones" enviadas por escrito a la Comisión del
Decreto, antes de iniciarse los debates de la tercera sesión, reflejan
una curiosa reacción: Sólo dos Padres — e l Card. Spellman y M o n -
señor Amedouni— se manifestaron favorables a la creación del
"Consilium". Los demás lo silencian o expresan el temor de ver dis-
minuida la autoridad del Papa, o se manifiestan abiertamente en
contra.
Mons. Cavagna afirma que, si efectivamente consta por volun-
tad del Pontífice, no es preciso volver a repetir en el texto " s i es
del agrado del Papa" (41).
Asimismo, a Mons. Amadouni, obispo Cipriota, le parace que
se formula con un tono excesivamente exhortativo, como un simple
deseo (42). Al mismo tiempo que pide m á s : la creación de un
Consejo Permanente Pontifical que estuviera por encima de las
Congregaciones Romanas, al nivel de la autoridad primacial del

(39) " A d nostrani Commissionem quidem non pertinet doctrinam de Epis-


copato tradere theologicam. Illas vero propositiones et conclusiones theolo-
gicas iuxta doctrinam in Constitutione " D e Ecclesia" traditam in hoc nostro
schemate assumendas aestimavimus, quae ad perfectam et theologice funda-
tam de Episcoporum in Ecclesia munerum expositionem". Mons. Veuillot en
RDPE, 1964, p. 6.
(40) " I n n. 5 proponitur, invitante ipso Romano Pontifice,' institutio Coetus
seu Consilii Centralis, iuxta vota a pluribus Concila Patribus exhibita". DPM
1964, p. 35.
(41) " S i iam autem constat quod res Romano Pontifice "placet" tunc su-
perflua essent verba "si eidem Summo Pontifici placuerit". Si autem voluntas
Summi Pontificis ignoratup, textus conciliaris sine hoc inciso disponatur;
omnis enim textus conciliaris probari débet non ab episcopis tantum, sed et
a Romano Pontifice". ADPE, 1964, fol. 8.
(42) "Nous n'avons pas à objecter ni contre la conception de ce voeu ni
contre le ton modéré de sa formulation. Ce qui nous paraît inconvenant et
anormal est de l'avoir placé parmi les Décrets du Concile lorsqu'il n'est qu'un
simple désir ou voeu du corps des Pères, adressé à son Chef suprême. Il est
susceptible de ne pas être approuvé, donc il pourrait être fruste complètement"
ADPE 1964, fol. 17.

413
12. — SCRIPTA THEOLOGICA II.
A. FERNANDEZ

Papa, aunque siempre dependiente en su actuar de la voluntad del


Pontífice ( 4 3 ) .

A continuación expone una petición que no ha de tener éxito


a lo largo de las discusiones: ante el temor de que resulte una e s -
tructura superflua, le parece mejor la permanencia en Roma, en
medio de las Congregaciones, con voz deliberativa como la de los
Cardenales miembros de los Dicasterios romanos (44).
Pero por sorprendente que parezca fueron más frecuentes los
votos manifestados en oposición a la creación de este Consejo insi-
nuado por Pablo VI. A algunos les parece superfluo y peligroso
porque de hecho existe ya en el Colegio Cardenalicio, con tal de
que éste represente verdaderamente la Iglesia universal ( 4 5 ) . Otros
temen que se disminuya la autoridad del Papa (46) o pueda llegar
a crear un " d o b l a j e " en la autoridad de la Iglesia (47). Algunos
manifiestan su conformidad, pero con la condición de que dependa

(43) "Quant à la substance de ce voeu qui présente le noyeau de cet arti-


cle 5, je me demande si un "Consilium Centrale "pourrait être institutionnalisé
par le Concile Oecuménique, même dans l'hipothèse favorable de l'approbation
pontificale? Son rôle étant, dans l'hypothèse au-dessus des Sacrées Congré-
gations Romaines, au niveau de l'autorité Primatiale du Pape, souveraine, plei-
ne, inmédiate; même après sa création, l'usage en restera toujours sous la
dépendance du bon vouloir des Souverains Pontifes, qui s'en serviront à leur
gré; lorsqu'ils en éprouveront le besoin et l'opportunité" ADPE 1964, fol. 18.
(44) "Pour toutes ces considérations, au bien de ce Conseil Central, ne
serait-il pas plus efficace l'apport de l'Episcopat Catholique dans le gouverne-
ment central de l'Eglise, s'il choisissait et mandatait ou présentait de son sein
des membres auprès des SS. Congrégations Romaines? Ces mandataires auraient
tous les droits propres aux Cardinaux-Membres des Romaines. Là ils jouiraient
de la voix délibératrice égale à celle des Cardinaux. Ces Organes du St. Siège
seraient ainsi mieux structurés ayant aussi l'apport des évêques résidentiels"
ADPE 1964, fol. 19.
(45) Asi Mons. Lucas Capozi, obispo de Taigûan (China), que dijo : " I n cap.,
I, Articulus V de Coetu seu Consilio Centrali non placet. In ecclesia non sunt
multiplicanda entia sine necessitate. Ceterum tale Consilium est superfluum
et iniuriosum Supremae Auctoritati. Sufficiat Collegium S.R.E. Cardinalium,
quod Collegium, si videatur SS. Domino, perficiatur, ita ut numéros Carde-
nalium sufficienter representet omnes populos et nationes, et ritus. E. gr. P a -
triarchae Orientales —et etiam latinorum Hierosolymitanus— opportune i n
Collegium Cardinalium cooptentur... Ceterum Romanus Pontifex semper potest
alios quoscumque Episcopos, si placet, audire sine novo coetu" ADPE 1964,
fol. 19-20. Esta era la opinion muy generalizada en la època anterior al Con-
cilio. Cfr. nota 71.
(46) El Cardenal Siri enumeraba estas razones: "Consilium huiusmodi p o -
test esse limitatio libertatis et ideo plenitudinis potestatis in Primatu Romani
Pontificis, saltern quia appareret extra juridicum ordinem Pontifex qui eo
Consilio non utatur. Evolutio huiusmodi Consilii, potest anxietates afferre E c -
clesiae. De hac re, ob reverentiam primatus Summi Pontificis, ne agat Con-
cilium. Iam adest Sacrum Cardinalium Collegium et male sonat instituti itera-
tion ADPE 1964, fol. 61.
(47) Asi el P. Janssens, Prepósito General de los Jesuitas: " n . 5: quam-
quam textus cum magna prudentia exaratus est, minus tamen placet ut ea
quae Episcopi etiam multi privatim Pontifici proponere possunt, ab Episcopi»
in Concilium adunatis proponatur. Ita enim videntur duae potestates esse,
ex una parte Summus Pontifex, ex alia parte Concilium". ADPE 1964, fol. 58;

414
LA COLEGÍALIDAD EPISCOPAL

absolutamente, aun en su organización, del Romano Pontífice ( 4 8 ) .


Y no falta quien, c o m o el P. Alberione, Superior General de la S o -
ciedad de San Pablo, pida que el número sea excluido del es-
quema ( 4 9 ) .

El 18 de septiembre de 1964, el esquema reelaborado —textus


emendatus— volvía, de nuevo, al Aula Conciliar. El texto tenía una
sola, pero significativa mutación, propuesta, como hemos visto, por
Mons. Carli, en que se precisaba que las formas variadas y o p o r -
tunas, así como los criterios y circunstancias del "Coetus o Consi-
lium Central" serían fijadas por ©1 m i s m o Papa. La Relatio no p r e -
cisa el alcance de esta innovación (50) y afirma que, a pesar de las
peticiones en contra llegadas por escrito, el texto perduraba porque
respondía a los deseos de la mayor parte de los Obispos. No había
que temer que con ello disminuyese la autoridad papal ( 5 1 ) . Sin
embargo la Comisión no accedía al deseo de que en el Consilium
figurasen obispos, delegados por los Conferencias Episcopales ( 5 2 ) .

Las discusiones en el Aula Conciliar, que tuvieron lugar del 18


al 23 de septiembre, se centraron casi exclusivamente sobre los c a -
pítulos finales del Decreto. Sólo Mons. Carli insistió en que, m i e n -
tras no fuese aprobado el cap. I I I de la Constitución sobre la I g l e -
sia, era difícil pensar que pudiera existir en el Episcopado "la

(48) El Obispo de Persaro (Italia). Mons. C. Borromeo propuso està en-


mienda: "Verbum 'presidii' expungerem, cum nimis dicere videatur". Y , "cum
opportunum videatur a quo vel a quibus modi et rationes sint statuenda, loco
verbi "opportune statuendis" dicerem " a Sancta Sede statuendis". ADPE 1964,
fol. 42. También Mons. Carli, relator del capitulo I I , propuso una enmienda
que paso al siguiente esquema: "Loco verborum: "...modis tamen et ratio-
nibus opportune statuendis" legendum proponitur: "modis tamen et ratio-
nibus ab ipso statuendis". ADPE 1964, fol. 5.
(49) " N . 5. Tollerem: agitur enim de re quae pendet exclusive a Summo
Pontifice. Hoc desiderium melius exprimi potest alio modo quam in textu
Decreti". ADPE 1964, fol. 10.
(50) "Iuxta optata quorundam Patrum, additum est " a b ipso", Romano
Pontifice, statuendos esse modos et rationes, quibus a Coetu seu Consilio Cen-
trali opera praestari debeat, ut clarius appareat ad illum unum exclusive
pertinere praefatas determinationes praedefinire". T E R 1964, p. 25.
(51) "Quidam Patres optaverunt quaestionem de Consilio Centrali omit-
tendam esse, quia tale Consilium esset aliqua restrictio vel diminutio supre-
mae potestatis Summi Pontificis. Commissio censuit textum retinendum esse
quia respondet votis maoiris partis Patrum Conciliarium et quia non est contra
supremam potestatem Summi Pontificis, sicut nec potestas Collegii Episco-
porum huic potestati contraria est". T E R 1964, p. 21.
(52) "Quidam Patres optaverunt, ut statueretur partem saltem membro-
rum Consilii Centralis a Conferentiis Episcopalibus eligendam esse. Commissio
censuit hanc emmendationem non esse introducendam, quia Plures Patres
in disceptatione, in secunda sessione huius Concilii habita, contra talem as-
sertionem locuti sint et quia verbis " a b Ipso statuendis", etiam possibilitas
datur Summo Pontifici statuendi, si Ipsi placuerit, ut quaedam membra Con-
silii a Conferentiis eligantur". T E R 1964, p. 21. Lo repite la "Relatio de singu-
lis numeris", p. 25.

415
A. FERNANDEZ

posibilidad permanente, excepto el concilio, de un gobierno univer-


sal en la Iglesia" (53).
Sin embargo el texto recibió algunos "modi", —esta vez más
positivos—, que pedían la creación del Consilium. Uno de ellos la-
mentaba el tono exhortativo, aún después de las promesas del
Papa ( 5 4 ) . Y otro pedía que en él figurasen miembros que no p e r -
teneciesen al orden episcopal (55).
Pero si bien las discusiones conciliares no se habían centrado
sobre el cap. I, no obstante varios Padres propusieron por escrito
numerosas propuestas de enmienda (Animadversiones... in scriptis
exhibitae), algunas de las cuales se referían al número 5.
Es preciso hacer notar que perduraban, todavía algunos temores.
Mons. Attipetty, arzobispo de la India, aceptando que el Coetus sea
signo de la corresponsabilidad episcopal en la Iglesia, teme sin e m -
bargo, que pueda ser motivo de presión nacionalista en sus de-
cisiones ( 5 6 ) .
El Arzobispo de Catanzaro, Mons. Fares, manifiesta el deseo de
que se vincule m á s estrechamente al Primado del Papa ( 5 7 ) . Por
su parte, el Card. Browne precisa que debe evitarse en su formula-
ción el que pueda interpretarse que los obispos que lo constituyan
"participen en la suprema potestad de régimen en la Iglesia" ( 5 8 ) .
Finalmente el Obispo de Neila, Mons. Pobozny propone que el
número se divida en dos párrafos: en el primero que se recoja la

(53) " N o n valeo concipere in Episcopatu permanentem existentiam, etiam


extra Concilia aut formas Conciliis aequiparatas, potestatis supremae gubernii
universalis, quia ista potestas de se numquam ad actum necessario deducenda
reducitur ad aliquid mere chimericum; insuper eius obiectum mihi videtur,
unio Episcopatus in hac re cum Romano Pontifice, qua unione recte dicitur
pendere tamquam e conditione absolute necessaria ipsa existentia illius su-
premae potestatis gubernii universalis, est imposibilis et incomprobabilis quoa-
dusque voluntas pontificia, natura sua deambulatoria sicut et nostra, aliquid
concreti reapse voluerit, una cum fratribus in Episcopatu, pro gubernio uni-
versae Ecclesiae". ADPEM 1964, p. 4.
(54) Ese modo presentado por 25 Padres pedia el cambio de la palabra
"Exoptant" por "decernunt". La respuesta fue: "Praefacta mutatio fieri po-
terit, approbante Summo Pontifice, in praesentis Decreti promulgatione. Ce-
terum, etiam in Concilio Tridentino adhibitae sunt quaedam formulae non
praeceptivae, sed optativae". Modo 14, T R M 1965, p. 26.
(55) "Proponitur ut addatur aliquos etiam qui non sint Episcopi partem
habere posse in Coetu seu Consilio Centrali". Resp.: "Summus Pontifex in sua
Allocutione diei 21 septembris 1963 locutus est solummodo de Episcopis". Modo
16. T R M 1965.
(56) "Istiusmodi Coetus seu Consilium potest bene significare omnium Epis-
coporum universae Ecclesiae sollicitudini participationem, sed maxima secum-
fert incommoda. Mea opinione motiva nationalista nimis intervenient in de-
cisionibus huiusmodi coetus". ADPEM 1964, p. 143.
(57) "Coetus seu Consilium centrale, incoeptum hoc reservetur, uti de iure,
ipsi Summo Pontifici: quod tarnen in textu melius appareat". ADPEM 1964, p. 15.
(58) "Coetus seu Consilium Centrale de qua agitur si Santissimo placuerit
admitti posset, ita tamen ut non esset Ipsi proponendus eo sensu ut Episcopi
illud constituendus haberentur ut participantes potestatem supremam regendi
Ecclesiam". ADPEM 1964, p. 10.

416
LA COLEGIALIDAD EPISCOPAL

doctrina del CIC sobre el colegio cardenalicio (c. 230-241), " n e


existimatio exsurgere valeat de Collegio Patrum Purpuratorum" y
un segundo apartado en que se exponga la doctrina sobre el nuevo
Consejo Central ( 5 9 ) .
Otras peticiones, por el contrario, lo reclamaban con insistencia.
Mons. van der Burgt, arzobispo de Pontianak, pidió que se cons-
tituyese jurídicamente durante aquella misma tercera sesión del
Concilio, para que, lograda una cierta experiencia, pudieran remi-
tirse a él algunas cuestiones pendientes después de concluido el
Vaticano II. Los obispos que lo integraban debían ser elegidos, en
su mayor parte, por las Conferencias Episcopales, para que de este
modo representasen mejor la común opnión del Colegio Episcopal
y así se evitaría en la Iglesia el peso de opiniones "unius partís
mundi" ( 6 0 ) .

En principios m á s teológicos se basó Mons. Urtasun, obispo de


Avignon en nombre de 27 obispos franceses que pedían esta nueva
redacción para explicitar mejor la participación de los obispos en
la Iglesia universal: "Sacrosancti Concilii Patres magnopere e x o p -
tant ut aliqui Episcopi, PRO TEMPORE ELECTI, diversarum orbis
regionum, UNA CUM Supremo Ecclesiae Pastore A D SERVITTUM
ECCLESIAE UNIVERSALES COOPERENTUR, modis tamen ( . . . ) .
Consilium quoddam convenientes, U T MANIFESTARI POSSINT
PARTES QUAS HABENT EPISCOPI A D UNIVERSALEM ECCLE-
S I A M " (61). Este nuevo texto va orientado a señalar al Concilium no
una función de " a y u d a " , sino más bien una " c o m ú n tarea" según se
exige de la doctrina de la Colegialidad (62). Por eso solicitan que

(59) "Illato ilio canone 230 CIC, textui Schematis prout humiliter propo-
nitur, primo loco in art. 5 huius schematis iuste honoratur Senatus Romani
Pontiflcis et minime praeiudicatur erigendo Centrali Consilio". ADPEM
1964, p. 42.
(60) "Referentes ad hoc caput (Cap. I, n. 5) speramus hoc Consilium
Centrale citissime institui potest et quidem durante sessione III Cone Vat. I I " .
Propone estas très "rationes" fundamentales: 1) Multae sunt quaestiones quae
solvendae manent post Concilium Vaticanum II et quae meliore modo salvi
possunt Consilio Centrali auxiliante, cum compositum sit e membris Collegii
episcoporum totius mundi, quae fiduciam habent huius corporis episcoporum...
2) Si in constituendo Consilio Centrali saltern partim membra eliguntur a Con-
ferentiis Episcoporum, facilius repraesentatur OPINIO T O T I U S COLLEGII
EPISCOPORUM per totum orbem dispersi. 3) Melius in solvendis quaestio-
nibus posconciliaribus acquiritur A D A P T A T I O AD NECESSITATES TOTTUS
MUNDI. Secus semper periculum adest opiniones unius partis mundi nimis
aestimantur". ADPEM 1964, p. 56.
(61) ADPEM 1964, p. 178.
(62) " L a création d'un Consilium centrale est présentée seulement comme
une AIDE à la tâche universelle du Pape sans nier celle-ci conformément à
Vatican I, il vaut mieux parler d'une tâche commune de tout l'épiscopat (cum
Petro), selon la doctrine de Vatican II. Car ce qui est affirmé dans de numé-
ro 5 pourrait l'être, indépendament de la doctrine de la collégialité. Il ne
s'agirait que de l'internationalisation de la Curie". ADPEM 1964, p. 178.

417
A. FERNANDEZ

se restituya al texto la expresión "partes quas habent" en lugar


de "sollicitudo" ( 6 3 ) . El peligro de una influencia en el afán de
poder, desaparecería con la consideración de servicio, misión ge-
neral que comporta todo ministerio en la Iglesia ( 6 4 ) .

Ni estos "modi", ni las discusiones conciliares dejaron sentir su


influencia en la redacción del nuevo texto. A pesar de todo el " T e x -
tus Recognitus", a petición de 16 Padres, restituyó la expresión "si
Eidem placuerit" que reforzaba aún m á s la autoridad del Papa s o -
bre el " C o n s i l i u m " (65).

En la alocución final, con ocasión de la clausura de la tercera


etapa conciliar, Pablo V I manifestó su deseo y conformidad para
que, concluido el concilio, algunos Obispos elegidos se reuniesen
periódicamente en Roma, con los que el Papa "sentiría el consuelo
de su presencia, el auxilio de su experiencia, el apoyo de su conse-
j o y el sufragio (suffragium) de su autoridad ( 6 6 ) . Pablo V I no p r e -
cisa m á s , pero señala que los nuevos documentos proclamados — e n -
tre ellos estaba la Constitución "Lumen Gentium"— exigirían la
creación de organismos posconciliares. Sin duda que aquí se incluye
implícitamente el Synodus Episcoporum, dado que a continuación
Pablo V I expone la futura reforma de la Curia ( 6 7 ) .

Este parecía ser el final. Los Padres habían votado ya los n ú m e -


ros 5-7 el 4 de noviembre de 1964 con una gran unanimidad: 1.912

(63) " I l semble préférable de reprendre l'expression "partes quae habent"


car le mot "sollicitudo" n'a plus aujourd'hui le sens fort que lui donnait Saint
Paul, il risque de n'être compris que dans un sens purement moral". Ib.
(64) "L'association des évêques au papa pour le gouvernement de l'Eglise
universelle n'est pas une fin en soi. Tout ministère, dans l'Eglise est un ser-
vice. C'est pourquoi, il paraît utile de rappeler que c'est à des fins de service
que ce Consilium centrale est envisagé". Ib.
(65) Este cambio lo interpreta asi el Relator, Mons. Veuillot: "minoris
momenti atque generalius latinitatis ratione inductae sunt; quin ulla sensus
mutatio habeatur". En este caso afirmó que "implicite iam in textu signifi-
cabatur". T R M , 1965, p. 21.
(66) "Quosnam vero effectus huiusmodi doctrinae explanatio re et usu con-
secutura sit, haud facile nunc conspicitur; sed haud difficile provideri potest,
fore ut ea ferax omnino sit spiritualium pervestigationum et canonicorum
insti tu torum... Ut autem eius decreta ad effectum deducantur, complures
Commissiones postconciliares instituendae erunt, in quibus moderandis plane
oportebit, ut Episcopatus suam adiutricem operam praestet. Item eo Consilio
moti, ut generalis momenti negotia componamus, quae huius nostri temporis
veluti propria nota sunt, et continentur exoriuntur, Nos paratiores usque eri-
mus quosdam ex vobis deligendos, venerabiles Pratres, certis temporibus arces-
sere atque ad deliberationem adhibere, ne Nobis vestrae praesentiae solatium,
vestrae prudentiae ac rerum usus auxilium, vestri consilii munimentum, vestrae
auctoritatis suffragium desit". AAS 56 (1964) 1011.
(67) "Hoc utiliter etiam fiet ex eo quod Curia Romana in novam formam
redigenda, cui rei diligenter studetur, experientia uti poterit Pastorum dioe-
cesium, atque ita officia sua, quae iam efficacitate pollent ob fidele ministe-
rium, ad absolutionem perfectionemque perducet ope Praesulum, e variis r e -
gionibus oriundorum et adiumentum sapientiae suae caritatis afferentium"
Ib., p. 1011-1012.

418
LA COLEGIALIDAD EPISCOPAL

votos contra 81 (68). Se espera la última etapa conciliar para la


revisión de los modos y la votación y promulgación definitiva. Pero
la etapa final comenzó el día 14 de septiembre y Pablo VI el 15 de
septiembre promulgaba la Constitución Apostólica "Apostólica S o l -
licitudo", instituyendo el Sínodo de los Obispos. Fue preciso reela-
borar una nueva y rápida redacción, tomada en su mayor parte del
Motu Proprio (69).
(68) Fue uno de los números votados por mayor unanimidad. La votación
en conjunto del capítulo I no consiguió los dos tercios exigidos por el regla-
mento del Concilio. Por este motivo el texto pasó a la Comisión para que
tuviese en cuenta los " m o d i " . Aquí se origina el "textus recognitus".
(69) He aquí el cuadro sinóptico de las seis redacciones consecutivas del
n.° 5 del Decreto.

1" esquema 2.° esquema 3" esquema


(Episcopi in Sacrorum (Episcopi in Sacrarum (Coetus seu Consilium
Congregationum consilium Congregationum consilium Centrale). Cum universale
cooptando. Nonnuïli Epis- cooptando. Nonnulli Epis- Summi Pontificis munus
copi diversarum natio- copi diversarum Natio- maiores in dies auxilii et
num, a Coetu Episcopali num, a Conferentia Epis- praesidii vires exposcat,
Nationali designando ab copali Nationali designan- Sacrosanti Concilii Patres
Apostolica Sede nominen- di, ab Apostolica Sede magnopere exoptant ut
tur Membra vel Consul- nominentur Membra vel aliqui Episcopi diversa-
tores Sacrarum Romanae Consultores Sacrarum R o - rum orbis regionum, Su-
Curiae Congregationum a manae Curiae Congrega- premo Ecclesiae Pastori
quibus, statis temporibus, tionum a quibus, statis validiorem praestent adiu-
convocentur ad m a i u s temporibus, convocentur tricem operam, modis ta-
commune bonum promo- ad commune bonum m a - men et rationibus oppor-
vendum, ad communia pe- gis promovendum et ad tune statuendis, etiam, si
ricula avertenda. communia pericula effi- eidem Summo Pontifici
De Episcopis ac de cacius avertenda. placuerit, in Coetum seu
dioeceseon regimine, 1962, De Episcopis ac de dio- Consilium quoddam con-
n.° 5. p. 75. cesium regimine, 1963, venientes, quo simul sig-
n.° 5, p. 7. nificari possit omnium
Episcoporum universae Ec-
clesiae sollicitudini par-
ticipado.
De pastorali Episco-
porum muñere in Eccle-
sia, 1964, n.° 5, p. 7.
4." esquema 5.» esquema
Textus emendatus Textus recognitus
(Coetus seu Consilium Centrale) (Coetus seu Consilium Centrale)
Cum universale Summi Pontificis m u - Cum universale Summi Pontificis m u -
nus maiores in dies auxilii et prae- nus maiores in dies auxilii et praesi-
sidii vires exposcat, Sacrosanti Con- dii vires exposcat, Sacrosanti Concilii
•cilii Patres magnopere exoptant ut Patres magnopere exoptant ut aliqui
aliqui Episcopi diversarum orbis re- Episcopi diversarum orbis regionum,
gionum Supremo Ecclesiae Pastori va- Supremo Ecclesiae Pastori validiorem
lidiorem praestent adiutricem operam, praestent adiutricem operam, modis
modis tamen et rationibus ai Ipso tamen et rationibus ab Ipso opportu-
opportune statuendis, etiam in Coe- ne statuendis ,etiam si eidem placue-
tum seu Concilium quoddam conve- rit in coetum seu Consilium quoddam
nientes, quo simul significan possit convenientes, quo simul significan
omnium Episcoporum universae Eccle- possit omnes Episcopos sollicitudinis
siae sollicitudini participatio. universae Ecclesiae participes esse".
De pastorali Episcoporum muñere De pastorali Episcoporum muñere
in Ecclesia, 1964, n.° 5, p. 15. in Ecclesia. Textus recognitus et modi,
1964, p. 13-14.

419
A. FERNANDEZ

A través del análisis de las diversas redacciones es preciso p o -


ner de relieve cómo ha sido el Papa quien fue abriendo camino
hasta la programación definitiva (70). Esta sensibilidad de Pablo V I
para formular los deseos de una gran parte de los Padres y de la
mayoría de los teólogos nacía de las exigencias que emanaban de la
doctrina de la colegialidad y juntamente con la convicción de que la
reforma de la Curia no contentaría a nadie, ni sería profunda con
sólo internacionalizarla. No se trataba solamente de centrar en
Roma un determinado número de obispos llegados de la periferia
ni de potenciar el Colegio Cardenalicio (71). M tema surgía de un

6." esquema Texto del Motu Proprio "Apostolica,


Texto definitivo Sollicitudo"
"...Pro nostra existimatione atque
"Episcopi e diversis ortais regioni-
observantia erga universos catholicos
bus selecti, modis et rationibus a R o -
Episcopos, atque ut iisdem copia de-
mano Pontifice statutis vel statuendis
tur manifestiore efficacioreque ratio-
Supremo Ecclesiae Pastori validiorem
ne participandi sollicitudinem Nos-
praestant adiutricem operam in Con-
tram erga Ecclesiam universam... eri-
silio, quod proprio nomine Synodus
gimus ac constituimus hac in alma
Episcopo-rum appellato, quae quidem,
Urbe stabile Episcoporum consilium
utpote totius catholici Episcoporum
pro Ecclesia universa, Nostrae potes-
partes agens, simul significat omnes
tati directe atque immediate subiectum
Episcopos in hierarchica communione
quod nomine proprio Synodum Epis-
sollicitudinis universae Ecclesiae par-
coporum appellamus.
ticipes esse".
...Synodus Episcoporum, quo Epis-
(Christus Dominus, n.° 5). copi selecti e diversis orbis regionibus
supremo Ecclesiae Pastori validiorem
praestant adiutricem operam, ita
constituitur, ut sit; a) institutum ec-
clesiasticum centrale, b) partes agens
totius catholici Episcopatus. AAS 57
(1965) 775.
El texto subrayado pasó a la re-
dacción oficial del nùmero 5 del D e -
creto "Christus Dominus".
(70) Aunque en el prólogo afirme que esta idea se la ha inspirado el Con-
cilio (Concilium Oecumenicum Nobis causa fuit cur propositum conciperemus
constituendi stabiliter peculiare Sacrorum Antisticum consilium) y las reite-
radas peticiones de los Obispos (ut constai ex plurimorum sacrorum Pastorum
votis, quae de hac re in Concilio Oecumenico significata sunt" AAS 57 (1965)
775-776.
(71) En las propuestas al Concilio, Möns. Martin, entonces arzobispo de
Rouen se preguntaba: "Nonne optandum est, exempli causa, ut Eminentissimi
Cardinales conveniant, non solum quando fit Conclave, vel etiam saepius, for-
tasse etiam statutis temporibus, ut animadversiones consiliaque inter se com-
municent, de statu ecclesiarum in diversis orbis regionibus referant, itaque
efficacius Universalem Pastorem in Ecclesia regenda adiuvent? Quod olim
concipi non poterai hodie tam facile afficitur! Nonne civitatum principes nunc
saepius quam unquam alias conveniunt?" Acta et Documenta Oecumenico
Vaticano I I apparando, Series I (Antepraeparatoria) Vol. II. Pars I, p. 386.
Asimismo el obispo yugoeslavo Möns. Pranic proponía: " . . . u t omnes Patres
Cardinales quotannis congregentur in concilium ad problemata Universalis
Ecclesiae discutenda" Ib. Pars II, p. 550. Y Möns, van Valenberg proponía
que se reunieran cada cinco años: "Convocatlone, saltem quinto quoque anno,
Sacri Collegii Cardinalium, electorum ex omnibus Ecclesiae regionibus, ut hic
Senatus Romani Pontifici re vera in regenda Ecclesia assistat". Ib. Pars IV,
p. 261.

420
LA COLEGIALIDAD EPISCOPAL

problema de fondo estrictamente doctrinal: designar los modos y


los fines en que podían y debían colaborar los obispos junto con
el Papa en el gobierno de la Iglesia. Pero esto plantea el verdadero
problema que trataré más adelante. Ahora intento detenerme en el
análisis del Motu Proprio "Apostólica Sollicitudo".

II. M O T U PROPRIO " A P O S T Ó L I C A S O L L I C I T U D O "

El Documento papal por el que se erigía como instituto jurídico


permanente el Synodus Episcoporum es m á s un decreto normativo
que un documento doctrinal (72). En el prólogo, de amplitud des-
igual a la parte normativa, Pablo VI expone las razones que m o -
tivan la creación del Sínodo. Estas causas nacen no solamente de
un plano existencia!: la conveniencia de que en las difíciles circuns-
tancias actuales el gobierno de la Iglesia tenga el asesoramiento
orientado de los obispos, corroborado por la experiencia c o n c i -
liar; sino que brota de una raíz teológica: los obispos están pues-
tos por el Espíritu Santo para regir la Iglesia de Dios. Al mismo
tiempo, la unión del Papa con los Obispos se origina no tanto p o r
la necesidad de una eficaz ayuda e información, cuanto por el m a n -
dato imperativo que tiene el Papa en su misión de Pastor universal.

Pero es preciso afirmar que estos dos motivos se explicitan des-


pués de una exégesis doctrinal del texto. La letra del documento r e -
salta los factores circunstanciales que han movido al Papa a la
creación de este órgano de consejo e información: " E n nuestro
tiempo, perturbado y lleno de peligros, aunque, asimismo abierto
a las saludables corrientes de la gracia, nuestra experiencia nos c o n -
firma a diario cuan provechosa nos puede resultar esta unión con
los sagrados pastores para el desempeño de nuestro oficio a p o s -
tólico".

(72) Cf. Litterae Apostolicae Motu Proprio datae "Apostólica Sollicitudo"


Synodus Episcoporum prouniversa Ecclesia constituitur. AAS 57 (1965) 775-780.
El 8 de diciembre el Papa aprobó el reglamento del Sínodo que estaba desti-
nado a precisar las disposiciones del Motu Proprio. El reglamento del primer
Sínodo —Ordo Synodi Episcoporum celebrandae— reproduce las disposiciones
del Motu Proprio. AAS 59 (1967) 91-103. El día 23 del mismo mes, en la alo-
cución a los cardenales, Pablo V I anunció la primera reunión del Sínodo, a
celebrar en Roma los meses de septiembre-octubre 1967 AAS 59 (1967) 54. E n
el próximo octubre se celebrará la primera Asamblea Extraordinaria del Sí-
nodo que tiene como finalidad "examinar las formas adaptadas para asegu-
rar una mejor cooperación y más provechosos contactos entre las Conferen-
cias Episcopales y la Santa Sede" (AAS 61 (1969) 39). El tema incide
directamente en este estudio. Algunas de sus conclusiones quizás deban ser
revisadas después de esta segunda edición del Synodus.

421
A. FERNANDEZ

Sin duda que algunos estudiosos, — l o mismo que muchos Pa-


dres—, esperaban m á s ( 7 3 ) . Es también verosímil que el Concilio
n o habría llegado a la erección del nuevo instituto jurídico de no
haberse adelantado el Papa: pero para el teólogo y el jurista su
existencia es un primer paso y un punto de partida en la investi-
gación de la naturaleza colegial del Sínodo y en la valoración de su
importancia en el gobierno de la Iglesia.
El motu proprio "Apostólica Sollicitudo" señala que el ámbito
competencial del Sínodo es "informar y aconsejar" ("Ad Synodum
Episcoporum suapte naturae munus pertinet edocendi et consilia
d a n d i " ) . En determinado casos, cuando el Papa se lo conceda, el
Sínodo puede tener un poder deliberativo. Estas decisiones no son
del Papa ni del Sínodo, sino de ambos, aunque siempre deben ser
ratificadas {ratas habere) por el Pontífice.
El Sínodo está directa e inmediatamente (airéete et immediate)
sometido al Romano Pontífice, al cual compete:
1.° Convocar el Sínodo cuantas veces juzgue oportuno y en el
lugar que designe para ello.
2.° Ratificar la elección de los miembros a quienes compete la
asistencia primo et per se, como también a los que son de-
signados por las Conferencias Episcopales y a los repre-
sentantes de los Institutos religiosos (cfr. apartado V y V I I I ) .
3.° Establecer el programa de cuestiones a tratar y, a ser p o -
sible, darlas a conocer seis meses antes de iniciarse la
asamblea.
4.° Procurar enviar este programa a todos los miembros par-
ticipantes.
5.° Establecer el orden de los temas a tratar.
6.° Presidir el Sínodo, bien sea personalmente o a través de
representantes suyos.

Los fines del Sínodo quedan diseñados en dos grandes grupos:


1.° Fines generales:
c) fomentar la unión y estrecha colaboración en todo el m u n -
d o entre el Papa y los Obispos. Esta arcta coniunctio, en el contex-
to tiene una clara referencia a la unidad de régimen en la Iglesia
al citar la doctrina bíblica de que a los obispos les ha señalado, "el
Espíritu Santo para apacentar la Iglesia de D i o s " (Act 20, 2 8 ) , y al

(73) En un importante artículo, publicado, apenas seis meses antes del


Motu Propio, K. Rahner habla solamente de un "asesoramiento del Papa en
la dirección de la Iglesia universal por algunos representantes de los obispos,
elegidos de toda la Iglesia". Para Rahner esta colaboración con el Papa " n o
es un concilio permanente" ni "equivale a un acto colegial del Episcopado
universal". K. RAHNER, Anotaciones teológico-pastorales a la doctrina del Va-
tieano II acerca del Episcopado, en Concilium 3 (1965) 22.

422
LA COLEGIALIDAD EPISCOPAL

designar esta "estrecha colaboración" entre el Papa y el Colegio


episcopal como uno de los signos de los tiempos ("Apostólica S o l -
licitudo, qua signa temporum attente perscrutantes... nos impellit,
ut coniunctionem Nostram cum Episcopis"...) (74).
b) procurar que exista un conocimiento directo y verdadero de
todos los problemas y circunstancias que afecten a la vida interna
de la Iglesia y a su acción en el mundo actual. Sin duda que esta
información debe ser una referencia autorizada a la que acompañe
un juicio magisterial valorativo, elaborado bajo la común respon-
sabilidad del episcopado. El Derecho Canónico preveía ya otros
cauces de información: los Nuncios y Delegados Apostólicos en los
respectivos territorios asignados (canon 267), los Metropolitas para
las diócesis sufragáneas (canon 274); los obispos, por otra parte,
debían presentar cada cinco años una relación del estado de la dió-
cesis a ellos encomendada (canon 340).
c) facilitar la concordia de opiniones, al menos sobre los prin-
cipios esenciales de la doctrina y sobre el modo de actuar en la vida
de la Iglesia. Esta cooperación en la cúspide para fijar los parece-
res sobre puntos esenciales en la doctrina y en las normas será pre-
ciso destacarla al valorar la importancia teológica del Synodus. Este
triple fin general emplaza al Sínodo en un situs de especial interés
para la importancia doctrinal de todo el Motu Proprio.
2° Los fines inmediatos y especiales son:
a) comunicarse recíprocamente la información debida. Estos
opportunos nuntios se refieren a las cuestiones que atañen directa-
mente a la vida de la Iglesia.
b) dar el propio parecer y asesoramiento sobre los problemas
que han motivado la convocación del Sínodo. Aquí se concreta el
voto deliverativo asignado al Sínodo, del anterior apartado.
3.° La naturaleza del Sínodo, " a través del cual los obispos ele-
gidos de las diversas regiones prestan su eficaz colaboración al Pas-
tor Supremo de la Iglesia", tiene estas categorías especificadoras:
a) es un instituto eclesiástico central. Es decir, se destaca de
cualquier otro organismo particular para ponerse en relación con
la Iglesia universal.

( 7 4 ) AAS 5 7 ( 1 9 6 5 ) 7 7 5 . Esta es la interpretación del Secretario General del


Sínodo, Mons. Rubin: "Per comprendere bene il valore del documento conci-
liare, occorre riferirsi allo spirito del Moto Proprio Apostolica Sollicitudo...
Sarà sufficiente ricordare che nella parte introduttiva di esso il Sommo Pon-
tefice sottolinea la collaborazione di tutto l'episcopato nel gravissimo compito
di governare la Chiesa. Il Sommo Pontefiice ha bisogno di sentire presso di
sé i vescovi, di avere il loro aiuto, il loro consiglio e l'autorità. Il Sinodo
dunque .attraverso il consiglio autorevole dei suoi membri, diventa un modo
di partecipazione di tuto il Collegio episcopale al governo della Chiesa". Ci-
tado por F . ROMITA, Synodus Episcoporum, en Monitor Ecclesiasticus 9 8
(1968) 405.

423
A. FERNANDEZ

o) representa a los obispos de todo el mundo. Estos obispos


hacen las veces del episcopado universal ("partes agens totius c a -
tholici Episcopatus"), y han sido convocados por el Papa para cola-
borar en la elaboración de la doctrina y de las normas que han de
tener vigencia en toda la Iglesia. Como precisaré más adelante pue-
de verse aquí una realización de la doctrina expuesta en el número
22 de la Constitución Dogmática " L u m e n Gtentium": "Eadem p o -
testas collegialis una cum Papa exerceri potest ab Episcopis in orbe
terrarum degentibus, dummodo Caput Collegii eos ad actionem col-
legialem vocet".
c) es perpetuo por su naturaleza. El Sínodo es una institución
permanente. La permanencia queda institucionalizada en la Secre-
taría estable encargada de los trabajos coordinadores, y
d) es temporal en cuanto a su ejercicio, pues desempeña su c o -
metido en momentos ocasionales. En el apartado IV se fijan los di-
versos tipos de reunión sinodal: "Synodus Episcoporum congregan
potest in coetum generalem, in coetum extraordinarium et in coetum
specialem". Si bien el Sínodo es una sola institución jurídica, sin
embargo puede revestir tres formas diversas de congregarse: r e -
unión general, reunión extraordinaria y reunión especial. Deter-
minar qué tipo de reunión debe revestir en cada caso es también
competencia exclusiva del Papa. La diversidad de reunión puede
venir indicada por la calidad e importancia de los problemas a tra-
tar (75), así como por los obispos que la integran.

El Sínodo, pues, ayuda al Papa en el gobierno de la Iglesia y r e -


presenta a la jerarquía en el régimen eclesiástico central. Es un
organismo permanente, pero sus funciones son ocasionales, concre-
tadas en reuniones temporales y para problemas concretos.
Aquí concluye la letra del Motu Proprio, pero aquí mismo se
inicia la investigación jurídica y teológica (76).
El Papa no excluye la posibilidad de una reforma del reglamen-
to, " c o m o toda realización humana, —afirma al final del prólogo—,
es capaz de perfección a lo largo del tiempo". Pero esta reforma,
¿se entiende sobre todo en cuanto modificación del reglamento, la
cual afectaría tan sólo a la estructura funcional del Sínodo, o cabe
entender además que pueda llegar a ser una expresión jurídica más

(75) C H . BERUTTI, De Synodi Episcoporum constitutione, en "Monitor Ec-


clesiasticus" 90 (1965) 541.
(76) Pablo VI hizo alusión a este interés de la Teología y del Derecho Ca-
nónico por un desarrollo doctrinal del Sínodo: " N o n pauci enim sunt homi-
nes doctrinis excolendis vel nuntiis pervulgandis dediti, qui inquisitionem in
rationes iuridicas huius Instituti audeant transferre ut suo arbitrio forman et
munus eidem tribuant, quae putent congruere cum novis quibusdam notio-
nibus, ad ius constitutivum Ecclesiae pertinentibus" AAS 59 (1967) 971.

424
LA COLEGIALIDAD EPISCOPAL

definida y apurada de la communio ecclesiastica, en la común res-


ponsabilidad por la Iglesia universal? (77).

La respuesta a esta pregunta no es fácil. Presupone una profun-


dizaron mayor de la fundamentación teológica de la colegialidad
afirmada solemnemente en los números 22-23 de la Constitución
"Lumen Gentium". Asimismo se ha de poner en íntima relación
con la redacción y discusión en el Aula Conciliar del número 5 del
Decreto "Christus Dominus".

Aquí, en el precisar la forma jurídica que ha de revestir el Sy-


nodus en el futuro, se han dividido las opiniones de teólogos y
canonistas. Si bien es necesario afirmar que la discrepancia de p a -
receres se origina en que siempre estos autores distinguen conve-
nientemente qué se entiende por colegialidad en sentido estricto,
colegialidad en sentido lato, actus stricte collegialis, actus conciliaris.
Se precisa fijar con rigor las diferencias en el ejercicio de la cole-
gialidad, para delimitar la doctrina teológico-jurídica en torno al
Synodus. Al mismo tiempo no hay que olvidar que las posibilidades
jurídicas y teológicas del Sínodo no se agotan en los artículos nor-
mativos del Motu Proprio "Apostólica Sollicitudo" ni en el núme-
ro 5 del Decreto "Christus Dominus". Por lo mismo conviene dis-
tinguir el Synodus legislado hic et nunc, de la doctrina que le dio
origen y que puede acelerar una evolución en el futuro. Esta impor-
tante distinción — n o tenida en cuenta— ha dado lugar a encontra-
das opiniones.

El P. Huizing —canonista—, profesor de las Universidades de


Lovaina y Nimega escribió comentando el reglamento: "Probable-
mente lo único que el Papa quiere decir es que, desde el punto de
vista de una organización eficiente, la estructura del Sínodo está
abierta a ulteriores progresos. Pero tal vez no excluya la posibili-
dad de que el Sínodo llegue a adoptar la estructura de un auténtico
concilio ecuménico permanente, de una representación de todo el
episcopado, al que pertenece también el Papa. En efecto, para que
haya un concilio ecuménico no es necesaria la presencia personal de
todos los obispos del mundo; es suficiente que los presentes repre-
senten realmente a todo el episcopado; en cambio, es absolutamente
necesaria la participación del Papa en el colegio. Desde el momento
en que el Papa entrara en el Sínodo y las decisiones se tomaran
colegialmente existiría un concilio ecuménico permanente y, por

(77) P . ROMITA, por ej., afirma que la reforma se refiere "non ad naturam
sed ad functiones", Cf. Synodus Episcoporum en "Monitor Ecclesiasticus" 92
(1968) 421., pero amplios sectores del pensamiento teológico abrigan la espe-
ranza de una evolución hacia una forma más colegial de gobierno.

425
A. FERNANDEZ

tanto, un gobierno supremo de la Iglesia de carácter colegial" (78).


Esta evolución del Sínodo hacia una forma de "concilio permanen­
te" fue una idea más periodística que teológica y como tal saltó
a los medios de expresión en la etapa anterior a la celebración del
Sínodo. Pablo V I en el discurso inaugural, el día 30 de septiembre,
rechazó esta interpretación (79).
Pero si bien es cierto que el Concilio no exige de por sí la p r e ­
sencia física de los Obispos y basta con que el Episcopado esté m o ­
ralmente representado, sin embargo la historia del Sínodo, — r e p r o ­
ducida en páginas anteriores— nos ha demostrado que su realización
vino exigida por la idea de colegialidad, capaz de por sí de recibir
otras muchas expresiones no necesariamente conciliares.
Pocos días m á s tarde, en las mismas salas del D O ­ C . el Profe­
sor G. Alberigo, afirmaba que el Sínodo no era ni llegaría nunca a
ser un Concilio Permanente: "Quisiera descartar — d i j o — , una de
las cuestiones más delicadas, es decir, parto del supuesto que no
se da, ni puede darse, un Concilio Permanente. El Concilio, en sen­
tido propio, es único y consiste en la reunión plenaria del episco­
pado universal. Es una tradición constante de la Iglesia, que sería
muy peligroso ignorar, aunque sólo fuese en hipótesis, porque el
Concilio es la realización de una situación carismática y humana
única e irrepetible. Cualquier teoría que pierda esto de vista sería
a priori extremadamente peligrosa" (80).
El Profesor Alberigo se inclinaba a ver en el Sínodo un mero sig­
no de colegialidad. " P o r tanto, dijo, el que quisiera sostener la n a ­
turaleza colegial del Sínodo de obispos estaría en neta contradición
con el parágrafo 22 de la constitución dogmática "Lumen Gentium".
Más convincente, por el fondo teológico que la anima, es la
opinión del P. Schillebeeckx, el cual afirma que en el Sínodo se
actualiza la colegialidad en sentido estricto. " E l Sínodo no consti­
tuye, como algunos quieren deducir, una evolución hacia una m a ­
yor frecuencia de concilios ecuménicos, sino un paso adelante en el
reconocimiento de que la colegialidad no es sólo una actividad que

(78) H . HTJIZING, Estructura del Sínodo de los O bispos, en D O ­ C 221­1­1967,


fol. 3. Menos aún le concede S. Alonso en el comentario al Motu Proprio cuan­
do escribe: "Este Instituto eclesiástico central, erigido en Roma, viene a ser
como un complemento de la Curia Romana y, en cierta manera, un susti­
tuto de los Concilios", Derecho Canónico Postconciliar. Suplemento al Códi­
go de Derecho Canónico, Madrid, ВАС 1967, р. 64. La pertenencia del Papa
al Sínodo la especifica así el Secretario General, Mons. Rubin: " I l Sommo
Pontefice, perciò non è qualcosa di avulso dal Sinodo; ne è parte integrante
e principale non solo comme Presidente, ma appunto perche Capo del Collegio
Episcopale, è membro, il primo membro, il Capo del Sinodo stesso" citado por
P. ROMITA, art. cit., p. 405.
(79) AAS 59 (1967) 970.
(80) G. ALBERIGO, El Sínodo de los O bispos y la estructura del gobierno
centrai de la Iglesia, en D O ­ C 26, 2­1967, fol. 8.

426
LA COLEGIALIDAD EPISCOPAL

se ejerce periódicamente o a intervalos, en forma solemne o no s o -


lemne, sino un estatuto dinámico, constante y siempre activo en que
aquélla se concretiza". Y después de afirmar que el Sínodo era un
actus strice collegialis, concluía: " L a distinción, por otra parte, no
sería importante si no fuera porque, a causa de algunas normas del
Motu Proprio que no consienten considerar el Sínodo como un con-
cilio, existe la tentación de llegar a la conclusión de que en el Síno-
do no se da una colegialidad en sentido estricto ni podrá darse a
menos que el Sínodo no evolucione como eventualmente prevé el
Motu Proprio mismo. Y o afirmo, en cambio, que se puede hablar
de "actus strice collegialis", aunque no conciliar, siempre que el
Papa acepte las mociones o las decisiones del Sínodo" (81).
Esta interpretación, parece tener en contra la afirmación
explícita de la Relatio al cap. I del Textus emendatus, que afir-
m a que el Consilium céntrale que se proponía a los Padres en este
número 5 del Decreto no era una representación del Colegio Epis-
copal, sino solamente signo de esa colegialidad y una ayuda que
asumía el Papa en el vértice del gobierno de la Iglesia (82).

III. LA COLEGIALIDAD EPISCOPAL Y EL SÍNODO


DE LOS OBISPOS

La solución orientadora sobre la verdadera naturaleza del Sínodo


radica en los diversos modos en que puede realizarse la colegialidad.
El final del número 22 de la Constitución "Lumen Gentium" c o n -
cluye con esta afirmación que recoge las últimas líneas del número 4
del Decreto "Christus Dominus" y que sirve de introducción al n ú -
mero 5 que comentamos: "Esta misma potestad colegial pueden
ejercerla, junto con el Papa, los obispos dispersos por el mundo,
siempre que la Cabeza del Colegio los convoque a actuar colegial-
mente o al menos apruebe la acción conjunta de los obispos dis-

(81) E. SCHILLEBEECKX, El Sínodo de los Obispos, posible acto de colegia-


lidad estricta pero no conciliar en D O - C , 12, 3, 1967, fol. 4.
(82) A los Padres Concillares que temían que la erección del Sínodo r e s -
tringiese la autoridad papal, la Comisión da seguridad afirmando que " C o n -
silium Centrale insuper non est vera repraesentatio Collegii Episcoporum sed
tantum aliquomodo eius Signum et est tantum adiutorium Summi Pontificis
in regimine universalis Ecclesiae". TER 1964, p. 21. Y con más claridad lo afir-
ma la Relatio al n.° 5 limitando las esperanzas de algunos Padres, cuyas pro-
puestas de enmienda habían sido admitidas: "Plurium autem Patrum propo-
sitae emendationes a nostra Commissione admissae sunt solum ea sensu ut
Consilium Centrale sit Signum participationis Collegii Episcoporum in cura
universalis Ecclesiae, non autem eo sensu, ut quidam optaverunt, quod Consi-
lium sit exercitium munerls Collegii Episcoporum". TER 1964, p. 26. En todo
caso, es preciso tener en cuenta la diversidad de fechas entre "textus emen-
datus" y el oficial que recoge la doctrina del Motu Proprio.

42T
A. FERNANDEZ

persos o la acepte libremente de manera que resulte un verdadero


acto colegial" (83).
Este "verdadero acto colegial" puede, sin duda, concretizarse de
m u y diversos modos.
El texto de la Constitución, a partir del Concilio universal (84),
explicita solamente la acción conjunta de todos los obispos, en c o -
munión con el Papa, cuyas diversas modalidades vienen señaladas
por tres verbos:
— que el Papa les convoque (vocet) (85),
— o apruebe (approbet) la acción unida a los Obispos "disper-
sos por el m u n d o " ,
— o sencillamente la acepte (libere recipiat) (86).
En estos tres casos se da " u n verdadero acto colegial" (ita ut
verus actus collegialis efficiatur).
Surgen aquí dos problemas que es preciso distinguir: 1.°, deter-
minar cuáles son, efectivamente, los actos en que puede manifes-
tarse la colegialidad. 2.° Si el Sínodo puede concretarse como uno
d e los momentos de realización colegial estricta.

l.° La colegialidad habitual y las manifestaciones de la colegia-


lidad latente.

La colegialidad ha sido solemnemente afirmada en el número 22


del cap. I I de la "Lumen Gentium", el cual recoge en citas explícitas
por cuatro veces consecutivas el número 4 del Decreto "Christus
Dominus".
La colegialidad es una realidad ontológica que se fundamenta en
la consagración sacramental de los obispos y en la comunión jerár-
quica con el Papa y los miembros del Colegio (87). Existe una coíe-

(83) El texto aparece ya en el Textus Prior (p. 27) y pasó al texto oficial
con solo el cambio de "invitar" (invitet), por "convocar" (vocet). Cfr. nota (85).
(84) La Comisión tuvo que aclarar que la colegialidad no se ejerce sola-
mente en el Concilio universal. A un " m o d o " que pedía se añadiese "unice et
solemne modo", respondió: "...Propositio est contra substantiam textus: su-
prema enim potestas, qua collegium episcopale, una cum Capite suo, pollet,
non in solo Consilio exercetur". Schema Constitutionis Dogmaticae de Eccle-
sia. Modi a Patribus Consiliaribus propositi a Commissione Doctrinan exa-
minati. Caput III: De Constitutione Hierarchica Ecclesìae et in specie de
Episcopatu. Typ. Polyg. Vat. 1964, p. 32.
(85) El Textus Prior decía: " a d actionem collegialem invitet", el Textus
Emendatus la sustituyó por "vocet", a indicación del mismo Papa: "In Sug-
gestionibus autem a Papa missis proponitur, ut in fine eiusdem numeri loco
verborum: "dummodo caput collegii eos ad actionem collegialem invitet" vocet.
Haec ultima expressio "vocet" libenter acceptatur quia etiam in iuramento
Episcoporum admbetur". Schema Constitutionis De Ecclesia. Typ. Polyg. Vat.
1964, p. 92-93.
(86) La Comisión en respuesta a un " m o d o " afirma: "electa est vox " r e -
cipiat", quia non requiritur vox stricte iuridica" Modi. Caput. III, ib. p. 35.
(87) Cfr. L. G., n.» 22 y Nota Explicativa Previa, n.° 2.

428
LA COLEGIALIDAD EPISCOPAL

gialidad latente (88), llamada a realizarse en actos colegiales con-


cretos. La Relatio habla de actos "stricte collegiales" (89). El plural
empleado hace suponer que, además de actos de colegialidad en
sentido amplio, pueden darse también múltiples realizaciones de
colegialidad en sentido estricto. La misma doctrina se repite en la
Nota Explicativa Previa.
Las manifestaciones de colegialidad, in sensu lato, a partir de la
colegialidad habitual, son amplísimas: son expresiones de colegia-
lidad la actuación de un obispo particular o de varios obispos en
una acción conjunta de ministerio pastoral o de gobierno. " E n rea-
lidad, escribe Onclin, la colegialidad se manifiesta en toda acción
que, aun cuando sólo interese directamente a la Iglesia particular
que preside un obispo, refleja la responsabilidad del obispo con r e -
lación a toda la Iglesia universal; también se manifiesta en toda
acción que traduce la solicitud de los obispos para con otras igle-
sias que les han sido confiadas a sus cuidados y, en particular, en
toda acción selectiva realizada por varios obispos sobre un grupo
de Iglesias particulares unidas en el marco de una provincia ecle-
siástica, de una región, de una nación o incluso de un territorio
m á s amplio" (90).
Según esto, la colegialidad se explícita en la responsabilidad de
un obispo sobre las demás iglesias particulares; también en la ac-
ción concordada de algunos obispos en relación con un sector de
la Iglesia universal, ya sea en una tarea conjunta de pastoral o en
una colaboración jurídicamente organizada, como pueden ser los
concilios particulares, los sínodos interprovinciales o las conferen-
cias episcopales de tipo regional, nacional o supranacional.
Se podría afirmar que se da una manifestación colegial en todas
aquellas actuaciones de los obispos que nacen de la estructura c o -
legial del episcopado, originada en la comisión jerárquica de la Igle-

(88) La Comisión dio varias respuestas en este sentido. Así en la respues-


ta al " m o d o " 77: "Textis claret affirmât corpus apostolicum continuo incor-
pore perseverare, etiamsi corpus illud... ut in responso ad modum 67 dictum
est, non semper, vel immo raris intervalis, stricte collegialiter agat". Modi...
Caput III, p. 24. Y la respuesta a ese " m o d o " 67 decía: "Haec mutatio contra-
dicit textui, in quo supponitur quod agere seguitur esse, et non e converso.
Ex quo tarnen non sequitur collegium semper motu proprio ad exercitium
transiré posse. Hoc enim faceré non a suprema auctoritate approbatas, ut
postea explicite dicitur, in fine numeri 22. Neque sequitur collegium semper
esse "in actu pleno". Ib. p. 22. Y al " m o d o " 121 responde: "Patris illi videntur
supponere collegium episcopale non existere nisi quando agit". Ib. p. 34.
(89) "Collegium vero, licet semper existât, non propterea permanenter
actione stricte collegiali agit, sicut ex traditione Ecclessiae constat. A. v. non
seniper .in actu pleno", immo non nisi per intervalla actu stricte collegiali
agit et non nisi consentiente Capite". Nota Explicativa Previa, en Modi.
1964, p. 6.
(90) W . ONCLIN, La Colegialidad Episcopal en estado habitual o latente,
en Concilium 8 (1965) 90.

429
13. — SCRIPTA THEOLOGICA II.
A. FERNANDEZ

sia (91). Sin embargo, aunque la acción conjunta de cierto número


de obispos, en concreciones jurídicas como pueden ser los concilios
provinciales o las actividades de las conferencias episcopales en sus
más amplios niveles, pueden ser consideradas como manifestacio-
nes de la colegialidad episcopal, no obstante los obispos en tales
circunstancias no son representantes de todo el colegio episcopal. D e
aquí que sus resoluciones no tengan m á s campo de validez que la
señalada en el ámbito de su jurisdicción y en ningún caso sus d e -
cisiones derivan del poder del Colegio Episcopal en relación con la
Iglesia universal. No pueden, pues, considerarse como actos de c o -
legialidad estricta.
Pero esta representabilidad de la que carecen los obispos reuni-
dos en concilios particulares o en conferencias episcopales puede
darse de un modo real —dando lugar a un acto de colegialidad e s -
tricta—, en el Sínodo de los Obispos, cuyos miembros pueden
ostentar una verdadera representación no sólo del episcopado u n i -
versal, numéricamente considerado, sino de sus opiniones, en doctri-
na y praxis común, sobre los temas a tratar en el Sínodo. Estamos
ante un problema que depende en exclusividad de la reglamen-
tación que regule la estructura del Sínodo. El Motu Proprio le d e -
nomina "órgano representativo de los obispos de todo el m u n d o "
(partes agens totius catholici Episcopatus I, b ) . Y es el mismo D e -
creto el que afirma literalmente que el Sínodo representa a todo el
episcopado católico (Synodus Episcoporum appellatur, quae quidem
utpote totius catholici Episcopatus partes agens) y por lo que, s i -
multáneamente, significa que todos los obispos participan de la
solicitud por la Iglesia universal (simul significat omnes Episcopos
in hierarchica communione sollicitudinis universae Ecclesiae parti-
cipes esse). Esta representatividad la puso de relieve Pablo V I en
los dos discursos al comienzo de la primera sesión sinodal en s e p -
tiembre de 1967. El Papa afirmó que los obispos asistentes gozaban
de una múltiple representación: la de las respectivas Iglesias, de
las que eran el principio y fundamento de unidad; la de las Confe-
rencias Episcopales, que les habían elegido miembros del Synodus.
Por este último título aportaban la presencia canónica de las
mismas Conferencias, el eco de sus aspiraciones y la voz de sus
experiencias; "vuestra representación, afirmó, reviste la dignidad y
la autoridad de estos organismos eclesiásticos". También eran repre-
sentantes, finalmente, de todo el cuerpo jerárquico de la Iglesia (92).

(91) Cfr. T . JIMÉNEZ URRESTI, Ontologia de la Comunión y estructuras co-


legiales en la Iglesia, en Concilium 8 ( 1 9 6 5 , 7 - 1 8 .
( 9 2 ) "Etenim vos, Venerabiles Pratres, multiplicibus partibus fungimini
primis vices agitis vestrarum Ecclesiarum, quarum principium et fundamentum
estis unitatis... Deinde vos, magna ex parte, personam agitis Conferentiarum
Episcopalium, a quibus membra huius Synodi delecti estis: quod quidem m a n -
datum vestrum id efficit, ut per vos eadem Conferentiae hic praesentes legi-

430
LA COLEGÍALIDAD EPISCOPAL

Y de forma más explícita lo manifestó en el discurso de aper-


tura : " O s expreso nuestro gozo al veros reunidos en torno a Nos
y reconocer en vosotros a los hermanos escogidos para representar a
toda la jerarquía de la Iglesia Católica como pastores de todo el
pueblo de Dios en el Sínodo Episcopal" (93).
Sus miembros, conforme al reglamento del primer Sínodo cele-
brado, son los Presidentes de las Conferencias Episcopales y los
obispos elegidos en razón de su superior competencia por los d e -
m á s miembros del episcopado que integran la conferencia episco-
pal. No sería preciso ningún cambio sustancial del reglamento respec-
to a este primer punto ya que el Moto Proprio "Catholica Sollicitudo"
lo formula de modo explícito en la segunda característica que deli-
mita su naturaleza: " E l Sínodo es un instituto eclesiástico central
que hace las veces de todo el episcopado católico".

2.° El Sínodo: realización colegial estricta.

Según el reglamento, forman parte del Sínodo de los Obispos ( 9 4 ) :


1.° Los Patriarcas, los Arzobispos mayores y los metropolitas
que no pertenecen a los Patriarcados de las Iglesias Católicas de
rito oriental.
2.° Un cierto número de obispos, en proporción a los miembros
del episcopado de cada nación (95), elegidos por cada Conferencia
Episcopal, que tengan un "conocimiento práctico y teórico de los
problemas a tratar en el Sínodo" (96). Las naciones que no tienen
la Conferencia Episcopal constituida pueden elegir también sus r e -
presentantes.
3.° Participan también los Cardenales Prefectos de la Congre-
gaciones Romanas.

time habeantur, earumque optata et rerum usus huc afferantur... Denique vos
partes agitis universi catholicae Ecclesiae corporis hierarchici, quod invicem
personam gerit Christi Domini" AAS (1967) 970-971.
(93) "Vos cementes circa Nos congregatos iucundi animi Nostri sensus vo-
bis patefacimus; qui nos agnoscimus Fra tres delectos ad partes sustinendas
universae Catholicae Hierarchiae, qua Pastores totius Populi Dei, in Synodo
Episcoporum, cuius primum coetum hodie auspicamur". AAS (1967) 963. La
representalidad de todo el Episcopado fue afirmada también por el Secreta-
rio, Mons. Rubin: "II nuevo organismo ecclesiastico denominato Synodus Epis-
coporum, appunto perché esso rappresenta ed esprime l'episcopato cattolico
mondiale... I vescovi partecipanti al Sinodo, quindi in virtù di quella rappre-
sentanza episcopale di cui sono portatori, influiscono efficacemente nell'eser-
cizio dei supremi poteri per tutta la Chiesa", citado por F. ROMJTA, art. cit.,
pág. 405.
(94) Cfr. Motu Proprio apostolica Sollicitudo", artículos V-X.
(95) Ib. art. V i l i especifica el número de obispos asistentes, en represen-
tación de las Conferencias Episcopales.
(96) Ib. art. I X .

431
a. fernandez

4.° A éstos se suman diez religiosos, elegidos por la Unión R o -


mana de Superiores Generales y que representan a los Institutos
Religiosos Clericales.
También el Papa, si lo creyera oportuno, puede elegir un cierto
número de miembros que no supere el 15 por 100, sobre los m i e m -
bros designados primo et per se (art. 10). Los demás obispos asis-
tentes han sido, a través del reglamento, " l l a m a d o s " por el Papa y
sus decisiones deben en todo caso ser ratificadas por el Pontífice,
que las hace suyas, además de las eventuales decisiones deliberativas
del propio Sínodo (97).
El Sínodo, pues, se patentiza como un Organismo en el que par-
ticipa todo el episcopado, ya sea representado por el Presidente de
la Conferencia Episcopal, o por obispos elegidos por las propias
iglesias locales, de forma que pueden representar a toda la Iglesia (98).
De este modo, supuesta la "convocación" del Papa y la "aceptación"
de sus decisiones, pueden darse en el Sínodo las condiciones que é^
número 22 de la "Lumen Gentium" indica para que sea un acto de
colegialidad estricta y que la Nota Explicativa Previa especifica como
una acción "stricte collegialis" que se realiza no "in actu pleno"
(Concilio), sino " a intervalos" (per intervalla). " L a colegialidad, e s -
cribe Schillebeeckx, es una realidad viva que admite diversos
grados. El punto superior de esta escala lo ocupa el concilio ecumé-
nico, seguido inmediatamente por el Sínodo de los Obispos tal como
aparece en el Motu Proprio "Apostólica Sollicitudo" del 15 de sep-
tiembre de 1965. Probablemente nada hay que corresponda tanto a
lo que en la "Lumen Gentium" se llama "acto no conciliar pero e s -
trictamente colegial" como el Sínodo de los Obispos" (99).
Pero ciertamente esta doctrina del profesor de Nimega tiene
m á s en cuenta una concepción teológica del Sínodo que su expre-
sión jurídica en los puntos normativos del Motu Proprio " A p o s t ó -
lica Sollicitudo". La letra de la carta pontificia se queda con segu-
ridad a más corta distancia (100). Sin embargo la consideración del

(97) En dos ocasiones se afirma expresamente en el Motu Proprio que el


Sínodo está directa e inmediatamente sometido al Papa: en la introducción
(Nostrae potestati directe atque inmediate subiectum) y en el núm. III de la
parte dispositiva (Synodus Episcoporum directe et inmediate subest auctori-
tati Romani Pontificis). AAS 57 (1965) 776-777.
(98) Es preciso tener en cuenta la reglamentación de los artículos V I - V I I ,
que regulan la asistencia de las Asambleas extraordinarias y especiales (coetus
extraordinarius y coetus specialis).
(99) E. SCHILLEBEECKX, art. cit., fol. 4.
(100) El alcance del Motu Proprio lo precisó el Card. Marella: " E l Sínodo
podrá ser un símbolo, un signo de colegialidad, pero no es la explicitación de
la colegialidad en acto, o en sentido doctrinal, como sucede, por ejemplo, en
un concilio ecuménico", citado por G. ALBERIGO, art. cit., fol. 5. Pero según las
declaraciones de Möns. Rubin, Secretario Permanente del Sínodo, los obispos
han pedido que la próxima Asamblea Sinodal evolucione en este sentido
L'Osservatore Romano, 11 de enero de 1969, p. 2.

432
LA COLEGIALIDAD EPISCOPAL'

Sínodo, — a l menos, con posibilidad de futuras realizacionse—, como


un acto de Colegialidad estricta tiene profundas raíces teoló-
gicas (101).
El Concilio no es sólo la única forma de colegialidad estricta en
el ámbito doctrinal y jurídico de la Iglesia (102). " L a forma conci-
liar no es la manifestación exclusiva de la colegialidad, aunque sea
una forma particularmente cualificada" (103). La Nota Explicativa
Previa habla de actos colegiales " n o n semper in actu pleno". Siem-
pre subordinado al Papa (consiente Capite), el Sínodo, en posibles
ediciones, puede revestir el aspecto jurídico de un acto estricta-
mente colegial del episcopado.
Pero ya el hecho de que el reglamento prevea que en ocasiones
puede tener poder deliberativo, es suficiente para afirmar que, en
tal circunstancia, el Sínodo cumpliría en sí un acto de colegialidad
estricta y sus decisiones, ratificadas por el Papa, tendrían valor
universal (104). La intercomunicación órttica del corpus episcopo-
rum se concretiza en la asamblea sinodal, donde la communio epis-
copalis se reasume en un número restringido que la representa.
Esos obispos, a su vez, son portadores de la opinión de los obispos
que en asamblea, a ser posible deliberativa en el mismo seno de las
Conferencias Episcopales, han manifestado su propio pensamiento.
En este caso la capacidad deliberativa en el seno del Sínodo les ven-
dría de las exigencias sacramentales de la colegialidad episcopal, no
por delegación papal. El Papa no haría m á s que conceder la facul-
tad de ejercitar una potestad sacramental (105). Sólo se daría una

( 1 0 1 ) Sería preciso un planteamiento más extenso sobre las implicaciones


teológicas de la colegialidad que no pueden ser objeto de estudio en este
trabajo.
( 1 0 2 ) Antes de delinearse la figura teológico-jurídica del Sínodo algunos
autores reclamaban una mayor frecuencia en la celebración de los concilios.
" S i nos percatamos de que el episcopado no es sólo el cuerpo consultivo del
Papa cuando éste quiere tener su consejo y lo pide, sino que posee una fun-
ción activa, entonces se puede por lo menos plantear la cuestión de si no sería
una institución ventajosa un concilio con turno regular". K . RAHNEE, Episco-
pado y Primado, p. 1 2 9 .
( 1 0 3 ) A . GARCÍA SUÁREZ, La Comunión Episcopal, Apéndice a Teología
Fundamental de A. Lang, Madrid, Rialp 1966, vol. II, p. 3 8 7 .
( 1 0 4 ) Con ocasión de la primera sesión sinodal Pablo VI volvió a recor-
dar la posibilidad de que el Sínodo pudiese tener un valor deliberativo: "Nos,
qui ad hanc consultationem vos advocavimus, quique in quibusdam casibus
sufragiis vestris vim deliberativam tribuemus". AAS 5 9 (1967) 9 7 1 .
( 1 0 5 ) Una opinión contraria sostiene S. ALBERIGO en el art. citado, fol. 5.
W. Bertrans, por el contrario, escribe: "Episcopi partem habentes in Synodo
munus suum exercent in virtute doni Spiritu Sancti, quod ipsis collatum est
in consecratione episcopali ad docendum et regendum in Ecclesia", De
Synodi Episcoporum potestate cooperandi in exercitio potestatis prima-
tialis, en "Periódica" 5 7 ( 1 9 6 8 ) 5 3 8 - 5 4 3 . Lo mismo afirma en el comentario
a "Apostólica Sollicituáo": "Proinde potestas Synodi Episcoporum est ordi-
naria". Cfr. Commentarium in Litteras Apostólicas "Apostólica Sollicitudo" en
Periódica 5 5 ( 1 9 6 6 ) 1 2 5 . Y en cuanto al caso de los religiosos asistentes escribe:
"Tándem potestati Synodi, ut sit ordinaria, non obstat factum, quod partem
habent religiosi, qui non sunt Episcopi. Hac ratione eadem dicenda sunt ac

433
A. FERNANDEZ

delegación papal en el caso de los religiosos asistentes al Sínodo,


salvado siempre el principio de que la potestad del Colegio no pue-
de ejercerse sin el consentimiento del Romano Pontífice.
El problema está en la traducción de la colegialidad ontológica
a las formas jurídicas de colegialidad. Sin duda, que el último Sínodo
no ha sido m á s que un signo de la colegialidad ontológica, ya que sus
decisiones no han sido deliberativas, pero no obsta para que, en
sucesivas reformas del reglamento, —exigidas a su vez por la diná-
mica de la colegialidad— se dé paso a formas estrictamente jurídi-
cas de colegialidad. La jurisdicción universal del Papa queda salvada
con el mismo rigor con que se coordina el Primado y la Colegialidad
episcopal. Sólo se precisaría el cumplimiento de dos condiciones:
1.°, que los obispos asistentes representasen efectivamente el corpas
episcoporum (106), condición que se cumple en el Sínodo como que-
da ya consignado; y 2.°, que sus decisiones, sometidas al Papa y
aprobadas por él, gozasen "de poder deliberativo. Una prudente evo-
lución del reglamento explicitaría la figura teológica sobre la que
este poder se fundamenta (107).
Después de la doctrina del número 22 de la "Lumen Gentium"
(108) y de la Nota Explicativa Previa será difícil mantenerse en la
simple afirmación de que el Synodus Episcoporum, como expresión
colegial, será sólo un " s i g n o " de colegialidad y no un acto de cole-
gialidad estricta (109). De este modo la colegialidad episcopal no se
realiza jurídicamente y en sentido estricto con exclusividad en los

de Concilio Oecumenico, quod certo habet potestatem ordinariam, etsi ibi


etiam partem habent religiosi, qui non sunt Episcopi". Ib. p. 126. J. NEUMANN,
por el contrario sostiene que la potestad del Sínodo, aun en el caso de que
tenga fuerza deliberativa es delegada, Cfr. "Die Bischofssynode", en Tübinger
Theolog. Quatalsch 147 (1967) 20. La letra del Motu Proprio está, sin duda, más
acorde con esta teoría, pero los fundamentos doctrinales del Synodus son fa-
vorables a la sentencia del P. Bertrans.
(106) No existe ninguna objeción teológica a una verdadera representati-
vidad del colegio universal, cuando ésta es aceptada como tal por el episco-
pado con su cabeza el Papa.
(107) Es preciso esperar la aparición del Reglamento del • futuro Sínodo
convocado para octubre de 1969. Se ha formado una comisión en la que junto
a los Cardenales de la Curia Confalioneri y Villot, están representadas las
Conferencias Episcopales de Norteamérica, Alemania, India, África y el presi-
dente del CELAM.
(108) B . Kloppenburg se pregunta si el Sínodo es ejercicio de colegiali-
dad tal cual se expone en el número 22 de la L. G. para concluir negativa-
mente, basado en que el "Christus Dominus" sólo cita el n.° 23 en que sólo se
menciona las relaciones de los obispos dentro del colegio. Cfr. O Sínodo dos
Obispos. Representagao e Acáo do Colegio? en Revista Eclesiástica Brasileira 27
(1967) 344-345. Pero si bien explícitamente no se cita el número 23, el conte-
nido doctrinal está implícito tanto en el Motu Proprio como en el Decreto.
(109) A esta misma conclusión llega A . Antón que escribe: " E x nostra ex-
positione facta possibilitas activitatis collegialis per Synodum Episcopalem in
sensu stricto saltem in campo hypothetico et impletis conditionibus implendis
iure etiam affirmari posset". A. ANTÓN, Episcoporum Synodus: Partes agens
totius catholici episcopatus, en Periódica 57 (1968) 527. Lo mismo afirma W . BER-
TRAMS, op. cit., p. 549.

434
LA COLEGIALIDAD EPISCOPAL

concilios ecomuénicos, ni ministerial-mente, en sentido amplio, en


prácticas colegiales de solidaridad pastoral. La colegialidad ontoló-
gica revestirá plasmaciones de plena communio en asambleas p e -
riódicas que, con el Papa, encarecen el carácter colegial de la Iglesia.
Evidentemente se entrevé la intrínseca relación entre Colegiali-
dad episcopal y Sínodo de los obispos. Y si la colegialidad impone
a los obispos la preocupación apostólica por toda la Iglesia, del
mismo modo les corresponde compartir la obligación en una tarea
de gobierno en favor de la Iglesia universal. El sínodo de los obispos
y el Colegio Episcopal son dos realidades que no pueden separarse
ni en la consideración teológica, ni en la vida de la Iglesia (110).
Este paralelismo lo ha puesto de relieve Pablo V I en el discurso
de apertura al Sínodo de 1967: " E n el Concilio, en efecto, se ha visto
la necesidad de una mayor comunicación no sólo en el ser, sino
también en la acción del episcopado católico, cuya colegialidad puso
el Concilio en justa evidencia en el diseño constitucional de la Igle-
sia; como igualmente se nos había manifestado ya clara y urgen-
temente la necesidad de valemos de una forma m á s amplia y sis-
temática de la colaboración del consejo de nuestros hermanos en
el episcopado para el gobierno pastoral de la Iglesia" (111).
La Nota Explicativa Previa afirma que la comunión jerárquica
" n o es un vago afecto sino una realidad orgánica que exige una for-
ma jurídica" (n.° 2 ) . La colegialidad sinodal puede realizarse de muy
variadas formas, aunque no sea fácil precisar en cada ocasión sus
cauces canónicos.
En este momento de nuestra reflexión surge, tangencialmente el
problema Primado-Episcopado. En el caso de una plasmación jurí-
dica plena de la colegialidad en el Synodus Episcoporum, la relación
Primado-Episcopado se plantearía con una especial fuerza. Baste
recordar que tanto el cap. III de la "Lumen Gentium" como la Nota
Explicativa Previa han intentado delimitar el alcance teológico de
la relación Papa-obispos en comparación con el binomio Pedro-
apóstoles. Ontológicamente, el Colegio Apostólico forma una unidad,
con Pedro como Cabeza; una relación ontológica semejante es pre-
ciso señalar entre el Papa y los Obispos. Ahora bien, no se trata de
una igualdad de ecuación sino de "proporcionalidad" (proportiona-
litatem). De aquí que en el número 22 de la "Lumen Gentium" se
diga no de igual sino de semejante manera.
Pero aun partiendo de esa proporcionalidad, la unidad del Cole-
gio Episcopal —Obispos y el Papa como Cabeza— no es sólo una

( 1 1 0 ) A . ANTÓN, Episcoporum Synodus: partes agens totius catholici epis-


copatus, en "Periodica" 5 7 ( 1 9 6 8 ) 4 9 7 .
( 1 1 1 ) A A S 5 9 ( 1 9 6 7 ) 9 6 7 . De aquí que aparezca sorprender la afirmación
de J. Neumann al negar esta relación. Cfr. Die Bischofssynode, en Tüb. Theol.
Quartalsch 147 (1967) 12-13.

435
A. FERNANDEZ

unidad ontológica, sino que ha de manifestarse jurídicamente. Epis-


copado y Primado son dos realidades que tienen un origen divino,
ontológica y jurídicamente (112). El Colegio tiene también suprema
y plena potestad sobre toda la Iglesia, aunque siempre " u n a cum
Capite suo Romano Pontífice, et numquam sine hoc Capite" (L. G .
22) y, por tanto, esa potestad ("plena, suprema et universalis") no
puede ejercerse sino con el consentimiento del Papa.
Se trata de una unidad basada en la C O M M U N I O que trascien-
de toda realidad comparativa. El Collegio Episcoporum no es C o -
legio sin la inclusión de la Cabeza y, por lo mismo no puede actuar
en cuanto Colegio "deficiente actione Capitis". Al Papa compete, en
cuanto Cabeza, convocar el Colegio y dirigirlo, así como aprobar las
normas de acción (113).
Es en el campo existencial donde la relación Primado-Episcopa-
do puede tomar formas diversas. No existe una fórmula jurídica,
válida para siempre, que normalice la relación Papa-Obispos, como
es de fácil comprobación a lo largo de la historia.

IV. EL SÍNODO EPISCOPAL Y EL GOBIERNO C E N T R A L


D E L A IGLESIA

El Motu Proprio define el Sínodo como un órgano central ("ins-


titutum ecclesiasticum céntrale") que presta una eficaz ayuda al
Papa en el gobierno de la Iglesia ("Supremo Ecclesiae Pastori vali-
diorem praestant adiutricem operam") y que nace como un signo de
los tiempos para adoptar los medios y métodos del sagrado aposto-
lado a las crecientes necesidades de nuestros días y a las cambian-
tes condiciones de la sociedad".
Este nuevo "signo de los tiempos" lleva al Papa "tras larga y
madura deliberación" a confiar en todos los obispos católicos para

(112) De ningún modo se intenta contraponer unidad ontològico y unidad


jurídica.
( 1 1 3 ) La Nota Explicativa remite al modo 8 1 , que dice así: " 1 6 4 Patres
proponimi ut deleatur vocabulum: "plenae" ne plenitudo potestatis Summi
Pontiflcis in discrimine ponatur".
Resp.: "Textus agit de suprema potestate, quam tribuit collegio, una cum
et sub Capite suo, Romano Pontífice: talis potestas necessario dicenda est
piena. Per supressionem vero propositam, ipsa plenitudo potestatis Romani
Pontiflcis in discrimine poneretur. Collegium enim necessario et semper Caput
cointelligit; a. v. distinctio non est inter Romanum Pontificem et ceteros Epis-
copos collective sumptos, sed inter Romanum Pontificem seorsim et Romanum
Pontificem simul cum Episcopis, ut dicitur in nota explicativa praevia, sub
n. 3 ) . — "Schema Constitutionis dogmaticae de Ecclesia Modi a Patribus con-
ciliaribus proposita a Commissione doctrinan examinati. Caput III. De Cons-
titutione Hierarchica Ecclesiae et in specie de Episcopatu. Typ. Polyg. Vat.
1 9 6 4 , pp. 25-26.

436
LA COLEGIALIDAD EPISCOPAL.

"darles oportunidad de participar más abundante y eficazmente en


nuestra solicitud por la Iglesia universal". De aquí que se consolide
" c o n lazos más estrechos nuestra unión con los obispos, a "quienes
el Espíritu Santo constituyó... para regir la Iglesia de D i o s " (Act.
20, 2 8 ) " .
El texto definitivo del número 5 del Decreto "Christus D o m i n u s "
es aún m á s explícito, al afirmar que el Sínodo de los Obispos pres-
ta una más eficaz ayuda al Supremo Pastor de la Iglesia, porque al
"actuar en representación de todo el Episcopado católico, muestra
al mismo tiempo que todos los Obispos en comunión jerárquica
participan de la solicitud de la Iglesia entera".
Esta "sollicitudo" por la Iglesia universal, común al Papa y a los
Obispos, es destacada por el Concilio como el fundamento doctri-
nal para la creación del Sínodo que haga compartir con el Papa a
todos los Obispos la grave solicitud por toda la Iglesia (114). D e
este modo, la sollicitudo universaé Ecclesiae exige un estatuto j u -
rídico que haga compartir a la communio episcoporum las graves
responsabilidades en la dirección de la Iglesia (115). Pablo V I , e n
el discurso durante la primera sesión del Synodus, afirmó que la
primera razón del Sínodo fue un intento de unidad y solidaridad
en el seno de la jerarquía católica que se patentiza en este nuevo
órgano de gobierno pastoral de la Iglesia ("inque pastorali Ecclesiae
regimine sive unitas habeatur"). Y de este modo, concluye, el C o -
legio Episcopal queda asociado en cierto grado, al Romano Pontífi-
ce en el cuidado de la Iglesia universal ("quod hac de causa cum
Romano Pontífice in universalis Ecclesiae cura quodam modo con-
sociatur" (116). Esta doctrina no se basa en meras concesiones del
Papa, sino que toma origen de la consideración teológica de la c o -
legialidad que exige una misión activa de dirección compartida y
no considerar al episcopado como un mero cuerpo consultivo cuan-
do es reclamado para aconsejar al Papa.
Tanto el texto conciliar, como el Motu Proprio han evitado el
peligro de delimitar la competencia exclusiva y suprema del Papa,
Pastor Universal.

(114) J. CALVO, En torno a la Sollicitudo omnium Ecclesiarum. A propò-


sito del Motu Proprio "Apostolica Sollicitudo", en "Jus Canonicum" 5 (1965),
479-485.
(115) El Patriarca Meouchi manifestò la falta de conexión entre la cole-
gialidad y el Sinodo expresada en la redacción del n.° 5: "Le n.° 5 ne se déduit
pas logiquement du n.° précédent. Dans celui-ci, en effet, il était parlé clai-
rement de l'action collégiale des Evêques, réunis en Concile ou dispersés sur la
terre. Dans le n.° 5, on réduit cette action à être l'effet des circonstances qui
alourdissent la charge pontificale et exigent de plus grandes forces et donc
un recours à l'ensemble des Evêques. représentés par un "coetus centralis".
N'y aurait-il pas une raison plus profonde pour que les Evêques participent
de droit au gouvernement de l'Eglise una cum Petro et sub Petro, comme le
dit très bien le Proemium". ADPE 1964, fol. 34-35.
(116) AAS 59 (1967) 969.

437
A . FERNANDEZ

Aún más, aparte de las respuestas a los diversos modos que ma-
nifestaban un temor de que se creasen competencias que pudiesen
restar al poder Papal, es preciso afirmar del Sínodo lo que la Nota
Explicativa Previa afirma de la colegialidad episcopal: que por ser
el Romano Pontífice Cabeza del Colegio, puede él solo llevar a cabo
algunos actos que en ningún modo competen a los Obispos; por
ejemplo, convocar al Colegio y dirigirlo, aprobar las normas de
acción, etc. Al Papa corresponde, de acuerdo con las necesidades
d e la Iglesia, ya que van cambiando al pasar el tiempo, determinar
la manera en que este cuidado se deberá llevar a cabo bien de modo
personal o bien de modo colegial (117).
Aquí es preciso conjugar el Primado con los "signos de los tiem-
p o s " a que hace referencia la introducción del Motu Proprio. Sin
que obste al poder universal del Romano Pontífice, el gobierno de
la Iglesia puede adoptar nuevas formas que se acerquen cada vez
m á s a una forma de gobierno colegial.
Pero en mi opinión, es preciso ir aún más lejos de un plantea-
miento de ejercicio táctico de gobierno. Partiendo de la teoría del
" i u s divinum" reformable (118), parece sostenible que el gobierno
colegial constituye una necesidad teológica eclesial de nuestra épo-
ca. Y el Sínodo de los Obispos, supuesta la debida competencia del
Papa para convocarlo y ratificar sus decisiones, pertenecería en la
actual coyuntura a la realización de la esencia de la Iglesia: "El
Sínodo de los obispos, escribe Schillebeeckx, aparece como una
forma determinada de orden eclesial que, en la situación histórica
de la Iglesia hoy día, en el siglo x x , es intrínsecamente necesaria
por razón de la esencia misma de la Iglesia. El Derecho Canónico
actualmente en vigor no duda en hablar —repetidas veces y como
si se tratase de la cosa más natural del m u n d o — de "ius divinum"
refiriéndose a tales necesidades históricas en cuanto consideradas
a partir de la esencia de la Iglesia" (119).
A mi modo de entender, Schillebeeckx no disminuye el poder
del Romano Pontífice, ni quiere afirmar que el Sínodo de los Obis-
pos, en cuanto tal institución hodie et nunc, es esencial a la cons-
titución divina de la Iglesia, sino solamente que la institución del
Sínodo de los Obispos es una forma que, fácticamente, viene exi-
gida hoy para que la estructura fundamental de la Iglesia se exprese

(117) Sobre la interpretación de este número, Cf. J. RATZINGER, La Cole-


gialidad episcopal, en la Iglesia del Vaticano II, vol II. p. 772-773.
(118) J. NEUMANN, Das "ius divinum" im Kirchenrecht, en "Orientierung"
31 (1967) 5-8.
K . RAHNER, Sobre el concepto de "ius divinum" en su comprensión católica,
en Estudios de Teología, Madrid, Taurus 1964, vol. V, p. 247-273. Rahner afirma
que no puede rechazarse la cuestión del surgimiento de un ius divinum pos-
apostólico, (p. 271).
(119) E. SCHILLEBEECKX, art. cit., fol. 2.

438
LA COLEGIALIDAD EPISCOPAL

de modo adecuado a la actual situación histórica. Esto no significa


modificación alguna de los principios estructurales recibidos de
Cristo, sino, por el contrario, lá actualización de sus intrínsecas
virtualidades. En esta línea, ha de entenderse la teoría llamada del
ius divinum reformable, expresión no del todo feliz y que debería
sustituirse por otra.
La esencia de la Iglesia puede exigir en ciertos momentos histó-
ricos una plasmación de sus estructuras que faciliten su misión tras-
cendente en el mundo. Es consecuencia de una afirmación que debe
iluminar toda la teología: la esencia de la Iglesia, está inmersa y se
realiza históricamente. En nuestro caso, el Sínodo de los Obispos
podría ser hoy una exigencia del ius divinum de la Iglesia en estos
momentos (120).
No hay duda que un gobierno de signo m á s horizontal en asun-
tos de especial trascendencia cuenta con más fuerza y estaría ga-
rantizado con una eficacia de mayor aquiescencia y aceptación. La
oportunidad en su ejercicio depende en todo caso de la decisión del
Papa. Pero es posible, y parece que es también de desear, que en
un futuro próximo las mayores y conclusivas decisiones del Pontí-
fice se preparen con la ayuda de las deliberaciones del Sínodo de
los Obispos. "Motivos de orden social pueden inducir la convenien-
cia u oportunidad — l a simplex necessitas— de una participación
del cuerpo episcopal — b a j o una u otra modalidad— en el gobierno
de la Iglesia universal, en tanto en cuanto tal participación favo-
rezca el bien común de la Iglesia que constituye el punto de referen-
cia que, en última instancia, condiciona el recurso al empleo de
esos medios... El Papa puede estar obligado, en el campo de los d e -
beres éticos, a consultar y comprobar la existencia de una situación
de hecho que, por su naturaleza, reclame la acción más o menos c o -
legial del episcopado" (121).

(120) Si el Papa tiene un deber moral de información sobre la defmibili-


dad de una doctrina, este mismo deber moral, agravado por las circunstancias
actuales y por la imperiosa necesidad de una mayor eficacia, parece más obli-
gado en la asociación colegial del episcopado en la dirección jerárquica de la
Iglesia. Pablo VI acentuaba esta misma idea: " L a cura della santa Chiesa
di Dio, cura che pur amata e fiduciosa non cessa di essere pesante per le
Nostre umili forze, Ci porta a confidare semper maggiormente nell'aiuto pre-
zioso e nella collaborazione, non solo del Sacro Collegio e degli organismi
della Nostra Curia, ma anche, ed ora specialmente, dei Nostri Fratelli neh'
Episcopato sparsi nel mondo e impegnati nel servizio delle diverse diocesi...
A questo scopo abbiamo stabilito di convocare per il prossimo anno 1969 un'
assemblea straordinaria del Sinodo dei Vescovi...". A continuación el Papa
alababa la decisión del Concilio al instituir el Sinodo "basato su un principio
di collegiale collaborazione e di commune responsabilità". AAS 61 (1961) 39.
Pablo V I repite la misma idea en la carta dirigida a los participantes de la
Sesión Extraordinaria que se celebrará en octubre próximo. Cfr. L'Osservatore
Romano 11-1-1969, p. 2.
(121) A. GARCÍA SUÁREZ, Los obispos y la Iglesia universal en " E l Colegio
Episcopal", voi. II, p. 562.

439
A. FERNANDEZ

Esta asistencia y corresponsabilidad con el Romano Pontífice


no es nada nuevo en la historia del Papado, sino un nuevo modo,
adaptado a los tiempos actuales, de tomar parte en el gobierno c e n -
tral de la Iglesia. Quizá a partir del Vaticano I se ha presentado
excesivamente aislado el poder del Romano Pontífice (122), que
es, ciertamente, total y supremo; pero la colegialidad, afirmada
solemnemente en el último Concilio Vaticano, despierta deseos de
un equilibrio que subsistió desde las primeras épocas de la histo-
ria y que afirmaba simultáneamente el poder supremo del Papado
y el poder del Colegio de los obispos con el Papa, sucesores de los
Apóstoles.

J. Colson ha puesto de relieve cómo los textos de Tertuliano,


Hipólito y San Cipriano hacen resaltar el aspecto de colegialidad,
sin olvidar el poder especial del Papa, y afirma que el futuro debe
buscar formas concretas y m á s reales de coexistencia del primado
papal con la autoridad del colegio episcopal (123). El Sínodo puede
ser sin duda una de ellas y quizá en estos momentos, la.forma e m i -
nente que conjugue el gobierno vertical y colegial de la Iglesia (124).
La Iglesia romana conoció también una forma de ayuda colegial
al gobierno personal del Papa. Durante varios siglos el Consistorio
de Cardenales fue un órgano colegial de gobierno habitual de la
Iglesia. A partir del siglo i x (125), y debido a las circunstancias h i s -

( 1 2 2 ) Y a en el Vaticano I se dejaron oir voces que pedían que no se ence-


rrasen los obispos en los límites de sus diócesis, y reclamaban una mayor
intervención en el gobierno de la Iglesia. Así, Mons. Dupanloup en la 1 3 Con-
gregación general del 2 1 - 1 - 1 8 7 0 decía: "Quis enim tam démisse et indigne de
ecclesia et de épiscopatu catholico sentiret, ut omnem curam sollicitudinem-
que inter breves uniuscuiusque dioeceseos limites iuberet relegari?" Y acude
a la tradición para ver la preocupación de S. Juan Crisóstomo, S. Gregorio
Nazianceno, S. Basilio y el Papa Celestino que escribía: "Advertere débet
vestra fraternitas quia accepimus genérale mandatum". MANSI, t. 5 0 , col 4 3 4 A.
( 1 2 3 ) J. COLSON, L'Episcopat catholique, Paris: du Cerf, 1 9 6 3 , p. 1 3 3 . Es
interesante ver ya conatos de solución a este aparente conflicto entre el Pri-
mado y el Colegio episcopal en las discusiones del Vaticano I. Así Mons. Z i -
nelli respondía a las peticiones de los Padres de una verdadera participación
colegial de los obispos en el poder supremo de la Iglesia, ya que no podría
darse colisión " s i sumus Pontifex una cum episcopis, vel dispersis vel congre-
gatis, veré plenam et supremam potestatem in solidum exercet". Mansi, t. 5 2 .
col. 1010, B. Sobre este interesante tema, Cfr. G. DEJAIFVE, Primauté et Collé-
gialité au premier Concile du Vatican, en L'Episcopat et l'Eglise universelle,
pp. 639-660.
( 1 2 4 ) Se trata en último término de sacar todas las consecuencias teoló-
gicas de la colegialidad y no de una búsqueda de gobierno más en consonan-
cia con la Iglesia. Los errores y la falta de equilibrio se originan cuando se
plantea el régimen de la Iglesia, sin un planteamiento teológicamente serio
del Papado y de la Colegialidad episcopal. Cfr. J. LECUYER, Études sur la col-
légialité épiscopale, p. 8.
( 1 2 5 ) Las relaciones de los obispos con el Papa en los tres primeros siglos
Cfr. J. COLSON, L'Episcopat catholique, Collégialité, et Primauté dans les trois
premiers siècles de l'Eglise, Paris: du Cerf. 1963. M. GUERRA, La cole-
gialidad en la constitución jerárquica y en el gobierno de las primeras comu-
nidades, en el Colegio Episcopal, Madrid 1 9 6 4 , vol. I, u. 1 4 5 - 2 2 0 . V. PROAÑO,

440
LA COLEGÍALIDAD EPISCOPAL

toncas en que había quedado la Iglesia occidental fiel y en c o m u -


nión con Roma, fue preciso la colaboración de algunos prelados que
asistiesen m á s de cerca al gobierno personal del Papa. La i m p o -
sibilidad de un intercambio entre el Papa y los obispos en los síno-
d o s romanos que habitualmente se celebraban en Pascua fue dando
cauce e importancia al Colegio Cardenalicio, hasta el punto de que
los siglos x i - x u fueron testigos de discusiones sobre el tus divinum
del cardenalato. Esta discusión tuvo como máximo defensor a Juan
de Torquemada, pero revivió en los teólogos y canonistas del s i -
glo x v i con el fin de defender la figura del Papa y de la Curia en el
régimen central de la Iglesia. En esta época el Colegio Cardenalicio
abandonaba las funciones de régimen o diaconales en sus respecti-
vas diócesis o iglesias para colaborar directamente con el Papa en
el gobierno de la Iglesia. Esta asistencia llegó a alcanzar tal impor-
tancia que saltó a la doctrina discutida: si el Papa, por derecho
divino, estaba obligado a pedir consejo a los Cardenales (126). Así
es como, en olvido de la colegialidad, fue sustituyendo y cobrando
importancia al Cardenalato que con la creación del Consistorio era
el órgano de asistencia al Papa en el gobierno de la Iglesia univer-
sal. Todavía los dicasterios actuales de la Curia Romana están p r e -
sididos por un Cardenal. Ha habido claramente una transposición
doctrinal en la preeminencia del Colegio Cardenalicio sobre la c o -
legialidad episcopal. Pero es preciso notar que esta primacía del
cardenalato fue perdiendo terreno desde el momento en que los
teólogos, a partir del origen divino del episcopado, proponen la
cuestión de la elección del Papa por los obispos y no por los car-
denales. Francisco de Vitoria destaca esta verdad y afirma que en
caso que vacase la Sede Apostólica, la elección del Papa, por dere-
cho divino, compete sólo a los obispos (127), y que la elección tal

S. Cipriano y la Colegialidad, Ib., pp. 251-281. Para los siglos posteriores cf. en
la misma obra, los trabajos de G. MARTÍNEZ, J. ORLANDIS, E. OLIVARES, J. I. T E -
LLECHEA. Así mismo J. LECTJYER, Etudes sur la Collégialité episcopale. Le Puy:
Ed. X . Mappus, 1964, p. 107. También la obra en colaboración L'épiscopat et
l'Eglise universelle. Paris: Cerf. 1964, 831 p.
(126) " A n a iure divino deducatur, papam ad petenda Consilia teneri" G. Pa-
leotti proponía de este modo la cuestión en el año 1596, citado por G. ALBE-
RIGO, Lo sviluppo della dottrina sui poteri della Chiesa universale, Roma:
Herder, 1984, pp. 106-109. Vid. también CH. LEFEBRE, Les origines et le rôle
du cardinalat au Moyen Age, en "Apollinaris" 2 (1968) 59-70. El Panormitano
afirma que el cardenalato era superior al episcopado, " n a m cardinalis débet
assistere pape quia residentia sua est sibi magis utills quam in allo episcopatu".
NICOLAS DE TTJDESCHIS, Commentarla super Decretalium, lib. I. hub. De postu-
latane prelatorum, Bone Memorie (ed. Lugduny), 1531, n.° 6 ) : "Cardinalis
non potest esse episcopus", p. 111. Y en nota marginal as), comenta: "Quia car-
dinales nedum consulunt romane ecclesie sed universali. Sunt enim unum cor-
pus cum papa sicut canonici cum episcopo".
(127) " I n quocumque casu vacaret sedes apostolica, manendo in tale iure
divino, electio spectaret ad omnes episcopos christianitatis. Probatur: Quia
ipsi sunt pastores gregis et curatores et tutores, et tota administratio eccle-
siastica citra Summum Pontificem spectat ad eos... Dico ergo quod quomodo-

441
A. FERNANDEZ

cual se realiza por los cardenales no es de derecho divino (128). Esta


transposición del Episcopado al Colegio Cardenalicio en la elección
del Papa fue objeto de numerosas peticiones como tema a tratar
por el Concilio (129).
Pero la reelaboración de la doctrina sobre la colegialidad hace
cada día m á s difícil esta situación. La presencia de un grupo de
obispos cercanos al Papa no era sin m á s una protesta implícita c o n -
tra la Curia Romana, sino exigencia teológica de la Colegialidad que
pide una colaboración de asistencia en el gobierno universal de la
Iglesia. La forma actual del Sínodo consultivo es un paso adelante.
Parece lógico que el asesoramiento del Papa ha de ser realizado
directamente por los obispos y no por el Colegio Cardenalicio, que

cumque sive institutio sive casu omnes episcopi christiani convenirent, in tali
casu proprio possent eligere unum Summum Pontificem tantae auctoritatis
sicut fuit beatus Petrus". Obras de Francisco de Vitoria. Relecciones teoló-
gicas. Editadas por T. Urdanoz. Madrid, BAC 1960, pp. 401-402, n.° 21.
(128) "Ratio eligendi Summum Pontificem, quae nunc servatur in Ecclesia,
non est de iure divino. Haec nota est ex praecedentibus, quia exclusa humana
lege spectat ad episcopos. Item, numquam invenitur in toto iure divino... Et
ultimo, quia ordo cardinalium qui nunc sunt electores non est ex iure divino".
Ib., p. 404, Proposición 24.
(129) Fueron muy numerosas las peticiones en este sentido, cfr. Acta et
Documenta Concilio Oecumenico Vaticano II apparando. Series I (Anteprae-
paratoria). Appendìx voluminis II. Analyticus conspectus consiliorum et voto-
rum quae ab Episcopis et Praelatis data sunt. Pars I, Typ. Polyg. Vat. 1961,
p. 336-337. Así, Mons. Radicioni, obispo de Montalto (Italia) pedía: "Circa
Romani Pontificis electionem opportunum videtur ut mens Episcoporum totius
orbis catholici audiatur, forma quidem, magis apta et idonea". Ib. voi. I I :
Consilia et Vota Episcoporum ac Praelatorum. Pars I I I : Europa, p. 407. Mons.
González Moralejo pidió alguna participación de los arzobispos " i n ipso R o -
mano Pontífice eligendo". Ib. Pars II, p. 435. Asimismo Mons. Ferreira, obispo
de Oporto: " i n eligendo Summo Pontífice aliquis totius orbis catholici influxus
Archiepiscoporum salubriter ánimos afficeret et ut ita dicam oculos omnium
obtunderet catholicitate et hierarchia ordinatione totius Ecclesiae. Ib. p. 606.
Otros propusieron que lo eligieran los obispos delegados: "unus legatus pro
50, vel 70, vel 100 Episcopis". Así, dos obispos brasileños, Mons. Amarai y
Mons. Lafayette, Mons. Daraní y Tanitan, cfr. Ib. Pars VII, pp. 241-242. Más
numerosas aún fueron las peticiones para que tuvieran parte en la elección los
Patriarcas Orientales. Por el contrario la Congregación Consistorial replicaba:
" L a S. Congregazione Consistoriale, che ebbe la ventura di redigere, per augus-
to ordine di Pio X I I , la Constituzione Apostolica "Vacantis Sedis Apostolicae",
è del sommesso parere che le richieste dei Vescovi circa gli elettori del Sommo
Pontefice non debbano essere accolte.
A prescindere dal fatto che constantemente nella Chiesa di Roma quello
di eleggere il Sommo Pontefice è stato sempre un diritto esclusivo ed una
prerogativa dei Cardinali, ai presente l'Episcopato di tutto il mondo è larga-
mente reppresentato nel Collegio Cardenalizio, felicement aumentado ed
aumentabile". Ib. Series I, volumen III. Proposita et Mónita SS. Congrega-
tionum Curiae Romanae, p. 37. Posteriormente concluido el Concilio, el tema
ha vuelto a ser planteado y a ello hizo alusión Pablo VI señalando la conve-
niencia de no adoptar ningún cambio. En todo caso, según se vayan clareando
las instituciones a la luz de las verdades teológicas sobre el episcopado, pa-
rece lógico que sea el Colegio Episcopal quien vaya asumiendo las responsa-
bilidades en el gobierno de la Iglesia. La misma aplicación cabe hacer a nivel
de iglesia nacional (Presidente de la Conferencia Episcopal-Primado) y dioce-
sana (Cabildo Catedralicio y Curia-Consejo presbiteral).

442
LA COLEGÍ ALIDAD EPISCOPAL

carece de toda significación sacramental en el ejercicio de la c o l e -


gialidad, aun supuesto que todos sus miembros poseen actualmente
la dignidad episcopal, ni por los dicasterios de la Curia, que han de
ser órganos ejecutivos (130). De aquí la gran esperanza de que una
prudente evolución del Sínodo hacia formas deliberativas llevará a
la Iglesia a unos modos de gobierno más colegiales, siempre, natu-
ralmente, salvada la autoridad suprema del Papa. Como aclara la.
Nota Explicativa Previa, compete al Sumo Pontífice determinar la
manera en que este cuidado se deberá llevar a cabo, bien de m o d o
personal o bien de modo colegial. " A d iudicium Summi Pontificis
spectat, secundum necessitates Ecclesiae decursu temporis varian-
tes, determinare modum quo haec cura actuari conveniat, sive modo
personali, sive modo collegiali. Romanus Pontifex ad collegiale exer-
citium ordinandum, promovendum, approbandum, intuitu boni E c -
clesiae, secundum propriam discretionem procedit".
Esta forma colegial reviste en la Iglesia oriental una forma espe-
cial, que puede en ocasiones ser modelo para las comunidades de
Occidente. La "conciliariedad" es una nota de la Iglesia ortodoxa,
El modo sinodal de gobierno en las comunidades de Oriente es una
realidad vivida en forma continua, desde siempre, y a todos los
niveles de la vida eclesial, de tal forma que pertenece a la esencia
de la concepción ortodoxa de la Iglesia (131). No es, pues, extraño
que las voces más reiterativas en las discusiones conciliares en f a -
vor del Sínodo hayan sido las de los Patriarcas de las iglesias cató-
licas de Oriente.
De este modo el Synodus Episcoporum, además de su importan-
cia en el realizarse histórico actual de la Iglesia, puede ser tam-
bién medio e instrumento eficiente de ecumenismo.

(130) Con ocasión del Consistorio último, Pablo VI distinguió la diversidad


de funciones asignadas al Colegio Cardenalicio y al Sínodo de los Obispos,
pero afirmó que el Sínodo "reflejaba más directamente la colegialidad episco-
pal en torno al Sucesor de Pedro". L'Osservatore Romano, 28-29-IV-1969, p. 1.
(131) M. DE SOTO MAYOR, Conciencia de colegialidad episcopal en el Oriente
antes de la separación, en el Colegio Episcopal, vol. I, p. 33-348. E NIJME, El
consejo episcopal en el Derecho Oriental, en "Concilium" 8 (1965) 34-39. J . H A J -
JAR. Los Sínodos en la Iglesia Oriental, ib., p. 58-67. E. LANNE, El Sínodo de la
Iglesia ortodoxa oriental, en D O - C , 29-1, 1961, 12 fol. Y . CONGAR, La conscience
eclésiologique en Orient et en Occident du vi au x r siede, en " I s t i n a " 6 (1959)
3

187-236.

443.
DE S Y N O D O E P I S C O P O R U M ATQTJE E P I S C O P A L I COLLEGIALITATE

Duae realitates, doctrina nempe ac vita, simul convenerunt in


elaboratione et definitivum textum n. 5 Decreti "Christus
1
Dominus"
in quo Synodus Episcoporum creatur. Vita, quae reformationem cen-
tralis moderaminis Ecclesiae instabat, fundamentum invennit in doc-
trina in collegialitate episcopali.
In praesenti articulo praebetur considerano histórica doctrinae
conciliaris de Synodo, in qua haec duo momenta, vitae nempe et
doctrinae, coniuncta apparent per varias conscriptiones quas Schema
passum est.
Articulus duas partes habet. In prima analysi subicitur numerus
5 Decreti "Christus Dominus" et normae iuridicae quae in Motu
Proprio "Apostolica Sollicitudo" continentur. Auetor concludit Sy-
nodum prout in littera horum duorum documentorum stabilitur,
non posse putari actum stricte collegialem.
Asserii tarnen doctrinam de Synodo altiorem evolutionem pati
posse, talem ut perfecte reddat doctrinam de collegialitate striata
n. 22 Constitutionis "Lumen Gentium" et Notae Explicativae Prae-
1

viae.
Collegialitas est realitas quaedam ontologica quae fundatur in
sacramentali episcoporum consecratione et hierarchica communione
cum Papa atque Collegii membris. Haec realitas ontica in multípli-
ces modos exìstentiales collegialitatis deduci valet.
Theologia de collegialitate, quae in n.° 22 Constitutionis contine-
tur, tres modos enumerai quibus extra Concilium actus strictae
collegialitatis datur: dummodo Caput Collegii vocet, approbet vel
libere recipiat actionem collegialem, quae putari possit actus su-
premae potestatis quam Corpus Episcoporum in universam Eccle-
siam possidet, talis actio ut stricte collegialis habenda erit.
Si ergo Synodus ad actionem collegialem a Romano Pontífice
quandoque convocaretur, vel eius conclusiones approbarentur ab
Ipso cum valore deliberativo, haberetur actus stride collegialis,
universae Ecclesiae validus.
Synodus aliunde posset fieri ea institutio iuridica qua communio
hierarchica existimaretur, ad normam Notae Explicativae Praeviae,
non ut quidam vagus affectus sed ut realitas quae hodiernis desi-
deriis de moderamine magis collegiali in Ecclesia vere responderet.
Signa temporum, de quibus in Motu Proprio agitur, commendare
videntur, ratione maioris efficacitatis faciliorisque acceptationis, ut
maxima Pontificis Consilia ab Ipso una cum coetu qualificato epis-
coporum capiantur. Immo, iuxta theoriam de iure divino reformabili,
Ecclesiae status, pro eius conditione histórica, integre manente su-
prema Papae potestate, formam moderaminis magis collegialis exi-
gere potest. Haec episcoporum corresponsabilitas, iuridice statuta,
ad universalem Ecclesiae gubernationem, ab ipsa structura funda-
mentan Ecclesiae nostra aetate vindicaretur.

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N O T A S

14. — SCRIPTA THEOLOGICA II.

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