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S.A. FORD MOTOR ARGENTINA RECURSO ORDINARIO DE APELACION: Tercera instancia. Juicios en que la Nacién es parte. Los recursos ordinarios son, en virtud de su monto, procedentes de confor- midad con la norma vigente al tiempo de su interposicién. No interesa, al efecto, la que regia a la fecha del auto que los concedié. 334 IMPU TO A LOS REDITOS: Réditos del comercio, lu industria, profesiones, ete. Acreditado en la causa que la sociedad importadora constituye un conjunto econdmico con la extranjera exportadora —propietaria casi exclusiva del ca pital de la primera—, aplicando el principio de que debe prevalecer lave dad objetiva por encima del ritualismo formal cabe concluir que los pagos 0 acreditaciones de la entidad local en favor de la exportadora del exterior, en cuanto exceden al “precio” valor de costo en cabeza del exportador, no constituyen intereses sino remesas de utilidades de fuente argentina y son imponibles, STO: Principios generales. Aunque nada obsta a la aplicacién positiva de la teoria del conjunto econé- mico 0 de sus equivalentes —ya que no se trata de institutos que funcionen. unilateralmente en favor exclusivo de uno de los sujetos de la relacién tri- butaria— tal aplicacién requiere la total ponderacién de la condueta del re- clamante a fin de descartar todo reproche que descalificarfa Ia rectitud 0 buena fe exigibles. No se encuentra en estas condiciones la sociedad local que pretende colocarse en la no:mal situacién de un comprador que importa al pais mercaderia extranjera callando la evidencia del conjunto econémico que integra con la sociedad exportadora constituida en el exterior; a lo que se agrega la ausencia de acreditacién de la conducta fiscal frente a otros tributos, todo lo cual importa no cumplir con el deber de buena fe. SOCIEDAD. Las soviedades comerciales que integran un conjunto econémico transnacio- nal y que funcionan al mismo tiempo en varios paises unidas por el lazo vertical de control, estin sometidas a las, leyes y jurisdicciones nacionales del lugar de su radicacién, Este principio esti consagrado, en la Repiiblica Ate gentina, por los arts. 100 de In Constitucién Nacional y 39 y 14 del Cédigo Givi REPETICION DE IMPUESTOS. REPE’ La repeticién de impuestos pasados en exceso requiere la prueba del empo- brecimiento del actor. El hecho de que se trate de impuestos lamados di- rectos no autoriza a presumir su no traslacién a los precios, méxime tratin- dose de la industria de fabricacién de automotores. 'ICION DE IMPUESTOS. La circunstancia de que el actor sea un agente de retenciém no lo exime de probar el empobrecimiento por el pago del impuesto que intenta repetir, toda vex que tales responsables por deuda ajena son codeudores solidarios con el contribuyente, DE JUSTICIA DE LA NAcION 335 DictaMeEN pet Procurapor GENERAL. Suprema Corte El tinico recurso ordinario de apelacién que aparece en estos autos, interpuesto a fs. 91 y concedido a fs. 92, es procedente con arreglo a lo establecido por el art. 24, ine. 6%, ap. a), del decreto-ley 1285/58, susti- tuido por la ley 17.116 que regia al tiempo de aquella concesion, En cuanto al fondo del asunto, el Fisco Nacional (D.G.1.) actia por intermedio de apoderado especial, que ya ha asumido en la causa la intervencidn que le corresponde (fs. 100). Buenos Aires, 9 de noviembre de 1972, Eduardo H. Marquardt. DicraMEN pet, Procunapor FiscaL pe La Conte SupREMA Suprema Corte: Al expedirme el 14 de marzo de 1973 in re “Lanera Rio de La Plata c/. LN.T.A. s/. repeticién”, tuve oportunidad de expresar que, a mi parecer, el punto relativo a la procedencia del recurso ordinario de ape- lacién en tercera instancia se rige, de acuerdo con la inteligencia que atribui a los precedentes de Fallos: 246:132, 169, 183; 247:106 y 485; 949:584, cuya doctrina mantuvo V.E, en Fallos: 268:58, por la ley vigente a la fecha de concesién de aquel recurso. En tales condiciones, si el aleance que asigno a la jurisprudencia del Tribunal es el correcto, corresponderia declarar que el recurso ordinario interpuesto a fs, 113 ha sido mal acordado por el a quo, toda vez que a la fecha del auto de concesién ya regia la ley 19.912, y el monto debatido en ultimo término no alcanza el minimo establecido por dicha ley. Bue- nos Aires, 22 de mayo de 1973. Oscar Freire Romero. FALLO I LA CORTE SUPREMA Buenos Aires, 2 de mayo de 1974. Vistos los autos: “Ford Motor Argentina S.A, s/recurso por demora - impuesto a los réditos y de emergencia”, y 336 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA Considerando: 1°) Que a fs, 55/61 el Tribunal Fiscal de la Nacién no hizo lugar al recurso de repeticién interpuesto por Ford Motor Argentina por de- volucién de la suma de $ 1.351,721,52 abonados en concepto de impuesto a los réditos y de emergencia por los afios 1962 a julio de 1967 inclusive, provenientes de pagos de intereses a Ford Motor Company de Estados Unidos, por material que se importé al pafs mediante operaciones de pago diferido y que la Direccién General Impositiva habia considerado como réditos de fuente argentina. 2°) Que a fs. 83/86 la Cémara Nacional de Apelaciones en lo Fe- deral y Contenciosoadministrativo revocd dicho pronunciamiento, hacien- do lugar a Ja devolucién con intereses y costas, pronunciamiento objeto del recurso ordinario de fs. 91, concedido a fs. 92. Igualmente a fs. 113, los profesionales de la parte actora, por sus propios derechos interpu- sieron también recurso ordinario contra la regulacién que se les prac- ticara por Ja Excma, Cémara, concedido a fs. 117. 3?) Que el recurso ordinario deducido por el Fisco a fs, 91 y con- cedido a fs. 92 es procedente en razén del monto, como bien lo expresa Ja Procuracién General a fs. 111, por aplicacién del art. 24, ine. 6), ap. a) del decreto-ley 1285/58 (texto segiin el decreto-ley 17.16/67). 4°) Que también es procedente el recurso deducido a fs. 113 por los profesionales que representaron y patrocinaron a Ford Motor Argentina S.A,, concedido a fs. 117, porque el monto del mismo supera el minimo establecido por igual disposicién legal, que se hallaba atin en vigor al tiempo de su interposicién. Con referencia a lo que en contrario dicta- mina a fs. 123 la Procuracién General, cabe recordar que a partir de la sentencia en la causa S. 575-XVI del 8/3/74, esta Corte, retomando la jurisprudencia de Fallos: 216:91; 220:331 y 1031, entre otros, decidié que los recursos ordinarios son, en virtud de su monto, procedentes de conformidad con la norma vigente al tiempo de su interposicién, sin que interese a este efecto la que regia a la fecha del auto que los concedié, meramente declarativo de la procedencia de Ja apelacién. 5°) Que el caso sub examen aparenta analogia con lo resuelto el 17 de diciembre de 1973 por esta Corte in re “Rheinstahl Hanomag Cura S.A. s/recurso por demora - impuesto a los réditos y de emergencia”, ya que en dicho litigio, un importador local pagé intereses a un exportador del exterior, tratandose de dilucidar si aquéllos son 0 no de fuente argentina, cuestién que el Tribunal resolviera en sentido afirmativo en el men- tado pronunciamiento. DE JUSTICIA DE LA NACI6N 337 6°) Que tal analogia es sélo aparente porque si bien la firma im- portadora es una persona juridica, constituida en la Repiblica Argen- tina y sujeta por supuesto a las leyes de este pais, en tanto que la expor- tadora inviste también personalidad juridica independiente a raiz de su incorporacién en los Estados Unidos de Norteamérica, es notorio que ambas entidades son un conjunto desde el punto de vista econémico. Con tal motivo, esta Corte a fs, 124, requirié para mejor proveer del Ministerio de Justicia de la Nacién la remisién del expediente de esta- tutos de la sociedad actora, que fueron remitidos (fs. 126) y agregados en dos cuerpos por cuerda separada a los presentes autos. 7) Que del legajo administrativo referido resulta que “Ford Motor Company $.A., debidamente constituida y que opera conforme a las le- yes del Estado de Delaware” instituyd como sus apoderados a los sefiores Douglas Barret Kitterman y Marc Edward Maartens, para que actuan- do separadamente pudieran “constituir 0 hacer constituir una sociedad anénima conforme a las leyes de la Republica Argentina, con un capital autorizado inicial de mil millones de pesos moneda argentina”. Tal socie- dad sigue diciendo el poder— “habra de constituirse bajo la denomina- cién de Ford Motor Argentina $.A. 0 cualquier otra designacién que el mismo determine”. Aiédese asimismo que actuando separadamente, las mencionadas personas quedan “autorizadas a fin de que en nombre y por cuenta de Ford Motor Company suscriban e integren, sea en efectivo 0 en especie, 0 en ambos, el niimero de acciones en la aludida sociedad anénima argentina que las leyes o las autoridades de la Repiiblica Ar- gentina exijan en cuanto a la constitucién de una sociedad anénima ar- gentina, con cl capital autorizado antedicho” (fs. 16 vta. del Expte. 10.717 citado). Consta asimismo que en Ja reunién de la Comisién Ejecutiva del Directorio de Ford Motor Company celebrada en Michigan el 29 de julio de 1959 se resolvié que los Sres. Tom Lilley, P. F. A. Prance, G. ‘W. Malone, y V. S. Menger recibieron autorizacién en iguales términos, incluyendo el facultamiento de que “en nombre y por cuenta de Ford Motor Company suscriban e integren” las acciones respectivas (fs. 20 y yta. idem). Surge, en fin, que los Sres. Henry Ford II, Tom Lilley, Per- cival Frederik Albert Prance, Walter Leonard Mac Kee, George Whelan Malone, Valentine Stanley Menger, Mare Edward Maartens, otorgaron poder al Sr. Douglas Barret Kitterman y al Dr. Luis P. O'Farrell (h.), para representar a cada uno de aquéllos “en la formacién de una so- ciedad anénima argentina a constituirse bajo la denominacién de Ford Motor Argentina $.A.”, con las demis facultades de prictica (fs. 22 vta. y 23 idem). 338 FALLOS DE LA CORTE SUPRENA 8°) Que por escritura del 16 de octubre de 1959 el Sr, Kitterman y el Dr. O'Farrell, actuando por si y en ejercicio de los poderes prece- dentemente resefiados proceden a la constitucién de la mencionada so- ciedad “Ford Motor Argentina S.A.", con el capital de mil millones de pesos moneda nacional, del cual emiten en ese acto 2,000,000 de acciones ordinarias (por valor de m$n, 200,000,000) que suscriben en la siguiente forma: la Ford Motor Company 1.999.100 acciones (m§n, 199,910.00) y los Stes. Henry Ford II, Tom Lilley, Percival F. $. Prance, Walter L Mae Kee, George W. Malone, Valentine S. Menger, Mare E, Maartens, Douglas B. Kitterman (todos ellos ciudadanos norteamericanos) y el Dr. Luis P. O'Farrell (argentino) cien acciones (0 sea m$n. 10,000.) cada uno (fs. 1 a 27 y especialmente fs. 15 idem). Resulta también del legajo que las sucesivas emisiones posteriores fueron suscriptas por la Ford Mo- tor Company. Asi, en'la Asamblea General Ordinaria del 26 de abril de 1967 (fs. 209 del mismo expte. administrativo) sobre un capital emitido de $ 32,000,000 aquélla hizo valer acciones representativas de $ 30.777.500 y Douglas B, Kitterman, Lloyd L. Halstead, Uriel $, O'Farrell, Julio Navarro Monzé y Roberto Fisher, cien acciones cada uno. Este estado de propiedad casi exclusiva del capital accionario, uno de los medios —aunque no imprescindible ni tinico— para producir situa ciones de subordinacién organi en autos y, como es de conocimiento piiblico y consta en el expte. admi- nistrativo requerido, no se ha modificado hasta el momento actual. , se mantuvo en todo el lapso cubierto 9) Que en tales condiciones, la situacién de autos viene encuadra- da por los principios que regulan realidades juridicas y econémicas de la especie de que se trata, sin que para cllo sea menester recurrir a prin- cipios supuestamente especificos del derecho tributario (arts. 12 y 13 de la ley 11.683, t. 0. 1960), toda vez que la prevalencia de la verdad objetiva, por encima del ritualismo formal, basta para presidir soluciones como las que sefialara el Tribunal en el sexto considerando del fallo “Rheinstahl Hanomag Cura S.A." ya citado, al apuntar que la norma del art, 9°, ine. b), segunda parte de su primer parrafo, de de la ley 11.682 (t. 0, en 1960 y sus correlativos posteriores), en tanto constituye una medida de defensa —no de reparto de fuentes— de la ley argentina para evitar que se produzcan libremente evasiones fiscales, se refiere a su- puestos en que med némico “sea que ella se presuma o resulte de otros medios probatorios, en cuyo caso los pagos 0 acreditaciones de la entidad Iocal en favor de la exportadora del exterior revisten, en cuanto exceden un valor equiva lente al “precio” mentado por aquélla —o el valor de costo en cabeza > relacién de sujecién, vinculacién 0 conjunto eco- DE JUSTICIA. DE LA NAGION 339 de dicho exportador, si pu némica de remesas de utilidades de fuente argentina, y por ende, im- ponibles”. era probarse— la naturaleza juridiea y eco- 10°) Que siendo ello asi, las sumas pagadas a la beneficiaria del exterior no revisten el caricter de “intereses” sino el de un pago o remesa de utilidades propias de Ia entidad local, en beneficio de la extranjera, sujetas dichas remesas a una tasa menor (art. 56, ley 11.682, t. 0, 1960 y posteriores correlativos). Esto conducirfa a acoger parcialmente la de- manda, en la medida del importe excedente que resulta de la sefialada diferencia de alicuota: la pagada —que ahora se intenta repetir— y la que debid pagarse conforme con la mentada disposicién legal. 11°) Que si bien nada obsta a la aplicacién positiva de la teoria del conjunto econémico o de sus equivalentes (teorla de la penetracion en la forma de la persona colectiva, del realismo juridico y otras) como Jo sefialara la Corte en el caso Mellor Goodwin, ya que ese renovado ins- trumental juridico de manera alguna importa consagrar institutos que fancionen unilateralmente en favor exclusivo de uno de los sujetos de la relacién tributaria, tal aplicacién requiere, como condicién ética de procedibilidad de la accién, “la ponderacién total de la conducta del reclamante, extremo que resulta imprescindible para descartar todo re- proche 0 incorreccién que descalificaria Ja rectitud 0 buena fe que son cxigibles en el ejercicio de los derechos y acciones en justicia” como se dijera en cl 6? considerando de dicho fallo, 129) Que en el caso sub lite este requisito de procedibilidad no aparece cumplido, no bién se advierte que la actora, en el escrito inicial de fs. 8/11, invoca el cardcter que sin duda tiene de persona juridica constituida en nuestro pais, con la consecuencia de ser legalmente in- dependiente como tal de los miembros que la componen (esto es de la Ford Motor Company) segtin expresa disposicién del art. 39 del Cé- digo Civil y sujeta exclusivamente a las leyes y a las autoridades de la Repiiblica Argentina, como se establecié en forma expresa y voluntaria en los resefiados antecedentes de su acto constitutivo. Pero esta pos- val de una normal relacién entre un comprador que importa en el pais la mercaderia que ha adquirido de un vendedor extranjero, callando ia evidencia del conjunto que ambas integran en el orden econémico, no obstante Ia decisiva relevancia del mismo en cuanto a la materia fiscal de que se trata en la accién planteada. Esa simulténea falta de exte- riorizacién de la verdad relevante y correlativa exteriorizacién de formas y estructuras legales inadecuadas en el orden fiscal de que se trata, unida tura invocada “sic et simpliciter”, supone colocarse en la situacién fis 340 FALLOS DE LA CORTE SUPREMA a la ausencia de acreditacién de la conducta fiscal total frente a los demis tributos cuya recaudacién compete al Estado, importan el incum- plimiento del deber de buena fe, requisito de la admisibilidad de la accién en justicia. Esta actitud de Ja accionante veda al Tribunal introducir de oficio un reconocimiento del importe que podria resultar de la dife- rencia de alfeuotas, que no ha sido reclamado en la demanda por tal con- cepto y la impone, en cambio, denegarlo (arg. arts. 959 y 1198 del Cé- digo Civil) 13%) Que las precedentes conclusiones en nada afectan, por cierto, el hecho incontrovertido de que la actora esti sometida exclusivamente a la legislacién argentina —y no por ende a poder alguno externo— toda vez que tratindose de una sociedad comercial de las que integran un conjunto econémico transnacional, y que por tanto funcionan al mismo tiempo en varios paises unidas por el lazo vertical de control, las dis- lintas fracciones del mismo se encuentran sometidas a las diferentes leyes y jurisdicciones nacionales del lugar de su radicacién, principio éste que, en la Reptiblica, viene consagrado por el art. 100 de la Constitu- cién Nacional y arts. 39 y 14 del Cédigo Civil, texto este tltimo que re- firma Ja prevalencia del derecho pablico nacional, méxime cuando como en la especie, median relaciones juridicas en las que se encuentra inte- resado el orden pitblico e interés institucional de la Nacién Argentina, 14°) Que si bien lo expuesto impone de por si el rechazo de la pre- tension accionada, cabe advertir que la calificacién de “intereses” 0 “p cio” que efectia la demandante —débito para la firma local y crédito para la del exterior— autoriza razonablemente a concluir que la recu- rrente incluy6 dichos intereses en sus propios costos, siendo que en hipstesis de conjunto econdmico o situaciones equivalentes, las presta- ciones y contraprestaciones entre las entidades que la componen, deben ajustarse a los principios del aporte y de la utilidad. Consecuentemente, los primeros tendrian que computarse en el balance fiscal de la sub- sidiaria, o filial local, al valor de libros en cabeza de la matriz 0 contro- ante —costo de adquisicién y fabricacién, menos amortizaciones en su caso— més los gastos de transporte y seguro hasta la Repliblica. Es obvio que nada de ello ha acreditado Ford Motor Argentina $.A., en estos autos, como tampoco que haya mediado como consecuencia del eventual pago en exceso, algiin empobrecimiento en el patrimonio segén también es j risprudencia de esta Corte. 15°) Que en efecto, a partir del mencionado caso Mellor Goodwin, ratificado por pronunciamientos posteriores, constituye condicién de exis- tencia del derecho a repetir, el cumplimiento del recaudo mencionado, DE JUSTICIA DE LA NACION Bal siendo del caso precisar que: a) la circunstancia de tratarse de impuestos llamados “directos” no autoriza a presumir su no traslacién a los precios, ya que conforme a la doctrina més antorizada, resulta impropio hacer descansar la caracterizacién de un impuesto en Jos fenémenos de inciden- cia y repercusién y ello asi porque, segin la coyuntura, un impuesto indirecto puede a veces resultar directo y viceversa. A lo sumo, se esté ante una indudable cuestién de hecho y prueba a cargo de quien la in- voque en su beneficio (arts, 377 Cédigo Procesal Civil y 89 ley 11.683); b) Ja naturaleza de Ia industria que integra la actora facilita aquella traslacién, lo que autoriza a presumirla, salvo prueba en contrario; c) la situacién de agente de retencién que reviste la sociedad actora no im- plica impedimento al respecto, toda vez que dichos responsables por deuda ajena participan del cardcter de co-deudores solidarios con el contribuyente, lo que no s6lo surge del art. 19 de la ley 11.683, t. 0. 1960 y sus posteriores correlativos, sino también del principio de repre- sentacién reciproca de los deudores solidarios, que ha sido aceptado por Ia ley civil (ver nota al art. 711), y de la unidad patrimonial y de ges- tién que es inherente a las distintas personas juridicas que forman un conjunto econémico con la comunicacién de responsabilidad corresponi- diente a la unidad patrimonial y de gestién propias. Por otra parte, exceptuar a la recurrente de la necesidad de acreditar el referido empobrecimiento como requisito de admisibilidad de la ac- cién, significaria otorgar trato distinto y més benigno a los contribuyentes radicados en el exterior, colocando a las empresas domiciliadas en la Repiiblica en situacién desigual y contraria al principio de igualdad ante la ley, 16°) Que atento lo dispuesto por el art. 68 del Cédigo Procesal, las costas del juicio deben imponerse a la vencida. 17°) Que en cuanto al recurso deducido a fs. 113, la consideracién de las razones en que se apoya carece de objeto, atenta la conclusién a que se arriba en cuanto a lo principal. En efecto, al invertirse el sentido del fallo e imponerse a la vencida las costas, el monto de los honorarios de los profesionales que la asistieron queda a cargo de su parte y deberd ajustarse en las instancias respectivas —si asi lo solicitaren los profe- sionales— a las reglas arancelarias que resultan de Ia solucién definitiva que ha tenido el pleito. Por ello, y habiendo dictaminado la Procuracién General acerca de la procedencia de los recursos, se hace Ingar al interpuesto a fs. 91 y en consecuencia se revoca Ia sentencia apelada, quedando firme el pro- 342 FALLOS DE LA CORTE SUPRENA nunciamiento del Tribunal Fiscal de fs. 55/71 en cuanto no hace lugar al recurso de repeticién interpuesto por Ford Motor Argentina S.A. Con costas. Declarase que como consecuencia de ello, el recurso de fs. 113 carece de objeto, debiendo procederse en cuanto a los honorarios de los profesionales como se establece en el tltimo considerando del presente fallo. Mover ANcEL Bengarrz — Acustin Diaz Brater — Manvet. Anauz Castex — Hié TOR MASNATTA. VIRGILIO CHIAVARO ¥ Omos v, FEDERACION GREMIAL Pana ex, PERSONAL pe La INDUSTRIA pe us CARNE, DERIVADOS y Arines RECURSO EXTRAORDINARIO: Requisitos propios. Sentencia definitiva, Resolu- ciones anteriores a la sentencia definitiva, Varias. Lay decisiones relativas a las etapas del proceso, como las que versan sobre Ja opoitunidad para contestar la demanda, no constituyen sentencia defini- tiva a los efectos del art. 14, ley 48, pues no ponen fin al juicio ni impiden su continuacién (+) ALDO LUIS MONTESANO REBON CORTE SUPREMA. Es deber de Ja Corte Suprema velar por el ordenado y normal desenvolvi- miento de la administracion de justicia. JOECES. La circunstancia de que en la ley 20.550 no esté prevista la posibilidad de que Ia conclusién de las funciones de los magistrados designados sin acuerdo del Senado se opere, no por el reemplazo de éstos por nuevos titulares, sino por imperio del art. 86, ine, 22, de la Constitucién Nacional, no puede ser Gbice a la aplicacién de esta iiltima. Los magistrados que cesan en tal ca racter en virtud de la norma superior citada, quedan obviamente_relevados de cumplir Ja obligacién de permanecer en sus cargos que les imponia hasta ese momento e] art, 3° de Ia mencionada ley. (©) 2 de mayo, Fallos: 261:27; 264:388; 277:9.

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