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La medicina en la Antigiiedad José Maria Lopez Piero => Noi Bae Wn N historia INFORMACION Y REVISTAS, S. A Barcelona: Paseo de San Gervasio, 8, entresuelo. PRESIDENTE: Juan Tomés de Salas (08021 Barcelona, Teléfono 418 4773, SUSCRIPCIONES: Hermanos Garcia Noblejas. 41 DIRECTOR GENERAL, José Luis Samaranch. 28037 Madrid, Teléfonos 268 04 03 - 02 DIRECTOR: David Solar PUBLICIDAD MADRID: Pilar Tota SUBDIRECTOR: Javier Vitatba. PRIME: MELSA, COORDINACION: Asuncién Doménect, DISTRIBUYE: SGEL. Poligono Industral. Avenida Val REDACCION: Isabel Valcércel, José Maria Solé Mario depatta, s/n. 28000 Alcobendas (Madrid). y Ana Bustelo, Depésito legal: M. 41.636. — 1986, SECRETARIA DE REDACCION:’ Marie Loup Sougez CONFECCION: Guitermo Liorente, FOTOGRAFIA: Juan Marve! Salaben. Con ef CARTOGRAFIA: Julio Gil Pechavcoman, Be pavocinio Es una publicacién del GRUPO 16. Gy cultural de la EDACCION Y ADMINISTRACION: Mactid: Hermanos Garcia Nobleias, 41, 6.” 28037 Madiid. 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Catedrdtico de Historia de fa Medicina y director del Instituto de Estudios Documeniales e Hisiéricos sobre la Ciencia (Universidad de Valencia-CSIC). Los origenes de la medicina racional 4 Los hipocraticos - 6 El periodo poshipocratico ....... 12 El helenismo alejandrino ....... to 14 El helenismo romano ..... 18 Galeno de Pérgamo toe 24 La Baja Antigdedad La medicina como ocupacion. El pluralismo de sistemas médicos 4% Bibliografia 31 Textos .. a So sill La medicina en la Antigiiedad José Maria Lopez Pifiero Catedratico de Historia de la Medicina y director del Instituto de Estudios Documentales € Histdricos sobre la Ciencia (Universidad de Valencia-CSIC) A cuestién que debe servir de fondo a la expo- sicidn de los origenes de la medicina racional en el area europeo-mediterranea es la aparicion del pensamiento logico en Grecia. A este proceso sue- le aplicarse tépicamente la expresion de von Mythos zum Logos, que sirvié de titulo a un libro ya clasico de Nestle, aunque resulta preferible la mas matizada de Lain Entralgo, trénsito de un logos pre- dominantemente mitico a un logos predominante- ‘mente noético, ya que el pensamiento griego no lle- go nunca a prescindir completamente del mito. De todo lo que puede decirse acerca de las cir- cunstancias y razones de dicho transito, nos limi- taremos aqui a recordar dos aspectos basicos. El primero corresponde a la clara influencia del llama- do bastardismo cultural y etnolégico de los griegos, es decir, su posicién en una encrucijada que les ermitié asimilar elementos de grandes culturas ar- caicas —especialmente la egipcia y las mesopota- micas— e influencias de zonas vecinas como Tra- cia y Lidia, sobre una base micénico-cretense. Ello descarta todo intento de interpretacién orientada haoia una generacion esponianea a expensas del genio griego. El segundo aspecto se refiere a la Ii- mitacién de la imagen escolar, de procedencia neoclasica, que considera la claridad, la serenidad y.21 equibio como caracteristicas definidoras de la cultura griega. Junto a esta vertiente apolinea, a partir de Nietzsche se ha puesto de relieve otra dio- nisiaca, oscurantista, cruel y atormentada, que se combina con la primera de forma variable en todos los periodos de la historia helena. Bajo la influencia de los supuestos histéricos po- sitivistas, durante el siglo pasado se pretendié expl- car el origen de la medicina racional griega median- te la paulatina conversion de los sacerdotes de As- clepio en sanadores cientificos, En realidad, los tem- plos de Asclepio, como veremos mas tarde, subsis- tieron hasta finales del mundo antiguo y nunca se transformaron en centro de una asistencia médica laica. En esta errénea interpretaciOn influy6 asimismo la confusién de dichos sacerdotes con los asclepla- das, denominacion que empleaba para designar a los miembros de agrupaciones de practicas de la medicina de caracter artesanal que se acogian al pa- tronazgo del ms prestigioso de los dioses sanado- res, dé forma semejante a fo que en la Europa cris- tiana harian despues médicos y cirujanos con San Lucas, San Cos..:e, San Damian y otros santos. Tampoco se ajusta a la realidad histérica otra hi- pétesis que hacia derivar la medicina racional grie- ga del desarrollo de la experiencia de los gimnas- las, empiticos encargados de dirigir los ejercicios fisicos en los prmasios De nuevo se trata de una cocupacién de larga pervivencia, que convivid en la {AJLA MEDIGINA EN LA ANTIGUEDAD sociedad griega con los sanadores cientificos y otras formas de curacién de tipo empitica 0 religio- 80, de las que después nos ocuparemos, Adelan- taremos ahora tinicamente que ello corresponde a la pluralidad de sistemas médicos existente en to- das las colectividades humanas de una minima complejidad Los origenes de la medicina racional De acuerdo con el estado actual de la investiga- cién histérica, puede afirmarse, de modo esquema- tico, que la medicina racional griega nacié de la confluencia de las interpretaciones racionales de la naturaleza formuladas por los pensadores preso- coréticos con la experiencia clinica acumulada por las agrupaciones de sanadores practicos artesana- les a las que antes nos hemos referido. Tal con- {luencia se produjo sobre la base de la vision na- turalista de la enfermedad vigente en el mundo grie- go, cuyo punto de partida ha sido detectado por los estudiosos en los esoritos homéricos No resulta aqui oportuno resumir, aunque sea a grandes rasgos, las distintas orientaciones del pen- samiento presocratico. Solamente resulta indispen- sable destacar que la physiologia, o saber tedrico sobre la naturaleza desarrollado por los presocré- ticos, fue el fundan ento de que la medicina se con- virliera en la primera fékhne, término que los latinos tradujeron con la palabra ars y que corresponde al significado tradicional de arte c practica técnica con base cientfica, La gran novedad consistid en suponer que la naturaleza es razonable, es decir, que puede ser conocida por el fogos o'razén del hombre. Por encima de su diversidad, el pensa- miento presocratico coincidié en concebir la physis ‘© naturaleza, tal como dice Lasso de la Vega, como la realidad primaria que subyace como fondo per- manente de todo lo existente y, también... (como) fuente u origen a partir del cual todas las cosas se desarrollan, al cambio de su nacer y perecer, su unién y separacion, siempre reiteradas. La relacion entre los presocralicos y los grupos de sanadores de tipo artesanal ha sido planteada de modos diversos por los principales estudiosos del tema, Lo que resulta indiscutible es que, a fina- les del siglo via. C,, las escuelas médicas griegas mas destacadas eran las de Crotona, Agrigento, Cirene, Rodas, Cnido y Cos. Por supuesto, tales es- cuelas no eran en absoluto centro de formacién re- glamentada de profesionales, sino agrupaciones artesanales, como venimos repitiendo. Consta la telaci6n de las tres primeras con los presoordticos, aunque sobre la de Cirene existen muy escasas & ESCUELAS DE LA MEDICINA GRIEGA EN EPOCA CLASICA fuentes. A la de Crotona pertenecid Democedes, célebre médico prdctico que, segun Herodoto, es- tuvo primero al servicio del tirano Policrates de Sa- mos y luego en la corte persa de Dario. Sin embargo, la principal figura de esta escuela fue Alomedn de Crotona, nacido en el tiltimo tercio del siglo vi y autor del primer libro médico griego del que se tiene noticia. En los fragmentos que se conservan del mismo se reflejan, entre olras cosas, sus estudios anatémicos en tomo a los nervios y los vasos sanguinecs, a importania que concedia al cerebro como centro vital y, sobre todo, su con- cepcion de la salud como equilibrio de las cualida- des 0 potencias —lo humedo y lo seco, lo fro y lo caliente, etedtera— y del predominio de una de ellas como causa de enfermedad. Arist6teles atir- ma que Alomeén era un pitagorico, pero la investi- gacidn hist6rica ha puesto de relieve la presencia én su obra de elementos procedentes de Heraclito y otros presocraticos, aunque el fundamento gene- tal sea pitagorico. Principals localitades relacionadas con fa medicina clésica griega La cabeza del escuela de Agrigento fue Empé- docles, compleja figura que retine las caracterist- cas de un fildsofo natural, que practicé al parecer la medicina, y las de un catarcta 0 puriicador de caracter magico-religioso. Profunda y duradera in- fluencia tuvo en la medicina posterior su doctrina de los cuatro elementos 0 ralces (aire, agua, ft y tlera), que se mezclan y separan por la accion de dos principios opuestos. Esta teora la utliz6 para interpretar el origen de la vida, el desarrollo ‘embrionairio, la estructura y las funciones de los se- res vivos, y ios estados de salud y enfermedad, En 1 polo opuesto, en su poema Katharmoi (Purifica- ciones) expuso una medicina basada en la adivi- nacién y en la purificacién de las culpas 0 pecados causantes de las enfermedades, que fue explicita- mente rechazada, como veremios, por los hipocrati- 008. Por otra parte, las escuelas de Rodas, Crido y Cos fueron grupos de asclepiadas en el sentido que antes hemos anotado. La primera desaparecié LAMEDICINA EN LA ANTIGUEDAD/S Tuy pronto y es practicamente desconocida. Por el contratio, de Cnido y Cos procede la mayor par- te de los textos que integran la Colecoi6n Hipacra- tica. Una frase de Galeno que ha sido innumera- bles veces repetida distingue tres escuelas en la mas antigua medicina racional griega: la siciliana, fundada por Empédocles, y las hipocraticas de Ci- do y Cos, Anotemos, por uilimo, el perdurable influjo que sobre el desarrollo de la medicina tuvo Deméarito de Abdera, el més importante naturalista griego an- terior a Aristoteles, influjo que puede simbolizarse en la leyenda de su amistad con Hipécrates y en @! epistolario espireo entre ambos. Aunque no fue un médico practico, Deméerito realizé disecciones, \legando a redactar una obra sobre la anatomia del Gamaleén, fomuld teria fsildgicas y se ocupd de cuestiones patologicas y clinicas. Su doctrina atomista fue asimilada ya en el Cnido posthipocrd- tivo y, como veremos, sirvid luego de presupuesto a varios autores y cortientes de los periodos ale- jandrino y romano. Los hipocraticos La gran fuente que permite conocer los comien- zos de la madicina racional griega es el llamado Corpus Hippocraticum 0 Coleccién Hipocratica, se- rie de cincuenta y tres tratados atribuidos tradicio- nalmente a Hipécrates de Cos. Hipécrales fue un médico del siglo v a. C., casi coeténeo de Platén, que aleanzé ya entre sus con- temporaneos una fama extraordinaria, EI propio Platén jo situé junto a Fidias y Policleto y, una ge- nneracion més tard, Arisitoles lo larné Hipécrates el grande, Sis paisanos, los coicos, celebraban anualmenie una fiesta en honor a su memoria y to- davia en el siglo i'd. C, se hablaba de su tumba en Un lugar cercano a Larisa. Para los médicos del pe- riodo helenistico romano, entre ellos Galeno y So- rano, era ya una gran figura legendatia, modelo y padre de la medicina, imagen que se ha manteni- do hasta la actualidad bajo diversas formas. Sora- no escribié incluso una Vida de Hipécrates que sue- le aparecer encabezando todas las ediciones del Corpus Hippocraticum a partir del Renacimiento. En ella se entremezclan detalles posiblemente rea- les con otros claramente legendarios de una ma- nera imposible de discernir La gian fama de Hipdcrates explica que muy tempranamente se feuniera un conjunto de obras a él atrbuidas. La primera version la realiz6, al pa- recer, Diocles de Caristo a finales del siglo Iva. C., pero la que se ha transmitido de forma candnica durante mas de dos milenios se debid a la labor de una comisién de eruditos que trabajé en Alejandra durante ol siglo m a. C La cuestiOn de las obras genuinas de Hipdcra- tes, que ya planteaba grandes dificultades a los ci acos eruitos alejandtinos, y quinientos afios des- pués a Galeno, ha conducido a hipotesis e incluso posturas contradictorlas por parte de los mas im- portantes investigadores histéricos del tema. La 6/LA MEDION EN LA ANTIGUEDAD Postura que podemos llamar tradicional, manteni- da por destacados estudiosos de la pasada cen- luria y en la nuestra por algunos como K. Sudhoft WHS. Jones, consideraba como genuinos, con ligeras vatiantes, un grupo de célebres tratados cli- nicos, entre ellos, los Prondsticos, La dieta en las enfermedades agudes y los libros | y Ml de las Epi- demias, que ya Andrés Piquer habla estimado en el siglo xv" ue constitufan una unidad; Sudhoff afadia Sobre las heridas de fa cabeza, Sobre las fracturas, Sobre las articulaciones y otros escritos quiruirgicos que opinaba eran fragmentos de una misma obra, El descubrimiento a finales del pasado sigio del papiro llamado Anonymus Londinensis, que conte- nia una seleccién del compendio doxogratico de la mas antigua medicina grega redactado por Me- non, un discipulo de Aristoteles, hizo concebir es- perénzas de actarar la cuestin que quedaron pron- to detraudadas. Ello condujo a ia postura, que pue- de petsonificarse en un gran investigador como L. Edelstein, consistente en afirmar que no existen ba- ses para resolverla, A finales del periodo de entre- guerras, K. Deichgraber, M. Pohlenz y otros auto- es se negaron a admitir esta poslura y se apoya- ron en los testimonios de Platén y el Anonymus Londinensis, y en el contenido interno de los textos hipocraticos para defender como genuinos el tra- tado Sobre los aires, fas aguas y Jos lugaresy otros escritos de orientacion ambientalista, principalmen- te las Epidemias, asi como Sobre la enfermedad sagrada, monografia sobre la epilepsia que incluye un echazo terminante de la medicina magico-reli- giosa. En los estudios posteriores, la cuestion de las obras genuinas de Hipdcrates ha pasado a segun- do piano, situandose en primero el andlisis de la di- ‘versidad interna de! Corpus y el intento de una ex- posici6n sistematica de su contenido. ‘Seguin Lain Entralgo, autor de una magistral mo- nografia sobre el tema, la diversidad interna de los tralados hipocraticos puede ser considerada te- niendo en cuenta las distintas épocas y escuelas de las que proceden, segtin las doctrinas que ex- ponen y conforme a los temas a los que estén dedi- cadas, Varios siglos —seis 0 siete segun V. Fleischer y F. Kudlien— separan el texto hipocratico mas anti- quo de los ms recientes. Lain ha distinguido cua- {ro elapas: 1. La arcaica o inicial, representada Unicamen- te por el escrito Sobre las hebdémadias, de fecha discutida y en la que destaca la rigidez primitive con que se afirma la importancia cdsmica de! nu- mero siete (siete fases de la luna, siete vientos, sie~ te partes del aho, siele edades del hombre) y el pa- ralelismo directo y figurativo entre el macrocosmos y el hombre como microcosmos. 2. La fundacional, correspondiente cronolégi- camente ala segunda mitad del siglo va.C. y a los primeros lustros del siglo ty, e integrada por la yuxtaposicion de dos corrientes coetaneas y en parte opuestas, procedentes de las escuclas de Cnido y Cos. A Cnido corresponden los tratados Sobre las enfermedades y Enfermedades | —que siguen la ofientacion de unas Sentencias cnidias que se han perdido y otras algo més recientes. A Cos, Sobre la dieta en las enfermedades agudas —que polemiza con las Sentencias cnicias— el es- crito ambientalista Sobre los aires, fas aguas y los lugares, los Prondsticos, buena parte de los Aforis- mos, los libros | y Ili de las Epidemias y los tres grandes tratados quirtrgicos Sobre fas heridas de la cabeza, Sobre las fracturas, y Sobre las articula- ciones. Los autores de ambas series de tratados fueron gtiegos coloniales que vivieron la crisis de la cultura y la sociedad griegas de la segunda mi- tad del siglo va, C., que se relleja de varias formas en sus ideas, Por encima de su diversidad compar- tieron una actitud venerativa de la physis 0 natura- leza apenas complicada por la especulacién, una vision de la tékhné en la que predomina el caracter Ariba, retrato idealzado de Hipécrates, grabado por Marco Pier’ e impreso en Veneca (1737). Abajo, equieraa, pagina del Indice de fa edotin de fa Coleccién Hipocrética comentada por Grolamo Mercunale (1588). Abajo, derecha, ported de fa dlidn de la Coleccion Hipocratica de Johannes Vandierinden (1665) FHIPPOCRATIS “¢ OPERA OMNIA QVAE CONTINENTVR IN PRIMA CLASSE. glorocnanis Via. fils BREAIG) ile de Newrnlmana, Ws Eipel|) Lier dedi, edgnir Lee fil 03 a ie fix De, Merit Popularibur. fl. Be De Meri aul. bala Be Daher Coir i B gs Deesriicul © Luvatonibus, 4a aay De Oftina elei. Sil ass Mochlelums. aoe enn ae De Uterb. Gl sas artesanal sobre el cientitico y una concepoién del método basada en el buen sentido. 3. La etapa que Lain llama de autoafirmacién reflexiva y crtica (segunda mitad del siglo W a. C.), caracterizada por la penetracién del espiritu sofis- tico, que introdujo una preocupacién explicita por los problemas del método y llev6 al intento de cons- truir el saber médico sobre hipétesis convertidas en principios basicos. Paralelamente, la mayor expe- riencia clinica obligé muchas veces a la perplejidad terapéutica y pronéstica, al mismo tiempo que el médico tomaba conciencia de la posicién de van- guardia de su tékhné. Todos estos rasgos apare- cen en los tratados Sobre la naturaleza del hom- bre, Sobre la medicina antigua, Sobre los lugares en el hombre, Sobre la dieta y, con menos claridad, en algunos otros. 4. La etapa de clausura o tardia, correspon- diente a textos redactados con posterioridad al si- glo iv a, C. en los que son perceptibles influencias aristotélicas, epicireas 0 estoicas: Sobre ef cora- z6n, Sobre el allmento, Sobre el médico, Sobre la decencia, y Preceptos. Como antes hemos dicho, los tratados hipocré- ticos proceden casi exclusivamente de las escue- las médicas de Cnido y Cos, dos localidades co- loniales griegas situadas respectivamente en una pequefa peninsula y una isla cercana del sudoes- te de la actual Turquia. La de Cnido era probable- mente mas antigua y sus asclepfadas estuvieron tempranamente en contacto con los circulos pita- garicos, as/ como con las culturas persa y egipcia, us rivales de la escuela de Cos destacaron polé- micamente, como caracteristicas de su medicina, la tendencia a agrupar los casos clinicos individua- les en tipos abstractos de enfermar, unida a cierta mentalidad localicista, el atenimiento en el diagnés- tico a los sintomas expuestos por los pacientes y la limitacién en terapéutica al uso de purgantes y de productos lécteos. La primera figura cnidia conocida es Califonte, padre del Democedes antes nombrado, que a me- diados del siglo w a. C. pas6 de Cnido a Crotona; posteriores son Eurifonte, probable autor o coautor de las Sentencias cnidias, y Ctesias, coeténeo de Hipocrates. Quizd es cnidio el texto arcaico Sobre las hebdémadas ya comentado y lo son con mas seguridad los tres primeros libros Sobre las enter- medades, junto a los que hay que colocar los de orientaci6n semejante titulados Sobre las afeccio- nes, Sobre las afecciones intemas, Sob la gene- racién y Sobre la naturaleza del nifio, as{ como va~ tios escritos de tema tocoginecologico (Sobre la naturaleza de la mujer, Sobre las enfermedades de la mujer, Sobre las mujeres estériles, etcétera). La relacion de la escuela de Cnido con las cul- turas persa y egipcia se refleja tanto en el terreno de los textos como en el de las ideas. En 1923, A, Gétze demostré, en un trabajo titulado Sabiduria ‘persa bajo indumento griego, que el pasaje de So- bre las hebdémadas relativo a la correspondencia entre el micfocosmos y el macrocosmos es una tra- duccién casi literal de un paragrafo del Gran Bun- dahishn, tratado persa sobre el origen de! mundo. B/LA MEDICINA EN LA ANTIGUEDAD Desde el principio del presente siglo se sabla que un fragmento extenso de Sobre las mujeres estéri- les coincide palabra por palabra con otros de los apitos médicos egipcios Kahun ginecolégico y Carlsberg Vill. Todavia mas interesante es la pre- sencia en los tratados Sobre las enfermedades y Sobre las afecciones internas del concepto egipcio de whdw, conforme el cual las heces retenidas en el tramo final del intestino provocan una putrefac- ci6n que pasa a la sangre, produciendo fiebre y ele- vando la frecuencia del pulso. La escuela de Cos, cuya gran figura es el propio Hipécrates, tuvo una orientacién diferenciable de la cnidia por sus descripciones clinicas mas atentas a la realidad individual que a la tipificacion en mo- dos abstractos de enfermar, por la tendencia a re- coger mediante la exploracién del enfermo signos abjetivos que permiten el diagnéstico tras ser refe- ridos a la tolalidad del organismo, y por la suavi- dad del tratamiento y la cautela de la indicacion te- rapéutica, Son tipicos tratados coicos, como antes hemos visto Sobre los aires, las aguas y los luga- res, Sobre la dieta en las enfermedades agudas, los Prondsticos, los Aforismos, las Epidemias y los tres grandes textos quirirgicos ya citados, a los que pueden sumarse otros de redaccién posterior, entre ellos, Sobre la naturaleza de! hombre. Hay una serie de escritos cuya atribucidn a cua quiera de las dos escuelas es dudosa, algunos tan importantes como Sobre la enfermedad sagrada y Sobre la medicina antigua, que hay que considerar ‘obras de asclepiadas de mentalidad independien- te. Por otra parte, la influencia de la escuela sicilia- na es indudable pero dispersa, con la tinica excep- cién del tratado Sobre el corazén, encuadrado en la misma desde las investigaciones de M. Wellman en el periodo de entreguerras. La diversidad doctrinal de los textos hipocraticos se expresa en las distintas orientaciones fisiolégi- cas que luego consideraremos, resultantes princi- palmente de las diferentes vias de influencia del pensamiento presocrético. A este respecto, Lain ha distinguido tres grupos de tratados, En el primero (Sobre las hebdomadas, Sobre el corazén y tam- bién Sobre las cares, Sobre la dieta, Sobre las ventosidades, etcétera) destaca la tendencia es- peculativa que, partiendo de una determinada hi- Potesis fisioldgica, construye una doctrina médica a la que se subordinan los hechos. En el segundo (principalmente los escritos cnidios) predomina una técnica empirica que interpreta la realidad del en- fermo, uniendo hechos de observacién con otros imaginados. En el tercero (los tratados coicos y ‘otros como Sobre la enfermedad sagrada, Sobre la medicina antigua, Sobre el arte y Sobre los luga- Tes en el hombre), se asocia la experiencia clinica con el fogos 0 raz6n del médico, en cuanto expre- sin del logos de la naturaleza. Por ultimo, cabe considerar la diversidad temati- ca de la Coleccién Hipocratica, ordenando sus tra- tados conforme a la materia a la que estan dedica- dos. En el cuadro adjunto reproducimos la clasifi cacidn de Lain, que sigue en parte la propuesta el pasado sigio por H. Haeser. ‘CALIENTE HuMeEDO ‘Arriba, izquierda, esquema de la asociacién de los cuatro ‘elementos, humores te de! tratado y, fs; proceder hipoorético Sobre la naturaleza del homie, Galeno la convirtié fen canénica medio milenio después. Derecha, y aba) LAMEDICINA EN LA ANTIGUEDAD/9 A pesar de su diversidad, la Coleccién Hipoord- tica puede considerarse como un conjunto unitario. Para sus autores, en su mayor parte jonios en los siglos wy v a. C., la medicina ya no era una prac- tica meramente empirica ni basada en creencias magico-eligiosas, sino una tékhne, una practica técica fundamentada en el conocimiento racional. Aunque en distintas formas, todos ellos se apoya- ron en los saberes acerca de la naturaleza o physio- Jogla de los presocrélicos y remitieron a la physis, como realidad primaria de todo lo existente y fuen- te de sus cambios, para interpretar tanto las enter- medades como la’ accion de los remedios. Com- partieron también la idea de la radical limitacion de las posibilidades de la medicina, el principio de fa- vorecer y no perjudicar y la conciencia de la digni- dad de la ocupacién ce médico. Los textos hipocraticos estudian el cuerpo huma- ro sin utlizar la distincién entre forma y funcién, que fue ajena a la medicina de la Antigledad clésica. Los conocimientos anatémicos son dispersos y asisteméticos, proceden de observaciones ocasio- rales o de razonamientos anal6gicos y carecen de una terminologia propiamente cientfica. Las funcio- nes organicas se interpretan a partir de la idea de que la physis de cada ser vivo en particular es una manifestacion de la naturaleza en su conjunto. Las doctrinas acerca de los elementos constitulivos de la naluraleza del hombre y de los principios vitales que los ponen en movimiento varlan segtin la cortiente del pensamiento presocratico adoptada como fundamento. De este modo, hay tratados en los que la fisiologia se basa en la teorfa de los cua- tro elementos de Empédocles (Sobre las carnes) 0 solamente en el agua y el fuego (Sobre la dieta), y otros (Sabre la medina entoua) que sian en i mer plano las cualidades o potencias elementales (dynémeis) mencionadas en nlimero indefinido: lo seco, lo himedo, lo célido, lo dulce, lo amargo, lo salado, etcétera. ‘Sin embargo, en los principales escritos de Cri do y Cos, junto a los conceptos de elemento y de dynamis, ‘aparece el de humor como elemento se- cundario del organismo. Los humores, consisten- tes en mezclas en proporciones variables de los cuatro elementos de Empédocles, son dos segtin algunos textos chidios tempranos, tres segun las Epidemias, los Prondsticos y Sobre la enfermedad sagrada, y cuatro segin otfos ttalados cnidios y coicos. Sobre la naturaleza del hombre, redactado como sabemos durante la segunda mitad del siglo \va.C. y atribuido parcialmente a Pélibo, yerno de Hipécrates, incluye un esquema que asocia cuatro humores elementales a cuatro pares de cualidades opuestas y que Galeno convinié medio milenio des- pués en candnico: sangre (caliente y hiimeda), pi- tuita o flema (fria y himeda),bilis amarila (caliente 0 seca} bil negra (Wa y seca) La vida bioldgica del hombre es un continuo cambio de su naturaleza desde el nacimiento has- ta la muerte, basado en la mezcla o crasis de los humores y en la simpatia 0 conexién funcional de las distintas partes del cuerpo. El mantenimiento de ambas es obra de un agente intemo, el calor inna- 10/18 MEDICINA EN LA ANTIGUEDAD 0, cuya sede principal es el ventriculo izquierdo del corazén, y de dos externos: los alimentos y el pneu- ma. Este Ultimo, aire fuera del cuerpo y soplo den- tro de él, penetra en el organismo por la boca, la natiz y también por toda la superficie corporal; de- sempena las funciones de alimentar, reftigerar y vi- vilicar, siendo el més importante principio vital para algunos tratados. a enfermedad fue concebida por los hipocrati- cos como una alteracion de la armonia organica que, de acuerdo con sus distintas orientaciones fi- ees formularon como un desequilibrio de las cualidades o dyndmeis, un mal flujo del pneuma, 0 una inadecuada mezcla o oasis de los humores. En su planteamiento de las causas morbosas se encuentra ya esbozada la distincién entre causas intemas y externas que después precisaron Ateneo y Galeno. Los escritos coicos insisten de modo es- pecial en los factores ambientales, tema al que esté consagrado Sobre los aires, las aguas y los luga- res, que considera no sdio el ambiente fisico de cada lugar, sino también el género de vida de sus habitantes. Las Epidemias, el mas célebre de los tratados de esta escuela, esta ordenado por katas- tasis 0 constituciones epidémicas, es decir, por constelaciones ambientales existentes en lugares y momentos determinados, seguidas cada una de ellas por historias clinicas que ejemplificaban las enfermedades en ellos dominantes. Sobradamente conocida es la minuciosidad con que los hipocraticos recoglan las sefiales (semela) de enfermedad, con lo que se ve, lo que se toca, lo que se oye; lo que puede percibirse con la vista, el tacto, ef oldo, la nariz, fa lengua, al entendimien- to; lo que puede conocer todo aquello con que co- nocemos, tal como afirma una frase muy citada del tratado Sobre /a oficina del médico. La exploracion inclufa, no solamente la observacién del aspecto general del enfermo y de su postura de pie, cami- nando, sentado 0 acostado, y el minucioso examen de los humores organicos y de los cambios de la cara y la lengua, sino también la estimacién cuali- tativa de la temperatura corporal, la palpacion del abdomen y de los tumores, fracturds, dislocacio- nies, e incluso la auscultaoion inmediata, con ano- taciones tan finas como e/ ruido del cuero del frote pleural. El diagnéstico se proponfa, en primer término, determinar si la enfermedad era curable, por deber- se al puro azar (par ejemplo, la ingestién de un ali- mento averiado, un traumatismo 0 un clima inade- cuado), 0 bien se habia producido por necesidad forzosa (anénké) de la naturaleza, en cuyo caso era incurable y e| médico estaba obligado a abstener- se de toda intervencién. En segundo lugar, aspira- ba a llegar a un diagnéstico espectfico, que era muy distinto para los médicos cnidios, interesados como antes hemos dicho en los tipos abstractos de enfermar, y para los coicos, mas atentos a los casos individuales y con una nosologfa apenas de- sarfollada. El diagndstico culminaba en el pronés- tico, que ten/a gran relieve, entre otras razones, por ser un instrumento de prestigio social. Pretendia obtenerse mediante la experiencia, tal como afirma el libro Il de las Predicciones: Yo no hago méantica; ‘yo describo los signos por los cuales se puede con- jelurar qué enfermos sanaran y cuales morién. De hecho, la observacion de algunas regularidades del curso de las enfermedades es uno de los logros de mayor altura de los clinicos hipocraticos. Baste re- cordar, como gjampio obligada, la prediccion de muerte préxima que se formula en los Pronésticos cuando se presenta la que seguimos llamando ac- tualmente facies hjoocrética, El principio basico de la terapéutica hipocratica es plenamente coherente con los fundamentos concepluales que acabamos de exponer: la physis © naturaleza es la que cura y el medico debe limi- tarse a ser su mero servidor. La doctrina de la vis curatrix naturae o fuerza curativa de la naturaleza, de proiongada vigencia en la historia de la medic na y hoy todavia mantenida por variadas corrientes neohipocraticas, naturistas y ecologistas, tuvo su punto de partida en esta Coleccion. Junto a ella, hay que recordar las normas, que ya hemos ano: Ordenacién por temas de los tratados hi di (Segiin P. Lain Entralgo) De cardcter general: Juramento, Ley, Sobre el arte, Sobre ta ‘meaicina antigua, Sobre el médico, Sobre la decencia, Preceptos, Alorismos. De contenido anatomotisiolégico: Sobre la anatomia, Sobre el corazn, So- bre las cares, Sobre las glandulas, Sobre la naturaleza de los huesos, Sobre la nalturale- za del hombre, Sobre la generacion y la na- turaleza del nifio, Sobre él alimento. De tema dietético: Sobre la diela, Sobre la diela salubre. De cardcter patolégico general: Sobre los ates, las aguas y los lugares, Sobre los humores, Sobre la crisis, Sobre los dias oriticos, Sobre jos hebaémadas, Sobre las ventosidades, Prondsticos, Predicciones 1 Il, Prenociones coicas, Sobre patologia especial: Epidemias, Sobre las afecciones, Sobre las enfermedades \-ll, Sobre las afecciones inlernas, Sobre la enfermedad sagrada, So- bre los lugares en el hombre. De contenido terapéutico: Sobre fa diela en las enfermedades agu- das, Sobre el uso de los liquidos. Quittirgicos: Sobre la oficina del médico, Sobre las ar- ticulaciones, Sobre las fracturas, Sobre la palanca, Sobre las heridas de la cabeza, So- bre las tileeras, Sobre las hemorroides, So- bre las fistulas. Oftalmolégicos: Sobre fa vision. tado, de favorecer y no perjudicar y de abstenerse de toda accién en las enfermedades que se esti- men producidas por necesidad forzosa y, en con- secuencia, incurables. Por otra parte, la mayorla de los tratados defiende ol tratamiento de los trastor- Nos morbosos con remedios contrarios, aunque hay tres de ellos (ol libro VI de las Epidemias, So- bre los lugares del hombre y Sobre la enfermedad sagrada) én los que aparece la terapéutica con re- medios sernejantes al trastorno, en la linea de! prin- cipio simifa simibus curantur que sirvid de base a la homeopata de Samuel Hahnemann en la transi- cién del siglo xu al x1 Los recursos teepeutions de los hipocrices eran principalmente la dietética, los férmacos y la cirugia. La dieta (data), terna monogratico de va~ ‘ios tratados, no se limitaba a la alimentacién, sino que abarcaba todos los aspectos de la vida huma- fa, de acuerdo con la concepcién que H. Schip- petges ha llamado lebenaige Heilkunde o conver- sidn de la medicina en régimen o arte de vivir, La ee nant! eneeet! naaeeneeeant nang! Ze. See 3 Saitiiiiiensie innokparor® nvornaztixon, | LIBER PRAENOTIONUM HYPPOCRATIS, | EL LIBRO. - | DE LOS PROKNOSTICOS DE HYPPOCRATES. SECTIO PRIMA, SECCION PAIMERAY I Mepaeecoriamy base | na, gical Melico f@ aphe | | i | Me ILUSTRACIONES. ecacon fa primera faci d ‘ciuvine erp dept ot ms, yrs Ee tadiy ye fim. sila, por le on ens emi apoio wot lly ds edly cots, ‘ gun oneco. Stoyem, pcs, Sua Mio, gue vis co Aiea beeen nici fo qu ad eed els, Be Wipe Hod nol yl och a pd To, 2 Pégina inicial de fos Pronésticos, correspondiente a la més ‘importante taduccién castelana' de fos toxios tos, publicada por Andrés Pequer entre 1757 y 1770 Ginecolégicos, obstétricos y pediatricos: Sobre las vitgenes, Sobre la naturaleza de la mujer, Sobre las enfermedades de la mu- Jer, Sobre la superfetacién, Sobre el parto de siete meses, Sobre el parto de ocho meses, Sobre la embriotomla, Sobre la denticiin. farmacologfa estaba poco desarrollada, procedien- do los remedios de la medicina empirica y magica, griega anterior y también de otras culturas, como ia egipcia o la india, a través del activo comercio de las ciudades jonias. En el uso de los farmacos resulta clara la diferencia entre la actitud de la es- cuela de Cnido, mas dada como hemos dicho al abuso de los purgantes, y la mas prudente y ex- pectante de los médicos coicos. Frente a la imagen topica de Hipécrates, que lo presenta poco menos que como un internisia, la ci- rugia es uno de los aspectos mas brillantes de la Coleccién Hipocrdtica y en concreto de la escuela de Cos. Por supuesto, la practica quirurgica fue principaimente restauradora de heridas, Ulceras, {racturas y luxaciones, y evacuante de abscesos y otras formaciones paiolégicas. Sobre las heridas de la cabeza expone minuciosamente sus varias formas clinicas con o sin fractura y con hundimien- too sin él, asi como las técnicas para tratarlas, en- tre ellas, la trepanacién y sus indicaciones. Sobre las luxaciones y Sobre las fracturas incluyen la des cripcién de luxaciones congénitas de varias articu- laciones, el estudio de las causas de las luxacio- nes recidivantes del hombro, el diagnéstico preci- so de la luxacidn acromial de la clavicula y la re- duccién de las mandibulares en tres tiempos, la ex- tension continua y la compresion metédica en el tratamiento de las fracturas, la colocacién de féru- las, elcétera, El periodo poshipocritico Al ocupamos de la diversidad cronolégica de los textos hipocrditicos hemos visto que buena parte de ellos corresponden al siglo Iv a. C. Las exposicio- nes historicomédicas tradicionales solian pasar apresuradamente por esta centuria, situando en ella una supuesta escuela dogmidlica, que muchas veces se entendia como el estancamiento escols- tico de la medicina hipocratica. La investigacién histérica de las ltimas décadas ha cambiado ra- dicalmente esta imagen, presentando la citada centuria como el periodo intermedio que explica la transicién entre la etapa fundacional de la medici- nna hipocratica y el brillante florecimiento de la he- lenistica en la Alejandria del siglo ma, C. Un primer aspecto de dicho periodo intermedio fue el desarrollo de las escuelas médicas, es decir, la fase que Lain Entralgo llama de autoafirmacion reflexiva y critica, como antes hemos dicho. Sin re- petir lo ya expuesto acerca del Cos y el Cnido de este momento, bastard que nos detengamos bre- vernente en la figura de Filistién de Locros, la prin- cipal entonces de la escuela siciliana. Seguidor de Empédocles, Filistion concibié la enfermedad como un desequilibrio de los cuatro elementos y sus cualidades opuestas, pero concediendo al mis- mo tiempo gran importancia a los movimientos del pneuma. Consideraba que la sede central del pneuma y, en general, dela vida era el corazén, 6r- gano al que dedicé indagaciones disectivas. En te- rapéutica, su orientacién era fundamentalmente {2/LA MEDICINA EN LA ANTIGOEDAD dietética, Varios especialistas opinan que el trata- do hipocratico Sobre el corazén procede de su en- sefianza, y desde la Antigiiedad se cita como uno de los posibles autores de Sobre la dieta. Por otra parte, se refiejan sus doctrinas bioldgicas y médi- cas en el Timeo, de Platon, con el que coincidié en la corte de Dionisio de Siracusa Mucha mayor importancia tiene, para el significa- do historicomédico del siglo Iv a. C., el extraordina- rio avance que aporté el pensamiento aristotélico como instrument intelectual y fundamento cientfi- co. La influencia decisiva de Aristételes en el de- sarrollo posterior de la medicina tiene muchas ver- ents que gu solamente podemos mencionar Su obra flos6fica proporcioné los conceptos gene- rales de naturaleza, causa y movimiento 0 cambio que se convitieron en presupuestos basicos de la corriente médica dominante durante dos milenios. De forma parecida, su obra logica llegé a ser a cla- ve del método médico, sobre todo cuando Galeno la consagré como instrumiento (6rganon), y su doc- trina ética del término medio, base de la dietética como norma de la vida humana desde la medicina.. Decisivo fue asimismo el influjo de su obra bio- légica. En el segundo libro del tratado Sobre las partes de los animales, Arist6teles inicié la anato- mia general con su planteamiento acerca de los modos de composicién de los seres vivos. Por un lado, asumid la teorfa de los elementos y las cua- lidades. Por oiro, introdujo el concepto de partes anatémicas como unidades morfolégicas observa- bles, bien por su contenido homogéneo, bien por su contomo. En el primer caso hablé de partes si- milares (sangre, grasa, hueso, cartllago, etcstera) nocién directamente antecesora de la moderna de tejido, formulada por Bichat a comienzos del siglo xn, En el segundo, de partes disimilares, que cuan- do desempefian una funcién determinada reciben el nombre de drgano, Avistételes fue también el creador de la embrio- logla, cuyo método fundamenté en la observacion sistematica de embriones, principalmente de pollo, que fueron a partir de entonces objeto obligado de las investigaciones en este campo. Su obra Sobre la generacion de los animales es un tratado siste- mético que defiende que el desarrollo embrionario eS un proceso en él que la fuerza configuradora de la physis va dando lugar a la forma del ser vivo, teo- tla epigenética que se mantuvo vigente hasta los tiempos modernos. ‘demas de realizar una importante contribucién a la zoologla descriptiva, Aristételes, por dltimo, senté las bases de la anatomia comparada, formu- lando las nociones de analogia, aplicable a las par- tes analémicas de la misma funcion y posicién re- lativa, y homologfa o semejanza estructural y de ori- gen. Sin embargo, a diferencia de sus concepcio- ies sobre anatomia general y emiriologia, los mé- dios no asimilaron los planteamientos aristotélicos en torno a la anatomia comparada durante [a Anti- glledad clésica ni tampoco en la Edad Media y los. primeros siglos modernos, a causa de un miope pragmatismo que los condujo a limitarse al estudio descriptive del cuerpo humano aplicado de forma inmediata a la practica quirirgica y clinica, Este ia- irocenttismo morfologico fue Uno de los principales factores que explica que la disciplina no se consti- luyera hasia comienzos del siglo xix, por obra de Cuvier y otros anatomistas de su generaci6n inde- pendientes de las instituciones medicas. ‘Semejante a la aportacién morfoldgica y zool6- gica de Arist6teles fue la boténica de Teofrasto, su mas fiel discfpulo y sucesor en la direccion del Li- ceo, Las ideas de su tratado Sobre fa descripcién de las plantas constituyeron uno de los fundamen- {al de la materia médica hasta el Renacimiento, en especial su taxonomia sustancial, que patlla de la divisiOn de los vegelales en hierbas, arbustos y ar boles. Entre las primeras figuras médicas directamente influidas por Aristételes destaca Diocles de Caris- to, cuya obra ha sido adecuadamente estudiada a partir de una monografia de W. Jaeger (1938). Sus ideas pueden considerarse una sintesis de las con- cepciones de la escuela siciliana y de las de Cos, elaborada con la metodologia aristotélica ee ta con la terminologia propia del Liceo. Entre sus numerosos escritos, que se conservan de forma fragmentaria, se encuentra un tratado de dietética, que se apoya en la ética de Aristoteles, y la prime- ra monogratia de tema anat6mico, basada aun en la aplicacién anal6gica al cuerpo humano de lo ob- servado en disecciones de animales y cuya inten- cién médica parece cercana al iatrocentrismo mor- foidgico. Praxdgoras de Cos, cabeza de esta escuela du- rante le. Segunda mitad del siglo |v a. C., también re- cibid la influencia de Aristteles desde una postura_ sintetizadora y eciéctica. Cultivé la anatomia en la misma linea de Diocles, perfeccionando la termi- nologia y consiguiendo avances come la distincion de las atterias y las venas y la demostracion de la continuidad entre la médula espinal y el cerebro. Complicé la teoria humoral, que aplico sobre todo a la interpretacién de las fiebres, y se le adjudica el descubrimiento de! pulso arterial. Entre sus nu- merosos discipulos figura Herdfilo de Calcedonia, una de las personalidades centrales de la medici- na alejandrina, Et helenismo alejandrino En el mundo helenistico consecutivo al mperio de Alejandro Magno, el escenario central de la me- dicina racional se trasladé de las ciudades griegas de la metrépoll, Asia Menor y el sur de Italia a las cortes de los nuevos reinos y muy especialmente a Alejandra, capital del Egipto plolemaico. Las nue- vas circunstancias polticas, sociales y econdmicas permitieron que la medicina y sus saberes basicos se cultivaran en un ambiente y con unos medios inéditos. El cambio puede simbolizarse en la fun- dacion en Alejandria hacia el ano 280 a. C. por Pto- lomeo | Soter de! Museum, gran institucién docen- te e investigadora que lego a albergar un centenar de cientificos de todas las materias, espléndida- mente mantenidos por los monarcas lagidas. Crea- 14/LA MEDICINA EN LA ANTIGOEDAD do para contrarrestar el influjo de las escuelas ate- nienses de ideologia antimonarquica, su inspirador fue Demetrio de Faleron, miembro del Liceo, lo que explica que su orientacién dominante {uera aristo- télica. Cercana al Museum estaba la biblioteca de Alejandria, asimismo fundada por Ptolomed Il Fila- dalfo, Llegé a tener varios centenares de miles de voltimenes y se convirlid en el gran centro bibiio- gralico del mundo helen'stico, pesando decisiva mente sus copistas en las formas de producci6n de libros. De las insttuciones culturales existentes en las demés capitales helenisticas recordaremos Unicamente la biblioteca de Pérgamo, fundada du- rante la primera mitad del siglo a. C. por Eume- nes lly principal rival de la alejandrina. La floiogia, la erudicién y Areas cientiticas como las mateméticas, la astronomia, la geogralia y la mecanica alcanzaron entonces un brillante desatro- lio que, en el terreno del saber médico, se manifes- t6 basado en disecciones de cadéveres humanos Por otra parte, conviene destacar que en Alejandra, tal como afirma F. Kuldlien, fa medicina griega se onvirtié en la medicina de! mundo conocido de for- ma paralela a lo que ocurrié con la lengua griega, que llegé a transformarse en idioma cosmopolta, La primera fase de la medicina alejandrina, correspondiente al siglo ta. C., es la que major se adapta por su orientacion revolucionaria 4 lo que L. Edelstein ha llamado progresismo helenistico. Estuvo encabezada por dos grandes figuras: He~ rfl de Calcedonia y Erasistrato de Ceos. Como hemos adetantado, Herdfilo era el principal discipulo de Praxagoras de Cos. Asumié la tradicion de esta escuela y las ideas de su maestro desde la perspectiva de la flosofia escéptica de su contem- poraneo Pirrén de Elis, lo que explica muchas de us posturas anthipacraticas y antiaristotéicas. Su obra anatamica significd, junto a la de Erasistrato, una auténtica revolucién. Mediante observaciones en cadaveres huranos deseribié las meninges, los plexos coroideos, la confluencia de los senos veno- 808 que hoy saguimos llamando prensa de Heroflo. y @ cuarto ventriculo, También distingui6 las tres memibranas oculares, anoto la diferencia entre la pa- red arterial y la venosa y precisé e! conocimiento de los aparaios digestivo y genital dal sistema vascu- lar. Términos actuales como calamis scriplorius, re- tina y duodeno fueron acumados por é, Como pa~ tdlogo y clinico, su adscripcién al escepticismo le hizo rechazer la interpretacion especulatva y finalis- ta de la physis y destacar la importancia de la ob- servacién de los sintomas y de las causas proximas de las enfermedades. Esta actitud puede ejempli- carse en el hecho de que intentaba contar la fre- cuencia del pulso con un reloj de agua Erasistrato era discipulo de Crisipo, una de las més destacadas personalidades de la escuela de Cnido a finales del siglo wv a. C. Le influyeron algu- nos planteamientos cnidios, como la tendencia a interpretar las enfermedades de modo locaivista, pero su menial fue més la de un cienttfico que de un médico practico. Del ambiente del Cnido lardio procedia asimismo su interés por el alomis- mo de Demécrito, que asocié con las ideas de Es- ttaton, sucesor de Teofrasto en la direccidn del Liceo y autor de importanoia central en la fisi- ca antigua, Como hemos dicho, su obra ana- témica fue tan revolucionaria como la de He- r6filo. Entre sus contribuciones figuran la des- cripcién de las circunvoluciones cerebrales y Gel cerebelo, la distincién de los nervios sen- sitivos y motores, el conocimiento de las arte- rias bronquiales y de las valvulas cardiacas, asi como de los vasos quilferos, que no se- rian redescubiertos hasta el siglo xvi También perfeccioné la descripcién de la epigiolis, acabando con la idea de que los I- quidos ingeridos llegan a los pulmones para ser refrigerados, y formula conceptos morfolé- gicos tan importantes como el de parénquima yel de un sistema vascular intermedio entre at- terias y venas. Por otro lado, aplicd las ideas fisicas de Estratén a la interpretacin mecéii- ca de las enfermedades, aunque sin romper como Herdtilo con la vision finalista de la physis, Por ejemplo, concibié ia digestion Como un proceso mecanico y afirmé que el ex- ceso de alimentacién conducia a la piétora ve- nosa; esta ultima tenia como posible conse- cuencia la inflamacién, que redujo a un tras- torno mecanico vascular y que consider base su vez de la fiebre y de la aceleracion del pul- so. La mentalidad atomista y localicista de Eras{strato le condujo a realizar indagaciones anatomopatolégicas que tuvieron hallazgos ‘como la comprobacidén del endurecimiento del higado en las ascitis, Las posturas profundamente renovadoras de Heréfilo y Erasistrato no tuvieron continui- dad. ‘Sus obras sirvieron de base a escuelas que perduraron durante varios sigios, pero de ine- quivoca orientacién escoldstica. Esta trayecto- fia ha de situarse en las condiciones sociopo- lies y culturales que determinaron lo que E.R. Dodds ha llamado miedo a la libertad in- telectual, que frustré lo que hubiera podido ser una evolucion progresiva de la ciencia y la me- dicina helenisticas, Contrapunto del escolasticismo fue el movie miento empirico, cuya principal caracteristica fue la reaccién contra la {undamentacion cien- tificonatural de la medicina propuesta por He- Tfilo y Erasistrato. Uno de sus principales fun- dadores fue Filino de Cos, discipulo de Herd- filo, que rompié frontalmente con las ideas de su maestro, utliizando-como arma negativa el mismo pensamiento escéptico de Pirtén, que a éste le habia servido de presupuesto. Otra destacada figura inicial fue Serapién de Ale- jandria, al parecer una generacién mds joven que Filino y que, como dice Kudlien, represen- Ariba, pagina de la edicién grecolatina de las obras de ‘Arete de Capadocia (1738). Abajo, grabado de una edicién (1722) de la raduccién latina por Celio Aurelian al traiado do Sorano Sobxe las enfermedades ‘agudas y crénicas Monnoxum Divrursonum Liste Sscuxpus. say APETAIOY KATIHAAOKOY XPONION HAOON BI mon AETTEPON, Kigandngdre Adu, OBPANEIA AIABHTOY, ARETAI CAPPADOCIS MORBORUM DIUTURNORUM CURATIONE LiBER SECUNDUS, “CAPUT PRIMUM DEFICIT. ‘CAPUT SECUNDUM Profil exRoNrcts ‘* WETSTENTOS LO QUE CUENTA — ES TU HISTORIA. Y la de todos los esparioles. Los acontecimientos que han marcado nuestra Historia. Conécelos a fondo en los seis tamos del nuevo MANUAL DE HISTORIA DE'ESPANA. Ya ala venta el tomo 6. Toda la Historia de Esparia del Siglo XX, escrita por Javier Tusell, en 1.000 paginas. Pidelo en tu libreria. Por slo 5.950 pesetas. Para nuestros lectores tenemos unas condiciones especiales: 4.750 Ptas. 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Cadadfa mAscerca. ta el ambiente de la gran urbe helenistica en la constitucién de la nueva escuela, La reaccién de los empiricos se dirigié primor- dialmente, como es légico, contra la indagacién anatémica en cadaveres humanos © en animales. Presentaron la diseccién de cadaveres humanos como algo repugnante y envilecedor, al mismo tiempo que pretendian invalidarla como método, afirmando que las condiciones en ellos eran total- mente cistintas a la de los cuerpos vivos, argumen- to que se reiterarla después como un tépico hasta los primeros tiempos modemnos. Por otro lado, r2- chazaron asimismo toda explicacién casual. Glau- cias de Tarento, un miembro de la escuela del si- goa. C., citrd los tnicos recursos validos en el tr Pode integrado por la empiria (observaciones pro- pias), a historia (lectura de observaciones ajenas) y la analogia (inferencia a partir de la semejanza) Bajo la influencia de los postulacos empiricos, en ‘ocasiones combinados con las ideas de los hero- fleos 0 de los erasistréticos, durante los siglos i y 1. C. se cultivé especialmente la farmacologla y la toxicologla, la cirugia y el comentario filolégico de los textos hipocraticos de contenido alinico y quirur- gico. El método analégico se aplied de modo espe- cialmente claro en al estudio de los férmacos y los vyenenos. En este campo, la principal figura {ue Cre- teuas, médico’ de Mitridates III, rey del Ponto. Su tratado de materia médica y su compendio sobre plantas medicinales ilustrado con figuras influyeron poderosamente en las monografias posteriores acerca del tema, entre ellas, la de Dioscérides. Como toxicdlogo’ destacé asimismo Nicandro de Colofén, autor de una obra sobre los sintomas y al tratamiento de las mordeduras de serpientes y de diversos animales venenosos (Theriaca) y de otra acerca de los principales venenos y sus antidotos (Alexipharmaca). A diferencia de la inmensa mayo- rfa de los textos médicos alejancrinos, de los que sdlo nos han llegado fragmentos, amas se han conservado completas, habiendo sido editadas, traducidas y comentadas en numerosas ocasiones durante el Renacimiento, La cirugla hubiera podicio ser la principal beneti- ciaria de la fundamentacién de la medicina en el sa- ber anatémico, especialmente si se asociaba a las ideas localicistas y solidistas de Erasistrato. De he- cho, este autor formulé una auténtica utopla quirdr- gica, llegando a intentar el tratamiento del higado endurecido de.los asciticos con medicamentos emolientes aplicados sobre la superficie hepatica tras practicar una laparotomia, operacién que na- turelmente traces. Sin embargo, fa crugia helen tica se desarrollé fundamentalmente acuerdo con los planteamiantos empirices. Filbxeno de Ale~ jandria, autor en la transicién de los siglos 1i aia. C. del primer tratado de cirugia operatoria conocido, era un eciéctico que combinaba el empirismo y al gunas concepciones de Erasistrato, pero todos los demés cirujanos de estas centurias de los que te- ems noticia parecen ser empiricos ortodoxos. ‘Aunque sus textos se han perdido, a través de Celso y otros testimonios conocemos el importan- 1B/LA MEDICINA EN LA ANTIGUEDAD te avance que consiguieron en el tratamiento de las fracturas, luxaciones y hernias, en la aplicaci6n de vendajes y en procedimientos operatarios como la exiraccién de caloulos urinatios 0 el batimiento de las cataratas. Por otro lado, hay que situar también entonces el punto de parlida de la separacién de las ocupaciones de médico y de cirujano. Junto a los srupns trabajaron en Alejandria y otras ciucda- des helenisticas los artesanos llamados organikoi, que fabricaban los.complejos y muchas veces lu- jes08 instrumentos quirdrgicos de esta época que la investigaciOn arqueolégica ha dado a conocer. Los empiricos acabaron de mitificar la figura de Hipécrates, a quien llamaban habitualmente el mas divino de los médicos. Las observaciones ajenas de las que hablaba el tripode de Glaucias de Ta- rento fueron en la practica principaimente las con- tenidas en los textos clinicos y quirdrgicos del Cor- pus Hippocraticum. No resulta exlrafo que se es- cribieran numerosos comentarios sobre los mismos. que nada tenian que ver con la lectura critica de He- rofilo y Erasistrato, ya que se limitaban a la mera aclaracién de los términos. Este género, que tuvo una larga pervivencia hasta los primeros siglos mo- demos, puede ejempiificarse en el comentario de Apolonio de Citio, empitico del sigio 1 a.C.., al trata- do hipocratico Sobre las articulaciones. Aparte de parafrasear el contenido del texto, Apolonio lo ilus- 16 con figuras, raz6n por la cual Tue copiado este ‘comentario por un médico bizantino del siglo x, lle- gando a ser otra de las escasas obras médicas ale- Jandrinas que se conservan completas. Et helenismo romano En el siglo | aC., los romanos, como es sabido, ocuparon Egipto, tras anexionarse Grecia y los de- ms territonios del Mediterraneo oriental a los que se habia extendido la cultura helenistica, donde ha- bia ciudades como Pérgamo y Antioqufa que riva- lizaban con Alejandra por la importancia de su ac- tividad cientitica. La medicina romana era de nivel primitivo, debido a lo cual la superioridad de la grie- ga acabé por imponerse. El desarrollo del proceso puede ejemplificarse en el cambio de actitud que separa la radical oposicion a todo lo griego, inclu da la medicina, que manifesto Caton el Censor en la transicion de los siglos a 1 a.C., y la completa helenizacion de CioerOn, cien anos después. La medicina helenistica la introdujeron en Roma mé- dicos griegos, que al principio fueron alll como es- clavos, pero que luego se trasladaron libremente en busca de mayores ganancias, No puede hablar- se propiamente de medicina romana porque, nas- ta finales de la Antigtiedad, la casi totalidad de los mécicos continuaron siendo de procedencia helé- nica y el idioma griego permanecié como la princi- Péginas de dos ediciones renacentstas de fa Matovia médica, se Croscoides: la comentada per Andtés Laguna (aba) y por “Amato Lusano (B80) Cp X01 Amati LYST. COMMENT. sedans ae iat: gh Bla bir iia oA mae el Alfie parratio. 12k {async maga ingest yer ficiaxea Gada appellant cuits _everd ffctn oor eam onus velfuan sepaterit 3 eee ra prntennicoMigiat DE COCHLEIS TER- RESTRIBVS smaclen fio gre aol ng Latics ervetees, ear ijn ceragaele: ali chit dumache, bngeri: eArabice, Dalim: tert maces fearges: germ. Schnee COCHLEAE MARIN AE. rach snonnat Banort “Latin cochlea marina: “Satpnecarannyass Teale lamoach. marin Gi fs, Linas de nner, vires: Germavict Meet Schneken. IVSTRADO POR FL DOCT. LAGUNA, IN DIOSCORID. wp, 11 se emsea ee ee mz, in cibus eae scons; incibun gancareepte, sant CR ae area aici atte Y eracsnofhr i Sr tubercle ot een eaarchtis reoatur, Non mi & Pornermliiolicerhed alco bont ee ooo, cise terra defecation increta agi ecole recs aa inmoratio contuttac poftea. me fete ele colin = ane ine ae suai ema ih Ieteaany at ph gotramainecachles Roma: oe. feyquas Len oek fg 3 faa caramuyon appelliaae . E CANCRIS. tar Latin’ cancer flail pic, Enarratio. 1 x- ss unrorapexeqinn eabee (7 Oct terrfrer on engnct C pitecoraibusarmso iis itm inte gio oa, mediocrencomperiuntu,€ Iara quege® Congres pofesdo de peerssiodcagus date shai, Fatt ent ta feces Galescencevel eabsGer Kibo coche Bf Cire tin pal lengua de la medicina y de la ciencia, En este terreno el latin quedé en muy segundo plano, a pe- sar de su evolucién desde un idioma tosco todavia inapropiado para la comunicacion cientifica —como el del propio Caton— hasta el ya maduro que utilizé Calso el siglo | d. C. El primer médico griego de importancia que fi}6 su residencia en Roma fue Asclepiades de Bitinia, en el 91 a.C. Su significacion historica ha sido muy debatida por los estudiosos, pero resulta induda- ble que su obra corresponde a lo que Kudlen lla- ma un nuevo auge de la medicina holenistica al margen de las escuelas hasta entonces dominan- tes. Asclepiades se opuso abiertamente tanto al hu- moralismo como a los planteamientos empiticos. Su pensamiento estaba influido por la fisica de Es- trat6n, las ideas de Enesidemo, renovador del es- ceplicismo y, sobre todo, por la filosotia de Epicu- To. Através de esta titima asimilé el atomismo, que aplicé a la medicina, formulando una concepcion mecénica del cuerpo humano y una interpretacion de sus enfermedades basada en la alteracion de las partes sOlidas. El organismo, segin Asclepiades, se compone de dtomos entrelazados entre si que integran sus partes sdlidas, por cuyos poros o canales se mue- ven los humores y el pneuma, compuestos también de atomos muy sutiles. Los étomos se mueven por si mismos, lo que significa descartar la accion de la physis y su finalidad. La enfermedad es una per- turbacién mecénica de dicho movimiento y la base del tralan iento, restablecer su normalidad median- te medidas dieiéticas y mecénicas (regimenes ali- menticios, masaje, gimnasia, hidroterapia, curas ambientales, etcétera) y también con intervencio- Nes quirlrgicas. De acuerdo con esta concepcién, Asclepiades neg6 la fuerza curativa de la naturale- Zayy Se opuso a la utlizacion de sangrlas y de far- macos, particularmente los purgantes, Destacé también la importancia de no torturar al paciente sin neoesidad, traténdolo de la forma més rapida, segura y agradable posible. A ello corresponde su famosa frase cito, tuto, jucunde (rapido, seguro, agradable), a menudo etroneamente interpretada desde la imagen negativa de Asclepiades que un siglo después de su muerte ofreci Plinio, reprodu- ciendo una leyenda que lo presentaba como una especie de charlatan que habia adquirido fama con medios de propaganda poco rigurosos. De la obra de Asclepiades procedieron los ele- menios basicos de una nueva escuela o secta mé- dica fundada por Temison de Laodicea en la se- gunda mitad del siglo | a.C. Movido en parte por el extfemado pragmatismo vigente en la sociedad ro- mana, Temison redujo las concepciones de Ascle- plades a un método esquematico que dio nombre a la secta (metédica). Prescindid de los atomos, l- miténdose al estado de tension o relajacion de ias Paredes de los poros o canales por donde se mue- Ven los fluidos. Redujo ast la patologia a tres com- ‘munitates © modos cardinales de enfermar produ- cidos por la tensién de dichas paredes (status stric- tus), su relajacién (status faxus) 0 una combinacién de ambos estados (status mixtus) 20/LA MEDICINA EN LA ANTIGUEDAD Rechaz6 la necesidad del saber anatémico y bas6 el diagnéstico en la observacién clinica des- tinada a determinar la communitas dominante, la in- dole aguda o crénica de la dolencia y la tendencia de su curso a la mejoria 0 el empeoramiento. Fun- damenté la terapéutica en los mismos principios, utiizando remedios dilatadores (sangrias, masaje) y constrictores (agua fria, vinagre, narcéticos), ade- mas de tener en cuenta la idiosincrasia del enfer- mo y aliviar sus sintomas. Un discfpulo de Temi- s6n, Tesalo de Tralles, distinguié con precision en- tte enfermedades agudas y crénicas y complicé los esquemas patolégicos y terapéulicos de la escue- la metédica. La segunda escuela médica importante del hele- nismo romano, la llamada neumatica, fue fundada or Ateneo de Atalea, autor contempordneo de As- Clepiades. Ateneo fue disofpulo en Rodas del fild- sofo Posidonio de Apamea, una de las principales figuras de la llamada sioa media, lo que explica que las ideas de dicha etapa del pensamiento estoico se convirtieran en fundamentos de su obra. De esta forma, concedié gran importancia fisiol6gica y pa- tol6gica al pneuma, entendido de acuerdo con las subdivisiones del mismo propuestas por Posidonio y asimil6 su vision de un paralelismo constante en- tre el macrocosmos y el microcosmos regido por la simpatia, o interdependencia mutua de todos los fenémenos. Asimismo destacé la funcién del cora- 6n como sede fundamental de! pneuma y del ca- lor innato, considerandolo como el paralelo micro- cOsmico del sol. Ateneo escribié una enciclopedia médica en treinta libros 0 partes, que no se ha conservado. Por testimonios directos @ indirectos sabemos que en ella expuso una sistematizacién basada en las ideas estoicas que acabamos de citar, pero abier- la a otros planteamientos. Afirmé que ias enferme- dades se producen por un trastorno de la crasis 0 mezcla de las cuatro cualidades fundamentales que, a su vez, conducen a una alteracion del pneu- ‘ma. Contribuy6 notablemente a la elaboracién de la patologia general con un modelo conceptual que, a través de Galeno, pervivié hasta los comien- zos de la medicina moderna. Clasificd las causas morbosas, de acuerdo con el enfoque estoico, en externas, internas e inmediatas y distinguié en la enfermedad entre disposicién (aléthesis), discrasia © trastorno de la crasis (nosos) y alteracion de las funciones (pathos). En el terreno de la clinica, Ate- eo y sus numerosos discipulos se interesaron es- pecialmente por la semiologia del pulso, como ma- nifestacion del estado del pneuma, y volvieron a uti- lizar los tratados hipocraticos como modelos de ob- servacion de los sintomas. Durante el siglo | d.C., la escuela neumttica de- riv6 hacia el eclecticismo, La principal figura de di- cha corriente fue Areteo de Capadocia, autor con- temporaneo de Ner6n, que pas6 a primer plano la dimension clinica de la medicina e intensiticd el re- tomo a la tradicion hipocratica. Su principal obra es un ampiio tratado, que no se ha conservado com- pleto, integrado por cuatro libros acerca de las cau- sas y los sintomas de las enfermedades agudas y ESQUEMA DEL MOVIMIENTO 4." SANGRE PNEUMATIZADA DE LA SANGRE, SEGUN GALENO —> SPIRITUS ANIMALIS Pneuma 4 4} Fuligines 2." QUILO — SANGRE 3." SANGRE — PARTES ORGANICAS La aiseccién de animales, tuente del saber analémico acerca de! cuerpo humano. Grabado de la eatcién de las abvas completas de Galena por los impresores Guunia, de Venecia (1597) Ordenacién por temas de la obra de Galeno (Segiin L. Garcia Ballester) Relaciones de sus propias obras: Sobre el orden de los eseritos propios, So- bre los escritos propios. De contenicio deontolégico, filosdtico-mo- tal, l6gico, polémico y general: Sobre las sectas, a los principiantes, Sobre Ja mejor seota, Sobre el mejor mélodo de en- ‘sefianza, E/ buen médico ha de ser también f- ‘ésofo, Exhortacién al estudio de las artes, So- bre la esiructuracién del arte médico, Sobre las costumbres, Sobre el conacimiento y cu- racion de los alecios y pecados del animo, Conira las contradicciones de Juliano en tor- 1no a los Aforismos de Hipécrates, Sobre la ex- eriencia médica, Sobre las ideas de los em- iticos, Sobre el contenido médico de! Timeo de Plat6n, Introduccién a la légica, Sobre la demostracién, Sobre las docirinas propias, Sobre la voluntad débil, segtin Epicuro, Sobre el arte médico, Sobre los nombres médicos, Sobre las partes del arte médico, Comentario a la Republica de Platén, Compendio de Ti- meo de Platén Sobre los escritas hipocraticos: Glosario de Hipécrates, Sobre los escritos genuinos de Hiodcrates, dieciocho comenta- fies a otros tantos tratados hipocraticos, ‘Anatomia y fisiologia: Sobre e! uso de las partes, Sobre los pro- cedimientos anatémicos, Sobre las doctrinas de Hipdcrates y Platén, Resumenes de los l- bros anatémicos de Marino, Sobre la disec- Gidn del dilero, Sobre la bilis negra, Sobre la voz, Sobre los huesos, para los principiantes, Sobre la disecoién de las venas y las artorias, Sobre la diseccién de las nervios, Sobre el movimientos de los musculos, Sobre las cau- as de la respiracion, Sobre los elemenios se- iin Hipdorates, Sobre la complexién humoral, bre las facultades naturales, Las costum- bres del alma se derivan de ta complexion hu- moral del cuerpo, Sobre el semen, Sobre el 6r- gano del olfato, Sobre la diseccién de los musculos, Sobre ol uso de la respiracion, So- bre si en estadio normal hay sangre en las ar- terias, Sobre la formacién del feto, Sobre el {eto sielemesino, Si todas las partes animales 2R/LA MEDICINA EN LA ANTIGUEDAD que procrean se hacen el mismo tiempo, So- bre las partes similares. Patologia Sobre los lugares afectos, Sobre las for- mas (de fiebre), Sobre las causas procalére- ticas, Sobre las causas sinécticas, Sobre la discrasia andmala, Sobre el tembior, la pal- pitacion, el escalotrio y el espasmo, Sobre las diferencias de las enfermedades, Sobre las diferencias de los sintomas, Sobre las causas de los sintomas, Sobre la dificuliad en la respiracién, Sobre la plétora, Sobre las diferencias de las flebres, Sobre 6! prondsti- 0, Sobre el conocimiento de las enfermeda- des por los suefios, Sobre las épocas de la enfermedades, Sobre la crisis, Sobre los dias riticos, Contra tos que escribieron sobre fas formas y periodo (de las flebres), Como de- senmascarar a los simuladores, Sobre los tu- ‘mores pretematurales, Sobre la doctrina de Jos pulsos, Sobre los pulsos, para los princi- Plantes, Sinopsis de los libros propios sobre el pulso, Sobre el uso de los pulsos, Sobre Ja constitucion dptima de nuestro cuerpo, Sobre la buena constitucion. Terapéutica e higiene: Sobre el método ter péutica, a Glaucdn, Sobre la cura por fleboto- mia, Sobre la flebotomle, contra Erasistratro, Sobre la flebotomia, contra los discipulos de Frasistrato afincades en Roma, Sole las fa- cultades de los purgantes, Sobre fa consun- cidn, Consejos (para e! tratamiento) de un mu chacho eplépten, Sobra las sengupaes, la revulsién, la ventosa, fa escariicacion y la ccisién, Sobre la conservacién de fa salud, So- bre sila conservacion de la salud pertenece a la medicina o a la gimndstica, Sobre el ejerci- cio de la pelotita, Sobre el régimen de vida para adelgazar, Sobre la tisana, Sobre las fa- cultades de los alimentos, Sobre las faculta- des y temperamentos de'los medicamentos simples, Sobre os remedios usuales, Sobre la composicion de jos medicamentos sequin los géneros, Sobre la composicion de fos medi- ‘camenios segin los lugares, (de! cuerpo), So- bre los antidotos. itico, Sobre la tera- crénicas, y oltos cualro sobre su tratamiento. Debe su relieve histérico a la objetividad y fi- nura de las observaciones elinicas que contie- ne, basadas en su mayor parte en observacio- nes propias. Areteo distinguié diversas formas de pardlisis, asociadas 0 no a trastornos de sensibilidad, anot las toses hemoptoicas come sintoma caracteristico de la tisis, dife- rencid la pleuritis de la neumonia y describio de modo preciso los cuadros clinicos de la epilepsia, la migrafa, el tétanos, la lepra, la an- gina diftérica y otras muchas atecciones. En jos primeras siglos modernos, los cualro pri- meros libros de su tratado, editados con elt tulo De causis ef signis aculorum et dulumo- rum morborum, fueron estimados junto a los mejores textos hipocraticos como la mas bri- llante aportacién de la Antigtiedad clasica a la medicina clinica y ejercieron una notable in- fluencia. ‘Algo posterior es Rufo de Efeso, otro autor ecléctico de parecida orientacién, que vivid a finales del siglo | y comienzos del 1, Su men- talidag neohipocrética se menfesté en su mo- nograffa sobre la anamnesis titulada Pregur- tas dei méaico (@ los enfermos) y en breves iratados acerca de las enfermedades renales y,nesieueres que esiriemo se, consowan iro escrito suyo que ha llegado hasta noso- tros es el tratado Sobre la denominacién de las partes del cuerpo humano, que no se lr- ta a oftecer la terminologla morfolégica, sino que olrece una especie de introduccién al sa- ber anatémico, con novedades como las pri- meas desorpciones del quasma éptico, a timo y la parotida. Sin embargo, Ruto no fue un ariatomista prdctico y reconoce que se re- duce a transmit la tradicién de Alejandria, ciu- dad donde se habia formado en una época en la que ya no se realizaban disecciones de ca- daveres humanos. El saber anatémico alejan- drino fue recogido de forma més amplia por Marino, coeténeo de Rufo y uno de los maes- tros de Galeno, en un tratado de veinte libros. No obstante, este tratado se ha perdido, lo mismo que las obras de Rufo de tema higié- nico y farmacolégico y la que dedicé al peri- taje médico en la venta de esclavos, La corriente eclactica no solamente se pro- dujo en el seno de la escuela neumitica, sino también entre los seguidores de la metodica. La oposicién a la sistematizacién cerrada y la referencia por los aspectos clinics aparece por ello en la produccién de Sorano de Efeso, lllimo seguidor importante del metodismo que, tras estudiar en Alejandria, ejeroid en Roma a finales del siglo | d, C. Tenemos not Ariba, grabado alegérico ce pronéstico'en la ediciin de |as obras complelas de Galeno por los mpresores Guta, de Venecia (1897) Abo, porta ge traduceién fatina por Johann Gunther von Andemach del tralado de Galeno Sobre los procedimientos ‘anatémices (1531) bea aa (aCLAV] LENT PERE cia de una treintena de sus obras, pero solamente se conservan las tituladas Gynaikeiay Sobre las en- fermedades agudas y cronicas, la segunda en la traduccion latina del inédico numida del siglo v Ce- lio Aureliano. Gynaikeia esté basada en un correc- lo conocimiento del aparato genital femenino, fren- te a ideas especulativas como la del Utero bicorne. Incluye una parte tocolégica, que se ocupa con de- lalle de las causas de las distocias y de las técni- cas obstétricas para superarias, otra dedicada a la esoripoién de las afecciones ginecolégicas y una tercera en la que se exponen los cuidados pedié- tricos del recién nacido, los criterios para la elec- ci6n y el género de vida de las nodtizas y un breve resumen de las enfermedades infantiles Esta estructura, que corresponde sin duda a un género de la literatura médica de la época, se per- etud después hasta el Renacimiento a través del complejo proceso de transmision de la obra de So- rano a lo largo de la Edad Media, El segundo tra- tado suyo que se ha conservado mantiene como Criterio basico la distincién, procedente de Tesalo de Tralles, entre enfermedades agudas y crdnicas, que acabamos de ver aparece también en el trata- do de Areteo. Sin llegar a la brillantez de éste, ofre- ce excelentes descripciones de cuadros clinicos, muchos de los cuales, como los de frenitis, mania y melancolia, correspondientes a las enfermedades mentales, tuvieron vigencia hasta la aparicién de la nosologia modema, Coetaneo de Areteo y conocido suyo fue Dios- corides de Anazarba, que trabajé como médico en el ejército romano durante la época de Nerén. Es- cribi6, entre otras obras, una Materia médica en la que expuso los conocimientos que acerca de los remedios farmacoldgicos se habian ido reuniendo allo largo de la Antiguedad cldsica, Dividida en cin- co libros, estudia mas de seiscientas plantas cura- tivas, aparte de numerosas sustancias animales y minerales, destacando por sus descripciones far- macognésticas apoyadas sobre todo en la botani- ca procedente de Teofrasto. Esta influida principal- mente por el tratao de materia médica y el com- pendio sobre plantas medicinales de Crateuas y, lo mismo que este titimo, incluye numerosas figuras. Algunos textos helenisticos ilustrados, como esta Materia médica, el comentario antes citado de Apo- lonio de Citio acerca del tratado hipocrtico Sobre Jas articulaciones y también la Gynakeia de Sora- No, fueron el punto de partida de una trayectoria iconogratica que, a través de series de copias me- dievales a menudo deformadas, llegé hasta los gtabados de los libros médicos impresos durante e! Renacimiento. El prestigio de la obra de Dioscd- rides fue muy temprano, siendo ya consagrado por Galeno, y se mantuvo después durante mas de un mmilenio y medio, de forma que la historia de sus re- ‘undiciones, adaptaciones, traducciones y edicio- nes comentadas se confunde con el desarrollo de la materia médica. Como antes hemos dicho, el latin quedé en un plano muy secundario como idioma de la medici- na y de la ciencia en el mundo romano, ya que la préctica totalidad de los médicos —entre ellos, to- 24/LA MEDICINA EN LA ANTIGUEDAD dos los que acabamos de citar— fue de proceden- cia helénica y escribié en griego. El Unico texto la- tino de verdadera importancia tue De medicina, de Aulo Cornelio Celso, un romano libre de comienzos del: siglo 1 d.C. cuya condicion de médico resulta dudosa. Esta obra formaba parte de una amplia en- ciclopedia de todo el saber y, como afirma Kudlien, posiblemente Celso se limito a traducir el compen: dio de algun autor griego o una recopitacién de di- ferentes escritos. En cualquier caso, se trata de una fuente primordial de la medicina helenistica, que permite llenar muchas lagunas informativas produ- cidas por la pérdida, que hemos ido anotando, de textos de relieve Hubo también algunos pocos médicos romanos formados a la griega y que escribieron en latin. El mas notable es Escribonio Largo, autor a media- dos del siglo | de C. de unas Composiliones medi- cae, mera coleccién de recetas de un nivel incom- Parablemente mas bajo que los tratados en griego. Galeno de Pérgamo La obra de Galeno merece ser considerada con cierto detalle no solamente porque constituye la culminacién del saber médico en la Antigiiedad cld- sica, sino por ser la sistemalizacion del mismo que permanecid después vigente de forma casi abso- luta durante quince siglos, hasta ser desplazada Por la ciencia médica moderna resultante de la Re- volucion Cientifica, Galeno —el nombre de Claudio es un viejo error hoy solamente mantenido en obras poco riguro- sas— nacié en Pérgamo en tomo al afo 130 d.C. Su padre era arquitecio y terraleniente que cuidé de que tuviera una esmerada educacién de acuer- do con los planteamientos estoicos, antes de for- marse como médico junto a famosos maestros en el propio Pérgamo, Alejandria, Esmira y Corinto. Tras ejercer en Pérgamo (ca. 157-162) se trasladé a Roma, donde residié cuatro afos, integrandose en los circulos médicos y culturales y consiguien- do una importante clientela entre el patriciado. Ha- cia el ano 166 dejé la capital imperial, pero volvid a comienzos del 169 como médico de Cémodo, hijo de Marco Aurelio. Hasta. su muerte alrededor del afio 200 fue miembro activo de la corte, siendo sucesivamente médico personal de los emperado- res Marco Aurelio, el propio Comodo y Septimio Se- vero. Su gran prestigio clinico, cientifico e intelec- tual, que no se limitd a Roma, fue en parte debido su prolifica actividad literaria, ya que escribié casi cuatrocientos textos, de los que se conservan unos, ciento cincuenta Garcia Ballester ha distinguido cuatro elementos integrantes de la obra de Galeno: la tradicion hipo- cratica, el pensamiento de Platon y Aristoteles asi- milado a través del sincretismo estoico de Posido- nio, los enfoques enfrentados de las distintas es- cuelas médicas y sus propias contribuciones origi- nales como clinico e investigador. En el terreno del método, Galeno elevé a cate- goria el principio de la utilizaci6n de la lgica como saber necesario para dotar de rigor cientitico a la medicina. La légica, entendida al modo atistolélico, la concibid como e! instrumento que permite al médico penetrar en la natura- leza y estructura de los cuerpos, mediante el analisis y la sintesis, distinguiendo géneros y especies. Junto a la logica, afirmd que hacia falla también dominar /a iisica y la ética para set un auténtico médico y no un mero receta- dor, El saber anatomico de Galeno mantuvo al enfoque iatrocéntrico que hemos visto ya pre- sente en Diocles y es inseparable de su fisio- logia ya que, como ha dicho Lain Entralgo, su aspiracion era describir la figura del cuerpo en la plenitud del movimiento vital, No esta basa- do en disecciones sistematicas de cadaveres humanos, sino en el estudio de esqueletos y de algunos cadaveres ocasionales, completa- do con la aplicacién analégica de lo observa- do en animales, sobre todo en monos. Ello ex- plica que al lado de logros personales, relati- vos principaimente a las musculos, expusiera errores, bien por suponer a existencia en al cuerpo humano de estructuras propias del mono y otros animales (tipo de bifurcacién del arco adrtico, forma del cartlago liroides, rete mirabile de las arterias de la base del cerebro, elcétera), bien por apriorismos de caracter fi- siolégico (comunicacién a través del tabique interventricular del corazon, origen hepatico de las venas, etcétera) Por otro lado, Galeno asumid la anatomia general aristotélica y su distincién entre partes Similares y aisimilares, y conwirtid en candnica la doctrina, procedente del tratado hipooratico Sobre la naturaleza del hombre, que asociaba los cuatro elementos de Empédocles, los cua- tro humores cardinales y los cuatro pares de cualidades opuestas. También su embriologia es basicamente la epigénesis aristotélica, aun- que con ciertas peculiaridades, como consi- derar primum vivens al higado y recurtir a las ideas alejandrinas en torno a las estructuras paranquimatosas y fibrosas Los presupuestos de la fisiologla galénica, aparte de estas nociones morfol6gicas y este- quioldgicas, son los conceptos floséficos grie~ gos dé naturaleza, movimiento, causa y finali- dad, tal como ha puesto de relieve Lain Entral- go. De acuerdo con ellos, el alma (psykhé) era €l principio del que dependia el movimiento cambio en los seres vivos. Galeno estructuré este principio segtin el esquema tripartito de Platon y la doctrina helenistica de las localiza- ciones, distinguiendo entre un alma concupis- aie con sad en al gad y principio de les funciones de generacién y reproduccién, un Arriba, Asclepio visitando a un enfermo mientras éste dueime, de acuerdo con él to curativo de la incubacién, (grabado de finales de! sigio x. Abajo, un oculista romano ‘epresentado en ef relieve de un sa/oéfago de los sigios « oud. C, iglesia de S. Vitore de Ravena alma irascible, localizada en el corazén y responsable de la vida de retacion, y tin alma racional con sede en el cere- bro. El alma o principio operative se ex presaba en sus facullades (dynameis). Galeno expone, por un lado, las facul- fades principales, que son fundamen- talmente la natural, la vital y la animal, en cuya virlud el cuerpo cumplia, res- pectivamente, sus funciones vegetati- vas, cardiorrespiratorias y de relacién; por otro, las facullades secundarias (atractiva, retentiva, excretiva, conversi- Va), a través de las cuales se realizaban las principales. Para que se pongan en ejerico las actividades especicas de las partes orgdnicas es necesario, segun la fisio- logia galénica, un principio exterior, el pheuma, que ya sabemos que es aire 0 sopio, spiritus en latin, término este Ul timo que no debe inducir a olvidar su cardcter material. A cada una de las fa- cultades principales corresponderia un tipo de pneuma: el natural, que desde el higado se distribuirfa por las venas; el vilal, que llegaria por las arterias a patti del coraz6n; y el animal, que des- de el cerebro se moveria por el interior de los nervios. Por otto lado, Galeno mantuvo la idea de calor innato como principio coinci- dente con la vida. Los alimentos le ser virlan de combustible y la respiracién, relrigerandolo, seria incispensable para su conservacién en el corazén, sede desde la que se distribuye al resto del ‘organismo mediante el pulso. El carécter esencialista y deductivo de |a fisiologta galénica se refleza en las cuatro transformaciones sustanciales que supone como base del funciona- miento del organismo. La primera es la transformacién del alimento en quilo, que tiene lugar en el est6mago. La se- una, la conversién del quilo en san- {gre venosa en el higado, desde donde Se distribuye a través de las venas a to- das las partes organicas. En éstas se produce la tercera, al transformarse la sangre venosa en ia sustancia de cada una. Por la cava ascendente llega la sangre venosa al corazén derecho y desde all, parte pasa a través de la ar- teria pulmonar y los pulmones para la nutricién de su sustancia, y parte atra- viesa el tabique interventricular y, en el corazén izquierdo, recibe el pneuma que llega por la vena pulmonar (que no lleva sangre, sino pneuma en a ingpira- cién y fulgines u hollines en la espira- cién). La Sangre pneumatizada es cis- Iribuida por el pulso a todo el cuerpo a Galeno represeniado en la ‘puerta de un armani de la antigua farmacia de ‘Kaulbeuren (siglo xm), través del drbol arterial, llegando, entre otras par- tes, al cerebro; en la sel. mirabile tiene lugar la cuar- ta transformacion sustancial, que da lugar al tipo animal de pneuma, 0 spiritus animalis, responsable ‘como hemos dicho de las funciones de la vida de relacion y que desde el segundo ventriculo pasa al tercero y de alll, a la médula y los nervios sensiti- vos y motores. Acerca de la localizacién de las fun- clones segtin el territorio a donde llega cada ner- vio, Galeno tuvo conocimiento preciso gracias —como dice Garcia Ballester— a la préctica siste- mética de vivisecciones en animales y a su capa- cidad de relacionar estos hechos con la clinica; es- pecialmente importantes fueron los resultados ob- tenidos con sus experiencias cortando fa médula y los nervios a distintos niveles. La patologia general de Galeno, como adelanta- mos, esta en gran parte basada en la de Ateneo. Distingue como éste entre disposicion alterada del cuerpo de caracter duradero (didthesis), trastorno de la crasis 0 mezcla de las cualidades fundamen- tales (nosos) y padecimiento de las funciones or- ganicas (pathos). También mantuvo la division, de Procedencia estoica, de las causas morbosas en externas, internas e inmediatas. Entendié como causas externas principalmente las liamadas cosas no naturales (aire y ambiente, comida y bebida, tra- bajo y descanso, suefio y vigilia, excreciones y se- creciones, y movimientos 0 afectos del alma), que podian actuar sobre las cosas naturales (el cuerpo, ‘sus partes y sus facultades), convirtiéndolas en pre- ternaturales (la enfermedad, sus causas y sus sin- tomas). Entre las causas internas incluyé la distinta disposicién constitucional del individuo, tipificada de acuerdo con la crasis, y su herencia biolégica. La conjuncién de causas externas e internas con- duce a los trastornos mas o menos localizados que llama causas inmediatas por ser las mas préximas en un orden causal al padecimiento de las funcio- nes organicas o pathos. Los sintomas son las manifestaciones o sefiales (semeia) a través de las cuales el médico es capaz de conocer la esencia de la enfermedad. Galeno los Clasifica por su situacion en la génesis de la en- fermedad (inmediatos, consecutivos y terminales), ‘segtin las funciones vitales afectadas y también de acuerdo con un atiterio clinico, en palognoménicos 0 dependientes de la esencia de la enfermedad y condicionados por factores como su intensidad y forma clinica, la edad, el sexo y la constitucién del paciente, o circunstancias ambientales. La patologia especial galénica estA basada en especies morbosas que pretenden corresponder a la esencia de las enfermedades, tipificadas de acuerdo con criterios etioldgicos, localizatorios, pa- tocrénicos y sintomaticos. La nosotaxia, asimismo de cardcter esencialista y deductivo, comprende cuatro géneros principales: las enfermedades hu- morales, bien por alteracién de la crasis o mezcla, bien por corrupcién; las enfermedades de las par- tes similares, que pueden ser debidas a perturba- cién de sus cualidades y a tension o relajacién de sus meatos, mecanismo este tltimo que constitu- ye la Unica concesién de Galeno a la escuela me- 28/LA MEDICINA EN LA ANTIGUEDAD tédica; las enfermedades de las partes instrumen- tales, resullantes de trastornos de la estructura, el tamafo 0 la posicién de los érganos; y las produ- cidas por soluciones de continuidad en todo el cuerpo 0 en alguna de sus partes. En al terreno del diagndstico, Galeno aceplé el planteamiento hipocrdtico de un método apoyado directamente en los sentidos, en ocasiones comple- mentado por attficios exploratorios, y otro basado en el razonamiento, Desarrollé principalmente este titimo, no sélo por razones tedricas relacionadas con su utiizacién de la légica aristotdlica, sino tam- bién por las motivaciones sociales sefialadas por Garcfa Ballester: impresionar a la gente, penetrar en e! selecto y minoritario circulo de intelectuales roma- nos, acrecentamiento de la fama como médico ca- paz de la adecuada utiizacién de la dialéctica. La terapéutica galénica dio expresién formal al principio de la fuerza curetiva de la naturaleza me- diante el andlisis de las dyndmeis en que se expre~ sa (alractiva, retentiva, alterativa y explulsiva) y, so- bre todo, elaboré una doctrina precisa de la indi- cacién terapéutica. Basé dicha doctrina en cuatro criterios; la indole de la enfermedad conocida por el diagnéstico racional, la crasis y las facultades de los érganos en los que asienta la afeccién, la cons- titucién biolégica y otras peculiaridades individua- les del enfermo (edad, sexo, costumbres, etcdtera), y el caracter de las condiciones ambientales y de- més causas morbosas externas. Por otra parte, se interes6 fundamentalmente por el tratamiento ‘far- macoldgico, elaborando el concepto de medica- mento y apoyandose en la obra de Dioscérides, consideré la dietética, de acuerdo con la tradicién de los regimenes de vida, como una regulaci6n cu- raliva o preventiva de las cosas no nalurales, y re- legé la cirugia a un segundo plano. La Baja Antigiiedad Conviene anotar, aunque sea muy brevemente, la diferente frayectoria de la medicina posterior a Galeno en el Imperio Romano de Occidente y en al de Oriente, sobre todo en cuanto condicioné la transmisién de los saberes helenisticos al mundo medieval. Durante los siglos my w se hizo cada vez mas es- casa en Roma la presencia de médicos griegos de alguna importancia, desarrollandose por ello una li- teratura médica en latin, generalmente recetarios de baifsima calidad escritos por legos, Figuran entre ellos el Liber medicinalis, de Quinto Sereno Samé- nico y Medicinae ex oleribus et pomis, de Gargilio Marcial, ambos basados en los capitulos médicos de la Naturalis historia, de Piinio, que fueron tam- bién resumidos, con un prologo contra los médicos bajo el titulo de Plinii secundi iunioris de medicina |i- bri tres, Estos textos sirvieron de fuente a toda una linea de tratados de la medicina monastica. Muy superior fue la produccién, en el Africa Me- nor de esta época, de un grupo de médicos nimi- das cuya figura inicial fue Vindiciano, comes archia- trorum de Valentiniano | y amigo de San Agustin. Sus obras, redactadas en latin, s@ basaron princi- palmente en Sorano, Jo mismo que las de sus se- guicores Casio Félix, Teodoro Prisciano y Celio Au- Feliano. De este timo, et médico mas importante de la Baja Antiguedad latina, ya hemos dicho que fue el traductor del tratado de Sorano sobre las en- fetmedades agudas y crdnicas. Los textos médicos de la Italia ostrogoda y la Espana visigoda, entre allos los de Casiodoro y San Isidoro de Sevilla, se apoyaron en esta produccién nimida, fo que expli- ca la presencia de planteamientos de la escuela metédica de la Alla Edad Media latina. La situacion era muy distinta en el imperio Ro- mano de Oriente, Cada vez mas helenizado tras su separacién dal occidental en el a/io 395, al idioma griego se mantuvo en él sin discusién como lengua de la medicina, la ciencia y la cultura, Hubo grupos de médicos de cierto relieve en ciudades como Te- saldnica, donde a Io largo del siglo wv residio una serie de autores de orientacién neumatica entre los, que destaca Posidonio, generalmente recordado por su coctrina de la localizacién de las facultades psiquicas en el cerebro. Sin embargo, e| centro mé- dice de mayor importancia continud siendo duran- te dichos siglos Alejandra, En el i, la corriente do- minante fue también alll la metddica, desarrollan- dose bajo la influencia de Sorano la iconogratfa mé- dca de caracter didéctico a la que antes ya nos he- mos referido, Por el contrario, en la canturia siguien- te, por obra sobre todo de Zenén de Chipre y sus discipulos, pas6 Galeno a primer plano, legando a realizarse una reunién y ordenacién de sus obras en cietto modo semejante @ la efectuada con los textos hipocraticos en la época de los Piolomeos. Discfoulo de Zendn {ue Onibasio de Pérgamo, médico y amigo personal de Juliano el Apéstata, que residié durante buena parte de su vida en la corte de Constantinopla. Escribid, entre otras obras, la titulada Colecciones médicas (Synago- gai), compilacién en setenta libros de la produccion de Galeno, con amplias referencias de Ateneo, Ar- cuigenes, Pocono, etosiera, que mas tarde resu- mié en una Synopsis, compendio en nueve partes o libros, Ambas sintesis pueden ser consideradas ‘como el punto de partida del galenismo medieval, primero en el mundo bizantino, més tarde, tras las versiones del griego al rabe, en el iskamico y, por limo, en la Europa occidental, cuando los princi- pales fextos médicos griegos, helenisticos, bizanti- os € islémicos fueron traducidos del arabe al latin. La medicina como ocupacién. Fl pluralismo de sistemas médicos La profesin médica en sentido estricto, con en- sefianza y titulacion reglamentadas, no existié en la Antigiedad clasica, tal como hemos ido adelantan- do, Ya sabemos que las escuelas médicas no eran instituciones docentes, sino grupos de médicos ue trabajaban en un mismo lugar o que compar- tlan una orientacin tedrica y practica. El aprencdi- zaje era de tipo artesanal, a menudo incluso de ca- récter familiar, sobre todo en la Grecia clasica, ‘90/LA MEDICINA EN LA ANTIGUEDAD mientras en el mundo helenistico la formacion se adquiria habitualmente trabajando durante algin tiempo junto a una figura importante. ‘Al carecer la condicién de médico de definicién social, no puede hablarse en tétminos generales de {a posicién que ocupaba, En la Grecia clasica, sin contar con los numerosas empiticos, muchos de los cuales eran esclavos, la mayoria de los médicos pertenecia al grupo social de los artesanos. Sola- mente unos pocos, gracias al prestigio de sus Nocimientos cientificos, consiguieron la estimacion del estrato social superior que monopolizaba la vida, intelectual. Ya sabemos que éste fue el caso de Hi- pocrates y también hemos comentado como las nuevas circunstancias sociopoliicas del periodo he- enistico alejandrino favorecieron el ascenso social como cientificos de las celebridades médicas. En la sociedad romana, superado el proceso de intraducci6n de la medicina helenistica, la situacian continué siendo basicamente semejante. El éxito clinico y terapéutico fue la principal via de ascenso por la que fueron declaradis libertos muchos de los médicos capturados como esclavos en los afios de la conquista y también el motivo de que Julio César y Augusto declarasen exentos de tributos @ os que poco después fijaron su residencia en Roma. Sin embargo, igual que habla sucedido an- tes, solamente un pequefio niimero llegé a integrar- se en el estrato social superior, casi siempre a tra- vés de la fama intelectual y cientifica, tal como lo ejemplifica de modo eminente la vida de Galeno. Resulta muy significativo que el Gnico intento de institucionalizacion de la ensefianza —Ia fundacion de escuelas oficiales de medicina en la Roma del siglo utd. C.— se produjera como reaccién al aban- dono por los médicos griegos de la ciudad impe- rial, que en este momento {ardio estaba perdiendo su atractivo econémico y politico. La medicina como ocupacién alcanz6, por su- puesto, mayor complejidad en la sociedad roma- na. Junto a los médicos en sentido estricto, en la época imperial habia también ocularii, auriculari, fentarily otfos especialistas, cuya actividad fue cri- ticada por Galeno como una amenaza para la uni- dad de la medicina, Por otra parte, lo mismo que en Alejandra, los cirujanos 0 medici chirurgici es- taban claramente separados de los médicos pro- piamente dichos 0 medic/clinici, separacion que se consolidaria en la Edad Media, sobre todo tras la constiluci6n de la profesién médica con una forma- cién universitaria y una titulacion reglamentadas. La asistencia médica estaba diversificada so- cloeconémicamente. Los estudios de Lain Entralgo han demostrado que en la sociedad ateniense del sigiov a, C. existian tres niveles: uno para hombres libres y ricos, altro para hombres libres pero pobres, y un tercero para esclavos. El primero estaba en Tnanos de los mejores médicos y era exquisitamen- te individualizador, legando a reglamentar cada uno de los aspecios de la vida del paciente. El se- gundo, también a cargo de médicas cientifioos, es- taba dominado por una terapéutica limitada por la eficacia a corto plazo. El tercero, en manos predo- minantemente de sanadores empiricos también es- clavos, quedaba reducido a una tosca veterinaria para hombres, Bajo distintas formas, estos niveles se mantuvieron a lo largo de toda la Antigiiedad clasica, La asistencia desinteresada y con peligro de la propia vida no fueron conductas previstas por la ética médica con anterioridad a la difusion social del cristianismo, aunque pueden citarse autores y textos, sobre todo los influidos por el pensamiento estoico, como Areteo 0 el poema griego del siglo 11d. C. Sobre fas elemos deberes del médico, que afirman explicitamente que el médico tiene el de- ber de asistir a todos, sin diferencias sociales. No existieron tampoco en la Antigliedad clasica hospitales u otras instituciones equivalentes. El ia- treion era en Grecia tan sdlo una especie de clini- a privada de los médicos mejor situados, que te- ‘fa una habitacién con una cama para expiorar al enfermo y para que éste descansara; en Roma, las instalaciones de este tipo eran llamadas tabernae, expresion sobre la que Kudlien anota su falta dé prestigio. La Unica asistencia organizada se daba en los valetudinaria, creados en los grandes cam- amentos militares romanos de las fronteras del Im- perio para los soldados heridos o enfermos. Como @8 sabido, los hospitales tuvieron su punto de par- tida en las instituciones de las comunidades cris- tianas primitivas para culdar a los enfermos, que habian pasado a convertitse en prdjimes con los gue habla que secede modo eepocia la carded ‘onviene no olvidar, sin embargo, que tales insti- tuciones fueron en sus origenes mas alberques que hospitals, ye que en elas no hable méckeos Tanto en la Grecia clasica, como en el mundo he- lenistico alejandrino y el romano hubo médicos de ‘a chudad, que firmaban contratos que aseguraban Su presencia en una localidad durante un determi- nado espacio de tiempo y que a veces inclufan fun- clones puiblicas como el peritaje en juicios crimina- les 0 civles, dictamenes en casos de enfermedad de esclavos y certificaciones de defuncidn, Por el ontario, no flegé @ aparecer nada semejanie a au- toridades médicas oficiales, a pesar de lo que se ha dicho interpretando inadecuadamente la pala- bra archiatros, que fue en realidad un caificativo honorifico, que s6lo desde el siglo md. C. se aso- cié al cargo entonces creado de medicus palatinus. Como en todas las sociedades con un minimo desarrollo, en las de la Antiguedad clasica convi- vieron diversos sistemas médicas. Ya hemos ano- tado la existencia en las ciudades griegas de jos gimnastas, emplticos encargados de dirigir ios ejercicios fisicos en los gimnasios, asi como la lar- ga pervivencia de esta ocupacién, que extendié su actividad a la quinesiterapia, la cietética y la admi- nistracién de pomadas y que incluso tuvo grandes figuras semilegendarias, como Icos de Tarento y ferddico de Silimbria, Otros empiricos griegos fue- ron los rizotomistas (lteralmente cortadores de raf- ces), dedicados a la recogida, preparacién y admi- nistracién de remedios de origen vegetal, y los pharmakopolai, en principio comerciantes de me- Gicamentos pero que ejercieron de hecho como sa- nadores hasta los afios de la Roma imperial Por titimo, habia también multiples formas de medicina creencial, entre ellas, las relacionadas con las relgiones misiéricas, como los cultos orgiasti- cos a Bioniso, 0 con los santuarios de Asclepio, El culto a Dioniso consistia fundamentaimente en or- gias rituales, en las cuales los fieles liegaban a un estado transitorio de locura © delirio mediante la embriaguez alcohdlica y la danza a un ritmo frené- tico. En dicho estado se alcanzaba un éxtasis que se interpretaba como unién con el dios, que sana- ba las enfermedades. Hasta fechas muy avanzadas de la época impe- tial romana, numerosos pacientes peregrinaban a los santuarios de Asclepio, que estaban situados, en lugares de clima agradable y bello paisaje. Dis- pontan de alojamientos y de instalaciones recreati- vas, deportivas y para bafios y masajes, Los enfer- mos eran tambien sometidos a un regimen dietéti- co, pero la curaci6n propiamente dicha se desarro- llaba en el rito llamado de la incubacién, que tenia lugar en unas galerfas vecinas al templo; se supo- nia que el dios visitaba al paciente mientras éste dormia y lo sanaba personalmente o a través de su serpiente 0 de sus sacerdotes Bibliografia La mejor sintesis sobre la medicina en la Antigiie- dad clasica es @! volumen Il de la Historia Universal de lg Medan cigida por P Lain Enialgo (Barcoio- na, Salval, 1972). Incluye entie otros, los siguientes capilulos: J. S. Lasso de la Vega, «Pensamiento pre- sooratico y medicina» (p. 37-71), P. Lain Entraigo, «La tmacicina hipotaion ie 78-117); J. 8. Lasso de la 0 a, «Los grandes {ildsofos griegos y la medicinae & 119-144); F. Kudlien, «Medicina helenistica y hele- nistico-romana» (p. 153-199); L. Garcia Ballester, «Ga- leno» (p, 209-267); M. y P. Schmid, «Medicina posga- Iénica» (p. 269-291), En Espafia se han publicado estudios de gran im- porlancia sobre el tema, entre los cuales cabe desta- ‘carlos libros de A. Albarracin Teulbn, Homero y la me- dioina, Madrid, Ed. Prensa Espafiola, 1970; L. Garcia Ballester, Galeno, Madrid, Guadartama, 1972; L. Gil, Therapeia. La medicina popular en el mundo Clasico, Madrid, Guadarrama, 1969; y P. Lain Entralgo, La me- dicina ‘hipoeréiica, Madrid, Revista de Occidente, 1970. De los numerosos titulos editados en otros pal- ses citaremos, por su especial relieve, las obras de L. Edelstein, Ancient » Baltimore, The Johns Hopkins Press, 1967; R. Joly, Le niveau de la science hippocratique, Parls; Les Belles Lettres, 1966; y F. Kudlien, Der griechischen Arztin Zeitalter der Hellenis- ‘mus, Wiesbaden, Steiner, 1979, asi como el volumen dirigido por H. Flashar, 'Antike Medizin, Darmstadt, Wissenschaftiche Buchgesellschaft, 1971, que refleja Jas tendencias de la investigacién especializada, Para localizar de modo sistematico ios trabajos acerca de la medicina en la Antigiedad clésica de- ben utiizarse los repertorios bibliogréficos Current Work inthe History of Medicine (publicado desde 1954 por el Wellcome institute for the History of Medicine, de Londres) y Bibliography of the History of Medicine (que‘edta desde 1968 la National Library of Medic fie, de Bethesda, como versién impresa de la base de datos Histlne) LAMEDICINA EN LA ANTIGHEDRD 91

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