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CFI 8190-07 El Cuento Contemporéneo Prot Gonzalo Contreras Programa de Formacién Integral EL CONSTRUCTOR pst Pala —iEJ. Elwood! —dijo Liz con tono inquieto—. No escuchas nada de lo que decimos y, ademés, tampoco comes, {Qué diablos te suicede? A veces no puedo entenderte, {La respuesta tardd en Hlegar. Ernest Elwood continué con Ia vista fija en la semioscurided que se alzsla tras I ventana, como si oyera algo que ellos no ofan. Por fin suspird, se levanté de la silla, como si Tuera a decir algo, pero derribé con el codo su taza de café; se wird para sostenerla y luego seed el vafé que se habia derramado por un lado. Lo siento —murmuré—, Qué deciais? ‘Come, querido —dlijo su esposa. Mird a los nifios para comprobar si también habian dejado de comer. Sabes que me culesta mucho preparar tus comidas. Bob, el mayor, cortaba en pedacitos el higado y el bacon, pero, por descontado, et pequefio Toddy habia apartado los eubiertos al mismo tiempo que E.J. y contemplaba su plato en silencio, ~iLo ves? —dijo Liz—. No les das buen ejemplo a los nifios. Comed, se va a enftier. No os gusta el higado Irfo, zverdad? No hay nada més desagradable que el higado y la grasa del bacon {rios. La grasa fria cuesta mas de digerir que cualquier otra cosa, especialmente la urasa de cordero, Querido, come, por faver. "Iwood asintid. Asi® el tenedor y se lev guisamtes y patatas a In boca. El peyueno ‘Toddy le invits, grave y serio. como una répliea en miniatura de su padre, “Oye —uljo Bob—. hoy hubo un gjereicio de bombardeo atémico en la escuela, Nos tiramos bajo tos pupitres, GE's eso cierto? —pregunts Liz Siiktn el seior Pearson, nuestro profesor de ciencias, dice que si arrojaran una bomba aqui toda [a Cludad seria destruids, asi que no entiendo de que sirve refugiarse bajo el pupitre. Creo que deberian arse cuenta de lo que han conseguido con tantos avanees cientificos. Hay bombas que Pueden arrasir kilémetros y kilémetros de extension, sin dejar piedra sobre piedra ‘Cuantas eosas sabes —se asombré Toddy. Oh. villate. ~-Nithos -—dijo Liz. jis nerlad —insistié Bob—. Conozeo un tipo del Cuerpo de reserva de los Marines. y dice que tienen ni nuevat arma capaz de destruir las casechas de cereales y envenenar los suministros de 1. Son una especie de cristales. —jSanto cielo! —exelams Liz, Ne habla cosas como éstas en la tltima guerra, El desarrollo de ki energia atémica coincidio cas! con el final. y no tuvieron oportunidad de emplearla a gran escala. —Bob se volvié hacia su padee iA ue si. papa? Apuesto a que cuando estuviste en el eército no tenisis ningun arma \erdaderamente atéimica 4 Ehvood dejé caer su tenedor. Empujo ti sill hacia atrés y se levanté. Liz le miré asombrada, con ‘a teva en alto, Bob se quedé boquiabierto. iterrumpido en mitad de la fase. Teddy no dijo nade —-Cuerido, gqué ocurte? 8 veremos mis tarde | Seton salir del comedor, todavia perplsjos. Oyeron que entraba en la cocina, abria la puerta lwasera y la eerraba con estrépito detras de él ‘i salido al patio de atrés —dijo Bob—. Mama, zera asi antes? zor qué se comporta de una foros ti extrafa? Es tn psicosis de guerra que padeci6 en las Filipinas, verdad? En la primera rts mundial te Hamaban shock, pero ahora saben que es una forma de psicosis de guerra. cs algo por el estilo? —Cumed —dijo Liz con las mejitlas encendidas de rabia, Agité la cabeza—. Este hombre... No consiyo imaginar, 1.05 niftos comieron, 51 jardin estaba en penumbra, El sol se habia puesto y el aire era frio, poblado de mirladas de insectos noclumos. Joe Hunt trabajaba en el jardin de al lado, recogiendo hojas caidas bajo su cerezo. Salud6 con un gesto a Elwood. Elwood descendié con paso lento hacia el garaje, Se detuvo. las manos hundidas en los bolsillos Algo inmenso y blaneuzeo se erguia junto al yaraje, una enorme sombra pdlida recortada contra la oscuridad del anechecer. Una cierta calidez crecié en su interior mientras miraba, una calidez exirafa, una especie de orgullo, una mezcla de placer y... excitacién. Siempre le exaltaba contemplar el barco. Incluso cuando empezé a construirlo habia sentido los latidos acelerados de su corazdn, el temblor de las manos, el sudor que cubria su rostro, Su bareo. Sonrid y se acercé mas. Palmeé el sélido casco. Qué hermoso barco, cémo cobraba forma. Casi terminado. Habia emplendo mucho tiempo y esfuerzos en la tarea: tardes libres, domingos. y. a veces, horas robadas al suerio durante la madrugada, antes de ir a trabajar. Le apetecia:mas por la mafiana, cuando el sot brillaba tenuemente; el aire era fresco y perfumado » todo estaba humedo y centelleante. Eran sus momentos favoritos, sin nadie que le molestara o le bciera preguntas. Palmed el cnsco de nuevo, Si, una gran cantidad de trabajo y material, Madera y clovos: aserrar, martillar y eombar. Claro que Toddy le habia ayudado. No habria podide hacerlo solo, Si Toddy' no hubiera trazada los plunos y, Hola —dijo Joe Hunt jwood se volvid. Joe le miraba, apoyado en la vata —-Lo siento —se disculpé Elwood—. ,Qué decia? = Tu mente estaba a muchos millones de kilometros de distancia —dijo Joe. Exhalé una bocanada de humo del puro que fumaba—. Bonita noche. si Tienes wn barco precioso, Ewoud Gracias —murmurd Elwood, Retrocedis hacia la casa—, Buenas noches, Joe, so cinta tlempo llevas wabajando en ese barco? —Hunt reflexioné un momento—. Algo asi set yaa ano. ne? Unos doce meses. Seguro que te ha costado mucho tiempo y trabajo. Creo que senda vez que te veo estas acarreando madera, aserrando y martllando. Elwood asintié y caminé hacia Ia puerta trasera — Uasts tus hjos tabajen. Al menos, ef mocoso. Si, un barco excelente, —Hunt hizo una pausa— * ju2ser por cl tamafo, vas a emprender una larga travesia. ;Adénde me dijiste que ii olvide. Hubo un silencia, —No te oigo, Elwood. Habla eit voz alta, Con un barco tan wrande, debes —0lvidalo, Qué te pest, Elwood? —rié Hunt—. Sélo bromeaba un pace. te estaba tomando el pelo. Pero ahora. en serio. cadéinde irds con eso? {Lo remolearis haste la playa y lo botaris? Conosee oa tipo Me stene un Pequerio velero: lo monta sobre un remolgue y lo empaima al coche. Suele ir una ver a {a semana al embarcadero, pero tti no puedes meter eso en un remolque. Me contaros que un tipo Gonistruy’d un barco en su sétano, ;Sabes lo que descubrié cuando hubo terminado? Que el bareo a demasiado grande para pasar por Ia puerta \- Elwood fue a ta puerta trasera, encendié Ia luz de la cocina y salié al patio, cruzada de brazos Buenas noches, seora Elwood —dijo Hunt, llevindose ia mano al sombrero. Hermeca noche. J ~—Buenas noches, —Liz se volvié hacia E.J.—. Por el amor de Dios. gentras 0 no? —hablé en vow baja y firme. ~ Desde luego, —Ehvood se aproximé a ta puerta—. Ya voy. Buenas noches, Joe ~-Buenas noches —eontestd Hunt, Miré como el matrimonio entraba. La puerta se cerré y’ la luz Se apays. Hunt meneé la cabeza—. Un tipo raro, cada vez mas raro, como si viviera en otro mundo. ily su bareo! Volvid a su casa. —Ella sélo tenia dieciocho afios —dijo Jack Fredericks—. pero ya se las sabia todas, —las chicas del sur son asi —comenté Charlie—. Son como frutas, frutas jugosas, maduras, un poco himedas, —Recuerdo un pasaje de Hemingway pares Compara una -=Z fa manera en que hablan? —dijo Charlie—, Es insuportable. ~~éQué tiene de mal su forma de hablar? —pregunt6 Jack—. Es diferente, pero te acustumbras, —iPorqué no pueden hablar bien? {Que quieres decir? —Hablan como... como la gente de color. —Porgue provienen de la misma zona —explicé Ann —el’stas diciendo que esa chica era negra? —pregunté Jack. No. claro que no, Acaba tu pastel. Charlie consulté su reloj—. Casi es la una. Hemos de gresar ala oficina Adin no he terminado cle comer —adijo Jack—, jEsperad! ~Tlay mucha gente de color que se ha trasladado a nuestra zona —dijo Ann—. Una agencia inmobilfaria que esta apenas a una manzana de mi casa tiene un letrero que dice: «Bienvenidas todas las rvzas». Casi me caigo cuando lo vi {Que hiciste? —Nada. {Qué podia hacer? —Sabes que si trabajas para el gobierno puedes tener a un chino o a un negro en la mesa de al lado? —pregunts Jack—. Y no hay nada que hacer. —Excepio largarte Viola tu derecho a trabajar —aseguré Charlie—. Como se puede trabajar asi? Contestadme. ~ -Hlay demasiagos rajos en el gobiemo —dijo Jack—. Todo esta ha pasado porque empezaron a vontratar gente sin Mijarse en la raza, cuando Harry Hopkins estaba en Ia WPA bes donde nacié Harry Hopkins? —pregunté Ann—. Nacid en Rusia —Ese era Sidney Hillman —aclaré Jack —Da igual —dijo Charlie—. Habria que echarlos a todos, {Ann mitd con curiosidad a Ernest Elwood, Estaba sentado tranquilamente, leyendo el periédico, y nno deeia nada. La cafeteria bullia de ruidos y de movimiento. Todo el mundo comia y charlaba, {Estas bien, E..2 —pregunté Ann Si Esta leyendo lo de los White Sox —dijo Charlie—, de ahi su concentracién. Escuchad, la otra roche Hlevé a mis chicos al partido y, Vamos —dijo Jack, levantindose, hemos de imos. Todos s¢ pusieran de pie. Elwood dobld su periédieo en silencio y lo guardé en el bolsillo —Ove. estas muy callado —le dijo Charlie mientras salian al pasillo, Elwood alzé la vista Lo siento. —Queria preguntarte algo. {Te apetece venir el sibado por la noche a echar una partidita? Hace lun montén de tiempo que no juegas con nosotros, ido —dijo Ann Pike—. pero no sé en qué libro No le invites —dijo Jack, que estaba pagando en la caja—, Sélo le gustan juegos raros: los jaclos, el béisbal. escupir en la mier... Me gusta el poquer —dijo Charlie—. Vamos, Elwood, cuantos mas seremos mas reiremos. Un par de cervezas, conversacién, alejarse un poco de la mujer. Uno de estos dias organizaremos una fiestecita s6lo para hombres. —Jack se guardé el cambio wih6 un ajo a Ehvood—, {Sabes a lo que me refiero? Conseguimos algunas chicas, vamos a un especticulo... —dibujé unas formas sinuosas en el aire. —Quiza, Me lo pensaré Elwood se alej6. pagé ta comida y salié a la calle, esperando a Ann. Habia ido al lavabo. Elwood se gird de pronto y se alejé de la cafeteria con pasos répidos. Doblé Ia esquina y slesemboes en Cedar Street, frente a una tienda de televisores. Vendedores v empleados que salian de ‘comer pasaban riendo y hablando: fragmentos de conversacién se derramabsn sobre él como las olas del mar. Se quedé de pie en Ia entrada de la tienda, con las manos en los bolsillos, como si se sefuugiara de la Muvia, eQué le ocurtia? Quiz deberia ir al médico. Todo le molestaba, la yente. los sonidos. Ruido y thovimiento por todas partes. No dormia lo suliciente, tal vez por culpa de In diela. Y trabajaba mucho en el patio. Cuundo se acostaba estaba agotado. Elwood se frot6 la frente. Gente, ruido, con ersaciones, innumerables formas que se movian por las calles y las tiendas. Un enorme aparato de television parpadeo y emitié un programa sin sonido en el escaparate de la \ienda: las imagenes brincaban alegremente. Elwood lo contemplé sin interés. Una mujer con mallas hacia acrabacias: primero abrié varias veces las piernas en linea recta, luego hizo la rueda y después iecut6 saltos peligrosos. Caminé sobre las manos, con las piernas balanceindose sobre su cabeza, y sonrid al piblico.-Luego desapareci® y, en su lugar, entré un hombre vestido con eleyancia que prseaba un perro, Elwood consuito su reloj. Faltaban cinco minutos para la una. Tenia cinco minutos para llegar a la oficina, Bajé a la acera y se asomé a la esquina. Ann, Charlie y Jack no estaban a la vista, Se habian ido. Elwood eaminé con parsimonia frente @ los escaparates, con las manos en los bolsillos. Se setuvo frente @ una tienda de articulas baratos y contemplé a las mujeres que se empujaban y zolpaban sobre los mostradores de quincalla, tocando, cogiendo y examinando las cosas. Se fijé en sl escaparate de una farmacia que anunciaba un remedio contra la micosis, una especie de polvos que recubrian dos dedos gordos del pie hinchados y lagados. Cruzé la calle Se detuyo en la otra acera para contemplar ropas de mujer, faldas, blusas y jerséis de lana, Una fotografia mostraba @ una chica vestida con clegancia quiténdose la blusa para énsefiar al mundo su atractiv sostén, Elwood pasé de largo, El siguiente escaparate contenia maletas, badiles y articulos de viaje Maletas. Se par’ y fruncié el ceo. Un vago pensamiento eruzé por su mente, demasiado vago pera pereibirla en su totalidad. Sintié una repentina y profunda necesidad interna, Consult6 su reloj {at una y diez, Llegaba tarde. Apresurd el puso hacia la esquina y esperd con impaciencia a que cambiart-el semaforo. Un montén de hombres y mujeres se aprelujaron contra él y bajaron a la calzada para coger el autobuis. Ehvood clave la vista en el autobis, Frend y se abrieron las puertas. ‘La gente se precipito en su interior. Elwood, sin pensarlo més. se unié a la cola y subié. Las puertas se cerraron y buscé monedas para pagar el billete. Un momento después. se sentd junto a una inmensa mujer entrada en afios que sostenia un niiio en el regazo. Elwood entrelazé las manos, miré al frente y esperd, mienteas el autobus se dirigia al distrito residencial Cuando leg a casa no habia nadie. La casa estaba oscura y fria, Fue a la aleoba y sacé sus ropas vigias del armario, Iba a salir al patio cuando Liz aparecié en el sendero particular cargada de paguetes, sminada por el sol. Los otros seguian adentro, erere—r———_— | UJ, —ilijo—, gqué sucede? ;Por qué estas en casa? No lo 38. Me he tomado el dia libre. Todo va bien 1Liz.colods los paquetes sobre la valla —-Por el pmor de Dios. me asustas —le mirs fijamente ssi, | —{Cuinlos Hlevas este afto? {Cusintos en total? No lo g8 iQue slo lo sabes? { Cudntos te quedan? {Para qué? Liz le mito. Luego cogié los paquetes y entré en la casa, Elwood fruncié el cefio. {Qué pasaba? Fue al garajé y empez6 a sacar madera y herramientas al jerdin, y las amonton6 junto al barco. Comtemplé aquel armazén cuadrado, grande y cuadrado como una enorme y sélida caja de embalar, Lo} habia construida con innumerables tablones. Tenia una cabina cubierta con una gran ventana y cto embreado, jUn auténtico barco! Te has tomade el dia libre Comenz6 a trabajar. Lig no tardé en salir de la casa. Atravesd el patio en silencio, de modo que no advirti6 su phesencia hasta que fue a buscar clavos largos. iY bien? —pregunté Liz, —{ Coma? —Ehvood se detuvo. Liz se erulzé de brazos. ~2Queé phisa? —se impaciento Elwood—. ;Por qué me miras asi? ~~aDe vetas te tomaste un dia libre? No te creo. Valviste a easa s6lo para traba Ehvood dio media vuelta, ~-Hspera—ella le siguié—. No me rehuyas. Quédate ahi Tranquil. no me grites, ar en... en eso. No te Lrito, Quiero hablar contigo, quiero pr Chwood apinti6 con la cabeza Tier aie? dijo Liz en voz baja, pero con energia—. Por que? :Me lo vasa decir? ;Por qué? {Por qué qué? 0. Esa... esa cosa. ;Para qué sirve? {Por qué estas en el patio en pleno dia? Esto dura desde Dave wn aio noche. en la nese, te levantaste sin decir palabra y te fuiste. gPor qué? Por qué te comportas asf? Casi esté terminado —murmuré Elwood—, Unos cuantos retoques y LY luego qué? —Liz se plants frente él, cortandole el paso—. ,Y luego qué? ,Qué vas a hacer con ese trastq? ; Venderlo? ;Botarlo? Todos los vecinos se reirén de ti, Toda la manzana sabe, au INz SE ducbri de sibito—... sabe lo que estés haciendo: Los nifios se burlan de Bob y de Toddy. Dicen que sulpadre esta.... esté, =i'sta tdeo? Por favpr. Esl. dime por qué lo haces, por favor. Quiz4 comprenda, Nunca me lo has dicho. Tal vez serviria de algo. ¢No puedes hacerlo? -=No puedo —dijo Elwood. No pugdes? ¢Por qué? Porque ho lo i. No sé para que sirve. Quizd ne sirva para nada. ~

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