Está en la página 1de 8

IMPULSO PROCESAL Y ABANDONO DEL

PROCESO.

 CHARLO VERA CARBAJAL, Bachiller en Derecho por la U.A.P - Abancay;


Maestrista en Derecho Civil y Procesal Civil por la Universidad Nacional de San
Antonio Abad de Cusco.

I.- INTRODUCCION.

El presente trabajo versa sobre la labor del Juez en el proceso, no en todo el decurso del proceso
(al calificar la demanda, sanear el proceso, conducir las audiencia, y finalmente la sentencia),
sino en el impulso que este le da al proceso, y por qué es que muchos procesos quedan en
abandono, para finalmente declararlo como tal; siendo que es el propio Juez quien tiene este
deber de impulsar el proceso una vez que llega a su despacho. Se tratará de argumentar desde
el ámbito doctrinario, la labor del Juez en el sentido de “coadyuvador” del proceso, así como
veremos algunos aspectos generales del rol del Juez.

Se desarrollará el tema de los procesos en abandono, su regulación en nuestro código procesal


civil; para finalmente concluir si el rol del Juez en el proceso influye en el abandono del
proceso.

II.- INTERES DEL TEMA.

La elección del tema tiene su razón en el hecho de que el Juez, tiene dentro del proceso una
actividad preponderante, ello sin menospreciar la actuación de las demás partes procesales;
ahora bien lo que se pretenderá desarrollar es el aspecto del impulso procesal que tiene al
juzgador; la cual será contrastada con la figura del abandono, que también se encuentra
regulada en la normatividad procesal civil.
III.- MARCO JURIDICO DEL TRABAJO.

3.1.- IMPULSO PROCESAL.

El derecho a un juez natural se encuentra regulado en nuestra Carta Magna en el Art. 139 inc.
Inc. 1, la cual prescribe la unidad y exclusividad de la función jurisdiccional, la misma que está
a cargo del Poder Judicial, salvo el fuero militar y el arbitral; esta función esta intrínsecamente
relacionado con lo prescrito por el Art. II del Título Preliminar del Código Procesal Civil (en
adelante C.P.C), la cual hace referencia al Principio de dirección e impulso del proceso, esta
es una de las tantas funciones que tiene el Juez para que el proceso pueda tomar el itinerario
correspondiente.

Ahora bien, este principio, a criterio de Devis Echandía, tiene su aplicación una vez iniciado
con la demanda: “(…) la impulsión oficiosa del proceso el que exige que una vez iniciado éste (el proceso)
con la demanda o denuncia o querella, debe el juez o el secretario, según el acto de que se trate, impulsar
su marcha, sin necesidad de que las partes lo insten verbalmente o por escrito para que lo hagan, con el
fin de que no haya estancamientos ni demoras en su trámite. También cuando el proceso se inicie de
oficio.”1 Este principio evita la prolongada incertidumbre jurídica para las partes; es más, el
maestro Echandia, indica que al detectarse una demora injustificada debe imponérsele
responsabilidad patrimonial al Juez (en el cual deben ser incluidos los órganos de auxilio
jurisdiccional) por los perjuicios a las partes y terceros; empero también justifica la demora de
los magistrados, ya que puede darse el caso de que el juez tenga dos o tres veces el trabajo de lo
normal.2

A criterio del doctrinario argentino Alvarado Velloso, el impulso de proceso debe estar
determinado por la Ley, adecuándose a cada tipo de proceso, donde se delimite si el juez o las
partes deben accionar el proceso: “En rigor de verdad, el tema es mucho más trascendente pues no se
trata sólo de establecer quién puede –o debe- llevar el impulso procesal y, por ende, hacer avanzar
la serie hasta lograr su objeto – como lo presentan inocentemente los autores – sino de definir desde la

1
ECHANDIA, Devis. “Teoría General del Proceso” Ed. Universidad. Buenos Aires – Argentina. 1997. Pág. 411.
2
Ídem. Cfr. Pág. 412.
propia ley cuál es el tipo de proceso que se quiere en orden a la filosofía política imperante en un lugar y
tiempo dados. (…)”3

El Prof. Aníbal Quiroga, refiere que el Juez es el tercero imparcial, quien se encuentra en el
vértice superior del esquema heterocompositivo, donde a su vez expone las funciones del Juez
en el proceso: “(…) La función principal del juez es ejercer la jurisdicción, (…)”4 el mismo autor,
citando al Prof. Jesús Gonzales Pérez dice: “La lentitud constituye uno de los males endémicos del
proceso. La lentitud de la Administración de Justicia (…) es una enfermedad bastante general, de la que
continuamente se habla con gran pesimismo, como si para ella fuera imposible encontrar remedio. Esta
enfermedad experimenta, a veces, algún alivio, pero pronto viene la recaída. Cuando la gravedad alcanza
límites alarmantes se buscan remedios urgentes que impiden la muerte del enfermo; pero son incapaces de
resolver el problema. Una Justicia que tarda en administrarse varios años es una caricatura de
la Justicia.”5 (el énfasis es nuestro), siguiendo el criterio de la Convención Americana de
Derechos Humanos, el autor refiere que el proceso debe efectuarse “dentro de un plazo
razonable”, evitando dilaciones innecesarias, en la medida en que el proceso excesivamente
dilatado hace que el derecho materia de reclamo interno sucumba en las fauces del
instrumento de su protección.6

Habiendo expuesto algunas opiniones de doctrinarios nacionales y extranjeros, debemos


indicar que una vez puesto en marcha el aparato procesal, el principal llamado a que el proceso
llegue a buen puerto (sentencia) es principalmente el Juez, ya que está investido de la autoridad
para hacerlo, el Juez tiene la Jurisdicción y competencia y demás facultades 7, nadie más; así
como tiene el poder de decidir si ampara una pretensión o la rechaza, ello lo realiza desde el
primer momento de calificar la demanda; para realizar esta dinámica procesal el Estado lo
“escolta” con un personal capacitado8, para que cumpla su función principal, el de administrar

3
ALVARADO VELLOSO, Adolfo. “El Debido Proceso” Ed. San Marcos. Lima- Perú. 2010. Pág. 44.
4
QUIROGA LEÓN, Aníbal. “Estudios de Derecho Procesal” Ed. IDEMSA. Lima – Perú. 2008. Pág. 367.
5
Ídem. Pág. 382 -383.
6
Cfr. Quiroga León Pág. 383. Donde además refiere que para establecer un plazo razonable debe estar enmarcado en los siguiente
elementos: 1. La complejidad de asunto, 2. La actividad procesal del interesado, y 3. La conducta de las autoridades judiciales.
7
Basta con apreciar el C.P.C en sus artículos 51° referente a la facultada facultades genéricas, entre ellas: adaptar la demanda a la vía
idónea, rechazo liminar de la demanda, ordenar la comparecencia de las partes, entre otros; el Art. 52° regula las facultades disciplinarias
del Juez: expulsión de actuaciones, ordena la supresión de frases ofensivas; el art. 53° Facultades coercitivas: imponer multas, disponer la
detención, etc.
8
Los auxiliares jurisdiccionales: Secretario, relatores, oficiales auxiliares de justicia, órganos de auxilio judicial (ver Art. 54 del C.P.C.);
así como los órganos de auxilio judicial (Art. 55 del C.P.C.): perito depositario, la policía, el martillero, etc.
justicia; en consecuencia, la dinámica que las partes aportan al proceso, no debe ser
preponderante al del deber que tiene el Juez; es más, en la práctica cotidiana es el Juez quien
requiere a las partes para que coadyuven con el proceso; hasta el propio impulso que dan las
partes está sojuzgada al mandato del juez, ya que sin la actuación del Juez el proceso queda
trunco.

La carga procesal no debe ser óbice para que los procesos se declaren en abandono, ello debido
a que muchos procesos que son urgentes son declarados en abandono, entre ellos se puede
cotejar los procesos de obligación de dar suma de dinero, donde el accionante solicita la
restitución del dinero porque le urge, un ejemplo es que el demandante padece de una
enfermedad grave, y requiere para solventar dichos gastos; empero la falta de impulso del juez
deviene en abandono del proceso, y la consecuencia es esperar un año para volver a reactivar
el proceso, lo cual traería consecuencias fatales para el actor; entre otros ejemplos que se podría
detallar.

Hace unos meses atrás el consejo Nacional de la Magistratura ha emitido un precedente


administrativo en la Resolución Nro. 333-2017-PCNM, de fecha 26 de junio del 2017, ello a
raíz de la denuncia contra el Juez supremo Cesar San Martín; si bien es cierto no es un caso
civil, empero ya de por sí se emite pautas que deben seguir los magistrado para no retardar
injustificadamente el trámite de algún acto procesal, donde establece algunos puntos a seguir,
entre ellos se encuentran: la suficiencia probatoria, la imputación necesaria, la complejidad
del asunto, la actividad o conducta procesal del interesado, la conducta de las autoridades
judiciales o fiscales donde se evalúa el grado de celeridad con el que se ha tramitado el proceso,
así como que el Juez debe sustentar su retardo, dentro de un parámetro de justificación 9;
siguiendo estos parámetros el juez se ve “incoado“ a no “descuidarse” del proceso; al respecto
la jurisprudencia nacional refiere: “… si bien es cierto que acorde con la orientación publicista del
Código Procesal acotado (C.P.C) se establece en su Artículo dos del título Preliminar que el impulso del
proceso está a cargo del Juez, no se puede dejar de lado el carácter dispositivo del proceso civil, para el
impulso del proceso, pero no las exime de mismo.” (Cas. Nro. 2198-97. Ica)

9
Cfr. Artículo publicado en la revista digital “La Ley”, en fecha 30 de diciembre del 2017, con el título “CNM emite precedente
administrativo por retardo en impartición de justicia tras denuncia al juez Cesar San Martín.”
3.2.- ABANDONO DEL PROCESO.

El abandono a criterio del Prof. Rojas Bermudez “(…) Desde el punto de vista legal el abandono
siempre será referencial al descuido de una persona o un bien en manos de otra. (…) Desde un punto de
vista procesal advertimos que el abandono tiene una connotación vinculada al procedimiento propio de
quien lo inició. Teniendo en cuenta ello, el abandono se erige como una de las formas anormales de
conclusión de proceso, que surge como consecuencia de la inactividad o inacción de las partes (….)” 10; en
efecto, el abandono en nuestro medio viene a ser una de las causa por las que se da término al
proceso, ello en razón al desinterés de las partes y del propio Juez, vale decir que no se dinamiza
el proceso; ahora bien, como se dijo en el apartado referente al impulso procesal, este
abandono, también sería atribuible al Juez, o a los órganos de auxilio jurisdiccional, es decir,
por la demora en la actividad procedimental exclusivos a ellos.

Esta institución procesal se presenta cuando el proceso ha permanecido en primera instancia


durante cuatro meses sin que se haya realizado un acto procesal que lo impulse active el
proceso, donde el Juez es el encargado de declararlo de oficio o a pedido de parte o por un
tercero legitimado.11 Esta institución, a la cual también se le llama caducidad o perención de
la instancia, se aplica en los proceso dispositivos12, en el cual las partes son las encargadas de
proveer que el itinerario del proceso no se detenga por un prolongado tiempo (más de 4 meses),
de lo contrario opera la declaratoria de abandono.

Esta figura pone fin al proceso, sin afectar la pretensión que ha solicitado el actor, quedando
en la posibilidad de reactivarla después de un año (vale decir después de ser notificado con el
abandono); con la sanción de que si en una segunda vez deviene el abandono, el derecho
peticionado queda extinta.13 Razón por la cual, se necesario en no incurrir nuevamente en
abandono, toda vez que si se vuelve a hacerlo, el justiciable ya no tendrá otra oportunidad para
reclamar su derecho.

10
ROJAS BERMUDEZ, Alexander. “El Abandono del Proceso: ¿Cuáles son los requisitos?” En revista Digita “Legis . Pe”. De fecha 28
de diciembre del 2016.
11
Cfr. AGUILA CUADROS, Guido, “ABC del Derecho Procesal Civil” Ed. San Marcos. Lima – Perú. 2006. Pág. 88. Es de mencionar
que algunos actos no son están destinado a impulsar el proceso, tales como: designación de nuevo domicilio, solicitud de copias,
apersonamiento de nuevo apoderado, etc, vale decir actos que no tienen trascendencia que incidan directamente en el proceso.
12
Cfr. CASTILLO QUISPE, Máximo y SANCHEZ BRAVO, Edwar. “Manual de Derecho Procesal Civil” Ed. JURISTAS. Lima – Perú.
Pág. 347.
13
Ídem.
Debemos indicar que el proceso puede estar paralizado y no ser declarado en abandono, esto
ocurre cuando hay un evento de fuerza mayor, un hecho ajeno a la voluntad de las partes,
quienes no han podido superar con los medios procesales a su alcance. 14 Entre los casos en que
no puede ser declarado en abandono el proceso son los previstos en el Art. 350 C.P.C.

3.2.1.- REQUISITOS DEL ABANDONO:15

Para que el proceso caiga en abandono se debe tener en cuenta lo siguiente:

1. Inactividad de las partes, la cual hace referencia a que las partes no impulsan el proceso
y si la impulsan estas no son de utilidad para el proceso.
2. Transcurso de tiempo, la cual está establecida en nuestra normatividad procesal (Art.
346 del C.P.C.), siendo que el abandono opera al día siguiente en que tiene lugar el
último acto procesal de las partes.
3. Solicitud de parte, tercero legitimado o de oficio.
4. Resolución que lo declare, en efecto si no hay una decisión jurisdiccional de por medio,
el proceso seguirá su curso, pese a que no se impulse el proceso; al respecto es de
observar la Resolución Administrativa Nro. 373-2014-CE-PJ, donde el Consejo
Ejecutivo del Poder Judicial, donde dispone que los jueces de los juzgados y salas
superiores dicten de oficio el auto que declare el abandono del proceso, conforme
prescribe el Art. 346 del C.P.C.16

No toda inacción se debe considerar como abandono, toda vez que se presentan supuestos en
los que el proceso no puede ser declarado en abandono, ello ocurre cuando: el proceso se
encuentra en ejecución de sentencia, en procesos no contenciosos, cuando las pretensiones
sean imprescriptibles, el proceso se encuentre expedido para emitir sentencia, con la salvedad
de que haya una actuación pendiente atribuible a una parte, así como no se declara en
abandono cuando esté pendiente emitir una resolución la cual es una función estricta del Juez,
o la actuación dependa del órgano auxiliar jurisdiccional, del Ministerio Público o Funcionario
Público, en estos supuesto debe descartarse el abandono de proceso, ya que se justifica la

14
Ídem.
15
Para lo cual tomaremos la exposición del Prof. ROJAS BERMUDEZ, Alexander, la cual fue citada anteriormente.
16
Cfr. Rojas Bermudez.
rémora a circunstancias ajenas a la voluntad de las partes. Finalmente debemos indicar lo dicho
por el maestro Jorge Peyrano al referirse a la tutela anticipada; “(…) la comprobación cotidiana de
que siempre un proceso llega tarde y mal, el proceso común, ordinario es lento y engorroso, la absoluta
convicción de que si no instrumentamos la tutela diferenciada, de urgencia o como se le quiera llamar -
eso es lo de menos-, el proceso lamentablemente va a ser una herramienta usada por unos pocos,
por la gente que tiene dinero, que dispone de tiempo y de recursos económicos como para
soportar un largo y costoso litigio.”17(el énfasis en nuestro)
3.2.2.- CAUSAS DEL ABANDONO.

A modo de indicar cuales serían los motivos del abandono debemos precisar los siguientes:

 El descuido de los justiciables, vale decir que una vez interpuesta la demanda las partes
no realizan un seguimiento del proceso.
 Los abogados no informan a sus patrocinados de los actos procesales que se deben
realizar en el proceso, ello puede deberse a los excesivos casos que conocen, o por la
“falta del estipendio”, lo cual sería poco ético.
 Se abandona el proceso, por falta de recurso económicos de la partes.
 Dejar que sólo el Juez impulse el proceso, ya que una vez activado el aparato judicial,
se cree que el proceso “caminará” por sí solo, siendo que las partes sólo se reducen a
presentan su demanda, confundiendo un proceso judicial con un procedimiento
administrativo, donde el tratamiento depende más de la entidad administrativa, y el
administrado sólo va a recoger su resolución.
 Teniendo en cuenta al Juez como Director del Proceso, y quien se supone que debe
velar por el “avance del proceso”, este no prevé las actuaciones procesales que debe
efectuar en su Despacho y deja “pasar el tiempo”, sin impulsar el proceso.
 También opera por el descuido de los órganos de auxilio jurisdiccional, ya sea de los
secretarios, relatores y otros demoran sus actividades.

17
Entrevista a Jorge Peyrano “El Juez Creador de las Medidas Autosatisfactivas”
IV.- CONCLUSIONES.

 En nuestro sistema quien debe ser llamado a impulsar el proceso, es principalmente el


Juez, ya que se encuentra revestido del poder para administrar justicia, y no debe dejar
que los procesos sean declarados en abandono, este debe ser una excepción a la regla.
 El impulso del proceso no es exclusiva del Juez, toda vez que nuestro sistema procesal
es mixto, vale decir es dispositivo e “inquisitivo”, donde tanto las partes como el Juez
tienen que impulsar el proceso.
 Por el abandono los litigantes pierden la oportunidad de acceder a la tutela
Jurisdiccional, ya que tendrán que esperar todo un año para reactivar el aparato
judicial, con las consecuencia que ello acarrea para las partes.
 El abandono tiene que ser una excepción, ya que un Juez no puede “alejarse” tanto
tiempo de sus quehaceres Jurisdiccionales.

V.- BIBLIOGRAFIA.

AGUILA CUADROS, Guido, “ABC del Derecho Procesal Civil” Ed. San Marcos. Lima –
Perú. 2006.

ALVARADO VELLOSO, Adolfo. “El Debido Proceso” Ed. San Marcos. Lima- Perú. 2010.

ECHANDIA, Devis. “Teoría General del Proceso” Ed. Universidad. Buenos Aires – Argentina.
1997.

PEYRANO Jorge. Entrevista: “El Juez Creador de las Medidas Autosatisfactivas”

QUIROGA LEÓN, Anibal. “Estudios de Derecho Procesal” Ed. IDEMSA. Lima – Perú. 2008.

POSTIGO TICONA, Víctor. “Análisis y Comentario al Código Procesal Civil” Ed. San
Marcos. Lima – Perú.

CASTILLO QUISPE, Máximo y SANCHEZ BRAVO, Edwar. “Manual de Derecho Procesal


Civil” Ed. JURISTAS. Lima – Perú.

ROJAS BERMUDEZ, Alexander. “El Abandono del Proceso: ¿Cuáles son los requisitos?” En
revista Digita “Legis Pe.” de fecha 28 de diciembre del 2016.

Revista digital “La Ley”, en fecha 30 de diciembre del 2017.

También podría gustarte