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El autor le pide a la persona que no llore más, reconociendo que las despedidas son dolorosas pero que esta noche es una linda noche. El autor ve los temores y fracturas en la persona pero la suplica que no llore más. Antes de irse, la persona le dijo que lo amaba y lo abrazó fuertemente, pero el destino del autor lo llamaba y tuvo que irse a pesar del dolor que causó, diciendo las últimas palabras "por favor, no llores más".
El autor le pide a la persona que no llore más, reconociendo que las despedidas son dolorosas pero que esta noche es una linda noche. El autor ve los temores y fracturas en la persona pero la suplica que no llore más. Antes de irse, la persona le dijo que lo amaba y lo abrazó fuertemente, pero el destino del autor lo llamaba y tuvo que irse a pesar del dolor que causó, diciendo las últimas palabras "por favor, no llores más".
El autor le pide a la persona que no llore más, reconociendo que las despedidas son dolorosas pero que esta noche es una linda noche. El autor ve los temores y fracturas en la persona pero la suplica que no llore más. Antes de irse, la persona le dijo que lo amaba y lo abrazó fuertemente, pero el destino del autor lo llamaba y tuvo que irse a pesar del dolor que causó, diciendo las últimas palabras "por favor, no llores más".
Se que duele, lo sé porque yo estuve antes en tu lugar, se que
las despedidas nunca son motivo de celebración, pero, por favor te suplico que esta noche no llores. Es una linda noche y mírate, eres tan preciosa como un ángel, ¿Realmente consideras qué merezco tus lágrimas?, Nah, nena eres un paraíso terrenal y yo solo un simple mortal con aires de grandeza por entrar al Edén. Temores, miedos, traumas e inseguridades veo en ti, y se que estás completamente fracturada, chica de linda alma de cristal, tu corazón es un caos que mi mente tuvo que soportar, reconozco la pena en tu mirada y se que estás muy desanimada, pero te suplico que esta noche no llores más. No llores, no llores más, las gotas de lluvia resbalan sobre tu rostro y tus manos son frías como el clima en tempestad y créeme que no quiero irme, no quiero dejarte, pero ya no hay marcha atrás. Es la realidad, no podemos cambiarla y justo antes de partir, me tomaste de la mano, dijiste que me amabas, me abrazaste y no me querías soltar, pero el destino estaba afuera esperándome y se me hacía tarde para salir, lo entendiste, aunque te dolió, lo entendiste. El abrazo eterno se derrumbó y mirándote a los ojos, luego de un doloroso “te amo”, las últimas palabras que escuchaste de mi antes de marcharme fueron, “por favor, no llores más”