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¡MILAGRO!
JESÚS CAMINA
SOBRE EL MAR
Para romper el hielo
¿Recuerda cuándo fue la primera vez que vio el mar? ¿Cuáles
fueron sus sensaciones? ¿Sintió miedo en algún momento?

¿Alguna vez se ha lanzado a hacer algo que parecía imposible de


lograr?

¿Usted estaría dispuesto a caminar sobre el agua con Jesús?

Introducción
Después que Jesús alimentó a la multitud con cinco panes y
dos peces, todos quedaron maravillados con lo que había sucedido.
Al presenciar el milagro, los discípulos comenzaron a pensar en
coronar a Jesús como rey terrenal. Conociendo el corazón de sus
discípulos, el Señor les ordenó que embarcaran y fueran delante de
Él, y Él despediría a la multitud y se retiraría a orar.
Los discípulos obedecieron, pero insatisfechos, porque no era
eso lo que ellos querían. Después de algunas horas, el barco ya
estaba lejos y Jesús comenzó a caminar sobre el agua en dirección
al barco. Al ver a Jesús caminar sobre el mar, los discípulos no lo
reconocieron y gritaron de miedo.

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...Milagros...
Texto para el estudio
Mateo 14:25-30
“A la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre
el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron,
diciendo: !!Un fantasma! Y dieron voces de miedo. Pero en seguida
Jesús les habló, diciendo: Tened ánimo; Yo soy, no temáis.
Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que
yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de
la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte
viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo:
¡Señor, sálvame!”

Interpretando el texto
Pedro no tuvo dudas en su mente de que era Jesús, porque de lo
contrario difícilmente se hubiera atrevido a caminar sobre las olas
agitadas por el viento. Pedro salió del barco con fe, y esa misma fe fue
lo que lo sostuvo en pie sobre el agua. Cuando comenzó a caminar,
tal vez haya sentido una confianza en sí mismo olvidándose de las
olas y del viento, y quitó los ojos de Jesús. ¿El resultado? Comenzó a
hundirse, e inmediatamente le gritó a Jesús por ayuda. El Maestro
extendió su mano y lo levantó. Ahora, de la mano con Jesús, Pedro
volvió al barco con sus compañeros, callado y sumiso.

Nuestras experiencias de vida nos fortalecen y nos ayudan a


crecer en varios aspectos de la vida. ¿Qué cree que impulsó a Pedro
a querer caminar con Jesús? Aunque se hundió en el agua, Pedro
tuvo su experiencia personal con Cristo. Los discípulos sólo vieron,
pero Pedro tuvo esa experiencia. En nuestra caminata cristiana ¿es
más interesante mirar las experiencias de otras personas con Jesús
o tener nuestra propia experiencia con él?
52 Temas para Grupos Pequeños

Tema
Al verse en esa situación desesperada, Pedro hizo una corta pero
efectiva oración, que es la misma que todos podemos y debemos hacer
cuando nos sentimos hundir en el mar de la vida: “¡Señor, sálvame!”
No hace falta una gran retórica, ni buscar palabras fingidas, o largas
oraciones bien armadas. Sencillamente, un pedido que nazca de lo
profundo del corazón y de nuestra necesidad: “¡Señor, sálvame!”
Porque, en definitiva, lo que necesitamos siempre es ser salvados

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...Milagros...
por Jesús, porque no nos bastamos solos para enfrentar los desafíos
más acuciantes de esta existencia marcada por el pecado y el dolor.
La respuesta de Jesús no se hizo esperar: “Al momento Jesús,
extendiendo la mano, asió de él” (vers. 31). Así de inmediata es la
respuesta de Jesús a nuestro pedido de salvación. La cuestión es
tomarse de su mano o, más bien, dejarnos asir por la mano fuerte,
cálida y segura de Jesús, que solo tiene “pensamientos de paz, y no
de mal” hacia nosotros. (Jeremías 29:11).
Este episodio no es sino un símbolo de lo que hizo Jesús con
Pedro a lo largo de toda su vida, especialmente en aquellos momentos
más difíciles en los que más lo necesitó: salvarlo de sí mismo. Que
es lo mismo que necesitamos todos nosotros, porque, en definitiva,
nuestro peor enemigo somos nosotros mismos. Y es de nosotros
mismos que Jesús quiere salvarnos.
Mirando a Jesús, Pedro andaba con seguridad; pero cuando
con satisfacción propia, miró hacia atrás, a sus compañeros que
estaban en el barco, sus ojos se apartaron del Salvador. El viento era
borrascoso. Las olas se elevaban a gran altura, directamente entre
él y el Maestro; y Pedro sintió miedo. Durante un instante, Cristo
quedó oculto de su vista, y su fe le abandonó. Empezó a hundirse.
Pero mientras las ondas hablaban con la muerte, Pedro elevó sus
ojos de las airadas aguas y fijándolos en Jesús, exclamó: “Señor,
sálvame.” Inmediatamente Jesús asió la mano extendida, diciéndole:
“Oh hombre de poca fe, ¿por qué dudaste. (DTG. 344)

Conclusión
Cuando estudiamos este relato de la Biblia, pensamos que el
milagro fue que Jesús caminó sobre el agua, pero el mayor milagro
fue cuando Pedro apartó los ojos de Jesús y comenzó a hundirse.
Fue allí cuando Jesús extendió su mano para levantarlo. Estamos
en un mundo donde muchas cosas acaparan nuestra atención.
Muchos están cómodos en sus barcos y creen que el mejor lugar
52 Temas para Grupos Pequeños

para estar en el mar es dentro del barco. Necesitamos salir del barco
y disponernos a caminar con Jesús, pues por más imperfecta que
sea nuestra fe, no podemos vivir sólo con la experiencia de otras
personas. Es necesario que vivamos nuestra propia experiencia con
Dios.

Actividad para llevar Esperanza a la Comunidad


Convoque a todos los vecinos de su barrio y únanse para realizar
una acción de servicio en favor de la familia más pobre y necesitada
de su comunidad.
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