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DISCURSO

Buenos días. Apreciados directivos, profesores, padres de


familia, hermanos, amigos y compañeros. El día de hoy nos
hemos vestido de gala y congregado para celebrar uno de los
rituales más importantes que como sociedad hemos elaborado
y que sin lugar a duda se trata de una experiencia única en la
vida de quienes hace años esperamos que llegara el gran día de
nuestra graduación. Es por esta razón que es para mí motivo
de orgullo estar pronunciando estas palabras con profundo
agradecimiento, júbilo y nostalgia.

Quiero empezar remontándome aproximadamente 5 años


atrás, tiempo en el cual nos encontrábamos próximos a tomar
una decisión que marcaría el rumbo de nuestro que hacer
profesional. Nuestra única intención era seguir avanzando en
nuestra formación académica, personal y porque no espiritual.
Soñábamos con adquirir los conocimientos que nos
permitieran seguir siendo parte de una sociedad, que cada vez
necesita profesionales más íntegros, responsables y
comprometidos con un país, que aclama más por el
compañerismo que por el individualismo. Para tal fin, cada
uno de nosotros empezó la búsqueda de la universidad que le
brindase no solo la mejor educación que le permitirá el
desarrollo de un saber, sino también un lugar donde los
valores recibidos en casa se vieran reconocidos y donde la
libertad de expresión fuera aceptada y promovida. Al final de
la búsqueda, todos los que nos encontramos sentados en este
auditorio coincidimos en seleccionar la universidad de la
Sabana como la institución Universitaria en la cual prima la
ética, moral y excelencia académica y la cual nos guiaría por el
camino del crecimiento no solo profesional sino también
humano pues “educar la mente, sin educar el corazón, no es
educar en absoluto” Aristóteles.

Una vez admitidos en la Universidad y llegado nuestro primer


día de clase, las emociones estaban encontradas, algunos
ansiosos pensando como serían los profesores, las clases, o
cuantas lecturas dejarían el primer día, mientras otros por el
contrario más tranquilos, extrañamente conocían toda la
universidad, donde quedaban los salones y fácilmente tenían
referencia de todos los profesores con los cuales tomarían
clase. Este fue solo el inicio de 5 años de experiencias
inolvidables, el paso por un curriculum académico, la
posibilidad de participar en grupos deportivos o artísticos,
encontrar no solo compañeros de carrera sino amigos para la
vida, muchos se enamoraron, otros lloraron cuando las notas
no eran las esperadas o la que alcanzaba para pasar, otros
decidieron cambiar de carrera en el camino o porque no hacer
doble programa… Lo importante es que, aunque cada uno
tuvo experiencias diferentes y vivió la universidad de manera
diversa, hoy todos tenemos algo en común y es que no somos
los mismos seres humanos que éramos años atrás

La Universidad nos transformó, hizo que cambiáramos la


manera de ver el mundo, formó seres críticos que ven la
realidad con unos lentes diferentes y lo más importante, nos
otorgó herramientas para vivir un nuevo rol en la sociedad y
con ello el compromiso como hombres y mujeres de
transformar y cambiar un país excluyente con deficiencias en
el sistema educativo que solo ha dado acceso a la educación
superior al 22% de la población entre 25 y 64 según estudios
realizados en el 2018 por la La Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos . Por lo anterior y
después de escuchar una frase de Winston Churchill en la cual
afirmaba que “El problema de nuestra época consiste en que
los hombres no quieren ser útiles sino importantes” hoy
quiero que este discurso no se limite a recordar las vivencias
universitarias, sino que mi propósito se extrapola a una
reflexión sobre nuestra responsabilidad social, así que me
permito hacerles las siguientes preguntas: ¿Qué fin tiene ser
parte de la minoría que accede a la educación, sino lo
ponemos al servicio de los otros y solo buscamos el bien
propio sobre el colectivo? ¿Cómo puedo aportar desde mi rol
para detener la decadencia moral, emocional y familiar de
nuestra sociedad? ¿Qué estamos dispuestos a hacer para que
nuestra sociedad avance y nuestro mexico avance? Sin
importar cuál es la respuesta siempre tengan presente que
toda acción o decisión que tomemos, ahora como
profesionales, tendrá un impacto no solo en nuestras vidas
sino también en nuestras familias, colegas, clientes, pacientes,
compañeros de trabajo y todos aquellos que nos rodean.
Recuerda que “eres libre de tomar tus decisiones, pero
prisionero de sus consecuencias” Pablo Neruda.

A nuestros familiares. Quienes con tanto esfuerzo y


dedicación apostaron por nuestra educación y desearon que
llegara este momento en que sus hijos, nietos o sobrinos
estuvieran recibiendo su título profesional, infinitas gracias
por su compromiso, acompañamiento y sacrificio, gracias por
darnos la vida y buscar incansablemente nuestro bienestar,
gracias porque siempre fueron nuestro apoyo en este vaivén
emocional de la etapa universitaria. Los momentos de alegría
por las buenas calificaciones,y semestres aprobados

Momentos de tristeza y rabia por materias perdidas, materias a


las cuales no le hallábamos sentido o profesores con los cuales
no sentíamos empatía. Momentos de preocupación o austeridad
porque era necesario buscar el dinero para el semestre,
almuerzos, fotocopias, transportes. Momentos de duda e
incertidumbre cuando no nos encontrábamos seguros de lo que
estábamos estudiando o si los trabajos o articuladores iban a
cumplir con las expectativas de los profesores. Muchas gracias
porque sin un título de maestros, desde que nacimos nos han
educado con el ingrediente más importante que garantiza el
aprendizaje: el amor.

A nuestros profesores, la más profunda admiración por la


vocación de docentes íntegros, por preparar para nosotros
cada clase, porque, aunque muchos llevan años como
docentes, sus clases las disfrutaban como si fuera la primera.
Gracias porque por ustedes amamos nuestras carreras, porque
nos inspiran a ser excelentes profesionales tales como ustedes
lo son y porque hoy muchos de ustedes se convirtieron en
nuestros amigos y confidentes.
Gracias a directivos y administrativos quienes piensan la
institución todos los días del año y llevan a cabo proyectos
para mejorar la calidad de la educación, instalaciones y clima
institucional para que los jóvenes que empiezan sus estudios
llenos de sueños, metas, expectativas y ganas de atrapar el
mundo con las dos manos, puedan vivir y desarrollarse en esta
universidad

Muchas gracias por permitirme compartir estas palabras con


ustedes, felicidades graduandos y les deseo el mejor de los
pronósticos para su vida laboral.

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