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LA ORACIÓN EN EL ESPÍRITU

La oración en el Espíritu es un instrumento poderoso, tanto en


Intercesión como en guerra espiritual.

¿CÓMO ORAR EN EL ESPÍRITU?

Primeramente es necesario ser llenos del Espíritu Santo, para que


Él nos guíe a orar, para saber cómo orar, cuándo orar y dónde orar.

¿CÓMO SER LLENOS DEL ESPÍRITU SANTO?

El único requisito es haber recibido la revelación de Jesucristo


como Salvador de nuestra alma y dador de la Vida.

Jesucristo pidió al Padre que nos diera otro Consolador, Él lo envió


hace más de dos mil años, para que todo aquel que creyendo en
esta Verdad, Lo pida, Lo reciba.

El Espíritu Santo descendió en el Aposento Alto durante la fiesta de


Pentecostés del año 33 de nuetra era común, pero ese día llegó
para quedarse con nosotros en la tierra.

Recibimos al Espíritu Santo en nuestro espíritu por fe, por creer.

Habrá manifestaciones tanto internas como externas, pero la más


importante es la sed que Él mismo produce en nosotros, de
mantenernos en Su presencia, de llenarnos de Su Palabra, de vivir
en intimidad con el Padre, de ser limpiados y buscar la santidad.

El Espíritu Santo produce en nosotros un rechazo hacia el pecado.

Debemos mantener la llenura del Espíritu Santo, esto es similar a


cuando se le pone aceite a un carro, este va a gastarse y a
ensuciarse con el uso y el trabajo; por eso es necesario cambiarlo
o renovarlo constantemente.

El aceite debe estar limpio, claro; y los niveles deben estar altos.
Así mismo es con el aceite de la unción.

Siempre que damos a otros de lo que hay en nuestro espíritu,


nuestro Dios se encarga de renovarlo, o de llenarnos nuevamente,
cuando vamos a Su presencia.

Lo único que hace que vayamos perdiendo la llenura, o nos


estanquemos, es el pecado, la tibieza o la irreverencia hacia Dios.

El Espíritu Santo nos regala entre otras cosas, Sus dones, y un


lenguaje espiritual con el cual nos comunicamos con Él; este
idioma tiene una ventaja y es que el diablo no puede entenderlo.

Cuando oramos en lenguas angélicas nuestro espíritu es edificado.

Judas 20
“Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe,
orando en el Espíritu Santo”

LA ORACIÓN EN EL ESPÍRITU

Otra gran ventaja de usar nuestro idioma espiritual es que nuestra


oración se vuelve más efectiva o eficaz, porque nuestro
entendimiento no sabe lo que estamos orando o pidiendo.

El Espíritu Santo mismo intercederá por nosotros con gemidos


indecibles cuando no sepamos cómo pedir; y podemos tener la
certeza de que Él lo hará correcta y acertadamente.

Romanos 8:26
“Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues
que hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el
Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”

Al principio, quizás este lenguaje es sólo como un balbuceo o un


monosílabo, como cuando un niño comienza a hablar su lengua
materna; pero nuestras lenguas irán siendo más maduras y más
variadas en la medida que las usemos; llegará un momento en que
podremos discernir que estamos hablando lenguas de guerra, en
otras ocasiones serán lenguas de intercesión, o bien lenguas de
adoración.

No debemos confundir estas lenguas que son una señal de la


llenura del Espíritu Santo en nosotros, con el don de “diverso
género de lenguas”, el cual requiere de otra persona que interprete,
para comunicar un mensaje.

Cuando usamos nuestras lenguas, también se van avivando los


dones de revelación, los cuales son sumamente necesarios como
parte de la unción profética que debe acompañar al guerrero o
intercesor guiado por el Espíritu Santo.

La oración en el Espíritu no es una oración aprendida, no es una


oración repetitiva, no es una oración leída; es una oración que nace
del corazón, por el Espíritu Santo, El cual siempre nos lleva a toda
Verdad (Cristo); a su vez, Cristo es el Camino al Padre.

La oración en el Espíritu no tiene sentido para las personas


religiosas, no es lógica.

Esta incluye declarar, quebrantar, decretar, reprender, anular;


podemos enviar órdenes en el Espíritu para enderezar, para
producir, para mover, para allanar, o también para tomar y poseer.
La oración en el Espíritu nos permite conocer lugares en donde
nunca hemos estado; nos permite orar por personas a las que
nunca hemos visto.

Algunas veces tenemos un periódico en nuestras manos, o vemos


a una persona en la televisión y de pronto el Espíritu Santo nos
mueve a gemir por ella; a los días vemos el fruto de la oración
cumplida, y aunque nadie lo supo, el Espíritu Santo si lo sabe,
porque fue Él Quien lo hizo.

La oración en el Espíritu es algo urgente, no puede esperar,


dejamos de hacer lo que sea y cuando sea, porque hay en
nosotros un impulso de obedecer.

Esta oración es contraria al espíritu religioso, a los esquemas; nos


introduce al ámbito de lo sobrenatural, donde el tiempo y la
distancia pierden dimensión.

El Espíritu Santo puede transportarnos al pasado, al futuro, a otro


continente, a la oficina de un Presidente o a la recámara de un rey,
sin ir físicamente.

Esta es una herramienta poderosísima, porque no oramos por los


síntomas, ni por los efectos, sino que vamos a la raíz y vemos la
efectividad.

Una oración en el Espíritu es más efectiva y poderosa que cien


oraciones en la carne, aunque bien intencionadas.

Porque sólo el Espíritu Santo conoce la mente y el corazón del


Padre.

1 Corintios 2:11
“Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el
espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las
cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios”

Atte. Apóstol José Luis García a los pies de Cristo.

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