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Tercer acto

El tercer y último acto comienza con una escena en la que se conoce a todos los
pretendientes de la condesa. Y es que Diana es rica, guapa y soltera, por lo que busca un
buen marido, pero sigue sin encontrar a nadie que le despierte emociones honestas. Por
eso, al pueblo llegan constantemente decenas de pretendientes que quieren conquistar a la
condesa.

Sin embargo, todos los pretendientes se enteran de las relaciones extrañas entre Teodoro y
Diana, así que deciden contratar a alguien para matar a Teodoro y quitarse el problema de
enmedio, ya que creen que él es el culpable de que la condesa rechace a todos los
pretendientes. Contrata a Tristán, el criado de Teodoro.

Ante estos hechos en los que la vida de Teodoro está en juego, el joven decide huir por
España, pero para ello necesita el consentimiento de la condesa pues, de lo contrario, no
podrá traspasar la frontera. Para su suerte, Diana accede y le da permiso.

En el exilio, Tristán hará uso de su picaresca para hacer pasar a Teodoro por el hijo de un
conde que perdió a un hijo con el mismo nombre. Así, consiguen engañar al conde Ludovico
y Teodoro se convierte en el hijo de este conde, por lo que también tendrá el mismo título.
Gracias a esto, por fin podrá casarse con Diana.

Al final de la obra, Tristán sale beneficiado por haber sido confundido por un sicario y
Teodoro y Diana por fin contraen matrimonio.

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