Buenas tardes profesor y compañeros, luego de haber leído la noticia publicada
por el diario “Clarín” la cual hace referencia sobre un colapso generado en
Aeroparque y Ezeiza a causa de grandes tormentas y el mal tiempo climático, lo que produjo la cancelación de una gran cantidad de vuelos que ya estaban vendidos y programados, puede determinar claramente que se trata de un hecho fortuito o fuerza mayor, tal como lo establece el CCYCN en su artículo N° 1730, lo que libera de responsabilidad por daños, dado que se trata de un hecho que no pudo preverse ni evitarse, y efectivamente estamos hablando de una causal de eximición. En este sentido, me parece oportuno reflexionar sobre “el caso fortuito”, ya que se deben tener en cuenta tres aspectos que sin dudas van a despejar cualquier tipo de incertidumbre. Para que se constituya la fuerza mayor debe existir en primer lugar la (imprevisibilidad), en este caso, si bien el servicio meteorológico puede anunciar posibles inclemencias, solo se trata de un pronóstico futuro e incierto que puede o no suceder, y si la empresa se guiara por los pronósticos, probablemente no vendería ningún pasaje, por lo cual la información sigue siendo un hecho imprevisible, en segundo lugar se debe tener en cuenta la (inevitabilidad), si el hecho no pudo preverse, como consecuencia lógica tampoco puede evitarse. Los hechos naturales como la lluvia, el granizo, las tormentas, etc. Son imposibles de contrarrestar por lo que sería ilógico que la empresa prestadora de servicios de vuelos fuera responsable por no despegar sus aviones en tales condiciones, en todo caso sería responsable por los daños ocurridos como consecuencia de un despegue en tales condiciones climáticas, ya que si sería un hecho que puedo preverse. Finalmente es necesario, tener en cuenta que el agente no haya ocasionado ningún antecedente idóneo sea por acción y omisión que genere o haga posible un suceso lesivo sobreviniente.