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CAMPAÑA TERRESTRE DE LA GUERRA DEL PACIFICO

Las campañas terrestres de la guerra del Pacífico corresponden a la estrategia militar seguida
por el Gobierno de Chile para lograr los objetivos políticos que perseguía durante la guerra del
Pacífico. Estos eran, inicialmente, la abrogación del pacto secreto de alianza entre Perú y
Bolivia y el reconocimiento de la soberanía chilena sobre la franja de Antofagasta entre los
paralelos 23° - 25°S, que habían sido ocupados en la primera fase de la ocupación de
Antofagasta.

El 1 de marzo de 1879, Bolivia declaró la guerra a Chile y el ejército chileno por orden de su
gobierno ocupó, en una segunda fase de la ocupación de Antofagasta, la franja norte del
Litoral boliviano, desde el paralelo 23°S hasta el Río Loa, para impedir la concentración de
fuerzas bolivianas en esa región, es decir tenía fines solo militares y así fue dado a conocer a
los empleados fiscales bolivianos, quienes rechazaron la oferta chilena de permanecer en sus
labores.

Cuando se confirmó en Chile la existencia de un tratado secreto de defensa entre Bolivia y


Perú y este se negó a dar una declaración de neutralidad, Chile declaró la guerra a los aliados.
A la reivindicación de la franja 23°-24° se agregó el objetivo político de que los aliados
abrogaran el tratado de alianza. En el plano internacional existía una condicionante
importante: la derrota aliada debía ser rápida para impedir la intervención de potencias
extranjeras, ya sea los EE. UU., Europa o Argentina.

Para la consecución de esos objetivos por medios militares el gobierno de Chile proyectó una
invasión de Perú que debía obligar al gobierno de ese país a aceptar las exigencias chilenas.

Aunque existieron expediciones de reconocimiento, una invasión del altiplano boliviano nunca
fue discutida. La llamada Política boliviana del gobierno chileno, por el contrario, consistía en
ofrecer a Bolivia la ocupación de su salida natural al Océano Pacífico, Tacna-Arica, y así romper
la alianza.

No existía en el gobierno chileno claridad sobre los medios disponibles ni el objetivo militar a
alcanzar. La primera orden impartida a la Armada de Chile fue capturar, destruir o bloquear a
la flota peruana en el Callao, por lo menos hasta que el ejército chileno hubiese podido
desembarcar y ocupar Tarapacá. La Marina de Guerra del Perú evitó hábilmente un combate
frontal durante los 6 primeros meses de la Campaña naval y puso en peligro cualquier
transporte de hombres o material desde Chile central a Antofagasta, la zona de concentración
militar chilena. Era la "muralla móvil" de Perú que impedía la invasión.

El resultado del combate naval de Angamos eliminó la amenaza naval peruana a las líneas de
abastecimiento chilenas, imposibilitó un ataque aliado al puerto de Antofagasta y dificultó una
entrada argentina a la guerra. En Chile comenzó otra vez la discusión si se debía invadir
Tarapacá, la fuente de los ingresos fiscales peruanos, Arica-Tacna-Moquegua, zona de
concentración militar aliada y puerta del comercio exterior de Bolivia, o Lima, centro político
de Perú. Cada una de ella tenía sus particularidades.

Sin poder naval, los aliados no podían movilizar grandes contingentes ni material a lo largo de
la costa, por lo que debieron reducir sus planes a fines defensivos y con pocas excepciones
(Batalla de Dolores y Batalla de Huamachuco) a una defensa estática. También la falta de
medios materiales y de organización impidió una defensa más dinámica. El ejército peruano
estacionado en Arequipa así como la 5. División del ejército boliviano en Potosí no agotaron
sus posibilidades por falta de medios, aunque algunos historiadores sugieren que hubo
motivos de política interna para su inactividad.

En el curso de la guerra se modificaron los objetivos de esta. Tarapacá, que fue ocupada en
1879 como garantía del pago de una indemnización, se había convertido antes de la
Conferencia de Arica (1880) en un territorio que debía pertenecer a Chile. Asimismo, Tacna y
Arica, que eran la oferta chilena a Bolivia para abandonar la alianza, fueron divididos entre
Perú y Chile.

Antecedentes
Ya esta Expedición libertadora del Perú (1820) y durante la Guerra contra la Confederación
Perú-Boliviana (1836-1839), tropas chilenas habían desembarcado en Perú, aunque en
circunstancias políticas completamente diferentes: en ambos casos contó con un fuerte apoyo
en el interior de Perú y con apoyo de Argentina.

La ocupación militar de un territorio pudo tener durante la guerra diferentes motivos:

la reivindicación del territorio ocupado

usarlo como garantía del pago de una indemnización por el enemigo vencido

usarlo como aliciente para un aliado potencial

impedir la concentración de tropas enemigas

la demostración de que el enemigo es incapaz de defender su territorio

La discusión en Chile sobre los objetivos estratégicos que debían ser alcanzados para obtener
los fines políticos no cesó hasta el fin de la guerra. Según Gonzalo Bulnes existieron desde el
comienzo de la guerra varios planes dentro del gobierno de Chile.3: 350- Son conocidas las
órdenes (del ministro Prats) al jefe de la escuadra chilena Juan Williams Rebolledo de destruir,
capturar o bloquear la flota peruana en el Callao para invadir Tarapacá, otro de invasión a
Tarapacá, del ministro Varas, a pesar de la amenaza Huáscar que fue desbaratado por el
combate naval de Iquique y de Punta Gruesa. Aun sin la destrucción de la Esmeralda no se
hubiese podido realizar por falta de municiones. Hubo otro plan de invadir Moquegua y
entregarla a Daza y así acabar con la alianza Perú-Boliviana. Justo Arteaga, jefe del ejército,
había favorecido el plan de invadir Tarapacá, pero luego cambió de opinión y favorecía la
invasión de Tacna y Arica. El 10 de junio existía coincidencia entre el gobierno y su jefe del
ejército en que se debía invadir Tacna y Arica. El ministro Varas, sin embargo, había cambiado
su opinión y era partidario de desembarcar cerca de Lima

Finalmente, sostiene G. Bulnes, Pinto había entregado la decisión a Sotomayor, quien tuvo dos
planes, uno antes de la captura del Huáscar y otro después de la captura:

El primero era bajar en Patillos, i marchar a San Lorenzo, donde se uniría con las fuerzas de
Quillagua. Se fijaba en Patillos por estar al sur de Iquique, procurando no dejar su línea cortada
por este puerto, donde se habían colocado cañones de sitio que podían servir de refujio al
Huáscar para ejecutar asaltos rápidos sobre los trasportes que traficaran entre Antofagasta i el
lugar de desembarco.

Suprimido este temor con la captura del Huáscar consideró preferible bajar al norte de Iquique
en Pisagua o Junin. Esta es una caleta que mora un poco al sur de Pisagua.

Una vez ocupada Tacna y Arica, Aníbal Pinto pensaba ocupar Arequipa (destruir el ejército
peruano allí estacionado) o bloquear Mollendo (obligar al comercio boliviano a usar Arica).

También hubo, al final de la guerra, cuando parecía imposible llegar a un acuerdo con algún
gobierno peruano, el plan o al menos la intención de una retirada chilena del Perú hasta el Río
Sama e impedir un rearme de Perú por medio de un bloqueo de sus puertos.

La expedición Lynch y la expedición a Mollendo ocupan un puesto aparte porque no tenían un


fin de larga ocupación militar sino solo eran para presionar al gobierno de Lima a aceptar las
exigencias chilenas

Características de los objetivos


Tarapacá como objetivo estratégico
La zona salitrera tenía dos grandes ventajas, estas eran la cercanía al territorio de Chile que
facilitaba el transporte, y el caudal de recursos fiscales que se privaba a Perú y que pasarían a
Chile. A pesar de su importancia económica, la pérdida de Tarapacá no fue razón en Perú para
aceptar las exigencias chilenas. La campaña terrestre durante la guerra con Chile (1879-1883)
fue muy dolorosa para el Perú, pero la mañana del 27 de noviembre de 1879 la victoria sonrió
a los peruanos en la pampa de Tarapacá, al sur del país.Sin embargo, se puede decir a ciencia
cierta que las campañas del Sur tuvieron por objetivo finalizar la guerra de independencia
hispanoamericana, y como resultado el auge de la influencia y el poder de la Gran Colombia
que bajo la presidencia de Simón Bolívar buscaba la unión de los nuevos estados.Las tropas
chilenas desembarcaron con 15 mil soldados al mando de Manuel Baquedano y tomaron la
ciudad de Moquegua. La idea del enemigo era aislar a las fuerzas aliadas al mando del peruano
Lizardo Montero y del coronel boliviano Eliodoro Camacho de aprovisionamiento, es decir de
Lima o Arequipa.

Arica-Tacna-Moquegua como objetivo estratégico


La zona de Arica, Tacna y Moquegua era la salida natural de Bolivia al Pacífico6: 232 y como tal
sería un atractivo incentivo para el gobierno en La Paz con el fin de abandonar la alianza con
Perú. Basadre sostiene que fue la Política boliviana, interponer Bolivia entre Perú y Chile, la
razón de la invasión a esa zona y que en ese entonces una invasión a Lima hubiese tenido un
éxito fulminante.

También era el centro de comunicaciones y concentración de las fuerzas aliadas, donde podían
y concurrían los contingentes de Arequipa, Bolivia, la zona misma e Iquique. Era la zona más
austral de Perú con suficiente agua, puerto y abastecimiento agrícola propio.

La conquista chilena de la zona destruyó los ejércitos aliados y dejó a Bolivia con salida al
Océano Pacífico solo por Lima, pero tampoco fue vista como el fin de su capacidad de
resistencia.

Lima como objetivo estratégico


La capital de Perú concentraba el poder político en el país, pero eso mismo no aseguraba la
derrota de la alianza. Tanto en la expedición libertadora como en la guerra contra Santa Cruz,
los ocupantes de Lima no lograron la paz solo a través de la ocupación de la capital. En ambos
casos la guerra continuo hasta la destrucción del ejército enemigo.

Aunque se ha dicho que una ocupación de Lima hubiese sido posible antes, se debe tener
presente que el ejército chileno adquirió experiencia solo a costa de enormes sacrificios al
comienzo de la guerra y es dudoso si hubiese tenido éxito con una operación tan lejana y de
tanta envergadura.

Características militares de las operaciones


Desembarcos anfibios
Las campañas o expediciones chilenas comenzaron con desembarcos anfibios cerca de las
posiciones defendidas por los aliados o en el caso de la campaña de Tarapacá, un desembarco
en la misma bahía de Pisagua defendida por los aliados. Las excepciones fueron las
operaciones en la Breña, pero incluso allí ocurrió a veces, cuando se combatía cerca de la costa
(Batalla de San Pablo (Cajamarca) por ejemplo), que había un desembarco.
Defensa estática aliada
Las batallas de Dolores y de Huamachuco fueron casos especiales en cuanto a que las fuerzas
aliadas peruanas fueron movilizadas para buscar el combate e iniciar el ataque. En todas las
otras grandes batallas de la guerra fueron los invasores quienes tomaron la iniciativa.

Deficiencia en organización, material de guerra y profesionalismo entre los aliados

La falta de caballería y artillería equivalente a la chilena significó para los aliados una gran
desventaja. Reflejando una gran diferencia desde La campaña naval, superando la escuadra
chilena en cantidad de corbetas y transporte.

Lista de las campañas


Las campañas terrestres de la guerra del Pacífico han sido divididas en las siguientes fases:

Desembarco chileno de Antofagasta

Campaña de Tarapacá

Campaña de Tacna y Arica

Expedición Lynch (sin enfrentamientos Militares)

Campaña de Lima

Campaña de la Breña (se incluye normalmente la resistencia peruana en todo el país)

Toma de Arequipa (sin enfrentamientos militares graves)

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Categorías y páginas de la guerra del Pacífico

Notas

En abril de 1879, los planes del gobierno de Chile solo preveían la reivindicación de los
territorios hasta el paralelo 23°S que habían sido cedidos a Bolivia a cambio de la garantía de
no subir los impuestos. Roberto Querejazu cita el protocolo de una reunión ministerial del
gobierno chileno del 19 de abril:

Se deja constancia de que el objeto actual e inmediato que debe perseguirse en la guerra
respecto a Bolivia es asegurar a Chile la posesión definitiva y el dominio permanente del
territorio comprendido entre los grados 23 y 24 de latitud sur, y respecto al Perú obtener la
abrogación completa del tratado secreto de febrero de 1873 y seguridades bastantes para
evitar en lo futuro la repetición del estado de cosas que ha venido creando y ha creado con sus
procedimientos insidiosos y su política desleal. En lo que toca al objetivo remoto o ulterior que
en la guerra puede proponerse alcanzar el gobierno, aunque no ha entrado en sus miras
ensanchar el territorio de la república con adquisición del ajeno, ni ha sido su propósito asumir
el papel de conquistador, el señor presidente y sus ministros fueron de opinión de que ese
objetivo puede modificarse sensiblemente según el rumbo que tomen los sucesos. Así un
golpe serio dado a la armada peruana y la segregación de Bolivia de su alianza con el Perú para
colocarse al lado de Chile en el actual conflicto serían causas que podrían modificar los
propósitos actuales del gobierno poniéndolo quizás en el caso de perseguir como resultado de
la guerra alteraciones en los límites del Perú, que asegurando por completo la seguridad de
Chile, imposibiliten a aquella nación ser una amenaza contra el equilibrio sudamericano

En estos preceptos se basaron las instrucciones dadas al jefe de la armada chilena que el
formuló en su carta a las autoridades bolivianas de Cobija: Debo agregar que tengo encargo
especial de mi gobierno para proponer a Vuestra Excelencia la permanencia en el puesto que
hoy ocupan de todos los empleados civiles de su dependencia, para que continúen como hasta
ahora sirviendo los intereses de Bolivia, a condición de que bajo pretexto alguno podrán
mezclarze en la parte militar. Aún en julio no se consideraba la anexión de Tarapacá. En las
sesiones del 5, 6 y 7 de julio quedó consignado que porque si debe ocuparse el territorio
peruano es preferible tomar posesión de aquello que debe servirnos como prenda para
asegurarnos el pago de las indemnizaciones de guerra que debemos exigir al Perú.

En un comienzo existió la posibilidad del ingreso argentino a la guerra, que fue amagado por la
destrucción y captura de los barcos capitales de Perú. Pero antes de la caída de Lima,
Argentina intentó imponer una mediación obligada con el concurso de otras naciones
americanas.

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