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TESIS DOCTORAL

La poesía de Ginés Liébana. Estudio y antología


Ginés Liebana’s poetry. Study and anthology

Depositada el 2 de abril de 2023

Juan Carlos Reche Cala


Director: Dr. Pedro Ruiz Pérez

Universidad de Córdoba - Facultad de Filosofía y Letras


Departamento de Estudios filológicos y literarios - Programa de
Doctorado «Lenguas y culturas»
TITULO: La poesía de Ginés Liébana. Estudio y antología

AUTOR: Juan Carlos Reche Cala

© Edita: UCOPress. 2023


Campus de Rabanales
Ctra. Nacional IV, Km. 396 A
14071 Córdoba

https://www.uco.es/ucopress/index.php/es/
ucopress@uco.es
TÍTULO DE LA TESIS: La poesía de Ginés Liébana. Estudio y antología

DOCTORANDO: Juan Carlos Reche Cala

INFORME RAZONADO DEL/DE LOS DIRECTOR/ES DE LA TESIS


(se hará mención a la evolución y desarrollo de la tesis, así como a trabajos y publicaciones derivados de la misma).

La tesis realizada tiene el valor intrínseco de ser el primer acercamiento


panorámico y con rigor académico a la obra de un poeta, escritor y pintor de aparición
pública muy tardía, pero torrencial y de profundo impacto, por establecer un puente
entre la estética del grupo Cántico, a cuyo entorno estaba vinculado, y la de los
creadores más jóvenes.
En la tesis se aborda la trayectoria biográfica y creativa del autor, se hace un
exhaustivo catálogo de su poesía impresa, se sientan las bases para un análisis crítico y
se lleva a cabo una antología (ya publicada) que constituye en sí misma una propuesta
de lectura en una obra tan amplia y de registros tan variados.
La labor se ha llevado a cabo con rigor y metodología contrastada, destacando el
acopio material de una producción tan dispersa, ahora perfectamente catalogada y
ordenada.
Además de su valor intrínseco, la labor investigadora y crítica realizada
convierte esta tesis en un referente imprescindible para cualquier estudio que a partir de
ahora quiera hacerse de la obra de Ginés Liébana.

Por todo ello, se autoriza la presentación de la tesis doctoral.

Córdoba, 25 de marzo de 2023

Firma del director


Firmado por RUIZ PEREZ PEDRO - 30449241R el día
25/03/2023 con un certificado emitido por AC FNMT
Usuarios

Fdo.:Pedro Ruiz Pérez


RESUMEN

Ginés Liébana (Torredonjimeno, 1921-Madrid, 2021) es uno de los miembros


fundadores del Grupo Cántico, eslabón fundamental de la poesía española de
posguerra, y poeta afín o relacionado con el Postismo, movimiento de vanguardia de la
Postguerra española. Aunque es conocido sobre todo por su faceta de pintor y
dibujante, Liébana es también un escritor de obra amplia, heterodoxa, muy poco
conocida y estudiada, y publicada solo parcial y precariamente. Dicha obra literaria está
conformada por casi cuarenta títulos (más de veinte entregas de poesía y más de una
quincena de obras teatrales, los denominados “liebanadramas”) que han recibido una
escasísima atención crítica. Su obra literaria solo comenzó a ser publicada a finales de
los años noventa, aunque el principio de su producción, que no ha dejado de ser
constante, se remonta a los años treinta del pasado siglo, como recogen algunos
documentos. Su obra poética, objeto del estudio, se presenta como un crisol en que se
funden, con un tratamiento personal, casi todas líneas mayores de la poesía en la
segunda mitad del siglo XX, componiendo un discurso muy singular y, al tiempo, una
atalaya de novedosa perspectiva para revisar el desarrollo de la lírica española, con sus
hallazgos y limitaciones.

Se ha realizado una investigación para recopilar la obra literaria publicada y depositada


de Ginés Liébana, localizándola y distinguiéndola del resto de publicaciones no literarias,
y se ha fijado la bibliografía literaria primaria, estableciendo un corpus literario dividido
en dos géneros: teatro y poesía. Asimismo, se ha incluido en la bibliografía una selección
de publicaciones sueltas y dispersas de estos géneros, como poemas o piezas breves en
revistas o volúmenes colectivos.

Al centrarme en la parte poética, se han perseguido otros dos objetivos: estudiar


someramente su obra poética, y antologar y publicar una selección de su poesía (Si me
pides romero, Ginés Liébana (ed. Juan Carlos Reche, Granada, Ed. Comares, Col. La
Veleta, 2021). Para caracterizar su obra poética, se ha generado una distinción en etapas
o momentos, comentando brevemente cada uno de ellos, acompañándolos con algún
texto significativo. Por lo que respecta a la delimitación de su poética sincrética y
personal, se ha estudiado a la vez que su biografía, ya que ambos aspectos han influido
recíprocamente en el artista Ginés Liébana. También se ha realizado una valoración de
su recepción crítica y las razones de su exclusión de prácticamente todos los cánones
literarios de la época, ya sea el del Postismo, el del Grupo Cántico o el panorámico de
entre siglos. Además, se ha podido estudiar y ejemplificar en este caso concreto los
mecanismos que se generan, no por parte de la crítica literaria, sino de los mismo
posibles compañeros de grupo a la hora de establecer el canon literario y el olvido al
que se destinan algunos poetas-islas heterodoxos.

2
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO I. EL ARTISTA GINÉS LIÉBANA

CAPÍTULO II. ELENCO DEL CORPUS LITERARIO

2.1 Conformación del corpus literario


2.2. Publicaciones no incluidas en el corpus
2.2.1. Publicaciones literarias sueltas y dispersas
2.2.2. Publicaciones no literarias
2.3. Elenco del corpus dramático (Liebanadramas)
2.4. Elenco del corpus poético
2.4.1. Si la Marlene viniera
2.4.2. Sostenida bajada continua
2.4.3. Donde nunca se hace tarde (El viento pasa tarjeta)
2.4.4. Can Can-Cántico
2.4.5. El excelente inolvidable
2.4.6. Brocamanto (Notificado de una carestía)
2.4.7. Síntesis
2.4.8. Manantiálica
2.4.9. A ver si se atreve el viento (Sobredios de la travesura)
2.4.10. La tarde es Paca
2.4.11. La Ronda de la Copa (Regalo es nacer ebrio)
2.4.12. El Andaluna (Linaje del Sur)
2.4.13. Travesía de la humedad
2.4.14. La equis mística
2.4.15. La lira manantiálica
2.4.16. Cantos al amorsillega (Claves para consonar la compasión y el grito en la
zanja de los columbarios flamencos)
2.4.17. Cautivo placer acorazado
2.4.18. Notificado de una carestía
2.4.19. Hospitalito a mano derecha
2.4.20. La lira manantiálica. Segunda edición
2.4.21. A la poesía, por su vecindad con el bostezo, le sobran las palabras
2.4.22. Amores pasajeros al tren
2.4.23. 100 páginas para 100 años
2.4.24. Si me pides romero (Poesías escogidas)
2.4.25. La Caspa

3
CAPÍTULO III. INTRODUCCIÓN A LA POÉTICA Y ORDENACIÓN DE SU POESÍA

3.1 Introducción a la poética


3.2 Momentos en la poesía de Ginés Liébana
3.2.1 1987: el debut con la Marlene
3.2.2 1996: La intentona postista
3.2.3 Cambio de milenio: la síntesis del Can Can-Cántico
3.2.4 El yo total: La tarde es Paca
3.2.5 Los libros temáticos
3.2.5.1 Lo andaluz, la Semana Santa: El Andaluna
3.2.5.2 Los ángeles: A ver si se atreve el viento
3.2.5.3 El vino: La Ronda de la Copa
3.2.5.4 Flamenco: Cantos al amorsillega y Hospitalito a mano derecha
3.2.5.5 Las formas del amor: Travesía de la humedad, La equis mística,
Cautivo placer acorazado, Notificado de una carestía
3.2.5.6 El agua: Las liras manantiálicas
3.2.6. Última etapa. Los poemas breves, concisos: A la poesía, por su vecindad
con el bostezo, le sobran las palabras, Amores pasajeros al tren, 100
páginas para 100 años y La caspa

CAPÍTULO IV. ANTOLOGÍA POÉTICA

CAPÍTULO V. CONCLUSIONES. LA DESUBICACIÓN EN EL CANON DE LA POESÍA DE


GINÉS LIÉBANA

CAPÍTULO VI. BIBLIOGRAFÍA

CAPÍTULO VII. ANEXOS

7.1 Texto de solapa de Cantos al Amorsillega y Hospitalito a mano derecha


7.2 Manifiesto minifiesta del río afectivo
7.3 Colofón de Si la Marlene viniera
7.4 Colofón de El Libro de don Carlos
7.5 Carta de Ginés Liébana [firma Artístide] a Francisco Nieva
7.6 Programa de sala, Galería 24, Madrid, sin fecha
7.7 Portada de El hombre que se casó con Charles Chaplin
7.8 Versión de la portada de El hombre que se casó con Charles Chaplin
7.9 Portada de Brutilda la Bellacona, depositado en Biblioteca Nacional.
7.10 Poema “Andantonio” corregido por el autor en la edición de El Andaluna
7.11 Íncipit de A ver si se atreve el viento
7.12 Dedicatoria de El Grupo Cántico de Córdoba, de Guillermo Carnero, 2ª ed

4
7.13 Contraportada de Donde nunca se hace tarde
7.14 Monolito de Ginés LIébana

5
Agradecimientos

Irene Martínez Hidalgo, Antonio Lara Quero, Víctor Vázquez, Mateo Liébana, Pilar G.
Montañés, Erika Barahona, Chaime Marcuello, Ana de Palacio, Juan Marqués, La Veleta
(Juan Marqués, Ana Blanco, Andrés Trapiello, Alfonso Meléndez), Enrique Andrés Ruiz,
Félix Ruiz Cardador, Rafael Inglada, Juan Carlos Valera, Juan Antonio Bernier, Rafael
Antúnez, Eduardo Chivite, Ayuntamiento de Villa del Río, Ayuntamiento de
Torredonjimeno, José Manuel García Gil, Laura Martínez Hidalgo, Javier Mohedano,
Daniel García Florindo, Pedro Reche, Pedro Ruiz, Pedro Roso.

6
INTRODUCCIÓN

La presente tesis doctoral es el fruto, por un lado, de una investigación desde hace más
de veinte años sobre la poesía contemporánea en español; y, por otro, de la evolución
de mi pensamiento crítico sobre ella.

Comencé mi formación investigadora en el bienio 2001-2003, en el Programa de


Doctorado “Literaturas Hispánicas: estudio e investigación”, precisamente en su línea
de investigación “Libros y lecturas”, cursando las siete asignaturas correspondientes, y
obteniendo en 2004 la suficiencia investigadora con la tesina Una introducción a Roberto
Juarroz (Lecturas y modelos).

Tras algunos años investigando la poética del autor argentino, y tras hacerme cargo de
la edición de la primera publicación de sus poemas en italiano en una publicación de
prestigio (Reche, 2006), decidí cambiar el rumbo de mi investigación, al no verse
satisfechas mis inquietudes investigadoras. Así que, tras varios años de documentación
y estudio sobre la poética de la singularidad en Juarroz, orienté el objeto de mi
investigación hacia la singularidad y heterodoxia de otros autores en castellano, pero en
este caso españoles y de otra generación más joven. A finales de 2010, inscribí en el
Programa de doctorado “Lenguas y culturas” un proyecto de tesis titulado “Poética y
singularidad en los albores del Siglo XXI”. Frutos de ese trabajo son la organización de
varios seminarios, una ponencia en un congreso internacional y varias publicaciones
(Reche, 2016 y 2017), una de ellas un estudio-antología de carácter panorámico (Reche,
2011), con el mismo objetivo de analizar las poéticas contemporáneas de carácter
singular y heterodoxo y las dinámicas en la inserción o exclusión de esos autores en el
canon.

Dicha investigación, tras varias publicaciones y capítulos en marcha, se vio interrumpida


por cuestiones profesionales, al ser nombrado director del Instituto Cervantes en Roma,
ya que, para poder llevar a cabo tal encargo, no disponía del tiempo necesario para
completar los estudios de doctorado. Pedí por lo tanto una baja temporal.

7
Durante este aplazamiento mi atención se fijó en la obra de un autor que aunaba en su
obra las perspectivas que me interesaban y que había adquirido una reciente actualidad,
sin haber recibido hasta el momento un acercamiento crítico panorámico y, es más, sin
contar con una catalogación de su obra, cuya dispersión y variedad reclamaban también
una propuesta de lectura. Así surge la propuesta de una reorientación de la tesis, a partir
de la concreción de su enfoque, con el título de “La poesía de Ginés Liébana. Estudio y
antología”, para el que disponía de conocimientos previos sobre las poéticas
heterodoxas y singulares. Asimismo, además del trabajo de reconstrucción de un corpus
literario, incluí entre los objetivos la publicación en editorial de prestigio de una
antología poética (Reche, 2021) capaz de ofrecer un muestreo panorámico de dicho
corpus.

Ginés Liébana, como habrá ocasión de ver más adelante, es conocido sobre todo como
pintor e ilustrador de la revista Cántico. También, por su exuberante personalidad y
dedicación a distintas disciplinas, por lo que ha sido clasificado como un “artista total”.
Pero, además, es un autor literario especialmente prolífico, con más de cuarenta títulos
publicados (entre entregas poéticas y libros de teatro) en las últimas cuatro décadas,
más precisamente desde 1987 a 2021. Paradójicamente la recepción crítica de su obra
literaria es realmente escasa y deficiente, si atendemos a criterios tanto de cantidad
como de profundidad. Es decir, abundan las semblanzas, elogios, breves textos
periodísticos y citas sobre su personalidad artística, pero son escasísimas las reseñas,
artículos, ensayos o estudios desde una perspectiva crítica sobre su obra literaria. Ni que
decir tiene, por lo tanto, que ha sido totalmente excluido sistemáticamente de los
recuentos, cánones y panorámicas literarias de las últimas décadas.

A esto se le suma el hecho de que su obra literaria se encuentra mayoritariamente en


ediciones no venales, publicaciones fuera de colección a cargo de instituciones sin
distribución, o en editoriales de corta tirada y sin finalidad comercial. No hay biblioteca
alguna que contenga más de la cuarta parte de sus volúmenes, y ni siquiera en los
repositorios del ISBN se encuentran registradas todas sus publicaciones, ya que, como
se ha apuntado anteriormente, muchas de ellas son de carácter no venal.

8
Son estas dos las razones de partida por las que decidí realizar la investigación sobre su
obra literaria, en especial sobre su corpus poético. A ellas hay que sumar el interés que
se desprende de su particular y heterodoxa poética.

Al registrar la memoria del nuevo plan de investigación, definí cuatro objetivos, que paso
a comentar.

• Fijación de una bibliografía sobre la obra publicada y depositada del autor

La fijación de la bibliografía de la obra literaria publicada e inédita depositada en la


Biblioteca Nacional, que compone el corpus literario, ha sido el trabajo que más tiempo
ha ocupado, y además el más gratificante y sorprendente, ya que los listados de obras
publicadas, normalmente en solapas de libros o en volúmenes de homenaje, no
clasificaban por género, ni recogían ni la tercera parte del total. Algunas referencias
incluso le otorgaban a Liébana la autoría total de algunos volúmenes, cuando era
compartida1. Incluso hay números asignados a volúmenes en la base de datos de libros
editados de España de la Agencia Española del ISBN que nunca llegaron a salir de
imprenta2. Por ello, y teniendo en cuenta que no existe registro o archivo que los reúna
todos en su fondo, para la localización de dichos volúmenes se ha realizado una
investigación en el sentido filológico, pero también detectivesco del término, para poder
elaborar y delimitar ese corpus, que no ocupa más de unos cuantos folios.

Al inicio de ese proceso se descubrió que el autor depositó en la Biblioteca Nacional en


el año 1987 cuatro manuscritos de otras tantas obras dramáticas (liebanadramas 3), de
las que solo dos han tenido edición comercial posteriormente, quedando las otras dos
inéditas, e integrando ahora el corpus. Se han localizado y consultado todos los
volúmenes que componen los elencos del corpus literario del capítulo II. A partir del

1 ¡Bye Bye lágrimas! [Con Carlos Villarrubia y Silvia Marsó], Madrid, Endymion, 1990.

2Nunca salió de imprenta la edición de Resucita Loto en la editorial Ars Media para el que se generaron
en el año 1990 estos números de ISBN: ISBN 13: 978-84-87362-02-6 y ISBN 10: 84-87362-02-8

3Con este vocablo define Liébana sus obras literarias en prosa, normalmente con estructura dramática y
dialogada.

9
mismo, se ha realizado una ficha catalográfica completa de cada una de las entregas
poéticas, y recogido curiosidades y variantes en el apartado de anexos.

Tras localizar y analizar los elementos que forman parte del corpus se puede afirmar que
dicho catálogo es ya de por sí un elemento de gran valor, inexistente hasta ahora e
imprescindible para el estudio de la obra literaria de Liébana y, por lo tanto, para los
estudiosos de distintos aspectos de la poesía contemporánea, como las poéticas
heterodoxas, el Grupo Cántico, el Postismo y la poesía no solo de postguerra, sino
también de principios de Siglo XXI. Buena parte de su interés también reside en visibilizar
para su futuro estudio las obras dramáticas inéditas que hacen parte del corpus
dramático.

Para establecer el contenido de dicho corpus literario se ha seguido un criterio basado


en distinguir las publicaciones que son una obra dramática o volumen poético, de las
que, desgraciadamente, se han publicado recientemente sin un trabajo científico
suficiente, y son meramente cuadernos del autor, en versiones parcialmente
facsimilares y con graves problemas de ecdótica. También han quedado excluidos los
libros de artista, o de homenaje, en los que la aportación de Liébana era plástica o mixta,
así como los catálogos de arte.

Pero también merecen una mención los textos literarios de Liébana dispersos que no
están recogidos en volumen exento, como los textos que se encuentran en programa de
sala de exposición con valor de manifiesto artístico, los discursos o textos periodísticos
(muy pocos), o un relato literario4, que se han incluido en la bibliografía final para que
conste su referencia, así como las colaboraciones en revistas, periódicos o publicaciones
colectivas.

Por lo tanto, el criterio establecido para formar parte de dicho corpus es ser una entrega
poética (siendo válida la pertenencia a colección de prestigio, aunque esté conformada

4 Se ha localizado Recuento erótico despótico del árbol en la alcoba (Liébana, 1989), que en varias
ocasiones ha sido denominado, erróneamente, como su primera publicación literaria.

10
la publicación por un solo poema) u obra de teatro, aunque no esté publicada, en
relación a las depositadas en la Biblioteca Nacional5.

Este corpus, que ocupa el capítulo II -el núcleo de la tesis-, se complementa con un
análisis editorial de cada una de las entradas del corpus poético, a través de fichas
catalográficas de cada uno de esos volúmenes. Dichas fichas están compuestas por los
elementos descriptivos, como título y subtítulo, autoría de texto y paratextos,
descripción física del volumen y de las ilustraciones que lo acompañan, reproducción de
portada y numeración de depósito legal e ISBN o carácter no venal de la publicación.
Asimismo, se incluyen los índices y los paratextos más importantes, acompañados de
una valoración de la repercusión del volumen desde el punto de vista editorial y de la
recepción crítica, cuando existe, o se ha podido localizar.

El capítulo central de la tesis, por lo tanto, y al contrario de lo que se preveía en la


memoria inicial, no ha sido el análisis de las claves de sus distintas estéticas en cada uno
de los momentos de su poética y fusión en algunos libros, sino la delimitación del corpus
literario y su estudio catalográfico. Capítulo de fundamental importancia este para
acotar el campo de estudio del Liébana escritor en esta y en futuras investigaciones.

Conviene traer a colación que en los actos de homenaje por el Centenario del
nacimiento de Ginés Liébana en 2021, el Ayuntamiento de Córdoba, con el comisariado
de Mateo Liébana y la dirección del periodista Félix Ruiz Cardador, organizó la exposición
fotográfica El festín infinito (Liébana, 2021b), que acogía en una de sus salas una
exposición bibliográfica por mí comisariada (Lozano, 2021), donde por primera vez se
ofrecía al público el corpus bibliográfico de su producción literaria completa y se
exponían todos los volúmenes6.

5 No se incorporan al corpus las piezas teatrales de breve extensión aparecidas en publicaciones


periódicas, como por ejemplo “Dos piezas teatrales” (Ánfora Nova, 52-58) o “Teatromatón y poemas”
(Liébana, 2005)

6Existe una diferencia favorable respecto a la exposición plástica Acorde de duende en la Fábrica Nacional
de Moneda y Timbre, que también estaba acompañada de una selección de obras literarias en vitrina, que
no llegaba a la veintena de ejemplares.

11
• Selección de textos y publicación de un corpus (antología panorámica) con
algunos de los textos poéticos más significativos de cada uno de los títulos
de su producción.

Una vez tuve acceso a todos los volúmenes publicados y redacté el catálogo bibliográfico
de dicho corpus, procedí a su lectura y selección de los poemas más significativos. La
metodología elegida está basada en una amplia y representativa selección de textos,
con aplicación de un criterio cronológico de publicación de los mismos, pero asumiendo
un enfoque panorámico en lo que respecta a los criterios estéticos y a la evolución de
su poética7. Realicé una selección con muchos de los textos, a mi entender, más
significativos del autor, que ofreciera una panorámica de sus estilos, épocas, recursos y
potencialidades, de manera que pudiera apreciarse a través de ella su confrontación con
las poéticas contemporáneas y la puesta en práctica de la propia. Como complemento
del volumen se transcribió y fijó el poema inédito “Jardín del Guerra”, fechado el Jueves
Santo del año 1947, apareciendo por primera vez en el volumen que publiqué para la
editorial Comares, en su colección la Veleta bajo el título Si me pides romero. Poesías
escogidas (Reche, 2021). Los criterios de selección, siguiendo a Ruiz Casanova (2007:
55), se basan en una perspectiva cronológica y panorámica, para seleccionar los 197
poemas incluidos. Se aprovechó la edición del volumen para fijar poemas, y subsanar
errores y erratas de las ediciones anteriores, normalmente en la disposición del poema
y en los cortes versales, en colaboración con el autor. El volumen se ve enriquecido con
un prólogo, nota a la edición y la primera publicación del catálogo de ediciones poéticas.

• Caracterización de su obra poética a través de sus distintas entregas


editoriales

Como habrá ocasión de apreciar más adelante, no puede llegar a saberse la fecha de
acabado de los poemas, ya que Liébana los somete a procesos de reescritura que
pueden demorarse durante décadas, e incluso a correcciones una vez publicados, como

7Se han seguido los criterios de ejemplaridad, representatividad y que pueda ser leído como un libro, de
José Francisco Ruiz Casanova (2007).

12
podrá apreciarse en el anexo 7.10. Por ello, la caracterización, lectura, análisis,
establecimiento de posibles etapas o momentos en su poesía, e influencias de su obra
se ha hecho a partir de una recepción cronológica y lineal de cada una de las entregas,
en concreto teniendo en cuenta el año de publicación.

Para una mejor comprensión de la intención de cada volumen, se han recopilado y


transcrito los paratextos de interés incluidos en los poemarios. Merecen un análisis
posterior, o al menos su compendio, ya que el mero hecho de su encargo, el énfasis en
algunos aspectos, su valor literario, e incluso la manera de ubicarlos dentro del volumen
consiguen que en ocasiones complementen y sostengan el propio volumen en sí. Hay
toda una estrategia detrás, de comunicación poética, casi de guerrilla, que apuntala su
poética vanguardista y le permite poder confrontarse con las de sus contemporáneos.

Por último, en la bibliografía final se recogen no solo las entradas utilizadas para el
estudio, sino una selección de lecturas críticas que he ido recopilando sobre su obra, sin
ánimo de exhaustividad.

• Delimitación estética de la evolución de una poética personal y sincrética

Del anterior análisis y segmentación de la obra poética han surgido características,


rasgos e influencias de varias corrientes literarias, como el Postismo, el Grupo Cántico o
la poesía popular, entre otras. Un análisis de dichos rasgos en el contexto generacional,
y del uso que hace nuestro autor de ellos -mezclándolos con otros- ocupa el capítulo III
de la tesis.

Asimismo, y para terminar, parte de ese capítulo y de las conclusiones, desarrollan una
reflexión sobre las razones de la ausencia de este autor en los posibles cánones
literarios, ya sean los programáticos (Postismo y Grupo Cántico), o panorámicos (poesía
española de entre siglos).

13
CAPÍTULO I

EL ARTISTA GINÉS LIÉBANA

14
Mi nombre es Ginés Liébana, de profesión activo.
G. L.

Raramente en un artista la biografía y la poética, el arte y la vida, van unidos de un modo


tan imbricado como en el de Ginés Liébana. José Luis Rodríguez de la Flor (2005)
comenzaba su texto de contraportada para La equis mística, el mismo año en que el
pintor-poeta recibe la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes, de esta manera:
“Ginés Liébana es un artista inclasificable cuyo pensamiento se expresa a través de
variados oficios. Convertida la actividad creadora en deidad particular, su quehacer
cotidiano toma rumbos pictóricos, literarios, teatrales o simplemente placenteros en
conversación con sus afines…”. De igual manera, se expresaba Diego Martínez Torrón al
referirse a Liébana como “un hombre de rebeldía eternamente joven, un artista integral
que pinta y escribe, matizando con una inteligente ironía sus textos, con lo que es doble
el placer del intelecto que se sumerge en su obra”. Más adelante (Martínez Torrón 2002,
321) se pregunta en uno de los primeros y escasos textos críticos sobre la literatura de
Liébana:

¿Ginés pintor, poeta...? Es lo mismo: un artista integral, un hombre del


Renacimiento que vive en nuestro siglo XXI al que interpreta. Un siglo XXI
fraccionado, roto en múltiples imágenes que muestran su desconcierto,
desconcierto del que sólo se sale, nos viene a decir Ginés, a través del amor y a
través del humor y la ironía sentidas con inteligencia.

Esta imbricación entre vida y obra le lleva a escribir textos (auto)biográficos y a redactar
manifiestos artísticos especialmente singulares, mezclando lo cronológico y lo artístico,
la bibliografía con las influencias, sin distinguir a veces la realidad de lo visionario8. En
definitiva, redacta su biografía varias veces, así como autorretratos o textos de solapa
que luego ofrece a otros autores para que de ellos incorporen fragmentos en el aparato
paratextual que complementa sus libros. Además de la nota biográfica y el manifiesto
recogidos en el apartado de anexos, se reproduce aquí su “Autorretrato” publicado en
el dosier “Desdibujo: guardameta que deambula por la orilla de la fábula”, que articula
el número monográfico de homenaje que le dedicó la revista Ánfora Nova (p.32):

8 Vid. Anexos 7.2 y 7.6.

15
AUTORRETRATO

Ginés Liébana. Pintor del Grupo Cántico (Córdoba 1940, baluarte poético al
margen del arte oficial y del compromiso).

En 1950 se instala en París, apostando por la belleza, imaginándola


paralelamente a la realidad.

Por el olvido impuesto a la pintura de caballete, vive silenciado, pero su vocación


de activo indomable no cesa de buscar contactos con gentes diversas, culturas
de cambio; viajando, utilizando la mirada, poniendo su obra y su sentido del
humor después de su vida.

El aislamiento semivoluntario le sirve de refugio para desmitificar la literatura.


Suministrando energía y lenguajes distintos, busca lo que no se nombra, lo que
la costumbre ha olvidado, en un punto que se mezcla con el lenguaje popular.

Este carácter insumiso le convierte en una manera de vivir que está por encima
del quehacer artístico, viviendo la fragmentación de todo y los mundos
superpuestos presentes en sus cuadros y en sus textos. No tiene miedo a
mezclarse con las emociones. Huye sin prejuicios del malestar y del
catastrofismo creado por los intelectuales vividores del desastre.

Puede apreciarse, pues, que su “manera de vivir […] está por encima del quehacer
artístico, viviendo la fragmentación de todo y los mundos superpuestos en sus cuadros
y en sus textos.” 9 Esta característica es básica para entender no solo su periplo personal
y su ubicación en los cánones artísticos, sino también su producción y recepción por las
críticas especializadas.

En cualquiera de los casos, Ginés Liébana nació el 2 de marzo de 1921 en el pueblo


jienense de Torredonjimeno. En la partida de nacimiento (Cántico 2010: 259) viene
registrado al día siguiente como César Liébana Velasco. A los cinco años de edad se
traslada con su familia a Córdoba, donde es escolarizado en el colegio público de San
Hipólito y posteriormente en el Instituto Luis de Góngora y en el colegio Cultura
Española.

9Para redactar este capítulo, algunos datos han sido extraídos de la “Síntesis biográfica y artística” que el
mismo Liébana preparó. (Liébana, 2001 : 75-94)

16
Como a cualquier persona, y especialmente a los familiares del bando republicano, la
Guerra Civil española le marca para siempre; en concreto el fusilamiento de su padre el
mismo día que Federico García Lorca, el 19 de agosto de 1936. En referencia a ese
episodio crucial en su formación, en el documental El Metafisicante. Verbum Tuum dice:
“lo que me salvó es que empecé a burlarme de la cultura que había provocado esa
monstruosidad, que no sirvió de nada”. El hecho de llamarse a sí mismo, mucho más
tarde, “exiliado alegre”, lejos de la frivolidad que podría achacársele, ha de entenderse
como una poética vital, de salvación de su persona, y de salvaguarda de su estética y
libertad artística. Llega a decir de sí mismo décadas después10: “desprovisto de toda
clase de compromisos se aísla en la vigilia del humor, desmitificando la literatura sin
salirse de lo literario. […]A partir de ahí se emplea en encontrarse con lo popular a través
del elitismo”.

Liébana, al contrario de los otros miembros del Grupo Cántico, abandona Córdoba en
cuanto puede, en los años 40, en el inicio de un largo periplo, que primero le hará recalar
en Madrid y le llevará luego a residir fuera de España a partir de los años 50. Pero antes
de esa marcha vive algunos de los años más importantes de su vida, fundacionales por
su iniciación a las artes. Los años de esta década, los 40, son especialmente importantes
por las amistades que frecuenta en Córdoba y por la puesta en práctica de sus
inclinaciones artísticas, con acontecimientos como la fundación del Grupo Cántico y la
publicación de los primeros números de la revista homónima, pero también porque sale
de Córdoba y conoce la efervescencia de la capital, y los artistas que la hacían ebullir.

Probablemente el fragmento más esclarecedor, que también mezcla su personalidad y


sus distintas facetas artísticas, sea el que recoge en su Diario Juan Bernier (2011: 453-
4), el poeta predilecto de Liébana del Grupo Cántico:

Hermano siamés de García Baena, Liébana no conoció el yo jamás, sino el


nosotros. Su mezcla de timidez y de frescura, se unía a la decadencia aparente y
nostálgica del poeta de “Narciso”, en una perfecta cópula de adolescencia. A mí
me costó un ímprobo trabajo el que Gabriel y Ricardo aceptaran la compañía,

10 Texto de contraportada de Brocamanto, Notificado de una carestía (2000).

17
casi peligrosa, de estos dos gemelos en la amistad y ambiguos geniales. Pero
estaba seguro, y así sucedió en efecto, que su personalidad acabaría con las
sonrisas, para dejar paso a la estimación. Ginés ha encontrado en Madrid el
escenario, no sólo para sus corbatas, sino para su superficialidad grácil. Él mismo
ríe de sus poesías, llenas de matronas romanas y disparates a propósito de un
surrealismo ad hoc: Manzanas de un triste color isabelino. O bien: elegíaca
devorarte. Pero oye las demás con una innata tensión sentimental. Molina está
empeñado en crear una revista poética. ¿Por qué no, si contamos con
elementos? Aparte de los poetas, Miguel del Moral y Ginés, que en dibujo y
pintura, para mi crítica, están entre los mejores de España.

Además del Diario de Bernier, otras publicaciones (Liébana, 2019b y 2021) han avalado
que Ginés Liébana escribía y pintaba desde su infancia. Una muestra de sus primeras
manifestaciones en ambas artes puede encontrarse en El libro de don Carlos (Cántico,
1993). Curiosamente, en este famoso e importante volumen para la fundación del Grupo
Cántico, no solo se hace cargo de los dibujos11, sino que además publica un rotundo
soneto, “Eutertpe en el prado”, que resuelve con gran solvencia:

EUTERTPE EN EL PRADO

El delicado y blando caramillo,


en el alcor, Euterpe está tocando
y con saltos de corza, contemplando,
los ángeles entonan estribillos,

en una rama un grácil pajarillo


el silencio violeta está endulzando
recentales y esquilas van bajando
del monte saturado de tomillo.

Los pastores ligeros saltaban, los zarzales,


los montes y collados; -el cielo parecía
un cándido rebaño de blancos recentales.

Las esquilas callaron y la tarde caía,


en el suelo pintado de rayas verticales,
Euterpe entre los tréboles, solo se estremecía.

Ginés Liébana

11 Vid. anexo 7.4. El texto reza “Ginés Liébana pinxit”.

18
19
En este soneto podemos apreciar el gusto, de un lado, por las formas métricas y
temáticas clásicas, pero también ya por esa estética, un poco particular, que comentaba
Bernier anteriormente, especialmente en los versos 8 y 13. Pero, exceptuando estas
colaboraciones en publicaciones literarias esporádicas, la faceta profesional pública de
Liébana se centró en el dibujo y en la pintura, sin dejar por ello de escribir desde los años
30 (Calvo Poyato: 15) o 40.

También en el ámbito dramático, tan cultivado posteriormente, se inició durante su


estancia cordobesa de los años 40. Influirá posteriormente en su trayectoria una de sus
primeras manifestaciones artísticas: la puesta en escena de varias obras de San Juan de
la Cruz en colaboración con Pablo García Baena. Un interesante artículo reciente
(Portela, 2017) ha revelado varios detalles:

…una representación única que tuvo lugar el 23 de diciembre de 1942 en el


Teatro Principal de Córdoba. Se trataba de la versión dramatizada, llevada a
cabo por Pablo García Baena, de las principales obras poéticas de san Juan de la
Cruz (Noche oscura, Llama de amor viva, Cántico espiritual y el poema «Un
pastorcico solo está penado»). Estas páginas, documentadas con las palabras
del poeta cordobés, describirán las soluciones textuales que tuvo que resolver,
así como las novedades que introdujo para dotar de unidad a la heterogeneidad
de los textos originales. La adaptación presenta interesantes cuestiones
receptuales con respecto a la escenografía. Para desarrollarla, García Baena y
Ginés Liébana (que se ocupó de los aspectos visuales), se inspiran en las
representaciones vanguardistas alemanas de Calderón de la Barca.

En cualquier caso y por entonces, Liébana 12 colaboraba en aspectos dramatúrgicos, pero


no en la parte literaria: se encargaba de la parte plástica, de iluminación, y un largo
etcétera de cuestiones relacionadas con la puesta en escena, que posteriormente le
servirán, sin lugar a dudas, para, subvirtiéndolas, inventar sus liebanadramas,
composiciones dramáticas ideadas, normalmente, para ser leídas. Además de la

12 El otro responsable de esta adaptación es Ginés Liébana, que se encargó de la escenografía y de toda
la faceta plástica visual y lumínica de la representación. Probablemente también de la acústica (Portela,
2017: 508).

20
colaboración con García Baena, también participó en el montaje de Cui Ping Sing13 de
Agustín de Foxá en el Liceo del Círculo de la Amistad de Córdoba, texto en el que se
pueden apreciar pinceladas de la sentimentalidad poética que más tarde, desde las
primeras publicaciones poéticas en los años 90, formarán parte de su mundo poético,
en especial de La lira manantiálica.

Liébana comenzó sus colaboraciones profesionales en diarios y publicaciones periódicas


como dibujante e ilustrador desde antes de ser mayor de edad, ya en los años de
Córdoba, antes de marchar a Madrid. Asistía a los estrenos en el Gran Teatro de
Córdoba, dibujaba alguna escena de la obra que se estaba representando y en el
intermedio corría a entregarla al periódico para que fuera publicada en la edición
matutina del día siguiente. A continuación, corría de vuelta al Gran Teatro para seguir
disfrutando de la función.

13 Reproduzco uno de los pasajes más conocidos de dicha obra de de Foxá:

…Hoang:

Escucha…
¿En qué otro mundo de cerezas raras
oí tu voz? ¿En qué planeta lento
de bronces y de nieve, vi tus ojos
hace un millón de siglos? ¿Dónde estabas?
Fuiste agua hace mil años.
Yo era raíz de rosa, y me regabas…
Fuiste campana de Pagoda, yo era
nervio del ojo que miró a tu bronce.
Nos hemos perseguido
alma con alma, atravesando cuerpos
peregrinos de venas y latidos,
por pieles de animales, por estambres,
escamas, esqueletos cortezas;
por mil cuerpos y sangres diferentes,
alma con alma, cincelando torres
de espíritu con lágrima y sonrisa…

…Hoang:

Tú fuiste, Cui-Ping-Sing, todo lo claro,


el cisne o la ceniza.
Yo fui todo lo oscuro,
la raíz, la tortuga.
Tus pechos
son dos nidos calientes,
tejidos en la rama de un almendro…

21
En 1940 se traslada a Madrid para formar parte del equipo del semanario El Español, en
el que permanecerá hasta la desaparición de la revista. También colaborará con La
Estafeta Literaria o Fantasía. No obstante su residencia en Madrid 14, viaja a Córdoba
frecuentemente durante esa década y forma parte activa de su vida cultural. Además de
realizar varias exposiciones en la ciudad andaluza en los años 1943 y 1948, ilustra las
Elegías de Sandua15 de Ricardo Molina. En Madrid, realiza varias portadas para la revista
Garcilaso, expone en el Círculo de Bellas Artes (1943) y comienza a colaborar con el
Instituto de Cultura Hispánica, ilustrando catálogos y demás obras gráficas. Pero serán
las amistades el punto de inflexión en la carrera artística y en la peripecia personal de
Liébana. En ese escenario madrileño, tan a gusto del autor, conocerá a Francisco Nieva 16,
a Carlos Edmundo de Ory y al resto de postistas, que por aquel entonces comenzaban a
forjar ese movimiento literario. El triángulo Nieva-Ory-Liébana será un revulsivo estético
para el germen de su poética literaria recién nacida en la Córdoba de Cántico, al abrigo
de Juan Bernier. En aquellos años conocerá a multitud de artistas, pero son dos los que
marcarán su visión literaria y sus pasos futuros: Francisco Nieva y Carlos Edmundo de
Ory.

Y llega el momento en que esas amistades madrileñas de Liébana entran en contacto


con sus amigos cordobeses. Gracias a Liébana se produce el encuentro los primeros fríos

14Pablo García Baena le dedica el conocido poema “Ginés Liébana. Ibiza, 35”, en referencia a su dirección
postal.

15Libro fundamental para Liébana, que posteriormente volvería a publicar con un texto ficticio a modo de
introducción, “Evocación de un texto inventado” (Molina, 2003).

16 Francisco Nieva había nacido en Valdepeñas en 1924 y en esa Mancha de Alonso Quijano entró en
contacto con el postismo a través de su paisano Juan Alcaide, a quien conoce en su pueblo en 1941.
Seguidor del movimiento madrileño desde la publicación de los primeros manifiestos, el poeta manchego,
que había sido profesor particular suyo, le dio a Nieva las señas en Madrid y el teléfono de su amigo Carlos
Edmundo de Ory y le preparó para recibirle como criatura excepcional y aureolada por ese turbio y
atractivo prestigio. Y, ante todo, le sugirió que el postismo era como una brecha en la espesura desabrida
del ambiente artístico de entonces. Ignoro si se llamaron antes, pero lo cierto es que se conocieron de
repente, como por azar, con ocasión de la exposición de “Arte Italiano Contemporáneo” celebrada en el
Museo de Arte Moderno de Madrid poco antes del verano de 1948. Nieva era un simple estudiante de
Bellas Artes, un muchacho bastante desvalido que buscaba hacerse un hueco en el mundo del arte y
realizaba dibujos e ilustraciones para los periódicos y revistas del Movimiento, donde conoció a Ginés
Liébana. Ory, un poeta mentado en casi todos los corrillos literarios y artísticos y considerado el más
moderno, el más lanzado, el más enterado de aquel escuálido pero riguroso underground madrileño.
(García Gil, 2018: 251)

22
días de 1949 en Madrid entre parte del Grupo Cántico y el Postismo. Así lo contó Pablo
García Baena (2011: 25-26):

“Tres poetas de Cántico, Ricardo Molina, Julio Aumente y Pablo García Baena,
han venido a Madrid en semana de vacaciones pascuales. Me divierte
encontrármelos aquí y no con un fondo de cancela y patio...” Así escribía
Gerardo Diego en un artículo publicado en Dígame, el semanario taurino, en
enero de 1949. Y fue en uno de esos días cuando conozco a Carlos Edmundo de
Ory, en el encuentro fraternal del Postismo y Cántico, dos cismas en desacuerdo
con la llamada poesía oficial. Tuvo lugar esta reunión en casa de Francisco Nieva,
avenida de la Reina Victoria, un atardecer frío alumbrado por faroles con la
electricidad tenebrosa de posguerra. Gabino Alejandro Carriedo cuenta en su
diario cómo se realizó la velada: “Presentaciones, júbilo, lectura de versos,
música; se repartieron huesos de esqueleto humano a todos los asistentes y
Chicharro colgó de su cuello un mentón para reírse a mandíbula batiente.”

A este relato, añade posteriormente García Gil (2018: 231) un interesante detalle: “Ese
día, Ory conoce por fin a los poetas de Córdoba de los que tanto le había hablado Ginés
Liébana”.

Durante las décadas de los 50 y los 60, y antes de instalarse nueva y definitivamente en
Madrid en 1968, inicia un periplo por Europa y América que complementará su visión
artística y personal. Precisamente en 1950 participa en una importante exposición en la
bienal del Instituto de Cultura Hispánica, que se convierte en un episodio clave para su
vida futura, ya que ahí conoce a la clavecinista brasileña Ofelia do Nascimento,
compañera sentimental hasta 1957, con la que viajará a América. En estos años
compartidos de vivencias, viajes y proyectos artísticos, do Nascimento le organiza una
exposición en la Galería Estilo de Madrid en el año 1951, a la que habría que sumar otras,
colectivas o individuales, en la Galería de Paul Morihien (Palais Royal) de París, donde
conoce a Jean Cocteau. Entre las colaboraciones u ocasiones destacables, antes de su
partida a Brasil en 1954, destacan la ilustración para Semana (1952) de Gerardo Diego o
la exposición colectiva en la parisina Maison de l’Amerique Latine (1953), donde conoce
a Eric Satie. Durante su estancia en Río de Janeiro, expone en la Galería de Henry Klich
en Copacabana y realiza las ilustraciones que posteriormente expondría en Madrid.

23
Tras su estancia en Brasil, recala en París, con viajes intermitentes a España, y trabaja
como pintor, ilustrador y en colaboraciones con las artes escénicas. Por ejemplo, en
1954 monta el espectáculo de la artista flamenca Gabriela Ortega, que llevará por todo
el mundo. Asimismo, ilustra el catálogo del Ballet de París y realiza exposiciones de
“invenciones” en la Biblioteca Española de París, con piezas que confeccionaba
utilizando plantas tropicales brasileñas, lo que le valió un reportaje en Mundo Hispánico.
Su interés por la poesía no le abandona en ningún momento, y en noviembre de 1956
dirige un recital de poesía taurina a cargo de la mencionada Gabriela Ortega. En 1957
regresa a Brasil y, tras romper sentimentalmente con su compañera Ofelia do
Nascimento, conoce a Lata en 1958, su nueva compañera.

En los años 60 sus múltiples exposiciones reciben críticas positivas y elogios de autores
de todas las tendencias, como, por ejemplo, César González Ruano. Expone con Mingote
en Torremolinos, con el comisariado de Rafael de Penagos. Durante estos años son
intensas e importantes nuevamente las relaciones con Francisco Nieva y Carlos
Edmundo de Ory. Francisco Nieva le invita en 1962 a pasar una temporada en Venecia,
en la casa del pintor Di Pissis que había alquilado. Posteriormente vuelve a París, donde
realiza el retrato de Carlos Edmundo de Ory, quien le invita a pasar una temporada en
Amiens, donde frecuenta La Maison de la Culture y trabaja en ella. Esta década vuelve a
retomar las amistades y el contacto con dos de los artistas que más le habían influido
durante los años 40, conviviendo con ellos en Francia e Italia.

En abril de 1968 regresa a Madrid y se instala en una vivienda de la calle Clara del Rey,
que se convierte en punto de reunión del mundo artístico; a ella acuden habitualmente
Antonio Gala, Joan Manuel Serrat, Francisco Nieva, Sara Montiel, Gloria Fuertes, Lucía
Bosé o Juan Pardo, entre otros intelectuales y artistas. A partir de esa fecha, y
coincidiendo con el fin del franquismo y una mayor apertura cultural para la España de
la época, comienza las colaboraciones con las nuevas entidades y realidades artísticas
españolas. Realiza exposiciones de sus ángeles, comisariadas por Lucía Bosé, en su casa
de Clara del Rey, ilustra varios vinilos de artistas como Juan Pardo o Silver y Sue Sunny,
que le aportan gran visibilidad, y expone en algunas importantes galerías de la capital,

24
como Old Home (1974), Elía (1974, con texto de Francisco Nieva), Grin-Gho o Atenas y
Seiquer, en 1975.

En 1977 se casa con su sobrina María Torrelas, y nace su hijo Mateo. Los años siguientes
realiza retratos de personalidades y expone por toda España. Continúa su labor
ilustrando libros como La España de Galdós de María Zambrano e interviniendo como
escenógrafo en La herida en el tiempo, de Prestley, dirigida por Tina Sáinz en Málaga.

Durante los años 80 realiza algunos retratos, como el de Juan Carlos I o Sisita Milans del
Bosch, lo que le da visibilidad en la prensa, de la mano de Francisco Umbral17 y otras
personalidades del mundo cultural que lo tratan y nombran continuamente en los
medios de comunicación y lo dan a conocer a la España de la Transición. Publica su
famoso retrato del pintor Antonio López en Época, comienza a recibir premios y es
objeto de reconocimiento mediante reportajes periodísticos y televisivos. Participa en
la exposición colectiva “Bodas de diamante del cubismo” en la Universidad Complutense
de Madrid o en “Maestros de la pintura andaluza contemporánea” en Sevilla, entre otras
muchas. Comienzan a sucederse los homenajes al Grupo Cántico y a su persona en
distintos formatos.

Y es a finales de la década de los 80 que adviene un momento crucial en su trayectoria


literaria y, consecuentemente, en su vida pública como artista. El debut editorial como
autor literario de Ginés Liébana sucede en marzo de 1987, con la publicación del pliego
Si la Marlene viniera, al contrario de lo afirmado en distintas ocasiones 18, en las que se
ha recogido erróneamente que su primera obra era Recuento erótico despótico del árbol
en la alcoba (1989).

17Viene de Córdoba, Ginés Liébana, viene de los limones tipográficos de Cántico, y va hacia una soledad
de genio a solas, pasando por postguerras, marquesas, coches descapotables, y teatros, pasando por
poetas y familias, su angelología a pluma, en un armario, siempre entre William Blake y los Bosé. El País,
1984. (Ánfora Nova: 27).

18 Por ejemplo, en una nota biobibliográfica sin firmar (Ánfora Nova: 26).

25
El año 1987 es un año importante en su trayectoria vital y poética por varias razones. En
primer lugar, como se ha dicho, porque da a la imprenta su primera publicación literaria
exenta, pero, además, porque da el paso de inscribir en el registro de la propiedad
intelectual cuatro obras de teatro de su autoría inéditas. Consecuentemente, estos
cuatro manuscritos se catalogan y depositan en la Biblioteca Nacional y quedan
disponibles para consulta. Han sido incorporados al corpus dramático 19.

En definitiva, tras casi medio siglo escribiendo, decide dar el paso y registrar la autoría
de cuatro liebanadramas y publicar un breve, pero importantísimo poema, en una
edición no venal de circulación reducida. Muy probablemente la razón tenga que ver
con la publicación también en marzo de ese mismo año del libro de Jaume Pont El
Postismo, un movimiento estético literario de vanguardia, volumen fundamental para
reconstruir la importancia del grupo y de sus integrantes en el canon literario, en el que
Liébana aparece solo anecdóticamente como autor de una ilustración de Carlos
Edmundo de Ory (Pont: 239).

Como he señalado, a partir de este momento comienza a registrar y publicar sus obras
literarias inéditas con gran emergencia y rapidez. Hay dos sucesos que empujan a
Liébana a manifestarse públicamente como autor literario, y los dos tienen que ver con
el Postismo. El primero es la citada publicación en 1987 del libro de Jaume Pont, y el
segundo son los Cursos de Verano sobre el Postismo organizados por la Universidad
Complutense en 1995 en El Escorial. Pareciera que el hecho de verse apartado pública y

19 El aliento de la estatua. Extremecimiento y paseo de un suceso irreparable. Depositado en Biblioteca


Nacional, Madrid, 1987, 57 páginas, encuadernación en canutillo. Depósito legal: M-32982-1987,
signatura: VC/17738/14. El hombre que se casó con Charles Chaplin. Pasillo de comedia con mucha
pausa-suspir. [Pseudónimo: Ferrante Parla]. Depositado en Biblioteca Nacional, Madrid, 1987, 77 páginas,
encuadernación en canutillo. Depósito legal: M-32980-1987, signatura: VC/17790/10. Brutilda la
bellacona, mujer de presa. Tragedia cateta con una visión y una escabechina en el último momento,
escrita en lenguaje autonómico por Ginés Liébana. Depositado en Biblioteca Nacional, Madrid, 1987, 82
páginas, encuadernación en canutillo. Depósito legal: 32983-1987, signatura: VC/17870/18. El navegante
que se quedó en Toledo, Depositado en Biblioteca Nacional, Madrid, 1987, 75 páginas, encuadernación
en canutillo. Depósito legal: 32981-1987, signatura: VC/17738/15.

26
oficialmente de dicho movimiento le empujara a publicar sus obras literarias inéditas
con furibunda celeridad. De hecho, entre 1988 y 1990 publica cuatro liebanadramas 20.

A partir de este momento, Liébana va conviviendo paulatinamente con el hecho de ser


considerado el pintor del Grupo Cántico que también escribe, y de ser tratado con
condescendencia por sus compañeros de grupo aún vivos; a la par que el público general
va conociendo su obra literaria y apreciándola o ignorándola con el pasar de los años.
Uno de sus primeros textos, de gran tirada, es el Recuento erótico despótico del árbol en
la alcoba, publicado en la revista Interviú en 1989, y bellamente ilustrado.

La primera parte de la década de los 90 la pasa ilustrando publicaciones, reescribiendo,


participando en actos públicos, exponiendo su obra pictórica, y sumando
reconocimientos y referencias de importancia, como la tercera de ABC “Lo neo cateto”
(Liébana, 2001: 88), firmada por Nieva, acerca de la afición de Liébana de mezclar lo
popular y lo elitista. Ese mismo año de 1992 entrega al crítico Romera Castillo parte de
su correspondencia con Carlos Edmundo de Ory para que la publique, lo que le cuesta
el principio del fin de su amistad con el poeta gaditano. En 1993 prepara la edición del
volumen Los Ángeles, en colaboración con La Empresa Invisible. Durante 1994 tiene
algunas apariciones como poeta, como la publicación de poemas sueltos en el diario
Córdoba, y la lectura poética en el ciclo “Miércoles de Poesía”, del Centro Cultural de la
Villa, presentado por Fina de Calderón.

Pero es nuevamente en el año 1995 en el que se produce otro punto de inflexión en su


trayectoria, que afectaría a la parte literaria. Se trata de los cursos de verano 21 de la

20 El navegante que se quedó en Toledo. Paisajes de la vida del pintor Doménico Theotokópoulos (1988);
El mueble obrero (Redoble bárbaro) (1990); Penumbrales de la Romeraca (1990) y ¡Bye Bye lágrimas!
(1990).

21“Fue la tarde del jueves 3 de agosto de 1995 cuando conocí a Carlos Edmundo de Ory. Recitaba poemas
dentro del curso «Aniversarios y Homenajes», que además de homenajear a José Bergamín o a Adriano
del Valle, entre otros, celebraba que se cumplían cincuenta años del postismo, el único movimiento de la
inmediata posguerra que, con su reivindicación de la imaginación y la libertad expresiva, prolongó el
espíritu audaz e innovador de toda una época.

A la lectura estaba prevista la asistencia de Silvano Sernesi, quien no pudo acudir por encontrarse
enfermo. En su lugar, habían colocado a Gines Liébana, pintor y escritor cercano al Grupo Cántico, con

27
Universidad Complutense, el escenario en el que coincidirían nuevamente Liébana y
Carlos Edmundo de Ory 22. Dicho encuentro, el penúltimo entre ambos autores, no
terminó bien, ni llegó a darse totalmente del todo, como narra el biógrafo de Ory, García
Gil (2018: 415).

El último contacto personal –poco afortunado, por cierto– lo tienen en julio de 1995 en
los Cursos de Verano de El Escorial a donde ambos acuden invitados a participar en unas
jornadas sobre el postismo. Cuando Liébana está ya sentado en la mesa que debe
compartir con Ory, el gaditano –con camiseta de manga corta negra y veraniegas
sandalias– se rebela y rehúsa compartir la tribuna con su antiguo amigo. Liébana acabó
bajándose y abandonando la sala. El cordobés, que había retratado a Ory en los meses
de Amiens, para castigarlo fue modificando con “wildeano” sentido del humor su rostro
en aquel cuadro hasta convertirlo en un ser monstruoso.

En este preciso momento, el jueves 3 de agosto de 1995 a las cinco de la tarde, Ginés
Liébana no solamente es denostado como escritor por los supervivientes del Grupo
Cántico, sino además defenestrado literal, pública y oficialmente del Postismo por su
viejo amigo. Tal vez por ello inmediatamente publica dos títulos de poesía, entre 1995 y
1996. El segundo de ellos, Donde nunca se hace tarde (El viento pasa tarjeta), puede
considerarse su primer poemario, y en sus solapas Luis Antonio de Villena afirma: “Ginés
es pintor de Cántico y personaje y autor del postismo. […] Si Nieva es -parcialmente- el
teatro (algo tardío) del postismo, Ginés Liébana lo es también. […] Liébana: una risa
postista”.

cuya inclusión Ory se mostró abiertamente en desacuerdo: «No es postista, es que no es postista…»
repetía por las galerías de aquel claustro, mientras Laura trataba de calmarle con la dulce tila de su voz
francesa. Tal era su cabreo que no nos pareció aquel, el mejor momento para detallarle nuestras
intenciones. (García Gil, 2011: 15-16)

22 Sobre la preparación de dicho curso, puede consultarse el artículo de Baltar (2018): “Ante la posible
intervención de Sernesi en el Curso de Verano de la Universidad Complutense, De Ory quiere aleccionarle
para que no se salga mucho del guion, de la versión oficial, aunque ambos sean conscientes del engaño:
tú dirás lo que quieras. Pero yo te aconsejo prestar oídos a lo que dicen los otros (críticos y estudiosos del
postismo), como escuchador neutro, sin interrumpir ni dar muestras de entusiasmo o lo contrario. Yo haría
lo mismo. Luego, aparte, si tenemos que tomar la palabra, hablamos tranquilamente, sencillamente,
buenamente y alegremente de la COSA que es la CASA del trío postista, o sea LA PURA AMISTAD en los
madriles de los años 40 compartida a diario de los verdaderos postistas perseguidos e insultados por los
nacionales furiosos de nuestra osadía al proclamar en la portada de nuestro único número de la revista
POSTISMO letras capitales: ESPAÑA LANZA EL POSTISMO.

28
A partir de este momento, denostado en la intimidad por los supervivientes del Grupo
Cántico y rechazado públicamente por la oficialidad del Postismo, Liébana se dedica al
collage, a escribir y revisar sus viejos escritos y a publicar de cualquier manera la ingente
cantidad de manuscritos que había ido acumulando y reescribiendo desde los años 30.
En el cambio de siglo, durante los años 1999 y 2001 da a la imprenta nueve volúmenes,
de los que ocho son entregas poéticas. La recepción de Liébana 23 irá considerándolo, de
un modo paulatino y desigual, escritor y pintor, y no solo pintor, o “el pintor de Cántico”.

Liébana se toma el cambio de siglo y milenio como una oportunidad para seguir creando
de un modo distinto. A sus 80 años, las fuerzas ya no le dan para dedicarse a la pintura
de caballete, y decide pasarse al collage y a cultivar la literatura con la llegada del nuevo
siglo. Salvando todas las distancias posibles, intenta vivir como un joven vanguardista,
tal vez a imitación de lo que hicieran sus añorados postistas medio siglo antes24. Se da
por lo tanto a la vida pública, a las lecturas poéticas, a publicar todo lo que puede,
aunque las características editoriales no sean las de una distribución normalizada o con
garantías mínimas de calidad, y se rodea de jóvenes poetas, con una media de unos 60
años menos que él. En esos años del cambio de siglo realiza varias lecturas poéticas
públicas y acciones artísticas en las que pinta en directo ángeles y los subasta o vende a

23Una de los críticos literarios que han estudiado la obra de Liébana durante más tiempo y con mayor
acierto y respeto ha sido Rosa Luque Reyes. Reproduzco aquí un fragmento de entrevista realizada en los
años 90, aunque publicada posteriormente (2011: 53-67):

-R.L.: Se dice de ti que eres un artista completo, casi al estilo renacentista, en el sentido de que lo mismo
pintas que escribes o haces lo que se tercie.
-G.L.: Yo soy una manera de vivir. Lo primero que me interesa es vivir, y luego todo lo que arrastra la vida,
que muchas veces es dibujar, otras veces escribir, otras veces pintar. Y en ese sentido no tengo ninguna
prisa. Fíjate, tengo 69 años, y piensa en todos los que llevo en esto y todavía estoy en la sombra.
-R.L.: Pues a pesar de tus años tienes todavía un inequívoco aspecto bohemio. Parece que todavía
estuvieras paseando por Montmartre.
-G.L.: Por eso, porque me he dedicado a vivir. Es que mi generación se ha dedicado a sufrir, y a estar
siempre comprometidos, preocupados, cuando lo interesante es vivir. ¿Cómo se puede ser triste en una
geografía como Córdoba?

24Si la primera andadura del Postismo se concretó en la reunión de Ávila, su lanzamiento “público” se
materializaría en Madrid. Eduardo Chicharro, Carlos Edmundo de Ory, Félix Casanova de Ayala, y Jaime
Pol Girbal, que han hecho biografía e historia del Postismo después de haberlo vivido desde dentro como
postistas, coinciden en que el movimiento nació oficialmente en el Café Castilla, a comienzos de 1945.
Casanova de Ayala es el más concreto al respecto. […] Unas triangulares tarjetas de visita, con el nombre
y número de teléfono de los fundadores del Postismo a cada lado, fueron repartidas en el mencionado
café con ceremonial -en expresión de Casanova de Ayala- entre histérico e histórico. (Pont: 45).

29
bajo precio para ayudar a la editorial donde publica sus plaquettes. De esa serie resulta
especialmente significativa la plaquette “Can Can-Cántico”, vocablo en el que une el café
donde se realizaban las lecturas (por entonces lugar de acogida y cuartel de invierno de
Liébana) con el grupo poético a cuyo canon no tenía acceso más que como ilustrador. A
partir de ahí se decide a publicar tratando los mismos temas de Cántico, pero con otra
estética y, sobre todo, otro punto de vista25.

Con una poética sin prejuicios, contundente, continúa publicando buena parte de su
obra inédita y escribiendo nuevos libros de poesía y teatro hasta su muerte, el 31 de
diciembre de 2022. Cabe destacar los homenajes que distintas instituciones le brindaron
en ocasión del centenario de su nacimiento, durante 2021, lo que propició varios actos
oficiales, deslucidos por la pandemia algunos de ellos, la publicación de varios
volúmenes de homenaje, recogidos en la bibliografía, y una exposición fotográfica y
bibliográfica en la Casa de Góngora en Córdoba.

Por último, si el sentido del humor y la ironía han sido siempre recursos predilectos en
su obra artística y en su vida, como ha servido también de excusa o subterfugio para los
críticos que han tenido que acercarse, por una razón u otra, a su obra sin mucho
detenimiento, tampoco podía faltar la ironía y la media sonrisa en el momento del
último adiós. Así, en el solemne momento de descubrir su lápida en el cementerio
cordobés de San Rafael, pudo apreciarse, y así lo recoge la prensa, que de las 13 palabras
que conformaban dicho monolito, dos tenían errores de ortografía26.

25Tratará algunos de los temas recurrentes de algunos poetas de Cántico (la Semana Santa, el vino, la
Virgen de los Dolores, etc.) desde una perspectiva transgresora.

26Ginés Liébena, el curioso error en su monolito que haría sonreír al artista. A la hora de descubrir la placa
del artista, esta contenía dos errores ortográficos. (Peña,2023). El texto del monolito reza: “In memorian
/ GINÉS LIÉBENA VELASCO / Pintor y escritor del / GRUPO CÁNTICO / 1921-2022”. Vid. Anexo 7.14.

30
CAPÍTULO II
ELENCO DEL CORPUS LITERARIO

31
2.1 Conformación del corpus literario

El corpus literario de Ginés Liébana está conformado por sus publicaciones exentas en
dos géneros -poesía y teatro (liebanadramas)-, y por los volúmenes dramáticos
depositados en la Biblioteca Nacional, algunos de ellos a día de hoy inéditos.

Liébana denomina sus obras dramáticas con el vocablo “liebanadrama”. Son obras 27
dramáticas, habitualmente dialogadas, con estructura normalmente organizada en
cuadros y elenco de personajes. Algunos de ellos, también dialogados, tienen una
estructura más parecida a la narrativa que al género dramático. Son piezas teatrales
para ser leídas y de difícil interpretación o puesta en escena, por su carácter
vanguardista, e incluso surrealista. Solamente de una de ellas, Resucita Loto, se ha
conseguido hacer una puesta en escena, aunque no dramática, sino musical. Se trata de
una ópera de cámara para recitador, voces múltiples y grupo instrumental.

El corpus poético está conformado por publicaciones exentas, como libros, plaquettes o
cuadernos y pliegos. A continuación, un cuadro de publicaciones28 a modo de resumen.

TÍTULO GÉNERO POEMAS- EDITORIAL AÑO


PÁGINAS
Si la Marlene viniera P 1 Rafael 1987
Inglada Ed.
El aliento de la estatua. L 57 Depositado 1987
Extremecimiento y paseo de un BN
suceso irreparable
El hombre que se casó con Charles L 77 Depositado 1987
Chaplin. Pasillo de comedia con BN
mucha pausa-suspir

27 ¿Qué podemos pensar de esta dramaturgia, que bien puede llegar a indignar a muchísimos
profesionales, tanto de la pluma como de la escena? Digamos, primero, que los “profesionales” no tienen
el menor sentido del humor y, es muy probable, que no perciban como Ginés Liébana se burla de todo, lo
parodia todo […]. Uno se interna, asombrado, por esos diálogos, y se pregunta ¿qué quieren decir? Pues
es muy sencillo. Lo que están diciendo. Y todo el argumento está sometido a ello, y es mayoritariamente
un pretexto. […] ¿Teatro surrealista, teatro del absurdo, teatro disecado, teatro vivo y muerto, dadaísmo
barroco? Imposible sería definirlo con otras leyes que no sean las de su proveedor y que nos lleguen de
su desván secreto, henchido de subjetividad […]. Este misterioso objeto teatral se hace digno de conocer
para demostrar, cuanto menos, que aquel grupo, ya histórico, de Cántico albergaba, también en su seno,
a un vanguardista tan osado, radical y enigmático como Ginés Liébana (Nieva, 1998).

28 En rojo aparecen las publicaciones de poesía.

32
Brutilda la bellacona, mujer de L 82 Depositado 1987
presa. Tragedia cateta con una BN
visión y una escabechina en el último
momento, escrita en lenguaje
autonómico por Ginés Liébana
El navegante que se quedó en L 75 Depositado 1987
Toledo BN
El navegante que se quedó en L 88 Endymión 1988
Toledo. Paisajes de la vida del pintor
Doménico Theotokópoulos
[1ª edición]
El mueble obrero (Redoble bárbaro) L 101 Ars Media 1990
Penumbrales de la Romeraca L 124 Dip. Córdoba 1990
¡Bye Bye lágrimas! L 52 Endymión 1990
[coautoría]
Sofá y querella. Libro ocurrido con la L 78 Ayto. Priego 1995
persecución a un burlador que
descubre el amor
Sostenida bajada continua P 14 Rev. Menú 1996
Donde nunca se hace tarde (El P 74 Endymión 1996
viento pasa tarjeta)
La industria del deseo (Casanova en L 104 Edisur 1998
Priego de Córdoba) [Reescritura
de Sofá y querella]
Can Can-Cántico P 11 Can-Can 1999
El excelente inolvidable P 9 Can-Can 2000
Brocamanto (Notificado de una P 15 Can-Can 2000
carestía)
Síntesis P 67 U.N.E.D. 2000
Manantiálica P 10 Ayto. 2000
Montilla
A ver si se atreve el viento P 56 Edisur 2001
(Sobredios de la travesura)
La tarde es Paca P 44 Endymión 2001
La Ronda de la Copa (Regalo es P 84 Ayto. 2001
nacer ebrio) Córdoba
[2 ediciones]
La tienda de las ambigüedades L 88 Rev. 2001
Ficciones
El Andaluna (Linaje del Sur) P 55 Edisur 2003
Travesía de la humedad P 37 Rev. Ánfora 2003
Nova
La equis mística P 63 Biblioteca 2005
Nueva
Bolso de piel de padre (Tragidrama L 88 Edisur 2006
del cocodrilo gay que mató a su
padre para hacerse un bolso con la
piel).
Bestiamante. Asalto a la perfección L 112 Almuzara 2006

33
El festín de Maqueronte (Brutilda la L 104 Rev. Ánfora 2008
Bellacona) Nova
La lira manantiálica P 32 Cálamo & 2008
[1ª edición] Cran
Cantos al amorsillega (Claves para P 33 Ayto. Villa del 2009
consonar la compasión y el grito en Río
la zanja de los columbarios
flamencos)
Las dos iglesias y el kamikaze L 92 Endymión 2010
Resucita Loto L 82 Sibirana 2011
Cautivo placer acorazado P 44 Ayto. Villa del 2011
Río
Notificado de una carestía P 10 Dip. Córdoba 2012
El navegante que se quedó en L Ayto. Villa del 2012
Toledo. Paisajes de la vida del pintor Río
Doménico Theotokópoulos
[2ª edición]
Hospitalito a mano derecha P 45 Andrómina 2014
La lira manantiálica P 54 Antígona 2014
[2ª edición]
A la poesía, por su vecindad con el P 17 DeTorres 2015
bostezo, le sobran las palabras
Amores pasajeros al tren P 86 DeTorres 2019
100 páginas para 100 años P 32 Utopía 2021
El jardín de Cartagena 94 Ayto. La 2021
[reedición La tienda de las Zubia
ambigüedades]
La Caspa P 13 Rafael 2023
Inglada Ed.

ANTOLOGÍAS ---------- ------------ ------------------ --------

Si me pides romero (Poesías P 197 Comares 2021


escogidas)

2.2 Publicaciones no incluidas en el corpus

Son de dos tipos: las publicaciones literarias sueltas, dispersas, en diarios o volúmenes
compartidos, y las publicaciones no literarias.

34
2.2.1 Publicaciones literarias sueltas y dispersas

Aunque la mayoría de la producción literaria está recogida en los volúmenes exentos


que conforman el corpus, hay también algunas publicaciones literarias sueltas o
dispersas, como poemas o breves textos dramáticos en revistas, discursos, textos en
periódicos, diálogos, relatos, manifiestos, poéticas y algunos otros textos de pequeña
extensión, de los que se ha recogido una selección de los más significativos en la
bibliografía general.

Mención especial, como artista cuya formación bebe en parte de las vanguardias
históricas, merecen los manifiestos que fue publicando cada cierto tiempo, como el
pasquín Consideraciones de un pintor que se considera insigne ante el hecho gratificante
de las subastas (Liébana, sin fecha)29, las poéticas en prosa en la mayoría de sus
poemarios, el discurso de entrada en la Real Academia de Córdoba de Ciencias, Bellas
Letras y Nobles Artes, Córdoba, capilla de lo oculto y de la belleza empolvada (Liébana,
1996), algunas colaboraciones en periódicos, o el famoso relato erótico Recuento erótico
despótico del árbol en la alcoba (Liébana, 1989).

29 Vid. anexo 7.6.

35
2.2.2. Publicaciones no literarias

Son múltiples las publicaciones no literarias en las que Liébana colabora parcialmente o
se publican bajo su nombre a lo largo de varias décadas, prácticamente desde los años
40. Desde los catálogos de arte y los programas de mano o de sala, hasta un sinfín de
volúmenes de distinto cariz, en muchas ocasiones heterogéneos, de factura heterodoxa,
y de difícil clasificación; pero no literarios.

Por lo que respecta a su faceta de ilustrador, no solo hay que traer a colación las
archiconocidas colaboraciones en la revista Cántico o Garcilaso, en los diarios El Español,
La Estafeta Literaria o Fantasía, sino también las ilustraciones editoriales para libros de
literatos reconocidos, como, por ejemplo, María Zambrano, Vicente Aleixandre o
muchos de los publicados en la editorial Endymion, cuya maqueta editorial de cubierta
para su segunda época diseñó.

En este sentido, hay que señalar un reciente volumen (García Baena y Liébana, 2021),
publicado de forma exenta, pero ya conocido en su mayoría por su inclusión en la
edición de Inglada (2010). Con estética similar a la de El Libro de don Carlos, Liébana
ilustra tres cuadernos de poemas de juventud de Pablo García Baena: Escuadra, Por el
mar de mi llanto y Recuerdo de un olvido. Aunque por intereses editoriales en la cubierta
aparece un texto contradictorio30, la aportación de Liébana es meramente la de ilustrar
los poemas de García Baena, como en muchas otras ocasiones en las que el volumen no
viene firmado por el ilustrador, sino por el literato.

Existe también otra serie de libros mixtos que podrían considerarse como libros de
artista firmados exclusivamente por él en cubierta, como De Angelis (Liébana, 1990), en
el que su aporte se reduce meramente a los dibujos de ángeles -con título o leyenda en

30Antes de Cántico. Edición facsímil de los cuadernos de poesía Escuadra, Por el mar de mi llanto y
Recuerdo de un olvido 1939 – 1941 creados por Pablo García Baena y Ginés Liébana. Prólogo de Jesús
Cabrera, Córdoba, Cántico, 2021. Depósito legal: CO 675-2021. ISBN: 978-84-18639-29-6.

36
página impar-, que completan la edición junto a un texto de Carlos Villarrubia y la
conocida cita de Vicente Núñez31, que da sentido a la muy cuidada colección.

En este sentido, conviene detenerse en Liebanángeli (Liébana, 2008). No es una obra


literaria, sino el catálogo o publicación en ocasión de una exposición. Sin embargo, los
textos breves que acompañan a las obras pictóricas, no sólo a manera de título, sino
también de anotación o leyenda, le brindan un carácter particular, casi híbrido o de
transición. En un sentido similar, Acorde de duende (Liébana, 2019), el último gran
catálogo que acompaña a la exposición postrera que realiza Liébana en vida en un
espacio de prestigio (Museo Casa de la Moneda), lleva un breve y hermoso poema, que
fue recogido posteriormente (Reche, 2021).

Pero, si hay un volumen que representa precisamente el carácter editorial pero no


literario de Liébana, es Los Ángeles32, firmado en cubierta por Ginés Liébana y también
por La Empresa Invisible. En la presentación 33 puede leerse:

Este proyecto fue ofrecido a la Diputación de Córdoba, porque pensamos que


era el lugar idóneo para que naciera el libro, es la ciudad de San Rafael, uno de
los tres arcángeles mayores: por ello y por la vinculación personal de Ginés
Liébana con la ciudad, así lo decidimos entre todos los que formamos la Empresa
Invisible, Lucía Bosé, Carlos Villarrubia, Luis Racionero, Leopoldo Alas, Francisco
Nieva, Vicente Núñez, Eduardo Mármol, Rosa Perales y todos los que se fueron
uniendo al grupo posteriormente.

Por último, toca detenerse y aclarar la factura de dos recientes volúmenes, llevados a la
imprenta con dudosa praxis editorial y escaso conocimiento de ecdótica, por lo que
quedan excluidos del corpus literario:

31 “¿No lloras recordando los laureles de Munda?”.

32 En página de créditos se recoge que lostextos son de Leopoldo Alas, Miguel Bosé, Nacho Cano, Feliciano
Delgado, Pablo García Baena, Francisco Nieva, Vicente Núñez, Rosa Perales, Luis Racionero, Antonio
Ramos y Carlos Villarrubia, estando el diseño y la coordinación a cargo de Lucía Bosé y Rosa Perales.

33 Firmada por la Empresa Invisible en página 9.

37
• LIÉBANA, Ginés, La Merde. Cuaderno de viajes 1949-1950. Edición
parcialmente facsímil sin firmar. Córdoba, Cántico, Colección “Ginés Liébana
y su tiempo”, 2019.

En 2019 la editorial Cántico, en la colección “Ginés Liébana y su tiempo”, publica en


coedición con la Diputación de Córdoba y con la colaboración del Ayuntamiento de Villa
del Río este volumen. Además de los paratextos institucionales de los representantes
que sufragan la publicación, acompañan al volumen una nota del editor y otra del autor.
En la nota del autor se lee:

A la vuelta de mi primer viaje a Río de Janeiro, cuando me acercaba en un barco


de la Royal Mail, me sorprendió la belleza de Lisboa. Dejé mi equipaje en la
consigna de la estación marítima y subí al Barrio Alto. Me detuve en un bar de
la calle Correia Teles, donde supe que disponían de un piso para alquilar. Los
hombres estaban de tal manera reverenciados y bien vestidos que sorprendían.
Yo, por el sentido del amor, se me ocurrió forrar de negro un pequeño cuaderno
en blanco que solía llevar conmigo para hacer apuntes.

Y en la nota editorial se aclara el contenido de dicho cuaderno:

Las páginas de este cuaderno se llenaron de dibujos, poemas, letras flamencas


que le dictaban o que él mismo se inventaba, observaciones sobre las obras de
arte que contemplaba o la literatura que llegaba a sus manos, fragmentos que
copiaba de otros libros, desahogos sentimentales, etc…

Se trata de la edición parcialmente facsímil de un cuaderno de trabajo en el que se


mezclaban apuntes, dibujos y textos de Liébana junto a textos de otros autores o
copiados de diversos lugares, en los que el autor indicaba solo en algunas ocasiones (lo
habitual de un cuaderno de trabajo) la autoría de esos textos ajenos o la referencia.

El cuaderno se ha publicado sin realizar prácticamente ningún trabajo de edición, más


allá de la transcripción de los textos, por lo que el lector no puede saber si el contenido
de los distintos pasajes son de autoría Liébana o son “fragmentos que copiaba de otros
libros”. No me detendré en un análisis exhaustivo de las aberraciones ecdóticas que
pueden encontrarse en esta edición, pero a título de muestra se señala, por ejemplo,

38
que entre las páginas 28 y 47 de dicho volumen se reproduce en facsímil y en
transcripción el famoso poema en XII partes “El Jardinero” de Rabindranath Tagore,
probablemente en la traducción de Juan Ramón Jiménez y Zenobia Camprubí, sin que
en ningún lugar de la edición conste la autoría ni del autor ni de los traductores del texto
transcrito por Liébana en su cuaderno de trabajo, y fijado y publicado por la editorial
Cántico sin anotar. Como remate, al final del último movimiento del poema, se
transcribe “Madrid 8 de octubre 49“, fecha en la que Liébana supuestamente recoge el
poema en su cuaderno, causando esto una ulterior confusión, ya que no se comprende
que esta fecha es la de la anotación de dicho poema de Tagore en su cuaderno, y no la
de la autoría de un texto, que no le pertenece.

• LIÉBANA, Ginés, Beauty. Diario sentimental 1940-1949. Edición parcialmente


facsímil sin firmar. Córdoba, Cántico, Colección “Ginés Liébana y su tiempo”,
2021.

Sin número de pertenencia a la colección “Ginés Liébana y su tiempo” o al catálogo


editorial, se publica en 2021 este volumen con la colaboración del Ayuntamiento de Villa
del Río. Un comentario a la edición y una nota del autor abren el volumen, que incluye
algunas ilustraciones facsímiles del cuaderno original34. En la nota editorial, y en
consonancia con el volumen anterior, puede leerse:

El presente volumen constituye la edición transcrita de uno de los cuadernos


donde Ginés Liébana ha tenido costumbre –a lo largo de su vida– de verter todo
tipo de anotaciones personales a modo de “diarios” o “cuadernos de apuntes”.

Como en el volumen anteriormente comentado, se reúnen textos de autoría Liébana,


junto a otros de autorías diversas, normalmente sin firmar35. Asimismo, no se explica en

34 No se explica el criterio de selección de dichas imágenes.

35El deficiente trabajo editorial de este volumen (se ha publicado sin prácticamente editar) puede
apreciarse en muchas páginas, pero me detendré solamente en el texto de la página 216, en la que
aparece el siguiente texto sin firmar, cuya autoría de la segunda estrofa es sobradamente conocida, las
famosas Soleares de Enrique el Mellizo:

BULERÍAS

39
ningún lugar del volumen el criterio utilizado para introducir comentarios y notas para
la mejor comprensión del texto36. En definitiva, el lector no puede saber de ninguna
manera si lo que está leyendo es de autoría Liébana, popular o de cualquier otro autor,
ya que el cuaderno no está anotado37.

Por último, el volumen no solo no tiene índice editorial, sino que reproduce de manera
facsimilar una imagen del índice manuscrito del cuaderno original, sin que correspondan
los contenidos ni la numeración de página de dicha imagen con los contenidos y
numeración de página del volumen que tiene el lector entre las manos, lo que causa una
ulterior confusión.

Yo no tengo más recuerdo


yo no tengo más recuerdo
que agachá la cabesita
y desí que lo blanco es negro.

Al que yo le dé que perdone


al que yo le dé que perdone
tengo la cabeza loca
de tantas cavilasiones.

Tengo pena porque tengo (bis 3)


una camisa sin manga
una camisa sin manga
sin cuello y sin delantero.

A Jesús yo se lo pío
que por lo que pasó en el huerto
que arregle toíto lo mío.

36Por ejemplo, en la página 142 se anota a pie de página, a la manera de los libros escolares, el significado
de la palabra “tenada” que titula el poema; duda esta que podría solucionarse buscando el término en el
diccionario, mientras que no se señala de manera sistemática cuáles textos son de autoría Liébana y cuáles
no.

37 El escritor y crítico literario Bernd Dietz (2021b:10) en su reseña al volumen, apunta: “El diario que da a
la imprenta Raúl Alonso no carece de interés ni deja de añadir enteros a nuestro conocimiento de Liébana.
Aun así, uno se pregunta si la totalidad de cuanto ha escrito un incansable artista a lo largo de una vida
harto larga debe publicarse o beneficia al retrato de conjunto o perfil que sea constructivo proyectar. En
especial, a la vista de una publicación en la que lo llamativo no son los palpables errores formales que
podrían haber sido solucionados por el editor, sino una versión de Ginés más ingenua, afligida y tópica de
lo que él suele permitirse.”

40
2.3. Elenco del corpus dramático (Liebanadramas)

En el presente elenco del corpus dramático se recogen en orden cronológico los


volúmenes depositados en la Biblioteca Nacional de Madrid (con la finalidad de registrar
su propiedad intelectual mediante la asignación de depósito legal), publicados
posteriormente o inéditos a día de hoy, además de los volúmenes publicados en formato
libro, y sus variantes interpretativas en los formatos libreto y DVD. Quedan excluidas del
corpus las composiciones dramáticas breves publicadas de forma no exenta en
publicaciones periódicas, como revistas.

El corpus dramático está conformado por las siguientes 13 obras, que han tenido
distintas revisiones, reediciones o cambios de título:

1) El aliento de la estatua. Extremecimiento y paseo de un suceso irreparable.


Depositado en la Biblioteca Nacional en 1987 e inédito a día de hoy.

2) El hombre que se casó con Charles Chaplin. Pasillo de comedia con mucha
pausa-suspir.
Depositado en la Biblioteca Nacional en 1987 e inédito a día de hoy.

3) El navegante que se quedó en Toledo.


Depositado en la Biblioteca Nacional y con dos ediciones distintas.

4) El mueble obrero (Redoble bárbaro).

5) Penumbrales de la Romeraca.

6) ¡Bye Bye lágrimas!


En colaboración con Carlos Villarrubia y Silvia Marsó.

7) La industria del deseo (Casanova en Priego de Córdoba)


Publicado anteriormente bajo el título Sofá y querella.

41
8) La tienda de las ambigüedades
Reeditado bajo el título El jardín de Cartagena.

9) Bolso de piel de padre (Tragidrama del cocodrilo gay que mató a su padre para
hacerse un bolso con la piel).

10). Bestiamante. Asalto a la perfección.

11). El festín de Maqueronte. (Brutilda la Bellacona).


Depositado en la Biblioteca Nacional con otro título similar.

12). Las dos iglesias y el kamikaze.

13). Resucita Loto.


Existe versión libro, libreto de ópera de cámara con partituras y edición DVD.

Algunos liebanadramas han sido publicados en más de una ocasión, con variantes (leves
o muy importantes) o bajo otro título. Por esta razón se considera en el corpus cada una
de las entradas como un volumen diferente a la otra edición que pudiera llevar el mismo
título. En concreto se apuntan las siguientes coincidencias o variantes:

• Brutilda la bellacona, mujer de presa. Tragedia cateta con una visión y una
escabechina en el último momento, escrita en lenguaje autonómico por Ginés
Liébana, depositada en la Biblioteca nacional de Madrid en 1987, difiere de la
edición de 2008 denominada El festín de Maqueronte (Brutilda la Bellacona).
Prólogo de Joaquín Roses. Rute, Ánfora Nova, 2008.

• El navegante que se quedó en Toledo, depositado en la Biblioteca Nacional en


1987, coincide con la edición de Madrid de 1988 (El navegante que se quedó en
Toledo. Paisajes de la vida del pintor Doménico Theotokópoulos, Madrid,
Endymion, 1988). Ambas difieren sustancialmente de la edición de Villa del Río
42
de 2012 (El navegante que se quedó en Toledo. Paisajes de la vida del pintor
Doménico Theotokópoulos. Exordio de Juan Carlos Sanz-Martín, texto de solapa
de José L. Rodríguez de la Flor, Villa del Río, Ayuntamiento de Villa del Río y
Diputación de Córdoba, 2012), de igual título que la de 1988.

• El jardín de Cartagena (Palabras liminares y texto de solapa de Pedro Enríquez,


glosa de Pablo García Baena, La Zubia, 2021, edición no venal) es una reedición
con otro título de La tienda de las ambigüedades (Glosa de Pablo García Baena.
Granada, Ficciones, 2001). Se conserva la glosa de Pablo García Baena y los tres
poemas del autor. Se enriquece el volumen con los otros dos paratextos ya
citados del editor Pedro Enríquez.

• La industria del deseo (Casanova en Priego de Córdoba). Prólogo de Francisco


Nieva. Córdoba, Edisur, 1998, es una reescritura y reedición de Sofá y querella.
Libro ocurrido con la persecución a un burlador que descubre el amor. Priego de
Córdoba, Ayuntamiento de Priego de Córdoba, 1995.

La bibliografía dramática, a día de hoy, está compuestas por las siguientes 20 entradas:

43
El aliento de la estatua. Extremecimiento y paseo de un suceso irreparable. Depositado
en Biblioteca Nacional, Madrid, 1987, 57 páginas, encuadernación en canutillo. Depósito
legal: M-32982-1987, signatura: VC/17738/14.

El hombre que se casó con Charles Chaplin. Pasillo de comedia con mucha pausa-suspir.
[Pseudónimo: Ferrante Parla]. Depositado en Biblioteca Nacional, Madrid, 1987, 77
páginas, encuadernación en canutillo. Depósito legal: M-32980-1987, signatura:
VC/17790/10.

Brutilda la bellacona, mujer de presa. Tragedia cateta con una visión y una
escabechina en el último momento, escrita en lenguaje autonómico por Ginés Liébana.
Depositado en Biblioteca Nacional, Madrid, 1987, 82 páginas, encuadernación en
canutillo. Depósito legal: 32983-1987, signatura: VC/17870/18.

El navegante que se quedó en Toledo, Depositado en Biblioteca Nacional, Madrid, 1987,


75 páginas, encuadernación en canutillo. Depósito legal: 32981-1987, signatura:
VC/17738/15.

El navegante que se quedó en Toledo. Paisajes de la vida del pintor Doménico


Theotokópoulos, Madrid, Endymion, 1988.

El mueble obrero (Redoble bárbaro), Madrid, Ars Media, 1990.

Penumbrales de la Romeraca. Preámbulo de Vicente Núñez y Carlos Villarrubia.


Córdoba, Diputación de Córdoba, 1990.

¡Bye Bye lágrimas! (Con Carlos Villarrubia y Silvia Marsó), Madrid, Endymion, 1990.

Sofá y querella. Libro ocurrido con la persecución a un burlador que descubre el amor.
Priego de Córdoba, Ayuntamiento de Priego de Córdoba, 1995.

44
La industria del deseo (Casanova en Priego de Córdoba). Prólogo de Francisco Nieva.
Córdoba, Edisur, 1998.

La tienda de las ambigüedades. Glosa de Pablo García Baena. Granada, Ficciones, 2001.

Bolso de piel de padre (Tragidrama del cocodrilo gay que mató a su padre para hacerse
un bolso con la piel). Prólogo de Ana María Romero Obrero. Córdoba, Edisur, 2006.

Bestiamante. Asalto a la perfección. Prólogo de Ana Belén Ramos. Córdoba, Almuzara,


2006.

El festín de Maqueronte (Brutilda la Bellacona). Prólogo de Joaquín Roses. Rute, Ánfora


Nova, 2008.

Las dos iglesias y el kamikaze. Madrid, Endymion, 2010.

Resucita Loto. Exordio de Chaime Marcuello Servós. Zaragoza, Sibirana, 2011.

El navegante que se quedó en Toledo. Paisajes de la vida del pintor Doménico


Theotokópoulos. Exordio de Juan Carlos Sanz-Martín, texto de solapa de José L.
Rodríguez de la Flor. Villa del Río, Ayuntamiento de Villa del Río y Diputación de Córdoba,
2012.

Resucita Loto. Ópera de cámara para recitador, voces múltiples y grupo instrumental.
[Libreto]. Zaragoza, Departamento de Composición del Conservatorio Superior de
Música de Aragón, Zaragoza, 2013. Edición no venal.

Resucita Loto. [DVD], Zaragoza, Conservatorio Superior de Música de Aragón, 2013.

El jardín de Cartagena. Palabras liminares y texto de solapa de Pedro Enríquez, glosa de


Pablo García Baena, La Zubia, 2021, edición no venal.

45
2.4. Elenco del corpus poético

El corpus poético de Ginés Liébana está conformado, por el momento, por 24 títulos
exentos y una antología panorámica de su obra poética. De estos 24 volúmenes
solamente uno (La Caspa) ve la imprenta tras la muerte del autor. Dicho corpus está
compuesto por nueve volúmenes considerados cuadernos o plaquettes por su extensión
y/o factura; a saber: Si la Marlene viniera, Sostenida bajada continua, Can Can-Cántico,
El excelente inolvidable, Brocamanto (Notificado de una carestía), Manantiálica,
Notificado de una carestía, A la poesía, por su vecindad con el bostezo, le sobran las
palabras y La Caspa. El mayor número de poemas incluido en alguno de estos volúmenes
es 17, aunque lo habitual es rondar la decena.

Los 15 títulos restantes tienen, por extensión, entidad de libro de poemas. Uno de ellos
ha tenido una segunda edición corregida en la misma editorial, La Ronda de la Copa
(Regalo es nacer ebrio).

Otro título, La lira manantiálica (2008 y 2014), ha sido incluido y contado doblemente
en el corpus poético, ya que ambas entradas (con el mismo título) no solo corresponden
a dos volúmenes en años distantes y editoriales distintas, sino que el corpus de poemas
del segundo es casi el doble del primero y con gran número de variantes textuales,
modificándose por lo tanto la organización interna. A día de hoy el corpus poético, cuya
suma de poemas asciende a 906, está conformado por los siguientes 25 títulos38:

38 En el momento de depositar la tesis no se ha tenido acceso a la edición definitiva de La Caspa.

46
Si la Marlene viniera. Málaga, El camaleón, 1987, 22 x 16.5 cms., pliego en cuatro
páginas ensobrado, ilustración de cubierta del autor. Edición no venal.

Sostenida bajada continua. Introducción de Luis Antonio de Villena, Cuenca, Menú


Cuadernos de poesía, 1996, suplemento del nº.9 de la revista Menú-Cuadernos de
poesía, 20 x 11.5 cms., 40 páginas, 15 ilustraciones del autor, portada de Mateo Liébana.
Edición no venal.

Donde nunca se hace tarde (El viento pasa tarjeta). Texto de solapa de L.A. de V [Luis
Antonio de Villena], texto de contraportada sin firmar [autoría de José Luis Rodríguez de
la Flor], Madrid, Endymion, 1996, 20 x 14 cms., 96 páginas, portada y 80 ilustraciones
del autor. Depósito legal: M-32.151-1996. ISBN: 84-7731-225-7.

Can Can-Cántico. Córdoba, Un Papel en el Agua / Noches de Can Can, 1999. 20 x 13,5
cms., 16 páginas con separata, 3 ilustraciones del autor. Edición no venal.

El excelente inolvidable. Texto de contraportada de Carlos Villarrubia, Córdoba, La Nube


de Goku, 2000, 21 x 15 cms., 12 páginas, 2 ilustraciones del autor. Edición no venal.

Brocamanto (Notificado de una carestía). Córdoba, La Nube de Goku, 2000. 21 x 15


cms., 20 páginas, 2 ilustraciones del autor. Edición no venal.

Síntesis. Edición y prólogo de Juan Ruano León, presentación de José Camero Ramos,
Córdoba, UNED, 2000, 23 x 17,5 cms., 78 páginas, fotografía en cubierta del autor, 6
ilustraciones del autor. Depósito Legal: CO-233-2000. ISBN: 84-88115-14-8.

Manantiálica. Montilla, Ayuntamiento de Montilla, 2000, 21 x 13 cms., 20 páginas, 2


ilustraciones del autor, portada de Jesús Rubio. Depósito legal: CO-32-1999. ISBN: 84-
89619-37-9.

A ver si se atreve el viento (Sobredios de la travesura). Introducción de Feliciano


Delgado, Córdoba, Edisur, 2001, 21.5 x 15 cms., 116 páginas, portada del autor, 45
ilustraciones del autor. Depósito legal: CO-1315-01. ISBN: 84-923389-6-2.

47
La tarde es Paca. Texto de solapa y contraportada de Carlos Villarrubia, diálogo de
Carlos Villarrubia y Ginés Liébana, Madrid, Endymion, 2001, 20 x 14 cms., 84 páginas,
portada del autor, retrato de Loyola de Palacio, 16 ilustraciones del autor. Depósito
legal: M.42.186001. ISBN: 84-7731-385-7.

La Ronda de la Copa (Regalo es nacer ebrio). Texto de Ana Ramos, Córdoba, Cajasur,
Excmo. Ayuntamiento de Córdoba – Concejalía de Turismo y Festejos del Ayuntamiento
de Córdoba y Consejo Regulador de la Denominación de Origen Montilla-Moriles, 2001,
23 x 17 cms., 104 páginas, portada del autor, 13 ilustraciones del autor. Depósito legal:
CO-482/2001. Primera y segunda edición.

El Andaluna (Linaje del Sur). Nota de José Luis Rodríguez de la Flor, Córdoba, Edisur,
2003, 21,5 x 15 cms., 88 páginas, portada del autor, 41 ilustraciones del autor. Depósito
legal: CO-568-03. ISBN: 84-932932-1-0.

Travesía de la humedad. Prólogo de Ana Palacio, Rute, Ánfora Nova, 2003. 21,5 x 15,5
cms., 64 páginas, portada del autor, retrato de Loyola de Palacio, 11 ilustraciones del
autor. Depósito legal: CO-1336/2003. ISBN: 84-88617-38-0.

La equis mística. Prólogo de Carmen Calvo, edición al cuidado de Antonio Roche, texto
de contraportada de José Luis Rodríguez de la Flor, Madrid, Biblioteca Nueva, 2005, 22
x 16 cms., 112 páginas, portada del autor, 38 ilustraciones del autor. Depósito. legal: M-
30.344-2005. ISBN: 84-9742-448-4.

La lira manantiálica. Prólogo de Luis Antonio de Villena, Bilbao, Cálamo&Cran, colección


“La voz imaginada”, 2008, 21 x 21 cms., 80 páginas, portada del autor, 25 ilustraciones
del autor. Depósito legal: BI-959-09. Edición no venal. Primera edición.

Cantos al amorsillega (Claves para consonar la compasión y el grito en la zanja de los


columbarios flamencos). Prólogo de Antonio Garrido, textos de Francisco Nieva y César
González Ruano, Villa del Río, Ayuntamiento de Villa del Río, 2009, 14,5 x 22,5 cms., 64
páginas, portada del autor, 16 ilustraciones del autor. Depósito legal: CO-724-2009.
ISBN: 84-931038-9-6.

48
Cautivo placer acorazado. Introducción de Pedro Larrea, texto de solapa de Bartolomé
Delgado Cerrillo, Villa del Río, Ayuntamiento de Villa del Río y Diputación de Córdoba,
2011, 22,5 x 14 cms., 64 páginas, portada de Ginés Liébana. Depósito legal: CO-32-2011.
ISBN: 978-84-938068-1-1.

Notificado de una carestía. Prólogo de José Luis Rey G. Ruiz de la Prada, Córdoba,
Diputación de Córdoba, 2012, 17 x 13,5 cms., 28 páginas, portada del autor, 3
ilustraciones del autor. Depósito legal: CO-526-2012.

Hospitalito a mano derecha. Proemio de Antonio Varo Baena, Córdoba, Andrómina,


Colección Daniel Leví, 2014, 18 x 12 cms., 120 páginas, 8 ilustraciones del autor.
Depósito legal: CO-1553-2014. ISBN: 978/84/942645/4/2.

La lira manantiálica. Prólogos de Luis Antonio de Villena y Pilar García Montañés,


Madrid, Antígona, 2014, 21 x 14 cms., 96 páginas, 24 ilustraciones del autor. Depósito
legal: M-1331-2014. ISBN: 978-84-15906-28-5. Segunda edición.

A la poesía, por su vecindad con el bostezo, le sobran las palabras. Córdoba, DeTorres
Editores, 2015. 21x15 cms., 24 páginas, portada de Joaquín Salgado. Depósito legal: CO-
1665-2015. ISBN: 978-84-944608-0-7.

Amores pasajeros al tren. Prólogo de Jesús Cabrera, Córdoba, DeTorres Editores, 2019,
30,5 x 21,5 cms., 170 páginas. Depósito legal: CO-455-2019. ISBN: 978-84-1-17070-26-
7.

100 páginas para 100 años. Edición de José Luis Esparcia, epílogo de Francisco Nieva,
Córdoba, Utopía, 2021, 21,5 x 13,5 cms., 96 páginas, portada de Rikardo. Depósito legal:
CO-394-2021. ISBN: 978-84-123497-5-7.

Si me pides romero (Poesías escogidas). Edición de Juan Carlos Reche, Granada, Ed.
Comares, colección La Veleta, 2021, 21 x 14 cms., 292 páginas. Depósito legal: GR-331-
2021. ISBN: 978-84-1369-110-7.

La Caspa. Edición de Rafael Inglada. Málaga, Arroyo de la Manía, 44, 2023.

49
❖ 2.4.1. Si la Marlene viniera

Si la Marlene viniera. Málaga, El camaleón, 1987, 22 x 16.5 cms., pliego en cuatro


páginas ensobrado, ilustración de cubierta del autor. Edición no venal.

50
Con este título, en edición no venal, sin ISBN ni depósito legal, se produce el debut39
literario y poético de Ginés Liébana en el mundo editorial. Se trata de un solo poema
impreso en un pliego de cuatro páginas de tamaño 21.5 x 14 centímetros, ensobrado en
un papel de tamaño 22 x 17 centímetros, en forma de carpeta. El doblez interior de
ambas partes del sobre es a pico. El papel del ensobrado es de empaquetado, propio del
arte povera. El del pliego, con pliegue en máquina, y gramaje superior a 100 gramos, es
de calidad. La impresión de ambos es en tipografía (plomo).

La portada consta de autor y título: “GINÉS LIÉBANA” // “SI LA MARLENE VINIERA”,


centrados en página, acompañados de una ilustración firmada por el autor en tinta
verde, que representa a la actriz Marlene Dietrich. Más abajo el número 3, que da orden
al volumen en la colección, para rematar la caja con la ciudad y año de publicación:
“MÁLAGA, 1987”. Todo ello en versalitas y centrado en página, no en caja, al contrario
del texto del pliego.

El colofón, en la contracubierta, a forma de pirámide invertida, consta de logotipo de la


colección (compuesto de ilustración y nombre), texto, gracia, remate y numeración de
ejemplar impreso con maquinilla. Se aprecia que para conservar la silueta del colofón se
ha forzado el kerning. El texto del colofón40, que va centrado en página es el siguiente:

39 Concretamente en el número 3 de la colección de poesía El camaleón (1987-88), dirigida por Rafael


Inglada. El catálogo, recogido por Rafael Inglada (2009: 165) es el siguiente: 1. Antonio Gala, Meditación
en Queronea (Poema VII). Ilustración de Enrique Brinkmann. 2. Ana Rossetti, Pasión y martirio de la devota
de San Francisco de Catania (en el siglo Franco Battiato). Ilustración de Eugenio Chicano. 3. Ginés Liébana,
Si la Marlene viniera. Ilustración del autor. 4. Rafael Porlán, Dos sonetos. Ilustración de Francisco
Hernández. 5. Francisco Umbral, Soneto. Ilustración de María José Vargas-Machuca. 6. Tina Sanz, Primer
poema. Ilustración de José Antonio Díaz del. 7. Julio Aumente, A toda máquina. Ilustración de Julio de
Pablo. 8. Luis Cernuda, Carta a Bernabé (1956). Ilustración de Pepe Bornoy. 9. Vicente Molina Foix,
Epigrama del quinquenio. Ilustración de Rafael Pérez Estrada. 10. Francisco Giner de los Ríos, Rubais a
Omar Khayyam. Ilustración de Marimartín. 11. María Victoria Atencia, Rompimiento. Ilustración de Jaime
Díaz Rittwagen. 12. Manuel Altolaguirre, Notas de una calle cubana. Ilustración de José María Prieto. Nota
a la edición de Manuel Zavala. 13. Emilio Prados, Carta a José Luis. Ilustración de Rafael Inglada. Nota a la
edición de José Luis Cano. 14. Juan Cobos Wilkins, Gladiadores. Ilustración de José Ignacio Díaz Pardo. 15.
Pedro Aparicio, Aquella ciudad tan nuestra. Ilustración de Francisco Moreno Ortega. 16. Manuel
Fernández Sanz (Manolito el Pollero), Semana Santa. Ilustración de Rafael Alberti. 17. Carlos Rodríguez-
Spiteri, Aniversario. Ilustración de María Segura.

40 Vid. Anexo 7.3.

51
[LOGOTIPO EL CAMALEÓN]
ESTE POEMA INÉDITO DE GINÉS LIÉBANA
SE IMPRIMIÓ EN DARDO, ANTES SUR,
EN MARZO DE 1987, POR LOS
HERMANOS ANDRADE, CON
ILUSTRACIÓN DEL PRO-
PIO AUTOR Y AL CUI-
DADO DE RAFAEL
INGLADA.
[Gracia en forma de rombo]

LAUS BETICA

Ejemplar

03641

El cuaderno interior es un pliego doblado longitudinalmente, articulando cuatro páginas.


En la primera puede leerse el nombre del autor con los mismos tipos y cuerpo que en la
portada del pliego, aunque con un kerning visiblemente más reducido.

Las páginas segunda y tercera (sin numerar) recogen el poema. El título del poema
conserva el tipo de la cubierta del pliego, pero con un cuerpo menor. La tercera página
comienza con la quinta estrofa del poema a la misma altura que el título en versalitas.
Por su interés, y puesto que será objeto de referencia más adelante, se reproduce aquí
a continuación:

SI LA MARLENE VINIERA

Que buen caballero era


R. Alberti

SI la Marlene viniera
a verme a mi casa un día,
¡qué bien la maquillaría!

Tan pronto la vestiría


de traidora cupletera
como de gran forrajera

41 Ejemplar del doctorando. Numeración a maquinilla.

52
del cuartel de Platerías
con uniforme y bandera,
que al verla el orbe diría:

“Es Paca la Baldomera


cuando se va al ser de día
a su cuarto de ramera”.

Como flamante viajera


con gusto la llevaría
para que el gentío la viera
en un tren de Andalucía.

Y si de mí se tratara
su peluquero sería,
haciéndole en la cabeza
–con mis lacas–
una torre de Ataujía.

Hay que ver cómo destaca


esta dama el corretaje;
en la legión la conocen
como la flor del menaje,
el lujo en el correaje,
la braguita chochetona
con sus rajitas de encaje.

En lo suyo fue primera,


no hay nadie que la aventaje.

¡Qué buen caballero era


y qué abencerraje!

El poema, que se puede considerar un romance postista42, está compuesto por ocho
estrofas y la siguiente estructura métrica: ABB BAABAB ABA ABAB CBACB CDEDDFD AD
AD. La cita (Que buen caballero era // R. ALBERTI) de Rafael Alberti es usada para crear
una variante en el último verso del poema (“¡Qué buen caballero era”) al cambiar el

42 Pont (1987: 13) apunta: “En tal contexto, el Postismo -con las estereotipadas pericias técnicas del
garcilasismo poético como revulsivo antagónico-, quiso fusionar posiciones más bien distantes mediante
el conciliábulo de la tradición y la experiencia vanguardista. El resultado les llevará a la distorsión de los
moldes tradicionales: desinhibición ante el soneto y el romance, actitud desacralizada o bufa frente al
lenguaje purista, léxico neológico y eufonía anticonvencional.”

53
acento y el significado de la partícula. En la primera edición la tercera estrofa43 está
(precedida por dos puntos como remate de la estrofa anterior) en estilo directo,
sangrada con cuatro espacios y entrecomillada con comillas inglesas, las habituales de
la colección. Mantiene el cuerpo del poema.

La decisión editorial por parte del autor para su debut poético se inscribe en la tradición
del “papelito malagueño44”, tan a la boga en los años 80. Liébana confía su poema a un
editor, que a su vez lo cuida entregándolo a los impresores hermanos Andrade que
trabajan en la imprenta más reconocida de la poesía española del siglo XX, de la que
salieron buena parte de las obras capitales de la Generación del 27: Dardo, antes Sur.
No importaba especialmente que la tirada fuera de 100 ejemplares, y sin distribución
comercial.

43Este poema fue recogido en Reche (2021: 17-18) con dos variantes tipográficas. La primera es que el
verso 23 termina con dos puntos, en vez de con punto y coma. La segunda es que la tercera estrofa, para
actualizar el estilo textual y ceñirse al tipográfico de la editorial, va en cursiva sin sangrado ni comillas.

44La expresión “papelitos malagueños”, usada por algunos críticos, hacía referencia a la gran profusión
de pliegos, cuadernos, plaquettes y demás ediciones de poca extensión y escasa tirada, que se realizaba
en la capital malagueña en el último cuarto de siglo pasado, normalmente en imprentas de plomo.

54
❖ 2.4.2. Sostenida bajada continua

Sostenida bajada continua. Introducción de Luis Antonio de Villena, Cuenca, Menú


Cuadernos de poesía, 1996, suplemento del nº9 de la revista Menú-Cuadernos de
poesía, 20 x 11.5 cms., 40 páginas, 15 ilustraciones del autor, portada de Mateo Liébana.
Edición no venal.

55
Para las cubiertas de este singular volumen se usa una cartulina gruesa de color azul
metálico y tintas color plata y granate. La portada está firmada por Mateo Liébana en la
página de créditos. Tras autor y título, la ilustración central consiste en una infografía de
Mateo Liébana a modo de caligrama o poema visual, con elementos tipográficos
informáticos, que recogen el título del libro y su acrónimo. Se remata al pie con el texto:
“Introducción Luis Antonio de Villena”. En la contracubierta, al pie, pequeña ilustración
firmada por Liébana, y el siguiente texto editorial, en forma de lámpara invertida:

[Ilustración]

4 MENÚ
CUADERNOS DE POESÍA
(SUPLEMENTO)
CUENCA
1996

La tinta granate se usa exclusivamente para título, acrónimo en caligrama (“S.B.C.” por
“Sostenida bajada continua”), iniciales de versalitas para nombres propios, y número de
colección (en contracubierta). En la portadilla se conserva el mismo juego de tintas,
sustituyendo la plateada por negra, pero con la excepción de no usar la granate para las
iniciales del introductor, Luis Antonio de Villena. En la página de créditos también
aparece el catálogo de la colección, de apenas cuatro títulos en aquel momento45. Sigue
una gracia, probablemente editorial, hojas de alcornoque con bellotas, y el siguiente
texto:

*Este SUPLEMENTO-MENÚ, al cuidado de Juan Carlos Valera


forma parte del n.9 de MENÚ-CUADERNOS DE POESÍA.

La llamada no tiene referente. Los copyright corresponden a autor, autor de portada,


autor de la introducción, y editorial. La impresión corre a cargo de Martín Impresores S.
L. en la ciudad de Valencia. Está encuadernado en papel verjurado, sin marca de agua.

451. 5 poemas y 1 dibujo. António Ramos Rosa (Ed. Bilingüe: Traduc. Perfecto E. Cuadrado). 2. Bound
Angels. Philip West (acompañados de un poema de Eugenio Castro). 3. Nudos de noche, Clara Janés. 4.
Sostenida bajada contínua (S.B.C), Ginés Liébana (Introducción Luis Antonio de Villena).

56
Compone la publicación, de curioso número de cuarenta páginas, un cuadernillo de
doce, otro de cuatro, uno más de doce, y dos cuadernillos de cuatro, para abrigarse con
las guardas. La encuadernación va cosida con hilo blanco y con los cuadernillos
engomados. Además, lleva plancha de seis milímetros en el costado izquierdo.

Las tripas se componen de las ya mencionadas guardas del mismo color hueso a modo
de páginas de respeto, portadilla, página de créditos, Introducción de Luis Antonio de
Villena, de título “GINÉS IN EXCELSIS LIÉBANA”, segunda portadilla solo con título, que
sirve de pórtico al corpus del volumen, y se cierran con un colofón. Dicho corpus está
compuesto por catorce poemas en página impar, acompañados de otras tantas
ilustraciones del autor en página par. Los trece primeros poemas van numerados en
romanos; el último se titula “La maldición preferida”. Todas las ilustraciones son
representaciones de ángeles, de las que solo algunas están firmadas.

Cierra el volumen un colofón numerado a mano a forma de pirámide invertida con


ilustración del autor, página de respeto final y guardas blancas. El texto del colofón
reza46:
[Ilustración]

Este SUPLEMENTO-MENÚ
Sostenida Bajada Continua de
Ginés de Liébana, cuarto de
la colección, se acabó de
imprimir el día 17 de
marzo de 1996 y su
edición consta de
200 ejemplares
numerados.

Ejem: 6247

46 Tanto en el colofón, como en página de créditos hay una errata al aparecer la palabra “contínua” en vez
de “continua”. La tinta granate se utiliza en colofón para subrayar la decisión y pertenencia editorial. El
uso de negritas se utiliza para evidenciar el nombre del autor, al que, tal vez para obtener el espacio
tipográfico necesario para el diseño del colofón se pasa a llamar Ginés de Liébana.

47 Colección particular del doctorando. Numeración a lápiz a la manera de la tipografía cancilleresca.

57
Es de especial interés la introducción de Luis Antonio de Villena, ya que es uno de los
primeros paratextos en la producción literaria de Liébana -el primero en ámbito poético-
y por la perspectiva de conjunto del autor que dibuja el célebre crítico. Llama la atención
el excesivo juego tipográfico de versalitas, cursivas y negritas, para dar medida
importancia a cada uno de los conceptos. Aparecen en negrita el nombre del autor, las
palabras “Cántico” y “Beato”, tanto en el cuerpo del texto como en el título, aunque en
este último en versalita editorial. Y se reserva la cursiva para el latinajo. La introducción
va firmada y fechada:

GINÉS IN EXCELSIS LIÉBANA

Que nuestro Ginés tenga apellido de célebre Beato, quiere decir mucho de su
arte: un libro miniado, persecutor de la belleza y del espanto, que son cofrades.
Ginés Liébana -exótico, elegante, zumbón, parlero- es ante todo un pintor, con
mimos de dibujo, que domina y controla la Maravilla. La belleza la lleva al sueño,
y éste le deposita en bajeles terribles, donde las mujeres escupen,
amorosamente, perlas rojas… Ginés Liébana es un archiclásico tocado de
vanguardista, un bohemio que sabe que ahí -en la vida desgalichada- brota el
lujo, que puede ser una cena -bajo la luz del Greco crepuscular- con patatas
asadas, virgen aceite de oliva y especias orientales: el azafrán (color de los ojos
de algunas modelos de Ginés, pintor de ángeles) que sosiega el mundo y pide
excursiones al misterio.

Como muchos pintores simbolistas (y desde luego todos los de Cántico)


Ginés Liébana es un gran admirador de la literatura, que brota entre sus
sutilísimos pinceles. Ginés -que simpatizaba con los postistas- ha hecho teatro
de locura ágil, teatro de hilo en los ismos. Pero también ha hecho poesía, y ahí -
en la de amor- se ha tornado conceptista. Con un refinamiento de dibujos en
línea nítida, donde la misma luz se convierte en oscuridad. Pintor, dibujante,
poeta, teatrero, Ginés Liébana es -no podía ser de otro modo- un personaje.
Guasón como un duque del Siglo de Oro. Elegante como un viejo Valois.
Disparatado como un futurista. Volador en artefactos inventados por Leonardo
y descritos por mí en octavas reales… Como todo gran artista, como todo
genuino creador, Ginés es un lujo. Ya que lujo no significa despilfarro ni
charreteras, sino una mirada al arte, donde todo se vuelve fulgor y secreto. A
Liébana lo he visto yo, muchas noches, como maestro de ángeles cantores. Por
las alturas, y en vuelo.

LUIS ANTONIO DE VILLENA


Madrid, 13-XII-1995

58
Tras la introducción y la portadilla, los catorce poemas ya nombrados con sus respectivas
ilustraciones. Todos los versos van centrados en página, probablemente por decisión
editorial, y llevan el número o título en tinta granate. El índice de poemas y primeros
versos48 es el siguiente:

SOSTENIDA BAJADA CONTINUA

Introducción de Luis Antonio de Villena

I. De tanto vivir con los ojos pegados a tu ventana


II. No hay lugar en mí que no estime la melancolía.
III. Me dueles tanto que no voy a cambiar mi puerta.
IV. Qué más puedo pedirte si, aunque despliegue
V. A mí no me lo ha dicho nadie pero lo sé:
VI. Hay un entrenador inconsútil que desajusta el orden
VII. Para agrandar el camino que me llevara
VIII. Tu hálito amigo del aire
IX. Cómo no va a estar conmigo lo que siento
X. Me gustan los días largos.
XI. Te encontré un martes que llovía
XII. Me hueles a café de lima
XIII. Qué más puedo exigir si tu amor
La maldición preferida

Por lo que respecta a la decisión editorial, el cuaderno Sostenida bajada continua es la


segunda entrega del corpus poético, tras Si la Marlene viniera, a nueve años de
distancia. Entre ambos títulos publica cinco obras de teatro49. Entrega el volumen a Juan
Carlos Valera, editor también prestigioso, pero, a diferencia de Rafael Inglada, está
especializado en los autores vanguardistas europeos y en ediciones de artista. Duplica
la tirada de 100 a 200 ejemplares, también sin distribución comercial.

48 A partir de ahora, los títulos de los poemas van en redonda, y los primeros versos en cursiva.

49 El navegante que se quedó en Toledo, Madrid, Endymion, 1988. El mueble obrero (Redoble bárbaro),
Córdoba, Ars Media, 1990. Penumbrales de la Romeraca, Córdoba, Diputación de Córdoba, 1990. Bye Bye
lágrimas [Con Carlos Villarrubia y Silvia Marsó], Madrid, Endymion, 1990. Sofá y querella: libro ocurrido
con la persecución a un burlador que descubre el amor, Priego de Córdoba, Ayuntamiento de Priego de
Córdoba, 1995.

59
Los catorce poemas están escritos en verso libre, y no tienen rima. El tema principal que
articula el volumen es la expresión de una melancolía por la búsqueda de un amor no
correspondido. Muchas de las claves de la poesía de Liébana vienen señaladas en el
texto introductorio de Luis Antonio de Villena. Asimismo, tuvo una recepción crítica por
parte de Diego Martínez Torrón (2002: 319-322), que se comentará en el capítulo III.

60
❖ 2.4.3. Donde nunca se hace tarde (El viento pasa tarjeta)

Donde nunca se hace tarde (El viento pasa tarjeta). Texto de solapa de L.A. de V [Luis
Antonio de Villena], texto de contraportada sin firmar [autoría de José Luis Rodríguez de
la Flor], Madrid, Endymion, 1996, 20 x 14 cms., 96 páginas, portada y 80 ilustraciones
del autor. Depósito legal: M-32.151-1996. ISBN: 84-7731-225-7.

61
Este es el primer libro, con la extensión habitual de un poemario, de Ginés Liébana. Está
publicado en la colección de poesía de Ediciones Endymion, cuyo diseño editorial de
aquella época (y aún hoy) es del propio Liébana. Consta de 74 poemas. En el lomo
aparece nombre de autor y título, mientras que en la cubierta aparece, en diseño
editorial con filetes propios [“ENDYMION” en el superior; “POESÍA” en el inferior]: autor,
título, subtítulo en redonda entre paréntesis, e ilustración del autor firmada.

La solapa izquierda refleja que es el volumen 220 de la colección de poesía; consta de


autorretrato del autor, fechado en 1996, y texto de solapa, que prosigue en la segunda
solapa, firmado por L. A .de V. [Luis Antonio de Villena]:

Para muchos, además de excelente pintor a ratos lírico y a ratos surrealista, será,
sobre todo, uno de los grandes ilustradores de la revista Cántico, pintor de
Cántico: ángeles, delicias, delicuescencias de la mejor Venecia. Pero él es un
disparate creador, fundador de palabras con el sufijo en -aca: “Tiaca, romeraca…
¿Quién es esa tiaca que parece una romeraca?” (es decir, una mujer como
sacada de un cuadro de Julio Romero de Torres). Ginés es pintor de Cántico y
personaje y autor del postismo. En la hermosa casa de Ginés, cenando a los
postres, es frecuente que surjan disparates rimados o semirrimados que,
durante años, Ginés Liebana no publicaba. Pero en 1988 publicó una obra
dramática -una fantasía sobre el Greco- que es postismo puro, con bálsamos de
loca avena: El navegante que se quedó en Toledo (Ed. Endymion). Si Nieva es -
parcialmente- el teatro (algo tardío) del postismo, Ginés Liébana lo es también.
Y oigo a continuación -después de recitarlo de memoria- la risa feliz y
desarbolada de Ginés. Su risa de felicidad y sátira, su hispanísima risa satírica de
enamorado de lo bello pero implacable fustigador de todo. Liébana: una risa
postista.

L. A. de V.

La solapa derecha, además del final del texto anterior, incluye el siguiente paratexto
editorial, que resume, de modo no exacto, su producción poética y dramática publicada
hasta aquel momento.50

50 Faltan algunos títulos como El navegante que se quedó en Toledo, Madrid, Endymion, 1988 o Sofá y
querella: libro ocurrido con la persecución a un burlador que descubre el amor, Priego de Córdoba,
Ayuntamiento de Priego de Córdoba, 1995.

62
Otras obras publicadas del autor:

¡Bye Bye lágrimas! (Ed. Endymión)51


El mueble obrero (Redoble bárbaro) (Ed. Arts-Media)
Penumbrales de la romeraca (Ed. Diputación de Córdoba)
Sostenida bajada continua (Ed. Menú. Cuenca)

En la primera portadilla se lee solo el título, mientras que en la segunda, junto al logo
editorial a pie de página y el nombre del autor, también va título y subtítulo. En página
de créditos, antes de la ficha bibliográfica en caja, aparece la siguiente anotación:
“Diseño Gráfico de Ginés Liébana // Diseño de la Portada de Mateo Liébana”. Y en el
apartado de copyright se une en una sola línea la siguiente adjudicación de derechos:
“Copyright Ginés Liébana, de los textos y de las ilustraciones”. La página siete, en la que
coincide el centrado en página y en caja, una ilustración y la dedicatoria “a Mateo”, en
disposición piramidal.

El corpus del libro comienza con un texto en prosa del autor, que ocupa las páginas 9 y
10. En él hallamos una especie de poética para el volumen, o declaración de intenciones
a modo de introducción, que no consta en el índice. Se reproduce aquí por el interés que
tiene para la interpretación de su obra, y porque está incluido en el corpus textual sin
separación o indicación paratextual. Es decir, hace parte de la obra literaria. Sorprende,
por lo tanto, que el primer poema, en página 11, no venga precedido de una página de
respeto que separe dicho texto literario en prosa del primer poema con ilustración
incorporada.

Donde nunca se hace tarde no es un producto de entendedera escasa


sino un texto compartido en voz alta a media tarde con gente competente. Algo
que semeja a un tam-tam computerizado, que eleva el silencio y lo realza con
apasionamiento y sin euforia, asociado al ritmo natural.
Es el ejercicio resultante de escuchar el tiempo sin prisa, donde lo más
particular llega al punto más general, recuperando el motor impulso, nunca de
forma constante sino como resultado de vigilia y letargo. La compulsión en
estado de natural armonía tiene su momento.

51Nótese que aparece firmado por Liébana, mientras que la publicación original aparece firmada por
Carlos Villarrubia, Ginés Liébana y Silvia Marsó.

63
Donde nunca se hace tarde es un repertorio de iniciación que no
corresponde a lo que nos rodea y busca el terreno donde no existe la depresión,
por eso puede ser escuchado.
Es una historia personal salida de fuentes distintas, infinitamente
reproductoras, que a la vez vuelvan a repetir nuevas situaciones.
Si no existieran otros mundos más allá de nuestra actividad, la vida
dejaría de ser animada. Es como una estrella caída. El polvo se esparce y se
divide en miles de partículas. Fragmentar evita el cansancio. Cuando se explora
dentro de uno mismo no hay fatiga.
En los lugares donde no se hace tarde te puedes burlar de ti mismo,
divertirte, trasladar tu pensamiento a los demás, observarlos, meterte dentro
de ellos.
Parte de la cultura que nos rodea es soporífera. Se alaban cosas que no
nos pertenecen. Los Desafiantes de la imaginación lo anulan todo. Han llegado
a creerse que con ellos se despide el caos y olvidan que la poesía es generativa,
se transmite de muchas formas.
Los que poseen un pensamiento poético son activos. La acción en sí se
convierte en reflexión poética, cuando se agota la intensidad se pasa a otra y
nace una nueva en el intento siguiente.
El secreto está en la descomposición de múltiples formas. Así se produce
la sorpresa.
Donde nunca se hace tarde se pueden introducir elementos nuevos.
Hacer protagonistas a los que esperan salir. Sería una excelsa manera de
recuperar lo que hemos perdido en la rutina.

Casi todos los poemas del libro llevan una ilustración, excepto los de las páginas 50 y 60.
Algunos llevan dos, como el poema “Juicios del viento paseante”, en la página 15.
Además de las ilustraciones de cubierta, autorretrato, dedicatoria, página de respeto
anterior al colofón y colofón (cinco en total), el interior del volumen cuenta con otras 75
ilustraciones, de las que tres son parte del caligrama que componen. Todas van en tinta
negra, excepto la de cubierta y el autorretrato, que van respectivamente en tinta marrón
y verde, respetando el diseño editorial. Casi todas van firmadas. Alguna ilustración en
concreto, como la de página 66, es conocida por haberse utilizado en la cubierta del
primer libro de Juan Antonio González Iglesias, La hermosura del héroe (1993).

Las ilustraciones dialogan espacial y/o conceptualmente con el texto, fuerzan la manera
de versificar, sangrar y justificar su presentación o se sobreponen. A veces incluso se
incrustan en él. Puede decirse que estamos ante un libro de poesía ilustrado, llegando
incluso las ilustraciones a intervenir en algunas ocasiones en el corpus textual. Han sido

64
detectados cuatro usos de la ilustración en este libro, que podría definirse un libro
postista de poesía, como claramente se expone en el texto de solapa:

I. Ilustración del texto, a la manera del libro clásico ilustrado

En este poema (p.22), de corte clásico, la elección de la ilustración reside en el


acompañamiento, evocación e ilustración de la temática del poema.

65
II. La ilustración interfiere en el texto incrustándose en él

En este caso (p.48) la ilustración no solo ilustra el texto, sino que interfiere en la lectura
de varias maneras. Por un lado, interviniendo en el mismo hecho de la lectura, ya que la
ilustración está colocada en el segundo de los espacios interestróficos, interfiriendo así
en la verticalidad de la lectura. Pero también la complementa visualmente al interpretar
el sentido del poema, potenciando los efectos sinestésicos.

66
III. La ilustración contiene texto

En ocasiones, el autor incluye en la ilustración un pequeño texto dibujado a la manera


del lettering, para complementar el sentido del poema.

67
IV. Caligrama con imagen

Los tres caligramas del libro se encuentran en las páginas 23, 59 y 64. El uso del caligrama
escrito y dibujado a mano en este caso (p.23) representa un anuncio publicitario de
principios del siglo pasado. Al transcribir el texto, se comprende que algunos versos
pueden cambiar de posición en la lectura:

68
CON NUEVOS TRANSPORTES LLEGA LA BACANTA
IBÉRICA MONARCA FUE PANDERETA Y CANTO.
RABIOSAMENTE VANGUARDISTA
VERSADA EN RITOS DEL AMOR DESNUDO
LA ENVENENAN LOS SOLDADOS
COMO ES PRODUCTOR DEL SUPLEMENTO SEMANAL ES HIPOTÉTICA
EN EL NOCTURNO SE ABRAZA A UNA LOSA
Y EN EL DIURNO SALE DE SU RUNA A FRECUENTAR PASTORES
BAILA EL BARCO-PASO SALE EN CUATRICOMÍA CON SU CANICHÍN
SE DETIENE EN LA PAUSA

El libro está dividido en dos partes. La primera, sin título, está compuesta por el texto
en prosa mencionado y 38 poemas. La segunda se titula Amores pasajeros al tren52, y
consta de 36 poemas. Comienza en la página 49, sin numerar, con título e ilustración. El
primer poema de esa sección es uno de los pocos que no lleva ilustración. Se trata de
“Planeta secreto”, uno de los poemas más conocidos y sentimentales del autor. En el
libro encontramos tres caligramas en total, cuyos títulos se recogen en cursiva en el
índice.

En todo el volumen encontramos dos dedicatorias, la del poema de la página 65,


“Escenario que evita el arabesco”, que reza, a pie de página, tras el poema: “A mi amigo
Antonio López autor del / genial cuadro de la Gran Vía”. Y el poema “Ecología del
lenguaje”, en página 69, dedicado a Jesús Moya, editor de Endymion. Entre el último
poema y el índice hay una ilustración del autor en página 89.

El colofón, de marcado estilo postista 53, es a doble lámpara con ilustración. Firman los
responsables del diseño y composición (Nuria Vaquero y Margarita Cabañas), de la
impresión (Matías), y de la edición (Rogelio Blanco). Como emblema, una frase de
marcado carácter vanguardista: “¡Viva la pluma estilográfica!”54:

52 Se utilizará este título para titular uno de sus últimos poemarios.

53Sirve también de remate del discurso Córdoba, capilla de lo oculto y de la belleza empolvada (Liébana:
1996).

54 Recuerda al emblema en la cubierta de la revista postista La Cerbatana: “¡Viva Gutenberg!”

69
Lector, este libro Donde nunca se hace tarde, nace con el
propósito de que su impresión se renueve en la
lectura de cada uno de vosotros. Que sea
como un fetiche
amante que
entretiene sin
peso ni destrozo.
¡Viva la pluma
estilográfica!

[ilustración firmada]

Nuria Vaquero
y Margarita Cabañas
se encargaron del diseño y composición;
Matías de la impresión, Rogelio Blanco de la edición.
Se acabó de imprimir en agosto de MCMXCVI

El texto de contraportada aparece sin firmar; sin embargo, en un ejemplar corregido del
presente volumen,55 encontramos atribuida la autoría, con la letra manuscrita de
Liébana, a José Luis Rodríguez de la Flor [JOSE LUIS RODRIGUEZ de la FLOR.]

A continuación, se reproduce el índice corrigiendo los deslices ortotipográficos del índice


de la primera edición. Los caligramas aparecen en cursiva:

55 Colección privada del doctorando. Vid anexo 7.13.

70
DONDE NUNCA SE HACE TARDE
(EL VIENTO PASA TARJETA)

Texto de solapa de Luis Antonio de Villena

“Donde nunca se hace tarde” no es un producto de entendedera…


El eremita estrena la portada
El aroma te nombra
Los estorbos fríos
Tejedor de abismos
Juicios del viento paseante
Serrín húmedo
Rechazos de oferta
Aparición de un principio simple
Campo morado
El cerco
Madrigal revestido
Pasquín con aroma
Con vuestros transportes llega la bacanta
El viento habla para responder
Pleitos terrenales
Suspiro visual
La orilla viva
El paso de la atracción encerrada
La morada encontrada
Fugacidad convocada
El paisaje oxidado
Atrapado
Lo despierto, subyace
La indefensión privilegiada
Duele pagar
Paisaje de la caja china
La compañía volteada
Afligimiento y rebelión56
Cita de la baja nube
Rastreo del ánimo
El descontento huido
El inventor del ánimo
Énfasis de campo-verano
Tratamiento cantabile
Malhumoroso
Desconcertante sofocado
Calamento tuberoso

56 “Aflijimiento” en el índice.

71
El amor mal peinado

Amores pasajeros al tren

Planeta secreto
Puerta de la Carta
Pasión de terroso tinte
Avispa barbada
Colibrí de espadaña
Visitación la “Verdulaga”
Lo escondido entretiene
La esencia del deseo
El arte no es demonio de cama
Sainete que sale del armario
El misterio entramado
La señorita del busto reentelado
Canción de embalo
La más alta función contemporánea va por el mundo como mosca
Escenario que evita el arabesco
Caótico comedio
Hermético bolero de la primera peseta
El dictador artístico
Ecología del lenguaje
Contestación de una feminista obsoleta
León moldavo en su jaulica
El adorable convocado
Doña Honoria cubre su coche con toldo (Oración de la era atómica)57
Los agachados levantan un espejo (Escenario honra)58
El error domiciliado
El extremo innombrable
El visitante de la cañamera
Boda en San Sebastián de la calle Atocha
Cartesiana gallarda
Domador de la misericordia
Carta al juez
La aislada
La trampa
Polisémico
Datos para conocer el fondo
Imitadores de secano

Texto de contraportada de José Luis Rodríguez de la Flor

57 Sin subtítulo en el índice del libro.

58 Ídem supra.

72
Los poemas están en verso libre, destacando algunas formas como la canción, el bolero
o el madrigal, compuestas también de manera libre, e influenciados por la estética
postista. Dos poemas de este libro fueron musicados por el grupo Fagot y Popota
(2013)59.

Con respecto a la decisión editorial, Liébana decide entregar su primer poemario, con
extensión de tal, a la editorial Endymion, que hará una tirada y distribución regular. No

59En el libreto del vinilo La Caseta del Cocón del grupo Fagot y Popota, se lee: “La letra de El misterio
entramado, le pertenece al grandísimo Ginés Liébana y en realidad son dos de sus poemas íntegros: “El
misterio entramado” y “Canción de émbalo” [sic]. El texto musicado es la segunda composición de la cara
A del disco, y se reproduce en la versión del grupo:

El misterio entramado

El modificador de la ventura
Entra en la proscenia
Y teje el cuentahílos
Para que se persone con su cestillo.

El alcaudón divinizable
Dueño de su don
Que venga a enamorarnos
Con su presencia
Por severo.

Y el amor su hermano necesitado


Se queja de no ser atendido
Su paciencia se acaba y corta la línea
Para entregarse a los desafectados.

Hay que arrancar las hierbas


Con su serpiente de perfume
Para derramarlas más allá del placer.

Huye que viene la turca con su colgante


Rabiosilla de gesto,
Nariz de dante

Bajo el techo bajito de la caseta


Se encuentra Juan, Juan de usted
Le da charleta y le entrega un chequito
De cuaderneta,
Duérmete niño
La rama es tuya guijarrillo pelón,
Que vienen los muleros de la patrulla
Duérmete niño
Hierba lobera,
Que pasan contrabando por las zorreras
Y en la saleta Juan acosa a la turca con su escopeta.

73
consta que el volumen haya tenido reimpresiones, al menos en el ejemplar manejado.
Sin embargo, aún hoy, más de un cuarto de siglo después de su publicación, se encuentra
disponible en librerías en perfecto estado de manufactura.

74
❖ 2.4.4. Can Can-Cántico

Can Can-Cántico. Córdoba, Un Papel en el Agua / Noches de Can Can, 1999, 20 x 13,5
cms., 16 páginas con separata, 3 ilustraciones del autor. Edición no venal.

75
Se trata de una plaquette publicada en ocasión de una lectura poética en el ciclo de
lecturas “Noches de Can Can”, que hace parte del título de la colección. En la página de
créditos, se lee:

Can Can-Cántico de Ginés Liébana es la decimocuarta entrega de Las Noches de


Can Can, presentado el día 7 de abril de 1999 al cuidado de la editorial UN PAPEL
EN EL AGUA.

La edición consta de 16 páginas con 10 poemas y una separata con un poema inédito.
Está publicada en imprenta rápida (fotocopia), lleva camisa en papel verjurado y la
encuadernación se realiza mediante grapa. “Un papel en el agua / Noches de Can Can”,
como figura en página de créditos, estaba dirigida por Juan Antonio Bernier y Eduardo
Chivite60.

Hay dos ilustraciones en el interior, además de la de portada, invertida en la portadilla.


El encarte -con la misma ilustración de la portada, y otra ilustración distinta en el
interior- contiene otro poema inédito: “Te encontré un martes que llovía”.

La plaquette, sin distribución comercial, se adquiría solamente en el ámbito de la lectura


poética. La tirada aproximada es de cien ejemplares. La tirada del encarte con el poema
inédito, sin embargo, es de un solo ejemplar. Dicho encarte se rifaba entre los asistentes
a la lectura, como modo de financiación de la editorial. En la solapa izquierda aparece
esta breve nota biográfica:

Ginés Liébana, célebre pintor del Grupo Cántico de Córdoba, es también un


excelente poeta. En esta publicación se recoge una brevísima antología de sus
últimas composiciones poéticas. Pero antes que pintor y poeta, Ginés, es sobre
todo una persona que vive para divertirse, un vitalista…

60Los títulos publicados hasta ese momento y recogidos en la segunda solapa son: Puente aéreo (Jóvenes
poetas cordobeses); Vaqaziones en el mal, a.a. lindo; Frasco de anfetas (Cinco poetas malagueños); Vicios
comunes, María Rosal Nadales; Rarezas (1990-1999), Pablo García Casado; El visitante, Martín López-
Vega; Bajo la piel, Manuel Gahete; Bestiario y enanos, Salvador Gutiérrez Solís; Restos de serie, José
Manuel Silva Ben-Hamidi; Sobre tus labios, Diego Martínez Torrón; Gris, Rubén Raya Morales; La muerte
de Clark Kent, Daniel García Florindo; El comienzo de la cuerda, Rafael Antúnez.

76
Ya desde el título se lee una declaración de intenciones del autor en su posición ante el
mundo poético, especialmente en el ámbito regional. Unir el espacio de reunión de los
jóvenes poetas cordobeses a finales de siglo pasado con el Grupo Cántico en un solo
vocablo usando como unión el guion es, además de una forzada aliteración, toda una
declaración de intenciones.

Este título da comienzo a una trilogía de plaquettes, en dos colecciones distintas (“Un
papel en el agua” y “La nube de Goku”), que acompañaban el mismo ciclo de lecturas en
años consecutivos. El índice es el siguiente:

CAN CAN-CÁNTICO

Amargo té
Si yo pudiera olvidar el tiempo
El manantial de hierba nos espera
Resta Poética
La verdad sería la verdad alegre
Enigma
Rosa – Rosae
Bolero de la Pecadora61
Por no estar matriculado
Papela del pellizco de una diosa

Separata

Te encontré un martes que llovía

Conviene señalar que el último poema de la entrega, “Papela del pellizco de una diosa”,
está fechado en 1979. Puede considerarse una canción postista, siguiendo a Pont (1987).
La mayoría de los poemas son en verso libre. Destaca la canción “Bolero de la pecadora”,
posteriormente musicalizada por el cantautor Alberto Guerrero62, entre otros poemas
como “Enigma”. También la poética de título “Resta Poética”, en clara referencia a
“Summa Poética”.

61 Posteriormente recogido en El Andaluna.

62
De la grabación, en los estudios de RNE en Córdoba, no queda registro. No pudo incorporarse a
Guerrero (2021).

77
Se reproduce el poema de la separata, por ser prácticamente inédito:

Te encontré un martes que llovía


llevabas gotas de agua en tu peinado de pagoda.
Nos acercamos
en la escasa distancia la indiferencia se esfumó
y nos trituramos los labios.
Le hice un cumplido a tu perfume:
volvimos a vivir como si el universo no existiera.
Para acreditarlo te pedí que firmáramos un documento.
Y tú, con gesto de princesa colorida con té,
te quitaste los zarcillos de piedra fría
para defenderte de mi amoroso forcejeo…

Después de la lucha
recogí mi corazón del suelo.

Desde el punto de vista de la decisión editorial, el presente título, en edición no venal,


sin depósito legal ni ISBN, sin distribución comercial, supone la primera parte de la
denominada por el autor “Trilogía del Can Can”.

78
❖ 2.4.5. El excelente inolvidable

El excelente inolvidable. Texto de contraportada de Carlos Villarrubia, Córdoba, La Nube


de Goku, 2000, 21 x 15 cms., 12 páginas, 2 ilustraciones del autor. Edición no venal.

79
La presente plaquette, compuesta por 12 páginas encuadernadas con cartulina color
crema y dos grapas, fue impresa en imprenta rápida (fotocopia) en los talleres de
Litopress, en Córdoba. Según reza en la página de créditos fue diseñada y compuesta
por Daniel García Florindo, que codirigía la colección con Juan Carlos Reche 63. Algunos
de los títulos de la colección servían para acompañar la lectura poética del autor o autora
en dicho ciclo. Es edición no venal sin depósito legal ni ISBN. Lleva una ilustración del
autor en portada, y otra distinta en portadilla, con un claro juego de perfiles.

La contraportada la ocupa un texto de Carlos Villarrubia y la gracia editorial (una nube);


en vez de contener el número de orden editorial como habitualmente, en esta ocasión
lleva el nombre del autor, como detalle excepcional. El texto de Villarrubia reza:

He aquí un creador que no se ha tenido aprecio a sí mismo, suministrando


energía a su entorno, viviendo la fragmentación de todo.
Pocos pueden expresarse con tanta ingenua ironía, evitando la línea
recta, trazando un camino ondulante, donde se mezcla lo estilista con lo
popular.
Hacer algo divertido -de lo que ya no divierte a nadie- uniendo ideas y
conceptos que habían sido separados, no es fácil. En estos textos hay algo que
la costumbre ha olvidado y, sin embargo, leerlos es positivo.
Dan por hecho cosas que todavía sorprenden. Sea lo que sea, desata el
cerebro, alienta al propio lector, le hace capaz de crear. Al carecer del equilibrio
racional que intenta presidirlo todo, el lenguaje de Ginés Liébana, arrastra un
eco sonámbulo: la música de fondo de la palabra viajera que alimente aun
espacio abierto.
Cuando el vocablo se estanca pierde su significado. Visualizarlo tanto lo
diseca. Por ello, Liébana, reivindica la tradición oral, la transmisión directa y
espontánea. Es cultura sin juicio, que cobra uso de razón al contacto con lo
popular.
Carlos Villarrubia
El índice está conformado por los siguientes nueve poemas:

63El índice editorial está compuesto por los siguientes títulos: 1. La luz del Verdinal, Alejandro López
Andrada; 2. Octubre, a veces, Mercedes Castro; 3. Envío, Eduardo García; 4. Nómades y otros poemas, Lía
Schenck; 5. Cinco fragmentos de su Diario inédito, Juan Bernier; 6. Todo lo que sé de ti y otras mentiras,
Lara Cantizani; 7. Para todos los públicos, Alfonso Sánchez Rodríguez; 8. Chicago y otros poemas, Carl
Sandburg (Versión de Juan Antonio Bernier); 9. Nunca sabemos el final, David González; 10. Tú, el gato,
Carlos Pardo; 11. La persona equivocada, Luis Melgarejo; 12. Cantata para Birgit Elisabeth, Walter Lingán;
13. Antología breve (1993-1999), Juan Carlos Abril; 14. El excelente inolvidable, Ginés Liébana; 15.
Amanecer en Pennsylvania, Daniel García Florindo; 16. Brocamanto, Ginés Liébana; 17. 15 poemas, Luis
Muñoz; 18. 13 poemas, José Antonio Mesa Toré. 19. Amor de madre, Juan Carlos Reche, David González,
Antonio Orihuela. 20. Todo más claro y otros poemas, Miguel Casado.

80
EL EXCELENTE INOLVIDABLE

Ruego magnánimo
Reparto de una trasmisión
Sensualda da Silva en el espejo
Ojos tan dulces…
La cárcel voluble
Séneca escénica
Guzla y estoraque
El excelente inolvidable
Inconsútil

Se publican por primera vez poemas importantes en la trayectoria del autor, que
posteriormente aparecerían en otras versiones, como “Séneca escénica64”. Este poema
está a medio camino entre el poema escénico y el fragmento de obra teatral, por la
mezcla de estilos directo e indirecto. Asimismo, hay pasajes que pueden interpretarse
como apartes teatrales. Todos los poemas están en verso libre, excepto el poema en
prosa “Reparto de una trasmisión”. Destaca también el madrigal de métrica libre cuyo
primer verso, “Ojos tan dulces”, está dedicado a San Juan de la Cruz.

Desde el punto de vista editorial, esta edición no venal es el segundo volumen de la


“Trilogía del Can Can”, y fue sufragada por el autor. En el año 2000 Liébana entrega a la
imprenta cuatro títulos.

64 Se publicaría posteriormente con variantes en La Ronda de la Copa.

81
❖ 2.4.6. Brocamanto (Notificado de una carestía)

Brocamanto (Notificado de una carestía). Córdoba, La Nube de Goku, 2000. 21 x 15


cms., 20 páginas, 2 ilustraciones del autor.

82
La presente plaquette de veinte páginas, encuadernada con cartulina color crema y dos
grapas, es una edición no venal sin depósito legal ni ISBN, y es el número 16 de la
colección “La Nube de Goku”. Contiene 15 poemas. El resto de referencias editoriales
coinciden con la del volumen anterior. En contraportada, un texto sin firmar, pero de
autoría de Ginés Liébana, a modo de presentación, poética o poema en prosa:

Ginés Liébana pertenece al grupo Cántico (Córdoba, 1940).

De profesión activo, en 1950 se marcha a París como exiliado alegre. La


necesidad de creer en la vida le conduce a vivir en la No-Edad. Por oposición a
la disciplina impuesta por el masoquismo, la dictadura del arte abstracto, y
porque lo muy avanzado se vuelve arqueológico, renuncia a su vocación de
contemporáneo.

Desprovisto de toda clase de compromisos se aísla en la vigilia del humor,


desmitificando la literatura sin salirse de lo literario. A partir de ahí se emplea
en encontrarse con lo popular a través del elitismo. Esta conducta le empuja a
trabajar en una estética que no vende en el panorama actual. Por este motivo
apenas tiene biografía, lo que no impide sentirse absolutamente demostrado y
exento de crisis de identidad.

Convencido de que las categorías tienen un origen bárbaro por estar


establecidas por las armas o las fuerzas, defiende las categorías reales, aquellas
que nacen de lo invisible y de la escuela de pobreza, afirmando que el artista no
tiene por qué vivir glorificando lo que va a morir.

De los trece poemas que componen el volumen, todos en verso libre, cabe destacar el
empeño del autor por experimentar con formas cerradas o musicales como el aria (en
el poema “Aria dura”), el allegro (en el poema “Alegro con brío”), la parábola (en el
poema “Parabolia”) o la marcha (en el poema “Marcha de la ceremonia del turco”).

El índice de poemas es el siguiente:

BROCAMANTO
(NOTIFICADO DE UNA CARESTÍA)

La contraherida
Parabolia
Interrogante

83
Recóndita armonía
La cartulina
Ácido retórico
La quemadura atravesada
Invención a dos voces
Aria dura
Alegro con brío
Santiagola de Neruda
Marcha de la ceremonia del turco
La taberna del cuarto menguante
La delicada miscelánea
Nudo ciego

Desde el punto de vista editorial, se señala que el subtítulo guarda similitud con el de un
catálogo de exposición posterior65 y es usado para publicar el cuaderno del mismo título
del año 2012. Es el tercer volumen de la “Trilogía del Can Can”, y el segundo que publica
en el año 2000. La edición fue probablemente sufragada por el autor.

65 Negociado de una carestía, 2015.

84
❖ 2.4.7. Síntesis

Síntesis. Edición y prólogo de Juan Ruano León, presentación de José Camero Ramos,
Córdoba, UNED, 2000, 23 x 17,5 cms., 78 páginas, 6 ilustraciones del autor. Depósito
Legal: CO-233-2000. ISBN: 84-88115-14-8.

85
La presente entrega puede considerarse, por extensión y factura, el segundo libro de
poemas del autor. Anteriormente, con la excepción de Donde nunca se hace tarde (El
viento pasa tarjeta), que también contenía un generoso índice, había publicado un
pliego, y cuatro plaquettes o cuadernos.

El libro, de 67 poemas, con ISBN y depósito legal, parece ser un volumen fuera de
colección, ya que no lleva numeración, ni logotipo editorial o título de colección. La única
referencia a la universidad que se hace cargo de la publicación es el copyright:

© Centro Asociado a la UNED en Córdoba.


Ginés Liébana.
Juan Ruano.

La publicación del volumen, impreso en la imprenta La Puritana, no adscrito a colección


alguna de la UNED, cuenta, como hace referencia el presentador en su texto, con la
ayuda económica de otras entidades, cuyos logotipos figuran solamente en la
contracubierta del volumen.

En el lomo figura: “SÍNTESIS - GINÉS LIÉBANA - Edición y prólogo Juan Ruano León”. La
cubierta, plastificada en brillo y de un intenso color añil, está compuesta por título y
autoría de editor y prologuista, al igual que en el lomo. En el centro, una fotografía en
blanco y negro del autor, de cuya autoría o copyright no hay registro en el volumen. En
la contracubierta, los logos de U.N.E.D. Centro asociado Córdoba, Junta de Andalucía -
Consejería de Educación y Ciencia, Diputación de Córdoba y Cajasur - Obra Social y
Cultural.

La presentación es de escaso interés, y recuerda una colaboración anterior de Liébana


con la revista Almirez, perteneciente también a dicha universidad. Está firmada por José
Camero Ramos, director del Centro Asociado a la UNED de Córdoba. El prólogo, de Juan
Ruano León, de apenas ocho páginas, es de interés por ser uno de los primeros textos
de análisis sobre su obra poética. Está estructurado en los siguientes apartados:
“Introducción”, “De Cántico a Liébana”, “Aproximación a la poética de Liébana”,
“Aspectos formales en la poesía de Liébana” y “Conclusión”. Está firmado así: Juan
86
Ruano León, UNED (Córdoba) Universidad de Córdoba. En él prólogo, que ubica a Ginés
Liébana en el contexto del Grupo Cántico, se traen a colación poemas o fragmentos del
autor para su análisis.

El título Síntesis es significativo, porque denota la confluencia artística entre lo plástico


y lo literario. Una vez más, una especie de manifestación, de demostración de su labor
como artista poliédrico. El origen del título podría proceder del presente pasaje del
prólogo de Juan Ruano León:

Luis Antonio de Villena ha dicho de Liébana que es “un disparate creador”,


“fundador de palabras”, “rimadas o semirrimadas”, que los sitúan entre los
escritores del postismo, reivindicando la tradición oral, la transmisión directa y
espontánea, en contacto con lo popular. No sólo es, pues, el ángel de los
ángeles, como marca la tradición crítica, sino la expresión viva, ágil, barroca en
el movimiento, al usar la palabra. En el caso de Ginés, tal unidad se aglutina
hasta no saber dónde se separan las expresiones plásticas y las literarias. De
pura síntesis creadora, habría que hablar. Como diría Rogelio Blanco, “un
renacentista, ajeno a especialidades e inmerso en el arte”.

Los poemas van a texto corrido, por lo que en algunas páginas hay más de dos. Seis
ilustraciones adornan el volumen, de las que cuatro son en color. Destaca el uso de
neologismos en los títulos, como “Tejerocontinuo”, “Gozaerógeno”, o “Vagabundía”.
Los poemas están escritos en verso libre. El índice66 de poemas es el siguiente:

SÍNTESIS
(Edición y prólogo de Juan Ruano León)

Presentación de José Camero Ramos

Prólogo de Juan Ruano León

Poesías:

A la tristeza le he dado un mínimo espacio…


Imago
Explícito

66Algunas palabras de los títulos llevan mayúscula en el libro, pero no en el índice. En el índice que se
transcribe se ha normalizado este y otros asuntos, y corregido erratas.

87
Escapada
Conducta
Hermético bolero
Perfilera
Apriorístico
Crecimiento
Hoguera inmutada
Guitarra
Retraso de ruta
Amor sin oficio
La geografía invita
Súplica
Paralelas
Vacilación
Gozaerógeno
Ignaro
La aduana
Tejerocontinuo
Indicio
Pensamiento discontinuo
Gozo innombrado
Infligir
La ciencia definida
Regreso en el agua
Elevado en lo inmaterial
Vínculo
Magritte y Tú
El peso de lo edénico
Laberíntico
Secretoeros
Esclavístico
Paradigmático
Hallada humedad
Mordida advertencia
Dios acechado
Impetrar
Paseo que desconoce
Embeleco
Vagabundía
Suspiro recluido
Merecedor de lo encerrado
Errante
A la vencida
Desconfiante
Disentimiento

88
Tripulante desatendido
Estima de una nada indescifrable
Estrago
Frustrada escolta
Ausencia de conjetura
Descobijo
La sensual vestidura
El placer incluido
Diferido
Evoca-oro
Terreno
Envase de pasión
Vespertino
La incierta donación
Lo mal instruido
Demostración compasiva
Excursión al eco
Paramento
Dificultad

Desde el punto de vista editorial, el presente volumen tuvo una distribución no


profesional y un recorrido comercial muy escaso. El hecho de estar publicado por una
universidad, en colaboración con otras instituciones, pero fuera de colección, no ha
facilitado su lectura y recepción. Es el único de los cuatros títulos publicados en el año
2000 que tiene entidad de libro.

89
❖ 2.4.8. Manantiálica

Manantiálica. Montilla, Ayuntamiento de Montilla, 2000, 21 x 13 cms., 20 páginas, 2


ilustraciones del autor, portada de Jesús Rubio. Depósito legal: CO-32-1999. ISBN: 84-
89619-37-9.

90
Cuaderno de 20 páginas, impreso en papel de buena calidad color crema, encuadernado
con cartulina de alto gramaje y una grapa. Se usa una sola tinta, marrón. El motivo de la
publicación es acompañar la lectura poética del autor en el ciclo que da título a la
colección. La cubierta está compuesta con una ilustración editorial, a sangre, que
representa la fachada de la Casa del Inca Garcilaso en Montilla (Córdoba). En la parte
superior de la cubierta se lee: “Ginés Liébana / Manantiálica”. Y en el pie: “Montilla / -
Aula poética Casa del Inca-“. En la página de créditos, el siguiente texto:

Dibujo portada: Jesús Rubio


Dibujos interiores: Ginés Liébana

También en página de créditos consta referencia a la tirada, de 300 ejemplares. Ilustran


la edición dos dibujos del autor. La contraportada está compuesta con el escudo del
Ayuntamiento de Montilla, la cita: “Excmo. Ayuntamiento de Montilla”, y más abajo, en
el pie: “-Montilla- / AULA POÉTICA CASA DEL INCA / 6”, correspondiendo este dígito al
orden de la lectura poética en el ciclo. En el colofón, con forma de rombo, habitual en
las publicaciones de Liébana, se hallan más datos de la publicación:

Se confeccionó
y compuso este sexto
volumen de la colección
AULA POÉTICA CASA DEL INCA
2ª época, del autor Ginés Liébana,
en la imprenta “Gráficas Mvnda”
de Montilla, bajo la atención y el cuidado de
María Rosal Nadales. Todo se dispuso para
que viese la luz en el mes de
Febrero de 2000, y fuese presentado el
día 16 de dicho mes, en la lectura
de poemas que se ha de
celebrar en la Casa del
Inca Garcilaso de
Montilla.

91
El índice contiene diez poemas:

MANANTIÁLICA

Preámbulo
Ángel montuliense
Canción del Andaluna
Arrebato irreflexivo
Danzas húmedas en campo etrusco
Lenguaje del beso profanado
Nidal sumergido
Tratamiento desdoblado
Tras-tornado
El subtítulo oblicuo

El cuaderno tiene una organización interna. Comienza con un poema, “Preámbulo”, a


modo de pórtico, prosigue con ilustración y un poema que versa topográficamente
sobre la localización del evento -“Ángel Montuliense”- e incluye, entre otros poemas, la
“Canción del Andaluna67”. Hay dos dedicatorias: a la profesora y poeta María Rosal
Nadales, que además cuida el volumen (“Ángel Montuliense”), y a Juan Bernier (“Danzas
húmedas en campo etrusco”).

Con respecto a la decisión editorial, se trata de un cuaderno, que acompaña una lectura
poética que, aunque lleva depósito legal e ISBN, no tiene distribución comercial. Se
adelantan en él algunos poemas que recogerá posteriormente en otros volúmenes.

67 Publicado posteriormente en El Andaluna (Linaje del Sur), Córdoba, Edisur, 2003.

92
❖ 2.4.9. A ver si se atreve el viento (Sobredios de la travesura)

A ver si se atreve el viento (Sobredios de la travesura). Introducción de Feliciano


Delgado, Córdoba, Edisur, 2001, 21.5 x 15 cms., 116 páginas, portada del autor, 45
ilustraciones del autor. Depósito legal: CO-1315-01. ISBN: 84-923389-6-2.

93
Su tercer libro de poemas, como tal, es un volumen de 116 páginas, publicado por
ediciones Edisur. En el lomo aparece autor y título, al igual que en la portada, con una
ilustración de un ángel del autor, a color y a sangre. Contiene 56 poemas. La
contracubierta, de color blanco, lleva al pie el logotipo editorial, conformado por el texto
“Ediciones Edisur”, compuesto en ángulo de 90 grados, formando una caja donde un
libro en blanco pulula entre los arcos de la Mezquita-Catedral de Córdoba.

En la página 2, logo e información editorial, sin mención a copyright, y el siguiente texto:

[Logo Junta de Andalucía] Esta obra ha sido publicada con la ayuda de la


Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

En la portadilla, además de título, autor, y fecha de publicación (2000), se añade, entre


paréntesis, el subtítulo “Sobredios de la travesura”, único lugar en que aparece:

A VER SI SE ATREVE EL VIENTO


(SOBREDIOS DE LA TRAVESURA)

En la página de créditos, copyright de la cubierta y de la autoría del libro, ambos de


Liébana. A continuación, el texto de Feliciano Delgado “Historia de los ángeles”68, una
suerte de pequeño ensayo o introducción que trata de asuntos hagiográficos sin
comentar (o citar) el poemario al que precede. “Historia de los ángeles” tiene siete
páginas de extensión, y está dividido en los siguientes apartados: “Criaturas celestes”,
“Los ángeles en el Antiguo Testamento”, “Mitologías mesopotámicas en Israel”,
“Querubines y serafines”, “La organización de la jerarquía celeste” y “Final”. Son
numerosas las citas bíblicas y referencias a autores como Altus prosator de santo
Columba.

68Aparece por primera vez en el libro firmado por Liébana y La Empresa Invisible Los Ángeles (1996: 11-
13)

94
De las 45 ilustraciones, 19 son en color, acompañando al texto sin intervenir en él, en la
misma página o en la adyacente. Tras el texto introductorio de Feliciano Delgado, la cita,
que da razón al título69:

En la “mitaíta el puente”,
a ver si se atreve el
viento
a apagar las candelitas
que a San Rafael le
enciendo.

(Oído al cantaor Pele,


en las bodegas Campos de
Córdoba.)

La cita, acompañada de una ilustración de un ángel tocando la guitarra, está mal


maquetada, como puede apreciarse, y probablemente transcrita de memoria por
Liébana. Esta falta de atención en la edición a los libros de Liébana es,
desgraciadamente, habitual.

A continuación, y como pórtico a los poemas, un texto en prosa firmado por Ginés
Liébana, a modo de poética o manifiesto, como hizo anteriormente en Donde nunca se
hace tarde (El viento pasa tarjeta), pero firmado en esta ocasión con nombre y apellido,
haciendo hincapié en el valor de la independencia en el arte. Se reproduce por su interés
en materia de poética:

Trabajo conectado con la alegría de vivir. Afirmado en una continuidad vigilada,


donde el futuro del creador no es incierto, ni se diluye en el desamparo y la
inteligencia.

No somos bufones de temporada en fiestas. Ahora el espectáculo es nuestro y,


desde este empeño vinculante, vamos a aprovechar la energía de la unión de

69 El título proviene de la más famosa de las letras de un palo del flamenco, la soleá de Córdoba:

“En la madrugá del puente


a ver si se atreve el viento
a apagarle las velillas
que a San Rafael le enciendo.”

95
todos los independientes para compartir la hermandad protectora donde nada,
ni nadie, se pierda en el silencio de los abandonados a su suerte.

Esta naturaleza que nos rodea es un inmenso festín. Esta geografía enriquece lo
invisible, por eso llevamos la emoción en la sangre. Vamos a aprovecharla para
proteger y ayudar a los que dedican su manera de vivir a la Belleza.

Tras el prólogo, dos ilustraciones, una en blanco y negro y otra en color, ocupan las dos
páginas siguientes. El libro prosigue con un íncipit, el único caso del libro en el que la
disposición tipográfica del texto y la imagen parece tener un sentido, que reza:

El ángel
nace sin
teléfono70.

La publicación carece de índice. El listado y ordenación de los 56 poemas es el siguiente:

A VER SI SE ATREVE EL VIENTO


(SOBREDIOS DE LA TRAVESURA)

Introducción de Feliciano Delgado

Trabajo conectado con la alegría de vivir

Ángel anacoluto
El ángel mal graduado
Ángel alternador
El Sobredios de la travesura
Arrogancia sin reglas
Ángel garza
Ángel expedito
Ángel serviola
Ángel carpancho
Lámina presumida
Independiente arcángelo
Atractor impaciente
Nebulosa notificada
Ángel destiranizado
Navío de Argos
El ángel tocasuelos

70 Reproducción en anexo 7.11.

96
Hortelius
El ángel de la Tramontana
Contramuelle
Ángel africado
Gracioso oprobio
Ángel exento
Ángel abstraído
Vendaval del Jueves Santo
Ángel malhumoroso
Alegato con ímpetu
… para Claudio Rodríguez
Intercesión de un residente por el indulto de un ángel
Rafael Arcángel pájaro parado
Ángel pajarel
Ángel anublado
Término
Golondrino
Tronos en el sinfín cercano
Ángel laurino
Ángel peruano
Querubín alijador
Ángel montuliense
Ángel desadvertido
El inconformista con alas
Potestad en el cauce de la levedad
Ángel gaburón
Ángel velador
Celebrante heraldo
Banderillero con alas
Ángel ignorado
Ángel inopinado
Ángel exhibita
Astrífero
Ángel estimista de la nada
El elevado que resucita
Afán impaciente
Sedentario alígero
En lo suyo es un Armani
Trasiego de un antro sostenido
Reposo del misterio

El colofón, habitual en el autor, está acompañado por una ilustración, que le hace de
marco, y reza:

97
Este “A ver si se atreve el viento” se
acabó de imprimir un día, que los
ángeles soplaban, y esos aires
llegaron a los talleres tipográ-
ficos SUR de Córdoba.
regalando sus secretos
a Eduardo Mármol
que bajo su
dirección fue
terminado.

LAUS DEO

El contenido del libro está conformado por poemas dedicado a facetas de los ángeles o
sus representaciones, ya sean artísticas, como en “Hortelius”, en referencia a una obra
del pintor Guido Reni, o invenciones líricas, como “El ángel mal graduado”. Hay una
dedicatoria al poeta Claudio Rodríguez.

Desde el punto de vista editorial, es un volumen publicado por la editorial Edisur, que
publica otros libros del autor, sin marca de pertenecer a colección alguna, ni número de
orden. Tampoco aparece en lugar alguno parte del catálogo editorial. Además del editor
que cuida la edición, Eduardo Mármol, y de la subvención económica que posibilita la
publicación, no hay otra referencia a la publicación. El editor, también se hace cargo de
la edición de Los Ángeles (Liébana: 1996) para la Diputación Provincial de Córdoba.

98
❖ 2.4.10. La tarde es Paca

La tarde es Paca. Texto de solapa y contraportada de Carlos Villarrubia, diálogo de


Carlos Villarrubia y Ginés Liébana, Madrid, Endymion, 2001, 20 x 14 cms., 84 páginas,
portada del autor, retrato de Loyola de Palacio, 16 ilustraciones del autor. Depósito
legal: M.42.186001. ISBN: 84-7731-385-7.

99
El presente volumen lleva en cubierta, en diseño editorial habitual, título, autor e
ilustración firmada por el autor. En la solapa izquierda, el número de colección, 286, un
texto que prosigue en contracubierta, y al pie la indicación: “Continúa en
contraportada”. En la solapa derecha, “Últimos libros publicados” con una selección
editorial de las últimas novedades. Se reproduce la nota de solapa y contraportada71:

GINÉS LIÉBANA miembro del Grupo Cántico (Córdoba, 1940). He aquí un


creador que no se ha tenido aprecio a sí mismo, suministrando energía a su
entorno, viviendo la fragmentación de todo.
Pocos pueden expresar con tanta ingenua ironía, evitando la línea recta,
trazando un camino ondulante, donde se mezcla lo estilista con lo popular.
De profesión activo, en 1950 se marcha a París como exiliado alegre. La
necesidad de creer en la vida le conduce a vivir en la No-Edad. Por oposición a
la disciplina impuesta por el masoquismo, la dictadura del arte abstracto, y
porque lo muy avanzado se vuelve arqueológico, renuncia a su vocación de
contemporáneo.
Desprovisto de toda clase de compromisos se aísla en la vigilia del
humor, desmitificando la literatura sin salirse de lo literario. A partir de ahí se
emplea en encontrarse con lo popular a través del elitismo. Esta conducta le
empuja a trabajar en una estética que no vende en el panorama actual. Por este
motivo apenas tiene biografía, lo que no impide sentirse absolutamente
demostrado y exento de crisis de identidad.
Hacer algo divertido -de lo que ya no divierte a nadie- uniendo ideas y
conceptos que habían sido separados, no es fácil. En estos textos hay algo que
la costumbre ha olvidado y, sin embargo, leerlos es positivo.
Dan por hecho comunicar otras cosas que todavía sorprenden. Sea lo
que sea, desata el cerebro, alienta el propio lector, le hace capaz de crear. Al
carecer de equilibrio racional que intenta presidirlo todo, el lenguaje de GINÉS
LIÉBANA, arranca un eco sonámbulo; la música de fondo de las palabras viajeras
que conducen al espacio abierto.
Cuando el vocablo se estanca pierde su significado. Visualizarlo tanto lo
diseca. Por ello, Liébana, reivindica la tradición oral, la transmisión directa y
espontánea. Es cultural sin juicio, que cobra uso de razón al contacto con la
espontaneidad, donde lo absurdo acaba siendo lógico.
Convencido de que las categorías tienen un origen bárbaro por estar
establecidas por las armas o las fuerzas, defiende las categorías reales, aquellos
que nacen de lo invisible y de la escuela de la pobreza, afirmando que el artista
no tiene por qué vivir glorificando lo que va a morir.

Carlos Villarrubia

71 Nótense las similitudes con la nota de contraportada de El excelente inolvidable.

100
Tras la primera portadilla que solo lleva título, un retrato del autor, con el siguiente texto
manuscrito al pie

Ginés
URRIJATE 72
30- [incomprensible] 2001
Loyola de Palacio

se encuentra una segunda portadilla editorial con nombre de autor y logo editorial. En
la página siguiente, la de créditos, el copyright de Liébana para diseño gráfico editorial
y dibujo de portada. El copyright del retrato del autor es de Loyola de Palacio. En la
página 7, una dedicatoria, con disposición ortotipográfica tal, que dificulta la lectura y
comprensión:

dedicado a los que no han


alcanzado todavía el circulo de fuego
ni se han inmolado en el círculo de tiza,

Esperando a Godot

A continuación, el texto “Cantata de estreno (Diálogo de Carlos Villarrubia y Ginés


Liébana)”, que se reproduce por su interés para entender el origen del presente libro:

CANTATA DE ESTRENO
(Diálogo de CARLOS Villarrubia y GINÉS Liébana)

GINÉS: Utilizo las viejas tácticas. He encontrado un “manus-crítico”. La última


verónica de la tarde Paca.

CARLOS: En efecto, leyéndolo descubro que es la primera vez que se utiliza el


personaje en busca de autor para representarlo sin intentar herirlo, utilizando
un texto que comunica otra cosa, que no mengua, que no deprime ni deja la
cara marcada.

GINÉS: Es como un grito que a fuerza de rozarse con la amplitud de la naturaleza,


sale a la plaza, consigue que la tensión se inunde de alegría y se supere el
resentimiento en la corrida.

72 Se refiere a la localidad del País Vasco, donde Ginés Liébana discurría algunos veranos.

101
CARLOS: Esa exaltación que tú haces del amante humorístico de la pena fina ¿no
querrá decir que te has convertido en cómplice artificial del hermético bolero?

GINÉS: Se dicen cosas importantes que pueden ser muy aburridas. Por ello
registro los equívocos para producir sorpresa.

CARLOS: Sin duda, esta ceremonia-manifiesto tardará mucho tiempo en ser


estética de mesa y licor de infiernillo como intoxicación del pensamiento
congelado que tanto crimen neorrealista ha provocado.

GINÉS: Esta ley de veneno está ya amenazada. El placer de ser sensible está
consiguiendo poco a poco certificado de nacimiento. Sólo hay que esperar.

CARLOS: Habrá que tender un puente para alejarnos del paisaje de los hijos de
la cultura retorcida.

GINÉS: El contacto con los crispados sólo sirve para seguir hablando de lo mismo.
Yo huyo de mis cóleras personales. No hay nada peor que un padre ofendido.

CARLOS: En efecto, estos dragos milenarios están en la permanencia. Llegué a la


conclusión de que hay que salir del espejo de Valle Inclán, salir del túnel de las
comedias bárbaras. Don Ramón las escribió para provocar el cambio de aquella
España oxidada y cainita.

GINÉS: Ya no somos personajes del retablo ferruginoso de mártires y herejes.


Hemos dado un salto mental. Abandonar al Señor Muerte, maquinista del tren
de la bruja; alejarse del dramaturgo gore abandonado por el desodorante, y del
vampiro fecal contaminado. Es liberador contemplar a los guardianes del
cementerio repartiéndose el pastel de boda.

CARLOS: Difícil lo veo. Ese mundo está fuertemente protegido por los cultos por
delegación que son los que deciden lo que hay que ponerse, cómo hay que
pintar, cómo escribir, y cómo pensar para salir en el mediático cuadernillo-
semanal-cultural.

GINÉS: Los campos que llenan el vacío nos llevan a gozar de un amago de ilusión.
Al negarnos nos han favorecido. Es gratificante vivir sin reconocimiento y
trabajar por el “lateral” (achique de espacio en el lenguaje deportivo). Un
manantial si se ciega crece par abajo y a la larga rompe con más fuerza.

CARLOS: Airear los pensamientos genera la melanina mental y tú en este


quehacer te has ocupado mucho.

GINÉS: Es reposante separarse de los estremecidos del luto riguroso-cultural


que llenan las esquelas de elogios póstumos.

102
CARLOS: Derrochando entusiasmo se descubre un motor de proyectos.

GINÉS: Y seguir fabricando de puertas para adentro se construye una carpa de


humor.

CARLOS: ¿De humor o de amor?

GINÉS: De las dos cosas, que son elementos indispensables para enriquecerse
del espíritu. El Arte cuyo fin es alcanzar premios y dinero puede llegar a ser muy
aburrido.

El libro contiene, además del retrato del autor, dieciséis ilustraciones, de las que ocho
llevan texto. En la clasificación anteriormente establecida sobre los tipos de
ilustraciones73, el tercer apartado respondía a “Ilustraciones que llevan texto”. En el
presente volumen, se observan ilustraciones con texto con distintas finalidades, que
enumero seguidamente:

73Precisamente en el otro volumen publicado en la editorial Endymion, Donde nunca se hace tarde (El
viento pasa tarjeta).

103
III. 1 La imagen contiene texto a modo de título

La imagen de la página 14 parece responder a la típica ilustración titulada. Asimismo,


sirve para separar el poema íncipit del libro (comienza con el verso Lo importante de una
obra no es la obra en sí) del primer poema, titulado “Entrada del exhibicionista de la
habitación cerrada”. El mismo uso tiene la ilustración de la página 8, que separa la cita
de Godot del Diálogo.

104
III.2 La imagen contiene texto que acompaña el sentido de la ilustración

En este caso, la imagen de la página 42 no solo acompaña al sentido de la ilustración,


sino también al poema mismo, que, en la página siguiente, lleva el mismo título que el
texto de la ilustración (“Descartes se equivocó de perro”).

105
III.3 La imagen contiene texto como parte integrante de la ilustración

En este caso, imagen y poema componen la ilustración. Se reproduce el poema de


página 73 y se transcribe el texto:

106
RITA EN LA ESQUINA

A mí nadie me mira
porque lo llevo puesto.
Se me nota el bajo
que adquirí
en un supuesto comportamiento
algo rocambolesco
de mujer de pluma
Una persona amada
que fue la tira
puso en mi boca
el gran beso bozal
estilo plateresco.
Por poco si me tira
al pozo

Los poemas -44 en total- están titulados extrañamente en negrita y entre corchetes.
Algunos de ellos llevan una cita o anotación a modo de entradilla antes del poema -como
“(Crueldad terrible e indiferencia humana del conde Leotardi)” en el poema “Baraja de
guapas”-; y otros la llevan al final, como la nota entre paréntesis “(Fax-fox-trot)” del
poema “[Coup d’eclat]”. Todo ello confiere al libro una estructura que en ocasiones
asemeja a la de los textos dramáticos, ya que dichas citas pueden interpretarse como
acotaciones o paratextos que ayuden a la mejor lectura o declamación del texto.

LA TARDE ES PACA

Texto de solapa y contraportada de Carlos Villarrubia

Diálogo de Carlos Villarrubia y Ginés Liébana

Lo importante de una obra no es la obra en sí,…

[Entrada del exhibicionista de la habitación cerrada]


[¡Se habla de mis formas!]
[Ayer estucado]
[Currículum con solvencia manifiesta]
[Componente arqueológico]
[Desbiche]
[Alegato de un creador subalterno]
[Coup d’eclat]

107
[La lagarta afectada]
[La cuenta separada]
[La atribulada vuelve]
[…y hay más…]
[Bolso de artista]
[Ego]
[Baraja de guapas]
[Canto de las cabras en el aljibe ascético des Tuilleries]
[El sacrificio jibarizado]
[Aparataje de los desastres de la guerra y otras perrerías]
[Respuesta incontenida]
[Careta hereje de Bestiamante]
[Final]
[Teórico acatarrado]
[Carcajada con razón excelente]
[Confort-Pilot]
[Falo sarco en la Convoité Plumetti]
[Dos heroínas, perras contemporáneas]
[Dolor de jade]
[Secuencia de pecado postal]
[El amante copetudo]
[Sufridor de tuerca]
[Peluca en llama]
[Obra maestra de la desesperación]
[La atribulada vuelve]
[Terca y dimite]
[Una que tampoco lo acepta]
[Mandos perpetuos]
[Fiesta del complicado natural]
[Secuencia de pecado postal]
[Rigor sobrio con altercado incorporado]
[El explendor en la hierbaca]
[Tubo de miras]
[La inexacta informalidad]
[Defensor de una relación amorfa]
[Enloquecido por la pasarella]

El poema “Defensor de una relación amorfa” lleva la dedicatoria “Al amigo no


nombrado”. El volumen no concluye con un colofón, como es habitual, sino con un cierre
más propio de una obra teatral, con la siguiente ilustración, de la que a continuación se
transcribe el texto:

108
FIN DE LA TARDE ES PACA

Yo estoy depositado en postura


Incómoda
Con pena de perro de color negro tubo.
[grafía]

109
Desde el punto de vista editorial, Liébana vuelve a entregar un volumen a un editor con
distribución comercial, cuya tirada (o reimpresiones) aún hoy día se encuentran
disponibles para la venta en librerías físicas y en línea.

Cabe destacar que se tiene noticia, aunque no se ha podido consultar, de un manuscrito


con el mismo título, pero con contenido distinto. Se trata de un libro de artista, a la
manera del Libro de don Carlos (Cántico: 1993).

110
❖ 2.4.11. La Ronda de la Copa (Regalo es nacer ebrio)

La Ronda de la Copa (Regalo es nacer ebrio). Texto de Ana Ramos, Córdoba, Cajasur,
Excmo. Ayuntamiento de Córdoba – Concejalía de Turismo y Festejos del Ayuntamiento
de Córdoba y Consejo Regulador de la Denominación de Origen Montilla-Moriles, 2001,
23 x 17 cms., 104 páginas, portada del autor, 13 ilustraciones del autor. Depósito legal:
CO-482/2001. Primera y segunda edición.

111
El presente volumen tiene dos ediciones que se diferencian en varios asuntos:

• los paratextos
• los patrocinadores
• a diferencia de la primera edición, en la segunda van titulados
algunos poemas y se aprecian breves variantes en algunos
• en el tamaño de la tipografía e ilustraciones, de mayor tamaño en
la segunda edición
• la segunda edición se anuncia mediante un reclamo en cubierta

La bella y particular edición, según consta en las páginas de créditos, está editada por
Cajasur, el Excmo. Ayuntamiento de Córdoba – Concejalía de Turismo y Festejos y el
consejo Regulador de la Denominación de Origen Montilla-Moriles. En dichas páginas
de créditos no aparece copyright alguno. La única información adicional es la imprenta
y el depósito legal, y la leyenda “Segunda Edición” en la segunda edición.

En cubierta, una imagen firmada por el autor que representa al dios Baco, título,
subtítulo, autoría y “Córdoba, 2001”, sin ninguna referencia editorial. En la
contracubierta de la primera edición va, centrado, el logo del Consejo Regulador de la
Denominación de Origen Montilla-Moriles, y al pie los logotipos de Córdoba, Patrimonio
de la Humanidad, Ayuntamiento de Córdoba - Concejalía de Turismo y Festejos, y de
Cajasur. En la contracubierta de la segunda edición, sin embargo, aparece solo el logo
del Consejo Regulador centrado en página, y debajo el del Restaurante-Taberna Casa
Pepe “de la Judería”. En el lomo consta autor y título. El papel del interior es rugoso y
de arte, mientras que la tinta de todo el volumen es marrón. La encuadernación es
buena, plastificada en mate con solapas. El interior del volumen está artísticamente
diagramado y decorado. Los poemas, cuando más de uno se incluyen en página, van
separados por un filete. Toda la edición lleva un filete superior con el título del volumen,
reproduciendo, sajada, la tipografía de cubierta, aproximadamente a mitad de la altura
de su equis.

112
En ambas ediciones se incluyen dos textos singulares de Liébana. El primero es una
introducción, titulada “Ars Poética”, que se reproduce por su interés en materia de
poética:

Ars Poética

La gramática no ha nacido para permanecer. El lenguaje es como un


rompecabezas que lanza piezas y, para recogerlas, nos hace correr de un lado a
otro.
El que crea, al estar en contra de la formulación convencional, no lo
necesita, porque tiene la certeza interior de lo que hace: está defendiendo un
sitio. Ante una imposición, poder o desprecio, podrá sentirse supuestamente
ofendido. El creador agradece toda esa energía y la reconvertirá en una raíz más
fuerte. Puede ocultarse como los topos a resistir el bombardeo de los
“matrículas de honor”, peor no hará más que crecer.
No existe marginación, sino descubrimiento del margen. El margen de
toda cultura es espiritualidad. Ahí está el espacio de la generosidad.
Es una manida convención que la gramática, las normas, las conocemos;
pero luego hay que olvidarlas. De la misma forma que el espíritu caballeresco
no es inmutable, la gramática del amor, las normas del cortejo se rompen en el
proceso de la seducción sin que el amante sea nombrado violador. La amada
llega a aceptar ese comportamiento sin poner la trasgresión antes de las formas.
Este olvido se logra cuando somos humildes. Una vez rota la convencionalidad,
después de haber sido humildes, podemos hablar de nuestro pequeño planeta
personal. Así está establecido en la tradición más ácrata.
Quedarse en lo que está bien escrito manejando el lenguaje puede llegar
a ser una antigualla. Las palabras en el escrito son como un tobogán, la onda
propagadora de un lenguaje desatado que deja pasar el aire, que no puede
reducir su significado, contenerlo en unos límites para que se acerque a la
perfección gramatical.
El proceso creador de la gramática no muere. Su muerte equivaldría a
obligar a que no nazcan más niños. Si esto fuera así, los nuevos seres tendrían
que hacer un mutis.
En la retórica impecable y la norma es donde se quedan los mediocres.
La intención del creador es perderse solitario en el bosque de los no nombrados.
Pero al final lo sacan, lo cual da noción de que existía un público que hablaba el
mismo idioma. Esta es la realidad que nos hemos ganado, resultado tal vez de la
mala conciencia de los consagrados, funcionarios de la cultura, cargos,
políticos…
No pedimos aprobación. No la necesitamos. La belleza no la demanda
tampoco. El lenguaje o el tacto no tienen necesidad de ver para saber que
existen. En el fondo de este conflicto existen dos realidades: la creación y la
creación sin generosidad. Imbricado en la esencialidad del lenguaje, acorazado

113
o pulido rompe las barreras. Nosotros nos movemos en el espacio de la
generosidad. Suena más creíble estar en el espacio desprendido. Los faltos de
este sentimiento actúan y suenan como un espectáculo que se mira y se admira
y se escucha, y cuando finaliza se despide.
Los que se entregan son escuchados como la propia vida, entran en tu
propio ser. El conocimiento lleva un código que funciona constantemente y
revela secretos sin muros. No sufre el síndrome del bodegón donde el vino y las
frutas quietas acabarían pudriéndose. De ahí el arte hiperrealista. La realidad no
deja de moverse.
El vino se escapa de la esclavitud de la bodega para que se manifieste la
vida. Sería caciquil amarrarlo.

El segundo texto es uno de los más icónicos, iconoclastas y vanguardistas de Liébana. Se


trata del “Prólogo (Figurantes personajes figurados por la empresa invisible)”, que, a la
manera de las citas que abren un volumen como íncipit 74, está conformado por varias
decenas de citas rocambolescas figuradamente firmadas por distintos autores; una
especie de cadáver exquisito al que se le atribuye a cada autor una cita inventada por
Liébana75.

La primera edición lleva una breve nota biográfica de solapa, mientras que la segunda
edición lleva la dedicatoria: “A Ricardo Molina y / a Juan Bernier, / ramas desprendidas
/ del árbol de “Cántico”, y dos largos textos de solapa, el primero firmado por la escritora
y editora Ana Ramos, y el segundo sin firmar.

Se reproduce a continuación el índice de la segunda edición, conformado por 84


poemas. En él se hace referencia a las variantes con respecto a la primera edición:

REGALO ES NACER EBRIO (LA RONDA DE LA COPA)

Texto de Ana Ramos

Introducción, Ars Poética

74Dicho prólogo, además del subtítulo (“Figurantes personajes figurados por la empresa invisible), lleva
también el título “Ab-initio”, que complementa los títulos de los ocho capítulos del libro.

75 El de la segunda edición se ve acrecentado con más entradas.

114
Prólogo, Ab-Initio

Capítulo I – El lloro de la cepa


Salve la fecunda zona montillana
Friso del racimo agraz
Maneras de la furia
El vino te deja huérfano76
Garrafa rica de villa77
Incierta vía
Estrofa fea78
Templa lo imperdonable 79
Consorte de la Aurora80
Levanta el vestido de la tentación81
El vino se va a la calle contigo82
Vaivén en morado83
Se apresura a atraparte
Platirrino84

Capítulo II – La brotación85
Clave vínica
Teoría que no se ve
Trasvase
Taller de náufrago
Ansioso ídolo irreal
Llora en la casa del conocimiento
Calle de Montilla
Nomadeo
Alifarra
En el Neolítico fue pastor
Afocante
En los planeos lleva rubíes
Penúltimo Alejandrino
No doy con lo que tiene

Capítulo III – La floración


Andantino n.º 2

76 Sin titular en primera edición.


77 Ídem supra.
78 Titulado “Isla de Citera” en primera edición.
79 Titulado “El equilibrio roto” en primera edición.
80 Sin titular en primera edición.
81 Ídem supra.
82 Ídem supra.
83 Ídem supra.
84 Ídem supra.
85 Todos los poemas de esta sección están sin titular en la primera edición, excepto “Calle de Montilla”.

115
Ácido sabio
Amado en la orilla86
Voluntad de orla87
Ademán declamado88
Vuelo de la cabeza caliente89
La cresta de Venus
Desuso de la soledad90
Volatín
D’amic e amat
Confuso reflejo

Capítulo IV – El envero
Sabor que oscurece
Líber del vino
Fondo contrario91
Regulación del desvarío
Conmovismo roto92
Postrador y alzapié 93
Paladar testigo94
Retrosonal
Fondo de ámbar95
El enemigo a bordo
Sale de los cobijos96
Como Arquímedes, descubrió la palanca97
Inmarchitable sed
Reserva de una aparición98

Capítulo V – La madurez99
Trasteo
Grada con dos suplicantes
El aliento aplacado
Pálida firma

86 Sin titular en la primera edición. Contiene variantes.


87 En la primera edición, por error, se repite el poema “El equilibrio roto”
88 Sin titular en la primera edición.
89 Titulado “Inexistencia en vuelo” en la primera edición.
90 Titulado “Soledad en desuso” en la primera edición.
91 Sin titular en la primera edición.
92 Sin titular en la primera edición.
93 Sin titular en la primera edición.
94 Sin titular en la primera edición.
95 Sin titular en la primera edición.
96 Sin titular en la primera edición.
97 Sin titular en la primera edición.
98 Sin titular en la primera edición.
99 Los poemas de esta sección no llevan título en la primera edición, salvo “El aliento aplacado”.

116
Capítulo VI – La vendimia
Tras-tornado
Lupercal100
Espiral insensato101
Séneca escénica
Sale roto del caballo102
Zanqui-canto fino103
El módulo volcado104
Estampa de una euforia interior
Visita de amante
Tramoya despabilada105
Epígrafe funerario
Canción de la brazada en losa
Desconcertante de una ruptura indignada
El territorio rebosado

Capítulo VII – El vino nuevo


Pasillo amacetado106
Fábrica de regocijo107
Cornisa108
Vendaval del Jueves Santo
Intercesión de un residente en la tierra por el indulto de un ángel

Capítulo VIII - La poda y crianza109


Imago
Auto, paso y concierto
Extrangelus
Vino virtual
Vino escénico
El aparte de una contorsión
Pantomima de los metemuertos
Encuentro con lo desatendido

Desde el punto de vista editorial, se trata del primer libro del autor con dos ediciones,
aunque no se conoce si la primera fue distribuida y agotada, o si se prohibió su

100 Sin titular en la primera edición.


101 Sin titular en la primera edición.
102 Sin titular en la primera edición.
103 Sin titular en la primera edición.
104 Sin titular en la primera edición.
105 Sin titular en la primera edición.
106 Sin titular en la primera edición.
107 Sin titular en la primera edición.
108 Sin titular en la primera edición.
109 Los únicos poemas de esta sección titulados en la primera edición son “Extrángelus” e “Imago”.

117
distribución por los cambios introducidos en la segunda y referencias en los textos de
solapa. En cualquier caso, no pertenece a colección editorial, y no tuvo recorrido
comercial. No se conoce atención crítica hacia el volumen.

118
❖ 2.4.12. El Andaluna (Linaje del Sur)

El Andaluna (Linaje del Sur). Nota de José Luis Rodríguez de la Flor, Córdoba, Edisur,
2003, 21,5 x 15 cms., 88 páginas, portada del autor, 41 ilustraciones del autor. Depósito
legal: CO-568-03. ISBN: 84-932932-1-0.

119
El Andaluna (Linaje del Sur) aparece en la editorial Edisur, sin numeración editorial ni
referencia a colección alguna; es presumiblemente un volumen fuera de colección. En
la portada aparece título, subtítulo, ilustración del autor y autoría. En contraportada el
logo de la Junta de Andalucía - Consejería de Cultura, y el de Ediciones Edisur. Contiene
55 poemas. En lomo: título, subtítulo y autor, al igual que en la portadilla.

En la página de créditos no hay información sobre el copyright de obra o ilustraciones;


solamente información editorial y de impresión (“Impreso en los talleres de Tipografía
Sur S.L.”), junto a ISBN y depósito legal; y el siguiente texto:

Esta obra ha sido publicada con la


ayuda de la Consejería de Cultura
de la JUNTA DE ANDALUCÍA

Además de la ilustración de cubierta, la utilizada para la versalita (G) que da comienzo a


un texto de Rodríguez de la Flor, y las dos del colofón, el volumen cuenta con otras 38
ilustraciones en tinta negra.

Tres paratextos abren el volumen: una cita de Prudencio Iglesias, una introducción
firmada por José Luis Rodríguez de la Flor, y un texto a modo de poética, firmado G.L.
[Ginés Liébana]. De interés, ya que Ginés Liébana no suele poner citas de otros autores,
la cita de Prudencio Iglesias110, que ayuda además a definir el yo poemático que nos
encontraremos en las páginas siguientes:

Los niños eternos, supremos artistas que se saltan a la torera, a veces, las
preocupaciones convencionales más respetadas, son los únicos hombres que
enseñan siempre algo.

Practican la resignación como los monjes de la Tebaida; tienen una seguridad de


juicio propio de las fuentes que está siempre sobre las brumas; y en sus
discursos que brillan como espejos sin mácula, salta repentinamente un diablillo
inesperado que nos obliga a doblarnos de risa.

Prudencio Iglesias

110Prudencio Iglesias Hermida (La Coruña, 1884 - Madrid, 1919) fue un escritor, crítico y periodista
español.

120
De igual manera, el texto introductorio de José Luis Rodríguez de la Flor es interesante,
y abunda en la línea de los otros paratextos aparecidos en libros anteriores, al ubicar la
poética del autor en el uso del lenguaje popular y en la desmitificación de la literatura:

Ginés Liébana nace en Torredonjimeno (Jaén 1921). En 1925 se traslada a


Córdoba. Como inicio motriz del ambiente, el hedonismo y el humor, le van a
marcar hasta formar parte del grupo Cántico.

Por las huellas de una experiencia dramática toma la decisión de rechazar todo
compromiso.

En 1940 marcha a Madrid a formar parte de la redacción del Español, La


Estafeta Literaria y Fantasía.

En 1950 se marcha a París como “Exiliado Alegre”, apostando por la trasmisión


de la belleza, imaginándola paralelamente a la realidad.

Por el olvido impuesto ha vivido silenciado, pero en su vocación de activo


indomable no deja de buscar contacto con gentes diversas; culturas de cambios,
viajes… Utiliza la mirada, actúa con la vida situando su labor artística después de
su existencia física.

En este aislamiento, en gran parte voluntario, se refugia desmitificando la


literatura dentro de lo literario, cultivando positivamente un lenguaje en
conexión con la tradición popular, en un punto del idioma que no ha sido
nombrado.

Este carácter es lo que le define y le convierte en una manera de vivir que está
por encima de su quehacer artístico.

Defiende el paisaje con la presencia natural de la figura, lo que da a la geografía


de sus cuadros un espacio abierto donde viven mundos superpuestos.

Ginés Liébana comunica otra cosa, no tiene miedo a mezclarse con las
emociones, busca el sitio de calma que tiene la naturaleza, rehusando el
malestar creado por los intelectuales vividores del desastre.

Un señalador de las sensaciones le hace regresar a la campa111 donde pasó sus


primeros años, para reencontrarse con el hechizo cercano del Linaje del Sur

José Luis Rodríguez de la Flor

111 Se refiere a la tierra campa, que carece de arbolado y suele servir solo sirve para la siembra de cereales.

121
El paratexto, a manera de poética, además de exponerla, hace referencia al mundo
literario desde la primera línea, subrayando su crítica hacia él, específicamente hacia las
antologías poéticas, instrumento muy en boga en aquellos años para intentar fijar el
canon literario.

¿Cómo salir del internado de las frías antologías?

¿Qué se podría hacer para no repetir lo mismo? Ya no hay fisonomías ocultas.

La sostenida bajada continua112 hay que dejarla caer puesto que la técnica nos
ha liberado de ser perfectos.

Al artista impecable con su insistencia de buscar la máquina perfeccionista


convencional congela la esencia del arte y acorta el ofrecimiento del placer.

Lo verdaderamente perfecto es nacer espontáneamente. Recoger la escena de


la vida a través de los indicios que comparten el deseo. Vivir lo que queremos
vivir suaviza la confianza en la existencia con una apariencia desplegada que
posee el apasionado aliento del paisaje oído.

Lo que no está cortado por modelos de imitación recupera formas activas, y da


paso al idioma de la emoción, cosa que pone nerviosos a los que permanecen
inmóviles siguiendo el mismo código.

G[inés] L[iébana]

El poemario tiene una organización interna sin partes, donde se van desbrozando los
temas típicos y tópicos del andalucismo, desde la tauromaquia, en poemas como
“Banderillero con alas” o “El diestro Cigarrito”, a la topografía (“Calleja del espejo” o
“Pala de llama – Plaza de Aguayos”), sin olvidar la Semana Santa en poemas como “El
Cristo del Remedio de Ánimas. Córdoba”, o su deconstrucción (“Barroca de Ramos”).
Especial atención confiere al flamenco en poemas como “Falseta de la granaína”. A
continuación, el índice corregido con los 55 poemas y la poética:

112Se aprecia aquí como los títulos de sus poemarios quedan lexicalizados e utilizados como elementos
de su poética o concepción artística.

122
EL ANDALUNA (LINAJE DEL SUR)

Nota de José Luis Rodríguez de la Flor

¿Cómo salir del internado de las frías antologías?

Andantonio
Preferentísimo
El grácil
Correrías de un enredo
Gabriel
Halcón
Proemio
Pala de llama (Plaza de Aguayos)
Barroca de Ramos
Paisajes de los títulos
El Cristo del Remedio de Ánimas. Córdoba
El caminante de la sanación
Decorado hablado
Personación de la fantasía
Gravedad despojada de una alteración
Cortilandia
Mascota de luna
Andante de la Romeraca
Falseta de la Granaína
Calleja del espejo
Colateral prolongado
El diestro cigarrito
Hálito que estrena ligereza
Banderillero con alas
Parlamento de cuadrillas
Niño padre
Procesionaria
Amébula
Pizca secreta de un hechizo
A Salvadora Drôme
El amante virtual
Galante extremo
La tristeza técnica
Sombra del bien
La contrición
Cemento y pomo. Canción de una arrepentida
Traspaso del espíritu
La dulzura intuida
La nada repleta

123
Cimiento desgajado
Viento abierto
Asideros donde la tristeza se recoge
Canción desbordada
Gabinete pétalo
Tabla de los rasguños
Reverso de ánima
La primera visibilidad
Angustialismo en el patio de la Calle de los moriscos
Figura de culto
Antañonas
Predominio de un valiente paso
Figuras del centro de reflexión vinícola
¡De festín se trata!
Gusto por la sección podrida
Bolero de la Pecadora

Desde el punto de vista editorial, la factura del volumen es buena, pero se desconoce el
recorrido comercial que pudiera tener. La publicación se acompañó con alguna nota de
prensa sin firmar que edulcora el contenido y, sobre todo, la perspectiva con la que
Liébana afronta las temáticas clásicas del andalucismo arriba sintetizadas. 113

113 Ya desde el mismo título de la nota se puede apreciar la diferencia entre la intención comercial del
volumen y la poética del autor: “Ginés Liébana canta a la Córdoba mística e inédita” en Córdoba, 5 de
mayo de 2003. Consultado el 29 de enero de 2023 en:
https://www.diariocordoba.com/cultura/2003/05/05/gines-liebana-canta-cordoba-mistica-
38982340.html

124
❖ 2.4.13. Travesía de la humedad

Travesía de la humedad. Prólogo de Ana Palacio, Rute, Ánfora Nova, 2003. 21,5 x 15,5
cms., 64 páginas, portada del autor, retrato de Loyola de Palacio, 11 ilustraciones del
autor. Depósito legal: CO-1336/2003. ISBN: 84-88617-38-0.

125
En la cubierta del libro, una ilustración a sangre del autor que representa una barca en
tierra. Sobre ella, nombre, título, y en el pie el logo de Cajasur Publicaciones a la
izquierda, “Separatas 5” en el centro y el logotipo de Ánfora Nova Editorial a la derecha.
En la primera portadilla aparece solo el título. Y en la segunda, autor, título, logotipo
editorial y “Colección Ánfora Nova”. Más abajo, logotipo de CajaSur Publicaciones, el
filete “Serie Separatas”, y por último “Rute, 2003” y el número 5, que indica la
ordenación del libro en la colección.

En la página de créditos, el texto: “Edita y Dirige: José María Molina Caballero”,


acompañado de la fecha de publicación -agosto de 2003- y los copyrights respectivos:
textos y dibujos de Ginés Liébana; retrato del autor de Loyola de Palacio; y prólogo de
Ana Palacio. Los derechos de la primera edición son de la Editorial Ánfora Nova y
también del Servicio de Publicaciones de Cajasur. El volumen se imprime en la imprenta
García de Rute S.L. Por último, el siguiente texto de agradecimiento, a pie de la página
de créditos:

El autor agradece la colaboración prestada por Concha Rodríguez, Josefina


Fueyo y Juan Carlos Sanz en la confección definitiva de la presente obra.

El prólogo, titulado “Prólogo para un libro de versos de Ginés Liébana”, ocupa una
página y no tiene especial interés. Está firmado por “Ana Palacio Ministra de Asuntos
Exteriores (Mayo 2003)”. En la contraportada la siguiente nota, acompañada de una
fotografía en color del autor sin firmar:

GINÉS LIÉBANA nace en Torredonjimeno (Jaén-1921). Se traslada a Córdoba


donde pasó su infancia y adolescencia. Colabora en la revista del grupo
“Cántico”, baluarte lírico de la posguerra. Más tarde se traslada a Madrid donde
formó parte de la redacción del semanario El Español, La Estafeta Literaria y
Fantasía. En 1950 se marcha a París como exiliado alegre. Es autor de una
extensa obra pictórica. No le ofusca la persistencia interminable que tiene de
sentir. Sale de sí mismo y se monta un friso en un juego disperso donde todo es
cuestión de energía. Ha publicado poesía y teatro donde se percibe un tono
independiente de enorme vitalismo. Es miembro correspondiente de la Real
Academia de Córdoba. Transmisor de un Taller Abierto donde cabemos todos,
prosificando lo poético con ironía por recurrir a la tristeza técnica y a la pena
fina para adelgazarla. Reside en Madrid desde finales de los años sesenta.

126
Tras un filete de color morado, los logotipos de Cajasur Publicaciones y el de Ánfora nova
Revista Literaria / Editorial. Y más abajo, “Colabora: Excmo. Ayuntamiento de Rute
[Logotipo Ayuntamiento de Rute] para culminar la contracubierta. No quisiera dejar de
señalar la ironía en el retrato de contracubierta, en el que aparece el autor posando de
perfil con la mano en la barbilla, y un lápiz en la oreja, a la manera de los carpinteros.

El índice en página 57 no corresponde con los 37 poemas que componen el volumen. Se


recoge aquí el contenido del libro publicado:

TRAVESÍA DE LA HUMEDAD

Prólogo de Ana Palacio

La felicidad es un deseo de dormir, un paseo irreflexivo,


La ingenuidad es algo más espiritual que la pureza
Se abren los días masticados
Todas las tardes sostienen un empeño que enfría mi entusiasmo
A la fantasía por ser capitana de rostro la defienden trompetas
La ciudad de la creación ofrece puntuales encuentros
En la ciudad destino silba el placer atemperado
Súplica
Poseemos un ático en las calles del centro
Espirácula
¡Ella se viene conmigo!
Tomo un cúmulo de hojas y escribo: empiezo a pensar
La Centaurea
Cuando se descuiden los olivos y nazcan los escobones del llano,
¿En qué cielo voy a poner el grito si el guardián del oráculo
Cédulas rojas, de irresistible impulso, palpitan en los cien aires de la rosa
Atrapado
Te encontré un martes que llovía
Para no dialogar con la conformidad me cuesta negociar
Cuando te conocí eras una insectita fea
Yo repartí mi vida contigo. Te di la mitad de mí mismo
El viento te dijo adiós en los cantiles
Ondino
Enrédate en mi campo,
Tu amor es bello…, pero no sé qué hacer con él
Atraco
Clemencia de Tito

127
Puesto de vigía
Moratalla
A Romelia de la Concepción se le ve el caramelo
Llanto de yeso
El Manifiesto
Retrato escalonado
El intelectual inútil
Los estereotipos contemplativos ocupan el Círculo de Bellas Artes
La ecuatorial extravagancia
Fatalidad

Tras el índice, el catálogo editorial de la Colección Ánfora Nova (no editorial, ni revista),
que se divide en la Serie Poesía, Serie Narrativa, y Separatas114, donde se incluye el
presente volumen.

El poemario lleva diez ilustraciones en color del autor, además de la de portada. Todos
los poemas llevan dedicatoria a una persona distinta y están escritos en versículo,
alternando con el verso blanco. Los destinatarios de las dedicatorias115 son: Fina de
Calderón, Rafi V., Pandy O., Lata, Ignacia P., Antonio Ramos, Alaska, Luisa Palma, Teresa
E., Antonio Colinas, Carmensa, Blanca Berasategui, Cayetana G.C., Miguel Castillejo,
Lucía Etxebarría, Lucrecia, Ana Palacio, Xon y Josep R., Pilar Roca, Carmen Calvo, Rosa
Perales, Lourdes Allende, Tula D., Alma María, Isabel (abuela de Raúl), Rosa Luque, Elsa
López, Rosa Aguilar, Lucía Dominguín, Clara E., Urquiola, Concha B., Feliciano Delgado,
Teresa G. de A., Eugenia y J.L. Rey de Moguer.

Como es habitual, un colofón cierra el volumen, nombrando al maestro impresor


Manuel García Iturriaga:

114La Serie Separatas estaba conformada hasta esa fecha por: Paul Valéry, El cementerio marino (Versión
de Mariano Roldán, prólogo de Manuel Alvar), 1993; Federico Mayor Zaragoza, El fuego y la esperanza,
1996; Fernando Arrabal, Diez poemas pánicos y un cuento, 1997; Francisco de Paula Sánchez Zamorano,
Tiempo detenido, 2000; Ginés Liébana, Travesía de la humedad, agosto de 2003.

115 Para la publicación de Reche (2021), Liébana decide eliminar todas las dedicatorias.

128
Esta primera edición de Travesía de la humedad de
Ginés Liébana, fue impresa en Rute (Córdoba),
al cuidado del maestro impresor
Manuel García Iturriaga,
terminándose de
imprimir el día
12 de agosto de 2003
Festividad de San Julián.

Desde el punto de vista editorial, la publicación tiene distribución, pero reducida, siendo
la habitual de las separatas de las revistas literarias; distribución sobre todo local. Es el
segundo poemario que publica en 2003, por el que realizó una entrevista para el diario
El País, (Chaves: 2003).

129
❖ 2.4.14. La equis mística

La equis mística. Edición al cuidado de Antonio Roche, prólogo de Carmen Calvo, texto
de contraportada de José Luis Rodríguez de la Flor, Madrid, Biblioteca Nueva, 2005, 22
x 16 cms., 112 páginas, portada del autor, 38 ilustraciones del autor. Depósito. legal: M-
30.344-2005. ISBN: 84-9742-448-4.

130
El presente volumen aparece en la editorial Biblioteca Nueva, sin referencia editorial
alguna, número o pertenencia a colección. Se trata de uno de sus volúmenes mejor
editados, con cubiertas y solapas en papel verjurado de buena calidad, e interior a una
tinta. La cubierta lleva una ilustración del autor, y en la contracubierta un texto de José
Luis Rodríguez de la Flor. El corpus del libro se ve acompañado por distintas ilustraciones
suyas, en total 38, normalmente en página par, llevando cada poema al pie la firma
manuscrita. En la portadilla, además de autor y título, consta “Prólogo de Carmen Calvo.
Edición al cuidado de Antonio Roche”.

El prólogo, firmado “Cántico vive / CARMEN CALVO POYATO / Ministra de Cultura”,


ocupa cinco páginas y hace un recorrido por la biografía y obra del autor. Además de
hacer referencia al Grupo Cántico, cita algunas de sus obras literarias, y se detiene en
una interpretación del título. De interés el siguiente párrafo:

Liébana escribe desde los años 30, saboreando la sabiduría del pueblo andaluz.
Por no enfrentarse con la intolerancia, huye del malestar de la cultura, y se
emplea en el humor, buscando sentir para olvidar los diablos jerárquicos. Se
aísla en el aburrimiento.

Tras el prólogo, y sin distinción tipográfica, una suerte de dedicatoria en redonda, con
ilustraciones en página y en la precedente:

Ofrezco esta travesía de la equis a los olvidados


en los plintos de la carestía que sin ser nombrados,
comparten el pan de las seis cuerdas y el baile del verbo
con los salvajes hilos del agua y alimentos terrestres.

El texto de contraportada va firmado por uno de los críticos habituales de su obra, y se


reproduce por el interés en algunos conceptos, como el de la heterodoxia, y por la
confusión que contiene entre prosa y teatro al referirse a los liebanadramas:

Ginés Liébana es un artista inclasificable cuyo pensamiento se expresa a través


de variados oficios. Convertida la actividad creadora en deidad particular, su
quehacer cotidiano toma rumbos pictóricos, literarios, teatrales o simplemente
placenteros en conversación con sus afines, a los que denomina “liebanitas en
el desierto de la afirmación desprogramada”. Sus trabajos literarios han sido

131
alabados y bien recibidos por la crítica más exigente, pues su prosa representa
un paso sin costaleros en la ya larga procesión de las letras hispánicas.
El autor es un independiente, un personal. Alquimista depurado,
inventor del lenguaje-orquesta, su mérito es conseguir armonía entre los
elementos más clásicos y la estruendosa maquinaria de lo actual, sabedor de
que el siglo ya ha entrado en lo monstruoso y arbitrario.
Suena lúcida esta sinfonía de heterodoxias que convoca Ginés escritor.
Su manía persecutoria es pasear por las alturas de un ramaje inverosímil, fuera
del lugar común, donde existen ecos y resonancias de una belleza admirable,
pero también ramaje cobijador a su sombra del gorgojo del placer que, como
todo huésped momentáneo, nunca ha decidido marcharse.

José Luis Rodríguez de la Flor

Los 63 poemas llevan título, excepto el último, con la dedicatoria “A Carmen Calvo”. El
primero de ellos “Umbráculo” lleva el título en ilustración. He aquí el índice:

LA EQUIS MÍSTICA

Prólogo de Carmen Calvo

Umbráculo
Arpón con desplante
El método se posa en la rama
La caza del asfódelo oliváceo
Ultimo traje del crepúsculo
El material de la ventana
La tibieza firma
Acecho y súplica
Regreso a la ligereza
Alquimia cruda
Reverso llevado a media altura
La trampa de papel
Riela por el epitelio
Arroyo ciego
Los cabellos acaban de llegar del más allá
Un deleite lacerado
Acampada
Revés de un cromo
Beneficio de un rasguño
Garduño
Jardín de Viana (Córdoba)
El “Burlaero”
Préstamo prolongado

132
La bacteria nos acerca a lo inútil
Celebrar albatros
Pepe Hierro
Un unomismo
Vágula sin sigilo
Señal incompleta
Sala de los papeles pintados
Desacato
Anticipo vencido
Colibrí de espadaña
Vínculo furioso
Expiatoria
Maqueta de un dios aromado
Verbum tuum
Desansiedad
Príncipe de los paisajes
Nebulosa de Séneca
Cuadro del martirio de Sirifisco
Oratorio pagano
El anti-fósil
A la muchacha Visitación le dicen la Verdulaga
El pasmo eólico de la marea
Ajuste de alas
Rosa móvil
Vacío del esmero
Anaquel de los bio-ritmos
El metafisicante
Manantiálica
Cábala
Biopoética
Procura del clarín alargado
Corazón de la puerta cerrada
Inciso didáctico
Malherimiento
Arribo inconcluso
Desánimo del mimbre
Legado
Cobertizo de olor baritado
Oasis en la desembocadura
¡Haremos las paces, que no se diga más!

133
Los poemas están escritos en verso libre o versículo. Se aprecia que los poemas en
versículo suelen tener una extensión menor de lo que es habitual en la trayectoria del
autor hasta el momento. Desde el punto de vista editorial, el presente volumen se
publica el mismo año que recibe la Medalla de Oro de Bellas Artes. Se desconoce la
tirada, pero aún hoy sigue disponible para la venta. Recibió atención crítica, por Luis
García Jambrina en el suplemento ABCD las Artes y las Letras, entre otros autores, como
se verá en el capítulo III.

134
❖ 2.4.15. La lira manantiálica

La lira manantiálica. Prólogo de Luis Antonio de Villena, Madrid, Cálamo&Cran,


colección La voz imaginada, 2008, 21 x 21 cms., 80 páginas, portada del autor,
25 ilustraciones del autor. Depósito legal: BI-959-09. Primera edición. Edición
no venal.

135
De La lira manantiálica existen dos ediciones. A diferencia del caso de Regalo es nacer
ebrio (La Ronda de la Copa), en el que había escasas variantes textuales, este caso es
bien distinto, tanto que estamos ante dos ediciones del mismo título, en el que coinciden
solo algunos poemas. Por ello haré dos entradas, considerándolos volúmenes distintos,
y haciendo referencia a las coincidencias y algunas variantes.

La primera edición de La lira manantiálica aparece en un curioso formato cuadrado en


2008. En la cubierta, a sangre, un dibujo del autor, título, autor y, al pie, la mancheta
editorial “CÁLAMO & CRAN / CENTRO DE APLICACIONES PROFESIONALES DEL LENGUAJE
Y LA EDICIÓN”. En contracubierta, el logo editorial de la colección La voz imaginada, y
tres versos del autor:

Agua, princesa nocturna de los vidriados ojos,


Es tarde. Hay que ponerte lámpara.
Que la noche se distrae con la presencia disfrazada.

Tras la página de respeto, una primera portadilla con título, logo y texto de colección “La
voz imaginada”. En la segunda portadilla, título, autoría de libro y prólogo (Luis Antonio
de Villena), y mancheta editorial de Cálamo & Cran. En la página de créditos, además del
copyright de autor, prologuista, diseño de portada e interior (Álvaro Cal Di Segni), lleva
copryright del proyecto editorial: Sonia Bueno Gómez-Tejedor, Pilar García Montañés y
Florencia Lusting, bajo la supervisión de CÁLAMO&CRAN.

A continuación, una nota editorial, titulada “La lira manantiálica: una doble estética”,
firmada por las editoras, en la que se informa de que es el primer volumen de la
colección, “una apuesta por el fértil diálogo entre la literatura, la fotografía y las artes
plásticas”. El resto de la nota hace una interpretación poética del volumen:

La lira manantiálica entona los ecos del cosmos. La voz de la naturaleza se


entrelaza con la del hombre, resonando allí donde el agua fluye, cae o se
adelgaza hasta su mínimo cauce -el cual “se llena de una torpe/letanía de
palabras que desdibujan / la sensación científica”-; voces que se escuchan
incluso en el silencio del recodo. Todo ello convierte esta obra en una verdadera

136
experiencia estética: nos cautiva por sus impresiones visuales y (eu)fónicas; nos
corrobora la correspondencia entre lo real y el arte.

Se reproduce el prólogo, “Liébana poeta” de Luis Antonio de Villena, por la referencia


que hace a su ubicación en el canon:

LIÉBANA POETA

Ginés Liébana ya ha sido y es poeta (brillantemente) en su pintura plural y


también en piezas de teatro quimérico. Pero últimamente el sustentador, a dos
manos de Cántico y del postismo, se ha vuelto poeta de honduras, poeta-sireno,
que al fluir de la marea de la inspiración, entra en todas las sinuosidades de un
verso exquisito, pulcro, decidor, que no se derrumba por ningún despeñadero
literario que no sea el de sí mismo… Por ello mezcla (y sabe hacerlo) el amor y
el agua:

Hoy no la siento ni la estoy extrañando.


subo a la aguja de la torre,
para observar el pormenor del río,
cortado en un quebranto.

Liébana, que sabe de las chicharras de la risa feliz, se nos va ahora (aguas
adentro) a los templos sensatos y despojados del amor y el desamor. En una
poesía sencilla, suya, decidora y sobria. No pidamos lo que no da. Aceptemos
esta feraz bandeja de frutos con vago y sabio tinte de otoño, y acompañémosle
como lectores, en la búsqueda, y en las corrientes de río, pensamiento y
lenguaje. El pintor/poeta usa paleta de tonos celeste y nublos, en esta singular
Lira manantiálica, tan suya exactamente.

Luis Antonio de Villena


Abril de 2008

A continuación, y antes de pasar al “índice de primeros versos116”, aparece una nota


biobibliográfica sin mayor interés. El índice de la primera edición, que comprende 32
poemas, es el siguiente:

116 Así consta en la edición. En redonda los poemas titulados.

137
LA LIRA MANANTIÁLICA

Prólogo de Luis Antonio de Villena

No sé lo que eres
Los ríos están para la seda
Hasta que tu fascinación no aparezca
Sube el nivel del río
En la mudanza desbocada arrástrate a mi edad
Puse el día todos los pendientes y medí la tristeza
La sed uniformada
Eres fuente sellada
Manifestación del agua
Mimbre y brío figuran en su moneda
En la riada arranca lo que se le interpone
¿Qué empeño tiene la costura en su descontento
La delicadeza del vestido que lleva el agua no es sólo manierista
La lluvia sin freno no tiene abrevio
Cuando desaparezca lo que me enseñó a olvidarte
En la trenzadura de su reverbero
Para que siga siendo mía
Grabada de frenesí sufriente
Por las puertas estrechas faltas de disciplina
No quiero saber a dónde vuelvo
¿Por qué me obligaste
Su mínimo cauce se llena de una torpe
Guadalquivir
Crisis de gabinete
En la escasez la extraño
Para empeorar los frutos recientes
Un sustantivo que respira en el gredal abreviado
Anegada
Lluvia
No sé lo que es profundo
Para hallar mi fondo
Adán habla con el padre

Desde el punto de vista editorial, el presente volumen es una edición no venal, y por lo
tanto no parece haber tenido recorrido comercial ni distribución. Según una de las
editoras que cuidó la edición, Pilar García Montañés, la publicación es fruto del premio
al mejor proyecto editorial del máster de edición de la escuela Cálamo & Cran de Madrid.

138
❖ 2.4.16. Cantos al Amorsillega (Claves para consonar la compasión y
el grito en la zanja de los columbarios flamencos)

Cantos al Amorsillega (Claves para consonar la compasión y el grito en la zanja de los


columbarios flamencos). Prólogo de Antonio Garrido, textos de Francisco Nieva y César
González Ruano, Villa del Río, Ayuntamiento de Villa del Río, 2009, 14,5 x 22,5 cms., 64
páginas, portada del autor, 16 ilustraciones del autor. Depósito legal: CO-724-2009.
ISBN: 84-931038-9-6.

139
El presente volumen lleva en cubierta y en lomo nombre de autor y título sin subtítulo.
Según consta en página de créditos, está editado por el Ayuntamiento de Villa del Río y
el área de cultura de la Diputación de Córdoba. No lleva numeración ni hace parte, por
lo tanto, de ninguna colección editorial. Las fotografías son de Mateo Liébana, y
coordina la edición Antonio Lara Quero. El diseño es de Isabel Pérez. El papel interno es
de excelente calidad y las cubiertas son opacas. La imagen de cubierta es la fotografía
de un objeto artístico, de autoría Liébana, que representa una bandurria boca abajo,
animada. El título contiene un neologismo o juego de palabras (Amorsillega), que
completa su sentido en el subtítulo (“Claves para consonar la compasión y el grito en la
zanja de los columbarios flamencos”), que aparece en portada y portadilla.

La contracubierta lleva los logotipos de Ayuntamiento de Villa del Río y Diputación de


Córdoba, así como el siguiente texto, que también aparece en página de créditos:

TAMBIÉN COLABORAN EN ESTA EDICIÓN:

RESTAURANTE-TABERNA LOS BERENGELES - CÓRDOBA


MUEBLES NIETO - VILLA DEL RÍO
HNOS. CARO – VILLA DEL RÍO
KITOLI – VILLA DEL RÍO
QUIMICOR – MONTORO
CALZADOS TORIL – CÓRDOBA
GRÁFICAS GALÁN – VILLA DEL RÍO

La nota biobibliográfica de solapa, sin firmar, repite el contenido de otras anteriores,


ordenada por décadas. Otros tres paratextos enriquecen la edición. En primer lugar, un
prólogo de Antonio Garrido, titulado “Ars Magna de Ginés”, de escaso interés para el
análisis de su obra. Sirva el párrafo final como muestra:

Sea este libro purificación que nos salva a todos en el trino supremo de la soleá,
en el treno supremo del origen de todas las cosas que de nubes desciende como
zapateao argénteo y columna de arcángel Rafael.

A continuación, un texto del dramaturgo postista Francisco Nieva, titulado “Francisco


Nieva. Galería Old Home 1974” y publicado anteriormente, pero que se reproduce en

140
esta ocasión, especialmente por el sentido del primer párrafo, en el que habla de su
ubicación dentro del surrealismo artístico, y sus conexiones con el andalucismo:

La poética dibujística y pictórica de Ginés Liébana concibe el universo como si


todo él fuera andaluz. Cada una de sus obras -de mayor o menor empeño-
equivale a una de esas misteriosas e irracionalistas coplas en que el espíritu
andaluz aparece divinamente trastornado, fino y neurótico, imbuido de
nostalgia y de fantasía. Así como el Bosco glosa proverbios populares y extrae
de ellos preciosos enigmas y sorpresas, Liébana parece traducir en imágenes
extrañas coplas de un perdido cancionero andaluz. El surrealismo de Liébana,
sus imágenes visionarias -entroncados con una técnica casi renacentista- son
hermanos de la mejor poesía de Juan Ramón, Lorca o Alberti. La verdad es que
nada deben al surrealismo internacional, tan seco a veces, tan cerebral y
lóbrego.

Por último, un texto de César González Ruano, publicado en el Diario Pueblo, en mayo
de 1960:

Liébana nos sitúa frente a una intencionada pintura literaria.

Esto de la pintura literaria es entre muchos pintores como nombrar la bicha


cuando, hora es ya de decirlo, apenas encontramos una pintura que merezca la
pena -y la pena- sin que sea pintura literaria.

Antes de pasar al corpus de poemas, hay un texto de Liébana manuscrito que, a la


manera de introducción, justificación y agradecimiento, explica el contenido y
organización del volumen117. El contenido del libro está formado por los paratextos
nombrados y 33 poemas:

117 Agradezco a Villa del Río


que da solera a su inquietud artística
y a su ayuntamiento, su alcalde,
la Peña Flamenca Fosforito
y a Francisca Perea que junto
a Antonio Lara y Jesús Morales
se han volcado en este proyecto
que ha hecho posible la edición de
estos textos sobre el cante jondo.
con toda mi admiración. Liébana [firma manuscrita] Junio 2009

141
CANTES AL AMORSILLEGA
(CLAVES PARA CONSONAR LA COMPASIÓN Y EL GRITO EN LA
ZANJA DE LOS COLUMBARIOS FLAMENCOS)

Prólogo de Antonio Garrido

Texto de Franciso Nieva

Texto de César González Ruano

Brote despierto
Poseidón
Retorno
Hechizado
Vestido de oasis
Gabillas pajizas
Solicita plañido
Trayecto despeinado
Otorgo
La inicial se refugia
Renglón afilado
Cepa cotizada
Vino corvillo
Sostenido pautado
Trato sofocado
Halografía del zarandeo
Anímico embeleso
La suma de lo apenas
Trasunto
Concertante
Martes Santo
No parecer amante
Granada y los aqueos
Puerta de la Nostalgia
Agua – Ardiente
Trino campanero
Devoción en cobalto
¡Por cuchufletas!
Acechante
Bambera
Fugaz soplo
Desviado día
Tabla inerte

142
Desde el punto de vista editorial, el volumen no tuvo una comercialización profesional.
Su presentación, como recoge alguna nota periodística, fue en la Peña flamenca
Fosforito de Villa del Río,118 lugar acorde a la temática flamenca que expresan la mayoría
de los poemas que lo componen.

118
Consultado el 29 de enero de 2023: https://www.diariocordoba.com/cultura/2009/06/28/cantes-
amorsillega-auna-poesia-liebana-38097305.html

143
❖ 2.4.17. Cautivo placer acorazado

Cautivo placer acorazado. Introducción de Pedro Larrea, texto de solapa de Bartolomé


Delgado Cerrillo, Villa del Río, Ayuntamiento de Villa del Río y Diputación de Córdoba,
2011, 22,5 x 14 cms., 64 páginas, portada de Ginés Liébana. Depósito legal: CO-32-2011.
ISBN: 978-84-938068-1-1.

144
El presente volumen se publica, al igual que el anterior, por el Ayuntamiento de Villa del
Río y la Diputación de Córdoba, fuera de cualquier editorial o colección. La sobria edición
lleva título y autor en cubierta negra, y una única ilustración en caja blanca. En
contracubierta los logotipos de ambos patrocinadores. El volumen se completa con un
marcapáginas que junto al contenido de la cubierta también incluye el siguiente poema
manuscrito:

La planimetría
de la belleza
es interminable.

Ante la plenitud
de tu desnudo
despapillo
uvas.
Para la dieta de sodio
el cielo consume púrpura
y el aire
no deja de ser gracioso.

El Trueno
espanta la hiedra
en la baranda.

Difícil es
consentir
al cautivo
placer
acorazado.

Es importante señalar que los dos paratextos, interesantes ambos, cumplen funciones
distintas. El prólogo, de título “Ginés Liébana o el olvido inexplicable” está firmado
“Pedro Larrea / Charlottesville, Viginia, / martes 18 de mayo de 2010” y ocupa desde la
página 7 a la página 10. En él el prologuista se despacha sobre algunos asuntos en la
recepción de la obra de Liébana, especialmente, sobre su relación con el Grupo Cántico:

¿Cuáles son los motivos que pueden explicar esta gran paradoja, la de un artista
muy bien conectado cuyas obras literarias, publicadas o no, van a parar a un
limbo de desatención pública? Muchos, pero sólo voy a señalar uno, que me

145
parece fundamental: la exclusión forzada del Liébana escritor del proceso de
revalorización del grupo Cántico en los últimos años. A pesar de la recuperación
de los artistas de Cántico, grupo del que el gran Pablo García Baena es cúspide
en cuanto a poesía, ese proceso, si bien le reconoce como dibujante e ilustrador,
ha dejado fuera, inexplicablemente, la creación literaria de Liébana. […] pero
creo firmemente que se le ha hecho un flaco favor a Liébana al borrar su nombre
y su presencia del centro de Cántico.

Probablemente sea la primera ocasión en la que se trata públicamente un tema central


para la recepción no solo de la obra literaria de nuestro autor, sino también para la
conformación global del Grupo Cántico. El hecho de hacerlo sin tapujos sorprende y a la
vez enriquece la colección de paratextos que el autor a propósito incluye en el corpus
de cada volumen.

Con respecto a la nota de solapa, firmada por “Bartolomé Delgado Cerrillo, Doctor en
Filología Hispánica” se trata de un breve análisis sobre el libro en cuestión, sin hacer
referencia a información biobibliográfica del autor. Se reproduce el primer párrafo, que
sintetiza el sentido del libro:

Cautivo placer acorazado es un poemario denso y concentrado al mismo tiempo,


con un estilo dinámico, cuyo carácter abierto se manifiesta en una estructura
esencialmente tensional y dialógica. Se apoya esta obra en cuatro pilares
temáticos fundamentales, a saber, la naturaleza, la belleza, los sueños y los
recuerdos.

El volumen está compuesto por 44 poemas divididos en tres partes, en los que se
alternan poemas titulados con otros sin título, casi todos en verso libre o versículo,
exponiendo las temáticas recogidas por el autor de solapa.

CAUTIVO PLACER ACORAZADO

I. La misericordia carece de sueldo

A la poesía por su vecindad con el bostezo


Cerebro bajo casco
Mercado de la emoción
Indecisión en la abertura
El agravio ocupa un mínimo espacio en la vitrina

146
La primera rosa
Mar de Fermi
Fumata blanca
El río sigue la huella pantanosa de un hijo biológico y no sabe dar con él
Ollero místico
Dios fue aprendiz
El sueño de la creación es duro y eso es bueno.
Atenea
Rosana Guerrera

II. Conturbe pentacorde

Un concertante que remienda imposturas


Vago por los recodos derramados
Si para aturdirme vuelve el DESACUERDO
El cauce de la desesperación
La noria saja el agua
Metáfora del eclipse
Secreto mío en un rincón del huerto,
La huella de tu vaho se perdió
Luego, el milagro
Divago en tu quinto perfume
Yo no sabía apreciar las estatuas
Fuiste una calabacita en mi mano
Caricia del alfarero
Llévate lo que me enamora
No acuses al que desciende de lumbre cercana
A tu entraña, hecha a cordel, con la cincha apretada,
Dialéctica del vacío
Me rindo en una maniobra caída de la mata
Despierto en la cabecera del regazo
El recuerdo

III. Garabatusas

Todo tiembla cuando Mercurio, para engañar al elocuente,


Una audacia con corbata delgadita se admite por efímera
Te has hecho insolidaria, lo impidió tu codicia
Talasocracia
Hallazgo entre labios
Señorita, alivie usted su crispada
El agradador
La manita mata, Mustelino,
Pasinoche
Rosanda, pie de narciso, piedra de escándalo,

147
Desde el punto de vista editorial, el volumen no tuvo un gran recorrido, más allá de
alguna presentación local, la inclusión de una lectura de algunos de sus textos en el ciclo
de lecturas en línea “Poetas de Córdoba”119, y los textos de los filólogos que realizan los
paratextos.

119El ciclo está organizado por la librería Luque de Córdoba, y puede consultarse en el siguiente enlace:
https://www.youtube.com/watch?v=IPZ7YnvED7U consultado el 29 de enero de 2023.

148
❖ 2.4.18. Notificado de una carestía

Notificado de una carestía. Prólogo de José Luis Rey G. Ruiz de la Prada, Córdoba,
Diputación de Córdoba, 2012, 17 x 13,5 cms., 28 páginas, portada del autor, 3
ilustraciones del autor. Depósito legal: CO-526-2012. Edicion no venal.

149
El presente volumen es una plaquette primorosamente publicada por la Diputación de
Córdoba. El papel y la rugosa cartulina de cubierta son de color marfil y de alta calidad.
Las sobrias cubiertas, a una tinta, no observan más que autor, título, ilustración, y
logotipo de la Diputación de Córdoba en contracubierta; las solapas van vacías. En
página de créditos, los copyrights de autor e institución que publica.

El prólogo, “El deslumbrante mundo creativo de Ginés Liébana” es una especie de


semblanza lírica de nuestro autor, que poco aporta al contenido del libro o a la
interpretación de su obra, firmado por el anticuario José Luis Rey G. de la Prada. Con
respecto a las tripas, hay que señalar que, si la edición es exquisita, no lo es tanto la
composición interna, ya que no lleva índice, y los criterios de maquetación no quedan
claros. Al tratarse de un volumen de estética surrealista, es difícil saber cuándo terminan
algunos poemas, y cuando empiezan otros, en referencia a los que no llevan título. A
esto se suma que no todos los poemas comienzan a la misma altura. No obstante, se
redacta el siguiente índice compuesto por diez poemas:

NOTIFICADO DE UNA CARESTÍA

Prólogo de José Luis Rey G. Ruiz de la Prada

Canto en la espesura secreta de Fontiberos


La Comadre Clementina de Jesús va a amortajar
Ludovica Albertona, la creyente del ósculo, consagra escalofrío
Sentado en la soladilla del templo de San Antonio de la Palmita,
Kafka
En la roca Martiria volqué sobre tu vientre plano
Duplicar la pena mata la desesperación
Lunes Santo
En su recinto de cristal un pensamiento disipado
Si te como soy joven

Desde el punto de vista editorial, hay que traer a colación que tituló de manera parecida
un catálogo de exposición,120 y utilizó este título como subtítulo en Brocamanto

120
LIÉBANA, Ginés, Negociado de una carestía, Villa del Río, Ayuntamiento, 2015. Se trata del catálogo
de la exposición que realizó en Málaga, en la sede del Centro Andaluz de las Letras, comisariada por
Antonio Lara y el Centro Andaluz de las Letras.

150
(Notificado de una carestía). El cuaderno lleva depósito legal, pero no ISBN, con lo que
puede considerarse una edición no venal. Su preciosista factura deja entender que pudo
ser utilizado como regalo institucional. No se conoce alguna recepción crítica.

151
❖ 2.4.19. Hospitalito a mano derecha

Hospitalito a mano derecha. Proemio de Antonio Varo Baena, Córdoba, Andrómina,


Colección “Daniel Leví”, 2014, 18 x 12 cms., 120 páginas, 8 ilustraciones del autor.
Depósito legal: CO-1553-2014. ISBN: 978/84/942645/4/2.

152
El presente volumen aparece publicado por la Asociación Cultural Andrómina, en su
colección “Daniel Leví”, con el apoyo del Ayuntamiento de Villa del Río. En la página de
créditos el copyright solo hace referencia a dicha asociación cultural. La coordinación
del volumen está a cargo de Elena Cobos Ruiz. En cubierta, además de título, autor y
colección, aparece centrado en página, a modo de ilustración, el logotipo editorial. En
contracubierta, el mismo logotipo, con la leyenda “Andrómina”, coronado por el del
Ayuntamiento de Villa del Río. La factura del volumen es buena, así como la calidad de
la cartulina de las cubiertas y del papel verjurado del interior. Los poemas solo se
reproducen en página impar. Las ocho ilustraciones se reproducen en algunas páginas
pares.

El volumen incluye dos paratextos interesantes. El primero es una nota de solapa, sin
firmar, pero atribuible a Liébana por el estilo. Se trata de una nota biográfica, con
algunas referencias de interés, por ejemplo, el remate: “Publica El navegante que se
quedó en Toledo, y empieza a ser reconocido como escritor.”

El segundo, el proemio del poeta Antonio Varo Baena, titulado “Los poemas en flamenco
de Ginés Liébana” es breve mas inteligente, y recoge algunas ideas críticas, como “Ginés
de alguna manera ha inventado el surrealismo flamenco”. Según el prologuista121, el
título hace referencia, equivocadamente a un palo del flamenco, las cantiñas del Pinini,
proviniendo, sin embargo, de unas conocidas seguiriyas122.

El poemario está formado por 45 poemas, de los cuales solo uno está titulado, “Calle
Mayor de Santa Marina”. A continuación se reproduce el índice:

121Hospitalito a mano derecha -un título tan flamenco que hace alusión a unas cantiñas del Pinini-, no es
un libro al uso (p.5).

122 Hospitalito de Cádiz


a mano derecha
allí tenía la madrecita de mi alma
la camita hecha

153
HOSPITALITO A MANO DERECHA

Proemio de Antonio Varo Baena

Proemio
Canéfora
Soria sueña con la Girafa de Sevilla
¡Sevilla Tauromacarena!
La ventura, niña aún
Acuérdate
Para hacerte corona
Alborada Mesa
¡Viva el bronce y el patrón de estribo!
Eres graciosamente púrpura
Bailar la Farruca con banderillas sin picar
Urge abrir la puerta del aroma
Cuesta creer que el perdón se arrodille
La guitarra respeta el sueño de los
Por el último eslabón de la cadena
Calle Mayor de Santa Marina
El rizo volatiza el olivano
Quítale el frío al ténebro
Tres maromas tuyas me atan
En el tiempo invadido de adorno
Para consumir la compasión del amor
Contigo pasé los Kírios
El querer es cosa de arqueros
No tengo intención de ver el fin
Por el centro derecha del caos
A la guitarra si la escuchas
Al ángel guitarra de los borrachos
En los anillos de Saturno hay lunillas
Tu querer antes de nacer era una
Los arrestos le arrancan la cabellera
En la acacia canta diostevé
Calma tu entendedera y ponte seria
Para calmar mi sed te llamé Garrafita
El mar no es solo gris
Hay una forma de que esto se mueva
La tragedia atada a un ramal de
Urge abrir la puerta del aroma
En el huerto de Juan Lanas
Encuadernada en catafalco
Habla la Vargas:
Yo prefiero que la tristeza

154
Musidora, bonita de más
Lo siento y no me muevo
Una anémona con sabor a canela
Cuando la Sandalia Ortega, la rebella
No encontré consuelo

Desde el punto de vista editorial, el presente volumen no tuvo una distribución ni


repercusión especialmente notable, más allá de los exiguos recursos de la asociación
cultural.

155
2.4.20. La lira manantiálica

La lira manantiálica. Prólogos de Luis Antonio de Villena y Pilar García Montañés,


Madrid, Antígona, 2014, 21 x 14 cms., 96 páginas, 24 ilustraciones del autor. Depósito
legal: M-1331-2014. ISBN: 978-84-15906-28-5. Segunda edición.

156
El presente volumen, segunda edición de La lira manantiálica, consta de 54 poemas, a
diferencia de la primera edición, que tenía 34. La factura de la edición es buena, en papel
satinado de calidad en el interior, y cubiertas con solapas plastificadas en mate. El diseño
de cubierta es el propio de la editorial, basado en un cuadro del autor. La contracubierta
lleva un texto. En la página de créditos los copyrights de autor y edición, la referencia a
la prologuista como editora del volumen, y la del apoyo editorial123.

Acompañan al volumen cuatro paratextos: un prólogo de Luis Antonio de Villena -el


mismo de la primera edición, titulado “Liébana poeta”-, otro prólogo de la editora, Pilar
García Montañés, una nota biobibliográfica de solapa (la habitual en otros volúmenes),
y un lírico texto de contracubierta.

Se reproduce el segundo de los prólogos, por su interesante análisis y clasificación


dentro de la estética surrealista:

DE CÓMO LA IMAGEN DESNUDA A LA PALABRA

A decir verdad, solo el mero ejercicio de escribir una reseña de Ginés Liébana
me ha resultado una tarea más compleja de lo que podría imaginar en un primer
instante. En el intento de expresar la actividad creadora de este artista tan
prolijo no he podido evitar el arrastrarme hacia un atinado extravío que me ha
transportado, sin aviso ni licencia, de su texto a su pintura una y otra vez. Y en
el camino, con su paleta de palabras y policromías, me he ido empapando
lentamente de toda su obra tan surrealista como singular y única. Y es que cada
verso se antoja como una pincelada, así que hay momentos en los que no logro
entender si escribe como pinta o pinta como escribe. No obstante, La lira
manantiálica, libro de poemas con ilustraciones, si bien pretende diluir imagen
con palabra, de suerte que los trazos del pintor acompañen a la metáfora del
poeta, no intenta explicar ni tan siquiera forjar una correspondencia entre
ambas. Esto es, el dibujo no justifica ni interpreta de manera alguna al texto en
el sentido más literal, sino que lo enriquece en otro más visual.
Liébana combina la invención con el absurdo. Sorprende la manera en
que genera visiones e imágenes tan oníricas y, en tanto que es capaz de
componer esos entornos imaginados, su universo pictórico y literario se nutre
igualmente del surrealismo. Buñuel, Dalí, Delvaux, Max Ernst, Magritte, pero

123“Esta obra ha sido publicada con una subvención del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, para
su préstamo público en Bibliotecas Públicas, de acuerdo con lo previsto en el artículo 37.2 de la Ley de
Propiedad Intelectual”. Logotipo del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

157
también Lorenzo Lotto, Giorgione, el Bosco o Dosso Dossi aparecen como
influencias decisivas en su trayectoria.
Generoso con la palabra, el pincel y el lápiz, son estos los utensilios de
los que se sirve para entregarse de una forma sincera, desprendida, sin ofrecer
resistencia alguna, haciéndonos copartícipes de su vuelo creativo pues halla la
metáfora precisa en la palabra involuntaria, desprevenida y ajena. Esa palabra
que solo Ginés maneja de la forma en que mejor sabe hacerlo, acercándola
íntimamente a la tradición, encontrando un punto de conexión con el uso
popular del lenguaje.
En La lira manantiálica, la elección del agua como metáfora se hace
visible en cada uno de los versos. El agua como una ofrenda decididamente
despojada, el hilo fresco que conduce todo el caudal de poemas. La belleza, la
creatividad de Andalucía, donde la sed es un fundamento poético: “y si no, beba
usted, un vaso de agua fría en Córdoba durante el verano…” apunta el poeta.
Su lenguaje sonoro se expresa sin pretexto, con fuerza y celeridad

Haz algo para no apagar la sed


Que la riada desgarra lo que se le interpone.
Arráncale el oriente a la hierba.
Desprevenida busca donde resguardarse.

Y sus imágenes nos conducen a un curiosísimo estado de ensoñación

Sube el nivel del río.


La cariátide golpeada por la lluvia suplica ayuda.
El viento le arranca el ábaco que sostiene su frente.
Para ayudarla me hundo en la corriente.

Que igualmente sugieren referencias al mythos.


Nadie la detiene ni la oye el guijarro.
El jinete suelta la cincha del caballo de marzo,
Con la pezuña galopada vuelca el cáliz
Y ensangrienta los zapatos de baile del Hada Morgana.

En cada palabra se instala de alguna forma la sátira, el humor, donde


encuentra su salvación, y aun le queda margen para crear pasajes
absolutamente líricos. Escribe reciclando, convencido de que todo es
aprovechable. Liébana es atrevido, exclusivo con la palabra, incorpora
neologismos que inducen al absurdo, al descalabro, pasando por encima de
cualquier regla. Un torrente en forma de disparate enérgico. Y es que la lúcida
decisión de poner la palabra al servicio de la imaginación es lo que le permite

158
gozar de esas licencias poéticas. A base de ir desnudando al verso, sus metáforas
completamente abiertas dejan espacios inusuales a la interpretación,
generando instantes únicos sobre cada lector.
Sea pues la utopía, el espejismo o la quimera lo que nos acompañe
entonces en esta travesía húmeda, clara, de inundado azur, capaz de alentar al
que ahora lee. Y de hacerla crear.

PILAR GARCÍA MONTAÑÉS


Editora

El corpus de la segunda edición está conformado por los siguientes 54 poemas:

LA LIRA MANANTIÁLICA

Prólogo de Luis Antonio de Villena

Prólogo de Pilar García Montañés

Agua de la madre buena del río


En el agua se agranda el Poniente de la fatalidad
Arrástrate a mi edad
Puse al día todos los pendientes y me di a la tristeza
Eres fuente hecha por encargo
Eres agua de Abel
Mimbre y brío flamean
A media tarde moja la alfombra
La delicadeza del vestido que lleva el agua no es manierista
La lluvia sin freno no tiene abrevio
Cuando desaparezca lo que me enseñó a olvidarte
Para empeorar el fruto reciente
Si aparece regala
No sé lo que es profundo
Su mínimo cauce se llena
Me expulsas porque me has creído
Te hablé en voz baja
Para calmar mi sed te llamé Garrafita
Por duro te perdí
¿Por qué me obligaste?
Grabada de frenesí sufriente
En la filosofía de la alberca, el agua invertebrada
Agua, princesa nocturna de los vidriados ojos
Sin perturbar mi respiración
Duermo en tu cabecera
En el gredal de Afrodita

159
Bien real es oírla llegar como Esquema corpórea
Para que sigas siendo mía
En la vidriérica estampa
Navego en tu quinto perfume
Si apareces por el maizal inundándolo
¿Quién ha dicho que lo transitorio se malgasta?
Nube no te creo
Al carecer de quietud el agua ruiseñola
Mantos de agua arropan al amor antioscuro
Haz algo para no apagar la sed
A qué mentirte linfa
Tres brazos de río desgarran la puerta del embalse
El agua en su agónico roce
Lo profundo invade con armas
En el equipaje del aguamante
Tejer nudos desgarra la máscara
El agua para evaporarse se vale de una puerta ciega
Para ejercer el agua se despeina mucho
Cuando apareces desnuda dentro de tu ropa
Por la puerta estrecha falta de disciplina
El epifonema se repliega
Para amarte me hundí en el soporte
Sube el nivel del río
Al agua le faltó leña y le doblé el junco
Sin espacio mojado no existirían las amantes
Como elemento que no sabe fingir
La primavera inundada baja al cerro invadido de ámbar
En la trenzadura de tu reverbero hundí mi vareta

A continuación, se enumeran los 16 poemas de la primera edición que se repiten en la


segunda con variantes: “Por la puerta estrecha falta de disciplina”, “En la trenzadura de
tu reverbero hundí mi vareta”, “Sube el nivel del río”, “Eres fuente sellada”, “Mimbre y
brío figuran en su moneda”, “La delicadeza del vestido que lleva el agua no es sólo
manierista”, “La lluvia sin freno no tiene abrevio”, “Cuando desaparezca lo que me
enseñó a olvidarte”, “En la trenzadura de su reverbero”, “Para que siga siendo mía",
“Grabada de frenesí sufriente”, “Por las puertas estrechas faltas de disciplina”, “¿Por
qué me obligaste”, “Su mínimo cauce se llena de una torpe”, “Para empeorar los frutos
recientes” y “No sé lo que es profundo”.

160
Desde el punto de vista editorial, el volumen tuvo distribución comercial y fue publicado
en la colección de poesía de Ediciones Antígona, editorial hoy día especializada en texto
teatral contemporáneo, crítica teatral y filosofía.

161
❖ 2.4.21. A la poesía, por su vecindad con el bostezo, le sobran las
palabras

A la poesía, por su vecindad con el bostezo, le sobran las palabras. Córdoba, DeTorres
Editores, 2015. 21x15 cms., 24 páginas, portada de Joaquín Salgado. Depósito legal: CO-
1665-2015. ISBN: 978-84-944608-0-7.

162
El volumen es un cuaderno de 24 páginas encuadernado con solapas, publicado por
Detorres Editores, siendo el número 15 de la colección “Año XV”. La cubierta, de dudoso
gusto, está compuesta con título, autor, logotipo editorial y título de colección,
acompañado todo ello por una estridente ilustración a color de Joaquín Salgado. La
página de créditos no aporta más información. El volumen está compuesto con unos
tipos, suponemos que los propios de la colección, que no facilitan la lectura
especialmente. La nota de solapa, sin firmar, no aporta particular información, más allá
de la típica semblanza del editor.

El volumen, de estética surrealista, está compuesto por 17 poemas, de los que solo el
primero lleva título. La mayoría de ellos están compuestos en verso libre. Comienza a
apreciarse una reducción en el número de versos de las composiciones. Destaca en el
conjunto el poema que comienza con el verso “Circe que hila confidencias en una
barqueta consentida”, clasificado como letanía por el autor en la cita que lo encabeza124:

A LA POESÍA, POR SU VECINDAD CON EL BOSTEZO, LE SOBRAN LAS


PALABRAS

Método para adelgazar la tristeza


Desde su impenetrable reclusión,
Desnuda dentro de tu ropa
El trino que sale de tu arquilla, ¿a quién llama?
Una flor cuadripétala adorna el plafón del Burlesque
Con una ortodoncia en el pico,
El amor, sin llave,
La Medina de Córdobarroca se emplea
Fíjate en el color que tiene
La dama repálida,
La palabra larga que olfatea el triángulo
El ángel de Duino de la Elegía de Rilke
Circe que hila confidencias en una barqueta consentida
El pasadizo del paisaje roto derrama
El invisible no es solo dogma
Cuánto tiempo estuviste adueñándote
Por el sendero estrófico, el día vacío,

124
Letanía para una besucona tedesca.
(San Bárnava y Christel. Veneto, 1962)

163
Desde el punto de vista editorial, se trata del primer volumen que publica en esta
editorial. Tiene una distribución no muy extensa, en un circuito comercial modesto.

164
❖ 2.4.22. Amores pasajeros al tren

Amores pasajeros al tren. Prólogo de Jesús Cabrera, Córdoba, DeTorres Editores, 2019,
30,5 x 21,5 cms., 170 páginas, 45 ilustraciones del autor. Depósito legal: CO-455-2019.
ISBN: 978-84-1-17070-26-7.

165
El presente volumen está publicado, a la manera de los libros coleccionables por
fascículos, en gran formato y en tapa dura color verde esmeralda, en imitación piel. En
cubierta y en grandes tipos dorados, autor y título, subrayados por el logotipo editorial,
una corona de laurel que enmarca el texto del logotipo. El juego de capitulares es de
una economía tipográfica sorprendente. En el lomo se observa autor y título, mientras
que la contracubierta va limpia. En la página de créditos se recoge el copyright de autor
y edición, así como de la autoría de los paratextos a continuación expuestos. La
colaboración de la Diputación de Córdoba, del Ayuntamiento de Villa del Río y del Real
Círculo de la Amistad se corrobora con sus respectivos logotipos. Consta también el
agradecimiento especial a Antonio Lara Quero. El volumen lleva 45 ilustraciones a
sangre, usándose la primera también para las guardas de cierre, representando la fuente
de la Plaza de la Fuenseca, en Córdoba.

El primer paratexto, “Ginés Liébana, Hijo Adoptivo”, firmado por Emilio Monterroso
Carrillo, alcalde-presidente del Excmo. Ayuntamiento de Villa del Río, es un
agradecimiento institucional al autor, hijo adoptivo de la ciudad. El segundo, “Ginés
Liébana, pintor de ángeles”, firmado por Pedro López Castillejo, presidente del Real
Círculo de la Amistad, es una semblanza que incluye agradecimiento por la donación al
fondo de dicho Círculo de las ilustraciones que acompañan la edición. El tercero de los
textos, “Ginés Liébana, encantador de serpientes”, firmado por Manuel Gahete Jurado,
consiliario de Cultura del Real Círculo de la Amistad, es una semblanza lírica que nada
aporta al contenido del libro que antecede. El prólogo, firmado por Jesús Cabrera, ubica
la producción última del autor en su trayectoria estética:

Aquí se puede hacer un recorrido por la obra de un Liébana que nos ofrece unos
poemas que forman parte de su producción más reciente, pero son tan fieles al
autor que sólo él sería capaz de datarlos si se mezclaran con algunos de otras
épocas. En cada uno de ellos encontramos un verdadero esfuerzo de síntesis
expresiva, algo que se agradece en tiempos en los que para parecer más de lo
que se es se alargan innecesariamente los sintagmas y las formas verbales. Nos
llevará del romance al desplante, de la sublimación al desengaño, del juicio
implacable a la práctica de la misericordia.

166
Por último, una especie de poema en prosa del propio Liébana, antes de la primera parte
del libro, con la ciudad de Córdoba como motivo central: “Los arcaicos visitantes tiraban
la zandía al pozo para sorberla a dientes convencidos de que el agua gorda lleva barro
del génesis. […] Lo que nos ha enseñado Córdoba es un pronuncio que arrastra la hierba
tardía. Estoico manantial que rezuma medidas de sobriedad, mínima esencia donde la
sed tiene más alta seducción.”

Los 86 poemas que componen el volumen están divididos en tres partes. La primera
toma el título de uno de los liebanadramas inéditos, depositados en la Biblioteca
Nacional en 1987.

AMORES PASAJEROS AL TREN

Texto de Emilio Monterroso Carrillo

Texto de Pedro López Castillejo

Texto de Manuel Gahete

Prólogo de Jesús Cabrera

Córdoba conserva de puertas adentro…

El aliento de la estatua

Bajo la alquimia del enigma


La generosidad es inquilina de la limosna
La eficacia persuade hasta disolverse en alimaña
Convulsa la canina luce ojeras transilvanas
La misericordia no recibe estipendio
En la cámara recóndita del misterio
¡Qué pronto se le fueron los modales
La devoción de huir
La escala que cuida lo vencido
¿Por qué lo escrito se distancia
La perífrasis que endiamanta el fragmento
La distancia me dejó sin palabra
Frecuento discrepar
Roto el recipiente cautivo
Los dioses limpian el rincón del héroe asombrado

167
El visitante insomne afirmó que la madrugada
Mal se dispone lo que pierde
¡Viva la calleja cuántica!
Para llegar al fondo pronunciado
El trino continuo
La vacilante torpeza…
El barro mancha el tejido del libro
Habituado a la dispersión

Twitter de la soga del ahorcado

Tu punzante atractivo
¿A qué armada pertenece el arquero
¡Alégrate que voy a integrarte
El amor sin llave pasa sin mirar como profesor del desaliño
Trashumar contigo tiene presto
Valora lo que nadie recoge
No robes el paso a lo que deja sabor infinito
Tu parterre recibe un manantial de nubes
Si me concedes un poco de estima
El registro desbarata la nube
Miro lo que no vuelve
Si te queda libre la mazurca, concédemela
Herida por la saeta de un tebano
El visitante del crepúsculo
Tu púrpura, por ser limpia
Intento merecer una ocupación
Fuera de la consumación
Donde escasean los violines
Su vuelve el desamparo lo disuelve la luz pálida
Eras frontera y mar
El aire sin enlace ozónico
A la inteligencia vestida de trapillo quise protegerla
El filtro de aire me atrapó
Me planté ante el árbol
Olías bonito
Por temor a no ser admitido
No sabe fingir
En el poblado de los cornalones
Es fácil atar el nudo al fugaz deleite
Los terrenos del éxtasis me empujan

168
La sensibilidad sigue completamente detenida

Bajo el techo del hospitalillo donde la curaban


La Zanta Humirdad
Los plácemes tiemblan bajo el emparrado
Al cabrerillo de abierto olfato
Voluntariosa golondrina
El arponero puso estacas a Cristo
Yo estaba de respecto y el Amor
Crisantema, en la cueva labial del huerto morisco
Imagino que miro la turbia estampa con rasgos
El polispermo habla con su alma
Aquel secreto abrió la puerta del refugio
Un sujeto de carne bragada
La trapisonda no envejece por carecer de ánimo
Sin aprovechar su beneficio
Máquina vacía sin lágrima
Convócame con ese dios congelado de la exuberancia
A los toldos del champán matutino
Antes de que la santanera descienda de la jácena
Levanté el embozo
El lenguaje alienta la soledad química
Por la quemaílla del llano
Lo apenas expresado
El viento arrecia en la escalinata del galanteo
La gavota, talón y talle
A la poesía, por su vecindad con el bostezo125
Señorita, alivie su crispada
No apartes la vista de la rosa encorvada
No acuses al que defiende de lumbre cercana
Desde la mañana de los zapatos estrechos
El cauce de la desesperación
El río sigue la huella pantanosa de un hijo biológico
Grimaldo de Campeche
La tanagra del tabernáculo en la Serenísima

Desde el punto de vista editorial, es el último libro exento de gran extensión que publica
en vida. Aparece en una editorial local, fastuosamente editado, pero con escasa
repercusión crítica, exceptuando las notas en prensa local sobre su aparición y
presentación.

125 Es el título de la plaquette publicada anteriormente en esta editorial.

169
❖ 2.4.23. 100 páginas para 100 años

100 páginas para 100 años. Edición de José Luis Esparcia, epílogo de Francisco Nieva,
Córdoba, Utopía, 2021, 21,5 x 13,5 cms., 96 páginas, portada de Rikardo. Depósito legal:
CO-394-2021. ISBN: 978-84-123497-5-7.

170
Este libro está compuesto por una recopilación de textos sobre las distintas facetas del
autor, escritos por el responsable de la edición, José Luis Esparcia, una colección de 32
poemas inéditos y un epílogo de Francisco Nieva. Lleva texto de solapa y texto de
contraportada, ambos sin firmar.

Los textos introductorios son “La luz persistente de Ginés Liébana”, “Vivir entre
pinceladas”, “Poesía de trazos vitales”, “La antiperfección como origen”, “Expresión
poética de Ginés Liébana”, “El delicado y libre vuelo del petrel” y “…Yo siempre volveré
a Córdoba”, ocupando las primeras 56 páginas. A continuación, se recoge el índice del
volumen:

100 PÁGINAS PARA 100 AÑOS

Edición de José Luis Esparcia

La luz persistente de Ginés Liébana


Vivir entre pinceladas
Poesía de trazos vitales
La antiperfección como origen
Expresión poética de Ginés Liébana
El delicado y libre vuelo del petrel
Yo siempre volveré a Córdoba

Poemas de Ginés Liébana

Si Napoleón volviera diría:


Venías de un limbo de ráfagas,
I Hay sucesos en los que se comparten secuencias;
II. Descabálgame de lo que te entregué,
III. Descuida la casa y desbórdate en mí
Están hechas las diligencias
Soy el amigo desconocido que no tiene nada
Si lo atrapas en alambres,
Te oí llegar entre hopalandas de nubes
Desde el funeral de la mori-soñada,
Todos los días regreso
Al teatro ambulante de Córdoba
La lógica es corta
La perfección no dura
Si lo desea la penetro

171
La luna entró en el paisaje
No percibo la vacilante torpeza del instinto
Bebe en lo mágico
Sobra estacionarse
El barro mancha el tejido del trino
Eras frontera y mar,
Entre ladrones
Nos vimos sin saber si pasabas hambre
En ti se desliza de humedad empapá,
Cuando te alejabas
El lado utilitario tiene mil citas
En la huerta del gorjeo ardoroso
A tu descuido, vestido de trapillo,
La perfección no dura, el génesis lo supo
Nuestra discrepancia era un manjar
Un poco de amor de Dios
Era un vecino de Dios

Desde el punto de vista editorial, se trata de una publicación en ocasión del centenario
del nacimiento del autor, como recoge el propio título. La colección de poemas inéditos
puede considerarse el último conjunto inédito publicado en vida del autor. La
distribución es discreta, pero profesional.

172
❖ 2.4.24. Si me pides romero (Poesías escogidas)

Si me pides romero (Poesías escogidas). Edición de Juan Carlos Reche, Granada,


Comares, colección La Veleta, 2021, 21 x 14 cms., 292 páginas. Déposito legal: GR-331-
2021. ISBN: 978-84-1369-110-7.

173
El presente volumen se publica en una colección de poesía de prestigio y distribución
normalizada, La Veleta, de la editorial Comares, dirigida por Andrés Trapiello, y
compuesta por el tipógrafo Alfonso Meléndez. Lleva una camisa editorial para cuidar la
cubierta que lleva título, autores de libro y edición, ciudad, año y editorial. En la página
del catálogo editorial, antes de la portadilla, una viñeta con forma de veleta, autoría
Liébana. En la página de créditos el apoyo a la edición de los ayuntamientos de Villa del
Río y Torredonjimeno.

Se trata de la única antología poética del autor hasta la fecha. La edición corre a cargo
de Juan Carlos Reche, y consta de prólogo, capitulillo “esta edición” y bibliografía
poética. En este último apartado se reúne por primera vez la bibliografía poética del
autor hasta ese momento. La selección de textos es panorámica y recoge en total 197
poemas de los diferentes volúmenes publicados hasta la fecha, 22 en total. Se cierra el
volumen con la sección “Sueltos e inéditos”, que incluye el poema inédito hasta la fecha
“Jardín del Guerra”, fechado en Córdoba el Jueves Santo de 1947, y el poema cuyo
primer verso es “Límpiate el párpado y da”, incluido en el catálogo Acorde de duende. El
prólogo hace una lectura transversal de la poética de Liébana y lo ubica como referente
para las generaciones poéticas del siglo XXI.

SI ME PIDES ROMERO (POESÍAS ESCOGIDAS)

Prólogo de Juan Carlos Reche

Si la Marlene viniera
Si la Marlene viniera

Sostenida bajada continua


Para agrandar el camino que me llevara

Donde nunca se hace tarde (El viento pasa tarjeta)


El eremita estrena la portada
Los estorbos fríos
Rechazos de oferta
Madrigal revestido
Atrapado
La compañía volteada
Cita de la baja nube

174
Malhumoroso
Planeta secreto
Puerta de la carta
Visitación, la Verdulaga
Sainete que sale del armario
Canción de embalo
Escenario que evita el arabesco
Hermético bolero de la primera peseta
Los agachados levantan
Un espejo (escenario honra)
El visitante de la cañamera
Boda en San Sebastián de la Calle Atocha
La trampa
Imitadores de secano

Can-Can-Cántico
Resta poética
Enigma
Rosa, rosae
Bolero de la pecadora
Papela del pellizco de una rosa

El excelente inolvidable
Reparto de una trasmisión
Sensualda da Silva en el espejo
Séneca escénica
El excelente inolvidable

Brocamanto (Notificado de una carestía)


Invención a dos voces
Marcha de la ceremonia del turco

Síntesis
Hermético bolero
Perfilera
Apriorístico
Hoguera inmutada
Guitarra
El peso de lo edénico
Paseo que desconoce

Manantiálica
Preámbulo
Arrebato irreflexivo

175
A ver si se atreve el viento (Sobredios de la travesura)
Ángel anacoluto
El ángel mal graduado
Lámina presumida
Independiente arcángelo
Atractor impaciente
Navío de Argos
Hortelius
Ángel africado
Ángel exento
Ángel abstraído
Vendaval del Jueves Santo
Ángel peruano
El inconformista sin alas
Reposo del misterio

La tarde es Paca
Lo importante de una obra
¡Se habla de mis formas!
Alegato de un creador subalterno
Componente arqueológico
Desbiche
Coup d’eclat
Canto de las cabras en el aljibe ascético des Tuilleries
Respuesta incontenida
La atribulada vuelve
Terca y dimite
Una que tampoco lo acepta
Mandos perpetuos
La inexacta informalidad
Final

La Ronda de la Copa (Regalo es nacer ebrio)


En la estación del banquete
Tu calle tiene voz
Por Santiago pintan las uvas
El sobreoír agudo del arroyo
Estampa de una euforia interior
Visita de amante
Epígrafe funerario
Canción de la abrazada en losa
Desconcertante de una ruptura indignada
El territorio rebosado
Martín Nazario de Montalbán
Intercesión de un residente en la tierra

176
Por el indulto de un ángel
Imago
Pido regeneración total para los enfermos

Travesía de la humedad
Se abren los días masticados
Todas las tardes sostienen un empeño
Súplica
Cuando se descuiden los olivos
Atrapado
Yo repartí mi vida contigo
Moratalla
A Romelia de la Concepción

El andaluna (Linaje del Sur)


Andantonio
Gabriel
Pala de llama
Barroca de Ramos
El Cristo del Remedio de Ánimas. Córdoba
El caminante de la sanación
Gravedad despojada de una alteración
Cortilandia
Mascota de luna
El diestro cigarrito
Amébula
El amante virtual
Asideros donde la tristeza se recoge
Banderillero con alas
Antañonas
Figuras del centro de reflexión vinícola

La equis mística
Umbráculo
El método se posa en la rama
La caza del asfódelo oliváceo
Revés de un cromo
Príncipe de los paisajes
Rosa móvil
El Metafisicante
Desánimo del mimbre
¡Haremos las paces, que no se diga más!

177
Cantos al amorsillega (Claves para consonar la compasión y el grito en
la zanja de los columbarios flamencos)
Gabillas pajizas
Renglón afilado
Trato sofocado
Halografía del zarandeo
Anímico embeleso
Martes Santo
Puerta de la Nostalgia
Agua-ardiente
¡Por cuchufletas!
Desviado día

Cautivo placer acorazado


La noria saja el agua
Yo no sabía apreciar las estatuas
Caricia del alfarero
Te has hecho insolidaria
Señorita, alivie usted su crispada
El agradador
La manita mata, mustelino

Notificado de una carestía


La comadre Clementina de Jesús
Así se le fue la vida

Hospitalito a mano derecha


Canéfora
Soria sueña con la Girafa de Sevilla
Acuérdate Jesús mío
Por el último eslabón de la cadena
Calle Mayor de Santa Marina
Quítale el frío al ténebro
Tres maromas tuyas me atan
Contigo pasé los kírios
Hay una forma de que esto se mueva
Habla la Vargas

La lira manantiálica
Agua de la madre buena del río
Arrástrate a mi edad
Eres fuente hecha por encargo que
A media tarde moja la alfombra
Te hablé en voz baja
Agua, princesa nocturna de los vidriados

178
Duermo en tu cabecera
El epifonema se repliega
Sube el nivel del río
Sin espacio mojado no existirían los amantes
Como elemento que no sabe fingir
En la trenzadura de tu reverbero

A la poesía, por su vecindad con el bostezo, le sobran las palabras


El trino que sale de una arquilla
Una flor cuadripétala adorna
Fíjate en el color que tiene

Amores pasajeros al tren


Bajo la alquimia del enigma
La misericordia no recibe estipendio
Frecuento discrepar
Roto el recipiente cautivo
Mal se dispone lo que pierde
La vacilante torpeza
El barro mancha el tejido del libro
Tu punzante atractivo
¿A qué armada pertenece el arquero
Trashumar contigo tiene presto
No bebes el paso a lo que deja amor infinito
Tu parterre recibe un manantial de nubes
Miro lo que no vuelve
Si te queda libre la mazurca
Herida por la saeta de un tebano
El visitante del crepúsculo
Tu púrpura, por ser limpia
Fuera de la consumación
El aire sin enlace ozónico
A la inteligencia vestida de trapillo
En el poblado de los cornalones
Los terrenos del éxtasis
Bajo el techo del hospitalillo
Voluntariosa golondrina
Imagino que miro la turbia estampa
El polispermo habla con su alma
Máquina vacía sin lágrima
A los toldos del champán matutino
Antes de que la santanera descienda
Por la quemaílla del llano
El río sigue la huella pantanosa
Grimaldo de campeche

179
La tanagra del tabernáculo
A la poesía, por su vecindad con el

Sueltos e inéditos
Jardín del Guerra
Límpiate el párpado y da

Desde el punto de vista editorial, es la única antología de la obra poética de Liébana y


recoge su bibliografía poética hasta el momento. Publicada en colección de prestigio,
tiene distribución normalizada y recibe una variada atención crítica.

180
❖ 2.4.25. La Caspa

La Caspa. Edición de Rafael Inglada, nota del autor, Málaga, Ingladaediciones, Col.
Arroyo de la Manía nº 44, 2023, 23 x 14.5 cms., 36 páginas, ilustración del autor. Dép
legal: MA-334-2023.

181
Se hace una ficha catalográfica incompleta del presente volumen, ya que no he tenido
acceso total a él, en vías de publicación en el momento de depósio de la tesis. El presente
volumen es el único, por el momento, dado a la imprenta tras la muerte de Liébana. Se
trata de una plaquette o cuaderno, publicado en la colección Arroyo de la Manía, dirigida
por Rafael Inglada, el mismo editor al que confió su primer poema y entrega poética, Si
la Marlene viniera. Edición muy cuidada también esta, pero a diferencia de la primera
no se imprime con tipos móviles.

La cubierta consta de título, autor de volumen y de edición, logotipo editorial a cargo de


Antonio Mérida y número de orden en colección. La contracubierta va vacía, así como
las solapas. La encuadernación es a hilo en papel verjurado de buena calidad y con
cartulina en color azul marinerito. En el interior una nota editorial del propio Liébana.
Se reproduce el índice:

La Caspa

Edición de Rafael Inglada

Nota del autor

La Caspa
La Zanta Humirdad
Desde el funeral de lo morisoñado
La ráfaga que azota la savia
El amarillo hilo del recuerdo
Si no percibe al duende
La forma de expresar me empuja a seguir
Renuncia de una vez al halago
Me sentaré entre los istalaches de tu cuarto a mirar
No hay nada más bello
En el centro de la tempestad
En una pizca de hechizo,
Dios dio cruz a su hijo

182
CAPÍTULO III
INTRODUCCIÓN A LA POÉTICA Y ORDENACIÓN DE SU POESÍA

183
3.1 Introducción a la poética

El secreto está en la descomposición de múltiples


formas. Así se produce la sorpresa.

Ginés Liébana

Una parte de la producción literaria temprana de Ginés Liébana, que decidió dejar sin
publicar, y a la que se tiene un acceso muy parcial, mantiene un cierto aroma cercano a
la estética primera de Cántico, pero con sus peculiaridades, como dijera Juan Bernier y
hemos podido apreciar en los poemas “Eutertpe en el prado” o “Jardín del Guerra”, que
transcribí para Si me pides romero, y puede consultarse en el capítulo IV.

En los años 90 aborda la poesía como si fuera un collage (Marqués, 2021) para reubicar
los apuntes, notas y versos que tiene en su multitud de cuadernos y darles una nueva
vida en el interior de un poema. Con casi ochenta años no tiene ya fuerza para pintar, y
recorta rostros, objetos y paisajes de revistas para incluirlos en sus nuevas
composiciones plásticas. De igual modo hace con la poesía. Los poemas que decide dar
a la imprenta, por lo tanto, no son los de los años 40, que podría haber recuperado, sino
que los remoza forjando una poética fundada en el collage, en la escritura automática,
sampleando, sirviéndose de una suerte de macrointertextualidad (Reche, 2021: 8-9)
para mezclar el lenguaje popular con el de la Transición y las tradiciones 126, mezclando
géneros, muy al estilo de la postmodernidad 127 del siglo XX. Y es que una de sus ideas
fundamentales era: “El secreto está en la descomposición de múltiples formas. Así se
produce la sorpresa” (Donde nunca se hace tarde: 10). Esa búsqueda del desvío poético

126Dice Pilar García Montañés (2014: 13), la editora de La lira manantiálica: “Escribe reciclando,
convencido de que todo es aprovechable. Liébana es atrevido, exclusivo con la palabra, incorpora
neologismos que inducen al absurdo, al descalabro, pasando por encima de cualquier regla.”

127 Luis Antonio de Villena (Ánfora Nova: 68) también en este sentido comenta: “Ginés Liébana mezcla,
como pocos, modernidad y tradición. Eso lo vuelve exactamente postmoderno en el más cabal sentido de
la palabra.”

184
para causar impacto, impresión, sorpresa128 es la que guía su poesía, pero sin ir
demasiado lejos en la pérdida de la comprensión129.

Con respecto a sus influencias, aunque algunas de ellas estén obviamente marcadas por
lecturas concretas, son consecuentemente muy amplias y dispares, al tener todas las
tradiciones a su disposición. Loyola de Palacio ha detectado en él, como otros
comentaristas, cierto aire gongorino130, que podría entenderse como espíritu de las
vanguardias. El propio Liébana, en su discurso de entrada a la Real Academia de
Córdoba, dejó escrito: “Vanguardia quiere decir que una cosa va delante de otra y las
cosas avanzan, orbitan, giran, se recogen, vuelven, se repliegan...”. Lo cierto es que a
este poeta-isla, además de las influencias de Cántico, el Postismo, Rafael Alberti o el
esperpento de Valle Inclán como referencias fuertes, puede sumársele el lenguaje
popular.

Una de las críticas y críticos literarios que ha estudiado su obra con un poco más de
detenimiento, dedicándole un artículo -aunque más centrado en su faceta
dramatúrgica-, Olga Rendón (2013), ha detectado tres aspectos en su literatura,131
aunque también ha distinguido el disparate, la dispersión, la risa, el lenguaje deformado,
el humor, el absurdo, las pullas quevedescas, las técnicas surrealistas, el esperpento y

128 Se dicen cosas importantes que pueden ser muy aburridas. Por ello registro los equívocos para producir
sorpresa (La tarde es Paca : 9).

129No hay nadie que haya dicho más disparates, pero con contenido. Una de las cosas que yo tengo es
que no soy surrealista, pero surrealismo que no es vacío como estamos acostumbrados a ver el
surrealismo [sic]. (Sánchez Dragó)

130La bien buscada herencia gongorina en los poemas de Ginés Liébana, más notable en ellos que en sus
obras en prosa o en sus cuasi teatros, la han señalado todos sus comentaristas con muchos más títulos
que yo para analizar su obra, y cuando Francisco Nieva, al referirse a los textos de Liébana, dice que “su
cuota de ambigüedad es la máxima que se puede dar”, creo que le regala un buen empujón a la literatura
de nuestro autor, para insertarla en este universo gongorino tan profundamente cordobés. (Ánfora Nova:
16)

131
1.Defensa de la alegría. Renuncia a su contemporaneidad. 2. La subversión del lenguaje. Búsqueda de
lo popular a través del elitismo. 3. Ruptura con el canon. Personalización del género teatral.

185
los títeres de cachiporra entre sus faros principales, no sin antes calificar a nuestro autor
como “avispado bufón132” o “saltimbanqui del ingenio”.

Consecuentemente, la incomprensión que pudiera sentir Liébana por la manera en la


que reciben su obra algunos de sus lectores, el ninguneo de los jóvenes críticos que
intentaban encumbrar en el canon del Grupo Cántico a García Baena, proyectando cada
vez más sombra sobre el resto del Grupo, incluyendo a Juan Bernier o Ricardo Molina,
sumado a las notas periodísticas que tampoco entendían muy bien su propuesta
estética, le hacen “renunciar a su vocación de contemporáneo”, como recuerda una
nota sin firmar en la contraportada de Brocamanto:

Desprovisto de toda clase de compromisos se aísla en la vigilia del humor,


desmitificando la literatura sin salirse de lo literario. A partir de ahí se emplea
en encontrarse con lo popular a través del elitismo. Esta conducta le empuja a
trabajar en una estética que no vende en el panorama actual. Por este motivo
apenas tiene biografía, lo que no impide sentirse absolutamente demostrado y
exento de crisis de identidad.

Con respecto a los temas, aunque los utilice de manera monográfica como articuladores
de algunos poemarios, hay que recordar que, marcado por la Guerra Civil, intenta huir
de cualquier compromiso133. Su búsqueda del amor perdido es inmune al desaliento,
inagotable, casi eterna diríase, como la belleza y las tradiciones; y es este su tema

132 Liébana, seguramente cansado de ver como unos y otros intentan apartarlo del canon de Cántico de
un plumazo y con adjetivos tan despectivos, publica una contundente poética en su libro más cordobés,
A ver si se atreve el viento (2001), casi tres lustros antes del texto de Rendón, donde deja escrito: “No
somos bufones de temporada en fiestas. Ahora el espectáculo es nuestro y, desde este empeño
vinculante, vamos a aprovechar la energía de la unión de todos los independientes para compartir la
hermandad protectora donde nada, ni nadie, se pierda en el silencio de los abandonados a su suerte. Esta
naturaleza que nos rodea es un inmenso festín. Esta geografía enriquece lo invisible, por eso llevamos la
emoción en la sangre. Vamos a aprovecharla para proteger y ayudar a los que dedican su manera de vivir
a la Belleza.”

133Desmonté los datos gastados del tópico, reconvierto la frase hecha. En lugar de despreciarla, la acerco
a la sorpresa por el lado de la ironía y de la comunicación sencilla. ¿Qué finalidad tiene hacer del
pesimismo y la deformación unívoco motivo del arte? ¿Qué sustancia nos va a quedar de esta sucesión
de estrategias? El verdadero vanguardista fue mi tocayo Beato de Liébana. Abandonemos ese retrasado
raquitismo para devolverle el sitio que le corresponde a la belleza, despreciada. (Manifiesto manifiesta
del río afectivo). Vid anexo 7.2.

186
principal y excusa para generar el poema. Aunque siempre supo estar al compás de los
tiempos, también supo adelantarse, como, por ejemplo, en esta observación de los años
90 en el Manifiesto manifiesta del río afectivo:

¿Por qué los ecologistas no se sitúan detrás del cuadro que atenta a la
salud mental y protestan en contra de la naturalidad que no se supo
entender?

187
3.2 Momentos en la poesía de Ginés Liébana

Aunque pueda establecerse un corpus de su obra literaria, ordenado de acuerdo a la


fecha de depósito o publicación de cada volumen, no puede llegar a saberse cuándo se
dio por concluido cada texto, ya que normalmente están escritos y reelaborados a lo
largo de décadas y publicados años después sin especificarlo o responder a una
estrategia definida; e incluso son reelaborados después de su publicación, como puede
apreciarse en el anexo 7.10 y en la entrevista televisiva que le realizó Fernando Sánchez
Dragó134.

Con algunos títulos tuvo una relación editorial especialmente larga e insidiosa,
publicándolos en varias ocasiones hasta llegar a quedarse satisfecho con su texto final,
como La Ronda de la copa, El navegante que se quedó en Toledo, La lira manantiálica o
La industria del deseo (1998) que, como ha sido referido anteriormente, es la reescritura
total de Sofá y querella (1995).

Como también se ha dicho, se muestra como escritor públicamente de una manera


accidentada e imperiosa, como respuesta a sucesos literarios que le apartan del canon,
normalmente relacionados con el Postismo, en los años 1987 y 1995. A partir de ese
momento, mediados los años 90, publica siempre que puede; su ímpetu por dar a
conocer todo el material acumulado lo empujó a publicar en editoriales sin garantías de
distribución o de una edición revisada y digna. A veces los ritmos de publicación se
dilatan o se amontonan en el tiempo. Por ejemplo, en 1990 da a la imprenta tres 135

134-G.L: Hay que ver lo que aburre la permanencia…


-F.S.D.: Tú eres una especie de fugitivo constante…
-G.L.: ¿Sabes lo que hago con estos libros? Están todos corregidos para volverlos a publicar. […] Me contó
Mariquilla Valle Inclán, que era amiga mía, que su padre le dijo al final cuando se estaba muriendo: “yo lo
reescribiría todo”. Y yo lo comprendo. Hay que estar continuamente, porque si no se gasta.
-F.S.D.: Ya sé que no quieres hablar del Grupo Cántico.
-G.L.: Yo escribía en los años 30 burlándome de la literatura. […] En el fondo era una especie de
moderador.

135
El navegante que se quedó en Toledo. Paisajes de la vida del pintor Doménico Theotokópoulos, Madrid,
Endymion, 1988. El mueble obrero (Redoble bárbaro), Madrid, Ars Media, 1990. Penumbrales de la
Romeraca. Preámbulo de Vicente Núñez y Carlos Villarrubia. Córdoba, Diputación de Córdoba, 1990. ¡Bye
Bye lágrimas! (Con Carlos Villarrubia y Silvia Marsó), Madrid, Endymion, 1990.

188
títulos, y hasta cinco en los meses del cambio de siglo. La mayoría de sus entregas
poéticas son en editoriales con escasa distribución, ediciones no venales, instituciones
públicas, fuera de colección o sin distribución comercial. Por lo tanto, para establecer
una ordenación de su obra poética que clasifique el corpus, he decidido dividirlo en
bloques teniendo en cuenta algunas características comunes de los volúmenes, como el
momento o intención de la publicación, la organización de las temáticas y la estética.

De ese análisis han surgido seis momentos en la poesía de Ginés Liébana. El primer
momento es el debut, con un poema que reúne los elementos de su poética,
influenciado tanto por Cántico como por el Postismo, Si la Marlene viniera. Un segundo
momento lo he denominado “intentona postista”, pues publica un libro totalmente
postista desde el punto de vista de la estética, pero no logra ser incluido en el canon de
ese movimiento. Un tercer momento, que podría denominarse Can Can-Cántico,
coincidiendo con el cambio de milenio, se caracteriza por su explosión pública tanto en
el ámbito impreso como en la búsqueda de recepción académica. Un cuarto momento
está basado en la búsqueda del yo poético y su libro La tarde es Paca, también de factura
postista. Para conformar un quinto momento he agrupado los libros temáticos, a través
de cuyos motivos (el Sur, el flamenco, el agua, el vino, el amor…) organiza los distintos
poemarios. Su última etapa estaría marcada por la brevedad y concisión en la dicción de
sus últimos poemarios.

189
3.2.1. 1987: el debut con la Marlene

Liébana decide hacerse escritor público entregando su primera publicación, el poema


“Si la Marlene viniera”, al fino editor malagueño Rafael Inglada, que a su vez confía el
manuscrito a los tipógrafos hermanos Andrade para que lo impriman en plomo en la
imprenta más importante de la poesía española del siglo XX, Dardo, antes Sur. De esta
manera, en una colección tan prestigiosa136 y de culto, como de reducida distribución y
visibilidad, comienza su vida literaria pública.

En este poema, transcrito en el capítulo II, se sintetizan muchas cuestiones de la


identidad artística de Liébana, como su faceta pública de escritor, su relación personal y
estética con el Grupo Cántico, y las influencias del Postismo, tanto de los autores con los
que tuvo una relación más personal y cercana, como de otros con relación más escasa,
como Gabino-Alejandro Carriedo.

No sabemos si herido por verse oficialmente excluido del Postismo por primera vez en
el libro de Pont, o como aliciente para hacer más llamativa su pública faceta de escritor,
Liébana decide dar el salto y pierde los complejos editoriales, aprovechando esta
publicación para posicionarse estéticamente a través del objeto del poema. Marlene
Dietrich siempre ha sido un referente sagrado para el Grupo Cántico, como es sabido
por múltiples fuentes, como, por ejemplo, la entrevista de Joaquín Pérez Azaústre137 a
Pablo García Baena. El mismo García Baena en el año 1939 había hecho un collage
(Inglada, 2010: 138) en el que hacía surgir la imagen de Marlene Dietrich entre vírgenes,
ángeles y cirios de iglesia. Sin embargo, Liébana representa a ese “signo para todo
Cántico” como una cupletera o ramera que “en la legión la conocen / como la flor del
menaje, / el lujo en el correaje, / la braguita chochetona / con sus rajitas de encaje.”

136 Había publicado títulos de Cernuda, Prados o Altolaguirre, entre otros.

137-J.P.A.:Hablando de damas vulnerables, pienso en tu veneración por Marlene Dietrich.


-P.G.B:¡Tenía que aparecer Marlene! Entre el humo y las plumas, me produce ternura, risa y admiración.
Una mujer que hace de su figura un arte nuevo. Esa mujer que se pinta los labios antes de ser fusilada es
un síntoma y un signo para todo Cántico. (Pérez Azaústre: 2013)

190
Nótense las similitudes con este soneto138 del poeta postista Gabino-Alejandro Carriedo,
que seguramente conociera Liébana desde hace tiempo, ya que el mismo Carriedo
amenizó la velada de encuentro entre Cántico y el Postismo, allá por el año 1949.

SONETO DE LA MUJER GORDA

Perfil de cama tienes, mujer hueca.


¡Qué lástima tener perfil de vaca!
Estás más gorda cuanto más destaca139
tu empecatada mole de ama seca.

No saques el perfil de hilo de rueca,


más bien tu enorme culo de oca saca;
saca ese saco de tu cuerpo, Paca,
trueca la oscura roca de tu peca.

No peca quien se obceca un poco y toca


boca con mueca donde cuelga el moco
que abre la saca loca del tabaco.

¡Tú empecatada mole de acre foca!


¡Qué lástima tener perfil de coco,
mujer de cama hueca o hueco saco!

138Publicado por primera vez Carriedo (1980: 36), donde se hace referencia a que pertenece al volumen
inédito La piña sespera del año 1948. Pont lo recogió posteriormente (1987: 379).

139Nótese la similitud con el verso 22 de Liébana: “Hay que ver como destaca”, y el uso del nombre
“Paca” en ambos poemas.

191
3.2.2 1996: La intentona postista

Tras ese poema, publicado en una edición de no más de 100 ejemplares y breve
recorrido, nueve años después y tras haberse dedicado a la revisión y publicación de
cinco de sus liebanadramas, vuelve a visitar la imprenta de la poesía, en primer lugar de
la mano de otro editor de culto, el conquense Juan Carlos Valera y su editorial Menú-
Cuadernos de poesía. Este editor, con un exquisito catálogo literario y de libros de
artista, especializado en vanguardias europeas del siglo XX, da a la imprenta, en formato
de cuidadísima plaquette de 14 poemas, Sostenida bajada continua. Sintetiza de esta
manera, tal vez inconscientemente Liébana, su vertiente más clásica, andaluza, popular
y tradicional, con sus expectativas de vanguardista internacional.

Pero son dos los volúmenes que publica en 1996. El primero, Sostenida bajada continua,
sobre la búsqueda y la pérdida del amor, uno de sus temas más frecuentados a lo largo
de los años. Se encuentra en él una poesía de temas y expresión aparentemente clásica,
sentimental, personal, pero con una estética “a medio camino del aforismo de estirpe
postista y muestra un hermetismo sugerente que surte un pensamiento, una conclusiva
consecuencia de la vida”, como dijera Diego Martínez Torrón (2002: 319-322)140 en su
cuidado análisis de los primeros poemarios de Liébana.

140 En Sostenida bajada continua (1996) lo que más me interesa son los destellos líricos con los que expresa
su amor: "De tanto vivir con los ojos pegados a tu ventana / voy desnudo por dentro. / Quiero saber cómo
te va sin mí / y si te has olvidado de mi cara. /(...)/ ¿Qué puedo hacer / si las cosas que te digo no tienen
palabras? / Prométeme que vas a oírme otra vez / que tu memoria se va a rozar conmigo / sin mirarme".

Así en este libro el poeta se queda desnudo en sus versos y muestra su riquísima intimidad, su universo
interior de artista sensitivo, que oculta los aspectos más impúdicos de esa interioridad a través de la ironía
y del hermetismo en sus versos, que me evocan muchos textos del genial Ramón Gómez de la Serna, y
que se ubican literariamente dentro de la corriente postista, en la que destaca el también genial Carlos
Edmundo de Ory.

Como ocurre en sus dibujos, su poesía ofrece una sugerencia tenue y una intensidad de fuego que quema
y se escabulle detrás de palabras opacas de sentido oscuro y misterioso. Pero hay muchos sentimientos
en sus versos, así cuando busca un amor de compromiso de fidelidad inquebrantable, o cuando muestra
un corazón herido por el desengaño ("Después de la lucha / recogí mi corazón del suelo"). Y la soledad:
"La edad del amor no se mide / ni la descubre la mirada / cuando sentir / es un principio de aislamiento".

Su poesía está a medio camino del aforismo de estirpe postista y muestra un hermetismo sugerente que
surte un pensamiento, una conclusiva consecuencia de la vida. El postismo español creo aporta al
surrealismo, del que deriva, una intensidad mayor en la expresión y una forma de rebeldía que surge de
la propia experiencia de lo vivido.

192
Y en ese mismo año de 1996 da a la imprenta su primer libro de poemas, un libro
importante y bien articulado, adjetivado como postista en varios lugares de sus
paratextos, Donde nunca se hace tarde (El viento pasa tarjeta). Probablemente
consciente de su pública y oficial defenestración del Postismo en los cursos de verano
de la Universidad Complutense a manos de Carlos Edmundo de Ory, se decide a tomar
su turno de palabra, publicando un libro tan importante como contundente 141.

En el texto de solapa, Luis Antonio de Villena, con la autoridad que le caracteriza, llega
a decir: “Ginés es pintor de Cántico y personaje y autor del Postismo”, para añadir más
tarde en el mismo texto: “en 1988 publicó una obra dramática -una fantasía sobre el
Greco- que es postismo puro […]: El navegante que se quedó en Toledo (Ed. Endymion).
Si Nieva es -parcialmente- el teatro (algo tardío) del Postismo, Ginés Liébana lo es
también”.

Arropado por esta presentación, a la que habría que sumar el texto de contracubierta
de José Luis Rodríguez de la Flor142, Liébana sale al estrado con -no podía ser de otra
manera- una poética en prosa que abre el volumen sin página de separación entre ella
y el primer poema del corpus. En dicha poética, justifica poéticamente su retraso en
encontrarse con los lectores143, y enuncia una de las claves de su poética: “El secreto
está en la descomposición de múltiples formas. Así se produce la sorpresa.” Esta
concepción de la poética basada en la intertextualidad y en la comunión de estéticas y
visiones será el fundamento de su poética. Diego Martínez Torrón (2002: 319-322) hace

Es el amor el gran tema de la poesía de Ginés, por ejemplo en este hermoso libro que es Sotenida bajada
continua.

141El título en sí es una declaración de intenciones. Da a entender que nunca es tarde para ser poeta. Y
pasa, metafóricamente, la cuenta al olvido.

142 Describe su camino literario como lugar “donde se mezcla lo elitista con lo popular”.

143Donde nunca se hace tarde […]Es el ejercicio resultante de escuchar el tiempo sin prisa, donde lo más
particular llega al punto más general, recuperando el motor impulso, nunca de forma constante sino como
resultado de vigilia y letargo. La compulsión en estado de natural armonía tiene su momento.

193
una lectura del volumen deteniéndose en otros aspectos144. Y Juan Cobos Wilkins
(Ánfora Nova: 79) dirá: “En Donde nunca se hace tarde hay lirismo y humor, descarga
eléctrica resuelta con ironía y arrobo.” Por último, y como se ha adelantado
anteriormente, el volumen consta de un gran número de ilustraciones, con distintas
funciones, desde la ilustrativa al caligrama, que le confieren un aire de libro clásico
ilustrado, pero también de publicación vanguardista.

144En otro poemario, Donde nunca se hace tarde (El viento pasa tarjeta), Ginés se manifiesta como un
creador que ahonda en el interior de sí mismo y afirma en el prólogo: "Parte de la cultura que nos rodea
es soporífera. Se alaban cosas que no nos pertenecen. (...) Los que poseen un pensamiento poético son
activos. La acción en sí se convierte en reflexión poética, cuando se agota la intensidad se pasa a otra y
nace una nueva en el intento siguiente. (...) El secreto está en la descomposición de múltiples formas. Así
se produce la sorpresa".

También aquí el tema del amor: "Deseo darte lo que siento / -puede que quieras decirme algo-. / No es
fácil expresar lo que transmites, / ni sé cuál de tus ojos / me hiere más./ Y, como desconozco qué hacer /
con mis sueños,/ quiero volver contigo".

El poeta se muestra como un seductor: "El conflicto del placer está en atraerlo. / Para conocerlo, hay que
ennoblecer / la estancia donde va a dormir / y moverle el suelo, al ritmo de lo que le atrae." Y: "Quiero
pronunciar la palabra que entretiene, / jugar con tu recuerdo / para que no se canse; / palpitar con tu
elevado signo, / alcanzar la cima / del monte / donde quiero invitarte".

El poeta se manifiesta incapaz de una ligazón afectiva comprometida que le estabilice y le fije al suelo,
prefiere estar siempre de paso, como un bohemio amante de lo fugaz, buscador inagotable, insaciable
bebedor de vida, eternamente dotado de la juventud interior de un espíritu inquieto que es lo que explica
que los jóvenes artistas de los que siempre está rodeado le admiren y le sientan como uno más.

La ironía de Ginés, como decía antes, quizás la aprende en Gómez de la Serna. Ginés nos ofrece imágenes
que se sorprenden y nos sorprenden como el vuelo de un pájaro, con una sonrisa fugitiva de quien se ríe
de sí mismo: el poema, el poeta, se ríe de la seriedad de la literatura, y rompe con la rutina gris de la vida.
Por eso escribe: "Vamos a divertirnos huyendo del repertorio bajo. Con la pasión verbal vamos a atravesar
la luna y con los ojos vamos a seguir jugando con el infinito cercano".

194
3.2.3 Cambio de milenio: la síntesis del Can Can-Cántico

Con el cambio de milenio, poco ágil para la pintura, tras haber sido defenestrado del
Postismo, cada vez más denostado por Cántico, y una vez perdido el miedo al haber
publicado un potente libro y dos cuadernos, se lanza furibundamente a la imprenta,
pero también a la calle, a la manera de los otrora jóvenes postistas, por aquel entonces
ya ancianos o fallecidos. Con el cambio de milenio, entre finales del año 1999 y durante
el año 2000 publica 4 plaquettes y un libro, que reflejan su ansia por ejercer de escritor
público. Van creciendo paulatinamente en longitud sus notas biográficas que, cada vez
más, se convierten en biobibliográficas.

Estas cinco publicaciones tienen en común que cuatro de ellas son plaquettes que
acompañan lecturas poéticas en cafés o ciclos institucionales. El otro volumen, sin
embargo, Síntesis, es todo lo contrario, un poemario exento con prólogo y edición a
cargo de un profesor universitario y publicado por la U.N.E.D. Puede apreciarse de esta
manera la doble intención de Liébana tanto de estar en la calle, en el café, rodeado y en
conversación con los poetas jóvenes, como lo hicieran los postistas; y, por otro lado, de
atraer la atención y estudio hacia su obra -por fin pública- por parte del sector
académico.

Significativos son los títulos, como siempre, de sus volúmenes. La primera de las
plaquettes que publica la editorial Un papel en el agua, como acompañamiento a la
lectura poética en el ciclo “Noches de Can Can”, tiene un título que es todo un órdago
para sintetizar su pasado y su presente poético: Can Can-Cántico. Por un lado, mezcla el
vocablo “Can Can” que simboliza la juventud y la nueva generación de poetas en la que
se incorpora y le publica; y por otro añade, como coletilla, al grupo Cántico, que lo ignora
como escritor. Una síntesis cacofónica que no necesita más explicaciones.

Como los poetas jóvenes con los que se relacionaba, estudiantes entonces, que dividían
su vida entre la universidad y el café literario, Liébana hace lo propio también con sus
publicaciones; se da a conocer al público de la poesía a través de las lecturas, actos y

195
frecuentaciones en reuniones y cafés, medio siglo después; sin olvidarse de incluir el
otro camino, el del reconocimiento de los mayores 145 y de la academia146.

Estas publicaciones pueden concebirse bajo la misma estética, como si fueran un


volumen ampliado en distintas entregas. En ellas publica poemas antiguos, como esta
canción postista (Brocamanto: 16), fechada en 1979:

PAPELA DEL PELLIZCO DE UNA DIOSA

Fustígame la sinalefa.
Flamelamelá,
flamelamelá.
Con el tallo de la adelfa
dame la caramelá.
Del zarzal sale una vela,
apagamelá, apagamelá,
quítate ya la pamela,
camelia de columela.
Apártamela,
apártamela.
Y si te ha quedado tela
regalamelá,
regalamelá.
Quiero calmar mis candelas,
acaramelada vela,
traémela cortada ya,
traémela ya caramela
con la carita lavá.

(1979)

145Carlos Villarrubia en la nota de contracubierta de El excelente inolvidable apunta: “He aquí un creador
que no se ha tenido aprecio a sí mismo, suministrando energía a su entorno, viviendo la fragmentación
de todo. Pocos pueden expresarse con tanta ingenua ironía, evitando la línea recta, trazando un camino
ondulante, donde se mezcla lo estilista con lo popular. Hacer algo divertido -de lo que ya no divierte a
nadie- uniendo ideas y conceptos que habían sido separados, no es fácil. En estos textos hay algo que la
costumbre ha olvidado.”

146La edición de Juan Ruano León lleva un prólogo estructurado en los capitulillos “Introducción”, “De
Cántico a Liébana”, “Aproximación a la poética de Liébana”, “Aspectos formales en la poesía de Liébana”
y “Conclusión”.

196
En el cambio de milenio sintetiza sus ganas de ser reconocido como poeta (y esto lo
consigue a través de las generaciones más jóvenes de escritores) con las anasias de
publicar lo que tiene en el cajón, y de ser reconocido también por sus coetáneos. Por
eso se da al café, a los ciclos institucionales y a la universidad. Por ello también cuida
especialmente el aparataje paratextual de sus volúmenes con textos propios o de
autores de su confianza, como Carlos Villarrubia, en los que juega con su biografía
pública y trayectoria artística. Por ejemplo, en Brocamanto (Notificado de una carestía)
dice:

Desprovisto de toda clase de compromisos se aísla en la vigilia del humor,


desmitificando la literatura sin salirse de lo literario. A partir de ahí se emplea
en encontrarse con lo popular a través del elitismo. Esta conducta le empuja a
trabajar en una estética que no vende en el panorama actual. Por este motivo
apenas tiene biografía, lo que no impide sentirse absolutamente demostrado y
exento de crisis de identidad.

Sirven también estas publicaciones, la mayoría no venales, para testar la recepción de


su obra; por ello se utilizan para adelantar algunos, que serán recogidos posteriormente
en el volumen definitivo correspondiente, como “El Andaluna”, que aparece en
Manantiálica, y posteriormente dará título y organizará el poemario de 2003.

197
3.2.4 El yo total: La tarde es Paca

En el pozo del yo hundirme quiero


Juan Bernier

La tarde es Paca es un libro que, en cierta manera, hace tándem con su primer poemario,
Donde nunca se hace tarde. No solo porque aparecen en la misma editorial, con una
factura parecida, y un juego de ilustraciones que complementa sus lecturas, como se ha
apreciado en el capítulo II, sino porque puede tenerse la sensación de que los poemas
de ambos volúmenes pertenecieran a un mismo momento creativo en el tiempo. Puede
decirse que La tarde es Paca es el segundo libro postista de Ginés Liébana, en el que
intenta una vuelta de tuerca más en lo que a lenguaje y dicción del yo se refiere.

En él tiene una especial importancia la construcción del yo como personaje, y la


destilación de aquel, a veces bajo la estructura de un cancionero, otras en una ilación
de escenas que se asemeja a la construcción de los cuadros teatrales.

El escritor Carlos Villarrubia, con el que ha firmado algún volumen, y archilector de


Liébana a finales del siglo pasado, en el diálogo con Liébana que abre el volumen dice
refiriéndose al mismo libro:

leyéndolo descubro que es la primera vez que se utiliza el personaje en busca


de autor para representarlo sin intentar herirlo, utilizando un texto que
comunica otra cosa, que no mengua, que no deprime ni deja la cara marcada.

A lo que Liébana responde: “El contacto con los crispados sólo sirve para seguir hablando
de lo mismo. Yo huyo de mis cóleras personales. […] Ya no somos personajes del retablo
ferruginoso de mártires y herejes. Hemos dado un salto mental. Es gratificante vivir sin
reconocimiento y trabajar por el lateral […] El Arte cuyo fin es alcanzar premios y dinero
puede llegar a ser muy aburrido.”

Como ejemplo, se reproduce una especie de autorretrato en el que, ya desde el mismo


título, se mezcla la percepción del yo real y del personaje poemático en la sociedad:

198
¡SE HABLA DE MIS FORMAS!147

Soy el fantasma del programador. Mi profesión


es la de Amante-Vando, adobado en plata de pelo.
Tengo la magna audacia de tomar los arranques con medida.
Detrás de mí llevo un servidor con banqueta
(a esta operación la llamo: Por si me canso).
–¿No le basta a usted, don Vando, el «cama espero»?
me pregunta la prensa, en entrevista.
–No –les contesto–, yo necesito rodearme de empaque;
por eso voy así por la vida, propenso al descanso.
El éxito fatiga mucho.
Yo no salgo de las extravagancias que se llevan.
Si no, observe:
canto muy bonito, soy silicótico y aturdidor de damas.
Hoy invito a algunas.
Venga, si quiere, a tomar ponche con pedestal y bollo de hoja.
Estarán: Braulia (la Amambuesa),
Amelia Lovada (dama joven),
Rita Laico, Asdruvalina, Vestacia,
Dorada Alcaba (la expatriada),
Agustina Humareda, Pamela Figón del Pis
y Dª Carmela Barracuda.
A pesar de poseer juventud soy leyenda,
ya premiada en abundancia.
Mi vivienda rebosa de trofeos.
Mis premios son incalculables.
Mis tardes han pasado a ser Pacas.

147 La tarde es Paca, p.16.

199
3.2.5 Los libros temáticos148

En un momento en el que comienza a ser reconocido paulatinamente como escritor por


la sociedad literaria y, sobre todo, por las instituciones, ya sea movido por encargos
institucionales o compromisos, o por la propia voluntad de ordenar en volumen exento
algunas de sus inquietudes o textos con temáticas similares, Liébana comienza la
publicación de una serie de títulos articulados orgánicamente en torno a una temática.
A veces es una mera excusa para escribir el libro, pudiendo incluir textos de otras
temáticas, como suele suceder en los poemarios.

Así, en El Andaluna reflexionará sobre la esencia andaluza, que define con un toque
lunático, y dedicará un rico espacio a la Semana Santa y las procesiones andaluzas. A ver
si se atreve el viento representará y verbalizará, a modo de elenco hagiográfico, el
catálogo de ángeles heterodoxos que ha ido pintando durante tantas décadas. En La
Ronda de la Copa, bajo el pretexto del homenaje al vino con la denominación de origen
controlada Montilla-Moriles, publica un espléndido libro en torno a él, imaginando
fantásticamente lo que sucede en su producción. A la temática del flamenco, con su
heterodoxia, se acercará en dos ocasiones: Cantos al amorsillega y Hospitalito a mano
derecha. En las dos ediciones de La lira manantiálica, hablará del origen y destino del
agua.

148 Liébana ultima ahora tres libros que confía sacar pronto a la calle. Preparo los libros Travesía de la
humedad. Se trata de poemas que mezclan la sensualidad, el misticismo, el humor y la ironía. El
andaluna. Su título hace referencia al andaluz, al que llamo así por lo que tenga de lunático. Y,
finalmente, El horno está en la calle, que hace referencia al calor en Andalucía, explica. Los libros de
Liébana pueden desconcertar a un lector cartesiano, firme cumplidor de las leyes de la causa y el efecto.
Porque su obra revienta de fantasía y gozo. El dramaturgo Francisco Nieva lo definió en una ocasión como
un vanguardista osado, radical y enigmático (Belausteguigoitia, 2002).

200
3.2.5.1 Lo andaluz, la Semana Santa: El Andaluna (Linaje del Sur)

Curiosamente ninguno de los paratextos que acompañan al volumen comenta el


contenido del libro; solamente el último párrafo de José Luis Rodríguez de la Flor apunta:
“Un señalador de las sensaciones le hace regresar a la campa donde pasó sus primeros
años, para reencontrarse con el hechizo cercano del Linaje del Sur”.

En este libro se desarrollan los temas que resume su título: la esencia del ser andaluz y
las razones de su linaje,149 de una manera irreverente. Y aunque no esté organizado en
secciones, entre todas estas temáticas, hay una serie de poemas que, a la manera de las
estaciones de penitencia de la Semana Santa, van describiendo distintos pasos
procesionales, como también lo hicieran en su poesía los amigos del Grupo Cántico.
Acompañados en el caso de Liébana, eso sí, de ilustraciones propias de la Semana Santa.

Tras el poema “Proemio”150, en el que se detiene en algunas figuras de paso


procesional151, recrea el ambiente de la cordobesa Plaza de Aguayos antes de que salga
la procesión, en el poema “Pala de Llama”. A continuación, una serie de poemas, como
“Barroca de Ramos”, en referencia a la procesión que desfila el Domingo de Ramos, “El
Cristo del Remedio de Ánimas. Córdoba”, o el poema “Decorado hablado”, que hace
referencia a la procesión de la Rendición, componen un particular, vanguardista y
colorido recorrido que no deja indiferente al lector de poesía y especialmente al

149En la nota periodística sin firmar “Ginés Liébana canta a la Córdoba mística e inédita” (Córdoba:
05/05/2003), aparecen las siguientes declaraciones sobre el poemario: “El escritor Ginés Liébana ha
publicado El Andaluna. Linaje del Sur (Ediciones Edisur), poemario en el que plasma, a lo largo de sus 55
poemas, su visión de una Andalucía que está aún por descubrir y que el autor sitúa en los poblados de la
campiña andaluza, fundamentalmente de la provincia cordobesa, que tienen nostalgia por el paraíso
perdido y que no han perdido esa ingenuidad que se hace belleza y de la que tanto nos hablaron Góngora,
Lorca y Juan Ramón Jiménez. […] Dijo que su último poemario es una suerte de plasmar la Andalucía
mística que huye del tópico, y que tan bien se ha sabido reflejar en el arte mestizo de Córdoba o en el
barroquismo sereno de Sevilla. Asimismo, Liébana dijo no tener miedo ni vergüenza a ser sensible, ya que
vivo gracias a las emociones de ese paraíso que todos buscamos”.

150 Publicado anteriormente en Liébana (1996b: 128).

151“El que diga que la familia del Ángel de la Trinidad / no viene de la Divina Comedia, está equivocado.
/ Tener el privilegio de ir en el cortejo, / montado en un caballo, lo acredita”.

201
creyente, cuyos sentimientos podrían incluso sentirse heridos. Este particular viacrucis
concluye con “Cortilandia”, con San Judas como personaje principal:

CORTILANDIA152

En el desfile llevan a San Juditas del Cromo,


incierto hereje, bien vestido por lo mal conformado,
para el mantenimiento de la hermandad del cruel viático
un costero va en la carrera de andas ofreciendo
a los portadores un trago de los modales del vino.
Esparragón, el guardafrenero que salió del penal,
pierde los cabales, espanta los estorbos con su voz
y arrastra la ceniza.
Se le nota los perros por dentro.
Un ángel limpia hilachas a la noche.

Se oye la saeta:
se arranca con picotazo primigenio.

152 El Andaluna, p.36.

202
3.2.5.2 Los ángeles: A ver si se atreve el viento

Una vez perdidos los complejos y aceptada su percepción como poeta menor153,
desarrolla de manera monográfica uno de sus grandes temas en la pintura: los
ángeles154. El libro155 se abre con un texto de Feliciano Delgado publicado anteriormente
(Liébana: 1996b), una suerte de pequeño ensayo o introducción que trata de asuntos
hagiográficos sin comentar (o citar) el poemario al que precede.

El contenido ofrece distintas representaciones del ángel, como el poema “Lámina


presumida”, o “Vendaval del Jueves Santo”, en el que describe la posición de este ángel
en el recorrido procesional. También hay invenciones líricas, como “Querubín alijador”
o poemas que oscilan entre la letanía y la oración pagana, como “Intercesión de un
residente por el indulto de un ángel.”

Independientemente del tema que toque, no consigue deslindarlo de su andalucismo;


por ello el título toma su expresión del segundo verso de la famosa Soleá de Córdoba
(Vid. 2.4.9.). Y tampoco logra desligarlo de su lenguaje mezcla de léxico clasicista y
expresiones contemporáneas (v.4-6):

EN LO SUYO ES UN ARMANI 156

El ángel custodio de la lágrima dórica


tiene presencia que vincula y
rostro séptimo-miedoso.
Lleva chupa de ante, abotonado de
sardineta y calzón de

153Ahora el espectáculo es nuestro y, desde este empeño vinculante, vamos a aprovechar la energía de la
unión de todos los independientes para compartir la hermandad protectora donde nada, ni nadie, se
pierda en el silencio de los abandonados a su suerte. (A ver si se atreve el viento: 17)

154Ya había tocado el tema editorialmente con el volumen Los Ángeles firmado por él y La Empresa
Invisible, pero se encargó solo de las ilustraciones y la edición. Su aportación textual fue mínima, al
adelantar simplemente el poema “El Andaluna”.

155En su libro A ver si se atreve el viento, publicado hace año y medio por la editorial cordobesa Edisur,
los ángeles dominan el paisaje como una invitación a la esperanza. (Belausteguigoitia, 2002).

156 A ver si se atreve el viento, p. 107.

203
pozuelo.
Con paso de rana y sandalia de
alcoba, lleva en la mano un
lacrimatorio de varón.
Cualquiera que recurra a la
vestimenta martirial es
perla engarzable.
Así consigue la fácil victoria
del provocador que desfila
con los gentiles tronos.

204
3.2.5.3 El vino: La Ronda de la Copa (Regalo es nacer ebrio)

Liébana, consciente, como dice en la poética que abre el volumen, de que “no existe
marginación, sino descubrimiento del margen”, se imbuye en la escritura de uno de sus
libros más vanguardistas y heterodoxos, de mejor factura y resultado. Aparentemente
un encargo institucional; o tal vez fuese al contrario: que Liébana convenciera a los
patrocinadores de hacerse cargo de la publicación de tal volumen. En cualquier caso,
saca a la luz un poemario primorosamente publicado y estructurado en torno a la vida
del vino en los siguientes capítulos -no secciones o partes de un poemario-, como los
denomina en el índice: “Introducción”, “Prólogo”, “El lloro de la cepa”, “La brotación”,
“La floración”, “El envero”, “La madurez”, “La vendimia”, “El vino nuevo” y “La poda y
crianza”.

En la introducción, titulada “Ars Poética”, aprovecha para destilar elementos que


actualizan su poética, que tienen que ver con la mezcla de géneros y, especialmente con
un elemento tan en boga en la mejor poesía de principios del siglo XXI: el uso del
fragmento:

La gramática no ha nacido para permanecer. El lenguaje es como un


rompecabezas que lanza piezas y, para recogerlas, nos hace correr de un lado a
otro.

El que crea, al estar en contra de la formulación convencional, no lo necesita,


porque tiene la certeza interior de lo que hace: está defendiendo un sitio. Ante
una imposición, poder o desprecio, podrá sentirse supuestamente ofendido. El
creador agradece toda esa energía y la reconvertirá en una raíz más fuerte.

Y es que este libro contiene dos textos, el prólogo (“Ab-Initio” firmado por “Figurantes
personajes figurados por la empresa invisible”), y el Capítulo VI - La Vendimia-, que
contienen elementos poéticos muy a la moda en la poesía de principios de siglo. Para
comenzar, el prólogo (difiere en cada una de las dos ediciones) es una retahíla
acumulativa de íncipits encadenados que componen un cadáver exquisito de gran
contundencia durante 7 páginas. Es, sin duda, uno de los textos más sorprendentes,
hilarantes e innovativos del poeta Ginés Liébana.

205
Por lo que respecta al capítulo “La vendimia”, está organizado de forma teatral, a la
manera de los liebanadramas, donde la acción se sucede entre varios personajes,
estructurada también en cuadros cuyos sucesos se han ido adelantado en capítulos
anteriores, como el caso del siguiente poema (p.33):

TALLER DE NÁUFRAGO

En la estación del banquete, el firmamento del vino


no deja entrar luces de otros sitios.
El tortolillo picotea los merengues borrachos.
Regalo es nacer ebrio. Andar mejora la tierra.
Los códigos discurren a media asta.
Su oriflama brota en el redil eucarístico
como sublime bálsamo en la gran mesa.
El vocerío de la bacanal asusta al ángelus.
La alegría entra de la mano del vino a embellecer la oscuridad.
No estoy seguro de lo que estoy haciendo al lado tuyo
y aunque me falten peldaños para subir a tus cimas,
llenas mis copas.

206
3.2.5.4. Flamenco: Cantos al amorsillega y Hospitalito a mano derecha

Es conocida la devoción de Liébana por el flamenco, por ejemplo, a través de sus


cuadernos de trabajo de los años 40, en los que recoge incesantemente letras de
muchos de los palos, probablemente con la finalidad de memorizarlos o interiorizarlos
para su discurso. Como también es conocida su colaboración en la escenografía de
algunos artistas de mediados del siglo pasado.

La poesía que publica en relación al flamenco la ha retratado Antonio Varo en el prólogo


de Hospitalito a mano derecha:

No es poesía flamenca, ni poesía dedicada al flamenco. […] Este poemario es


más bien poesía en el flamenco, un arte tan universal y único como lo es el
propio Liébana. […] Ginés de alguna manera ha inventado el surrealismo
flamenco y habría que inventar un palo nuevo que se llamara por Liebanerías. El
surrealismo es un barroco del siglo XX y ¿qué es el flamenco sino un barroco
andaluz hipertrofiado por la voz del cantaor? Neologismos, esdrújulas, juegos
de palabras, hipérbaton extremo, la elipsis o la exageración (algo tan flamenco),
imágenes fantásticas, conforman un neobarroco de personalidad propia,
liebanita. […] En la temática están presentes los tres pilares del flamenco, el
cante, la guitarra y en especial el baile, con cuyos motivos Ginés ilustra de una
manera excelsa estos poemas. Y el amor. Flamenco y amor […] Por ello es algo
más que un libro de poesía al flamenco o con flamenco. Es un libro de poesía,
sin apelativos, a secas.

Se constata que Liébana se sirve del flamenco, como lo ha hecho de las otras tradiciones
o artes, para utilizarlo como un recurso o instrumento en su poesía. No se ciñe a las
formas tradicionales estróficas de los palos; como mucho a algunas de sus asonancias.
Lo explica de otro modo Francisco Nieva en el prólogo de Cantes al amorsillega,
ajustando su influencia de las vanguardias:

Así como el Bosco glosa proverbios populares y extrae de ellos preciosos


enigmas y sorpresas, Liébana parece traducir en imágenes extrañas coplas de
un perdido cancionero andaluz. El surrealismo de Liébana, sus imágenes
visionarias -entroncados con una técnica casi renacentista- son hermanos de la
mejor poesía de Juan Ramón, Lorca o Alberti. La verdad es que nada deben al
surrealismo internacional, tan seco a veces, tan cerebral y lóbrego.

207
En cualquiera de los casos, aprovecha también el autor sus versos para dar su visión de
lo que le transmiten algunos palos flamencos, como en este caso en que compara la
seguiriya y la soleá157:

RENGLÓN AFILADO158

En una trona iba la soleá con tres barandales.


En uno llora glicinias.
En otro, a mares.
Y al tercer barandal, al pasar por tu puerta,
le entran las calambres.
Y cuando la seguiriya salía de la boca de María Borrico,
a cuartitos se nos partía el corazón.
Entonces se cantaba latín en la Misa.
La polifonía no estaba arrinconá.
El baile se arrastraba,
se cantaban letras salidas de los columbarios
escritos en los mármoles.
En las tabernas se daban zorzales enharinaos y habas corchás.
Antonia, la viuda, con gentil postura y oposición paterna,
con los dedos de sus pájaras manos metía la punta del zapato
para coincidir con los pasos sentaos.
Debajo de la falda iba su dueño.

157 Delgado Cerrillo, que se ha ocupado de la obra literaria de Liébana en un par de ocasiones (2011 y
2011b), expone en su artículo (2011): “Se trata de uno de los estilos básicos del cante flamenco. Las letras
de sus coplas responden a una temática muy amplia, desde lo intranscendente a lo trágico, pero siempre
con rebosante humanidad, destacando sus alusiones a la vida, al amor y a la muerte. Mediante un lenguaje
muy popular y aderezado con algunos andalucismos («a cuartitos», «arrinconá», «zorzales enharinaos»,
«habas corchás»…) el poeta nos introduce en el mágico mundo del ambiente tabernario, donde
triunfaban la soleá y la seguiriya, mientras sientes cómo te late el corazón al compás de la guitarra y al
son de los cantes.”

158 Cantos al amorsillega, p. 27.

208
3.2.5.5 Las formas del amor: Travesía de la humedad, La equis mística,
Cautivo placer acorazado, Notificado de una carestía

El amor desde siempre ha sido el tema central en la poesía de Liébana, y se encuentra


en todos sus volúmenes; ya sea la añoranza del amor pasado o la búsqueda del amor
verdadero, casi siempre con su estilo habitual, insólito y “antifósil”, como recuerda
García Jambrina en “Un festín de palabras” (sin fecha)159. Otro crítico, Francisco Díaz de
Castro (Ánfora Nova: 72), ha encontrado La equis mística un “verdadero torrente de
imaginación y creatividad verbal desatada, que ofrece a ratos sorprendentes hallazgos
sensoriales y que desemboca en una afirmación vitalista de la emoción y el
sentimiento.” Y es que la mezcla de sensualidad, el misticismo, el humor y la ironía son
los elementos del cóctel de estos libros de corte romántico. Otro de los críticos que se
ha detenido en este periodo, Antonio Moreno Ayora (Ánfora Nova: 90-94) apunta:

Travesía de la humedad destaca por sus rasgos de sorpresa y emotividad. El


primero se debe a la elaboración sorpresiva e impresionista de la experiencia
amorosa, revivida sobre todo en forma de episodios diversos de enamoramiento
y de gozosa enajenación. Del segundo se deduce que lo que al poeta le interesa
es mostrar un diálogo íntimo con personas y recuerdos cercanos[…] Toda su
palabra encierra una meditada sensibilidad, una aprehensión delicada del
sentimiento moroso, cuya eclosión supone paralelamente el esfuerzo por
aquilatar la escritura con un personalismo expresivo de relevante unicidad.

Se reproduce, a modo de ejemplo, uno de los poemas de Travesía de la humedad (p.35).

Yo repartí mi vida contigo. Te di la mitad de mí mismo


porque te encontré con el documento de la soledad
en la mano y ojos de mala vida sin llevarla.
¿Cuántas tardes de lluvia necesitas?
Tienes derecho a exagerar pidiendo.
Voy a poner en marcha la máquina hipotética del deseo
y el deleite será como un recluta.

No te convence que lo que más me atrae de ti


no sólo son tus manos, ni tu boca...
sino tu andar de potrillo

159 En La equis mística, culmina, por otra parte, la singular estética de Ginés Liébana, que entronca
directamente con el surrealismo y las vanguardias y con el rico lenguaje del Siglo de Oro. Versos de un
lenguaje vivo, lúdico, “antifósil” en los que se mezclan los registros y las imágenes insólitas.

209
moviendo el mosquero de oreja a oreja.

El río que me asfixia no consigue convencerte,


ni te envanece saber que el halo que desprende me enreda en un abismo.

Por la espesa senda del huerto del láudano


te has alejado con la decepción
a conformarte con lo que los árboles desprenden...
Y te olvidas de que mi leña eres tú,
de que te debo deleite,
de que te has hecho sangre mía
y de que dentro de mí
la gramática del placer exprime la jugosa fruta del telegrama
que me envía la Agencia del Corazón Solitario.

210
3.2.5.6 El agua: las liras manantiálicas

El tema del agua ha necesitado de dos ediciones del mismo volumen para que el autor
quedara satisfecho. Mientras que Luis Antonio de Villena, en el prólogo a la primera
edición apuntaba que “el sustentador, a dos manos de Cántico y del postismo, se ha
vuelto poeta de honduras”, según la editora de ambas ediciones, Pilar G. Montañés
(2014: 11-13), utiliza el tema del agua como excusa y fondo para desarrollar sus temas,
como el amoroso160, que en ocasión propician un curiosísimo aire de ensoñación:

Eres fuente hecha por encargo161


que sella su atractivo.
Si te queda crédito no me recibas.

Entra en zanja y espérame


que traigo la llave del estanque
que te vincula a la humedad
de los trapos limpios con asunto.

No me des cuartelillo a regañadientes


que el auditorio pide a voces
frases del tiempo de las ahogadillas.

160Seguirá diciendo en el mismo prólogo “En La lira manantiálica, la elección del agua como metáfora se
hace visible en cada uno de los versos. El agua como una ofrenda decididamente despojada, el hilo fresco
que conduce todo el caudal de poemas. La belleza, la creatividad de Andalucía, donde la sed es un
fundamento poético.”

161 La lira manantiálica, 2ª edición, p.22.

211
3.2.6. Última etapa. Los poemas breves, concisos: A la poesía, por su
vecindad con el bostezo, le sobran las palabras, Amores pasajeros al tren, 100
páginas para 100 años y La Caspa

La última etapa de Liébana la componen A la poesía, por su vecindad con el bostezo, le


sobran las palabras, Amores pasajeros al tren, 100 páginas para 100 años y La Caspa. La
tónica general, aunque con excepciones, es el poema breve162, certero, que intenta
alumbrar una verdad o descubrimiento, con un lenguaje más explícito y comunicativo
que el anteriormente utilizado. José Luis Esparcia, a cargo de la edición de 100 páginas
para 100 años, al referirse a los poemas inéditos de ese volumen en uno de los pasajes
introductorios (p.11) destaca justamente el “peculiar enfoque filosófico, de lo
parnasiano y de lo cotidiano; de los trascendente y lo abreviado por cercano, tangible y
decisivo para la sencillez de tantas vidas”. En una de las escasísimas notas que han
recibido los volúmenes de esta etapa (Alba, 2019), se recogen unas breves palabras del
periodista Jesús Cabrera163. A continuación se reproducen tres poemas que ejemplifican
lo expuesto anteriormente:

El trino que sale de una arquilla, ¿a quién llama?164

Certificada te envié mi renuncia


Con el sabor salvaje que tiene
La pasajera rueda que te conduce
A la arborescente embriaguez
Del encuentro.

162 Ya había ejemplos en Cautivo placer acorazado.

163 “Él escribe de esa manera porque es fruto de sus propias circunstancias: sus amistades, sus lecturas,
sus viajes, su forma de vivir que a lo largo de 98 años ha conformado una personalidad literaria que es
única”.

164 A la poesía, por su vecindad con el bostezo, le sobran las palabras, p. 8.

212
***
Es fácil atar el nudo al fugaz deleite 165
con el contento lleno de banderas.
La Nada teje la frase que seduce.
Una vez pronunciada,
pierde la omnipresencia
que destroza.

***
Los terrenos del éxtasis me166
empujan a devolverte el mobiliario.
La pinza,
el asidero,
la mascarilla del rencor crecido,
la arrogancia del balbuceo,
el último instante.
El cuarto acto con el moqueo
del llanto de las Troyanas.

165 Amores pasajeros al tren, p. 103.


166 Amores pasajeros al tren, p. 105.

213
CAPÍTULO IV
ANTOLOGÍA POÉTICA

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si me pides romero
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 l a v e l e t a 
dirigida p or Andrés Trapiello

73. Luys Santa Marina en el alba no hay dudas


74. Francis Jammes el luto de las prímulas
75. Andrés Neuman / Juan Trova alguien al otro lado
76. Susana Benet huellas de escarabajo
77. Emilio Gavilanes salta del agua un pez
78. Rafael Adolfo Téllez los cantos de joseph uber
79. Miguel de Unamuno cancionero
80. Joan Margarit nuevos cien poemas
81. Varios Autores un viejo estanque. antología
82. Emilio Gavilanes el gran silencio
83. José Jiménez Lozano los retales del tiempo
84. Yolanda Morató nadie vendrá a salvarnos
85. Juan Manuel Bonet via labirinto
86. Rafael Berrio absolución
87. Ginés Liébana si me pides romero

( Viñet a: Ginés L iéb ana )


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ginés liébana

SI ME PIDES ROMERO
p oe sías e s c o gidas
Edición de
juan carlos reche

la veleta  granada


2 0 2 1 _Veleta_G Liebana OK.qxp_Layout 2 1/3/21 19:53 Página 6

Con el apoyo de los Ayuntamientos de Villa del Río y Torredonjimeno.

AY U N TA M I E N TO
DE VILLA DEL RÍO

© ginés liébana
© de la edición: juan carlos reche

© editorial comares
gran capitán, -bajo, , granada
telf.:     · fax:    
libreriacomares@comares.com · www.comares.com

isbn: ---- · depósito legal: gr. /


imprime: comares, s.l.

Editores: miguel ángel del arco y mario fernández ayudarte

prohibida la reproducción parcial o total


de este libro sin la autorización de los editores
2 0 2 1 _Veleta_G Liebana OK.qxp_Layout 2 25/2/21 9:36 Página 7

pról o go
Juan Carlos Reche

G inés liébana nació en Torredonjimeno el 2 de marzo


de 1921. Cordobés de adopción y vocación, pinta y escribe
desde hace prácticamente un siglo. Y como la mayoría de esa
minoría que se mueve entre dos artes, tuvo que elegir. Eligió ser,
de profesión, pintor, sin dejar de escribir en ningún momento de
su larga trayectoria.
Ya el mismo Juan Bernier, en los pasajes de los primeros años
cuarenta de su Diario, resume este binomio sobre su arte deca-
dente, exquisito con un no conoció el yo jamás, sino el nosotros.
Prosiguiendo con: «Él mismo ríe de sus poesías, llenas de matro-
nas romanas y disparates a propósito de un surrealismo ad hoc:
Manzanas de un triste color isabelino».
Si hubiera sido al revés, si en su época de formación se hubiese
decantado exclusivamente por la literatura, entregándole a ella
las miles de horas que dedicó a la pintura, no puede uno dejar
de preguntarse qué monumental obra habría reunido, hasta
dónde habría llegado su poética, qué grupo Cántico tan distinto
habríamos tenido.
Sólo a partir de los años noventa se decide a publicar la obra
dramatúrgica y poética que había venido escribiendo, corrigien-
do y acrecentando durante cincuenta años. Una obra literaria am-
plísima y en buena parte inédita, cual palimpsesto que reconstruye
y refleja el siglo que ha vivido, y lucha consigo misma de versión
en versión hasta quedar apresada en la caja de un libro.

[]
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Buena parte de estas entregas poéticas y dramatúrgicas son


ediciones no venales o sin distribución comercial, siendo apenas
dos o tres los títulos que pueden encargarse en cualquier libre-
ría española hoy día.
En las siguientes páginas el lector podrá encontrar la poética
de Liébana en estado puro, es decir, ordenada pero libre, en
evolución, siempre in crescendo. En el presente volumen, que
recoge poemas y poesías desde los años cuarenta del siglo xx
hasta los años diez del siglo xxi, desembocan entremezclándose
distintas etapas vitales, históricas y estilísticas. Desde los comien-
zos arromanzados, desacomplejados e irónicos, hasta su versión
personalísima –casi nunca onírica– de las vanguardias, llegando
a coquetear incluso con el postismo. Desde los poemas con el
sello del grupo Cántico, como «Jardín del Guerra», hasta los
últimos, breves y certeros; sirviéndose casi siempre de la orali-
dad, la poesía popular y la puesta en voz o en escena como ingre-
dientes maestros.
Si llega a ser cierto lo que una parte de la crítica comienza
a mascullar cada vez más frecuentemente sobre la poesía del
siglo xxi, las nuevas generaciones de poetas tienen en Liébana un
referente tan rico, caudaloso y difícil de imitar –por singular–
como imprescindible.
Se dice que tras el agotamiento de ciertos caminos estéticos
o posicionamientos carcas del yo, tras una acumulación cada vez
mayor en el vacie de las palabras y propuestas hueras, la poesía
habrá de tener en un lugar central –por la mera naturaleza de la
Ley del péndulo– a esos poetas que basen su poética en la conse-
cución de una voz propia, original, reconocible.
A diferencia de los viejos pinchadiscos, que poco más hacían
que decidir el orden de las canciones y su duración para generar
las emociones en el respetable, el disc-jockey decide qué tradi-
ciones entran por las líneas y calles de su mesa de mezclas, qué

[]
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efectos de envío se asocian mejor a cada tono e instrumento, qué


inserciones se necesitan para conseguir una frecuencia propia,
o de qué manera amplificar un efecto para conseguir el balance
adecuado que conviva con el resto de la pieza, el disco y el estilo.
Algo así parece que le toca al poeta hoy día, luchar contra el
agotamiento que la postura inflige a la forma. Concebir su poética
como una mesa de varias entradas (tradiciones), con un gran
abanico de pistas (registros) y efectos. Hoy día para lucir una voz
propia (no necesariamente pura) es necesario saber mezclar,
haberse impregnado lo más posible de escuelas, tradiciones y
estilos; en definitiva, estar algo ducho en el uso de la macroin-
tertextualidad.
Atrás quedó el saber moverse solamente entre ciertas calles,
acompañarse de altos y bajos para organizar los coros. El poe-
ta –Liébana lleva la vida intuyéndolo– es un rehacedor de tradi-
ciones sin complejos, que mezcla vanguardia y oralidad para
ecualizar su poética.
En Liébana no hay solamente un tono porque no bastaría para
tanta oportunidad, para tanta fantasía; hay una voz mayor que
acompaña su postura ante la ternura y la pérdida; y un saber
crear ocasiones a vida o muerte para involucrarse hasta el dulce
dolor, y no salir de ellas.
Estamos ante una voz extremadamente rica porque no ha
desdeñado nada verdadero en su formación, porque ha encon-
trado siempre la vía del riesgo en todas las escuelas que ha
frecuentado, en vez de procurarse la línea de fuga.

[]
2 0 2 1 _Veleta_G Liebana OK.qxp_Layout 2 25/2/21 9:36 Página 10

esta edición

L A presente edición supone la primera antología de la extensa


obra poética de Ginés Liébana. Se ha realizado con carácter
panorámico, seleccionando algunos de los textos más represen-
tativos de las más de veinte entregas poéticas publicadas por el
autor hasta el momento.
Se ha seguido el criterio cronológico de publicación, aun
siendo conscientes de que éste no siempre coincide con la crono-
logía en que fueron escritos y reelaborados los textos incluidos
en cada entrega.
El origen de los poemas puede consultarse en el índice. En
la sección «Sueltos e inéditos», el poema «Jardín del Guerra»
pertenece al Libro azul (1947), inédito; y el que cierra el volu-
men proviene del catálogo Acorde de duende, que recuerda la
exposición de nuestro autor en el Museo de la Real Casa de la
Moneda de Madrid en 2019.
Se han corregido erratas de las ediciones anteriores y actua-
lizado las normas ortotipográficas. El autor ha introducido
variantes en algunos poemas con respecto a la primera edición
y ha decidido publicar este volumen sin dedicatorias. Asimismo
ha querido incorporar a su estilo (en redonda) vulgarismos,
coloquialismos, neologismos o expresiones dialectales.
Vaya mi agradecimiento a Mateo Liébana, la familia Palacio
y Antonio Lara.

[  ]
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biblio grafía p oética

Si la Marlene viniera, Rafael Inglada Ediciones, Málaga, 1987.


Sostenida bajada continua. Introducción de Luis Antonio de Villena. Menú,
Cuenca, 1996.
Donde nunca se hace tarde (El viento pasa tarjeta), Endymion, Madrid, 1996.
Can Can-Cántico, Un Papel en el Agua / Noches de Can Can, Córdoba, 1999.
El excelente inolvidable, La Nube de Goku, Córdoba, 2000.
Brocamanto (Notificado de una carestía), La Nube de Goku, Córdoba, 2000.
Síntesis. Edición y prólogo de Juan Ruano León. UNED, Córdoba, 2000.
Manantiálica, Ayto. de Montilla, Montilla, 2000.
A ver si se atreve el viento (Sobredios de la travesura). Introducción de Feliciano
Delgado, Edisur, Córdoba, 2001.
La tarde es Paca. Diálogo de Carlos Villarrubia y Ginés Liébana. Endymion,
Madrid, 2001.
La Ronda de la copa (Regalo es nacer ebrio), Ayuntamiento de Córdoba, Cór-
doba, 2001.
Travesía de la humedad. Prólogo de Ana Palacio, Ánfora Nova, Rute, 2003.
El andaluna (Linaje del sur). Nota de José Luis Rodríguez de la Flor. Edisur,
Córdoba, 2003.
La equis mística. Prólogo de Carmen Calvo. Edición al cuidado de Antonio
Roche. Biblioteca Nueva, Madrid, 2005.
Cantos al amorsillega (Claves para consonar la compasión y el grito en la zanja
de los columbarios flamencos). Prólogo de Antonio Garrido. Ayuntamien-
to de Villa del Río, Villa del Río, 2009.
Cautivo placer acorazado. Introducción de Pedro Larrea, Ayuntamiento de
Villa del Río y Diputación de Córdoba, Villa del Río, 2011.
Notificado de una carestía. Prólogo de José Luis Rey G. Ruiz de la Prada,
Diputación de Córdoba, Córdoba, 2012.
Hospitalito a mano derecha. Proemio de Antonio Varo Baena, Andrómina,
Córdoba, 2014.
La lira manantiálica. Prólogos de Luis Antonio de Villena y Pilar García
Montañés, Antígona, Madrid, 2014.
A la poesía, por su vecindad con el bostezo, le sobran las palabras, DeTorres
Editores, Córdoba, 2015.
Amores pasajeros al tren. Prólogos de Jesús Cabrera et alii, DeTorres Edito-
res, Córdoba, 2019.

[  ]
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si me pi des romero
(poesías escogidas)
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si l a marle ne vin iera


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si l a marle ne vin iera


Que buen caballero era
r. alberti

SI la Marlene viniera
a verme a mi casa un día,
¡qué bien la maquillaría!

Tan pronto la vestiría


de traidora cupletera
como de gran forrajera
del cuartel de Platerías
con uniforme y bandera,
que al verla el orbe diría:

Es Paca la Baldomera
cuando se va al ser de día
a su cuarto de ramera.

Como flamante viajera


con gusto la llevaría
para que el gentío la viera
en un tren de Andalucía.

Y si de mí se tratara
su peluquero sería,
haciéndole en la cabeza
–con mis lacas–
una torre de Ataujía.

[  ]
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Hay que ver cómo destaca


esta dama el corretaje:
en la legión la conocen
como la flor del menaje,
el lujo en el correaje,
la braguita chochetona
con sus rajitas de encaje.

En lo suyo fue primera,


no hay nadie que la aventaje.

¡Qué buen caballero era


y qué abencerraje!

[  ]
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sostenida baja da c ontinua


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PARA agrandar el camino que me llevara


donde tú te escondías
me hice talador
como si eso fuera razonable.
Ocupé mi tiempo arrancando maleza.
Me fui acomodando a aquel engaño.
Con el afán de verte perdí la orientación.
Un día te vi llegar con el cabello revuelto
por el viento del estrecho.
Me senté a verte pasar
y mirar los pliegues de tu vestido.

Medio salí contigo.


Me gustaban tus ventanas.
En ellas estaba enmarcado el inciso vacío
que los dos arrastrábamos.
Aquello no tuvo explicación
por ser manjar no conocido.
Ya que estás aquí, no me frunzas los labios
sé dulce conmigo
que te voy a llevar a una isla
que está dentro de mí.

[  ]
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d onde nunca se hace tarde


( el viento pasa tarjeta )
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el eremita estrena l a p ortada

BENDIGO la oportuna pasión que ni yo mismo sé a dónde


[me va a llevar.
Soy poeta ágrafo. Para sentir, transmito.
No emprendo lucha con lo que llena mi fondo de ansia.
Lo que en mí piensa libre me conduce a compartir el placer.
Las sensaciones hacen que la luz sea leyenda.
El sitio donde mi río se dispersa no se ve.
Lo que conmueve sólo se distingue en la transparencia
de un secreto lleno de ecos,
donde aparecen las intrincadas fiestas de la vida.
En la casa de la imaginación no existe la culpa.
Antes de entrar en ella, yo era un niño, un brote
que quería ser árbol, que ignoraba
que la belleza era la máxima perversidad.
Las trompetas destempladas de la puerta de Tannhaüser
me dejaron entrar en un mundo invisible que me pertenecía.
No tengo miedo a perder mi sitio porque nunca lo tuve.
Pienso y escribo sobre imágenes, y siempre estoy de paso.

[  ]
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los estorb os fríos

YO era vernáculo y quería merecerte:


entrar en tu cronómetro,
ser tu profesor de baile...
En la geometría de mi desorden
tengo un sitio para divertirte.
¿Qué te está pasando que no vienes?
Para convencerte, me queda una razón:
nómbrala tú como quieras,
ponle tú el nombre.

Cuando abramos la puerta al tiempo


del comienzo,
vamos a sorprendernos
con la flor tardía que acaba siendo fuego.

[  ]
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rechazos de oferta

TU inestimable amor no me lo merezco;


prefiero pasearme por el bosque:
¡soy un fresco!
Me gusta morderte el pescuezo
para inflamarme de infamias
y sentirme víctima de la incomprensión
en la acera de la poligamia.

Me gusta sentarme a tu lado en la pajarera,


ponerte boquita de feto, ensimismarte,
ofrecerte copas, quitarte la capa,
beber amor contigo
en las tabernas de Malasaña.
Soy un pata ocre. Mi gritar es roquero
y mi egoísmo extraordinario.
Detesto el desposorio.
Odio lo que deforma el cuerpo el culturismo.
Me cansan los acuarios porque siempre ocurre lo mismo:
me aburre el comunismo
porque siempre ocurre lo contrario.

[  ]
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madrigal revestid o

CARA de globo bonito,


merecedora de apellido fino, manjar de adorno,
juego amante con las alas cerradas,
donde ocultabas los deseos...

Te conocí entre el naranjo y el pacífico.


La luna salía a la naturaleza.
Yo quería que fueras mía,
para llevarte al Jardín hundido.

Para hacerme amar no te llamé.


Te abrí la puerta como una diosa que vuelve
del viaje quimérico.

Nos dimos los recados boca a boca,


sin pronunciar una palabra.

La madrugada esparcía su cuentahilos


atesorando los compuestos instantes
en los caminos que conducen
al cielo discontinuo.

[  ]
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atrapad o

EL invierno a tu lado era una plantación:


a los momentos contigo le salían ramas.
Teníamos ruedas.
En esos viajes de vivir desatado,
abandonamos la vigilancia,
se nos partió el eje
y a la dicha se le cayó la cajita de llamas.

Confundido en el beneficio de tu cara,


por primera vez en mi vida tuve miedo.

Intentando reparar lo que no quería sanar


te pasé a mis sentidos.
En aquel matorral fui un suplicante de rodillas
que no sabía qué hacer, ni dónde ir,
con las ganas que sentía de volver,
en la armonía no fingida, de la preciosa
calidad de tu amor.

[  ]
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l a c ompañía voltea da

EN el tambor de tu persiana, hay un nido.


Un carbonerillo portarramillas perdió su cría.
Desamparado, rompe el frasco del sosiego
y demanda palitroques a un ángel,
una talega llena de tesoros
y un planeta pintado.
Y a mí me pide un frasco de tinta
para manchar, con un borrón,
la página que lo condena.
El pájaro enajenado
vuela sobre la maraña de las casas,
olvida la obediencia y espera
que la eternidad le conceda visita.

[  ]
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cita de l a baja nube

NO voy a salir de lo peor.


Tampoco lo deseo.
Voy a extremar la vigilancia del tiempo,
a esperar que el árbol de tu amor otoñe.
Tener grande el corazón te ahoga.
¡Qué bien sabe el aire que te abre la puerta!
Dividiré en treinta pasos
el camino que me conduce
al pensamiento-cita, que llena de destrozos lo irreal.

Las noches no son frías;


ven pronto, que el placer tiene prisa.

[  ]
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malhumoroso

ME aconsejaron que no hablara contigo los domingos,


y yo me decía:
Ella no me quiere y, cuando estoy a su lado,
no sé decirle otra cosa que las ovejas me chocan.

No es mi enemiga, y me destroza.
¡Maldita sea la hora en que me enamoré!
(¡Esto es peor que el paro!). Esto es daño de verdad.
¿Qué va a ser de mí?
Ya sólo toco el piano para los conocidos.
La dolencia atractiva es estar metido
en la amargura del deleite.

La sola cosa que yo puedo decir


es que ella no me debe nada;
el que le debe soy yo
y ni siquiera puedo precisar
si eso que le debo es tortura
o tronco de paraíso
fuente que mana
o lágrima perfumada de luna.
Ahí me las da todas, don Amor, verdugo deleitoso.

[  ]
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pl aneta se creto

NO quería estar vinculado a la desdicha,


por eso te puse LATA.
Lata como sonido estorbo,
defensa, desafío...
Las sensaciones tomaban cualquier puerta
como suya, sin reparar en rótulos
ni señales prohibidas.
Así empezó el retablo de los fingimientos,
los encuentros en el agua que no sube del suelo.
Para que lo que deseábamos fuera verdad
no nos defendíamos.
Heridas y placer llevaban máscara
(los recibíamos con la cabeza alta)
y callábamos lo que no se podía ni pronunciar.
Por ello, te llamé lata, ardilla,
bailarina sentada, planeta secreto.

[  ]
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puerta de l a carta

EL que me diga que la familia del Ángel de la Trinidad


no viene de la Divina Comedia está equivocado.
Tener el privilegio de ir en el cortejo,
montado en un caballo, lo acredita.

Lleva una faja llena de requiebros,


banderillas contrapicadas
y una bandeja para los telegramas.

Su reverencia, libre de cargos, pasa los Arcos.


Y el corro, a su paso, le arroja papelillos
antiguos y mancheguitos.

Las niñas del Kiryeleison, enamoradas de su factor


gracioso, dan paso y pisotón, delante del diablo
negromulato doblegado.

Entre pañoletas y arrumacos de pájaro,


la noche cambia el agua a las aceitunas.

Y todo llega a su cumbre


con el arrebato de lo que sobra,
cuando el Arcángel de la plaza del Triunfo
se pone alerones en los tobillos
y salta a la rampa más alta de la sorpresa.

[  ]
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visitación, l a verdul aga

VERDULAGA!
Por donde pasas, esparces fuego.
A tu lado, el amor brota.
Lo inspiras sin forzarlo.
Lo hablas sin saberlo.

Sales sin arreglar como una nave


despeinada en el viento,
y parece que vas despendolá.

Para que no se levante tu vestido,


llevas los falsos llenos de mostacilla
y el zapatito abotinao.

Por estar una noche contigo,


se dan los dineros besaos.

[  ]
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sainete que sale del armario

CAMPOAMORANA Peña, corta de ideas,


bordaba capotes.
Con vaivén de paso, paseaba la calle.
La madre detrás.

Iba vestida de hogueras;


sus ojos, fogata, eran dos demonios
encendíos. Su madre detrás.

Yo era un muchacho salido de las galanterías,


una mitad de mí era un estorbo,
la otra mitad, ventura libre.

Fui a pedirle a la Campoamorana


que me prestara el amor que le sobraba.
Estando presente la madre
sentí el terror de ser cogido
en placer ilegal.
Esto hizo que yo fuera arrestoso.

Las cosas pasajeras acaban siendo culpa.


Así aprendí,
y al fin, nos entregamos:
sin papeles, sin pruebas,
sin puertas, sin ser vistos.
Detrás de la apariencia.
Ni siquiera la luna se enteró.

La madre detrás.

[  ]
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canción de embalo

HUYE que viene la turca


con su colgante, rabiosilla
de gesto, nariz de Dante.

Bajo el techo bajito de la caseta


se encuentra a Juan de Usted,
le da charleta
y le entrega un chequito
de cuaderneta.

Duérmete, niño;
la rama es tuya;
guijarrillo pelón,
que vienen los muleros
de la patrulla.

Duérmete, niño,
hierba lobera,
que pasan contrabando
por las zorreras...

Y, en la saleta,
Juan acosa a la turca,
con su escopeta.

[  ]
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escenario que evita


e l arabe s c o

QUÉ alegría!
¡Qué sola se ha quedado la Gran Vía
después de la bomba H!
Sola con sus edificios.
Los automóviles huyeron.
Unos a Coslada,
otros a Alcobendas,
los que más se alejaron
en Burgos los alcanzó la onda.

La patria está colapsada.


Madrid, vacío.
No queda nada vivo;
cucarachas, ratas, gatos, ni
un perro, ni un mosquito ni
una mosca, ni un lorito.

Ya se acabó todo lo que se movía


por eso se ha quedado
tan sola la Gran Vía.
Por fin la bomba, que nada parte
que nada destroza
que respeta el arte.

Soledad de las casas,


el silencio es como una losa.

La ciencia nos ha traído


una gran cosa.

[  ]
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hermétic o b olero
de l a primera peseta

LA primera peseta que yo tenga,


me la gasto en anís Machaquito.

Con la segunda peseta que yo tenga,


te costeo un viaje al cabo Machichaco.

Con la tercera peseta que yo tenga,


me compro pala y pico para plantar pinsapos
en la acera de enfrente de tu casa,
esperarte en la sombra y que tu padre no me vea.

Con la cuarta peseta que yo apañe,


te compraré una perla que aguante tu mordisco,
una tacita llena de deseos
y un muñeco que hable un lenguaje afectivo.

Y, con la quinta peseta,


compraré los pedazos de mi roto corazón
para recomponerlo entre tus brazos.

[  ]
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l o s ag acha d o s l eva n ta n u n e spe j o


( escenario honra )

AGOTÁBAMOS la única llama por ahorro.


Hablábamos porque teníamos frío;
al mismo tiempo, nos reíamos.
Como no comíamos, éramos educados.
Estábamos viviendo un momento hugonote.

Esto dice mucho a favor de la higiene.


Yo era hija de cubana y padre manchego.
Con mi blusita de crucigrama,
yo trabajaba de internista: estaba satisfecha
y mártir.
A las siete, nos sentábamos a recibir visitas,
que nos traían suizos y mojicones duros.
Tardábamos mucho en decir lo mismo
para llenar la tarde.
Estar escaso de pecunio bastaba para divertirnos;
merecía la pena adecentar las dificultades.
Disminuidos por la capuchina del café y el licorero,
recibíamos la escudilla del caldo económico.
Los pobres sólo reciben lo que se les parece.
Entonces no existían las tentaciones de la mesa;
no había donde elegir. Eso nos tensaba los labios
por falta de la proteína bélica del amiloide.

La familiaridad con el lujo borra el misterio.


Sólo nos quedaba, del antiguo boato,
un armario de tres lunas.

[  ]
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el visitante de l a cañamera

HEMOS cazado un hombre con alas de gran tamaño


en el bosque de Majo Pulido;
un sujeto pudibundo, cara seminarística
que, por desgracia, después de ser herido por la bala,
cayó en la mefisto-trampa que puso Paco Magno.

La gente de chapa está que suelta chispas


por no haber reparado, al menos,
en lo bello de su fajín azul a ráfagas
y su chaleco gris de plumas,
antes de dispararle.

En un esfuerzo lingüístico, bostezo prolongado


y con voz de comodín patinato con labor de oro,
hemos podido saber que se llama Stilitano
y ha dicho, ante nuestro asombro,
que, como artistas que somos,
debemos corregir el agravante desordenado del mundo
no matando más pájaros.

Y, con un fondo musical de trinos agónicos, y toques de caña,


nos ha enseñado, en su pálido torso,
un punto rojo por donde entró la bala.

[  ]
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b oda en san sebastián


de l a calle ato cha

el sacerdote: –¿Aceptas como esposa a Manolita


Malasaña, sea en las alegrías como en la adversidad,
en la Prosperidad como en el Pozo del tío Raimun-
do, en las penas, en peloteras, en Chamartín de la Rosa,
en Entrevías, en la Concepción, en Vallecas, en Ca-
nillas, en el barrio del Pilar, en la Fortaleza de Peña
Grande, en Cuatro Caminos, en Palomeras, Mano-
teras, Orcasitas, en Moratalaz, en la Cruz de los Caí-
dos, en la Estrella, en Barajas, en la Feria del Campo,
en Aluche, en Campamento, en Carabanchel Alto, en
la Arganzuela, en Ribera de Curtidores, en la Latina,
en el Parque Sindical o en el Retiro?

el novio: –Sí, acepto; Madrid me mata.

[  ]
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l a trampa

FUISTE la flor de papel de nieve


en ella quedó escrito mi destino.
Me estaba enamorando de ti y no lo sabía.
Ni podía decírtelo.
Para verte temprano, me iba al oratorio.
Tú me atrapaste con un nudo;
yo lo deshice con una travesura.
Así, nos conocimos.
Despacio, fuimos poseyendo un tesoro
que cambió la forma de tratarnos
en el área de aquel sueño prohibido,
construí mi destierro trabajado.

[  ]
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imitad ores de secano

LA tradición de la «Empresa invisible»


se halla en la dignidad que tiene lo no nombrado.
Está presente en el aire, y no la notan.
Paralelamente a los autonominados,
desfila en la misma pasacalla de la cuadrilla.
Son los callados que mejor enmudecen.
Pendientes de marcharse, viajan sin
quedarse en el riesgo. Ocupados
en los juegos de la emoción, les pasa
un cuerno por la ropa, sin tocarlos.
Rompen los palos y no se enteran,
debido a la deforestación, están
facultados para arracimarse como
arañuelos, a los frutos de una palma,
para vivir absueltos entre
los ángeles liebanitas del desierto animado.

No se saben anhelados
ni tienen la jerarquía que necesitan.
Un pie en lo visible,
marcando el solo paso que le permiten dar,
es la única prueba de que existen.

[  ]
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can can-cántic o
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re sta p oética

EN el catálogo de los paisajes que duermen


[en el lecho de hojas de maíz
viajas en carritos
tirados por cabras.
Las hierbas son virgilianas pero no
necesitas expresarlo con exactitud.
Cuando cruzas a caballo el río
ves cómo maduran las uvas albillas y las pajareras.
Los estorninos lo saben
y a bandadas las devoran, no hace falta
explicarlo demasiado;
en el amor suceden tantas cosas al
mismo tiempo que es imposible
decirlas todas.
Por eso mi tristeza se entretiene en
el vacío
y se viste con los pliegos de sus pensamientos.
¿Dónde está la identidad de mi espíritu? El
viento quejoso sigue impidiéndome su
entrada al condominio
donde crecen las marañas de horas en la confinidad
que le sobran a los enredos que nos unen.

[  ]
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enigma

TÚ eras una Venus con chapines,


un lirio con sombrero de paja,
una tonta con coronita,
un licorcito que anuncia un compromiso,
un pastel pequeño con documento respetado...
El terreno cerrado donde crece
la flor de la comprensión,
la dicha cercana,
el manjar deseado...

Mi corazón no sabe cómo


cuidarse la congoja que
vive preguntándose el
porqué de tu ida.

[  ]
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ros a, ros ae

PARA hablar del desvalimiento de la Rosa


hay que aclarar que a la rosa no se le exige
inteligencia, y menos a ésta que desconoce el latín.
El padre de ésta ejercía
de rosal en cuneta de huerta.

En su desvalimiento, la Rosa, momentos


antes de encenderse se despide de su padre.
Dentro de ella duerme un sentimiento
que no sabe otra cosa que decir ¡adiós papá!
Y como tampoco sabe contar ni escribir
le deja una misiva pétalo.

Un pino mozo la cuida.


A la hora del viento sacude sus ramas
para humedecerla.
Los emblemas de la imaginación llevan
botonadura brillante y se ocupan de confundir
su inocencia.

Para refrescar su dominio se interrumpe


la noche y el amor guía sus pasos
detrás del vehículo del florista vendedor
que la traslada a la calle del cementerio
de Santa Escolástica.

[  ]
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b olero de l a pecad ora

PECADORA,
quédate que va a nacer el día.
Yo te traté.
Te quise. Te quería para siempre.
Pero tú eras ropa cara.
Te atraían los lazos, las trampas,
las maniobras, las apariencias...
Yo no sabía cómo cerrar la puerta
para que no te fueras,
para que no te llevaran los ladrones
de cuerpo de mujer.
Pero el comprador que te buscaba
metió prisa al cliente.

Cuando la línea del amor


entra en el apartado de los números
se inclina hacia el silencio.

Porfías en llorar. ¡Para ya ese llanto!


Yo te avisé, pecadora, monedita de oro,
superficie bonita, mujer vendida...

[  ]
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papel a del pellizc o de una diosa

FUSTÍGAME la sinalefa.
Flamelamelá,
flamelamelá.
Con el tallo de la adelfa
dame la caramelá.
Del zarzal sale una vela,
apagamelá, apagamelá,
quítate ya la pamela,
camelia de columela.
Apartamelá,
apartamelá.
Y si te ha quedado tela
regalamelá,
regalamelá.
Quiero calmar mis candelas,
acaramelada vela,
tráemela cortada ya,
traémela ya caramela
con la carita lavá.
1979

[  ]
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el excelente inolvidable
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re pa rto de una trasmisión

AUXILIADORA –la mal tocada– lamentera, a veces,


desmayada en bañera, ha mucho tiempo que me de-
satina. Lo que ella lleva debajo de su vestido, lo sabe su
padre que fue modisto.

Con la ropa mojada, tiene aire de estatua. La pobre


tonta como no puede calmar su sed, lo de descorchar
botellas, lo lleva muy deprisa. Algunas veces manifiesta
sus deseos cantando, y otras desemboca en silencio...

Un celador le dijo: Hágase una clientela, señorita Auxi-


liadora. Deje de compadecerse, que algo no se ha perdi-
do todavía. Cumpla su vuelo, persuada con sus labios. A
usted se la ve sabrosa, Auxiliadora, pídale a su belleza
información. Sus húmedos ojos siguen siendo navega-
bles. No se enrede en la confusión, ni haga de su amor
una cadena perpetua de plazos. Mejor sería que no se
prohibiera tanto lo deseable.

[  ]
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se nsualda da silva e n el espejo

LA manualidad de un fabricante artístico


la pintó desnuda como la Venus de la Torta
con la delantera de levante y el alarde
de la rodilla abocetada.

Dulzainera, mora de alicorta juventud,


capitana de danzas que se vende a pedazos
con tacones de arpa.

Antes de que los feriantes te cortejen


y te salgan novios por las calles,
ya que somos válvulas de un mismo afán
desvélame lo que será tu transparencia,

cuando seas mueble mío y me sobrellenes


en un domingo tuyo con gruñidos y música,
delante del retrato hablado de Dios...
Cósete a mí, como un apéndice
que voy a llevarte a la Lusitania
al palacio da Pena
abajo Sintra.

[  ]
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séneca escénica

POR trasladar los cántaros del pozo al cortijo


la llaman Samaritana.
Las horquillas prendidas en su pelo
se las quita el pensaor cuando es de noche.

Reparte el pienso y el agua que los animales


necesitan cuando es de noche.

El aire arrastra las orillas del cabello


de esta arrogante samotracia que en
los montes descubrió la salvajía.

Un pájaro morisco en el campo abanico de las ramas,


atraído por una redacción de flautas entra
en su alcoba sin espejo.
La samaritana no se mira cuando es de noche.

El pensaor la interpela:
Samaritana descuídate una mijita y préstame tu cuer-
po que está mu descuidao; después hablamos. Te traje
estas brevas. Esta que está más dura para ti y la otra
más tierna la cojo yo.

Y ella le contesta:
Pensaor, tú no me vas a comprar lo que no sientes.
No sé hasta qué punto tener una breva nos obliga a
comerla. Guárdala que no tengo hambre. Deja por
ahora la jamansia. Despéiname si quieres que las
cosas tienen sus comienzos y encenderlas lleva su
tiempo, pensaor.

[  ]
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el excelente inolvidable

PORQUE te quiera dar los buenos días,


no me abras la frente a la aspereza.
Detrás de gastar lo andado,
todavía acumulas méritos.

Conservo una medianía en campo abierto


con agua disponible,
un trono en una choza con buenos vinos...
una bombonera,
y una imagen de candelero para que tú la vistas.

... Cachejos de ternura, toques de confianza,


una pena compañera con sabor a gloria
y un deber para suspender las palabras inútiles...
variantes del tacto,
variaciones del freno en la fatiga,
sonido de campanas, fuegos cruzados...

... para cortar las trabas


y evitar lo maligno,
un cuchillo y una venda en los ojos.

Para no ver la maniobra borrascosa del destino,


obstinado en apropiarse
del compartimentado escondrijo
que el amor tiene para sostenerse.

[  ]
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bro c amanto
( notificad o de una carestía )
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invención a d os vo ces

PÁJARO Pablo,
trino de paraíso en la dureza de un páramo
que no excluye tibieza.

La luz se derrama sobre el de Tarso y tú,


caídos del caballo a la escucha
de la críptica tabla del porqué me persigue.

Cronista de fanal, rima la crónica martirial


de la hija de Jefté.
Como San Fernando, sastre de María.
Detrás de las barreras de lo conformado
entra bajo el arcosolio a la cámara
del soñar atractivo donde se practica
el credo del bosque.

¿Quién niega el atractivo de una confidencia


que pone vendas a la herida nube,
salta los escaños y muestra la tarjeta fija
al relato ácido?
El aire lo sabe y se une al secreto
que alcanza la espesura
donde el placer vive apartado.

La coral del carrillón sobre una marimba


de cristal entra en la rueda
al frente del antiguo muchacho
que marca el paso del cortejo
sombrero al aire.

[  ]
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La piedad llama a la ceniza;


para reconvertirla se acicala
de bizantinas palabras
en la andrajosa púrpura
de Córdo-barroca.

En ese empleo visita los municipios


de la imaginación para saber
qué lleva dentro el arca del lenguaje
que atrapa con deleite...
que le empuja a vestir de amarillo y gris
la clave que borra los rótulos
con lujosas fórmulas.
La ansiedad insinuada no tiene carnet.

[  ]
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marcha de l a ceremonia del turc o

PARA dar lustre al desfile


lucen colchas de alcoba en los balcones
–Jaulica manda perdiz–.

Asoma a las crianzas que vean el cortejo,


y ponte la cogulla que ya está ahí la banda
aflautada de Malvachinas.

El perjugalero, con la ofrenda del vino


recién salida del cáliz, viene al lado
del primer estandarte.
Al fondo ya lucen los cirios del genético Cristo
del Monte bético. La imagen es de roble activado.
Compungidas firfitas sostienen
los guardabrisas del paso horizontal de estilo.
Varas de palitroque alto levantan los claves.
Para que quepa el oriental dosel
se han modificado los sistemas.
Las andas, la escofia, el alzapaños
llaman la misma atención que la zozobra
de Aristóbulo, el compungido soldado
que intenta conciliar a Cristo con Pilatos.
La moza de la jofaina le ofrece agua
en el mandil de frutas.

Suena el crujido hereje que relata


la página de la Biblia sinaica.

[  ]
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sí nte si s
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hermétic o b olero

VENGO de navegar por el campo


de tu mirada,
y del aliento de lo distinto
con la fiebre de atar cabos,
y hacer nudos con tus cambios
de luna.

Vengo a ahondar ansiosamente


en lo que no tengo y a echarle
cara a lo que no se recobra.
Vengo del cielo que llena de energía
mi deseo, de la sombra que dejó
tu descuido y del placer evocado
en el asentamiento de la tentación.

Y para inundar los inventarios de


la fantasía y bajar la pendiente que
borra los pasos de la desazón,
vengo a despedirme y a buscar el
embroque perdido de tu amor.

Vuelvo del olvido.

[  ]
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pe rfile ra

SI te pido romero, será por algo.


Vente conmigo a ocupar la constelación
que se alimenta con aportaciones tuyas.
Despréndete del código del miedo
porque vengo a protegerte.

Andar tiene continuo.


La paciencia no es débil.
Confío en el destino porque conozco
bien el lugar que ocupas.

Te traigo mimos de incienso carbonado


para amarrarte al vínculo húmedo
que brilla en la hierba.

[  ]
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apriorístic o

EL ángel custodio de la lágrima dórica


tiene presencia que vincula y
rostro séptimo-miedoso.
Lleva chupa de ante,
abotonado de sardineta
y calzón de pozuelo.
Con paso de rana y sandalia de alcoba,
lleva en la mano
un lacrimatorio de varón.
Cualquiera que recurra a la
vestimenta martirial es
perla engarzable.
Así consigue la fácil victoria
el provocador que desfila
con los gentiles tronos.

[  ]
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ho guera inmu ta da

CUÁNTAS tardes de lluvia necesitas?


Tienes derecho a exagerar, pidiendo.

Tu violín quiero oírlo siempre.


Te acercaré una lámpara y me pondré
a escucharte. Más aun, vendré
a conducirte aromas que despierten tu sed.

Voy a poner en marcha la Máquina Hipotética,


dispuesta a despeñarse en el barranco del deseo,
donde la soledad te mira con descaro.

Cuando el ondular del agua que te inunda


se convierta en deleite, dejaré de ser recluta
de tu amor.

El misterioso bloque de tus ramas


puede ayudarme a oscurecer
la ceniza que yo guardo
en el trasfondo de mis sueños.

[  ]
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gui tarra

AUNQUE suene a campana rota,


a sinfín cansado,
a fluir sin respiro,
a abismáticas escobillas de jazz
en la madrugada del Harlem,
bájame la cejilla al quinto,
que me voy a entonar para cantarte
un pertinente recitativo
donde te repita, por centésima vez,
que el arrepentimiento es cosa importada,
que el desencanto no debe derribarnos,
que he llegado a parecerme a ti de tanto mirarte.

Peleamos en un campo de batalla


donde no se sabe quién es el enemigo.
Seguimos sin hablarnos.
En este concierto de agua muda
vamos a tener mucha sed.

¿Quién maquinó este trance?


¿Quién tiene la culpa de todo esto?

Nuestra quietud es lo más


movible que existe. Si te acercas a mí,
otra vez se ampliará el espacio.
Los dioses nos prestarán sus cetros
y el placer que va por la otra orilla
se vendrá a la nuestra.

[  ]
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Alguien nos puso de frente.


Eran personas.
No se trata de un genitivo sajón,
ni de un talento agigantado por la teoría.
(Mi índice altivo era copiado).
Fingí desdén para atraerte.
La culpa de todo la tienen
el Impresionismo y El Danubio Azul.

[  ]
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el peso de lo edénic o

DE los amantes se espera que sepan mentir


en los poblados del espíritu.

La sombra del placer


no es oscura,
sino una defensa
soto-amurallada que
se inclina por la compasión.

El día llena tu mirada


a través del pensamiento
mudo. La mañana no habla.
Los confidentes
tardan en despertarse.
Desde dentro de esa transparencia
le he puesto tabla
a la corriente de tus ojos
para que yo pase por encima
sin mojarlos.

Y para arreglarme
con lo que ya no existe
no voy a destruir el diálogo
que mantengo
con la nada que llevas.

[  ]
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paseo que desc ono ce

POR donde paso no sé enfrentarme


con tu seducción.
Te suplico que respetes la otra
cara del obsequio, ya que la
tarde se ha puesto de etiqueta
para recibirte.
Quiero encontrarme
con los mismos ojos:
el análogo síntoma de fortaleza
para que me devuelvas
la convocatoria del vacío restaurado.

Dado que tu tropiezo


es cómplice de tu bello
silencio, voy a madrigalizarte.

[  ]
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manantiálica
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pre á m bu l o

LO que tiene sentido verdadero


es el esfuerzo que hago para ser feliz.
La mañana miente
si pregunto por ti,
y corta los hilos de la bienandanza:
sólo me quedan
dos centímetros de alma.
Cuando se pierde el misterio del número,
hiere desconocerlo –el dolor come lágrimas
y colecciona relojes
sin hacer caso
de las horas–.

Lo que tiene sentido verdadero


es el esfuerzo que hago para ser feliz.

[  ]
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arre bato irre fl exivo

CUÁNDO habrá un día como aquél?


La lluvia arrojaba trenzas de cristal
en el viento nublado de los agravios.

Los reproches incendiaban


las tallas del diálogo
y extirpaban astillas al insulto.
... y en la antesala anacreóntica,
a pocos pasos de la cruenta batalla,
un tapicero le hacía los zapatos
al placer con seda de Madrás,
y nos reconciliamos.

El aire por ser leve


no respeta la entrada
al recinto sellado del amor.

¿Cuándo habrá un día como aquél?

[  ]
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a ve r si se atreve el v ien to
( sobredios de l a travesura )
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ángel anac olu to

EL jugador de la baraja mística


ha elegido el huerto
del adulón escondido.
El aire acaricioso
siembra sus pasos,
y los disfraza de vuelo corto.

¡Lástima de ala partida!


Su espalda es digna de piedad.
Para su curación
no le van a faltar
cien misas caras,
sinfonietas
y sirvientes
que no olvidan su revestido canto nocturno.

Su comportamiento de travieso
le da derecho a despreciar al pensador
del trasero sentado.
(Abogado de la insatisfacción).

Lo único laudable fue


su compasión por la comisionada,
a la que gratificó con vainilla y ámbar.

[  ]
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el ángel mal graduad o

A PESAR de ir de marino y plata,


y hacer alquimia en un cuarto celeste,
desconoce cuándo se porta mal.

Sonriente, oye lo que le va transformando.


Y, por despreciar la prosodia, golpea
los lienzos, arranca las eruditas hojas
de los libros y golpea las verjas
del monumento de los héroes.
No puede soportar lo que se esconde.

Ha conseguido que dejen de admirarlo


cuando aparece con su esclavina de sépalos
en los extralejos del paisaje.
Se asemeja a un agente de jardín
inclasificado, que nadie se atreve a frecuentar.

[  ]
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l ámi na pre sum ida

BÁQUICO de labio inmóvil


y con corona de pámpanos,
se mete en cuenta musical con la lira arcana,
y negocia sobre los zócalos latinos,
bajo las vides emparradas...

Presume de excelsa calidad;


mata la uva;
destroza, al pasar, las caderas imperio
y las jarras de mosto.
Con el respiro que teje su ligereza,
y la poca voluntad que tiene para ganar mérito,
no se ofende por nada.

No sabe lo que es una injuria.


Ni siquiera se queda para que lo perdonen.

[  ]
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independiente arcángelo

LA belleza
sale del relieve
algebraico en defensa
de ese pájaro áptero, en
calzón de cuclillo y enjoyadas
botas de revuelto. Ese alicorto
chamarasco tiene muchas
formas de quemar el
tiempo.

Para saber
cómo se gana
el pulso angélico hay
que remontar a la Santa
Zanja del Antiguo Testamento,
al encuentro de la medicina
de Dios en la corriente
del Río.

[  ]
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atractor impaciente

LA decisión de ese filosofante alado es ya creadora.

Salió del centro de la nave con el séquito de las candelillas


(detrás de un capitán de satélites interesado en asteroides).

Huyendo de la convencionalidad de los monstruos,


se elevaba sobre las últimas casas para entrar
en los 36 imposibles del caos.

Hay una falta de consecuencia en la propuesta incontenida.


Lo sutil prevalece por encima de lo inalcanzable
y se abre camino, en la última cima,
al centro del obelisco.

Si los tronos estuvieran cumplidos


se agotaría el paraíso.

[  ]
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navío de argos

EL lagarero racimudo, dentro del planeta de afuera,


actúa de confidente de los nublos
pero no sabe lo que hay detrás de lo que se nombra.

En el centro de Europa lo elegante


es que sea de noche
(son leyes impuestas).

En cambio,
en los acudideros del caos
nadie se llama Raúl, ni canta la calandria;
tampoco existe el recipiente, ni la prosa,
la metáfora inversa...

La máquina neumática no tiene utilidad.


La mínima curiosidad desaparece.
Por eso no extraña que,
en la nada, se eleve el Ángel
como lanzadera, ante el futuro observador.

[  ]
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hortelius

EL sacristán de Guido Reni, con el viento


compañero a su lado, se acicala las
plumas en las ramas y canta en
su desmayo:

En el nombre del Padre de la casulla


amarilla, y del hijo Cristucitado de la
herida afligida, y del Espíritu
llevado en angarilla desde
el polo del silencio al polo
neutro.

Este canto, apenas acabado, cruza


el alzapuertas de la cámara del
prendido deleitoso, portando
el ánfora que lleva la
marca sin rumbo y
la válvula trabada
en el ir y venir
del kirieleisón
kristieleiso
kristieleison
kristes audinos.

[  ]
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ángel africad o

NO es labor posible considerar la


inmoderación de quien, vestido de caballero,
se domicilia en un ropero
y sale a buscar lirios entre los pedruscos.

No hay por qué prescindir de ese gracioso,


que descendió a la tierra como
una minerva-pájaro de inefable apariencia.

Haga lo que haga es admitido en el municipio


de lo insostenible.
Allí se mimetizan los estilos sin necesidad
de presentar documentos:
para nada tiene sentido esconder
la decrepitud que tiene la identidad.

[  ]
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ángel exento

SIENDO las apoyaturas de su vuelo,


las alas vestigiales se vuelven perezosas.

De ahí le viene el aturdimiento a ese caminante,


con ritual de terribles alas,
acostumbrado a posarse en los ciclos
de la mutación.

¿Desconcierta ver sólo transparencias?


¿Arrastrar abismos es una actividad del Verbo?

[  ]
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ángel abstraíd o

DE qué conozco ese carácter


que se entretiene con lo que lo rodea?

Las sensaciones crecen desde dentro


–poseen carril aéreo, pasillo de energía–.
Sin pensar, se entretienen,
sin saber a dónde nos van a conducir.

Verse reflejado en los cristales aviva la tristeza


y, sin desdeñar su recinto,
se aniñan para entrar por la estrecha puerta
a la vivienda donde se aloja distraído.
Los que viven al margen de la belleza se agotan.

[  ]
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vendaval del jueves santo

DE papel pinocho
–Hermes almidonado–,
es aplaudido por las calles.
(El desfile interrumpe el tráfico).
Los niños desean que se detenga
para ver su cédula, tocar
la orla de su capa y conversar con él.

Yo lo vi salir empujado por el viento,


desde la nave de ganao a la mansera
y luego... al campo libre...
dando saltos, como con garrocha,
corriendo al alcance de lo inconquistable
en lo suspenso...
Atrapado en el vértigo,
iba de un lado a otro, inseguro:
como el que va a opositar sin saber su apellido.

Dando tumbos,
llorando en morado,
hasta perderse lejos, sin hallar la contención.
Trasciende la frialdad que tuve
por no haberlo ayudado.

[  ]
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ángel peruano

LA mañana gradúa la espera.


¿Qué trae de bajada ese Custodio distinguido,
que le echa tanta fantasía al vestirse?

La complacencia se une a los adornos


y un pergamino le autoriza a llevar culebrina
de la Santa Hermandad.

Así revolotea por Córdoba, con la despreocupación


del que no le importa nada hacerse respetar.

[  ]
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el inc onformista c on al as

OH, Dios!,
mándame con el caminante
ramalillos cortados del bosque
de san Juan del Cogollo,
porque ese andarín que finge ser feliz
no se habla con la verdad.

Un perro de rabo cortillo,


pobretón y garboso, lo acompaña.
Como goza de gran predicamento
se hace pasar por artista vestido
a lo Chaplin, pues le cuesta uniformarse
con azul celeste ribeteado de oro.

[  ]
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re p oso del misterio

QUIÉN se merece un ángel?


Que no nos sequen el manantial.
Alguien quiso que estuvieran aquí,
en la tierra de bajeo,
la que guarda el agua arcillosa que el artista
toma para modelar su apariencia.

El ángel tiene halo de transparencia,


y los arcángeles no son de invernadero:
los produce el clima.
Y tienen el don de la ubicuidad:
se aparecen de pronto.

No lo hemos convertido en una simple advocación.


Acaso Dios los puso contra su voluntad,
pero a ellos debió de gustarles el enclave,
puesto que ahí siguen,
como residentes,
en la misma paisanía de Averroes,
sobre las columnas –como Simón
el Estilita–, en las plazas... y en las piedras
de Córdoba.

[  ]
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l a tarde e s paca
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LO importante de una obra no es la obra en sí,


sino la risa de fondo.
Si no llegamos a reír,
al menos, sustituyamos la risa por una sonrisa.

Para un culto colocado


reírse es un síntoma de ingenuidad incultural,
cuando no de autista.
Sólo se permite reír bajo los efectos de la droga,
el chiste o el diseño.
Sin embargo, la risa permite acercarnos a la naturaleza.

Una risa desarma al enemigo, al miedo y al dolor físico.


La risa porque sí.
Risa-agua fortalecedora que eclipsa la vigilancia
coreada por la oración-verso
estrofanta y listísima.

[  ]
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¡se habl a de mis formas!

SOY el fantasma del programador. Mi profesión


es la de Amante-Vando, adobado en plata de pelo.
Tengo la magna audacia de tomar los arranques con medida.
Detrás de mí llevo un servidor con banqueta
(a esta operación la llamo: Por si me canso).
–¿No le basta a usted, don Vando, el «cama espero»?
me pregunta la prensa, en entrevista.
–No –les contesto–, yo necesito rodearme de empaque;
por eso voy así por la vida, propenso al descanso.
El éxito fatiga mucho.
Yo no salgo de las extravagancias que se llevan.
Si no, observe:
canto muy bonito, soy silicótico y aturdidor de damas.
Hoy invito a algunas.
Venga, si quiere, a tomar ponche con pedestal y bollo de hoja.
Estarán: Braulia (la Amambuesa),
Amelia Lovada (dama joven),
Rita Laico, Asdruvalina, Vestacia,
Dorada Alcaba (la expatriada),
Agustina Humareda, Pamela Figón del Pis
y Dª Carmela Barracuda.
A pesar de poseer juventud soy leyenda,
ya premiada en abundancia.
Mi vivienda rebosa de trofeos.
Mis premios son incalculables.
Mis tardes han pasado a ser Pacas.

[  ]
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alegato de un cread or subalterno

LAS escuelas artísticas han sido numeradas:


hay varios géneros pictóricos.
Los inclasificados no tienen entrada en ese campo.
Hay que tener firma reconocida
y modificar el placer con el traje estratégico
de lo que está en boga para alcanzar estadía.
Los cilindros no los han inventado ellos,
y nada de esto depende del pasado.
Hace años que miran el barro con desprecio.
El cemento impera. Estos trabajos
han deshecho la imagen y otras la desmejoran.
El pintor vivo más cotizado
es como un jefe de estación de trabajo molesto
(un doble esclavo del mecanismo de la reproducción del natural)
que lleva al lienzo fielmente lo que ya se ve.
Una vez acabado el cuadro
no hay orquesta porque no se mueve.
En la instantánea congelada el humor no aparece,
peo se le puede añadir al momento si se desea.
En lugar de un ejercicio alegre de imaginación,
hay un aparecer manchesteriano que se codea muy bien
con los padecimientos.
Este sacrificio ha creado un género que da buen resultado...
y un bonito dinero.

[  ]
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c omp onente arqueoló gic o

SOY el remordimiento de la alegría.


El tahúr que copia a las sombras.
El cabeza de píldora
con vestuario de climaterio.
El brujo colocado.
El leproso de lujo.
El arquitecto del cementerio.
El maldito admitido
en la tercera página.
El arrepentido con faja social,
prestigiado por volver a la decencia permitida,
en la Meditación Jerónima
con gabinete incorporado.

[  ]
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desbiche

PARA sacar tajada de mi viaje


al Palacio de los Siete Ambientes,
donde yo asisto como confidente
rústico de selva,
en el entresuelo del cromo me encontré
a una espiritada en gasas.
No he visto una mujer como usted.
Tome café conmigo le dije.
Ella me respondió:
Como objetivo del sector no puedo dejar mis mandos
en actos cruzados, caballero.
Se ha hecho patente. A mí no me asusta
el cargador ni me presto a su enjuague.
Déjeme, le ruego. Soy cómplice de un ladrón de pisos.
Acusada, he sido, de dormir con ese depresivo.
Bajo deprisa por el elevador de fachada.
La avalancha me busca con un revuelo de guerrilla.
Vamos a formar un piquete.
El que se resiste a ser sumiso es miserable.
¡Adiós, cordero castellano!
¡La Estepa no me va, soy de Álava!

[  ]
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c oup d ’ e c l at

Fax-fox-trox

FUMADERO de opio
con fondo de jazz-band.
Tú me dijiste
aparta el tubo.
Nos caímos los dos
en un diván de cubos.
Descompuestos por el fumeteo,
yo te contesté:
Tienes imán,
tienes cien dedos
y muchas fans.
Me propusiste bailotedo.
Yo te dije: No puedo
me lo impiden mis remos
que dormidos están.
Y tú, víctima del elixir
«poledo»,
me contestaste: Vete al
Sudán. Dame el candil.
Hazme un «pendant». Me
apetece lo hindú. Soy
Leviatán.

[  ]
2 0 2 1 _Veleta_G Liebana OK.qxp_Layout 2 25/2/21 9:36 Página 103

Y yo, en mi locura, contesté:


qué mal se traga
el «vol au vent»
que, en verdad,
sólo es pasta de hojaldre
con «champignon»
y bechamel «pendant».
¡Béchamel! ¡Béchamel mucho!
Con más afán
y ven, y ven,
que ya llegan
los efectos del tren
del droga-satán,
y el gran vaivén con el que dan
espasmos Buxtehudes
al son de la batuta
del señor Karajan
con las sales
de brutas.

[  ]
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canto de l as cabras
en el aljibe ascétic o des tuilleries

ANTES de Luis XVI éramos preciosas.


Ningún sociópata lo niega, ni nos puso freno.
Después vino la elegancia de la patatiesa
y María Antoñita nos puso lazos de crêpe-satin
y gotas de esencia siria. Hoy...
sufrimos el declive de la cabra manchega
desde que el tren pasa por Brazatortas.

Le hemos pedido a don Bustos Pasionistas


que hable con el secretario de la escuela del Balido Sicomoro
para que nos vuelvan a incluir, como lo hacen
[con la Venus Paquita,
en el elenco del Café-Concert.
Han creído de nosotros que somos antiguas
por nuestra crianza.
Mire usted esta piel,
estos senos de capodimonti,
este gracejo chippendale.
No damos ni la hora pero, en su momento,
cantamos las cuarenta
y ponemos de capuchón capillo
a todo aquel que nos increpe de una forma incorrecta.
Mírenos qué ojos de boule,
y estos tirabuzones Tadema,
y este escarpín, a lo Alma Mahler.
La tónica general que mantenemos
es de óvalo humano. Tenemos títulos aún sin firmar
–nuestro abuelo fue héroe militar en Navalcarnero,
y se retiró por la ley de Azaña–.
Nos pueden llamar, si quieren, «las cabras carneronas».

[  ]
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re spuesta inc ontenida

Sardina de palco

ME causa sonrojo ver cómo te vistes.


Por tu insatisfacción frente a la realidad que te rodea
lo has perdido todo.
¡Qué antiguo me resulta tu decorativismo pop
y tu afición a la novela La infanta baila!
Tu ropero es voluntariamente feo.
Vas por la vida como un expresidiario sin glamour,
con tu triunfo oficial al lado de tu fracaso personal:
a paso corto.
Aprende a beber en casa.
No esperes que acudan a ti cuando estés ahogado.
Mejor que no te vean la cara de becario boquiabierto.
Te falta el duende y el desparpajo que tienen los negociantes.
El león sabe lo que el toro desconoce.
Siendo, como eres, un morito costeado, metido en el circuito
[de la mafia,
es bien sencillo corromperte.
Este perturbe que te roe te ha proporcionado grandes cosas.
Leyendo El sentimiento trágico de Pepita te has hecho
[un inhumano de burdel.

¿He sido, acaso, para ti, canela viva,


Venus, de largo calcetín,
que esconde su misterio Parsifal,
de melena canosa con su clip novedad?

[  ]
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l a atri bul ada v u elv e

Toma vino cocota.


Bebe en mis labios este elixir, bocado de furia.
Mi boca fue rota por un cirujano estético
Lamotte de la Pàtte.
¡Pecador, bébete este bromuro!
¡Ha llegado la hora de dejarte en el dintel oscuro!
Te vencí en Aljubarrota.
Mis violencias amantes tuvieron travesuras
de tocado y verbo.
Por ti me enfrontiló el prostíbulo.
¿Desde cuándo un ciudadano sin hogar es caballero?

[  ]
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terca y dimite

CUANDO lo conocí le dije: ¡Qué triste es usted,


se le ve que es culto!
(Los instruidos son muy desgraciados).

Destinada a vivir en el anonimato con aquel depravado,


me encontré vinculada a la perversidad.
El hilo telefónico me reveló que aquel letrado
salía con una desconocida.

Mimaba dentro de mí a una enfermera sublime.


Yo era fina de interior; así me dije:
Qué hago yo queriendo a alguien
como este hombre tan terreno,
que todo lo que sea vivir le cuesta un sacrificio...
No lo comprendo. Lo lloraré en su funeral.

(Con zapato de marca y bolso de firma, voy al futuro.


No pienso volver a la Cueva de los Vagos
donde este sucio tiene mesa reservada de tertulia).
Le fui infiel porque no quise tener razón.
Los que traicionamos, como yo,
tienen lugar seguro en lo moderno.

[  ]
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u na q u e ta m p o c o l o ac e p ta

QUÉ poco gasto tiene el buen gusto


si, quien lo gasta, es sobrepuesto!
De poco le luce a Basilio Seca
el falso rango que mantiene.
Tanto salir a la procura del tronío, de la ropa de firma,
la corbata de lujo y otras modernidades
de ropaje y adorno,
para presumir de minarete alzado,
con lo que sólo es capuchina sin tono y escasa llamarada.

La fragancia de la antesala de ese joven es de cocido antiguo.


Aunque se inculque servidumbre de paso
no pasa de ser pebetero de lata, jamón barato...
Y cuando le pides hora, parece un canalla en alivio de luto,
un bolonio sin interferencia a punto de ser un desatacausas
que no permite a nadie la entrada a su despacho.

¿Quién le propuso, a ese mutante patológico, la ocasión


de recorrer los circuitos si a lo que viene
es a cortarme la flor de la canaleja?
¡El cuarto estado de soltero ya no tiene etiqueta
ni las bridas violentas le sirven al varón candidato.

[  ]
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mand os pe rpet u os

AMÉ a una transida, ataviada en pulgas,


que, con moñas de manicomio, enseñaba su paranoia
y paseaba a un amante vocativo,
mostrando a los transeúntes
su plumero de faisán.

Hoy en día los criminales


no tienen sentido común.

Cenar con un boliche-bicho,


frenetizado por la causa del barco-paso
y musculado en luchas, no tiene contextura.
Con la traba que da no ser varón de carne,
no se consigue ni el menor apoyo para figurar
en el receptáculo de las altas firmas.

En las camisas de marca


no se dan explicaciones a los que exigen preferencias,
ni a los que escuchan al traidor escrupuloso
que dice cosas nuevas que no se mueven nunca.
¿Ésos... ? Hoy están colocados en lo mismo de siempre:
por su pasión por las menudencias
y el suspiro educado
cenan pétalos góticos y se instalan
en el grupo de los inapetentes del comedor.

[  ]
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II

ESTOS desencantados, cargados de Artaud-pedia,


propagandistas de la famélica Galia y que,
tan jeremíacamente, influyeron en el género culto
(artistas multimedia)..., hicieron de la prepón-denuncia
(mediante tajos del moderno excesivo)
la nueva tendencia de la tendencia última.

La transmisión es tan imaginada


que llega a ser indigestión intelecta,
soplo interestelar excretorio,
flato de pava...

[  ]
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l a inexacta informalidad

Retrato robot de un anti-todo

A PESAR de la dolorosa circunstancia


que padeció con su generación por la jefatura del caudillo,
este etiquetado como refinado, afloró emblemado
como maestro de la pureza abstracta.
(No se debe saber pintar para ser pintor).
Por exigente depurado de la expresión, pasó a la quinta-esencia,
después a la sexta-esencia, luego a la octava-izquierda-esencia,
y después pasó a la novena prestancia,
que adquirió en la desarmonía de la derecha,
puesta de moda en Francia.
Despreció los cuadros-emoción para apostar
por el cuadro-espectáculo, de propuesta geométrica.
Después pasó a la disipación y
como prodigio de la concentración,
en empuje esencial de gran huella,
se dedicó, con garra, a la Anti-pella.
Así, llegó a lo primordial. Sin percatarse entró en lo museal.
Y, allí, se encalla. Prescindiendo de todo apoyo figurativo,
se inclina por el «figuratuvo» de Léger, que de Miró ya tuvo.
Luego se instala en Nueva York, en la «iniciatía»,
analizando la teoría del vanguardia urbano.
Rechaza los pinceles para alejarse del pompier,
y abandona la silla para vivir de pie
(¡qué original! dice, en Almuradiel, un crítico oficial).
En su actitud elegante lleva los adornos tapados.
Nadie se los ve. Por ello se decide vivir en Cuenca,
colgado de una casa con la cara al revés.

[  ]
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Nueva tendencia, como incómoda causa,


más allá de la estancada permanencia.
Es requerido para intervenir en la Vaguada.
Luego expone en Valencia.
Tan realizado se encontraba
que pasó a vincularse con los puentes de Calatrava
sobre el charco del Guadalquivir, del agua parcelada.

[  ]
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fi nal

Descartes se equivocó de perro

LA plaga de la gente de recambio está erradicada,


el pueblo está en contra de la destrucción.
Rebosa la capacidad del Pantano del Perro.

El resto del alumbrado, con las pilas puestas,


estudia la pandemia presente.
Los más desatendidos gritan a una quimera de panfleto.

Se ha impuesto urgentemente lo directo riguroso.


La enhebradora del placer acude a rescatarnos.
Por fin conoceremos la verdad de ser feliz con
[lo que nos rodea.

Estamos entre los que reciben la energía como excedente


(nos abastecemos con estar vivos).
La simple alegría es capaz de crear.
La decisión es ya creadora.

Echa la persiana. La tarde es Paca.

[  ]
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l a ronda de l a c opa
( re g a l o e s nac e r e b ri o )
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EN la estación del banquete, el firmamento del vino


no deja entrar luces de otros sitios.
El tortolillo picotea los merengues borrachos.
Regalo es nacer ebrio. Andar mejora la tierra.
Los códigos discurren a media asta.
Su oriflama brota en el redil eucarístico
como sublime bálsamo en la gran mesa.

El vocerío de la bacanal asusta al ángelus.


La alegría entra de la mano del vino a embellecer la oscuridad.

No estoy seguro de lo que estoy haciendo al lado tuyo


y aunque me falten peldaños para subir a tus cimas,
llenas mis copas.

[  ]
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TU calle tiene voz.


El aire que la cruza lleva olor a rastrojo.
La aldaba de tu puerta tiene siete
quilates más que la mía.

Desajustado vivo con el deseo de franquearla.


No puedo realizar este trámite
porque tu padre no sabe lo que es un decibelio
ni el franqueo que necesita certificar una urgencia.

Tuve tiempo de olvidarte y no lo pude hacer.


Mi corazón enfrente de la mordedura de tu recuerdo
se esconde apagado no duerme ni depone su actitud.
Por llevar viento suave,
delante de tu transparencia.
Atrapado estoy en un panal de establo
que fabrica dulzura.
Enfrente de un vaso de vino
conduele llevar apagada la fogata
que el aire suave alimenta.

[  ]
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POR Santiago pintan las uvas


y las negras por Santa Ana.
Flamenquilda, rosa de carne, ponte el trapero
que nos esperan los olivos borrachos.
Al fin vamos a saber
lo que es pronunciarse en las pasiones de rango.
Hasta allí no llega la remodelación
ni el podador de troncos. Puedes descansar
en asientos distintos: de piedra, de manta o de hojarasca.

La tentación con su bella mata de pelo


es como una odalisca que le habla
a un novillo con perilla en el bozo.
Beben mosto para mojar los besos
hasta las entretelas de la saciedad.

[  ]
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EL sobreoír agudo del arroyo es goce.


Sin tenerte me agobio. Sin verte me apago.

Por la vereda de la Gardiposa la gentileza de un dios


te trajo con la lluvia.
Muda la hoja el huerto se entra en Torrealbos
[por el Portichuelo.
La prosa se pone capa y sombrero el poema.
En su momento la espiga maduró y bajo el emparrado
busca colocación la sombra.

Delante del abentojil voy a soñarte.


¡Bendigo al sol!
Canta una pajarica por el Genil.

[  ]
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estampa de una euforia interior

HAS visto lo que me queda de jardín?


La molturación es un cuchillo que no sabe detenerse y así
me lo ha dejado. El cuervo se acostumbra a todo. Yo no.
Ten cuidado de no pisar la fermentación inundada.
Qué ganas tengo de subir el llano seco y oír la voz
[del fantasma de los
árboles que nombra la palabra ¡oliva!, ¡oliva!, ¡oliva!

(Cuida la vigilancia de la estatua del Huerto


que mejora la calavera con los años).

Es Tristia la descreída con labios color lirio


que duerme en una chilaba de pino.
¡Ésa! ¡Ésa es la anatemada!, ¡condenada por carnuda!
Días negros nos esperan, perrosinmundos,
¡Tucancamones...! pajarrantiacas. ¡Es Tristia! ¡Sí!
¡No quiero oír el nombrar de esa asesina!
Hay que extremar el rigor con esa descreída
que insiste en ser un mal presagio con olor a gato:
que le falta poco para salir a escena a estrenarnos
una brutalidad terrible.

Ahora me arrepiento de haberlo dejado todo y no colocarme.

[  ]
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visita de amante

Relato grabado en patricia piedra de cómo


transcurrían las cosas en la Montilla Annea

LLAMAN a la puerta.

–¿Quién es, Arcadia?

–Señora, el impluvio está a oscuras pero creo adivi-


nar al empotrador de las estatuas.

–¡El venusto Alberto! ¡Que pase, que pase! Ese varón


hercúleo, ídolo perfecto es festín en mi vida. Cuan-
do lo vi por primera vez bajo la tentación del arco
sentí lo que evoca el tembleque azogado. Arcadia,
plánchame las galas de Vitelio que quiero invitar a ese
Capadocio. Su figura aúna en mí el placer con el gus-
to. Sólo en él consigo el horizonte balsámico que ne-
cesita una hembra repetidora como yo. ¡Que pise mis
racimos! ¡Que le saque brillo a la cabeza de Antinoo!
Arcadia, sácale los cajones a ese mueble que no
me queda bien de fondo. Despierta a Orejitas que me
haga de esclavo y me llene los odres del pálido monti-
llensis ¡Esta noche atraco Troya!

Cuando me sale la Romana a mí no me gana la


Herculana de la casilla de la Lámpara.

[  ]
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epígrafe funerario

Pensamientos de la Crisatema
momentos después de enterrar a su esposo

CRISTÓFORO, no tomes este suceso como lo que es.


Admítelo como cambiar de piso.
Como soy de Soria y el vino no merece látigo
mañana te traigo garrafa y carpeta.
Has sido para mí el enemigo de la leyenda. Tu voz
[merecía cárcel.
Yo te decía cuídala o déjala y al final ella te ha dejado a ti.
Nada es tan elegante como quedarse mudo por [capricho.
Volveré cada día para limpiarte las letras.
No me perdono que me hayas dejado con tu madre
¡con lo que come! ¡y tan estrecha de fondo!
¿Cómo me arreglo tus trajes ahora que tú no estás?
¡Con lo bien que coses! ¡Cristóforo! ¿Me oyes?
¡Qué pena es amar a un hombre sin saber que era una dama!
¿Ahora quién la afeita? La última vez que lo hiciste te mordió.
Yo quería ser feliz y me metí en el callejón de
[Centeno Pomponio.
Ve haciéndole un lado que pronto te lo traigo
con la garrafa de propina y la carpeta con la contabilidad
para que sepas lo que te debo. ¡Una de dos, Cristóforo!
¡O te llevas a tu madre o no vengo más!

[  ]
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canción de l a
a b r a z a da e n l o s a

ANTONIO el de la Carne, hombre de mil demonios


de los Moriles Altos.
Conocerte y perderte fue un relámpago.
¿Por qué te cruzaste ante mí como quien no quiere la cosa?
Hoy me duele no verte. Todos lo notan.
La dicha que no tuve, la que esperé, no llegó.
No eres nadie para hacerme llorar.
Me repites que tus impulsos se acabaron.
¿Qué es lo que estás pensando, Antonio el de la Carne?
Mide las consecuencias.
¿Qué tengo que saber de ti que ya no sepa?
Deja que suelte la losa
en la que vivo abrazada.

[  ]
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desc oncertante
de una ruptura indignada

TU memoria no tiene piedad, siempre comparando mi cara


con una casa colgada de Cuenca.
Me atormenta vivir contigo. Voy a dar la espantá.
Me llevaré la biblioteca. Te dejo la tecla y el tresillo de la sala.
Sólo me llevaré la tele-mesa.
Quédate tú con la Santa Terapia, rézale mucho,
siéntete abadesa. Ponte el tutú y baila ante ella, como un cisne.

No me llevo el bar, para que sigas bebiendo cubalibrachas,


fino montillano y te hartes de llorar.
Cuando la uva se pasa, algo se va.
Si un salido se posa, es que busca esposa.
El paso que vamos a dar, para ti será pesa:
para mí, será el asa de otra Magefesa. Te dejaré la lavadora.
Yo me llevo la difunta sensación de haber puesto
claros los puntos antes de traspasar la puerta esa.

¡Que me zurzan si te entiendo, borriquita de casa!


Has subido de peso y me echas la culpa a mí.

Me salgo del sofoco, y de tu vivir de porte loco.


Y como no soy profundo lo mismo vuelvo, a tu
[aburrido mundo.

[  ]
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e l te rritorio re b osa d o

SILVERIO, me duele el castigo que le das a Rosa Antoñita.


No acudes a ella, ni le das valimiento.
Humedece tu tacto, respétala.
No se puede ser insensible al lado de una diosa.
No le digas cosas amargas, no asaltes su muro,
ni entres a saco, dando puñetazos en la mesa,
con gritos y antojos, asustando a su perro pardo,
el que estaba a su lado, cuando la viste por primera vez,
tomando una copita de Pedro Ximénez a sorbos
[como los pajaritos.
Ella ama a ese animal tan simple, retórico de nombre.

Rosa Antoñita le dio un aporte nuevo a tu vida.


El candor de una pregunta que te hizo
despertó tu desidia, y te prensaste de ella.
Ahora que la tienes entregada, respóndele con gallardía.

No pierdas la cabeza, Silverio, ahogándola en conflictos,


y enrabiando a Retórico con tus impertinencias.

[  ]
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MARTÍN Nazario de Montalbán


ya no está para que le pongan a revisar contadores.
Los que tienen la pierna galana
dando cojetaítas van de la silleta a la cama.
Con dos campañas más se quedan fuera de palo.

En su mocedad le llamaban «el diamante».


Fue cochero de una señora de la
rama fina, doña Laureana de San Agapito.

Esto le pasó hace mucho y consistió en un hablarse


abonico, un quemarse en lo bueno.

La primera cita fue de colegiales achuchaos,


para no ser mal vistos se escondían.
Bebían amontillado directamente del cono
y soñaban con las otras orillas del mundo.

Los secretos inventan maravillas.


Aquella gozosa sinrazón no tenía escapatoria
ni solución alguna.
Lo que camina hacia un nudo que se aprieta no
[puede deshacerse.

[  ]
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intercesión de un residente
e n l a t i e r r a p o r e l i n d u lt o
de un ángel

PADRE interminable. Altísima Faz de infinito rótulo.


Persona de pro. Date sitio a ese torpe mocico,
así como nosotros se lo damos
a los que se quedan sin diámetro. (Sabemos que no
se toma en serio su puesto de vigía.) Conmútalo. Ten
en cuenta que lleva vida de pájaro, que en su
vivienda cambiante toma sopa de nube y copa de lluvia,
y aunque incurra en jugar en los recintos de la Gloria,
compadécelo: no es su deseo alimentarse de impiedad.

Como no toca el suelo, para los que no viajamos en


[la misma barca
sus imprudencias toman gracioso giro.
En mi aparte disculpo su acalorado despropósito.
El maquinista del éter viene siempre tarde.
¿Qué ángel llega a su hora?: la puntualidad es una
[cualidad venal.

Un comisario de los que trabajan en la soga,


orientado por la rigidez de la mala hierba, intentó amarrarlo.

El precioso carillón, al saltar por defenderse del ensogue,


le dio un golpe de ala al laico mandatario,
que sonó como instrumento desafinado.

[  ]
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i mago

CUANDO te conocí eras una insectita fea


que se arrastraba torpemente sin alcanzar la verticalidad.

Fui tu guardián, te recogí, te alimenté


–eras mi caridad–.
Para curar tu color quebrado te llevé al calendario
[de las huertas,
te separé de los imitadores de secano,
me adapté a tu cortillo paso,
te saqué de la tribuna de los pobres,
te inventé altura, te elevé de plano,
te canté el himno de las coronas...
Convencida de tu insignificancia no me creíste.
En tu desamparo te fuiste ciñendo hilillos
hasta acabar envuelta en una cápsula
con el permiso de salida dentro.
Tu desvalimiento se recompuso
dentro del mismo estuche en que te encerraste.
Así permaneciste una cuarentena
–la que guardó Cristo en su ayuno–.
Una madrugada rompiste el envoltorio
desplegándote ante la naturaleza deslumbrada
por tu transformación.
Y te vi de frente. Venías en vuelo corto.
Impetuosamente me ofrecías lo que yo mismo
había engendrado con mi compasión... y no te reconocí.

[  ]
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PIDO regeneración total para los enfermos


de la estética del vacío.
Manda el desnudo del cuerpo canónico.
Soles limpios en los derroteros de la destrucción
destrozan los trastes del oficio.
La exclusión de la gran pintura es un naufragio interminable.
Al perder la fuerte dureza del oficio de la tradición
el arte se vuelve marrullero.
Evitad que se enferme la uva en la cepa.
No seamos indiferentes a su ofrecimiento a
[arrancarla y morderla.
Lo que dentro se desprecia se pudre.

[  ]
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travesía de l a humedad
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SE abren los días masticados.


El ángel de papel de Mantua vende chapas envueltas
[en la escamosa hoja del trigo.
Con la mano en el monitor el amor desnudo se cae
[del equinoccio.
Y como es apofántico, hace candela, ahuma la hierba
[y me caza un cernícalo.
Una vez desollado, respira hasta marearme los
[barandales de la nariz.

Con los manejos de su diplomatura


se entretiene en sacar pecho para brindar con el vaso
[de la incertidumbre.
En este paseo va teniendo curvas y me da vía
hasta entero-darse en el vértigo de los merengues.

Así capitanea, hasta arrastrarme al laberinto mayestático,


[donde la piel del sueño
hace más vulnerable la fuerza de su signo.

¡¡¡Este suceso no está en contra de la salud pública!!!

[  ]
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TODAS las tardes sostienen un empeño que enfría


[mi entusiasmo.
Todas las letras de tu rostro son la misma letra
menos una vocal hecha de mutismo que no se deja ver
porque fondea en agua quieta.

Todas las tardes te arrojo ciegos dardos y a nadie se lo digo.


La materia bracea ráfagas por el veril acanalado
que sondea tu desorden amado.

Todas las tardes me conduces al sendero donde se sienta


la incertidumbre en postura litográfica.

Todas las tardes me nutren ideas que no recobran voz.


Los riesgos envueltos en la evocación tienen fauces
[de júbilo furioso.
Todas las tardes te digo a media voz que me afliges.

Todas las tardes un ápice de trino añade intensidad


[a mi distracción.

Todas las tardes, intangibles hexámetros me tientan


[a cuestionar contigo.

Todas las tardes quieren transmitirme relatos


[del ardiente paso de mi debilidad.

[  ]
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súplica

SEÑORA memoria, convenza usted a la melancolía


de que deje de elegirme para llenar mi corazón de relatos
[que suenan a fuego.

Señora memoria, convóqueme al ángel del vino,


guardián de la zona que abandonó el crepúsculo
[sin cobertura,
como la muchacha que abre la puerta con
[lentitud y da lo que el mar le regala.

¡Señora doña memoria! ¡Explíqueme usted para qué le sirvo!


Señora del recuerdo, busque padrino y no me llene
[las manos de lágrimas.

La llamo y no me oye.
Encerrada conmigo, araña mi silencio.

Concédale a mi impaciencia
un displicente encuentro donde guardarla,
como fracaso inteligente.
Eres mi compañera, señora de la melancolía;
¡vete!, ¡vete!, ¡vete!, ¡vete!
Tus pensamientos, hoy, no son buena compañía.

[  ]
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CUANDO se descuiden los olivos y


nazcan los escobones del llano,
echa un rato conmigo en la puerta de la iglesia.
Tu descaro contrasta con el diámetro del amor que te tengo.

Sano es rechazar el quiebro, alienta trasladarlo.


Este descuido tiene una sola explicación:
de nada vale machacar el hierro frío.

Al árbol sin esencia le brotaron litigios.


No acaba el imperio del exigente amante
y como voy de regreso te encontraré en las estaciones
[desprovistas de oficio.
En este hacer no hay maldad.

A lo mejor hasta te pido, para presumir,


ese retrato tuyo de diosa medio desnuda, el cabello
[en desorden en un parque anticuado
con un buqué combinado entre tus brazos.

[  ]
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atrapad o

EL invierno a tu lado era una plantación.


A los momentos contigo les salían ramas.

Teníamos ruedas. En esos viajes de vivir desatados


[abandonamos la vigilancia.
Se nos partió el eje y a la dicha se le cayó la cajita de llamas.

Quiero saber si sigues teniendo frío. Si eres tú la


[que pregunta por mí.
Quiero saber qué zapatos te pones.

¿Cómo voy a calmarme si, a poco que me despierto,


[te extraño?

Cada momento tuyo lleva música y a ese compás


[va mi memoria,
como una flor que crece en un jardín sin luz, en un
[huerto cerrado, donde las rosas se dan pálidas.

La sombra de tu firmamento hipotecó mi dicha.


Suspiro por la factura que el sol me pasa cuando te miro.

Anhelo que tu brisa despeine mi tristeza.


Junto tu mano con la mía en la herida dañada.

Te suplico que dejes los desvíos,


que el perfume y el tacto de tu graciosa superficie no
se queden inválidos en el escondrijo de los emblemas rotos.

[  ]
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YO repartí mi vida contigo. Te di la mitad de mí mismo


porque te encontré con el documento de la soledad
[en la mano y ojos de mala vida sin llevarla.
¿Cuántas tardes de lluvia necesitas?
Tienes derecho a exagerar pidiendo.
Voy a poner en marcha la máquina hipotética del deseo
y el deleite será como un recluta.

No te convence que lo que más me atrae de ti


no sólo son tus manos, ni tu boca...
sino tu andar de potrillo
moviendo el mosquero de oreja a oreja.

El río que me asfixia no consigue convencerte,


ni te envanece saber que el halo que desprende me
[enreda en un abismo.

Por la espesa senda del huerto del láudano


te has alejado con la decepción
a conformarte con lo que los árboles desprenden...
Y te olvidas de que mi leña eres tú,
de que te debo deleite,
de que te has hecho sangre mía
y de que dentro de mí
la gramática del placer exprime la jugosa fruta
[del telegrama
que me envía la Agencia del Corazón Solitario.

[  ]
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moratall a

PARA degustar un campo:


bella villa, valle bello,
avenidas de culantro con estatuas culetonas
y una cornisa sin santo.

II

TRAS dos columnas romanas cortejan dos caballeros


a dos damas cartujanas, tallos de flor en el cuello.

Bajo una nube de velos,


vuelos grises de alto embalo,
empieza su desconsuelo un crepúsculo de palo-rosa,
leves pelos, ardientes cortinas, halos...

III

AL final de la avenida
Catacortón se empavona
y se hacen trizas los hados.
Suena un trueno.
Cae vencida.
Dos guardas se la encontraron.

Entre ráfagas de rifles se la llevó la amarilla.

[  ]
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A ROMELIA de la Concepción se le ve el caramelo


porque conserva el lustre de lo ocurrido en las siete
revueltas de la tentación.

Mi interés, por su culpa, tiene un lugar solitario.


Cuando me besa me pone cara de pavita guisada,
y cuando necesito que me devuelva el espacio de la debilidad
me pone condiciones.
Las espinas que sufro por ella son lirios florecidos.
Y aunque me responda con reproches me niego a condenarla.

Me asomo a su reserva, donde se cubre el rostro,


con los dolores chicos, a esperar la chispa que le falta.

Dentro de una preocupante voluta de deseo he vuelto


[a encontrármela,
burlando la aduana.

La vi, como ídolo irreal, pasándome el perdón en bandeja.

Sin hacerme desaires mudó de color.


Y para disimular su turbación me pregunta
por el platero Pedro de Bares, el de la calle Polichinela...

[  ]
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e l andaluna
( linaje del sur )
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andantonio

QUÉ fiestas no serían meses de viaje en las naves


que desplazan esencias, tejidos, especias, huesos perfumados!

El amplio ritual del estuario aculturado al modo inculto


que en el brindis arroja las copas metálicas...
Tiempos de trayecto a los siete niveles de la ciudad
asentada en Tarsis.

Zarpan los barcos que recogen agua dulce en las canteras...


Calle del siglo iv, hornos en gover rojo fenicio,
aeropuerto de aves, antaño muelles...

Los alfareros recaman el escarabeo


y fechan los escualos con una consonante aramea.

Las setenta y siete especies, las zarandas colmadas,


el terreno inundado del Poblado del Bronce...
Las murallas de cajones y la cata en el fondo de la cabaña
de Andantonio Andaoliva, el Andaluna...

[  ]
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gabrie l

POR la luz de entrada al pastizal celeste del consulado del Edén,


con aleteo violento y saltos de despliegue,
irrumpe por el ventano de la estancia en deslumbrante
[estrépito, un gracioso enviado.

Sin dañarle el vestido asusta a la muchacha


de la Anunciación del incerso.

Este mandado no parece de estos rumbos


se dice a sí misma, la Sorprendida.

Sólo la fuerza de la silvestre planta nos lleva a comprender


el mensaje elevado del instinto invisible.
Lo más sensual crece en las astrales arenas del numen.

Para entender este sostenimiento desde dentro


de la redonda nada el tacto mezcla conceptos
[de la Fascinación.

[  ]
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pa l a de ll ama

Plaza de Aguayos

LA gavota, talón y talle


se danza en la casa del cabildo
con trino decaído.
Las carátulas captan falsas cantillas.
Los tenores tiñen de frescura el Aria.
Los guardianes agrandan las salidas.
El antiguo instrumento varía sus perfiles.
Un mensaje explícito
invade la superficie de la plaza.

[  ]
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barro ca de ramos

REALEZA sólo tienen el rey y el Santísimo Sacramento.

Un nidal de abril en la copa de un tronco


me traslada a la sombra natural del Viernes Santo.

Las puertas de los vecinos


se abren cuando Cristo sale en defensa de los pobres.
No va descalzo. Lleva zapato de varón,
por ser inmensamente joven.

Arrulla la tórtola sufí.


Las musas van a los columpios para que las pongan
sobre azulejos, en el patio de los señores.
Así lucen mejor las finas piezas del alicate,
la drapería, la pelargonia y el malanchino...

Faltan los estorninos.

La geografía de mi modo de sentir, carpintado


tiene espina de pecho sumergido.

La naturaleza viene a vengarse de mí.

[  ]
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el cristo del remedio de ánimas.


c órd oba

ACORDADO a una ceremonia de vaivén ajustado,


rodeado de una nube de incienso,
entre los transeúntes sin aplauso,
llevan a Cristo colgado de su biografía,
(al filo de la calle,
al filo de la noche,
a dos voces del arca donde se guarda la vigilia
sentada en el respaldo de la Redención...).

¿Quién le da la entrada a este león desnudo?


¿Quién diría que esta oscuridad creó la luz?
¿Quién lo defiende del árbol de la vida,
plantado en el centro del Paraíso
(donde el Padre hablaba con Adán al caer la tarde)?

La tragedia construida en un día


va escrita en la Tabiblia soportada
por arqueros etruscos.
La palabra «espíritu» es griega.
Huestes abanderadas de cordón
la acompañan con una letanía.

[  ]
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el caminante de l a sanación

ARCÁNGEL de Córduba
penacho de la aurora
árabe del cielo, serrano de las nubes
ruiseñor del sotillo.

Olivo alto sobre tronco de mármol


Pino novillero en la tormenta
con talla de buena postura
que cruza la corriente sin barca.

Vestido con vistosidad rabiosa


vence la filarmonía de los trinos
sobre celeste pedestal.

Musulmán de la montera de la tarde


se afana en curas y conversa
en latín romance
con sus amigos Fray Simón de Sousa
y el Padre Roelas.

El pan de la gracia
y el pez del remedio de Dios
lo comparte con los síndicos niños
Victoria y Acisclo.

[  ]
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Misto de la noche en la aurora


acompaña a los cuadrilleros del Campo de la Verdad,
a los piconeros de Santa Marina
y a los esparragueros del Jardín del Alpargate.

Príncipe sefardí
nacido en óvalo místico
con la faz de bruñido persistido,
hace tanto tiempo que se le conoce
que acepta el compromiso de pertenecernos.

En su lealtad, custodia el agua


que remueve el misterio,
en el subsuelo de la Plaza del Juramento.

[  ]
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gravedad desp ojada


de una alteración

EL desfile busca la llegada del auxiliar


de los milagros y el humo
de los incensarios entra a bocanadas
por la calle Postrera.

El calamitono de un antiluz
da en las andas,
donde llevan a Cristo
al Sanatorio de las Anémonas,
a que les traigan una espina infectada.

Para el reposo de la afligida cabeza.


Un ángel enharinado le ha puesto una
almohadilla de olor.
La larga pausa del cortejo hace una pausa
y pide silencio a los instrumentos.

Los conductos estrechos


y las dificultades empedradas
martillean las sienes
del Coronado Conducido.

[  ]
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c ortil andia

EN el desfile llevan a San Juditas del Cromo,


incierto hereje, bien vestido por lo mal conformado.
Para el mantenimiento de la hermandad del cruel viático
un costero va en la carrera de andas ofreciendo
a los portadores un trago de los modales del vino.
Esparragón, el guardafrenero que saltó del penal,
pierde los cabales, espanta los estorbos con su voz
y arrastra la ceniza.
Se le notan los perros por dentro.
Un ángel limpia hilachas a la noche.

Se oye la saeta:
se arranca con picotazos primigenios.

[  ]
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masc ota de luna

DELFINA, la Verónica del postiguillo,


ahí la traen sin delecto, por la calle del Chuletero,
a la hora de las claritas del cante claro.

Está amaneciendo Delfina.

Búscale el zurcido al lienzo


del luto recortado con la faz del Galileo.

Esta Minerva de postal


hada del espíritu,
es una figura de museo.

Narrando los hechos lleva


los labios cerrados.

El ángel cartero le da una


palmadita en la mejilla
para quitarle el hilillo de lágrimas
y le entrega el escarpín perdido
en la confusión.

[  ]
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el diestro cigarrito

Vestido de ciruela y azabache


el diestro Cigarrito repite los pasos.

Entra el teorema limpio con mucha verdad


y aprovecha la repisa buitrera.

Para generar formas nuevas de limpio recorrido


sabe estar en las horas bajas.

En la tronera del burladero se para primero


y entra al quite.
¡No se puede transmitir más!

El Veterano subalterno,
oriental pastelón de manzana y plata,
le pone la res en los cuartos traseros:
uno con química el otro con física.

Malazón, canela y oro, con la pala rota


le echa agua mineral al capote.
El astado se niega. Escupe la espada.

¡Sobran las palabras!


¡Quitadle los machos que va a salir en hombros!
¡Tirad los sombreros!

Los escobinas por el callejón muestran


desagrado en su mueca.

[  ]
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amé bul a

LA sabia de Baena levantó a un cojo


y le puso tablilla a la Madonna Oliva.

(Mi amigo, el romano, se pasaba el día


con el trabuco y la Paca).
Al olivo se le cae la hoja.

Aunque regrese sin patria,


dime: ¿en qué mirador puedo asomarme?,
¿en qué remate de granito me subo para verte?,
¿de qué tengo que valerme para hablar contigo?

En un rebate de graílla me quedé con mi hambre,


para que me confundas con el vagabundo
que llama a tu puerta
para agasajarte con un mazo de juncias.

Si me recibes,
te entrego la emanación volcánica
de una talega de mitos llena
de huesos núbiles,
duendes,
herejes
y aguaceros violentos,
en el corral,
donde no entra la tórtola.

[  ]
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e l amante virt ua l

ADRIANITA Añora, mi burrita de dulce.


Aunque no he llegado nunca a conocerte
siempre he pensado en ti.
Eras guapa porque hablabas poco.
Fuiste la virgencita del besamanos,
el bálsamo caro,
la voz de la valsa vienesa.
Yo te inventé, te llené de cosas.
Y te las digo ahora, con un orgullo que me duele.
No hablemos más de lo que pasó.
Hace mucho que quiero corregirme.
Hoy es comienzo. Si quieres que te deje en paz, enciérrate,
pero no me des un mendrugo de pan, cuando me abras
[tu puerta.
Rogar no es lucha.
Las equivocaciones vienen a sentarse al lado mío,
Adrianita, guerrera de guante de encaje.
Sin poder evitarlo, sigo en ti.
Baila conmigo el Dame tu boca, y te dejaré rota, Adrianita.

[  ]
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asideros d onde l a tristez a se re c o ge

PARA adornar tu melancolía


te pones serpentinas en los cabellos.
Me has comprometido con tu seducción.

Eres la contramusa de la noche


y de día me embruja verte.
Tus ojos me llevan al martirio chico.

La Tórtola canta el
No quiero serte ingrata
y el murmullo del agua
me trae el anuncio de lo que guardas todavía,
dentro de ti.

Vengo a comunicar con tu deseo


a convencerte de que eres bonita
y para que no te distancies
no voy a cometer el error
de comprarte otra vez un vestido.

[  ]
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banderillero c on al as

MOZO de espadas en puerta de cuadrillas.


Cónsul del aire, primo del viento.
Con la cara alta ante el pitón de cepa,
siempre al quite,
sin muleta
pegado a las tablas
lo mira la res.

El respetable no respeta
tantos capotes al quite:
la faena se repite, le entra
la polvorilla,
se le caen las zapatillas
al colocar los arpones,
y se salta los tablones
como un licenciado en trillas.
Las alas le predisponen.

¡Vuela, vuela que te pilla!

[  ]
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antañonas

LUCIENDO ostensibles escotes de vientre, las Ursinas bajaron


del pajar con las guitarras y cantaron el Mucho me apena.
Fueron aplaudidas.

Pero la acogida fue para la Retablos,


entonando aquel tono de ¿Quién me compra este misterio?
¡Fue de bandera y media!

El pitómano le regaló la mantelería de cuando se casó,


otro le dio su manto con capucha,
una vieja señorita le entregó su bolso usado, de Cartier,
con cinco mil pesetas y un caballero puso a sus plantas
un recipiente de cristal y alpaca, para servir la sopa.

El perito mercantil, que ocupaba la primera mesa,


le calzó un par de babuchas,
diciéndole lo que usted canta es ley: quiero tasarla.
Ábrame su ropero que ya sabemos lo que usted usa y gasta.
Véngase a cenar conmigo que a su lado voy a respirar a lo
antiguo, que es el estilo que a usted le va, muñequita arrebolá.

[  ]
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figuras del centro


de reflexión viníc ol a

LUPE y Orlanda son dos pitiperras de Consuegra:


boquitas de biscuit, muñecas de pasión
–kilos de cuentas adornan sus trapos–.

Con ceja de pelo y capa entran en el danzón con sus maracas.


Son las más atrasadas del discotecón. No tienen sentido
[del absurdo.
Tardan en agotarse. Le toman el pelo al nuevo día.

En sus actuaciones inclinan la cabeza en postura


[de pájaro cocido.
Sólo sus brazos hacen gestos.

Y para calmarse, después del bailoteo toman agua de azahar


de Melquíades.

Son muchachitas de esquina, pobres de vinagre de orujo.

Salen a verle la cara a la noche porque están hechas con la fibra


de la remota manzana del Génesis.

Lo muy avanzado vuelve a ser arqueológico.

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l a equis mística
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Ofrezco esta travesía de la equis a los olvidados en


los plintos de la carestía que, sin ser nombrados,
comparten el pan de las seis cuerdas y el baile del
verbo con los salvajes hilos del agua y alimentos
terrestres.
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um b r ác u l o

LA suerte, cachorro de graciosa torpeza,


me ayudó a salir de un zarzal pesaroso.
Y, cuando la traté con la humedad
que tiene la escasa distancia, era niña aún: la ventura.
Mordía las claudias y mamucheaba mis dedos,
porque ya sabía sensualizar lo roto.

Yo venía de vencejo trinoso,


mani-alado, calado de sudor rojo púrpura
de calavernar la imagen de la estrella de los lápices
que cerca el referente escalonado de la conjetura no nombrada
en el suelo incierto de la impresión.

[  ]
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e l métod o se p os a e n l a ra m a

LA Intensidad pasa a mi lado sin mirarme.


Tanta cavilación me hizo profesor del desaliño.

Empiezo a pensar por mí mismo.


Grabo tu inicial en la hoja del caladio y con sabroso
[bocado la destrozo.
La Calle del Cerrojo posee signos que ofenden
y el paseante abandonado se muerde la esclavina.

¡No tengo llave ni quiero verte más! Sabes a sal.


¡Qué bien me hace que parezcas un insulto!
Desestimando mi repertorio de energía
suelto la rienda en la estación donde te despido todavía.

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l a caz a del asfódelo oliváceo

POR ser mía, parece que no duele la palabra


[vestida de extravía.

El brío de la tempestad la desgarra.


Y, para calmarla, le doblo el caudal que baña su delta.

La daga en forma de flor desmaquilla su ruego


porque no sabe defenderse.

Al mirlo-ángel, con las patas metidas


en el barro de la compasión,
se le caen a cachitos las alas.

Los pliegues de mi entendimiento


a falta de renuncia chapotean
y se resignan a devolver lo que no cumplen
en la charca del Ite missa est.

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revés de un cromo

COMO una imagen de candelero, la nostalgia,


con los brazos sobre la delantera del barandal, mira
los bolondrones del magnolio.

Le da mordisco estar en contra del albañil


que le arrancó los jaramagos.
Ese apestado trapero, perro de nadie, le tocó la perífrasis.
Le corneó las enredaderas de su pelo y acabó con ella
en el bajo sicómoro.
Lo mejor que hizo fue taparle con los enamorables
desdoblados de su sábana.
Ante tanta consumación, renunció a merodear en
los calandrosos gustos.

Con decir mucho no se coge gusto a la vida.


Más se aprende en la apretada demasía.
Cuando te destrozan la batalla no hay que sacar conclusiones
de las cosas que nos llevamos por delante.

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príncipe de los paisajes

El Amaranto es flor de amor. Hay espectros que halagan.


El estro-poeta de anónima voz
descansa en la solapa de un dios
que le aparta las ramas de la hoguera
para que el almiar no arda.

Fue chamán afortunado, con cachaba, pelliza y correaje.


Achicó el exceso para agrandar el portamento.
A escondidas fue por los bancales
a tomar posesión de la línea curva
de una muchacha en una cuartilla de tierra.

El permisivo azar lo condujo por los olivarillos


en una carreta
tirada por un cordero sumiso cuya sangre perdona.

Ave de templo, truhán perdido en el tirititrán de los adelfos,


lleva el mal presagio de la cizaña que iguala al palo frío.

Los gestos ponen precio.

El héroe que se mancilla tiene prisa para ser amado.

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ros a móvi l

ME hueles a café de Lima,


a cómoda limpia,
a flor de barbecho.

Un pensamiento-cita nos acerca.


Te encontré en la esquina de la calle del Enredo
con el Desengaño
y tu vínculo me obligó a soñar.

La memoria dora viejas hierbas


y la materia se conforta con la presencia de los
brillos vacíos.

Las horas perfumadas siguen


en la estancia del limpio sol de los cielos rotos.

No cuido lo que siento por estar preso donde empieza


el centro aislado de ínfimas materias.

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el metafisicante

ROXANA guerrera
¿quién te cose?
¿quién te limpia la perla?
¿quién desabrocha tu vestido?
¿quien te entretiene la esquina?
¿quién se perfila en tu silueta?
¿quién te lanza el ditirambo?
¿quién te apaga la llama en la rueda del mambo?
¿quién te arrastra en el tango?
¿quién toma dinamita al entrar por tu puerta?

Tienes corte de espadas y, en mí, un amigo.

Todos los manjares serán tuyos,


y cuando actúes pidiendo al público,
con tu amarilla pandereta,
voy a meter dinero por tu causa,
entrar en tu universo
y superar el límite de lo inalcanzable
por la razón oscura de tu beso.

[  ]
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desánimo del mimbre

TOCAR sueños órgicos, oír trino de algebrado trémolo.

Lo que no respira no puede sentenciar.


Desisto de entender la necesidad del otro,
retiro el banderín del córner.

Un incorrecto dios especula en los vaivenes


ondulantes del juego.

El íntimo exceso sin causa nos evoca un sofisma


con rasgo sin materia que sanciona la hondura.

[  ]
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HAREMOS las paces, que no se diga más!

Tomo el tren para invitarte al triunfo de Dionisos.


Serás parte del séquito de los vareadores de aceitunas.
Y, si escasean los asientos, apelaré al ángel violinista zurdo
[para que nos deje su caballo.
Desde la camioneta veremos pasar, entre los olivos,
[la carroza de Heracles tirada por un toro.

Voy a fijar un andamiento indispensable


para ganar la contraseña de tu origen pagano.
A pesar de los mecanismos de control, no me voy a
[acercar
al pájaro de invierno, ni preguntar quién es el copero
que convida con máscara de ojo maquillado.

El que se detiene de muestra, ante la flor de la Cintia


[a fabricar alquimia, será blanco de tiro.

Te hieren menos si te mueves. Corta la mala honda,


llena el vacío de mantra y, con alfiler de santo,
[destroza tu certificado de actitud.

En su desconsuelo se aquieta la emoción.


Detrás de los sucesivos pasos del comporto déjame
[sentir con lo que llevas mío.

Limpia las catas, haremos las paces; que no se diga más.

[  ]
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cantos al amorsillega
( cl avespara c onsonar l a c ompasión
y el grito en l a z anja
de los c olumbarios fl amenc os )
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gabill as paj iz as

LA Petenera, recién salida de la cautividad de la marea,


le puso luto al frasco oscuro del cante.

Como una garzota en el ocaso, vestida de modisto,


entallada en repingos, harta de lunares,
porta un paquete entero de plumas negras.

Esta hembra, enteramente mistiflora,


con la taurina peina de la Isla,
sigue consensuada, corta de puesto,
en la estética de la mortaja entre lámparas.

Esta estocástica jamás llegó a pensar


que sería beneficiada por un diluvio de lágrimas en su sepelio.

[  ]
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re nglón afil ad o

EN una trona iba la soleá con tres barandales.


En uno llora glicinias.
En otro, a mares.
Y al tercer barandal, al pasar por tu puerta,
le entran las calambres.

Y cuando la seguiriya salía de la boca de María Borrico,


a cuartitos se nos partía el corazón.

Entonces se cantaba latín en la Misa.


La polifonía no estaba arrinconá.
El baile se arrastraba,
se cantaban letras salidas de los columbarios escritos
[en los mármoles.
En las tabernas se daban zorzales enharinaos y habas corchás.

Antonia, la viuda, con gentil postura y oposición paterna,


con los dedos de sus pájaras manos metía la punta del zapato
[para coincidir con los pasos sentaos.

Debajo de la falda iba su dueño.

[  ]
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trato sofo cad o

EL sello del aire arrastra cien pétalos


a la cámara interna del cante.
Tal despropósito se viste con tacto acreditable.

Cuando el cante abandolao infra-vuela el pilón de la lilas


el juego de las sensaciones zarandea la falseta.

Te ruego que aproveches mi tropiezo,


que la pena pajiza, al otoñarse,
no tiene dónde apoyar su espina.

[  ]
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ha lo grafía del z arandeo

LA desesperación baja la curva del origen


y el Taranto vuelve su rostro cuando la moscareta
picotea el cerebro de Silverio Franconetti,
cantando por jaberas... y de ahí pa arriba.

A la muchachita de la compunción
le queda poco para quedarse sola en el tablao.
Entre compás y tercio cumple con la liturgia,
vestida de hábito Nazareno.

Para llenar su desamparo se sienta en la peña flamenca


a consultar a los filósofos de la encrucijada del jaleo.

La desesperación baña la curva del origen.

[  ]
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anímic o embeleso

LOS sones actúan en la sinrazón


cuando baila la Farruca barroca.

En Coria del Río se la comían a besos cuando era chiquita.

Por ella tengo dos amores en huelga de hambre:


uno, en la escalinata del templo de la sensibilidad;
otro, en la banderilla novillera del duende.

Su baile consume un reposo térmico


que aumenta el nivel de mis endorfinas.

El grito sin alas se arrastra en el despliegue de su bata.


Y si se pone oscura en el vestíbulo del artesonado nazarí
me destroza el pavimento de la imaginación.

[  ]
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marte s s anto

PARA el lucimiento del cortejo de la Ilustre


[Hermandad del Cruel Viático,
sale del penal El Geranio a cantar martinetes
a nuestro Padre Jezú Descuadrao.
Su quejío espanta los estorbos.
Se le notan los perros por dentro.
En la pausa pierde los pedales.

Un ángel limpia las legañas a un astro


que asoma su rostro
por encima de la tapia del huerto.

El talabartero, ausente de artificio,


va en carrera de andas,
portando el incensario.
El capataz reparte el vino de los modales.

Lo deletéreo tiene alegoría en la tajante


mal conformación.

[  ]
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puerta de l a nostalgia

DÓNDE está lo que me falta


si estamos en un arroyo alquímico
hecho de infinitas materias?

¿Quién me libra de lo que me falta?


¿Qué ámbar me atrapa, si el trashumante olvido
[crece cuando te acercas?

Un germen se emplea en darme lo que necesito.

Con los trámites de lo que me ocultas


me tiñes el corazón sin condolerte.
El salterio afinado me niega tu galante desmérito.

Si alguien más te ama déjame ganar, al menos,


[tu confianza.

Fíjame un rincón en la maleza consultiva y dime:


¿Qué mobiliario te pongo si te regalo la Alhambra?

[  ]
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agua-ardiente

ALMANZORA Corpas,
hembra de lujo, de pulsera de precio
y mucho arranque.
Militaba de esfinge en los resoplidos del baile de la soleá.

Por estar disconforme con el deleite mío


se entretenía con la carita de obispo de Rosendo Almendrita,
que a puño cerrado la enroscaba como una pescadilla.

[  ]
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¡p or cuchufletas!

AIRE!, que la copla pleitea con el fraseo


y, en los terrenos de la angustia,
palpita, medio oculta,
en quejumbroso trémolo,
su queja sin mimbre
anula la sutileza del verderón.

La evocación balancea seis juncos


en la gatera oscura de la guitarra, capitana de las correrías
con el espolón partío, reclama liturgia.

Se trata de escenas de un mundo antiguo,


de escalones gastaos, refugiados en la exaltación.

El ingenio no tiene hora fija


para vulnerar el trote de las cantillanas
que arranca la armadura al seno del engaño.

[  ]
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desviad o día

LA Física se ha llenado de vacío.


Ando días que no le veo la fotónica al duende.
No aparece en las fiestas pagadas,
ni en la taranta de los laureles firmes; ni
en el rango de la hija de la Paula.

¿Quién entretiene a ese sediento en barca sin agua?


¿Por qué no se persona?
Para desoxidar su garganta el seguirillero lo llama,
entre los acantilados de la imaginación,
detrás del caminante azaroso.

[  ]
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cau tivo pl acer ac oraz ad o


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l a noria saja el agua

ME seduce verte cantinear con la cuadrilla


de los jaquetillos
que suben y descienden por el aire majuelo.

No tienes forma, ni azúcar glace.


Se te fue la cuantía.
Verdeas porque el musgo es tuyo.

El serón pleno de uva almagra


troca el líquido viscoso que ulcera el ámbar celeste.

[  ]
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YO no sabía apreciar las estatuas


hasta que me arrimé al molde que habita
en la jefatura de tu cuerpo.

Cargado de intenciones, el azar me apremió de asombro


y una nueva sensación manchada de pimienta
hizo que el rechazo tuyo fuera manjar pastueño.

[  ]
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caricia del alfarero

DESDE la mañana de los zapatos estrechos

no he vuelto a mirarte.
Vas a mi lado, me rozas y no te distraigo.
Sin distingo pasas envuelta en paño que no abriga.

Desisto de sentirte.

[  ]
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TE has hecho insolidaria, lo impidió tu codicia.

Tengo mis más y mis menos


pero a mi lado tenías estofado del bueno,
cortijo con toros,
mobiliario de primera y alhajas de precio.

Yo fui tu argumento heroico, tu fuente alimentaria.


¿Qué te he hecho, Emérita, para que me trates
como el halógeno apagado que espanta a las moscas?

[  ]
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SEÑORITA, alivie usted su crispada


y no me encuerne, que estoy bien hecho.
Tener el adorno en un capacho da mucho alterne.

No le altere mi maquillaje de bruto apacible,


que no es verdadero
puesto que si le añade un pelico de azafrán a mi olor a lobo,
verá que no es moco.

Los malos que lloramos como hombres


nos lavamos las pestañas en un lacrimatorio de varón.

[  ]
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el agradad or

MI perro era serranillo.


Me lo comí porque no tenía más remedio.

A Cornelia
la llamaban La Fronterita,
pálida como una peseta de albayalde.
Rodeada de gente despiadada,
tenía todos los caminos pisaos.

Yo le dije: enlléname el huerto, que todavía es mío.

Decepcionada, La Fronterita,
me quitó el sombrero y me cruzó la cara
como si fuera una zalamería.

[  ]
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LA manita mata, Mustelino,


el bichito que paría por las orejas gruñe en tu limosnera
y emboticó a Caratarama.

En el apareo con la germanía,


un pájaro piquituerto te agredió,
presto-sensible,
con trino alocado.

[  ]
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notificad o de una carestía


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LA comadre Clementina de Jesús va a amortajar


con un vestido de asfódelos a la Pajarita, una rural de la Tiznada,
hija de la Mojina,
que hacía temblar el entablamento
con un escándalo de cinco hectáreas
cuando bailaba la farruca.
Un corsario llamado Juan Sopas, que llevaba una feromona
en el bolsillo, la conoció en las Beatillas.
Resonao, le cantó contigo me caso, indiana.
Cumplió su soltería y se unió a ella en San Agustín,
ante la Piedad de Mesa.

Lo atado oxida las raíces y oculta el sembradillo de la mata nueva.


Y Juan Sopas, esclavo de la variedad,
la dejó por otra, que lo enganchó por los zarcillos.
La felonía de este disgusto inundó de penas a la Pajarita
el tenderete del peñasco de San Julián, donde el Sopas la quiso.
Allí, las lloró como una olivarda.
Apiló su llanto con la mirra del querer
y, en ese superpuesto, la Pajarita lo sintió hasta no poder más.
Así se le fue la vida.

Por la calle de las Parras va Clementina a maquillar a la Pajarita,


pálida de amores.

[  ]
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hospitalito a mano derecha


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CANÉFORA,
aléjate de los espacios trágicos.

Como un tiesto
espera quieta
al errante agresor de talle
que utiliza
el instante trampado de néctar
para fingir amor
y engañar a la hembra.

[  ]
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SORIA sueña con la Girafa de Sevilla.


No quererte me impidió crearte.
Abracé tu rescoldo y pulí tu madrépora.
Con mis dáctiles tarsos
escarbé en la mentira
para enterrar mi sentir apagado.

[  ]
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ACUÉRDATE
Jesús mío de la Caratarama
alta en espuma por excederse en suras
con el traje estrella y el chaleco recamado en su carne.
¡qué gusto tenía aquel jirón jónico despronunciao!

Un trepa-cloaclas le pegó la carcoma.


En un coche estufa se la llevaron a la Salud.
Una bovedilla le dio asilo.

Ahí yo le colgué la cinta negra de


mi guitarra con un manojillo de
heliotropos.

[  ]
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POR el último eslabón de la cadena


el duende suda sangre como los cristos antiguos.
Golpea el aldabón del quinto elemento
al compás maestro que vierte en la clótera
a la sangre de su carne.

Estremece verlo entrar con el pandero roto


desbaratando las partías.

[  ]
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calle mayor de santa marina

LA Capirota
está delicaílla...
¡Que le vuelvan al Caído
delante de su balcón!

Fue sonrisa de lirio


franela fina
pluma de garza
primer beso.

Un piconero
le enseñó a echar el duende
que llevaba prendío.

Con la quinta del 24


se lo llevaron a la guerra
de África y no volvió.

[  ]
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QUÍTALE el frío al ténebro


con el compás del martillo enlutado.

Con abanico de calaña


y una cinta de ofensas
pisotea el surco seco
por donde entran y salen
los sones con jaleos.

La pena en su resquicio
pide lo que no es suyo.
Y si dejó de ser,
nadie la encuentra.

Antes de irse
prometió volver por el suelo
que endulza la tentación
de los frutos caídos.

[  ]
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TRES maromas tuyas me atan.

La belleza es un cambio de manos.


El exceso la destruye
y si no la atiendes se derrumba.

Dale bondad, ofrece una trinchera


que le cobije el desapego.

Un tercio mío
quiere desenredarse de ella
como yo de ti.

Pero si me entregas el delantero


le compro piruletas de garabatillo
y tela farisea para rapear en tu lecho.

[  ]
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CONTIGO pasé los Kírios.


Uno con el ten piedad otro
con óyenos.

Como un sacatrapos
tendí las jarcias del capote
que lleva la niebla en su equipaje.
Y a la debla
la monté en la silla de la yegua preñá
para que te entregara mi renuncio.

[  ]
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HAY una forma de que esto se mueva.


Necesitamos un desplazamiento,
vámonos a Barselona tenemos que
salir de estos cuartos llenos de trastos.
Siempre lo mismo desde el tiempo
en que Modesto Ceuta hizo la primera
comunión con lazo al hombro.
Así no se puede tener aspiraciones.
Hay otros sitios. Esto es una broma inhumana.
Con dos papas cocidas y un capote nos apañamos.
Los dos con la boquita caliente.
Así es como se navega bien. Ni a ti ni a mí
nos va a faltar un unto,
el cuerpo es como un resipiente.
Lo que importa
es lo que se le echa dentro.
Tú y yo vamos a seguir juntos
hasta que el infierno se congele.

[  ]
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HABLA la Vargas:
¿Qué hago yo aquí, Amargo?
Un día contigo era como arrancar blanduras.
Desde que sales con la mecanógrafa llevo una losa
del color de la mala suerte.

¡Cuántas cosas te dije y tan malamente dichas!


Se me fue la cabeza.
Hoy quiero perdón y vino nuevo.

Ábreme la sandía que los callaítos


cuando soltáis la melena
os salís por tangos.

[  ]
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l a lira manantiálica
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AGUA de la madre buena del río


sin piedad ensabanada
atada a su cauce
no gesticula como fallecida.

Sin séquito se la llevaron


enteramente categórica.
Su semicosido parpadeo se hundió
al alcanzar el de profundis.

[  ]
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ARRÁSTRATE a mi edad
que la desmedida de tu prisa
destiñe la broza.

Me defiendo de tu seducción
ya que no haces otra cosa que temerme.
Tu identidad destroza mi insegura aflicción.

Le he puesto losa al aguanal del ímpetu


para que se inunde de misterio
tu caudal micropánico.

[  ]
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ERES fuente hecha por encargo


que sella su atractivo.
Si te queda crédito no me recibas.

Entra en zanja y espérame


que traigo la llave del estanque
que te vincula a la humedad
de los trapos limpios con asunto.

No me des cuartelillo a regañadientes


que el auditorio pide a voces
frases del tiempo de las ahogadillas.

[  ]
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A MEDIA tarde moja la alfombra y


vuelca las ánforas repletas.

Confiada se sumerge en la fascinación


de los chasquidos que salpican dígitos.

Tu desenfreno encrespa la montera


y si abates el barranco con hechizo, te bendigo.

[  ]
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TE hablé en voz baja


para no turbar el ingrediente de tu esencia.
Tu ruido llena la espuerta del jornalero
que siega en el poblado.

Los afectos se sientan por la tarde


a la puerta de la fantasía
a ver pasar el pan y el néctar.
Es la hora de la compasión.
La nube se retoca para seducir.

En el equipaje del aguamante


lo que se evapora no se nombra.
De nada vale defenderla de la envoltura que le falta
si al huir se le oxida la estrella.

[  ]
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AGUA, princesa nocturna de los vidriados


ojos. Es tarde. Hay que ponerte lámpara.
Distraída se disfrazó la noche.
Lo que se evapora no tiene regreso.
El secreto de dejar de ser se desvanece.

Te miro con recelo.


Desapareces en la sombra del mar amor.
Y en tu huida arrastras el espectro
del perro que olfatea la caricardina en el lindero.

[  ]
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DUERMO en tu cabecera y
somos ríos distintos.
El mío entresaca limos enfoscados
y el tuyo moja la arena del bajío.
Mi caudal si no tiemblas se para.
En cambio tu delta es gallardo
como una yegua colina
de clarísimo ollero.

[  ]
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EL epifonema se repliega
el ojo del puente entre brisa y trino la dejó pasar.
El ayudante de la discreción levantó la bocana.

Para cazar con armas que seducen


la busco en el arroyo.
Con mimo de vara y un alfiler de plata
acupunté su corazón encharcado
en la cámara del ensalmo.

En su travesía la ventisca, la calma


para que no le arranque el sombrero al placer.

[  ]
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SUBE el nivel del río.


La cariátide golpeada por la lluvia suplica ayuda.
El viento le arranca el ábaco que sostiene su frente.
Para ayudarla me hundo en la corriente.

¿Qué le puede pasar si se derrumba el pastoforio?


Impetuoso le pongo dos calabazas a la esfinge,
me enredo en la dureza de sus pliegues
y llego a la altura de su aliento.

En burla con el palíndromo


la belleza se abandona porque confía
en tu sabor de huerta inundada.
Siempre al borde de un infinito cauce.

[  ]
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SIN espacio mojado no existirían las amantes


horas del jardín del mundo.
Al verla como animal herido en la trocha
arrastrando con crueldad su registro
sin perder el tamborino angélico
ni la prioridad de Sión
me deslumbra su trémolo como sollozo errante
que se enfrenta a destrozar la compuerta del paraíso.

[  ]
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COMO elemento que no sabe fingir


viene de lejos, viaja sola.
Seduce verla llegar por el sediento suelo
de la quebrada del molino.
Aprendió física se fundió en vapor
entre barro y burbuja
tembló en su aluvión.
Ciega de turbación desemboca.

[  ]
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EN la trenzadura de tu reverbero hundí mi vareta.


La fantasía en la alberca asumió su fracaso.
No importa que no hables
ni que remojes tu lamento.
Si lo defiendes ganas
la flor tardía de salínica tela.

[  ]
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a l a p oe sía ,
p or su vecindad c on el b o stezo,
le sobran l as pa l abras
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EL trino que sale de una arquilla, ¿a quién llama?

Certificada te envié mi renuncia


con el sabor salvaje que tiene
la pasajera rueda que te conduce
a la arborescente embriaguez
del encuentro.

[  ]
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UNA flor cuadripétala adorna el plafón del Burlesque.

Saturada de ademanes de raso,


con saliva de cabra helénica,
entra de diva en el Théâtre de L’Empire.

En su esplendor pagoda
diestra su anatómico fenotipo como
una tentación.

[  ]
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FÍJATE en el color que tiene


la señorita que en paz descansa.
Su mórbido perfil semeja
una flor de trapo teñida de martirio.
Al despertar aspira el funículo de dipo-clamidia.
Un deseo enfermo de ventana la mantiene.
El halo apocárpico del otoño la amorata
con el último arpegio.
Un tripodio de troncos enrama la perinola camafea
de la escalinata de finca.
Que ella, con paso frío, la defiende
en los niveles del silencio.
Para atraer compasión se inventa trapisonda.

Yo la estimo.

En papel marquilla, escrito por las dos caras,


quiero enviarle un coronario de suspiros
para que cobre el paro cardíaco.

[  ]
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amores pasajeros al tren


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BAJO la alquimia del enigma


evoqué lo atado al almacén de los infieles.
La lisonja llenó de lágrimas
los recintos sin acceso que me concedieron
subir al andamiaje de la imaginación.

[  ]
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LA misericordia no recibe estipendio.


Al silencio polifónico cautivo en el espejo de Antinea
se le enfrió el neuma.
Con la linterna del instinto alumbra
la mediática postura existencial.

[  ]
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FRECUENTO discrepar.
Al principio me costó consentirlo.
Para lograrlo me vendé los ojos,
me fui de uvas con la lejanía
a la procura del incumplido imposible
que también hiere.

[  ]
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ROTO el recipiente cautivo,


lo mal sembrado se sostuvo.
No me importó invocarlo.
Incluso le pedí que me sellara el documento
que me concede el antiniebla.

[  ]
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MAL se dispone lo que pierde.


Ni siquiera la lluvia llega a ser atractiva
si desafina.
Un eco frío es lo que sobrevive al llanto.

[  ]
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LA vacilante torpeza
que se infiltra por el arco de la naturaleza sin morada
mastica el pan sobrado
con un bocado que perdura
sin alcanzar el fruto enajenado.
La inconsecuencia mortifica el cerrojo
que se filtra por la espejuela abierta del olvido.

[  ]
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EL barro mancha el tejido del libro.


Nada como el ademán del pájaro mosca
para ansiar nubes.
El embaucador revierte su cansancio
con el azumbre que dejan los racimos.

[  ]
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TU punzante atractivo
cruzó la charca por el macizo vergelero.
Enganchado a tu anzuelo
fue como si no existiera.
Fue corta la resistencia
que en mí tengo,
porque vengo a entregártela.

[  ]
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A QUÉ armada pertenece el arquero


que explota el acanto para saborearlo?
Me acerqué al rótulo escondido en tu alquimia.
Le arranqué sin motivo un ramón a tu olivo.
¡Temblé en la maniobra!
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TRASHUMAR contigo tiene presto.


Me voy al barandillo.
No me hagas más feos.
Me empieza a gustar tu sinsentido
en el que los interpares
se alojan sin esmero.
Como el cuervo que picotea la
perinola del tornero
creyéndola fruto.

[  ]
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NO bebes el paso a lo que deja sabor infinito.


¿Qué le queda al instinto cuando no tiene biografía?
La impaciencia estética se cuelga guiños desteñidos,
se calza zapatos plateados
para arrojarse al abismo a sonreír.
Después, cierra la puerta
a la tecla del cromorno.

[  ]
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TU parterre recibe un manantial de nubes


que velazquizan mi interior deshabitado.
Falto de simetría descuidó
la razón de pronunciarse.
Mas hizo hábito de atar lo roto
con la semilla del placer.

[  ]
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MIRO lo que no vuelve


para estrangular el silencio sin eco
donde se derriten los crisólidos.
Respiro en staccato.
Un convulso monocorde
se bajó en marcha del tren de los pillajes
y sorprendió al auditorio.
Se alzó el telón en la boca de orquesta,
desbrozó lazos y tirantes a su paisaje
abotonado a la fascinación.

[  ]
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SI te queda libre la mazurca, concédemela,


que el trino que repica en ti deja huella.
Por ser exhalación se acerca a lo andrógino.
Un mirar pórfido se reviste con las últimas
[ropas del crepúsculo.

[  ]
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HERIDA por la saeta de un tebano


en el ala-cepo yace la tórtola.
Al pie de la agresión se enfría
el insaboro aroma que evoca la ceniza.

[  ]
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EL visitante del crepúsculo


en la huerta del gorjeo ardoroso
perdió su peregrino símbolo.
Yace en un rincón del paraíso Rundí.

[  ]
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TU púrpura, por ser limpia,


husmea en la verdina del véspero.
Sin verte me sonrío bajo la marquesina
que protege el agravio
por el sendero de la evocación.

[  ]
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FUERA de la consumación,
trafico los créditos vencidos.
Para obligarte al amarre en la azalea espinosa
con un rastrillo le hice un surco a tu partida.
El deseo recatado en la bifornia trepadora
se ocultó en el árbol de la media sombra
donde habita el pardillo.
El hilo de la araña va de la adelfilla a la diamela.
Una cueva en el aire
agujerea la Nada.
La hace centinela en el laberinto
trisecular del caos.

[  ]
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EL aire sin enlace ozónico,


como el amor no afable se congela.
Tanta mudanza tarda en nacer
y cuando templa una convulsa espuma,
fertiliza.

[  ]
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A LA inteligencia vestida de trapillo quise protegerla.


Compartí con ella su desnudo inconcluso,
desgarrado, que la dejó sin génesis en un campo de trilla.
No cuento cómo la extraño
sentada en el cabecero sacro del óleo secreto de Canaán.
Antes de que desaparezca por la vereda de las banderolas
la esperaré para decirle adiós con el retiemble
[del amor indeciso.

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EN el poblado de los cornalones


los afectos se sientan por la tarde
a ver pasar el néctar.
Es la hora.
La nube se retoca para seducir.
El halo de una furtiva convulsión
ensanchó su significado.

[  ]
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LOS terrenos del éxtasis me


empujan a devolverte el mobiliario.
La pinza,
el asidero,
la mascarilla del rencor crecido,
la arrogancia del balbuceo,
el último instante.
El cuarto acto con el moqueo
del llanto de las Troyanas.

[  ]
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BAJO el techo del hospitalillo donde la curaban,


la malcontenta entró en letargo.
Antes habló.
El pánico del vuelco estrangula con un látigo la virtud.

[  ]
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VOLUNTARIOSA golondrina
que le plantó cara a la bestia fea.
La dueña del huerto que lo pasea
con ritmo de zaranda.
La que pide poco.
La antipánica que limpia el manantial
custodiado por alas en el arroyo de la gloria.

[  ]
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IMAGINO que miro la turbia estampa con rasgos


que desfiguran el atuendo del Tevere
arrinconado en el traspatio acústico
como los vehículos en el Piazzale Roma,
sustituyendo la estrada infosa por los canales.

[  ]
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EL polispermo habla con su alma.


Elígeme que quiero oír el grito vencejero en la orilla célibe.
Lo insinuado busca compañía
para explicarse en clave íntima en la cámara oscura.

[  ]
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MÁQUINA vacía sin lágrima,


cielo sin globos.
¿Cómo estás hoy de silencio?
Lo que existió desatento oscila sin horario.
El alienado acepta que lo atrapen.
El reconcilio, como flor de graílla,
desconoce lo que el espíritu le aporta.

[  ]
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A LOS toldos del champán matutino


del conde Lombardi en el Lido véneto
acuden altas cabras del derivativo erótico.
Caras de clientes de testa-borgoñona,
gestos de ponzoña en la crápula
maltratada por la batallación que supone
conseguir el convite altisidoro,
que en el fondaco del turno,
viso que se amolda
al irreconciliable frontispicio pagano.

[  ]
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ANTES de que la santanera descienda de la jácena


vamos a jugar a los conventos.
Con espeso ramaje pinté una Tebaida.
Estén hechas todas las diligencias
para que el placer abra por la tarde.
Vamos a desabrocharnos el cinturón de estrellas
por el pasadizo de la sensualidad
convocando al júbilo para que baje el telón.

[  ]
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POR la quemaílla del llano


un zagal indefenso llena la jarrilla
con el agua central del paraíso.
Al desvalimiento no le duele dejar
que la broza del suelo la vista de barro.
La torpeza no confunde
la carestía con la inutilidad.

[  ]
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EL río sigue la huella pantanosa de un hijo biológico


y no sabe dar con él.
Lloroso hunde su infortunio en el azacán.
Sediento, no sabe besar.
La sed viene del mar.
En el Olimpo busca un cauce sin guía.
Sin aliento cabalga en la roca,
asalta la poterna medio oculta,
invade el jardín rosero,
rompe el tropo.
Y para calmarlo le entrego un afluente mío.

[  ]
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GRIMALDO de Campeche,
amante indómito,
enteramente pluscuamperfecto,
corteja a una morisqueta
de pescuezo calórico y la subrevuela.

[  ]
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LA tanagra del tabernáculo en la Serenísima


se enchortó con un forastero
que la dejó sin voz.
Su cuello de lirio
era un manantial
que arrastraba chirimotes y pináculos
a su graciosa geografía,
vinculada a la gloria del héroe
ido a los Hades.

[  ]
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A LA poesía, por su vecindad con el bostezo,


le sobran las palabras.
La escritura afortunada no frecuenta el adorno.
Despojarse cautiva.
La pequeña flor no sabe lo que es caer simpático.
Lo que no se nombra por su leve presencia
no precisa discurso.
Hasta la tristeza suspira con deleite
cuando la naturaleza se descalza.
Lo desnudo merece un dios.
Todo lo demás es periodismo.

[  ]
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sueltos e inéditos
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jardín del guerra

ERES jardín todas las estaciones de la misericordia


y como ellas, al cambiar, me dejaste
el doble gozo de una esperanza,
la fuga lejana de un recuerdo,
en ese pequeño espacio que eres tú, escondido
en la paz de tus rincones imaginados
donde las tardes
caen –como desconocidas fiestas de otros tiempos–
divinas, únicas, inexplicables...

Tu puerta nunca la abrirá mi mano


porque todo lo que la rodea arde,
como ardo yo en el amor que no viví
en estos sitios tuyos –jardín– llenos de vacíos.

Todos los motivos de mi pasión humana


están en ti encerrados,
mi mirada se perdió hace ya mucho en ti
–pequeño jardín, escondido–
y verte otra vez de pronto, sin acordarme apenas
que existías, me dejó absorto;
la sencillez de tu camino entre macetas vista desde la calle,
los rincones, donde se condensa la tristeza
de unos días nublados, donde el leve roce de las hojas
recuerda otros días húmedos, antiguos días
oliendo a naranjo mojado por la lluvia,
todo lo visto, tantos días desde la ventana tantas veces...

[  ]
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Ese pequeño espacio escondido, entre plantas


con la verja, que guarda el secreto inmarcesible
que el crepúsculo tarda en dejar,
el impalpable aroma,
mi deseo que no conseguí enterrar
porque adoraba su zumo envenenado,
todo, tú lo recordabas –nido, planta, jardín–
y como a un ser sensible, te descubrí
al ver el final de tu camino,
sólo empapada fragancia de otras veces...

Noté que palidecía al reencontrarte


como si viera con los ojos cansados las cosas que se fueron,
verte fue dolorosísimo –tú lo sabes jardín, tú únicamente–
y como un niño maltratado
que halla consuelo en dormir,
apoyando la cabeza en la almohada,
suspiré sumergiéndome en sueños
con el ruido constante de tus alas,
y el aire escondido entre tus naranjos
se entró en mí lleno de angustia,
y recordé los días.
Otros días de Córdoba en lejanas ferias
cuando todos bajo luces eléctricas paseaban.
Tú –nido cerrado, escondido–
perfumabas la calle abandonada
y suspenso te hundías en tu tristeza,
y eras éxtasis de tu propio olvido.

[  ]
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Yo hubiera paseado a lo largo de tu verja cerrada


aspirando en la escasa claridad del anochecer
aquella soledad tuya que tanto respondía a la mía
mi soledad dormida tanto tiempo,
y que de pronto tú me has recordado.

Qué imposible es quedarme en ti, jardín,


como un pájaro que no se detiene en las adelfas
por el veneno de sus hojas.
Pasé por tu verja, miré angustiosamente y seguí,
luego volví de noche cuando nadie se extrañó
de que mi sombra se parara delante de tu reja
para envenenarse.

Córdoba, Miércoles Santo de 1947

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LÍMPIATE el párpado y da
un sorbo al drink
que voy a apadrinarte. Si
me das lo que te sobra
verás cómo te sirve
lo que llevas dentro.
Te dejo la caja de bengalas
para que no tropieces
cuando atravieses la
oscura plenitud.

[  ]
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ÍNDICE
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prólogo, Juan Carlos Reche . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7


esta edición . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
bibliografía poética . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

si la marlene viniera
si la marlene viniera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17

sostenida bajada c ontin ua


para agrandar el camino que me llevara . . . . . . . 21

d o n d e n u n c a s e hac e ta r d e
( e l v i e n t o pa s a t a r j e t a )
el eremita estrena la portada . . . . . . . . . . . . . . . . 25
los estorbos fríos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
rechazos de oferta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
madrigal revestido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
atrapado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
la compañía volteada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
cita de la baja nube . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
malhumoroso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
planeta secreto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
puerta de la carta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34
visitación, la verdulaga . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
sainete que sale del armario . . . . . . . . . . . . . . . . . 36
canción de embalo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37
escenario que evita el arabesco . . . . . . . . . . . . . . . 38
hermético bolero de la primera peseta . . . . . . . . . 39
los agachados levantan
un espejo ( escenario honra ) . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
el visitante de la cañamera . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
boda en san sebastián de la calle atocha . . . . . . . 42
la trampa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43
imitadores de secano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44
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can can-cántico
resta poética . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . 47
enigma . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . 48
rosa, rosae . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . 49
bolero de la pecadora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50
papela del pellizco de una rosa . . . . . . . . . . . . . . . 51

e l e x c e l e n t e i n o lv i d a b l e
reparto de una trasmisión . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55
sensualda da silva en el espejo . . . . . . . . . . . . . . . . 56
séneca escénica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
el excelente inolvidable . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58

bro camanto (notificad o de una carestía)


. . . . . . . . . . . . 61
invención a dos voces . . . . . . . . . . .
marcha de la ceremonia del turco . . . . . . . . . . . . 63

síntesis
hermético bolero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67
perfilera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68
apriorístico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69
hoguera inmutada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70
guitarra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71
el peso de lo edénico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 73
paseo que desconoce . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74

manantiálica
preámbulo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77
arrebato irreflexivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78

a v e r s i s e at r e v e e l v i e n t o
( s o b r e d i o s d e l a t r av e s u r a )
ángel anacoluto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81
el ángel mal graduado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 82
lámina presumida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 83
independiente arcángelo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84
atractor impaciente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85
navío de argos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86
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hortelius . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 87
ángel africado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88
ángel exento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89
ángel abstraído . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90
vendaval del jueves santo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91
ángel peruano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92
el inconformista sin alas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93
reposo del misterio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94

l a t a r d e e s pa c a
lo importante de una obra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97
¡se habla de mis formas! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98
alegato de un creador subalterno . . . . . . . . . . . . 99
componente arqueológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100
desbiche . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
coup d ’ eclat . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102
canto de las cabras en el aljibe
ascético des tuilleries . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104
respuesta incontenida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105
la atribulada vuelve . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106
terca y dimite . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107
una que tampoco lo acepta . . . . . . . . . . . . . . . . . . 108
mandos perpetuos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109
la inexacta informalidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111
final . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113

l a r o n d a d e l a c o pa ( r e g a l o e s n a c e r e b r i o )
en la estación del banquete . . . . . . . . . . . . . . . . . 117
tu calle tiene voz . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118
por santiago pintan las uvas . . . . . . . . . . . . . . . . . 119
el sobreoír agudo del arroyo . . . . . . . . . . . . . . . . 120
estampa de una euforia interior . . . . . . . . . . . . . . 121
visita de amante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122
epígrafe funerario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123
canción de la abrazada en losa . . . . . . . . . . . . . . 124
desconcertante de una ruptura indignada . . . . . 125
el territorio rebosado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126
martín nazario de montalbán . . . . . . . . . . . . . . . . 127
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intercesión de un residente en la tierra


por el indulto de un ángel . . . . . . . . . . . . . . . . . 128
imago . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129
pido regeneración total para los enfermos . . . . 130

t r av e s í a d e l a h u m e d a d
se abren los días masticados . . . . . . . . . . . . . . . . . 133
todas las tardes sostienen un empeño . . . . . . . . . 134
súplica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 135
cuando se descuiden los olivos . . . . . . . . . . . . . . . 136
atrapado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137
yo repartí mi vida contigo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138
moratalla . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 139
a romelia de la concepción . . . . . . . . . . . . . . . . . . 140

el andaluna (linaje del sur)


andantonio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 143
gabriel . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 144
pala de llama . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145
barroca de ramos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 146
el cristo del remedio de animas. córdoba . . . . . . 147
el caminante de la sanación . . . . . . . . . . . . . . . . . 148
gravedad despojada de una alteración . . . . . . . . 150
cortilandia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151
mascota de luna . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 152
el diestro cigarrito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153
amébula . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 154
el amante virtual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155
asideros donde la tristeza se recoge . . . . . . . . . . 156
banderillero con alas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 157
antañonas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 158
figuras del centro de reflexión vinícola . . . . . . 159

l a equis mística
umbráculo . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . 164
el método se posa en la rama . . . . . . . . . . . . . . . . 165
la caza del asfódelo oliváceo . . . . . . . . . . . . . . . 166
revés de un cromo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167
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príncipe de los paisajes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 168


rosa móvil . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169
el metafisicante . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 170
desánimo del mimbre . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171
¡haremos las paces, que no se diga más! . . . . . . . . 172

cantos al amorsillega
gabillas pajizas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 175
renglón afilado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 176
trato sofocado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 177
halografía del zarandeo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 178
anímico embeleso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179
martes santo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 180
puerta de la nostalgia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 181
agua-ardiente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 182
¡por cuchufletas! . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183
desviado día . . . . . . . . . . . .
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 184

c au t i v o p l a c e r a c o r a z a d o
la noria saja el agua . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187
yo no sabía apreciar las estatuas . . . . . . . . . . . . . 188
caricia del alfarero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 189
te has hecho insolidaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 190
señorita, alivie usted su crispada . . . . . . . . . . . . . 191
el agradador . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 192
la manita mata, mustelino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 193

notificad o de una carestía


la comadre clementina de jesús . . . . . . . . . . . . . . 197
. . . . . . . . . . . . . . 198
así se le fue la vida . . . . . . . . . . .

h o s pi ta l i t o a m a n o d e r e c ha
canéfora . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 201
soria sueña con la girafa de sevilla . . . . . . . . . . 202
acuérdate jesús mío . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203
por el último eslabón de la cadena . . . . . . . . . . . 204
calle mayor de santa marina . . . . . . . . . . . . . . . . . 205
quítale el frío al ténebro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 206
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tres maromas tuyas me atan . . . . . . . . . . . . . . . . . 207


contigo pasé los kírios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 208
hay una forma de que esto se mueva . . . . . . . . . . . 209
habla la vargas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 210

l a lira manantiálica
agua de la madre buena del río . . . . . . . . . . . . . . . 213
arrástrate a mi edad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 214
eres fuente hecha por encargo que . . . . . . . . . . . 215
a media tarde moja la alfombra . . . . . . . . . . . . . . 216
te hablé en voz baja . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 217
agua, princesa nocturna de los vidriados . . . . . . 218
duermo en tu cabecera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 219
el epifonema se repliega . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 220
sube el nivel del río . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 221
sin espacio mojado no existirían los amantes . . . 222
como elemento que no sabe fingir . . . . . . . . . . . . 223
en la trenzadura de tu reverbero . . . . . . . . . . . . 224

a l a p oesía, p or su vecindad
c o n e l b o s t e z o , l e s o b r a n l a s pa l a b r a s
el trino que sale de una arquilla . . . . . . . . . . . . 227
una flor cuadripétala adorna . . . . . . . . . . . . . . . 228
fíjate en el color que tiene . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229

a m o r e s pa s a j e r o s a l t r e n
bajo la alquimia del enigma . . . . . . . . . . . . . . . . . 233
la misericordia no recibe estipendio . . . . . . . . . . 234
frecuento discrepar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 235
roto el recipiente cautivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . 236
mal se dispone lo que pierde . . . . . . . . . . . . . . . . . 237
la vacilante torpeza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 238
el barro mancha el tejido del libro . . . . . . . . . . . 239
tu punzante atractivo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 240
¿a qué armada pertenece el arquero . . . . . . . . . . 241
trashumar contigo tiene presto . . . . . . . . . . . . . . 242
no bebes el paso a lo que deja amor infinito . . . . 243
tu parterre recibe un manantial de nubes . . . . . . 244
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miro lo que no vuelve . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 245


si te queda libre la mazurca . . . . . . . . . . . . . . . . . 246
herida por la saeta de un tebano . . . . . . . . . . . . . 247
el visitante del crepúsculo . . . . . . . . . . . . . . . . . . 248
tu púrpura, por ser limpia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 249
fuera de la consumación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 250
el aire sin enlace ozónico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 251
a la inteligencia vestida de trapillo . . . . . . . . . 252
en el poblado de los cornalones . . . . . . . . . . . . . 253
los terrenos del éxtasis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 254
bajo el techo del hospitalillo . . . . . . . . . . . . . . . 255
voluntariosa golondrina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 256
imagino que miro la turbia estampa . . . . . . . . . . . 257
el polispermo habla con su alma . . . . . . . . . . . . . 258
máquina vacía sin lágrima . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 259
a los toldos del champán matutino . . . . . . . . . . . 260
antes de que la santanera descienda . . . . . . . . . . 261
por la quemaílla del llano . . . . . . . . . . . . . . . . . . 262
el río sigue la huella pantanosa . . . . . . . . . . . . . 263
grimaldo de campeche . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 264
la tanagra del tabernáculo . . . . . . . . . . . . . . . . . 265
a la poesía, por su vecindad con el . . . . . . . . . . . . 266

su e lt o s e i n é d i t o s
jardín del guerra . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 269
límpiate el párpado y da . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 272
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se terminaron de imprimir estas


poesías escogidas
el  de marzo de ,
día en que ginés liébana
cumplió sus cien primeros
años de vida

consta la edición de setecientos ejemplares


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CAPÍTULO V
CONCLUSIONES
LA DESUBICACIÓN EN EL CANON DE LA POESÍA DE GINÉS LIÉBANA

215
¡Qué solos vamos a estar, pero qué bien!
CH. H.

La tesis principal que se perseguía al comienzo de esta investigación era la de demostrar


que Ginés Liébana es también un escritor y de interés, a diferencia de la manera en la
que algunos críticos o intelectuales se han venido refiriendo a él en las últimas décadas.
Su labor plástica y pictórica es central en su trayectoria artística, pero también tiene un
gran valor su labor literaria, que, en muchas ocasiones, no ha sido reconocida. Dicha
obra literaria se encontraba sin reunir, clasificar y analizar antes del comienzo del
presente trabajo.

Se ha realizado una investigación para recopilar su obra literaria publicada y depositada,


localizándola y distinguiéndola del resto de publicaciones no literarias, y se ha fijado la
bibliografía literaria primaria, estableciendo un corpus literario dividido en dos géneros:
teatro y poesía. Asimismo, se ha incluido en la bibliografía una selección de
publicaciones sueltas y dispersas de estos géneros, como poemas o piezas breves en
revistas o volúmenes colectivos.

Además, al centrarme en la parte poética, se han perseguido otros dos objetivos:


estudiar someramente su obra poética, y antologar y publicar una selección de su
poesía. Para caracterizar su obra poética, se ha generado una distinción en etapas o
momentos, comentando brevemente cada uno de ellos, acompañándolos con algún
texto significativo. Por lo que respecta a la delimitación de su poética sincrética y
personal, se ha estudiado a la vez que su biografía, ya que ambos aspectos han influido
recíprocamente en el artista Ginés Liébana. También se ha realizado una valoración de
su recepción crítica y las razones de su exclusión de prácticamente todos los cánones
literarios de la época, ya sea el del Postismo, el del Grupo Cántico o el panorámico de
entre siglos.

Además, se ha podido estudiar y ejemplificar en este caso concreto los mecanismos que
se generan, no solo por parte de la crítica literaria, sino también de los mismos posibles

216
compañeros de grupo a la hora de establecer el canon literario; es decir el olvido al que
se destinan algunos poetas-islas o heterodoxos.

Por último, se ha realizado una antología que se ha publicado en editorial altamente


indexada, antologando 197 poemas. Para ello se han seguido tres de los criterios
enunciados por Ruiz Casanova (2007): la ejemplaridad, la representatividad, y que la
antología pueda ser leída como un libro. Dicho volumen ha tenido una positiva recepción
crítica167.

Con respecto a la recepción crítica de su obra literaria, son muchísimas y de gran


importancia las plumas que han escrito sobre el autor que me ha ocupado estos años 168,
o con él, pero normalmente son textos que hacen referencia a su persona, a alguna
anécdota, a su faceta como artista total o su pintura. Incluso algunos importantes
literatos se han visto en dificultad a la hora de enhebrar su trayectoria artística y vital169.

Sin embargo, puede afirmarse que la atención crítica que ha recibido su obra ha sido
escasa y poco profunda con respecto a la gran cantidad de obra publicada, salvando
algunas excepciones a las que ya he hecho referencia anteriormente. Hay una multitud
de artículos y notas de prensa que dan noticia de algún evento o presentación, pero que
no entran en un análisis más allá del meramente informativo. La cantidad e importancia
de autores y paratextos dedicada es enorme (incluyendo tres ministros), pero la mayoría
nadan en la superficie de su obra o son meras presentaciones institucionales, prólogos,
pórticos, proemios, prefacios, postfacios, solapas, exordios, notas de introducción,

167Se puede consultar parte del dosier de prensa en el repositorio de la editorial:


https://www.comares.com/libro/si-me-pides-romero_118978/ Consultado el 26/03/2023.

168 Liébana es un artista al que hay que reprocharle su pereza en aparecer ante el público. Hay que
agradecerle su dimensión de artista; es decir, una mano sabia puesta al servicio de una gran imaginación.
En una época en que el artista, salvo contadas excepciones, se limita a explorar escasos esquemas
formales, Liébana nos ofrece una diversidad enorme de temas. José Hierro (Ánfora Nova: 28)

169 Ginés Liébana, hombre del Renacimiento que no divide en parcelas las artes plásticas y las literarias,
porque para él solo existe el Arte, se rebela ante la idea de un currículum con fechas ordenadas, etc. Por
ello hemos extraído párrafos de críticas de diversas exposiciones y damos una sucinta relación de la
trayectoria de su vida. Francisco Nieva (Ánfora Nova: 20)

217
entrevistas, semblanzas o retratos líricos, que no entran en el análisis literario de su
obra. Además, la crítica literaria o de reseña170 de su obra es bien escasa. Que a un autor
con más de cuarenta títulos se le hayan dedicado apenas un par de artículos en
publicaciones indexadas es, cuando menos, paradójico. Y si se busca su nombre en las
historias de la literatura reciente, o en volúmenes relativos al Grupo Cántico o el
Postismo, solamente aparece, en la más feliz de las ocasiones, como ilustrador.

No deja, por lo tanto, de ser paradójico que algunos de los eventos o ediciones
preparadas como homenaje en ocasión de su centenario, como el volumen 100 años de
creación, preparado por la Real Academia de Córdoba, cuente con un variado elenco de
escritores y críticos literarios que, a la hora de rendir homenaje a Liébana, prefieren
hacerlo con una semblanza lírica, un poema, y no con un estudio crítico de análisis. La
mayoría de los textos críticos de esos volúmenes son recopilaciones de textos
publicados décadas atrás. Por qué ha recibido tan poca atención crítica la obra literaria
de Liébana y tanto texto ligero en prensa es una pregunta que puede ayudar a entender
mejor la desubicación de su obra en el canon, o tal vez sea parte de la misma respuesta.

En este sentido, la manera en la que se le ha mencionado o hecho referencia ha variado


con los años y dependiendo de la persona que lo hiciera171. Para algunos ha sido el pintor
de Cántico, para otros siempre ha sido pintor y escritor, o pintor y poeta. Por poner un
ejemplo, cuando en 2009 Guillermo Carnero publica la reedición de su libro El Grupo
Cántico de Córdoba, un episodio clave de la historia de la poesía española de posguerra,
Liébana no aparece más que como ilustrador, a pesar de tener ya publicada una
abundantísima obra literaria, a diferencia de Vicente Núñez que finalmente es incluido
en el canon del Grupo Cántico. Sin embargo, Rafael Inglada (2010: 259-268), aunque lo

170Además de algunas entrevistas en periódicos nacionales, normalmente El País, solamente alguno de


sus volúmenes ha tenido una acogida crítica más bien normalizada, como Bestiamante, al estar publicado
por el grupo editorial Almuzara.

171Entre las excepciones, cabe señalar el espacio que la Fundación Antonio Gala, en su exposición
permanente, dedica a Liébana con un dibujo y carta manuscrita, cuya cartela lo identifica como “ Dibujo
de Ginés Liébana, pintor y escritor miembro del grupo Cántico. Córdoba, 25 de mayo de 2000.”

218
incluye172 en el apartado “Los ilustradores”, tiene la deferencia de reproducir ocho de
las cubiertas de sus libros con las referencias bibliográficas.

Los recientes estudios y homenajes a Cántico, aun estando la obra literaria de Liébana
ya firme y consolidada, lo ignoran totalmente como poeta del canon de Cántico, como
son los de Rendón, Inglada, Villena o Carnero173. Es como si el Liébana escritor no
pudiera “contaminar” ese mausoleo a medio cincelar llamado el Grupo Cántico. Como
si la estética predominante y única fuera la de García Baena, dejando en un segundo
plano o directamente en el olvido las otras estéticas de Cántico174, como pueden ser la

172En el apartado “Los poetas” incluye a Vicente Núñez, como ya lo hiciera Luis Antonio de Villena
(2007) y Guillermo Carnero (2009).

173 Cabe traer a colación, como excepción a la norma, que algunos críticos como Bernd Dietz (2017, 2017b,
2021 y 2021b), y en diversos trabajos, han defendido siempre la obra de Liébana como la de más interés
del Grupo Cántico: “Ginés Liébana es un inusitado e irrepetible escritor, un raro que vale un potosí y al
que no pocos ensalzan de boquilla por respeto a su fama como pintor, aunque sin calibrar su originalidad
y mérito, y reputándolo inferior a los poetas canónicos de Cántico, quienes, siendo conmovedores,
preciosistas y notables, desempeñan una función menos heterodoxa y, ni de lejos, tan palpablemente
angelical. Tan prometeicamente volcada en agrandar el campo del conocimiento y la belleza desde una
valerosa soledad. Yerran, entonces, los que así lo subestiman, acaso desconcertados por su audaz
peculiaridad, su proclividad al esperpento y sus defectos formales. Si existe una sindéresis gramatical,
estilística, métrica o retórica, tal cosa va a ser maltratada a conciencia por él más allá del descuido o la
liviandad caprichosa de un experimentador libérrimo. En consecuencia, será superando por honesta
convicción este factor, y no pasándolo por alto, como podamos atrevernos a afirmar que Ginés no
resplandece menos como literato que como artista plástico, y ello a pesar de que ninguna editorial de
campanillas haya aceptado incluir en su catálogo un poemario suyo.” (Dietz: 2021, 7-8)

174 Daniel García Florindo en un reciente estudio sobre la obra de Juan Bernier se detiene también en la
recepción de su obra y en su ubicación en el canon, comparándolo con la de Pablo García Baena: “En el
año 2011 (aniversario del centenario del nacimiento del escritor) se prologó y editó la Poesía completa de
Juan Bernier en la editorial Pre-Textos. También la misma editorial publicó ese año la obra póstuma de su
Diario, editado por Juan Antonio Bernier. Para la cubierta del Diario, la editorial Pre-Textos, con buen
criterio, seleccionó el retrato de un joven Bernier que Ginés Liébana realizó en tinta, lápiz y acuarela sobre
papel (25 x 16 cm), en 1990, pocos meses después de la muerte del poeta el 9 de noviembre de 1989. Se
trata, pues, de un homenaje pictórico del artista a su compañero y amigo, tras su fallecimiento. Sobre la
firma de Liébana, el pintor inscribió, a modo de epitafio, la leyenda: «Juan Bernier, rama desprendida del
árbol de Cántico». Con esta declaración Liébana no solo asocia el nombre de Cántico a la vida, sino que
también nos ofrece, sin pretenderlo, una clave de lectura de la obra poética de Juan Bernier que se opone
al relato oficial que la crítica hegemónica ha mantenido para consolidar, bajo el paraguas del grupo
Cántico, los principios de una estética común, baluarte de una poesía que se opondría, especialmente, a
la tendencia social y realista desplegada profusamente en el panorama poético español tras la Guerra
Civil, especialmente, durante el período franquista de los años 40 y 50. En contraposición a la referida
«rama desprendida del árbol de Cántico» no deja de ser curioso el título con el que Juan Antonio González
Iglesias y Antonio Portela recopilaron una gran selección de la poesía de Pablo García Baena en 2008 con
motivo de la concesión al poeta del XVII Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana: Rama fiel, título
homónimo de uno de los poemas de Fieles guirnaldas fugitivas (1990), que resulta revelador de una
oposición a esa «rama desprendida» que simboliza la obra de Bernier con respecto a la del resto del grupo
Cántico. Efectivamente, en la obra de García Baena encontramos bien encajados esos presupuestos

219
más filosófica del Juan Bernier175 de En el pozo del yo, la afeminada y gamberra de Julio
Aumente en El canto de las harpías o Los patinadores176, o la vanguardista, heterodoxa
e iconoclasta de Ginés Liébana.

Y es que es difícil, incluso para muchos críticos literarios, imponer sus ideas contra otros
colegas con más poder de decisión en la escritura de las páginas del canon. Podría traer
a colación las palabras del prólogo “Ginés Liébana o el olvido inexplicable” del profesor
de la Universidad de Virginia, Pedro Larrea177, que en cualquier caso dejan un poso tan
inexplicable como la dedicatoria de Guillermo Carnero178 a Pablo García Baena en la
segunda edición de El Grupo Cántico de Córdoba. Un episodio clave de la historia de la
poesía española de posguerra179. Pero nada comparable a la lectura del Grupo Cántico

asignados a la estética del grupo en el pionero estudio de Guillermo Carnero sobre el grupo, pero en el
caso de Bernier, especialmente, no solamente resulta problemático asumirlos sin más, sino que es
necesaria una revisión de las posiciones que ha ocupado su obra en el campo literario para comprender
las contradicciones y los desajustes que la recepción crítica de su obra hayan podido generar. Sin duda,
ciertos aspectos de esta poesía se han desatendido al englobarla en esas directrices que el crítico y poeta
novísimo sintetizaba así: «Acaso la tendencia más relevante de Cántico sea la abrumadora presencia de
un intimismo que, si bien procede de las emociones y experiencias de la vida cotidiana, se expresa al
margen de todo realismo y de todo descriptivismo directo de sensaciones o sucesos. Por esta razón puede
aplicársele el calificativo de culturalista» (Carnero, 1976: 42).”

175
Liébana dedica la segunda edición de La Ronda de la Copa “A Ricardo Molina y Juan Bernier, ramas
desprendidas del árbol de Cántico.”

176La sátira, el desparpajo, la desvergüenza se unieron al viejo culto por la belleza en libros como El canto
de las arpías (Libertarias, 1993), Rodolfo el patinador, o El ocaso de la noche (Rafael Inglada Ediciones,
1995). Era un poeta de verdad. Mentirá quien diga que el disparate mejoró su poesía, pero será torpe
quien sea incapaz de descubrir al buen poeta y al enamorado verdadero bajo sus disparates. (García
Montero, 2006)

177¿Cuáles son los motivos que pueden explicar esta gran paradoja, la de un artista muy bien conectado
cuyas obras literarias, publicadas o no, van a parar a un limbo de desatención pública? Muchos, pero sólo
voy a señalar uno, que me parece fundamental: la exclusión forzada del Liébana escritor del proceso de
revalorización del grupo Cántico en los últimos años. A pesar de la recuperación de los artistas de Cántico,
grupo del que el gran Pablo García Baena es cúspide en cuanto a poesía, ese proceso, si bien le reconoce
como dibujante e ilustrador, ha dejado fuera, inexplicablemente, la creación literaria de Liébana. […] pero
creo firmemente que se le ha hecho un flaco favor a Liébana al borrar su nombre y su presencia del centro
de Cántico. (Larrea: 7-10)

178Vid anexo 7.12. En la página 7, bajo una fotografía en blanco y negro donde Pablo García Baena lee
desde un atril en un salón flanqueado por dos columnas y una fastuosa estatua, se lee: “donec totum
impleat orbem” cuya tradución es “hasta llenar el mundo entero”.

179El volumen, que sirve para actualizar y aumentar la edición de 1976, tiene varias novedades. Además
de la inclusión de Vicente Núñez en el canon (Carnero agradece en dos ocasiones del prólogo la aportación
económica de la Fundación Vicente Núñez, sin la que no habría sido posible la publicación del volumen

220
que hace el realizador Sigfrid Monleón en su largometraje del año 2016, en la que se
llega a decir que el único autor vivo del Grupo Cántico es García Baena, lo que lastró la
recepción del largometraje (Contreras, 2017) con una polémica.

Solamente la periodista y crítica literaria Rosa Luque ha tratado a Liébana con un mínimo
de coherencia en lo que se refiere a su recepción literaria en el Grupo Cántico. En su
libro sobre el grupo (2011), además de la estupenda entrevista “La alegría de vivir. Ginés
Liébana: un creador en la sombra con vocación descubridora”, incluye, en la sección de
anexos, una breve selección de poemas de autores principales y afines al Grupo Cántico
como José de Miguel o Rocío Moragas, en el que incluye también el poema “Lo mal
instruido” del libro Síntesis. Este gesto por parte de Rosa Luque Navarro, de incluir en el
conjunto de Cántico, incluso parcialmente, la obra literaria de Liébana, es prácticamente
único en su recepción literaria, y ejemplo a seguir180.

Y ¿qué decir del Postismo que no se haya reflejado ya en las páginas anteriores?
Solamente queda traer a colación el íncipit de estas conclusiones. Se trata de la última
frase del “Primer manifiesto del Postismo181” (Pont:247-260), que, aunque pueda
resultar sorprendente, no lo firma Carlos Edmundo de Ory, sino del autor de Música
Celestial y otros poemas, Eduardo Chicharro, que firmaba por entonces como Chicharro
Hijo. Pareciera escrita para ellos, los postistas que entraron en el canon en primer o
segundo plano, y para los que se quedaron fuera, como Ginés Liébana. Por ello, me
gustaría que las últimas palabras de este trabajo fueran también de Chicharro, uno de
los tres postistas fundadores del movimiento, aún hoy -año en el que se celebra el
centenario del nacimiento de Carlos Edmundo de Ory- en vías de asentar su nombre en

en la editorial Visor), se actualiza el álbum fotográfico (sólo con fotos de Vicente Núñez y Pablo García
Baena), o se añade la dedicatoria citada.

180El volumen se estructura en torno al capítulo “Los protagonistas” donde hay entrevistas y textos sobre
Ricardo Molina, Juan Bernier, Pablo García Baena, Mario López, Julio Aumente, Miguel del Moral y Ginés
Liébana. Seguidamente los capítulos “Los allegados” con apartados dedicados a Vicente Núñez, Rocío
Moragas y Rafael Camueso, “Las mujeres de Cántico”, “Epílogo”, “Anexo poemas” y “Anexo fotográfico”.
Nótese que, a diferencia, de Carnero, de Villena e Inglada, coloca a Vicente Núñez fuera del núcleo duro
del grupo, concretamente en el apartado “Los allegados”.

181 Publicado originariamente en Postismo, 1945, p. 4-5 y 12-13.

221
el canon literario y de que su obra sea conocida por el lector de poesía y reconocida por
la crítica:

NOS ECHAN DE LA POESÍA182

Hemos salido a la calle con nuestros versos; hemos hecho público el secreto que
hace meses veníamos resguardando de miradas ávidas y en algo
malintencionadas; hemos dado ser concreto a aquello que en nuestra alma y en
nuestra oscura entretela iba acumulándose y afinándose hacía años, y ya los
unos tocan clarines de escarnio y otros niegan nuestra clarividencia y
autenticidad y nos llaman soeces nombres de surrealistas y hasta de ultraístas;
mientras otros, aún cegatos, no ven nuestra alta progenie.

182 (Pont: 423). Anteriormente en La Cerbatana, Madrid, 1945, p.4

222
CAPÍTULO VI

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231
232
CAPÍTULO VII

ANEXOS

233
7.1 Texto de solapa de Cantos al Amorsillega y Hospitalito a mano derecha

Ginés Liébana (Torredonjimeno, Jaén, 1921). Hasta su adolescencia vive en Córdoba,


donde forma parte del Grupo Cántico junto a Ricardo Molina, Juan Bernier, Pablo García
Baena, Julio Aumente y Mario López. Esta generación cordobesa, que fue aplastada por
la cultura oficial, pasa por largos años de incomprensión y silencio: años que Liébana
aprovecha para vivir y viajar intensamente por todo el mundo: París, Río de Janeiro,
Suiza, Lisboa, Venecia… En los sesenta se asienta en Madrid, donde permanece dedicado
plenamente a su obra. Su pintura, elaborada, miniaturista, mágica y simbólica, refleja
toda la sensibilidad andaluza, intensa, ritual y sensual. En la literatura se mueve
magistralmente entre poesía y narrativa. Algunas de sus obras son: Donde nunca se hace
tarde, El libro de los Ángeles, El mueble obrero (Redoble bárbaro), El navegante que se
quedó en Toledo, Resucita Loto, Penumbrales de la Romeraca, Síntesis, La tarde es Paca,
Travesía de la humedad, El Andaluna (Linaje del Sur)…

AÑOS 20. Nace en Torredonjimeno (Jaén), 1921. Por entonces las cosas son de gran
tamaño. Con tierna edad se va a vivir a Córdoba, y descubre el lenguaje irónico.

AÑOS 30. Entre sus amigos están Pablo García Baena, Juan Bernier y Ricardo Molina.

Empieza a formarse el espíritu de Cántico. Córdoba provoca la necesidad de vivir de una


forma creativa. Descubre el valor del paisaje y el sentido festivo de las Costumbres.

AÑOS 40 (Madrid). Forma parte de la Redacción de las publicaciones: El Español, La


estafeta Literaria y Fantasía.

Desde el Liceo Francés, correspondencia con Ricardo Molina sobre literatura francesa.

AÑOS 50 (París, Río de Janeiro, Lisboa…). En París acompañado de la pianista


clavecinista O. do Nascimento frecuenta el Salón Artístico de los Bois-Rouvrays-Polignac.

Practica el dibujo del natural enamorado de la belleza. Se disuelve en el compromiso no


permanente al comprobar que el contraste de pareceres era posible.

Nace la dispersión. Todos alrededor de la mesa.

Indiferencia por el “Tachismo” y consiguiente marginación por la dictadura de los


abstractos.

Se convierte en el marginado vergonzante.

Deslumbrado por hedonismo del Brasil, una continuidad de la Andalucía de Cántico.

AÑOS 60. Abril del 68. Regresa a Madrid y comienza el desfile del desierto.

Está mal visto el sentido del humor.

234
Moda Bacon: Pintar la tragadera abierta, el hombre despanzurrado.

Cada rincón de la Península tiene un Francis Bacon regional; en la meseta el tocino de


beta, el lacón en Galicia y entre los andaluces la Panceta.

AÑOS 70. Ismael y Serrat se visten de luto para cantar a Miguel Hernández.

Mientras tanto se convierte en un veterano matador.

Su casa de Clara del Rey se convierte en el refugio de la alegría (Lucía Bosé, Sara Montiel,
Serrat, Juan Pardo…) Todas las noches, Show.

Lucía Bosé es la comisaria de una exposición de dibujos en la casa del pintor (Clara del
Rey).

Ginés se ausenta a Lausanne.

Con la permisividad política, la conspiración se hace agradable.

El pintor se traslada a Apolonio Morales donde continúa el Show.

AÑOS 80. En 1984 se libera de la presión de las mujeres amazonas y trabaja en solitario.

Mateo, su hijo, favorece su espíritu humorístico.

Critica la moda del suicidio simulado.

A partir de ahí se libera de los hermanos de la sombra, de los intelectuales de la zona


norte y de la meditación Jerónima.

Medalla de oro al Mérito de las Bellas Artes, 2005. Renace como la joven promesa. Las
nuevas generaciones lo descubren como su puente al rompimiento del Muro.

Su casa vuelve a ser el lugar de encuentro, pero ahora son los jóvenes de cualquier edad
los que lo visitan.

Publica El navegante que se quedó en Toledo y empieza a ser reconocido como escritor.

235
7.2 Manifiesto minifiesta del río afectivo183

El estoico es un personaje que ha cumplido con el placer, por eso viene a la


SÉNECA ESCÉNICA del arte.
Lo que quería contarnos el siglo XX está dicho. Las técnicas han barrido los
archivos fantásticos y nos han liberado de ser perfectos.
Ha llegado la hora del retorno de los movimientos despreciados. En la impotencia
venidera sobra la crítica, lo que faltan son los espacios. El cadáver del enemigo ha pasado
ya y el lienzo blanco de la obra sublime sigue como fantasma invitado a un acto cultural.
(Cada vez se pinta menos, y el lienzo es más grande).
A la felicidad útil que no tenía aliciente estético, se le ha dado permiso de
entrada.
Yo, que he sido el primer okupa postizo de la cultura, me afirmé en el humus de
los amigos como artista incorporado en un momento en el que aún no existía ese
movimiento culto.
Sentir vuelve a estar bien visto, más en provincias que en la Capital.
El mar Rojo se ha abierto y Moisés no se ha personado todavía.
Lo erudito desanima mucho, por ello me pregunto ¿qué va a quedar de esta
sucesión de estrategias?
Aunque no recuerde haber dicho nada responsable en 30 años, me anima saber
que hace mucho me incorporé al Taller abierto donde cabemos todos; miles y a la vez
diversos transmitiéndonos energía, donde nada se queda cerrado. (Cuando las cosas se
hacen por los demás se consigue que permanezcan los valores).
Sospecho que hasta orientar mal es positivo. La decisión es ya creadora.

En la banqueta planetaria no existen las alfombras


y en el revés de la postal,
la sábana de la imaginación inundada de pétalos,
elimina el ornato.
El artista desesperado en el bar de los vasos tristes
cuando seduce con sus lágrimas
es observado por la mirada del misterio.

Mi nombre es Ginés Liébana, de profesión activo.


En 1950 me fui a vivir a París como exiliado alegre. Sin vocación de
contemporáneo, me opuse a la dictadura del arte abstracto y a la disciplina impuesta
del masoquismo.
Sin compromisos me aislé en la vigilia del humor, desmitificando la literatura sin
salir de lo literario, y así sigo, en un oficio que mezcla dibujo, pintura, y lenguaje para

183 Recogido en el libro homenaje Liébana, Galería de Arte, 8, Córdoba, Cajasur, 2001.

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entrar en las leyendas que generan escenas adivinatorias sin comienzo ni fin.
Protegiendo lo elaborado con paciencia se profundiza en el contenido anímico que
existe debajo de lo que aparece en los espacios transformables que rodean la ínsula
gozosa que llevamos dentro. Si te sientes seguro frente a la naturaleza, puedes
entenderte bien con la soledad.
Viví años cero sin biografía pero sin crisis de identidad, apostando por lo que no
podía o no quería aparecer. Con oficio pero sin oficialidad. Irremediablemente el valor
SER no es sólo una palabra sino un peso que se va depositando sin separarse del lenguaje
de las gentes, para producir tranquilidad por los caminos del entusiasmo en el cortejo
permanente del pensamiento y del trabajo.
Desprendiéndome de la fiebre de lo rápido, recuperaré mi estabilidad. Me
acostumbré a vivir sin reconocimiento, me abastecía estar vivo. Un estímulo me
bastaba.
La simple alegría es capaz de crear. Poco a poco he ido consiguiendo nacer con
denominación de origen.
Intuí que la creación es un mecanismo de la propia naturaleza, el Sol de la
emoción alumbra siempre, no tiene sentido glorificar lo que va a morir.
Premiar tanto la angustia es un continuo retraso que agota y eterniza lo que ya
no transmite nada.
Una sola forma de expresarse aburre. Comencé desde la independencia con el
deseo de regresar al origen; cuando se viaja en una sola dirección no salimos del mundo
quemado. Al final creo que los que reparten abominación no perdonan a los que se
divierten.
¿Qué va a hacer el fin de siglo con tanta galería funeraria?
Vivir es la máxima creación y la belleza no viaja sólo en el arte, y como la mirada
tiene la facultad de diferenciar una cosa de la otra, aprendí en mi peregrinar que en los
ambientes que habitamos duermen las memorias. Disponer los utensilios nos ayuda a
cambiar las cosas que nos van a ocurrir.
Esa actitud de chamarilero cómodo que almacena lo aparentemente inservible y
disponiéndolo alrededor como grandes fórmulas, trasmite una atmósfera de
divertimento escénico que te hace dueño de la capacidad de inventar.
Los lenguajes nacidos en la escuela de la pobreza se inventan maneras, y si no
participamos en ellas es como si no existieran. La paciencia si no simula y lo utiliza todo
despierta la imaginación.
Llegué a la conclusión de que la belleza y el instinto son las cosas más seguras
que existen, y observando el panorama que han tomado ciertos sectores de la cultura a
través de la información, estoy convencido de que las personas que gozan de verdad del
arte acaban siendo conscientes de su incultura. Me explico: en los museos está
prohibido el disfrutador consciente. “El vigilante le recuerda que debe gozar por
información”. Con lo cual deduzco que el público que mira la pintura como placer, siente

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de verdad la música u oye con sentimiento la poesía no quiere entender de arte, y
culturalmente se le considera insensible.
El mejor de los críticos no puede imaginar lo que es la sensación de alguien que
le gusta algo de verdad. Sentir es norma gozosa y los medios se han encargado en
imponer la evaluación perfecta dirigida para evitar el pensamiento singular. Por ello,
cuando un noble espontáneo intenta desinflar los globos instituidos, se le echan
paletadas de silencio.
Esa “Inmensa Minoría” de independientes que buscan la ruptura como yo,
padecemos lo que yo llamo jocosamente el silencio de los manchegos.

PREFERENTÍSIMO

La asombrosa cara de la geografía


se queja de que el descontento discurra con rito
simulado para que aparezcan los registros.
Sólo acierta el ruiseñor plantilla
que en altos paladines participa del alborozo
que llevan agentes con alas y espadas,
que cortan cálculo y vínculo,
al capricornito patriarca
que utiliza el canto apenas perceptible del bosque
para desviar la intensidad
a medida que la mañana avanza.

LAUDE

La belleza santa guapa de cera,


nacida para frecuentar el comedor
cuando quiere, se instala
En un pedentif,
sobre tejido distinguido.
Vestida de síntoma, pule su imagen,
abrillanta su hebilla, para citarse
con el espectro que la cuida,
y al lado suyo se deslumbra y oculta
detrás de la mirada de lo corriente.

¿Por qué los ecologistas no se sitúan detrás del cuadro que atenta a la salud
mental y protestan en contra de la naturalidad que no se supo entender?
¿Por qué avergonzarse de un punto de conexión con lo divino?

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Si la palabra deja de conectar con el espíritu no saldrá del internado de las gélidas
antologías. Cierta cultura oficial desborda la fragilidad del creador activo, y le hace dudar
de su alegría natural.
Cuando se explora dentro de uno mismo se acaba la fatiga, si una intensidad se
agota se pasa a otra. No hay una sola fórmula; una vez introducido un nuevo elemento,
crece otro que ya estaba esperando entrar.
Mi capacidad de trabajo me lleva a afirmar que el valor real del creador es nacer
espontáneamente.
No hay edad si se vive en la “no-edad”. Vivir lo que se quiere, suaviza la confianza
y le da sentido a la existencia.
El tiempo tira a la cuneta lo que es caduco, suprimir el diálogo con Dios
empobrece la capacidad de ser libres. Lo poético no es sólo una forma. Las palabras no
son sólo palabras.
Tampoco hace falta justificarse si el modo de expresión no es absolutamente
exquisito literariamente hablando.
La belleza es generativa, existen infinitas maneras de transmitirla.
Aunque la rutina suele despreciar cosas que son aliento, y los impulsos que nos
desatan el cerebro nos hacen capaces de descubrir el maravilloso privilegio que supone
crear.
Vine como profundo de superficie a sentirme seguro en un terreno que no se
cultivaba, tomé el lenguaje como fuente de invariable goce, derrochando entusiasmo.
Así permanezco, haciendo un fondo común del conocimiento y descargándome del peso
individual.

A LOS ESTRAGOS LES VA LA MÚSICA

El arte no es demonio de cama


ni fabricante de brebajes que asustan.
Situados en el Tabernáculo de los testimonios,
los cuadros regresan a no ser culpables.
La admiración triunfa sobre el horror
y vuelve a su antigua amistad con la belleza.
La obra pintada no tiene que pedir perdón
por no ser monstruosa.
Vamos a tejer sonidos vivos,
divertirnos con la exageración,
huyendo del repertorio bajo,
aunque los trabajadores de la perdición,
en la sociedad de los privilegiados lo impidan.

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Señora Memoria:

Convenza usted a la melancolía de que deje


de elegirme a mí para llenarme el corazón
de relatos que suenan a fuego
y con los que acabo discutiendo.

Señora doña Memoria:

No me prohíba entrar en su emparrado.


Entrégueme la vara y los racimos como
la muchacha que le abre la puerta al
Ángel del vino encargado de guardar
la abandonada zona del jardín
que el crepúsculo dejo sin cobertura.

Desmonté los datos gastados del tópico, reconvierto la frase hecha. En lugar de
despreciarla, la acerco a la sorpresa por el lado de la ironía y de la comunicación sencilla.
Aquello que sale de lo enfermo y en visión de lo negativo produce crisis.
Entrando en la angustia se pierde el contacto con el Todo.
Vivimos en un ambiente donde se alaban cosas que no nos pertenecen, hay más
dignidad en lo que se ignora o no se quiere nombrar.
La falta de generosidad nos impide percibir cuando aparece algo distinto, pero,
si se trabaja por el lateral en el achique de espacio (en lenguaje deportivo), los que están
en el centro-campismo aprovechan la ley del mínimo esfuerzo; el cansancio será más
soportable si lo compartimos.
Un artista que no pertenezca a un clan reconocido no tiene cabida en este
horizonte. Los códigos establecidos no saben qué hacer con un polifacético. La
dispersión perjudica mucho. Los clasificadores se preguntan: ¿Dónde metemos éste? Y
sólo se calman si consiguen encasillarlo. Así es como se consigue esa provisionalidad que
tiene los formatos repetidos.
Las vanguardias ya están asimiladas, no hay motivo para sentirse incomprendido.
Hasta en las academias las enseñan y las incluyen los libros de texto. Los canales de
difusión se han encargado de incorporarlas al sistema (una prensa especializada se
ocupó de inundar de productos artísticos transgresores hasta la saturación. Si no
acababan de convencer no será por falta de apoyo).
Lo llamado moderno no lo es, lo que significó un obstáculo, tampoco.
Representar tanto tiempo ritmos mecánicos en una composición puede llegar a
cansarnos. ¿Qué finalidad tiene hacer del pesimismo y la deformación unívoco motivo
del arte? ¿Qué sustancia nos va a quedar de esta sucesión de estrategias?
El verdadero vanguardista fue mi tocayo Beato de Liébana.

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Abandonemos ese retrasado raquitismo para devolverle el sitio que le
corresponde a la belleza, despreciada por los artistas impecables en su insistencia de
buscar la máquina perfeccionista que mutila el ofrecimiento deleitoso que tiene todo lo
que nos rodea. Un producto multinacional puede tener multipresencia pero no
trascendencia; por cansancio he desistido de la justicia universal. Hablaré bien de mí
mismo cuando me lo permitan. Hablar de lo imprescindible no está de moda.

BOSTEZO DEL EXCESO

La sal conserva la carne


por eso el espíritu enjoyado entre las golondrinas
lleva calzado.
Leonardo inventa el patrón de la cena,
Córdoba da cosecha de ángeles.
Lo desnudo se merece a Dios.
Córdoba da cosecha de ángeles.
A la poesía por su vecindad con la niebla
le sobran las palabras.
La flor por ser efímera
no advierte su adorno
y lo despojado cautiva por frecuentar
el breve deleite.
Un sentimiento que huye temeroso,
a pequeña escala no le da tiempo
a saber lo que es caer simpático.
Lo que no está nombrado se protege
de la medida recamada del discurso
que te deforma el contenido.
Donde la belleza se despoja,
suspira en tristeza.

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7.3 Colofón de Si la Marlene viniera

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7.4 Colofón de El Libro de don Carlos

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7.5 Carta de Ginés Liébana [firma Artístide] a Francisco Nieva

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7.6 Programa de sala, Galería 24, Madrid, sin fecha

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7.7 Portada de El hombre que se casó con Charles Chaplin

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7.8 Versión de la portada de El hombre que se casó con Charles Chaplin

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7.9 Portada de Brutilda la Bellacona, depositado en Biblioteca Nacional.

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7.10 Poema “Andantonio” corregido por el autor en la edición de El Andaluna

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7.11 Íncipit de A ver si se atreve el viento

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7.12 Dedicatoria de El Grupo Cántico de Córdoba, de Guillermo Carnero, 2ª ed.

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7.13 Contraportada de Donde nunca se hace tarde

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7.14. Monolito de Ginés Liébana

© Francisco González

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