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Interés afectivo sexual.

El objetivo final del diseño de este material es contribuir de forma


explícita a la formación afectivo-sexual del alumnado –
satisfaciendo el derecho que tiene a un pleno desarrollo de la
personalidad través del cuestionamiento de las concepciones y
actitudes del profesorado ante el hecho sexual humano y de un
cambio progresivo en la concepción de los procesos de enseñanza
y aprendizaje. Se divide en etapas: Infantil y Primaria. En Primaria,
se ha hecho una subdivisión en dos apartados por razones
básicamente evolutivas: Primaria a (aconsejable de 6 a 9 años) y
Primaria b (aconsejable de 9 a 12 años).

En cuanto a la concreción de las finalidades (objetivos y contenidos)


de las Unidades Didácticas, se encuentran en un nivel 2 –Proyecto
Curricular de Centro

– que pueden aún ser más secuenciadas y adaptadas según las


características del centro y del aula (nivel 3).

Es una propuesta de trabajo globalizadora e interdisciplinar. Las


Unidades Didácticas intentan superar la visión de área cerrada, por
lo que se presentan como Centros de Interés que dan coherencia y
continuidad a los aspectos de Educación Sexual que se encuentran
dispersos en diferentes áreas.

Es un material abierto, flexible y optativo. Posee muchas


posibilidades de concretarse, por lo que no establece un orden
jerarquizado de actividades, y a lo más que llega, es a proponer un
modelo de actuación en el aula de carácter investigador
(constructivismo, aprendizaje significativo, trabajo en equipo,
autonomía, actividad) y contextualizable según los ritmos de
enseñanza-aprendizaje de cada docente y discente.

Este material se compone de dos apartados:

A. Guía para el profesorado.


B. Programaciones de los centros de interés. (Material
didáctico)
Sentimientos y problemas en esta etapas.
Atender a las emociones de sus hijos es una tarea importante para todos los padres, y eso
incluye a los padres de niños con diabetes. Esta atención es fundamental en
los primeros años de la vida del niño, porque garantiza su futuro desarrollo
social y una buena calidad de vida.

Los padres deben trabajar durante estos primeros años habilidades como el
control de las conductas impulsivas, la empatía, la motivación, el respeto y la
colaboración.

La acción más importante que los padres pueden practicar para el desarrollo
emocional de sus hijos pequeños es la formación del vínculo: mostrar su amor,
cuidado y comunicarse con ellos.

Las rabietas expresan frustración

En los primeros años de vida las rabietas son utilizadas por el niño para
expresar su frustración o para conseguir lo que quiere. No deben
preocuparnos; debemos mantener la calma, hablar de forma tranquila y no
ceder a sus peticiones. Aunque el niño no entienda las explicaciones, las
palabras le calmarán. Le ayudará oír que entendemos que esté triste, que
tenga miedo, pero que pronto se sentirá mejor.
La escucha refleja: escuchar sin juzgar

El diagnóstico y el curso de la diabetes generan muchas situaciones


insatisfactorias en los niños. No podemos protegerles siempre, pero podemos
ayudarles a que entiendan y manejen lo mejor posible los sentimientos
molestos que resultan de la vida con diabetes.

Pautas a seguir cuando el niño tiene edad para hablar de sus


sentimientos

Alrededor de los tres años el niño puede empezar a hablar de sus sentimientos.
Es el momento de:

 Ayudarle a que se exprese libremente. Alentarle a que lo haga.


 Escucharle atentamente.
 Aceptar sus sentimientos, sin criticarlos. Esto no quiere decir que
aceptemos conductas inadecuadas: “entiendo que estés enfadado
con… pero no puedes pegarle”.
 Además de escuchar y entender, podemos resumir al niño lo que
entendemos que él está diciendo, pensando y sintiendo. A esto se le
llama escucha refleja. Este tipo de escucha ayudará al niño a
comprender sus sentimientos y las situaciones que los provocan. “Te
sientes triste porque piensas que… pero podemos hacer...” Podemos
buscar con él respuestas alternativas para manejar sus sentimientos
desagradables.
 No bloquear la expresión de las emociones en los niños diciendo “no
llores más”. No olvidemos que enseñar a controlar las emociones no
es lo mismo que reprimirlas.

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