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¿Por qué hay que pagar?

El alto tribunal dijo que la educación no es solo un derecho, sino también un deber
ya que hay obligaciones mínimas y recíprocas a cargo de todos los que intervienen
en el proceso educativo.

Así, las cosas, el alto tribunal dice que recibir un título de grado hace parte del
derecho a la educación pues, de él, depende que una persona pueda tener nuevas
oportunidades que mejoren su condición de vida.

Pero bajo estas circunstancias, la Corte aseguró que si bien el diploma de bachiller
constituye el documento mediante el cual se acreditan los estudios cursados y
aprobados, lo cierto es que "la expedición del mismo está sujeta al cumplimiento de
los requisitos exigidos para el efecto".

Esto significa que los primeros responsables de velar por la educación de sus hijos
son las familias, que deben cumplir con los pagos por la educación.

Por eso, el alto tribunal ha dicho que "es repudiable que un padre le dé a su hijo un
mensaje de incumplimiento, de mala fe, de prevalencia de las necesidades
innecesarias sobre la educación y, lo que es más grave: que deje en el hijo la idea
de que hay que aprovecharse de los demás (del padre de familia que sí paga, de los
maestros que le enseñan, del juez que lo protege); es decir, abusaría del derecho
propio con el cínico aprovechamiento de quienes sí cumplen con su deber".
Es repudiable que un padre le deje a su
hijo la idea de que hay que aprovecharse de
los demás (del padre de familia que sí paga,
de los maestros que le enseñan)"
Por eso, con el fin de no fomentar la cultura del no pago, el alto tribunal
ha dicho que los estudiantes y padres de familia no pueden dejar de pagar
las obligaciones académicas simplemente porque no quieren.

"El derecho a la educación supone obligaciones mínimas y recíprocas a


cargo de quienes intervienen en el proceso educativo, en particular, de la
familia quien no sólo debe asegurar la realización de este derecho, sino
también honrar las obligaciones que conduzcan a esta", recordó el alto
tribunal.

Por eso, dijo la corporación, no pagar estas obligaciones pese a tener la


capacidad económica para hacerlo, "implica un abuso del derecho y
correlativo desconocimiento de sus deberes".

Este es importante porque la Corte afirma que el derecho a la educación


"no debe ser usado como excusa para el desconocimiento de obligaciones
y tampoco, la acción de tutela como un medio para desconocer los deberes
constitucionales y legales asignados a los sujetos que intervienen en el
proceso educativo".
¿Hay excepciones bajo las cuales colegios o universidades no pueden
retener documentos por no pagar?
Sí, porque el derecho a la educación ha tenido un importante desarrollo en
la Constitución, y debe ser protegido según la jurisprudencia del alto
tribunal, desde 1999. La Corte asegura que la educación está ampliamente
relacionada con la dignidad humana, la igualdad de oportunidades, el
trabajo, la participación en política, la seguridad social, el mínimo vital,
entre otros.

Así las cosas, hay dos requisitos que los jueces deben tener en cuenta a la
hora de evaluar una tutela de una persona que pide que se le entreguen sus
documentos retenidos en un colegio o universidad por no poder pagar.

La Corte dice que la evaluación se debe hacer caso por caso, y que las
personas que afirman que se les está vulnerando su derecho por no pagar
deben acreditar que:

1. El incumplimiento de sus obligaciones económicas con el colegio o


universidad se presentó como consecuencia de un hecho sobreviniente,
que está justificado, y que imposibilita pagar. Esa prueba se debe acreditar
con evidencias más allá de la confesión, es decir, evidencias que acrediten
cuál es su problema económico que hace imposible pagar.

2. Que el estudiante, sus padres o acudientes, adelantaran gestiones para


lograr un acuerdo de pago o el cumplimiento de la obligación. En otras
palabras, que la persona que tiene la deuda no haya renunciado "de mala
fe" a no pagar y aprovecharse de la situación, y que ha hecho todo lo que
está a su alcance para pagar.
Es por esto que en el caso de la estudiante que pedía su certificado de
grado que le había sido retenido por no pagar un dinero a su institución, la
Corte aseguró que no cumplió con su deber de demostrar que tenía una
situación económica precaria que ocurriera de manera intempestiva, y que
hubiera impedido que ella o su familia no tuviera dinero para pagar. Por el
contrario, la Corte encontró que sus padres sí recibían un salario que les
permitía pagar.

Además, dijo la Corte, según las pruebas tampoco cumplió con el deber
de realizar las actuaciones necesarias para cumplir con los acuerdos de
pago.

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