Terminología en Materia de Conservación Del Patrimonio c0001

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Estudios y restauracion del patrimonio arquitectonico y urbano Salvador Diaz-Berrio Fernandez Casa abiertaal tempo UNIVERSIOAD AUTONOMA METROPOUTANA Primera edicién, 2011 © Universidad Auténoma Metropolitana Proiongacién Canal de Miramontes 3855, Col. Extacienda San Juan de Dios, Talpan, 14387, Mexico, OF ISBN 978-607-477-538-9 La uaw es una institucién de educacién piblica que hace critica € investiga cién cientifca,literaria, tecnolégica o artistica como parte de sus funciones sustantivas y sin fines de lucro. Con base en el articulo 148 de la Ley Federal de Derecho de Autor, as imagenes reproducidas en este libro son utilizadas para fines de investigacién cientifca, sin alteracion de la obra y citando la fuente. ‘Se prohibe la reproduccién total o parcial de esta obra por cualquier medio sin el concentimiento escrito de los titulares de los derechos. ‘CONACULTA.~INAK.-MEX. Reproduccién Autorizada por el Instituto Nacional de Antropologia ¢ Historia, de las imagenes que aparecen en las paginas 109, 111, 151, 153. 186, 201. DAR, Todos los derechos reservados conforme a la ley. Impreso y hecho en México/Printed and made in Mexico. indice 10 12 16 38 46 64 82 102 8 144 170 184 194 Presentacién Prélogo Terminologia en materia de conservacién del patrimonio cultural EI concepto de autenticidad, visidn historica y aplicacién al caso mexicano Teoria de la restauracién: avance o retroceso Ordenacién y adaptacién de los centros histéricos urbanos Monumentos y museos Bases para rehabilitar poblaciones y ciudades historicas en México Las declaratorias de zonas de monumentos histéricos en México (1974-1990) Ciudades historicas de México, estudio tipolégico Valorizacién del patrimonio cultural a escala metropolitana: la cuenca de México y sus zonas de monumentos Principales fortificaciones historicas en México El centro de la Ciudad de México 222 232 250 256 270 230 300 310 Zona historica central de la Ciudad de México Guanajuato: zona de monumentos histéricos y minas adyacentes Guadalajara, ciudad crucificada El Hospicio Cabafias de Guadalajara. Analisis arquitecténico La Habana Vieja, Cuba, patrimonio cultural de la humanidad Ideas sobre la ensefianza de la restauracién Limites de las operaciones de restauracién La fotogrametria y su aplicacién a la arquitectura Terminologia en materia de conservacion del patrimonio cultural a actividad desarrollada durante unos 150 afios sobre las obras que ahora deno- minamos patrimonio cultural, ha buscado configurarse utilizando los términos que mejor expresan sus objetivos, alcances y formas de trabajo. El proceso de seleccién y uso de los términos mas adecuados ha sido complejo y se ha prestado a confusiones, a pesar de acuerdos establecidos a nivel internacional, por reflejar diversos objetivos y politicas hacia ese patrimonio, Creo interesante analizar y tratar de definir, en la forma mas simple posible, los términos més usuales en esta materia. Con motivo de la Reunién Técnica Consultiva sobre Conservacién de Mo- numentos y Zonas Arqueolégicas organizada por el Instituto Nacional de Antropologia e Historia (iat), que se llevd a cabo en 1974, y de acuerdo con las platicas con el arquitecto y arquedlogo Augusto Molina Montes durante la elaboracion de su tesis de Maestria sobre este mismo tema!, comentamos. lanecesidad de precisar nuevamente aspectos de la terminologia utilizada en materia de conservacién y restauracién del patrimonio cultural en general y de las zonas y los monumentos arqueolégicos en particular. En el marco del xu Congreso de Americanistas que se realizé en México ese mismo afio, se presenté la oportunidad de elaborar un trabajo sobre la terminologia usual en materia de conservacién del patrimonio cultural, en esa ocasién con énfasis en el patrimonio prehispanico para tener cabida en una de las mesas del congreso. En aquel entonces pensé que seria util resumir Y presentar, en forma sintética, algunas precisiones sobre los términos que mas frecuentemente se usan en materia de conservacién de monumentos arqueolégicos mesoamericanos. Sin embargo, para aplicar adecuadamente una terminologia en un area especifica como la arquitectura prehispanica mesoamericana, es necesario encuadrar nuestro enfoque desde la perspectiva de la terminologia general, elaborada, definida y aceptada universalmente.2 Presenté un texto en el que hacia referencia a unos 30 términos que se utiizaban en esa época en relacién con el patrimonio cultural, asociéndolos en mas de 15 grupos. Cabe sefialar que en aquel entonces no se usaba la pa- 1 Augusto Molina Montes, Consideraciones sobre lo restouracién arquitecténica en la arqueologia, Tesis de maestria Instituto Nacional de Antropologia ¢ Historia, México, 1974. 2 Salvador Diaz-Berrio Fernandez, Terminologio general en materia de conservacién del patrimonio ‘cultura, en x Congreso Internacional de Americanistas y Cuadernos de arquitectura mesoamericana, Facultad de Arquitectura, Universidad Nacional Autonoma de México, 1974. ANTOLOGIAS labra reciclaje. Seis afios después, la Universidad Laval de Québec en Canada llev6 a cabo un gran (por el nuimero de participantes) Congreso Internacional con el titulo, en francés, de Conservation, réhabilitation, recyclage. Para esa ocasién elaboré un texto sobre otro tema pero me referi, ante todo, al término del reciclaje, porque aparecia ya incluido en el mismo titulo del congreso.’ Mas adelante se extendio el uso de términos como utilizacién, reutilizacion, recuperacidn y rescate, que no consideré en el trabajo de 1974, el cual fue incluido durante varios afios entre los textos basicos del curso de Conser- vacién Arquitecténica del Centro Internacional de Roma (iccrom) y también fue publicado en 1984 por la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autonoma de México (unam). Afios después volvi a tratar el tema con motivo del Seminario sobre Terminologia en la Restauracion, organizado por el Consejo del Centro Historico de Puebla en 1996. Por otra parte, la tesis de Augusto Molina, ya en forma de publicacién del nan, representd un adelanto de gran importancia en este campo particular, que con anterioridad habiamos considerado como desprovisto de fundamentos tedricos sélidos, segun lo demostraban numerosas intervenciones en nuestro patrimonio cultural prehispanico a lo largo de todo el siglo xx.5A pesar de varios interesantes trabajos® y tesis relativas a la conservacién del patrimonio arqueoldgico’, alin se manifiesta una notable confusién en los términos y conceptos utilizados en la conservacién del patrimonio construido en general y no solamente en materia de monumentos prehispanicos. Es posible comprobar que con el paso del tiempo las confusiones que se advertian a finales de los sesenta y en los primeros afios de la década de 2 Salvador Diaz-Berrio Ferndndez, en ponencia “Rehabilitacién del patrimonio cultural en funcién de los planes de desarrollo” en Congreso de Conservacién, rehabilitacién y reconstruccién, Universidad Labal de Quebée, Canadé, 1980. 4 Augusto Molina Montes, Lorestouracién arquitecténica de edificios prehispénicos, Institute Nacional de Antropologia € Historia, México, 1975. 5 José Luis Lorenzo Bautista, Sitios culturales y trabajos arqueolégicos, en Curso de actualizacién: Conservacién y restauracién de monumentos, Divisién de Estudios Superiores-Escuela Nacional de Arquitectura, Instituto Nacional de Antropologia ¢ Historia, Universidad Nacional Auténoma de México, México, 1971 « Daniel Shavelzon, Lo conservacién del patrimonio cultural en América Latina, Universidad de Buenos Aires, Argentina, 1982 7 Omar Ruiz Gordill, Paxil la conservacién en una zona arqueolégica dea regién de Misantlo, Veracruz, Instituto Nacional de Antropologia ¢ Historia, México, 1999. los setenta, es decir, poco después de formularse la Carta de Venecia, se han subsanado en ciertos casos, épocas, ambitos y en algunos centros formativos al menos temporalmente, pero en forma general parece que no sdlo se han mantenido sino que se han incrementado, tanto en ambitos generales como en medios que entendemos como especializados®. Por lo tanto, creo que serd util plantear nuevamente el problema de la terminologia en este campo, partiendo del texto elaborado en 1974, El primer conflicto surge al manejar los dos términos aparentemente mas amplios y que también parecen contradictorios: conservacién y restauracién. Sin embargo, en numerosas ocasiones hemos sostenido que ambos implican una misma actitud y son semejantes en su objetivo, ya que puede afirmarse que la restauracion es el caso limite de la conservacion y nos lleva a intervenir fisicamente en los objetos culturales. Puede decirse también que la conser- | vacién es una restauracion preventiva, como actividad tendiente a evitar la intervencién fisica en el objeto cultural, con el fin de conservarlo.? Lo anterior se expresa claramente en la Carta de Venecia, tantas veces citada y pocas veces leida con cuidado, cuando en el articulo 3, bajo el in- ciso Objetivo, nos dice: “La conservacién y la restauracién de monumentos tienen como objetivo salvaguardar tanto la obra de arte como el testimonio histérico”.'° Es decir, dos actividades con un mismo objetivo. Siguiendo la frecuente- mente evocada similitud con la medicina, sabemos que la cirugia es un recurso extremo y entendemos que el objetivo de la intervencién quirirgica es el de salvaguardar, mantener y prolongar la vida del paciente; 0 sea el mismo de la propia medicina. Asimismo podemos entender que la restauracién sera para la conservacidn, como la cirugia lo es para la medicina: una parte o rama especial por su forma material de verificarse y que participa de los mismos Objetivos, principios generales y fundamentos éticos."’ ‘Salvador Diaz-Bertio F, Teoria de lo restouracién:avance o retroceso,en Congreso y asamblea general del Conse internacional de Monumentos y Sitios, (por sus siglas en inglés, cows), Guadalajara, 1999, ‘Salvador Diaz-Berro Fernandez, Bases para la rehabilitacién de poblaciones y ciudades histricas en México, en Boletin, nim. 9, Instituto Nacional de Antropologia e Historia, México, 1973. ‘0 Organizacién de las Naciones Unidas para la Educacion, la Ciencia y la Cultura (por sus siglas en és, resco), Carta internacional sobre la conservacién y (a restauracién de fos monumentos y as sitios, Venecia, 1964, 1 Salvador Diaz-Berrio Fernandez, "Bases para la rehabilitacién de poblaciones y ciudades historicas en Mico", en Boletin del Instituto Nacional de Antropologia € Historia, num. 9, México, 1973 Arquitectura 19 ANTOLOGIAS Salvador Diaz-Berto F Entendiendo asi ambos términos, y aunque pueda parecer igual el uso de los dos puesto que comparten e! mismo objetivo, es més conveniente situar conservacién en un primer lugar por implicar un nivel mas general, que en la propia Carta de Venecia encontramos claramente expresado: "La conservacion implica una actividad permanente (art. 4), mientras que la restauracién es una operacién excepcional (art. 9)".!2 Partiendo de otro enfoque, es indudable que ambas, medicina y cirugia, tienen como objetivo restablecer la salud (0 el maximo grado de salud posible, seguin cada paciente) y ello lleva implicito el concepto de restaurar. Cada una, seguin sus normas, restaura la salud o el funcionamiento de un organismo. Ambas conservan la vida y restablecen o restauran la salud, pero ninguna de las dos restablece o restaura la vida: no reviven, resucitan, ni reconstruyen. Utilizando otras palabras, podemos afirmar que no puede volverse atras, en el tiempo real —de los hombres ni de los monumentos— y no es posible pensar en revivir, resucitar o reconstruir organismos producto del tiempo y caracterizados sustancialmente por pertenecer al pasado y al futuro, no a nosotros. De ahi que la similitud, aparentemente lejana, entre la salud hu- mana y los bienes culturales, se aproxime tanto en su esencia, como ya se ha manifestado en diversos acuerdos 0 convenciones internacionales (uNésco) La Haya, Ginebra, Cruz Roja, etcétera). Nuestros derechos sobre lo que no nos pertenece deben pues ser limita- dos, al mismo tiempo que nuestras obligaciones seran las de conservar y, en caso necesario, restaurar el patrimonio que transitoriamente heredamos y_ debemos transmitir “con toda la riqueza de su autenticidad”™, la cual noso- tros no podemos conferir puesto que procede del pasado, y que a toda costa debe mantenerse para no empobrecer o falsificar este patrimonio comin de generaciones pasadas, actuales y futuras."* Conservacién. La conservacién comprenderd, entonces, un conjunto de actividades destinadas a salvaguardar, mantener y prolongar la permanencia 12 Organizacién de las Naciones Unidas para la Educacién, la Ciencia y la Cultura (por sus siglas en inglés, unssco), Carta internacional sobre fa conservacién y la restauracién de fos monumentos y los sitios, Venecia, 1964. 3 op. cit, 1 Salvador Diaz-Berrio Fernandez, El patrimonio mundial, cultural y natural, Universidad Auténoma Metropolitana, México, 2001 de los objetos culturales para transmitirlos al futuro. Con base en la Con vencién de la unesco de 1972, podemos citar las actividades que forman este conjunto: identificacién, catalogacién, proteccién (fisica o legal), vigilancia yrestauracién’® Normalmente no surgen dudas en lo que se refiere al uso de los términos identificacién, catalogacién, proteccién y vigilancia, que parecen simples y desprovistos de interpretaciones conflictivas, pero ya en el terreno de su aplicacién pueden causar tantos o mas dafios que la restauracién, aunque no sea mas que por omisién: es decir, no vigilar, no proteger, no catalogar y no identificar. Conocemos ademas diversos textos legales de pseudo-proteccién que favorecen la destruccién, vigilantes que despojan a los monumentos en lugar de conservarlos, y graves errores en materia de catalogacién. Sin embargo, Tmiténdonos por ahora a la terminologia, la claridad de estos términos no parece tstar en duda; las dudas suelen surgir al tocar el tema de la restauracién TS Oigarizacién de ls Naciones Unidas para la Educacién la Ciencia y a Cultura (por sus sigs en inglés, unesco), Convenciones y recamendaciones sabre la proteccién del petrimonio mundi cultural, Paris, 1983, 21 Figura 1 Calakmul, Campeche. Fuente: Fotografia de Salvador Diaz-Berrio F Salvado Berrio F Restauracion. Entendiéndola como una operacion o rama especial de la conservacién, podemos definir la restauracién como el conjunto de actividades u operaciones que se realizan fisicamente sobre los objetos culturales con el fin de salvaguardarlos, mantenerlos y prolongar su permanencia para transmitirlos al futuro. Las demas actividades o ramas de la conservacién ya enumeradas més arriba, no se realizan necesariamente sobre el propio objeto. Seria posible recordar otras definiciones de restauracién, pero de la misma forma que seria insuficiente recurrir a una definicién de 1840 para definir a la cirugia ahora, 0 en los afios sesenta y setenta del siglo xx, las definiciones de Viollet-le-Duc o de John Ruskin deben tomarse en cuenta solamente como datos historicos, independientemente de su interés conceptual.' La definicién de Cesare Brandi, contemporanea de la Carta de Venecia y generalmente aceptada, aun siendo més explicita, corresponde completa mente con la frase propuesta, si aceptamos que la doble instancia o polaridad historico-estética quedan incluidas en el concepto de objeto cultural o bien cultural, términos también universalmente aceptados: La restauracién cons- tituye el momento metodoldgico del reconocimiento de la obra de arte en su consistencia fisica y en su doble polaridad estético-historica con objeto de transmitirla al futuro.'7 Tradicionalmente se han mencionado operaciones de caracter diverso realizadas sobre los bienes culturales —de restauracién, por lo tanto— que se han denominado, desde la época de Camillo Boito, tipos de intervencién. Alguin autor llega a enlistar hasta 11 tipos,'® pero en la Carta de Venecia encontramos claramente cuatro. Podria hacer una larga enumeracién de casos, pero es muy posible reducir y asimilar las distintas operaciones a los cuatro tipos aceptados en el texto de Venecia.® Por ejemplo, las llamadas restauracién de dafios de guerra o restauracién de anteriores restauraciones*® no deben tomarse en cuenta como tipos de 16 Jose Villagran Garcia, Arquitectura y restauracién de monumentos en Memoria del Colegio Nacional, tomo, num. 1, Mexico, 1966. 17 Cesare Brandi, Principios de teor‘a de a restauracién, Division de Estudios Superiores- Escuela Nacional de Arquitectura, Instituto Nacional de Antropologia € Historia, Universidad Nacional Autonoma de México, México, 1990. 18 Carlo Perrogalli, La progetazzione de! restauro monumentole, Tamburini, Milan, 1955, +9 Salvador Diaz- Berrio Fernandez, Bases para larehabilitacién de poblaciones y ciudades histéricasen ‘México, en Boletin, Instituto Nacional de Antropologia e Historia, nim. 9, México, 1973. 20 Carlo Perogalli, La progetazzione del restouro monumentole, Tamburini, Milén, 1955. intervencién, puesto que se refieren a las causas de los dafios 0 los deterioros por restaurar y no a las ca~ racteristicas de la propia intervencién. Si aceptaramos los anteriores tipos, igualmente podria hablarse de restauracién por dafios sismicos, por inundaciones, por caida del techo, etc. Por otra parte, la restauracion urbana 0 la arqueolégica parecen aceptables como temas de estudio, de trabajo o capitulos de un libro —como el de Perogalli—, pero podria elaborarse una lista interminable de casos equivalentes: restauracion de ceramica, de esculturas, de puentes, de fortifica- ciones, etc. Son evidentes las diferencias de trata~ mientos para los distintos objetos culturales, pero el concepto de restauracién y los tipos de intervencién no pueden depender y variar con cada tipo de objeto por restaurar. ‘Ya que hemos adquirido el concepto de bien cultu- ral para incluir en él la miniatura y el conjunto urbano, lazona arqueoldgica y la vasija, la obra arquitecténica y la pintura mural o de caballete, seria inutil y excesi- vamente laborioso inventar una restauracion diferente para cada bien cultural, con una filosofia o una terminologia diferentes para cada clase de objeto, 0 cada caso de deterioro.”' En resumen, si nos referimos simplemente a las caracteristicas de las intervenciones en si mismas, y en la forma mas general posible, llegamos a los cuatro tipos aceptados y establecidos en Venecia en 1964, validos hasta la fecha: liberacion, consolidacién, reintegracion e inte- gracién. En el modo mas general posible, estos cuatro tipos de intervencidn fisica en objetos culturales, esencialmente historicos y artisticos, pueden definirse de la forma siguiente: Liberacidn. Supresién de elementos agregados sin valor cultural o natural que afecten a la conservacién o impidan el conocimiento del objeto. Consolidacién, Introduccién de elementos que aseguren la conservacién del objeto. 21 Salvador Diz-Berrio Fernindez, Comentarios alo Carta internacional de Venecia, Universidad de Guanajuato, México, 1968 y Universidad Auténoma Metropoltana-Kochimileo, 2005. 2B Figura 2 Banco de México, calle 5 de mayo, Distrito Federal ejemplo de inte- gracién, Fuente Fotografia de Salvador Diaz-Berrio F Figura 3 Banco Nacio- ral de México, calle Republica de! Salvador, Distrito Federal; ejemplo de integracién acertada, Fuente: Fotografia de Salvador Diae-Berrio F Reintegracién. Restitucién, en su sitio original, de partes desmembradas del objeto, para asegurar su conservacion. Integracién. Aportacion de elementos claramente nuevos y visibles, para asegurar la conservacién del objeto. En varios articulos de la propia Carta de Venecia se fijan condiciones y limites bastante claros para estos tipos de intervencién, sin establecer lo que podemos llamar una definicién de cada uno. Aqui, sin embargo, tratamos de precisar los términos en la forma mas sinté- tica posible para su aplicacién general. Adicionalmente, parece conveniente apuntar algunas precisiones sobre otros términos que suelen usarse en esta materia: Recomposicién. En el caso de la reintegracién, se utiliza también en el texto de la Carta el concepto de recomposicién, con el claro sentido de restitucién © recolocacion de partes en sus lugares originales (anastilosis) y no con el sentido de nueva composicién. ‘Aun siendo equivalentes estos tres términos considera- mos mas adecuado manejar restitucion o recolocacién para evitar la posible implicacién de creatividad o aportacion nueva que traeria la interpretacion de nueva composicion. Reposicién y restablecimiento. Puede aceptarse el término reposicién como equivalente a los tres anteriores (restitucin, recolocacion y recomposicién) en cuanto tenga el sentido de colocar en su posicién anterior 0 volver a poner un elemento en su lugar original. Sucede, sin embargo, que se aplica a veces con el sentido de sustitucién 0 cambio de un elemento por otro. En este caso no puede hablarse de reintegracion, ya que por tratarse de elementos nuevos caemos en una operacién que pertenece al area de la integracién. Por otra parte, restablecimiento puede entenderse en forma semejante a reposicién, tanto en su sentido de restitucién, que nos lleva a la reintegracién, como en el de sustitucién, que nos conduce a la integracion. Reparacién. Es equivalente a restauracién en cuanto implica una opera- cién que se realiza fisicamente sobre un objeto (cultural) con el proposito de conservarlo, pero sucede que se aplica a cualquier objeto, sea cultural o no. Brandi, al establecer la distincidn entre objetos culturales (artisticos e histé- ricos) y objetos utilitarios, precisa que, mientras reparacién puede aplicarse a cualquier objeto, restauracién se aplica Unicamente a los objetos caracteristicos reconocidos como bienes culturales, obras artisticas e histéricas.2* Conviene sefialar que el término reparacién tiene una significacién im- portante de cardcter histérico especialmente en nuestro idioma, ya que es el que Torres Balbas utilizé en Espafia, para oponerlo al de restauracién en la acepcién expuesta por Viollet-le-Duc y en la forma entendida por Lampérez y sus seguidores ?3; su concepcién de la reparacién en realidad se asemeja mas alade restauracién, expuesta sucesivamente también por Boito, Giovannoni, Brandi, Pane, Ceschi, Philippot, Gazzola, y que se afirma en los textos de Atenas, de Venecia, del icomos y de la UNESCO, hasta ahora.” Reestructuracién. Este término, que puede entenderse como dotar de una nueva estructura, se ha utilizado a veces en el caso especifico de la arquitec- tura para referirse a la estabilidad fisica del objeto y a su estructura portante. Creemos que este aspecto queda incluido en la consolidacién, de significado més amplio como tipo de intervencidn. Por otra parte, en general los bienes culturales poseen otras estructuras ademas de la que, como soporte, asegura la ¢stabilidad e incluso en el caso de la arquitectura nos referimos normalmente aestructuras formales, espaciales, cromaticas, luminosas, numéricas, geomé- tricas, ete. El aspecto de la estabilidad se limita a uno de los componentes de fiversos bienes culturales, mientras que los términos estructura, estructuracion reestructuracion, se utilizan en forma mucho mas amplia para cualquier tividad humana como la economia, la vialidad, la habitacién, etc.?° Reanimacién y revitalizacién. Estos términos se han utilizado mas re- itemente al referirse en particular a elementos arquitectonicos y urbanos ndonados, deshabitados o desprovistos de anima o vida; por lo tanto, se ren mas a las condiciones de la poblacién, usuarios y habitaciones, que ft Brandi, Principios de teoria de larestauracién, Division de Estudios Superiores- Escuela Nacional tectura, Instituto Nacional de Antropologia € Historia, Universidad Nacional Auténoma de io, México, 1990, 0 Torres Baldas, La reparacién de monumentos antiguos en Espaia, en Conferencia Interna de Atenas, 1931 Prilippot, Restauracion flos6fic, criterias, pautas en Primer Seminario Regional Latincame- México, 1973. Dian-Berrio Fernéndez, El templo de la Compania de Jesis en Guanajuato. Proyecto de saci, Universidad de Guanajuato, Guanajuato, 1968. 25 ANTOLOGIAS. Salvador Diag-Berrio F a las condiciones fisicas de los bienes culturales inmuebles. No se trata de operaciones o actividades de restauracién, sino més bien de conservacién, que pueden llevar consigo, en ocasiones, intervenciones fisicas 0 restauraciones de los diversos tipos mencionados. Es posible que, al tratarse de intervenciones destinadas a dar nueva ac- tividad, anima o vida —mediante estimulos financieros, disposiciones legales, facilidades de acceso, etc.— a los usuarios 0 a la poblacion, se llegue mas frecuentemente a operaciones de integracién al aportar nuevos elementos para las nuevas actividades. Evidentemente, como tipo de restauracién es imposible su aplicacién a elementos arqueolégicos en el sentido de volver a dar vida actual a esos objetos. Adaptacién, adecuacién y acondicionamiento. Son términos utilizados practicamente en forma semejante a los tres anteriores y que tambien serian, en caso de intervenir fisicamente en los bienes culturales, operaciones de integracién. Sin embargo, con respecto a los anteriores, no llevan implicito el componente de anima o vida que trasciende a lo meramente fisico y utilitario yes esencial en los bienes culturales. De acuerdo al planteamiento de Brandi podria situarse en el mismo plano que la reparacion, aplicable a cualquier otro abjeto y no sélo a los objetos culturales, y llevaria implicito un enfoque inadecuado si predominan en estas operaciones los intereses utilitarios sobre los culturales, sobre todo cuando los tres términos implican notoriamente la _ idea de cambio o modificacién.?6 Se entiende que estos tres términos pue- den referirse a labores habituales en elementos arquitecténicos o urbanos, incluyendo a los de reconocido valor cultural, pero siempre que se reconozca yse anteponga esta importancia cultural. Por consiguiente, no consideramos adecuado su uso generalizado y menos atin su aplicacién a elementos arqueo- légicos, si contamos con otros mas claros y que implican en menor grado la idea de cambio, como habilitacin o rehabilitacién. Rehabilitacién y habilitacién. El primero de estos términos ha ido adqui- riendo cada vez mayor vigencia hasta figurar formalmente como uno de los aspectos fundamentales de la conservacién, y en el texto de la Convencién de la uNesco de 1972 sustituye practicamente a restauracién. 26 Salvador Diaz-Berrio Fernandez, Ordenacién yadaptacién en los centros histéricos urbanos, en Revista Universidad de Guanajuato, nim. 5, Guanajuato, 1968, Puede equipararse a reporacién por aplicarse a cualquier objeto, no séloa los objetos culturales; pero lleva implicito un fuerte componente funcional que permite establecer la equivalencia con el “volver a poner en funcionamiento 0 en eficiencia"”, lo que llevaria a su aplicacién especialmente en el campo de la arquitectura y el urbanismo. El término rehabilitacién puede también considerarse como semejante y alin mas amplio que los de revitalizacién y reanimacién, por implicar el establecimiento de una gama mayor de posibilidades funcionales, ya que no s6lo se refiere al anima o vida. Al igual que en el caso de la reanimacion y la revitalizacién, no podemos aplicarlo para el caso de elementos arqueoldgicos 0 prehispanicos, por ser imposible resucitar actividades o funciones de una cultura ya desaparecida. Sin embargo, habilitacién, al entenderse como poner en funcionamiento, implica actividades y aportaciones con menor incidencia fisica, modificaciones 0 cambios que los términos adaptacién, adecuacién 0 acondicionamiento. La habilitacién —poner en funcionamiento— y no ya la rehabilitacién —volver a poner en funcionamiento—, puede aplicarse a operaciones y actividades actuales en zonas arqueolégicas 0 conjuntos de arquitectura prehispanica y especialmente sus entornos, como apoyo para la conservacién, el conocimiento, la visita y el estudio de estos inmuebles culturales, pero no para su explotacién turistica o comercial.2° Puesta en valor, valorizacidn y revalorizacién. La expresién “puesta en valor" no debe tomarse en consideracién, en primer lugar por tratarse de un galicismo (mise en valeur), por implicar aspectos mercadotécnicos —posicién, den funcidn de oferta y demanda?— ajenos a la sustancia de los bienes culturales Y, por Ultimo, parece expresar algo incompleto: puesta en valor... gen dénde? Si entendemos que no se trata de poner al objeto cultural en un mercado de valores, como objeto de uso, consumo o explotacién, sino de apreciar 0 incrementar sus valores propios, convendria usar —en espafiol— los términos volorizacién y revalorizacién. En tal caso, las acciones se dirigiran sobre todo a la poblacién, al publico en general o a los usuarios, en forma pedagdgica y de difusién, como apoyo para la conservacién de los objetos. ‘an Cesare Brandi Princpios de teoria de restauracién,Divsién de Estudios Superiores- Escuela Nacional de Arquitectura, Instituto Nacional de Antropologia ¢ Historia, Universidad Nacional Autonoma de México, México, 1990. {8 Salvador Diaz- Berrio Fernandez, El patrimonio mundial, cultural y natural, Universidad Auténoma Metropolitana, Mexico, 2001 Arquitectu Figura 4 Esquina de! patio del Quetzalpapa- lott, antes de la reconstruccién de 1964 Fuente: Fotografia de Salvador Diaz-Berrio F Con el mismo fin de conservar y para apoyar una mejor 0 mayor apreciacién del valor cultural de e505 objetos, se puede llegar a intervenir fisicamente en ellos, realizando operaciones de restauracién de cualquiera de los cuatro tipos ya sefalados. Dichas operaciones y actividades pueden realizarse en cual- quier objeto cultural, incluyendo los arqueolégicos y prehispanicos. Remodelacion. Se trata de otra expresion que aunque se puso de moda aplicarla, desde hace algunos afios, a elementos arquitect6nicos y urbanos en forma inadecuada e indiscriminada, no debe aceptarse ni tomarse en consideracién en materia de conservacién de bienes culturales, por ser un claro anglicismo —re- model—; si entendemos por “remodelar” el cambiar 0 dar una nueva forma o volumen envolvente, maneja- mos un término aplicable a lo superficial y escultérico, pero insuficiente o incompleto para lo arquitecténico y lo urbano, que contienen elementos esenciales mas alla de la forma o el volumen envolvente. Independientemente de este caradcter, restringido a una parte superficial de las formas arquitecténicas 0 urbanas, no puede admitirse su aplicacion a objetos culturales —sustancialmente histéricos y estéticos—, a los cuales no podemos cambiar o dar una nueva forma sin alterarlos o destruirlos, tratese de escultura, arquitectura o urbanismo de cualquier época Si entendemos que no se trata de intervenir modificando la envolvente formal de los objetos, sino que hacemos referencia, de manera mas general, a realizar un nuevo modelo o cambiar el modelo actual de cualquier objeto, tampoco es aceptable realizar ese cambio 0 nuevo modelo con los componentes fisicos de un objeto cultural, sustancialmente hist6rico y estético: no podemos modificar la historia ni la estética de objetos del pasado. Innovacién-renovacién. Si con innovacién hacemos referencia a ope- raciones fisicas que aporten elementos nuevos para la conservacién de un objeto cultural, debemos situar esos elementos en armonia y subordinados al objeto por conservar, realizando asi una operacién de integracidn. Si con innovacién 0 renovacién nos referimos a alguna operacion fisica para hacer 29 Figura S Patio del Quetzal- papalotl, después de la reconstruc cidn de 1968, Fuente Fotografia de Salvador Diaz-Berrio F nuevo, hacer de nuevo o modificar un objeto cultural (histérico y estético), caemos en lo inadmisible; por este motivo se ha rechazado el uso del término renovacién, y la acepcién de operaciones de innovacion admisibles puede expresarse mas adecuadamente como operaciones de integracién. Reconstruccién. Se sefial6 en un principio la imposibilidad de hacer una nueva construccién de un objeto producto de un tiempo anterior, lo que seria equivalente a una renovacidn. Si existe la construccién anterior, como unidad en partes, y tratamos de conservarla, podemos reunir partes dispersas y alsituarlas en su lugar haremos una reintegracion. Si se requiere introducir Un nuevo elemento haremos una integracién, pero no podemos pensar en agregar partes antiguas que parezcan nuevas o partes nuevas que parezcan antiguas. Caeriamos en la falsificacién.29 {Cesare Brandi Principiosdeteora defo estourocidn, Division de Estudios Superiores- Escuela Nacional eArguitectura Instituto Nacional de Antropologiae Historia, Universidad Nacional Auténoma de México, México, 1990 (1971) LOGiAs dor Diaz-Bertia F Siel objeto o construccién anterior ya no existe como unidad o en partes, no podemos hablar de conservacién ni de restauracién de lo inexistente, y menos de reconstruir fisicamente en este tiempo un objeto que pretenda ser de otro tiempo.*° Consideramos por lo tanto evidente la necesidad de evitar el uso de este término y més atin la ejecucién de operaciones de este género en el campo de los bienes culturales, especialmente en el area de lo prehispanico.”" Reciclaje. Ante el uso de este término en materia de conservacién del patrimonio cultural, es necesario expresar ciertas reservas. En primer lugar, el contenido del término rehabilitacién parece ampliamente suficiente para incluir lo que pueda estar comprendido en la idea del reciclaje. En los docu- mentos de los ultimos afos, internacionalmente aceptados —y me refiero a la UNEsco—, que sirven de base para nuestro trabajo, vemos que aparece con mayor frecuencia el término rehabilitacién, que en ocasiones sustituye al de restauracién, mientras que el de reciclaje no se utiliza>? En segundo lugar, debemos admitir que en este campo ya utilizamos una cantidad considerable de términos que pueden, incluso, llevarnos a confusiones yno solamente entre el piblico en general, sino entre los mismos especialistas. Creo que debemos ser bastante cuidadosos para adoptar en la terminologia de nuestro trabajo términos nuevos 0 tomados de otras disciplinas. No se trata de establecer en ningun momento una barrera, impermeable o infranqueable, en torno al tema del patrimonio cultural, sino al contrario. A pesar de ello, considero necesario desarrollar el andlisis y la autocritica en todo lo relativo a los elementos con los que trabajamos, con el mayor rigor posible por el mismo cardcter de este patrimonio que no nos pertenece. Aun aceptando que el término rehabilitacién es el que mejor se adapta a las necesidades de expresar lo que se pretende al usar reciciaje, contamos también con otros bastante simples y precisos como utilizacién y reutilizaci s0 José Luis Lorenzo Bautista, Sitios culturales y trabajos arqueolégicos en curso de actualizacién: Conservacién y restauracién de monumentos, Division de Estudios Superiores-Escuela Nacional dt Arquitectura, Instituto Nacional de Antropoiagia ¢ Historia, Universidad Nacional Auténoma de México, México, 197. 1 Molina, Larestauracién arquitect6nica de edfcios prehispénicos, Instituto Nacional de Antropologia Historia, México, 1875, a Organizacién de las Naciones Unidas para la Educacién, la Ciencia y la Cultura (por sus sigas en inglés, unesco), Convenciones y recomendaciones sobre la proteccién del patrimonio mundial cultura, Paris, 1983. | revitalizacién 0 reanimacién. Estos dos iltimos traducen de mejor manera y con un contenido mas humano (vita y anima) io que tratamos de conferir a los organismos culturales vivos que denominamos ciudades y edificios histéricos. Por otra parte, estd el argumento mas fuerte y al mismo tiempo mas sutil y complejo para su transmisién. Desde los afios sesenta, contamos con los tex- tos de Cesare Brandi, Roberto Pane y Paul Philippot que pueden relacionarse con textos precedentes de Giovannoni, Croce o Ruskin por ejemplo, y que nos permiten entender los conceptos de estratificacion histérica, conciencia historica, respeto y distancia, frente a las materializaciones de todas las épocas y de todas las culturas, en las operaciones de restauracién. Las aportaciones de las diferentes épocas, que traducen la estratificacién en las construcciones histéricas, nos situan por lo tanto en presencia de un patrimonio estructurado en forma lineal... linea que podra ser oblicua, zigza- gueante, en espiral, irregular, etc., pero no en forma ciclica. Si en el pasado ra posible referirse a ciclos como construccién-destruccién-construccién, por ejemplo, ahora debemos pensar en la legibilidad lineal de este paso del tiempo en y por los organismos histéricos, ademas de la necesidad de que ¢sta lectura sea también posible en el futuro. Es entonces cuando la idea de reciclar 0 de introducir un nuevo ciclo puede ser arriesgada o peligrosa, por trabajar con objetos del patrimonio cultural. Unnuevo cicloes dificil de admitir desde el punto de vista hist6rico, porimplicar un retorno al mismo punto y, por consiguiente, una reconstruccién o una reconstitucion del pasado, lo cual es imposible. Desde el punto de vista estético o formal, el nuevo ciclo parece muy posible, slemprey cuando se trate de hacer obras nuevas, pero no es posible cuando se trata de obras histéricas: se abriria la posibilidad de que se materializaran arreglos, com- posturas o mejorias de elementos historico-artisticos como excesos de voluntad creativa,a los cuales estdn sujetos los arquitectos en general, y que podrian imponerse a las exigencias de la conservacién de los bienes culturales, tanto ‘desde el punto de vista histérico como del estético. Dicho con otras palabras, es facil entender el peligro potencial que re- rian unos recicladores, o autores de un nuevo ciclo, en alguno o en fios de nuestros monumentos histéricos. Aun aceptando y estimulando las idades de a creacién o la creatividad —que podria llamarse mucho mejor forma mas simple y precisa composicién— para lograr la integracién Arquitectura Teoria equilibrada y arménica de los elementos nuevos con los antiguos o histéricos, es necesario tomar en cuenta los peligros que el exceso de individualismo de ciertos creadores —ahora quiz recicladores— puede causar al patrimonio cultural.3? Para concluir y partiendo de la premisa de la conservacién, siempre in- dispensable y frecuentemente olvidada cuando tratamos con el patrimonio cultural, nuestro objetivo puede expresarse mejor con el término rehabilitacién, que comprende: uso, utilizacién, reutilizacién, adaptacién, revitalizacion y reanimacién, y desconfiar de esta idea del reciclaj Utilizacién y reutilizacién. Aunque ambos términos se prestan para comen- tarios mas amplios, por ahora me limitaré a sefialar los aspectos mas notorios. Su uso se extendid en los afios ochenta en diversos ambitos y por distintos motivos. Por una parte, sobre todo en los paises nérdicos, con utilizacién se _ buscé expresar en forma predominante el cardcter utilitario para el uso de _ edificios histéricos —a los que llamaban antiguos—. abandonados o en des- uso™. Asi se hicieron oficinas 0 viviendas utilizando el volumen o el espacio de templos antiguos que ya no se usaban, principalmente en Inglaterra. Por otro lado, la expresin “volver a poner en funcionamiento, o en eficiencia’, en la primera parte de la definicién de Brandi, concuerda totalmente con el término reutilizacién, que resulta muy adecuado para estructuras urbanas y arquitect6nicas, siempre que se les reconozca su caracter cultural y se mantenga la prioridad de su consistencia fisica y su doble polaridad histori- co-estética.** Cabe afiadir en relacién con este término, que en México y en el terreno académico es en la Universidad Auténoma Metropolitana (vas) donde ha tenido una aplicacién mas amplia.*® Recuperacién y rescate. En los ultimos afios se ha incrementado el uso de estos dos términos, el primero sobre todo en Italia y en el ambito del pa trimonio urbano*” y el segundo inicialmente en el campo del trabajo arqueo- 23 Salvador Diaz-Berrio Fernandez, "Teoria de la restauracién: avance 0 retroceso”, en Congreso} Asomblea General delicowos, Guadalajara, 1999, 28 Sherbian Cantacuzino, New uses for old buildings, Londres, Architectural Press, 1975. 25 Cesare Brandi, Principios de teorta de la restauracién, México, Division de Estudios Superiores- cuela Nacional de Arquitectura, Instituto Nacional de Antropologia e Historia, Universidad Naciond ‘Autonoma de México, 1990 (1971). s8 Leonardo Meraz, La reutilzacién ye! disefio, Universidad Autonoma Metropolitana, México, 1988 a7 Comune di Roma, "Recupero abitativo, convegno nazionate" en Revista Romacentro, Roma, l (1983) légico.3* Ello merece un extenso comentario, pero por ahora sera suficiente sefialar que son actividades que por sus componentes y motivaciones, caen principalmente en el mbito de la conservacién y solo en la fase o el caso de realizarse alguna intervencidn fisica, ésta corresponderia al ambito de la liberacion. No pretendo haber agotado aqui la serie de términos que han aparecido y pueden aparecer en el campo de la conservacién del patrimonio cultural, sino haber mencionado los mas usuales. Para concluir, debo precisar que naturalmente existen problemas particulares en dreas tropicales, en regiones hiimedas, secas o muy frias, en zonas sismicas o altamente contaminadas. Son también particulares los problemas especificos de ciertos materiales: adobe, madera, estucos, cerdmica vidriada, cera, metales, etc. Y por supuesto, como ya lo sefialamos, son particulares los problemas, métodos y técnicas aplicables a objetos de muy diversas escalas.2° Ser muy util particularizar y profundizar, por ejemplo, en los problemas casos especificos de la arquitectura prehispanica en el area mesoamericana, ‘de los retablos barrocos en la Nueva Espaja, o de las vecindades del primer tercio del siglo xx en la Ciudad de Mexico, pero no parece conveniente ir de lo particular a lo general en este campo, cuando podemos disponer de una estructura de conceptos generales ya elaborada, experimentada y dinamica, que es de indudable utilidad para orientar y normar una actividad cientifica. Por supuesto, es posible y necesario que la experiencia particular, en cualquier campo de los que forman el patrimonio cultural mueble e inmueble, riquezca y aporte nuevos elementos al panorama general en un futuro imo, pero parece mas eficaz y légico partir de las bases conceptuales un marco general, como instrumentos mas seguros para lograr mejores luciones de cada problematica particular. Nacional de Antropologia e Historia, Sociedad Mexicana de Antropologia,e Instituto de clones Antropoldgicas, Universidad Nacional Auténoma de México, Primera Reunién Téc~ tiva sobre Conservacién de Monumentos y Zonas Arqueolégicas, Conclusiones, México, Gonéle Poo, EI dominio delentorno, Secretaria de Educacién Publica, México, 1971. 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Villagran Garcia, Jose, “Arquitectura y restauracion de monumentos", en moria del Colegio Nacional, tomo vi, num. 1, México, 1966. SALVADOR DiAZ-BERRIO FERNANDEZ La obra de Salvador Diaz-Berrio constituye una amplia muestra de la calidad y rigor con que el autor se ha involucrado en el tema de los sitios y monumentos patrimoniales. A través de los articulos presentados en este volumen da cuenta de la sistematizacion de la informacion asi como de las acciones de proteccién en que ha intervenido a lo largo de su trayectoria profesional, desde los aspects tedrico conceptuales sobre la proteccién y restauracién del patrimonio cultural, pasando por la muestra de documentos referidos a las declaratorias de zonas de monumentos histéricos en México, hasta la reflexién sobre la ensefanza de la restauracién, que hablan de su importante presencia en las aulas universitarias. Asimismo se adentra en una interesante descripcién y andlisis de los centros histéricos de algunas ciudades en México, enfocados siempre desde el fendme- no urbano como un todo, en el que los monumentos y sitios patrimoniales conviven € interactéan con la ciudad moderna y se liberan de su simple funcién de emisarios del pasado. El doctor Diaz-Berrio Fernandez, de formacién arquitecto, es uno de los mas recono- cidos restauradores y conservadores de México y el mundo; con especializacién en Urbanismo y en Restauracién, por la Universidad de Paris y el Centro de la unesco-iccaow en Roma; asi como maestro y doctor en Restauracién de Monumentos, por las universida- des de Roma y de Madrid 7 Experto de Naciones Unidas y de la unesco, ha sido representante de México y del inas en el Consejo del Centro de Roma (iccrow) y en los Comités de las Convenciones de la unesco. Ocupé diversos cargos en el wav; donde coordiné la elaboracién de 25 expedien- tes de sitios de México, 21 ya inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial de la unesco. Ha obtenido diversos premios y publicado un sinnumero de articulos especializados libros universitarios, impartiendo docencia en la unaw, la enad, la Escuela Nacional de Conservacién, Restauracién y Museografia, la Universidad de Oaxaca y la Universidad de Guanajuato. Actualmente es profesor titular de la UAM-Xochimilco en la Divisién de Ciencias y Artes para el Disefio (CyAD) ISBN 978-607-477-538-9 9 786074177538

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