Aplicación de la Indulgencia para sí mismo.
ORACIÓN.
Señor mío Jesucristo, Dios y nombre verdadero,
postrado en vuestra presencia, me arrepiento de haberos
ofendido, y os adoro con el mismo espíritu que el
Seráfico Padre San Francisco os adoró cuando os
dignasteis aparecer visiblemente con vuestra Santísima
Madre en su pobre Iglesia de Porciúncula rogando a
vuestra divina clemencia se digne como lo prometisteis
a vuestro enamorado siervo nuestro Padre y Patriarca
San Francisco. Es mi intención orar según la intención
de los Sumos Pontífices y especialmente por la
exaltación de la Santa Iglesia, propagación de la fe,
conversión de los herejes e infieles, y de todos los
pecadores; pero especialmente por los que combaten y
persiguen a vuestra Santa Iglesia.
Conservad a nuestro Santo Pontífice, vuestro Vicario, y
dadle un completo triunfo sobre todos sus enemigos.
Proteged también y conservad las Órdenes religiosas, y
todas las sociedades católicas, que con tanto celo se
emplean en la defensa de la fe y de la religión. Y Vos,
María, Virgen Madre Inmaculada, dad fuerza a mi
plegaria, y hacedla acepta a vuestro divino Hijo. Padre
mío San Francisco tan amado de Jesús y de María,
presentadle vos mi oración, decidle que soy vuestro hijo
y Jesús y María os escucharán y yo quedaré libre de las
penas que merecen mis pecados. Amén.
Aplicación de la Indulgencia para sí mismo.
ORACIÓN.
Señor mío Jesucristo, Dios y nombre verdadero,
postrado en vuestra presencia, me arrepiento de haberos
ofendido, y os adoro con el mismo espíritu que el
Seráfico Padre San Francisco os adoró cuando os
dignasteis aparecer visiblemente con vuestra Santísima
Madre en su pobre Iglesia de Porciúncula rogando a
vuestra divina clemencia se digne como lo prometisteis
a vuestro enamorado siervo nuestro Padre y Patriarca
San Francisco. Es mi intención orar según la intención
de los Sumos Pontífices y especialmente por la
exaltación de la Santa Iglesia, propagación de la fe,
conversión de los herejes e infieles, y de todos los
pecadores; pero especialmente por los que combaten y
persiguen a vuestra Santa Iglesia.
Conservad a nuestro Santo Pontífice, vuestro Vicario, y
dadle un completo triunfo sobre todos sus enemigos.
Proteged también y conservad las Órdenes religiosas, y
todas las sociedades católicas, que con tanto celo se
emplean en la defensa de la fe y de la religión. Y Vos,
María, Virgen Madre Inmaculada, dad fuerza a mi
plegaria, y hacedla acepta a vuestro divino Hijo. Padre
mío San Francisco tan amado de Jesús y de María,
presentadle vos mi oración, decidle que soy vuestro hijo
y Jesús y María os escucharán y yo quedaré libre de las
penas que merecen mis pecados. Amén.
Aplicación de la Indulgencia para sí mismo.
ORACIÓN.
Señor mío Jesucristo, Dios y nombre verdadero,
postrado en vuestra presencia, me arrepiento de haberos
ofendido, y os adoro con el mismo espíritu que el
Seráfico Padre San Francisco os adoró cuando os
dignasteis aparecer visiblemente con vuestra Santísima
Madre en su pobre Iglesia de Porciúncula rogando a
vuestra divina clemencia se digne como lo prometisteis
a vuestro enamorado siervo nuestro Padre y Patriarca
San Francisco. Es mi intención orar según la intención
de los Sumos Pontífices y especialmente por la
exaltación de la Santa Iglesia, propagación de la fe,
conversión de los herejes e infieles, y de todos los
pecadores; pero especialmente por los que combaten y
persiguen a vuestra Santa Iglesia.
Conservad a nuestro Santo Pontífice, vuestro Vicario, y
dadle un completo triunfo sobre todos sus enemigos.
Proteged también y conservad las Órdenes religiosas, y
todas las sociedades católicas, que con tanto celo se
emplean en la defensa de la fe y de la religión. Y Vos,
María, Virgen Madre Inmaculada, dad fuerza a mi
plegaria, y hacedla acepta a vuestro divino Hijo. Padre
mío San Francisco tan amado de Jesús y de María,
presentadle vos mi oración, decidle que soy vuestro hijo
y Jesús y María os escucharán y yo quedaré libre de las
penas que merecen mis pecados. Amén.
Aplicación de la Indulgencia para sí mismo.
ORACIÓN.
Señor mío Jesucristo, Dios y nombre verdadero,
postrado en vuestra presencia, me arrepiento de haberos
ofendido, y os adoro con el mismo espíritu que el
Seráfico Padre San Francisco os adoró cuando os
dignasteis aparecer visiblemente con vuestra Santísima
Madre en su pobre Iglesia de Porciúncula rogando a
vuestra divina clemencia se digne como lo prometisteis
a vuestro enamorado siervo nuestro Padre y Patriarca
San Francisco. Es mi intención orar según la intención
de los Sumos Pontífices y especialmente por la
exaltación de la Santa Iglesia, propagación de la fe,
conversión de los herejes e infieles, y de todos los
pecadores; pero especialmente por los que combaten y
persiguen a vuestra Santa Iglesia.
Conservad a nuestro Santo Pontífice, vuestro Vicario, y
dadle un completo triunfo sobre todos sus enemigos.
Proteged también y conservad las Órdenes religiosas, y
todas las sociedades católicas, que con tanto celo se
emplean en la defensa de la fe y de la religión. Y Vos,
María, Virgen Madre Inmaculada, dad fuerza a mi
plegaria, y hacedla acepta a vuestro divino Hijo. Padre
mío San Francisco tan amado de Jesús y de María,
presentadle vos mi oración, decidle que soy vuestro hijo
y Jesús y María os escucharán y yo quedaré libre de las
penas que merecen mis pecados. Amén.