Está en la página 1de 200

LA MISIÓN DE

SER FELICES
LA MISIÓN
DE SER
FELICES
Sentimientos ajenos, expresados en
versos

OBRA ANTOLÓGICA
Escrita por:

Leonardo Beltrán
Jorge Andrés Díaz Naranjo
Jerónimo Villa
Ingrid Tatiana Bautista Rodríguez
Arturo Hernández Barrientos
David Iregui Barrera
Gineth Lara Calzada
Marisol Rubio
Alejandra Sánchez Reyes
María José Gómez
Jessica Tatiana Fandiño Rodríguez
Brayan Latorre
Nancy Ruby Cardona Londoño
Jonahatan Sebastián Torres Plazas
Eliana Márquez Guzmán
Francisco Salamanca
Mariana Romero Martínez
La misión de ser felices

©Leonardo Beltrán, ©Jorge Andrés Díaz Naranjo, ©Jerónimo Villa, ©Ingrid Tatiana Bautista
Rodríguez, ©Arturo Hernández Barrientos, ©David Iregui Barrera, ©Gineth Lara Calzada,
©Marisol Rubio, ©Alejandra Sánchez Reyes, ©María José Gómez, ©Jessica Tatiana Fandiño
Rodríguez, ©Brayan Latorre, ©Nancy Ruby Cardona Londoño, ©Jonahatan Sebastián Torres
Plazas, ©Eliana Márquez Guzmán, ©Francisco Salamanca y ©Mariana Romero Martínez.

www.itaeditorial.com

ISBN: 9798412931166
Sello: Independently published
2022
Publicado en Colombia
Páginas: 199

Diseño de portada: ©ITA Editorial


Ilustración de portada: ©Marcela Lucio Silva

Aviso legal: Se prohíbe la reproducción total o parcial de la presente obra, restringiendo, además,
cualquier compendio, mutilación o transformación de la misma por cualquier medio o
procedimiento. Los comentarios descritos en la presente obra, realizados a título personal, no
corresponden a pensamientos de la compañía, sino a aseveraciones particulares de los autores. Se
permite la reproducción parcial, con el debido crédito a los autores y a la Editorial.
ÍNDICE

PRÓLOGO ........................................................................10
JUVENTUD .......................................................................12
Por Leonardo Beltrán............................................................. 12
LA MOTIVACIÓN ............................................................. 24
Por Jorge Andrés Díaz Naranjo ........................................... 24
EL VIAJE ......................................................................... 27
Por Jerónimo Villa .................................................................. 27
TRAZOS PARA HAIKUS ..................................................... 29
Por Ingrid Tatiana Bautista Rodríguez ................................ 29
LA FELICIDAD Y SUS MATICES ......................................... 34
Por Arturo Hernández Barrientos........................................ 34
JUNIO 19 ......................................................................... 40
Por David Iregui Barrera ....................................................... 40
36 POEMAS LIBRES .......................................................... 63
Por Gineth Lara Calzada ....................................................... 63
FELICIDAD SILENCIOSA .................................................. 76
Por Marisol Rubio .................................................................. 76
PASO A PASO ................................................................... 78
Por Alejandra Sánchez Reyes ................................................ 78
LAS MARIPOSAS DE ELLA ................................................. 88
Por María José Gómez ........................................................... 88
CARTAS A LA LUNA .......................................................... 91
Por Jessica Tatiana Fandiño Rodríguez ............................... 91
UTOPÍAS DEL ALMA MÍA ................................................ 104
Por Brayan Latorre................................................................104
REGOCIJO ..................................................................... 133
Por Nancy Ruby Cardona Londoño ..................................133
FRAMMENTI.................................................................. 144
Por Jonahatan Sebastián Torres Plazas ..............................144
FELICIDAD ERA SU NOMBRE ..........................................161
Por Eliana Márquez Guzmán ..............................................161
LA AVENTURA DE TU CUERPO ....................................... 172
Por Francisco Salamanca .....................................................172
COMO LAS FLORES EN OTOÑO ...................................... 174
Por Mariana Romero Martínez ...........................................174
Prólogo

¿Qué nombre le darías tú a la felicidad?, ¿sería acaso el de un


objeto, una persona o una vivencia extraordinaria?
Seguramente hemos buscado esta anhelada emoción en los
lugares más lejanos, sin embargo, la experiencia nos dice que
siempre está más cerca de lo que pensamos, pues, como dijo
Benjamin Franklin, “la felicidad humana generalmente no se
logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas
veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días”.
La misión de ser felices es una cartografía, una evidencia de los
caminos que estos escritores y sus personajes han recorrido
para encontrar la felicidad, o al menos luces de lo que puede
significar. Esta antología se realizó a partir de la convocatoria
del mes de junio, organizada por ITA Editorial, en la que
reunimos a autores de diferentes lugares y edades, quienes han
soñado con escribir y esta vez han dado el salto a compartir
sus palabras con el mundo.
Invitamos a nuestros lectores a asomarse a la ventana de las
experiencias ajenas y a vivirlas como propias, a sumergirse en
un viaje de exploración que pretende mostrarnos que la
felicidad está en nosotros mismos.
Juventud

Por Leonardo Beltrán

Una palabra canta en mi corazón, susurrante hoja verde sin fin cayendo. En
la noche balsámica, cuando la sombra es el crecer desmesurado de los árboles,
me besa un largo sueño de viajes prodigiosos
y hay en mi corazón una gran luz de sol y maravilla.
-Aurelio Arturo.

Qué disparate

Producto del amor juvenil y el ávido deseo fui concebido,


sin ser querido se cuidó de mis muchas raspaduras de rodilla.
Cada capricho cumplido me mantuvo lejos del sentimiento
deshabitado, ahora que lo veo por doquier excluyo la hermosa
naturaleza y adacilla,
quizás sea ese mi motivo de lagrimear en cualquier lugar
público.
Tener una vida sin destino fijo será mi pesadilla,
oyendo la misma música, aprovechando todo lo que se cruza
sin freno alguno, creyendo en el amor y entrega total solo a una
persona, esto con una risilla porque ya me he entregado en
cuerpo a tres sin arrepentimiento.
La misión de ser felices

Senderos que nunca cambian y no me canso de transitar,


vicios apagados por la edad del cual solo quedo uno.
Luz amarilla y hojas llenas que no pienso abandonar,
padeciendo una enfermedad que no es tan buena para matar,
pero si para mantenerme en constante contingencia.
Estaré sediento de sentimientos, o probablemente
de deseos insaciables que en los demás provocan aborrencia.
Este soy yo y jamás tendré ansia de cambiar en mi mente, qué
disparate al decidir quedarme con esta vida llena de carencia.

Amando la oscuridad

Todo debe acabar por el orden colectivo nunca


especificado,
es sobrellevado con desdén mientras el tiempo me devasta,
sensaciones primerizas e inocentes jamás vuelven.
Existen millares que nunca he sentido.
Soy un imbécil al enfrascarme en lamentaciones debidas a no
ser un iniciado en un arte viejo, la comparación de una luz
resulta exacta,
¿traerá sensaciones únicas?, quizás.
Por ahora desfallezco en la oscuridad amante de lo ya
conocido y preso de mi destino, dedicando poemas a la luz,
aunque nunca haya visto.

13
Obra antológica

Palabras
Canuto de marihuana en ocasiones, sin cambiar de lugar
lecturas por montones, plantas esperando brotar mientras yo
difiero prendas y letras para enmendar, solo hago un buen uso
del descanso, entendiendo las mentes y creando la mía con
base en esto, no ha llenado mi reseco ser que aún no lo hace
con ferviente fuerza. No dejó de vivir, pero parece ser así
cuando no se tiene nada que contar.
El uso de palabras no es un lujo que tengo con mucha
frecuencia, sinceramente, no me vienen palabras a la mente de
gran importancia ni explicación. No podría saber qué usaría sin
conocer el sentimiento que estoy presenciando. Esto es de
sensaciones nada más, faltan palabras y palabras, pero
seguramente se usarán las adecuadas y las aún no creadas para
llegar a la descripción de lo que el poeta siente todos los días.

Sol a media cara

No puedo mirar muy alto, me cegó un poco.


El sol es fuerte, quisiera ser como él
y abrigar a millones solo con su propia luz.

Todo esfuerzo es ilusorio en esta tierra seca,


donde quieres ser resplandeciente sin compartir un poco de
luz,
alumbras el camino solo para ti.

14
La misión de ser felices

Sin indecisión declaró: hasta mí más mínima gota de sangre


roja clara desea ser lámpara de descanso en tiempo arduo,
iluminación de amor en relente soledad,
sol de muerte en impredecible depresión,
consiguiendo así que este cuerpo sea agua de vida fugaz,
tan fugaz que se acortan los días, esos en que disfruto el sol
a media cara.

A pasos de muerte

Lo que más atormenta mi existir ahora es…, por donde


quiera que veo en mis habituales trayectos diarios y aquellos no
tan matutinos por donde también transita mi mirada, no vivo
el suceder de ese momento. Tengo enfermo mi sistema mental
y consciente, el pasado ronda todo y no es ese mismo que
recuerdas con un cigarrillo y sonrisa, sino el lamentable y
permanente sentir de arrepentimiento, ello solo me hace delirar
en el placer que tengo hacia la muerte.
Manejo solo una seguridad: no podré ir abriéndome paso en
la muerte con mis zapatos y gestos helados, recordar ese
momento de paz será imposible. Como todo lo excelente de
esta vida se sentirá en una ocasión, comparar la muerte a un
sueño de jamás despertar resulta precioso, ya que despertar de
un sueño es la única parte monstruosa y sufrida de la vida.

15
Obra antológica

Morirán

La sosegada marcha de los buses verde tropical me empuja a


avistamientos varios de lo que se espera que cambie sin
resultado…, así son estos lugares, así es mi mente intranquila
y apasionada,
anhelando hallar una puta que ame con todo el corazón, algo
imposible, ya que la vida es un detallar continuo donde el poeta
no pide estar loco, lo está, lo estoy y es notorio cuando lloro
por una hoja que ha acabado el árbol que me la ha otorgado y
está siendo asesinado por mi talento y ganas, que son ardor de
discurrir la edificación de lo contemporáneo y relatarlo con la
belleza de las rosas del pasado. Mientras la naturaleza se acaba,
aún existen bellas raíces que brotan de mi cuerpo llegando al
universo de papel y enloqueciéndolo con su misterio, hojas
amarillentas que no aguantan más días de soledad, morirán,
morirán por falta de sinceridad y enamoramiento rotundo.

El amor representa la Ley Superior y única de la vida... Y eso cada


uno lo sabe y lo siente en lo profundo de su corazón.
-Tolstoi.

¡Oh ceñido fluir, amor, oh bello


borbotar temperado de la nieve
por tan estrecha gruta en carne viva,
para mirar cómo tu fino cuello
se te resbala, amor, y se te llueve
de jazmines y estrellas de saliva!
-Rafael Alberti.

16
La misión de ser felices

El enceguecer del querer

Hallando un destino que no me esmero por tener, he


encontrado otro, es un empujar para esta incapacidad de
talento y ganas; mi felicidad ha tocado las hojas empapadas
de soledad, nunca lo creí posible.
La ceguera que provocan mis párpados al besarte no es la
única, el enceguecer del querer ese que yo solo puedo entender,
se puede explicar con mi aparente rostro cabizbajo, la realidad
es que no lo levanto para alguien que no seas tú. No lo notas
porque el sueño de la madrugada te arropa y yo me quedo solo,
estas veces sin llorar, asegurando que te amo en un papel;
masturbándome sin perversidad a nombre de tu piel,
anhelando un beso de esos que se irán a la lista, de esos que te
doy en los párpados, esperando también tu ceguera de
quererme.

Extravío

Haces de nuestras vidas un extravió,


sentirnos sin vida es lo que nos compone,
juntos sabemos que la vida solo necesita un sentido para fluir.
No necesitas de nada si encuentras lo dicho,
me satisface que seas mi sentido
y me fascina que juntos seamos un extravío.

17
Obra antológica

Enero 7

Me recibes con ojos de hogar y abrigo.


Ahora huelo a ti y a tus ganas de llevarme a la cama,
tu caminar en ropa interior me ha turbado irrevocablemente,
esa hospitalidad de tu cuerpo no se olvida.
Le dedico esto a tu ser, de físico hermoso
porque si de tu personalidad hablará esta hoja queda corta.

Sabes qué…
Los estimuladores de vida, de la multitud no los tengo
ardiendo,
el amor calienta todo y el hielo de nociones vanas
que se derriten con cada beso.
Hacerlo hasta el punto de no poder más,
esta vez el sexo no es estúpido,
la incitación de empujar está en tus nalgas
y la de seguir vivo está en tu respiro.

Centelleo

Porque la vida no me instó a tener sexo fuerte en los baños y


tampoco a mirarte con deseo los senos después de cada beso
repleto de amor. El impulso pleno por estar mareados juntos
por las calles mil veces transitadas de esta ciudad, donde te

18
La misión de ser felices

abordan por lo bella que eres mientras siento el honor de


llevarte de mi mano, tu vestido brilla del mismo color de mi
corbata y la noche es lenta.
Porque yo no pedí adorarte, las construcciones prominentes
son testigos de que lo hago, intentando corresponder tu
enamoramiento mi mano te palmea, te ahorca, te prende los
cigarrillos y te une las mejillas para un beso; entonces qué
pasará cuando todo mi cuerpo entero esté a tu disposición, ¿me
responderás con tu centelleo al mirar que jamás volverás a estar
sola y sedienta?

Decoro de versos

Escaleras eléctricas hechas desde el cielo de la casualidad


bella, con un aferró mutuo que torna el tiempo lento y da
para sentir tus besos en una vida entera. Mi rostro se sonroja
a tal punto que me comparo con la pañoleta roja atada a tu
cuello, sintiendo esto inexplicable que aniquila el insomnio,
desapareciendo la pusilanimidad por tu anhelo de saber
poesía, la cual me emerge de la sangre y se convierte en vida
que vuelve a su creador como decoro de letras.

Este sentir presuroso jamás versado en mí, cruza la barrera


del miedo al dolor con una confianza ciega que te levanta de la
cama y libera las ataduras del pasado y tristeza, tomando
atrevimiento de besos y caricias sin rechazo alguno, por tu
anhelo de sentir amor verdadero y el mío de dártelo debido al
cansancio de la habitual falacia de la que fui cautivo, hasta que

19
Obra antológica

la liberación se convirtió en escritos que vuelven a ti como


decoro de versos.

Horizonte

Tu complacencia se refleja en tu prisa estancada por el deseo


que provocó, después de satisfacer, y no solo físicamente, no
he encontrado alegorías sobre esa completa satisfacción. Todo
acaba con una discreción caballeresca y una sonrisa para luego
ser testigos de la bella Bogotá, por un sendero silencioso, si no
es por nuestros pasos y la buena música que nos acompaña.

No soy una definición absurda, ni mucho menos, pero no sé


si la poesía está en tu cabello o tu sugerente rostro, o tal vez
sea mi forma de intervenir con tus manos para poder rodearte
con mis brazos, no viendo más que horizonte y cariño.

Y no sentimos a estos seres solo por breve lapso, no, sino que como los
árboles de un templo pronto aúnan su ser al templo mismo, así la luna,
la poesía y sus glorias infinitas cual una luz alegre nos hechizan el alma
y nos deducen con tal fuerza que, haya sombra o luz sobre la tierra, si
no nos acompañan somos muertos. Así, con alegría, yo refiero…
-John Keats.
Le dolerán los labios y le arderán los ojos como colillas encendidas y ese
poema tampoco expresará su llanto.
-Jattin.

20
La misión de ser felices

Dulzura

Hay poemas que llevan meses. La cotidianidad ocurre con la


sensación falsa de disfrutar de la vida sin escribir, llevando
rosas sin retoñar en días especiales, teniendo discusiones
mañaneras para luego pedir perdón y jurar amor ferviente. La
sencillez autoritaria me desconecta lejos de la descripción, de
un manejo de la letra, la lectura, todo lo dependiente de mi
crecimiento poético...
El destino literario vive escapándose de mis manos porque
no soporto lo que la descripción trae consigo, nada como una
lectura veloz y continua de obras junto con el insomnio de
idear la cura no inventada, para tener este destino cerca, la cosa
fluye, él no sé qué sale a flote con el amor, incluso con milenios
de historia y renombre nunca ha logrado definirse, ya que cada
quien lo hace como su alma y raíces lo impulsaron, pero seguro
de que todos lo hacen con esta misma dulzura.

21 de septiembre

El sueño es un escape voraz,


lo he usado toda mi vida como solución a dejar este sentir
permanente.
Las inundaciones de palabras vienen a mí de nuevo,
los últimos poemas no describen la belleza loca de todas las
cosas,
se enfrascan ahora en mí, ha nacido un problema con esto.

21
Obra antológica

Hermosura escasea en este cuerpo, ni siquiera existen gotas


mínimas de algo,
necesito recordar las mentiras que me hacían tocar el cielo.
Mis pestañas largas rozando tus mejillas blancas,
no puedo hacer del cuerpo el poema, estoy incompleto,
podré hacerlo de ti, aquí no hay nada para usar y en mis
sueños apareces obsequiándome lo que necesito.

Inexistencia de inspiración

Abundancia de placeres roza los días, noches, años...,


en un lugar sin saber cuál,
pagando sin tener dinero,
besando sin sentir,
teniendo sexo escaso de amor.
¿A eso llamas placer?,
al abrir los ojos esto es lo que veo,
el sistema logró adormecerme,
se ha destruido mi cliché de mundo imaginario,
la indiscreta soledad aparece incluso cuando gimes hacia mí,
es fácil deducir: lo que abunda no me interesa.

Abundan parejas de amor temporal, sentenciado a


comunicaciones vacías y citas frecuentes,

22
La misión de ser felices

sal de ello por favor, espero que te baste con saber que vives
en mí, cada tortuoso día;
la única compañía de todas mis acciones eres tú, inclusive sin
verte,
la excitación que provocas en otros hombres es proporcional
a la obsequiada por tus palabras,
“soy de tu pertenencia” dices, no se me permite ni dirigir tus
pasos.
Elige un rumbo junto a mí, el “te lo ruego” lo evito porque
te he fallado de nuevo,
y aquí sentado recuerdo tu sincronización de cariños a mi
cabello y besos a mis manos,
y en esta inexistencia de inspiración estoy seguro
que la soledad más linda está entre tus dedos.

Comió y bebió de las preciosas palabras y robusteció su espíritu. Olvidó


que era pobre y hecho de polvo.

Danzó en días opacos.


Y este legado de alas fue solo un libro.
¡Qué libertad presta un espíritu libre!
-Emily Dickinson.

23
Obra antológica

La motivación

Por Jorge Andrés Díaz Naranjo

La motivación de estar con una persona se debe


principalmente a un factor:
el interés que ella tiene en nosotros.
En otras palabras, que nos podamos sentir libres
expresándonos con esa persona,
sin necesidad de poner barreras, únicamente
siendo quienes somos

Debes notar que el valor que buscamos de otra


persona,
no siempre se debe a lo que creemos que nos
puede enseñar,
sino en lo interesada que está en escucharnos.

En conocer nuestra opinión, nuestro punto de


vista,
en la capacidad que tenga para recalcar lo
importante que somos.

24
La misión de ser felices

Las relaciones amorosas duraderas se basan muy


bien en este principio,
en donde ambas personas se sienten conformes
con quiénes son y con quiénes quieren llegar a ser
porque para todos nosotros, así no seamos
conscientes de ello,
es una necesidad conocer alguna persona que se
interese profundamente por nosotros:
que nos haga hablar, expresarnos y sentirnos bien
con nosotros mismos,
sin importar cualquier mínimo detalle de lo que
nos falta obtener,
mejorar o aprender.

Pero…, ¿qué sucede cuando no conocemos a


alguien así?

Pueden surgir problemas de autoestima,


desmotivación,
no nos sentimos cómodos con lo que somos, con
lo que hacemos...

Tratamos incansablemente de encajar en los


gustos de los demás,
atrapándonos en la espiral de la infelicidad.

25
Obra antológica

Obligados a ser lo que nuestro alrededor quiera.


El juego de la vida es sobre intereses.

Déjame decirte una cosa:


lo que en este momento estás haciendo, es grande.
Que no te importe si sientes que tu alrededor no
lo valora
porque siempre habrá alguien que sí.
Siempre, siempre.

Existe alguien que ve de la misma forma que tú


todas esas maravillas que estás haciendo,
así que no pares, no te rindas.
No pienses que debes dejar tus intereses atrás,
sigue allí,
juntos sabemos que puedes llegar a ser uno de los
mejores, sino el mejor,
solamente date la libertad de conocer a las
personas
y así, conocerás a las correctas.

Ambos sabemos que muy pronto encontrarás


quién te valoré de verdad.

26
La misión de ser felices

El viaje

Por Jerónimo Villa

Viajé en los más traseros


asientos de la vida.
Recorriendo en lentos pasos,
las montañas forjadas por
el cólera de los años.

De repente, espléndida vista


se presenta ante mis ojos…
Planeaban las aves
sobre trigales que se fundían
en el alba de los recuerdos.
¡Aves majestuosas!,
desprendiendo brillos de sus alas
y rociando felicidad en la mañana.
Los trigales trenzaban aromas
simples, pero cálidos
para tratarse de una mañana de invierno.

27
Obra antológica

Recorriendo
las montañas forjadas por
la cólera de los años,
vislumbré espléndido fenómeno
digno de los dioses perfectos.
El majestuoso arcoíris abrazaba
las montañas en todo su esplendor.
Embelesando
un perfecto regreso a casa.

Los señoriales colores,


sin pretensión alguna,
dilucidaban los pretextos más hermosos
para amar la primitiva naturaleza humana.
Y estrechando el aroma
de las hierbas engalanando la carretera,
viviese el trance más bello,
además de sublime,
en la parte trasera de los asientos de la vida.

28
La misión de ser felices

Trazos para haikus

Por Ingrid Tatiana Bautista Rodríguez

Noche estrellada:
revuelan los ladridos,
coro de chicharras.

Lágrimas iluminadas
brotan
en luna llena.

Rayos azules
surcaron
la nubosa noche.

Noche solitaria
cobijada en nimbos.
Luna roja.

29
Obra antológica

Helios desposa
la misteriosa bruma
evaporada.

Entre la maleza,
ocultas del segador,
aves del paraíso.

Del ramal
cae a mis manos
flor de mayo.

Luces nocturnas,
los astros titilan.
¡Bichos coquetos!

Regio páramo.
Copulan moscas
entre los frailejones.

La avispa
presa en la red.
Triste epitafio.

30
La misión de ser felices

Una grieta de luz


en el cascarón
del polluelo.

Manos temerarias
agitan el avispero.
Penosa hazaña.

Peces inquietos:
sigan nadando,
¡desnuda voy!

Los ásteres
saltan
al vacío.

Dientes de león
arropan al mendigo.

El perro callejero
duerme plácido
en la ciudad furiosa.

31
Obra antológica

Anárquicos
entre escombros,
dientes de león.

Al perro echado
el viento le arrebató
su vasto sueño.

Ávidas de migajas,
vagan
las palomas.

Menú del día:


verborrea hervida.

Zazen al mediodía:
gotas de sudor
en la sien.

Así advertí
la azul orquídea:
en silencio.

32
La misión de ser felices

Zazen de madrugada:
el gong resuena,
el gallo canta.

Orquídeas salvajes
en el altar zen.

Inmóvil gota
en zazen
sobre la verde hoja.

Hija del cielo,


de mis raíces
me elevo.
Con tormentas,
con vientos,
en este tronco erguido.

33
Obra antológica

La felicidad y sus matices

Por Arturo Hernández Barrientos

¿Y qué es?

Cómo definimos ese sentimiento que llega de


repente, que acelera el corazón y a veces nubla la
mente.
Cómo definimos esa sensación de un extraño
cosquilleo que nos estremece el cuerpo y nos eriza
la piel.
Cómo definimos la dicha que nos da el alcanzar
un objetivo o nuestras metas lograr.
Cómo definimos la satisfacción que nos genera
escribir algo nuevo, componer una canción, pintar
un cuadro o un pendiente terminar.

Cómo definimos la fortuna de ser libres, para


actuar, pensar, sentir y gozar, ser agradecidos y
respetar a los demás.
Cómo definimos el placer que nos da recordar las
vivencias y los momentos de antaño, aplicar lo
aprendido o lo ya superado.
Cómo definir tantos sentimientos, tantas
emociones y tan bellos momentos.

34
La misión de ser felices

La palabra buscada es FELICIDAD que resume


todo, lo que alegría nos da.

La otra felicidad

La felicidad siempre está, solo hay que saber


apreciarla, no siempre lleva risas o corazones,
también tiene llantos y muchas tristezas.

Cuando alguien se va, nos duele su ausencia,


nuestra alma llora y nos hundimos en la pena…,
pero nuestro corazón se alegra y se llena de dicha
sabiendo que ahora está mejor y lo veremos algún
día.

Cuando una relación termina, nuestro mundo se


derrumba, nos llenamos de porqués y
sentimientos de culpa…, pero seguimos adelante,
valoramos el tiempo y los pequeños detalles,
tomamos experiencia y verdadera valía.

Cuando los hijos se van, nos duele la ausencia, una


casa vacía y un silencio que apremia, pero la familia
crece y se multiplica y vemos florecer la cosecha y
la felicidad inunda.

35
Obra antológica

No siempre sabemos apreciarla, o no siempre la


aceptamos, pero siempre está presente, la otra
felicidad.

Del recuerdo

Darse cuenta de que disfrutar la vida va más allá


de la posesión insípida de la materia.

Una cerveza en la mano,


un cigarro en la otra,
un pensamiento furtivo,
una compañía notoria.

Prendo mi cigarro,
y abro mi cerveza,
te veo a mi lado,
y entiendo mi esencia.

Una charla aleatoria,


y una vivencia a la memoria.

Disfrutar, sentir,
estar y gozar,
un placer de dioses que podemos degustar.

36
La misión de ser felices

Momentos sublimes
que no damos importancia,
pero momentos que adelante
recordaremos con nostalgia.

Prórroga

Y a la espera de ese momento


veo transcurrir el tiempo,
como agua entre las manos,
impotente de no poder guardarla para mí.

Solo la ilusión en la mente,


me mantiene sereno
para no enloquecer en la espera
de que se presente al fin.
Agazapado en la penumbra,
mi lugar aguarda
esperando el momento preciso
de la señal anhelada.

Minutos, horas,
días o semanas
y la misma respuesta,

37
Obra antológica

“no sé cuándo llegará”.


La vista no me alcanza,
para saber dónde viene,
para saber qué tanto espero,
mientras la vida me atiene.

Seguiré viendo el tiempo pasar


y en el mismo lugar estaré,
sin saber que llegará primero,
si la muerte, o el “porqué”…

Enfermos de poder

No completas con la fama y con toda la atención,


ahora quieres, ante todo, poder tener el control.

Promesas y palabras, el viento se las lleva, aunque


no sepas del tema, lo importante es que lo crean.

El pueblo no te importa, pues al rato se te olvida,


que ellos te llevaron, a la silla prometida.

Llenarse los bolsillos y hacer más relaciones, que


todos te conozcan, aunque la deuda no mejore.

38
La misión de ser felices

Tu objetivo nunca ha sido, ni será estar al servicio,


lo que importa es el renombre, aunque sea mal
habido.
Esta situación se repite con el tiempo, la misma
cantaleta, el mismo pasatiempo.

Nosotros mismos provocamos que estemos


marginados por otorgarle poder y fama a
personajes clandestinos.

39
Obra antológica

Junio 19

Por David Iregui Barrera

Te dedico algo que puede ser grandioso, algo simple y quizás


atrevido. Intenté que se parecieran a esos lindos poemas que se
leen en las novelas. Realmente solo intento darte un simple
regalo de cumpleaños para que sin importar el cuándo o dónde
algún día puedas volver a leerlos y recordarte lo que veo,
recordarte lo que eres y lo que en este pedacito de mundo
significas.
−k.

Buenas noches, digo, si aún estás despierta.


La verdad hoy me voy a dormir con una pequeña
sonrisa en mi corazón, esta tiene tu nombre.

Pienso y digo, ¿por qué guardamos tanto caos?,


porque no simplemente cerramos los ojos
y volvemos a vivir un nuevo sueño.
¿Por qué nos complicamos?, ¿por qué revisamos
el último “En Línea”?
¿Por qué nos descuidamos el uno al otro y le
ponemos barrotes a nuestros “Te amo”?

40
La misión de ser felices

Sabes una cosa, contigo descubrí que es ser amado


a otro nivel, contigo me encontré, contigo me
desvelé, contigo era simplemente yo.

Jamás te has preguntado ¿quién eres? porque creo


que no eres de por aquí.
Eres amor y un torbellino de sentimientos, alguien
muy especial, alguien que rompe esquemas sin
importa nada, buscando alcanzar la cúspide de su
ataraxia, alguien de otro mundo quizás...

Hoy preguntaste “¿qué hice?”, no hiciste nada


y es en esta historia en la que no hay que hacer
nada, fue lo más lindo que me pudiste dar.

II

¿Alguna vez te has quedado viendo las estrellas?,


¡¿has visto lo brillante que son?!, son bellísimas, en
serio.
¿Sabes dónde las veo también?, en tu mirada, en
tu interior.

¿Sabes por qué?, porque tú cargas un brillo


¡único!, ¡como tú!
Es increíble, en serio que sí, qué loco, ¿no lo crees?

41
Obra antológica

Dicen por ahí que para ver las estrellas tienes que
esperar al anochecer, inclinar tu cabeza hacia
arriba y ver el cielo estrellado,
yo creo que se equivocan porque si te vieran a ti
podrían ver una galaxia entera las 24 horas del día
y seguir sin entender, ¿cómo es que hay tan
extraordinario paisaje en tan solo un tú?, tan
increíble que eres.

Te digo algo...,
ojalá que el caos del exterior se paralice ante tu
presencia, que confundas tu pensamiento y aclares
tu alma, que pintes el mundo con tu corazón y que
en el fin del mundo lo que más brille seas tú.

III

Me he quedado sin palabras...

Me he quedado sin palabras, como la vez que


dijiste esas cinco letras, como la vez que te conocí
de verdad...

Me he quedado sin palabras al tener que


describirte ante un mejor amigo,
al tener que decirle a mi corazón que llegaba
alguien especial.

42
La misión de ser felices

Me he quedado sin palabras cuando surgió esa


explosión en mi corazón, cuando no podía sacarte
de mi cabeza, cuando el uno y el dos se juntaban
al anochecer.

Me has dejado sin palabras...

IV

Tengo miedo de que ya no nos pensemos,


tengo miedo de saber que esto es lo incorrecto,
pero temo aún más seguir sin ti.

Me da miedo el fin, el punto que termina la historia


lo odio en realidad.
Lo vi venir varias veces, de hecho, hasta he
negociado con él en varias ocasiones.
No me gusta y aprendí que la espera y el miedo
son sus aliados, quizás por eso le temo...

No sé qué decir…, tengo miedo...


Saber que lo justo y necesario sea un cambio,
que este no te incluya me destroza la memoria.

43
Obra antológica

No quiero, pero sé que sin importar que juguemos


a la luna y el sol, podré salir una vez más sabiendo
que tú brillarás cada día, cada noche.
Te quiero, aunque este ya tenga un punto al final.

No sé si estás bien,
lloras, cantas, ríes, bailas,
te deprimes, vuelves y lloras
y yo no sé qué hacer.

Ya no hablamos o nos comunicamos,


la verdad ya ni sé qué tiene esa conversación,
decimos buscar la confianza, esa que rompió el
tiempo e impregnó el corazón,
pero por más intentos, tú eres una caja de pandora
y yo alguien que guarda todo en el maletero y se
niega a abrir la puerta a un copiloto.
No sé porque nos cruzamos, tú eres poesía,
un huracán de un todo lo bueno
y yo, simplemente estaba perdido.

Que lindo comienzo, fue tan misterioso y


sorprendente,

44
La misión de ser felices

quién lo diría..., pero al final tú volviste a cerrarte


y yo al viejo camino.

VI

Te extraño...
¿Te acuerdas de nuestro primer secreto?,
¡uy!, o cuándo me ofrecí a organizar tu casillero y
me agradeciste con esa increíble mirada,
esa que paraliza al tiempo y borra el espacio...
Qué lindos recuerdos me dejaste.

Está lloviendo y cada gota que cae en mi ventana


tiene un recuerdo tuyo,
¡son miles!, y traen miles de segundos increíbles de
ti, qué paz, qué expresión, qué hermosa ilusión.

Aún te extraño…,
extraño nuestros cwtch...

VII

Olvidos...
Hola, otra vez.
Tal vez un ¿cómo estás?,

45
Obra antológica

en fin…, espero no estar olvidándonos,


o que me estés olvidando, en realidad no espero
nada,
simplemente lo que dejamos pendiente.
He tenido recuerdos,
de esos bonitos recuerdos que traen pequeños
detalles,
detalles que por más pequeños que sean, son un
lujo para mí.
Como el detalle de una sonrisa por el gusto de
vernos, de saludarnos, de ese sentimiento, de ese
huracán…
¡Es que, carajo!, tu arte, tus bailes, tus cantos,
tus palabras, tu voz, tus abrazos, tus enojos,
tu desorden,
¡tú!

Eres una mujer muy fuerte, sin referir a tu físico,


en serio, qué inteligente e increíble eres,
hasta diría que eres una ¡super!, de las de otro
planeta.

¡Es que…, Dios!, caí en tu mente y conocí tu


corazón,

46
La misión de ser felices

me volví fan de tu nombre y de tu ser, me alojé en


ti aun sabiendo que ese espacio estaba ocupado...,
y como si nada, conocí tu felicidad.

Sin importar nada, jamás te concedería dejarla ir,


a tu felicidad: es única, es especial,
brilla, es increíble con cada expresión,
con cada silencio, con cada grito,
con todos sus perfectos defectos que te envuelven
en un huracán de emociones.

Te extraño
y no cambiaré el hecho que te quiero.

VIII

Cuéntame, ¿por qué tan perdida?,


cuéntame tu día, lo que cenaste, lo que sientes,
lo que ves.
Cuéntame las locuras de tu mente y explícame
cómo salgo del laberinto de tu corazón porque aún
estoy perdido.

47
Obra antológica

Quiero saberlo todo, sin claves o filtros,


sin orgullos o vergüenzas, sin que los humos del
olvido nos quiten el futuro,
solo dime cómo estás...

Cuéntame lo que te escondes,


cuéntame,
la única estrella que brilla en este sistema...

IX

¿Cuántas lunas hay en un mundo sin


constelación?,
¿has visto en el espejo que eres como la luna?,
un cuerpo celeste que gira alrededor de un planeta.
La que brilla con luz propia en el firmamento,
¡wow!, que increíble ser tú.

Te das cuenta de que el tiempo te explica


demasiado,
las personas se vuelven importantes,
te revelan sus misterios, te hacen esperar
y esperar te hace entender que hay personas que
se encuentran una sola vez en la vida,

48
La misión de ser felices

personas tan majestuosas que tienen el poder de


llevarte a otra galaxia,
llevarte a donde no existe el tiempo o espacio sino
el infinito,
un infinito de felicidad que se hace en una sola
mirada.

Los científicos dicen que las constelaciones son


solo estrellas que se alinean en el cielo,
hay otros que dicen que las constelaciones son las
más hermosas figuras que se toman el cielo
para guiarte a tu destino.
La luna hace que todas las demás estrellas brillen,
hace que el sol se sienta seguro en la noche
y crea luz donde no la hay.
Tú eres como la luna porque brillas hasta en el día
más oscuro,
haces que todo a tu alrededor brille como nunca,
haces que los segundos y minutos se paralicen ante
tu mirada
y haces que todo sea lindo otra vez...

49
Obra antológica

Lo sé, sé que es tarde


y que tú debes estar salvando el mundo en tus
sueños, esperando a la mañana para ponerte tu
super traje y ser la heroína de otro día.

Lo sé, sé que tiendes a encerrarte sin explicación,


perderte en el infinito con el argumento de lo bello
de la vida
y el poema de tus sueños haciéndose realidad.

Lo sé, las dudas te desesperan.


Cuando tu mundo llora piensas en el fin de un
vaso sin fondo que sabe a gotas saladas,
te pierdes en tu multiverso con movimientos de
cadera y con los ojos cerrados esperas despertar en
ataraxia.
Mientras todo eso pasa
tú salvas al mundo con los ojos cerrados.

50
La misión de ser felices

XI

Qué hermosa casualidad, ¡carajo!


sí tan solo le preguntarás a la luna lo feliz que
estoy,
te enseñaría la sonrisa que dibujas en mi rostro.
no sé por qué, pero tenía que decirte que te quiero,
aunque los astros en el cielo saben que en realidad
yo te amo.

Te contaré otra cosa de las estrellas,


¿sabías qué?..., las estrellas brillan porque los
deseos existen.
Me gustaría pedirte un deseo;
desearía poder darte un beso en la frente de
buenas noches,
desearía poder darte un abrazo para que no te
escapes jamás,
desearía tenerte entre el segundo que se va el
aliento y el segundo que se acelera el corazón,
y el deseo que siempre pido, que seas feliz.
Me pregunto si tienes una pócima mágica
o algo así...,
pues es que para ser tú debes tener un hechizo

51
Obra antológica

porque no me explico cómo después de tantas


maravillas en el universo sigo viendo que tú eres la
más espectacular de todas.
Espero resolver este misterio algún día
para darme cuenta de que eres el misterio más
hermoso que hay.
No dejes de brillar, ¡jamás!
Te quiero.

XII

Sé que ya no estás...

Eres la rosa más linda que hay por aquí;


te vi crecer del otro lado del jardín,
vi como lentamente ibas creciendo,
vi cuando te creció tu primera hoja,
vi cuando aún estabas envuelta en tus suaves
pétalos.

Mientras pasaba el tiempo,


crecieron tus defensas y pocos podían sentir esos
pétalos, al parecer solo los que estaban en tu raíz
podían ver tu hermoso color,
yo, seguía del otro lado del jardín…

52
La misión de ser felices

Con el tiempo logré alcanzar una de tus raíces,


fue de las mejores sensaciones que he tenido...
Al fin te abriste, la mejor de todas,
hermosa en todos los ángulos
y estuve ahí viendo tan increíble espectáculo.

Sabía que la tormenta estaba en camino,


la fotosíntesis que nos alimentaba ya no era igual
y como una tormenta de nostalgia
la tierra se secó, la lluvia daba sed
y las raíces se separaron,
ya no era igual, ya no estabas,
tú, en rosa creciste
y yo seguía al otro lado del jardín.

XIII

¡Qué susto me diste!,


saber que ibas a cuatro ruedas
y te quedaste en tres.
Un ángel me contó que estabas bien...,
fuiste tú.

53
Obra antológica

Eres muy bella ¿lo sabías?


y más allá de tu físico,
tus hermosas miradas,
tu sonrisa, tu rostro,
eres muy bella,
al tener un corazón del tamaño del infinito
y más allá.

Que no te pase nada es lo que pido,


que tu esencia siga intacta,
que nada, ni nadie borré esa hermosa sonrisa,
que seas el ángel que salva el día,
que seas tú y nadie corrompa aquel lugar tan
hermoso como lo es tu corazón.

Recuérdalo...

XIV

Las olas vienen y van,


podríamos decir que las situaciones de la vida son
así; las personas, los momentos, las tristezas y
amarguras,
todas vienen y se van.
Lo importante que siempre debes recordar

54
La misión de ser felices

es que nada es permanente,


en especial lo malo,
lo bueno siempre deja huella en el corazón.
Atesorar el lindo recuerdo de una sonrisa,
recordar una felicidad,
ver de nuevo ese instante eterno,
ese que te quita el aliento y te transporta a otra
dimensión,
el paso de una estrella fugaz...
que hermosa es tu vida si la pones así.

¿Por qué le dedicas tanto tiempo a ese


pensamiento?, ¿por qué volvemos al pasado?,
ni siquiera tenemos una máquina del tiempo para
hacerlo, pero le dedicamos todo nuestro tiempo
a esas memorias que ya no están,
esperando que algún día ese sentimiento oculto
vuelva con el sabor de la vida.

No hay más caminos,


el pasado ya está lleno,
debes seguir adelante.
Es hora de que te pongas tu antifaz
y salves una vez más, este mundo,

55
Obra antológica

que se pierde sin tu mirada.


Ve,
yo esperaré tu llegada.

XV

Hace frío,
pienso en ti...

Pienso en el calor de tus abrazos


y pienso el momento en que calientas mi corazón
con solo dos palabras: te amo.

Sería lindo tenerte de frente y decirte lo que


pienso,
quizás la distancia fue la culpable,
quizás ella me hizo olvidar cómo era quererte,
cómo era tener el privilegio de tenerte las 24 horas
del día en mi cabeza y las sobrantes en mi vida,
no lo niego, te extraño.
Hace frío...

56
La misión de ser felices

En el infinito te quiero
y en el más allá,
te amo.

XVI

Escuché una hermosa canción,


tenía el tono de tu voz,
el eco de tu risa
y una sonrisa del otro lado de la pantalla.

¡Que valga el riesgo y no la pena!,


lo sabes...,
te he dicho que toda tú
es un poema.

Que hermosa canción puedes ser,


contemplada con el título de cinco letras
que forman tu nombre,
con el corazón que late más que el de un rebelde
sin causa.

57
Obra antológica

Ahora las gotas caen al revés,


haces que la gravedad se afecte,
que todo lo lindo gire en torno a ti,
que lo sexy de tu inteligencia
deslumbre al sol y a las estrellas,
y que el universo entero se quede pequeño por tu
locura,
de saber que eres tú la incognoscible en él
porque de las 300.000 trillones de estrellas en esta
galaxia,
tú eres la que sobresale.

No lo olvides.

XVII

Ya casi es el final,
espero que no de un todo,
espero que no de lo lindo,
solo espero que no sea el de esta historia.

Ya lo sabes...
Los momentos son perfectos cuando tú estás en
ellos, pero en este momento

58
La misión de ser felices

tú disfrutas de aquellos otros.


Que te motive y no rasguñe es lo que pido,
quizás comprendas...,
o quizás no.

Comprende que ahora sabemos todo, menos ser


felices,
comprende que hay quienes escriben su destino
y quienes se dejan llevar por otras historias,
quizás una sea mejor que la otra,
realmente no lo sé,
pero sé que debes ser feliz,
que tu dependencia sea mutua con la que se refleja
en el espejo.
Que cuando ames sea a quien te ama
y que cuando ya no puedas ver,
sepas que hay momentos que se disfrutan con los
ojos cerrados
y otros que solo te empujan hacia tu cúspide.

Un día a la vez...,
dándole tiempo al tiempo,
así lo verás como un fin, con sabor a nuevo.
Serás tú con tu fulgor,

59
Obra antológica

bailando en tu hermosa viveza,


recitando ese poema que te hace ser.

XVIII

Es tarde, otra vez...


Quiero verte,
quiero hablarte,
quiero que no te vayas.

La distancia hace lo suyo,


de lejos ya ni nos podemos ver
y de cerca ya ni hablamos,
me duele la distancia.

Jamás te lo he negado,
te quiero amar, ya sabes cómo,
quizás como una amistad…
Solo no quiero soltarte,
en serio que no quiero.
Quiero volver a escuchar esa voz,
sentir de nuevo esa seguridad,
sentirte a ti, verte, hablarte, saber cómo estás.

60
La misión de ser felices

Es que es estúpido el que aun amándote,


te deje ir.

Y puede que ahora solo sea un te quiero,


pero será de los mejores te quiero.
Yo no te quiero perder
y al final sin importar nada,
estaré ahí..., no lo dudes.

XIX

Feliz cumpleaños...

Quiero tu felicidad no solo en un día,


quiero tu felicidad no para mí,
quiero tu felicidad para dártela de regalo
porque quiero que tu felicidad sea eterna.

No importa dónde o cuándo,


me regalaste un te amo
y ahora quiero recordarte lo feliz de aquel
sentimiento,
¡este es tu día!

61
Obra antológica

De los 365 días del año,


uno de ellos está enmarcado en el calendario,
está dedicado, es único y exclusivo,
tiene nombre propio
y hace que navidad y año nuevo se derrita de
envidia.

¡Es tu cumpleaños!,
que grandeza en tan celestial princesa,
que poético es tu cumpleaños, ¿no lo crees?
Sabes, qué emocionante puede ser un momento,
como el momento frente al pastel;
todos te cantan y te sonríen,
cierras los ojos y piensas en un deseo,
todo a tu alrededor se pausa,
deseas..., soplas…,
y tu reloj mágico vuelve a correr.

No hay tiempo que perder,


cada año, cada día, cada segundo,
es como si brillarás por cada respiro que das.
Eres grandiosa, de verdad que sí.
¡Feliz cumpleaños!

62
La misión de ser felices

36 poemas libres

Por Gineth Lara Calzada

La tranquilidad de la mañana
es como una meditación profunda,
que a veces es necesaria para el día a día,
en una ciudad donde el ruido es facilidad.

II

Quizás tenga miedo de quedarme sin ideas


y sin pensamiento vivo.
No obstante, ese miedo es
el que disgusté y solté
porque mi mente es un mar de ideas.
Y, aunque dude de ello,
mi inquieto brillo borra la duda como carboncillo.

63
Obra antológica

III

Tanto por hacer


y nada por hacer,
intentando decidir qué hacer,
partimos sin hacer.

IV

Cuando el amor se insinúa como un primor


llanamente efímero pierde su sentido.

De buscar y no encontrar.
Decepción tras decepción,
encontrar es un cantar.

VI

Mente inquieta,
cual corazón acelera sin dejarlo avanzar,
ni esperar.

64
La misión de ser felices

Sin aviso previo,


pero nunca oscura y siempre blanca,
como un lienzo ansía eco en el mundo.

VII

La noche llega,
al igual que el sol se apaga,
mientras el cielo por estrellas es llenado.

Entonces el tiempo avanza


y un silencioso paisaje se contempla,
cualquier sonido es perceptible,
desde la más simple ráfaga de aire,
hasta la más fuerte.

No siendo excepción,
ni el sonido del latido de un corazón.

VIII

El éxito no es algo en concreto


y como no es concreto,

65
Obra antológica

unos serán exitosos al amanecer


con besos por doquier.
Mientras que otros,
con la conquista de títulos
porque para ellos el éxito está
en lo que les brinda alegría.

IX

Las estrellas muestran


su brillo como ademán
de que siempre su blancura se verá.

Blancura que perdurará


y que viajará a los ojos de otra,
aunque la primera haya partido ya.

Inmortalizarse anhela aquella alma


que desea trascender,
buscando ser y hacer más.

66
La misión de ser felices

XI

Si algo que carece de un por qué,


como aquello sin significado.

Cuando el significado es encontrado,


todo lo hecho es dotado de sentido.

XII

Pasiones comparadas con falacias de amor


exentas de honor, serán más perpetuas.

XIII

Con intentos desesperados,


pero vanos de un eros,
inexistente a otro semejante,
la falta de amor propio se expone.

XIV

Cumplir una meta es una experiencia


placentera y alegre,

67
Obra antológica

cuando al realizarse evoca sentimientos


únicos y bellos.

Únicos sentimientos nacidos y destinados


a no ser de ensueños,
partícipes de mundos plenamente oníricos.

Bellos sentimientos, salientes a ser evocados


como fuente de vida
y gran fuerza para el soñador
que quiere seguir de soñador.

XV

Seguir una acción y ganar con ella,


el sentir de la satisfacción
y de la autorrealización
es una razón más para vivir.

XVI

Todos los días el sol caía


como ella en su fachada.

68
La misión de ser felices

Todos los días la luna salía


como las ganas de ella
para en algo más creer.

Y como todos los días,


el tiempo pasó al lado de las horas.

Y como la nube que cambió,


ella también cambió.
Ahora el sol seguía cayendo,
pero ella no.

Empezó saliendo, pero como un halcón


de su viejo nido,
renovada en absoluto.

XVII

Gané esperanzas para después perderlas.


Sentí un falso milagro y la realidad me chocó,
solo para mostrarme que todo lo hice tangible.

69
Obra antológica

XVIII

Si una oportunidad tu puerta tocó,


no dudes en llevarla contigo.

XIX

El amor como tal no tiene final.


El amor como tal es tan pasional
que solo cambia de lugar.

XX

No hay mejor consejo que el de


nuestro corazón.

XXI

Sabemos que somos únicos


para una persona cuando en su vida
somos su presente y futuro.

70
La misión de ser felices

XXII

Prohibido desistir de los nobles ideales


que nos dejan vivir mañanas felices.

XXIII

Que la vida es corta, es lo que dicen,


es lo que sostienen.
No obstante, quiero creer
y pensar que la vida se acorta
cuando realmente no se vive,
ni se siente,
y todo fluye en automático
como en un corto animado.

XXIV

A veces sí, a veces no.


Un día sí, un día no,
pero nunca una fábrica
cae en fiaca y pierde la pizca.

71
Obra antológica

XXV

¿Quién es única?,
quien puntualmente la cuestión versifica.
¿Quién es único?,
quien puntualmente la cuestión pescó.

XXVI

Hechos simples suelen ser responsables


de magnos temples.

XXVII

Quiero pensar que el paso,


por este lugar, es un camino tranquilo.
Y que más allá encontraremos vida
y esperanza, libres de tristeza.

XXVIII

Tanto merecemos que deberíamos


estar condenados a ser felices.

72
La misión de ser felices

XXIX

Una decepción profunda


me carcome pasivamente,
aflorando en ocasiones mi herida,
en otras, mi triste semblante.

XXX

Viviendo a la expectativa
debemos prepararnos para vivir sin iniciativa.

XXXI

De querer sentirme
siempre con ánimos de aliento,
accedería sin cuestionarme.

XXXII

Rechazaré ser real, si en el mundo ser real,


es ser sistematizado
y desvalorizado sin remedio.

73
Obra antológica

XXXIII

Seamos los mayores pioneros de nuestro destino,


luchando contra destructivos aires,
escribiendo nuestro pergamino.

Seamos creyentes de un cambio que nos aportará


valor.
Seamos el impulso que necesita nuestro motor.

Porque el cambio no es hecho,


sino es movido por nuestra mano.
Igual que un pergamino
que para ser escrito también necesita una mano.

XXXIV

Personas de inspiración obsequian iluminación


que cae como bendición en vidas que en
imposición se otorgan de función,
trascender sin limitación con ánimos de
superación.

74
La misión de ser felices

XXXV

Las horas de la madrugada te las dedico a ti,


así como mi querer en rienda.

Solo mis pensamientos saben los innumerables


y largos minutos que te tengo presente.

Y, aunque del amor pasó cuando te suelto,


tu voz es un acoso.
Y entre quererte o no,
te daría un rotundo no,
si así pudiera…

XXXVI

Quisiera ser como tú lo eres conmigo,


pero tan diferente somos que pensando en lo que
vivimos,
yo te respeté mientras tú eras indiferente.

75
Obra antológica

Felicidad silenciosa

Por Marisol Rubio

Con manos cálidas abrazaste


mi corazón y en silencio callaste mis
palabras, decías: “calla, calla tus
sufrimientos”. ¿Es acaso el camino
hacia la dicha y el gozo muy estrecho?

Y si el camino hacia la dicha es tan estrecho y largo


como el pasillo de tus pensamientos, entonces diré
que el camino hacia el gozo es como caminar
sobre la cuerda floja más fina y frágil.

No temas porque, aunque el camino fuese el más


estrecho y largo, o, aunque quizás fuese doloroso
recuerda que en lugar más silencioso te diré “calla,
calla tus sufrimientos”.

76
La misión de ser felices

Porque no importara cuanto cueste llegar aquel


lugar donde aquella felicidad espera con ansias y
anhelo para ser encontradas, aunque mis palabras
estén llenas de dolor y abatimiento, aun así estaré
dispuesto a cruzar tales obstáculos para llegar a ese
pequeño lugar llamado FELICIDAD
SILENCIOSA .

77
Obra antológica

Paso a paso

Por Alejandra Sánchez Reyes

Vida

Como una hoja en blanco


que al pasar el tiempo,
se va llenando.

Se pinta de azules,
de verdes
y morados.

Se llena de huellas,
de pasos,
de líneas,
de espacios.

Un camino que parece infinito


porque en la siguiente vida,
continúa el paso.

78
La misión de ser felices

Felicidad es encontrar esos matices,


que la vida misma,
va creando.

Algunos oscuros,
otros más claros.
Algunos más finos,
y otros marcados.

Respirar profundo
volar bien alto.
Confiar en sí mismo
y colorear el espacio.

Somos poesía

Esta vida se compone


de pequeños triunfos.
Pequeños placeres,
pequeños detalles.

Se compone de acciones,
de bailes, de palabras y cantos.

79
Obra antológica

Que van revolviendo las fibras del otro,


sin siquiera tocarlo.
Al llenarlos de letras
que al unirlas se hacen poemas.

Ocupando espacios
en la inmensidad.
Capaces de dejar huella
en cualquier lugar.

Son poemas que vibran alto,


que nos hacen tocar el cielo.
Poemas que exaltan
y nos deja sin aliento.
Poemas de sonrisas
y consuelo.

Somos todo lo que aún no se ha escrito


en este mágico universo.

80
La misión de ser felices

Yo

Yo soy la inmensidad de un gran océano


y puedo brillar como el sol en el cielo.

Yo soy la calma,
la armonía,
el progreso.

Soy historias que desconozco,


que aun no entiendo.

Soy razones de ser libre,


de vivir un sueño.

Soy la vida misma,


cada vez que creo.

Diario matutino

Aprovecho mis mañanas


para ser,
crecer
y renacer.

81
Obra antológica

Me levanto contenta,
entusiasta,
sonriente y
emocionada.

Veo la vida la mayor parte del tiempo


como mi historia favorita.

Algunas veces
también permito que el caos exista.

Pues encontrar mi equilibrio


es el reto de todos los días.

Y a medida el tiempo pasa,


mi vida parece
cobrar sentido.

Sin afán

De a poco,
despacio,
sin prisa,
andando.

82
La misión de ser felices

Paso a paso,
muy lento,
creando.

Pintando el camino,
amando lo alto.

Sintiendo la calma
que voy encontrando
porque sé que mis sueños
estoy alcanzando.

Simplicidad

Recostarme en las flores,


escribir a mano,
tomar té en la mañana,
escuchar mi canto.

Oler pan recién horneado,


saludar a las plantas,
caminar sin rumbo,
sentarme a observar la montaña.

83
Obra antológica

La vida es todos los días


un viaje que no acaba.
Lleno de aciertos
y también de fallas.

Cubierto de posibilidades,
de suerte y de magia.

Cree en mí,
respirar
y dejarme guiar.

No tengo duda,
me sorprenderá.

Libertad

A veces cuesta un poco saber qué decir,


a veces el cielo se hace gris,
a veces no quedan ganas de seguir.

A veces en cambio, todo es claro,


el universo se siente rosado,

84
La misión de ser felices

levantarse se vuelve un acto revolucionario


y sonreír, la razón de existir.

Cuando no sé a dónde ir,


me refugio en mí, en mis pasos.
Me gusta mirar algún árbol,
sentirlo cercano.

Dejar pasar la brisa,


escuchar de fondo algún canto.
Caminar entre las nubes
y volar como algún pájaro.

Soy mi propio sol

Solía creer que mi bienestar


dependía de alguien más.

Viví años en la inseguridad


y sigo luchando por encontrar
un camino que vibre al andar.

Entendí con el tiempo


que la plenitud soy yo.

85
Obra antológica

Son mis pasos,


es mi cuerpo,
es mi pecho,
mi pensamiento.

Continuó casi siempre,


buscando espacios seguros,
espacios serenos,
silenciosos, pintorescos y honestos.

Sé que la vibra,
la chispa,
la dinamita,
alberga en un pedacito de mí,
que sigue explorando cada día,
cómo salir.

Finalidad

La belleza de la vida
radica en encontrar de cada marca
razones infinitas para ser feliz,
aunque algunas veces
no entendamos muy bien

86
La misión de ser felices

a dónde nos pueda llevar


aquella marca
que algunos llaman cicatriz.

87
Obra antológica

Las mariposas de ella

Por María José Gómez

Ella juega con sus sensaciones cuales fueran


mariposas,
el peso de su cuerpo le recuerda que la tristeza es
indeleble
y que, por ello, no existe felicidad tan beneficiosa
como para habitar en ella y sus mariposas siendo
afable.

Las lágrimas de ella nublan su visión,


siente que su existencia se vale del viento como
combustible,
volviéndose esclava de la felicidad… Una felicidad
que hace fusión
con su melancolía, convirtiéndose en su fórmula
infalible.

Ella no cree que la felicidad sea eterna,


cree solo en un suspiro efímero casi inexistente y
fugaz
que se vuelve cómplice al amor y a la pasión que
la gobierna.

88
La misión de ser felices

Tienta al destino renunciando a creer en los


minutos de mariposas,
renuncia por creer en la presencia de un agujero
que gobierna
la longitud de las cosas buenas de la vida.
Un esperpento que custodia las mariposas en la
verna
donde se reúnen los desdichados al ritmo de una
existencia adormecida.

Les habla en la madrugada anhelando una


mariposa eterna,
aún en contra de su deseo por creer que no
existen.
Ella llega a un callejón lleno de preguntas que la
entrepiernan…,
¿por qué el amor sabe como un buen vino y la
ausencia sabe a sangre?,
¿por qué conjugan tan bien la felicidad y la
compañía?,
¿por qué celebramos las mariposas ajenas y las
nuestras solo embriagan?,
¿por qué preferimos ser al que hieren, al que
destierran, al que cuelgan?,
¿por qué es tan fácil vivir con melancolía y tan
difícil con mariposas?

89
Obra antológica

Entonces ella viajó para desaprender lo común,


creó una nueva fórmula que conjugaría con todo
respirar.
Se vio a sí misma en otro, se convirtió ese día en
simún,
sus partículas llegaron a ser tormenta sin honrar
el agujero que llevaba dentro.

Al fin aceptó las mariposas que danzaban en sus


entrañas.
Se enamoró del miedo a tener que renunciar algún
día a ellas.
Aceptó el amor, la pasión y la compañía como su
fe, así fueran extrañas
que se posan en su hogar y se conjugan con sus
huellas.

90
La misión de ser felices

Cartas a la luna

Por Jessica Tatiana Fandiño Rodríguez

Carta No. 1

Me encuentro
emprendiendo un viaje
en soledad.

Hoy, no es la luna quien


me acompaña,
sino el sol mostrándome
un nuevo paisaje.

Sé que en la noche
me encontraré con ella,
radiante y completa
y yo..., estaré libre y soleada.

Carta No. 2

Me pierdo y encuentro

91
Obra antológica

en ti...
Que sin ahogarnos
me ahogo en tu forma
de ser y existir.

Carta No. 3

Mi locura,
mi yo impulsiva,
indecisa,
molesta,
amorosa,
mi yo contigo,
mi yo con tu amor,
con tus ojos,
con tu misterio,
con tu dulzura,
con tu presencia,
mi yo tranquilo al verme contigo.

Carta No. 4

No me cansaré
de esperar,

92
La misión de ser felices

de acompañar,
de ser más fuerte.
No me cansaré
de demostrarnos
que no serás un amor común.

No me cansaré
de utilizar la imaginación,
pero para imaginarte cuando no estés.

No me cansaré
de sentirme motivada,
pero por los recuerdos
y tu mirada.

Jamás, jamás, jamás,


me cansaré de lucharnos.
No importará las lágrimas y la incertidumbre,
no va a importar el desconsuelo,
o lo no alcanzado.

Mi conclusión...

93
Obra antológica

No me cansaré hasta convertirte


en trascendental.

Carta No. 5

¿Qué buscas?,
¿qué esperas?,
¿hasta cuándo seguir?,
¿desde qué instante empezar a valorar?
El tiempo se agota, las experiencias culminan
y el amor caduca si no es cuidado.

¿Hasta cuándo el dolor causado se vuelve


satisfacción?,
¿desde qué momento decidimos no lastimar..., no
lastimarnos?

¡¿Hasta cuándo?!

Carta No. 6

Ella...

Un ejemplar en edición,
borrado y tachado,

94
La misión de ser felices

quemado y botado.
Buscándole un antónimo
al amor
y un sinónimo a la
reconstrucción.

Carta No. 7

Al ir transformando la vida
me encuentra y me cuenta
que el tiempo es divino
y la nobleza es recompensa,
que la incertidumbre es humana
y el dolor inevitable.

Que el temor es necesario


y la muerte, en ocasiones,
es inconclusa,
que la sanación es alcanzable
y que el perdonar y ser perdonado
es ineludiblemente
un nuevo comienzo.

95
Obra antológica

Carta No. 8

Confío en el tiempo,
aferrándome a que pronto
ponga las suturas faltantes en mis heridas.
Confío en el tiempo
porque solo él es el encargado de que los segundos
pasen y los pensamientos cesen.

Confío en el tiempo
porque es mi mayor aliado
cuando los minutos no pasan
y los meses se hacen largos.

Confío en el tiempo,
en sus segundos,
es su velocidad,
y en su lentitud.

Porque solo con él,


lo que duele se convierte en
caridad y aprendizaje.

96
La misión de ser felices

Carta No. 9

Tremenda mujer.

Tremenda mujer la que lucha


hasta cuando no cree poder más.

Tremenda mujer la que sabe perdonar y


sabe ser mejor desde sus errores.
Tremenda mujer la que se pone en frente
del problema y decide resolverlo.

Tremenda mujer la que no se rinde fácil,


la que se entrega hasta el final y hasta rota
sigue entregando amor.
Tremenda vieja la que eres, que para
darte amor no tienes que pasar
por encima de otros.

Que tremendas mujeres las que somos


para salir de las pérdidas
y convertirnos en…,
victoriosas.

97
Obra antológica

Carta No. 10

Hoy es luna llena,


de esas que llamo completas.

Hoy es día para agradecerle,


agradecer a esas estrellas
que han llegado a cuidarla.
Agradecer a esos planetas
que han empezado a cuidar de mí.

Agradecer que se ha ido


y que solo vuelve para sanar.
Agradecer su luz y su oscuridad.

Agradecer que ya no la veo


y que por fin cuando ella aparece,
ya logro dormir en tranquilidad.

Agradecer a aquella luna completa


que me completó, me descompletó
y que ahora,
solo deseo que aquellas estrellas que volvieron,
la ayuden a brillar por sí misma.

98
La misión de ser felices

Por el momento, yo observo, perdono.


Espero ser perdonada, oro y suelto.

Carta No. 11

Tierra.
Tierra que se impregna en mis
manos,
tierra que se hunde
en mis botas.

Tierra que me cuestiona,


tierra de saberes, olvidos
y recuerdos,
tierra que me sana,
tierra que guarda mis dolores
y los convierte en semillas,
tierra que me ayuda a crecer,
me enseña de humildad y
sencillez.

Tierra que me recuerda


lo diminuta que llego a ser
cuando ella me habla.

99
Obra antológica

Carta No. 12

Suéltame,
suéltame que yo estaré bien.
Suéltame
porque al sostenerme te lastimo más.
Suéltame
porque mereces más y yo aún
no soy merecedora de tu amor.

Déjame ir y respira
porque el camino es más difícil de a dos.

Despídete de mí y no me odies.
Aléjate y suéltame
para que tú puedas realmente ser.

Dime adiós y no mires atrás


porque eres mucho más grande
de lo que puedo dar ahora.

Cierra tus ojos, respira y libérate de mí.

100
La misión de ser felices

Carta No. 13

Si supieras lo mucho que


me he despedido de ti
podrías crear una película
de hermosos paisajes.

Si supieras lo mucho que me costó,


llorarías a mi lado de pena.

Si supieras cuantas frases y letras te escribí,


unirías tantos párrafos,
los suficientes
para crear un libro de melancolías.

Si supieras los meses que me han costado tus


recuerdos,
construirías un calendario completo
de ellos.

Si supieras cuantas noches he dejado pasar,


sentirías la desesperación de un insomnio.
Si supieras cuanto te he odiado y amado.
Solo si lo supieras, tal vez solo así...,

101
Obra antológica

yo podría decirte
“hasta pronto”.

Carta No. 14

Queridas almas
que se encuentran con la mía.

Queridas vidas
que me salvan,
queridas cómplices
que me acompañan,
que me apoyan.

Queridas
que me encuentran sentido,
queridas
que me mantienen con oxígeno,
queridas mías,
que me mantienen respirando.

102
La misión de ser felices

Gracias porque con ustedes


sigo sintiendo el aire y el oxígeno
que me mantiene.
Gracias, queridas mías,
por darme sentido,
por darme razón.

103
Obra antológica

Utopías del alma mía

Por Brayan Latorre

A ella…, mi querida esposa Linda Vélez, quien es cada vez


más bella a pesar de mis tantas querellas.

Y, ¿cuál es el arte de mi vida…? Vivir la vida de mi arte.

El despertar de mis noches tristes

El amanecer de mi alma

¡Se va!, se va la noche triste y fría,


la noche terrible y oscura de mi alma
mientras llega en su majestad,
asomándose en el cielo divino,
la excelsa alba que inunda todos,
todos mis sentidos
y me atrapa, dejando todos mis martirios,
todo lo que me acongoja

104
La misión de ser felices

en lo más remoto del olvido,


llenándome de la más dichosa calma.

¡Se va!, ¡sí…!


¡Qué bueno que se van tantos pesares!,
y con ellos tanta desdicha
que ya no he querido tener más,
como el peor de mis males,
sino que he preferido dejar que en cada mañana
amanezca en mí lo más alegre
y esperanzador de la vida,
que me anime a vivirla
y a dejar que se curen todas mis heridas.

Sé que soy un masoquista y que tal vez las amo,


amo todo lo que me hace sufrir mientras tú me
olvidas,
pero yo lo hago sin querer y, aunque sea así…
Pensándolo bien, te amo más a ti y por eso
he decidido despedir la noche
de mi sufrimiento por ti,
resignándome a que todo pasa y que,
así como la noche no es eterna

105
Obra antológica

también el alba llega y con su rocío aliviará todas


mis penas.

Todo lo que causa tanto daño en mí;


otrora he decidido acoger esta bella aurora que ya
llegó
y que con su luz centelleante figura sobre el cielo
los más destellantes matices con los cuales no
hace que se vea como el mar azul
y como la más brillante obra de arte,
con colores inimaginables e inimitables:
anaranjado y rojizo,
sino que también pinta todo mi ser encendiendo
el fuego interior
que me quema en la pasión, que me despierta de
mi cama
y me recuerda que ya no tengo a la mujer que me
ama,
pues yo sé que pueden pasar miles de noches y
tantos amaneceres
más y, aunque crea en tu olvido y dude de que me
recuerdas
y que aún quieras estar conmigo, ¡jamás!, jamás me
olvidarás,
así como nunca se extinguirá la llama de mi furor,

106
La misión de ser felices

con la que he amanecido hoy y que, aunque llegue


la noche,
no se irá, pues habrá un atardecer antes de ella en
el que también te vea.
En todo lo que une místicamente al alba y al
crepúsculo
y que es lo mismo que nos une a los dos porque,
aunque ahora estemos separados,
sigue cada uno por su parte amaneciendo y
anocheciendo
con la esperanza de que algún día podamos vernos
nuevamente
y demostrarnos que no hemos dejado de amarnos,
pues es inextinguible no solo la llama de todo el
furor
que nos propinamos en aquellos tiempos en los
que nos amamos
y que hubiese olvidado si no fuese porque este
amanecer lo ha despertado y revivido en mí,
haciendo también que se reformule y renazca todo
mi ser ayudado por la hoguera
indestructible de mi amor
que es la base de esa llama que no nos deja de
alumbrar.
Aunque sea a lo lejos, que no dejé de decirte que
te amo,
aunque he llegado a dudar de que aún me amas,

107
Obra antológica

de lo que sí no dudo es que este dolor nos


pertenece a ambos
y por eso está más que dicho y es más que cierto
que, aunque dejes de amarme, jamás dejarás de
sentir las ganas
de pintarme en el cielo los nostálgicos colores de
tu clamor
y, aunque suene egoísta, me consuelan y son los
que me llenan de la calma
que despeja el gris de mi angustia, de mi arrebato
y el negro de mis dolores al ver que a ti también te
quema el mismo fuego
que esos colores despiertan en mi interior.

Mi silencio es el lenguaje de mi alma

Una vez más el silencio de la voz de mi


consciencia,
me expresa con tanto
sentimiento el lenguaje de mi tristeza,
mientras la voz de mi alma en su inconsciencia
se muestra ausente ante los demás,
pero más que nunca presente en mí,
expresándome con su sinceridad
lo cuanto desea saber de ti,

108
La misión de ser felices

aunque también lo tanto que desea olvidarte.


A veces quisiera resucitar a Pablo Neruda o a
Gabriela Mistral
y a tantos excelsos poetas más,
para preguntarles en persona cómo hicieron
para librarse de esos amores que tanto los
angustiaron,
que si les sirvieron para ello los poemas que
plasmaron
y que son aquellos con los que mi mente razona,
o si por más que lo intentaron,
al igual que yo se perdieron en la confusión,
mientras los sentimientos afloraban, menguando
la razón,
haciendo que creciera la poesía y su misterio,
el cual abarca a mi corazón.

En un día como hoy…

A veces no es fuego, sino hielo,


hielo lo que se esfuma por mi boca
conteniendo la vida de mi aliento.
Yo siento que en un día como hoy
sucedió tanto,

109
Obra antológica

que me estanco en cada sublime momento


y en cada sigiloso o brusco movimiento,
de lo que sucedió en una tarde excelsa de un
diciembre,
tan excelsa que se ha quedado en mí
y al parecer será eterna porque si quieres,
la puedo recordar a ti,
aunque para eso tendrías que regresar
para que una vez más, a través de los besos
y de la energía de nuestros espíritus, viajemos al
cielo
y nos extasiemos con la única droga que hemos
probado:
la de nuestros cuerpos,
y así, una vez más, recordemos lo que vale el
intento que se recuerde
aquel diciembre.

La mejor semilla
que vale el intento de hacer que en la mente, una
vez más, se siembre
para que germine en el corazón y nunca se olvide,
y aun cuando en ninguno de los dos se ha olvidado
o ha perecido la semilla de esa flor,
sí quiero recordarte, seguir la cadena

110
La misión de ser felices

que empezó en un día como hoy cuando no


fueron tan solo besos los que nos dimos,
sino que fue la misma semilla
de mi alma la que con tu sangre se mezcló
y, aunque de esa mezcla, de esa siembra, no hubo
fruto
ni hijos, ni te di ningún pago que de algún rico
hubieras recibido, tal como oro o diamantes en
bruto.
Aquí estamos los dos, separados, pero amándonos
a causa de la gloria que los dos sentimos
y a través de la cual en un día como hoy para
siempre nos unimos.

¡Durmamos!, ¡amada mía!

¡Duerme!, ¡duerme!, ¡amada mía!,


¡duerme amante mía en tu cama dorada!,
y cúbrete con las sábanas que también
brillan como el oro por el adorno de tu mirada,
que no dejas que descanse ni que sueñe
junto a ti, sino que haces que se desvele noche tras
noche

111
Obra antológica

por culpa de las preguntas y de los reproches


que me hacen saber que no dejas de pensar en mí

¡Yo lo sé!, yo sé que te desvelas y


que de tanto pensarme las ansias de tus deseos
y de tu desespero no te permiten cerrar las
pestañas.
Yo lo sé porque a mí también me pasa lo mismo
y no es tan solo que ya se me hayan caído todos
los párpados,
como me lo han contado de ti,
sino que también de tanto no poder dormir
están que se me explotan los ojos y se me queman
las entrañas.

¡Duerme!, ¡duerme!, amada mía,


para meterme entre tus sueños
y para ser una vez más quien te ame
y quien te acaricie tan apasionadamente en ellos,
para ser tu amante de ensueño.

De mi parte también dormiré


para ver si te veo una vez más sonreír,

112
La misión de ser felices

para ver si me olvido de todo lo que nos ha hecho


sufrir
y puedo extasiarme en lo fantástico de tu olor a
jazmín.

¡Durmamos, amada mía!, durmamos los dos


para que duerma también la tristeza y la
melancolía,
para que, aunque sea difícil que durmamos,
demostremos que puede más el deseo
de sumergirnos en nuestros sueños
y estar unidos para siempre en la belleza de ellos,
de su mundo fantástico y de lo que cada vez
que recuerdo es una alegría inmensa,
pero cuando me despierto y me doy cuenta de que
son sueños,
quiero volver a dormir, pero no puedo, no puedo
si tú no duermes conmigo una vez más.

Y si no dejas que durmiéndote primero,


sea yo quien me duerma después, después de que
me canse de besarte
y de tanto empalagarme con la miel de tu cuerpo
de abeja, del que tanto quiero alimentarme de
nuevo,

113
Obra antológica

pero que creo que si tú me lo permites y te


duermes
en tus eróticos sueños, será tanto lo que te
contemple
y lo que te besé que lo único que desearé es que se
detenga el tiempo,
en ese segundo que me des, para que a través de
mis besos sea eterno mi desvelo,
que no me importa de él lo eterno como lo bello
porque estoy seguro de que será mejor, mucho
mejor que este que tengo,
que es sufrido, que me atormenta y que está
haciendo
que se me caiga el cabello.

¡Fácil partir!, ¡difícil no volver!

Que nos olvide el rastro que nos indica cómo


regresar
al pasado negativo que nos ha estancado y
sumergido,
pero no nos olvidemos del rastro del camino
que hemos emprendido hacia un nuevo y mejor
destino.
Recuerda lo que siempre te he dicho,

114
La misión de ser felices

no que no te vayas, sino algo un poco más


coherente y con sentido,
algo un poco más profundo que hace de nuestro
amor uno defendido:
“Fácil es partir, difícil no volver”.

Si te vas recuerda eso, si yo me iré también lo


tendré bien presente
y lo guardaré tanto en mi corazón como en mi
mente
porque si no, rápidamente volveré
y entonces mi promesa quedará pisoteada
como si pisará el papel sobre el cual te escribo este
poema.
Una vez al suelo lo arroje
solo te pido eso, que no pisotees tu propia
promesa de no volver, si te vas
dejando todo atrás, no importándote cuanto
puedas nuestras aventuras extrañar.

De mi parte yo las extrañaré todas porque es tan


grande la incertidumbre
que embarga mi alma la incertidumbre de no saber
por qué si contigo deseo estar solo,
estando solo deseo nuevamente estar contigo,
significa entonces

115
Obra antológica

que la nostalgia es mi única compañera y está llena


de la añoranza inestable
de encontrar un lugar que solo existe en mi
imaginación, donde pueda
estancarme y donde pueda reposar mi
intranquilidad y mi espíritu ansioso e insaciable,
así que ya sabes: ¡por favor!, si te vas, no vuelvas
porque será peor mi inquietud
y mi curiosidad te llevará nuevamente a la cama
donde enternecidamente
nos desnudamos hasta el alma.

Así que por favor, si te vas no vuelvas porque ya


bien te lo he dado a entender,
que, si difícil es partir, mucho más difícil es no
volver,
que por eso es fácil partir ante lo difícil que es no
volver,
lo noto en tu mirada, es ella la que habla, noto la
tristeza
de tu sonrisa que a medias se figura en tu rostro
respondiéndome con sarcasmo
mientras te hablo, por eso eres tú misma la que
profesas
que no quieres irte, eres tú misma la que profesas
con ardor

116
La misión de ser felices

la angustia con la que describes la dificultad de la


partida,
ahora imagínate cuán difícil debe ser no volver,
pues, una y otra dificultad se complementan, la
una le da a la otra razón de ser.

Sollozas y así te envío rosas…

Sollozas en tu silencio impenetrable,


en una parte del universo inconmensurable
y en la que has cerrado con tal firmeza tu fortaleza
que por más que lo intento
no puedo acceder a ese mundo en el que te
encuentras
y eso me parte la cabeza, siendo que ya en el mío
no te encuentro,
pero, ¡no importa!,
seguiré persistiendo,
enviándote poemas que sé que escuchas en tus
lamentos
y mientras sollozas, algún día, escucharás este
que te regala la mejor de las rosas del oeste,
y, aunque sé que no te gustan tanto las del
occidente
como las del oriente

117
Obra antológica

porque notas en ellas más diferencias


que cómo lo haría cualquier otra persona,
sé que la sonrisa y la alegría que tales poemas
generarán en ti
será tanta que llena de risas regresarás a mí.

Recuerdo…

Recuerdo cuando en mayo vislumbraba el


firmamento celeste
mientras te observaba acariciando tus mejillas,
¡qué otras más tiernas e ingenuas!,
que alguna vez no solo vi, sino que también sentí
cómo se volvían cómplices de los ojos que dejaban
que salieran de ellos lágrimas tan fugaces como los
suspiros
que de mí salen, frente a los anhelos tuyos,
¡qué bellos recuerdos!, ¡qué bello orgullo!

Recuerdo también aquel abril lluvioso


en el que los besos de dos seres encandilados
unían sublimemente a dos corazones enamorados
y cómo no recordar que eras tú la que entretejía

118
La misión de ser felices

con actos de realismo mágico el camino


primoroso de dos amantes,
cuyo primor es precisamente la causa de honor
que nos abarca a los dos
y que es el mismísimo amor, el cual tan grande fue
que todavía no alcanza a reducirse lo suficiente
como para que quepa en mis recuerdos,
¡qué bellos y qué insoportable, pero a la vez
dignificante clamor!

Ahora dime tú, dama imposible de olvidar


qué es lo que tú recuerdas que puedas contarme
sin necesidad de que vuelvas a amarme,
si es que es a ello a lo que tanto le temes,
pero dime ya mismo qué tantos recuerdos de mí
tienes
y si son más aquellos por los que no puedes dejar
de odiarme,
que todos por los cuales te animarías siquiera a
hablarme,
¡dime qué es lo que recuerdas!,
o si es que en definitiva tengo la razón
al decir que solo quedan mis recuerdos de cuando
eras cuerda,

119
Obra antológica

dímelo ya y entonces preferiré vivir del pasado y


no del olvido.

El despertar de mis noches tristes

Una de estas noches en las que te he pensado


y en las que sin querer quise escribirte
y a esto me han llevado,
me preguntó ¿por qué lloraba?, ¡por qué lloraba
si la que estaba triste era ella!,
si era ella a la que la noche triste no se consolaba
y que en la lluvia de sus lágrimas descargaba tanto
dolor acumulado.

Si era ella la que lloraba incluso cuando se abstenía


de descargarlo por vergüenza con la luna y con las
estrellas
y simplemente se quedaba tranquila, apacible y
despejada,
llorando su corazón mientras ella lo confortaba,
pero de su tristeza, de su tristeza la contagiaba
hasta el punto en que las nubes se dieran cuenta
y por más que la noche las rechazara, ellas siempre
se juntaban para animarla, consolarla y es así,
así…,

120
La misión de ser felices

como tanto llanto evitado, siempre, siempre


emanaba
tarde o temprano.

Me preguntó ¿por qué lloraba?,


si era ella la que había dormido, aunque no por
mucho tiempo,
pero era ella, la noche, la que se había perdido en
sus sueños,
en lo más tranquilo y bello que tienen ellos,
sin pesadilla alguna, pero que ahora que ha
despertado
junto a todas las noches tristes venideras,
su intranquilidad y su angustia, su pena y su dolor
han regresado
y por más que lo quiera, no puede dormirse de
nuevo.

Está triste y se ha dado cuenta porque mientras


dormía
su melancolía también, también reposaba
y ahora la martiriza haciendo que quiera morir,
durmiéndose para siempre,
entonces me exclamó ¡por qué lloraba
si era ella la que tenía que llorar! Y así dejar

121
Obra antológica

que su lluvia ácida me quemara todo el cuerpo


y me tocara hasta el alma para hacer que entonces
yo llorara de verdad,
para que tuviera verdaderas razones para llorar,
yo solo me limité a mirarla y a decirle en el silencio
de mi nostálgica y triste mirada, con los ojos rojos
que se me aguaban y siendo tan cristalinas
las lágrimas que no se escurrían, pero sí se
amontonaban
en el borde de las puertas de mi alma, haciendo
que hasta la vista se me empañara,
le dije en el silencio de esa mirada:
“lloro porque tú lloras y porque con tu tristeza me
contagias,
me recuerdas tanto que ya no la tengo a ella,
a quien la hice sentirse tan amada en más de una
noche como esta”.

122
La misión de ser felices

Viaje primaveral

Aire primaveral

Eres el último aire que respiro


y no porque no haya más oxígeno,
no porque no haya más vientos por los cuales
vivir,
sino porque ya no estaré más vivo,
este será el último viaje en búsqueda
de la primavera que persigo,
no está en la que estoy,
sino una predilecta a mis sentidos,
una perfecta no porque sea a la que me adapte
más bien una que también me ame y se entienda
con quien soy,
además, después de este viaje ya no habrá nadie
por quien pueda morir,
así moriré de inmediato, al no transcurrir destino
entre la vida que deba continuar y la muerte que
indica
que ya no hay nada ni nadie más por lo que así
deba pasar,
que la vida se da una sola vez y por todos a la vez,

123
Obra antológica

por cada amado, no por cada quien, en un sinfín


de veces,
y al darla por ti, indica que ya no habrá nadie por
quien pueda morir,
aunque queden los que merecían que yo esperara
a morir por ellos.

Serás mi primavera hermosa, la que se lleve esa


causa en nombre de todos,
pues moriré solo por ti, pero esperando a que en
tu vivir renazcas
y que con tu vida llena de esplendor hagas que
nuevas vidas nazcan,
dándole así justificación a mi causa
y honor a mi desgracia.

La última sombra…

Eres la última sombra que persigo


y no porque deba haber otra a la cual perseguir,
sino porque cómo perseguir a otra después de ti
si no me lo permite la oscuridad en la que me
envolviste,
si no me lo admite la falta de necesidad de
encontrar

124
La misión de ser felices

en la penumbra un poco de refugio y descanso


a tanta intensa luz que no solo alumbra,
sino que con su exceso, causa tedio y también
deslumbra,
pidiendo a gritos y con gran desespero
el sentir la excitación que causa el cambio y el
advenimiento de lo nuevo.

Así como el invierno de él mismo también se


cansa y se aburre,
pidiendo un poco de primor y avivamiento
de la primavera, aunque de esta, su amor y su roce,
le cause más dolor que goce,
pero es necesario mutar, ¡hacerlo es bueno!,
y si así lo indica la esencia natural de la vida
por qué no refugiarme yo del todo en esa
oscuridad tuya
mientras a la existencia de todas las demás
sombras mi alma olvida
y así me indicas que ya no necesito más de otra,
¡de ninguna!,
así como ya prescinde de crisálida la mariposa,
dejando de ser oruga,
aunque a decir verdad la sombra con la que me
cubriste

125
Obra antológica

no me ha atrapado con la ausencia de la luz con la


que tanto me atrajiste,
sino que ha sacado a relucir la propia oscuridad de
mi ente
con la cual a ti me uniste, pues de ella te valiste
para encontrar el punto en común de nuestras
perversas mentes
que nos mantuviera juntos como nos mantiene
hasta el presente.

Un día de estos…

Un día de estos…,
voy a fabricar una cicla con alas
que me lleve a París a conocer la Torre Eiffel
y cuando esté allí bien en lo alto
pueda demostrar que no hay nada imposible en la
vida
por alcanzar.

Un día de estos…,
voy a enamorar a la chica ideal,
no a la chica de mis sueños porque,
aunque sea esta la que quiero,

126
La misión de ser felices

la ideal es la que me va a amar


de la manera tan sublime en la que lo deseo.

Un día de estos…,
nadie me va a poder detener
porque llegaré no solo a la Torre Eiffel
y no solamente conoceré una a una las maravillas
que componen este mundo
y que hacen que el hombre lo tenga a sus pies,
sino que también en mi cicla con alas viajaré hasta
la luna.

Un día de estos…,
detendré el tiempo y también regresaré al pasado
para ver si es verdad todas las historias que
cuentan de la humanidad,
de sus inicios, de sus imperios, de tanta grandeza
y maldad.

Un día de estos…,
no solo me conformaré con viajar al pasado,
sino también con conocer el futuro
y mirar si es verdad lo que dicen de su belleza:
estará lleno de modernidad y riquezas,

127
Obra antológica

o si en cambio la humanidad lo habrá impedido


con tanta avaricia y maldad.

Un día de estos…,
tendré tanto dinero como para regalar
y más que para disfrutar los lujos y las riquezas,
para hacer que nadie sufra ni por lo mucho ni por
lo poco,
Un día de estos no me importará más lo que diga
la gente
y simplemente seguiré mi corazón…,
aunque me tilden de loco.

Un día de estos podré hacer que los días que


quedan entre hoy
y ese día especial, pasen rápido y pueda convertir
todos estos sueños, junto a los demás, en realidad,
entonces todos ustedes puedan darse cuenta de
que no mentía cuando les decía que un día de estos
haría que no hubiera en este mundo cabida
más que para la alegría y las cosas buenas de la
vida.

128
La misión de ser felices

Funeral de un pichón o delirio de un humano

Reposa el pájaro cría no en el nido todavía,


sino en el vientre de su madre, el ave mayor
mientras el halcón espera a que nazca para darle la
bienvenida
a un mundo en el que le evitará las heridas,
dándole una muerte instantánea que solo al ave
madre no dejará complacida,
pues descansará el pájaro sin antes luchar y gozará
el halcón
con la delicia de su comida
y mientras esto pasa, aquí me encuentro yo,
solitario y herido en mi observación
mientras acompaño a la madre en su dolor,
sin poder encarnar del mismo modo maternal su
ardor,
sino más bien complaciéndome en el delirio
que no me permite con plena honestidad brindarle
desde la distancia consolación.

Es ese delirio que causa mi observación


el que se une con la curiosidad sentida
de cómo sería yo en el cuero de esa pájaro cría que
no puede estar complacida,

129
Obra antológica

al no poder sentir el ardor de ninguna herida,


solo lo neutro de la muerte le aguarda y el sin
sentido
que a mi vida alcanza y que si no fuera por este
intento de sentir envidia,
yo fuera el pájaro en aquella precisa muerte o en
aquella anhelada vida,
en aquel estado en el que se encuentre,
mientras su cuerpo delira con un funeral que,
aunque lúgubre,
no sea lleno de la humana perfidia.

¿Dónde hallará ello sino dentro del mismo


halcón?,
que mientras el pichón delira con ser humano,
yo deliro hallarme allí, a ver si en medio de ser
objeto de digestión
y cuando solo así sea posible…, estando muerto,
me salvo de lo inhumano,
haciéndome parte de la naturalidad del cazador y
su corazón,
de la sinceridad que lo natural de su necesidad me
ha de expresar,
siendo que de mí se ha de alimentar.

130
La misión de ser felices

El orgasmo poético del amor verdadero

“Contemplar el amanecer unidos los dos


en un solo ser es contemplar la unión
multiorgásmica de la noche con el día,
de la luna con el sol”, eso dice un gorrión,
hermético y neutral que representa
a toda identidad natural llena de dicha y bondad.
Eso le expresa a su amada mientras le confiesa su
amor
diciéndole que quiere renunciar a su neutralidad
y comprobar ese orgasmo que esta le permite
inferir, mas no sentir,
por ello está rebasando los límites de su
naturalidad,
sintiendo cómo se va convirtiendo en humano,
queriendo cometer el mal
mientras que su instinto primitivo y animal
le ayuda a resistir y a sentir con la gracia del amor
de verdad,
entonces retorna de ese viaje tan largo y áspero.

El más peligroso de todos por causa de que


termina por convertirlo en humano

131
Obra antológica

y al ver cómo su amada le sigue esperando


se complace besándola y en un indisoluble abrazo
se une a ella, no pudiendo desprenderse jamás de
lo que representa,
la ansiedad que da el no sentir amor y el no tener
a quien amar,
pero el amor a esa ansiedad lo alejó de su causa
bravía,
de la soledad y le permitió escapar del peligro,
del falso amor de la humanidad.
Sintió el orgasmo poético del inicio de un amor de
verdad,
desapareciendo así el caos y sintiendo no solo
placer en el amanecer,
o en el anochecer con su amada, sino en toda la
naturaleza,
en una inmensa calma, ahora son un solo ser, una
sola alma.

132
La misión de ser felices

Regocijo

Por Nancy Ruby Cardona Londoño

Amor y rosas

La vi desde la distancia caminando lentamente,


con la cabeza muy en alto me miro de repente,
yo con mis pasos cortos tratando de alargarlos
y recordando el pasado como si fuera el presente.

Sabiendo que era lo más lindo que podía tener a


mi lado
y sintiendo un amor profundo por aquella mujer
hermosa,
quise regalarle rosas para demostrarle mi amor.
Sabía que era poca cosa y que tal vez no las quería,
quizás no le gustaban los capullos que le llevaba,
pero tan grande fue mi asombro que al llegar
cerquita a ella,
se acercó rápidamente y de mis manos me las
quitó,
después de acariciarlas y sentir su rico aroma,

133
Obra antológica

abrazó mi pequeño cuerpo y con un beso en la


frente,
me demostró su amor.

Tan feliz yo me sentía que no podía ocultarlo,


pues nunca imaginaría la felicidad que a ella le dio,
un detalle tan pequeño sin ningún significado,
¿unas simples flores? Era lo que pensaba yo.
Pues unas cuantas monedas en mi bolsillo había
encontrado,
siendo tan pequeño que ni sabía su valor,
pero la suerte estaba a mi lado y para el ramo me
alcanzó.
Desde ese mismo momento supe lo mucho que
me quería
y me prometí a mí mismo llevarla siempre en mi
corazón.

Entendí que en la vida eternamente hay un ser


sincero
que, aunque algunos mal le paguemos siempre
tendremos su amor.
Hoy después de varios años aún siento el beso en
mi frente,
pues la mujer sigue aquí presente y aún pendiente
de mí,

134
La misión de ser felices

es mi madre pura y bella la que un día me dio la


vida,
la que me ama y me cuida y se desvela por mí.
Ahora que estoy sintiendo esta felicidad enorme,
no quiero que se desborde ni que llegue a su final,
quiero que este conmigo en el día y en la noche,
con halagos y sin reproches por toda la eternidad.

Cosmos jubiloso

Cuando la felicidad ronda por ahí, se nota desde


aquí.
Los pájaros cantan, los niños gritan, los ancianos
hablan y todos quieren más vivir.
El cielo es azul y el agua de los ríos es clara, se ven
los peces bailar las melodías de las hadas.
En un mundo como este, donde hay tanta
confusión, ser feliz es una regla que llevo en mi
corazón.

Vivamos como bestias sin mirar los errores del


pasado, vivamos el presente porque el futuro aún
no ha llegado.
Yo quiero ser como un niño, que ni siquiera piensa
en él, solo come, ríe y juega sin ningún desdén.

135
Obra antológica

El mundo está lleno de alegrías, pero también de


reproches, no hagas caso a lo segundo y diviértete
en las noches.
Siento mi cuerpo liviano y mi mente despejada,
aprecio un descanso enorme y me encuentro
relajada.
He cerrado los ojos por un momento y ahí me he
dado cuenta la sinceridad del viento.

Cuando la felicidad ronda por ahí, todos la vemos


venir,
en el aire que se respira puro y luciente, trayendo
el rico aroma de las flores silvestres.
Baila pequeña niña y entona ese lindo canto, que
luego llega la melodía esa que quieres tanto.
Hoy tu mente se salpica de todas las miradas, las
bestias y los mirlos pendientes de tu llegada.
Estamos viviendo momentos de felicidad y de
gozo, no dejemos que se apague, continuemos sin
sollozos.

A ti que te quiero tanto y que eres mi adoración,


nunca dejes que se apague la alegría de tu corazón.
En este hermoso mundo la confusión ha
terminado porque en un abrir y cerrar de ojos la
felicidad ha llegado.

136
La misión de ser felices

Es tanta la alegría que emana el universo, que ya


las estrellas y luceros vuelan como el viento.
Bueno aquí ya me despido y de todo corazón,
sigan siendo felices como yo ya lo estoy.

Beatitud

Tengo la felicidad en mis labios,


en mi rostro y en el cuerpo,
tengo la felicidad atada a mí,
por fuera y por dentro.

Tengo la certeza de seguir siendo feliz,


aunque el mundo me demuestre lo contrario
porque sé que ella está dentro de mí,
aquí y en lo imaginario.
Soy feliz siendo feliz,
y así quiero seguir viviendo,
no quiero que nunca se apague
esta felicidad que siento.

137
Obra antológica

Tengo amigos muy felices,


a los que amo con pasión
y a ellos les dedico
estas letras con amor.

A mi linda gente querida,


los que admiro con encanto,
los que viven con agrado,
sin mirar que cuesta tanto.

Amigos del alma,


siempre vivan con alegría,
pues no la dejen que se apague,
desechen la melancolía.

Siendo todos muy felices,


abra paz en la tierra,
nunca la dejen ir
y olvídense de la guerra.

Cuando el mundo vive feliz,


la armonía reina en casa;
sonrisas, abrazos y besos,
felicidad sin nostalgia.

138
La misión de ser felices

En esta tierra maravillosa


hay mucha oportunidad
de que el mundo sea alegre
y feliz de verdad.

Al morir yo solo quiero,


que tengan en cuenta mi petición,
no quiero llantos ni tristezas,
solo quiero felicidad en su corazón.

Bienaventuranza

Cómo no decirte que te amo,


si lo siento aquí en mis venas,
cómo no seguirte amando,
si eres mi alegría y mi encanto.

Cómo no ser feliz contigo,


si tú me has dado tanto,
me das felicidad,
armonía y amparo.

Cómo no reír contigo,


si me das motivos para hacerlo,

139
Obra antológica

con tus bromas y ademanes,


me siento como en el cielo.

Me enseñaste que en la vida


la placidez es importante
para poder ser uno mismo,
para poder seguir adelante.

Eres un pedacito de mí,


un trocito de mi carne,
la luz de mis ojos
y unas gotas de mi sangre.

Eres mi hijo amado,


mi vida y mi dulzura,
el que me hace sentir viva,
el que amo con locura.

Amor silvestre

Te observo desde lo lejos del océano,


por entre las ramas del pino silvestre,
aquel sombrío fresco y ardiente,
el cual el aire hace rugir sus grandes brazos.

140
La misión de ser felices

Pensando en tenerte en mí regazo,


poder abrazarte fuertemente…
Sonrío con alegría y amor,
al mismo tiempo que late mi corazón.

Las bravas olas menean su cola,


ansiosas de arrasar con lo que encuentren.
Camino lentamente hacia adelante,
sin desprender la mirada hacia ti.

Con la alegría en mis labios


y un fuerte vacío en el estómago,
la felicidad se apodera de mí
al saber que pronto estarás aquí.

Tus ojos grandes y relucientes


me miran muy fijamente,
las dos miradas se encuentran
con una sonrisa brillante.

Tus labios frescos y seductores


se acercan muy suavemente
y frotando también los míos
me dan un beso en la frente.

141
Obra antológica

Sueño feliz

Un libro me servía de almohada,


al mismo tiempo que soñaba,
se convertía en espejo
y la felicidad me atropellaba.

Un espejo mágico en el cual se veía


que saltaban las letras con mucha alegría,
yo estaba sorprendida, sentía admiración.
Ese lindo espejo llamaba mi atención.

Quise despertar para observarlo,


leer un poco sus líneas,
sabía que sería de mi agrado,
sabía que me haría muy feliz.

Pero dormía profundamente


y fue difícil despertar,
solo sé que en el sueño
la felicidad me volvió a abrazar.

142
La misión de ser felices

Sentí que algo me envolvía,


y que algo abrazaba,
eran las letras del libro,
acompañadas de mi almohada.

De repente abrí mis ojos,


y supe que sonreía,
pero al ver lo feliz que era,
me volví a quedar dormida.

143
Obra antológica

Frammenti

Por Jonahatan Sebastián Torres Plazas

Bohemia

Y entonces le dije “¡no me importa!, el hecho es que eres una


perra”, y el grupo se ríe, como si tuviese algo de cómico juzgar
negativamente a una persona, «qué tedioso, ya no quiero estar
aquí, pero el clima está genial en el campus; un brisa fresca y
tenue acaricia mi rostro, las nubes cubren al sol, siento su calor,
pero no me molesta, los árboles resuenan levemente por el
choque de sus hojas con el viento, sin olvidar sus colores,
amarillo, naranja y degradaciones, tan bonitos, adoro el otoño
de mi universidad».
—Hola, Ázumi…, ¿sigues con nosotros?, tierra llamando a
Ázumi
—Qué le pasa?
—Solo quiere llamar la atención.
—Ya Valeria, no molestes, se distrae fácilmente, no es más.
—Defiéndela Immanuel. Si me prestases tanta atención
como a ella no hubiese terminado contigo tan fácilmente.
—Valeri…, búscate un novio ¿quieres?, ¡Ázumi —aplaude.
—¡Aayyyy! Charlie, ¿cuál es tu problema?, ¿qué quieres?
—¿Qué quiero?, que despertaras, te fuiste a otro lugar.
¿Dónde estabas?

144
La misión de ser felices

—No fastidies, sigo aquí, pero ya me voy.


—No te vayas Ázumi que esto se compone.
—Lo siento Immanuel, pero estoy muy cansada y debo
redactar el ensayo de literatura para mañana, será en otra
ocasión.
—De acuerdo, te acompaño.
—No, gracias Charlie, caminaré sola. Hasta pronto Valeria.
—Cuídate amiga. —Se abrazan y se dan un beso en la mejilla
por cortesía.
—Hasta pronto chicos les quedo debiendo el beso.
—Escríbeme apenas llegues.
—Déjala ir lame botas.
—Oblígame, pendejo.
—¡Basta chicos!, maduren, además, ambos me deben una
botella de birra cada uno así que ha cumplir.
«El marco que adorna la entrada al campus está muy oxidado,
deberían restaurarlo, un negro brillante y pulido debió
engrandecer la imagen de ese par de ángeles tallados en acero
durante sus mejores tiempos. Ese ensayo está muy difícil, me
tomará toda la noche y parte de la mañana terminarlo.
De acuerdo, esta es la falla, la entrada al campus está justo en
frente de una vía principal, el ruido y el humo de esos autos me
vuelven loca, tomaré el camino largo por el sendero del parque
principal».
Ázumi entró al parque muy confiada, aquella era una ruta
muy común para ella, que disfrutaba bastante, pues, aunque le
tomaba más tiempo llegar a su hogar, este parque se destacaba

145
Obra antológica

por tener un camino que lo atravesaba de principio a fin,


camino hecho de piedras compactadas y lisas que le daban una
apariencia curvilínea, pero siendo cómodo para caminar, era
adornado por árboles y arbustos de un tamaño considerable,
todos con los antifaces del otoño que hacían del paisaje algo
mucho más cautivador.
Entonces se dejó llevar por ese otoño de naranjas, amarillos
y demás colores cálidos que percibía a través de sus ojos al
caminar, hasta el punto de que su mente casi se pone en blanco,
la contaminación auditiva pronto se hizo ausente, siendo
progresivamente reemplazada por el sonido natural de las
hojas de los árboles movidas por el viento. El mejor instante
para Ázumi fue cuando el parque comenzó a tornarse
particularmente solo, oyéndose las risas de los niños, cada vez
más lejanas y los diálogos de otros pareciéndose con cada paso,
más susurros que palabras.
Por varios minutos disfrutó de aquel momento de paz que
tanto anhelaba, ya no le era necesario mirar al frente, sus ojos
estaban enfocados en aquel cielo cargado de nubes blancas y
espesas, después de media hora caminando pensó que algo no
andaba bien, de inmediato miró su reloj y se dio cuenta de que,
para lo que ella fue media hora, realmente había sido una hora
y media, hora y media algo inusual teniendo en cuenta de que
normalmente le tomaba cuarenta minutos recorrer el sendero
del parque hasta la salida del mismo.
—Ha de ser que caminé muy lento, me daré prisa, no quiero
llegar tarde.
Aceleró el paso, esta vez con la mirada al frente, con la única
meta de llegar al final del sendero y por consiguiente del
parque, pero mientras más caminaba, más se daba cuenta de

146
La misión de ser felices

que a lo lejos solo veía pequeñas montañas de pasto y


desniveles acompañados por más y más extensión de aquel
camino de piedras compactadas por el cual ella estaba
caminando.
—No recordaba que el parque fuese tan extenso, llevo hora
y media caminando ya debería ver por lo menos las rejas que
rodean el parque y los autos yendo y viniendo por medio de la
segunda vía principal al otro extremo del parque. Pero solo veo
árboles y más árboles y este camino de piedra en medio. Por
favor Ázumi, mantén la calma, no entres en pánico, ya verás
que solo estás cansada y quizás el reloj esté adelantado.
Entonces Ázumi caminó con paso firme y constante,
luchando contra la angustia, subiendo y bajando pequeños
montículos, siguiendo el camino que ahora asemejaba al
cuerpo de una serpiente.
—Dios mío, no puede ser posible, ¿cuánto tiempo llevo
caminando? ⎯miró su reloj⎯, Santo cielo, este inútil reloj se
detuvo, no funciona, pero el sol no ha descendido, es como si
el tiempo no hubiese pasado, pero estoy segura de que llevo
más de dos horas caminando. Me estoy volviendo loca.
La chica comenzó a respirar agitadamente, sacó su celular
para llamar a alguien que la viniese a recoger, pero en la pantalla
solo se leía searching…, ¿qué buscas celular barato? Debí haberle
dado la razón a Valeria cuando me dijo que debía comprar un
smartphone.
Ázumi no aguantó más y se lanzó a correr, con todas sus
fuerzas por el camino serpenteante, ya no tomaba las curvas
que el sendero le planteaba y con fuerza atravesaba los
arbustos. Su respiración frenética pronto la dejó agotada, las
plantas de los pies le dolían y sus ojos ahora irritados dejaron

147
Obra antológica

salir lágrimas que se confundían con las gotas de sudor que


caían de su rostro.
Se detuvo por un momento y miró a su alrededor, el paisaje
seguía exactamente igual, como si no se hubiese movido, pero
su cuerpo decía lo contrario, flexionó sus rodillas y adoptó una
posición fetal, su boca rozaba sus rodillas y de sus ojos no
paraban de salir lágrimas.
—¿Cómo terminé metida en todo esto?, ¿qué diablos hice
para merecerlo? Tengo tanto miedo. Mi madre ha de estar
preocupada. No avisé que llegaría tarde, pero el tiempo no
pasa, no he llegado tarde, ¡no voy a llegar! ⎯respiró profundo,
cerró los ojos, clavó sus uñas en sus canillas sin perforar, pero
con mucha fuerza, inhaló y exhaló…
Con los ojos aún cerrados se levantó lenta y progresivamente,
dejando sus brazos a lado y lado, retomó su postura hasta estar
completamente segura de que estaba derecha, inclinó su cabeza
de cara al cielo, contó hasta diez y abrió lentamente los ojos, se
quedó observándolo, lleno de nubes blancas y espesas que se
movían lentamente.
«Eres Ázumi Iriasbell Castro, hija de Alexander Iriasbell, uno
de los mejores jefes de ventas corporativas del mundo, y de
Valentine Castro, famosa escritora, mundialmente reconocida
por sus cuentos, crónicas y novelas. Sin olvidar que cursar
noveno semestre de literatura clásica en una de las
universidades más prestigiosas y reconocidas a nivel
internacional. Tienes toda una carrera profesional por delante,
una novela por publicar y que Dios me perdone, pero tienes a
un joven llamado Charlie que está esperando a que lo llames,
saldrás de aquí , Ázumi…, ¡tú vas a salir de aquí!».

148
La misión de ser felices

Sus manos ahora tensas y en forma de puño acompañaron


aquel anhelo, su mirada llena de coraje y determinación se
ubicó al frente evocando curiosidad, pero con una mente fría
y calculadora, estudió velozmente todo su entorno, entonces
recordó que en su maleta había un marcador negro, de
inmediato lo sacó de allí y dibujó en uno de los árboles un
corazón rellenando lo después, «si estoy corriendo en círculos
quiero saberlo» cuando terminó comenzó a trotar, ya no
correría, sabía que debía administrar bien su energía y
respetaba las curvas, pues atravesar los arbustos dificultaba las
cosas.
—¡Carajo!, ahora si me estoy volviendo loca —dijo después
de trotar por diez minutos aproximadamente—. Es el
mismo… ¡Es el mismo puto corazón, pero está invertido!
—Acercó una de sus manos a la tinta tocando ligeramente la
superficie notó que estaba fresca⎯. Ese corazón se dibujó hace
poco, quizás yo lo dibujé invertido y no lo recuerdo, o hay
alguien además de mí que está pasando por la misma
situación…
Se puso la mano en el pecho y sintió su corazón latir
frenéticamente. Inhalaba profundamente y contenía la
respiración por cinco segundos, después exhalaba, sabía que
este era el mejor método para disminuir la ansiedad y no entrar
en un estado de hiperventilación, mirando el paisaje y sin mirar
realmente. “No te lo puedo creer, no te rindas. Puedes dar más
que esto, te crie decidida y valiente, sé que encontrarás la
salida” la voz de su madre se colaba en sus ideas, “sabes que te
quiero, que de ser necesario daría la vida por ti” ahora la voz
de Charlie, «como siempre entrometida» pensó, pero la
tranquilizaba de alguna manera.

149
Obra antológica

—¿Qué voy a hacer?, tengo que salir de aquí, ¿qué sucede en


este lugar?, ¿me han maldecido? ¿Jugar con la ouija fue la peor
decisión de mi vida?
Las preguntas se hicieron más intensas y tan frenéticas cual
balas de ametralladora, cerró los ojos ubicando los cuatro
dedos de su mano (excepto el pulgar) sobre su párpado
haciendo lo mismo con su otra mano respectivamente, pero
las ideas no paraban de surgir, estaban desbordadas ni ella
entendía lo que pensaba, llegaban demasiado rápido, comenzó
a tornarse insoportable, totalmente abrumador.
—¡Basta! ¡Cállense todos y déjenme en paz! —gritó al paisaje
mientras se tapaba los oídos con sus manos y cerraba
fuertemente sus párpados frunciendo el ceño
simultáneamente.
Cuando calmó a su alocada mente, el silenció mezclado con
el sonido del paisaje se hicieron presentes y constantes, «esto
es como en la historia que se narra en la Divina Comedia, si
recuerdo…, el canto tercero, en el dintel de la puerta el viajero
encuentra palabras escritas: “Vosotros los que entráis,
abandonad toda esperanza”, pero entonces estoy aquí, decidí
entrar y también decido abandonar mis miedos infantiles».
Apoyó una de sus rodillas en el suelo, orientó una vez más su
maleta desde atrás hacia el frente y abrió la cremallera, extrajo
una botella con agua que guarda para cuando siente sed
durante las clases, la destapó y bebió con tanto afán que un hilo
se escapó de su boca y se deslizó hasta el borde de su quijada.
Guardó la botella, cerró la cremallera y ubicó una vez más el
morral en su espalda, se puso de pie, miró al horizonte y con
aquella férrea mirada pensó «que Dios sea testigo de mi acto,
que vea que aprecio mi vida y que estoy dispuesta a darlo todo

150
La misión de ser felices

por ella, el resto lo dejo en sus manos». Caminó


progresivamente hasta trotar con una mirada despiadadamente
decidida, estaba dispuesta a continuar y sin detenerse dándose
la oportunidad de hacerlo solamente cuando hubiese llegado a
la salida de aquel parque.
Respiraba, inhalaba y exhalaba tratando de llevar el ritmo de
sus pasos para aprovechar cada centímetro de aire que entrase
a sus pulmones. Escuchaba a las aves cantar, su mente yacía
plenamente concentrada en el objetivo, se guiaba por las
curvas, no evadía ninguna y con el pasar del tiempo, la maleta
se convertía en una molestia, la agenda de pasta dura le tallaba
la parte baja de la espalda y se convertía en una carga móvil.
El camino serpenteante se tornaba enigmático, ya no puede
mantener la cabeza y su mirada se ubica en el suelo, cada vez
es más difícil respirar y siente como la temperatura de su
cuerpo se eleva tanto o más que cuando sufre de fiebre, pero
no para de correr. Sus párpados se entrecierran, apenas si
puede ver por dónde va, sus ojos están llorosos
involuntariamente, la parte baja de su espalda le arde y le duele,
la maldita agenda insiste en lastimarla.
Sacude súbitamente la maleta con la esperanza de
reacomodar las cosas ubicadas allí y afortunadamente algo se
entromete entre el borde de la agenda y su espalda, no para de
trotar. Alza la mirada, pero sin dirigir su rostro al cielo, alcanza
a divisar las nubes.
—Dios, dame fuerzas, ya estoy muy cansada. Me duelen las
piernas, me pesan los brazos, ya no aguanto más…, si estás allí
y me escuchas dame fuerzas para guiar a este débil cuerpo mal
alimentado más allá de sus límites, dame la oportunidad de ver

151
Obra antológica

a mi madre una vez más, para abrazarla y decirle que la quiero


y que se sienta orgullosa de mí…
Sus labios se sienten secos y su boca jadeante ya no se
encuentra cerrada, se siente somnolienta, durante unos
segundos se da cuenta de que ya no hace tanto esfuerzo, se está
relajando… «¡Carajo!, estoy bajando el ritmo, ya no voy a la
misma velocidad con la que comencé, así no llegaré nunca»
sacude su cabeza, retoma una postura firme, ubicando su
frente en alto, sin detenerse en ningún momento. Sube el ritmo
y su cuerpo se siente mejor, es como si le hubiese llegado un
segundo aire, entonces sigue trotando.
«Si estoy trotando en círculos, trotaré hasta que muera» pensó
mientras veía el mismo árbol en el cual había dibujado un
corazón, dicho corazón sigue invertido. La planta de uno de
sus pies envía constantes señales de dolor punzante e intenso,
es la primera vez que siente un dolor así, se queja y por poco
deja de trotar, pero cierra la boca y junta con fuerza sus dientes,
su cabeza y cuerpo se inclinan casi por completo durante unos
segundos, pero con un anhelo retoma la postura y el ritmo del
trote que mantenía hasta ahora.
—No me imagino con senos voluminosos, no habría sido
capaz de trotar ni la mitad de lo que he trotado, ¡por todos los
cielos!, ¿madre, cómo lo haces?, tacones de diez centímetros y
un par de dos litros en el frente de por vida ¡todo un ejemplo!
Ázumi se ve pálida, ojerosa. Sus párpados le pesan, solo sus
mejillas se encuentran ruborizadas por el ejercicio constante.
—Y ese pitido ¿de dónde proviene?, mis manos hormiguean,
me siento mareada. ¿Qué está pasándome? No, no me
detendré, seguiré trotando hasta que muera. Ya no escucho mis
pasos. ¿Por qué veo borroso?, mis ojos están abiertos, sabría si

152
La misión de ser felices

los estuviese cerrando. Dios, por favor, no dejes que me


detenga no me rendiré. —De sus ojos brotaron lágrimas—.
Jamás perderé la esperanza.
«¿Qué es lo que escucho?, ¿automóviles?, ¿bocinas? Son
autos en movimiento, se siente frío, esta sensación… Mi
mejilla, oreja y cabeza reposan sobre el asfalto, estoy segura,
mis brazos también lo perciben, mi maleta pesa, está sobre mi
espalda y este frío… No es cálido como el atardecer, es frío
como la noche. ¡Qué fue eso!, ¿es un perro ladrando?, ¿a qué
le ladra? No, sus patas viene hacia donde estoy, no, no, no
mendigo perro, no vengas, ¡aléjate! No me puedo mover, no le
puedo gritar. Ay, su nariz se siente húmeda y fría, es un perro
grande, me está oliendo el codo, no hagas eso, produce
cosquillas. Me lame con su babosa y grande lengua. No perro
malo, no subas, no subas, ¡Dios!, me está oliendo la nariz, lo
va a hacer, lo va a hacer, ¡lo hizo! me lamió toda la cara».
¡Puedo moverme!, mendigo perro, aléjate, ¡puedo hablar!
¿Qué tengo en la boca?, es tierra. No, aléjate, hueles feo, ya no
te me acerques, me vas a babear por completo. Comprendo, te
alegra verme, eso es todo, no te arrojes sobre mí, por lo que
más quieras mira que estoy muy débil y si lo haces
posiblemente me desmaye de nuevo. ¿Qué viste?, ¿a dónde
vas?…, bueno ya vete. ¿Qué me pasó?, soy un desastre, me
duelen las piernas… Es cierto, ¡el sendero! Estoy de frente a la
salida del parque y ha anochecido.
—¡Lo logré!, gracias Dios, ¡te quiero madre te dije que podía!
—Ya cállese loca, dese un baño.
—¡Usted no sabe por lo que pase!, siga su camino buen
hombre…«Mi celular sigue buscando y mi reloj está muerto.
Está decidido, mañana después de clase me voy de compras

153
Obra antológica

con Valeria. Bien, creo que ya puedo levantarme. ¿Qué es este


papel?, está escrito con pluma, la letra es cursiva, pero no lleva
nombre.
“El tiempo es un invento del hombre, entendemos el tiempo en razón del
cambio, es decir, sabemos que los días pasan porque sale el sol y luego se
esconde, sabemos que una semilla ha crecido porque ahora es planta…
Créeme cuando te digo, querida Ázumi, que me deleité al ver tu
sufrimiento, el hombre es el que inventa al tiempo y yo gocé al inventar el
tuyo.
Lo que viviste es solo un abrebocas de lo que vendrá, haré tu vida
miserable, tan miserable o más como lo fue la mía por culpa tuya, mientras
esté vivo me encargare de ti, aprovecha este breve momento de paz que te
otorgo, pues mi venganza será constante, tediosa y tendrá final te lo
aseguro”.
Presionó ambos lados del pergamino con toda la fuerza que
sus debilitadas manos le permitieron y destrozó con firmeza
aquella carta que en su momento admiró. Lloró en silencio
mientras dejó caer los pedazos de la nota que quedaron
pegados en sus palmas y una vez todo el pergamino en pedazos
yace en el suelo, pisoteó con fuerza aquellos más cercanos a su
pie, sin importarle que las plantas de sus pies duelan
intensamente. Sus ojos, ahora inyectados en sangre,
acompañan unos dientes cerrados con fuerza y una postura
corporal firme.
Mirando fijamente a la salida del parque, que para ese
momento yacía bloqueada por una puerta de unos cuatro
metros de alto, piensa «no sé quién seas o de dónde vengas.
Tengo muchísimo miedo y creo que me estoy volviendo loca,
pero sé que lo que viví es real, sé que me enfrento a algo que
es humano, que disfruta del sufrimiento ajeno y que solo él

154
La misión de ser felices

mueve los hilos, por lo que me hiciste pasar no puedo


comprenderte, ¿qué es lo que se te pasa por la cabeza?
Sencillamente debo detenerte antes de que me mates, me haré
más fuerte y no voy a huir. Mi padre me enseñó que la mejor
manera de ser felices es luchando contra aquello que nos
entristece».

Sol

Fruta resiliente que sabe amargo o dulce,


depende de la estación en la que se le cultive;
arrolladora casi indomable
y digo casi porque ante un acto de nobleza,
no existe blandeza que ella pueda contener.

Atmósfera que perturba,


cuerpo bien alimentado,
tierna especie que acaricia con dulzura
y rasguña con premura.
Guerrera, cual tigresa da la vida por su presa;
madre,
es la lucha que no cesa, padre,
guiaré a su instinto, saciaré su hambre.
Práctica, escapa de mi plática,
cuando puede es tan dramática,

155
Obra antológica

cuando quiere tan sarcástica,


mientras se la pasa escondiendo su verdad.

Quiero que le fascinen mis delirios.


Mis ideas forjan libros, mis secretos,
mi corazón y sus vicios.
Que en sus sueños me acompañe y con mi aliento
se levante,
que se haga el empalme
y ¡juntos! sigamos adelante.

En terrenos olvidados

En terrenos olvidados,
allí donde no habito,
la luz puede ser fuente en cualquier lugar,
a veces subestimo el poder de las palabras,
la velocidad a la que un te quiero puede llegar,
tan lejos y tan pronto a un corazón ajeno…
Soy ser de letras,
grito en silencio mientras tú me esperas,
confundo la fantasía con mi verdad cada vez que
intento hacerte realidad.
Llegaste a mi vida con una premisa

156
La misión de ser felices

y desde entonces vivo por sacarte una sonrisa.


Saber de ti es creación,
alimentas mi vida dando luz a esta canción.

Que rosa tan preciosa,


su bebé tan cariñosa y ella tan amorosa.
Fuego son sus labios y su piel,
anhelado es nuestro encuentro y dulce como la
miel.

El cielo es para ti porque tú te mereces lo mejor y


mucho más,
como madre soltera ¡vives al luchar!
Tu hija a la que amas y yo que sufro por la sangre
que derramas.
Admirable es tu sentir, tu vivir,
contigo quiero compartir.
¡Ser luz para ti!, ser lo mejor de mí,
pues en tu encanto hoy quiero vivir.

Ella

Sobre este lienzo en blanco me aproximo,


escribiré sobre una persona,

157
Obra antológica

una bella guerrera


a la cual estimo.
Me imagino con ella volando a diario,
soñando despierto, yo la acompaño.
Debato, me rio y lavo su plato,
amor y ser feliz contigo,
tranquilo y sereno.
¿Qué más puedo decir? sentimos la música que
despierta,
aquella que nos pone alerta,
que no va con gente cuerda, pues
así como sentimos, sienten pocos.

Ya no estamos solos,
¡los problemas serán pocos!
Defiendes a tu libertad y a la mujer,
es seguro que, a todas ellas, las has de querer,
veo que el sentido de humildad es tu placer.
este lienzo refleja mis ideas,
yo espero que en estas creas,
mientras vas leyendo y sonrías cuando las veas.

158
La misión de ser felices

Hoy le canto a la luna

Hoy le canto a la luna, a los vientos, al sol,


las penas contaminan más que la radiación,
mis voces caen en silencio y sufren,
la eternidad aguarda solo a aquellos que anhelan la
paz, el deseo desbordante por vivir es solo para
aquellos que buscan el sufrimiento, el dolor.
Traspasando fronteras es inevitable encontrarse
con la pobreza, con la miseria,
por donde quiera que se mire unos son felices
y otros viven inundados anhelando morir
o evadiendo su verdad,
buscando entre la basura lo poco que les queda de
dignidad.

Mira que las flores ya no están,


que el susurro de las aves es casi inaudible.
Mira que las estrellas están cada día más lejos de
nuestro alcance,
que la depravación humana no conoce límites
y que ahora los límites son solo para aquellos que
quieren hacer el bien o brindar felicidad a otros.

Si intentas dormir y te enfocas en el sonido de


pecho,

159
Obra antológica

el corazón piensa en todos aquellos que también


perciben su latir,
siente cómo se acelera ante el ser amado,
ante el riesgo, ante la angustia, ante el placer.

El corazón late porque estás vivo,


si entiendes lo impresionante de aquel humilde
detalle, entonces encontrarás motivos para
provocar felicidad en otros.

160
La misión de ser felices

Felicidad era su nombre

Por Eliana Márquez Guzmán

Parte 1

Felicidad era su nombre,


aunque alejado de la realidad,
era el nombre que mi madre quería.

Soñaba con la playa de mañana


y con la muerte caída la noche.
Carecía de sentido pensar
que a Felicidad se le podía
convencer de aniquilar
la idea de que no merecía
ser amada en su totalidad.

Una vez llena de vida,


ya desgastada por la vida,
perdió su luz con el tiempo
y paso de brillar mi tumbaga,
a fingir el fulgor de su mirada.

161
Obra antológica

¿Cómo le regreso el brillo que le robó


el tiempo ladrón de sueños?,
¿cómo le explico que es para mí,
aún la locura que aviva
la hoguera de mis días?

Felicidad quiere volar,


con la brisa de la marea
lejos llegar,
hasta fundirse con el sol y el mar.
Desaparecer entre el cañaveral,
para así quizás un día recuperar
lo dulce de su mirar.

Exhausta se lanzó
frente a la avenida de la perdición,
ya ni el infierno le causaba terror.
Cruza mi mente más de lo que quiero
admitir que no fue culpa de nadie, pero
sí mía, culpa mía
por no amarle como merecía.
La culpa mía.

162
La misión de ser felices

Canto a la luna en espera


a que algún día Felicidad vuelva
a alumbrar el espacio vacío,
que por las balas del amor,
dejó en lo profundo de mi alma,
alma lastimada por tanto andar.
Dos cántaros de agua,
que mis labios
marchitos por la sed,
no pueden siquiera tomar.

Parte 2

Un día volvió,
vestida de algo que
ni al verse al espejo reconoció.
Ya sus pies no tocaban el suelo
y sus ojos
que solo recordaba vacíos,
ahora parecían hablar por sí mismos.

Traía en sus bolsillos


cuatro curubas, una feijoa
y dos uchuvas,

163
Obra antológica

que había recogido,


deteniendo su vida un instante.
Agradeció
al fruto que desde la raíz,
con sacrificio le regaló
la tierra de la cual nació.
Decidió sentir los rayos del sol,
tostar su piel morena,
y dejar al viento rozar
aquella tez canela.
Esta vez sin querer volar lejos,
llegó hasta mi presencia.

Felicidad no habló,
fluyó.
Como el agua que brota de entre las rocas
su presencia interrumpió.
Y en esa mañana cansada,
Repitió:
“ni el sol por ser el más grande de los dioses
se libra de tener que bajar al mar
para dejar a las estrellas brillar”.

164
La misión de ser felices

“Bajo el mar el inframundo está”,


recordé a mi abuela contar.
Felicidad no había huido,
se había desvanecido.
Con el aire andino se había fundido.
Y por fin mi tumbaga había sonreído,
pues halló lo que había perdido.

Porque solo cerca de la muerte pudo


valorar lo fugaz de la vida,
lo rápido que pasan los días.
Pudo por fin darse cuenta de que,
aunque crudo
suene este solitario mundo,
no se trata de ascender
por miedo a descender.
La esencia está en agradecer
el presente que nunca va a volver.

Le decían al oído,
los que partían del infierno,
que si algún día volvía
a esa tierra andina
mirará al cielo,

165
Obra antológica

pues las nubes siempre le recordarían


bailar cuando todo a su alrededor
se veía como poco a poco caía.

Parte 3

Mientras Felicidad no estuvo


lloré.
Ya nada me producía placer,
ni tener el prado entre los dedos de mis pies.
Incluso la busqué,
realmente lo intenté,
hasta en cada rincón de mi cocina la busqué.
Aún en espejismos pensé
verle probar un poco de mi té,
pero a quién le miento,
solo bebo café.

Y ahora era yo,


sola entre el manglar,
deseando volar,
con la brisa del río magdalena
lejos llegar.

166
La misión de ser felices

Hundirme en el mar
para así quizás
aprender de nuevo a respirar.

No sentía dolor,
simplemente no sentía.
¿Y de qué vale vivir
si no se sabe sentir?

Parte 4

Felicidad nuevamente habló,


esta vez cerca de mi corazón.
Le contó el relato de su desaparición.

“Como el cóndor vuela


alto por los Andes
para cubrir con sus alas
a nosotros los mortales,
es necesario que nos alejemos
de nosotros mismos
para así entender lo que
siempre habíamos visto,
pero nunca comprendido”.

167
Obra antológica

Porque solo desde el cielo


es que el cóndor se da cuenta
de la grandeza de sus alas
y del encanto de la tierra.

Dijo después:
“era necesario desaparecer
porque si el fuego no hubiese
quemado la planta mis pies,
tarde o temprano tendría que aprender
que sin sufrimiento,
en el amor verdadero
no se puede creer”.
Si Felicidad no partía
significaba que jamás la hallaría.
Entre las risas de las magnolias
jamás la vería.

Aprendí con su partida


que cuando Felicidad nació
era necesario para el universo enseñarnos
que para contentar al corazón,
ni el canelazo de la capital,

168
La misión de ser felices

le traería el calor
por el cual su alma le imploraba
con tanto fervor.

Parte 5

El tiempo que Felicidad no estuvo


pensé haberlo perdido todo,
pero cuando uno permanece por mucho
pierde el valor de su aleación.
Mi tumbaga necesitaba evolución.

Y estacionaria yo,
nunca comprendería
lo valiosa de su cálida
brisa de agosto
que traía tumbaga mía.
Fue solo cuando se desvaneció
y dejó todo atrás
para deteriorarse y acabar,
que me di cuenta de que Felicidad,
esa Felicidad a la cual solo amé,
realmente amé,
cuando se marchó y me dejó,

169
Obra antológica

en el campo a morir me dejó,


que a Felicidad no le podía contener
porque Felicidad era yo.

Yo era Felicidad.
Morí solo para entender
que la vida necesita equilibrio,
no hay oscuridad sin brillo.
No regresaría hasta que entendiera
que mientras la luz exista
también la oscuridad lo haría.

Felicidad me dijo cuando


finalmente entró en mí:
“al corazón se le enseña a reconocer,
no a sentir.
Y el universo nos enseña
a escucharlo
porque es él quien debe ser escuchado
para ser comprendido”.

Irradiamos juntas
una luz incandescente,

170
La misión de ser felices

es mía y es de ella.
Ahora Felicidad y yo somos
la misma ardiente candela.

Solo así pude ser feliz,


cuando acepte mi nombre,
cuando aprendí a sentir.

171
Obra antológica

La aventura de tu cuerpo

Por Francisco Salamanca

Recorrerte es una aventura,


que se renueva a cada
instante.

Tu geografía es
misterio inagotable,
con montañas y valles
de una oculta geografía;
poema a la
belleza viva.

Mis ojos
extasiados no dejan
de contemplarte.
Cada resquicio tuyo
llama al amor;
de noches
sin amanecer.

172
La misión de ser felices

América Latina
está en tu piel,
y esas suaves elipses
encuentran la perfección
geométrica, que
ni Miguel Ángel
podría esculpir.

173
Obra antológica

Como las flores en otoño

Por Mariana Romero Martínez

Marchitarse

Número sabio
que da indicios de mi sentir,
como tú a la izquierda estoy,
en solitario
envuelta en un circo para sufrir.

Las lágrimas que resbalan por mi alma


pesan más que la soledad que mata
y el miedo que adelanta su llegada
se apodera, pero liberarse trata.

Se advertía el sentimiento,
el dolor más interno brotó,
nadie lo notó,
pero por dentro ella moría.

174
La misión de ser felices

II

Yo siempre entiendo,
pero alguien, ¿algún día me entenderá?
Todo lo de escuchar se me ha negado,
es un “todo estará bien”,
¿alguien acaso lo notará?

Más determinante se vuelve mi melancolía,


mientras que el abrazo se ve a kilómetros de
lejanía.
La pena me inunda, no hago parte de su vivir,
no creo que me recuerde, ni parte de mi existir.

No reconozco aquella imagen en el espejo,


esa a la que se le guardaba tanto rencor.
La vida se perdía, la duda cruzaba aquel reflejo,
los azulejos advertían un final lleno de horror.

No escapes, estoy tan cerca de atraparte.


Mis suaves dedos rozan el filo
y, aunque la dirección que tome la historia no sea
la de aquel hilo,

175
Obra antológica

aún tienes esos fragmentos de oscuridad de los


cuales no puedes liberarte.

Me he visto rota tantas veces sin esperanza de unir


los pedazos,
el reflejo me anuncia que caeré otra vez.
Mi mirar se alza a mi rostro, todo se ve borroso,
el abismo está tan cerca,
el silencio casi me obliga a saltar, el filo de perforar
mi piel se encuentra a centímetros escasos.

El vacío me carcome de sol a sol


y los susurros me aquejan sin intención de
detenerse ya
y, aunque el arrepentimiento y la culpa me atacan,
algo más allá me obliga a tomar el control,
un amor que sin intención puede que poco a poco
me destruya.

III

Oh, tú también lo has sentido,


ya no eres feliz,
¿qué cambió?,
el dolor reprimido en lo más profundo de tu alma.

176
La misión de ser felices

Porque soltar las riendas es lo más fácil,


¿por qué tengo que seguir luchando?,
¿por qué seguir en este infierno
que solo absorbe hasta lo más mínimo de mi
esencia?

Que el olvido se apodera de su consciencia,


justo lo que más temía,
junto al fracaso de una vida no vivida,
una batalla perdida ante la cobardía.

Un hoyo en el velo de tu alma,


donde muy poca luz es capaz de entrar,
pero donde tu dolor construido por pensamientos
si es capaz de salir
a través de algunas letras permeadas por lágrimas
llenas de emoción.

IV

La luz durante un largo periodo me agobia


y la noche que me salva es muy minúscula,
aunque mi voz se alce, posee un escaso interés
y las letras ya en pocos sentidos a mi dolor alivian.

177
Obra antológica

La oscuridad abrasadora no posee sonrisa,


se la doy yo con cada ironía,
fracaso y protesta,
ya ni el ser más desproporcionado que habite
puede con la fuerza que le doy con cada sollozo,
como una sumisa,
cada uno de sus movimientos y pensamientos
como un vil títere yo imito.

Me consume, no tardará en tomarme por


completo,
ya ni con las lágrimas puedo combatir, ni rogar por
mi suerte.
Correr como ellos me dirían no es una opción, mi
realidad me devoró sin remordimiento,
la mano salvadora, a la que estaba atada, me ha
soltado como si fuera inerte.

No estoy sola porque la soledad misma me


acompaña por mi caminar,
es solo una de las ironías que me rodea,
toda mi vida es de tamaño desconocido.
No me ataca, es parte de mí,
¿por qué alejarla? si ya todo lo que amaba está
lejos, sin derecho a ser defendido.
Estoy a unas milésimas de estrellarme,

178
La misión de ser felices

pero creo que no quiero frenar.


La presión sobre mi cabeza es más alta que la que
ejercería el agua si me sumerjo
porque ya me sumergí, pero no en el agua sino en
la oscuridad;
pertenezco a ella y reina cómo si yo fuera su
templo con autoridad,
de mi esencia y mi vida poco a poco diverjo.

Vivo en un paralelo con la sombra y no está mal,


me veo durmiente
y no precisamente contenida por lo que se supone
que es mi cuerpo,
como un envase vacío,
pero sin la mirada perdida y ausente
concibiendo que lo que está en él,
está deturpo.

Desde el entrar de la imponente mañana,


hasta cuando la oscuridad se apodera de cada
rincón de la ciudad,
el sol y las estrellas eligen no tener una existencia
vana
para iluminar de distintas formas cada realidad.

179
Obra antológica

Así te percibo a ti, como una difícil elección


que llega a mí como un lento atardecer
y que a la vez golpea mi propia realidad como un
mar de lágrimas que hace estremecer,
ya que aquella pena necesaria es cada vez más larga
que cualquier canción.

Convertido en algo invisible a mi mirar


imposible de predecir o de arriesgar
aceptando cada anochecer más la poca certeza que
tengo de que llegarás
la soledad entera me espera con una breve sonrisa
pues sabe muy bien que no me esperaras.

He pensado en que elegiría mil veces que me


rompieras el corazón,
a pesar del dolor que sé que se reflejaría en cada
fragmento,
sabía que no podía doler más que los segundos en
los que padecía los reproches de mi razón,
la espera de un amor algo imposible para mi
realidad, parecía un tormento.

180
La misión de ser felices

Al final solo me resigno y elijo dejar ir la idea de


ti,
¿quién diría que una vida sin amor es tan
desesperante?,
ninguna adicción será tan fuerte como para
superar aquel ideal tan mortificante
y todo porque no estará tu amor para elegirme una
vez más a mí.

No me has conocido aún, pero sé que has


renunciado a amarme,
dudo totalmente de la insuficiencia de mi ser para
alguien tan único como tú
y, aunque no cuento con saber quién eres, confío
en que no tendrás que someterte a entenderme
y por más elecciones que te dé la vida, no darás
conmigo así eso rompa con mi espíritu.

Nuestros caminos no se cruzarán, pero ruego


porque seas feliz,
al menos uno de los dos amará por lo que el otro
no pudo
y agradeceré a la vida porque, aunque no me
entregaste tu corazón,
yo elegí brindarte el mío, enorgulleciendo a las
estrellas por hacer sentido a su existencia.
Descender

181
Obra antológica

I
Lejos de la frustración,
aquella luz emitía melodías inexplicables,
bordeaba mis sentidos sin tener la intención
y envolvía mis pensamientos que parecían
interminables.

Era lleno de múltiples colores,


una alegría palpable, por fin la percibía
sin brotar la confusión, mi vivir se reescribía,
esa bella colorida alejaba mis dolores.

Mi conciencia murmura...,
es mi canción favorita,
su voz es la más cálida armonía.
Invisible se volvía cada problema que me rompía
y mi canto a veces intentando imitarlo.

Ella mis días restauraba en historias,


asumía el peso que durante meses mi espalda
cargaba,
solo rescatarme ella trataba,
inspiraba en mi alma grandes alegrías.
II

182
La misión de ser felices

Una chica que tenía su vida de cabeza.


Esa era ella, más preocupada por lo imperfecta que
podía llegar a ser,
más aterrada por lo que traería el futuro y todo lo
que conllevaría perder
que, aunque sus inseguridades la cegaran,
intrigaba con su característica rareza.

Esa era ella, intentando ocultar las tinieblas más


profundas de su alma,
aclarando su rostro con la sonrisa más cálida;
solo nota como huyen los destellos de esperanza
de forma ágil y rápida.
Nadie se ve advertido, no tienen importancia las
lágrimas que ella derrama.

Aún intentaba averiguar el significado de su


interior,
era interrumpida por bellas rosas que con sus
espinas osaban lastimar su frágil armadura
y antes de descubrirlo decidió romper con la
esencia sin ninguna atadura,
y aquellas rosas carmesíes no notaban como de su
existir borraban el color.

183
Obra antológica

Esa era ella que estaba completa gracias a los


fragmentos que aún seguían unidos,
era quien creía que sus defectos eran más grandes
que sus virtudes,
era la que creía que en algún momento sus actos
no valdrían lo suficiente ni siquiera para ser
juzgados
y aquella que permitía a sus pensamientos invadirla
en las tardes.

Y fuera de lo rota y cansada que estaba ,


también era la que veía la paz entre la infinitud del
mar unido con el cielo azul,
era quien creía en los astros y un cambio revelador
rogaba
y que a pesar de todo seguía en pie como un alto
abedul.

Era la que anhelaba y soñaba con dejar una huella


y a la que sonreír y amar no la molestaba,
que ningún momento desechaba y en bellos
recuerdos todo resguardaba,
y todo aquello que dentro de ella habitaba, la hacía
única porque esa era ella.

184
La misión de ser felices

Esa era ella, la que de forma inevitable también era


yo,
la que sin duda rogaba por qué los asomos de
alegría y esperanza aún no se esfumaran por
completo,
que despertaba cada día con la ilusión de que la
tormenta cesará por la caída final de aquel rayo
para que todo terminará en medio del caos
discreto.

III

Analicé un pequeño reloj colgado, algo inclinado


en la pared
y volví a atrás en el tiempo, a aquellos indecisos
momentos de la infancia,
la preocupación vasta de a qué hora podría cerrar
los ojos para empezar a imaginar sin que me lo
impidiera alguna red,
sin pensar lo que importaría en los años venideros
y que pronto acabaría con mi consciencia.

Podría fingir que la inocencia y esperanza se


habían evaporado en el momento que el dolor se
implantó,
pero sé que algo de eso aún se encuentra en el
fondo a pesar de la pena inmersa.

185
Obra antológica

Mínimo interés era el que suponía los


pensamientos en mi cabeza que ni siquiera
producían llanto,
no se presentaba aún la sonrisa oscura que me
miraba a la cara de forma perversa.

No me inquietaba ni la sonrisa más bella y


resplandeciente
y tampoco me preocupaba el fatídico día en el que
tendría que empezar a fingirlas,
anhelo es lo que siento cada vez que denoto
grandes alegrías a pocos pasos sin poder vivirlas.
Una pequeña niña es lo que veía a lo lejos con poca
claridad, pero sin ganas de extinguir lo que siente.

He esperado mucho de mi existencia,


pero lo único que espero ahora es que esa pequeña
resurja en lo profundo de mis pensamientos,
que me devuelva la risa y las ganas que tenía ella
de florecer sin importar la experiencia,
que me regrese su fuerza de amar porque quiero
pensar que esa es la única cosa de la que nosotros
no estamos exentos.

186
La misión de ser felices

IV

Una pared en blanco es lo que mis ojos aún no


pueden enfocar,
mis dedos se aferran a los destellos de posibilidad
aún existen, aquellos intentos para sacar a flote el
camino a retomar,
deseando que la intermitencia de estos se borre,
que el que persistan no se convierta en una mirada
de debilidad.

Pido que me ataquen todas esas sonrisas y


recuerdos pasados con los que aun sueño,
que esas luces que me rodeaban subsistan sin que
tenga que pedirles que se queden
para que sanen esas heridas que en el fondo
parecen sin dueño
y que aquellas fuerzas oscuras después de mucho
teman porque las superioridades las exceden.

Una sombra que atraviesa mi piel y todavía ataca


las fibras secretas de mi cuerpo,
y cada vez que ve una mano que me alienta a salir.
Un golpe resuena,
puede tu alrededor parecer tan duro, pero la
belleza que emerge lleva al pensamiento de una
vida buena

187
Obra antológica

y por más que quiera evitarlo, no es lo que ves de


mí, ese ya no es mi cuerpo.

Me detengo, ¿cómo permití que inundará hasta mi


espíritu?,
me venció en mi propio juego de agonía, tomó mi
cuello y ajustó su toque,
pensé que dolería instantáneo, tratar de inhalar
pesaba como un gran bloque
y cuando creía que en las noches dormiría y dejaría
de razonar, me golpeó con más ímpetu.

Me acercaba a la felicidad, aún concibo que la


esperanza espere un poco más,
he recordado sus palabras, “por favor no llores
más”,
quiero entenderlo, saber que esta no es la solución,
suprimir todo en soledad,
alejar la idea de imperfecto y recurrir a ella, un
poco de ayuda por necedad.

Historias tenebrosas son las que imagino


al creer que, al fin alcanzaremos la felicidad,
matando poco a poco las esperanzas de
encontrarnos,

188
La misión de ser felices

esperando no dejar atrás las fantasías que me sacan


de la realidad.

Si tan solo existiera aquel despreciable artefacto


que me permita acelerar tu inminente llegada,
o siquiera retrasar este dolor tan nefasto
para tentar el destino y por fin ser encontrada.

Solo espero que me estés buscando,


solo quiero saber si cuento con tu existencia,
que no me vas a dar tu amor solo por inercia
y que en el fondo soy lo que aún sigues esperando.

Solo quiero que me cuentes miles de historias,


las alegrías que viviste aún sin conocerme,
las penas en las que temiste aún no tenerme
y no aquellas anécdotas que alguna vez llamaste
ordinarias.

Puede ser atrás o adelante en nuestra historia,


pero en cualquier caso mi corazón te pertenece
y, aunque la espera sea una pena necesaria,
solo quiero que al verme y conocerme seas tú el
que me eligiese.

189
Obra antológica

Y no por aquel hilo que nos une sin descanso,


aquel que es rojo como sangre
y que reposa en mi regazo.

Evitando convertirnos en un romance más de la


historia,
pese al terror y la distancia que nos separan
siempre tendré tu amor tatuado en mis días sin
entender que fueras tú el que pronto llegaría,
enfrentando mis historias que día a día aún te
esperan.

Florecer

Nuevamente mis ojos brillan,


como aquellas estrellas divisadas en la lejanía
y mi sonrisa se ensancha después de observar
como las estaciones cambiaban sin armonía,
después de tanto las saladas y amargas lágrimas mi
felicidad no ahondan.

Las hojas en su abandono olvidan


y en las desnudas ramas, vistosas flores ocupan su
lugar,

190
La misión de ser felices

como una historia en blanco y negro los recuerdos


desaparecen, sin posibilidad de vagar
y los sombríos pozos que para mis pasos son
atormentados con luz sin importar que las espinas
aún acusan.

Aquellos caminos desolados, se han aclarado y han


florecido,
los grises que se denotaban a diario se inundaron
de luz y color,
los sonidos que ahora escucho no son mis
pensamientos luchando contra mi olvido,
sino la voz de mi conciencia elevándome a soñar.

El bienestar inunda mis fosas nasales, en cada


inhalación
como una droga que no me lleva directamente a la
ruina sino a la felicidad
que demora un poco en ajustarse a mi vida, como
si fuera demasiado extraño en ella hacer una
constante aparición,
los pasos a seguir no serán mantener la mirada
altiva y ausente, o el carácter rígido y frío,
sino una voluntad completa y capaz que impulse
al objetivo más que el destino y la premonición, el
esfuerzo y la verdad.

191
Obra antológica

Me reconozco, soy yo en el espejo,


no aquel parásito que invadía mi razón,
aquel que inundaba mis pensamientos con un
ingenioso e incontenible caos
que se exteriorizaba gracias a lágrimas que
percibían altos abismos,
no querían ser cruzados,
por lo que por brillantes praderas aquellos colores
reemplazaron.

No habría miedo de saltar o de perder,


ni de creer o de confiar, no solo en mí sino en los
demás,
solo ganas de continuar para soñar y alto volar
con ganas de ver no solo uno sino mil y un
atardeceres más.

192
La misión de ser felices

II

No creo que pueda agradecer a alguien más que a


ti,
a tu valentía por haber seguido luchando contra
todo el odio que te atormentaba,
y a tu interés por haber decidido vivir un día más
a pesar de todas las miradas que te juzgaban,
sigo en medio de esta realidad, opacando la pena y
el caos solamente gracias a ti.
Impediste que el único enemigo que rondaba mi
pensar y bloqueaba mi sentir
prosperará y rompiera con mi alma siguiendo el
mandato de quien reinaba,
desapareciste con la sumisión y la ironía, al verte
volver, regresaban mi esencia y vivir,
y aquel que desapareció,
era yo que con fuerza a la oscuridad me ataba.

Tu paciencia peregrina acompañó en cada


momento el descontrolado frenesí,
por más dolor que te invadió y a pesar de cada
miedo, seguías manteniendo mis fragmentos
unidos.
Dudas no existieron al acompañarme en cualquier
huida, sin importar, siempre juntos terminar
perdidos,

193
Obra antológica

evitando en mí la idea de hacer brotar sufrimiento


color carmesí.

Veo el orgullo por mí en tus ojos, pero he podido


surgir de la sombra gracias a ti,
el dolor se esfumó y la pena segura ya no lo era.
Un futuro construido no solo con mis manos,
también con las tuyas, reescrito por ti,
uno que pensaba no vivido si mi historia en
páginas y letras leyera.
Por cada emoción y sentimiento que sanaste y
convertiste en nuevo arte,
cada tipo de pegamento que usaste para
restaurarme
y, aunque aún puedas divisar las grietas en mi alma
como si cerca estuviera la muerte,
puedo jurar que me regalaste más vida que la
sangre en mis venas,
te agradezco por salvarme.

III

Y te acercas con dulces colores y frescos frutos,


con pasos sigilosos porque piensas que abriré
distancia para escapar una vez más,

194
La misión de ser felices

esta vez no lo haré, me adentraré y sobrepasaré las


capas que expulsan mis tormentos que parecían
absolutos,
me dejaré suplir de tus característicos cantos e
inigualables aromas, además.

Después de convertirme en uno de esos grandes


árboles que en otoño perdían todas sus hojas,
viniste a mí creyendo que aquella estación se
convertiría en mi vivir,
una nueva que acariciaba mis mejillas con suavidad
y calidez, sin ser un tacto áspero como lijas,
interesada en ese gran mundo que se abría con mis
pasos y me obligaba a incidir.

Algo más que una simple adolescente, así me veías


de forma inexplicable, la brisa te contó cada una
de mis inseguridades,
como le susurraba cuando mi realidad se
desmoronaba ante mis ojos, como una gran
mentira bombardeada por pequeñas verdades,
y creíste en mí y en la fuerza que ahondaba en el
fondo de mi cabeza, por eso sonreías.

Tus pequeñas hojas me envolvían y tranquilizaban


mis sentidos

195
Obra antológica

y como si fuera una semilla resurgí por tu paciencia


al regarme como una flor
y ahí lo noté, ya no era como las flores en otoño,
arrastradas por sus tallos y por el viento retenidos,
me enseñaste a florecer en ti, una primavera con
vacíos inhumanos, pero llena de color.

IV

Dejé de cuestionármelo hace tiempo,


cuando las luces me levantaban del suelo como
pequeñas luciérnagas,
cuando sabía que lo único que necesitaba era un
poco de confianza y amor propio al salir de las
oscuras ciénagas,
cuando lastimar mi propia conciencia había dejado
de ser una opción o pasatiempo.
Por fin había sido capaz de tocar el cielo con las
manos,
la felicidad rondaba mis pasos como si no pudiera
tenerme lejos,
cuando prefería no ser agobiada por la oscuridad
sino por la tranquilidad viviente en los océanos,
cuando en vez de desecharlos era capaz de brindar
consejos.

196
La misión de ser felices

El momento en el que decidí que mis tardes no


serían devoradas por pensamientos
y mis noches no serían vividas en vela con lágrimas
en el rostro,
había prometido que las próximas que derramaría
sería por orgullo al ver mis metas enfrente y mis
sueños alejados de parecer cuentos
y donde los gritos de emoción reemplazaran los de
angustia producidos para borrar el rastro.

Cuando las espinas podían agujerar mi piel sin


siquiera hacerme daño
porque, aunque acusaran, la melodía de algo más
me decía que no importaba.
Mis recuerdos me hacían ver lo erróneo de mi
cavilar, sin comentar lo doloroso de cada año,
lo frío y solitario que era recorrer la oscuridad que
tomaba mi mano,
cambio a lo cálido que cruzar la primavera
resultaba.

Eso le respondí a aquel reflejo,


ese que en algún momento me lastimó y me
preguntó mil veces: “¿hay un ser más al que
odies?”,

197
Obra antológica

ese al que le respondí con la mirada en alto que


cruzaba la suya, buscando en la profundidad del
espejo,
ese que quiso saber de mí, pero con otra pregunta:
“¿aún te disgusta lo que ves?”.

Y cuando creí que era un juego perdido,


cuando pensé que amar era algo a lo que habíamos
renunciado,
cerrando todas las posibilidades de encontrarte,
por ser algo que no habíamos elegido
te veo a lo lejos, haciendo visible aquel hilo rojo
atado.
No podía evitar recordar todas las veces,
pensando en que llegaras a cambiarlo todo
y si lo hiciste, haciéndome notar que la espera al
fin había terminado,
desapareciendo mis miedos y todos los
amaneceres que admiré sin ti a mi lado,
donde sabía que escuchar tu voz durante horas es
algo a lo que no me negaría de ningún modo.

198
La misión de ser felices

Y por mucho que suceda sé que, si sigo a tu lado,


siempre voy a escribir un verso más
porque más allá del destino tú y yo sabemos que
es lo correcto,
evitaría perderte a toda costa porque eres lo que
llevo buscando toda una vida y por fin he
encontrado por cruzar un camino indirecto,
no hay motivos para que quiera dar un paso atrás.
He aceptado que no tengo miedo de que mi
corazón salga herido
porque esperé por ti para tener un amor completo,
con riesgos, sacrificios, caricias y besos, sin evitar
la puerta que alguna vez nos lleve al olvido,
amarnos será considerado una decisión y no un
reto.

Tus brazos a mi alrededor soportan caídas y me


protegen de un final peor
y después de tanto la certeza de que me has elegido
y me has dado de ese amor al que llaman cierto,
existiendo en una realidad tan irreal para mis ojos,
te veo junto a mí y sé que resignarme hubiera sido
mi peor desacierto.
Respiro calma cuando te miro, pero espero que mi
destrucción final no sea tu amor.

Mis cicatrices empiezan a sanar con tu luz de luna

199
Obra antológica

evitando así mismo que se formen nuevas grietas,


curadas también con nuestras esperanzas y sueños
y, aunque tus pensamientos para mi aún son un
misterio que importuna,
sé que también tienes heridas y esperaré a que me
permitas hacer de ellas dolores ajenos.

Y que las estrellas los cieguen y no noten un amor


como el nuestro,
que no se marchite por el orgullo, la cobardía y la
hipocresía,
que no descienda por malentendidos o por el
silencio que esconde más de lo que demuestro
y que, si lo hace, logré florecer como tú y yo lo
hicimos en la primavera y sin imitar la poesía.

200

También podría gustarte