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RECENSIONES

Alfred W. CROSBY: Imperialismo ecológico. La expansión biológica de Europa,


900-1900, Barcelona, Ed. Crítica, 1988.

A principios del siglo x los antepa- La primera novedad del libro de


sados, más desde el punto de vista cul- Crosby es de índole cronológica, de
tural que desde el estrictamente étni- percepción del tiempo histórico. Al
co, de los actuales europeos ocupaban analizar por qué existen lo que él
una pequeña parte de lo que hoy lla- llama las «Nuevas Europas» (que se-
mamos Europa. Diez siglos más tarde rían aquellos territorios extraeuropeos
sus descendientes se extienden por la cuya población es, mayoritariamente,
mayor parte de las regiones templadas de origen europeo: U.S.A., Canadá,
del planeta, poseyendo algunas de sus Argentina, Uruguay, sur de Brasil,
tierras más fértiles. Este proceso de Australia y Nueva Zelanda) lo hace
expansión, sin parangón en ninguna desde la perspectiva de larga dura-
otra cultura, ha dado origen a una ción. La expansión europea no se re-
abundantísima literatura que ha inten- duciría a las masivas emigraciones ul-
tado, con mayor o menor éxito, expli- tramarinas del siglo pasado, ni siquie-
car el imparable avance del imperia- ra al período posterior a los grandes
lismo europeo como una consecuencia descubrimientos; para Crosby sería
de la superioridad técnica y militar de tan antigua como nuestra civilización.
las sociedades occidentales desde, al En efecto, si consideramos, dando por
menos, el siglo xvi. Enfrentado a este supuesto que es imposible establecer
mismo problema, el profesor A. W. exactamente la fecha de nacimiento de
Crosby parte de un enfoque bastante una sociedad humana, que Europa se
novedoso y renovador, abriendo un configura como tal en torno al año
mil, el inicio de la expansión sería
nuevo campo de investigación que,
prácticamente coetáneo. Por esos mis-
aunque no completamente inédito,
mos años los normandos habían ini-
puede arrojar mucha luz sobre las
ciado ya la colonización de las islas
causas de la expansión ultramarina
del Atlántico Norte y, un poco más
europea.

ftevista de Historia Económica 489


Año VII. N." 2 - 1989
RECENSIONES

tarde, los cruzados, la conquista de las La tesis central de Crosby es que el


costas levantinas del Mediterráneo. éxito de la colonización europea sólo
El proceso se acelerará a partir de lo es comprensible en el contexto de la
que Crosby llama «el salto de las si- superioridad de los sistemas ecológi-
mas de la Pangea»; primero las «Islas cos europeos sobre los ecosistemas na-
Afortunadas», no sólo Canarias, tam- tivos. El colonizador europeo avanza
bién Madeira, Azores, Cabo Verde..., acompañado de animales, plantas, vi-
campo de prueba y parada obligatoria rus..., un poderoso ejército invasor al
de futuras colonizaciones; después, el que el hombre únicamente ha presta-
otro lado del Atlántico, el Nuevo do, involuntariamente en muchos ca-
Mundo; y finalmente las grandes islas sos, el medio de transporte. Las plan-
del Pacífico, Australia y Nueva Zelan- tas europeas se propagan a mayor ve-
da. El gran acierto de Crosby es in- locidad que los colonos; tras ellas, cer-
cluir en un mismo proceso histórico dos, vacas, caballos y ovejas crecen
los asentamientos vikingos en Islandia en rebaños semisalvajes que se adue-
y los ingleses en Nueva Zelanda. A pe- ñan de las praderas del Nuevo Mun-
sar de su lejanía, en el tiempo y en do; los agentes patógenos de origen
el espacio, formarían parte del mismo europeo, algunos tan inocuos como el
ciclo de expansión. sarampión o la rubéola, diezman las
La segunda novedad se refiere al poblaciones nativas llevándolas al bor-
análisis de las causas del éxito europeo de de la extinción. Es todo un mundo
en las nuevas tierras. Si el proceso de que destruye a otro.
expansión se ha prolongado durante Crosby hace un análisis histórico,
varias centurias, con niveles de desa- dramático y convincente, de esta ma-
rrollo tecnológico muy diferentes y sacre biológica, de la que el hombre
frente a sociedades aún más diferen- blanco en muchos casos ni siquiera fue
tes, las explicaciones basadas en la su- consciente. Es especialmente intere-
perioridad técnico-militar de conquis- sante el capítulo dedicado a Nueva
tadores y colonizadores dejan dema- Zelanda, donde la sustitución de su
siadas lagunas. Crosby centra su análi- flora y fauna por otra de origen
sis en la superioridad biológica, o me- europeo y la contemporánea catástro-
jor ecológica, de las biotas europeas. fe demográfica de la población maorí
El planteamiento no es totalmente no- se produjo en fechas muy tardías, es-
vedoso; ya en 1972 él mismo, en The tando, por esta razón, perfectamente
Columbian Exchange: Biological Con- documentada. Un buen ejemplo de lo
sequences of 1492, había utilizado un que debió ocurrir en períodos en los
enfoque parecido. Ahora retoma el que la documentación es menos fiable.
problema, resumiendo el estado de la Partiendo de estos datos, Crosby
cuestión y abriendo nuevas vías de in- elabora el concepto de imperialismo
vestigación, que pueden ser muy fruc- ecológico, donde el hombre aparece
tíferas. como un elemento más, ni siquiera el

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RECENSIONES

más importante, de la expansión de lonos se limitaron, en la mayoría de


todo un ecosistema. Este nuevo con- ios casos, a ocupar un territorio vacío
cepto ofrece muchos atractivos y per- ya de presencia humana.
mite explicar por qué la expansión Más complicado es explicar la su-
europea fracasó siempre, desde los perioridad, en términos ecológicos, de
cruzados a la presencia inglesa en la la flora y fauna europea sobre las na-
India, en sus intentos de penetración tivas. Pero los datos son concluyen-
hacia Oriente, donde no se pudo ser- tes: mientras la aportación de especies
vir de la superioridad ecológica; o por- originarias del Nuevo Mundo a las
que los nativos americanos fueron biotas europeas es prácticamente anec-
prácticamente exterminados en las re- dótica, las de origen europeo se adap-
giones templadas, mientras que lo- taron extraordinariamente bien al otro
graron sobrevivir en las regiones in- lado del Atlántico, reproduciendo sus
tertropicales, donde los ecosistemas ecosistemas de origen o, en el peor
europeos no gozaban de ventajas de los casos, creando ecosistemas mix-
adaptativas. tos. El hecho es más sorprendente si
Crosby es especialmente convincen- consideramos que algunas de estas es-
te cuando interpreta la destrucción de pecies, «las malas hierbas», por ejem-
las poblaciones nativas como una con- plo, no debieron contar en su expan-
secuencia de su debilidad frente a las sión con el apoyo de los colonos. Para
enfermedades de los blancos, y cuan- Crosby la clave de todo el proble-
do explica las causas de esta debilidad. ma está en la simbiosis entre hom-
Parece razonable pensar que el pecu- bres, animales y plantas. Un hierbajo
liar modelo de neolitización surgido europeo no era intrínsecamente supe-
en Oriente Medio, con hombres y ani- rior a otro americano, pero, cuando
males domésticos viviendo en promis- el colono rotura la pradera, sí está
cuidad, y la mayor densidad de las po- mejor adaptado a las nuevas condicio-
blaciones euroasiáticas, favorecieron la nes. Una semilla llegada de forma ca-
transmisión de todo tipo de enferme- sual en la suela de un marinero no
dades infectocontagiosas, pero tam- encuentra rivales autóctonas en las
bién, a largo plazo, el desarrollo de tierras recién labradas. Crece, se desa-
sistemas inmunológicos. Las poblacio- rrolla y permite sobrevivir a los ani-
nes del Nuevo Mundo, con menos males de su ecosistema de origen,
animales domésticos y, en general, me- quienes, a su vez, favorecerán el asen-
nores densidades, eran más sanas pero tamiento de los colonos europeos.
también más frágiles. Los agentes pa- Una cadena invencible cuyas víctimas
tógenos de origen europeo actuaron serán los ecosistemas nativos.
en un territorio virgen, diezmando
las poblaciones nativas. Los nuevos co- Tomás PÉREZ VEJO

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RECENSIONES

Pedro PÉREZ HERRERO: Plata y libranzas: la articulación comercial del Mé-


xico borbónico, México, Colegio de México, 1988.

Excepcionalmente se publican li- mercio novohispano del siglo xviii, el


bros de historia económica mexicana cual ha experimentado un auge real-
que constituyen, a su vez, una contri- mente notable en los últimos años de-
bución importante a la historia eco- bido a los trabajos de autores de di-
nómica española y europea. Este es el versas nacionalidades como Javier Or-
caso del volumen que nos ofrece aho- tiz de la Tabla, John Fisher, John
ra Pedro Pérez Herrero, el cual hace Kickza, Cristina Torales, Juan Carlos
una serie de aportaciones analíticas Garavaglia y Juan Carlos Grosso, en-
fundamentales para dos corrientes his- tre otros. El estudio de Pérez Herrero
toriográficas distintas pero, desde aho- logra aquí algo inesperado, pues tien-
ra, entrelazadas. La primera corriente de un puente teórico que permite en-
historiográfica a la que nos referimos tender la relación entre el comercio
es aquella que se ha dedicado al estu- exterior y la circulación interna del
dio de las formas y mecanismos del virreinato a partir de los mecanismos
crédito del naciente capitalismo en de crédito que utilizaban los miem-
Europa, primero, y luego en América. bros del Consulado de la ciudad de
Las obras de Albert Payson Usher, México.
Ramón Garande, Earl Hamilton, Hen- Pero vayamos por partes o, más
ri Lapeyre, Raimond de Roover, Al- bien, por capítulos. Después de ofre-
bert Sayous, Felipe Ruiz Martín y cernos una introducción general sobre
Guillermo Lohman Villena constitu- las características generales del comer-
yen mojones claves de esta escuela que cio y del crédito novohispanos, el
ha descrito y analizado los orígenes autor nos conduce directamente a un
medievales y renacentistas del crédito problema central para la comprensión
mercantil y bancario. Plata y libranzas del financiamiento del comercio en el
aprende de estas obras los puntos «antiguo régimen» europeo y ameri-
esenciales para la comprensión del uso cano: es decir, la letra de cambio. En
de las letras de cambio en el comercio los capítulos 1, 2 y 3 se reseñan los
colonial, pero además extiende nuestro conceptos claves acerca del uso del
conocimiento al explicar con claridad crédito mercantil de la tardía época
y minuciosidad las formas específicas medieval y del siglo xvi. El tema es
que distinguían al crédito español y complejo y difícil, pero la explicación
novohispano de los siglos xvi al xviii del fenómeno es lúcida y precisa: con-
a partir de una serie de fuentes ante- siste, en esencia, en un estudio de las
riormente poco trabajadas. formas de transacciones monetarias y
La segunda corriente historiográfi- crediticias conocidas como los «cam-
ca a la que nos referimos es aquella bios». Entre éstas se contaban tres
que se centra en el estudio del co- formas distintas: 1) el cambio de mo-

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RECENSIONES

neda y particularmente de oro y plata hispanoamericano, rescatando la im-


americana; 2) las «letras de cambio» portancia de los ordenanzas formula-
o «libranzas» comerciales»; 3) las le- das (repetidamente) por el Consulado
tras como instrumentos de crédito. de Bilbao, en 1554, 1672 y 1737,
Para explicar estos mecanismos de siendo éstas las fundamentales en la
«cambio» y de crédito tradicionales, codificación del manejo de las letras
el autor recurre a los tratados jurí- de cambio tanto en España como en
dicos y obras escolásticas de la época, América hasta el punto que, en el
entre las cuales destaca la influyente caso de México, siguiesen vigentes
obra de Tomás de Mercado, Suma de (con modificaciones) hasta fines del si-
tratos y contratos (1569). Resulta es- glo XIX.
pecialmente revelador el descubrir que Esta larga introducción metodológi-
la larga experiencia de Mercado en ca y legislativa —que constituye el
México a mediados del siglo xvi hu- meollo de los cinco primeros capítu-
biese resultado fundamental para su los del libro— nos aclara una se-
conocimiento de los mecanismos mer- rie de conceptos indispensables para
cantiles y crediticios contemporáneos. adentrarnos en la realidad de la eco-
Combinando sus conociimentos del co- nomía mercantil y minera de la Nueva
mercio americano, vistos desde dos España. Pues a lo largo de los capí-
puntos claves del imperio-México y tulos 6 a 11, Pérez Herrero nos va
Sevilla-Mercado pudo elaborar unos descubriendo una amplia gama de
de los tratados más importantes de problemas fundamentales de la rela-
la práctica mercantil del siglo xvi, la ción entre comercio y minería que po-
cual habría de seguir teniendo una vi- cas veces han sido analizados a fondo
gencia considerable durante decenios. y que nos deparan numerosas sor-
Pérez Herrero amplía esta visión, presas.
repasando y analizando de manera pre- En el capítulo 6 se estudia un tema
cisa las obras y conceptos esenciales clave que es la enorme extensión del
acerca del comercio y la letra de cam- contrabando en plata sin quintar des-
bio de otros autores clásicos como de el siglo XVI hasta mediados del
Juan de Fíevia Bolaños y José Ma- siglo XVIII. Pérez Herrero nos demues-
nuel Domínguez Vicente, combinán- tra cómo el control de esta producción
dola con una meditada revisión crítica y comercio en plata no fiscalizada
de los historiadores que han trabaja- acentuó el control de los grandes co-
do el tema. A partir de ello, en el merciantes de la ciudad de México
capítulo cuatro pasa a interpretar el (reunidos en el Consulado) sobre la
uso de las letras de cambio en el co- circulación interna del virreinato.
mercio americano en los siglos xvi- En la siguiente sección el autor
XVIII, señalando sus características dis- pasa a un análisis de las políticas adop-
tinctivas. Seguidamente, sintetiza la tadas por el régimen borbónico para
reglamentación del crédito mercantil reducir el contrabando de plata en

49)
RECrKSIONES

pasta, las que resultaron tan exitosas cio del siglo XVIII, el cual se realiza
que obligaron a los grandes comer- en base a la información proporcio-
ciantes del México de la segunda mi- nada por la riquísima documentación
tad del siglo XVIII a modificar radi- sobre quiebras comerciales que contie-
calmente sus prácticas comerciales y ne el ramo de Consulado, estudiado
financieras. De hecho, las nuevas po- exhaustivamente por el autor. Los
líticas hacendarías amenazaron con ejemplos no se eligen al azar, sino que
romper el monopolio que habían os- son fruto de una pausada revisión de
tentado los comerciantes sobre la cir- docenas o, inclusive, centenares de ca-
culación de la plata. Pero éstos no se sos, para poder confirmar la gran difu-
dieron por vencidos. El autor explica sión de los nuevos tipos de transaccio-
cómo los grandes comerciantes utili- nes estudiadas.
zaron nuevos mecanismos (entre los Pero el problema del uso extensivo
cuales se contaban inversiones direc- de las libranzas para poder seguir con-
tas en minas y el uso muy extendido trolando la circulación de la plata no
de libranzas comerciales o letras de era meramente un problema económi-
cambio) para mantener su predominio co. De manera creciente se convertía
simultáneo en las esferas de la pro- en un dilema político, como se ob-
ducción y del comercio interno del serva en las breves pero incisivas pá-
virreinato. ginas dedicadas a la controversia entre
En el capítulo 8, Pérez Herrero el Consulado de México y el virrey
analiza la relación entre la creciente Azanza a fines del siglo, las que su-
presión fiscal en la época borbónica y gieren algunas de las contradicciones
la crisis que se manifestaba en la es- subyacentes que estallarían a partir
casez de circulante. En una serie de del golpe contra Iturrigaray en sep-
apartados que están destinados a con- tiembre de 1808.
vertirse en lectura obligatoria para to- En las conclusiones, Pérez Herrero
dos los especialistas que trabajan so- enfatiza una de sus conclusiones fun-
bre el siglo XVIII, el autor analiza y damentales: «Si se enfoca el estudio
critica las principales series estadísti- de los comerciantes del Consulado
cas disponibles sobre la producción y desde el punto de vista del comercio
exportación de plata. Demuestra los exterior, es cierto que después de las
errores que han viciado numerosos es- reformas borbónicas su poder dismi-
tudios viejos, así como los más re- nuyó muy considerablemente, pero si
cientes (por ejemplo, el de Garner) so- se parte de que sus actuaciones se di-
bre el tema e incita a una investiga- rigían como finalidad esencial al con-
ción más profunda sobre un tema cru- trol de la circulación de la plata...
cial. esta apreciación cambia radicalmente.»
Seguidamente, nos adentramos en A través de un uso mucho más exten-
una descripción detallada de los me- sivo de las libranzas comerciales y de
canismos del crédito en el último ter- la diversificación de sus inversiones.

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RECENSIONES

los grandes comerciantes del Consula- Queda, por último, un comentario


do conservaron su enorme poderío de tipo técnico-editorial. Es sabido
económico, que les situaba como la que el manuscrito fue terminado a fi-
élite mercantil más próspera de todos nales de 1982, pero, por causas desco-
los virreinatos americanos. nocidas, se vio obligado a reposar cin-
En resumidas cuentas, Plata y li- co años en el departamento de publica-
branzas trasciende el marco exclusivo ciones correspondiente. Es una lástima
del comercio exterior para adentrarnos que trabajos tan originales como éste
en una problemática mucho más com- —que seguramente despertarán un in-
pleja que abarca asimismo el comercio terés no sólo en México, sino entre la
interior del virreinato y los mecanis- comunidad internacional de especia-
mos de crédito utilizados por el gre- listas en historia económica— no ten-
mio de los comerciantes para ejercer gan oportunidad de acceder a una im-
un control estratégico sobre la econo- presión más expedita. Pero, en fin,
mía virreinal. Y es precisamente por el libro de Pérez Herrero ya está pu-
su penetrante contribución analítica blicado, con una bella portada, un
que me parece que desde la publica- mínimo de erratas y un fluido estilo
ción del estudio de Sempat Asaadou- que nos adentra en un tema difícil
rian, El sistema de la economía colo- pero apasionante.
nial, esta nueva obra de Pérez Herre-
ro es la más importante publicada en Carlos MARICHAL
México en el último decenio sobre la Colegio de México
economía novohispana.

Ramón LANZA GARCÍA; Población y familia campesina en el Antiguo Régimen.


Liébana, siglos XVI-XIX, Santander, Servicio de Publicaciones de la
Universidad de Santander, 1988, 206 pp.

La cornisa cantábrica viene siendo, amplio mosaico de realidades socio-


desde hace ya algo más de una década, económicas que se extiende entre el
un espacio privilegiado en el estudio Golfo de Vizcaya y las costas gallegas
de las sociedades del Antiguo Régi- del Atlántico. Es en este singular con-
men. Primero en Galicia y el País texto historiográfico en el que hay que
Vasco; después en Asturias; y ahora situar el trabajo de Ramón Lanza
en Cantabria, se han ido sucediendo García.
una larga serie de excelentes mono- Buscando un espacio común entre
grafías que, poco a poco y de manera demógrafos y economistas, y evitando
progresiva, han ido completando el las simplificaciones hacia las que du-

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RECENSIONES

rante algún tiempo se vio abocada la dente y su papel determinante en la


historiografía regional, el autor ana- estructuración de las sociedades del
liza los comportamientos demográfi- pasado. Bastaría este apartado para
cos y las relaciones socioeconómicas de justificar por sí solo la razón de ser
un modelo de Antiguo Régimen, del libro y para considerarlo por nues-
como es el existente en la Liébana de tra parte como una aportación modé-
los siglos XVI a XIX. Y lo hace desde lica en este sentido.
una sólida base metodológica, formu- De aceptar como muy aproximadas
lando sugerentes hipótesis y contras- las cifras que proporcionan los recuen-
tando los resultados con la experiencia tos de población —cuyas dudas ma-
que deriva del conocimiento de la rea- nifiesta el autor y se encuentran en la
lidad del pasado, elementos a través línea de las ya conocidas para las fuen-
de los cuales consigue el ensamblaje tes macrodemográficas de época pre-
de un modelo de explicación histórica estadística— se obtendría para Liéba-
en el que muy poco, o nada, es lo que na un crecimiento secular ciertamente
se deja al azar. Un modelo de evolu- moderado (del 0,183 por 100 entre
ción sin apenas fisuras, inmerso en la 1501 y 1860), consecuencia del cual
perspectiva de la larga duración, que sería el que la población apenas dupli-
a los límites explicativos de los mo- cara sus efectivos en más de tres si-
delos malthusianos agrega las contra- glos y medio. Balance, pues, desola-
dicciones generadas por el crecimien- dor, en el que a un siglo xvi caracte-
to demográfico y económico y que rizado por un rápido crecimiento, se-
deliberadamente se aleja de las estruc- guiría algo más de una centuria cuyo
turas rígidas, inmóviles, a las que se saldo final resulta prácticamente irre-
prestan ciertos estudios de esta natu- levante, un siglo de la Ilustración que
raleza, en aras muchas veces de una nada nuevo aporta al crecimiento len-
pretendida interdisciplinaridad a la to y moderado que ya conocemos para
que se sacrifica precisamente lo fun- otras zonas de la Península, y un si-
damental de la realidad histórica: su glo XIX de crecimiento rápido que, de
carácter cambiante y generador de alguna manera, contrarresta los resul-
probabilidad. tados negativos del período. En este
aspecto, como en tantas otras cosas,
El libro consta de cuatro capítulos,
difícilmente Liébana iba a conseguir
tres de los cuales se dedican por en-
sustraerse a las pautas de comporta-
tero al análisis de la población y pre-
miento de los regímenes demográficos
paran el camino del cuarto capítulo,
antiguos.
referido a la familia lebaniega, que es,
en nuestra opinión, la parte central y Como artífices de esta evolución,
más novedosa del trabajo, por cuanto aparte de los factores demográficos
no siempre se ha dedicado a la familia —de cuyo estudio se ocupa en los ca-
toda la atención que merece, pese a pítulos segundo y tercero y a los que
dar por sentado su carácter trascen- después nos referiremos—, considera

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RECENSIONES

los económicos. Incide particularmen- eliminar elementos que hicieran me-


te en las consecuencias derivadas de nos fluida su exposición.
una ampliación de la superficie de Se estudian a continuación los fac-
cultivo y del aprovechamiento más tores demográficos propiamente di-
efectivo de los recursos comunales en chos, en especial la mortalidad ordi-
ciertos períodos, pero advierte de los naria, la nupcialidad, como paso pre-
límites y contradicciones que, más tar- vio para explicar después el compor-
de o más temprano, encontrará el cre- tamiento de la fecundidad, y los mo-
cimiento que dichos factores están vimientos migratorios. Dado que la
contribuyendo a desencadenar. Y es esperanza de vida del hombre lebanie-
en esta parte del trabajo donde con go ha de esperar hasta bastante avan-
más rotundidad se manifiesta una im- zado el siglo XX para rebasar la fatídi-
presión que está presente en muchas ca media de los treinta y cinco años,
de sus páginas: la de tratarse de una resulta interesante, en principio, cons-
primicia, del adelanto de un estudio tatar el descenso lineal y sin interrup-
en profundidad de la sociedad cánta- ciones de la mortalidad de párvulos,
bra del que únicamente se descubren por las implicaciones que para el desa-
contados matices. En todo momento rrollo demográfico pudiera tener. Se-
el autor conoce con lujo de detalles, gún el autor, dicha reducción se ha-
y así lo muestra, cuanto ocurre a lo bría iniciado en los años finales del
largo de los siglos xvi a xix. Nada es- siglo XVII, continuado durante el xviii
capa a la atenta mirada de privilegia- e interrumpido en la primera mitad
do observador en la que R. Lanza del XIX. Sin embargo, y pese a esta
García parece encontrarse. En ocasio- primera impresión optimista, el ciclo
nes, se apuntan temas como los con- demográfico antiguo vuelve a mostrar
cernientes a las formas de aprovecha- su carácter implacable y se nos ad-
miento del terrazgo o al comporta- vierte que el descenso de dicha mor-
miento de los mecanismos de apropia- talidad no fue consecuencia de posi-
ción del siempre limitado excedente bles mejoras en el nivel de vida o en
productivo que, siendo fundamentales el grado de atención sanitaria, sino
en el organigrama de las relaciones de que se encontraba «en función de un
paralelo declive de los índices de fe-
producción, no encuentran —o si lo
cundidad». Por este motivo habrá que
hacen es con gran comedimiento—
tener muy presente la sugerencia que
una verificación empírica acorde con
en su día realizara M. Livi Bacci acer-
su importancia. Lo cual no quiere de-
ca de la estabilidad alcanzada en la
cir, ni mucho menos, que discutamos
fecundidad por la población española
las conclusiones a las que se llega,
entre las décadas finales de los si-
porque, probablemente, a ese carácter
glos xviii y XIX, si bien, y como el
de primicia al que antes aludíamos,
demógrafo italiano ya advirtiera, tan
haya que añadir el deseo del autor de

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RECENSIOXXS

interesante hipótesis haya que utilizar- torios que conoció Liébana de los si-
la con prudencia. glos XVI a XIX revisten especial inte-
En este sentido, conviene destacar rés los de carácter temporal y definiti-
la progresiva implantación en Liébana vo sobre los estacionales, por cuanto
de un matrimonio tardío, fruto en los primeros alterarían sustancialmen-
ocasiones de causas relacionadas con te ciertos aspectos de las estructuras
los mecanismos vigentes en materia demográficas, mientras que éstos sólo
hereditaria. Por término general, la modificarían aspectos parciales relacio-
mujer lebaniega contraía las primeras nados con los ritmos de los comporta-
nupcias, en el último cuarto del si- mientos biológicos.
glo XVII, en torno a los veintitrés Con la emigración, como con tan-
años y medio, y entre los veinticuatro tos otros aspectos de las sociedades
y los veinticinco durante la primera del pasado, se produce una terrible
mitad del xviii, límites éstos que se- paradoja, pues, si bien es cierto que
rán superados en el xix. Si a ello uni- en ocasiones se utiliza como medio de
mos la posibilidad de ruptura del ma- conseguir una relativa estabilidad en
trimonio por fallecirneinto de uno de la explotación campesina, también lo
los cónyuges —independientemente es el hecho de que se convierte en
de la rapidez con la que se reconstru- uno de los mecanismos de autoperpe-
yeran las familias incompletas—, lo tuación de un sistema que, más tarde
extendido del celibato —cuyos por- o más temprano, volverá a descargar
centajes se aproximan a los de otras sus tensiones valiéndose de ella. Por
comarcase de la cornisa cántabra—, las esta razón, como acertadamente se en-
frecuentes crisis de mortalidad y los carga de destacar R. Lanza García, la
movimientos migratorios, difícilmente emigración no pasa por ser «un fenó-
podrá llegar a cuestionarse la debili- meno de características permanentes
dad del saldo vegetativo que se ori- ni de intensidad uniforme», puesto
gina en tan extenso período. que el sistema, en función de sus ex-
La emigración constituía, junto con cesos, es el que marca sus propias
las manifestaciones sociales margina- pautas evolutivas.
das, una cómoda válvula de escape El tercer capítulo del libro se de-
para las tensiones que albergaban en dica al estudio de las crisis de morta-
su seno las sociedades antiguorregi- lidad que se sucedieron en Liébana
mentales; de ahí que durante mucho entre 1596 y 1855. Valiéndose del
tiempo fuera la casi exclusiva esperan- método que proponen L. del Panta y
za de miles de hombres, víctimas re- M. Livi Bacci para establecer y medir
signadas de los desequilibrios provo- los períodos críticos, y del método de
cados por unas estructuras socioeco- M. W. Flinn, al objeto de evaluar sus
nómicas injustas y muy poco sensibles consecuencias demográficas a largo
con los lastres a que daban lugar. En- plazo, descubre cerca de una veintena
tre los diferentes movimientos migra- de momentos críticos, entre los que

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RECENSIONES

considera como muy graves los que estaba por hacer; o, como de forma
tuvieron lugar en 1598-99, 1682-86, más gráfica lo expresara B. Vincent en
1693-94 y 1802-04. Por sus datos se 1981, que el tema de la familia se
comprueba una evolución muy simi- hallaba «aún en mantillas». Hoy a
lar a la ya detectada por V. Pérez Mo- nadie sorprende la afirmación de que,
reda en otras zonas del interior penin- pese a la complejidad que su estudio
sular: desde la terrible epidemia pestí- encierra, la parte del camino ya reco-
fera que se abate sobre la población al rrida resulta considerable. Reciente-
finalizar la centuria del Quinientos, mente F. Chacón y J. Martínez (1988)
hasta los ataques coléricos del xix, sin argumentaban que «uno de los obje-
olvidar las crisis epidémicas y de sub- tivos básicos para el historiador de la
sistencias que en el xvii truncaron familia es establecer qué mecanismos
una etapa de expansión, y sin olvidar permiten, en el caso de que ello ocu-
tampoco el significativo retroceso de rra, la reproducción social del sistema
la mortalidad catastrófica que se ori- y las alteraciones, modificaciones o
ginó durante el siglo xviii. cambios que en el mismo se operan
Crisis demográficas cuyos efectos con el paso del tiempo». Permítase-
devastadores, en especial los provoca- nos tan extensa cita como exposición
dos por la escasez de subsistencias, de intenciones y compendio del análi-
muy difícilmente podrían aminorarse sis que R. Lanza García aborda en el
cuando, en palabras del propio autor, cuarto capítulo de su libro, tomando
«era el sistema social, más concreta- como punto de partida el estudio de
mente el modo de apropiación y dis- la familia lebaniega en sí, de las for-
tribución del excedente agrario, lo que mas estructurales del hogar, su com-
determinaba más a menudo la grave- posición, las relaciones entre los
dad y las consecuencias de una mala miembros, o las condiciones que de-
cosecha». La situación se agravaba en terminaban los mecanismos de repro-
Liébana por su tradicional déficit ce- ducción de la unidad familiar. Un mo-
realero y su dependencia de los mer- delo, en definitiva, en el que, tras la
cados castellanos —lo que hará que a necesaria contextualización histórica,
partir de 1750-60 se sustituyan pro- son susceptibles de interrelacionarse
gresivamente los cereales pobres por las aportaciones provenientes de la an-
el trigo y que, más tarde, se implante tropología, la sociología y la demogra-
el maíz como segundo cereal panifica- fía histórica.
ble—, así como por la tardía difusión La familia lebaniega del Antiguo
de otros cultivos, como la patata, en Régimen la integraban, por lo general,
relación con otras zonas de la España cuatro miembros a mediados del si-
húmeda. glo xviii, cifra que en 1822 se situa-
A los historiadores de la familia ba en 4,32 y que en 1860 llegaba ya
gustaba repetir, hasta no hace mucho, a 4,55, si bien se daban contrastes so-
que la historia de la familia en España ciales que elevaban esta media en el

499
RECENSIONES

caso de las familias acomodadas. Aun- mas de consolidar y prestigiar sus ca-
que no parece existiera una sola for- sas y sus linajes. Esta especie de se-
ma dominante de estructura familiar, lección hará que la mejora (de quinto
coinciden los historiadores de la fami- y tercio en favor de un solo heredero)
lia en la apreciación de que la familia se convierta, con el paso del tiempo,
nuclear constituía el tipo de hogar por en el sistema hereditario dominante
excelencia. Esta también es la conclu- frente a las formas igualitarias de re-
sión que se desprende del trabajo que parto, las cuales no generaban a largo
ahora nos ocupa: hacia mediados del plazo sino un grado mayor de empo-
siglo XVIII, el 65,15 por 100 de las brecimiento en el que apenas si se
familias de Liébana se ajustaba a este repartía miseria.
modelo; el 16,26 por 100 correspon- Como colofón de este novedoso ca-
día a las consideradas como familias pítulo podría plantearse una interro-
sin estructura (huérfanos, solteros, gante que, a través de sus páginas, se
viudas, etc.); el 5,81 por 100 eran va perfilando y para la cual los estu-
familias extensas y el 12,78 por 100 dios que se han ocupado de la familia
restante familias múltiples, resultado no siempre consiguen una respuesta
ambas de la adscripción al núcleo fa- satisfactoria. Se refiere al modo en
miliar de uno o varios parientes, o de que consiguieron mantenerse estas es-
la unión de varios núcleos. tructuras cuando, dadas sus imperfec-
El sistema hereditario y la dote con- ciones y sus continuadas aunque limi-
formaban, posiblemente, las piezas tadas adaptaciones, lo más lógico es
claves para la reproducción del siste- que estuvieran condenadas a desapa-
ma, máxime si se considera que en recer en un período de tiempo menos
la herencia no sólo se incluían bienes dilatado del que lo hicieron. Muchas
raíces y enseres domésticos, sino tam- de estas claves, sin duda, se encuen-
bién formas de explotación de la tie- tran resueltas en el libro de R. Lanza
rra que, como los foros o las enfiteu- García, pero todavía permanecen otras
sis, se encontraban profundamente cuyos vericuetos comienzan a desbro-
arraigadas en las estructuras económi- zarse y que se refieren, entre otros, a
cas cántabras. Tanto uno como otro los comportamientos mentales de la
sistema van a estar fuertemente con- unidad familiar.
dicionados por la capacidad económi- Un trabajo, en suma, modélico en
ca de la unidad familiar, de tal mane- su estructura, mesurado en sus con-
ra que mientras el campesino parcela- clusiones y sugerente en los temas que
rio tenderá a conservar su pequeña aborda. Únicamente, y como elemen-
propiedad y a garantizar su subsisten- tos complementarios, tal vez hubiera
cia —llegando hasta los límites que convenido introducir en él una des-
permite una explotación mínimamente cripción, siquiera somera, del marco
racional—, para las familias acomoda- geofísico en el que se inscribe, así
das herencia y dote significaban for- como algunas explicaciones acerca del

500
RECENSIONES

grado de representatividad atribuible a R. Lanza García, pero que no modi-


ciertas cifras, sobre todo cuando par- fican, en modo alguno, el balance tan
tiendo de ellas se llega a conclusiones positivo que nos merece.
de tipo general. Se trata, en todo caso,
de detalles que contribuyen de alguna Miguel Ángel MELÓN JIMÉNEZ
forma a la perfección del trabajo de Universidad de Extremadura

Fernando CORTÉS CORTÉS; Esclavos en la Extremadura meridional en el


siglo XVII, Badajoz, Publicaciones de la Excma. Diputación de Badajoz,
1988, 162 pp.

El estudio de los marginados en la te asunción de unos riesgos, bien co-


sociedad española de los tiempos mo- nocidos por el autor, al adentrarse en
dernos ha experimentado en los últi- un tema, un territorio y un tiempo
mos años sustanciales avances, aunque donde todo, o casi todo, estaba por
no todas las minorías han sido objeto hacer.
de atención similar, como la esclava, Fernando Cortés ha estructurado
sometida también a una larga margi- su trabajo en dos grandes bloques
nación historiográfica. Cierto que los complementarios: por una parte la
estudios sobre la esclavitud peninsu- figura del esclavo y, por otra, el co-
lar, desde la publicación del trabajo mercio esclavista, precedidas ambas de
precursor de Domínguez Ortiz hace una amplia introducción en la que de-
ya más de treinta y cinco años, han limita el marco espacial —la Extrema-
proliferado, pero circunscritos territo- dura meridional— y temporal —el si-
rialmente a las zonas de mayor tradi- glo XVII— de su estudio, que hubiera
ción esclavista —Andalucía y Valen- sido deseable ampliar al siglo xvi, pe-
cia, sobre todo— y, cronológicamente, ríodo al que se hacen continuas refe-
en su mayor parte, a finales de la rencias y en el que presumiblemente
Edad Media y comienzos de la Moder- la presencia de esclavos fue más im-
na. El resto de la Península, y Extre- portante. Es un acierto, a nuestro en-
madura en particular, constituía un tender, centrar el estudio en la Baja
terreno virgen para el que sólo contá- Extremadura, donde el contacto con
bamos con algunas informaciones mar- Portugal y Andalucía favorecen la di-
ginales, incluidas en trabajos con unos fusión del fenómeno esclavista en ma-
objetivos muy diferentes. Por todo yor grado que al norte de la región,
ello, el libro que ahora nos presenta lo que parece confirmarse por el es-
Fernando Cortés Cortés es tanto un tudio recientemente publicado de San-
síntoma de valentía como la conscien- tiago Aragón y Rocío Sánchez.

501
RECENSIONES

La Extremadura del siglo xvii po- trada en la situación prebélica, bélica


dría definirse, en palabras del autor, y postbélica.
con el término despoblación, tomado Aunque el autor nos advierte en las
sin duda de las numerosas quejas de páginas introductorias que su objetivo
los concejos y particulares extremeños. es modesto, que solamente le han inte-
A nuestro juicio, este término habría resado los aconteceres diarios, las pe-
que sustituirlo por la expresión más queñas realidades del esclavo, a medi-
correcta de regresión demográfica que, da que nos adentramos en la lectura
por otra parte, no sería tan intensa de las páginas sucesivas ese propósito
como nos hacen creer las cifras que tan limitado se desborda ampliamen-
presenta, insuficientes para caracteri- te, quizá por el afán de recoger todos
zar un territorio tan extenso y varia- los aspectos que la rica y abundante
do en sus comportamientos como el documentación consultada ofrece so-
extremeño. A la luz de investigaciones bre un tema hasta ahora virgen.
que estamos llevando a cabo creemos, Los esclavos vendidos en la Extre-
además, que existen notables diferen- madura meridional en el siglo xvii son
cias entre una Extremadura septen- mayoritariamente negros que proce-
trional, más acorde con el modelo cas- den del África no musulmana —vía
tellano y la meridional, en la que se Portugal o Andalucía—; cuando se
centra este trabajo, más cercana en venden son jóvenes, oscilando su edad
tantos aspectos, y también en el demo- media en torno a los veintidós años.
gráfico, al mundo andaluz. Se prefieren las hembras a los varo-
nes, probablemente por la posibilidad
Otro tema al que se presta gran de procreación de nuevos esclavos por
atención es el de la guerra castellano- la vía de la ilegitimidad, dado que,
portuguesa de mediados de siglo, con- como ha constatado Fernando Cortés
siderada como un elemento determi- para la ciudad de Badajoz, a lo largo
nante del acontecer regional, hasta el de toda la centuria, sólo en el 0,3
punto de periodizar el siglo en fun- por 100 de los matrimonios celebra-
ción de este acontecimiento. Induda- dos alguno de los cónyuges es esclavo.
blemente la guerra fue importante, no El papel desempeñado por los es-
sólo por ser Extremadura tierra fron- clavos en las economías domésticas,
teriza, sino porque los portugueses, en su trabajo, es otro apartado de interés
virtud del Tratado de Alca^ovas, mo- que nos lleva a plantear la pregunta
nopolizaban el tráfico de esclavos ne- de qué era lo que impulsaba a los
gros —más del 50 por 100— proce- hombres del xvii a adquirirlos. Para
dentes de Guinea; sin embargo, es ne- el autor, los esclavos son un objeto de
cesario introducir en determinados lujo que realza la posición social de
momentos del trabajo otras explica- sus propietarios, que también se apro-
ciones que enriquezcan las limitacio- vechaban laboralmente, como parece
nes de una visión excesivamente cen- indicarnos el hecho de que sean com-

502
RECENSIONES

prados cuando están en edad de traba- porcentaje que representan sobre el


jar y ahorrados a una edad madura, total, sólo haya sido utilizado en aque-
cuando pueden prestar escasos servi- llas poblaciones de mayor tamaño en
cios. Sin embargo, no contamos para las que las cifras de natalidad ilegíti-
la Extremadura meridional con testi- ma —no podemos olvidar que la prác-
monios directos que nos señalen su tica totalidad de los esclavos bautiza-
participación en trabajos agrícolas o dos son hijos de esclavas nacidos de
artesanales. Por algunas informacio- uniones no legítimas— son altas, lo
nes indirectas podemos deducir que que no sucede en los núcleos rurales
eran empleados, sobre todo, en activi- más pequeños.
dades relacionadas con el servicio do- La caracterización de los esclavos y
méstico, como el que los compradores su inserción en la sociedad extremeña
pertenezcan en más del 90 por 100 se completan con un amplio capítulo
al sector servicios o que los libertos, dedicado a su comercio, incluyendo
por carecer de una profesión, se de- aspectos como el de su precio y un es-
diquen a trabajar como asalariados del tudio geográfico y socioprofesional de
campo. Pero los esclavos también los individuos que intervienen en el
crean riqueza a sus propietarios cuan- tráfico. El mayor número de compra-
do éstos especulan con ellos, actividad ventas se concentra en Badajoz, no
ésta que reporta sustanciosos benefi- sólo por tratarse de la ciudad más po-
cios económicos. pulosa de la región, sino también por
Determinar el número de esclavos su proximidad a la frontera; funcio-
existente en la Baja Extremadura du- naría como un importante mercado a
rante el siglo XVII es una tarea fran- partir del cual se redistribuirían los
camente difícil, al tratarse de una mi- esclavos hacia otras poblaciones de
noría que, por su condición socio- menor entidad. Prueba de ello es que
jurídica, no es objeto de atención por únicamente un 52 por 100 de los
parte de los escasos y poco fiables re- compradores están avecindados en la
cuentos de población efectuados por propia ciudad.
la Corona. Para el siglo xvi, Manuel En este tráfico, además de constatar
Fernández Alvarez evaluaba los escla- la importancia del autoabastecimiento,
vos peninsulares, sin contar los de se pone de manifiesto la alta partici-
Andalucía, Valencia y la Corte, en pación tanto de mercaderes como de
8.000 individuos; una buena parte de esclavos que proceden o se dirigen ha-
ellos, nos atrevemos a asegurar, a la cia Andalucía y Portugal, lo que viene
vista de los datos aportados por Fer- a confirmar la hipótesis expresada con
nando Cortés, se concentrarían en la anterioridad en torno al funcionamien-
zona meridional de Extremadura, aun to de la Baja Extremadura como mer-
cuando el método de cálculo propues- cado esclavista, en lo que constituye
to, basado en el número de esclavos para nosotros una de las más sugeren-
bautizados en distintos núcleos y el tes aportaciones de este trabajo: la

503
RECENSIONES

ampliación del tradicional marco terri- cumental o cuantitativamente, todas


torial de mayor presencia esclava (el aquellas afirmaciones que van vertién-
triángulo Ayamonte-Sevilla-Cádiz) ha- dose en el texto. Ello desemboca en
cia el norte, al menos hasta Badajoz. ocasiones en un abuso de citas, mu-
El estudio de los precios de venta chas veces repetitivas, que entorpecen
de esclavos viene a confirmar las pre- el ritmo de la narración. Lo mismo su-
ferencias por las hembras, cuya co- cede con algunos cuadros —singular-
tización es casi un 27 por 100 supe- mente con el de los precios medios de
rior a la de los varones. Las posibili- esclavos por grupos de edad—, que
dades de procreación, una mayor su- distan de ser representativos, al traba-
misión y la posible utilización sexual jarse con un número muy limitado de
por parte de los dueños, son las ra- casos.
zones que explican esta diferencia. En Indudablemente todavía quedan
la evolución secular de los precios se muchos aspectos por clarificar: una
aprecia un fuerte incremento entre la cuantificación más exacta de la pobla-
primera y la última etapa en que di- ción esclava, la evaluación y diferen-
vide el período del 100 por 100, que ciación —que parece intuirse, pero no
también podría explicarse, entre otros acaba de concretarse— entre el mun-
factores, por una probable disminu- do urbano y el rural y una mayor in-
ción de la oferta, puesto que el nú- sistencia en el complejo entramado de
mero de esclavos parece descender a relaciones entre esclavos y hombres
medida que finaliza el siglo. libres, por citar sólo algunos, pero no
cabe duda de que el tema de la escla-
Como valoración final, y entrando
vitud en Extremadura ha dado un
en algunos aspectos de tipo formal, es
paso adelante con la publicación de
necesario señalar que el afán de per-
este libro.
feccionismo que inunda toda la pro-
ducción historiográfica de Fernando Alfonso RODRÍGUEZ GRAJERA
Cortés le lleva a querer demostrar, do- Universidad de Extremadura

Rafael DOMÍNGUEZ MARTÍN: Actividades comerciales y transformaciones agra-


rias en Cantabria: 17?0-18?0, Santander, Ediciones Tantín, 1988.

La profesión de economista invita por la magnificencia de la macroeco-


frecuentemente a alejarse de los pro- nomía, uno puede pensar que los
blemas concretos, a imaginar las trans- cambios en economía son cosa de
formaciones económicas como forman- nuestros días todo lo más, de la re-
do parte de un todo continuo. Atraído volución industrial para acá. Nada

?04
RECENSIONES

más lejos de la realidad, y el libro de das a través de la demanda de medios


Rafael Domínguez es buena prueba de transporte terrestre que aquél ge-
de ello. nera. El objetivo secundario, la in-
De una parte, los cambios estruc- dustria rural dispersa, apenas se toca.
turales parecen haber sido una cons- El marco temporal elegido son los
tante en la historia de las sociedades cien años que median entre la aper-
humanas, fruto de su interacción con tura del camino de Reinosa y el inicio
el medio. De otra parte, el crecimien- de las obras del ferrocarril de Alar; y
to económico no está exento de dis- el marco geográfico, los municipios de
continuidades, incluso contradiccio- Cantabria atravesados por el camino
nes, entre los objetivos a corto y largo de Reinosa, o para los que éste cons-
plazo. Además, el cambio afecta de tituye la salida natural.
manera desigual a los distintos gru- La tesis de R. Domínguez parece
pos y colectividades; de ahí la conve- ser que los contemporáneos se equi-
niencia de que los estudios de los vocaron, al optar por la especializa-
problemas económicos sean cada vez ción ganadera del sector agrario, en
más concretos y limitados. En esta función de las expectativas de deman-
línea, precisamente, se mueve el libro da de transporte. Para entonces, me-
que ahora comentamos. diados del XVIII, el sector agrario ha-
La única condición que, en mi opi- bía pasado a desempeñar una función
nión, se requiere es no perder en el subsidiaria del sector comercial.
estudio del microcosmos la perspecti- La conclusión es que hubiera sido
va global; de ahí la necesidad de hacer mejor ensayar otras alternativas (¿cuá-
un esfuerzo mayor, si cabe, por defi- les?), pero que faltó voluntad política
nir la parte en relación con el todo. de hacerlo. La tesis es atractiva, pero
Y es aquí donde radica mi crítica, si hubiera sido necesario especificar la
es que se puede llamar así; porque el importancia relativa de ambos secto-
interés del libro trasciende al colecti- res, tanto en términos de empleo
vo de los historiadores de la econo- como de creación de riqueza; y eso,
mía. Para todos los no iniciados, hu- creo yo, no se hace. Lo que sí queda
biera sido muy conveniente una intro- claro, en todo caso, es el dinamismo
ducción en la que, junto a objeto y de que hace gala el sector agrario;
metodología, precisara el ámbito y su choca con la idea de un sector anqui-
relación con la distribución actual del losado, capaz de frenar el desarrollo
Estado de las autonomías. de los otros sectores.
El libro consta de una introducción, El capítulo primero trata, precisa-
cuatro capítulos y las conclusiones; mente, de la situación del sector agra-
sin embargo, el contenido es más de rio a mediados del siglo xviii. En él
lo que en la introducción se dice. se pasa revista a las condiciones de
El objeto principal son las relaciones vida y a las relaciones de producción
entre comercio y agricultura, analiza- en el área estudiada. A tal fin se divi-

505
RECENSIONES

de ésta en cuatro zonas, caracterizadas echa en falta, quizá, un cuadro-resu-


por niveles crecientes de altitud y ale- men de las cuatro zonas, así como
jamiento, geográfico y económico, de algún indicador de rendimiento. El én-
Santander. La capital se constituye así fasis en los obstáculos a la acumula-
en centro de gravedad de todo el sis- ción de capital contrasta con lo poco
tema y en el núcleo de la primera que se dice del trabajo y la tierra.
zona. Las otras tres corresponden a la Vistos los estorbos en el capítulo
comarca agrícola costera, los valles in- primero, en el segundo se analizan
termedios y la zona de transición cam- los factores de dinamización. La aper-
purriana. tura del camino de Reinosa y algunas
Las formas de explotación varían decisiones administrativas de marcado
con las zonas; en cierta forma, vienen acento político posibilitaron un formi-
impuestas por la altitud y la climatolo- dable aumento del comercio entre el
gía. Sin embargo, por encima de las interior de la Península y el litoral;
diferencias naturales actúan las rela- circunstancias exteriores, en todo caso,
ciones de producción, que unifican a que proporcionaron las transformacio-
todas ellas. Es lo que Rafael Domín- nes del sector agrario y la vocación
guez, siguiendo a los ilustrados con- comercial de la ciudad de Santander.
temporáneos, llama estorbos. Entre Al analizar la estructura del comer-
ellos, un régimen de propiedad que cio, el autor hace gala de una docu-
—propiciando el control directo de la mentación y una capacidad de síntesis
propiedad privada y el control indi- encomiables; en unas cuantas líneas
recto de la comunal— permite la con- pasa revista al comercio de las prin-
centración del poder económico en cipales mercancías: vino, lana, made-
manos de las oligarquías que ya de- ra, hierro, granos, harina, coloniales,
tentan el poder político. El resultado bacalao, sal, tabaco, etc., que expe-
es la sobrexplotación de una mayo- rimentaron una espectacular escalada,
ría de la población, en lo social, y entre mediados del siglo xviii y pri-
la descapitalización de la agricultura, mer tercio del siglo xix; hasta el ex-
en lo económico. Pequeños propieta- tremo de hacer de la carretera de
rios obligados a complementar la ex- Reinosa la más productiva de Espa-
plotación de sus terrazgos con el ña. La evolución de lo recaudado en
arrendamiento de tierras y ganados los portazos así lo demuestra: de
ajenos, siempre al borde de la ruina 57.532 reales, media de los diez pri-
y el endeudamiento. En estas condi- meros años de vida de la carretera, a
ciones resultaba imposible cualquier 2.110.471 en el período 1849-1856.
proceso de acumulación campesina,
Este aumento del tráfico hubo de
que hubiera posibilitado la introduc-
generar, a no dudar, un aumento pro-
ción de mejoras técnicas.
porcional de riqueza; y es legítimo
El análisis es bastante exhaustivo, preguntarse cómo se distribuyó ese
bien estructurado y muy detallado. Se excedente. Rafael Domínguez no lo

506
RECENSIONES

dice, pero nos da algunas pistas que se trata de hacer un cómputo global,
hacen suponer que no fue Cantabria, de la exposición del autor parece de-
precisamente, la región más favoreci- ducirse que el cambio no benefició
da. En principio, porque la mayor par- mucho, o no benefició nada, al sector
te del tráfico (el 87,7 por 100 de las agrario; y menos que nadie a los cam-
importaciones procedentes de las colo- pesinos, que compaginaban las faenas
nias y del extranjero) se enviaba al in- agrícolas con la carromatería.
terior castellano, de donde procedía Sea como fuere, lo cierto es que el
la mayor parte de los géneros expor- aumento del comercio y de la pobla-
tados. En segundo lugar, porque sólo ción urbana que la nueva carretera
en casos contados ese comercio fue ca- propició, provocaron cambios impor-
paz de inducir una industria local. El tantes en la distribución de los culti-
caso de la harina es, probablemente, vos y en la composición de la cabana.
el más significativo; aunque también En una dura pugna por atender la
surgieron algunas industrias del cuero demanda creciente de alimentos de
y del tabaco. Los principales benefi- personas y ganados, se asiste a una
ciarios parecen haber sido «un núme- intensificación de los cultivos y, pa-
ro reducido de comerciantes vascos, ralelamente, a un cambio en su es-
que, perjudicados por las decisiones tructura.
políticas sobre el libre comercio con Por el lado de la ganadería, tam-
América, optaron por trasladarse al bién se asiste a una especialización
puerto que contaba con el apoyo ins- funcional. La especialización comarcal
titucional de la Corona». ¿Qué queda se decide en función de su posición
entonces para el campesino cántabro? en relación con la carretera de Reino-
Poco, salvo un sector desestructurado, sa: cuanto más cerca del corredor, ma-
forzado a un especialización de la que yor es la proporción de bueyes; a me-
no sacaba provecho alguno. dida que nos alejamos, aumenta la de
El capítulo tercero gira en torno a vacas y crías. Pero especialización no
las transformaciones introducidas en implica selección de razas; al contra-
el sector agrario, a raíz de la apertura rio, la especialización funcional del ga-
del camino de Reinosa. El tema le nado vacuno sigue haciéndose sobre
sirve a Rafael Domínguez para hacer razas autóctonas, poco aptas para per-
un nuevo alarde de documentación: seguir objetivos de carne y tiro. Otra
datos, cuadros y referencia a aspec- especie que se ve indirectamente fa-
tos concretos. Los cambios introduci- vorecida por la nueva ruta es el gana-
dos en un sector terminan transmi- do mular, por mor de la demanda que
tiéndose, por un efecto dominó, al llega de Castilla.
resto de los sectores y provocar, in- En resumen, que las transformacio-
cluso, efectos no deseados. Al final, nes introducidas parecen responder a
resulta difícil evaluar la magnitud del motivaciones que poco tienen que ver
cambio, y aunque en ningún momento con el sector agrario en Cantabria. En

307
RECENSIONES

cualquier caso, los graves problemas del común de las grandes propieda-
que aquejan a este sector no encontra- des beneficiaba, sobre todo, a los
rán solución hasta medio siglo des- grandes patrimonios; les permitía
pués. Resulta legítimo preguntarse mantener un número elevado de cabe-
si las transformaciones habidas entre zas de ganado con pocos gastos, gra-
1750 y 1850 no la retrasaron, en rea- cias, entre otras cosas, a la socializa-
lidad. ción de los costes. Cuando, ya en el
El cuarto capítulo se dedica a la siglo XIX, se procedió a la apropiación
consideración de los obstáculos, de privada de las superficies comunales
todo tipo, que se opusieron al desarro- mediante los cerramientos, el cambio
llo del sector agrario: obstáculos na- siguió beneficiando a los propietarios,
turales, culturales, estructurales, socia- que podían controlar su reparto desde
les, etc. Es un tema recurrente sobre los ayuntamientos.
el que ahora vuelve, después de ha- En un intento desesperado de me-
berlo abordado ya en el primer capí- jorar su posición los campesinos em-
tulo. De una parte, las condiciones prendieron una huida hacia adelante.
ambientales, orográficas y climáticas, «Con exiguas y parceladas explotacio-
no favorecían, precisamente, un tipo nes, que sólo podían elevar sus di-
de cultivo, el cerealista, para el que la mensiones a costa de caer en la depen-
cornisa cantábrica está especialmente dencia del arriendo (...) los pequeños
mal dotada. El resultado no podía ser campesinos tenían más necesidad que
otro que unos rendimientos muy ba- nunca de recurrir sistemáticamente a
jos. Para cambiar esas condiciones hu- los ingresos en metálico que propor-
biera que haber aportado una tecnolo- cionaban otras actividades para pagar
gía que el campesinado, endeudado y deudas, rentas y contribuciones y
descapitalizado, no estaba en condi- comprar alimentos.»
ciones de aportar; sólo estaban en La verdad es que la conclusión que
condiciones de hacerlo quienes menos se puede sacar de toda esta exposi-
interesados estaban en que se hiciera, ción muy bien documentada, es más
los grandes propietarios, porque ello bien pesimista: tal como ocurrieron
les hubiera supuesto perder parte de las cosas, el resultado no podía haber
sus privilegios, económicos y de otro sido otro que el que fue, parece darse
tipo. Así las cosas, el problema del a entender. Tal vez un enfoque con-
campesino era la propia superviven- tractual nos hubiera ayudado a salir
cia, y cuantas iniciativas se tomaran de esa telaraña pegajosa. Probable-
no harían sino hundirlo un poco más mente un enfoque en términos de es-
en el pozo de la miseria. El desarrollo tructura social nos hubiera proporcio-
del comercio fomentó la orientación nado las claves del comportamiento de
al mercado de los excedentes agrarios los distintos grupos; pero esto supon-
y con ello el aumento de los precios. dría buscar una explicación socioló-
Al principio, el aprovechamiento gica a una tesis económica.

308
RECENSIONES

De todas formas, hay algunos as- Castilla para dejar la explotación ce-
pectos que recorren el libro sin que realícola a los campos castellanos, para
al final resulten suficientemente ex- los cuales estaban mejor dotados, so-
plicitados. Así, por ejemplo, ¿cuál fue bre todo en Campoo? Un tercer as-
el efecto neto de la demanda de trans- pecto que sin duda debió influir lo
porte sobre la agricultura? La valora- suyo fue la falta de inversión en ca-
ción es ambigua. En el capítulo cuarto pital humano, como revela la contu-
se dice que era una forma de aportar maz persistencia en formas de produc-
recursos monetarios a unas economías ción cuyo principal (o único) aval era
que estaban en precario; sin embargo, su carácter ancestral. Pero en fin, es-
en el capítulo tercero se dice que el tas «deficiencias» no empañan en ab-
campesino se quedaba con la menor soluto el mérito del trabajo de Rafael
parte. Domínguez; entre otras cosas, porque
Otro aspecto que no queda sufi- en cierta manera escapan al análisis
cientemente claro es por qué el cam- económico. En mi opinión, trabajos
pesino insistía en un. tipo de explota- como éste van a determinar la orien-
ción que le reportaba tan poco. ¿No tación de los estudios regionales y
hubiera resultado más rentable espe- locales de historia económica.
cializarse en la cría de ganado de car- Patricio PÉREZ
ne, aprovechando el comercio con Universidad de Cantabria

Ll. FERRER ALÓS: Pagesos, rabassaires i industriáis a la Catalunya central


(Segles XVIII i XIX), Barcelona, Publicacions de l'Abadia de Montserrat,
1987.

El libro de Lloren^ Ferrer es, sobre En este contexto la zona escogida


todo, una excelente investigación del ha sido una comarca situada en la con-
tránsito del feudalismo al capitalismo fluencia de los ríos Llobregat y Car-
en el marco social del Antiguo Régi- dener, en la parte central de Cataluña,
men, que tiene, además, la virtud de el Bages, la cual fue, precisamente,
mostrar las amplias posibilidales que importante durante el siglo xviii y la
ofrece la práctica de la historia local primera mitad del xix, por el signifi-
cuando ésta se preocupa de analizar cativo avance que experimentó en ella
cómo se relacionan e influyen entre sí la especialización vitícola y la activi-
las diferentes variables que intervie- dad industrial.
nen en un proceso histórico concreto, Enmarcada así, temática y geográ-
y de acercarnos así a aquellas expe- ficamente, la investigación, la tesis
riencias cotidianas «que es donde se que sostiene Ll. Ferrer para explicar
elaboran y se concretan las alternati- la difusión de aquellos procesos de
vas de continuidad y cambio». especialización y la simultánea expan-

509
RECENSIONES

sión del capitalismo en el ámbito so- sistencia, y forzadas al pago de rentas,


cial y económico se articula en tres impuestos y deudas, habrían sido abo-
ejes fundamentales. Primero, en la cadas al monocultivo vitícola a través
progresiva debilidad económica y so- de los contratos de rabassa morta, y en
cial de la nobleza, poseedora única- este proceso habría quedado más re-
mente de un dominio directo sobre forzada aún su debilidad económica
la tierra con rentas decrecientes. Se- y social, al no controlar los procesos
gundo, en la expansión y consolida- de elaboración y comercialización del
ción de una nueva clase, la burguesía, vino, teniendo que vender los produc-
a partir de los poseedores del dominio tos de su trabajo a los mismos propie-
útil en el sector agrario, de los co- tarios de la tierra, o a los comercian-
merciantes - productores tradicionales tes, en los peores momentos del mer-
del curtido, la lana y la seda y de los cado, y tener que adquirir las subsis-
sectores bien situados en la red de tencias en los momentos de precios
distribución de los excedentes agrí- mal altos. Para intentar superar esta
colas (comerciantes, arrendadores de situación, por último, las unidades de
derechos señoriales...). Y, tercero, en producción campesinas acabarán ven-
la simultánea expansión de una am- diendo parte de su capacidad de tra-
plia clase de campesinos pobres, los bajo, y así, mientras «los hombres tra-
rabassaires principalmente, a partir de bajaran los viñedos», «las mujeres y
un complejo proceso diferenciador en los niños se dedicarán a las activida-
el seno del campesinado y sobre la des textiles», en la industria a domi-
base de segundas cesiones del dominio cilio primero y en las fábricas des-
útil de las tierras de cultivo. pués, posibilitando, al fin, la expan-
Para Ll. Ferrer, a consecuencia de sión de la industria algodonera de la
esta intensa diferenciación social, la comarca en el siglo xix.
relación de explotación dominante A partir de estos resultados puede
entre señores y campesinos habría ido destacarse con Emili Giralt, el prolo-
deteriorándose en beneficio de una guista del texto, una de las aportacio-
nueva relación de explotación entre nes más interesantes de Ferrer Alós.
campesinos acomodados y niasovers y Y es que si bien la economía catalana
rabassaires, conformándose a partir de se desarrolló sobre la base de la inten-
aquí un modelo de tránsito al capita- sificación del trabajo en la dirección
lismo, sin proletarización ni cambio marcada por la penetración y difusión
técnico relevante, y que se tasaría en de las relaciones capitalistas, esto no
la autoexplotación de unas familias sucedió en el sentido generalmente
campesinas obligadas a maximizar su difundido por la nueva clase burguesa
fuerza de trabajo en unas condiciones ascendente, según la cual todo se re-
de reproducción muy precarias. Estas duciría a la existencia de unos espíri-
unidades de explotación agrícola con tus particularmente laboriosos que
tierra insuficiente para lograr la sub- aprovecharían de forma creativa las

510
RECENSIONES

posibilidades proporcionadas por unas sino de que el mantenimiento de los


relaciones contractuales que permitían mecanismos sobre los que se basaba la
aunar los intereses del capital y el distribución de los excedentes agrarios
trabajo, sino que ello tuvo lugar, pro- podía llegar a generar un techo eco-
bablemente, en un marco de creciente nómico y social al crecimiento y con-
desigualdad interior y en el que si solidación de las nuevas clases as-
alguien triunfó «lo hizo a costa del cendentes. Además, aunque éstas pro-
trabajo de los otros, lo cual se olvida gresaran claramente durante el si-
a menudo». glo xviii, ello no parece que sucedie-
Pero la investigación de Ll. Ferrer ra en perjuicio de la clase señorial, la
no sólo es destacable por las interpre- cual se habría aprovechado también
taciones que propone del proceso his- de la coyuntura expansiva de la pro-
tórico que considera, sino también por ducción gracias a la pervivencia, por
las preguntas que sugiere y los cami- ejemplo, de los tributos proporciona-
nos que abre para estudios posterio- les al montante de las cosechas. Por
res, lo cual, en sí mismo, justifica adi- último, pero no menos importante,
cionalmente la investigación realizada. las resistencias a aceptar estos pagos
Veamos algunas de estas cuestiones. por parte del campesinado, y las que-
Las observaciones y explicaciones jas de sus perceptores por la reduc-
que se proponen sobre la debilidad del ción de sus ingresos a comienzos del
régimen feudal, por ejemplo, contras- siglo XIX, también parecen cuestionar
tan ampliamente con los resultados al- la pertienencia del concepto de debili-
canzados por otras investigaciones re- dad que se aplica a las relaciones so-
lativas también a la sociedad y la eco- ciales feudales del siglo xviii.
nomía catalanas del Antiguo Régimen. También merecerían un estudio más
Según estos trabajos, la pervivencia detallado las diversas variables de tipo
durante el siglo xviii de cargas im- económico que desde el lado de la
portantes como los diezmos y laude- demanda impulsaron los procesos de
mios, de cabreos y de todo un orden especialización que detecta Ll. Ferrer.
sociopolítico claramente favorable a En relación a la creciente especializa-
los intereses de los señores, ilustraría ción vitícola durante el período que
la existencia de una realidad suma- se considera, por ejemplo, el autor
mente compleja que no cerraba el ca- destaca que la producción de la zona
mino al ascenso de las nuevas clases se canalizaba principalmente hacia las
burguesas, pero de la que no debería comarcas septentrionales y occidenta-
excluirse la actividad de la propia les de Catalunya, a cambio de cerea-
clase señorial. No se trata sólo de que les y legumbres, y que solamente se
la pervivencia de los tributos señoria- transformaban en aguardiente peque-
les mencionados podía llegar a ser una ñas cantidades que eran exportadas
pesada carga para el campesinado, se- hacia los mercados americanos. Para
gún fuera su capacidad económica. Ll. Ferrer, por tanto, la especializa-

511
RECENSIONES

ción vitícola debería relacionarse, so- de negar, lógicamente, la ampliación


bre todo, con la expansión del merca- del mercado interior catalán durante
do interior, pero las evidencias que da el siglo XVIII, sino de plantear, al me-
en esta dirección no son, en absoluto, nos a nivel de hipótesis, que esta am-
definitivas. Las observaciones que pliación pudo producirse sobre todo a
transcribe de contemporáneos de la consecuencia de la expansión demo-
época, por ejemplo, si bien pueden gráfica y del simultáneo proceso de
ilustrar que el vino del Bages era el especialización que afectó al sector
principalmente consumido por aque- agrario mayoritario, pero en un con-
llas zonas importadoras del interior, texto de fuerte polarización interior
no demuestran que éstas fueran tam- de la renta y en el que el consumo
bién sus principales mercados de ven- de productos industriales de la mayo-
tas. Es más, aunque ello podría haber ría de la población no avanzó de for-
sido así en los inicios del proceso de ma sustancial. La precaria situación
especialización, a finales del siglo xvii económica que Ll. Ferrer detecta para
y comienzos del xviii, no parece ava- los rabassaires de la comarca del Ba-
lar la posibilidad de que esta situación ges y la temprana preocupación de los
se mantuviera en momentos posterio- comerciantes-productores catalanes de
res el hecho de que aquellas zonas fue- tejidos para ampliar sus mercados de
ran las menos pobladas de Cataluña, ventas hacia el interior de la Península
y también las menos desarrolladas eco- parecen apuntar en esta dirección, pero
nómicamente, y que el Bages fuera, de nuevo sólo podremos llegar a con-
a la vez, la comarca con mayor exten- clusiones razonables sobre estas cues-
sión de viñedos hacia 1860. Para lle- tiones cuando conozcamos mejor los
gar a una conclusión definitiva sobre pormenores del proceso que acabó lle-
esta cuestión, de todos modos sería vando a la industrialización del país.
preciso conocer mejor cómo evolucio- En resumen, el trabajo realizado
naron los canales de comercialización por Ll. Ferrer es, sin duda, una signi-
del vino y las superficies vitícolas. ficativa contribución al mejor conoci-
miento de la historia económica de
Para acabar, y en relación también
Cataluña, en el que encontramos res-
con los factores propios de la deman-
puestas a muchos interrogantes rela-
da, la investigación de Ferrer Alós
cionados con el desarrollo de las fuer-
aporta elementos que permiten ma-
zas que acabaron transformando la so-
tizar las explicaciones que se han dado
ciedad, abriendo el camino de la in-
a menudo del avance del proceso in-
dustrialización, pero en el que se plan-
dustrializador en Cataluña, cuando
tean también nuevos problemas que
éste no sólo se relaciona con la cre-
deberán ser asumidos en las investiga-
ciente especialización vitícola del país,
ciones futuras.
sino también con la existencia de una
distribución interior de la renta par- Josep PUJOL ANDREU
ticularmente igualitaria. No se trata Universidad Aut. de Barcelona

512
RECENSIONES

Ramón GARRABOU (ed.): La crisis agraria de fines del siglo XIX, Barcelona,
Crítica, 1988.

En los estudios de historia econó- sentadas al Seminario de Gerona en


mica, la palabra crisis posee una cierta 1986, es una clara muestra de la ri-
ambivalencia, ya que con frecuencia queza de los estudios sobre la crisis
no sólo es utilizada para designar un finisecular, y también de la madurez
período depresivo, sino también para alcanzada por nuestra historia agraria.
referirse a una etapa en la que se ges- El libro ofrece dos tipos diferentes
tan importantes cambios estructurales de aportaciones, y cada uno de ellos
en el sistema productivo. Algo de esto justificaría por sí mismo su publica-
es aplicable a la crisis agraria europea ción. Por una parte, encontramos en
de finales del siglo xix, ya que en los él una serie de trabajos sobre las ma-
mismos factores que determinan la nifestaciones y consecuencias de la cri-
caída de los precios y la producción, sis en un buen número de regiones
suelen encontrarse aspectos estimulan- españolas. Sus autores, aun insistiendo
tes de la transformación del sector y en las especificidades de cada caso,
de profundos cambios en las relacio- tratan de insertar éste en el contexto
nes económicas internacionales. de los cambios en la división interna-
Dado el peso que la agricultura te- cional del trabajo y de la dinámica de
nía en la fuerza laboral y la economía la sociedad capitalista española. Por
española, es factible pensar que la otra parte, el libro se completa con
crisis pudo haber provocado en nues- unas sugestivas revisiones críticas de
tro país no sólo serias preocupaciones la crisis en varios países europeos oc-
a los contemporáneos, sino también cidentales (Francia, Italia, Portugal y
efectos decisivos sobre las bases mis- Gran Bretaña), a las que cabe añadir
mas del sistema agrario. Se debe a el estado de la cuestión que, a modo
Ramón Garrabou una buena parte de introductorio, hace Garrabou para Es-
la merecida revalorización del tema. paña.
Después de su conocido artículo de A la agricultura se le ha atribuido
Recerques, aparecen también una se- tradicionalmente un papel de freno
rie de trabajos que abordan la crisis del crecimiento económico español.
misma (T. Carnero, A. M. Bernal, los La idea de una agricultura atrasada,
miembros del Grupo de Estudios de casi estancada a lo largo del siglo xix
Historia Rural, los editores de la His- y primera mitad del siglo xx (con la
toria Agraria de la España Contem- excepción de algunas áreas y produc-
poránea), o aspectos directamente ciones que contaban con el estímulo
relacionados con ella (N. Sánchez- de la demanda exterior), solía predo-
Albornoz, R. Robledo, L. Prados, minar, hasta no hace mucho, en los
J. Simpson...). Ahora, el libro que co- manuales y los artículos de síntesis.
mento, y que recoge las ponencias pre- Diversos estudios regionales han reve-

513
RECENSIONES

lado que el crecimiento agrario del xix ción, sino que también facilita la acu-
no se limitó a un simple crecimiento mulación en los restantes sectores. Que
extensivo, como respuesta al incre- este conjunto de fenómenos se den en
mento de la población y a los cambios la realidad depende ya de una comple-
institucionales. Y, sobre todo, la agri- ja serie de condiciones, entre las que
cultura española anterior a la guerra sobresalen las que se refieren al grado
civil es contemplada con una perspec- de extensión y articulación del merca-
tiva diferente desde que los trabajos do y a la capacidad de los agentes eco-
del GEHR propalaron la existencia nómicos para adaptarse a la nueva si-
de un importante crecimiento de la tuación. En el período abordado, esta-
producción y la productividad agraria mos asistiendo a un proceso de for-
en el primer tercio del siglo actual. mación del mercado, en el doble sen-
Todo hacía presuponer cuál sería tido de tendencia al establecimiento
el siguiente paso: encontrar en la cri- de un precio único y de monetización
sis finisecular el elemento impulsor progresiva de las producciones de ori-
central del cambio tecnológico y eco- gen no capitalista. Los efectos de la
nómico o, al menos, su punto de par- crisis bajo estas circunstancias no son
tida. Tras la lectura del libro se tiene similares, ni económica ni socialmente,
la impresión de que la casi totalidad a los que se dan en economías que
de los autores conceden a la crisis, gozan ya de un mercado amplio e in-
explícita o implícitamente, un notable tegrado.
protagonismo en el proceso de trans- Los mismos estudios sobre la crisis
formación de la agricultura española. muestran que, en líneas generales, sus
Esta posición, ampliamente comparti- efectos sobre los precios y la produc-
da, contribuye a dar coherencia a un ción fueron moderados, si exceptua-
libro colectivo que trata diferentes mos el período entte mediados de la
realidades espaciales, pero posiblemen- década de 1880 y mediados de la dé-
te lleva a magnificar los efectos pro- cada de 1890, y algunos cultivos con
ducidos por la crisis en sí misma. graves problemas adicionales, como es
En teofía, un incremento de la el caso de la vid y, en cierta medida,
oferta de productos agrarios, motiva- del olivar. Los cambios estructurales
do por una modificación de las condi- que podrían derivarse de esta fase de
ciones del comercio exterior, debe con- dificultades todavía tardan en hacerse
ducir a un cambio en los precios rela- visibles con nitidez. Un indicador bas-
tivos, una caída de los ingresos agra- tante expresivo, el volumen de pobla-
rios y un trasvase de recursos huma- ción activa masculina en la agricultu-
nos y de capital a otros sectores eco- ra, muestra que las mejoras tecnológi-
nómicos. El desarrollo tecnológico cas que implican sustitución de trabajo
puede ser una respuesta de la agricul- por capital deben ser muy limitadas,
tura a estas dificultades, respuesta que por lo menos hasta la década de 1910.
no sólo favorece su propia moderniza- Parece cuestionable, por consi-

514
RECENSIONES

guíente, atribuir a la crisis europea la apreciable influencia sobre la conflic-


gestación del conjunto de innovaciones tividad social. Pero si puede ser dudo-
ocurridas en la agricultura española so establecer una relación causal di-
en los años finales del siglo pasado y recta entre la crisis y las principales
las primeras décadas del actual. De- innovaciones agrarias, también resul-
bemos, al menos, contemplar la posi- taría excesivo atribuirle la responsa-
bilidad de que la presencia de elemen- bilidad fundamental en el progresivo
tos innovadores en la agricultura espa- y dramático deterioro del clima civil
ñola se deba también a tendencias en determinadas áreas del mundo
existentes en el seno del desarrollo ca- rural.
pitalista español, de origen complejo, Una estimación más depurada de
si bien articuladas en torno a la ex- las principales magnitudes relacionadas
pansión del mercado, y sobre las que con la producción agraria nos ayuda-
la crisis finisecular desempeñaría un ría a precisar las consecuencias reales
papel de catalizador más que de crea- de la crisis. Un análisis pormenoriza-
^ dor de las condiciones para su apari- do de los cambios en la composición
ción y desarrollo. Estas tendencias de la población activa, una mayor pre-
acabarían imponiéndose parcialmente, cisión en el estudio de las alteracio-
pese a que la política proteccionista, nes de los precios relativos y una
que parece haber tenido éxito en con- concreción de los efectos de la crisis
tener los efectos económicos de la cri- sobre los ingresos de las familias cam-
sis, podía representar una invitación pesinas y de los jornaleros, los benefi-
al inmovilismo. cios y las rentas, supondrían una ayu-
En los estudios recientes, la agricul- da considerable. Sería deseable, ade-
tura tiende a abandonar el papel de más, que esta profundización del es-
«sector culpable» del atraso económi- tudio se realizara en el marco de un
co español y a reconocérsele que cum- modelo explícito (no necesariamente
plió parcialmente las funciones que se econométrico) donde se fijaran las in-
esperan de ella en las primeras fases terrelaciones entre la agricultura y los
del proceso industrializador. Esta restantes sectores económicos. Por-
«reivindicación» del sector, y la ten- que, como nos recuerda el editor, una
dencia a una comprensión más globa- evaluación de la crisis no puede limi-
lizadora de las causas del atraso, no tarse a la observación del sector. Ni
debe llevarnos a olvidar que la «cues- tan siquiera a la apreciación de sus
tión agraria» constituyó uno de los consecuencias económicas. Los intere-
problemas más graves de nuestra his- ses agrarios desempeñaron un impor-
toria contemporánea. La crisis finise- tante papel en la adopción de un mo-
cular, en la medida que afectó al nivel delo de crecimiento económico, que
de ocupación y a los ingresos de los se ha dado en denominar «vía nacio-
productores y que estimuló cambios nalista del capitalismo español». Una
en la propiedad de la tierra, tuvo una valoración de éste no puede limitarse

515
RECENSIONES

a la discusión de los logros económi- nario. El de 1986, en Gerona, ha de-


cos. La consideración del coste social jado ya como fruto una valiosa publi-
y político que acompañó el crecimien- cación.
to agrario es algo que no está ausente
en el libro comentado, pero que tien- Fausto Dopicü
de a situarse en un segundo plano. GUTIÉRREZ DEL ARROYO
Posiblemente porque su tratamiento Universidad
en profundidad requeriría otro Semi- de Santiago de Compostela

Actas del II Congreso sobre Archivos Económicos de Entidades Privadas:


Fuentes para la historia de la Banca y del Comercio en España, 26-27 de
junio de 1986, Madrid, Archivo Histórico del Banco de España, Banco
de España, 1988, 245 pp.

Cuando el historiador económico chas o listados de proveedores y com-


estudia un aspecto de la sociedad pradores, los balances desaparecen al
calcula la cantidad de información con poco tiempo, así que sólo quedan al
la que presumiblemente va a contar. final algunas memorias y los catálogos
Si hoy en día son escasas las estadís- de piezas o bienes producidos.
ticas sobre ese tema, sospechará que Ante tanta «Biblioteca de Alejan-
aún más raras serán para períodos an- dría» quemada siempre surgen inicia-
teriores. Cualquier reconstrucción de tivas como los congresos del Archivo
una serie de datos con la que poder Histórico del Banco de España para
trabajar dependerá del estado de con- frenar el proceso. En la publicación
servación y ordenación de los archi- de las Actas del Segundo Congreso se
vos. Los primeros intentos irán enca- recogen dieciocho ponencias, en las
minados a'buscar los fondos documen- cuales predominan las expuestas por
tales idóneos para sacar a la luz la historiadores económicos frente a las
realidad de una empresa, actividad o presentadas por archiveros. La publi-
país. Antes de revisar el material sur- cación sirve a los que quieren saber
ge el inevitable temor al espurgo. qué información contienen algunos de
Quién y con qué criterio decidió dar los principales archivos económicos del
por liquidada la información de un país. A la vez señala a los documenta-
determinado fondo. listas lo que se ha hecho en catalo-
Las facturas y albaranes son los pri- gación y custodia al menos desde el
meros en quemarse, luego la corres- Primer Congreso de 1982. Fue en-
pondencia comercial, más tarde las fi- tonces cuando se remarcó la falta de

516
RECENSIONES

archivos económicos privados y en existía con los bancos particulares.


particular bancarios, que estuviesen Otros, la mayoría, según parece,
a disposición de los investigadores. eran partidarios de seguir con el
Un anticuado sentido de la propiedad, régimen de bancos privados, aun-
el miedo al desprestigio de la entidad que sometiendo a éstos a una re-
y la destrucción física por imperativos glamentación que les imposibilitara
del espacio han sido las causas de de meterse alegremente en aven-
inaccesibilidad. Es por ello que la turas, haciéndolos de esta manera
labor del Archivo Histórico del Banco más estables y seguros, y prote-
de España marcando el ejemplo a se- giendo así los depósitos de su clien-
guir resulta positivamente. tela. En cualquier caso, no se po-
En las Actas del Segundo Congre- nía nunca en tela de juicio, por lo
so predominan las comunicaciones de que se ve, la necesidad de una ma-
estudios sobre los Bancos en mayor yor intervención oficial, sino sólo
grado que sobre comercios e indus- la medida en que ésta debía apli-
trias. La división formal no deja adi- carse (p. 17).
vinar este aspecto, ya que la primera
sesión está dedicada a comerciantes Se planteó el establecer en Sevilla
y banqueros en el Antiguo Régimen un Banco oficial al estilo de las Tau-
y las otras tres van tratando el tema las de Cambis catalano-aragonesas, a
por ámbitos geográficos: regional, na- juzgar por el documento «Relación
cional e internacional. de la orden que se ha de tener en la
En la primera sesión la ponencia de administración del banco que por
Esteban Hernández Esteve, «Aporta- mandato de su Md, se ha de hazer
ciones al estudio de la banca castella- en Sevilla en conformidad de las
na en el siglo xvi», comienza con la constituciones y ordenanzas que des-
exposición de la relación de investiga- to tratan» (1577, Instituto de Va-
ciones recientes en el tema. El núcleo lencia de Don Juan, Madrid, En-
de su trabajo es el debate que se plan- vío 33, caja 46).
teó acerca del modelo de banca que El estudio pormenorizado que Es-
convenía implantar en Castilla tras la
teban Hernández hace de esta docu-
bancarrota de la Hacienda Real en
mentación le permite presentar cómo
1575.
fue la concepción de los modos de
En este debate, algunos se mos- operar de la banca en Sevilla tras
traron partidarios de sustituir com- 1575. El miedo a la rapacidad de la
pletamente a los bancos privados, Corona impidió algunas iniciativas.
que tan inseguros e ineficaces se Las estructuras económicas y los vie-
habían mostrado en tiempos de cri- jos recelos impidieron la evolución
sis, por el modelo de banco muni- pareja de los problemas bancarios y
cipal que en el reino aragonés co- sus soluciones.

517
RECENSIONES

Cinco años después de la ban- cuadro del momento histórico que va


carrota de 1575 el comercio caste- desde la suspensión de pagos de 1607
llano estaba falto de un sistema fi- y el concierto de 1608 hasta el asien-
nanciero. Aparecieron memoriales, to de pagos de 1617.
dictámenes y pareceres que prome- El objeto de estudio en el trabajo
tían la manera de reparar la ausen- «Hombres de negocios y hombres de
cia. En el Archivo de Valencia de la política durante fines del siglo xviii
Don Juan se custodian dos de aque- y principios del xix», de David R.
llos proyectos. Uno, fechado en Ringrose, son los orígenes regionales
1594, tenía por objeto establecer en de los mercaderes y miembros de la
la Corte un monte de piedad al es- Administración presentes en Madrid
tilo del que había en Florencia; el principalmente a mediados del si-
otro, entregado en 1596, proponía glo XIX. El concepto de ciudad, ya
el monopolio del negocio bancario por expresado por el autor en obras como
parte del Estado. La solución defi- Madrid y la economía española, 1560-
nitiva a la polémica fue la consoli- 1850, sirve para justificar el análisis
dación en Sevilla del modelo de Ban- de la procedencia de banqueros, co-
co único con el control de las licen- merciantes al por mayor y políticos,
cias en manos de la Corona. así como el estudio de los vínculos de
Margarita Cuartas Rivero presen- la ciudad con su país y la coherencia
tó la ponencia «Los banqueros y el de la clase burguesa en sus movimien-
Medio General de 1608: organiza- tos y pretensiones de poder.
ción y documentación en la Sección Se ofrecen en el texto datos sobre
Dirección General del Tesoro, del la evolución de las migraciones desde
Archivo de Simancas». Se trata de las ciudades y el campo españoles a
un estudio sobre la documentación la capital desde finales del siglo xvn
existente en la Dirección General del hasta principios del xix. Destaca la
Tesoro, que en el siglo xix pasó a poca relación de los mercaderes pro-
los archivos de Simancas. cedentes de las grandes ciudades con
La aurora se centra en el inventa- la capital frente a los aportes de las
rio 11, que contiene información es- zonas rurales y pequeñas ciudades.
pecífica sobre Medios Generales, y Una de las bases documentales de
en el 24, que encuadra diversos te- este estudio es el Registro Mercantil
mas y entre ellos el de los Medios de Madrid de 1829 (Archivo de la
Generales. Esta documentación fue Villa de Madrid, Secretaría, 2-428-1;
elaborada por los Contadores del Me- Matrícula de Comerciantes) que in-
dio, que llevaban el control directo cluye unas cien personas dedicadas a
de la negociación, los escribanos del la banca, el corretaje, el descuento de
medio y el Depositario del Medio Ge- efectos comerciales y el comercio al
neral. Para resaltar la importancia que por mayor. Los banqueros procedían
tienen estos informes hace un breve principalmente de Madrid, pero, aun-

518
RECENSIONES

que nacidos en la capital, abundaban nientes se opusieran a ella, sino


las personas con nombre vasco, del porque la patrocinaron (p. 75).
Norte y de La Rioja. Por su parte,
Cataluña y Levante contribuyeron más Pedro Tedde de Lorca, en su co-
al número de comerciantes al por ma- municación «Fuentes documentales
yor. «Asi las grandes lineas de la fu- para el estudio de la banca en el si-
tura economía industrial de España es- glo xviii: Los fondos del Banco Na-
taban ya patentes en 1830» (p. 70). cional de San Carlos», informó sobre
Los otros inmigrantes burgueses las siguientes bases escritas para el
eran las personas atraídas por la estudio del proceso de creación del
Administración. Sus comportamientos Banco de San Carlos; Archivo Histó-
eran similares a los de los mercaderes, rico Nacional (Sección de Estado, de
pero su procedencia geográfica dife- Consejos Suprimidos y de Hacienda),
ría. Andalucía, con sólo el 2 por 100 Archivo General de Simancas, Sección
de mercaderes en Madrid, proporcio- de Manuscritos de la Biblioteca Na-
nó el 33,7 por 100 de los ministros cional, Archivo Nacional de Francia
en la fase 1833-1854. y el Archivo del Ministerio francés de
A lo largo de la era de la reforma Asuntos Exteriores.
liberal, la mayoría de los ministros Pedro Tedde analizó los trabajos de
y pretendientes a serlo, que pusieron investigación que ofrecían información
en marcha los cambios revoluciona- sobre estos registros. Posteriormente
rios, procedían de orígenes sociales y señaló los períodos que se pueden es-
geográficos totalmente distintos de los tudiar en función de la documentación
de la clase mercantil instalada en Ma- existente. Para los años en los que
drid. La base del proceso económico se configura el Banco, de 1780 a 1783,
que determinó esta situación la expre- deben conjugarse los documentos del
sa David R. Ringrose de la siguiente Archivo Histórico Nacional con los
forma: fondos del Archivo Histórico del Ban-
co de España. El tema del capital del
No deberíamos considerar las Banco de San Carlos fue fundamental
tensiones del siglo xix como un en- en esta etapa. Las inversiones provi-
frentamiento entre una clase terra- nieron de entidades propias del An-
teniente poco emprendedora y la tiguo Régimen y de particulares na-
dinámica Cataluña con una visión cionales y extranjeros. El Banco nació
de futuro; la tensión se produjo con una configuración no exenta de
más bien entre una Cataluña y un características del Antiguo Régimen,
levante dinámicos y una igualmente pero a la vez como una institución
dinámica Andalucía. A mi parecer, propia de la economía de mercado. En
la razón por la que la revolución el segundo período (1783-1790) el
burguesa terminó de la manera que Banco tenía tres misiones específicas:
lo hizo fue no porque los terrate- reducir vales, hacer operaciones de

519
RECENSIONES

giro y acometer operaciones de provi- Rayo de Sencelles y Socies de Tagama-


siones. nent y Roselló. A lo largo del siglo se
La tercera división temporal abarca han ido sumando más donaciones.
desde 1789 a 1794. Destaca la Inves- En manos privadas destacan los ar-
tigación de una comisión de accionis- chivos de Capó, Marcel y Garau. La
tas para desvelar las sospechas sobre correspondencia que se encuentra en
irregularidades de la primera dirección el archivo Marcel es un elemento cla-
del Banco. Desde 1894 a 1808 se rea- ve para conocer el funcionamiento del
lizó una reorganización, sufriendo comercio, los mecanismos de adminis-
ciertas crisis que llevaron a casi el tración y la práctica mercantil. En el
cierre. Luego, ya en 1814, vino la archivo Garau se mantienen los docu-
deuda de Hacienda a ser el problema mentos de varias sociedades de aho-
central. En conjunto, el estudio del rro que servían de respaldo en situa-
Banco a través de los archivos pro- ciones de apuro financiero y crédito
pios y de los de Simancas, Palacio, In- para los trabajadores.
dias e Histórico Nacional permite La ponencia de Caries Sudriá
acercarse a la realidad económica de la «Fuentes para el estudio de la activi-
España de finales del siglo xviii y dad de las entidades bancarias catala-
principios del xix. nas en el siglo xix» no pasó inadver-
La segunda sesión se dedicó a los tida, ya que fue la que mayor debate
archivos bancarios de diferentes ám- promovió en el coloquio, sobre todo
bitos geográficos nacionales. por la hipótesis que defiende:
La primera comunicación estuvo a
cargo de Antonio Mut Calafell e Isa- Nuestra hipótesis, pendiente to-
bel Garau Llompart: «Fondos priva- davía de confirmación empírica,
dos de carácter económico del Archi- sustenta que tanto el comercio
vo del Reino de Mallorca y de otros como la industria catalanes con-
archivos mallorquines». Este archivo taron durante la mayor parte del
es el fondo histórico documental más siglo XIX con la colaboración de
importante de las Baleares. Siendo una extensa y nutrida red de ban-
esto cierto también lo es que no al- queros particulares y de casas de
berga la totalidad de los fondos de banca que cubrieron correctamen-
índole privada, pues éstos permane- te las necesidades que planteaba
cen en manos particulares. No obstan- el mercado financieros. (...) El pa-
te, en 1906 el Archivo del Reino de pel de estos banqueros particula-
Mallorca adquirió el fondo documen- res era asimismo dominante en el
tal Mayor y Roca que abarca una épo- mercado de valores, donde utili-
ca que va de finales del xvii a finales zaban sistemas extremadamente
del XIX. A su vez engloba los archivos ágiles que consiguieron movilizar
de varias familias: Mayo!, Canió, Cas- buena parte del ahorro catalán
tillo, Llabrés, Bouza de Llucalcari, hacia los ferrocarriles, las socie-

520
RECENSIONES

dades de seguros y la deuda pú- permanezcan inéditos, pero sin des-


blica (...) En definitiva, defende- truir (p. 156).
mos que la aparente debilidad de
la banca catalana no era tal. Lo Francesc Cabana, por su parte, pre-
que ocurría era que su actividad sentó una fKJnencia titulada «Bases de
se hallaba perfectamente adaptada investigación y archivos para la histo-
a una demanda financiera que no ria bancaria catalana en el siglo xx»
precisaba de grandes instituciones que conectaba con la de Sudriá. En
de crédito (pp. 115 y 116). ella señala cuatro fuentes de docu-
mentación: la Bolsa de Barcelona,
En el coloquio, José Ramón Gar- Banco de Barcelona y Banco de Cata-
cía López reforzó la importancia de luña, la Banca Comarcal y la Caja de
esta hipótesis y señaló que podría ha- Ahorros y Monte de Piedad de Bar-
cerse extensiva no sólo a Cataluña. celona.
Gabriel Tortella también resaltó el va- En la segunda mitad de la segunda
lor de la investigación. Más crítico fue sesión las tres ponencias presentadas
Pablo Martín Aceña, para el cual la comentan las fuentes para la historia
de la banca en Asturias, Galicia, An-
falta de datos sobre el número de ban-
dalucía y Canarias.
cas privadas y el volumen de negocio
Rafael Anes Alvarez, en su traba-
que movían imposibilitaban saber su
jo «Las casas de banca asturianas y
importancia. La respuesta de Caries
sus fondos documentales», mantiene
Sudriá es que, hoy por hoy, se está
que el grado de modernización de las
estudiando su importancia cualitativa.
estructuras y el funcionamiento de la
De cualquier manera, la ponencia de actividad económica en Asturias de-
Manuel Titos Martínez y Rafael Cas- pendieron de la eficacia de los comer-
tejón «Fuentes documentales para el ciantes banqueros o casas de banca,
estudio del sector financiero en Anda- tales como Herrero y Compañía, Ma-
lucía» estaría en consonancia con la saveu y Compañía, Jesús Alvarez y
de Caries Sudriá, a juzar por sus con- Prado Hermanos.
clusiones; La ponencia de Xan Carmona, Olga
Gallego y Pedro López Gómez titula-
Los banqueros privados, (...) da «Fuentes para el estudio de la ban-
tienen una importancia extraordi- ca en Galicia durante el siglo xix y
naria. Además estamos convenci- primer tercio del xx» comienza y ter-
dos de la posible existencia de mina advirtiendo la falta de archivos.
otros banqueros en distintos pun- Lo cierto es, sin embargo, que en las
tos de la geografía andaluza, ya que cuatro páginas los autores han conse-
el elevado número de estos banque- guido dar un amplio recuento de ar-
ros en el siglo xix hace que sea chivos y fuentes documentales a re-
más probable que algunos archivos visar.

521
RECENSIONES

Siguiendo el criterio espacial, la detallada en la breve comunicación


tercera sesión se ocupó de los archivos desarrollada por las documentalistas
de ámbito nacional. Pablo Martín Ace- Elisa García Morales, Carlota Bustelo
ña, en su comunicación «Los archivos y Natalia Marín, que pertenecen al
de la banca privada: la documentación equipo en el cual Gabriel Tortella y
de la sucursal del Banco de Bilbao en Carlos Jiménez fueron los investiga-
Londres», expuso la investigación que dores.
realizó con Pedro Schwartz sobre la Consuelo Várela Ortega, en la po-
sucursal del Banco de Bilbao en Lon- nencia «Estudio econométrico de mer-
dres. Destacó la importancia de la co- cado y los precios de la tierra: una
rrespondencia, ya que en ella experiencia en la utilización de los ar-
chivos del Banco Hipotecario y Banco
(...) se recogía realmente la vida de Crédito Agrícola», puntualizó en
de la sucursal, se explicaban las su introducción ciertos aspectos inte-
operaciones al detalle, las consultas resantes:
que la sucursal hacía a la central.
(...) Permite conocer quién ejercía — La ausencia en España de esta-
realmente la dirección y quién to- dísticas adecuadas para trabajos cuan-
maba las decisiones en la política titativos empuja a recurrir a fuentes
de crédito de la sucursal (p. 173). primarias de documentación.
— La importancia de ciertos archi-
Gabriel Tortella comentó las líneas vos como únicas fuentes documentales
fundamentales de su investigación so- incluso para estudios actuales no his-
bre el Banco de Crédito Industrial en tóricos.
la ponencia «La historia de una em-
presa estatal: El Banco de Crédito In- Concluye señalando que los dos
dustrial y su archivo». Destacan algu- Bancos estudiados estuvieron siempre
nas puntualizaciones que se reprodu- muy cerca de la realidad del mercado.
cen aquí. Con respecto a los datos de También muestra que cabe el análisis
productividad del Banco sorprende su de la evolución cualitativa del crédito
estancamiento desde 1950. agrario, la capacidad de endeudamien-
to del sector, la evolución de los cul-
No hemos'podido hacer el cálcu- tivos en cuanto a su valoración y la
lo para los años 20 y 30, eso valoración de la tierra en función de
es cierto, porque faltaban datos. las dotaciones de riego.
A partir de 1940 tenemos el índice En la comunicación «El archivo del
y sube durante los años 40 y se Banco de España: cuatro años des-
estanca a partir de 1951 con fuer- pués», Teresa Tortella sintetiza el alto
tes altibajos (p. 179). valor que el archivo del Banco de Es-
paña tiene para la historia económica,
La documentación con la que se ha por la sencilla razón de que conserva
contado para esta investigación viene y pone a disposición de los investiga-

522
RECENSIONES

dores los únicos documentos que con mán. La primera inversión en el ex-
respecto a otros Bancos privados que- tranjero de AEG fue en España, don-
dan. A continuación Teresa Tortella de consiguió una posición dominante.
expone cuáles han sido las nuevas sec- Se advierte que los archivos públi-
ciones que se han ido abriendo a cos y los bancarios alemanes albergan
los investigadores en el Banco desde parte del material junto con la infor-
1982. Las secciones son: Dirección mación complementaria que se deriva
General de Sucursales, Sucursales, de los archivos de las empresas. El
Operaciones, Libros de contabilidad, conjunto es insuficiente en sí para ha-
Banca Privada y Departamento ex- cer la investigación de manera com-
tranjero. pleta.
La cuarta y última sesión del Se- Albert Broder presentó una comu-
gundo Congreso sobre Archivos Eco- nicación con un marco de referencia
nómicos de Entidades Privadas fue de- más amplio: «Fuentes para la historia
dicada a los archivos financieros de económica española en archivos públi-
ámbito internacional. Saber cuál es la cos y privados de Francia, Bélgica e
memoria documental sobre la econo- Inglaterra». El autor señala varios
mía española fuera del país es muy ejemplos acerca de la problemática de
atractivo, por el mero hecho de que plantearse el estudio de la economía
al manejar una fuente exterior se ini- española con un carácter limitado al
cia un análisis comparado, tanto del territorio nacional. A la luz de la in-
estado del respeto a los documentos formación y de los numerosos archi-
en otros países, como a la precisión y vos citados por Broder, se consigue
síntesis que un enfoque exterior tiene transmitir la idea de la complejidad
sobre los meramente locales. de los intereses extranjeros en la eco-
Hans Pohl, en su trabajo «Inver- nomía española; es por ello que las
siones de capital alemán en España fuentes nacionales necesitan comple-
(1850-1914); datos y fuentes en ar- tarse con las exteriores.
chivos públicos y de empresas», parte Rondo Cameron cerró la cuarta se-
del hecho de que en la segunda mitad sión con su ponencia «Inversiones ex-
del siglo XIX el mercado de capitales tranjeras en España en el siglo xix:
en los países más industrializados de fondos conservados en archivos públi-
Europa estaba saturado. España fue cos franceses». Reflejó cómo se había
para Alemania un punto de referencia acercado al estudio de la inversión
inicialmente secundario con respecto francesa en el extranjero y aportó una
al sudeste europeo, pero el cobre de fuente muy útil que es el fondo do-
las minas de Río Tinto forzó a una cumental de la Association des Por-
importante inversión (56 por 100) del teurs des Valeurs Mobiliers Etrangé-
Banco Nacional Alemán en la com- res que contiene referencias a la deu-
pañía Río Tinto Co. Ltd. La electri- da nacional de España. El coloquio a
cidad fue el otro foco de atención ale- la cuarta sesión vino a sumar más de-

523
RECENSIONES

talles de otros fondos documentales do Congreso sobre Archivos Económi


extranjeros. eos de Entidades Privadas.
Pedro Tedde cierra esta publicación Santiago M. LÓPEZ
de las actas con un «Resumen y con- Universidad Complutense
clusiones» extraídos de este Segun- de Madrid

Mario RAPOPORT (compilador): Economía e Historia. Contribuciones a la


Historia Económica Argentina, Buenos Aires, Editorial Tesis, 1988.

Diez trabajos revisan diversos as- tina para más inri se entrecruza con
pectos de la economía argentina, desde el nacionalismo—, que presuntamente
la época colonia! hasta los primeros debería ocuparse del pueblo, lo igno-
gobiernos peronistas, que culminan en ra: el objetivo son los ricos, los po-
1955. La mayor parte de los papers derosos. Probablemente esto derive
corresponden a historiadores argenti- directamente de Marx y su idea de
nos actuales y puede el lector en ge- que la suerte del trabajador bajo el
neral —si no es marxista— no aver- capitalismo no puede mejorar.
gonzarse de envejecer sin ellos. Pero El hablar de latifundismo remite a
intercalados con los anteriores, el com- la historia más cercana y elude algo
pilador ha tenido la oportuna idea de que está probado y que además los
incluir estudios antiguos entre los que propios autores, con sus datos, con-
refulge un análisis monetario a cargo firman: la Argentina de 1780 era un
del Raúl Prebisch más valioso y me- país pobrísimo, un sitio atrasado y
nos conocido. despoblado. Ezequiel Gallo ha mostra-
La mayor parte de los autores pe- do que las condiciones de vida de los
can por exceso de páginas y defecto «terratenientes» en la segunda mitad
de interpretación, lo que ya es mucho del XIX eran más bien rústicas. ¿Qué
pecar. El lector se ve envuelto en decir del xviii o antes? Tampoco se
abundante información, no siempre pueden esgrimir con demasiado ímpe-
desprovista de interés, pero también tu expresiones como «coacción extra-
por categorías que sumen en el des- económica», que sugieren violación de
concierto, porque no se sabe cuál es derechos que entonces no existían ni
es el problema, más allá de la identifi- en América ni en parte alguna.
cación del conflicto social. Al lector le interesará este libro si
Una y otra vez aparece el más caro cree que todo es conflicto, domina-
mito de la historiografía marxista: ción, y no existen los tratos de bene-
pocos se benefician de todo. Es curio- ficio recíproco y suma positiva. O si
so cómo la izquierda —y en la Argen- confía en que la clave de la historia

524
RECENSIONES

estriba en la forma en que el trabaja- ción que aportan como por ser testi-
dor es despojado del plustrabajo. monio de las inquietudes económicas
O si le fascina la cuestión de si sí feu- de la Argentina de los años 1930 y
dalismo o no feudalismo. O si está 1940.
convencido de que los beneficiarios Se observa la coincidencia de gru-
de la historia argentina fueron los te- pos doctrinarios y sociales muy varios
rratenientes, los mercaderes y los usu- en condenar el latifundio. (Sería bo-
reros. nito que apareciesen analistas despre-
Hasta el propio Mario Rapofxjrt juiciados que acometiesen una defensa
—bastante más moderado que sus co- del latifundio. Una institución tan
legas— se excede con la caracteriza- acerbamente denostada en la Argenti-
ción de la Argentina como país de- na y otros muchos lugares —España,
pendiente y con arriesgadas perspecti- por ejemplo— pero que perdura.) Asi-
vas debido a los cambios en la escena mismo, puede comprobarse, una vez
mundial después de 1880. Si se puede más, que Perón no surge de la nada,
hablar de un fracaso económico ar- sino que se apoya en una fuerte co-
gentino —que se puede— es arduo rriente nacionalista, especialmente an-
seguir a estos autores en su ágil ca- tibritánica, que desde los primeros
rrera hacia el pasado en busca de algo años 1930 —con frecuencia equivoca-
que no parece tener más de cincuenta damente caratulados como restaura-
años. Es una pena que el volumen no ción conservadora y liberal— abogó
avance hacia épocas cercanas. Pensán- dentro y fuera del gobierno por una
dolo bien, quizá no sea una pena si política adversa a los terratenientes y
los trabajos iban a seguir la tónica, al capital extranjero (caso de los fe-
por ejemplo, del de José C. Villaruel, rrocarriles), y fue entusiasta favorece-
un superficial y presuntuoso ejercicio dora de una política proteccionista, no
que se resume (es un decir) en casi con objetivos fiscales, sino claramente
setenta abstrusas páginas plagadas de industrializadores.
lugares comunes, llamadas a la «histo- Párrafo aparte merecen, como ya he
ria totalizante», banderas ajadas como indicado, las páginas de Raúl Prebisch,
que la inflación deriva de «las luchas que recogen parcialmente un estudio
sociales por la apropiación del exce- publicado en 1921 y 1922. Tiene pa-
dente económico», y otras intoxicacio- labras de crítica hacia el historicismo
nes. Contrasta con el correcto y do- y empirismo extremo —la escuela his-
cumentado análisis de los ferrocarriles tórica alemana tuvo un relevante as-
en los años 1930, a cargo de Raúl cendiente en la Argentina— y busca
García Heras. Los capítulos de autores las teorías correctas empleando una
del püsado se ocupan de agricultura, mezcla de inducción y deducción, algo
industria y dinero. Los textos de Cari que nndgré los metodólogos puristas
Taylor y Félix Weil tienen mucho in- ha dado en economía siempre los me-
terés, acaso no tanto por la informa- jores resultados. Vemos a Prebisch

525
RECENSIONES

buceando en sus preocupaciones más agotó el metálico se iniciaron las ca-


fértiles: la búsqueda de una teoría de rreras contra el Banco y estalló la
los ciclos económicos que sea válida crisis. «El crédito, de por sí, no crea
también para su país. capitales, sino que contribuye al mejor
Nota Prebisch que el objetivo cru- aprovechamiento de los existentes. Y
cial de la estabilidad monetaria se donde éstos no existen, o son pocos,
pierde porque la penuria de la hacien- el crédito, creado en cantidades des-
da pública seduce al Estado a prota- proporcionadas, no tiene otro efecto
gonizar la historia bancaria, apoyado que la inflación.» La historia se repi-
en «la falsa idea que convierte al cré- tió con los Bancos que siguieron y fue
dito en capital» y en una equivocada peor porque se trató de entidades más
noción del dinero como algo que el grandes y con menos reservas. Campó
Estado puede administrar a su antojo por sus respetos el «sofisma» de que
y no como, sentencia Prebisch, algo la emisión bajaría la tasa de interés,
que depende del nivel de desarrollo cuando ésta en realidad «depende de
de cada país y se ajusta espontánea- la mayor o menor abundancia de ca-
mente a éste. En la Argentina pre y pitales». Y el sistema bancario no sir-
postcolonial no había «escasez» de vió al comercio, sino al Erario y a
moneda por la sencilla razón de que quienes especulaban a su costa. Así, el
las condiciones de la época simple- Banco Nacional no fue más que un
mente vedaban su existencia. Un país «engranaje oficial y organismo infla-
pobre no puede tener ni necesita una cionista». ¿Suena esto al Prebisch
moneda metálica fuerte, que necesa- que se vende en el ICI?
riamente habrá de fluir al exterior en Tras la Organización Nacional, la
pago de las importaciones; para el in- convertibilidad puede mantenerse por
terior bastará una moneda fiduciaria más tiempo. La paulatina recupera-
o cualquier símbolo sin valor intrín- ción del país atrae capitales del exte-
seco; es fundamental, empero, que ese rior: ellos son los que sostienen a
símbolo no sea emitido en exceso, lo la convertibilidad, pues entra oro pese
que se torna improbable una vez que a saldo desfavorable de la balanza co-
el Estado se interpone. Y se interpu- mercial. Cuando el flujo de capitales
so —recuerda irónicamente Prebisch se interrumpe tiene lugar el fenóme-
que fue el propio ministro de Hacien- no inverso y la convertibilidad fenece.
da el que convenció a los comercian- Tiene aquí Prebisch la valiosa intui-
tes porteños para establecer el primer ción de estudiar «la solidaridad de los
banco de emisión en 1822. Creado mercados monetarios» y de explicar la
con poco capital y escuálidas reser- evolución económica argentina (una
vas metálicas, el Banco comenzó a economía entonces muy abierta) como
descontar papel alegremente y generó reflejo de los ciclos económicos de los
una prosperidad «ficticia». Cuando el países europeos. Obsérvese que esto
desequilibrio en la balanza comercial es integrar teóricamente una realidad

J26
RECENSIONES

que en la práctica ya estaba integra- ción, no el imperialismo del centro


aa, y no postular ^ue la n ' r g ^ n n a s e üoDnr'iapb-irefriíf." ""
vio empobrecida a causa del mercado En suma, una perla. Uno se olvida
mundial ni nada parecido. Es la inco- de las numerosísimas erratas y de lo
rrecta política del Estado —que igno- que este libro perpetra en otras, olvi-
ra que los países subdesarroUados ne- dables, páginas.
cesitan siempre capital y pretende
crearlo artificialmente con emisión Carlos RODRÍGUEZ BRAUN
monetaria— lo que agrava la situa- Universidad Complutense

Vicente PÉREZ MOREDA y David-Sven REHER (eds.): Demografía Histórica


en España, Madrid, Ediciones El Arquero, 1988.

La necesidad de llevar a cabo acti- tualmente el Boletín de la Asociación


vidades, unificar criterios y profun- de Demografía Histórica nos mantie-
dizar en investigaciones, potenció la ne a todos informados, siendo la única
creación de la Asociación de Demo- plataforma española para el estudio
grafía Histórica (ADH) en 1983, la de la población) es el volumen que
cual, promovida e impulsada por Vi- comentamos en estas páginas.
cente Pérez Moreda y David-Sven Re- Comentar un libro de estas caracte-
her, ha iniciado una andadura que per- rísticas, que está escrito por muchos
mitirá avanzar nuestros conocimientos autores en distintos niveles, dentro de
acerca de la población, mejorar la ca- los cuales se producen a su vez va-
lidad de las investigaciones y conocer rias categorías, plantea la dificultad
todas las fuentes con sus valoraciones de que es imposible hacer un comen-
críticas en el ámbito espacial de Es- tario general, por su heterogeneidad.
paña y Portugal. Afortunadamente, las presentaciones
La Demografía en general y, más que a cada artículo y a cada autor rea-
en concreto, la Demografía Histórica lizan los propios editores, así como
carece de unidad como disciplina, ocu- la introducción sobre el alcance de la
pándose de los estudios de población demografía histórica en nuestro país,
distintos profesionales y estudiosos en permiten un mejor análisis crítico de
ciencias sociales, como geógrafos, eco- conjunto. No obstante, la tensión en-
nomistas, sociólogos e historiadores, y tre la complejidad y heterogeneidad
la ADH trata desde su nacimiento de del libro y la intención explícita de
ser un punto de encuentro de todos delimitar un espacio científico dificul-
ellos. Uno de los resultados de impor- ta la presentación de un texto dividido
tancia (no el primero, puesto que pun- en tres grandes apartados muy distin-

527
RECENSIONES

tüs, unificados mediante variables es- Tiempo.—Todas las monografías se


pacio-temporales. ajustan a unas fechas previstas, de
1.570 en adelante.

1) Ensayos
3) Bibliografía
Objetivo: La visión de conjunto por
conocidos autores de la disciplina en Objetivo: Lo que puede considerar-
la que participan Dupáquier, Nadal, se la aportación más importante den-
Smith, Rowiand y Livi Bacci con apor- tro de la disciplina es la recopilación
taciones muy desiguales tanto en sus bibliográfica, que recoge exactamente
perspectivas como en sus descrip- 2.833 textos, entre artículos de revis-
ciones. tas y libros.
Ámbito.—En teoría el espacio de Ámbito.—Todo lo publicado sobre
referencia es la Península Ibérica, pero España, aunque esté escrito fuera de
los autores no pueden obviar que es- nuestras fronteras, y Portugal.
criben desde el conocimiento de Fran- Por tanto, el plan de la edición no
cia, Italia o el conjunto europeo. llega a plasmarse totalmente en la rea-
Tiempo.—El tiempo abarcado trata lidad, aunque sin duda, y debido a las
de versar sobre los siglos xvi en ade- dificultades que entraña la realización
lante; sin embargo, se incluye un ar- de un texto de estas características, lo
tículo sobre la Europa Medieval. conseguido supera con creces lo exis-
tente hasta el momento; constituye un
incentivo más para seguir en esta
2) Monografías línea y transmite la idea de que esta-
mos ante algo factible, que vamos a
Objetivo: La segunda parte consta comentar diferenciando cada uno de
de una serie de monografías en las los apartados.
que los autores aportan sus investiga- En el primer apartado los grandes
ciones y avances en las distintas Co- autores de la demografía histórica in-
munidades Autónomas, presentadas vitados a participar realizan ensayos de
por uno o dos autores, según los ca- distinta índole. Dupaquiér muestra el
sos; estos últimos se han dividido la estado de la cuestión en Francia, sus
exposición entre la historia de los si- orígenes recientes, en los que se quie-
glos XVI, XVII, xviii y XIX y la histo- re significar el inicio de la demogra-
ria más reciente. fía histórica como disciplina con téc-
Ámbito.—Se pretende abarcar to- nicas específicas de investigación. Los
das las Comunidades Autónomas es- antecedentes basados en los recuentos
pañolas y Portugal, pero incortlprensi- antiguos se consideran el instrumento
blemente quedan fuera Asturias, Ca- más importante y su reconstrucción es
narias, Cantabria y también Portugal. la base fundamental de las técnicas de

528
RECENSIONES

investigación. Una constante que apa- rico, en el que se plantean como pun-
rece en este autor, y que reaparecerá tos de partida para realizar análisis en
en el resto de los autores, es la nece- demografía histórica los «regímenes
sidad de la demografía histórica de matrimoniales regionalmente específi-
acercarse al conocimiento, no sólo a cos», cuestión recogida en otros ar-
partir de grandes modelos, sino inclu- tículos de este mismo libro. El mo-
yendo todos los factores que socio- delo clásico de cambio demográfico se
culturalmente están afectando a las explicaba hasta ahora a través del pro-
pautas demográficas. tagonismo de los varones, herencia,
Jordi Nadal, uno de los promotores autonomía, etc., siendo bajo este mo-
de la Historia de la Población españo- delo las variables explicativas las «de-
la, hace un gran esfuerzo empírico mográficas y económicas», pero cuan-
para dotarnos de cifras lo más próxi- do son las mujeres las protagonistas,
mas a la realidad de la población es- las variables pasan a ser «culturales».
pañola de mediados del siglo xvi has- Este tema puede dar en el futuro mu-
ta el xvui, concretamente entre 1530 cho de sí, entre otras cuestiones por-
y 1787. En su análisis señala como va- que la consideración de la mujer per-
riable importante del cambio demográ- mite reinterpretaciones históricas, es-
fico las migraciones, no contempladas pecialmente en el campo de la demo-
en el modelo clásico de transición de- grafía.
mográfica. Por último Livi Bacci, con su his-
Smith reflexiona sobre la creciente tórica constancia en los estudios sobre
importancia de la demografía histórica la Península Ibérica, precursor entre
en los tratados de historia social y eco- nuestros investigadores sobre España
nómica. A lo largo de sus páginas y que ha ejercido mayor influencia
apoya la hipótesis de la centralidad para el estudio de la demografía his-
de la nupcialidad como variable expli- tórica que cualquier institución o aca-
cativa de la historia demográfica, re- demia españolas. Al igual que los an-
saltando el trabajo de Goody, en el teriores autores, cuestiona el modelo
que se considera que la historia de la de transición demográfica, demostran-
demografía no se puede llevar a cabo do la importancia de la nupcialidad,
sin incorporar los elementos socio- variable inexistente en el modelo tra-
hisróricos y culturales. dicional. Además de la nupcialidad,
Rowland presenta en profundidad Livi Bacci reflexiona sobre el control
el cuestionamiento de los modelos ma- de la natalidad como variable funda-
trimoniales tratados tradicionalmente mentadora del cambio de modelo de-
por la demografía histórica, cuestio- mográfico, como factor imprescindible
nando el modelo de Hajnal, y apor- para el descenso de la natalidad, que
tando una investigación sobre dichos hasta ahora se consideraba relacionado
modelos para España y Portugal. con el grado de desarrollo, pero que
Constituye éste un buen trabajo teó- en la actualidad se ha dado en situa-

529
RECENSIONES

ciones de desarrollo muy diferencia- dad que supuestamente, en función de


das. la especialización, las monografías vie-
Para concluir con este apartado te- nen reseñadas por uno o dos autores
nemos que decir que un tema que se (cuando son dos, el primero presenta
deriva del conjunto de los trabajos es la información hasta 1850 y el segun-
el cuestionamiento al modelo de tran- do desde esta fecha hasta la actuali-
sición demográfica y la incorporación dad): Sanz Sampelayo nos habla de
de nuevas variables como migracio- Andalucía; Salas Ausens y Bielza de
nes, nupcialidad y control de la na- Ory lo hacen de Aragón; de Baleares
talidad en la búsqueda de la explica- discuten Molí Blanes y Vidal Bendi-
ción de la transformación del volumen to; Martín Galán y García Balleste-
de la población. A ello hay que añadir ros, sobre la Comunidad de Castilla-
algo que, desde mi punto de vista, era La Mancha; sobre Castilla-León, Mar-
de esperar y de desear: la ampliación cos Martín; Muñoz Prada y Soler Se-
de la explicación a factores sociales y rratosa hacen el trabajo sobre Catalu-
culturales, que vienen a sumarse a los ña; Rodríguez Sánchez y Rodríguez
estrictamente demográficos, económi- Cancho se refieren a Extremadura;
cos o históricos. Galicia la presentan Pérez García y
En la segunda parte, las monogra- López Taboada; Martínez Carrión
fías se conforman según un esquema aporta el estudio sobre Murcia; de Na-
generfal: Fuentes: donde se exponen varra nos llega la reseña de García-
las referencias a los primeros datos Sanz Marcotegui; Hernández Marco y
existentes en cada Comunidad Autó- Piquero Zarauz escriben de Euskadi;
noma. Datos de 1570 en adelante: Se Lázaro Ruiz, sobre La Rioja, y, por
aportan todos los datos elaborados último, Bernat Martí, Ruiz Torres y
que permiten reconstruir la evolución Bernabéu Mestre cierran la colección
de la población desde el citado año con el País Valenciano.
hasta nuestros días. Situación Biblio- No todas ellas se ajustan al esque-
gráfica actual: ésta constituye la base ma que aparentemente estaba previsto
del apartado tercero, por lo que en las y algunas aportan más información,
monografías se hace un comentario pero por cuestiones de espacio resul-
general. Investigaciones en curso: Se ta imposible comentar todas ellas. Sin
relacionan todas las tesis y tesinas en embargo, nos ha llamado la atención
marcha. encontrar referenciados sólo para algu-
Como indicábamos antes, se echan nas Comunidades, trabajos que se han
en falta monografías de las Comuni- realizado en casi todas ellas; como los
dades asturiana, canaria y cántabra, de Movimientos Recurrentes o de Re-
y nos quedamos sin saber cuál es la si- conocimento Territorial que citan
tuación portuguesa de las que obten- Aurora García Ballesteros para Ma-
dremos información en la bibliografía. drid o Rodríguez Cancho para Extre-
También señalábamos con anteriori- madura, cuando trabajos de este tipo

530
RECENSIONES

existen para muchas otras CC. AA. Resumen histórico de la Estadística en


Lo primero que nos sugiere este hecho España, y en él se recogen una serie
es la existencia de problemas de «cen- de fuentes y citas bibliográficas que
tralismo», ya que todos estos traba- sólo alguna tiene cabida en el libro
jos los encargó la Administración cen- que comentamos. Con la Bibliografía
tral a partir de 1980, pero también se ocurre como en las otras partes del
puede producir el fenómeno contrario, libro: aunque aparecen unos criterios
es decir, el «ombliguismo» con que definidos según el esquema citado, no
algunas CC. AA. nos están acostum- siempre se cumplen y, por tanto, no
brando a trabajar. podemos saber si no se incluyen algu-
En parte, la desigualdad que se nas fuentes por desconocimiento o por
percibe entre las distintas monogra- ser anteriores a las fechas de inclu-
fías proviene de que los autores son sión, por no referirse a épocas pre-
de departamentos de distintas disci- vistas, etc. Por ello, entre otras cues-
plinas: los hay de geografía, los hay tiones, creemos que estamos ante una
de historia, etc. En este sentido, hay obra inconclusa, fácilmente superable,
que señalar que aunque la Asociación puesto que ya están puestos los ci-
de Demografía Histórica tiene como mientos y buena parte de la estruc-
misión unificar criterios, es una tarea tura. En realidad el texto nos ofrece
muy difícil de lograr debido a la frag- una visión muy completa de la situa-
mentación de disciplinas que se dedi- ción de la demografía histórica como
can al tema, siendo precisamente lo disciplina, tanto abarcando todo el
que repercute negativamente en el país como en sus distintos desarrollos
avance general de la misma. en el ámbito local. No obstante, la
visión de conjunto queda algo diluida
Por último, en la tercera parte nos
entre las distintas explicaciones que
encontramos ante la mejor Bibliogra-
las Comunidades Autónomas aportan.
fía demográfica realizada en España;
Es como si faltase un resumen o gene-
como ya hemos señalado, las 2.833
ralización de las distintas monografías.
referencias dan satisfacción cumplida
Pero resulta obvio, y las páginas del
a trabajadores y estudiosos, aunque
libro lo dejan patente, que la demo-
quizá por el planteamiento de partida
grafía histórica como disciplina está
también en la bibliografía advierte
fragmentada. Por otro lado, aunque
alguna ausencia. Nos referimos en con-
quizá por el mismo motivo, se ve que
creto a un volumen que con motivo
es una disciplina débil en tanto en
del centenario del Instituto Nacional
cuanto la producción teórica y meto-
de Estadística se publicó en 1956 y
dológica es francamente escasa en
cuyo autor es Sanz Serrano. La in-
nuestro país. Se echa asimismo en
cursión histórica que realiza resulta
falta un análisis crítico de las fuentes
interesante, a pesar del lenguaje gran-
históricas conteniendo una visión de
dilocuente y con menciones a la «glo-
conjunto.
riosa cruzada». El volumen se titula

531
RECENSIONES

El libro muestra con claridad que que destacan más por los grandes
la teoría hegemónica hasta ahora (una aciertos y logros de la publicación.
teoría cerrada y omnicomprensiva Como en aquel cuento del buey, que
como es la de la «Transición Demo- cuando hacía algunos surcos torcidos
gráfica») está cuestionada dentro de y se le reprendía, contestaba que los
la disciplina. Esto, más que un han- torcidos no se verían, si no no se hu-
dicap, constituye una auténtica ven- biesen podido comparar con los dere-
taja para los investigadores, puesto chos. El libro de Pérez Moreda y Re-
que les abre nuevas perspectivas y her tiene muchos surcos rectos que
fuentes de datos. A pesar de esas ca- permiten ver y comprender los torci-
rencias estamos ante el texto más com- dos. Ve además la luz en un momento
pleto, ante la comprensión de la situa- en el que se acaba de dar a conocer
ción general de la demografía, y no la creación del Instituto de Demogra-
sólo histórica, en España. Se trata fía, que junto con el Centre d'Estudis
de un fiel espejo de la realidad, que Demográfics y la Asociación de De-
más que como libro de lectura hay mografía Histórica, habrán de ser la
que considerarlo como manual de con- base de un futuro más propicio para la
sulta. Y si hemos sido críticos al poner disciplina.
énfasis en las carencias, ha sido por- Josune AGUINAGA ROUSTAN

Leandro PRADOS DE LA ESCOSURA: De Imperio a Nación: Crecimiento y


atraso económico en España (1780-1930), Madrid, Alianza Editorial,
1988, 285 pp.

Leandro Prados de la Escosura es y convincente que presenta una eva-


un historiador económico muy am- luación justa de las numerosas y con-
bicioso. En esta obra. Prados de la Es- trapuestas hipótesis ofrecidas para ex-
cosura ofrece una evaluación nueva y plicar el atraso económico español.
global del porqué España se quedó Prados de la Escosura ha puesto
por detrás de las principales naciones el listón muy alto, y su libro promete
industriales europeas. En contraposi- convertirse en la referencia fundamen-
ción con investigaciones anteriores, tal para estudiar el crecimiento eco-
que han sido predominantemente cua- nómico español en el siglo xix y pri-
litativas. Prados de la Escosura emplea mer tercio del xx. En un aspecto
todas las estadísticas históricas dispo- clave es superior a obras similares so-
nibles, nuevas estimaciones realizadas bre otras naciones, porque Prados de
por él mismo y métodos cuantitativos. la Escosura no examina el caso espa-
El resultado es una obra estimulante ñol desde una estrecha perspectiva na-

532
RECENSIONES

cional, sino que lo sitúa en el contexto Francia y Alemania como patrones—.


de la experiencia europea en su con- Este ejercicio pone claramente de ma-
junto. De este modo, lleva a cabo nifiesto cómo España perdió terreno
comparaciones muy convincentes y su en la primera mitad del siglo xix,
lectura debería ser obligatoria para to- cuando el moderno crecimiento eco-
dos los historiadores económicos, inde- nómico estaba empezando a dominar
pendientemente de su interés nacional. el noroeste de Europa.
Aunque Prados de la Escosura ha exa- En los ciento veinte años posterio-
minado metódicamente los números, res a 1860, España ha mantenido su
modestamente sólo hace afirmaciones posición relativa con Francia, Italia y
provisionales en cuanto a sus conclu- Alemania y la ha mejorado con res-
siones e invita a que se realicen inves- pecto a Gran Bretaña. En compara-
tigaciones adicionales. Como tal, este ción con el resto de la Europa del si-
libro representa lo mejor de la nueva glo XIX, España contaba con unos me-
historia económica, empleando sus téc- nores niveles de inversión y gran par-
nicas y su metodología sin adoptar te de su economía estaba dedicada a
sus, a veces, extravagantes preten- la agricultura, donde la productividad
siones. del trabajo era baja. Si bien España
Prados de la Escosura comienza su iba muy por detrás de las principales
estudio tratando de proporcionar un economías europeas, su crecimiento
mejor planteamiento del problema. era superior al del Tercer Mundo, y
Presenta algunas medidas nuevas del Prados de la Escosura advierte que no
Producto Interior Bruto, el PIB per se debe considerar a España como una
capíta y el PIB por trabajador, desde economía subdesarrollada o semicolo-
1800 a 1930. Estas medidas revelan nial.
que, con anterioridad a 1860, la eco- Un artículo de fe muy común entre
nomía española creció muy lentamen- los historiadores económicos es que la
te. El ritmo de crecimiento sólo co- pérdida del imperio colonial español
menzó a aumentar entre los años 1860 retrasó la modernización económica.
y 1910. Aunque hubo una breve desa- Prados de la Escosura rechaza esta
celeración entre 1890 y 1910, la eco- conjetura presentando un modelo sen-
nomía experimentó un renovado y rá- cillo cuyos supuestos fundamentales
pido crecimiento desde 1910 a 1930. están sosegados a favor de encontrar
El cuidadoso análisis de Prados de la costes altos. La pérdida del Imperio
Escosura se ilustra con comparaciones costó a España entre un 2 y un 6
entre España y el resto de Europa. por 100 del PNB. Estas cifras hacen
Para garantizar la solidez de sus con- que el calificativo de desastre parez-
clusiones, ofrece sus propias estimacio- ca bastante exagerado, aunque Prados
nes y las de sus rivales y las compara de la Escosura acepta que la inciden-
de varias maneras —en dólares de cia sectorial pudo haber sido signifi-
1970, y utilizando a Gran Bretaña, cativa, especialmente en las manufac-

533
RECENSIONES

turas. No obstante, advierte que la También muestra que una fracción sig-
iiiuiis^-fíifsér L«ni¿ncit/"CíCi¡dntr-s:í"inV ^•-iiiiica'íiva'^Vix? d." ii'í2iyC\'"pvoiiurcirív/íiiívi''''"^
perio de un comercio altamente pro- británica y francesa se puede atribuir
tegido; y su pérdida puede, perfec- a su mayor dedicación a la cría de
tamente, haber obligado a que la ma- ganado. Prados de la Escosura con-
nufactura española se hiciera más com- sidera que la distancia hubiera sido
pecitiva internacionalmente. muy difícil de salvar, aunque España
Casi todos los historiadores econó- hubiera producido los mismos bienes,
micos atribuyen parte del atraso eco- ya que estaba peor dotada de recur-
nómico español a su sector agrícola. sos naturales. El rendimiento de la
Habitualmente se considera que los agricultura española fue mejor de lo
problemas creados por la agricultura que se ha creído normalmente, pero
son una baja productividad, una alta seguía utilizando tierras marginales y
retención de trabajo y el hecho de no no consiguió liberar mano de obra
proporcionar un mercado para la in- para la industria.
dustria. Prados de la Escosura exa- Medir el desarrollo industrial espa-
mina estas cuestiones facilitando unas ñol ha sido sorprendentemente difícil.
nuevas estimaciones de la producción Las series existentes sobre producción
y de la productividad agrícola. En- industrial muestran tasas de crecimien-
cuentra que después de 1860, la pro- to absolutamente distintas. Las infe-
ducción y la productividad aumenta- rencias extraídas de estos datos dan
ron. El motor fundamental de este lugar a conclusiones muy diferentes.
crecimiento fue la transferencia de Para resolver este confuso estado de
tierras y de recursos de la agricultura cosas. Prados de la Escosura construye
de subsistencia a la agricultura comer- nuevos índices de producción indus-
cial. Esto redujo el desempleo y, jun- trial, sector por sector, y encuentra
to con la emigración, aumentó la pro- que las ponderaciones dadas a las in-
ductividad. dustrias con un crecimiento rápido y
En contra de la opinión general de a las industrias con un crecimiento
que la agricultura apenas siguió el rit- lento son responsables de estas series
mo de crecimiento de la población, tan distintas. De una manera minucio-
Prados de la Escosura presenta prue- sa. Prados de la Escosura utiliza una
bas de que existió un crecimiento no- diversidad de ponderaciones para los
table. Aunque éste es un resultado índices de Laspeyres, Paashe, Fisher y
sorprendente, Prados de la Escosura Divisa. Para todo el siglo xix, en-
señala que, en comparación con Gran cuentra una tasa de crecimiento indus-
Bretaña y Francia, el crecimiento de trial de entre el 1,4 y el 1,7 por 100.
la productividad agrícola se quedó Existe una evidente aceleración a me-
atrás en la primera mitad del siglo xix diados de siglo que empuja a la eco-
y solamente empezó a recobrar el te- nomía por un camino de crecimiento
rreno perdido en la segunda mitad. que, probablemente, excede el 2 por

^34
RECENSIONES

100. Estas nuevas medidas revel an gración con la economía mundial fue
que "Espárra xérna'QÍraue" ¡ds- ¡asas-cftr
crecimiento industrial más bajas de España. Esta argumentación procede
Europa, lo que hacía que estuviera de la escuela de la dependencia del
atrasada no sólo respecto de los pri- desarrollo económico. Acusa a las po-
meros países industriales, sino tam- líticas comerciales liberales del perío-
bién respecto de los seguidores, entre do 1860-1890 de estimular la expor-
los que se encontraban Hungría, Ita- tación de productos primarios y ali-
lia y Suecia. menticios cuyas relaciones reales de
Los nuevos datos industriales cons- intercambio empeoraron. Prados de la
truidos por Prados de la Escosura le Escosura revela que, de hecho, la rela-
permiten reexaminar las argumentacio- ción real de intercambio de España
nes habituales que explican el atraso con sus socios comerciales mejoró
económico español. Comparando Es- para el conjunto del siglo xix. Em-
paña tanto con los primeros países in- peoró algo después de 1879, pero esto
dustriales como con los seguidores en se vio más que compensado por los
las fechas en las que alcanzaron un aumentos en el empleo y la producti-
nivel de renta común. Prados de la vidad. Las políticas de libre comer-
Escosura encuentra que España tenía, cio anteriores a 1891 condujeron a un
con mucho, el nivel de producción in- crecimiento más rápido de las expot
dustrial per capita más bajo. Este he- taciones y a una mayor participación
cho sugiere que no era la demanda en las exportaciones europeas totales,
interna la que limitaba el mercado mientras que las políticas proteccio-
para la industria española. Prados de nistas posteriores a 1891 llevaron a
la Escosura tiene otro candidato: los lo contrario.
limitados mercados exteriores. Las ex- Según Prados de la Escosura, Espa-
portaciones manufactureras de España ña contaba con un sector exportador
en 1910 eran mucho menores que las potencialmente dinámico. Después de
del resto de los países europeos cuan- 1873, España tuvo un enorme exce-
do llegaron al mismo nivel de renta dente en la balanza comercial. La pro-
que España. Sería tentador pensar que porción de las manufacturas en las ex-
una ausencia de competitividad inter- portaciones se elevó y su proporción
nacional excluyó a los bienes españo- en las importaciones disminuyó, un
les de los mercados internacionales. patrón similar al resto de Europa.
Sin embargo, Prados de la Escosura Aunque algunos historiadores han su-
comprueba que la productividad cre- gerido que una economía más cerrada
ció con más rapidez que en Gran Bre- habría estimulado el crecimiento eco-
taña y en Francia entre 1860 y 1910. nómico, esto hubiera disminuido la
Culpar al limitado mercado exterior transferencia de recursos del sector de
del atraso industrial contradice la ha- subsistencia al sector comercial de la
bitual argumentación de que la inte- economía, que aumenta la productivi-

535
RECENSIONES

dad. Prados de la Escosura llega a la cultura en el producto cayó y su pro-


conclusión de que el sector exterior ductividad se elevó, pero la produc-
fue un factor fundamental en la me- ción industrial, aunque aumentó, no
jora del crecimiento económico y de fue acompañada de una mayor pro-
que no existe ninguna evidencia que ductividad. Los bienes españoles pue-
apoye la creencia de que un ma- den, así, haberse hecho menos com-
yor proteccionismo hubiera producido petitivos, contribuyendo al déficit de
unos resultados superiores. la balanza comercial del período de
Entre 1910 y 1930, España consi- entreguerras.
guió salvar parcialmente la distancia Prados de la Escosura ha realizado
que había entre ella y el noroeste de un estudio equilibrado y sensato que
Europa. Si bien la renta per capita se- debería convertirse en la obra clásica
guía siendo dos tercios de la media de sobre la historia económica española.
sus rivales, las cada vez mayores tasas Sus atrevidas conclusiones y su enfo-
de crecimiento en la agricultura, la in- que innovador proporcionan un nuevo
dustria y los servicios redujeron la paradigma y un desafío para los histo-
distancia en un 12 por 100. No obs- riadores económicos en el futuro.
tante, el rendimiento de la economía Eugene N. WHITE
no parece haber sido plenamente sa- Rutgers University
tisfactorio. La participación de la agri- (Traducido por Angeles CONDE.)

M." Teresa GONZÁLEZ CALBET: La Dictadura de Primo de Rivera. El Direc-


torio Militar, Madrid, Ed. El Arquero, 1987, 290 pp.

La primera consideración que el re- cluyendo el hecho nada desdeñable de


ciente libro de González Calbet nos que el fundador de la Falange era hijo
sugiere es que, finalmente, tras un lar- del general Primo de Rivera).
guísimo período de muy escasa y no Sin duda, por todo ello la etapa de
muy interesante bibliografía sobre la la Dictadura encontró, o bien el má-
Dictadura de Primo de Rivera, co- ximo silencio y discreción (con fre-
mienzan a aparecer trabajos serios, do- cuencia se dieron contenciosos ante los
cumentados, de larga y madura elabo- Tribunales por la otra hija, Pilar, que
ración. No es ningún secreto que el consideraba cualquier escrito no ha-
régimen de Franco se sabía en buena giográfico sobre la época como un
manera continuador —casi «restaura- ataque personal a su padre), o bien
dor»— de aquella etapa, dé muchos una serie de estudios anecdóticos, des-
de cuyos rasgos tomó prestados más criptivos, acríticos, más o menos entu-
elementos de los que se supone (in- siastas con la pintoresca figura del

536
RECENSIONES

marqués de Estella. Enlazando con los te próxima, aunque con características


Pemán, Pemartín, Aunós, G. Maura, propias y muy diverso resultado, ha-
Cortés Cavanillas, etc., escribirán du- bría que citar los ya clásicos panora-
rante el franquismo los R. Fernández mas o monografías de autores univer-
de la Reguera y S. March, F. Bra- sitarios de orientación ideológica con-
vo Morara, M. Rubio Cabeza, Vila servadora o ecléctica: Carlos Seco,
San-Juan, y aun las antologías de M. Martínez Cuadrado, O. Ruiz Man-
F. Díaz-Plaja, J. Casassas (abierta- jüii, J. A. Gallego, o los más recien-
mente crítica e intencionada es, por tes, documentados y abundantes tra-
contra, la de García-Nieto, Donézar y bajos de J. Tusell (el último, tan bri-
López Puerta). llante como discutible, su Radiografía
Más o menos críticas y útiles son de un golpe de Estado) y G. Queipo
las reediciones de textos de la época o de Llano (no menos brillante es, por
muy poco después; desde las memo- ejemplo, su estudio sobre Los intelec-
rias de Calvo Sotelo o Berenguer a los tuales y la dictadura...). M. García
textos de Fernández Almagro, Cam- Canales, etc.
bó, y Maurín y otros muchos protago- En una línea de orientación mar-
nistas o antagonistas. Un libro que xista renovadora del instrumental ana-
abrió brecha sobre la caída de Alfon- lítico y conceptual iniciada por un
so XIII es el de Miguel Maura, pri- libro muy importante de Tuñón de
mero en su estilo editado en 1966, al Lara (Historia y realidad del poder,
calor de la leve apertura de la ley de Edicusa, Madrid, 1967), se profundi-
prensa e imprenta de M. Fraga Iri- zaba mucho más de lo acostumbrado
barne. en el tejido social y en los aparatos
En los últimos veinte años el tema de poder. En este sentido se ubicarán
de la Dictadura ha sido contemplado los propios estudios de Tuñón sobre
desde tres tipos de perspectiva: la an- el período (en obras generales, en su
glosajona, que al fin atendió a la eta- interesante Medio siglo de cultura es-
pa, como antesala de los grandes con- pañola, en su Movimiento obrero...,
flictos españoles —República y Gue- etcétera), los de P. Malherbe, C. Rama
rra Civil—, buscando en ella el em- y J.-C. Mainer, feliz estudioso y crea-
brión de algunos de esos problemas; dor de la categoría de la Edad de
ahí estarían los conocidos estudios de Plata.
R. Carr, P. Preston, J. P. Fusi, y los Finalmente, a caballo entre ambas
más recientes de S. Ben-Ami y J. H. —por la singular figura de Juan Ve-
Rial. Si la guerra fue consecuencia del larde y las afinidades de origen de su
«fracaso» de la República, ésta, a su principal discípulo J. L. García Delga-
vez, vino porque fracasó la Dictadura, do con el grupo de Pau—, habría que
como por lo demás no podía por me- situar los estudiosos económicos. La
nos de ocurrir, se nos dirá. célebre obra de Velarde La política
Desde una perspectiva relativamen- económica..., fue complementada pri-

537
RECENSIONES

mero por una nutrida e interesante se- lo que se quiso de lo que resultó, lo
rie de estudios en los Cuadernos Eco- que parecía de lo que fue.
nómicos de Información Comercial Cree, pues, G. Calbet que es preci-
Española (núms. 5, 6 y 10, en 1978- samente en esos años cuando se pro-
1979); luego por diversos panoramas duce la «verdadera transformación de
de García Delgado, y más tarde por la vida política española» (en fin, aun-
un estimulante curso, también dirigi- que no utilice la palabra tan al uso:
do por Velarde, en la U.I.M.P. de la modernización de una sociedad no-
Santander. Aunque no es mucho, el tablemente atrasada respecto a los
paso dado es significativo, y más si modelos europeos occidentales). Otra
añadimos algunos de los mejores tra- cosa es que la dictadura no siembra
bajos de P. Martín Aceña y F. Comín ese modelo, aunque sueña con un bi-
sobre la política económica del pe- partidismo a la inglesa, y que la cose-
ríodo. cha se recoge en la República. Preci-
El libro de M.^ Teresa González samente al sustentarse el sistema en
Calbet, ante el que nos hemos plan- dos instituciones básicas —el Rey y
teado este rápido e incompleto repaso el Ejército—, su deterioro permitirá
bibliográfico sobre la Dictadura, es otro flanco futuro.
producto de una meditada tesis doc- El libro nos explica, con detalle
toral. Aunque se autolimita al período hasta ahora infrecuente (salvo el re-
inicial, los dos primeros años de ré- lato puntillista y un análisis bien di-
gimen bajo el Directorio Militar su- ferente en la citada Radiografía... de
pone un reto dialéctico notable frente Tusell) las condiciones, significado y
a la mayor parte de los estudios cita- desarrollo del golpe del 13 de sep-
dos, especialmente aquellos que inten- tiembre de 1923 (casi la mitad del
tan una interpretación global. Al tó- texto), para analizar luego las institu-
pico ^nfoque del régimen dictatorial ciones del Directorio: el nuevo papel
como un «paréntesis» (la realidad des- de los gobernadores civiles (que son
mintió esa excusa inicial del general militares) y otros delegados de la mis-
P. de Rivera) responde la autora en- ma procedencia, la Unión Patriótica
tendiendo que pronto se vio la oferta y el Somatén, ambas desarrolladas en
de una vía autoritaria como alterna- profundidad en el período siguiente,
tiva al viejo sistema —oligárquico y así como las reformas administrativas
caciquil, no se olvide— de la Restau- (sobre todo el papel de los nuevos
ración. Hoy, que tanto ha prosperado Estatutos Provincial y Municipal). Se
incluso en la hipersensible historiogra- detiene especialmente en los que con-
fía italiana la caracterización del pri- sidera principales problemas a resol-
mer Mussolini como «etapa del con- ver: la guerra de Marruecos (atribuye
senso», se impone entre nosotros un un gran éxito al régimen), el Orden
esfuerzo por deslindar, en todo caso, Público y la situación de Cataluña

538
RECENSIONES

(en ambos casos el problema se con- plantea una política de riegos y escue-
gela y aplaza). las, y se ve a sí mismo como el «ciru-
Claro que se hace referencia sólo a jano de mano de hierro»...), le llevan
esa primera etapa, en la que «el Di- hacia la formulación de un nuevo
rectorio Militar obtuvo un éxito im- ideario, en la etapa siguiente, para el
portante, si se tiene en cuenta lo que que, obviamente, no estaba dotado
se había propuesto». Es el momento intelectualmente ni contaba con un
de mayor popularidad y esperanza, equipo medianamente razonable. Es el
tras el que vendrá la institucionaliza- sino de casi todas las dictaduras: quie-
ción y el paso a una administración ren perpetuarse, y en esa busca em-
«civil». El Ejército está aún unido y brollan la salida.
disciplinado y parece haber encontra- El libro de M. T. González Calbet
do salida airosa a su sensación de aco- es, fundamentalmente, un estudio po-
so social y político (responsabilidades lítico clásico —aunque superador de
por Annual y Monte Arruit, etc.). Las los esquemas convencionales habitua-
patronales respiran con el elevado pro- les—, y resulta tan riguroso y aséptico
teccionismo y la suspensión sindical. que hay que buscar bajo una estructu-
A la vieja corrupción se ha querido ra bien construida y un lenguaje téc-
contraponer una imagen de eficiencia nico preciso, una interpretación de las
y honestidad, y los partidos püesto> que hace una o dos décadas hubieran
fuera de la ley no se sustituyen, es tenido fuertes y apasionados tonos.
cierto, con fórmulas paramilitares Hoy es pura y alta ciencia política, con
como en otros regímenes más clara- lo que todos salimos ganando y, sobre
mente fascistas (el Somatén es más todo, se abre paso un conocimiento
una recluta pintoresca de adhesiones más exacto de una etapa que lo exige
en el mundo rural que otra cosa). para entender toda la España contem-
poránea.
Esas pretensiones de moralización,
herederas del regeneracionismo (el ge- Eloy FERNÁNDEZ CLEMENTE
neral evoca a J. Costa con frecuencia, Universidad de Zaragoza

539
CONGRESO DE LA ASOCIACIÓN DE HISTORIA
ECONÓMICA
Lugar de celebración: Universidad de Alicante.
Fecha: 18 a 20 de diciembre de 1989.

COMITÉ ORGANIZADOR
Presidente: Prof. Dr. Carlos Barciela.
Vicepresidentes: Prof. Dr. Pablo Martín Aceña (Secretario de la AHE).
Prof. Dr. Gabriel Tortella Casares (Vocal de la Asociación Interna-
cional de Historia Económica).
Vocales: Prof. Dr. Antonio Escudero (U. de Alicante).
Prof. Dr. Andrés Pedreño (U. de Alicante).
Prof. Dr. Ángel Poveda (U. de Alicante).
Prof. Dr. Javier Vidal (U. de Alicante).
Prof. Salvador Salort (U. de Alicante).
Prof. Candelaria Sainz (U. de Alicante).

PROGRAMA CIENTÍFICO
Primera sesión: Economía financiera, siglos XVI-XIX. Coordinadores: Profesores
Dr. D. Ángel García Sanz, Dr. D. Felipe Ruiz Martín y Dr. D. Pedro Tedde de Lorca.
Segunda sesión: Macromagnitudes económicas: reconstrucción y análisis. Coordina-
dores: Profesores Dr. D. Albert Carreras de Odriozola, Dr. D. Jordi Maluquer de
Motes y Dr. D. Leandro Prados de la Escosura.
Tercera sesión: Relaciones económicas entre España y América. Coordinadores: Pro-
fesores Dr. D. Antonio M. Bernal, Dr. D. Josep M. Delgado y Dr. D. Pedro Pérez
Herrero.
Cuarta sesión: Industrias agrarias. Coordinadores: Profesores Dr. D. Jordi Nadal y
D. Javier Moreno.
Quinta sesión: La población como factor de producción (Formación de capital huma-
no, movilidad y oferta de trabajo). Coordinadores: Profesores Dr. D. Vicente Pé-
rez Moreda, Dr. D. Nicolás Sánchez-Albornoz y Dr. D. Gabriel Tortella Casares.
Sexta sesión: Asamblea de la AHE.

NORMAS
1. Los interesados en la presentación de ponencias a cualquiera de las sesiones, de-
berán enviar una copia de su trabajo a los coordinadores de la sesión en la que
deseen inscribirse, y una segunda al Presidente del Comité organizador. La acep-
tación definitiva de los trabajos y su inclusión en el programa científico será
decidida por los coordinadores de sesiones y comunicada a los interesados du-
rante el mes de octubre.
2. Las ponencias no se leerán por sus autores en las respectivas sesiones (a menos
que se decida lo contrario por los coordinadores), sino que se resumirán por los
propios coordinadores y posteriormente serán debatidas por el pleno de los par-
ticipantes. La Secretaría de la AHE y el Comité organizador se encargarán de
reproducir y repartir las ponencias que se vayan a presentar al Congreso con la
suficiente antelación, para que puedan ser conocidas por todos los participantes.
Asimismo, enviará todo aquel material que considere imprescindible para el buen
funcionamiento del Congreso.

3. El desarrollo científico del Congreso tendrá lugar en el Aula Universitaria Ger-


mán Bernárcer de la Escuela Universitaria de Estudios Empresariales de la Uni-
versidad de Alicante. El aula reúne los requisitos idóneos para este tipo de reu-
niones, debido a su comodidad y excelente situación en el centro de la ciudad
de Alicante y disponer de todos los servicios necesarios.
4. Podrán participar en el Congreso de la AHE, como asistentes y/o ponentes, to-
dos aquellos miembros que al principio del mismo se hallen al corriente de sus
cuotas y pertenezcan a la Asociación al menos desde el año anterior (1988). Aque-
llos que no cumplan este requisito, o no sean miembros de la Asociación, tam-
bién podrán participar en el Congreso, previa inscripción en el mismo y pago
de una cuota de 5.000 pesetas; este desembolso les dará derecho, además, a ins-
cribirse como miembros de la Asociación.
5. Aquellos que deseen obtener información detallada de la organización y desa-
rrollo de cada sesión, deberán dirigirse a los correspondientes coordinadores.
Para obtener información relativa a cuestiones organizativas (alojamiento, viajes,
financiación, etc.), los interesados pueden dirigirse al Presidente del Comité orga-
nizador o a la Secretaría de la Asociación.
6. Durante la celebración del Congreso, la organización de las actividades científi-
cas, académicas y extra-académicas correrá a cargo del Comité organizador. La
dirección del Congreso será responsabilidad del Presidente del Comité organi-
zador.
ASOCIACIÓN INTERNACIONAL DE HISTORIA
ECONÓMICA
X CONGRESO INTERNACIONAL
Universidad de Lovaina, 19-24 agosto 1990

PROGRAMA

SECCIONES A

Al. El descubrimiento europeo del mundo y sus efectos económicos sobre la so-
ciedad preindustrial: 1500-J800.
Coordinador: Hans Pohl (Alem. Occ).
Comentadores: W. Reinhard (Alem. Occ), K. N. Chaudhuri (R. Unido) y
N. Steensgaard (Dinamarca).
A2. Transporte y comunicaciones terrestres del siglo XI al XX.
Coordinador: T. C. Barker (R. Unido).
Comentadores: J. J. Heirwegh (Bélgica), F. Carón (Francia y T. Hará (Japón).
A3. Empréstitos extranjeros, deuda y desarrollo económico. Siglos XIX y XX.
Coordinador: T. Szmrecsany (Brasil).
Comentador: A. Fishlow (USA).
Expertos: R. Cortés-Conde (Argentina), C. Marichal (México) y D. C. M. Platt
(R. Unido).
A4. Estructura y estrategia de la pequeña y media empresa desde la Revolución
Industrial.
Coordinadores: Th. Csato (Hungría) y H. Siegenthaler (Suiza).
Comentadores: G. Kurgas van Hentenryclc (Bélgica) y E. Chadeau (Francia).
Expertos: P. Robertson (Australia) y M. Lévy-Leboyer (Francia).
A5. Educación y crecimiento económico desde la Revolución Industrial.
Coordinador: G. Tortella (España).
Comentadores: L. Sandberg (USA) y R. Sonnemann (Alem. Or.).
Experto: V. Zamagni (Italia).

SECCIONES B

Bl. Efectos económicos de la Revolución Francesa sobre el desarrollo a largo pla-


zo de Europa.
Organizador: F. Crouzet (Francia).
B2. Estructuras y dinámicas de las explotaciones agrícolas: propiedad, modos de
revalorización, inversiones, créditos, mercados.
Organizador: M. Aymard (Francia).
B3. Desarrollo económico y demográfico en sociedades productoras de arroz: as-
pectos de la Historia Económica de Asia Oriental, 1500-1850.
Organizador: A. Hayami (Japón).
B4. La planificación económica desde 1945.
Organizador: A. S. Milward (R. Unido).
B5. Grupos étnicos minoritarios urbanos y rurales y sus efectos en el desarrollo
económico, 1850-1940.
Organizador: F. M. L. Thompson (R. Unido).
B6. .Metrópolis y sus Hinterlands, 1600-1850.
Organizador: P. Clark (R. Unido).
B7. Comercio y navegación en los siglos XIX y XX.
Organizadores: L. Fischer (Canadá) y H. W. Nordvik (Noruega).
B8. La mujer en el trabajo.
Organizadores: P. M. Klep (P. Bajos), J. Kocka (Alem. Occ.) y H. Thorborg
(Suecia).
B9. Desempleo y subempleo en perspectiva histórica.
Organizador: B. Eichengreen (USA).
BIO. Crecimiento y estancamiento en el mundo mediterráneo en los siglos XIX
y XX.
Organizador: N. Valerio (Portugal).
BU. Modelos de economía regional en la Antigüedad y el Medievo.
Organizadores: J. Andreau (Francia) y Lund (Suecia).
B12. Metodología e Informática.
Organizadores: Metodología: Vinogradov (URSS) y Th. Kuczinsky (Alem. Or.);
Informática: E. van Cauwenberghe (Bélgica), R. Metz (Alem. Occ.) y
R. C. W. van der Voort (P. Bajos).
B13. Liberalismo y paternalismo en el siglo XIX.
Organizador: J. Stengers (Bélgica).
B14. Producción, comercialización y consumo de bebidas alcohólicas desde la
Edad Media.
Organizadores: R. Wilson (R. Unido) y L. CuUen (Irlanda).
B15. El paño de Flandes y Brabante en la Historia Económica europea.
Organizador: J. Munro (Canadá).

Aunque algunos nombres son aún provisionales, los interesados pueden dirigirse a
coordinadores y organizadores; a la Secretaría de la Asociación c/o Fundación J. Or-
tega y Gasset; Fortuny, 53; 28010 Madrid (tel. 91410 44 12); o a la Secretaría de la
Asociación Internacional: Prof. Joseph Goy; Sécrétaire General; Ecole de Hautes
Etudes en Sciences Sociales; Centre de Recherches Historiques; 54 Blvd. Raspail;
75270 Paris CEDEX 06; Francia.
REVISTA DEL CENTRO DE ESTUDIOS
CONSTITUCIONALES
SUMARIO DEL NUM. 3 (mayo-agosto 1989)

I. SEMINARIOS
Rafael DEL ÁGUILA: Modernidad y emancipación.
Miguel Ángel APARICIO PÉREZ: La aplicación de la Constitución por los jueces
y la determinación del objeto del amparo constitucional.
Gabriel BOLZAT: Libertad de expresión y estructura social: el derecho de réplica.
José Juan GONZXLEZ ENCINAR: El margen de maniobra de un partido de go-
bierno.
M." Carmen IGLESIAS: Política y virtud en el pensamiento político. Antecedentes
de la filosofía política ilustrada.
Emilio JIMÉNEZ APARICIO: Las infracciones del procedimiento legislativo: algu
nos ejemplos.
Dionisio LLAMAZARES FERNÁNDEZ: El principio de cooperación del Estado con las
confesiones religiosas: fundamentos, alcances y límites.
Geoffrey MARSUALL: Declaraciones de derechos: problemas básicos (III). Liber-
tad de expresión.
Roberto MESA: Guerra fría, distensión y solución de conflictos.
A. PiZZORUSSO: Fuentes del Derecho.
Eduardo RABOSSI: El fenómeno de los derechos humanos y la posibilidad de un
nuevo paradigma teórico.
José Juan To HARÍA: El juez español: quince años después.

II. PONENCIAS PRESENTADAS CON MOTIVO DEL 2.» CENTENARIO


DE LA REVOLUCIÓN FRANCESA, EN LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA
DE BARCELONA
Bartolomé CLAVERO: Revolución y codificación.
Marta LORENTE SARIÑENA: Estados Unidos y Francia: la revolución a ambos la-
dos del Atlántico.
Antonio J. PORRAS NADALES: Revolución y Constitución.

III. DOCUMENTACIÓN

IV. ACTIVIDADES DEL CENTRO DE ESTUDIOS CONSTITUCIONALES

PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN ANUAL


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CENTRO DE ESTUDIOS CONSTITUCIONALES
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Revista de Estudios Políticos
(NUEVA ÉPOCA)

PRESIDENTE DEL CONSEJO ASESOR: D. Carlos OLLERO GÓMEZ


DIRECTOR: Pedro DE VEGA GARCÍA. SECRETARIO: Juan J. SOLOZÁBAL

SUMARIO DEL NUM. 64 (abril-junio 1989)


ESTUDIOS:
Luis SJÍNCHEZ AGESTA: Sobre la crisis del régimen parlamentario en Cari Schmitt.
Pablo LUCAS VERDÚ: Cari Schmitt, intérprete singular y máximo debelador de la
cultura político-constitucional demoliberal.
Francisco FERNÁNDEZ SEGADO: Las restricciones de los derechos de los militares
desde la perspectiva del ordenamiento internacional.
M. GARCÍA CANALES: Principios generales y principios constitucionales.
Antonio HERMOSA ANDIUAR: La concepción kantiana de las Relaciones Interna-
cionales.
Ferrán REGÜEJO COLL: Hacia una teoría politológica del Estado.

NOTAS:
José RUBIO CARRACEDO: Posición original y acción comunicativa (Rawls y Ha-
bermas).
María Teresa BERRUEZO LEÓN: La actuación de los militares americanos en las
Cortes de Cádiz, 1810-1814.
Fernando JIMÉNEZ NÚÑEZ: Actitud de las fuerzas políticas españolas. Demócratas
y Progresistas, frente al movimiento de unidad de Italia, en el período de
1850-1868.
Jesús Ignacio MARTÍNEZ GARCÍA: Razón jurídica y razón contractual.

CRÓNICAS Y DOCUMENTACIÓN:
Jorge ASPIZUA TURRIÓN, Ramón BERNABEU URBINA y Julio MOLINA BENAYAS: La co-
lección bibliográfica militar (1928-1936).
Miguel REVENGA SÁNCHEZ: Nueve años de gobiernos autonómicos. Un balance.

RECENSIONES. NOTICIAS DE LIBROS

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Número suelto: España 1.200 ptas.
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Números sueltos:
CENTRO DE ESTUDIOS CONSTITUCIONALES
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REVISTA ESPAÑOLA DE DERECHO
CONSTITUCIONAL
Presidente: Luis SÁNCHEZ AGESTA
Director: Francisco RUBIO LLBRENTE
Secretario: Javier JIMÉNEZ CAMPO

SUMARIO DEL AÑO 9, NUM. 26 (mayo-agosto 1989)

ESTUDIOS:
Alejandro NIETO: El positivismo jiiridico y la Constitución de 7978.
Fernando VALDÉS: La potestad reglamentaria en el ordenamiento laboral.
Ramón PUNSET: Conflictos de competencia.
Merce BARCELÓ Y SERRAMALHRA: Criterios hermenéuticas de la jurisprudencia del
TCF en reparto competencial.

JURISPRUDENCIA:
Estudios y Comentarios
Juan José SOLOZABAL: Libertad de expresión, información veraz y relaciones la-
borales.
Joaquín GARCÍA MURCIA: Recurso de amparo y negociación colectiva: una aproxi-
mación desde la jurisprudencia constitucional.
Antonio LÓPEZ CASTILLO: El Exterior y la Comunidad Europea en el juego com-
petencial interno.

Crónica, por Luis AGUIAR DE LUOUE.

CRÓNICA PARLAMENTARIA, por Nicolás PÉREZ-SERRANO JAUREGUI.

CRITICA DE LIBROS.

RESEÑA BIBLIOGRÁFICA. Noticia de Libros. Revista de Revistas.

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Números sueltos:
CENTRO DE ESTUDIOS CONSTITUCIONALES
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Revista de Administración Púbiica
Director: Eduardo GARCÍA DE ENTERRÍA
Secretario: Fernando SAINZ MORENO

SUMARIO DEL NUM. 119 (mayo-agosto 1989)


ESTUDIOS
F. GARRIDO FALLA: La consiitucionalidad de la responsabilidad patrimonial del
Estado.
J. SALAS: Defensa del consumidor y competencias de los diversos entes territoriales.
A. PÉRHz MORF.NO: Crisis de la participación administrativa.
A. SANCHE?. BLANCO: La participación como coadyuvante del Estado social y de-
mocrático de Derecho.
J. PEMÁN GAVIN: La uniformidad de las condiciones de vida como principio cons-
titucional.
A. CANO MATA: Potestad normativa sancionadora de las Comunidades Autónomas.
J. DELGADO BARRIO: Proyección de las decisiones del Tribunal Europeo de Dere-
chos Humanos en la jurisprudencia española.

JURISPRUDENCIA
I. Comentarios monográficos:
R, ALONSO GARCIA: El Tribunal Constitucional y la eficacia temporal de sus
Sentencias antdatorias.
A. DE ASÍS ROIG: El tiempo como factor distorsionante de los efectos de la
anidación judicial de los Reglamentos.
J. BARNES VAZOUEZ: La propiedad agraria: A propósito de la Sentencia del
Tribunal Constitucional 37I19S7, de 26 de marzo, sobre la Ley de Reforma
Agraria Andaluza.
II. Notas:
Contencioso-administrativo:
A) En general (J. TORNOS MAS y T. FONT I LLOVET).
B) Personal (R. ENTRENA CUESTA).

CRÓNICA ADMINISTRATIVA
BIBLIOGRAFÍA

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Números sueltos:
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REVISTA DE INSTiTUCIONES EUROPEAS

Directores: Manuel Dínz DE VELASCO, Gil Carlos RODRÍGUEZ IGLESIAS


y Araceli MANCAS MARTÍN
Directora Ejecutiva: Araceli MANGAS MARTÍN
Secretaria: Nila TORRES UGENA

SUMARIO DEL VOL. 16, NUM, 2 (mayo-agosto 1989)

ESTUDIOS:
Hans JuNG: El Tribunal de Primera Instancia de las Comunidades Europeas: As-
pectos de la ampliación a dos órganos de la jurisdicción comimitaria.
Carlos Tió SARALEGUI: La reforma del Fondo Europeo de Orientación y Garantía
Agrícola.
Begoña CERRO PRADA: El dictamen conforme del Parlamento Europeo y la políti-
ca exterior comimitaria: la problemática del artículo 238 CEE.

NOTAS:
Jacques STEENBERGEN: Comentario a la sentencia de 27 de septiembre de 1988,
asunto 51/87 (preferencias generalizadas/recurso de anulación/obligación de mo-
tivar los actos comimitarios / unión aduanera/contingentes arancelarios).
Albert MASSOT MARTÍ: El sector agrícola canario y la Comunidad Económica Eu-
ropea.
José María FERNANDEZ MARTÍN: Legitimación activa del Parlamento Europeo a la
luz del artículo 173 CEE (Comentario a la sentencia del TICE de 27 de sep-
tiembre de 1988, caso «Comitología», aff. 302/87).

CRÓNICAS:
Nila TORRES: Consejo de Europa. Comité de Ministros.

BIBLIOGRAFÍA.
REVISTA DE REVISTAS.
DOCUMENTACIÓN.

PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN ANUAL


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Número suelto: Extranjero 16 $

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Números sueltos:
CENTRO DE ESTUDIOS CONSTITUCIONALES
Fuencarral. 45 - 28004 MADRID
REVISTA DE LAS CORTES GENERALES
CONSEJO DE REDACCIÓN
Leopoldo Torres Boursault, José Luis Rodríguez Pardo, Antonio Carro Martínez,
Juan de Arcspacochaga y Felipe, Francisco Granados Calero, María Lucía Urcclay y
López de las Heras, Francisco Rubio Llórente, Martín Bassols Coma, José M. Beltrán
de Heredia, José Luis Cascajo de Castro, Elias Díaz, Jorge de Esteban Alonso, Euse-
bio Fernández, Fernando Garrido Falla, Antonio Pérez Liaño, Fernando Sainz de
Bujanda, Juan Alfonso Santamaría Pastor, Jordi Solé Tura, Manuel Fraile Clivillés,
Pablo Pérez Jiménez, Emilio Recoder de Casso, Fernando Santaolalla López, Fernan-
do Sainz Moreno, Piedad García Escudero y Manuel Gonzalo González.
Presidentes: Félix PONS IRAZABAL y José Federico DE CARVAJAL Y PÉREZ
Director: Luis María CAZORLA PRIETO
Subdirector: José Manuel SERRANO ALBERGA
Secretario: Diego LÓPEZ GARRIDO

SUMARIO DEL NUM. 15 (tercer cuatrimestre 1988)

ESTUDIOS
Miguel HERRERO R . DP MIÑÓN: Concepto y iuncián de los derechos históricos (Dis-
posición Adicional Primera de la Constitución).
Pablo PÉREZ TREMPS: El control parlamentario de la politica exterior.
Ángel LLAMAS CASCÓN: Los principios fundamentales reconocidos en las leyes de
la Reptiblica.
Pablo FERNÁNDEZ AIBAI.ADEJO y Julio A. PARDOS MARTÍNEZ: Castilla, territorio sin
Cortes (siglos XV-XVü).

NOTAS Y DICTÁMENES
Informes de la Secretaria General del Congrc-so de los Diputados acerca de diver-
sas solicitudes de comparecencia del Fiscal General del Estado para informar
sobre la Actividad procesal del Ministerio Fiscal en un sumario determinado.
Plácido FERNANDEZ-VIAGAS BARTOLOMÉ: Conflictos de jurisdicciórt e inviolabilidad.
Ángel RODRÍGUEZ DÍAZ: La legislación española sobre las elecciones al Parlamento
Europeo y el problema del doble mandato.

CRÓNICA PARLAMENTARIA
Juan CANO HUESO: El papel de los Parlamentos Autonómicos en el sistema de
cooperación interterrilorial.
Antonio PARAMIO DURAN: Asamblea de Extremadura: I Legislatura (mayo 1983
mayo 1987).
Mercedes HERRERO DE PADURA: El retorno de ¡a estatua de Isabel II al Congreso
de los Diputados: Historia de tres estatuas de tma reina.
DOCUMENTACIÓN
LIBROS
REVISTA DE REVISTAS

SUSCRIPCIÓN ANUAL (3 números) 2.300 ptas.

SECRETARIA GENERAL DEL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


(Gabinete de Publicaciones)
Floridablanca, s/n. - 28014 MADRID
Una revista triméstratde ciencias sociaies
sobre la agricultura la pesca y la alimentación

JULIO SEPTIEMBRE OCTUBRE DICIEMBRE


1988 1988

ESTUDIOS
ALFREDO CADENAS MARÍN
EDUARDO MOYANO ESTRADA La internacionalÍ2ación del seclor agroalimenlario español durante la década
D i « aftos de sindicalismo en la agricultura eyjañola (1977-1987). 1975-1985: una aproximación temática y factual.
ULRICH KOESTER y HEINRICH TERWITTE
ALBERT MASSOT MARTI
Las distorsiones de precios en la agricultura de la Comunidad Europea. La reforma de la política estructural agrícola de la Comunidad
A CASIMIRO HERRUZO
Biotecnología de la agricultura: efectos económicos e implicaciones para las po- P. RAMBAUD
líticas de investigación y agrarias. Modelos de cálculo y estrategias de identidad en la agricultura
JESÚS M. GARA YO URRUELA ROBERT BAGES Y JEAN-IVES NEVERS
Comunidad de Montes de la antigua Villa y Tierra de Laguardia en Sierra de Conflictos y poder en las colectividades rurales francesas en el momento de la
Cantabria. descentralización.
TCODOR SHANIN
t i mensaje de Chayanov: aclaraciones, fallas de comprensión y la «teoria del ELADIO ARNALTE ALEGRE y EDUARDO RAMOS LEAL
desarrollo» contemporánea. Arrendamiento y ajuste estructural en la agricultura espaAola.
FIORENZO SPEROTTO RAFAEL MATA OLMO y JUAN ROMERO GONZÁLEZ
Fuentes para el estudio de la propiedad agraria en Esparta (siglos XVIII XX).
Aproximación a la vida y a la obra de Chayanov. Balance provisional y análisis critico
NOTAS ANTONIO GIL OLCINA
ALBERT PUNTI í CULLA Declive y ocaso de la cnfiteusis señorial valenciana.
Análisis energético y relaciones sociales en la agricultura,
EMILIO M. OBIOL.MENERO NOTAS
í^l registro de la propiedad expropiable en la provincia de Castellón. La situa-
l o n agraria en el primer tercio del siglo XX JAVIER CALATRAVA REyUENA
ROBERTO SANCHO HAZAK
Cambio institucional e investigación en economía agraria: algunas reflexiones.
v* porvenir de la sociedad rural europea revisitado (a propósito de «L'avvcnirc
CIPRIANO JUÁREZ y GREGORIO CANALES
« l i e campigne Europee»).
Colonización agraria y modelos de habitat (siglos XVIIl-XX).
kLIOCRAFI
•• A
BIBLIOGRAFÍA
j - ^rtUcatff HbitM: RICARDO ROBLEDO: -Propiedad agraria en Andalucía».
Rafael Mata Olmo: «Pequefla y gran propiedad agraria en la depresión del Gua- 1. Crillca de libros: JESÚS GONZÁLEZ REGIDOR: «El futuro de la agricultu-
Mlquivir». MAPA. Madrid 1987. 2 tomos. 3)4-447 páginas. ALFREDO CA- ra espiañola y las prioridades en política agrt^limentaria». JOAN FRIGOLE REI-
^ t N A S MARÍN: «Some Lessons from the Modelling of ihe Spanish Rice XACH: «Socialists of Rural Andalusia. ünacknowledgcd Revolutionaries of the
iJMrket». Wesley F. Peterson. Agricultural Economics. I (1988). pp. 341-354. Second Repubhc». JOSÉ MARÍA MARTÍNEZ SÁNCHEZ: «La integración de
¡íysE M A R Í A ( J A R C I A A L V A R E Z - C O Q U E : «comercio honofrutícola y Co- España en la CEE y el seaor agrario de Castilla-León». ISABEL BECIERO PI-
munidad Europea ampliada: implicaciones para los países mediterráneos». Edi- TA: «Auge y decadencia de una casa señorial: los Osuna (siglos XV - XIX)».
Ufo por Malcobn Bale. The World Bank. Washington D.C.. 1986. JOSÉ MARÍA
CARLOS SANJUAN MESONADA: «Los impactos de la política macroeconó-
^ A R T I N E Z SÁNCHEZ: «Aspectos metodológicos del enfoque marxista al de-
arrollo por D. F. Ruccio y L. H. Simón: Comentario». Revista de Economía mica en la agricultura de Estados Unidos: un análisis de simulación». II. RescAa
Í F ¡ J £ 1 ° , ? " * * • I "I ' * sepliembre de 1986. LUIS PEDRO VILLAMERIEL: de libros. 111. Revista de Revistas.
Jjeaeralismo e integración en lá CEE. La experiencia alemana». Wolfgang Wcs-
rj*?-Los Estados deferados («LANDER») alemanes en la política de las Comu- DOCUMENTACIÓN
nidades Europeais; autobloqueo o dinámica pluralista. Revista de Estudios de la
Administración Local y Autonómica niimero 233 (enero-marzo 1987). II. Reae-
" • " «broa. III. R o b u de Reviius. FELIPA SÁNCHEZ SALAZAR
Demanda de tierras para roturar en España durante el Siglo XVlll.
"OCLMENTACION FELIPA SÁNCHEZ SALAZAR
Medidas de superficie tradicionales y su equivalencia con el sistema métrico de-
LUIS LOBO MANZANO cimal.
a ourguesía ilustrada sevillana ante la problemática agraria.

SUSCRIPCIÓN ANUAL PARA J9M


- Espada fOOO ptas.
Director: Cristóbal Gómez Benito
- Estudiantes ^?2S "'*'•
Edita: Secretaría General Técnica - Extranjero '««O ptas.
Ministerio de Agricultura, pesca y - Número suelto ,. '-^OO P'»?-
Alimentación Solicitudes: A través de librerías especializadas o di-
rigiíndose al Centro de Publicaciones del Ministerio
de Airicultura, Pesca y Alimentación, Paseo de la In-
fanVa Isabe" .;.° I, 28014-MADRlD (ESPAÑA).
PENSAMIENTO IBEROAMERICANO
REVISTA DE E C O N O M Í A POLÍTICA
Director: Osvaldo SUNKEL
Director Adjunto: Vicente DONOSO
SUMARIO DEL NUM. 14 (julio-diciembre 1988)
El tema central: «TRANSICIÓN Y PERSPECTIVAS DE LA DEMOCRACIA EN
IBEROAMÉRICA»
EXPOSICIÓN INTRODUCTORIA
Belisario BETANCUR: Más justo crecimiento. La Utopía posible.
P A Í S E S ANDINOS
Rene Antonio MAYORGA: La democracia en Bolivia: ¿Consolidación o desestabiliza-
ción? Comentario - Fernando CALDERÓN: Más plural, más progresiva... (la consoli-
dación democrática en Bolivia) - Francisco LEAL BUITRAGO: Democracia oligárqui-
ca y rearticulación de la sociedad civil: el caso colombiano - Gabriel MURILLO:
Hacia ¡a democracia participativa en Colombia. Retos y posibilidades. Comenta-
rios - Fernando BOTERO ZEA: En el jilo de la navaja: la democracia colombiana
en 1988 - Gary HOSKIN: Modernización social, populismo frustrado y esclerosis po-
litica: reflexiones sobre la democracia colombiana - Carlos HUNEEUS: La democra-
cia en Chile. Un enfoque institucional. Comentarios - Pilar GAITÁN: Instituciones
y proceso social en Chile - Manuel A. CARRETÓN: La democracia en Chile: de la
transición a la consolidación posibles • Osear LANDERRETCHE: ¿Nueva democracia
o nuevo ciclo democrático en Chile? - Amparo MENÉNDEZ CARRIÓN: La democracia
en Ecuador: desafíos, dilemas y perspectivas. Comentarios - Patricio MONCAYO M.:
Condicionantes económicos de la democracia en Ecuador - Germán PALACIO: Pre-
guntas malintencionadas de la democracia: a propósito del caso ecuatoriano - Fer-
nando RospiGLiosi: Perú: entre el acuerdo y la libanización. Comentarios - Jorge
PARODI: Decadencia económico-social y desintegración nacional: retos para la de-
mocratización en Perú - Hcnry PEASE GARCÍA: Perspectiva de la democracia en
Perú - Luis GÓMEZ CALCAÑO: La democracia venezolana entre la renovación y el
estancamiento. Comentarios - Alirio GÓMEZ LOBO: Intervencionismo y estabilidad
en Venezuela - Alicia PUYANA: Sobre la democracia en Venezuela y Colombia: ¿Por
qué divergen ¡os caminos? - Juan C. REY: Democracia, desarrollo y redistribución
en Venezuela.
MÉXICO Y CENTROAMERICA
Héctor AGUILAR CAMÍN: PRI: descenso del milagro - Edelberto TORRES-RIVAS: Cen-
troamérica: democracias de baja intensidad - Marvin ORTEGA: Democracia y parti-
dos políticos en Nicaragua.
BRASIL Y URUGUAY
María D'ALVA GIL KINZO: Consideragoes sobre a trasigao no Brasil - Juan RIAL:
Transición hacia la democracia y gobernabilidad en Uruguay: 1985-1988.
ESPAÑA Y PORTUGAL
Jordi SOLÉ TURA: Transición a la democracia y estabilidad: el caso de España -
Antonio GARCÍA SANTESMASES: Cesión y claudicación: la transición política españo-
la - Ludolfo PARAMIO: Algunos rasgos de las transiciones pactadas a la democra-
cia - Alejandro NIETO: La Administración Pública durante la transición y consoli-
dación de la democracia en España - César OLIVEIRA: Transifao e consolidafao da
democracia em Portugal.
EXPOSICIONES DE CLAUSURA.—FIGURAS Y PENSAMIENTO
Y las secciones fijas de: Reseñas Temáticas. Revista de Revistas Iberoamericanas.
Suscripción por cuatro números: España y Portugal, 5.000 pesetas o 40 dólares;
Europa, 45 dólares; América y resto del mundo, 50 dólares.
Redacción, administración y suscripciones:
INSTITUTO DE COOPERACIÓN IBEROAMERICANA
REVISTA PENSAMIENTO IBEROAMERICANO
Avda. de los Reyes Católicos, 4 - Teléf. 244 06 00 (ext. 300) - 28040 MADRID
REVISTA DE ESTUDIOS
AGRO-SOCIALES
ENERO 1 4 3 FEBRERO ABRIL 1 4 4 JUNIO
198S 1B8«
ESTUDIOS ~ ESTUDIOS
. ^ „ POLÍTICA PESQUERA COMÚN (1)
¡>. (JONZALEZ FEKKANDO I^ ^ I ^
Siiuxión xluat y persptcliyia del rttaáio « Eipo/lo OrtieMJ y evolución de la polllica pesquera común
C. ScKIAnNI R- SlMONNET
llalla Meridional: Actualidad y perspectivas de regadío La evolución común de pesca: Evolución y perspectivas
P w . ^ R- JAÉN VCRGARA
<J JWAIENCX) y A, UuNNOL» . . . _ , , ., , La inddenda on Espoño de lapoHUca comunllaria de cslruc-
Aproxtmaaón al análisis de la influencia del regadío en el ^ , ^ peaaueras
desarrollo económico de la Italia Meridional p o^rfADoÑoiio
L. SAKTOS PEREIKA La incidencia en España de la política comunitaria de recur-
Portugal: Actualidad y fiituro del regadío sos pesqueros
p . A. FERNANDEZ GAIKÍA
,'**¡^¡¡" ., , , ., ., „ , o, ., Valoivción crítica y alitmuivts a la política comiánilariadt
Laproducaónatrkola d^ regalo en Portugal: Situación ,¡^„ ^ , ^ ^ peaiutros.
actual y evolución previsible j L. CKUHA LI.A«Z» y ML MACUJ OOUSA
J - A. RAMOS ROCHA Impacto de la adhesión comunitaria para el sector pesquero
Comercialización y tran^ormación de los productos agríco- andaluz
las del regadío portugués C. BLASCO VIZCAÍNO y F. GONZÁLEZ FAJAKQO
I j , r», „ ,. £1 comercio agroalimentario andaluz con la C.E.E.: Previ-
J^DEMANDotx y O. MO.OU» ^^ ^ ^, sibles efectos de mustra integración económica
tJnentaciones productivas del regadío en Provenza-Alpes- ¡^ SEUHANO BERMEJO
osta Azul Determinación de primas de seguros agrarios: Una aplica-
T. GARCÍA AZCARATE y D. AHNER ción de los cereales de invierno en España
l^eformas comunitarias y desarrollo rural en las regiones me- L. RUIZMAYA
diterrúneas de la Comunidad Orientaciones lécnkxheconómictts de las explotaciones ap-arias
I I w. 4 R. SORIA Gim£RREZ.M. RODRÍGUEZ ZúwiGA y A. LANOREO NA.
J- L.MUNUERA ALEMÁN VARRO
impolítica de la gama de productos en la industria comer- ¡j, ^ r t m / m m contractual: El sector lácteo asturiano
jen, murciana pio!?^
ViSZi^. ~ I N F O B M A O O N , DOCUMENTACIÓN
NFORMAaON
• , DOCUMENTACIÓN y CONVOCATORIAS
» CONVOCATORIAS RECENSIONES DE LIBROS
«ECENSIONES DE LIBROS REVISTA DE REVISTAS
«EVISTA DE REVISTAS
ÍNDICE REAS. I»r7

''"'•
' ° \f^ SEPnEMBRE OCTUBRE 1 4 6 DICIEMBRE
ESTUDIOS ^ * "
» ^ . . POLÍTICA PESQUERA COMÚN (11) ESTUDIOS
"• « MIGUEL
Política exterior pesquera de la CEE • • • M. GARCÍA RUIZ
R. LosTADo Bojo y R. FRANQUESA ARTES La evolución de la agricultura de montaña y sus efectos so-
t-'aplKación de la política común de pesca en eláreamedi- * " ' " ««"«f'"'"''''' fwíaw'
terrúnea , , ^
R ROBLES P i . LAMO DE ESPINOSA
Situaría 'A•RiENT i gi ^ I y j Europea y la agricultura
^l<«K:ión y perspectivas de la política de investigación pes- „ "i^ y s
Quera en la CEE R. SANCHO HAZAI
C. NARDONE y A. Russi La formación del campesino y el desarrollo rural —el caso
S imvimienio cooperativo en la agricultura italiana español—
AndS'H^i '^**"^ **'^^ I • MANUEL BARREIRO FERNANDEZ y J . ANTONIO VÁRELA GONZA
""™f«'n"»/W(omien/o innovador de los agricultores LEZ
A PZÜZ^U"^ * '''f""''" Políticas de marca. Prácticas empresariales en el sector ali-
E¡ aan^ w¡j "*?• ."" * mentario y atractivo del nombre para los consumidores
" PVel del servKio de recuperación agrícola en la polllica
J í í ! ™ ' , * '" Prt'w» etapa del fmnquismo L. RUIZ-MAVA
' "^EEíz LANZAC El trábalo en las explotaciones agrarias
r^la^J'^P*''"^ compuestos en Andalucía. Eslruclu- j . MANUEL DIEZ MODINO y L. JULIO TASCO» FERNANDEZ
¡"bprni!^^ ' "^'"^ ""' '' " " ' * ° * Itúminosas y u modernización del sector agrario en la provincia de León.
ÍIV^"*"" J. BELRNA,. y W. SAUPE 1960-198}
^*^i^ Técnica de e:q^otaciones lecheras M. Ruiz PÉREZ
"«UPO DE iNVEsnoACKSN EN ECONOMIA RIOKWAL AnóUsís económico de euplotaciones ganaderas trashumantes
'^SS?*^?''''^"™!'"'^ la depresión socioeconómica NOTAS
NOTAS ^"""'- *P"<:^Kión
• al caso español INFORMACIÓN, DOCUMENTACIÓN

?'SSrsgSX¿Sr«^'^"°'' í^"sSííS^»Ros
¡|Kgl8Wíí¿TfM«» REVISTA DE REVISTAS
«•
VIST A DE REVISTAS
Director: Amonio Herrero Alcón SucripcMi awul p«< líW
^ t « : Secretarla Oemral Técnica - esímlit < 000 ptu.
Ministerio ele Agricultura Pesca ~ EttudiMtes 3000 pus.
y Alimentación ' — Eitr«njero 5.000 pcu.
— Número suelto 1.200 pus.
•"•
•• : A iravis de librerías espccializadu o dirigíndose al Centro de Publicaciones del Ministerio de Agricultura,
Pesca y Alimentación. Paseo de Infanta Isabel, n." 1. 28014 - MADRID (ESPAÑA).
PAPELES
DE ECONOMÍA ESPAÑOLA
LA KEVlSnin)NONia DE LAS GUAS DE A»)RROS

"EL GASTO PUBLICO


EN LA DEMOCRACIA"
• EL GASTO PUBLICO AUTONÓMICO
Y LOCAL
• C . Monasterio Escudero • A. M e l g i d z o
• J. Barea • N . B o s c h Roca
• F. B o s c h Ferré • J . A. Antón
y A. D i a z Alvarez

• LOS PROBLEMAS
DE PRESUPUESTACION,
EJECUCIÓN Y CONTROL
DEL GASTO PUBLICO
• V. E d o , L. d e Pablos • E. Zapico GoAi
y A. VaKAo • V. Valle
• V. Edo, L de Pablos • E . Fuentes Quintana
y A. VaKAo

^."31

• HECHOS Y TENDENCUS
' J. Alcaide Inchausti • J . - C . Chouraqui
• R. Alvarez Blanco • J. L. Raymond Bara y FUNIMCION FONDO M R * U INVESTIGACKM
• F. Alvira Martín J. M . Gonzilez-P&nuno ECONÓMICA Y SOCIAL
y J . García López • M . J . Lagares Calvo CAJAS DE AHORROS
> F. C o m i n C o m i n • J. Borrell Fontelles CONFEDERADAS
> V. Tanzi

FUNCIONES Y CATEGORL4S
ECONÓMICAS DEL GASTO PUBLICO PAPELES utom
DEECONOMU ¡ir
>M.)j.Kn
J. Segura 1. Coragedo ESMÑOLA
J. Barea M. Roig Aloaso
A. Díaz Alvarez lOLETINDESlISCURION DCMlMtaiMfi
R. Salas
A. García de Blas J. L. Lancho de León
n O M M i l M W i 110440002
J. C. Costas i Terrones J. Junquera González
y G. López Casasnovas J. Alcaide Inchausti
' }. Barea A. Zabalza Marti CaM
F. Lobo L de la Lastra
' J. Alvarez Corbacho
t e ^ .. EDITORIAL TECNOS, S. A.
ODonmll. 27 • T«l. 431 64 00 - 28009 Madrid

LA NUEVA HISTORIA
ECONÓMICA
EN ESPAÑA
Edición de
PABLO MARTIN ACEÑA
Y
LEANDRO PRADOS DE LA ESCOSURA

I. ATRASO Y CRECIMIENTO ECONÓMICO


1. GASTO BKUTO V FORMACIÓN DE CAPITAL EN ESPAÑA, 1849-1958: PRIMER ENSAYO DE ESTIMACIÓN.
por Alben Carreras de Odriozola.
2. EVOLUCIÓN DE LA SUPERFICIE CULTIVADA DE CEREALES» LEGUMINOSAS EN ESPANA. I886-I93S. por
el Grupo de Estudios de Historia Rural.
3. CRÍCIMIENTO ECONÓMICO y DEMANDA DE ACERÓ: ESPAÑA. 1900-1950, por Pedro Fraile.
4. Los FERROCARRILES EN LA ECONOMÍA ESPAÑOLA. II55-I9I3. por Antonio Gómez Mendoza.

II. LA INTEGRACIÓN EN LA ECONOMÍA INTERNACIONAL


5. LAS RELACIONES REALES DE INTERCAMBIO ENTRE ESPAÑA T URAN BRETAÑA DURANTE LOS SIGLOS XVIII
Y XIX. por Leandro Prados de la Escosura.
6. LA PRODUCCIÓN DE VINOS EN JEREZ DE LA FRONTERA. 1850-1900. por James Simpson.
7. LOS EFECTOS DE LA PROTECCIÓN ARANCELARIA SOÍRE LA PRODUCCIÓN DE CEREALES EN ESPAÑA.
1890-1910, por Jaime Oarcia-Lombardero y Viñas.
8. EL COSTE SOCIAL DE LA PROTECCIÓN ARANCELARIA A LA MINERÍA DEL CARBÓN EN ESPAÑA. 1877-1925.
por Sebastián Coll Martín.

III. EL ESTADO I N 1 A ECONOMÍA


9. EL GASTO PUBLICO EN ESPAÑA. 1875-1906: UN \NAi ISIS COMPARATIVO CON LAS ECONOMÍAS EU-
ROPEAS, por Pedro Tedde de Lorca.
10. DÉFICIT PÚBLICO Y POLÍTICA MONETARIA EN LA RESTAURACIÓN. 1874-1923. por Pablo Martin
Aceña.
11. INTERVENCIONISMO Y CRECIMIENTO AGRARIO EN ESPAÑA, 1936-1971. por Carlos Bárdela López.
12. LA EVOLUCIÓN DEL GASTO DEL ESTADO EN ESPAÑA. 1901-1972: CONTRASTACIÓN DE DOS TEORÍAS,
por Francisco Comin.

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CUADERNOS PE ECONOMÍA
Publicación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en colaboración con
el Departamento de Teoría Económica de la Universidad de Barcelona

Director: Joan HORTALA I ARAU

CONSEJO DE REDACCIÓN
Antonio ARCANDOÑA RÁMIZ, Anna M.' BIRUI.ÉS BERTRÁN, Jesús FRHSNO LOZANO (Secre-
tario), Joscp Pioft CAMPS, Juan TUGORES QUES

Secretaría:
Agustí COLOM CABAU, Ramón FRANQUESA ARTES, M.' Angels CERDA SURROCA

SUMARIO DEL VOL. 16, NUM. 46

ARTÍCULOS
Luis BoHIGAS SANTASUSAGNA y Joan ROVIRA FORN: El sistema sanitario en Cata-
lunya. Estructura y funcionamiento actual y sus perspectivas futuras.
Agustín GIL SANZ: Empresa pública y mercados oligopolísticos: análisis de las re-
glas de maximitar el beneficio y juego igual a coste marginal.
Catalina N. JUANEDA SAMPOL: El modelo HIRENA como un modelo regional-nacio-
nal para la economía española.
José Luis MARTÍN SIMÓN: El mercado de las externalidades en la economía del
bienestar. Dificultades en la aplicabilidad de la solución pigouniana.
Pedro RAYA MELLADO: Estudio de las fluctuaciones del tipo de cambio: el caso del
dólar, especial referencia a las condiciones monetarias y al nivel de precios.
Luis SUAREZ-VILLA: Innovation. Enterpreneuship, and the Role of Small and Mé-
dium Size Industries.

NOTAS Y RESEÑAS
Baleren BAKAIKOA: De William Petty a Keynes: Comentario sobre el Desempleo.
Patricio GARCÍA: «Shifting Sharest. Un comentario.

SUSCRIPCIONES
Se dirigirán a la Secretaría de la Revista (J. Girona Salgado, 18-26 - 08034 Barcelona
Tel. (93)204 06 00, ext. 284), rigiendo las siguientes
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España Extranjero
Suscripción anual 2.000 ptas. 30 USA $
Número suelto 750 ptas. 15 USA $
Número atrasado: s.e.
DESARROLLO ECONÓMICO
Revisto de Ciencias Sodoles

Volumen 28 Enero-marzo 1989 Número 112

ARTÍCULOS:

Lourdes SOLA: Choque heterodoxo y transición política sin ruptura: un enfoque


transdiscipUnario.
Juan Carlos TORRE: Interpretando (una vez más) los orígenes del peronismo.
Juan Carlos GARAVACLIA; Ecosistemas y tecnología agraria: Elementos para una
historia social de los ecosistemas agrarios rioplatenses (J70O-183O).
Jorge GEI-MAN: Una región y una chacra en la campaña rioplatense: Las condi-
ciones de la producción triguera a fines de la época colonial.
Roberto MIZRAHI: Las condiciones fundacionales del sector informal urbano.

INFORMACIÓN DE BIBLIOTECA

DESARROLLO ECONÓMICO —Revista de Ciencias Sociales— es una publicación


trimestral editada por el Instituto de Desarrollo Económico y Social (IDES).

Suscripción anual: R. Argentina, $a 400.000; Países limítrofes, U$S 36; Resto de Amé-
rica, 1<$S 40; Europa, Asia, África y Oceania, U$S 44. Ejemplar simple: U$S 10
(recargo por envíos vía aérea). Pedidos, correspondencia, etc., a:

INSTITUTO DE DESARROLLO ECONÓMICO Y SOCIAL


Aráoz 2838 - 1425 Buenos Aires • República Argentina
EL TRIMESTRE
ECONÓMICO
VOL. LV (1) MÍXICO, ENERO-MARZO DE 1988 N C M . 217

SUMARIO

ARTÍCULOS:

Paul COOK: Liberalización y política de desarrollo industrial en los países me-


nos desarrollados.
Paul KRUGMAN: La nueva teoría del comercio internacional y los países menos
desarrollados.
Lance TAYI.OR: La apertura económica. Problemas hasta fines del siglo.
Fernando or MATEO: La política comercial de México y el GATT.

NOTAS Y COMENTARIOS:

Carmela MESA-LAÜO: Respuesta a una reseña de Olga Ester Torres R.

DOCUMENTOS:

Síntesis de ¡a tercera reunión de Funcionarios Responsables del Comercio E.xtc-


rior de América Latina.

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Blanco Canales (tres volúmenes). 35.000 ptas.
FERNANDO LÓPEZ RA.MÓN: La caracterización jurídica de ¡as Fuerzas Armadas. Prólo-
go de Eduardo García de Enterría. 2.500 'ptas,
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cionalidad (1918-1939). 1.700 ptas.
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Javier Pérez Royo y Pedro A. Cruz Villalón. 3.000 ptas.
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Pablo Lucas Verdú. 1.800 ptas.
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de 1978. 1.600 ptas.
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logo de Ruiz-Rico. 2.200 ptas.
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Francisco Tomás y Valiente. 1.900 ptas.
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Juan J. Solozábal Echavarría. 700 ptas.
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naturaleza del gobierno. Estudio preliminar de José Antonio Maravall. 800 ptas.
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nio Hermosa Andújar. 1.400 ptas.
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ción de M.' Luisa Sánchez Mejía. 1.400 ptas.
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liminar de Jacinta Maclas Delgado. 1.200 ptas.
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