El 3 de junio miles de familias, mujeres, jóvenes y niños nos
movilizamos de manera pacífica en Cali y en todas las ciudades de Colombia por la defensa de la vida, por la defensa de los más vulnerables, de los que no tienen voz, somos miles los que estamos convencidos que una sociedad verdaderamente avanzada es la sociedad que protege la vida como un valor intrínseco de cada ser humano sin importar su condición física, origen, género, etnia o etapa de desarrollo.
Desde el Concejo de Cali celebro que la Corte Constitucional,
siendo coherente con el espíritu y los fundamentos éticos de nuestra Constitución y el sentir de muchos colombianos, ratifique que el aborto no es un derecho fundamental, porque el aborto -así lo quieran mostrar como la cuspide de la libertad de la mujer- jamás será una práctica respetuosa con la dignidad humana, ni con los derechos humanos, ni con ninguno de los valores de nuestra sociedad.
Por el contrario, el derecho a la vida está siempre en el centro,
es superior, es inviolable y constituye la base y el sustento para ejercer los demás derechos, porque sin vida no hay derecho a la educación, no hay derecho a la salud, ni a la seguridad, ni a ningún otro derecho.
… y aunque, desafortunadamente, esta decisión no revierte la
despenalización, ni revierte la posibilidad de que mujeres continúen abortando bebés hasta los 6 meses de gestación, si constituye un logro y un precedente jurídico importante para quienes creemos que todas las personas en Colombia tienen el derecho inherente a nacer y existir.
Desde esta curul, creemos que el deber del Estado no es ofrecer
la muerte, sino ser garante de los derechos de las mujeres que no tienen redes de apoyo familiares y enfrentan embarazos de riesgo o inesperados, el Estado debe promover una cultura de vida que les garantice recursos médicos, acompañamiento, educación y programas sociales para que las mujeres puedan tomar decisiones informadas y consideren opciones que no impliquen la terminación de una vida humana.
El enfoque de seguridad humana y la lucha por los derechos de
las mujeres y niñas empieza en el vientre materno, Colombia es un país de vida.