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Investigar sobre la política fiscal y monetaria tomada por el gobierno

central del último año

La política de comunicación de un Banco Central es fundamental para la


efectividad en la implementación de una estrategia de política monetaria
basada en metas de inflación. Por esta razón, es importante explicar, a la
opinión pública en general y a los agentes económicos en particular, los
vínculos existentes entre la política monetaria y la política fiscal. Como sugiere
la literatura económica, la coordinación de estas políticas es un factor clave
para alcanzar los objetivos propuestos. En ese sentido, el presente artículo se
concentra en como el comportamiento del Gobierno afecta, de forma positiva o
negativa, el accionar del Banco Central.

A comienzos de 2012, la Junta Monetaria aprobó la adopción de un esquema


de política monetaria de metas de inflación (EMI). Bajo este esquema, el
objetivo principal de la política monetaria es la estabilidad de precios, la cual se
busca tomando en cuenta la evolución presente y futura de múltiples variables
que pueden alterar la senda proyectada de la inflación. Una de esas variables
es el diseño y ejecución de la política fiscal y la influencia que estas acciones
podrían tener en el desempeño prospectivo de la inflación.

Quienes son los organismos que crean la política fiscal

En términos generales, la política fiscal es realizada por el gobierno para


cumplir con los objetivos de provisión de bienes y servicios públicos,
redistribución del ingreso y estabilidad económica, entre otros. Su principal
instrumento es el Presupuesto que contiene el plan anual de ingresos y gastos
del Gobierno. Si la política fiscal arroja un resultado presupuestario positivo, se
dice que hay superávit, es decir, que los ingresos han excedido los gastos. Por
el contrario, si la política fiscal es deficitaria se requerirá algún tipo de
financiamiento, interno o externo, para cubrir la brecha entre ingresos y gastos.
Es en este punto donde la coordinación entre las políticas monetaria y fiscal se
hace más necesaria, ya que si la política fiscal resulta en aumentos sucesivos
del déficit, la política monetaria deberá apuntar a una contracción de los
agregados monetarios que evite una espiral inflacionaria, con eventuales
efectos en el crecimiento y el empleo. Más aún, cuando el déficit público es
financiado internamente puede generarse lo que se conoce como efecto
desplazamiento o crowding out, que no es más que el encarecimiento del
crédito privado por el efecto de la demanda de recursos del Gobierno en las
tasas de interés. Los retos de coordinación son mayores cuando el acceso a
las fuentes de financiamiento del déficit es limitado. Esta es la situación que
enfrentan las economías emergentes en tiempos de crisis, como se explica a
continuación.

Quienes la conforman, quienes la ejecutan

Para alcanzar los objetivos que acabamos de explicar, los Estados se valen de
una serie de organismos o instituciones intermedias. Estos medios pueden ser
directos o indirectos. Dentro de los directos encontramos al conjunto de
instituciones del sector público (Estado, comunidades autónomas, diputaciones
provinciales, ayuntamientos). Mientras tanto, los medios indirectos se refieren a
los denominados poderes tácticos (banca, multinacionales, asociaciones de
empresarios, sindicatos), los cuales gozan de un amplio respaldo tanto
económico como social.

El objetivo es que en conjunto, todos estos organismos e instituciones


intermedias avancen juntos en la misma dirección para conseguir que las
políticas económicas sean efectivas y cumplan los objetivos propuestos.

A su vez se podría realizar una segunda clasificación de las políticas


económicas desde el punto de vista sectorial. En este caso estaríamos
hablando de política agraria, industrial, energética, de transportes, comercial,
turística o de viviendas. En cualquier caso, los objetivos de las mismas siguen
siendo idénticos, aunque a una escala menor: pleno empleo, desarrollo
económico, equilibrio económico exterior o estabilidad cíclica y de precios.

Porque está formado este organismo

En el balance de estos bancos hay tres grupos de activos:


a. El encaje: formado por el efectivo (dinero legal) que guarda en su caja más
depósitos que el propio banco haya abierto en el Banco Central. Con el
encaje el banco comercial mantiene la liquidez necesaria para las peticiones
de dinero legal de sus clientes. La autoridad obliga a mantener un
porcentaje de efectivo sobre el conjunto de depósitos reflejados en los
recursos ajenos, llamado coeficiente de caja o de liquidez. El encaje da
liquidez al banco comercial pero le priva de rentabilidad, dado que el dinero
legal es un activo que no genera rentabilidad alguna en forma de intereses.
b. Los activos rentables: buscan obtener intereses que redunden en la
cuenta de resultados de banco. Debe combinar estos activos buscando los
de mayor rentabilidad. Se debe distinguir la cartera de valores, de la de
créditos:

 Cartera de valores: son activos financieros emitidos por diversas instituciones


en forma de fondos públicos, obligaciones públicas y privadas
y acciones de empresas; se persiguen diversificar su activo con títulos
rentables y de entidades seguras.
 Cartera de créditos: son operaciones típicas de los bancos comerciales,
permiten a sus clientes realizar gastos que no pueden financiar con
sus ingresos actuales y reciben intereses y devoluciones del préstamo. La
autoridad monetaria obliga a respetar un coeficiente de solvencia, que
relaciona los recursos propios del banco (capital y reservas) con los créditos
concedidos que se clasifican según su riesgo.

a. Los activos reales: son partidas más solventes pero menos rentables del
activo de los bancos comerciales, son las tenencias menos líquidas.

En cuanto a los pasivos hay que diferenciar:


a. Recursos ajenos: constituidos por los depósitos a la vista, los depósitos
de ahorro y los depósitos a plazo que aseguran cierta estabilidad a estas
imposiciones. Son los ingresos ahorrados por los prestamistas en última
instancia del sistema económico.
b. Recursos propios: representan las cuentas del neto patrimonial. El capital
y las reservas son los fundamentos de la solvencia del banco; son recursos
que el banco no tiene que devolver.

La gestión de las diferentes partidas de activo y pasivo de los bancos


comerciales constituye la esencia del problema bancario fundamental: la
combinación de las partidas del balance para alcanzar un punto de equilibrio
entre solvencia, liquidez y rentabilidad.

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