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DEL TEXTO AL GENERO. NOTAS SOBRE TA PROBLEMATICA GENERICA JeaseMague Scuanrres ‘De todos los campos en los que retoza la teorfa liters ‘de los géneros es, in ninguna duda, uno de aque- lo en los que la confutién et mayer, Esto me parece que ede explicarse porque las teorae genéricas ponen de ma: Difesto a menudo de manera exacerbaula algunas dieu fades, incluso aporias, que estructuran numerosas teorias Ierari 1, Plamtearé, para empezar, que la mayoria de laste tas genéricas no som verdaderamente teorasliteraras, si ho mus hen teoias del conocimiento..uiero decir con esto ‘que tt dimbito transciende la teorfaIeraria propiamente dicha y aboea a debates de orden ontologic “Tova tworia genérica conecta aparentemente con una pregunta definitoria, que tiene mas o menos la forma si- sient (U) cQré es un ghaera? Eta pregunta ha dado lugar alas més diversas respues- tas: el ginero seria ya una norma, ya una esencia ideal, yun modelo de eompetencia, ya un simple término de cat ifeacin al cual no le corresponderfa ninguna productive fad eextal propia, cte. Pero lo que me veupa aguf ahora ‘no son tanto esas respuesta milipls ydvergentes, como ‘marco en el que, la mayorta de las veces (pero no siem- “Tlloisina: -Du pete an genre. Noe ur a rblématique tno, pac en Pole 3,198, pg. 3-18. Pract de ‘ton en Fre eal ysis on mt "fae dcendia ya por Klas Hempler, Catngthori, Manic, 1075, Sm embargo lt comcasnee aia ue gn Hempler so ope 156 eas eau sear pre ni obligatoriamente), éstas se formulan, La. pregunta (), efectivamente, mo es, muy a menudo, ada ines que luna forma abreviada de la pregunta siguiente: (2) Gaal esta telacon que vical el (ls) texto() con ON nas qe de una forma w otra, el termina sgencror pase or el cortelato por definir de ee otro termine, sopoectanent te conacia, que serial stexion Sin embarge cae ae smulacin corre el riesgo de exar suetas dos conser imayores En primer higar, mezcla dos preguntse dicen, {es que son; por una part (2a) "Gul e Ia reac que vncula los textos con les fncein? F, por ota (2b). ZC er Ia relaciin que vincula un texto dado Seflaré mds adelante en qué esta mecca e inicio dle una confusién mis fundamental. En segund lupus defo que me vor ocupar ensegua, leona por ma casuaresinceeny vemanica, amenaes tn ee ‘debate generico de forma subreptcia hacia ls presume (8) _¢Cualies son ls relaiones entee los fenvmenos em ircos y's conceptos? Es cierto que el paso de (2) a (3) noes obligaoro, pe ono lo es menos que la mayor parte de la teotias ender as de eso practican ese delizamienta cuyo indice tis Mamativo me parece que radica en que se empieza uno a hacer preguntas sn fin en cuanto a saber qué es, parodia, ddo.a Hegel, umds realmente reals, los géneros 0 fs exton individuals. Ni que decir tiene que desde el momento en que se nos hha levado de (1) a (3), ya esté hecha Ta jugada, ln pelota ‘pasa a los filisfos que coreen el riesgo de it volvinosela A pasts adininitam. Porque, partir del moment en que Line sistemas genéstesronsinteo (de Fe: Schlegel, por ‘fanplo), lo del Helin alr (Sceling, Seger y Fle Sal igual que a tera de Croce, Gene, exe reaper Bo ha eatne toga strc ln niumeratlereaizmes © snibaenae portions gee 9 apran en Hl que for tmules cxplicdomentc Ia peta ontllgien que connitaye tlfundarmento real desu discus generico, Hay que ata: Siew ya, Sn bag, en ‘etapa cx inl porque fo dnico que hace es imponce la Concusin de que toa argumentactn rachonal es impos! iSeen ee campo erica en cl que decide por una ora {cons genérien impli que uno se para con tos sta {or al Campo ae 1a onaioga correpondtent Por ejemplo, es evidente que ef icutsohegeiano sor te las generos yc sntera tin ene. que se encam, ton direcamente depencentcs de una onologia reali pa: fr caal loreal a nuoreaizcda del Conogyo™ Por i contaro, fa plémica croceana contra las tovas gent teas x tndeogable deg posein nominalita gue Ho ve tn lar categoria gentle nada mas que wpaciad-con- Crpfores Un ca fof intresante ex ele ort pend tm natticen mbsia ora de te sbos ey cto 1 gaa reac en ela de on gneon ates me efoto ec sme, or a, ‘hven tntn fue wernt Sal (ol weer GW. ov ie ee Be hd 3, 7 Pree ees pots gene sg yj scout aa oe 0) esa re tegen de cece eal Perper 138 rica de Fr. Schlegel, el cul combina un relisina lismo, ambos sregionaess: la poesia antiguas , gendrien, ‘mientras que la poesia post-antigua seria a genera, Esta scotomia ests fandamentada en y por la ontologa toma, tiea, que es una ontologia dualista, que postula que le An: tigiedad ex la edad de la hegemonta dela Objet (yy ‘or tanto, tambign de la hegemonta de los nero con tee Deco las obras individuals) que, pore eonwarioy Ia ‘ad psa, gra ore mace de Cle toy se caracerza por la ogee dela Subj bre la Objetivdad y, por eonsigiente, dela rae ia idles con respect & los prinpiosgenéres) Ks Hempler, en itr ya chad, techae a ver das poscionesrealitasy ls poscones nominal y pose ne el constetivismo (aha Paget) como remelia Hl consracivismo representa una sitesi eer ls po sicons tradiionals de norinalisno yd reaao, pe {© que no considers lon coneetosfecrales como ages cle, pero o te etrgn tm rors ope ta con tepecto a on inion coment, ya se toes en un sem planio cn actin, coins ‘Smo consrueiones reslantes dln efoedn enr e Sujeto 9 ef objeto del conocimient En o qu se reir In eowia genvica, etn psn consirucivista conc, she ete bisa an ‘aciin com do etapa wa in iter momento aad ei se textual, oo qe cn gual, un pu de alo Papa Jogeto, el fei debs uslzarpeferenement Is meen dehoga perecionads por Inet des sean Que es igual, debe proedcr x una ican tse wg I base de a mepcon generic de stem 8). Enum segundo moments tran de atucura ext base tential Lm naturale consrecvin dees ean aera en crn ener a in ls ena) uel Se cy fe "Spin i mini Dn Westra, aot, pg. 2 m-Teet0 at oo 150 turacén se pone que estriba en el hecho de que debe fan sdamentarse en una reflexion ertiea que se manifesta en ‘contra dele tentativas de estructiracion anteriores, teen: ‘doen cuenta, claro eat au «grado de adecuactin abjeiva NNo voy a plantear aqui saber si el constructivismo es preferible 0 no lay otras dos teoriar en el plano pistemoldgico', aunque slo fuera porque la discusion ‘orveria el riesgo de ser infuctuos’ la tenis, defendida por hnumerosos epistemélogos’, segin la cual Se tata de un problema de decisin no fundamentad ni fundamentable fntes que de una cuestin de verdad ofaledad., me pare- ‘e més que plausible. No me detendré tampoco en ef tra: tlcionalisme al que parece estar condenada una teria que por razones epistemoldgieas, y por tanto de principio, de be fundamentarse obligatoriamence en las sadquiscioness sel pasado. Semejante concepeicn asume la idea de un ‘evoluccn lineal de algo que seria el sconocimiento liter Flor, que, en gran pate es mi parecer, una cen, 20- bre todo en lo que ata alas categoriasgenéricas que, en slewse de eu Ristori, han enteado on atrategine incur Sivas completamente heterogéneas unas com respecto las Lo que ms me importa es constatar las convergencias fundamentales que unen el constructiviamo al realism y al nominalismo, convergencias que derivan del hecho de {que lo tres transforma el dicurto genérien nun dicar- ‘spr nase prin. ‘civkadtteletal armosiea por tn psectamente cov el contac eer eretorie rane seynehirmieenesncvan oe PARTE vermin veer ce upc de evade Hep wer, Gener, 160 eave senanrag 40 ontolgico. Con est quero decir que para poder pre sztarse acerca de las rlacioncs ontlogeas entre teen ¥ éneros, es preciso primero haberlosconsituido en na Cxterordad recproca. Semejane externa relprocy Au vex, slo se impone x se rilca el tento, endear a {ele considera un analagon de objeto Tic, ys se ve'en €l genera un érmino rancendente sete ea ta Si queremos alejar el debate genérico de esta fala die puta, hay que dejar entonee de Hlentiear la pregunta (2) «con in pregunta (3), x decir, hay que abandbonat a el ‘cin del tea ¥,corrlativamente la den de una ext Fiordal de upo ontldgico ene texto ener. La oor, ‘ons no hee coun ten no ms en de lema ontalgic, sino que ox propone las sventajos de fun tileman, 2? SP? NE BO Pr Ta 2. ¢Desarcollan los géneros la esencia de a teratue sa? {N¢ exsten, pore contrario, cm reales nada mds «ue los texts individuals, mientras que los gencros slo sm pm concep, su sm cases res de biblotecaro? 70 entonoes hay ue admit que a se trata de tna cosa i de otra 3, en certo modo de Jas dos a la vex? ‘ Son cra ants preguntas que emtorpeccn la tcorfa ge évien pero que, l menor eh ih opinion, no tenen Tan de ser. ello, por Ia smplerazin de que extn asada £0 ds psalain npr nec save como aulogon de objeto fscoy el nero come cxteion sta transcendental (en el eso de las teoran nominal: tas, pecudoesteriondad, 0 lo que es igual, pura mada, ‘de hecho). f ee Quisiera partic aqui del postlado de la exterior deb rpm no pe em pogo pads dt tranny ‘ede ge et i rp ‘sid’ Paras ee dea rece eta yore ue eal fe Sain ec aan), ey Se ‘a pratt Tethane, Munich T8P, be toon pag a ro abv 161 desis impliacone. Hay que desacar primer al flo pr thea dela exesioriad fone, dela ya sea como es exipelon teoriea,ya como clscuso normatvo (yen i mmo término, como conjunto de normas piclgcamentc interiors}. Ea ol pemer ean, ia exurorad es pura Y simplemente la que existe ent dor fence: el ue uno duc elon sea en este caso un metaesto da cetamente un tnlant eapeca In elacin que los une (y que parece ser Sst resp), pety. no ane nnn pb tun epitemolog epetal Aa, la racine que unen Ibert ela nels dee Seg! con su novel La pueden descriins come la relacones gue uen un pro- fama con a realizcdn; basa para co con adr Ia {ractbemacn dele propodtiones decaraiva dM. t0- tia en propsiiones precipivas, En cuanto al problema dle a genericdad como nora imeiorizad, tae al por: thlade de un tenmingintermediatio entre un conunte de {eos Yan tect etvibeal ot aroie alacant (do geercnconatio por ete conjunto, Se tata cn ts so de un principio de exlcacign secundaria tendente suf epaso de una exegoia de textos ao texto dual que se aromoda en algunos ragos a esa catego- tia en ningan caso pretende el postulado de la norma ienérica fndar una eategorta de izaos Go cal que ocx. fre con las teri geniieas fundamen en tuna ono- login real) Entre et cir de vil enteric hay ue it~ rencia fs que se potala como ndadora de un eaego- Finde textos, en tanto que molde de competencia,exenela Cua, euch univer, et: Slo en el marco de ex ‘tts donde problemen genie se random tn problema covlogica” Ad ue ne parece que el por- {tlado de srejante extcrioridad cs completamente inade- ‘sa ein St nos questamos en el nivel de a fenome- ‘alldad empca,la cola genética extaia considera so tora el dar custin de un Conf desde teow ie formals y, sobre to, temas: por tanto, es tnitodes pueden scr perfecamenteexpleadas definendo [i generiedad como un componente textual, lo que e& igual Is reaciones genérient como wn conjnto de rim ‘Srldurs (ees 9 menos tranaformadors), Geese mito we sea cst componcote tera. Slendo la erature inattuional po ‘efncén, ln gence pode explicate perectarente ‘Sano wa oegoce sepotiions, inkaions,pratore, al dd un texto eon respect» tv, 0 cress cl ecercog ttn postulade tn scontundents como cl de tna truce © trode de competed, tern tinea supe yu que no eclara huchas role eowas que tna consepel Trantestoa de In genericided™, Adem, ete postlada tr Fandocondo en beside en suo on pas te ona tn conideracén la dicentida eeracialment cities In genericidad c impone une perspectivadnicamente cls featrn que ignors In capecieidad de In vlan gone "Una vents evident de una defini puramente tx vaal des prentcided rele on que Gis permite Bi txiterto empiric, Io cual nox el cao de fs torts nu logic en ts qu los sgéncrow won, por defiacdn, wang: ‘idenales an textual por ella mismo emplrcame te lnabordabe Un ejemplo algo sexo (para un lector del siglo 2%) Pe yet eee Cinarorio de lr teoriasgenéricasontlopeas tat des ‘at venue que puden Cararee de una aprntncion txt tual a ln problemntica gentrica, Se trata de un confunto dete pion slemanes que se remontan bo gon San Ahora bien el siglo tn yuna parte del Xx hn que- Fido desbrr en (erfa ms facto decir: debajo de) ctor textos un genero, quest ha bautzada ds eile Hdne pon dicho de otra manera, pepea ra god Lon {exon a baurzatonsn a Cnn deb Nigel Pome ‘ke Waar cl Pama de Ditch, Pa de Ott, Poo de Kudriny otros. Como ocurrerecnentemente ela co as genera oli enn de te eo va insona con i conaacin de un nero cal pone Gila a ber I eypee ona de inspracn arti ‘ermos ya aqu la sferlidads de semefante diatom, so bre todo en sus prolongaconesideolglcs: a cpopeya he- "Ver ms aan Geers Paine, Pai, Sai ont TET AL CNERD 163, rica y la epopeya cortsana se oponen como el alma ger Indnica a un producto de importacién francesa, como la poesia espontinea a la pocsa artificios, como la poosia po lar a lr porta cule, » también como la poesia originaria {una poesia mis tazdia, y por consiguiente, menos esen cial y mis fetcia.Y allo sin hablar de rasgos mas preci- Sos tales como ln Bideidad viel opuesta a an amor afemi- hha el culto al valor opuesto la languider cortesana, et. “Tad exto se resume cn la esis central que die que la epo- peys hevoica muestra Ia esencia de Ia germanidadl: Aqui (en ls tngen se nos present la imagen de to que sido la csenin Ia manera de persar y de seni sdevesios anteparaos, aly como la Feyenda ns a ha faa conocer haca e ao 500" Desgraciodamente, este expiitu germénico no se plas: ma dele misma forma en todas las obras, pues incluso Tas nis fees a eateorigen tienen elementos extraios, de ma trom que a legn s uns jerarquinacion sogdn la cantidod dhe capita germnicor ai, en la Canin os Nidlingn el tdemeato germnico teria todavla hegeméniea, en EI Poona {& Kusunel debiltamiento ya se dejarts sentir, mientras que fn La Murs de Alpert no aba asi huellas del auténtico ‘spiritn germdnicn. ‘Coma vemos, el género exté consteuido enteramente partiendo de tna proven rerupatoe: en les textos esco- fidos se aidan uno 4 uno los elementos que se consideran felacionsdos de alguna manera con esa gemaniche Welians- ‘Hauge deen torno al afo 500 despues de Cristo. Hay que subrayar que eso elementos po constituyen de ningin mo do una eategorta de similitudes textuales entre las diferen- tes obras, pero, uno por uno, estan en relacién con esta Wellanscasang postlada ancerormente. Lo que se ha cons- truido, por tanto, es un género meramente imaginario, de hecho, un texto ideal del que todos los textos empiricamente reales no son més que é20s mas o menos Iejanos. Como mucho, semejante operacién nes deseubre cules son Tas TG, EURIMUANY, Goce dr dtc Ltt i a Augen sos Mita, "Fel; Schosbsod, Moi, 1953 pig HE 168 ssa scare fuentes de determinades elementos temiticos, de manera que el género no es el de los textos ni el del Steff (materia) de esos textos, sino, a lo sumno, el de determinados ele mentostemiticos postulados como fuente. Ahora bien, en- ‘wetanto, se he potide mostrar que este wgénerom, que hac ‘ba hecho correr ros de tinta paritica y nacionalista, es, texwalmente hablando, inexstente. En un texto breve, pero decisvo, Heinz Rupp se ha dedicado a un desmantelamien- to a conciencia de Ia epopeya heroiea, simplemente deci- ‘diendo dejar provisionalmente a un lado sls logros del pa saudoe (es decir, la tradicin universitaria) y remitigndose ‘los propios textos", Precisndo y ampliando las conclu ‘ones de Rupp poxemos sehalar concretamente que: "= La oposicén epapeya heroiearepopera arcirica es Légicamente inconsistent, pues qe, en el primer cas, clgénero estd definido por Sus fuentes, mientras que en el ‘tro cauo Ia definicin se basa en la presencia dean mi Imo personaje, Como mucho, pedramos opener la epope- ‘ya heroica (de origen germénico) a una epopeya de origen, aie Al niane tcxapoy la cpopays bersin vee wel Wilegio descr unde sprimitvae, ms cercana a origen, se Ia epopeya llamada cortesana; wT esis de una oposicign entre un género épico he- rico y un géuero épico cortesino, quc existrian simul rneamente en el siglo 3th alemdn, es ermpiricamente refue table: hay tantas similitudes texcuales entre los textos ar ‘mados heroicos los textos lamados cortesanos, como las {que exsten entre los divers textos lamados heroics 9 Ios ‘dversos textos lamados cortesanos (y precisando atin mas: fn los des easos hay las msmas similitudes). Por ejemplo, ‘contrariamente a lo que alirma Ia vulgata (6rica, el cle ‘mento maravillowo no interviene menes en los textos sheroi ‘ase que en les textos wcoresanos". Y, ala inversa, ls = ‘mas del heroism y dela fidelidad no eesernpefian un pa~ pel mds importante en los primeros que en los segundos", Ty, nding aye i dni hi ag it yi ee et Te i we Oi, a rt ae a i ti it a see acral a eh Rim De re AL NERD 165, — Desde ef momento en que se deja de construie un .género a partir de supuesta fuentes de determinados ele mentas temnticos, para dejarse llevar por fared de simi tudes textual (ormales, narrativasy cemaica) que se tcje entre los diversos textos Iamados heroicos y los diversos textos lamades coresanos, ol fanasms de una epopeya be- roica alemana se desvanece completamente: el eonjunto de festa literatura Epica del siglo XiTalemn que incluye te- mas de ongen germénieo o de origencéltico, consituye un mismo géaero épico, especie de teratura de consimo eo- friente (para las corte de los pequefios noble alemanes), ¥ que mezcla las fuentes tematieas mis diversas, Eailfsti= Eamente se siti en la encrucijada dela Spielnannspiky de Ta gran literatura epiea de Tos Wolfram von Eschenkbach y los Hartman von Aue. Ade de exte sinertiamo et tieo, el género se caracteriaa por el anonimato de sus tex- tos, porls constancia de algunos personajes y por una te- rmatiea también sinerética puesto que tiene a hsionar lor rasgos heroicos (extrafdos, bien de las antiguas tradiciones [Sermaniens © eicaoy biom de In canciones de gota) cont Faugos cortesanos tales como Is Minne. Esta literatura épi fa es, en toma, una literatura de transicién que prepara fl camino ala literatura novelesca, como la novela de armor (por ejemplo Flow wid Blanche de Konrad Fleck), la no- Vela conyugal (como Mai nd Bal), etc. De este’ modo, fos rasgos heroiens no definen la naturaleza de un género, sino que slo muestran uno de los miltiples elementos que entran en un género fundamentalmente sinerétieo, sin di dda a imagen ¥ semejanza de la mentalidad del pabico al ‘que va digi, ‘Me parece que este ejemplo ilustra bien lo que entien- ‘do por hocion de exterioridad genérica’ el procedimiento ‘que consiste en eproducit la nocién de un género, no a partir de una red de similitues exicente entre wn conan fo de textor, sino postulando un texto ideal cuyos textos reales no serfan mas que derivados mis 0 menos perfec- us eligi recure, ew Bogue,» aris dea degenerain. Taal x endentemente uns mc de fra Eta mia bn {atin se pone eno toane x promni suse de lent 166 rns sa seman ‘os, del mismo modo que, sein Patén, los objetos empi- Fieos no son sino copiasimperfectas de Tas Ideas eters ‘Las relaciones de parenteseg intervienen entonces en ‘re ex texto ideal y tal 0 cual elemento de tal 0 cual texto real aisladamente, sin que el conjunto de rasgos asi extra dos ta un conjunc de Sinlindes entae los dilerentes textos reales. La epopeya heroica escieramente un gener, pero no un géneroliterario del siglo Xi es un gener met terario el siglo XIX, un géneto de la Germanis 3. La idea de gfnera corn ended extratetual y fame dadora de los textos cobra apavieacia de plausbiidad en ‘el momento en que se considera el texto como un anelegon ‘de objeto fico. Lo que lamamos Ia eoncepcién del texto- frganismo” tiene, entre otras funeiones, la de hindamen- tar esta analogia entre fexto y objeto sco, esta reifeacién nel verdadero sentido del emino— del texto, Estat Joga, en verdad pray simple identificacin, esti en total desacuerdo con la fenomenalidad propia de ia textualidad fn tante gor dieosse linger: Koen rr a eta de un sitema cervado, sino mie bien lee una ‘eadena abievta. Hay agot un primce hecho que me parece ide bastante peso: aunque Ia metéfora del organisa fico no pretende explicar el funcionamientolinghfstico del tex "o, Sino sinieamente su estucturaci como sistema semi Tico seeundarios, podemos interrogarnos acerca de estatato de una canceped nalidad Ting" ‘Uns segunda consdeacin me parece también muy de tisiva: ls teorias genéticas ontol6gicas admitenianplicta tente que Ia empiricidad se reduce al universo de lor ob. jets Fsteos. Site limita, por el contraio, la empiricdad fal término mucho mas adecuado de hea (Tatty), 46 ve on dlaridad que un texto, aunque participe del mundo de los hechor empiricos, no est de ninguna manera obligado Gancpsiin ques emoreau me remota Angie, pero qual logs nr aatnveamente pertinent eh are debs res sk atin se vy seems he yet lenge comin gL de dsr ete dese et iP iGemencilad inguin j vrs eran {que hace tan poco caso de la fenome-- bes mae acura 167 4.seF un cbjct fisica, Es um hecho comunicativ expec 0, es dei, un eonjnto complejo formado al menes) por un canal de comuniacion de esructara dada y un acto (0 sin conjunto de ator) comuniativa(s) que acwaliza(n) ese canal El abandono de la tsi del textorsnalagon de objet Rai co tiene varias consecuencias. Primeramente, la concepcion aque pretende que el texto literari cx m sitema sut6n0- tho cerrado y unified, patiendo Gnicamente de una lee- ura inmanentey no elerenial,piende su solide de vie dencia natural. En lugar de sceptarls como sostenida por guna esencin secret den iteraidd, se verd ms bien tivella un modelo de lecture, 0 sea, un hecho prescr ‘o. Se tata entonces de una lectara posible, fundamenta- dia ala ver em ragosestuctoales del canal de comunica tii y en un algoriomo de lctura que ba legado 4 ser hegeindnico desde a Gpoca roméntica. As, cuando M. Rie fateree firma squeal referent noes pertinente prac an ls qe eae ng eal ari o c bra en funeién de esta comparacim, hay que veren ello tun emanciado preserptivo que propone wn made de lee- tua, y en tanto qu tl este perfectamente jusifieado; me incling en cambio a ser eacépico cuando leo el ttlo del ccna en el que esta afirmaci se insets, a saber: La explicacin de los hechos Iteraioss" itslo que parece indicar que Rilfterce piensa realmente no en propones tmodelo de lctra, sino en exponer el modelo explicativo ‘ea naturaera de un objeto Mico que seria agua sobre itera. 'No pongo en dda que el modelo de lecura propuesto por Riflatere (amis bien: rtomade por el de la tadiion Fomingis) sea mis eo que el modelo reerenilinta, aun ‘que slo fuera porque ene en cuenta la postivdad del he ° Dade lege soporte de tad texto um bjt Bie, me sox sempre que rate dun texto oro (jo aio de wt See eet Me 8. 168 EAN MARIE SCHANFER cho textual, Ademés, este modelo concuerda, ino con los ppactos de Iectura que proponen todos los textos literarios fe toda Ins épocas, sl mencs con el pacto de lectura que Dproponen munnerosos textos de determinadas épocas™. Pe Fo toda esto no nos concede, de imgin mov, et dereeho ‘decir que la lectura inmanenteexplica ol textoIiterario, ‘Como se explca i constitucign de un objeto Misco, puesto aque el texto posee, en tanen que hecho de comunieacién, ‘ta partcalaridad propia de que €l no es algo que est por expliar, sino algo que ext por leery, ocasionalmente, por Jnterprear. Asi pues, toda lectura es una resultante de, al tenas, dos factores;'a saber, dos intenciones" 0 estrate- iar comunicatvas, la del codificador del texto y I dl des codfieador. Atabae pueden oeultarse parcislmente, pero sus Tclaciones comprenden necesariamente clementos mis © me- nos aleatorios, aunque alo Tuese porque en un texto 0 hay fn-ack en act, contrariamente al que ocurre en una ‘onversicion de viva voz entre dos interlocutor. Esto se ‘ve particularmente claro en algunas formas de poes Ii 2.'y me prequnto si al menos en parte. el frenestinter- pretativo que provocan no reslta del her acu que ef Darga a toda lectura ante un texto que rechaza tematizar st intencionalided comunicativa, y que proveca por allo ‘mismo una especie de suspension provisional del sentido, 6, mejor dicho, de la activided semantica “Aungue es cierto que el modelo de lectura inmanentis- ta es mis rico que el mouelo reerencialista, esta ventaja dela lectura romntica sobre la lectaraclsica ha sido pre= ‘isamente abolida, porque a lecturaclsiea no se imitabs f ser referencialsta (deberfamos precisar, por otra parte, ‘que este referencalismo estaba por lo general al servicio fle una Teetura ica), sino que estaba rouy directamente = A an vi pron ce fins am ree [Be man or jomple) roponen cars reeves, 0 que ‘Sera ea eonlemar que cient uaa hora veri “i idonna deinen ne apne a ao peal de wn vide sm nena erent al testa (oa mod dee tur) pve mane prt ata ames de rane tetas propio, {re a pe espe rua dena meni ns texte AL NERO 169 dirigida hacia Ia transteatualided, hacia la genericidad fn este caso. Ahora bien, la lecturatranstextual consituye ‘on enriquecimiento con respecto a una letara dnicamen- te inmanente, aunque sélo sea porque reinserta el texto i+ dividual en la red textual en Ta que extd cogidlo y dela que a Teceura inmanente Io aia artificialmente Si segues la erminologia propuesta por G. Genete, la genericidad (Uamada arcetintifad) no ex mas que wn dd'losaspectos de la transtextualidad que abarea ademas Ta paratextualidad (Felaciones de un texto con su titulo, su subtttulo y, mis en general, con su contexto externo), la Jnterestuaidad (la ita, ln alusin, etc), la hipertextuali= dad (eelaciones de imitaciin/transformacién entre dos textos fo cntre un texto y un call) Ia metatextwalidad (rlacio- nes entre ua texto y su comentario). Bn tanto en cuanto modelo de Tecra fa transtextualidad activa muestra mds spect textuales que laectura puramente inmanente, por no hablar del hecho de que permite tener en cuenta la dir ‘ens institucional dela Meratura camo conjunto de re- fs texte, (Ou ventaja de una aproximacién transtextual reside en que desmiente la idea ampliamente extendida seqin la ‘ul el texto en 40 interoridad pura constituye algo asf co ‘mo una sélida parte de realidad dotada de su sentido in coy definitivo que el comentario s6lo tendria que weset brie". Por poner un ejemplo, no se lee, desde luego, de ‘Rcd que temino he sido frnde por G. Guerre, A np Wade ue ae emt eh wan pig Que sigan texan, of tc ea frma Son dni in tai dl ema recurrent coments o progestin, Em evant «irra, la neers esr bupuest Samat a uy cp can de deprae tt nn one Renal. La core prince sein de et es erin da faerie or Pe gain emmaicn so 6 cn upnnto oi sont do tn de anc ‘i curtain arnblen nos des mayors non sn Iectura com comrwcrine, om Ler Gd don, Pata, Seu, 1978, ed Saou fp Pin Sea 7H 0 Jesneianatacetnert 1a misma manera Le Crit aux Olcies de Nerval cuando se Feeurte un lecturs puramente inmanente que cuan- ‘do Io lemos como hipertexto cel Discus du Chrit mar di It de Vice de monde de Jean-Paul. El paratexto deter ‘mina también en parte el moda de leeura: ver que ol poe- 1a que figura bajo cl ttulo eoletiva de Chindrs orienta Ta leecra hacia una direcein nnuy distinta de Ta indieada por el slo elective Myitiome (en kr Pte Cte de Bo tne)”. En este caso, una leetora puramenteinmanente del texto de Nerval es ala fuerza empabrecedora, puesto que silo aprovecha una parte de las potencialidades com nicativas” de su texto-abjeto. Desde luego, dejando de la do el problema de las variantes textual, hay que admitir ‘que ninguno de estos factores hiper © paratextuales ataie ala substanca significance de la cadens linghisiea: «Cuan ‘que dio el alia alos hijos del barron, Pero to no es un argumento a favor de una lectura puramence smanentc, pursto que, como toda lecura esttica mi derma, tiende ala simbolizai6n, ome allie de hv signifi ‘sncién, Ahova bion, no quoremoa neger cn absolute la per tinencia a este nivel de los factores Wanstextales para la ‘osttucién misma de la iterpretaciénsimbelia que, apar te de a estructura textual, se fandamenta también siempre (aunque fuera de manera implicita) en indicios ranstex ‘males (elementos architextusles: la pertenencia genériea, cte,; elementos paratextuales: gar de publicacin, et epfgrafe, ete; oeasionalmente, elementos hipertexuales: texto-fuente, 0 elementos metatexuales: radiign del commen taro univenitario, et). * Oho cements partetal importante: a mene liad de Jeans que pedi al pooma el moments dela pbc Ueber eae pr tr ep cao oar rl ela anes pserioreea er gu evidence ope ede al Serciee mip wae ce yeieslinh ems ‘evs, ie ene venta de ea cane termina spor techs le Rrra ferent eet lle ton ore ome mania) ner ect ont roe at othe m 4. Genette propone subsumir la genercidad bajo la categoria mas general dela architextualidad, que comprende ‘el conjunto de las cateyorlas generales, 0 transeendentes (de las que es muestra cada texton", y, eapecialmen te, junto a la genercidad, los tipos de diseurso y los mor ‘doe de enuncinciGn. Me parece, sin mbargo, que bay wna diferencia fsndamental entee la architextualidad y Tas de~ més formas de transtextualidad: ela hipertexto posee su hipotexto, cada intertexto su texto citado, cada paratexto texto que inchuye, cada metatexto su texto~objlo, mien tras que i bien hay architextualidad, no hay en tambio ar thitexto, sino en un sentido metafSrico, Las eategorfas dl interteto, del paratexto, del metatextoy del hipertexto de terminan parejas relacionales de textos", mienteas que en, fcaso de In arcitextvalidad no hay nada de est, Enarfamostentaton de decir entonces que Ia architex- tualidad define més bien una relacgm de pertenencia, Pe- ro surge aquf una segunda difieulead, no ya entre a archi {entalidad y oe deme modalidades de la transtextuslidad, sing en el interior de la architextualidad misma, entre I (genesicidad y ne otros dos terion que @. Genet le aia de, los tipos de discursoy las modalidades de enunciacion En elcato de los modes de enunciacién y los tipos de dis futio, tenemos daramente uns relacién de pertenencia™ ya que todo texto pertenece en efecto, bien sea al modo na- rativo, bien al modo dramitico, o'bien al modo mixto, por lo mismo por lo que Pertenece a tal o cual tipo de Siscurs0". Se puede expresar Io mismo dicienda que esas ‘dos categorias (con ws divisiones)definen (en comprehen: Sin) clones de textos. Respecto al componente genérico, Lasunto es mis complicado, y veo aqut el indicio de una, Tae & ce, oi 7. Erque un hpertest, gor empl, pueda tne vray hpotexs ‘ono cabia nada en ata aol felconal slo temin eo} ps mat pci arm av nn Ce "azn we ope ri a que un text penne vara de at categoria (a tenes et To gu rpeca ier de dacs) °F Otro peolema es, eidentement, olde aon de cero Se de texos par de un determin ps de dca, Ver par ee Pr ‘fata "Poponov, La Gres de cary mm, was nant san rochomogeneidad de estos res subgrupos de Ia architex- tualidad. Ciertamente, en tanto que categoria de casi ‘én retrospectiva, Ia genericidad también fanciona como relacin de pertenenia, ya exe nivel a homogencidad es. ‘aria, por tanto, salvaguardada. Nos podrfamos limita en- tonces este aspecto de la genercidad postulando explei- tamente que esta categoria no ex otra cosa que una nai de clasfieactn, Pero al hacer exo se despejaria un aspecto importante de la genericdad, a saber, su carieter operativo con res: pecio a los textos, Hay, en lo que ate a la prodctividad textual, una diferencia de régimen esencial entre la gene eidad y los modos de enunciaci (@ los tipos de disear- 0). La dleecign de una modalidad de enunciacia es con ‘icin previa de todo texto y éste, a8 ver, no tiene ningun Inflaj sobre el scari de 1a modalidad de enunciacinele- sida: la determinacién es de sentido nia, To que permite decir, en particular, que tal 0 cual texto pertenece a una deterininalla modalidad de enunciacién, Por el contratio, fen el capo del componente genérico, debemon decir que fo: 4 texto moxie asim genero: el componente genértco de tun texto no es nunca (salvo rarisimas excepciones) la sim pl reduplicain del modelo genéri constitu por I Se de texts (supuestamente anteriores) en cuya esta se si tia. Al contrario, para tado texto en gestacin, el modelo genérico es un smaterials, entre otros, sabre el que stra js, Bs lo que he llamado anteriormente el aspecto din Imico de la genericdad en tanto que funei6n textual. Ete Aspecto dinamico también es responsable de In importan fia de la dimensién temporal de la geneviidad, at bis ici sto me retrotrae a la confasin ala que aludia al prin: cipio de este texto y que compete a [a identficacin de dos preguntas que seria preciso, por el contrario, diferencar, 2 saber: (2a) {Oud es Ia relacién que une for testos con los sgéncro8? (2b) Cuil es le relacién que une un texto dado com sus género? La primera pregunta tafe a la problemtica de la cla be Tmo AL CERO 3 stccin retoapectva y pede resolver en términes de pertenencla una clac de textos. La segunda pregunta, Pore conario, se pede interpretar de dos manera dle: Tenino bien a habla del texto come elemento dei das, bien como objeto hixisy es wt momento, La conk $n resulta el hecho de que, en general, estos dos epee: tor se contraponenradiealmente, Ahora bien, textoren funmto que surge eau omentof, no petenece crit femene al ginero tal y como ext consitui seroopct- Seeanint Gr, caneisinreesin duns ericgeea ola tenor que va de C2 t= (exept cl cao limite en gue €i textos extuciado en mu comteso historic, es al mismo tiempo dune de Ta sere de os texto de fa asian restropettna). Pata cules texto duno temperaments fntes de el moro generic est constitaide die tent por Los eto amertores, lo qu agin que mo deo generico textual no es nunca (av en el caso Inte Sobre que acabo de habla) Séntio al moro genico raroepecre "Tomemor como punto de paride un género G forma: lo por ia else tenia Tay Dyer dy ey gh Boe genero se deduce sobre la bate de na casiicacion retrospectiva, decir, que no ha sido Had mada mas que cuanto tim teto dela cre ha entradoen el creo de Ia comt- tiaclon socal: sO a parr de Ge momento podcmos dcr que el conjuto 1a, b, ech ef €) forma ta dase dlinich por G8 ahora nor preguntamos fle, por em poy ln aca de econ el general gus epericnecer no ito, en abo tomat como reference a gener © {Gntves no pertinente en el momento 1) ana subg Po Go wn cl mule gricn cn el mtmnento (ames rceraho qu ene ode sbarguc tdos for texton ate over ates desir, que puede haber at no-congrocnla tntre las rlaconeseaablecdas por la claicaion retro psn sania gene etal cv mei {ndoen el interior del horizon temporal abarcado por ladacficacin retrospectva). Desde eg, siempre ex or sible pregunarse acre de las relaciones entre € 9 Gy e- fo strata de una pregunta trivial que comporca tna Yee Desa trivia: como semento de la cae defile por G Cpertenece a. La reqncata no tene gram inifée or m HAS MARIE Seana {que no se apoya en la gencrcidad textual fv ate, sino em 1h elasiieactén setroopectva La problematica genérica puede, por consiguiente, ser boca bajo dos dngulos diferentes, Sin dda complemen {arios, pero, sin embargo, dstinto: el geneeo en tanto que categorta de elasfcacion retrospectiva Y la generiidad en tanto que funcin textual, Bl estatuto epistemoldgica de es tas dos eategorias no es idéntie, La constitu del gene ro depende estrechamente de laestrategia dscursiva del me tatexto (por eonsiguiente, del teérico de la literatura) es 41 quien elie, al menos en parte, las fronteras del wénero, {Luin lige el nivel de abstraceidn de lox rasgox que se- leccionaré como pertinentes, y 4) Finalmente, quien elige el modelo explicativo (yest tte punto es deisvo, puesto ‘que ata al estatuto concedido ala genericdad: ef mole- Toestructralista, por ejemplo, es mucho mis poderoso que tun modelo historcista:el género, en é, tendra tendencia ‘constituiese en auténtion modelo de competencia). Estd ‘aro que, en cuanto a la clase de textos seleccionada, nos ‘encontramos con simples parecos de familia, milena (Edin, pom dois con lap palabtas do'Watgsawtcs. 1s ‘eserategia discursiva del taérien se ejerce sobre exta base: tes decir, actualmente al menos, la elaboracién de un mo- ‘deo de competencia que permita generar Ios invariants textuales, El empleo mismo del téemino de modelo de competen cia indica a tendencia, bastante extendida, de proyectar ‘el texto ideal construida sobre la empiriidad textual, y de Postular que los textos han sido generados desde exc mo” ‘elo de competencia. Pero me parvor «pe haciendo exo cae- ‘mos en um error ligico (de logica temporal). Es ésta la razén por la que propengo diferenciar Ia genericidad del iéneroy consierar este timo como mera calegoria de cs Sifeacion. Lo cual no significa que el género sea una cate goria arbtraria: se fundamenca tambien en la textualidad, puesto que se manifiesta por similitadestextuales. Pero, 2 tiierencia de la genericidad, no se tata de wna categoria ‘de lt productividad textual: ef género pertenece al campo de las cateyorias de Is lectara, estructura un cierto tipo de Tectura, mientras que la genetcidad es un factor prodict= vo de ia constitucién de la eextualidad but reste steam 15 Qué ocurre con el aspecto normative de las categorins igenéricas? En la medida en que la genericidad clasifcato~ fia (es decir, cl género) es una eategoria de la lectara,con- tiene, eavo est, un companente prescriptivo; es, por lo tanto, una norma, pero una norma de letura. En lo que tafe Ta generic, hay que pensar, ante todo, en los fcsos en que una obra literaria proviene directamente de Ja aplicacin de una teoria genériea, 0 a, de un metatex to leo no en tanto que eomjunto de proposiciones descrip tivas, sino en tanto que algoritmo textual: pienso ahora en Tas milaiones que mantienen Lacinde de Fr. Schlegel y Heri @Oferdnger de Novalis con las tetas de la novela des trolladas por sus autores, Sin embargo, en la mayar parte de Tos caso, Ia genercidad no renslta de Ia aplieaciin de ‘un algoritmo metatextual, sino de un remiendo poco més" ‘o menor transformador del armazén de uno o vatios hipo- textos: en este cate, podemos,evidentemente, portular que ‘ios hipotextos son normas, pero eate postulado ex super {Muo, Una tercern posblided serfa In de un texto funda tutta eu une sme de Ivara tates iodead (2 Alene hhorizante de expectativa) qu Ia transformarf, por consi= _guiente em algoritmo textual. Pero ext claro qu, a ta ‘és de redleos més o menos amplios, ee caso remite otra ‘ver al segundo: por una parte, la norma de lectura se far ‘datnenta siempre en relacionestextualer; por ota, la relax ‘idm hipertextial specifica de Is genercidad, en In medi- dda en que implica generaimente varios hipotertos,presi~ pone la consttueién de una norma de lectura aplicada a ‘s10shipotextos,o sea, sin dua, la consttucién de un gé- nero (clasiicatorio), norma transformada en algoritno tex tual, Asi eada texto tiene su propio génere. También se podria decir, a la inversa, que el género en tanto que me= titexto (ls clasifiacionesy teorias genévieas), pose su pro- pia yenericidad, 0 sea, un algoritmo especifico que progra: tna la reeseritara de los textos-objetos en el metatexto: a senericdad de la Exéica de Hegel, por ejemplo, noes idén- fica la del At podigee de Blea. Evidenterente, volvemos ‘encontrar qu dl problema de las estrategia discursivas. ¢Es nevesario ahadir que st hay genericidades metatexua- les exiten también géneros metatexuales: por ejemplo, el género steoria genérica del klealisno alemn, fundamen 116 Yeas ane scare tado en la categoria de los textos ettios de Solger,Schel ling, Hegel, Rosenkranz, ete? Pero tanto x formulamon como s no tales normas genGricas,es0 no concieme ales tudio dela genercidad textual, puesto que, de todas ma: eras, Ete etd scondenadon a constr sobre la base de In jain de relacionestextuales (la misnoa cosa es valida para el genero en tanto que casfieainretoxpetiva) Sin Auda he utltzado agut un poco ata lige el terminode ‘ions Miperxaale:propueso por Geete. Ahora bien, ste tino parece iniear wns reli exlist de un texto an otro text, dos condiciones demasiado forzadas para dlar cuenta dela genericidad, En primer haga, larelacin senérica est a menudo (sno en la mayoria dels cass) © implicit, o predeterminads por simples anotaciones pi ‘atextuales del género snowela,wtelato de aventiras, ete De ah, xn duda, nintrodccin de un término especifico en Genet, fa areata, que estaria tentado de leer timo telerido «ese modelo de letra transformade en ae sori tex que poten grate caro hase cla generciad en tanto que productvidad textual, Pero Se tats precismente de un posto, si hay wn arch texto no pedria ser nada mis que est expecie de texto ideal, modelo de lctara, que poslamos como interne Alri entre ol conjenta de lee hsptesto iplicioe yo h- perteto en cuerin 5. Kat muy caro dnde se sin el problema central de una tcoria textual de la genericdad: mientras que en el caso de la hpertextualidad, en el sentido de Genet, se puede descubrir una estrateyia discursiva que une wn hi- pertexio a su hipotexto, no sucede lo mismo en la mayor parte de las relaciones genérieas entre textos, De ab, vie sdenterpente, la tentacén de recuri al postal de wn mo- elo de competencia. Siempre hay pacto hipertextualy pe- ro muy a menudo no hay pacto genérco explicito, y x ay ‘uno, norinalmente no es de fale textual, sino que se lie ‘ita la mayoria de las veees 4 indicaciones paratextuales. De hecho, el problema est, sin duda, mal planteado: Jos textos que fancionan como modelo genético esi pre sentes de algin medo en el texto en relacién al cual de- sempefian esta funcién, no, car eit, como cia (intertex a, rexte at cénen0 7 ‘ualdad por lo tanto), sino como armazén format, narra- tivo, temitico, ideoldgieo, ete. Dicho de otra manera: la relaci6n architextual que postulamos esté basada siempre fen una relacién de hipertextualidad (ms o menos milt- tle) de heko. El problema real no xe plantea, pues, en el nivel de los hechos textuaes, sino en el de ‘en el de su causaldad. Ahora bien, en este nivel, el ca. récter eminentemente institucional de a literatura, y por ‘onsiguient la circulacin textual que esté en la base sma de la genericidad, debe tenerse en cuenta. Puede re- sultar dif, en tal 0 eval caso particular, reconstruir el reeorrido de esa eirclacin hipotextual (y su mediacién oes ‘Sonal através de las normas de lecura o de lo algorit- mos metatextuales) que conduce ala genercidad propia de. hipertexto en euestion, pero el postulao general de seme-, Jane circulacign es Ia condicién sine qua on de todo est ‘io dela yenercidad (y, sin duda, de todo estudio lteraro) Por otra parte, me parece que poremos encontrar una confirmaciéa paradijica de esta ditmensiGn de la Iteratira tml hecha de queen ln-que atafe a ampliag musirac re fa leratura llamada seria dela época contemporinea, e& muy diffe jar clasficaciones genéricas, incluso aunque Se presten bien al estudio de la generividad. La tesis ro- ‘mantica de Ia genericidad de la hteratura moderna puede recibir con ello una confirmacién al tempa que una expli- ‘aciGn trivia: el desarrallo de Ix circuacion literaria. (de- bdo tanto a causas tecnolégicas como sociales) en el curso de Ios slkimor siglo, tiene coma consecuencia una plicacidn extrema de los modelos genéricos potencales, de Tnanera que la actividad genérica (ligada als reflexividad, ‘mds pronunciada cada dia, de la llamada Titeracura seria) muy esimilada por lo textos modernos, canduce a tal mul tiphicacign genéniea que las clasficaciones son muy diffi les de extablecer. Ewe hecho es slo paradéjco aparentemente: pues de- masindo a menudo tenemos tendencia a identiicar la ge- nericidad com wna de us regimenes, ef de la eduplicaciin, mientras que el régimen de la tranformacion genérica (dle desvfo generico, por consiguiente) es muy importante tam bign para comprender el funcionamiento dela generiidad textual. HI earicterheyerénico de uno u oto regimen varia va seaeunnae sxiseret cevidentemente, ya sea con el estatuo institucional litera tra cua, literatura de consumo corrient) o con la €poca hhistérica (una época clisca tiende, en yeneral, a limita los mudelos genérieos, mientras que, deste el romanticism, 1a tendeneia ex rade bien a la mulplicacin). Pero ex pre ciao insur on que lot dos regiments, aparentemente con ‘radictorios, on las dos caras de una misma func text “Todas las siilitudes textuales no xen, por supuesto, pertinentes desde el punto de vista genético: si no, la ge nericidad se identificarfa con la ttaldad de Tos extudios terarios, si definimos ésos como el estudio de los caracte- res generals de los textos literarios. Cuando establecemos tuna easificaciin genévieao cuando se estudia la prodet= Vidad genérea de un texto dado, se plantea entonces el pro- blema de los rasgos de simibituel que se tendrin que selec: cionar como pertinentes para la espesifidad genéria, Penso que tno de les eriterios esenciales que hay que considerarex el de la copresencia de similitudes en niveles textuales diferentes; por ejemplo, en el nivel moda, formal combi alacven iegsol wondraris at'panite ncolsl Fio exigir eel conjuto de esas raseos que pueddanintegrarse para formar una especie de texto ideal determinado en su tunidad: éste es sin duda el caso de la reduplicacion genéri- ‘a (as, cuando se Jeen muchas novelas policiacas, a legs {tener In impresién de que siempre se tata ce Ia mistna, pero en ef momenta de Ia tranaformaciin genéviea, Los ra 0s seleccionads (por la transformacibn) estan a menudo menos integrados. Af, ln actvidad de transformacion ge nériea ejereida por Dav Quite en relzcion con as novelas de ‘ahallefa, no esrba en el modelo completo, sino mas bien fen raigon aisles elegids en diferentes niveles esa es la raz6n por la que la novela de Cervantes no es una imita ign, nie negativo de una novela de caballerfa, sino otra cosa distntan que se constitye en oPas (jy sin reducirse Ser una de elle) a través de una tramaformacion genérien BF régimen de la transformacin gensica es, no eabe luda, el mejor terreno de estudio para la genericidad, mien- tras que el régimen de la reduplicaci6n no es apenas inte resante. En lo que atafie al género como clasificaci6n, slo permite aprender bien conjuntos de textos unidos por la tor de reduplicacién, Bn cuanto hay transformacin gené ‘be texre at ctv v9 rica, la easificacin ve en ella, 0 el comienzo de un nuevo sgénero o un texto a-genérico. De abil tsi de que los gran des textos no serfan nunca genéricos. El estudio de Ia ge- nericidad textual, por el contrario, permite mostrar que Tos grandes textos a¢ ealiicam no por tna ausencia de rasgos {genércos, sino, al contrario, por ou extrema muliplicidadl basta con pensar al respecto en Rabelais 0 iacluso en Joy” fe. El que estos rasgos sean més de transformacién que de reduplicacidn no cambia nada para la naturaleza genérica Ge la fancién textual en la préetica. Exist genericidad en tuanto a confrontacién de un texto con su contexto liter Ho (en sentido amplio) hace surgi como tna filigrana es @ especie de trama que esti unida a una dase texial y con relacon ala cual Se escribe el texto en euestCn: ya sea orgie desaparezea a su vez dentro de la tram, ya sea por que la dislogue o la desarme, pero siempre integrdacose fn ella, o integeéndosela Un Gitimo (2) punto: ereo que hay que distinguie en- tre la genericdad, y por tanto también entre los géncron fen sentido estrcto, y aquello que, a falta de un término ‘ej, podeiamor lamar el inventaro de lag rlacionee to tuales posbles. La relaciin genérica es una de esas rela- cones, junto alas cuales podrfamos citar larelacién paré- ‘ica, Ia relacion de imitaciOn, la tradcein, la refutacin, te. Insist en ello porque, « menudo, por ejemplo, se com sidera la parodia como un género, mientras que para mi sth al mismo nivel de abstraccin que las categorias de Ia ‘genericidad, de manera que no puede formar parte de ella. Tx parodia es una relacin textual posible lo ex desde ser prey en todas partes), mientras que un género es siempre ‘una configuraciin histrica conereta y nica. Lo cual deja ‘totalmente en suspenso la pregunta sobre ls siiltudes en- tre la relacin genéricay la relacin parddica ola relacién se imitacin. 'Sé muy bien que toda teorfa es oscura y para pover Jjuagar realmente el posible valor de las augcrencia que poe ceden serfa preciso ponetlas en prctica en estudios com ‘retos, Pero pienso que de vez en cuanda tal ver es nece- sario intentar ver un poco mas daro lo que corresponde al itinerario que nos proponemos seguir ya los resultados ‘que podemon esperar de él.

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