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Análisis de resultados

Para la recolección de datos de este estudio, el autor utilizó una entrevista


semiestructurada aplicada a una muestra no probabilística conformada por una educadora
de párvulo, una diferencial, un trabajador social, y el capellán de la escuela. El objetivo
planteado fue conocer el rol de los agentes de socialización primaria en el desarrollo
formativo en la educación inicial. Los resultados que se analizan a continuación son el
reflejo de las conversaciones realizado con los entrevistados en un ambiente semiformal
donde las preguntas tuvieron un carácter abierto que permitió una interacción fluida que
conducía a respuestas libres.

Entrevista al capellán

La conversación con el capellán demuestra un interés por participar en la formación


de los niños usando los preceptos religiosos como valores para su desarrollo integral. Es
notorio que los factores cristianos pueden influir en el desarrollo de conductas positivas en
los niños en la etapa de educación inicial. En la conversación, el capellán resalta elementos
como el acoso escolar y el apoyo que se debe ofrecer para paliar estas acciones a través de
los valores cristianos y trata de evitar que los temas políticos influyan en la formación de
los niños. El contacto directo del capellán con los niños a través de las clases de educación
física es un factor determinante para considerarlo como un agente de socialización
importante en la institución. A pesar de los obstáculos que tuvo que enfrentar por el recelo
de algunos padres, pudo sentar bases cristinas hasta en niños que no profesaban esa
religión. La iglesia como institución y con el capellán como intermediario conforman un
agente de socialización primaria, ya que su objetivo es exaltar los valores de la bondad, la
tolerancia y el amor al prójimo con otros grupos en la sociedad y contribuir al logro de la
creación de vínculos positivos entre los diferentes actores del hecho educativo en la etapa
de educación inicial

Trabajador social

En esta entrevista, en relación con el rol formativo a través de las normas y


construcción de valores, las percepciones del trabajador social se enfocaron en la forma
diferente como aborda a los niños desde su perspectiva fuera del aula. Los niños son
atendidos en su oficina cuando se presentan ciertos problemas. Según sus declaraciones,
estas visitas crean lazos especiales, pues no tiene contactos con todos los niños de la
institución.

Añade que su participación en la formación de valores es sencilla, pero efectiva,


pues con cosas sencillas como recordarles que deben tocar la puerta para entrar a la oficina
y pedir por favor y agradecer por las atenciones, constituyen una manera de crear hábitos
positivos de conducta. Este es un aporte pequeño pero significativo para el desarrollo
integral del niño. Añadió que estas acotaciones a los niños sirven como un refuerzo que
acrecentará las conductas positivas.

Esos correctivos oportunos conducirán a la creación de hábitos que le facilitaran su


integración a la vida en sociedad. Por otro lado, agregó que se debe enfatizar los buenos
tratos entre los mismos niños y que socialicen cooperativamente y que se comuniquen de
manera asertiva. Otro de los valores de gran importancia que consideró que se debe
inculcar es la empatía, que la define expresamente como el colocarse en el lugar delos otros
para poder ser cooperativo y tolerante. En su opinión, hay que ser constante con la muestra
de los valores de convivencia y reforzar las actitudes positivas de un niño carismático y
orientar a aquellos con actitudes retraídas.

En cuanto a los roles que él desempeña en relación con el desarrollo de habilidades


emocionales, espirituales o físicas, se refirió a los talleres donde tiene que actuar para
contener las explosiones emocionales de algunos niños. Esta experiencia la describe como
algo novedoso para él mismo, pues aprendió a proceder exitosamente en el control de
exacerbadas emociones de algunos niños, aun sin tener conocimientos previos en este
sentido. Para su concepto, la práctica y la interacción constantes con los niños le ha
facilitado el desarrollo y la aplicación de estas habilidades. Estas acciones le han servido
para incentivar valores como el respeto, la empatía y el buen trato con los demás, buscando
sensibilizar las actitudes de los niños.

En su declaración es relevante la creación de valores y la aceptación de las normas


desde la edad temprana para el desarrollo, ya que estos factores serán fundamentales en su
vida futura para poder integrarse en la sociedad con éxito. Añadió que estas acciones deben
hacerse con constancia y llevarlos a niveles superiores, pues todos los niños deben tener la
oportunidad de ser reforzados en cuanto a estos elementos.

El trabajador social en este sentido es claro ejemplo de un agente de socialización


primaria, pues su interacción con los niños produce una positiva influencia en las actitudes
de los niños. Acotó además que todos en la institución son agentes de socialización que,
aunque con roles diferentes, influyen en la formación de los niños. Nombró a otros
profesionales de la institución como el psicólogo, el fonoaudiólogo, el terapeuta y los
docentes quienes desde su punto de vista juegan ese papel definitorio en todos los aspectos
de la formación del niño.

En relación con el papel del sistema educativo, señaló que no considera que haya
programas formativos para los profesionales del trabajo social y que la práctica es el
método que lo ha conducido a tener relaciones exitosas. Un comentario interesante es su
duda al utilizar las palabras correctas para los casos de la contención emocional hacia un
niño y que únicamente la práctica ha sido el factor que lo ha conducido a seleccionar las
palabras adecuadas para interactuar con los niños.

El trabajador social añadió que el aprendizaje obtenido fundamentalmente fue la


adquisición y refuerzo de la habilidad, hasta hace poco desconocida para él, de persuadir a
los niños para caminar ciertas conductas. El usar gestos adecuados, tono de voz y palabras
oportunas que no sugirieran una orden violenta, reconociendo además las diferencias
individúale de los niños, quienes actuarían diferente con distintas palabras y actitudes para
ser disuadidos de un comportamiento inadecuado.

Durante la conversación, el trabajador social enfatizó que las entrevistas, los saludos
en los pasillos y las conversaciones informales que se dan en esos ambientes constituyen un
medio idóneo para el intercambio de ideas, pues ofrecen un espacio alejado de cualquier
factor hostil que pueda inhibir al niño y, por lo tanto, dificultar la comunicación. Es el
momento adecuado para la retroalimentación y la motivación, pues tanto el niño como el
adulto pueden aprender de manera espontánea la forma como deben y quieren ser tratados.
Asimismo, relató que los factores que obstaculizan la transmisión de las normas y valores
son el ruido, el desorden y la poca comunicación, por lo que considera que se deben
mantener abiertos los canales comunicación para que la interacción con el niño sea fluida y
carente de presión social.

Por otra parte, reconoció no conocer formalmente los objetivos, principios o


políticas institucionales que se deben cumplir en la institución en cuanto a normas y
valores, a pesar de sentir que es algo innato en los trabajadores sociales. Crear valores y
fomentar el respeto y acatamiento de las normas son objetivos que deben ser buscados con
interés que en el caso de la institución se incentivan a través de las actividades religiosas
diarias. Obviamente, los hábitos creados a través de estas prácticas son reforzados en las
asignaturas en el aula que facilitan el aprendizaje, ya que los niños están dispuestos a catar
normas y demostrar el respeto a sus compañeros y docentes.

Señaló además que su principal aporte lo hace a través de la constante aplicación de


talleres donde se inculquen la importancia de los valores y las normas. Por otro lado, resalta
la necesidad de prepararse pare el enfrentamiento y resolución de conflictos para lograr una
adecuada convivencia escolar. Considera que el respeto y la empatía son los valores
fundamentales que debe manejar un niño, los cuales son representados por sencillas
prácticas como el saludo, el uso adecuado de palabras como ¨ por favor ¨ o ¨ gracias ¨. No
obstante, considera el respeto como el valor más importante, pues de allí parte la
consideración de las diferentes formas de actuar de los otros niños, docentes y demás
miembros de la institución y de la sociedad en general. Teniendo claro el concepto y la
práctica de este valor, el niño encontrará con mayor facilidad la importancia de la empatía,
es decir, colocarse el lugar del otro para poder entender y aceptar sus problemas.

Al preguntársele por la importancia de enseñar normas y límites en la primera


infancia, afirmó que es una acción fundamental que debe implementarse desde temprana
edad. Los valores deben inculcarse desde el hogar y ser reforzados en la escuela, creando
una alianza que resulte satisfactoria en la formación integral del niño. Sin embargo, acoto
que en muchas ocasiones esa cooperación en el refuerzo de los valores no se da en el hogar
y que sin esta ayuda la preparación del niño para su vida social futura se hará un tanto más
dificultosa.

Considera además que aún alejado de su rol de trabajador social, como ser humano
su rol debe ser el mismo, lo que significa actuar como factor de influencia para la creación
de valores y el refuerzo del respeto y manejo adecuado de las normas. El adulto es un
agente de socialización por excelencia y al interactuar con niños en la calle, en el mercado
o durante la práctica de algún deporte es obligación ser motivo de ejemplo, de buen
comportamiento, de ser un individuo respetuoso de las normas. Mediante esta actitud, los
niños se sentirán influenciados positivamente y con seguridad imitarán estos
comportamientos.

La forma de trabajo ideal para el trabajador social es a través de las entrevistas o


reuniones con los padres o apoderados, donde se consigue una comunicación directa donde
se obtiene información e intercambio de ideas de primera mano. En este sentido, consigue
datos que le facilitan el manejo de las diferentes actitudes de los niños y entender su
condición, que por su edad deben tener una atención especial, siempre enfocada en el amor
y el respeto. Escoger las mejores palabras y los gestos más adecuados contribuyen a una
forma más exitosa de manejar las situaciones conflictivas con los niños.

Entrevista con educadora de párvulos

La primera de las dos educadoras entrevistadas fue consultada sobre las estrategias
para la adquisición de normas y valores en los niños de primera infancia. Ella describió
como muy arduo el trabajo a través del uso de los pictogramas, los cuales servían como
apoyo apara el trabajo con los niños. Este recurso es usado paralelamente con el cuento que
es fortalecido con el recurso visual ayuda a lograr el objetivo de manera más concreta, lo
que apoya, en la opinión de la educadora, en la adquisición de normas.
En relación con los valores y normas más relevantes, enfatizo al respeto como valor
fundamental en la vida real más allá del ámbito pedagógico y trasladándolo al mundo de las
ideas y sus diferencias entre todos los individuos, enfatizo que el respeto mutuo entre
colegas y estudiantes es primordial para el entendimiento en general.
Asimismo, comentó que la adquisición de valores es un trabajo que comienza con la
familia y que la escuela debe reforzar. Al detectar alguna falencia en cuanto a algún valor,
por ejemplo, el del respeto, los docentes están en la obligación de buscar estrategias que lo
desarrollen o lo refuercen. Es importante complementar el trabajo de la familia con la labor
docente y al mismo tiempo actualizar estas actitudes positivas en todos los actores del
hecho educativo. La educadora fue enfática al considerar a la familia con el agente de
socialización fundamental para el desarrollo integral del niño y apoyados indiscutiblemente
con la labor docente.
Al ser consultada sobre las funciones que desempeña para lograr el desarrollo de
habilidades emocionales, espirituales y físicas de los alumnos, destaco que en lo emocional
aprovechan la actividad de las devocionales diarias. Durante esta actividad los alumnos
expresan sus sentimientos y tienen la oportunidad de contar como fueron sus actividades en
los días anteriores. De la misma manera dan su opinión acerca de la actuación de los
docentes y expresan ideas sobre las actividades de clase. Esta actividad has ido fructífera,
pues al principio del año solo repetían lo que decía el primero en participar. En los
devocionales posteriores, los niños mostraban más confianza y aportaban nuevas
percepciones.
Adicionalmente, señaló que los padres eran involucrados a la participación en el
desarrollo integral de los niños a través de la información proveída por medio de reuniones
con el docente y el psicólogo. Estas ocasiones son aprovechadas para escuchar las ideas que
puedan constituirse como aportes significativos para la evolución educativa de los niños.
En este sentido, la educadora acotó que los obstáculos más trascendentales para la
transmisión de valores y normas son los originados en el hogar. Los padres conceden la
acción de muchas actitudes negativas en cuanto a las normas. Permiten en demasía que los
niños no cumplan con sus deberes escolares, pues los notan cansados o simplemente por
comodidad y no sentirse obligados a trabajar con ellos en casa.
Estas actitudes son trasladadas al aula y los niños no se sienten obligados a cumplir con
las funciones características del colegio. Al no haber refuerzo en el hogar sobre las normas
mínimas de respeto, se hace cuesta arriba para el docente tratar de moldearlos a las normas
de la escuela. Los demás compañeros se sienten muchas veces intimidados por ciertas
actitudes que violan las normas, como por ejemplo cuando son interrumpidos por algún
compañero que no respeta su turno para hablar.
En cuanto a los objetivos y principios que se deben cumplir para el establecimiento de
normas y valores, la educadora comentó que posee un plan de convivencia escolar que sirve
de retroalimentación. En este plan se describen con asertividad las normas que se den
cumplir y donde se incluyen las normas espirituales. En este plan se desarrollan
semanalmente temas como la sabiduría, el respeto y otros aspectos que puedan servir de
desarrollo para otros valores. Este plan se complementa armoniosamente con el reglamento
interno del colegio, pues es realizado en con conjunto con profesores, asistentes,
apoderados y alumnos, el cual es motivo de evaluación y actualización constante.

Entrevista con la educadora Eliana


La educadora relató las razones por la cual seleccionó la especialidad en educación
diferencial, señalando que fue motivad por sus observaciones en compañeros que
necesitaban atención educativa permanente. Ellos tenían el apoyo de los docentes, pero solo
recibía segregación de parte de los otros alumnos. Esto la condujo a acercarse a los
profesores de esta especialidad y termino dedicando su carrera a este tipo de alumnos.
Al ser preguntada sobre los tipos de ayuda que le brinda a estos estudiantes comentó que
está en constante refuerzo sobre las normas y hábitos simples como la de limpiar la casa y
así mantenerlos informados de la importancia de realizar las actividades domésticas. La
reiteración de estos hábitos les servirá de indispensable ayuda para su exitosa integración
en la sociedad.

La educadora añadió que los valores y normas a los que le da énfasis son de muy simple
accionar, como por ejemplo levantar la mano para hablar, permitir la participación de los
compañeros, pedir permiso y en fin todas las actitudes que se relacionen con el respeto
como valor fundamental. Considera además que la participación de la familia es esencial
para que las normas sociales sean reforzadas constantemente y deben ser observadas tanto
en escuela como en la calle. Asimismo, comento que el docente debe servir de ejemplo al
mostrar el respeto por su sus colegas y sus superiores lo cual redundara en una segura
imitación de estas actitudes por parte de los niños.

Por otro lado, señaló la importancia de demostrar a los niños el respeto por las
autoridades, ya que los niños sienten que los privilegiados para recibir este valor es
únicamente el docente y que los otros adultos no son merecedores de esta actitud. Por lo
tanto, el docente tiene toma acciones para inculcarle a los niños la existencia de las
jerarquías y que además todos los adultos que lo rodean debe ser tratados de la misma
manera como lo hacen con sus maestros.
Los niños deben ser reforzados constantemente con la idea de que debe cumplir con las
normas en todos los ámbitos exteriores de la escuela.

La educadora coincide con el resto de su colegas que el respeto es valor fundamental


que debe ser inculcado en los niños. Este valor conduce al reconocimiento de otros valores
como la responsabilidad y el cumplimiento de las instrucciones. Al mostrar respeto los
niños sienten que también son respetados recíprocamente y esto se logra a traves de la
empatía ya que los coloca en una posición donde pueden ver la forma como los problemas
afectan a sus compañeros como si fueran sus propias afecciones. En la opinión de la
educadora esta etapa de be ser aprovechada la máximo pues cuando los niños absorben con
mayor facilidad y rapidez las consideraciones sobre normas y valores que definirán su vida
futura.

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