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ACTIVIDAD 1

Bloque I Contextualización de las drogodependencias / adicciones

16 DE OCTUBRE DE
2023
Israel Molinero Teillet
4º Ed. Social, Optativa Drogas, Universidad La Salle Madrid- Aravaca
Índice:

- Resumen e ideas principales: ……………………………………………… Pág. 2 a 5

- Conclusiones/ Reflexión y propuesta de trabajo / intervención desde la Educación

Social: ………………………………………………………………………. Pág. 5 a 7

- Comentario personal/profesional: ………………………………………… Pág. 7 a 10

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Resumen e ideas principales:

Consumo de cannabis entre adolescentes: patrón de riesgo, implicaciones

y posibles variables explicativas

-El artículo “Consumo de cannabis entre adolescentes: patrón de riesgo, implicaciones y

posibles variables explicativas” es un estudio publicado en la revista Adicciones en

2019 que tiene como objetivo analizar la situación actual del consumo de cannabis y

tabaco entre los adolescentes españoles, así como las variables personales y familiares

que se relacionan con dicho consumo. El estudio se basa en una encuesta realizada a

3.882 estudiantes de ESO y Bachillerato de la comunidad autónoma de Galicia en 2016,

con una edad media de 14 años.

El estudio parte de un marco teórico que revisa la literatura científica sobre el consumo

de cannabis y sus efectos en la salud física y mental de los adolescentes. El consumo de

cannabis se asocia con un mayor riesgo de padecer trastornos psicóticos, depresión,

ansiedad, suicidio, problemas cognitivos, bajo rendimiento académico y alteraciones del

desarrollo cerebral. Además, el consumo simultáneo de cannabis y tabaco implica una

mayor exposición a sustancias tóxicas y una mayor probabilidad de desarrollar

dependencia y otros problemas asociados al tabaquismo. El estudio también identifica

los factores de riesgo y protección que influyen en el consumo de cannabis, tales como

las características personales (autoestima, asertividad, habilidades sociales,

impulsividad), las influencias sociales (amigos, medios de comunicación) y el contexto

familiar (normas, límites, comunicación, supervisión).

La metodología empleada consiste en un diseño transversal, descriptivo y correlacional,

basado en un cuestionario autoadministrado que recoge datos sociodemográficos, de

consumo de sustancias, de variables personales y familiares. El cuestionario se aplicó a

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una muestra representativa de estudiantes gallegos seleccionados por muestreo aleatorio

estratificado por centro educativo, nivel educativo y sexo. El cuestionario fue validado

previamente mediante un análisis factorial exploratorio y confirmatorio, así como

mediante el cálculo de la fiabilidad mediante el coeficiente alfa de Cronbach.

Los resultados obtenidos muestran que el 23,2% de los adolescentes ha consumido

cannabis alguna vez en la vida, el 14% en el último año y el 8% en el último mes. El

consumo es más frecuente entre los varones, los estudiantes de Bachillerato y los que

tienen un nivel socioeconómico bajo. El 12,7% consume tabaco y cannabis, mientras

que el 10,5% consume solo tabaco. El consumo simultáneo de ambas sustancias se

asocia con un mayor consumo de otras drogas ilegales (cocaína, éxtasis, anfetaminas),

un mayor riesgo de consumo problemático de alcohol (consumo diario o semanal,

intoxicación etílica) e internet (uso excesivo o compulsivo) y una mayor prevalencia de

ciberacoso (ser víctima o agresor). Las variables personales tienen una capacidad

explicativa débil sobre el consumo de cannabis, mientras que las variables familiares

tienen una mayor relevancia. Se observa que los consumidores de cannabis perciben

menos normas y límites por parte de sus padres, así como una menor comunicación y

supervisión.

Los autores del estudio concluyen que el consumo de cannabis entre los adolescentes

españoles sigue siendo un problema relevante que requiere una intervención preventiva

integral que aborde el consumo desde una perspectiva multidimensional. Se recomienda

incorporar la prevención del consumo simultáneo de cannabis y tabaco en los programas

escolares y familiares, así como sensibilizar a los adolescentes sobre los riesgos

asociados al consumo de cannabis para su salud física y mental.

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Relación del consumo problemático de cannabis en la población joven de

España con el riesgo percibido, los factores ambientales y los factores

sociodemográficos

El artículo "Relación del consumo problemático de cannabis en la población joven de

España con el riesgo percibido, los factores ambientales y los factores

sociodemográficos". Es un estudio transversal que utiliza los datos de la Encuesta

Domiciliaria sobre Alcohol y Drogas (EDADES) de 2015/2016, que recoge información

sobre el consumo de sustancias psicoactivas y sus consecuencias en la población

española de 15 a 64 años.

El objetivo del estudio es analizar la relación entre el consumo problemático de

cannabis, definido como un puntaje mayor o igual a 7 en el Cannabis Abuse Screening

Test (CAST), y el riesgo percibido, los factores ambientales y los factores

sociodemográficos en la población joven de 15 a 34 años que consumió cannabis en el

último año. El riesgo percibido se refiere a la percepción de daño que tiene el individuo

sobre el consumo de cannabis. Los factores ambientales incluyen la disponibilidad de la

sustancia, la exposición a situaciones de consumo y la influencia de los pares. Los

factores sociodemográficos abarcan el género, la edad, el nivel educativo, el estado

civil, el empleo y el nivel de ingresos.

Los resultados del estudio muestran que el 31,7 % de los jóvenes que consumieron

cannabis en el último año presentaron un consumo problemático, siendo más frecuente

en hombres (38,9 %) que en mujeres (23,2 %). Además, se observan diferencias de

género en los factores asociados al consumo problemático: en los hombres, se relaciona

con la disponibilidad de la sustancia, la exposición a situaciones de consumo y el nivel

educativo; y en las mujeres, con el riesgo percibido y el desempleo. Estos hallazgos

sugieren que existen diferentes perfiles de consumo problemático según el género y que

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se deben tener en cuenta las variables socio-ambientales y sociodemográficas a la hora

de diseñar e implementar medidas preventivas contra el consumo problemático de

cannabis.

Los autores concluyen que este estudio aporta información relevante para comprender

mejor el fenómeno del consumo problemático de cannabis en la población joven de

España, así como para identificar los factores de riesgo y protección asociados al

mismo. Asimismo, señalan la necesidad de realizar más estudios sobre este tema,

especialmente con metodologías cualitativas que permitan profundizar en las

experiencias y motivaciones de los consumidores.

Conclusiones/ Reflexión y propuesta de trabajo / intervención desde la

Educación Social

La conclusión a la que puedo llegar después de haber leído los artículos, es que la

problemática que existe con el consumo de cannabis hay que abordarla principalmente

por la parte familiar, ya que según las estadísticas que he podido ver en los artículos las

variables familiares tienen una mayor relevancia.

La cuestión es que es lo que se quiere intentar hacer con las familias, abordar el

problema desde charlas y talleres en los colegios dirigidos principalmente a los

jóvenes menores de 18 años o sensibilizar a los responsables de dichos menores para

que ellos puedan tener herramientas, información y ayuda para la prevención del

consumo de cannabis. En mi opinión y desde mi punto de vista se debe informar, y la

responsabilidad debe recaer sobre los tutores de los menores. La familia, ya que si las

estadísticas nos muestran que donde mayor relevancia hay es en el ámbito familiar es

donde debemos actuar.

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Por esto el plan de trabajo que voy a elaborar quiero que vaya dirigido a las familias,

intentaré abordar la necesidad principal de dotar a estas familias de información,

herramientas y habilidades.

Para empezar con este plan de trabajo, los objetivos generales serían: Sensibilizar a

las familias sobre el problema del consumo de cannabis entre los menores,

informarles sobre los riesgos y consecuencias asociados al mismo, dotarlos de

herramientas y habilidades para prevenir o detectar el consumo en sus hijos e hijas, y

ofrecerles recursos y apoyo para afrontar la situación en caso de que se produzca.

Los destinatarios de este plan de trabajo serían familias con hijos e hijas menores de

edad, preferentemente entre 12 y 18 años, que estén escolarizados en centros educativos

de la comunidad. La edad es sobre todo por la estadística ya que va dirigido sobre todo

a familias con menores cursando la ESO y Bachillerato.

La metodología que se propone es: una metodología participativa, dinámica y reflexiva,

basada en el aprendizaje experiencial y el intercambio de opiniones y vivencias entre las

familias. Se utilizarán técnicas como exposiciones teóricas, debates, role-playing, casos

prácticos, vídeos, etc.

La temporalización, se propone una duración total de 12 horas, distribuidas en 6

sesiones de 2 horas cada una. Se sugiere realizar una sesión semanal o quincenal, según

la disponibilidad y preferencia de las familias. Esta temporalización puede variar según

las familias.

Los contenidos los vamos a agrupar en cuatro bloques que trataremos en diferentes

sesiones como hemos visto en la temporalización.

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Bloque 1: El cannabis: qué es, cómo actúa, qué efectos produce, qué riesgos implica,

qué mitos y falsas creencias existen al respecto.

Bloque 2: La adolescencia: qué cambios físicos, psicológicos y sociales se producen en

esta etapa, qué factores influyen en el inicio del consumo de cannabis, qué señales de

alerta se pueden observar, cómo comunicarse con los hijos e hijas adolescentes.

Bloque 3: La prevención: qué es la prevención, qué tipos de prevención existen, qué

estrategias se pueden aplicar desde la familia para prevenir el consumo de cannabis,

cómo fomentar hábitos de vida saludables, cómo establecer normas y límites claros y

coherentes, cómo reforzar la autoestima y la asertividad de los hijos e hijas.

Bloque 4: La intervención: qué hacer si se sospecha o se confirma el consumo de

cannabis en los hijos e hijas, cómo abordar el tema con ellos y ellas, cómo buscar ayuda

profesional si es necesario, qué recursos existen en la comunidad para apoyar a las

familias.

Por último, la evaluación, se realizará una evaluación inicial, intermedia y final del plan

de trabajo. La evaluación inicial servirá para conocer el perfil, las expectativas y las

necesidades de las familias participantes. La evaluación intermedia permitirá hacer un

seguimiento del proceso y ajustar los contenidos o la metodología si fuera necesario. La

evaluación final recogerá el grado de satisfacción, los aprendizajes adquiridos y las

sugerencias de mejora de las familias.

Comentario personal/profesional

El consumo de cannabis en adolescentes es un tema que requiere una reflexión crítica y

una intervención preventiva. Como educador social, mi opinión es que el cannabis

puede tener efectos negativos en el desarrollo físico, cognitivo, emocional y social de

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los jóvenes, y que es importante informarles sobre los riesgos y las consecuencias de su

uso, así como fomentar su autoestima, su capacidad de decisión y su responsabilidad.

Algunos de los efectos adversos del consumo regular e intensivo de cannabis en

adolescentes son el deterioro cognitivo ya que el cannabis puede afectar a la memoria,

la atención, el aprendizaje y el razonamiento, lo que puede repercutir en el rendimiento

escolar y laboral.

La dependencia debido a que el cannabis puede generar tolerancia y síndrome de

abstinencia, lo que puede dificultar el control del consumo y aumentar la necesidad de

consumir más cantidad o más frecuentemente. Los problemas de desarrollo psicosocial,

el cannabis puede interferir en la maduración de la personalidad, la identidad y los

valores de los adolescentes, así como en sus relaciones familiares, sociales y afectivas.

Los trastornos psiquiátricos relacionados con los fármacos ya que el cannabis puede

aumentar el riesgo de padecer psicosis, depresión, ansiedad u otros problemas de salud

mental, especialmente en personas con antecedentes familiares o personales de estos

trastornos.

Por estas razones, creo que es necesario prevenir el consumo de cannabis en

adolescentes y jóvenes, utilizando estrategias educativas basadas en la evidencia

científica y adaptadas a las características y necesidades de cada grupo.

También es importante educar a las familias en el consumo de cannabis, ya que es una

tarea importante y compleja, que requiere de una coordinación entre los diferentes

agentes educativos, como la escuela, los servicios sociales, las asociaciones y las

instituciones públicas. Como educador social, mi opinión es que las familias deben

tener un papel activo y responsable en la prevención del consumo de cannabis o al

menos de referentes informadores sobre él.

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Con respecto a un tema que genera bastante controversia sobre el cannabis, el consumo

responsable de cannabis, según algunos trabajos como “Consumo responsable de

sustancias: La reducción de riesgos como alternativa a la prohibición. Universidad de

Valladolid Escuela universitaria de Palencia Trabajo de fin de Grado de Educación

Social” y “Grado en educación social Trabajo de fin de grado Prevención del consumo

de cannabis en adolescentes”. Hay diferentes opiniones y perspectivas al respecto, tanto

desde el ámbito científico, como legal, ético y educativo.

Mi opinión sobre el consumo responsable de cannabis está basada en los siguientes

principios: “

-Respetar la autonomía y la libertad de las personas que deciden consumir

cannabis, siempre y cuando no pongan en riesgo su salud ni la de los demás.

-Informar y sensibilizar sobre los efectos, los riesgos y las consecuencias del

consumo de cannabis, tanto a nivel físico, como psicológico y social.

-Promover hábitos de vida saludables y alternativas al consumo de cannabis,

como el deporte, el ocio, la cultura o el voluntariado.

-Prevenir el consumo problemático o abusivo de cannabis, especialmente entre

los adolescentes y los jóvenes, que son los más vulnerables a desarrollar una

dependencia o una adicción.

-Apoyar y acompañar a las personas que quieren reducir o dejar de consumir

cannabis, ofreciéndoles recursos y herramientas para lograr sus objetivos.

-Colaborar con otros profesionales y entidades que trabajan en el ámbito de las

drogodependencias, como médicos, psicólogos, trabajadores sociales o asociaciones.

-Abogar por una regulación legal del cannabis que garantice la calidad, la

seguridad y los derechos de los consumidores y de los no consumidores.

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“Estos principios se basan en el enfoque de la reducción de daños y riesgos, que busca

minimizar los problemas asociados al consumo de cannabis, sin juzgar ni estigmatizar a

las personas que lo hacen. Este enfoque se ha demostrado eficaz para mejorar la calidad

de vida de los consumidores y para reducir la transmisión de enfermedades como el

VIH o la hepatitis”. Considero que es un tema muy complicado y que genera mucha

controversia, pero desde la educación social sé que es un tema en el que tenemos que

actuar ya que no existe este consumo responsable en nuestra sociedad y si buscamos

reducir el mal uso de sustancias como el cannabis debemos empezar por informar y

ayudar.

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