con tu libertad y mi angustia

haré un castillo de naipes

sobre el tornado de mis ganas

hasta que dejen de fingir ser cartas

hasta que los bastos maten a los reyes

con tu libertad sin la mía haré imperios de paciencia

y me dedicaré a colocar las cartas con irreverencia

porque irreverente es ser comido

y surrealista la alegría de que lo hagas conmigo

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-Siempre vuelvo a ti, lo sabes…

Pero si siempre vuelves a mí

¿qué hago yo mientras vienes?

tengo la necesidad de crear problemas

conflictos con amigos de siempre

para tener algo que contarte o más bien

para entretenerme mientras me preparas
un nuevo baño de dolor

ese dolor que no es físico

ni silencioso
tu dolor a mí es tu silencio

y el silencio es irse

es mentir
es no importarte
es me voy a dormir

es tengo planes
es se me olvidó
es no te preocupes
es echar culpas
y mi silencio, cariño
es no responderte
recoger la culpa y cargar tu piedra

porque el amor creía que era una unidad

tengo esa herida en la espalda

la del silencio, la del cobarde.

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tormentas de arena
que una quiebra esperan

ruidos en la noche
que mis orejas no distinguen

y meteoritos por el aire

me consumen a golpes

son por ignorancia

que me lanzo a lucharlas.

y la poesía es un error

pero en mitad de la noche

cuando mi corazón habla
y la gente por fin se calla

no puedo evitar huir entre el silencio

esa lucidez donde arrepentimiento y perdón

se tocan dejando atrás al miedo.

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soledad es masturbarme y no tenerte

ese momento breve donde el alma
alcanza el éxtasis y se comunica con dios

cuando el pecho entrelaza sus dedos

con la naturaleza y parece que todo tiene solución

soledad es masturbarse una noche de verano

acompañarse únicamente del aire que breve
como el placer que me consume, me acompaña y…

¡Ah, me acompañó…!

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Que llegue la mañana

Que se muera la espera.

A la mierda la paciencia
No quiero más sueños
Mi descanso es que llegue
Ese día, ese trueno a mi corazón
Que salvador o puñalada
Aclare esta sinrazón
Que se presenta en desvelo.

¡Ponte nombre, y dímelo!

Si no eres un miedo
Si no eres un acantilado
Si no eres un rugido al lado
¡Ponte nombre!
¡Que llegue el día!
¡Muera la eterna noche!