Está en la página 1de 3

(Tommy baja de la cama, buscando descubrir por dónde des aparecieron el

pastor y la oveja. Aparece un anciano regordete, de cara sonriente, vestido


con una túnica.)
SAN NICOLÁS: ¿Se te perdió algo? ¿Puedo ayudarte?

TOMMY: (Sobresaltado.) ¡Ay! ¡Qué sustote! ¿De dónde salió este grandote?

SAN NICOLÁS: No quise asustarte. La costumbre de andar dando vueltas en


Navidad, es la que me ha traído hasta acá.

TOMMY: ¿Desde cuándo? ¡Nunca te he visto! ¡Y no te hagas el listo!

SAN NICOLÁS: Pues, mi nombre es Nicolás,


y desde tiempos lejanos me gusta dar una mano
a quien se deje ayudar.

TOMMY: ¡Ah! ¿Pues te gusta ayudar? Entonces, ven conmigo, ya que no


puedo dormirme. Voy a ordenar el placard.

SAN NICOLÁS: Con gusto te ayudaré.


Y te contaré mi historia.
Para que tengas memoria
de que por aquí pasé.

(Mientras dialogan ambos van al placard y comienzan a ordenarlo.)


SAN NICOLÁS: Hace muchos, muchos años viví en la ciudad de Mira, allá
en la actual Turquía. Perdí a mis padres de niño y con un tío fui a vivir. El tío
era sacerdote, y así su ejemplo se guí. Como heredé buen dinero, con pobres
lo compartí.
TOMMY: ¡Guau! ¡Qué emoción emocionada! ¿Y no te quedas te con nada?

SAN NICOLÁS: No, porque Dios me cuidaba. Me daba para vivir. Yo no


buscaba los lujos. ¡Eso no era para mí! Cierta vez, un hombre pobre tenía tres
hijas lindas, pero dinero no ha bía. Como era la costumbre, de buena dote
pagar para po derse casar, nadie con ellas quería.

TOMMY: ¡Uh, qué feo! ¡Pobrecitas! ¿No tenían ni unas citas? SAN
NICOLÁS: (Con aire cómplice.) Entonces tuve una idea, que me pareció
genial: tomé unas cuantas monedas y mar ché para su hogar. De oro eran las
monedas, y por el techo trepé, llegando a la chimenea, y por allí las solté.
Junto al fue guito encendido unas medias se secaban. Con mi buena puntería,
vi cómo en ellas entraban. Y al poco tiempo las tres, eran señoras casadas.

TOMMY: Me suena eso conocido. (Piensa un instante.) ¡Las medias de


Navidad, esperando los regalos! ¡Medias en la chi menea!

SAN NICOLÁS: ¡Exacto! Se copiaron de mi idea... que no esta ba nada fea.

TOMMY: ¿Y quién eres? No te conozco. SAN NICOLÁS: Nunca me has


visto en persona, pero me has

visto mil veces. Dibujado en muchas formas, cuando diciem

bre aparece. (Mientras habla, se va colocando una barba larga blanca, un gorro
rojo, una chaqueta roja.)

SAN NICOLÁS: ¿Me reconoces ahora?


TOMMY: ¿Ppppp papá Noel?

SAN NICOLÁS: O Santa Claus... o Colacho... o Father Christ mas... o Père


Noel...

TOMMY: Faaaaaaaaaa... ¡Cuántos nombres diferentes! SAN NICOLÁS:


Como es así diferente de mi verdadera histo

ria, casi nadie la conoce; de mí, ni tienen memoria. Ya que me gustaba dar,
inventaron mil leyendas. Papá Noel trae regalos, y por eso se lo espera. Y
ahora es más importante que Aquel a quien se festeja. (Al público, con
tristeza.) Al final, Papá Noel es el centro de la fiesta, y del niño de Belén, ya
casi nadie se acuerda. (Silencio.)

TOMMY: ¡Qué cosa más rara! Es noche de Navidad, y están sucediendo


cosas que yo entiendo poco y nada. Es una no che especial.

También podría gustarte